Tarea 5, Español II M

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Asignatura: español II

Tema: Tarea V, El ensayo.

Facilitador: Ruth Delanea Contreras.

Participante:

Matricula:

San Cristóbal R.D.


Fecha: 20/01/21
Después de consultar el material propuesto en materiales del curso realiza las siguientes
actividades:
1-Investiga sobre el texto argumentativo y el ensayo. Realiza un resumen de lo
investigado.
2-Selecciona un texto argumentativo y analiza su contenido y estructura.
3-Redacta un texto argumentativo a partir de lo aprendido.
4-Redacta un ensayo de por lo menos tres párrafos a partir del siguiente tema.
¨La importancia de la tecnología en la época actual¨.

II. Ahora te presento un fragmento de este ensayo, del escritor mexicano Octavio Paz.
Léelo con atención, degústalo, y luego responde las cuestiones que aparecen debajo.
 Todos santos, día de muertos.  (Fragmento) Octavio Paz.
 El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para
reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar
con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. Somos un pueblo ritual. Y esta
tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra sensibilidad, siempre
afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva
intacto entre nosotros. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo
parecido al de las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios y
puros, sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada
de sorpresas de los frutos, dulces y objetos que se venden esos días en plazas y
mercados.
Nuestro calendario está poblado de fiestas. Ciertos días, lo mismo en los lugarejos más
apartados que en las grandes ciudades, el país entero reza, grita, come, se emborracha y
mata en honor de la Virgen de Guadalupe o del General Zaragoza. Cada año, el 15 de
septiembre a las once de la noche, en todas las plazas de México celebramos la Fiesta
del Grito; y una multitud enardecida efectivamente grita por espacio de una hora, quizá
para callar mejor el resto del año. Durante los días que preceden y suceden al 12 de
diciembre, el tiempo suspende su carrera, hace un alto y en lugar de empujarnos hacia un
mañana siempre inalcanzable y mentiroso, nos ofrece un presente redondo y perfecto, de
danza y juerga, de comunión y comilona con lo más antiguo y secreto de México. El
tiempo deja de ser sucesión y vuelve a ser lo que fue, y es, originariamente: un presente
en donde pasado y futuro se reconcilian.
Pero no bastan las fiestas que ofrecen a todo el país la Iglesia y la República. La vida de
cada ciudad y de cada pueblo está regida por un santo, al que se festeja con devoción y
regularidad. Los barrios y los gremios, cada uno de nosotros —ateos, católicos o
indiferentes— poseemos nuestro Santo, al que cada año honramos. Son incalculables las
fiestas que celebramos y los recursos y tiempo que gastamos en festejar. Recuerdo que
hace años pregunté al presidente municipal de un poblado vecino a Mitla: “¿A cuánto
ascienden los ingresos del Municipio por contribuciones?” “A unos tres mil pesos anuales.
Somos muy pobres. Por eso el señor Gobernador y la Federación nos ayudan cada año a
completar nuestros gastos.” “¿Y en qué utilizan esos tres mil pesos?” “Pues casi todo en
fiestas, señor. Chico como lo ve, el pueblo tiene dos Santos Patrones.”
En esas ceremonias —nacionales, locales, gremiales o familiares— el mexicano se abre
al exterior. Todas ellas le dan ocasión de revelarse y dialogar con la divinidad, la patria,
los amigos o los parientes. Durante esos días el silencioso mexicano silba, grita, canta,
arroja petardos, descarga su pistola en el aire. Descarga su alma. Y su grito, como los
cohetes que tanto nos gustan, sube hasta el cielo, estalla en una explosión verde, roja,
azul y blanca y cae vertiginoso dejando una cauda de chispas doradas. Esa noche los
amigos, que durante meses no pronunciaron más palabras que las prescritas por la
indispensable cortesía, se emborrachan juntos, se hacen confidencias, lloran las mismas
penas, se descubren hermanos y a veces, para probarse, se matan entre sí. La noche se
puebla de canciones y aullidos. Los enamorados despiertan con orquestas a las
muchachas. Hay diálogos y burlas de balcón a balcón, de acera a acera. Nadie habla en
voz baja. Se arrojan los sombreros al aire. Las malas palabras y los chistes caen como
cascadas de pesos fuertes. Brotan las guitarras.
 En ocasiones, es cierto, la alegría acaba mal: hay riñas, injurias, balazos, cuchilladas.
También eso forma parte de la fiesta. Porque el mexicano no se divierte: quiere
sobrepasarse, saltar el muro de soledad que el resto del año lo incomunica. Todos están
poseídos por la violencia y el frenesí. Las almas estallan como los colores, las voces, los
sentimientos. ¿Se olvidan de sí mismos, muestran su verdadero rostro? Nadie lo sabe. Lo
importante es salir, abrirse paso, embriagarse de ruido, de gente, de color. México está de
fiesta. Y esa fiesta, cruzada por relámpagos y delirios, es como el revés brillante de
nuestro silencio y apatía, de nuestra reserva y hosquedad. El laberinto de la soledad de
Octavio Paz, 1996. Extraído de

 .http://www.ensayistas.org/antologia/XXA/paz/paz2.htm
1.- ¿Qué es lo que nos dice Octavio Paz acerca del espíritu festivo de los mejicanos?
 2.- ¿Cuál es el propósito del ensayo?
 3.- ¿Cómo introduce este ilustre ensayista su tema?
 4.- Ofrece tu opinión acerca de las vivencias del autor en este asunto
5.- ¿Qué dices del tono del discurso?
 6.- Comenta el pasaje relativo a la Fiesta del Grito y la personalidad de los mexicanos.
 7.- Trata de encontrar algún paralelismo entre mexicanos y dominicanos. Argumenta tu
opinión. Haz un listado previo de coincidencias y diferencias.
1-Investiga sobre el texto argumentativo y el ensayo. Realiza un resumen de
lo investigado.

La argumentación es un modo de organizar el discurso que pretende conseguir la


adhesión de in auditorio a las tesis u opiniones que sostiene el autor.

Argumentar es aportar razones para defender una opinión.

El ensayo es un escrito en prosa con unas características que resultan particulares


en grado sumo. Tiene la objetividad de la ciencia y la subjetividad arte.

No define el ensayo el objeto acerca del cual se reflexiona; lo que lo que al ensayo
define es la actitud del autor. Es, definitivamente, un escrito subjetivo donde la
objetividad tiene asegurado su espacio.

2-Selecciona un texto argumentativo y analiza su contenido y estructura.

1- presentación:

Las disputas entre hermanos:

2- argumentación:

Las diferencias entre hermanos, es un tema que viene desde la creación del
mundo, empezando por Caín y Abel.

3- Cuerpo argumentativo:

No se puede ocultar los miles y miles de sucesos que han ocurrido en este
sentido, situación que sufren los padres pero que también en ocasiones son ellos
mismos, los responsables de ellos, las diferencias con que algunos padres tratan a
sus hijos entre ellos, luchas por bienes materiales, afectivos y hasta por ser el
primer o segundo hijo, son causales de enemistades que han llevado a hermanos
en muchos casos hasta la muerte.
4- Conclusión:

Debemos ser como hijos, consientes de que en la vida existen cosas mas valiosas
que lo material y en lo afectivo más inteligentes, aceptar lo que nos den por
humilde que sea, como padres hay que ser equitativos y velar porque no se creen
estas diferencias entre nuestros hijos para que sean personas de bien y el amor
reine entre hermanos.

3-Redacta un texto argumentativo a partir de lo aprendido.

La descomposición social y los colmados.

Los colmados en un tiempo atrás, eran puestos de negocios donde la gente iba
para abastecer sus necesidades alimenticias, cosa que al pasar el tiempo ha ido
cambiando bastante, ahora en estos tiempos la gente va a estos lugares más que
para comprar alimentos a pasar el rato, tomando unas cervezas y ron, sin saber
las negatividades que esto conlleva.

Tenemos que abogar para que esta práctica se detenga por lo menos de esta
manera ya que nuestros hijos menores de edad se están criando observando esta
situación lo que les ínsita a creer que esa es la vida que deben vivir, además de
que contribuye a muchas cosas negativas para ellos como son el consumo de
alcohol a temprana edad y las drogas.

Creo que con solo exigir a los propietarios de estos tipos de comercios que
realmente ya no son colmados, a que sus establecimientos no sean a la vista del
público sino en lugares que solo puedan acceder las personas mayores de edad.
4-Redacta un ensayo de por lo menos tres párrafos a partir del siguiente
tema. ¨La importancia de la tecnología en la época actual¨.

La tecnología en nuestros tiempos ha experimentando avances significativos,


desde (1820) aproximadamente con la televisión y la radio antecedidos solo por el
telégrafo, ah ido dejando marcas importantes en todo el ámbito de la vida que se
moderniza cada día más.

Desde los pequeños equipos de comunicación como son los celulares, hasta
gigantescos camiones mineros y aviones que llegan a alcanzar hasta 8,16m de
ancho por 9,87m de largo como lo es el bielorruso Belaz 75710.

Oh como el An-225 que es la aeronave más grande y pesada del planeta con una
longitud de 84 metros.

La tecnología se ha convertido en la ciencia de mayor importancia para la raqza


humana en los últimos en todos los ámbitos.

II. Ahora te presento un fragmento de este ensayo, del escritor mexicano


Octavio Paz. Léelo con atención, degústalo, y luego responde las cuestiones
que aparecen debajo.
 Todos santos, día de muertos.  (Fragmento) Octavio Paz.
 El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión
para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y
celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. Somos un pueblo
ritual. Y esta tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra
sensibilidad, siempre afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi
todas partes, se conserva intacto entre nosotros. En pocos lugares del mundo se
puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de México,
con sus colores violentos, agrios y puros, sus danzas, ceremonias, fuegos de
artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos, dulces y
objetos que se venden esos días en plazas y mercados.
Nuestro calendario está poblado de fiestas. Ciertos días, lo mismo en los lugarejos
más apartados que en las grandes ciudades, el país entero reza, grita, come, se
emborracha y mata en honor de la Virgen de Guadalupe o del General Zaragoza.
Cada año, el 15 de septiembre a las once de la noche, en todas las plazas de
México celebramos la Fiesta del Grito; y una multitud enardecida efectivamente
grita por espacio de una hora, quizá para callar mejor el resto del año. Durante los
días que preceden y suceden al 12 de diciembre, el tiempo suspende su carrera,
hace un alto y en lugar de empujarnos hacia un mañana siempre inalcanzable y
mentiroso, nos ofrece un presente redondo y perfecto, de danza y juerga, de
comunión y comilona con lo más antiguo y secreto de México. El tiempo deja de
ser sucesión y vuelve a ser lo que fue, y es, originariamente: un presente en
donde pasado y futuro se reconcilian.
Pero no bastan las fiestas que ofrecen a todo el país la Iglesia y la República. La
vida de cada ciudad y de cada pueblo está regida por un santo, al que se festeja
con devoción y regularidad. Los barrios y los gremios, cada uno de nosotros —
ateos, católicos o indiferentes— poseemos nuestro Santo, al que cada año
honramos. Son incalculables las fiestas que celebramos y los recursos y tiempo
que gastamos en festejar. Recuerdo que hace años pregunté al presidente
municipal de un poblado vecino a Mitla: “¿A cuánto ascienden los ingresos del
Municipio por contribuciones?” “A unos tres mil pesos anuales. Somos muy
pobres. Por eso el señor Gobernador y la Federación nos ayudan cada año a
completar nuestros gastos.” “¿Y en qué utilizan esos tres mil pesos?” “Pues casi
todo en fiestas, señor. Chico como lo ve, el pueblo tiene dos Santos Patrones.”
En esas ceremonias —nacionales, locales, gremiales o familiares— el mexicano
se abre al exterior. Todas ellas le dan ocasión de revelarse y dialogar con la
divinidad, la patria, los amigos o los parientes. Durante esos días el silencioso
mexicano silba, grita, canta, arroja petardos, descarga su pistola en el aire.
Descarga su alma. Y su grito, como los cohetes que tanto nos gustan, sube hasta
el cielo, estalla en una explosión verde, roja, azul y blanca y cae vertiginoso
dejando una cauda de chispas doradas. Esa noche los amigos, que durante
meses no pronunciaron más palabras que las prescritas por la indispensable
cortesía, se emborrachan juntos, se hacen confidencias, lloran las mismas penas,
se descubren hermanos y a veces, para probarse, se matan entre sí. La noche se
puebla de canciones y aullidos. Los enamorados despiertan con orquestas a las
muchachas. Hay diálogos y burlas de balcón a balcón, de acera a acera. Nadie
habla en voz baja. Se arrojan los sombreros al aire. Las malas palabras y los
chistes caen como cascadas de pesos fuertes. Brotan las guitarras.
 En ocasiones, es cierto, la alegría acaba mal: hay riñas, injurias, balazos,
cuchilladas. También eso forma parte de la fiesta. Porque el mexicano no se
divierte: quiere sobrepasarse, saltar el muro de soledad que el resto del año lo
incomunica. Todos están poseídos por la violencia y el frenesí. Las almas estallan
como los colores, las voces, los sentimientos. ¿Se olvidan de sí mismos, muestran
su verdadero rostro? Nadie lo sabe. Lo importante es salir, abrirse paso,
embriagarse de ruido, de gente, de color. México está de fiesta. Y esa fiesta,
cruzada por relámpagos y delirios, es como el revés brillante de nuestro silencio y
apatía, de nuestra reserva y hosquedad. El laberinto de la soledad de Octavio Paz,
1996. Extraído de

1.- ¿Qué es lo que nos dice Octavio Paz acerca del espíritu festivo de los
mejicanos?
El espíritu del mexicano es alegre, ardiente y desenfrenado, le gustan las fiestas.
 2.- ¿Cuál es el propósito del ensayo?
Este ensayo pretende mostrar lo que hace este pueblo cada año en sus fiestas
patronales las cuales pienso que no tienen mucha diferencia a las nuestras.

 3.- ¿Cómo introduce este ilustre ensayista su tema?


Todo santos, día de muertos.

El mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas.

 4.- Ofrece tu opinión acerca de las vivencias del autor en este asunto
Creo que es una vista personal de lo que son las fiestas patronales mexicanas
siendo real y verdadero todo cuanto dice el autor, es un país que cuando hace
algo lo hace con mucho sentimiento y corazón, es una cultura muy interesante que
vale mucho la pena estudiar.

5.- ¿Qué dices del tono del discurso?


En lo personal pienso que describe mucha violencia en sus palabras, creo que
pidieron ser parafraseadas para llegar a términos que puedan indicar lo mismo
pero menos agresivo.

6.- Comenta el pasaje relativo a la Fiesta del Grito y la personalidad de los


mexicanos.
La (Fiesta del Grito), es una tradición mexicana que se celebra cada año donde se
deja reflejar las diferentes personalidades de este pueblo, esta fiesta da lugar cada
año el 15 de septiembre de cada año a las 11 de la noche específicamente, donde
se escuchan los gritos en todas la plaza.

 7.- Trata de encontrar algún paralelismo entre mexicanos y dominicanos.


Los mexicanos y dominicanos, somos muy parecidos en cuanto a lo que es la
diversidad de fiestas, en mi opinión personal siempre eh pensado que nuestro país
al igual que México, está repleto de días festivos.
Argumenta tu opinión. Haz un listado previo de coincidencias y diferencias.
Existen más diferencias que coincidencias entre los mexicanos y nosotros, solo
algunas cosas son iguales, por ejemplo, que son muy trabajadores, alegres, el
idioma, pero en lo demás es un país muy diferente, su gastronomía, música,
danza etc. Es una cultura muy diferente que solo coincide en algunas cosas.

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