Aghori
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Aghori.
Los Aghori (del sánscrito अघोर) son una secta hindú de sadhus shivaístas separados
de la secta de los Kapalika en el siglo XIV. Son devotos de la feroz forma Bhairava
del dios hindú Shiva.1
Los Aghori son conocidos sobre todo por el hecho de que practican el necro-
canibalismo,1 es decir, que comen la carne de cadáveres humanos. Este hecho ha
propiciado que sean excluidos del seno del hinduismo ortodoxo, y que sean vistos
con recelo por una buena parte de la población; sin embargo, en algunas zonas
rurales son reverenciados, ya que se cree que pueden curar enfermedades gracias a
sus intensas prácticas de renunciación y Tapas (austeridades).
Índice
1 Historia
2 Creencias y doctrinas
3 Prácticas
4 Referencias
4.1 Bibliografía
Historia
Los orígenes de los Aghori se remontan a la secta de los ascetas Kapalika de
Cachemira, quienes practicaban sacrificios humanos, y de quienes luego se
separaron. Posteriormente, en el siglo XVIII, el padre fundador de los Aghori fue
el maestro espiritual Baba Keenaram, quien escribió el Avadhuta Gita.
Creencias y doctrinas
Aghori.
Los Aghori son devotos del dios Shiva en la feroz manifestación Bhairava, asociado
a la aniquilación, y a quien se le atribuye la destrucción y superación de los
miedos. También veneran a Dattatreya y a la diosa madre en su forma de Smashan
Tara, la tierra de cremación que permite pasar de la realidad de la vida a la
realidad de la muerte. A diferencia de otras corrientes y sectas del hinduismo, los
Aghori no están organizados en ningún tipo de estructura institucional.
Para los Aghori, Shiva es perfecto, y como Shiva es el responsable de todo lo que
ocurre, todo en el mundo es perfecto y santo. En consecuencia, negar la perfección
de cualquier cosa sería negar al Ser Supremo. Afirman que la práctica de sadhana
alrededor de los lugares de cremación destruye el miedo, las prácticas sexuales
ayudan a liberar la energía sexual, y permanecer desnudos destruye la vergüenza.
Creen que para encontrar la luz espiritual hay que entrar en la oscuridad de la
existencia, y que solo se puede conocer la luz del altruismo cuando se ha conocido
la oscuridad del egoísmo. Sus doctrinas son muy simples si se las compara con las
de otras corrientes del hinduismo. Tratan de vivir apegados a la naturaleza
reduciendo los apegos del ego, y creen que todo es una manifestación del Ser
Supremo; por eso afirman no odiar a nada ni a nadie.
También creen que el alma de cada persona es una manifestación de Shiva, y que todo
ser humano nace como un Aghori en su forma natural, puesto que todo bebé humano es
incapaz de discriminar y juega alegremente en su propia inmundicia, pero la
civilización destruye ese estado primordial. Al crecer, los niños comienzan a
discriminarlo todo por categorías, imbuidos en los prejuicios de sus padres. En ese
sentido, la doctrina de los Aghori es un sendero de desaprendizaje y un retorno a
la tierra.
Prácticas
Los Aghori llevan una vida de extrema meditación y espiritualidad, pero no cumplen
con las leyes tradicionales de la pureza del hinduismo, pues pretenden trascender y
superar dichas leyes para alcanzar la iluminación espiritual y la unidad con el
todo. Por ese motivo, tratan de superar todas las repugnancias y miedos aceptando
experiencias extremas.
Por lo general no suelen llevar ningún tipo de vestimenta, solo en algunos casos
aparecen vestidos con el sudario de algún fallecido o embadurnados con las cenizas
de una cremación. Suelen portar un cráneo humano que utilizan a modo de cuenco para
beber su propia orina y bebidas alcohólicas;1 algunos usan el cráneo para guardar
sus excrementos, con los que luego recubren su cuerpo.4 También fuman marihuana y
en sus rituales incorporan el shava sadhana (utilización de un cadáver humano como
altar). La mayoría de los Aghori viven en aislamiento como ermitaños ascetas, pero
se les puede ver durante la festividad del baño, llamada Kumbhamela, que tiene
lugar cuatro veces cada doce años.
Pueden comer carne cruda de cadáveres humanos que aparecen flotando en el río
Ganges, o carne quemada procedente de alguna cremación. Creen que el canibalismo
les confiere poderes sobrenaturales, así como beneficios físicos tales como evitar
el envejecimiento. Para ellos, un cadáver no es más que materia natural que carece
de la fuerza vital que alguna vez tuvo. Con el consumo de carne humana, prueban que
nada es profano ni está separado de dios, y que la materia muerta simplemente pasa
de un estado a otro. Algunos Aghori también consumen sus propias heces.5