Las Instrucciones de Dios para Ofrendar
Las Instrucciones de Dios para Ofrendar
Las Instrucciones de Dios para Ofrendar
Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos;
Y serán llenos tus graneros con abundancia (Proverbios 3:9–10).
¿Fue el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento siempre fiel para entregar sus
diezmos y ofrendas a Él? No, no lo fue. Dios dijo:
Da sistemáticamente.
El ofrendar es un acto de adoración y no debe ser un proyecto casual.
Debemos ofrendar sistemáticamente “cada primer día de la semana”, que es
el día cuando vamos a la iglesia. La Biblia dice:
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte
algo, según haya prosperado… (1 Corintios 16:2).
Nadie queda excluído. Ancianos y jóvenes, pobres y ricos; todos debemos
participar en diezmar y ofrendar. La Biblia dice:
Da con sabiduría.
El Señor Jesús dijo que teníamos que ser “buenos y sabios
administradores”. Algunos cristianos ofrendan con liberalidad, pero no son
sabios al ofrendar. El dar a una iglesia u organización que NO esté predicando
fielmente la Palabra de Dios, no es ofrendar con sabiduría. Debemos tener tanto
cuidado al invertir nuestro dinero para Dios, como lo tenemos al invertir en un
negocio. Debemos poner el dinero donde produzca los mayores intereses
espirituales.
Nuestro ofrendar debe costarnos algo. En una ocasión el Señor Jesús se sentó en
el templo mirando a la gente presentar sus dádivas. Algunos eran ricos y daban
mucho. Entonces vino una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas de cobre.
Estas monedas tenían muy poco valor monetario; sin embargo, a los ojos de
Dios, esta mujer había dado mucho más que todos los que habían ofrendado
aquel día. ¿Por qué? Porque ella había dado todo lo que tenía, todo su sustento.
Jesús dijo:
De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han
echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero
ésta, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento (Marcos
12:43–44).
¿A Quien Debemos Ofrendar?
En Su Palabra, Dios nos dice a quién debemos ofrendar:
Debemos dar a los necesitados, especialmente a los que son creyentes. Ésta
es una forma con la cual podemos demostrar que tenemos el amor de Dios en
nuestro corazón. La Biblia dice:
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener
necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios
en él? (1 Juan 3:17).
Por regla general, nuestro ofrendar para los necesitados debe ser a través de la
iglesia local. Toda ofrenda debe ser con sencillez y sin atraer ninguna atención a
nosotros mismos. La Biblia nos enseña que el que da, debe hacerlo con sencillez y
sin interés propio. (Romanos 12:8).
Ofrendar es Sembrar
En San Lucas 12:16–21, el Señor Jesús cuenta de un hombre rico que tenía
muchos bienes. Sus tierras dieron una cosecha tan grande que no tenía dónde
guardarla. Se dijo: “Ya sé lo que voy a hacer. Voy a derribar mis
graneros y hacer otros más grandes y allí guardaré toda mi cosecha y
todo lo que tengo".
Entonces diré a mi alma: “Alma mía, tienes muchos bienes guardados
para muchos años; descansa, come, bebe, alégrate” .
Pero Dios le dijo: “Necio, esta misma noche vas a morir; y lo que tienes
guardado, ¿de quién será?”
Jesús dijo, Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con
Dios (Lucas 12:21). Si deseamos ser ricos para con Dios, debemos ser buenos
mayordomos de todo lo que Dios nos ha dado. Debemos siempre tener presente
que:
La vida es una administración, no una propiedad.
Todo lo que tenemos pertenece a Dios. No somos dueños de nada. Somos
sencillamente administradores de Dios, usando lo que El nos ha encargado. La
Biblia nos enseña que si no podemos ser fieles en las cosas pequeñas, no se nos
darán responsabilidades grandes. Si no somos fieles en administrar un poco de
dinero, ¿cómo podemos esperar que Dios nos entregue mucho dinero?
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco
es injusto (no tiene honradez), también en lo más es injusto (Lucas 16:10, ver
también los versículos 11–13).
Ganar a otros para Cristo es el más sabio y mejor uso que se le puede dar al
dinero.
Llegará un día en que nuestro dinero será inútil y sin significado. El día
llegará en que nuestra mayordomía habrá terminado. En el poco tiempo que nos
queda, debemos usar nuestro dinero para ganar a otros para Cristo y hacer así
amistades eternas. Ésta es la mejor y más sabia manera de usar el dinero.
Cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Soy un buen mayordomo de todo
lo que Dios me ha encargado? ¿Estoy usando mi dinero para hacerme
de amigos eternos? ¿Habrá alguien que me reciba dándome la
bienvenida en el Cielo y diciéndome: “Si no hubiera sido por ti, yo no
estaría en este bellísimo lugar. Tú eres mi amigo por toda la
eternidad.”?
Página de Preguntas
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