0122 1958 05 Mundo Hispanico
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0122 1958 05 Mundo Hispanico
HISPANICO
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MUNDO
HISPÁNICO
LA REVISTA DE VEINTITRES PAISES
Director : J O A Q U I N CAMPILLO
Director adjunto: MANUEL SUAREZ-CASO
Redactor-jefe: J OS E G A R C I A N I E T O
S U M A R I O
P á g s.
R E L IG IO N : ---------
C erem o n ias re lig io sa s de C hiloé. (F o to s V ázq u ez de A c u ñ a.) ....... 31
U n sa c rile g io en que co lab o ram o s sin a d v e r tirlo , p o r H u g o W ast. 50
L IT E R A T U R A :
C an to a B o lív a r, p o r M aría Q u iro g a V a rg a s ............................................ 20
A z o rín , el m a e stro del id io m a , h o m e n a je a d o p o r los p o e ta s, p o r
J u a n d e L eón. (F o to s M asa ts.) .................................................................. 42
E l ú ltim o del 98, p o r S a lv a d o r J im é n e z ..................................................... 47
D iscu rso sobre A zo rín p a ra s e r tra d u c id o a la le n g u a n a h u a l,
p o r Jo sé C oronel U rte c h o . (I lu s tra c ió n de L o ren z o G oñi.) ........ 49
L u is C an d elas, p o r M a ria n o T u d e la . (Ilu s tra c io n e s de Ir a o la .) ........ 55
G E O G R A F IA , T U R IS M O , C O S T U M B R E S :
L a A n tá r tid a : H a te rm in a d o la ep o p ey a del c asq u e te p o la r del
S u r, p orr E . A . (F o to s S to c k in s y F ie l.) ................................................ 10
M ad rid v isto p o r un c a ta lá n , p o r J . C ......................................................... 22
M ad rid , g e n io y fig u ra , p o r M an u el F e rn á n d e z D elgado. ( I lu s tr a
ciones de E d u a rd o V ic en te.) ....................................................................... 24
P a seo n o c tu rn o p o r M ad rid , p o r J u a n J . R am o s. (I lu s tr a c ió n de
M o lin a S án ch ez.) .............................................................................................. 28
L a m ed ian o ch e de M ad rid , p o r M esonero R o m an o s. (I lu s tra c ió n
de J o sé F ra n c is c o A g u irre .) ....................................................................... 29
M ad rid de n o ch e. (F o to s color de E n ecé.) ................................................ 30
N u e v a Y o rk h isp án ico , p o r W . K . M ayo. (F o to C . A m e ric a n a .) ... 40
H IS T O R IA :
El Dos de M ayo en la to p o g ra fía m a d rile ñ a , p o r P e d ro B arceló.
(F o to s B asab e.) ..................................................................................................... 4
A R Q U IT E C T U R A , A R T E S P L A S T IC A S , D E C O R A C IO N :
L a G ra n ja , u n O lim po a l pie del G u a d a r ra m a , p o r L u is G. de
C an d am o . (F o to s V erd u g o y R u iz V e rn a c c i.) ................................... 14
T E A T R O Y C IN E :
S a ra M o n tiel. (F o to Sim ón L ópez.) ............................................................. 39
M O D A S:
L a m o d a en el B ra s il, p o r J u a n M. M a rtín M ato s .............................. 35
V A R IA :
C inco fo to s s u e lta s ................................................................................................. 41
D IR E C C IO N , R E D A C C IO N
Y A D M IN IS T R A C IO N
A ven id a de los R eyes C atólicos
C iud ad U n iv e rs ita ria - M adrid N U ESTR A PO RTAD A
T e lé fo n o s:
R edacción ....................................... 57 32 10
A d m in is tra c ió n ........................... 57 03 12
A d m in is tra c ió n y R edacción. 24 91 23
E M P R E S A D IS T R IB U ID O R A
E diciones Ib e ro a m e ric a n a s ( E . I .S .A .) .
P iz a rro , 17 - M ad rid
IM P R E S O R E S
T ip o g ra fía y e n c u a d e rn a c ió n : E d ito
ria l M ag iste rio E sp a ñ o l, S. A . (M a
d r i d ) . — H u e co g rab a d o y O ffs e t: H e-
ra c lio F o u r n i e r , S. A . (V ito r ia ).
P R E C IO S « A g u a de la F u e n te c illa » son
E je m p la r: 15 p e s e t a s . — S u scrip ció n la s p a l a b r a s con la s que
s e m e s t r a l : 85 p e se ta s.— S u scrip ció n c o m i e n z a u n a p o p u la rís im a
a n u a l : 160 p e se ta s (5 d ó l a r e s ) . —; c a n c ió n m a d rile ñ a . J u n to al
S uscrip ció n p o r dos a ñ o s : 270 p e se ta s
(8,50 d ó la re s). b ro cal de esa fu e n te , e n c la v a
d a en uno de los b a rrio s m ás
p o p u la re s de la c a p ita l, a p a
E N T E R E D A S SE C O N D C L A S S M A T - rece hoy, p a ra n u e s tr a p o r ta
T E R A T T H E P O S T O F F IC E A T d a , e sta b ella m u je r m a d ri
N E W Y O R K . M O N T H L Y : 1958. le ñ a , a t a v i a d a típ ic a m e n te .
N U M B E R 122, R O IG , N E W Y O R K
«M UNDO H ISPANICO»». S P A N I S H
B O O K S , 576, 6th A ve. N . Y. C.
B
CIENTO CINCUENTA AÑOS: 1808 ■1958
Madrid de 1808 es un gran pueblo de ciento sesenta mil habitantes. Está trabajando por ser la gran
E
l
El Dos de Mayo
capital de España desde que los Austrias señalaron la ciudad geográficamente más central para que
fuera corte. El Madrid de 1808 es una ciudad circundada por una endeble muralla—tapia, mejor—de la
drillo. Una tapia en la que se abren las cinco puertas que comunican a Madrid con el exterior : las de Alcalá,
Atocha, antigua de Toledo, Segovia y San Fernando. Tiene además este Madrid doce portillos, que cada amane
cer se abren para que vengan desde los pueblos vecinos los carros cargados de vituallas para la capital.
Pero el Madrid de 1808—este Madrid que se va haciendo capital poco a poco—está ocupado por las tropas
francesas. A Madrid le han llovido, no del cielo, sino de Francia, sesenta mil vecinos más, sesenta mil soldados,
en la topografía madrileña
Del Madrid de 1808 al de
1958 van m uchas cosas que imponen la autoridad extranjera, frente a los ocho mil soldados españoles que tienen en Madrid su guarni
metidas en el tiempo. M u ción. Madrid está militarmente ocupado, estratégicamente dominado por las tropas francesas. En los cuarteles de
chos cambios. Muchas di la subida del Retiro se ha instalado la artillería de la Guardia Imperial, y en el gran parque de Madrid, en
ferencias. Pero les lugares tiendas de campaña, han acabado de acoplarse las dotaciones artilleras; en los cuarteles del Pósito, al lado de Re
son los mismos. Y la gloria
en ello s n a c id a , con el coletos, han montado su guarnición la caballería de la Guardia, los mamelucos, los cazadores y los lanceros ; el
tiempo creció. La puerta cuartel” de la calle de Alcalá ha acogido—forzosamente—a los fusileros del coronel Friederichs, mientras que la
del Parque de Monteleón, Guardia Imperial de Marina ha sentado sus reales en el cuartel del Conde Duque. La topografía de Madrid se
escenario de la epopeya, es ha convertido en una lista de enclaves franceses. Franceses son los soldados que hay en los cuarteles del Sol
El Arco de M onteleón, re liq u ia m á x im a de la lucha contra el invasor noy reliquia máxima de la
lucha contra el in v a s o r. dado, Santa Bárbara, San Mateo, Inquisición, Prado Nuevo, Tesoro, San Nicolás, San Francisco y la Cebada. El
De nuevo vemos al fondo la puerfa del
Parque de Monteleón, el gran recinto
artillero de aquel Madrid heroico. El
tiempo ha sido impío con el lugar. Sólo
la puerta ha quedado. Puerta de ejem
plar y fecunda gloria, hoy en el centro
de la recoleta plaza del Dos de Mayo.
Dos de Mayo
LA MAÑANA
DEL DOS DE MAYO
ksicaag nator m a *
r
ornsiicas vamcàxrae
1 j
Ante el Palacio Real, en la mañana del 2 de mayo, hay dos carruajes detenidos. Alrededor, algunos curiosos. A las ocho y
FRENTE A PALACIO media baja la reina con sus hijos, el aya y un mayordomo, y se instala en una de las carrozas. En la otra, unos servidores.
El grupo de curiosos es ya numeroso. Parte una de las carrozas. De pronto, un grito. Un hombre del pueblo es quien da la
señal: «¡Traición, traición! ¡Se quieren llevar a los infantes!» Grito que inicia la más heroica gesta del pueblo de Madrid. Con un grabado de la época, damos aquí
dos fotos actuales de la plaza de Oriente: una vista general, con el Palacio al fondo, y la lápida que conmemora el lugar exacto donde dió comienzo el alzamiento.
estas costas. Su altura al Mawson vivió una trágica aquí, en 1947, un oasis li
canza los 3.0 0 0 metros y aventura cuando uno de bre de hielo, de una ex
se extienden en una longi sus acompañantes desapa tensión de 8.000 kilóme
1 Esta isla está envenenada. ■ ‘ reció en una grieta de hie- tros cuadrados. En esta re
tud de 160 k iló m e tr o s .
1 Desde sus cavernas suben H | lo y otro se volvió loco. gión hay veintitrés lagos de
■ vapores mortíferos. Ningún ■ 5 agua templada cubiertos de
1 investigador ha podido Ile- H j algas azules y rojas.
gar a ella. jj En este lugar, Scott, en el
“ 36 el americano El- viaje de vuelta del Polo,
,rth realizó el primer murió de hambre, frío y Este oasis, cuya temper,
lo trasatlántico desde Territorio inexplorado. desesperación. A m undsen
Estaciones chilenas tura suele ser de 25 gradji
argentinas (1 9 5 7 -1 9 5 8 ).! isla del ensueño» has- Estación noruega había alcanzado el Polo Sur sobre cero, fué visitado pi
la «Pequeña América». (1 9 5 7 -1 9 5 8 ) un m es a n te s q u e él. una expedición rusa.
Estación australiana!
de Hornos. >t f t Jiv, (1 9 5 7 -5 8 )
belga D e G e r la c h e , en
18 97 , aprisionado por los
hielos durante doce meses.
l fabuloso continente de que hablaban los geógrafos medievales como de Aquí se estrelló un avión
E una «terra australia nondum cognita» ha dejado de ser una fábula para
convertirse en una realidad. Una realidad de 15 millones de kilómetros
cuadx-ados de tierra rocosa recubierta por un edredón de hielo que alcanza
en algunos puntos los 3.000 metros de espesor. Junto al helado mar de Ross,
el único volcán activo de estas tierras, el «Monte Erebus», destrenza su larga
de reconocimiento de la
expedición Byrd en 1947.
No vió la escarpada barre
ra de hielo. Cuatro muertos.
cabellera de humo; otras montañas cubren con su negro casquete de lava sus
entrañas estériles. La auténtica tierra de nadie, el séptimo y último continente Barrera de hielo.
y el primero que el hombre ha descubierto realmente—América había sido des En 1903 y 1908 realizó
cubierta por «otros» hombres antes de que llegasen las carabelas españolas—, Charcot, en esta región, la
Polo magnético.
el desierto del hielo y del silencio, el reino de los vientos y tormentas mayores primera experiencia de im
del mundo, la tierra que ha esperado al hombre en silencio durante miles de portancia científica.
años y que durante dos siglos se ha resistido tenazmente a admitirlos, la An
tártida, ha sido vencida. La hazaña del doctor Fuchs cruzando de costa a costa
el continente ha puesto punto final a la epopeya.
Sin embargo, sólo desde hace pocos años ha instalado el hombre allí residen
cias permanentes. Las condiciones de vida en muchas de ellas no son fáciles. Pequeña América
Pero ¿acaso es fácil la vida en las grandes ciudades? En ocho horas se puede
llegar, volando, al Polo austral, allí adonde Scott llegó tras mil fatigas para des expedición soviética
cubrir que otro lo había hecho antes que él. El hombre desafía el invierno polar, Aquí encontró la expedi El volcán Erebus está siem
las temperaturas más bajas registradas en la superficie terrestre. Los tractores ción Byrd de 1947 un H i pre en actividad. Ross le
de Fuchs vencen lo que no pudieron vencer los perros esquimales y los caballos malaya p o la r de 7.0 0 0 descubrió en el año 1840
metros de altura. En 1839 el inglés Ross ex-
siberianos. El «desierto del hambre» de que hablara Shackleton es un lugar ploró la barra que hoy lie.
donde se pueden comer ocasionalmente buenas tartas rociadas con champaña. Zona de ballenas. va su nombre. De estos puntos partieron
El hombre rastrea el pulso magnético de la tierra y logra cazarlo, aunque, como el noruego Amundsen, en Aqui encontró Scott, en Estación francesa
Colonia de pingüinos diciembre de 191 1 , y el in 1912, las primeras minas
el de todo ser vivo, ese pulso se desvía año por año. Los norteamericanos insta de carbón al aire lib r e . Estación neozelandesa
(1 9 5 7 -5 8 ).
glés Scott^unmesdespués.
lan una base en el Polo y los rusos otra en el geomagnético. Los dos grandes
colosos, ¿librarán la batalla en el séptimo continente? ¿Encierra la Antártida
yacimientos de uranio? ¿Qué hay de la internacionalización? ¿Se impedirá la
militarización del continente.
Un pasado, un presente, un porvenir. Cuando el 2 de marzo de 1958, a la una
cuarenta y siete minutos de la tarde, el doctor Fuchs llegó a la base Scott, junto
al mar de Ross, después de cruzar en noventa y nueve días el continente, el
último enigma terrestre acababa de ser vencido. La esfinge de hielo no devorará
más hombres. La epopeya ha terminado.
La tragedia de Scott
E l ritm o
dieciochesco
La cortesanía del siglo xvm
estableció en La Granja los mis
mos ritmos que se habían em
pleado en el parque Boboli, de
Florencia, o en Versalles, pero
todo este artificioso Olimpo no
tiene otro propósito que el pu
ramente espectacular. El que
visita La Granja puede pensar
equivocadamente en el sensua
lismo de unos reyes capaces de
t r a z a r este refinado escenario
para sus orgías. No hay en ello
nada de cierto, y me parece lo
más próximo a la verdad la jus
tificación que expone un viejo
historiador del Real Sitio cuan
do explica el propósito de Fe
lipe V, este Borbón con tanta
melancólica sangre de los Aus-
trias en sus venas, de alzar un
palacio, después de la paz de
Utrecht, en La Granja de San
Ildefonso. Este propósito, como
se verá, es idéntico al que mo
vió a Felipe II a levantar El
Escorial. «Más que todo—dice
Martín Sedeño—, su tímida con
ciencia de buen padre, con que
deseaba ofrecer al Señor holo
caustos por los defectos suyos
y de sus amados súbditos los
La Granja
españoles, le movieron a echar
los cimientos al altar y casa
Wrí ‘ Tjvj '^3' 4^11 dentro de la cual, según las dis
posiciones de su espíritu, pensó
entregarse a Dios en perpetuo
sacrificio.»
Biografía
de la obra
Esta razón mística había con
tribuido a elegir el emplaza
miento del Real Sitio en este
paraje donde Enrique IV, a me
diados del siglo xv, erigió una
ermita a San Ildefonso por ha
berle librado del ataque de un
jabalí durante una jornada de
caza. Los Reyes Católicos dona
ron la ermita a los monjes jeró-
nimos del Parral, y ellos cons
truyeron la hospedería que fué
origen de La Granja. Felipe V
compró a la comunidad y a la
ciudad de Segovia gran parte
de los montes de Balsaín. Las
obras comienzan en abril de
1721 y se bendice el palacio el
27 de julio de 1723. Un año más
tarde se produce la abdicación
de Felipe V en su hijo Luis I.
El decreto fué expedido en La
-4fl Granja, y el monarca sólo se re
iH
§«M
gyjljífk’v / ' (
Fábula
de Fuentes
Estos escenarios son : la Cas
cada Nueva, con la fuente de
Las Tres Gracias, la de Anfitri-
te y el delicioso templete de co
lor rosa de la cima, contempla
do desde el gran balcón de la
fachada principal; la Carrera
de Caballos, con las fuentes de
Neptuno y de Apolo, y otras se
cundarias, que llevan como re
mate el grupo de Andrómeda;
la fuente de la Selva, contem
plada desde el puente, sobre la
ría, frente al bosquecillo del
Nocturnal; las fuentes del Ca
nastillo y, sobre todo, las de la
Fama y las de Diana.
Los argumentos de todas ellas
son las leyendas mitológicas. La
de Diana representa la historia
del cazador Acteón, que sorpren
dió a la diosa cuando se solaza-
Resulta un tópico comparar La Gran
ja con Versalles. Y poco puede haber
semejante en el castillo de los Luises,
emplazado en la llanura de la Isla de
Francia, y este caprichoso palacio es
pañol, a la vera del Guadarrama. » —*-
Los artífices
Para componer estos escena
rios mitológicos, Felipe V trajo
un equipo de escultores forma
dos en la gran escuela de Ver-
salles, y entre los que destaca
ban Carlier, Fremin, Thierri,
Demaudré y Pitué. Los grupos
Lo imprevisto del Real Sitio de San Ildefonso estriba en el vigoroso orden natural que encuadra sus de las fuentes son de plomo fun
caprichos bucólicos y mitológicos; la bravura del paisaje contrasta con las fuentes y los parterres. dido y pintado de color de bron
ce. El marqués de Lozoya sale
al paso, muy acertadamente, de
los que achacan a estas obras
un escaso mérito artístico. «En
realidad—dice—, nada se pudie
ra imaginar tan de acuerdo con
el fin para el que fueron labra
das. Sobre el fondo del follaje,
las diosas y las ninfas de már
mol destacan con gracia incom
parable, llenas de gentileza, y,
en semejante lugar, las obras de
los cinceles más famosos no cau
sarían mejor efecto. Es la subor
dinación de los artistas al plan
general del conjunto lo que ori
ginó en los siglos pasados seme
jantes aciertos. En cuanto a los
grupos de las fuentes, son un
prodigio de movimiento y de
expresión. En toda la imagine
ría b a r r o c a , pocas creaciones
pueden encontrarse que superen
en dinamismo a aquel carro de
Neptuno en el cual el dios, sus
tritones, sus nereidas y sus ca
ballos marinos se agitan como
las llamas de una hoguera im
pulsadas por el viento.
Un gesto fatigado y melan
cólico de la mano del rey Fe
lipe V sería suficiente para des
encadenar el asombroso espec
táculo mitológico.
J. C.
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lf. \1.,J
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I—J a y un cuento de Azorín en que el único personaje, un escritor,
Ù
25
A
Los reconocería además con facilidad, porque don Ramón no era no y auténtico, del no mixtificado, del que volvió a encontrar gozo
todavía, gracias a Dios, un «madrileñista» ; no padecía esa especie samente su fórmula perdida?
de daltonismo espiritual que consiste en no ver más que «el color «Armonía de los contrarios», ésta es la clave: tradición y pro
local». Tesitura especialmente necia tratándose de Madrid, capital greso, ocio y negocio, revolución y paz...
de España, que ha llegado a ser prisma de todos los colores : locales, Y la parte de la armonía que, en frase de los tratadistas, consiste
provinciales y regionales. (Tipismo, no; «arquetipismo», si acaso, como en la concordancia armoniosa de voces contrapuestas, es el contra
hubiera dicho, en uno de sus juegos de prestidigitación filológica, punto.
Miguel de Unamuno.) Desde mi rincón provinciano oigo este «tiempo» de la no inaca
Madrid, igual y distinto de sí mismo, como en el fluvial ejemplo bada, sino inacabable, sinfonía de Madrid, como una especie de
de Heráclito : «No nos bañamos dos veces en el mismo río», ni florido contrapunto:
siquiera en el moroso aprendiz llamado Manzanares; pero el río sí — la lenta y espiral ascensión de las hiedras del Botánico y las
que es siempre el mismo. mansiones próceres frente al vertical impulso de los ascensores de
Y ya que hemos evocado al viejo Heráclito, ¿por qué no pedirle los rascacielos;
también la clave para un entendimiento de Madrid, del Madrid eter- — el aroma de la Rosaleda y el tufo de los autobuses de gas-oil ;
— la calma de la Feria de Libros viejos junto al tráfago febril de Madrid, recobrado, alegre, vital, en el gozo de haber hallado su
la estación de Atocha; fórmula perdida, no algébrica, sino de magia y encantamiento.
— el musgo de las calles sin tránsito que desembocan en el asfalto, Madrid, en el allegro de otra próxima primavera que vuelva a
constantemente hollado, de las vías populosas; reír—y a sonreír—en el mejor escenario, telón de fondo y luces
— la industria pesada y la pequeña industria de juguetes «para de don Diego Velâzquez. Contrapunto florido de violines y timbres
el niño y para la niña» ; de tranvías; de surtidores de cristal y de señales acústicas de la
— los majestuosos desfiles diplomáticos y la prosopopeya de circulación; de gorriones y motores; de arpas de conservatorio y
aquel loco inofensivo que paseaba su uniforme arbitrario por la de troqueles, yunques, fresadoras, de fábrica y taller...
calle de Alcalá; En la atmósfera pura, las torres de sus emisoras-agujas de un
— los escaparates fastuosos de la Gran Vía y los pueblerinos de nuevo gótico de acero—expanden por el aire de «un mundo sin
las tiendecitas de barrio; melodía la música ejemplar y paradójica—es decir, increíble—de
— el más aerodinámico «último modelo» de muchos caballos y Madrid, capital y resumen de la España una y varia; «concordancia
el último simón de uno solo y rocinante que todavía cruza melan armoniosa de voces contrapuestas».
cólicamente Recoletos... Manuel F.- DELGADO MARIN-BALDO
PASEO NOCTURNO
f
POR MADRID
, , ' . .
i - | > ha quienes gustan de la divertida vida protagonista y de clima histórico, porque esta
J nocturna, Madrid ofrece un panorama ani mos delante de la casa del Cardenal Cisneros
mado, en que las tascas y los teatros y (de la estirpe de los grandes estadistas), en la
cines ocupan el primer término ; no faltan las sugerente plaza de la Villa; y es un correr
llamadas salas de fiestas, en que la frivolidad de edades inclusive, porque, al lado de esta
y la coreografía hacen el gasto. Sin embargo, casa, por tantas razones venerable, nos topa
para quienes saben que una ciudad como ésta mos con una puerta de estilo mudéjar, que
tiene mayores razones para expansionar el es habla de otras cosas a las que precisamente
píritu, hallan en el deambular, principalmente puso fin el ilustre príncipe eclesiástico; y más
por el viejo Madrid, una atracción superior y allá, la Torre de los Lujanes, donde la tradi
un encanto especial. A medida que la noche ción habla de la agudeza de Carlos V para
avanza y la madrugada se despereza, hay una hacerle bajar la cabeza a Francisco I; y como
tradición que habla su lenguaje de piedra, a equilibrando aquel conflicto de edades, la
veces más elocuente que todo otro lenguaje, Casa Consistorial, con su fachada señorial y
porque permite dialogar de viva, voz con el pa su inapreciable valor testifical del Madrid
sado, cargado de significación y pleno de suge popular.
rencias. Ya sé que alguien podría objetar que estas
Muchas veces nos hemos ido a cenar a un palpitaciones del Madrid de solera podrían ser
figón en que no hay presupuesto para mante percibidas también de día, porque ahí están
les y en que la rústica banqueta acerca al hieráticas. Pero no; en el fárrago diurno sue
limpio mármol, en que se sirve la fuerte vajilla len perder el embrujo que nos da la noche,
para el yantar, fabricada en loza que resiste o más, la madrugada, porque entonces son dos
todos los maltratos; y tras el menú suculento, factores a actuar: el documento de piedra y
de típicos platos, culminando en la aromática el ensueño nuestro, que nunca como en esas
queimada, remontamos las calles que tanto di horas tiene tanta aptitud. De ese modo hemos
cen del ayer, pletórico de leyenda, de historia logrado ver palpablemente momentos de la vida
y de romanticismo. Nos inició en estas emocio de Antonio Pérez, que Gregorio Marañón re
nes, hace años, ilustrándonos con su palabra lata en su apasionante biografía; y parecer-
enterada, un querido amigo, el profesor don nos que sucedían ante nuestra vista atónita
Manuel Ballesteros Gaibrois, de cuyos labios tantos hechos curiosísimos y peculiares como
prendía nuestra atención, escuchando mil y una Deleito Piñuela ha narrado en los capítulos
referencias, que daban a nuestros paseos una vividos de sus sabrosísimos libros sobre la épo
seducción incalculable. ca de Felipe IV. ¡Qué inolvidables noches por
Así íbamos recorriendo la historia de Ma la Puerta del Sol, a lo largo de Alcalá, por la
drid, sin una guía cronológica, pero sí emotiva, calle de la Montera, hasta remontarnos a la
a salto de oportunidades y de interés, porque de Embajadores, por Atocha... y tantas más,
según nos iba abriendo ocasión el camino, nos en cada una de las cuales hay tanto que re
iba explicando el docto cicerone la esencia de memorar, para hacernos pensar inclusive, en
la evocación que en cada plaza o en cada re comparación, con realidades y evidencias pre
codo nos asaltaba. La ciudad duerme; el pa sentes.
sado reverdece en el recuerdo. El arco de Cu Pero no es ese Madrid nocherniego el único
chilleros se nos ofrece en pleno auto de fe, y reservado a los noctámbulos; no se asusten los
por aquellas mismas baldosas que pisaron los turistas de ligera visión, ni los que comienzan
personajes encausados del siglo xvn, atravesa su vida permanente en esta hermosa capital
mos, reviviendo la estampa, y subimos los es de España; no se preocupen los que prefieren
calones de piedra hasta El Pulpito, en que solazarse por las tardes en el Retiro y pasar
parecía resonar la voz del sacerdote, haciendo de largo ante el Museo del Prado, que para
un último llamamiento a la retractación ; y todos los gustos hay; pero, además, para éstos
llevados por la curiosidad, como por el tiempo, y para los que saben de la emoción del deam
desembocamos en la plaza Mayor, centro su bular nocturno por el viejo Madrid, siempre
premo del Madrid de los Austrias, acta abierta es atractivo el «ir de tascas» (de vez en cuan
a todas las pesquisas y especulaciones, que do, desde luego), apurando los «chatos» de
cuajan a veces en documento y a veces en ru manzanilla y escuchando aquí y allá el cante
mor que alcanza jerarquía de tradición respe jondo y mirando el baile flamenco con que al
table. Plantados en medio de la plaza, junto a gunos de estos lugares amenizan la visita de
la estatua ecuestre de Felipe III, parecía que sus parroquianos. ¿Que esto es andaluz y no
se animaban alrededor nuestro personajes, ca madrileño? No; esto es español, y tiene sabor
sas y dramáticas escenas de más de un come dondequiera que haya quien sepa hacerlo. Y
diógrafo del Siglo de Oro, que dió colorido a tanto ahonda ese canto, que se ha calado hasta
los pasajes de su obra, reviviendo las fiestas lo más recóndito del alma española; como que
de toros y cañas. El Madrid de El Diablo Co- tiene profundidad y sintetiza en el espíritu de
juelo, de Luis Vélez de Guevara, cobraba ac su letra y en el mismo y característico juego
tualidad en nuestra imaginación; pero tenía de las manos lo que de angustia y alborozo, en
mos que reducirnos a lo que la mera fantasía paradójica fusión, hay en la larga y fecunda y
nos iba permitiendo, ya que el profesor no gloriosa historia de esta tierra, de mucho más
disponía del poder de aquel introductor mara que de manólas y chulapas y calés; pero que
villoso que el ingenio del novelista puso a en ellas tiene la flor de su garbo y el primor de
disposición del afortunado estudiante para le sus ensueños.
vantar los techos de las casas y observar qué Para nosotros es una fortuna que podamos
sucedía dentro. vivir el viejo Madrid de noche (aunque de vez
Paseo tras paseo, nos fuimos familiarizando en cuando nos asomemos al otro), para vivir de
Con ese Madrid que duerme a la hora de nues día el de la casa de Lope de Vega, el de los ricos
tras incursiones y que permanece despierto al museos, el del invierno con sol, que no todos
conjuro de la evocación. Las impresiones van los pueblos tienen el privilegio de gozar..., y
teniendo intermitencias de épocas, según el para los fanáticos de ellos, los toros y los de
acaso pone al paso los objetivos; y así, la casa portes. Y entre lo mucho que el Madrid diurno
de Eugenio d’Ors, con todo lo que el insigne atrae y lo que el de la madrugada dice, el tea
pensador representaba, nos detenía unos ins tro como un paréntesis jugoso. No hay duda.
tantes a desglosar ideas del Glosario, y andan Como decimos en mi tierra: «¡A Madrid, le
do un poco más, la memoria nos hace variar de zumba!»
Por
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El cine norteamericano ha dado una nueva figura a las carteleras mundiales,
ya que el año pasado conoció la expansión del nombre de Sara M ontiel por
encima de las fronteras. La actrix manchega había pasado antes de Madrid
a M éxico y de M éxico a Hollywood, donde trabajó al lado de Gary Cooper
y donde casó con el director A nthony M ann. En España intervino después
en «El últim o cuplé», dirigida por el mismo que hixo triu n far a Aurora
Bautista— Juan de Orduña— , y últim am ente en «La violetera», dirigida por el
argentino Luis César A m adori. A «La violetera» corresponde este fotogram a.
SE HABLA ESPAÑOL
NUE V A Y O R K
HISPANICO
700.000 vecinos de habla española
Por W. K. MAYO
$ « H f l g*
* m!? ® m
/ J11 o
?
°1 El crecimiento de la población hispana se refleja en muchos aspectos
de la vida ciudadana. En todas partes se oye hablar el español. En los
3 >l1 x ; escaparates de las tiendas se ve con frecuencia el cartel «Se habla español».
El número de cinematógrafos que proyectan películas hispanas—la
mayoría mexicanas—debe de aproximarse a 40. Uno de los grandes éxitos
de la temporada en Broadway es una comedia musical de Bernstein que
gira alrededor de una «ganga» de jóvenes puertorriqueños.
Pero, sobre todo, lo que da la medida del crecimiento hispano es lo
que ha ocurrido con el diario que mejor ha sabido interpretar el estado
de espíritu y las aspiraciones de los puertorriqueños : El Diario de Nue
va York. Empezó a editarse en el otoño de 1949. En los últimos anos,
en Nueva York, han dejado de publicarse dos diarios ingleses de pres
tigio : The Sun y PM.
Lanzarse a editar en Nueva York un diario en lengua extranjera pa
recía una empresa quijotesca. Pero los resultados han demostrado que
los que concibieron la idea habían calculado bien. El Diario de Nueva
York empezó a publicarse en Brooklyn. Después se trasladó, paradóji
camente, al edificio que antes había ocupado PM. Allí donde un diario
escrito en inglés no pudo arraigar, otro diario, escrito en español, ha
triunfado de una manera espectacular (tirada normal, 60.000 ejemplares).
El éxito de El Diario de Nueva York es un exponente de la fuerza as
cendente de la población hispana neoyorquina, representada en un 90
por 100 por los puertorriqueños que vienen aquí a trabajar y a plantar
muy alto y muy firme la bandera de la lengua de Cervantes, de Bello,
de Montalvo, de Martí, de Gabriela Mistral y de Alfonso Reyes.
1 Carlos Pascual de Lara, el notable pintor español y asiduo co-
' laborador de M UN DO HISPANICO, que ha fallecido en M a
drid. En las paginas últimas publicamos un trabajo sobre él.
El subsecretario de Relaciones Exteriores de la República de
2 El Salvador, don Alfredo Martinez Moreno, a su paso por
Madrid, con el director del I. de C. Hispánica, don Blas Pinar.
3 El rector
cónsul
de
de España, don Alfonso Díaz Pache, impone al
la Universidad de Bahía, profesor Edgar Regó, las
insignias de miembro de honor del Instituto de Cultura Hispánica.
Poetas, escritores y a r t i s t a s españoles e hispanoamericanos
4 celebraron en el Ateneo de Madrid un acto conmemorativo
del primer aniversario del fallecimiento de G a b r i e l a M i s t r a l .
5 Ladeescritora
«Dama
catalana María Asunción Porta Graell, autora
de Indias», premio de novela «Club España de
México», en el I. de C. H. de Madrid, donde recibió el premio.
El maestro del idioma, festejado por los poetas
■
Los años han colmado de nobleza el rostro del maestro que recibe el homenaje.
AZO RIN
la puerta del segundo piso de la calle de gris y un sombrero hongo. En la mano, un tor; alguno le sonríe y le saluda. Todo el mun
A Zorrilla, 21, han llegado dos poetas: Luis
Rosales y José María Souvirón. Son las
bastón con puño de plata.
—Cuando usted quiera, maestro—dice Sou
do conoce a Azorín. La tarde está clara y tem
plada.
>
cinco y media de la tarde. Abre la puerta una virón. En el auto, por la Gran Vía, el maestro se
doncella limpia, bien arreglada y atenta. Un fotógrafo saca dos o tres placas. Los le anima. Su voz, cálida, templada, un poco tem
—Venimos en busca del maestro Azorín ves chispazos no turban la serenidad de la blorosa, parece más segura. Sonríe. Al pasar
—dice Rosales. casa. Azorín avanza despacioso. Se asoma a ante un cine se habla de la película que allí
La doncella hace pasar a los poetas. El maes una puerta y dice: proyectan: «Doce hombres sin piedad». Azorín
tro los está esperando, en pie, en medio del —Me voy; hasta luego. afirma que es una de las mejores que ha visto
salón. En la penumbra de la casa todo es or Y los tres, seguidos por el fotógrafo, des en los últimos tiempos.
den, recogimiento, claridad. Huele suavemen cienden al portal. Al salir a la calle, varios —Una gran película, ejemplar, que no todos
te a romero quemado. Azorín lleva un abrigo transeúntes se detienen, miran al gran escri han comprendido.
Leopoldo Panero abraza a Azorín. Coronel Urtecho aparece en la foto sentado. Azorín, acompañado de Blas Pinar, director del Instituto de Cultura Hispánica.
Azorin, con la pulcritud en el vestir
que siempre le ha caracterizado, sale
de su casa para recibir el ^homenaje
de los poetas españoles. Le acompa
ña el poeta José María Scuvirón.
\
Más adelante, al paso frente a
otras salas, cambian los comen
tarios entre el maestro y los poe
tas. Azorin habla de la posibili
dad de una buena película basa
da en el «Quijote».
—Es difícil; lo más probable es
que la hagan mal; pero si se acer
tara...
El coche se desliza desde la pla
za de España a la calle de la Prin
cesa. Una brisa ligera conmueve
un poco las copas de los árboles.
Desde otros coches, en las para
das, los ocupantes miran curiosa
mente hacia el que va conducien
do a Azorin y sus acompañantes.
En un taxi persecutor, el fotógra
fo asoma la máquina y saca nue
vas instantáneas. El diálogo entre
los dos poetas andaluces y el
maestro levantino, español uni
versal, crece en animación. La
Moncloa. Paisaje ancho, sobre el
que las primeras nubes de un cre
púsculo v erd irro sad o se alzan
quietas, maravillosas. Una vuel
ta hacia la derecha y llegan al A ZO RIN El e s c r i t o r v u e l v e a su c a s a
Instituto de Cultura Hispánica.
Azorin se apea del auto, ayudado
por Rosales y Souvirón. Cada uno y dedica un libro a Jorge Mañach
de un brazo del gran escritor,
avanzan hacia el vestíbulo, donde
es recibido por las autoridades y
jefes de la casa. La gente llena
el salón de actos, se derrama por
los corredores. Es difícil avanzar.
Por fin, se logra llegar hasta el
escenario. No hay tribuna. Aque
llo parece más bien una sala có
moda y confortable: dos tresillos,
varias butacas, un par de mesas
bajas y, sobre una de ellas, un
plato con flores. Allí esperan los
otros poetas, españoles e hispano
americanos, que van a tributar su
homenaje al patriarca de las letras
españolas. Al asomar Azorin por
una de las cortinas laterales, el
público y los poetas, en pie, le rin
den un aplauso fervoroso. Azorin
sonríe, se adelanta pausadamente
hasta su butaca. Saluda a los poe
tas: Dámaso Alonso y Gerardo
Diego, académicos; José Coronel
Urtecho y Eduardo Carranza, ni
caragüense y colombiano, respec
tivamente, unidos entrañablemen
te por afición, cariño y larga amis
tad a los poetas españoles; Leo
poldo Panero, José Antonio Mu-
ñoz-Rojas, Luis Felipe Vivanco,
una vez "que Azorin ha ocupado
su asiento, se colocan, como en
tertulia, en sus sitios. Nada de
estiramiento. Confianza sí, pero en
un ambiente de silencio, de seve
ro respeto, de veneración. Se di
ría que algo religioso vuela por
encima del público y de los par
ticipantes en el homenaje. Todas
las butacas del salón están ocu
padas. En los pasillos, gente en
Reportaje gráfico:
R A MO N MA S A T S
PARTE sus valores literarios, su signi ya andamos de regreso por la primera plan
pie; algunos se acomodan en los
escalones. Las ventanas laterales, ficación, su entidad, esa repleta arca ta, la muchacha se asoma y nos llama. Nos
abiertas, y asomadas al interior de primores que son sus libros, la ac dice que subamos. Sonreímos. «Pase.» El tru
del salón, desde los corredores, tualidad de Azorin reside en su propia co queda al descubierto. Y la doncella fra
muchas mujeres. Hay personas y real existencia, en ese saberle vivo, casaría en el teatro.
de toda edad, país y condición. ciudadano de Madrid, registrado en la
Muchas mujeres. Más allá de las
puertas, algunos chicos que pug guía de teléfonos con el único seudó-
nan por atisbar algo, medio ten nico que ha admitido la Compañía Te El maestro
didos. lefónica hasta hoy: Azorin. Escritor.
Zorrilla, 21. Telf. 21 06 45. en su gabinete
A esa actualidad se añade ahora la
Azorin y el paso concesión del Premio March de Literatura
(500.000 pesetas o 10.000 dólares) y el ho El pasillo es oscuro. A la derecha hay una
menaje que, organizado por Cuadernos His habitación que tiene la puerta abierta. Pare
del tiempo: panoamericanos, le ha rendido un grupo de ce algo desordenada. Allí es donde, en otros
poetas americanos y españoles en el Instituto tiempos, Azorin recibía. Siguiendo, a la iz
de J- Manrique al quierda, se entra en el gabinete mayor con
de Cultura Hispánica.
estilo alfonsino, un tresillo de muchos brillos,
cubano H eredia dos balcones con sus visillos antiguos, la
madera del suelo reluciente y el retrato de
El acto comienza con la lectura, Una doncella Zuloaga. Es una habitación fría, algo triste,
por José María Souvirón, de un en la que todos gustan retratarse con Azorin.
«Escrito de Azorin al consistorio recalcitrante El maestro sale a nuestro encuentro. Pa
de poetas». El maestro recuerda rece un autómata. Es cortés, delicado, lleno
los días del otro homenaje, ya le de buen porte y señorío. Está enjuto, amo
jano, que se le tributó en Aran- La casa de la calle de Zorrilla conserva
un cierto empaque, algo deslucido, pero que jamado, como un santo de madera al que
juez. Se refiere al paso de los años,
y cita a Manrique, a Góngora, a la ribetea de seriedad. El portero lee el pe hubieran policromado el rostro, por el que
Garcilaso, a Meléndez Valdés y a riódico. Y no levanta la vista al vernos cru le sube un color precioso, sonrosado, lleno
José María de Heredia, que en uno zar. El ascensor padece reuma; sube cansado, de matices. «Pase.» Y pasamos. En su gabi
de sus sonetos habla de un viejo lentamente. Está achacoso el pobre. Es casi nete de trabajo, donde los libros han toma
labrador de ochenta años que con mejor llegarse al piso segundo por la esca- do por asalto los flancos de una chimenea
templa sus campos, sus aperos, y
recuerda melancólicamente su vida.
Después van leyendo los poetas. NE. AZORIN-VA AL CINE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN
Dámaso Alonso hace una alaban VA AL CINE, -AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL CIÑE. AZORIN VA AL (’f
za de la generación del 98, de la A ZO jf® ( $ M M M n E. -AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL CINE! AZORIN VA
influencia de sus hombres—y par AL CINE AZOREN VA AL CINE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL CINE. A
ticularmente de Azorin—dn cual N. AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL C IN E . AZORIN VA AL CINE. AZORIN
quiera de los que han escrito des AL CINE. AZORIN VA, AL CINE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA ALUCINE A
pués sobre España, sobre el mun NE. AZORIN AL ( AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN V
do desde España, desde las Espa- IN VA A . AZ( NE. AZORIN V VA AL (
ñas. Gerardo Diego hace un bello N VA AL AZOE • AZ< O y AL CINE.
recuerdo de su mocedad, cuando y /j* * A
ZORIÑ VA I O r in VA A
era opositor a cátedra y en el tri CINE. AZ /A AL ■V3TAI 'I NT IN V A ^ L CINE. AZOR
bunal estaba Azorin. José Anto N VA AL ( IX Az o r in AL CINE. AZORIN YA AI NE. AZORIN VA AL CI.
nio Muñoz-Rojas evoca sus días de
niño campesino y el descubrimien NE. AZORIN ' 'A AL CINE. AZORIN VA AL TUNE. AZQRIN VA AL CINE.
CI$E. AZORIN V
to de las primeras obras de Azo ,N0 ^ ;e l cine como explicación del tiempo IN
rin en la biblioteca de la casa an NE. AZORI .J , CilNE. ORIN VA
A AL CINE.
daluza de sus mayores. Eduardo
Carranza tributa un ofrecimiento
E. AZORIN
ORIN VA.A
y modo de asomarse al mundo E. AZORIN
ORIN VA A
de la selva, los ríos, los montes de N VA AL CINE. AZORIN VA AI NE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA AL CIN
América, al autor de «La volun ORIN VA AL CINE. AZORIN 0 AL CINE. AZORIN VA AL CINE. AZORIN VA A
tad». Coronel Urtecho lee un her NE. AZORIN VA AI P o r ■AL CINE. AZORIN V
moso poema «para ser traducido RIN VA AL CINE. N ^ e . AZORIN VA ALT
a lengua náhual», en el que Azo INE. AZORIN VA AL CINE AZORIN VA AL'CINE. AZORIN VA AL CINE AZORI
rin es trasladado a las lejanas—y
tan cercanas—tierras hispánicas
de América Central. Rosales dice lera de madera. Hay pocos tramos que sal francesa. Allí andan revueltos, sin orden apa
un conmovido sistema de pregun rente, con un concierto clásico en sus lomos.
tas, lleno de profunda poesía, para var. Y siempre la operación se realiza con
terminar con la pregunta que su alguna solemnidad, que no sabemos desde Azorin ha dicho y repetido que literariamen
hijo, el pequeño Luis Cristóbal, le qué siglo sopla. Hay un timbre blanco. El te vive en el siglo xvi. Y así son las suyas
ha hecho: «Papá, ¿conoces a Azo visitante arregla la corbata. Saca unos cen relecturas. Azorin está en batín de andar
rin?» Leopoldo Panero lee su poe tímetros de pañuelo blanco. Se alisa el pelo. por casa. Es afable. Habla poco. Atiende de
ma a Cervantes, trasponiendo in Tose. Toca el timbre. Nada se oye en el re cuando en cuando. Otras veces parece au
tencionalmente los nom bres de llano. Pausa. Nadie sube ni baja. Hay pe sente, perdido en el laberinto de sus recuer
Miguel y de Azorin, en una her numbra. Nace la eterna duda de llamar nue dos. Así como su prosa, su figura está tam
mosa alabanza. José María Souvi vamente o esperar. Se hacen las dos cosas: bién estilizada, reducida al mínimo de ex
rón recuerda, en bellos versos, la presión.
impresión de sus primeras lectu esperar, y como nadie acude, volver a llamar.
ras azorinianas. Vivanco dedica al Restregamos los zapatos. Cuando así esta Empezamos a hablar. Le explicamos que
maestro un poema en loa de Es mos, sin ruidos que nos pongan en guardia, querríamos para M und o H ispánico seguir el
paña. se abre la puerta y aparece una doncella. Es curso de veinticuatro horas de su vida, hasta
No ha podido asistir, por enfer morena y de cara redonda. Siempre han sido donde nos quiera dejar pasar. Azorin se hace
medad, Vicente Aleixandre, pero guapas, bien aliñadas, las doncellas del escri explicar la cosa dos o tres veces. Parece des
ha enviado su semblanza de Azo- tor, con su cofia y sus ojos punzantes. Y confiado. Parece cansado, de vuelta de todo.
nn, que lee Panero con voz justa viene la contestación, que, invariablemente, Estatua. Y nos dice que tiene que pensarlo.
y clara. Apunta en un cuaderno con letra espatarra-
Azorin ha ido abrazando a cada repite como una consigna: «El señor está
uno de los poetas. El homenaje ha en la cama; está resfriado; no se levanta.» gada, grande, desigual, nerviosa, unas cuan
terminado. Los dos mismos poetas Uno queda en llamar por teléfono; trata de tas cosas. Nos dice que volvamos, que lla
que fueron a buscarle, le acompa abrirse paso con la insistencia en la poco memos. Y entonces, ya sin el prejuicio de
ñan de regreso; y en la puerta de convencida respuesta de la doncella, pero no la entrevista, es cuando se pone a hablar.
Zorrilla, 21, el maestro, emocio- hay nada que hacer; ella, torpe, nuevamen Hay una mesa pequeña, y de uno de sus
nado, silencioso, lleno de dignidad te vuelve a repetir lo mismo, como un disco cajones, donde todo anda ordenado, Azorin
un poco fatigada, les tiende la rayado, como la canción de cada día. Y nos saca siempre el papel a punto, la cita de la
mano, saluda alzando su sombre productora que quiere hacer un guión de
ro y avanza hacia el interior de la vamos. Uno no sabe si decir que se mejore,
casa. Ha sido una hermosa tarde. y, como siempre, le asalta el pudor de pre cine sobre su vida, el nombre de la visita
Juan DE LEON guntar por don José. Es igual. Pero cuando del otro día, el recorte de un periódico fran-
AZORIN
D iscurso so b re A zorín
£/ hombre c/ue viajaba en los mixtos
para bajar en cualquier estación p a ra s e r tra d u c id o en
cés, la nota de un diario espa una excepción, y es el cine. Ha
ñol. Pero lo grave, alarmante y
nervioso son los silencios. De
vez en cuando una lágrima le
cogido el tema por los cuernos
y no lo suelta; lo zarandea, le
da pases de una a otra orilla, y
le n g u a n á h u a l
cae del ojo derecho y saca el así un buen rato. Quiere decirse
pañuelo, limpio como una ban que ya no hay posibilidad de ha
dera, para atraparla. De cuando blar de otra cosa, que la visita
en cuando saca el tema del cine.
Por JOSE CORONEL URTECIIO
ha sido parcialmente un fracaso.
Ya sabe todo el mundo que Azo- No total, porque ya es algo oírle
rín va a los cines de barrio, que hablar, aunque sea de cine sólo.
. se ve las películas dos o tres ve Y Dios sabe si volveremos a con es una carta a Jesús Maravilla, obrero, indígena, de Chinandega, de Nicaragua
ces, que le gusta bastante el cine seguir que se nos abra la puerta. quien me pide noticias de Azorín y una fotografía
norteamericano y que sufre algo, Quiere escribirle una canción, con letra mía, en náhual
y no siempre, cuando en la car Y este es el tema de la canción
telera se encuentra con una pe «Yo conozco a Azorín»—digo a mis hijos, a mi mujer, a mis amigos
lícula española. Por la calle de A los ochenta y cinco Y hablaré de Azorín a vuestros hijos, oh hijos míos
Cedaceros es fácil verlo camino Cuando esté en mi país, junto al gran lago, de vuelta de Castilla
del Palacio del Cine, del Panora años teme a la leucemia «Yo conocí a Azorín»—diré a los hijos de mis hijos
ma, o bajar para ir al Gong. Ha Aunque no alcance a verlos, ya desde ahora se lo digo
descubierto tarde el cine, y es Porque ellos me dirán: ¿A quién has conocido?
como si andara con afán de des D istraídam ente curioseamos
por el cuarto de trabajo. Allí, so A los grandes del mundo, a los señores?
quitarse. Pero aparte su enorme Tú te has dormido en la Asamblea de la ONU
sensibilidad y sus aciertos par bre una mesa, está la Underwood
No has distinguido al Mariscal en los desfiles militares
ciales, que a veces son redondos que le regaló La Prensa, de Bue
Pero yo me decía p mí mismo: «Conoceré a Azorín», cuando era niño
y definitivos, como bien registra nos Aires, al tiempo que le co
municaba su propósito de no ad Azorín era un nombre que se daba cada día a las cosas
ra García Escudero, es la víctima Azorín también era el instante, el matiz, la pasajera revelación que agrupaba las cosas. Que
de una educación anticinemato mitir más originales manuscritos.
En esa máquina, con un papel no pasaba
gráfica. Las seiscientas películas Azorín era el tiempo presente para todos los días
que se ve en tres años no impi en cuyo ángulo figura impresa Azorín era estar amaneciendo diario, anocheciendo en cada anochecer, encendiendo la luz,
den que vea el cine como teatro. una sola palabra : Azorín, en ca
racteres que parecen de esos in oyendo la campana del otro amanecer
Azorín era siempre el que iba paso a paso, el que se detenía, el que miraba su reloj, puntual,
gleses para cuaderno de colegia sin prisa, de puerta en puerta, de ventana a ventana, el que tomaba nota, el que
la, el maestro ha escrito muchas nombraba la flor en la maceta, el que medía el sol en la pared, el que alumbraba la
El cine cosas. sombra del rincón prendiendo una cerilla, el pasajero circunspecto, que saludaba,
—¿Por qué no escribe ahora? daba los buenos días, conversaba un momento, se despedía, abría su paraguas y cru
como obsesión —Me da miedo. No lo hago zaba la plaza bajo la lluvia
porque creo que va a saiirme Azorín inventaba a Azorín sobre el papel con una pluma
Pero ya ha cogido el tema y mal. un hidalgo letrado meticuloso con su lápiz
no hay manera de darle vuelta. —¿Ya no se levanta de madru un señor de Castilla que cogía las cosas con los dedos como en cinco palabras y que las
Se le nota obseso. A ratos parece gada? repartía entre nosotros
irónico; otras veces, escéptico. —No. Desdé la caída. Antes sí; la cera
Se encoge de hombros. Desde ha a las tres me ponía en pie. Y es de castilla
ce veinte años renunció a hacer cribía. También iba más al cine. la caña
vida de sociedad, y ahora, por lo (Vuelta al tema.) de castilla
experimentado, renuncia a reci —¿A qué le teme más de nues la paloma
bir visitas, salvo excepciones. La tro tiempo? de castilla
verdad es que el hombre tiene —A una enfermedad: la leu palabras
ochenta y cinco años, y todos cemia. de castilla
los miramientos y respetos que —¿Qué es lo primero en el es para todas las cosas
se concedan a un abuelo de esta critor? para el cumiche
extraordinaria categoría parecen —La observación. para la chicha
^ocos. Las preguntas las hemos dis para el chischil
En otro tiempo, los estudiantes parado rápidas, tratando de no nara la p''pilacha
que venían de cualquier país his ofrecerle ocasión para rehacerse, El Popol Vuh de vuestros padres puesto en pa’abras de Azorín para vosotros, oh hijos míos
panoamericano traían el propósi quebrantando su sistema carte Y era España otra vez, sin nalabras de más, eu pocas líneas
to de visitarle. Algunos lo hacían. siano. Porque no era esto lo que España poco a poco, en detalle, al dedillo, al menudeo, con minuciosidad enamorada, de mar
Creo que a veces los decepcio queríamos: una entrevista al uso, a mar, de paisaje en paisaje, de ciudad a ciudad, de pueblo en pueblo, casa por casa,
naba y que en seguida se hacían sino un Azorín íntimo en su vida nombre por nombre, libro por libro, hoja por hoja, línea por línea, palabra por pala-
asiduos de don Pío Baraja. Por de cada día para destaparlo al bra, letra por letra, pero de par en par y día a día
que Azorín es frío como el agua lector de Hispanoamérica. Pero,
del río, escasamente comunica España entera en todas sus palabras^
a falta de ese pan amasado y España repartida en todas sus Españas
ble. Ya de joven, cuando escribía cocido en su salsa, queda aquí La España de Azorín en Cuernavaca, en Chich’castenango, en Jinotepe
con lápiz La ruta de Don Quijo esta apresurada imagen del hom Azorín era España presente en todos sus lugares
te y viajaba en los trenes mixtos, bre que puso, indudablemente, Azorín era entonces como Azorín ahora
esos que se paran en todas las orden, limpieza y sencillez en el Azorín era ayer lo que será mañana
estaciones, para poderse bajar en castellano, pero que a veces pa Pues mañana era ayer como Azorín lo era
la que le viniera en gana, se rece como un extraño en cuanto Y ayer es hoy mañana como Azorín ahora
mantenía herméticamente calla hombre. Nadie diría que es le
do en el departamento; no le Ahora es Azorín
vantino. Allí la gente es de san Hubiéramos querido conocer a Cervantes, tenerlo con nosotros en Soconusco
gustaba entrar en relación con gre caliente. Azorín, el último Yo he conocido a centenares de poetas. Muchos son mis amigos
sus compañeros de viaje. No le del 98, está ya más cerca de ser Pero ahora conozco a Azorín
gusta hablar. Y estando lleno de estatua. Yo conocí a Azorín en España, en Madrid, en su casa, entre libros, rodeado de silencio, junto
anécdotas y sucesos, de ejemplos —¿Qué ve en el cine? a una máquina de escribir
y de cosas, le remite a uno en —Dos cosas: la explicación del Hubo una vez un homenaje para Azorín. Yo leí este poema
seguida a la biografía que escri tiempo y una manera de asomar Madrid, 1958
bió Angel Cruz Rueda. Pero hay me al mundo.
ON mucho retardo, porque he andado lejos de mi casa, me
llega el número de diciembre de Mundo H ispánico con su
ingeniosa cubierta, en que se ha reproducido más de un
centenar de variadísimas y hermosas tarjetas de Navidad,
impresas a todo color. Son los tradicionales mensajes que,
en la sagrada fecha del Nacimiento del Niño-Dios—25 de
diciembre—, se cambian millones de personas en el mundo
entero, saludándose y deseándose felicidad. Una mirada so
bre esta interesante cubierta de Mundo H ispánico nos pone
delante de un gran problema : la descristianización de la
Navidad. H em os v isto a c á los ú ltim o s n ú m e ro s cro m ad o s b o rd a d o s de su s a lfo rja s » , «los
y el especial dedicado a L eón. E ste ú l c o m plicados y bellos ja e c e s de su s c a b a l
Es explicable que la más luminosa fiesta del cristianismo, tim o m uy, p e ro m uy bueno. F e lic ita c io g a d u ra s » . Eso s e r ía ( ¡ y f u é ! ) en la época
celebrada con júbilo, especialmente en los países anglosajo n e s co rd iales.
E n la p la n a v ein tio c h o del n ú m e ro de
v irr e in a l. E n la in c a ic a , no . J ip ija p a es
u n sim p á tic o p u e b le cito de la hoy p ro v in
nes, no les sea simpática a las gentes de otras religiones, que, s e p tie m b re nos dim os con la g r a t a s o r cia de M an a b í (E c u a d o r) . Los in c a s con
quieras que no, se ven envueltas en los regocijos de pueblos que p re s a de v iejos a m ig o s n u e s tro s . O s a g r a so lid a ro n su im p e rio a lo la rg o de los A n
decem os. des, no a sí en la s c o sta s de E s m e ra ld a s,
creen en Cristo y lo proclaman como el Hijo de Dios. N os h u b ie ra a g ra d a d o q u e , p a r a que en M an a b í y G uayas. (U lte rio rm e n te se h icie
Les habría gustado suprimirla, pero era absolutamente impo to d a s la s o tra s re g io n e s de h a b la h is p a n a ro n fa m o sísim o s los so m b re ro s «de P a n a
n o se c o n fu n d a n , la s fo to s, a l m enos la s m á» , q u e , en re a lid a d , son de la s lin d a s
sible. Ni siquiera restarle importancia, porque esto habría sido un de la p la n a v e in tin u e v e , lle v a ra n ró tu lo s c o sta s e c u a to r ia n a s .) E n c u a n to a la s « al
serio perjuicio comercial para muchos de los que no creen en Cris in d ic a n d o que son «huacos» y no «m ates» fo r ja s y ja e c e s de sus c a b a lg a d u ra s ...» , de
to, pero realizan muy buenos negocios con motivo de su fiesta. (y a que el títu lo a s í p a re c e in d ic a rlo ). h a b e rla s c o n o c i d o los q u e ch u a s, ¡q u ié n
L a p a la b ra « m ate» , en esa a ce p c ió n , p o r sabe qué h u b ie ra p a sa d o en C a x a m a rc a !
Una de las formas en que antaño se ponía de manifiesto el sen s u p u e s to , sólo se u sa en p a r te de Sud- N o, s e ñ o r ita ; sólo h a b ía lla m a s. L as lla
tido espiritual de la fiesta era el mensaje de saludo enviado en a m é ric a . H ace poco, de M éxico, n o s p re
g u n ta b a n q u é e ra . P u e s, p a r a re s p o n d e r
m a s no re s iste n el peso de u n h o m b re .
C reo que y a q ueda poco p o r a ñ a d ir...
una tarjeta con un dibujo alusivo al Nacimiento de Nuestro Señor a to d a H is p a n o a m é ric a , h a b ría que d e c ir: E n todo caso (p o sib les e rro r e s de im p re n
Jesucristo. Muchas veces era la reproducción de algún cuadro de «S eñores, se t r a t a del m a te , p o ro , p u ru , t a ) , que la p a lm e ra p a ra h a c e r p u n ta de
p u ru n c u , p o ro n g o , p o to , c o ju d ito , g u a je , flechas y la n z a s se lla m a « c h onta» y no
pintor famoso; otras era un dibujo original de autor reciente acocote, te c o m a te , te c o m a l, jic a r a , g ü ira , « c h a n ta » ; que el dios Sol e ra « In ti» y
acerca del mismo tema. g ü iro , g ü íc h a ro , g u a je y , to tu m o , to tu m a , n o « In t» ; que no se dice «al h u a h u a » , sino
«a la g u a g u a » , sie m p re en fe m e n in o , ya
¡Eso sucedía antes! Ahora, desde hace varios años, el pano tu tu m a , tu la , ta tu c o , ta tu c a , ta tu q u e , hi-
g ü e ra , etc.» Se t r a t a ( p a r a los h isp a n o s, sea m a c h ito o h e m b rita , p ues se tra d u c e
rama ha cambiado: se siguen enviando tarjetas de Navidad con n o a m e ric a n o s ) de los f r u to s de dos p la n p o r « c ria tu ra » (n o hay « c ria tu ro » ) , y que
preciosos dibujos, que rarísim a vez contienen alguna alusión al ta s de los g é n e ro s L a g e n a ria (C u c u rb i a los h a b ita n te s de la s tie r r a s b a ja s les
tá c e a s ) y C re sc e n tia (B ig n o m iá c e a s ), con decim os « y u n g as» y no «yuncas» (m e su e
Nacimiento del Redentor. el a g r a v a n te de la s v a ria s e species (com o n a a y u ca o m a n d io c a ).
Lo demuestra muy bien la portada de Mundo H ispánico , don s e r ía C re sc e n tia c u je te , C. a la ta , e tc .) , y L a e s c rito ra , d esp u és de e x p lic a r la a r
te s a n ía , v irr e in a l y re p u b lic a n a , de los
a ú n m ás, que u n m ism o vocablo, seg ú n
de, sobre cien tarjetas, apenas habrá cinco o seis que se refieran la zona a m e ric a n a , v a ría , p o r e je m p lo : m a te s b u rila d o s (confieso que n o conozco
al único asunto que en tal día no se debiera escamotear. ¿Inadver jic a r a (del n a h u a t l: « x ic a lli), en M éxico los « h u a n ca s» c e rra d o s, que «no pueden
es el fr u to de L a g e n a ria ; en G u a te m a la , s e r v ir m ás que com o o b je to » ; lo que sí
tencia solamente? Creo que lo es en el caso de la mayoría de los de C re s c e n tia ; en el P e rú , u n j a r r i t o de v e n d en en to d a la zo n a « h u an ca» son «m a
que envían las tarjetas, pero no tanto en el de los que las dibujan a r c illa , y en la A r g e n tin a , u n a ta c ita tes» llenos de un d u lc e : « fréjo les colados»,
de loza. A un en u n m ism o s itio d ig a m o s o sea , p o ro to s, c a r a o ta s , frijo le s , fríjo le s,
y editan. Con amargura sospecho una aviesa voluntad, muy di- a c á en L a P la ta , « m a te cito » ( p a r a to m a r frisó le s , fre só le s, fesoles, h a b ic h u e la s , ha-
la in fu s ió n de « yerba») p uede s e r del b illa s , a lu b ia s , ju d ía s , e tc .), después de ex
f r u to de L a g e n a ria , o u n j a r r i t o de fie p lic a r a q u ello — d e cía — , da un s a lto h a cia
rr o en lo zad o , o de p la ta , con a d o rn o s de a tr á s en el tie m p o y ¡y a e sta m o s «hua-
• r o . Lo que sí hay que d e s ta c a r es que q u ean d o » , o sea, d e se n te rra n d o «huacos»
se tr a te del « fru to de la c a la b a c e ra » (C u p re in c a ic o s ! (E l «pre» hay que re c a lc a rlo .)
c ú rb ita pepo, C. m á x im a , C. m o s c h a ta , D ice n u e s tr a lin d a a m ig a : «E s c re e n c ia
e tc é te r a ) , com o p a re c e a f ir m a r C arm e n a c e p ta d a p o r los arq u e ó lo g o s que los a lf a
Escribe HUGO WAST N o n e ll, a u to r a del a rtíc u lo .
B ueno, p e ro todo e sto de los m a te s no
re ro s a m e ric a n o s conocieron el uso del to r
no de a lf a r e r ía .» ¡S e n s a c io n a l! E s un p u n
tie n e a b so lu ta m e n te n a d a que v e r con to que nos in te re s a m uch ísim o . Le a g r a
los «huacos» de la s fo to s. E n tre u nos y d e ce ríam o s a C a rm e n c ita que nos indicase
o tro s m edia t a n t a d is ta n c ia como p o d ría el n o m b re del a rq u e ó lo g o o, de se r posible,
h a b e r e n tre , p o r e je m p lo , los h erm osos el lib ro donde a p a re c e ta l n o tic ia . P o r acá
claveles leoneses de M a ría T e re sa o la s s iem p re se h a a firm a d o q u e , en A m érica,
m u ñ e c as e sp a ñ o la s de d o ñ a M a r u ja G on la ru e d a fu é desconocida h a s ta la lleg ad a
z ález H e rre ro , y ... los vasos a lfa re ro s de del e sp a ñ o l. E l d e sc u b rim ie n to de u n to rn o
los suevos o visigodos ( ...¿ tu v ie r o n a l de a lf a r e r o p re h is p a n o e c h a ría p o r tie r r a
sin a d v e r t i r l o
todo caso se p uede u s a r el a d je tiv o «in A m bos e x tre m o s sólo se a se m e ja n ... en
caica» p a ra d e s ig n a r a los q u e ch u a s. que desconocen el pecado de m a ta r cuando
N o som os de la o p in ió n , ta n o p tim is ta , se sab e n m á s p o d e ro so s).
de n u e s tr a e s c rito ra , de que h u b ie ra a q u e P o r la s fo to s (p r in c ip a lm e n te a q u ella
lla s g ra n d e s y a le g re s r e g a ta s en el T iti del tope de la p la n a 29) nos e n te ra m o s
c ac a , e n tre «canoas flu v ia le s de v a lie n te ( ...p e r o ¿ lo s de o tr a s c o m a rc as h is p á n i
c u rv a tu r a y a ltiv a p ro a » , « d o ra d a s b a lsa s c a s ? ...) que los v a s o s -re tra to s que la a u
de los a y m a ra s» y « ra u d a s c a n o a s de los to ra dice que se h a n e n c o n tra d o en las
q u e c h u a s im p e ria le s» , p o rq u e la s p rim e r a s tu m b a s in c a s, que son « tra b a jo s a rte sa n o s
e ra n (y so n ) de la hoya a m a z ó n ic a (s ie n de los in cas» y «que p re s e n ta n , en p lá s ti
do el « d iv o rtiu m » n a d a m enos que la ca re p ro d u c c ió n , los c a r a c te re s de tip o é t
c o rd ille ra o rie n ta l de los A n d e s, o de nico " p e ru a n o " » (¡ lo s c rio llo s, cholos, n e
simulada, pero eficazmente servida, de ir destiñendo, poquito a C a ra v a y a , con picos que lle g a n a los g ro s, m u la to s , z am bos, in je rto s , chinocho-
poco, el sentido cristiano del 25 de diciembre. seis m il). S u s dueñ o s no fu e ro n n u n c a los, p a rd o s, ja la d o s, c u a r te ro n e s , e tc ., etc.,
u n á n im e m e n te ... d iscu lp am o s a la a r tic u
d o m in a d o s p o r los q u e c h u a s ; e n c u a n to
Otra de las formas cristianísimas de celebrar la Navidad en a la s ú ltim a s , s e ría n la s g ra n d e s b a lsa s lis ta ) . p o r la fo to , digo, nos e n te ra m o s que
los hogares creyentes era el construir por los padres o los niños del P a c ífic o de que h a b la n los h is to ria a q u ello s «huacos» son de la c ivilización
dores. L os « c a b a llito s de to to ra » del T i m ochica, o sea, son «vasos de T ru jillo » .
un minúsculo «nacimiento», como se llama en buen español ese tic a c a son de los u ro s— no de los a y m a - L a civ ilizació n m ochica se e x te n d ió en
conjunto de figuritas movibles, agrupadas en el simulado portal ra e s — , se re s de los m á s p rim itiv o s, que la hoy c o sta p e ru a n a , desde P iu r a , p o r el
e tn o ló g ic a m e n te p a re c e n p e rte n e c e r a la n o rte , h a s ta la f o r ta le z a de P a ra m o n g a ,
de Belén, alrededor del Niño-Dios reclinado sobre unas pajas. La fa m ilia A ra u a c a (tie n e u n a fr a s e f a p o r el s u r, en el v alle de P a tiv ilc a , o sea,
Santísima Virgen, San José, los Reyes Magos, los pastores, los m o s a : «C u an d o los h o m b re s v in ie ro n a l lo que en la a c tu a lid a d es el lím ite de
m i d e p a r ta m e n to ( L im a ) . Se le lla m ó el
ángeles, el asno, el buey y todo cuanto podía adquirirse para m u n d o y a los u ro s e x is tía n .» ).
L eem os lu e g o : «las f ilig r a n a s a lf a r e r a s , re in o del G ra n C h im ú . A lg u n o s a u to re s
realzar la representación del sagrado misterio. to c a d a s de in c o m p re n s ib le in flu e n c ia m e o p in a n que s e ría n de o rig e n m a y a , por
Los que de niños han vivido esos días en que en su casa se d ite r r á n e a , com o en el fam o so " to r i to de m u c h a s s im ilitu d e s ; e n tre o tra s , la s m a g
n ífica s p irá m id e s e sc a lo n a d as. E n su ce
P u c a r á " , id é n tic o a l to ro ibérico», y en
preparaba el «nacimiento» (o el «pesebre», como también se le la p la n a c in c u e n ta y n u e v e : «¿Q ué p e n rá m ic a , ta n típ ic a , se d is tin g u e n dos épo
llamaba) conocen una de las más hondas emociones de la vida y s a r , p o r e je m p lo , del y a c ita d o to ro de c a s : la p rim itiv a , lla m a d a «paleo-chim ú»
o « p ro to -ch im ú » , se c a r a c te riz a p o r sus
P u c a rá , la b o r in c a , que bien p u d ie ra con
no la olvidarán nunca. Es todo un dogma cristiano, impreso para fu n d irs e con el to ro ib é ric o ? » ¡V á lg a m e h u a co s de a r c illa b la n c a con o rn a m e n ta
siempre en el corazón y en la imaginación de una persona. D ios, s e ñ o r ita ! Le p a re c e « in c o m p re n si ciones en p a rd o o ro jo c la ro , y la «neo-
ble» la in flu e n c ia m e d ite rrá n e a ... ¡d e s ch im ú » , o sim p le m e n te «chim ú», p o r sus
Ya los «nacimientos» o «pesebres» han desaparecido también p u é s de tre s sig lo s de vida e sp a ñ o la ! hu aco s n e g ro s. E s ta civ iliz a ció n , com o ta n
de casi todos nuestros hogares, suplantados por el anodino árbol ¿ Y qué es a q u ello de «id én tico al to ro ta s o tra s , fu é a v a s a lla d a p o r los e jé rc ito s
in c a ico s en su c o n tin u o a v a n c e im p e ria lis
de Navidad, más barato ciertamente, pero que no tiene ningún ibérico» y « p u d ie ra c o n fu n d irs e » ? Si a c a ,
en e sta A m é ric a , no se conoció m á s to ro ta . U n a vez d o m in a d a , ta m b ié n com o las
sentido religioso y que se erige sin dificultad en el hogar de un que el que tr a je r o n de E s p a ñ a . Y , a u n q u e o tra s , fu é «quechuizada» m e d ia n te el sis
pagano o de un mofador de Cristo. El «nacimiento», el «pesebre», p a re z c a ra ro , la p rim e r a c o rrid a que se te m a de los « m itim ae s» (tr a n s p la n ta c ió n
vió en mi- L im a lin d a (p o sib le m e n te en de g ru p o s de fa m ilia s de u n a a o tra co
es como un crucifijo; no se puede instalar sino en la casa de los S u d a m é ric a ) fu é , re c ié n , el lu n e s 29 de m a rc a del d ila ta d o im p e rio , p a r a hom oge-
bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. m a rz o de 1540, y el p ro p io don F ra n c isc o n e iz a r la p o b la c ió n ). De los v a so s -re tra to s
sólo quedó el re c u erd o , y los que, e n te r r a
P iz a r r o m a tó el seg u n d o to ro a re jo n a z o s.
Se ve, pues, de qué manera habilísima, poco a poco, se va Los « to rito s de P u c a rá » no los p u d ie dos en la s « h u a ca s» , s a ld r ía n a la luz m u
quitando a nuestra radiante Navidad su verdadero significado; ro n — ¡ ja m á s !— m o d e la r «los in cas» : p r i chos sig lo s d e sp u é s... o t a l vez n u n c a .
m ero , p o rq u e no c o n o cían « to rito s» , y
y lo peor del caso es que los cristianos, especialmente los católi seg u n d o , p o rq u e ... ¡ q u iá ! , ¡c u a lq u ie r d ía
cos, colaboramos, sin advertirlo, en este sacrilegio. u n in c a se ib a a « re b a ja r» con los a l A LDO ARBOCCO ARCE
H. W. fa r e r o s !
Ig u a l le s u g ie ro , C . N ., que se olvide
C alle 49, n ú m . 932.
R u en o e A ir e é . 1 9 £8
de «los e x q u isito s te jid o s d e jip i- ja p a » . «los La Paz (R . A rg e n tin a ).
LA ANTARTIDA
ciaban con los azules. Era un hombre tan exquisito como templado, ble: «Es mejor morir aquí que en un hogar confortable.» En Hat
capaz de aguantar las bajas temperaturas antárticas—al igual que Point los esperaba un grupo que arrostró con una provision de
sus compañeros—sin más protección que los sacos para dormir y cuatro semanas todo el invierno. Pero fué en vano. No volvieron a
las ligeras tiendas, que se agitaban bajo las tormentas. ver a Seott, a «tío Bill» ni al teniente Bowers.
Al fin llegó el gran día, a fines del año 1911 : la ruta del Polo
esperaba sólo a unos hombres intrépidos. Sir Edward Evans man
daba el último equipo auxiliar; el 4 de enero de 1912, a poca dis
tancia del Polo, dijo adiós al patrón y a sus tres hombres y volvio Shackleton, el hombre de los hielos
al campamento. Tenían las barbas llenas de hielo; el rostro, de ci
catrices; los labios, sangrantes. Pero no habían perdido el valor.
El 17 de enero, Scott llegó al Polo : había una bandera noruega y El hombre más duro y más osado que ha conocido la Antártida
una nota de Amundsen explicando su hazaña. Posiblemente, en ese ha sido, probablemente, Ernest Shackleton. Formó parte de la pri
momento todo el valor moral de Scott se vino abajo. Escribió en mera expedición de Scott, en 1901, y con él salió en la primera ex
su diario: «Qué sitio más horrible.» Y abrumado por la humilla pedición al Polo desde el mar, de Ross. El escorbuto hizo presa en
ción, el equipo británico emprendió el regreso.
LA ANTARTIDA
LIBRoS ABIERTOS *
LAS CIEN MEJORES POESIAS CUBANAS, por José María Chacón y Cal
vo. Ediciones Cultura Hispánica. Madrid, 1958.
La expedición de Fuchs
concedidos o España en el siglo XV, Don José María Pemán ha estrenado en el teatro Re
coletos, de Madrid, una pieza teatral titulada Los
tres etcéteras de don Simón, a la que se le pueden
d e s c o n o c i d a s del S u r " han encontrar precedentes, parentesco y paralelismo más
o menos directos..., siempre que no vayan a bus
carse en la anterior producción dramática del señor
Pemán. En ésta lo más que encontraríamos iba a
por l a A r g e n t i n a y p o r C h i l e ser algún que otro atisbo, muy aislado y como ver
gonzante, de la picara desenvoltura y el ágil desparpajo—muy en la línea
del género boulevardier galo—, que constituyen las principales características
de esta farsa estrenada ahora por el autor de El divino impaciente.
Aun cuando la trama ha sido tomada de un lance atribuido a Simón Bo
lívar, Pemán la ha situado en la Andalucía alborotada de la guerra de la
Independencia, convirtiendo al protagonista en un gobernador afrancesado;
exterior—algunas veces indiscretos, como ese telegrama que envió a su lado, un personaje femenino, cuya profesión define muy exactamente
Hillary a Fuchs intentando hacerle desistir de la expedición—, y el expresivo «nombre de guerra» con que es conocida—Marifácil—, y unos po
son aprovisionadas, gracias a los helicópteros o a los aviones calza cos tipos más, trazados todos ellos con tino que acredita el buen oficio que
dos con esquíes, tanto de combustible como de cualquier medica posee el comediógrafo, bastan para tejer un enredo vodevilesco sin mayor
mento imprevisto; uno de los miembros de la expedición de Fuchs trascendencia, pero con ingenio en diálogo y situaciones más que suficientes
presentó síntomas de intoxicación por óxido de carbono y fué sal para hacer pasar un rato amable a los espectadores.
En este género de piezas, deliberadamente frívolas, la interpretación es
vado gracias a un balón de oxígeno que les lanzó un avión norte un factor siempre decisivo, y, en el caso que nos ocupa, a ella ha de atribuir
americano. se en buena medida el éxito logrado. Guillermo Marín, Mari Carrillo y
Lo que era antes una aventura trágica es hoy un deporte un Gracia Morales—ésta en un trabajo de los que en la jerga de la farándula se
tanto caro y para gente dura, pero no demasiado peligroso. Luego califica de «muy agradecido», por propicio al lucimiento—incorporaron muy
están los caprichos del tiempo, que pone buena cara a Hillary y certeramente sus respectivos personajes, bien secundados por el resto de la
siembra de dificultades el camino de Fuchs. Pero la tortura física compañía titular del Recoletos. La dirección, de Carmen Troitiño y Manuel
y moral de los tiempos de Scott es inimaginable. Benítez, correcta y fácil.
Cuarenta y cuatro estaciones hay instaladas en el continente y
once países están representados en la Antártida. Norteamericanos PATATE, de Marcel Achard.
y rusos han gastado el dinero a manos llenas; los primeros cuentan Cuando un autor tan experimentado e inteligente como Marcel Achard
con siete estaciones, entre ellas dos muy importantes : la de Mac- logra el hallazgo de un tipo lleno de verosímiles y muy humanas contra
Murdo. por su campo de aterrizaje—instalado a base de planchas dicciones como lo es este León Rollo, apodado Patate, en el que la envidia
de hierro—, y la Little America, la estación meteorológica más im y el resentimiento hacia un antiguo condiscípulo suyo, triunfante en todo,
portante de la Antártida. Los rusos cuentan con cinco: una de resultan compatibles con una esencial bondad y una poco menos que insólita
ellas, la de Mirny, está espléndidamente instalada. Australia sostie candidez, todo lo demás es coser y cantar. Tanto en su concepción como en el
ne dos bases en el continente y una tercera en las Macarías. Francia planteamiento del asunto, Patate evidencia para los espectadores hispanos
tiene otras dos estaciones continentales y otra en las Kergueles. una notable afinidad con la manera de hacer de nuestro Arniches en las más
Muy importante ha sido la labor de Nueva Zelanda, que de manera afortunadas de sus tragicomedias. Pero esta afinidad desaparece en el desarro
tan brillante ha contribuido a la expedición del doctor Fuchs. No llo de la acción, a causa posiblemente de la mentalidad típicamente francesa
ruega, que fué la primera en alcanzar el Polo y que ha explotado de los personajes ideados por Achar. A lo largo de toda la trama el autor
mantiene un difícil equilibrio entre la farsa y el melodrama, con perfiles
de manera especial la industria ballenera de aquellas costas, no sos sainetescos y relieves casi trágicos, y sólo en el desenlace se pierde un tanto
tiene más que una estación; otra más Japón, y una, asimismo, este meritorio equilibrio, y no porque la solución dada al asunto sea impro
Bélgica. Africa del Sur ha instalado dos bases, una en las islas del cedente, sino por los convencionalismos en que para llegar a ella tiene que
Príncipe Eduardo y otra en la isla de Gough. incurrir.
Antonio Vico es un gran actor, y su creación de Patate lo atestigua una
vez más. Conchita Montes es tan elegante y tiene tanto talento, que con ello
le basta para agradar siempre a los espectadores. Muy bien y ajustados a sus
respectivos cometidos Carmen Carbonell, Gabriel Llopart y Ana María Cus
todio, y excelente la traducción de Juan Ignacio Lúea de Tena.
Los derechos de las Repúblicas
C A M IN O REAL y LA ROSA TA T U A D A , de Tenessee Williams.
hispanoamericcm as El Teatro Nacional de Cámara ha estrenado en Madrid Camino_ real, de
Tennessee Williams, y pocas jornadas después la compañía Pequeño Teatro
daba a conocer La rosa tatuada, del mismo autor. De este modo, y casi
La Argentina y Chile vienen sosteniendo una denodada lucha por simultáneamente, se han presentado a los espectadores madrileños dos obras
sus intereses en la Antártida, que basan en una tradición histórica de quien tiene en su haber títulos tan universalmente famosos como Un
y en unos derechos que dicta la misma geografía. En efecto, España tranvía llamado Deseo, si bien la difusión de la primera de ellas queda por
el momento limitada a la minoría habitual a las sesiones de los teatros expe
poseía en el siglo xv la prerrogativa sobre las «tierras desconoci rimentales y de cámara.
das del Sur», y esta herencia es la que han recogido las dos Repú Con una frase paradójica, pero no tan incoherente como a primera vista
blicas hispanoamericanas. Chile basa también sus reclamaciones en pudiera creerse, T. Williams ha situado la acción de Camino real, por boca
el hecho de que la península de Graham no es más que una conti de uno de sus personajes, en los primeros instantes de la pieza : ésta se
nuación de la cadena montañosa de los Andes. Los sismólogos están desarrolla en un lugar «donde concluye el camino real y comienza otro
especialmente interesados en descubrir en el continente antártico camino, real también». También real, podemos añadir, pero de manera más
las causas de los seísmos que agitan periódicamente la barrera profunda y más auténtica. Allí ha convocado a toda la Humanidad, encar
andina. nada en unos cuantos tipos representativos : Don Quijote, Margarita Gautier,
Desde 1904, un equipo argentino ha estado prestando servicio Sancho Panza, el caballero Casanova, Lord Byron, la gitana Esmeralda...,
en el observatorio instalado en las islas Falkland. En 1943, los bri para suscitar en ellos las cuestiones más apremiantes que tiene planteadas el
hombre de nuestro tiempo. Idea tan ambiciosa ha obtenido un desarrollo
tánicos desmantelaron las instalaciones y se llevaron a los ocupan un tanto embarullado, y ello va sin duda en detrimento de su mejor com
tes como inmigrantes ilegales, ofreciendo luego solventar la cuestión prensión por parte de los espectadores, no obstante lo cual logró una lison
ante un Tribunal internacional. En 1947, la Argentina y Chile envia jera acogida y el Teatro Nacional de Cámara tuvo que repetir por dos veces
ron expediciones importantes, que instalaron en las islas Shetland la representación de Camino real. Modesto Higueras realizó una excelente
y en la península de Graham estaciones meteorológicas. Ambos paí labor como director de escena, y los intérpretes no superaron los límites
ses se han negado siempre a aceptar la resolución de un Tribunal de la discreción.
internacional y se han opuesto rotundamente a la internacionaliza La rosa tatuada, anterior cronológicamente a Camino real, es también
ron del territorio, aunque están dispuestos a secundar cualquier menos ambiciosa que ésta. Sin embargo, no deja de ser una comedia impor
iniciativa de tipo científico, como han venido haciéndolo a lo largo tante, que era preciso conocer. Popularizada por la versión cinematográfica,
de todo el siglo. que tuvo a Anna Magnani por protagonista, es pieza excelentemente cons
La Argentina es el primer país que ha pensado en organizar un truida, en la que Williams logra una perfecta fusión de elementos realistas
y poéticos y describe de manera impresionante un tipo de mujer torturada
crucero de placer. En el verano polar los barcos pueden acercarse por el amor y los celos. María Arias vivió intensamente su personaje, dán
hasta la barrera de hielo. La temperatura en algunos parajes nó es dole adecuada réplica Adela Carbone—una de nuestras mejores actrices—,
desagradable y el paisaje en muchos es de una grandiosidad y de Julieta Serrano, Ramón Corroto, Ricardo Blume y Margarita Lozano. La
una belleza incomparable. Por algo los expedicionarios como Shack- dirección de Miguel Narros supo imprimir a la acción todo el dinamismo
eion no soportan luego la vida en las grandes ciudades y ansian que ésta exigía, y también acertó plenamente en el movimiento de los per.
volver al séptimo continente, que es para el hombre fatigado de sonajes.
uuestra época un auténtico bálsamo de silencio y paz.—E. A. J uan E milio ARAGONES
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ca. B uenos A ire s (R . A r Z A L D U M B ID E . B anco H is
J O S E F E R V E N Z A C. g e n t i n a ) . — E s tu d ia n te de p a n o A m e ric a n o . Sabadell
★ G a rib a y , 6. M adrid. — D e q uince a ñ o s.— D esea m a n te
n e r c o rre sp o n d en c ia en es
(B a rc elo n a). — D e diecinue
ve añ o s de edad, solicita
sea c o rre sp o n d e n c ia con se
ñ o rita s h is p a n o a m e ric a n a s pañ o l, fra n c é s e inglés con co rre sp o n d en c ia en caste
de dieciséis a v e in te añ o s jóvenes de c u a lq u ie r p a r lla n o con s e ñ o rita s de cual
Las notas para insertar en esta sección deberán remitirse directa de edad. te del m undo. q u ie r p a r te del m undo.
JU A N PED RO QU ESA E D U A R D O A G U IR R E
DA L O P E Z . 18 c o m p a ñ ía . J O A Q U IN P A T R IC IO
A R IA S . C asino. C a lato rao DA S IL V A . A ven id a Al
R ifier. C eu ta.— S olicita co ( Z a ra g o z a ). — So 1i c ita co
rre s p o n d e n c ia con s e ñ o ri fonso II I, 61. L isboa (P o r
rre s p o n d e n c ia con se ñ o rita s tu g a l).— S olicita c o rre sp o n
ta s e sp a ñ o la s. e sp a ñ o la s y e x tra n je ra s . d en cia con s e ñ o rita espa
HARINAS DE PESCADO
•
COMPAÑIA DEL PACIFICO
FACTORIAS EN
A V IS O IMPORTANTE
B A R D A T E
SANCTI-PETRI En el anuncio que figura en la página segunda de
(Cádiz) este número, de la COMPAÑIA DEL PACIFICO, por
haberse retirado del servicio el trasatlántico REINA
I SLA C R I S T I N A DEL PACIFICO, deberá interpretarse así:
AYAMONTE
PROXIMAS SALIDAS
( Huelva)
(Reina del Mar)
DE SANTANDER DE LA CORUNA
E l b a n d i d o d e M a d r i d es, a v e c e s , u n t o r e r i l l o s m suerte
a p o d a d o el Pilili. C u a n d o le d a es Manoliyo , a g i t a n a d o tocador
d e g u ita rra . Pero C a n d e la s s i e n t e n o s t a l g i a s d e su aire
d e g r a n s e ñ o r —s u s u p r e m a c r e a c i ó n —y y u e l v e d e cuando
en c u a n d o a la a p a r i e n c i a d e d o n L u is A lv arez d e Cobos.
(Capítulos de una biografía de próxima aparición.)
MVNDO
MVNDO MVNDO UNA AtVOlUCION ÍN
II CAMPO ISPAÑOi HISPANICO
HISPANICO HISPANICO ti PIAN BADAJOZ
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TAPAS
LA REVISTA DE V E I N T I T R E S PAI SES