0145 1960 04 Mundo Hispanico
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0145 1960 04 Mundo Hispanico
15 p e se ta s
RETRATOS
I^kndjbéríca
D istribuidores de la
E M P R E S A NA CIO NAL
ESTUDIO DE PINTURA DE
DE AUTOCAMIONES, S. A.
JOSE DEL PALACIO
Logramos de un mal retrato fotográfico un buen cuadro,
al óleo, pastel o acuarela abric antes del camión español
MINIATURAS SOBRE MARFIL, PAISAJES, MARINAS, BODEGONES,
COPIAS DE CUADROS DEL MUSEO DEL PRADO, RESTAURA
CION DE CUADROS Y CLASES DE DIBUJO Y PINTURA
o
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PELIGROS, 2 M A D R I D
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A M P L I A G A M A DE M O D E L O S P A R A EL
ESTAN A LA VENTA TRANSPORTE DE MERCANCIAS Y PASAJEROS
TAPAS E N T R E G A S D E L M O D ELO
PARA ENCUADERNAR Z - 2 0 7 d e 1 2 0 C V .
LA REVISTA
EN B R E V E P L A Z O Y PO R
«MUNDO HISPANICO» R IG U R O SO O RD EN D E PED ID O
g e n e ra c io n a l
doy Callao, 1218. Buenos G A B R IE L D E L V IL L A R
»fre» ( Argentina). Desean V. Calle Victoria. 3.038. tings, pueblo s im p á t ic o ,
canje de libros y revistas V alparaíso ( Chile).— Desea habitantes amables, estan
sobíe temas generales en canje de sellos de todos los cia campestre, quince mi
castellano, francés, italia países. nutos autobús distante po
blación y playa a dos ho
no e inglés. ras tren de Londres. Pen
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sión c o m p le t a temporada
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ARM ANDO r o d r í silla 282. San Felipe (Chi
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FERNANDO NELSO N
tales de cualquier tipo. salón descanso, agua co
R. Romero, 2.955. Santiago rriente caliente y fría. Bi
E
de Chile.— Desea correspon blioteca. Jardines, arbole
PE D R O V E G A . Local dencia con jóvenes españo n la sucesión de las generaciones en la vida social parece corres
da, e x t e n s o s . Escriban
30. Galería Florida. Tucu- les de c a t o r c e a veinte
vuelta correo. Con autori
ponder ahora el turno a una nueva promoción sociocultural que
mán (Argentina).— V einti años. Tengo quince. Inter
dós años. Desea correspon zación de las autoridades irrumpe en el viv ir español. Limitándose concretamente a España,
cambio de monedas y se locales de E d u c a c i ó n de
dencia con chicas de dieci llos. aunque conducido por una línea temática que consideraba el pro
siete a veintidós años, para Hastings, facilitamos tam
bién entrenamiento de Se
blema conjunto de los pueblos de cultura ibérica, Eduardo Adsuara, un
intercambio cultural, en es
pecial de Europa y A fr i cretariado Comercial para joven humanista de la nueva generación, se refería hace unos días en
ca; en latín, español, ale ESPAÑA estudiantes, a precios re
ducidos.
Madrid, en el curso de una conferencia desarrollada en el Instituto de
mán. italiano y francés Cultura Hispánica, a la aparición de la «generación del 60» en nuestra
J E S -O M A R IA RODES vida cultural.
G R AC IA . San Blas, 6.
L a fase que nos es más próxima del vivir colectivo contemporáneo
BRASIL Tortosa (España). — Desea FRANCIA he mantenido también por mi parte en otras ocasiones que está clara
correspondencia con jóve
nes españoles y surameri- SIM ONE COCOUZ. 113, mente marcada, en efecto, por tres generaciones intelectuales anteriores
ROGELIO S IL V A . Cali» canos.
P ro fe s o r Valadares, 152, rue R. Losserand. Paris la nuestra. L a del 98, o sea la que abre el siglo, con Unamuno como
XIVème (Francia). Mucha
2." Río de Janeiro (B ra
L U IS G O N Z A L E Z I Z cha francesa de dieciocho
símbolo máximo, y toda su formidable carga intuitiva, creacional y pro
sil).—Desea correspondencia blemática, destacándose como una proyección madrugadora de la con
con señoritas de quince a QUIERDO. V íctor Prade años. Estudiante de Eco
dieciocho años, en inglés, ra, 67, 3.° deha. San Se nomía. — Desea correspon ciencia española a punto de renacer. La del 20, generación docta y euro
bastián (España). — Desea dencia con joven mexica
francés o español.
correspondencia con seño no, estudiante o artista,
peizante, cuyo símbolo humano sería Ortega, y el fruto más logrado,
ritas de veinte a veinti para intercambio de ideas. histórica y culturalmente, la República. Y la del 36-40, generación bri
cuatro años, extranjeras o llante y trágica como pocas quizá en la Historia, cuyo magisterio inte
CANADA españolas, residentes e n SOLE J U A N y C. C. S. lectual quedó truncado y roto al term inar el drama nacional. Ahora
Madrid, en castellano, fran FO YE R . S. P. 87630. Par,
C O LE TTE LAG ACE. cés, inglés o alemán. BCM. P a r i s . Algérie, corresponde el turno de aparición a la nuestra, la del 60, integrada por
2436, Avenida de L ’Orphe A. F. N .— Dos jóvenes de los hombres cuya aparición en la vida intelectual e histórica de España
linat. Gifford, Quebec (C a M A R IS A C A B R E R A veinticuatro y veintinueve cobra pleno sentido veinte años después de haber concluido aquel con
nadá).—Dieciocho años, es C A R R A T A L A . V irgen del años, queriendo hacer ex
tudiante de la Escuela N or Socorro, 43. Alicante.— De pedición espeleològica del flicto, cuya síntesis constituye ahora la meta histórica que está pendiente
mal. M oren a, con ojos sea i n t e r c a m b io tarjetas año 1961, desean entrar en de nuestra capacidad de inventiva y de sacrificio.
negros. Desea correspon postales en colores con co contacto con personas in E l papel característico de esta nueva promoción, parece que todos es
dencia, hablando un poco leccionistas de otras nacio teresadas en ésta, hablando
francés, con persona de nes. francés, italiano, inglés y tamos conformes en que es el de su autenticidad. Y la exigencia radical
cualquier país. español. de esta autenticidad es no dejar de ser nosotros mismos ; transformar
G L O R I A D E T. San profundamente nuestra existencia colectiva, sin dejar de permanecer
MAUD LAROCHE. Ste- Pedro, 2. Plasència (Càce
Croix. Lac St-Jean. Que fieles a un legado de los antepasados que contiene un mandato inexora
bec (Canadá).— Estudiante
res).— Desea corresponden
cia en francés con jóvenes
PORTUGAL ble. ¿Hasta dónde hemos de cambiar, pues, y hasta dónde debemos seguir
de Pedagogía y Psicología. cultos, franceses o belgas, siendo quienes fuimos?
Dieciocho años. Desea co de veinticinco a t r e i n t a JOSE A N T U N E S LOU-
rrespondencia con estudian R EIR O . Caixa Postal 183. Pensemos, por ejemplo, en Europa. Se manifiesta hoy, indiscutible
años.
te español de diecinueve a Nova Lisboa. Angola mente, una marcada tendencia universalista en la conciencia española.
veintitrés años. (A fric a Occidental Portu Diversos sectores— y especialmente los estudiantes y los técnicos y profe
JOSE M A N U E L CO NE guesa). — Desea correspon
SA Querol, 8. M e l i l l a . — dencia con chicas del Ca sionales— se sienten fuertemente atraídos por la posibilidad de una aper
Cambia sellos de España nadá o de Hispanoaméri tura incondicional al mundo; de modo más concreto, a Europa. Por
CHILE por extranjeros. Remite se ca para intercambio de supuesto que se trata de un fenómeno mundial; no es algo exclusivo de
ries nuevas por otras en costumbres.
ANTONIO J IM E N E Z M. compensación. MANUEL PEREIRA los españoles. Los muros culturales y políticos que han enclaustrado
Calle Sucre, núm. 042. De CARDOSO. Sanatorio Son durante siglos, y en muchos casos durante milenios, a los pueblos, den
partamento 4. Antofagas AN G EL M ORENO sa Martins. Pabellón 8.
ta (Chile).— Desea corres tro de compartimentos estancos, se derrumban hoy por todas partes. En
ABAD . Juan Limón, 6. Cuarto 6. Guarda ( Portu
pondencia con estudiantes Madrid.— Desea correspon gal).— Desea corresponden el Medio Oriente, en el A fric a negra; en el aplastamiento de la vieja
de bailes españoles resi dencia en español con se cia con señoritas en por y remotísima teocracia tibetana.
dentes en España. ñoritas de todo el mundo tugués. No cabe duda tampoco de que tales milenarios muros de aislamiento
están siendo sustituidos en algunos casos— como el mismo del Tibet—
por nuevas murallas, quizá todavía más altas e impenetrables que las
destruidas. Pero hay una diferencia importante. Mientras las barreras
de antaño paralizaban y momificaban a menudo incluso la conciencia
colectiva— sobre todo en los países asiáticos y africanos— , las que hoy
levanta, por ejemplo, el comunismo, o alzaron ayer los fascismos euro
peos, son históricamente efímeras. Impresionan algún tiempo por su in
mensa concentración de poder; pero en sus fundamentos son radicalmen
te contradictorias. Prometen ofrecer respuesta al ansia de verdad y de
justicia del hombre engañado y oprimido de nuestro tiempo, y su única
realidad espiritual efectiva es el intento de borrar la conciencia de ple
nitud humana cultivada por el cristianismo. Se orientan hacia la socie
dad justa anhelada por todos los hombres de buena voluntad; pero es
para hacerlos retroceder a estructuras de servidumbre y envilecimiento
colectivos semejantes a las experimentadas en los trances más deshu
manizados de la Historia. Sólo pueden producir crisis, terribles cierta
mente, capaces de ensombrecer una o varias generaciones; pero, en
definitiva, inestables, pasajeras.
Lea meilleurs livres sur les plus grands peintre«
En España, el actual momento universalista a que nos referimos no
Edición en francés. Publicados: coincide con esos procesos extremos. E l comunismo no juega ningún
Botticelli u M O N O G R A PH IE S , a 8 $ cada título: papel importante en el cambio de estructuras pendiente. Nuestras ener
Giotto P tíreu*re1’ Carpaccio, Cézzane, Chagall, Degas, Dufy, Fra Angélico, Gauguin,
’ , <î7a’ _preco, Klee, Lautrec, Manet, Matisse, Modigliani, Monet, Picasso, Piero gías creadoras autóctonas van en otra dirección, antimaterialista y
Pidan 6 a * rancesca> Rembrandt, Renoir, Rouault, Van Gogh y Velasquez. antimarxista. Y tampoco existe peligro especial de golpe de fuerza o
(cambio ^ or08 libros desee. Envíe cheque en dólares a nuestro favor con el pedido invasión, que es el camino por el que el comunismo acostumbra es
» o9,85 pesetas), y será despachado seguidamente. Enviamos gratis nuestro ca tablecerse sobre los pueblos. E l peligro, en este orden de cosas, apunta
tálogo general de librería, de 126 páginas.
más bien por otro lado. Sin dejar de comprender el poderoso y nece
LES GRANDES R E V O L U T IO N S P IC T U R IA L E S , a 9 $ cada tomo:
Impressionnisme I.— Impressionnisme I L — Cubisme. sario estímulo que para nuestro país puede suponer la apertura espa
. Fauvisme.— Montmartre.— Paris I.— Paris II.— Venise. ñola al mundo, y que nuestras actuales tendencias universalistas tratan
GRANDF.q CTum TTtci LA La Peinture grecque ............ ......... $ 28 de favorecer por todos los medios, no podemos dejar de advertir y se
P E IN T U R E Le Haut Moyen Age .......... ......... $ 28 ñalar el mal grave que éstas apenas ocultan; la evasión de la propia
T.:ascaux La Peinture romane ............ ......... $ 28
$ 22 La Peinture gothique ........... ........ $ 28
conciencia y responsabilidad colectivas; la extranjería mental; la rup
$ 28 Le XVème siècle ................... ......... $ 35 tura con las tradiciones básicas— entre las que figu ra la propia tra
8 18 Le XVIIème siècle ............... ......... $ 18 dición revolucionaria y sindicalista— ; el distanciamiento separatista
u P Î nîure r r / ::/ ..... ,8 20 Le X V IIItaie siècle .............. ......... $ 18
progresivo de cada una de las porciones nacionales divididas del gran
( 228
byzantine ................... $ 8 Le XIXòme siècle ................. ......... 818
cuerpo social hispánico.
CRED ITO E D IT O R IA L H E R N A N D O
Carreta». 21. 1.'-Apartado núm. 1.003 — M AD RID M a n u e l L IZ C A N O
Mensaje p ara la otra orilla
LA IN D U ST R IA L IZ A C IO N
DE HISPANO AM ERICA
A G R IC U L T U R A E IN D U S T R IA la. En resumen, el equilibrio— con toda su in tiva— tenga que conceder una importancia ca
mensa significación social, puesto que ello im pital a la mecanización de su agricultura y a
A cualquiera que efectúe un viaje por His plica la aparición de masas laborales fabriles y la tecnificación de sus masas campesinas. Re
panoamérica le será patente la magnitud de sindicalistas— se está realizando. sulta muy interesante ver, por ello mismo, los
los esfuerzos realizados para potenciar su in El gran dilema es dirigir, pues, hacia la crea datos de producción de fertilizantes, según paí
dustrialización. ¿Su ritmo es suficiente? ción de las infraestructuras necesarias, el ca ses y regiones del mundo:
El índice de inversión de los países más pital de inversión. Henry G. Aubrey, al estu
desarrollados de Hispanoamérica ha superado diar en «Capital Formation and Economie
el 14 por 100— con relación a la renta na Growth» los problemas que ello lleva apare
cional— , aproximándose, por tanto, al efec jado, no dudaba en advertir que la radical ape P R O D U C C IO N M U N D IA L DE F E R T IL IZ A N T E S
tuado por determinados países industriales de tencia de beneficios ilícitos había hecho im E N M IL L O N E S DE T O N E L A D A S
Occidente. Con la salvedad importante de que posible que el proceso siguiera un ritmo más
Estados Unidos (importa aún) ........... 5,37
el 14 por 100 de estos últimos, por su ma normal. Daba como datos de la inmensa voraci
Africa ..................................................... 0,11
yor riqueza, reviste una importancia mucho dad del capital algunos datos harto ostensi
Hispanoamérica ....................................... 0,38
mayor. Pese a todo el impulso, es manifiesta bles: Que en el Brasil, 256 empresas del
Oriente Medio ....................................... 0,12
mente general. estado de Sao Paulo obtienen unos beneficios
Según el economista Raúl Prebisch, de la anuales del 34,4 por 100, pero que un tercio
C. E. P. A . L., y aun teniendo en cuenta los de ese grupo sobrepasaba el 50 por 100 y
datos anteriores, el ahorro nacional interior de un cuarto el 100 por 100. Añadía que las 286
la mayor parte de las naciones hispanoameri empresas del grupo Matarazzo llegan a una La producción de fertilizantes y la mecani
canas no es de la dimensión necesaria para media del 90 por 100. zación de la tierra constituyen, pues, una ex
transformar sus infraestructuras. Aparecen, sí, Establecer y crear la conciencia de las ver periencia importantísima que tiene que realizar
grandes complejos industriales, pero no se cul daderas necesidades deberá ser, en el futuro, Hispanoamérica en toda su dimensión. Pién
mina su construcción dentro de un cuadro ar el elemento de mayor y más vital importancia sese que se trata del 16 por 100 de las tie
mónico, para el que se necesitaría, obvio es en el cuadro de la industrialización hispano- rras cultivables del mundo. Es interesante ob
decirlo, una ayuda financiera a escala inter américa para evitar que puedan ocurrir, al tiem servar, por tanto, la cantidad de hectáreas, por
nacional. po, dos graves sucesos: tractor, en diversas partes de la tierra:
No obstante, el cuadro estadístico «agri a) Que la industrialización se convierta en
cultura-industria» está sufriendo transforma un factor de prestigio personal o gubernamen
ciones importantes. Baste ver, por ejemplo, que tal, sin tener en cuenta la verdadera realidad
si en la Argentina el índice de producción económica del país.
agrícola en 1945 eran de 102 y de 77 para b) Que el poderío de ciertos grupos eco Ha. por
la industria— como promedios de compren nómicos llegue a realizar ciertas fases de des tractor
sión— , éste ha pasado a ser de 111 contra arrollo industrial, minero o petrolífero, casi de
122 para la producción del campo, diez años carácter extraterritorial— aunque el capital sea Extremo Oriente ................................ 8.500
más tarde. En otras palabras, en la primera exclusivamente nacional, porque una cosa no U. R. S. S ................................................. 210
fase del desarrollo económico, agricultura e tiene nada que ver con la otra— , que no fo Norteamérica ....................................... 50
industria comienzan a equilibrarse. Asunto al menten la creación de verdaderas infraestruc Hispanoamérica ................................... 470
que debe dedicarse gran atención, puesto que turas económicas, sin las que, a la larga, todo Europa .................................................. 104
en la década de 1900 a 1909 los productos estará en el aire.
manufacturados de la Argentina sólo represen
taban la mitad del valor de la agricultura.
LA M E C A N IZ A C IO N Pero, una vez más, volvemos al mismo pro
DE LA A G R IC U L T U R A blema anterior: a la necesidad de crear una
IN V E R S IO N , A H O R R O , P O L IT IC A conciencia colectiva de utilización racional de
Está pasando ya la fiebre, en muchos pun la riqueza y de los bienes. El Banco Interna
En líneas generales, el proceso es idéntico tos ingenua, de que una rápida industrializa cional de la Reconstrucción y Desarrollo no
en otros países. Tomemos como ejemplos ra- ción fabril era suficiente para terminar con ha dudado en señalar que es necesario cerrar
tificadores de esta lenta pero clara derrota de todos los dilemas conectados con un escaso el ciclo de las grandes posesiones— muchas de
la supremacía agrícola en la renta nacional, los desarrollo. A l revés, hoy se intenta que la me ellas abandonadas o sin cultivos intensivos— ,
datos del Brasil y México, donde la curva se canización del campo y de la agricultura jue para iniciar la de una agricultura dispuesta a
aproxima también a la igualdad. Si se unen guen un papel armónico en el proceso. No se liquidar endemias y carencias de todos cono
los productos mineros, la industria estará ya trata tampoco de ir a establecer sociedades cidas. El B. I. R. D. dice textualmente que
en cabeza. nacionales autárquicas y cerradas, puesto que ciertos países de Hispanoamérica se ven obli
el cuadro mundial es otro y se tiende, en rea gados a importar alimentos para el consumo
lidad, a la creación de grandes organismos de sus poblaciones urbanas— pese a la masa
internacionales de comunicación automática: agrícola y las posibles extensiones de terrenos
Mercado Común, Zonas de Libre Cambio y cultivables— porque no se ha procedido a una
M illones
de Cooperación, etc., etc. utilización más lógica y adecuada de sus tie
Por esa misma razón se hace necesario ver rras.
Brasil (agricultura) ............ 3.587 (dólares) Todos estos factores no quitan fuerza nin
los problemas en conjunto, ya que el capital
Brasil (industria) ................ 2.440 » guna al progresivo avance de la potencialidad
extranjero, en esta nueva etapa del mundo,
México (agricultura) ......... 11.545 (pesos) industrial de Hispanoamérica, pero contribu
pasa a ser también una inversión normal en
México (industria) ............ 11.523 » yen, o debieran hacerlo, a situarnos con en
los países de renta nacional insuficiente. Al
menos, no se puede esperar que acuda— a me tereza ante unos problemas que, de una for
nos que esté ciego— con los mismos prooósi- ma u otra, corresponden a todos los hombres,
tos de coloniaiismo económico que lo hicie y más a los que, hablando la misma lengua,
En 1956, a su vez, los productos manufac ra en el siglo X IX . debemos tener un idioma común ante preocu
turados de Chile superaban ya en 41 millones De ahí que Hispanoamérica— con un 50 por paciones idénticas.
de dólares el valor de la producción agríco 100, como mínimo, de población agrícola ac E. R. G.
LIMPIA, FIJA Y DA ESPLENDOR
C o n s u l t a s
a 8 a
A c a d e m i a
Hernán G. Peralta. San José. Costa
R ica .— Con los datos que proporciona don MONSEÑOR Frecuentemente vemos en la prensa la abreviatura de
A lva ro Fernández Peralta en su trabajo Monseñor así: M g r. La Academia publicó en julio de
«F a m ilia P era lta » (en la «R evista de la 1956 una resolución sobre el particular que decía: «L a
Academia Costarricense de Ciencias Ge Academia Colombiana de la Lengua recuerda a los señores pe
nealógicas», núm. 2, 1955), unidos a los riodistas: 1) Que la abreviatura castellana del tratamiento
que conservo en mi archivo, puede fo r eclesiástico M onseñor es Mons., y no ” M g r” , la cual correspon
marse la genealogía de la fam ilia Peral de al francés M onsigneur. 2) Que la abreviatura Mons. está
ta, de la que hoy damos un extracto. registrada y aceptada por la Academia Española hace muchos
años en su Gram ática y su D iccionario.»
P era lta .-—-Lin aje navarro. Una rama
pasó a Medina del Campo (Valladolid) GIRA Y JIRA m' smo a^ ° anotado arriba, nuestra Corporación
y otra a Andalucía, que se trasladó más dió a conocer este aparte del Acta de su sesión del
tarde a Costa Rica. 17 de septiembre : «L a Academia Colombiana advierte que, con
la publicación de la edición decimoctava del Diccionario de la
I.— Don García Martínez de Peralta, Real Academia Española, ha quedado establecida la doble or
En campo rojo, un grifo de oro nació hacia 1350, descendiente del palacio togra fía de la palabra gira, con g y con j ; así: G ira (de girar,
alado y con uñas de azur. Bordura
de Cabo de A rm ería de Peralta, conse
de oro, con las cadenas de N a v a
1.a acepción): Excursión que efectúa un grupo de personas, sea
rra de azur. jero y secretario del R ey Carlos I I de por mero recreo o con otros fines. J ira (del francés bonne
N avarra, señor de Undiano, en 1376; chère, buena cara): Banquete o merienda, especialmente cam
diputado a las Cortes de Zaragoza en 1405, casó en 1384 con doña Ana pestres, que se hacen entre amigos con regocijo y bulla.» (De
Sancha Ruiz de A zagra. paso, informo a mis lectores que nuestro gráfico término pique
VI. — Don Antonio de Peralta y Velasco, I I marqués de Falces, IV te ya está incluido en el Diccionario oficial, como colombianis
conde de Santisteban de Lerín, señor de la Baronía de Peralta; na mo, definido así: «merienda cam pestre».)
cido en 1492 y fallecido en 1542. Casó el 17 de diciembre de 1514 con
doña Ana de Bosquet y Lucy, señora de Tornay (fallecida en 1545), ACUSE DE RECIBO No faltan puristas extremosos que condenan
hija de don Juan de Bosquet, barón de Ponget, canciller de N avarra, esta expresión. Sin embargo, el director de la
y de doña Ana de Lucy, señora de Bel-Aire. Fueron padres, entre otros Academia Colombiana contestó a un consultante, al respecto,
así: «A cu se de recibo es una expresión correcta, registrada en
hijos, de:
el Diccionario.»
a) Don Gastón de Peralta, I I I marqués de Falces, V conde de San
tisteban de Lerín, señor de la Baronía de Peralta, I I I v irrey de M é P A N E L Oímos con frecuencia en la televisión el anglicismo pánel.
xico en 1566; casado con doña Ana de Velasco; padres de don Antonio A este respecto, es bueno recordar aquí lo que expresó,
de Peralta y Velasco, IV marqués de Falces, V I conde de Santisteban en octubre de 1956, la Academia Colombiana: «L a palabra
de Lerín, señor de la Baronía de Peralta, que, de su matrimonio con pánel que está utilizando el señor... (omito el nombre) para sig
doña Ana de Campo, tuvo a doña Ana M aría de Peralta, V marquesa n ificar el grupo o conjunto de jóvenes que deben contestar las
de Falces, V I I condesa de Santisteban de Lerín, señora de la Baronía preguntas propuestas, es un anglicismo inaceptable en castella
de Peralta, casada con don Jaques de Croy, con sucesión, representada no. Nuestra lengua tiene la expresión equivalente me sa; y así,
hoy por el actual y marqués de Falces. puede decirse la mesa delibera, la■ mesa no ha podido ponerse
6) Don Juan de Peralta, que sigue. de acuerdo.»
VII. — Don Juan de Peralta y Bosquet, nacido en 1517 y muerto en
1571; obtuvo licencia para pasar a Costa Rica en 1565. Casó en 1540 A b V K ft O Y n [B A ijT E l antiguo embajador de los Estados Unidos
con doña Leonor de Salcedo y Jaramillo. A P V Í b O K T K fc r O R Í en Colombia, señor Philip Bonsal (correspon
diente extranjero de nuestra Academia), consultó, cuando tenía
V III. — Don Manuel de Peralta y Salcedo, nacido en 1541; casó en
en Bogotá la representación de su país, qué término considera
1563 con doña Leonor Sánchez de Peña.
ba aquélla más adecuado para reemplazar el Advisory report
IX. — Don Diego de Peralta y Sánchez de Peña, nacido en 1568 en usado en los círculos diplomáticos. La Academia contestó al se
el Puerto de Santa M aría (Cádiz). Casó el 9 de agosto de 1598 con ñor Bonsal que, en su orden, le recomendaba las siguientes lo
doña Juana Díaz de la Cámara. cuciones: In form e comendatorio, In form e insinuativo, Inform e
X. — Don Andrés de Peralta y Díaz de la Cámara, nació en E l
Puerto de Santa M aría el 12 de diciembre de 1605 ; casó en 1648 con
doña María de San Juan. CONCEJO, CONSEJO Sobre estos términos recibe consultas fr e
XI. — Don José de Peralta y San Juan, nació en Jerez de la Fron cuentemente la Academia. Copio aquí un
tera el 29 de marzo de 1655, y casó el 28 de julio de 1697 con doña aparte de la respuesta que a un corresponsal dió nuestro direc
Juana Franco de Medina. Padres de: tor: « Concejo denota la corporación formada por los conceja
les y encargada de la administración de un municipio. Consejo,
o) Don Tomás de Peralta y Franco de Medina, nacido en Jerez de
entre otras acepciones, significa junta consultiva, junta que da
la Frontera el 30 de mayo de 1698, donde falleció el 1 de mayo de 1743,
consejo; y de ahí pasó a significar diversas clases de corpora
creado marqués de Peralta por don Carlos V I de A u stria en Viena,
ciones administrativas oficiales o de empresas particulares.»
a 19 de febrero de 1738.
b) Don Esteban Francisco de Peralta y Franco de Medina, que DRIVE- I N Tengo a la vista un recorte de La P a tria en el que leo:
sigue. «N u eva organización tendrán los D riv e -in de la ciudad.»
X II. — Don Esteban Francisco de Peralta y Franco de Medina, na Esto me hace recordar una carta que el padre Félix Restrepo
cido en Jerez de la Frontera el 1 de abril de 1703, y fallecido en 1763; escribió en octubre de 1956 a los señores J. B. Jaramillo Meza,
casó el 11 de noviembre de 1731 con doña Agueda M aría de Barrios. Rogelio Escobar A ngel y Camilo Orozco, sobre este afectado an
X III. — Don Sebastián José de Peralta y Barrios, nacido en Jerez glicism o: «E n L a P a tria de ayer veo que se van a cambiar
de la Frontera el 30 de octubre de 1735, y fallecido el 29 de octubre los nombres de los establecimientos malamente llamados "drive-
de 1800; casado el 10 de septiembre de 1754 con doña A n a Antonia in” . Felicito a ustedes cordialmente en nombre de la Academia
de la Vega. Colombiana por la patriótica labor que están adelantando en
esa ciudad, a fin de restituirle su castizo aspecto de gran se
XIV. — Don José M aría de Peralta y de la Vega, nacido en Jaén
ñora hispánica.» Y agregaba el director de la Academia que
28 de septiembre de 1763, y fallecido en Cartago el 7 de agosto
el nombre castizo «que está en el Diccionario y se usa mucho
de 1826. Trasladó su residencia a Costa Rica en 1783. Casó el 12 de
en España, es merendero.» Doy la voz de alarma a los distin
abril de 1783 con doña Ana Benita López del Corral, y en segundas
guidos amigos a quienes se dirigió el padre Restrepo, pues veo
nupcias, el 29 de octubre de 1816, con doña A n a Basilia de Alvarado
que por allá también están soplando vientos «anglicados».
Y Oreamuno. De su primer matrimonio tuvo diez hijos y cinco bijas,
y tres hijos y cuatro hijas de su segundo matrimonio. Uno de estos
(T r tp Algunas personas creen que este término no está admi-
hijos de su segundo matrimonio fu é: LO vsUTO R tido por ja Reaj Academia Española, porque consultan
XV. — Don Bernardino Peralta y Alvarado, nacido el 21 de julio la penúltima edición de su Diccionario (1947) y no lo ven. Pero
de 1823. Fué su hijo reconocido. en la 18.a edición (1956) aparece locutor, locu tora : «persona
. XVI.— Don Manuel M aría de Peralta, enviado extraordinario y mi- que habla ante el micrófono en las estaciones de radiotelefonía,
nistro plenipotenciario de Costa Rica, de las Ordenes de Isabel la Ca para dar avisos, noticias, programas, etc.»
tólica y Carlos I I I, y Legión de Honor, al que en 1883 S. S. el Papa,
O scar E C H E V E R R I M E S IA
como jefe del Antiguo Sacro Romano Imperio, rehabilitó el título de
(D e la Academia Colombiana
marqués de Peralta.
J * la Lengua.)
¡Ju l io A T IE N Z A
s
C O N T IN E N T E VACIO J O Y A S DE H A C E DOS M IL AÑOS
Iberoamérica es un continente vacío, y lo seguirá siendo Hace más de treinta años fueron des
en el año 2000, cuando esté cerca de los 600 millones de cubiertas en la colina de Coronilla (Bo
habitantes. Sin embargo, algunas voces exteriores, dema livià ) una serie de joyas de oro— discos
siado propicias al control de la natalidad— y, por tanto, corona, colgantes, orejeras, vaso, etc.~.
no católicas— , se muestran alarmadas por su crecimiento Ahora, el profesor Ibarra Grasso, di-
demográfico, prefiriendo los sistemas de control a cual rector del Museo Arqueológico de la Uni
quier otro método de solucionar los problemas de una ma versidad de Cochabamba, ha publicado
yor densidad de población, como se ha hecho en la isla sus conclusiones sobre el hallazgo. Se
borinqueña. E l director de la Oficina de Investigaciones gún el arqueólogo boliviano, las joyas
Demográficas de W ashington acaba de «a d v e rtir» que tienen una antigüedad de unos 2.500
Iberoamérica podrá llegar a ser un «gigantesco arrabal» años, perteneciendo a un « rey » de la
si no se adoptan medidas radicales para contener el ritmo cultura megalítica, anterior a, la de
de crecimiento de sus habitantes. «S i continúa durante Tihuanaco. Forman, en conjunto, el más
mucho tiempo— dijo— el fenomenal aumento de la pobla importante descubrimiento de oro ante
ción que actualmente se registra, la situación amenazará rior a la llegada de los españoles o
gravemente las esperanzas de fomento y desarrollo econó América que se ha efectuado hasta el
mico.» presente.
MATEMATICOS CARDENAL F IL IP IN O
La Unesco ha creado un centro de Los católicos filipinos— más del 80 por 100 del país— han visto
formación de profesores y especialistas coronada ahora su antigua aspiración de contar con un cardenal en
en altos estudios matemáticos para Ib e la Iglesia. Rufino J. Santos, arzobispo de Manila, elevado por Sv
roamérica, con sede en Buenos Aires. Santidad Juan X X I I I al cardenalato, gobierna una de las mayores
De igual form a acaba de establecer otro archidiócesis del mundo, con 3.800.000 fieles. E l acierto de su desig
centro regional iberoamericano, en Qui nación viene a los católicos de todo el mundo al mismo tiempo que lo
to, para la formación de profesores de
noticia, trascendental en la historia de la Iglesia, de llegar al colegio
periodismo. Anteriorm ente existía otra
institución periodística en Estrasburgo, cardenalicio el primer hombre de raza negra, monseñor Lurian Ru-
con destino a Europa. A frica y Oriente gamwa, obispo de Rutabo (Tanga-nica). Pa ra los hombres, esencial
Próximo. mente a.ntirradstas, del mundo ibérico. 1960 es. pues, un año decisivo.
R EFO R M A A G R A R IA TEA TR O
La reforma agraria está siendo abordada por gran parte de los Gobiernos hispanoamericanos.
Después de las medidas radicales de Bolivia y Cuba, otros países han encarado el problema con El II Congreso Interamerica-
diverso criterio. En Venezuela, una Ley de Reforma Agraria se ha aprobado. En ella no^ se trata no de Teatro tiene anunciada
de dividir o repartir los latifundios, sino de distribuir las tierras públicas a los campesinos, ace su celebración para los días del
lerando así la producción de alimentos. En Ecuador también se está llevando a cabo un mode 22 al 29 de abril, en La Haba
rado programa agrario de asentamientos y colonización. En Colombia, un sector del partido li na. La reunión, auspiciada por
beral ha declarado como principal objetivo la realización de la reforma agraria, «para liberal al
la Dirección General de Cultu
campesino de la explotación de los terratenientes». Uno de los líderes de este sector afirmó que
«cada país debe actuar dentro de sus propias modalidades y de acuerdo con las condiciones ra de Cuba, seguramente coin
impuestas por las luchas locales». Bolivia, por su parte, tiene la intención de convocar este afio cidirá con la apertura oficial
un congreso campesino iberoamericano, para estudiar, sobre todo, estos problemas de la reforma del Teatro Nacional Gertrudis
agraria. Gómez de Avellaneda.
CO LABO R AC IO N B R A S IL E Ñ O -P A R A G U A Y A A L IA N Z A S
C
MUND•O
HISIPAÑIc o
D ir e c to r : J O A Q U IN iC A M P I L L O
S U M A R I O
Págs.
Págs.
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EN P A G IN A S DE T IP O G R A F IA :
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C u a n d o t ie m b la la
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vantes ................... 36-38
E n r i q u e Rui G a r c í a
1 9 5 9 : Otro Las fotografías insertas en estas páginas tienen casi exclusivamente un carácter ilustrativo, puesto que
las cifras y el texto que las acompañan son bien elocuentes y constituyen por si solos auténtica infor
mación. Aquí ofrecemos una vista general de Avilés y un horno en pleno funcionamiento. A la
vuelta, un aspecto del puerto de Avilés, y la botadura del vapor «Juanita Chacártegui», que despla
za mil toneladas, llevada a cabo en fecha reciente en los activísimos astilleros bilbaínos de Udondo.
en España
en el último quinquenio). plomo en un 7 por 100 desde las 68.700 tonela
La extracción de carbones, que en 1958 alcan das de 1958, y ligeram ente la de cinc.
zó la cifra de 17,08 millones de toneladas, ha Los abonos nitrogenados han registrado un
disminuido, aproximadamente, en 1,5 millones alza importante, alcanzando una producción de
de toneladas (8,5 por 100), reducción que sólo 334.000 toneladas, que sign ifica un aumento del
en parte es imputable a la modificación de la 27,5 por 100. E l carbonato sódico ha experimen
coyuntura económica, ya que la excelente plu tado un aumento del 14,5 por 100.
viom etría del año ha permitido reducir en un La producción de cemento sigue su marcha as
cendente, con un aumento de 400.000 toneladas
98 buques entraron en servicio en 1959, cuyo 44 por 100 la producción de energía termoeléc
(el 8,3 por 100), que ha perm itido alcanzar, en
trica, con la consiguiente economía de combus
tible. tre todas las variedades, la cifra de 5,21 m illo
tonelaje significa un aumento del 59 por 100 Pero la contracción del consumo ha sido mu nes de toneladas.
cho mayor que el descenso de la producción, pues Las industrias del m otor han realizado nue
los stocks en bocamina, sumados a los depósi vos e importantes progresos en la producción de
tos de la R. E. N. F. E. y a los parques de car automóviles, camiones y tractores, al paso que
bón de las principales industrias y centrales té r la de motocicletas ha experimentado una fuerte
r ! N el año 1959 ha proseguido la expansión industrial, aunque
micas, han aumentado durante el año en más de contracción. Las cifras que se han alcanzado son
con menor intensidad y regularidad que en los años anterio
un millón de toneladas, lo que representa una las siguientes :
res. Se han conseguido progresos importantes en ciertos sectores
(en el siderúrgico, la producción de aluminio, fabricación de n i inmovilización de capital muy importante.
trogenados y en las industrias de motor, principalm ente) y se han Finalmente, la importanción de hulla (unas Automóviles de turism o ........ 40.500
producido retrocesos, también importantes, en otros (extracción 700.000 toneladas) ha sido in ferio r en un 36,5 Camiones y furgonetas ......... 14.000
de carbón, fibras artificiales, industria textil, por ejemplo), como por 100 a la de 1958, y el consumo de fuel-oil Tractores agrícolas ................ 3.157
era de esperar en un año de transición en materia económica, se también ha descendido en un 12,5 por 100.
Motocicletas ............................. 87.200
gún ha manifestado a los informadores el ministro de Industria, E l consumo de energía eléctrica ha reflejado
también el cambio de la coyuntura, con un Ciclomotores y bicicletas ...... 152.800
señor Planell, con ocasión de comunicarles los datos correspondien-
del motor
aumento del 5,7 por 100, muy in ferio r al re En el año actual la fabricación de tractores
tes a la marcha de la industria durante el año 1959 y el detalle
gistrado en años anteriores, que oscilaba alre deberá aproximarse a las 10.000 unidades, y en
de inversiones que los programas industriales aprobados por el M i
dedor del 10 por 100. el próximo deberá abastecer totalmente al mer
nisterio exigirán a lo largo del quinquenio 1960-1964.
Como es lógico, la contracción tuvo lugar con cado nacional.
En 1958 la renta nacional se cifraba en 438.494.000 pesetas
mayor intensidad durante el segundo semestre, Durante el año 1959 se han puesto en servi
de ese mismo año, equivalentes a 300.368.000 pesetas de 1953, lo
que sólo acusó un aumento del 1 por 100 sobre cio 98 buques, con 156.000 toneladas de registro,
que suponía un aumento del 4,4 por 100, y que, reducido al cálcu
el de 1958. lo que acusa un aumento sobre 1958 del 59 por
lo de renta anual per capita, equivalía a 14.783 pesetas de 1958
La expansión de la producción siderúrgica ha 100, y, en cambio, los buques lanzados han su
ó 10.126 de 1953, es decir, 36.616 pesetas en 1958 por individuo
sido muy importante en lingote de hierro (un mado 109.000 toneladas, con un descenso del 25
activo (25.082 pesetas en 1953).
26 por 100 sobre las 1,3 toneladas del año an por 100.
En el mismo año 1958, la aportación de la industria a la renta
terio r) y en acero bruto (16 por 100 sobre las La industria textil ha logrado, durante el pa
nacional fu é de 143.830 millones de pesetas, con un incremento de
1,5 toneladas de 1958), pero mucho menor en la sado año, incrementar sus exportaciones de un
16.000 millones sobre el año precedente. El 24 por 100 del total de
minados, que sólo aumentó en un 3,8 por 100. modo sustancial; pero la producción total ha
la industria española lo componía la metalurgia, los productos me
E l mercado no sólo está bien abastecido, sino seguido en declinación con descensos del 5 por
tálicos y la maquinaria. E l 20 por 100 lo componía la industria de
que se ha podido dedicar a la exportación una 100 desde las 95.772 toneladas de hilaturas de
la construcción y los materiales de construcción. E l 11 por 100, la
parte de la producción. algodón de 1958, y del 15 por 100 desde las
industrial textil. El 10 por 100, los productos químicos. Otro 10 por
Se destaca la producción de aluminio, que al- 13.774 toneladas de las de lana en 1958.
100, el caucho.
INVERSIONES QUE EXIGIRAN
LOS PLANES INDUSTRIALES
PARA EL QUINQUENIO 1960-64
In version es que e x ig irá n los progra m a s in du striales
para el quinquenio 1960-1964 :
A) I N D U S T R I A S B A S IC A S C O N P R O G R A M A S
E N D ESARRO LLO
B) I N D U S T R I A S N O B A S IC A S C O N P R O G R A M A S
G E N E R A LE S QUE D E B E N D E S A R R O LLA R S E
E N E L P E R IO D O D E C IN C O A Ñ O S
E) R E S T O D E I N D U S T R IA S , 37.445
C IN C O A Ñ O S C O M O P R O M E D IO
S
nen domiciliado su afán y su
sueño en Recife, la populosa
ciudad, blanca y reluciente al
sol que la condecora, capital
del estado de Pernambuco, si
tuada en el centro del nordes
te del Brasil. Su puerto es la
salida natural de una zona de
más de 100.000 kilómetros cua
drados, donde se asienta una
población que sobrepasa los tres millo
nes y medio. Los datos son, siempre que
se trata del Brasil, grandes, como des
mesurados, como si hubieran sido tra
ducidos a una escala gigantesca. P o
dríamos traer aquí cifras de producción
y de comercio, mención, por toneladas,
de la producción de café y algodón, ín
dice de su velocísimo crecimiento demo
gráfico. Pero ni aun así, posiblemente,
conseguiríamos dar una ligera idea de
la enorme vitalidad de toda esta región
perteneciente a ese país del futuro que
se llama Brasil.
A la izquierda de estas páginas: Una estampa del Brasil colonial, con calles
empinadas, con cuestas que pregonan su raigambre ibérica, como si estu
viéramos en cualquier pueblo marinero del Levante o de Ibiza.— Sobre estas
lineas: «Luar» en Olinda. La luna tropical, redonda como un inmenso globo
celeste, pastorea el rebaño de nubes, pone en la ciudad un sobresalto, como
una aparición mágica.— A la izquierda: El perfil recio, caviloso, de un «jau-
gadeiro». Si lo conociera Hemingway, haría un nuevo y emocionante relate
humano sobre el mar y sus hombres valerosos.— Abajo, al pie de página:
Desde el pie de la colina donde está situada Olinda, una vista de Recife,
Un B a n c o e s p e c ia liz a d o
e n e x p o r t a c io n e s
e im p o rta cio n e s,
y con u n a e x p e rie n c ia
in te r n a c io n a lm e n t
re co n o cid a .
N las «cinco fotos sueltas» de este
! , Mák
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PIEL ROJA
UNA
ALTARES
EN LOS
*
Los últimos descendientes de los iroqueses adoran a Kateri, y la consideran hoy día como su gran protectora. Algunos de ellos, vestidos con sus atuendos
tradicionales, han ¡do a Roma a solicitar del Santo Padre la beatificación de la joven india, lo que, según parece, tendrá lugar en fecha no muy lejana.
Aparece cierto que la primera santa norteamericana será gación de Ritos el 26 de noviembre del año siguiente, encontró
una piel roja, la iroquesa Kateri Tekakwitha. La cau en Pío X II un gran defensor. El proclamó el grado heroico fie
sa de su beatificación es seguida con el más vivo inte las virtudes de Kateri y nombró postulador al padre Cario Mié-
rés por el mundo católico, y especialm ente por los ca cinelli. El padre M iccinelli, en estos días, precisam ente, ha re
tólicos norteamericanos, devotísimos de la venerable novado la petición al Santo Padre para que sean tornados en
«Ojo de Sol», que si boy es ya considerada como pa consideración los milagros de la venerable Kateri y se concluya
trona oficial de los Boy Scouts de América, se conver el curso del proceso. Muchísimos fieles, devotos de la india, es
tirá, acabado el proceso de beatificación, en la protec criben de todas partes del mundo.
tora de los católicos estadounidenses y canadienses.
La causa de beatificación de la india Tekakwitha, * * *
esto es, «la que camina dudando», iniciada el 20 de mayo Kateri fué la primera virgen cristiana que el pueblo iroques
de 1939 y examinada por vez primera por la Sagrada Congre dió a la Iglesia católica. Hija de las soledades salvajes del Gran
pvorte, vivió veinticuatro años, de ellos los últim os cuatro en
ja ]uz ¿e la fe cristiana. Nació en 1656, en Casernon—la actual
Auresville, de la diócesis de Albany, estado de Nueva York— ,
y su infancia y juventud transcurrieron en el mundo prim itivo de
los iroqueses, esto es, en una tierra en la que reinaba el odio
]a venganza. Hábiles cazadores de bisontes, ambiciosos y san
guinarios, los indios se abandonaban en aquella época a todos
jog excesos : practicaban la poligam ia, condenaban a muerte a
los viejos y a los enfermos y torturaban y daban muerte a los
prisioneros de guerra.
«Ciervo Verde»,, padre de la futura santa, pertenecía al Con
sejo de Ancianos del pueblo Iroqués-Moliawks, y era un desta
cadísimo guerrero y gran cazador. En el curso de una incursión
en los pueblos algonquinos, que ya se habían convertido al cris
tianismo, raptó a la doncella que sería después la madre de
un vuelo...
Kateri.
Una tremenda epidem ia, que diezmó a su pueblo, dejó huér
fana y sola a Kateri a los cuatro años. «Marcada por las cicatri
ces de la viruela— escribe el padre Cholenec, que fué su direc
tor espiritual— , se vió obligada a protegerse constantemente los
ojos, porque no soportaba la luz del sol.»
Confiada al cuidado de unas tías emparentadas con «Gran
Lobo», uno de los más importantes jefes de los Kanawake, la • m ás có m o d o
niña llevó una vida retirada y serena, y sus costumbres dife
rían radicalmente *de la de las demás jóvenes de la tribu.
A pesar de las marcas de la viruela, Kateri nos es descrita • m ás rápido
como una bella m uchacha, que, por no haber aceptado las con
tinuas propuestas de los guerreros jóvenes, fué maltratada pol
los jefes de la tribu y obligada a huir de noche hasta hallar
• m ás grato
refugio 200 millas más allá de su aldea, en la M isión de San
Francisco de Sault. Según una leyenda, fué ayudada en la fuga
por un guerrero cristiano y otras dos indias, aue detuvieron a
los numerosos seguidores arrojando grandes rocas desde lo alto
de una colina. Otras muchas leyendas circulan en torno a la don en los reactores de
cella india, cuya iconografía es muy abundante. Artistas de va
rios países—incluso de China—han pintado y esculpido la imagen
de Kateri, y una escritora canadiense, Nora Routledge, ha to
mado recientemente como asunto para un drama la vida de la
X 4 S
virgen. La obra ha alcanzado un gran éxito en los Estados U ni
dos y Canadá.
La extraña conducta de Kateri en el pueblo donde vivía hizo
que la motejaran de loca. Las tías, sin embargo, conociendo a
fondo la firmeza de carácter de la muchacha, eran muy indul
gentes con ella. En otoño de 1677, el jesuíta padre Lamber-
CARAVELLE
ville, en una visita extraordinaria al pueblecillo, encontró a la para distancias medias
muchacha. Todo fué muy rápido. Al año siguiente Kateri reci
bió el bautismo, y aún permaneció en el poblado durante año
y medio, hasta que fué obligada a huir. En 1679 entró a for
mar parte de una asociación de mujeres que querían conseguir
la perfección cristiana ; desde entonces castigó cada vez más su
D O U G LA S DC-8
cuerpo, basta enfermar gravemente. Sin embargo, el espíritu para largas distancias
parecía tomar en ella nuevas fuerzas a expensas del cuerpo. Las
pruebas a que se sometía eran tremendas. LIn día se colocó una
brasa ardiente entre los dedos de los pies, y soportó el terrible
suplicio. Al día siguiente, m ilagrosam ente, Kateri no tenía tra
za ninguna de quemaduras. La mejor combinación
Fd prodigio extraordinario sobrevino inm ediatamente después
de su muerte. El Martes Santo de 1680 Kateri, largo tiempo in de la era de los "jets"
movilizada en su lecho, recibió el Santo Viático, .y al día si
guiente expiró. Un cuarto de hora después de su muerte acae
ció un hecho maravilloso. Su cara, verdosa y desfigurada por EU RO PA - AM ERICA
las marcas de la viruela y por la penosa enfermedad y las pe LEJA N O Y M EDIO ORIENTE
nitencias, se transfiguró com pletam ente, irradiando una belleza
y claridad que no solam ente pasmó a los misioneros, sino a los
propios indios, que rehusaban darle sepultura. E l jirodigio se
mantuvo durante una semana, hasta que al fin Kateri fué en
terrada.
Después de su muerte, las curaciones obradas por su interce
sión lian sido innumerables. Se cree que en una fecha no leja
na la santidad de Kateri Tekakwitha será proclamada por la
Santa Sede y elevada a los altares. La primera santa de los Es
tados Unidos será una piel roja.
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F R a n c o l a g u i d a r a MADRID PALMA DE MALLORCA BARCELONA
ay una luz, dulce y antigua, que señorea el ámbito de las catedrales, establece el alto
dominio del color sobre las naves de las iglesias y magnifica el aire, convertido en do
micilio de la fe. Primores artesanos, delicadas pupilas, manos cuidadosas, juntaron cris
tales, como quien junta palabras de una oración, hasta lograr el prodigioso resultado
de la vidriera, donde todo se resuelve en belleza. La historia del arte nos cuenta la
relación, esmaltada de ejemplos vivos, donde cada estilo dejó el sabor de una época
y de unos hombres. Huellas de luz, balcones gozosos, ventanales de la alegría conde
corada, se asoman a cada paso en cada lugar, se llame León, París, Reims o Floren
cia. Si la vida es corta, el arte es largo, y secontinúa en el tiempo. Y el de nuestros
días registra una especie de renacimiento del arte de la vidriera, al que los artistas
de hoy aplican su dedicación. Aquí, a estas páginas, traemos hoy una muestra valiosa
de ello. Adolfo C. Winternitz nos cuenta en color la Pasión de Cristo, los hechos de
los apóstoles, los milagros de la fe, la historia de la Iglesia. En la espléndida arquitectura
que Fisac levantó en Alcobendas relampaguea con encendida luz, a través de las cristaleras, de
los pedactis sueltos de vidrio de color, el drama y la piedad de Cristo. Y nuestra humilde
ventana de papel se honra con presentar ese testimonio de belleza que tanto invita al espíritu.
Completando esa entrega de la más moderna y audaz iglesia deMadrid, traemos a esta pá
gina unos fragmentos de la obra realizada por Winternitz para la iglesia parroquial de San
ta Rosa de Lima. «L a última cena», bajo estas líneas, y, a la derecha, «Lázaro», «La Ve
rónica» y «Moisés», confirman el acierto del artista y dan testimonio de su obra bien hecha.
FIGURAS
DE
PASION
L A
IlllllinillMIMIIIIIIIIIIIIIIIlItlIllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllimillHllllllllllllllllllllírr
jjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiHHiiiiiiiiiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimmiiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiiiiii
N escriba salmodió el proceso, y el intérprete trasladaba al latín las acusaciones : blasfemias, embauca-
mientos, adaptación de las profecías, con daño de Israel
U
Goteaba la voz en el claustro solitario del Pretorio con un eco roto y frió.
Poncio se cansaba de aquel relato de culpas, donde no había, para él-, ninguna realidad humana.
Y volvióse a su séquito.
Sonaron las trompas. El sanedrita enmudeció, plegándose. Y Pilato exclamó :
— ¡Juzgadle vosotros mismos, según vuestras leyes!
Traducidas las bruscas palabras, las enviaban los corros próximos a los apartados, tejiendo un
rumor sañudo.
Poncio, que ya pasaba los claustros, retrocedió impulsivo y siniestro.
— ¿Qué quieren?—y quedó inmóvil, mirando la multitud.
Sobre un fondo de voces surgía el grito metálico de un viejo curial.
Rábbi Jeschoua es digno de muerte; mas a nosotros ya no nos es dado el poder de esa sentencia. Rábbi Jes...
-¿ Y qué hizo?—le cortó, impaciente y adusto, el romano.
Simón-ben-Kamithos, menudo y pálido, le repuso :
— ¡N o te lo traeríamos si no fuese culpable!
El viejo prosiguió :
—Rábbi Jeschoua se ha rebelado contra el Señor Dios nuestro, contra nosotros y contra ti mismo. ¡Se llama rey!
— ¿Rey?
Y la mueca altiva de Poncio acabó en un pliegue de recelo. Se fijó en Jesús y miró al centurión, que arrojóse
de su potro, dejando las bridas a un esclavo de las cuadras.
Poncio dijo :
—Sílbelo.
Y él adelantóse. Detrás le aullaban las turbas. Y no se volvió. Comenzaron a llegarle los pasos del soldado.
En el sol del mosaico veía caminar la afilada sombra del reo, y la sombra cojeaba.
Pilato se detuvo para mirarle. Rábbi Jesús tenía un pie descalzo, y le sangraban las uñas; el otro llevaba san
dalia, una sandalia reventada de subírsele y aplastarle otros pies, gorda de fango y estiércol.
Los palomos de los torreones volaban rodeando el Pretorio, y la proyección de su vuelo se rompía rauda y
graciosa en el sol de las murallas.
Pilato apoyó su diestra en el breve pilar que partía la aguda ventana. Era un aposento hondo, vestido de
paños, donde millares de siervas labraron figuras de monstruos y vegetales de Egipto y de Libia. Colgaban de los
artesones cuencos de pedernal para las estopas de las luces, racimos de aljabas y de clavas, adargas de pieles poli
cromas, que envió el gran Herodes de sus guerras con los parthos. Los lechos de ciprés y cornerina formaban un
estalo bajo los tapices. En medio de la estancia reposaba una gigantesca loba de bronce sobre un cubo de mármol
negro, por el que se trenzaba, reproducida en esmalte, la viña de oro de 500 talentos—«encanto de los ojos», se
gún los judíos— que Aristóbulo regaló a Pompeyo. Y frente al animal sagrado, en una mesa délfica, brillaba una
ampolla de vidrio con peces de Aretusa.
Pilato contempló la gloria del día de primavera, los campos tiernos, los montes esculpidos por el cincel de la
...que escribió el
poeta alicantino
Gabriel Miró
luz, y, junto a su palacio, las manadas de hombres greñudos y foscos, amontonándose en la planicie. Les odió tanto,
que sintió el latido atropellado de toda su sangre.
Asomóse el centurión; luego, Jesús, el trujamán, el asesor.
£ No lo advertía Poncio. Recordaba las pasadas matanzas, las letras de Tiberio..., y se maldijo, porque las anti
£ cuas crueldades le impedían ahora machacar esa muchedumbre... ¡Nunca, nunca, se le había deparado una costra
de humanidad tan densa de israelismo como entonces!
Venían las risas de los caballeros romanos.
Tornóse Poncio y llamó al tribuno.
— ¿Qué nuevas tienes tú del Rábbi? . _ . 0 . , ,.
Y el tribuno, recio y pecoso, sonrió como un chico mazorral... Había visto al Kabbi en el templo, «a jo el
con una escuadra porqiie Jesús acometía a los mercaderes de los atrios... Fué después del día de su triunfo en
las calles...
— ¿Su triunfo?... ¿Cuántos le aclamaban? =. , ,
Y el custodio de la fortaleza quedóse cavilando. Se veía en su frente ruda el ahinco de torpe y de escrupuloso
para el recuerdo. Parpadeó mucho, resolló y d ijo : , , , , , ,
—Eran todos pobres y forasteros. Menos que hoy. Los que el sanaba. Centes galileas y algunas del arrabal de
fíethania, de Betfage y de Ofel. ,.
— j Es éste el mago a quien Addai, rey de Edesa, llamo a su casa. Empújalo aquí.
Y Poncio sentóse en un dorado bisellium, de espaldas a la claridad. Sus pupilas de cobre se contraían ace
chando a Jesús. Y de improviso le gritó :
— iCuéntame lo de tu reino! .
Aún llegaba el Señor, y su frente, sus pómulos, el hueso de su nariz, su barba, iban recibiendo la luz de la
' ' El'TrJjamán?’ pesado, rollizo, repitió en siríaco lo que dijo Poncio, y repasaba soezmente en las basuras de la
sandalia del Rábbi. ■ . . . . ,
Pilato apartó al plebeyo, hincándole en la pierna la punta agudísima de sus calceus.
Jesús los miró; pasóse la lengua por sus labios terrosos, y contesto en habla grecana.
— ¡M i reino no es de este mundo!
L O S C I N E S EN LOS P A I S E S
DE H A B L A E S P A Ñ O L A
Núm .
P A IS Población de Núm . de
cines localidades
LOS V ET E R A N O S
No son éstos los únicos nombres de un nuevo
cine español. En la misma generación que recogió
la antorcha del cine al término de la guerra es
pañola, quedan nombres como los de José Antonio
Nieves Conde— «Surcos», «El inquilino»— , José
Luis Sáenz de Heredia— «Mariona Rebuil», «El es
cándalo», «Don Ju a n »— , Rafael Gil— «Huella de
luz», «El fantasma y doña Juanita», «La calle
sin sol»— , Manuel M ur Oti— «Un hombre va
por el camino», «Cielo negro» — o José María
Forqué. Este último— «El diablo toca la flauta»,
«Un día perdido», «Amanecer en Puerta Oscu
ra», premiada en Berlín,’ «De espaldas a la puer
ta»— es un hombre especialmente esperanzador
por su madurez formal, a la que sólo falta el
encuentro con los grandes temas. Mientras, fuera
de España, Carlos Velo y Luis Buñuel hacen su
extraño cine español, españolísimo pese a todo.
Y las generaciones jóvenes empiezan su lucha por
su propio cine, justo en este comienzo de 1960,
de lo que ¡remos dando cuenta a ustedes, si Dios
quiere.
José María P ER EZ LO Z A N O
T E LE FO N O S :
/jNTES de centrar estas notas en ¡os estrenos que entre ¡os más recientes Dirección ................................................. 57 32 10
11 alcanzaron alguna resonancia, creo oportuno facilitar a ¡os lectores de Administración ......................................... 57 03 12
MUNDO HISPANICO información en torno al desarrollo de la actual tem Administración y Redacción : 24 91 23 y 24 87 91
porada teatral en Madrid. Desde que ésta se iniciara, en el pasado mes de oc
tubre, cinco grandes acontecimientos dramáticos merecen prioridad absoluta
DIREC CIO N P O S T A L P A R A TODOS LOS SEVICIO S :
en la mención: uMùribel y la extraña familia», de Miguel Mihura; « La visita
Apartado de Correos 245 - Madrid
de la vieja dama», de Friedrich Diirrenmatt; « La loca de la casa», de Pérez
Galdós; « La Orestíada», de Esquilo, en versión de Pemán y Sánchez Cas-
taner, y « La cornada», de Alfonso Sastre. El éxito de público alcanzado por
EM PRESA D IS T R IB U ID O R A :
las más de estas obras— y concretamente el logrado por la tragedia esquil.ana
y por la reposición afortunadísima del drama de Galdós— expresa, de manera Ediciones Iberoamericanas (E. I. S. A .). Pizarro, 17 - Madrid
fehaciente, cómo la situación de divorcio que a veces se advierte entre pueblo
y teatro desaparece en cuanto a aquél se le ofrecen obras de calidad e interés
auténtico. De las tres obras restantes, sólo la de Mihura permanece en cartel, IM PR E SO R E S :
lo cual no es óbice para que tanto la de Alfonso Sastre como la de Dürrenmatt T ipografía y encuadernación : Editorial Magis
produjeran en los medios teatrales el impacto a que su dignidad artística y terio Español, S. A. (M adrid).— Huecograbado
ambición temática las hacía acreedoras. Y, dicho esto, podemos pasar ya a y o ffset: Heraclio Fournier, S. A. (V ito ria ).
enjuiciar, brevemente, las últimas obras dramáticas estrenadas en Madrid.
E N TE R ED A S SECOND CLA SS M A T T E R A T TH E
español a , antiguo s y
im SS ? ta' c''ma- Pero entiéndase que este elogio del director no supone
m°do alguno desmérito para los actores, todos ellos admirables en sus
1 J >?ctlvos cometidos, y muy singularmente Margarita Lozano— ¡qué si-
d¡pCKf- tan exPresivos l°s suyos!— , cuya labor fue simplemente para-
Dar r 3' <~‘on e^a destacaron> del extenso y disciplinado reparto, Am-
Lu'° | e^es’ Carmen Sáez, María Cañete, Enrique Rincón, José Vivó, José
modernos y siempre selectos.
órneng^T’ ^era^ln <~’· Vázquez, Silvia Roussin, Julio Navarro y Guillermo
ANON
REGORIO Marañón y Posadillo
G
HA MUERTO
nace en Madrid el 19 de mayo
de 1887, hijo de don Manuel
Marañón y Gómez Acebo y de doña
Carmen I’osadillo. El padre fue fi
gura muy destacada en el ambiente
social e intelectual de Santander,
amigo y contertulio de Pereda, Me
néndez Pelayo y Galdós; juez muni
cipal primero y académico de Ju
risprudencia luego. Gregorio vino al
mundo con otro mellizo univitelino,
rareza hereditaria descrita en más
de uno de los genios de la Historia,
O una,
N
Luis, que murió a los dos meses. sino varias veces, cruzó Marañón el Atlán
El padre poseía unj gran bibliote
ca. Allí, Gregorio Marañón devoró
mucha lectura. Galdós y la lectura M arañón tico para poner su amor y su clara voluntad de
entendimiento en las tierras españolas de aquella
e
orilla que llamamos Hispanoamérica. El mismo ha di
de un libro de Cajal se cuentan en
tre los factores determinantes de su cho de él que es «un español que no quisiera ser nada
elección de la cerrera de Medicina. sin ser español, y que considera su amor a América
Empezó sus estudios universitarios como una especie de su españolismo».
con la idea de dedicarse a la Neu En 1927, Marañón hace un breve viaje a Cuba. La
rología y a la Psiquiatría, pero lue Habana y Matanzas le tributan cariño y admiración.
go sería la Endocrinología la que le Tres conferencias y su participación en el V II Congre
Hispanoamérica
daría universal fama. En 1909 se li
cencia, y obtiene el doctorado en
so Médico dejan señales fecundas de su paso. Luego,
1910. Entre sus compañeros ya tie en 1937, asiste en Montevideo a la inauguración del
ne renombre y estimación. Y entre Instituto de Endocrinología. Después de una semana de
sus profesores destaca Olóriz, San intensa actuación (conferencias— una especialmente im
Martín y Madinabeytia. Amplía es portante, Los factores hormonales del hambre— , leccio
tudios en Alemania al lado de Ehr- nes clínicas de diagnóstico de enfermos) pasa a la A r
lic':, que terminaba entonces sus es gentina y Chile. Homenajes, solemnidades académicas,
tudios sobre el «606». En 1911 gana
una plaza en la Beneficencia Pro lecciones, conferencias, se suceden. Y con ellas, la fe
vincial, como médico, y empieza a cunda experiencia del encuentro de la tierra y el hom
crecer su fama de tal. bre. Así, en Buenos Aires, dice: «H e venido solo, sin
El descubrimiento de Toledo fué representación ni intermediarios oficiales, a ponerme
todo un símbolo. La razón íntima de en contacto con el alma argentina, y mi experiencia, di
su enraizamicnto en la ciudad de recta y fresca, de hombre y de español errante, es hoy
Garcilaso y el Greco se debe, posi sentimiento puro, objetivo y rendido de una sinceridad
blemente, al viaje que hiciera a To
ledo acompañando a Galdós. Toledo que en cualquier otra circunstancia no hubiera podido
y el cigarral «Los Dolores», casa alcanzar.» Brasil será el nuevo entrañable paisaje humano que recorre Marañón en este viaje.
abierta y llena siempre de gente de El año de 1939 vuelve a repetir la excursión, casi por el mismo itinerario. Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay
todo el mundo, fueron el remanso, y Brasil. En todas partes le acompaña el mismo caluroso, popular y solemne recibimiento. Y en todas estas vi
el rincón de paz donde Marañón es sitas Marañón siente crecérsele su alma hispana. Especialmente en Perú, vibra su espíritu emocionado. Así, dirá
cribió casi todos sus trabajos de en la Universidad del Cuzco: «Siento la misma emoción española, profundamente española, al recorrer los res
historia, de ensayo y de investiga tos venerables de las fortalezas o de los templos de los Incas.»
ción. El amor a los libros, a los via
jes; su constante tarea de conferen Pero hay, aparte este breve y apresurado recordatorio, un viaje permanente del pensamiento, del amor y de
ciante, su labor periodística, la ge la atención de Marañón a América, en la que queda instalado para siempre, como lo prueban tantos textos lúci
nerosidad con que atendía a la soli dos, ejemplares y definitivos. Y hay otro viaje que América, en oleadas humanas sucesivas, le devuelve. Son uni
citud de un prólogo, su amistad bien versitarios— los escritores, los médicos, los historiadores, los investigadores, los enfermos— que vienen a buscar a
regalada en la charla y la compañía, Marañón en España, y que en Marañón encuentran lección, estímulo, comprensión, ayuda, orientación, consuelo
llevarían demasiado espacio para y, siempre, generosidad ilimitada, repartida con aquel señorío sencillo, tan propio de España, que él encarnaba a
contarse. La sola enumeración de
sus libros no cabría aquí. Entre la las mil maravillas. Y ese viaje de hombres hispánicos afanosos de saber, que continúa hasta nuestros días, está
fama y el trabajo de médico, entre orientado, una, cien, mil— y sigamos multiplicando— veces, por la gran atracción que ejerce, desde la distancia, el nom
la tarea de su cátedra y su consul bre y la obra de Marañón. Hasta hoy mismo se ha continuado su discipulado de médicos jóvenes, de estudiantes
ta, van apareciendo los libros litera de Medicina, con quienes, día a día, en las salas del hospital, en su cátedra, predicada con amor y exigencia, ha
rios. «Ensayo biológico sobre Enri compartido horas de trabajo y meditación. Como uno más entre sus discípulos, él, que era el maestro de todos,
que IV», «Amiel», «Raíz y decoro ha sabido estar, incansable, afanoso, fiel a su vocación. Y, entre las miles y miles de personas que le acompa
de JEspaña», «Las ideas biológicas
del padre Feijoo», «Don Juan», «V i ñaban en su último viaje, era fácil reconocer numerosos rostros de estudiantes— comiéndose las lágrimas de hom
da e Historia», «E l conde-duque de bres— , numerosas caras de hispanoamericanos de todos los países, ésos que vinieron para encontrar al maestro
Olivares», «Antonio Pérez», «Elogio y se encontraron al hombre, al padre por añadidura.
y nostalgia de Toledo», «Tiberio»,
son títulos conocidos en todo el
mundo.
Nada dogmático, lleno de senci
llez y cortesía, Marañón gustaba de
D
secreciones internas», «Estudios de
OMINGO 27 de marzo, día de San Ruperto. con él, en esta su última noche, un grupo chico de
Fisiopatología hipofisaria», «Manual
del diagnóstico etiológico», etc. Llueve y llueve sobre la ciudad y, de cuan amigos. Rezos y silencios, y, de vez en cuando,
do en cuando, el sol quiere salir por los viene de la calle un rechinar de frenos en la
Las Academias le llamaron. Y ocu
fueros de la primavera, hacer unos pini Castellana.
paba cinco sillones, suceso nunca
tos. Va cayendo la tarde; y entretanto, en su Mañana de lunes, otra vez lluvia y sol. Cuatro
alcanzado por ningún español. Per «Con los años se acentúa en mí la preocupación de oír y no hablar, de
alcoba, con un balcón sobre la Castellana, se mesas en el portal de Castellana, 63; el señor acento y su perfil, sabemos amar a América con un orgullo que no es or
tenecía a la Real Academia de la er discípulo y no maestro. Quisiera, mientras esté aquí, no robar un
muere, con sencillez tranquila, con dulzura, Gre Manolo ha abierto de par en par las puertas de gullo nuestro frente al vuestro, sino vuestro mismo orgullo nacional, sin
Lengua, a la de Medicina, a la de inuto a las horas, por desgracia breves, que he de pasar entre vosotros
gorio Marañón, glorioso entre los españoles, mien la casa. Suben los grandes de España y los qne sombra de vanidad y de resentimientos. Con un orgullo histórico, de histo
Ciencias Exactas, Físicas y Natura j e I® vuestro pasado. Quisiera no interrumpir con un solo gesto mío
tras suenan en un reloj de bella sonería los cuar han venido, en un largo viaje, de Vallecas o de ria universal, y no de cronicón nacionalista, por lo mismo que ponemos
les; a la de la Historia y a la de
tos de las siete. / Tetuán, sin dinero para el tranvía. El pueblo de | siel a° ra *os Hue me guían en esta peregrinación a través de tantos nuestro orgullo nacional en la universalidad del aliento de los cíclopes que
Bellas Artes de San Fernando. Era g os entremezclados y fundidos en una petrificación increíble en el ám- fundieron su civilización con vuestras civilizaciones.
Están los suyos, y los más queridos colabora Madrid está presente. D esfile incesante; y llegan
doctor «honoris causa» por varias
dores, y sus sirvientes, y están ya aquí, a los los de Madrid y los de fuera; llegan más cestos °nv vues^ra ciudad y sus contornos.» Todo lo que no tenga esa generosidad universal es, para nosotros, his
universidades extranjeras, e n t r e panismo espúreo. Pero, del mismo modo, deseamos que vuestro america
pocos momentos, los primeros amigos que han de telegramas y cartas, y coronas lujosas y flores fíti i ISiCUrS0 en Universidad del Cuzco, con motivo de conferírsele el
ellas la Sorbona, Oporto y Cuzco, 0 de doctor «honoris causa», el 27 de septiembre de 1939.) nismo, que ha de ser cada día mayor, cada día más nutrido de su propia
sabido la nueva mala. Empiezan las llamadas de humildes. ,
y recientemente, en 1957, obtuvo el conciencia, contemple el espectáculo de la gesta heroica de los españoles
agencias, y luego seguirán, en una larga noche, Las cuatro de la tarde. El pueblo— eso _es, el
premio de la Fundación March, cuya con ese mismo espíritu de universalidad que todo lo explica, hasta lo que
las llamadas del mundo, que sabe que ha perdido pueblo— de Madrid, que es pueblo de España, en tal*^er0 ?^ras veces bay en esa ciudad desconocida un recuerdo sentimen-
dotación cedió al Instituto de Endo a primera vista es d ifícil de explicar, porque detrás está el amor, que todo
) un ciudadano universal. una vela unánime y un unánime fervor a Grego má's ^Ue ^le.ne Para nuestra alma realidad tan poderosa que anula las de-
crinología enteramente. i lo comprende.»
i La condesa D’Aulnoy, y Camilo José Cela, y rio Marañón. La última visita a su San Carlos, la ti curlos' dades y todas las obligaciones. Entonces, apenas puesta en
Pero es imposible sujetar a datos y en el recuerdo de los más viejos compañeros, (Discurso pronunciado en la Universidad del Cuzco el 27 de septiem
Ford, y el inglés Burrow, y el buen Ponz, y tan su snTra ¿ Uestra Pla" ‘ a. nos dirigimos al sitio donde ese recuerdo tiene
y referencias la personalidad múlti aquella mañana alegre que, de San Carlos—en un bre de 1939.)
! tos otros miles de viajeros de España, los amigos Pero ar ^ra nos°Uos, toda la ciudad está allí, y el alma del país entero,
ple, el espíritu creador infatigable,
y los enemigos, desde los estantes de su biblio «rip p ert» risas y piropos a las chicas que pasa un n s° S° 0 e? es*e mUagro de cristalización de un vasto territorio en
la categoría humana de don Grego que j azo de tierra el que en aquel instante se realiza. Ocurre, además,
teca miran ahora cómo— ante ellos, a la sombra ban— , iban a la «B om bi» a festejar en casa de «E l español que ha estado en América incorpora para siempre a su co
rio. Pocos hombres han alcanzado
de un Cristo que acaso un día labrara C ellini— Juan el título de médico, ese único título de su sensaa - SenSaC' ° n -c*e *° que acabamos de ver, al cotejarla con la previa razón un elemento perdurable, que es la "nostalgia de Am érica” . La nostal
mayor cariño y devoción en las cla tan c,lon 9u e-teníamos de aquel lugar antes de conocerlo, resultan absolu gia de aquella hora del amanecer en que el español, uno cualquiera, como
duerme su última noche sobre la tierra, de festero esquela.
ses populares, humildes, y más alta
domingo a lunes laboral, Gregorio Marañón. Facultad de Medicina de San Carlos y el Hospi es s h ' ,nUcas. Aquello que no habíamos visto nunca lo sabíamos ya, cinco siglos antes-Cristóbal Colón, adivinó la tierral nueva sobre la línea
estimación y reconocimiento en los
El mundo de las Academias y, cuando dan las tal General. La Diputación y los hombres y ** «P e ri 1 - ria exac*a> clarividente, más justa y más nítida que la que da la de bruma del horizonte, en que vió por primera vez el paisaje del trópico,
medios exigentes de la cultura, de
dos de la mañana, el del teatro. Y los primeros mujeres de su Sala, que se han saltado a 'aJj?re" hemosenCla,/*e *os senUdos; lo sabíamos con la sabiduría previa de lo que con una cabaña vacía y una barca arrumbada en la ribera del río y la
las ciencias, de la intelectualidad. iglesia increíblemente labrada, en pleno desierto, y la muralla imponente
cestos de tarjetas, las primeras canastas de tele ra toda prohibición y han venido a dar un ultim deseo a?laao s*n haberlo visto ni tocado todavía; por puro ensueño, por
Español universal, de la categoría mos vea®mente de que sea en virtud de nuestro amor, tal cómo quisiérarv de los Andes, y las bulliciosas ciudades del Plata, y aquellas otras caste
de Cajal, derramó su saber con gramas y los pliegos cuajados de firm as de «in adiós a don Gregorio. ,
m ortales» y de los que apenas saben coger la Pueblo y pueblo. Patio de Santa Cruz en (D,Ue *uese y n o como tenga que ser.» llanas y tan dulces del Pacífico, y los lagos inmóviles del Sur. Y la hu
amor, con tolerancia, con ejemplari- 25 . 1SCUrso Pr°nunciado en la Facultad de Ciencias Médicas de Lima el medad durmiente de México, y tantas cosas más envueltas en una luZ' ciará;
dad. Su vida fué eso, un ejemplo. pluma. Corre la noche. Las monjitas de su Sala Sacramental de San Justo. Sepultura de MigU
en el General dirigen los rosarios. Fuera, en un Moya, su suegro. Florecillas humildes, y Ave» ó de agosto de 1939.) como las de los sueños de los niños. A l volver a poner el pie en el. suelo,
El que a todos nos vale. Y su muer de Europa el recuerdo americano se transforma en un idegl, y en ése -ins
pequeño corro de tres o cuatro amigos, hay re rías, y lujosas coronas, y lágrimas, y fotografía^.
te, una honda tristeza, que hoy pone tante mismo nace la irremediable nostalgia de América, que ya no nos
luto en el mundo. cuerdos antiguos, y están los de la última hora, y paletadas de tierra. Ahora, Gregorio ^ arjI1(je ref¡eiéseS-Pa” 01- hoy se siente orgulloso al recorrer esta ciudad llena de
ya la tarde en la Casa de Campo o en la Acade descansa en paz, y España anda en orfandad üesinter lmPenales, que el tiempo ha limpiado ya de todo lo que no sea abandonará jamás.»
mia; las últimas cuartillas, escritas para un bello hombre egregio. qtte esada gloria. Porque el español de hoy, los españoles como yo, los (Palabras pronunciadas en Radio Nacional de España a la vuelta de
libro de Juan Pablo Ors. > P se lo que pase, daremos al espíritu nacional de nuestro tiempo su sus viajes.) ':1ÍU
Alta madrugada y el alba. Ahora estamos allí JUAN SAMPELAYO
"a * P :
OC HO
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiiiiiiiiiiiniiiiiifiiiiiiiiiiiii!iniiiiiiiii!iniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
A BORDO DE UN PAIS
N A cosa es hablar de este país a los escasos días de llegar y se santiguan en Semana Santa en Valladolid, asisten a una corrida
otra m uy distinta echarle una mirada a los ocho meses. Claro de toros, le dan la mano a ”D om inguín”, pegan un salto hasta
que para conocer España hay necesidad de años. O de siglos. las murallas de A vila, m eten un pie en el agua quem ante de Bar
Pearl B uck, la célebre novelista autora de tanta novela sobre celona y cuentan, a la vuelta, que conocieron España. O de los co
China, decía: «H e vivido desde mocosa en China. Ahora tengo rresponsales extranjeros, que viven m ontados sobre la máquina
sesenta años, y estoy convencida de que sé m enos que cuando lle en una agencia, hablan por teléfono con los políticos, van pom po
gué aquí.» Con España pasa lo m ism o. M e río de los turistas de samente a un ”colm ao” y term inan por decir: «Esto es España ».
paso que están una semana en el Palace, van a la feria de Sevilla, «Esto no es España...», «Yo conozco la verdadera España », etc.
no era sino una carreta de bueyes que estaba medio atascada y que terminaría
odo podría hacer pensar que quien ha visto y sentido un terre
saliendo del bache. No me asusté; mejor dicho, no me asusté demasiado.
moto, un fuerte y bárbaro terremoto, tendrá mucho que contar.
Me asusté más cuando empecé a escuchar gritos por las escaleras, concreta
Y lo más inhumano y brutal de los terremotos es que dejan la
mente algún grito fijo y despavorido, como el de una rata cuando la pilla
cabeza como una fruta vareada sin piedad y que, aun haciendo
la trampa y no tiene más que un instante agudo de protesta y de acabamien-
esfuerzos por reconstruir los segundos, no es fácil conseguirlo.
to. Era una mujer que vivía en el cuarto de al lado.
Dentro de la sesera se ha metido un ruido extraño, un ruido po
Me quedé fijo en medio de la habitación, sin saber qué hacer, como o l
tente que avanza por todos los costados hasta pasar hecho una
vidado de todo, hasta de quién era. Todavía se estaba moviendo la lámpara
mole indominable por encima de uno, dejándolo como embobado.
y crujían los cristales, pero con cierta blandura y discreción. N i siquiera
Después no queda más que el recuerdo indeleble de dos o tres
se me ocurría ponerme nada encima del pijama. Por el pasillo pasaron
imágenes, alguna de ellas hasta cómica o grotesca. Y no se puede
dos o tres personas. Una de ellas decía algo que sonaba a religioso; otra
describir otra cosa.
decía mecánicamente, y cada vez con menos voz:
Recién llegado a Santiago, justamente a la mañana siguiente
de haber llegado, hubo dos temblores de tierra. El primero me — Este repite, éste repite...
Todo había sucedido en unos segundos, pero era como si hubiera durado
cogió dormido, y, prácticamente, la sensación que experimenté
mucho tiempo, aunque tampoco esta impresión es la verdadera. Era sim
Pasó de ser la de los perchones de un tren que nos despierta en una
plemente como si uno hubiera sido súbitamente sacado de la cama y pues
c ta< ión absurda o en algún paraje desconocido. A l tiempo de levantarme
to en una cornisa frente a un abismo. Uno había querido agarrarse a algo,
Vl 1ue todo se movía como arrastrado por tirones inexplicables. La casa
í‘
Mj
.■ ***»fe»**»
l0rAhora todo el hotel era un «runrún» de voces que comentaban, algo así
una colmena en donde meten un leño ardiendo. Pero a cada minuto
Cue pasaba, el tono de las voces iba cambiando. Cada uno relataba la cosa
<*Ue, anmio v de vez en cuando se escuchaba alguna risa, alguna risa con
acento desequilibrado y
macabro.
Comenzó a sonar el teléfono, al que nadie atendía. Y en pijama salí a
recogerlo porque lo tenía casi al lado de la puerta. El ruido del teléfono,
después de aquellos segundos de indecisión y de pánico, me estaba sacando
J osé L u i s C A S T I L L O - P U C H E
Fotografías: G 1 e n n C u r t í s s, P a c h e c o , C a l v o y P a s t o r
OR fin, treinta y cuatro años después de ser instalado en la
plaza de España, va a ser terminado el monumento a Cervan
tes. El Ayuntamiento, que durante los pasados años fue eri
giendo los grupos escultóricos de las dos Dulcineas y «L a Gi-
tanilla», acordó no hace mucho poner broche final al monu
mento con la aprobación del presupuesto para el bloque «R in
conete y Cortadillo», que está haciendo— como las demás— el
escultor Coullaut Valera. Con su colocación y una pequeña
reform a— consistente en retrasar el grupo de Don Quijote y
Sancho hasta la parte inmediatamente anterior al monumen
to— quedarán finalizadas todas las obras que últimamente se
han estado haciendo, y cuyo coste ha alcanzado la cifra de
963.000 pesetas.
Resulta así que este monumento ha reunido, en sus treinta
y cuatro años de vida no oficial- recuérdese que no está todavía inau
gurado— , figuras construidas en mármol de Carrara, bronce, piedra de
Novelda y de Sepúlveda. De mármol es la parte figu rativa más noble
del monumento; de bronce, las figuras de Don Quijote y Sancho; de
piedra de Novelda, la estructura superior, y de piedra de Sepúlveda, las
figuras añadidas últimamente.
El monumento a Cervantes fue iniciado por preámbulo real de 29
de marzo de 1911, y se hizo por suscripción popular, con gran aporta
ción hispanoamericana. Sus arquitectos fueron don Pedro ¡Vluguruza y
Martínez Zapatero, y el escultor, Lorenzo Coullaut Valera, padre del que
ahora lo está finalizando. La obra ha sufrido, desde luego, bastantes
variaciones desde su idea original, cuando fué concebida como plateres
ca, habiendo evolucionado, en general, hacia un neoclasicismo. Una de sus
características más notables en su altura, que llega a los 37,50 metros.
Los enormes edificios que se han ido construyendo a su alrededor han
hecho menos apreciable esta esbeltez.
Don Quijote y Sancho, las más célebres figuras del monumento a Cervantes,
sobre el moderno fondo del edificio España. Ahora se terminará el grupo.
Cervantes retrató con vivos trazos los tipos representativos del hampa de
Ri nc onet e
su tiempo. Repolido y Cariharta, dos de las figuras centrales de «Rinconete».
L A S 10 F IG U R A S DE «R IN C O N E T E Y C O R T A D IL L O »
se
hasta hallaron
edad de ella
catorce a dos
quince muchachos
años. El de
uno «...Al volver que volvió Monipodio, entraron con él dos mozas, afeitados los ros
ni elbuenaotro gracia,
no pasaban demuy diezdescosidos,
y siete; ambos tros, llenos de color los labios y de albayalde los pechos , cubiertas con medios man
de
ynesmaltratados. pero
Capa, no la tenían; los rotos
calzo tos de añascóte, llenas de desenfado y desvergüenza: señales claras por donde,
eran de lienzo, y enmendaban
las medias deloscarne; en viéndolas Rinconete y Cortadillo, conocieron que eran de la casa llana, y no se
bien
tos, es verdad
porque los que
del lo
uno eran alpargatas, zapa
tan engañaron en nada; así como entraron se fueron con los brazos abiertos, la
traídas como llevadas, y los del otro, picados una a Chiquiznaque y la otra a Maniferro, que éstos eran los nombres de los dos
y sin suelas; de manera que más les servían bravos; y el de Maniferro era porque traía una mano de hierro, en lugar de otra
de»Traía
cormaselqueunodemontera
zapatos. verde de cazador; que le habían cortado por justicia. Ellos las abrazaron con grande regocijo, y les
elpa otro,
y un sombrero
ancho de falda. sin
A toquilla,
la espalda, bajoy ceñida
de co preguntaron si traían algo con que mojar la canal maestra.
por losde pechos, traía el uno una camisa de »—Pues había de faltar, diestro mío—respondió la una, que se llamaba la Ga
color carnuza, encerada,
una manga. El otro venía escueto y sin aly recogida toda en nanciosa—. No tardará mucho a venir Silbatillo tu trainel, con la canasta de colar
forjas, puesto que ena loelque senodespués
se le pareció,
parecía atestada de lo que Dios ha sido servido.
un
era gran bulto,
un cuello que,
de los yquetanllaman valones, al »Y así fué verdad; porque al instante entró un muchacho con una canasta de
midonado con grasa, deshilado de roto, colar cubierta con una sábana...
que todoy parecía
vueltos guardados hilachos.
unos Venían
naipes deen figura
él en »Alegráronse todos con la entrada de Silbato, y al momento mandó sacar Moni
ovada, porque de ejercitarlos se les máshabíanse podio una de las esteras de enea que estaban en el aposento, y tenderla en medio
gastado
las las
cercenaron puntas, y
y quemados porque durasen
los dejarondeldesol,aquel talle. del patio. Y ordenó asimismo que todos se sentasen a la redonda; porque en cortan
Estaban los dos las uñas do la cólera, se trataría de lo que más conviniese. A esto dijo la vieja que había
caireladas y las manos no muy
tenía una media espada, y el otro, un cuchi limpias. El uno rezado a la imagen:
llo de cachas amarillas, que los suelen llamar »—Hijo Monipodio, yo no estoy para fiestas, porque tengo un vaguido de ca
vaqueros...» beza dos días ha que me trae loca ; y más que antes que sea medio día tengo de ir
a cumplir mis devociones y poner mis candelicas a Nuestra Señora de las Aguas y
al Santo Crucifijo de Santo Agustín, que no lo dejaría de hacer si nevase y ventiscase.
Amorosamente, el escultor contempla su creación, a la que perfila los últimos detalles.
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Traje de Lagartera (Toledo).
I
cho obra de cada día, en una admi
rable síntesis de gracia y rigor, las
mujeres de España irrumpieron alegre,
responsablemente, en la vida nacional,
instalando en ella no sólo la gala gen
til de su presencia, sino la dedicación
inteligente, la entrega silenciosa a una
tarea, ese heroísmo llamado constancia.
0
1 tuviéramos que decir dónde ha
estado e| acierto, la gracia, el
prodigio de lo logrado por las
mujeres españolas, nos atreve
ríamos a señalar que en la «in
vención» de nuevas profesio
nes.
modas
Carta d e s d e
Madrid Por
HELIA ESCUDER
VARGAS OCHAGAVIA
PEDRO RODRIGUEZ
M ARBEL
VARGAS OCHAGAVIA
GATELL
Carta desde Madrid
ASUNCION BASTIDA
ASUNCION BASTIDA
T R A B A JO R E A L IZ A D O
P R I N C I P E , 4 MADRID
L IN K E R TELEFONO 3135 13
D e sus fo to s v ie ja s d e fa m ilia , a s í com o d e las a c
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H a c e m o s n o ta r a nuestros clientes qu e el a c tu a l
c a m b io d e m o n e d a los b e n e fic ia c o n s id e ra b le m e n te ,
d a d o q u e e s ta c a s a no ha e le v a d o sus an tig u o s
p recio s. . J . ', .
T R A B A JO R E A L IZ A D O
O R IG IN A L
M IN IA T U R E S
P O R T R A IT S IN O IL
PASTEL
CRAYON
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M in ia tu ra sobre m arfil
d e 53 X 78 mm.
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oo i Señora de Méndez. Estado Falcón (Venezuela).
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En el espacio tan sumamente pequeño que usted nos indica para el lugar
destinado a comedor de cuatro personas, tiene que haber una solución qu<
permita unir el armarito aparador donde se pongan cacharros destinados al
t
M
1 servicio de éste con la propia mesa, sin que por esto quede una solución fea
1 a la vista. Por el contrario, esta situación permite abrir una ventanita de co
Y ci
un oO
rredera que comunique directamente con la cocina, que, además de darle un
tono muy simpático, evita idas y venidas y resuelve de una manera cómoda
el servicio de la mesa. El cuerpo bajo del armarito actuara de trinchero du
rante las comidas y todo el resto de vajilla se guardará en los departamentos
inferiores del mismo, quedando resuelto absolutamente todo en este espacio
\ <
minúsculo y permitiendo aún que coloque el sofá como usted necesita y va
aclarado en el dibujo de la planta.
B E —
z
* Dibujos: JOSE M.a TOLEDO
BERENGUER
un eurhíÍÍ»:::<:SÜá
A
manda Berenguer, nacida en M ontevideo, cuenta aproximadamente unos treinta y seis
años de edad. Desde siempre sintió una insustituible vocación poética, que lleva unida
a su destino como su más segura raíz de justificación y goce y llanto. Las demás cosas
(es ella misma quien informa), el mundo entero, se le ordenan y desordenan de acuerdo a
esa ya antigua y paralela maravilla. Equivocadamente hizo bachilleratos de Medicina y de
Derecho, buscando no sabía qué cosas. Después de muchos borradores y páginas escondidas,
publicó por entonces un primer libro, que, apenas impreso, decidió no distribuir y al que,
sin embargo, todavía ama. Se casó en 1944 con José Pedro Díaz, compañero en ese entonces 5$» íleudas. 'do>.o«\.día- de-óru: y
de clase y actualmente compañero en sus más profundos intereses. Casi en seguida de ca rojotefdo •loa ' afrOO: ratónadO$V •
sarse adquirieron un viejo material tipográfico y una prensa y comenzaron las ediciones de Yalládntidv .hirsuta sobre el blanco,
La G alatea. Taller que tuvieron y tienen instalado en su garaje. A llí imprimieron textos de T a ¿ed Letal;.' L.é¿nL':a mediodía;'
algunos amigos y un poema de ella escrito en ocasión de la muerte de Paul Valéry. En 1949, • hambrienta de tas jjn'SdasV ;cób Jos huesos
uno de los poemas que formaban parte de una obra inédita, el titulado L eda, mereció premio al -!$.aE¡: -ewfer« los- pájaros malignos,
en un discutidísimo concurso de poesía organizado por Am igos del Arte. En 1949, Amanda recuerdo.: moratlá '.-encinta d o 'A v ila ,
Berenguer comenzaba su libro E l río , y su esposo ganaba una beca de estudios en Europa. ¡abortando :.'á- .los ooervos socalares
Por entonces también conocieron al escritor español José Bergamín, que fué para ellos la . en te hora mortal, coma ana densa .Y;?:*::
más directa y fundamental experiencia de lo humano y espiritual unidos. Nuestro Juan mariposa nocturna agonisante,
Ramón Jiménez, que pasó fugazmente por Montevideo por aquel tiempo, visitó la casa .'••Te recuerdo. comino socorrido
de Amanda y de José Pedro y les leyó, «con una voz y una presencia inolvidables», unos . por la ■•aferrada piel do las encinas;. ¡SíS®
recientes poemas suyos. te recuerdo, lagarto y,piedra clara,
Los años 1950 y 1951 los pasó este matrimonio (que tanto recuerda los primeros años del iífilO •dé .visai, yï'htieso, erí: distanciat';
que compusieron Manolito Altolaguirre y Concha Méndez Cuesta) en Europa. El marido te recuerdo hacia el sur, hacia te mano
estudiaba en París, y pudieron visitar también Bélgica, Holanda, Francia y especialmente .tendido-de Madrid, rosa pmartfta,.'. •
España e Italia. En E l río se reconocen las huellas de los tres meses que vivieron en «nuestra dé pronto, On la llanura, como un grito- -: '
querida y trágica España». E l río, comenzado en Montevideo, tuvo una edición restringida creciente desde «1 mar def ftturi ¡tóate,
en 1952 y obtuvo el premio de poesía del ministerio de Instrucción Pública del Uruguay. .'Í'Ay,. ista -de Ja tarde, ÍOVé
Paralelamente a E l río nació un libro de canciones de tono llano y breve; pero es en el . .'fá- terrestre: ciudad çóbre las O.gpas
tono de El río como quiere la poetisa expresar su enorme y valioso caudal lírico. La autora secas y ardiente*! Te recuerdo, lento
dice de sí misma : « A cambio de mayores acontecimientos de heroísmo, no tengo más que la espejismo.do « e r r a , fiebre atenta,
sensibilidad ; esta sensibilidad que acrecienta el mundo, que me hace sufrir y que, sin em parásito del arre, jlmaginatlal
bargo, respeto como un hecho trágico y cotidiano. Es mi defensa, mi recurso, el signo inde \··\v>l·Xv!···>··x·'·····v"·!·Xvr·l·!·r·:·:···*·····vX·ivi·l·i·i·i·;·;·
.......... ............................ .. .·:·>:·:<·:·N;«.:.·rA^.·:·»:·:·:->;·;<.·.·r
pendiente, mi necesaria fuente de sufrimiento ; por ella puede que me salve. Si no la tuviera,
si no temiera por mí con ella, se hubiran necesitado mayores circunstancias adversas y t í- W ?- / V '* # * * * » * ' -5 I
terribles.» |:y;-, $<faté tos aUíbns bordeo de las llagas
C a r m e n C O N D E
La m a y o r e n c ic lo p e d ia
en el m e n o r v o lu m e n
HORIZONTALES.— 1 : Emperador romano. Educada científicamente. Calmoso. Símbo
lo químico.—2: Nota. Sílaba. Da. Planta perenne, labiada, muy olorosa. Figuradamente,
cauto, astuto.— 3: Mamífero carnicero, parecido al gato cerval. Hijo de Jacob.—Sujeta.
GUIA NECESARIA
diera. Almendra azucarada en un bombo.— 8 : Fig., morro. Solicitada. Nombre femenino.
9: «De la tierra, el carnero, y del mar, el...». Célebre vals que dió nombre a una pelí
cula americana. Pepe. Señorita.— 10: Conozco. Fam., sabihondo. Letra griega. Pez ma
por cuanto hallará en este Almanaque Universal 1960, con faci rino del orden de los acantopterigios. Composición musical.— 11 : De la provincia de
mercantil aéreo, composición política de los países, biografías dé VERTICALES.— 1 : Célebre caricato español, contemporáneo. Ciudad donde reposan
Imprescindible como CONSULTORIO INMEDIATO, en el que río de aguas estancadas. Fam., nombre femenino.— 4 : Artículo. Pronominal. Para el
tarifas de ferrocarril, teléfono, telégrafo y postal, sistemas mo tado a ras. Puede estar. Indica. Toque suavemente una cosa con otra. Fig., dinero.—
netarios, salarios bases, índices de vida, signos musicales o de 8: Sílaba. Quítale la vida. Parte de la campana. De la provincia de Jaén. Nota.—
Es BREVE, pues sólo tiene 1.200 páginas, y MANEJABLE, por bre. Siente. Cuero fino curtido.— 12 : Sílaba. Fig., inglés. Molesta, latosa. Limpie el casco
que su tamaño es reducido. del buque. Preposición inseparable.— 13 : Educadores de animales. Rabo. Fábula. Fam., vi-
gilanta de señoritas.— 14: Sílaba. Niega. Tomé las dimensiones. Arida. Par. Símbolo del
Es, en fin, y sobre todo sodio.— 1 5 : En Murcia, judía verde. Combate. Fam., molestia. Nombre masculino.
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Precio : 260 pesetas.
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N o io m o s
HUMOR por Puig Rosado
Un c u e n t o d e
SANZ L A J A R A
EL
FEO
L mayor enemigo de Cándido era el espejo. Nunca qui- ca de atrás, o se entró en la puerta de la- casa que no era la
so, compasivamente, cambiar su nariz de albóndiga, suya.
sus cejas tupidas como bigotes, su mentón prognáti- • Por eso la vida de Cándido no era una vida digna de con
co, sus ojos, tan pequeños que costaba trabajo en- tarse, y él no se atrevió, jamás a compararla con otras vidas que
contrarios en la cara repelente. Pero el espejo tam- pasaron a su lado. Era la suya una vida pequeña y apagada,
bién había sido, en la vida de Cándido, un enemigo una vida casi dolorosa, casi desesperada. La recibió del vientre
silencioso, con quien sç podía conversar de todos los de su madre, y cuando ella lo dejó huérfano, Cándido quiso
temores y las ansiedades, a quien se podía hacer con- encontrar en su padre aquello que no podía definir, aquello
fidencias, el único que jamás respondió con evasivas o estalló que no se reía de su nariz ni de su cara, aquello que abría los
en carcajadas ante su grotesca cara de payaso. Y el espejo, para brazos o bajaca hasta su frente y suspiraba, aquello que debía
Cándido, fué el único leal compañero en los años de soledad y de ser la bondad. Pero su padre huyó de él avergonzado. Como
de desesperación. era hombre, consideró a Cándido un engaño o un castigo; nun-
Cándido era viejo ya. Sus memorias, pocas y estrechas, po- ca como a un hijo. Y Cándido vivió solo, únicamente acom-
dían guardarse en un solo bolsillo del corazón. Su miedo, su pañado por su fealdad.
timidez, sus vacilaciones, habían llegado a los cincuenta años Cándido era profesor. En las aulas, su talento un talento
como cachorros cansados de jugar a solas. Y su ansia de amar construido con el tesón y el tiempo necesarios para derribar al
seguía en Cándido como un animal enjaulado, ansioso de salir más viejo de los árboles era respetado y temido. Durante sus
a la luz del sol. clases nadie podía reír del feo, porque el feo sabía más que
Porque Cándido no conocía el amor. Tenía leídos muchos todos los alumnos hermosos o las alumnas bellas,
libros y registrados muchos suspiros, recordaba noches de in- Y así navegaba Cándido su existencia, un viejo y renquean-
somnio y mañanas vacías, mañanas sin besos y sin palabras te remolcador, carcomido por aguas que de seguro termina
os mujer, pero el amor siempre estuvo en la mesa de al lado, rían un día en el olvidado puerto de la muerte,
siempre pasó por la acera dé enfrente, o se sentó en la buta- Hasta que una tarde a Cándido se le ocurrió sentarse en
JS cerrar los labios y esperar que ella dijera algo a cambio. Como
era su primer diálogo con una mujer en el parque, Cándido se
sentía más feo que nunca, como si tal cosa fuese posible.
— ¿Usted es poeta?— preguntó ella.
— -No— le dijo Cándido— ; no he podido hacer versos Esa
clase de belleza nunca pudo tocarme.
Se sentía repentinamente fuerte y desafiador. Si aquella mu-
jer, quizá por equivocación, llegó para romper su círculo de
soledad, él podía provocarla, restregándole la amargura en |a
cara, por si quería irse ya y dejarlo tranquilo, dejarlo con su
nariz de albóndiga y sus años cansados.
— Sin embargo— contestó la mujer, derribando un poco la
altivez de Cándido— , da usted de comer a las palomas. ¡Y las
palomas son tan amigas mías!
— Y mías— admitió Cándido— . Ellas me conocen, ellas no
me tienen miedo.
un banco del parque que circundaba la universidad y dar de desde que ella murió, las palomas son mis compañeras. ¡Cómo
corner a las palomas. Oscurecía. Platos de sombras rellenaban gustaría de llevármelas a c§sa y darles todo el dinero que mamá
me dejó!
el mantel del cielo, y en las casas de la ciudad los hombres
se lavaban de sus encuentros con el odio, la ambición o la ma — Hágalo usted. Sería hermoso— admitió Cándido.
tumultuosa, hablándose de cosas que, por intrascendentes, borra silencio. El la siguió. Frente a frente, a Cándido las piernas le
j a en Cándido todo recuerdo de amarguras. Y el espejo del bailaban temblorosas. Las bocas estuvieron cerca, recamadas
cuarto de Cándido no podría imaginarse que el feo, en esa con la luz de una farola.
noche era el más feliz de los hombres, que casi era un hom — Volveré, amigo mío; volveré al parque para que conver- .
bre normal, sin mentón prognático, cejas como bigotes y ojos sernos de todas las cosas que usted conoce mejor que yo. Y
pequeñitos. las palomas, sus amigas y mis amigas, nos verán juntos. ¿No
_ Yo nunca he amado— le confesó Rosalía— . Para mí el es eso lo que quiere?
amor es un sentimiento que no puede darse a nadie; el amor — Sí— dijo él— , eso es lo único que le pido. Regáleme unos
es una nube que cubre el mundo en que vivimos, que nos arro minutos en las tardes. Muéstreme, Rosalía, que no le asusto,
que no se empavorece con mi rostro de payaso, que no soy para
pa( que nos consume.
Cándido se sintió egoísta y ambicioso. ¡Un beso! ¿Por qué usted el feo de quien ríen todos los hombres y las mujeres de
mejillas de su madre habían sido regalos. ¡El beso de una m ujer1 puso luego ambas manos en los hombros. No sonrió. Nada
Se estremecía de pensar que con sólo inclinarse, por sorpresa, dijo. Y acercando lentamente su cara a la de él, depositó en la
podía poner sus labios calientes en la cara de Rosalía y conse boca de Cándido un beso, un solo beso, suave y tibio; un beso
guir un beso. Aunque ella se volviese y le quemase con un bo qüe quemó la boca del feo como un latigazo.
fetón, aunque ella se levantara y, sin despedirse, se marchara — ¡Gracias, Rosalía; gracias!...
para siempre del banco del parque. Sí, le pediría un beso, pa Pero ella se iba rápidamente de su lado, caminando por el
sase lo que pasase. Y mientras ella hablaba, Cándido medía parque oscuro. Y a la vuelta del sendero se la tragó la neblina
el rostro ovalado, discutía con su corazón el lugar exacto donde Cándido d¡ó un suspiro y se llevó una mano a los labios. Luego
poner sus labios, cerrar los ojos y darle gracias a Dios. se besó la mano y miró hacia ei cielo.
— ¿En qué piensa usted?— preguntó ella, como si adivinara. Cándido abrochó su sobretodo, alzó sus hombros hasta allí
Todavía no tuvo el coraje ni el valor de confesar. Sus ojos caídos, empuñó su paraguas y caminó también hacia su casa
se replegaron, como las fisuras de una pared mal encalada, El aire le estaba límpido, el parque cantaba, las palomas pare
cían regresar a su lado. Así no pudo ver a un grupo de gente
y su boca, repleta de dientes ennegrecidos, se le quedó apre
arremolinado en la calle, en derredor de una ambulancia. Ni
tada, casi mordida, en un gesto de impotencia y desesperación.
pudo escuchar a dos novios que, cruzándose con él, comentaban:
— Amigo mío— dijo ella al fin— , debo marcharme. Se hace
— ¡Al fin, la agarraron! ¡Pobre loca! ¿Sabes que cada vez
tarde. Es preciso que nadie me vea en el parque a estas horas
que se escapa vuelve al manicomio diciendo que un hombre la
— ¿Volverá usted? ¿Verdad que volverá, Rosalía?
La voz de Cándido se resquebrajaba, y era como el ruido ama? ¡Es Rosalía, la loca romántica!
EL CADIZ DE LAS CORTES
RAMON SOLIS, «PREMIO FASTENRATH» POR SU LIBRO ”LAS CORTES DE CADIZ”
e
U A N D O h a b ía m o s s e le ccio n a d o , p a ra p u b lic a r en estas p a g in a s , u n c a p ít u lo — e l p r im e r o — d e l lib r o € La s
C o r te s de C á d iz » , de R a m ó n S o lís , se h a ce p ú b lic a la c o n c e s ió n a esta o b ra d e l P r e m io F a s te n r a th ,
qu e o t o r g a la R e a l A c a d e m ia E s p a ñ o la de la L e n g u a . E s t e g a la r d ó n v ie n e a c o n f ir m a r los in d u d a b le s
m é r ito s , la a p o r t a c ió n v a lio s a qu e el lib r o s u p o n e . R a m ó n S o lís , q u e h a b ía p ro b a d o sus bu en a s d o te s de n a
r r a d o r en la n o v e la , h a a c u m u la d o en esta v o lu m in o s a y p a c ie n te o b ra in f o r m a c ió n de p r im e r a m a n o y o b s e r
v a c ió n f in a e in t e lig e n t e . S e t r a t a de u n a c r ó n ic a v iv a , de u n a extensa, y a n im a d a g a le r ía , a la q u e C á d iz
a s o m a su p e r f i l h u m a n o , sus tip o s y cla ses, sus c o s tu m b re s y f o r m a s v ita le s , cu y o s ím b o lo f u e r o n la s C o rte s .
D o n G r e g o r io M a r a n ó n , en él p r ó lo g o qu e p o n e a l lib r o , s e ñ a la : « P r e c is o es in s is t ir q u e la in f lu e n c ia del
.»
C á d iz de las C o rte s f u é m u c h o m á s e x te n s a y e fic a z qu e la de la s C o r te s m is m a s , a r t i f i c i ó h u m a n o , y p o r
h u m a n o im p e r f e c t o y p e re c e d e ro L a ciu d a d , c o n s u e s t r u c t u r a d e l X I X , e l e m p la z a m ie n to y d is tr ib u c ió n
de las casas y e l i n t e r i o r y c a r a c te r ís tic a s de é s ta s ; la p o b la c ió n , c o n su p s ic o lo g ía , sus p r o c e s o s s o cia le s , sus
—
e s ta m e n to s de n o b le z a , c le r o , su p r o f e s ió n y o f i c i o ; el c o m e r c io — en el esta d o en qu e se h a lla b a a l co m e n z a r
la G u e r r a de la In d e p e n d e n c ia — la in d u s tr ia , el a rte s o n a d o ; la v id a en la ciu d a d m ilit a r , p o lít ic a , r e lig io s a — ,
c o n u n c a p ít u lo s o b re e l caso de la m o n ja ilu m in a d a — la m a d re M a r ía R o s a de Jesús— , ta n a ire a d o e n to n c e s ;
la v id a d ia ria , la c u lt u r a l, la p re n s a , la e p id e m ia , la in s u r r e c c ió n a m e ric a n a y los su cesos, s o n ta n ta s o tra s
p re s iv o . U n a e x te n s a y r ig u r o s a b ib lio g r a f ía — c o n m a n u s c r ito s y p la n o s o r ig in a le s —,
p a rte s in te g r a n te s de este g r a n c o n ju n t o b io b ib lio g r á f ic o , d on d e el d a to e r u d ito a n d a p a r e jo c o n e l a c ie r to e x
c o n r e f e r e n c ia a p e r ió
d ico s de la é p o ca , a lib r o s y f o lle t o s , f i g u r a c o m o a p é n d ic e de este g r a n e m p e ñ o , d e l qu e R a m ó n S o lís sa le
v ic to r io s o . E l a u to r , q u e ha sido c o la b o r a d o r d e l I n s t i t u t o de C u lt u r a ■H is p á n ic a , en su d e p a r ta m e n to de I n f o r
m a c ió n , h a p ro b a d o v o lu n ta d , c o m p e te n c ia y a m o r a su ciu d a d . Y h a d e ja d o u n lib r o q u e s e r á r e q u is ito
in d is p e n s a b le de e s tu d io p a r a c u a n to s en e l f u t u r o q u ie r a n c o n o c e r b ien lo que f u é a q u e l p e r ío d o a g ita d o .
Situación y, sitio Cádiz, en cam bio, es consecuencia de su y, siglos m ás ta rd e , en el más firm e apoyi
situación. N ace, b ajo un signo que nunca de la expansión rom ana en la Bética. Lo.-
m ás ha de abandorfarla : com o ciudad- visigodos y los árabes, que no sienten in
O son análogos, aunque a p rim e pu erto exclusivam ente. E l estrecho de G i quietudes com erciales n i planean guerra^
ra vista lo parecen, los concep b raltar puede definirse com o el cruce de con el exterior, no dan valor a la situa
tos de sitio y situación. Su dis dos líneas : la m editerránea-atlántiea y la ción de la ciudad, p o r lo que Cádiz sr
tinción nos ha de servir para africana-europea. La im p ortancia, pues, oculta en la H istoria. Ya reconquistada.
com prender de qué distinta m a de su em plazam iento es tan grande como Alfonso X , al que es justo reconocerle
nera la geografía interviene en lo es, en general, la situación de España ju n to con la sabidu ría, un a am bición ini
la estructura y en la personalidad para con otras naciones. E l eje ho rizon perial, se fija en nuestra ciudad, pensando
de la ciudad de Cádiz. L lam are tal significa la cu ltu ra m editerránea, que en un a política africanista ya planeada por
mos sitio al lugar que ocupa la m ás tarde E spaña con tinuará hacia A m é su padre., Es p o r esto po r lo que la hace
planta de Cádiz en el m apa de rica ; el vertical, las invasiones africanas cabeza de obispado, no obstante ser por
un a m anera abso lu ta; en el con frente a las bárbaras. N o creo necesario • aquella época un a pequeña aldea, compa
cepto de sitio sólo deben e n trar, po r ta n insistir que la historia de E spaña gira a l rada con A lgeciras, Jerez, M edina Sido
to, las peculiaridades del lu gar, sin ten er rededor de estos dos ejes que le m arca nia, etc., ciudades que los árabes habían
en cuenta los lugares vecinos. P o r el con él estrecho. E l estrecho es, p o r tan to , p u n engrandecido considerablem ente. Absurd*
trario , entenderem os p o r situación una to vital p ara los pqeblos prim itivos que debió de parecerles esta decisión a los no
posición relativa den tro de una región, fi llegan a E spaña. U na vez que süs em bar bles alfonsíes, com o absurda les parecería
jándonos— abo ra sí— en los contactos más caciones salen de la corriente, eligen una después a los sucesores del Rey Sabio, sin
o m enos obligados cón poblaciones ve serie de lugares en la costa, en tre los que inquietudes im perialistas de ningún gene
cinas. Cádiz destaca po r su posición. E l sitio no ro. Cádiz decae de nu evo ; la diócesi-
Cádiz, dentro de la geografía español- es aprop iad o:—carencia de tierras lab o ra abandona la ciudad, que se transform a en
la, es una isla ; una isla es tam bién el ac bles, falta de m aterias prim as, aislam ien u n feudo del conde de Arcos. Con los Re
tual San F ernando. Am bas ciudades fo r to— , pero la situación es inm ejorable. En yes Católicos se in icia, otra vez, su resur
m an un todo, sin más vínculo que un este desequilibrio de sitio y situación se gim ieñto. E llos, com o antes Alfonso, com
cam ino de arena. C om pletarem os su lo cali va a cen trar la historia toda de Cádiz. F á prend en la im portancia de su situación
zación afirm ando que la ausencia de m on cil es com prender que, cuando p o r la co para una política africanista. La ciudad
tañas en sus proxim idades la deja en un yuntura histórica, la situación tiene im em pieza a desplazar en im portancia a los
total desam paro ante los vientos, que el portancia en la vida española, Cádiz co pueblos cercanos. Cuando descubren Ame
escaso terren o de su alrededor priva a la b rará valor. Los dos m om entos en que rica un puñado de españoles, entre los qm
ciudad de una agricultura dentro de su E spaña sostiene una intensa vida de re la no faltan onubenses y gaditanos, se abn
térm ino y que la escasez de pozos de agua ción— colonizaciones antiguas, grandes des para nuestra ciudad u n período de extra
potable m arca la últim a de sus caracterís cubrim ientos— serán las dos etapas más ordinario florecim iento, m otivado, sobro
ticas en lo que se refiere al sitio. brillantes de la historia de Cádiz, aquellas todo, por su m agnífica posición marítima
E n cuanto a. su situación, C ádiz es una en que se puso de m anifiesto el valor de Cádiz se convierte entonces en centro do
ciudad privilegiada. La causa de su n aci su pu erto com o ingreso .m eridional de la las actividades m ercantiles, lo que exigí'1
m iento es precisam ente su situación. C la P enínsula. C uando la situación, po r el con él perfeccionam iento de su organización
ro que toda ciudad nace com o consecuen trario , deja de te n e r interés, la ciudad pasa m ilitar, para verse libre de la codicia do
cia de las características de un lugar d e a convertirse en una aldea de m arineros. sus enem igos. A m érica, pues, m arca la bo
term inado. P ero el que nazca ahí y no en El sitio, p o r sí, no da p ara m ás. gem onía gaditana. La situación de la cm
otro lugar dependerá siem pre de la con Dos hechos, pues, em inentem ente geo dad es piedra fundam ental para nuestro
junción de la situación con el sitio. P or gráficos h an favorecido— como dice Juan im perio. E sto lo ve, sobre todo, Inglato
ejem plo, en una zona -rica agrícolam ente Góm ez Crespo— el désarrollo de Cádiz : su rra, celosa del poderío español. Con ciar'1
la ciudad tiende a surgir a orillas de un acusado carácter m arítim o e insular y su instinto político, dirige a Cádiz los wa-
río ; de esta m anera, a las ventajas del em plazam iento en uno de los grandes c ru duros ataques, segura de que repercutirán
sitio se unen las de un a buena situación ; ces de las com unicaciones m undiales. A m en todo el Im p erio español. Cádiz sera y*
el río es un m edio de vida, pero tam bién bos factores convirtieron a C ádiz en b a siem pre la m áxim a aspiración de la ambi
un m edio de com unicación. lu arte de la penetración púnica en E spaña ción im p erial inglesa. G ib raltar no cao
m a desde el p rim er m om ento en plaza
fuerte y residencia del gobernador m ilitar
de A ndalucía. E ste espíritu de ciudad de
guerra m arca en la estructura de Cádiz
un sello de personalidad. Las m urallas,
con sus cuatro puertas— la de T ierra, la
del M ar, la de la Caleta y la de Sevilla,
a las que se puede añad ir el postigo de
la playa de S anta M aría— , estrechan a n
gustiosam ente a la ciudad ; el gaditano
siente, po r esto, u n ansia de altu ra, que
se refleja en las actas capitulares del A yun
tam iento du ran te todo el siglo XVIH. P or
otra p arte, una extensa guarnición va a
crear cuarteles y baterías en todo su alre
dedor, form ando auténticas barriadas m i
litares en el cin tu rón de la ciudad.
E l escaso contacto con los pueblos ve
cinos de tierra aden tro que le im pone su
in sularid ad le da una concepción m uy
peculiar en la localización del centro. La
próxim a ciudad de San F ernando es cla
ram en te un a ciudad de trán sito ; las ca
sas se alinean a lo largo de la carretera,
y el centro surge en un cruce de cam inos.
La calle Ancha, rista desde la calle de San Antonio. O tras ciudades hacen eje de su centro a
un río ; otras eligen el centro físico a rb i
en su poder sin que antes Cádiz resista puerto franco puede d ar a nuestra ciudad trariam en te, cuando la elección no d ep en
en varias ocasiones sus m ás violentos em una transfusión de sangre que la haga re de de ningún factor decisivo. P ero siem
bates. Incluso conquistado G ib raltar, no cup erar su energía. pre la causa prim o rd ial del sitio que ocupa
cejan en la posesión de Cádiz ; en más el centro define la configuración del cre
de una ocasión se solicita el cam bio o se cim iento, y com o las ciudades crecen a p a r
intenta su ocupación. Estructura de la ciudad en 1810 tándose lo m enos posible de su centro,
Pues bien, esa im portancia d e la situa suelen hacerlo a lo largo de las calles p rin
ción gaditana no supo verla F elipe I I. P or cipales o del río o de la carretera, o a
eso, cuando los ingleses arrasan Cádiz en Consecuencia del sitio que ocupa son lo largo del m ar. Cádiz es un a ciudad
1596, recom ienda al de suyo p ru d en te d u cuatro determ inantes de su estructura : em inentem ente m arinera. De las dos p u e r
que de M edina Sidonia que no arriesgue dificultad de crecim iento, facilidad de tas de m ayor im portancia, lá de T ierra y
su vida en la defensa de la ciudad, ya que fortificación, escaso contacto po r tierra la de M ar, es esta últim a la que consi
aquélla vale m ás que ésta. Recom endación con sus vecinos y necesidad de defenderse dera su entrada. Podem os decir que en la
que, por otra parte, no h u biera hecho fal de los vientos. época que estudiam os Cádiz tiene como
ta, ya que el duque no destacaba p reci Su contextura de islote— aun en el caso pu erta la del M ar y com o espalda la de
samente por su espíritu arriesgado. Es el de considerar a la ciudad aislada, el ist T ierra. E fectivam ente, m ientras aquéllas
mismo F elipe I I el que, a raíz de la des m o de arenas no rom pe la concepción de tienen form a de arco de triu nfo— puertas
trucción de Cádiz p o r los ingleses, duda isla—m arca, n atu ralm en te, una lim itación de paz— , ésta tiene una contextura hos
si reconstruirla o aban do narla, sin darse de crecim iento' que pron to com prendieron til; es una p u erta para ser defendida,
cuenta de que el afán destructor inglés n a los gaditanos. E l trazado de la ciudad se com o si po r ella no se esperara m ás que
cía de una adm iración po r la situación de resiente de la falta de espacio ; las casas, al enem igo. Esta diferenciación es m uy
la ciudad. P ero ya en aquellos tiem pos por tan to , han de ser altas, frente al con im portante, p o r eso vam os a insistir en
nuestro im perio se m ovía tan sólo po r in e r cepto de la construcción en A ndalucía ; ella. La pu erta del M ar daba a una plaza
cia, una fuerte inercia, como correspondía las calles, estrechas. Las plazas escasean, —sentido acogedor— ; la de T ierra abría
al fuerte im pulso que se le diera a n te rio r hasta el punto que en el Cádiz de esta paso a una zona m ilitar. A aquélla afluían
mente. Cádiz va a aprovecharse de esta época' sólo pu eden c o n s id e ra rs e como las calles de una m anera a b ie rta ; á ésta,
inercia. Precisam ente en los m om entos en auténticas plazas tres : la de San Juan de form ando ángulos agudos, rem atadas en
que el im perio em pieza a tam balearse es Dios, la de San A ntonio y la de San F e r bayoneta. Esta estructura de las diferen
cuando va a arreb atar a Sevilla el m o nando. tes entradas de la d u d a d nos da una clara
nopolio del com ercio. La ciudad del G ua La facilidad de fortificación la transfor idea del espíritu urbanístico que le im po-
dalquivir no cuenta con una situación tan-
favorable como la de Cádiz, aunque ocupa
uno de los sitios geográficos m ás im p o r
tantes de E spaña. M ás tard e, Cádiz, n e
por la ayuda oficial, sino al m argen de
ella, inicia un com ercio de contrabando*
que term inará desplazando al estatal: e n
tonces surge el Cádiz del siglo XVII y del
XVIII, al que G erónim o de la C oncepción
llamará, desde A m sterdam , «E m porio del
Orbe».
La decadencia gaditana se m arca cu an
do el concepto situación geográfica d eja
de tener im portancia. Es decir, con la p é r
dida de nuestras colonias. Ya en la se
gunda m itad del siglo xix la ciudad la n
guidece ; con el desastre del 98 se tra n s
formará en una capital de provincia m ás.
Cádiz esperó desde entonces un a reva-
torización del concepto de situación, pero*
España m antuvo por m uchos años exclu
sivamente una política in terio r. E n el m o
mento en que esto se escribe, parece ser
‘lUe nuestra patria vuelve a un a política
internacional activa. Las naciones ex tran
jeras dem uestran su interés po r Cádiz. Eli La plaza de San Juan de Dios.
ne a Cádiz su condición de isla* E l centro por com pleto del viento de levante. P or plazas eran, según apuntam os, escasas, y
de la ciudad nace en su centro. Es curio eso su m uralla se alzaba m ucho más por no surgieron en profusión hasta que no se
so que la ciudad, qué ya se ha fundado al esta zona que po r la de la C aleta, tam bién hab ilitaron como tales las huertas de los
otro lado de la isla, cree su centro fuera peligrosa para los ataques desde el m ar. conventos. A esto sólo queda añadir como
del recinto • am urallado, que en aquella Es curioso que, m ientras las baterías de nota estructural,, no u n am or a la limpie,
época term inaba en la fachada de lo que la Caleta se quedaban en la zapata de la za, como se ha venido diciendo, sino unas
hoy es el A yuntam iento. 'E l centro, pues, m uralla, en la cuesta de las Calesas y en condiciones especiales para ella ; una lim
se sale de la ciudad buscando el m ue los alrededores de la bahía subían a em pieza n atu ral que más tarde había de darle
lle y haciendo su plaza en la actual de plazarse en la p arte m ás alta. Es de sos el sobrenom bre de «Tacita de Plata».
San Juan de Dios. A llí seguirá d u ran pechar que a más de las razones m ilita
te los siglos xvi, xvn y xvm ; allí estará res hubiera otras de com odidad. F uera o
en la época que estudiam os y allí perm a no tenido en cuenta el viento, no cabe
nece actualm ente, pese a que la calle Co- duda que para Cádiz significaban sus m u Psicología del gaditano
lum ela centre el com ercio y la calle A n rallas una defensa contra él. P o r ejem
cha el paseo aristocrático. E l centro del plo, de aquel «levante» del que hay
crecim iento es el del puerto, y pegándose, constancia de sus violencias en épocas Consecuencia de todos estos factores,
a él, crece la ciudad. Cuanto m ás se ale anteriores a sus m urallas apenas se habla que form an parte de las costum bres de la
jan las calles de este punto, tienen menos después de la construcción de éstas. Pero ciudad, es la form ación de una psicología
vida, m enos im portancia. Al tra ta r este donde verdaderam ente se nota en Cádiz la especial. E ra la prim era virtud de los ga
tem a, no hay que olvidar que con la p é r im portancia del viento a la hora de cons ditanos, según antes se señaló, la de ser
dida de las colonias la ciudad pierde con tru ir es en el b arrio de Santa M aría. Así acogedores y com prensivos, virtudes esen
ciencia de su personalidad y hace de las como las calles del b arrio de la Viña van ciales para quienes han de convivir con
puertas de T ierra su centro. Surge enton enfiladas al cam po del Sur en toda su lo n otros pueblos. H orozco afirm a en su His
ces el crecim iento de nuestros días, cuyo gitud—véase sobre el plano la calle de la toria de Cádiz: «Mas la gente y vecinos de
A m argura— , la banda de levante del de
Santa M aría no cuenta ni con una sola
calle enfilada. Las calles son com o u n p e
queño zaguán que se quiebra para que el
aire n o enfile. Al m ism o tiem po, esa fo r
ma de proa de barco que tienen algunas
casas, para evitar el d ar fachada al viento,
no puede explicarse como una concepción
distinta de la arquitectura gaditana en
cuanto a estilo, sino sim plem ente como
defensa contra el viento. Obsérvese como
esa necesidad no se im puso en las calles
que dan al paseo de la A duana, precisa
m ente porque la m uralla Jas defendía, im -,
pidiendo que el viento de levante las azo
tara como hoy las azota.
La escasez de agua dió a las casas una
concepción m uy andaluza de evitar los te
jados y prolongarse en azoteas. H ab láb a
mos antes de la necesidad de altura. D u
rante todo el siglo xvm las actas cap itu
lares reseñan, com o ya liemos indicado,
solicitudes, inform es y peticiones para sos
layar la prohibición de que las casas no
tuvieran más de 17 varas de altura. C ho
caba, por tanto, la.necesidad del vecinda
rio con el criterio inexorable del A yunta
m iento, que consideraba insano que las
calles quedaran ahogadas entre altos ed i
El magistral Cabrera. ficios. P or eso m arcó la altura tope, m an Don Miguel Cabrera de Nevares.
dando d errib ar incluso aquellos pisos que
centro está precisam ente em plazado en d i sobrepasaban las 17 varas. La igualdad de esta ciudad, con ser una de las que más
chas puertas, que inm ediatam ente p erd ie altura, así como la construcción de azo recibe en sí esta diversidad de gentes, es
ron su hostilidad para hacerse-acogedoras. teas, necesarias para recoger el agua 'de tán fuera de todas las leyes y costumbres
Pero éste es un crecim iento ficticio, pues lluvia que alm acenar y dep urar en el a l de los que viven en las dem ás islas, cual
la verdadera justificación del crecim ien jibe, dan a la ciudad una unidad típica. lo son los de la ciudad de Toledo u otras
to gaditano no está en la concepción de A m ás de estos determ inism o's de sitio de la tierra adentro en cualquier parte del
una sobrevalorización del contacto con existen los de situación. Cádiz es una ciu m undo. P orque su trato y comercio es
tierra, sino en la prolongación del puerto dad vinculada a A ndalucía, de la que tom a en todo punto de la verdad y sin doblez,
por la banda de la bahía hasta llegar a Jos am plios patios, los corredores ab ier todos, grandes, m edianos y pequeños, de
los terrenos de la zona franca. P or tanto, tos, etc. Igualm ente su com ercio la pone buena y apacible com unicación y nobleza,
si el centro de Cádiz se traslada, no lo en contacto con otros países, m antenién tan afables y de am istad, que entre ellos
hará, como creen m uchos, a lo largo del dose al día en m odas, facilitand o m ateria es acogido, tenido y estim ado cualquier
paseo de Ana de V illa, sino a lo largo de les valiosos para la construcción, com o el forastero con el am or y voluntad que se
la costa, po r la bahía, a m enos que una m árm ol italiano o la caoba, etc. P ero es debe al natural.» Esta cualidad del carác
nueva concepción de la vida haga cam biar tas consecuencias de la situación las vere ter de los hom bres de Cádiz, que ponen
la personalidad de la ciudad. mos m ejo r al estudiar la casa gaditana. tam bién de m anifiesto a lo largo de sus
Señalábam os como uno de los determ i Q ueda, pues, trazada una línea gene m em orias R iam undo de L antery, Abréu y
nantes de sitio la necesidad de defender ral de la ciudad de Cádiz en 1810. Se tra cuantos escriben sobre el Cádiz de los
se de los vientos. P uede parecer exage ta, como decim os, de una ciudad cercada siglos xvi y xvn, perm anece hasta los días
rado h ab lar del viento como determ in an y cerrada. La puerta del M ar m arca el en que centram os nuestro estudio. Así lo
te de la estructura de una ciudad. Desco punto de contacto con el ex terio r; la p la dem uestra el siguiente texto del conde de
nocen quienes lo piensen la im portancia za de San Juan de Dios constituye su cen M aulé,, que por ser forastero hace más va
qué éste llega a ten er en una zona des tro. Las calles son estrechas; las casas, liosa su inform ación : «Su copioso vecin
am parada de m ontañas, próxim a al m ar altas, uniform es, coronadas por azoteas. dario, com puesto de diversidad de nacio
y en la boca m ism a de ese saco que es el E l suelo es llan o ; como ciudad m arítim a, nes, goza de toda su libertad y de tanta
M editerráneo. La ciudad de Cádiz no es m ás polvo que la lim pia arena, que en franqueza, que jam ás se ocupa del pensa
taba tan batida antiguam ente com o lo está aquellos m om entos difícilm ente lograba m iento de la clausura en que se halla me
hoy. Su recinto am urallado la defendía m eter el viento dentro de la ciudad. Las tido. Al contrario, es m enester confesar
nue la reunión de los am igos en todos los ción de santanderinos y gallegos, que lu e entabló, difam ados po r las dos clases, no
sitios públicos y el encuentro de gentes go volvíah ricos a sus regiones respectivas. bleza y clero, donde era más necesaria la
de todos los países, aun de los m ás rem o Como afirm a A lcalá G aliano, «lo no ta reform a, com o revolucionarios por los p ri
tos, sirve de gran consuelo a la soledad, ble en Cádiz era que las clases b ajas, en m eros, com o herejes p o r los segundos,
pues difícilm ente se encontrará u n ho m su tono y m odos, apenas se diferenciaban justo es reconocer a este grupo de liberales
bre sin otro u otros de su m ism o país, de las altas, siendo corteses y, sobre todo, gaditanos que sabían lo que querían y
aunque haya venido de las extrem idades cariñosas, y no m anifestando en el trato lu chaban p o r un ideal palpable y exis
de la tierra. Este es el prin cipio, prescin con sus superiores ni hum ildad ni sober tente.
diendo del genio hospitalario y generoso bia, como si u n espíritu y práctica dé Si esto ocurría en lo político, en lo re li
del vecindario, del gusto con que viven to igualdad social no dejase lu g ar ni a la gioso tenía tam bién el gaditano una m ane
dos los forasteros en esta isla encanta sum isión ni a la envidia o al odio por ra especial de sentir, más en consonancia
dora.» ella engendrado contra los favorecidos por con nuestro catolicism o actual que con el
Este sentim iento de tolerancia y com la fortun a, a quienes tam poco consentía de la época en otros lugares de España.
prensión seguirá sorprendiendo a los que el Uso que fuesen desdeñosos. Las diferencias surgían del trato con la
más tarde visiten la ciudad, com o F ed e Pocos años después de la época estu población extran jera. Señalem os, en p ri
rico Rubio, que encontrará esta virtud diada, Federico R ubio, al analizar la so m er lu gar, que el trato con los protes
como una de las prototípicas de la m ujer ciedad gaditana, llega a consecuencias tantes m antenía al clero gaditano más p re
gaditana. definitivas : «A ctualm ente en todas las n a parado en la ciencia religiosa que sus h e r
Otra de las características sociales del ciones la sociedad se divide en tres cla m anos de otros lugares de España. Lo que
Cádiz que estudiam os es la escasa lim ita ses : clase superior o aristocrática, sea de pone de m anifiesto los buenos oradores
ción de clases sociales. Como ya hem os in la sangre o del dinero ; clase m edia o b u r sagrados que dió el Cádiz del siglo XVIII,
sinuado, la nobleza gaditana es una no guesía y clase obrera. Cádiz ofrece una entre quienes destaca el beato Diego de
bleza que vive del com ercio, un a nobleza excepción en tal sentido. No hay más Cádiz, cuyos m ejores serm ones, o po r lo
¡pie trabaja y negocia, al igual que esa clases que un a, dividida por la educación : m enos los que dieron m ejores resultados
cultos y m enos cultos. E m pieza la prim era
división en los propietarios y capitalistas ;
sigue en los com erciantes y profesiona
les, abogados, m édicos, ingenieros, a rq u i
tectos, etc. ; continúa en los artistas, fun
cionarios, m arinos, m ilitares, em pleados,
corredores, adm inistradores, escribientes,
dependientes de com ercio, artíEices, p late
ros, relojeros y un a m u ltitu d de personas
caídas en pobreza, pero conservando sus
m aneras y buena educación.»
In cu rre en u n erro r, a m i juicio, F e
derico R ubio al señalar que no existe una
división dé clases, cuando él m ism o acusa
dos : una form ada po r el capital y el tra
bajo : com erciantes y hom bres dé carre
ra— el títu lo profesional hace las veces de
capital, como energía acum ulada— , y otra
form ada p o r los que sólo cuentan con su
trab ajo . A hora bien, lo que parece ded u
cirse es que un continuo sucederse del
tiem po y la in estabilidad del com ercio
form ó pronto una clase pobre venida a
m enos, que coincidía con una clase de n u e
vos ricos ; esto m antenía en todo m om en
to una igualdad de preparació n y cultu ra.
Esta opinión d e'F ed erico R ubio no de
bem os tam poco tom arla al pie de la letra,
ya que está com probado en los años 1835
al 1850, época en que él vive en Cádiz,
Don Tomás Ysturiz. po r ese tiem po la ciudad ha entrado ya Antonio Alcalá Galiano.
en plena decadencia y conoce la pobreza,
burguesía que surge pron to en la ciudad antes inexistente, cuando el com ercio con apostólicos, fueron los que dirigió a los
y que llega a desbancarla en riqueza. El A m érica daba a la ciudad u n a gran fuente protestantes de la ciudad, donde tantas
ambiente económ ico en que se desenvuel de riqueza. conversiones consiguió.
ve el comercio de Cádiz hace que cual E l nacim iento de una burguesía y al No podía ser la m ism a m entalidad la
quier vecino de la ciudad pueda transfor m ism o tiem po esta igualdad en la p rep a de este clero, que necesitaba convencer,
marse, con su trab ajo y en poco tiem po, ración cultu ral forzosam ente hab ían de re que la de un clero que se am paraba en
en un adinerado negociante. E l com ercio p u d iar el régim en de Carlos IV , dando la Inquisición y que le bastaba p ro h ib ir.
no pone trabas a nadie, y el que nace in lu gar a un sentim iento lib eral, que fom en E n Cádiz, como dice A lcalá G aliano en
teligente y capaz puede triu n far. La ésca- tab a adem ás el contacto m uy directo con sus M em orias, la Inquisición estaba tan
la de com erciantes iba desde el más acau In g laterra y F rancia. Este liberalism o ga atenuada, que casi puede decirse que no
dalado banquero al m ás m odesto p ro p ie ditano ha de perm anecer du ran te todo el existía. Los libros franceses, po r revolu
tario de un sim ple puesto de recova. siglo XIX. Son los descendientes de estos cionarios que fueran, entrab an sin gran
El estudio, la preparació n cu ltu ral, eran com erciantes del Cádiz del XVIII los que dificultad ; la prensa extran jera era la más
decisivos en la ciudad y eran, al fin y al han de tom ar p a rte m ás activa en las lu codiciada y leída. Estos libros no se ocul
cabo, el único blasón del que se podía chas po líticas; en ellos será obsesivo el taban ; si acaso, com o hacía el tío de A l
hacer gala. De aquí esa preocupación cul ideal de transform ar la sociedad haciéndo calá G aliano, se le cam biaban los lom os,
tural del com erciante, ese afán po r ins la m ás igualada, el renovar nuestra eco poniéndoles etiquetas de libros de C alde
truir a sus hijos, a los que no am paraban nom ía con un sentido m oderno, el luchar rón o Lope o títulos de serm onarios a li
unas rentas. contra el fanatism o. E n una p alab ra, p re bros de Rousseau ò de V oltaire. La lab or
El nacim iento de la burguesía coincide tenden transform ar E spaña toda en una del sacerdote debía fundarse no ya en evi
en Cádiz no con una separación de clases nación culta, to leran te, sin grandes dife ta r la entrad a de los libros, sino en fund a
sociales, como ocurre en otros lugares del rencias sociales...; es decir, anhelan con m entar razonam ientos que convenciesen a
mundo, sino con una ausencia de m iseria. tag iar a E spaña de esa vida feliz de los los lectores ; para esto era necesario un
ln la ciudad, pese a que en aquellos años últim os años del siglo xvui gaditano que estudio, era preciso que el Sem inario de
el comercio había com enzado a decaer, no ellos vislum braron de niños o de la que Cádiz contara, com o contaba, con un sa
altó nunca trabajo, y trab ajo bien retri- oyeron h ab lar a sus padres. bio profesorado. Esta im portancia de] Se
fído, como lo dem uestra el hecho de Ecmivocados o no, más o m enos en d u m inario de Cádiz persistió por m ucho
Toe en todo m om ento existió u n a em igra recidos p o r la lucha que contra ellos se tiem po, dando sacerdotes tan ejem plares
y sabios como el obispo A rbolí, que tanta española p areja a ese sentim iento de n a nio L avaviedra y G arcía Colorado, capi-
im portancia tuvo en la form ación de la cionalidad de las repúblicas hispanoam e tán del R egim iento de V oluntarios de Ma
juventud gaditana como director del co ricanas. E ra un a nueva m anera de ver drid. Con diecisiete años interviene en
legio de San F elipe N eri, en cuyo cargo la vida, que surgía más en consonancia varias acciones guerreras, consiguiendo
sucedió a hom bres tan em inentes com o A l con los tradicionalistas de nuestra época ascender rápidam ente. Al m ando de vein
berto Lista, Alcalá G aliano y Benot. que con la postura de los serviles en aque te hom bres m antiene a raya a 360 drago
. Ño creem os que V oltaire, pese a su vin llos m om entos. nes franceses, los cuales, finalm ente, lo
culación con Cádiz, dónde estaba in tere P ero dejem os esta digresión p ara p u n gran hacerle prisionero. H uye y vuelve de
sado económ icam ente, tuviera gran im p o r tualizar el sentim iento patriótico de Cádiz, nuevo al frente p ara m orir en la defensa
tancia en la ideología gaditana. La revo que no sólo se puso de m anifiesto en la del puente de Suazo. T am bién vale la
lución francesa no fué bien acogida en la defensa decidida y heroica de la ciudad, pena recordar la actuación de otro gadi
ciudad. González del Castillo puede defi sino en las actuaciones de los gaditanos tano ilustre, don T orib io Fernández Cos-
nirnos, en p arte, esta ideología : el sai en general en cualquier punto donde su sío y E lorga, subteniente del Regimiento
netero gaditano, hom bre am ante de la deber los llam ase. Cuando se convoca la de M urcia. H echo prisionero en la batalla
libertad, no am igo de la nobleza, nada ti reunión de Bayona es nom brado represen de Uclés, fué fusilado en el R etiro de Ma
m orato respecto a ideas avanzadas, escri tante de Cádiz don José M olla, que se n ie drid por negarse a reconocer al rey José
be su Gnliada frente a los revolucionarios. ga a asistir, lo m ism o que el sustituto que B onaparte. Hem os citado tan sólo algunos
Es n atu ral que este sentim iento fuese se nom bra después. Desde este m om ento de los gaditanos que han pasado a la His
el más generalizado. Cádiz, en aquellos Cádiz, la ciudad que estaba m ás en con toria p o r su com portam iento en la lucha
m om entos, no podía hacerse solidaria con tacto con F ran cia, adopta clara y contun • con el francés fuera de su ciudad. Los que
una revolución precisam ente po r cuanto dentem ente una postura antifrancesa. Y vivían en ella bien dem ostraron su ente
am aba la paz y se vivía allí cóm oda y fe aun antes de 1808. Es un general gaditano, reza, m anteniéndola como único bastión
lizm ente. La- psicología del gaditano es Ricardos, quien invade el R osellón; un in de E spaña. P ero de la actuación de los
taba frente a todo procedim iento radical. telectual, González, del Castillo, quien es gaditanos y de los refugiados en el sitio
P or otra parte, un sentim iento religioso cribe La Galiada, en contra de la revolu de Cádiz ya se hab lará más tarde. Nos in
m uy acendrado im pedía la aceptación de ción, y un religioso, el beato Diego de teresaba ahora tan sólo justificar el pa
las ideas francesas. Y en esto conviene Cádiz, el que de m anera m ás violenta com triotism o del gaditano y señalar sus causas.
insistir, pues son m uchos los que creen bate las nuevas ideas que nos llegan del E sta actuación de los gaditanos en todos
que el am paro de un a religión po r el Es otro lado de los Pirineos. Tres nom bres Jos puntos de la resistencia no es sino un
tado, con m edios coercitivos, com o ocurría im portantes y decisivos que no se pueden sentim iento fruto de la cultura de la ciu-
en la E spaña de aqpellos m om entos, da silenciar. Y en la m ism a G uerra de la In „ dad. Obsérvese que el valor que demues
lugar , a una m ayor religiosidad. Cosa h a r dependencia, los gaditanos luchan contra tran es, casi siem pre, un valor reflexivo.
tas veces com probada com o erro r. P reci el francés no sólo en su ciudad, sino en En su m ayor p arte, el gaditano lucha en
sam ente por cuanto el gaditano convivía todos los frentes. E n M adrid, el Dos de el ejército y no en las partidas. Su actua
con hom bres de otras religiones, p o r cuan M ayo, cae un niño de doce años, A ntonio ción patriótica la hace, po r tanto, desde
to podía o b rar con m ás lib ertad , surgía F ernández M enchirón, n atu ral de Cádiz, las filas de la oficialidad, precisamente
un católico que, si bien era to lerante con según lo atestigua la p artid a de defunción donde m ayores fueron los fallos en aquella
las ideas de los dem ás, era sincero y cum que existe en el archivo de la iglesia de guerra. Esto com prueba dos cosas : prepa
plidor con la suya propia. No hay que con San M artín. G aditanos eran los capitanes ración cultural para m erecer el puesto y
fund ir la religión que es hábito y cos José R uiz D ueñas y José R odríguez Baus un sentim iento de unidad en la lucha.
tum bre con esa religión que surge de la y el brigadier B artolom é Solano, que die Recoge Agustín G arcía G utiérrez las pa
fuerza de las creencias. ron su vida defendiendo Zaragoza. Otros labras pronunciadas po r Segismundo Mo-
O tra de las cualidades m ás acusadas en m uchos gaditanos ofrendaron su vida glo ret en Cádiz, su ciudad n atal, con ocasión
el gaditano es su patriotism o. Si en todas riosam ente en defensa de la p atria. R e de un acto cultural. A firm a M oret que a
las características de la psicología del ga cordem os algunos nom bres, aunque la principios del siglo xix el concepto de pa
ditano de aquella época hem os visto una lista podía fácilm ente am pliarse: el sargen tria se había debilitado po r el fracciona
clara consecuencia de su contacto con pue to m ayor Santiago M oreda, el ten ien te co m iento territo rial en que E spaña vivía
blos de los más diversos lugares de la tie ronel F elipe M uñoz A rjona, caídos en la du ran te largos años y que sólo la región an
rra, es decir, consecuencia de su cosm o batalla de E spinosa; el teniente José L ó daluza exteriorizó la ausencia de regiona
politism o, esta virtud jiarece a prim era pez, el m édico de la A rm ada M anuel E s lismo form ando coaliciones contra- el fran
vista que nace en oposición al m edio am teban, el guerrillero Ignacio López V en cés. T iene en gran p arte razón, ya que la
biente en que se form a ; m as no es así. tadas, los capitanes V icente M oreno y A n batalla de Bailón es la prim era acción gue
No debem os olvidar que el patriotism o es tonio M aría Velasco, el teniente coronel rrera fruto de la unidad. Sin em bargo, no
resultado de u n a cultu ra, de una p rep ara A ntonio A lcalá G aliano, el coronel F e r estam os conform es con el juicio de que el
ción intelectual, de un sentim iento de u n i nández V alledor, el capitán José Alba- sentim iento de patria estaba debilitado,
dad, precisam ente reflejo de la presencia renza, etc. M uy conocido fué el heroísm o ya que es el rom anticism o— tan vinculado
de los extranjeros o de los extraños a la del general M enacho—tam bién gaditano— , a Cádiz— el que exalta los sentim ientos de
nacionalidad. Cádiz es quizá la prim era que m uere valientem ente defendiendo los nacionalidad. Las Cortes de Cádiz no son
en sentir la patria como algo distinto de m uros de B adajoz, ju n to con su paisano más que el últim o intento de unidad que
como entonces se sentía. el brig adier Ju an Bassecourt. No menos se realiza. F allado el propósito, al fallar
Creo poder afirm ar que fué en Cádiz, heroico fué el com portam iento de Anto- la institución, el ansia de nacionalism o se
cabalm ente en los m om entos de la guerra vincula al lugar de nacim iento ; surgen asi
de la Independencia, donde surgió el sen los regionalism os españoles y la indepen
tim iento de la nacionalidad, de la patria. dencia de los pueblos am ericanos. No es
H asta entonces y aun entonces se luchaba justo, por tanto, que se culpe a Cádiz y
con el grito de «¡V iva F ernando V II!» , a sus Cortes de la independencia de Amé
se servía, al rey, como luego se siguió h a rica y de todos los m ales del siglo XIX es
ciendo en m uchos lugares de E spaña, y no pañol. Con absoluta im parcialidad es pre
se tenía otro sentim iento de u n id ad que el ciso reconocer que el fracaso surgió en el
de la m onarquía. Pues bien, en el Cádiz m om ento en que la reacción absolutista
de las Cortes se oyen lós prim eros gritos suprim ió la C onstitución, única posibili
de «¡V iva E sp añ a!» , se llam a a los am e dad de vínculo que quedaba. Como des
ricanos españoles de u ltram ar y se preci pués dem ostró Estados Unidos en el cur
san y separan los conceptos de patria y d i so de los años, la única m anera de man
nastía- Qué otra explicación puede tener ten er unidas unas regiones y unos pueblos
si no que unos hom bres como eran los li diversos-es una C onstitución qtíe permita
berales de Cádiz, que pensaban en todo la holgura de u n federalism o. Y esto lo
igual que los afrancesados, que sabían que vieron clara y palpablem ente los gadita
6us inquietudes de reform a habían de cum nos- que se refugiaron en los m uros de su
plirse bajo el reinado de José B onaparte, ciudad. Lo vieron porque en aquellos mo
que en todo m om ento dem ostró ser un rey m entos Cádiz estaba preparada política
capaz y bien dispuesto, se refugiaran en m ente y porque era la ciudad española
Cádiz haciendo frente a una im posición La plaza de las Nieves, de Cádiz, por Eugène
donde había m ayor m adurez p ara asimi
extran jera. E n Cádiz nace la nacionalidad Delacroix. la r las tendencias m odernas.
*| g f NUEVA
125 c. c. I960
■»
h a r á d e p o rte , p a r t ic ip a r á en es
es t á g a r a n t i z a s r r e r a s , en r a lly s , en g y m k h a n a s .
Por u n a m e c á n n
sim p le y só lid
La t r a n s m i s i ó n <
d ir e c t a d e l m o t e
a ru e d a.