Caracteristicas Del Caballo de Equinoterapia
Caracteristicas Del Caballo de Equinoterapia
Caracteristicas Del Caballo de Equinoterapia
El caballo en la equinoterapia es la herramienta principal, por ello, la selección del mismo es algo importante
de considerar.
La elección del caballo para la terapia no es cosa fácil, pues se debe tener en cuenta y evaluar tanto sus
características físicas como su carácter y comportamiento para la exitosa realización de ésta.
1. Características físicas
(1)El dorso del caballo se subdivide en la cruz, y las porciones torácica y lumbar.
La cruz comprende la parte correspondiente entre las vértebras 2º y 7º torácicas. El caballo de equinoterapia
debe poseer una cruz moderadamente elevada y algo prolongada en sentido caudal para así accionar al
ligamento y músculos del cuello y establecer el equilibrio de la cabeza, y facilitar la interacción de la
musculatura del dorso y cuello. Esto provoca la movilidad de las espaldas en la locomoción y la correcta
colocación de la silla.
La porción torácica comprende desde la vértebra 8º a 18º, la parte próxima a las costillas y los músculos
adyacentes. En el caballo de equinoterapia, la porción torácica debe ser recta y horizontal y muy sólida para
que tenga fuerza y así montar en el caballo dos personas en caso necesario. Con la longitud se distancian los
miembros pelvianos y torácicos, con lo que se consigue una acción dinámica de los músculos y facilita la
extensión de los miembros pelvianos en la locomoción
La porción lumbar del dorso se localiza entre la última costilla y la tuberosidad coxal. En los caballos de
terapia, esta parte debe ser amplia y consistente para soportar la carga correspondiente y transmitir la
impulsión desde los miembros pelvianos, pero tampoco debe ser muy ancha para los pacientes que
presentan una disminución o incapacidad de apertura de sus extremidades inferiores o con problemas de
plasticidad.
La grupa canaliza y transmite los impulsos de propulsión del miembro pelviano al dorso, de aquí el papel
importante en los movimientos de locomoción del caballo. La grupa de un caballo de terapia debe ser larga,
ancha, musculosa y ligeramente inclinada. Los músculos de la grupa estabilizan y fijan la articulación de la
cadera, y la flexión de la cadera se debe a los músculos de la región sub-lumbar y a otros del muslo.
En definitiva, un caballo de terapia debe tener una conformación rectangular para tener espacio en su lomo
para la monta gemelar (dos personas). Su lomo debe ser muy musculoso para tener suficiente resistencia
para aguantar peso. Por último y esencial, el movimiento del paso y del trote debe ser rítmico y regular.
Si el perímetro torácico es menor de 2,12 m, genera en los pacientes un mayor desplazamiento vertical en su
columna y una mayor inclinación lateral, por lo que el paciente trabajará más sus músculos al hacer un
mayor esfuerzo al enderezarse. Los caballos que realizan más de 85 pasos por minuto, generan en los
pacientes un mayor desplazamiento vertical y horizontal y por tanto una adecuada y más pronta
recuperación.
La altura del caballo debe estar entre 1m y 1,70 m ya que el paciente se puede desplazar tanto vertical como
horizontal sin ninguna dificultad.
2. Carácter y comportamiento
(1)El caballo tiene rasgos de personalidad como especie animal, pero también como individuo.
Es un animal nervioso, con temor a lo desconocido, a lo imprevisto o a lo peligroso. Es sociable, con una
buena predisposición natural para complacer y colaborar. Es inteligente y posee una gran memoria,
almacena todas sus experiencias y hace uso de ellas, esto le ayuda a adaptarse a los cambios del entorno.
Partiendo de las características generales de la especie, cada caballo tiene además su carácter particular.
Serán en estas en las que se haga especial hincapié para seleccionar el caballo de terapia, pues se necesita
un caballo con un carácter selectivo y con ciertos rasgos de comportamientos.
Para que la terapia obtenga éxito, es importantísimo que el caballo genere confianza y se maneje fácilmente.
De esta manera se creará el vínculo paciente-caballo-terapeuta, básico para la mejora del paciente.
Los caballos son seres sensibles a la atmósfera, por lo que son capaces de valorar el estado de ánimo del
jinete, percibe al instante las características particulares de quien le monta (timidez, confianza,
nerviosismo…) y se adapta a él.
El caballo de terapia, debe ser sumiso, tranquilo, dócil… y que demuestre sensibilidad a la ayuda del jinete.
Debe ser manso en el trato con personas.
Para ello, aunque la edad del caballo no es relevante, sí que juega un papel importante, ya que el caballo con
más de seis años de edad tendrá seguramente más madurez.
Además tiene que tener un buen entrenamiento de manera racionalizada, siempre premiando el buen
comportamiento del animal. Tratar de eliminar el temor natural que posee el caballo.
En general, el caballo debe tolerar el ruido y los movimientos bruscos que pueda realizar la persona que esté
encima de él, estar acostumbrado a que le toquen en cualquier parte de su cuerpo, y habituado a los objetos
que se puedan utilizar durante la terapia, como son los aros, juguetes, pelotas… Debe mantenerse quieto
cuando suba y baje el jinete, debe tolerar bien el contacto con la piel, la presencia de varias personas a su
lado o animales domésticos que se empleen también en la terapia y de personas corriendo a su lado.
Para el entrenamiento de un caballo de terapia hay que dedicar muchas horas, no sólo para que el caballo se
habitúe a todo aquello que se pueda realizar en terapia, sino también para que se acostumbre a los
terapeutas y se genere un vínculo de confianza entre caballo y terapeuta. A pesar de ello, es un trabajo muy
recompensado y disfrutado.
Preparación del caballo para la equinoterapia
Es importante destacar que se hace uso de la equinoterapia cuando una persona posee alguna
condición generalmente de afectación motriz. Este tipo de terapia se aplica por profesionales
de la salud sobre sus conocimientos para atender de la mejor manera al paciente en lo
biológico, psicológico y social. A tal fin la equinoterapia se aplica a niños, jóvenes, adultos con
la intención de ir rehabilitando al paciente de forma paulatina. De este modo el trabajo
coordinado de los expertos favorece en el paciente áreas como la neuromuscular, cognitiva,
física, entre otras.
Desde luego que el fin último de la equinoterapia es lograr la integración del paciente a la
sociedad rehabilitado. Tanto Carolina Mirabal como su esposo Gustavo Mirabal se muestran
interesados en brindar valiosa información acerca de los caballos y de todas las bondades de
estos maravillosos animales. Cabe resaltar que ambos crecieron rodeados de caballos y han
practicado salto de obstáculos, por lo que son amantes de los caballos. El caballo es un o
como un animal fuerte, ágil, sensible, que puede ser domado por el hombre para atender a
finalidades concretas.
Por lo tanto, la equinoterapia como actividad asistida por caballos, se hace en el hábitat de
ellos, en su naturaleza. El paciente allí comparte con el animal y al mismo tiempo se recupera.
En tanto el caballo es la esencia de este proceso. Justamente, la preparación del caballo para
la equinoterapia consiste en sensibilizarlos para que sean capaces de percibir
comportamientos, actitudes, y estados de ánimo.
A partir de allí esa relación paciente y equino se desarrolla con la mayor armonía facilitando así
la rehabilitación del usuario. El equino debe tener ciertas características previas, que inician
con una evaluación para valorar el comportamiento y el carácter del animal.
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