Basílica
Basílica
Basílica
La Archibasílica surgió en el siglo IV en una zona llamada Horti Laterani. Esta zona era una antigua
propiedad de la familia romana de los Laterani, caídos en desgracia bajo Nerón. Bajo este
emperador fue confiscada y pasó al dominio imperial. Cuando Constantino se casó en el 307 con
su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, pasó a denominarse con el nombre de Domus
Faustae.
Constantino, el primer emperador que concedió a los cristianos la libertad de culto, permitió la
construcción de una basílica en esta zona. Tras salir victorioso de la batalla de Puente Milvio (312
d.C.), se inició su construcción como señal de reconocimiento hacia Cristo, a quien fue dedicada. El
papa Silvestre I la consagró en el año 324.
La Basílica de San Juan de Letrán es, por tanto, la basílica más antigua del mundo. De hecho,
precede la fundación de la Basílica de San Pedro.
En el 846 fue destruida por un terremoto y tuvo que ser reconstruida por el papa Sergio III, quien
la dedicó a San Juan Bautista ya que con su persona y su palabra pone en contacto el Antiguo y el
Nuevo Testamento. En el siglo XII el papa Lucio II también dedicó la basílica a San Juan evangelista
porque con su evangelio da testimonio de la vida y de la palabra de Jesús.
Interior
La actual basílica está dividida en 5 naves de 130 m de largo. El interior está decorado en estilo
barroco fruto de una radical transformación de Francesco Borromini en el siglo XVII. De la
decoración anterior se conservan el ciborio gótico, el suelo de estilo cosmatesco y el cieloraso de
casetones de la nave central, diseñado por Pirro Ligorio y ornamentado por Daniele da Volterra.
Los magníficos mosaicos del enorme ábside, aunque reconstruidos, se remontan a la época
medieval. En ellos el simbolismo del agua hace referencia al sacramento del Bautismo.