AUTOCONCEPTO

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NOMBRE: MARIEL BERENIS BRAVO ASIGNATURA: TECNICAS DE ESTUDIO

ARUQUIPA FECHA: 18 de marzo de 2020

¿Qué es el autoconcepto y cómo se forma?

El autoconcepto es básicamente la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta imagen se


forma a partir de un buen número de variables, pero es particularmente influenciado por
nuestras interacciones con las personas importantes en nuestras vidas.

Incluye la percepción de nuestras capacidades y nuestra propia singularidad, y a medida que


envejecemos estas auto-percepciones se vuelven mucho más organizadas, detalladas y
específicas.

El autoconcepto es un término de gran relevancia en al ámbito de la psicología social, pero


fundamentalmente ha sido desarrollado por los teóricos de la psicología humanista, en cuyo
seno se ha considerado como un pilar básico para el posterior desarrollo de sus diversos
abordajes terapéuticos.

Contenido del artículo

1 Componentes del autoconcepto

2 Factores que determinan el autoconcepto

2.1 La imagen de ti mismo, o cómo te ves

2.2 La autoestima, o cuánto te valoras

2.3 El Yo ideal, o cómo te gustaría ser

3 El autoconcepto y su importancia en la adolescencia

Componentes del autoconcepto

Al igual que ocurre con otros muchos términos en psicología, diferentes acercamientos
teóricos han propuesto diferentes formas de definir y pensar sobre el autoconcepto.

De acuerdo con una teoría conocida como la teoría de la identidad social (desarrollada por
Henri Tajfel en la década de los setenta), el autoconcepto se compone de dos partes
fundamentales: la identidad personal y la identidad social.

Nuestra identidad personal incluye variables tales como los rasgos de personalidad y otras
características que hacen a cada persona única. La identidad social por su parte incluye los
grupos a los que pertenecemos dentro de la comunidad, la religión, la universidad o la propia
familia.

Esta identidad social supone que una parte importante del concepto de sí mismo que cada uno
de nosotros interioriza, se construye sobre la base de la pertenencia a determinados grupos
sociales, con los que nos identificamos al objeto de reforzar nuestra propia identidad.

Factores que determinan el autoconcepto

Para el Psicólogo humanista Carl Rogers, el concepto de sí mismo se compone de tres factores
diferenciados:
La imagen de ti mismo, o cómo te ves

Es importante darse cuenta de que la auto-imagen no coincide necesariamente con la realidad.


La gente puede tener una auto-imagen inflada y creer que las cosas son mejores de lo que
realmente son. Por el contrario, las personas son generalmente propensas a tener auto-
imagen negativa y percibir o exagerar los defectos o debilidades.

La autoimagen se ve afectada por diversos factores, como la influencia de los padres, los
amigos y compañeros, los medios de comunicación, los grupos de pertenencia…, y se
conforma en base a una combinación de estos factores.

Según el estudio realizado por Kuhn (1960), la respuesta a la pregunta ‘¿Quién soy yo?’ podía
dividirse en dos grupos principales. Por una parte las respuestas basadas en roles sociales
(aspectos externos, objetivos vitales, etc.) y por otra las basadas en rasgos personales
(aspectos internos, afectivos o de personalidad).

La autoestima, o cuánto te valoras

La autoestima se refiere a la medida en que nos gustamos, aceptamos o aprobamos a nosotros


mismos, o dicho de otro modo, cuánto nos valoramos. La autoestima siempre implica un grado
de evaluación y por tanto puede resultar en una visión positiva o negativa de nosotros mismos.

Una serie de factores puede afectar a la autoestima, incluso cómo nos comparamos con los
demás y cómo responden los demás ante nosotros. Cuando la gente responde positivamente a
nuestra conducta, somos más propensos a desarrollar una autoestima positiva, y viceversa.

En esta linea, Argyle (2008) considera que hay 4 principales factores que influyen en la
autoestima:

1) La reacción de los otros. Si la gente nos admira, nos adula, nos busca, nos escucha con
atención y se manifiestan de acuerdo con nosotros, tenderemos a desarrollar una autoestima
positiva. Si por contra nos evitan, nos descuidan, nos dicen cosas sobre nosotros mismos que
no queremos oír, también nuestra propia valoración será negativa.

2) La comparación con los demás. Si cuando nos comparamos con personas de nuestro grupo
de referencia, concluimos que estas personas son más exitosas, felices, ricas o guapas que
nosotros tenemos la tendencia a desarrollar una auto valoración negativa, si es al revés,
nuestra autoestima se verá reforzada.

3) Los roles sociales. Algunos roles sociales llevan aparejado cierto prestigio, por ejemplo,
médicos, pilotos, deportistas, presentadores…Esto sin duda promueve una autoestima
elevada. Otros roles sin embargo están estigmatizados, como presos, enfermos mentales,
desempleados, etc… Esto tiene por supuesto una consecuencia directa sobre la valoración que
hacemos de nosotros mismos.

4) Identificación . Es una variable dependiente de la anterior, ya que se refiere a la


interiorización de los roles que desempeñamos. Esto hace que se conviertan en parte de
nuestra personalidad, es decir llegamos a identificarnos con las posiciones que ocupamos, los
papeles que desempeñamos y los grupos a los que pertenecemos.

El Yo ideal, o cómo te gustaría ser


En muchos casos, la forma en que nos vemos y cómo nos gustaría vernos a nosotros mismos
no coincide. Esto significa que los auto-conceptos no siempre están perfectamente alineados
con la realidad.

Según Carl Rogers, el grado en que el autoconcepto de la persona coincide con la realidad
determina el grado de congruencia o incongruencia.

Rogers cree que la incongruencia tiene sus primeras raíces en la infancia. Cuando los padres
ponen condiciones al afecto que ofrecen a sus hijos (sólo expresan su amor si los niños “lo
ganan” a través de ciertos comportamientos, o satisfacen las expectativas de los padres), los
niños empiezan a distorsionar los recuerdos de experiencias en los que se han sentido indignos
del amor de sus padres.

Por contra, el amor incondicional, ayuda a fomentar la congruencia. Los niños que
experimentan este tipo de amor no sienten ninguna necesidad de falsear continuamente sus
recuerdos para creer que otras personas los aceptan como realmente son.

El autoconcepto y su importancia en la adolescencia

El fácil llegar a la conclusión de que el autoconcepto es un factor clave en la formación de la


personalidad, que además, se relaciona con el bienestar personal a lo largo de toda la vida.
Desarrollar un autoconcepto positivo desde la adolescencia posibilita un buen ajuste
psicosocial y previene futuros problemas psicológicos y de adaptación personal en general.

En esta línea, compartimos para su descarga el documento “Revisión teórica sobre el


autoconcepto y su importancia en la adolescencia”, de gran interés para adquirir una
comprensión adecuada del constructo, que es abordado por los autores de un modo riguroso
en su definición, significado, factores, dimensiones y etapas.

Definición de Autoimagen

Autoimagen: La autoimagen es la valoración que tenemos en relación con nosotros mismos.


No se trata de una valoración basada en el aspecto visual de nuestro cuerpo, sino que es una
estimación global sobre quiénes somos desde nuestro propio punto de vista.

Sócrates es un filósofo griego que, entre otras reflexiones, es recordado por una idea:
conócete a ti mismo. Se trata de una propuesta muy sugerente, porque sólo si tenemos un
conocimiento válido sobre nuestra individualidad podremos tener la estabilidad anímica que
todo individuo anhela.

Hay planteamientos de corte espiritual (por ejemplo, el budismo), propuestas filosóficas o


psicológicas que dan una especial importancia a la idea de tener una sincera autoimagen. Esto
implica conocerse y, por lo tanto, establecer un diálogo con nuestro interior, con el conjunto
de ideas, motivaciones y sentimientos que albergamos en nuestra mente. Se trata de un
ejercicio intelectual complejo y laborioso. Para ello, cada disciplina propone algún tipo de
técnica: la meditación, la introspección, el análisis crítico o incluso algún tipo de terapia como
el psicoanálisis.

En cualquier caso, se considera que una autoimagen con una buena valoración en conjunto es
la base de la autoestima personal. De esta manera, autoimagen y autoestima serían conceptos
correlativos, puesto que nos vamos a valorar positiva o negativamente en función de cuál sea
el análisis previo que hagamos sobre nuestra personalidad.

La autoimagen es una idea que depende de varios elementos. El factor emocional en la


infancia es indudablemente uno de los aspectos esenciales. Pero también hay otras cuestiones
que pueden intervenir: el contexto social, la formación y la cultura o el apoyo que podamos
recibir de los demás.

Aunque el ser humano vive en sociedad y no de manera aislada, también se encuentra con una
realidad: tiene que relacionarse consigo mismo y el tipo de relación que cada uno tenga será
determinante para la felicidad personal.

Para expresar el concepto de autoimagen de manera gráfica, se podría decir que es un selfish
de nuestro interior. Esta "fotografía" no es definitiva, sino que va cambiando con el tiempo.

En las últimas décadas ha surgido un género literario muy relacionado con la autoimagen, los
llamados libros de autoayuda. Todos ellos tienen algo en común: ofrecen pautas y estrategias
para que podamos mejorar la relación más importante de nuestra vida, la que mantenemos
con nosotros.

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