Duelo
Duelo
Duelo
DESCRIPCIÓN GENERAL
El duelo humano se define como una reacción adaptativa natural, normal y
esperable ante la pérdida de un ser querido. El duelo no es una enfermedad,
aunque resulta ser un acontecimiento vital estresante de primera magnitud, que
tarde o temprano hemos de afrontar, casi todos, los seres humanos. La muerte
del hijo/a y la del cónyuge, son consideradas las situaciones más estresantes
por las que puede pasar una persona.
Según el DSM-IV-TR el duelo es una reacción a la muerte de una persona
querida acompañada por síntomas característicos de un episodio de depresión
mayor (tristeza, insomnio, pérdida del apetito), pero el estado de ánimo
depresivo es considerado como normal.
De la misma forma, son varios los autores que se han interesado en analizar el
duelo para tratar de comprender sus causas, manifestaciones y su curso.
Freud (1917) se refirió a la experiencia de duelo como “la reacción frente a la
pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces,
como la patria, la libertad, un ideal, etc”.
El duelo, según de la Fuente (2002, citado en Cruz, 1989) es un proceso
emocional y conductual definido, sujeto a variaciones individuales que
dependen del carácter del sujeto con el “objeto” perdido, del significado que
tiene para él esa pérdida y del repertorio de recursos de que dispone para
contender con ella.
Para Bucay (2004), el duelo es el proceso normal de elaboración de una
pérdida, tendiente a la adaptación y armonización de nuestra situación interna y
externa frente a una nueva realidad.
Reyes (1991 citado en Cruz, 1989) se refiere al duelo como una reacción
extremadamente dolorosa, pero normal, que se desencadena a raíz del
rompimiento de una relación personal, cuyo proceso cumple una función
homeostática, pues su finalidad es lograr la adaptación del individuo a la
pérdida.
Bowlby (1980) define al duelo como “una serie bastante amplia de procesos
psicológicos que se ponen en marcha debido a la pérdida de una persona
amada, cualquiera que sea su resultado”.
Montoya, J. (2003) indica que “el duelo se define como una reacción adaptativa
normal ante la pérdida de un ser querido”.
Acorde con Steen (1988) el duelo puede ser una oportunidad para el
crecimiento significativo de la persona doliente, y también puede ser una
oportunidad para desarrollar comportamientos desadaptativos o desórdenes
psíquicos.
Así, el duelo es percibido como una crisis, como un estado temporal de
trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad
del individuo para abordar situaciones particulares, utilizando métodos
acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener
un resultado radicalmente positivo o negativo. La resolución inadecuada de las
crisis en la vida puede conducir a un deterioro psíquico a largo plazo, o limitar
la posibilidad de una adaptación futura; mientras que por otro lado la crisis es
también entendida como una oportunidad para el desarrollo, en un sentido
positivo, es decir, que le sirva para quedar con un mejor nivel de bienestar
(tener más estrategias de resolución, solucionar asuntos pendientes, nuevas
perspectivas para la vida) (Caplan, citado en Karl, 1988).
Objetivos terapéuticos
Siguiendo la explicación que da Bowlby (1980) a porqué funciona la terapia del
duelo, concluimos 3 objetivos de esta:
1- Facilitar la expresión de sentimientos inhibidos hacia el difunto.
2- Facilitar la expresión de las circunstancias que condujeron a la pérdida y el
relato de las relaciones con el difunto.
3- Lograr a partir de los dos puntos anteriores la activación cognitiva de
procesamiento de informaciones previamente excluidas.
Cuestionamiento de evaluación
En general se emplean los mismos que en la evaluación de la depresión.
El proceso de intervención
Es dividir el proceso de la terapia del duelo patológico en tres fases:
1ª Alentar al paciente a que hable de las circunstancias que condujeron a la
pérdida, su reacción a esta, y el papel que cree que desempeñó en la misma
(atribuciones).
2ª Alentar al paciente a que hable de la persona perdida y su historia relacional
con ella, con todos sus altibajos. Se puede utilizar apoyos físicos (fotografías y
otros recuerdos) para esta labor.
3ª Una vez que va cediendo la idealización de la relación, se pueden examinar
las situaciones relacionales que produjeron cólera, culpa, anhelo, o tristeza
inhibida, e introducir alternativas a su conceptualización (diríamos desde un
punto de vista más reciente: reatribuciones y construcciones alternativas).
En general el terapeuta puede seguir esta secuencia. Pero Ramsay (1977) ha
apuntado una serie de técnicas que pueden contribuir al proceso de
"elaboración" del duelo que apuntamos a continuación.
METAS GENERALES DE LA TERAPIA
Según Janes Worden (1982), en el asesoramiento, estas son:
1. Aumentar la realidad de la pérdida.
Explicarle en qué consiste una pena normal, y cuáles son las diferencias
individuales en este proceso.
TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN
Técnicas conductuales:
Su objetivo básico consiste en reducir la tendencia del sujeto a la evitación de
recuerdos dolorosos (eventos, pensamientos, sentimientos, etc) y situaciones
ansiógenas externas; para que así el sujeto pueda habituarse a ellos, o
"procesarlos" (elaborarlos).
PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES DE DOMINIO-AGRADO: Por ejemplo
reemplazar las visitas al cementerio por actividades potencialmente
agradables.
EXPOSICIÓN SIMBÓLICA: Por ejemplo ordenar una habitación como si el
paciente viviera los momentos previos a su propia muerte; o imaginarse
rodeado de los seres queridos, despidiéndose de cada uno de ellos antes de
morir.
EXPOSICIÓN Y PREVENCIÓN DE REPUESTAS DE EVITACIÓN: Consiste en
verbalizar los recuerdos vivenciales en relación al difunto sin evitar tal tarea. En
cierto modo la "asociación libre" aplicada a esta tarea tendría la misma función.
LA AMPLIFICACIÓN DE SENTIMIENTOS: Consiste en la expresión de
sentimientos positivos o negativos hacia la persona desaparecida, de forma
más o menos dramatizada.
JUEGO DE ROLES: Psicodramatizar o representar escenas relevantes, y a
menudo conflictivas, respecto a la relación con el difunto, de modo que se
puedan experimentar cogniciones y emociones relevantes y que han sido
evitadas. Se puede emplear el procedimiento de la "silla vacía" de la gestalt.
Técnicas cognitivas:
Su objetivo es revisar la validez de las cogniciones y significados que el
sujeto da a la experiencia de la pérdida; de modo que pueda realizar
atribuciones más ajustadas a la realidad y elevar sus expectativas de
esperanzas a continuar su vida sin el difunto.
DESCATASTROFIZAR: Se trabaja las probabilidades reales de que sucedan
eventos catastróficos si el sujeto afronta determinados recuerdos o situaciones.
La exposición apoya la descatastrofización.
REATRIBUCIÓN: Se examinan las evidencias que el sujeto tiene para su culpa
y se revisan las evidencias para explicaciones alternativas más plausibles
(normalmente, atribuciones externas frente a internas).
AUTOACEPTACIÓN: Se trabaja con el sujeto sus exigencias y autocríticas por
haber experimentado ciertos sentimientos hacia el difunto (p.e agresivos, odio,
etc) y se diferencia entre estos y la persona global.
EXPLORATORIAS: PERFIL DE DUELO. (Recogida de datos básicos para la
intervención).
Las técnicas exploratorias tienen como objetivo, conocer todos los datos que
pueden ser determinantes en la evolución del duelo. Para recoger estos datos
de una forma ordenada, se establece una rutina dividida en:
Datos generales: edad y nombres del fallecido y doliente, fecha de
fallecimiento, cumpleaños, etc.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.fisterra.com/guias2/duelo.asp
http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/Manual/manual11.htm
Holmes TH, Rahe RH. The Social Readjustment Rating Scale. J Psychosom
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Zissook S, Shuchter SR. Depression through the first year after the death of
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