Teopoética
Teopoética
Teopoética
FERRAZ, Salma1
Universidad Federal de Santa Catarina – UFSC
La Teopoética fue propuesta por Karl Josef Kuschel y consiste en una nueva
línea de estudios académicos direccionados al discurso crítico-literario sobre Dios, en el
ámbito de la Literatura y del análisis literario, a partir de la reflexión teológica presente
en los autores. Trátase de análisis literarias efectivadas por medio de una reflexión
teológica y de un diálogo interdisciplinario posible entre Teología y Literatura. Algunas
de las principales preguntas de la Teopoética son: ¿Cuál es el discurso de los autores
sobre Dios dentro de la Literatura del siglo XX? ¿Cuáles serían los criterios estilísticos
para un discurso teológico dentro de la Literatura del siglo XX? ¿ Cuáles son las
relaciones entre literatura contemporánea y crisis existencial de la conciencia
moderna? Sobre el primer tema ya existe un interesante estudio denominado
Literatura del siglo XX y cristianismo – el silencio de Dios, de autoría de Charles
Moeller, que investiga la importancia de Dios en las obras de Albert Camus, André Gide
y varios otros escritores.
Kuschel en su libro Los Escritores y las Escrituras hace una representación
teológico-literaria de cuatro grandes autores que, de algún modo, revelaron en sus
escritos reflejos de la faceta de Dios: Franz Kafka (la cuestión de la existencia de
Dios); Rainer Maria Rilke (las metamorfosis de la esencia religiosa); Herman Hesse (la
imagen de Dios y la imposibilidad del sondearse el alma); Thomas Mann (el
redescubrimiento del cristianismo, y las relaciones entre Dios y la ética).
Lo que los estudiosos de la Teopoética defienden es que tiene que
terminarse la acusación habitualmente alzada por los Teólogos de que la Literatura es
una intromisión poco deseada en la esfera de la Religión.
A pesar de ser una nueva línea de los estudios comparados entre Teología y
Literatura, la idea de Teopoética no es reciente. Santo Agustino cita al escritor romano
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FERRAZ es profesora de Literatura Portuguesa en UFSC, autora de O Quinto
Evangelista / UNB (1999) y As Faces de Deus na obra de un Ateu / EUFJF (2003) y
alecciona la disciplina Teopoética – Los Estudios Comparados entre Teología y Literatura
en el curso de Pos-Graduación en Literatura de UFSC, Florianópolis, Brasil.
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Varro2, que hacía distinción entre teología filosófica (la verdad conocida por los
filósofos), teología civil (la religión oficial establecida por el Estado cuyos rituales son
realizados en los templos) y la teología poética (presentada en las obras de poetas y
dramaturgos que remodelaron en el teatro los viejos mitos sobre los dioses). Es decir,
el concepto de Teopoética nació antes del adviento del cristianismo. Santo Agustino
no aceptaba la Teopoética, era frontalmente contrario a la reinvención y
reinterpretación poética de textos sagrados de la Biblia producida por los poetas de
una forma mítica o fabulosa. Según Don Cuppit en su libro La religión después de Dios,
lo que el pensador católico realmente pretendía era enterrar la teología poética y
mantenerla firmemente reprimida por los próximos mil años. Santo Agustino no quería
rivales, quería para sí el monopolio de la Teología.
Hay algunos adversos a Dios en la Literatura y en la Filosofía. Para Karl
Marx, la religión no era más que “el opio del pueblo”; para Freud, la religión era
considerada una manifestación de infantilismo; Darwin, en lugar del Adán moldado en
barro por las manos divinas, nos legó como ancestral nada menos que un mono, y
Dostoiévski dijo por uno de sus personajes que "Si Dios no existe, todo está
permitido".
Nietzsche no entendía porque el sufrimiento debería ser dignificado, no
aceptaba que los últimos deberían ser los primeros, para él esto era la inversión del
orden natural de las cosas. En El Anticristo afirmó: el cristianismo es la peor desgracia
de la humanidad. Para él, el cristianismo era la religión de los débiles y fracasados. Si
Nietzsche, filosóficamente, mató a Dios, realizando su funeral, José Saramago, con su
El Evangelio según Jesucristo, cremó lo poco que quedaba del Dios de los cristianos.
Siempre digo que la Teopoética es un poco injusta con Dios, porque Dios
nunca tuvo una chance de escribir ningún romance. ¿O sería la Biblia su romance, su
versión de la historia de la Humanidad?
La Biblia está entre los grandes best-sellers de todos los tiempos y es una
obra clásica de la literatura mundial, imprescindible para el conocimiento del
cristianismo, de la Literatura Occidental y de la cultura del Occidente. En verdad, no se
trata de un único libro, pero de una compilación de libros del judaísmo (Viejo
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Marcus Trentius Varro (Riet, 116 – 27 LA C.), polígrafo latino. Abogado en Roma,
participó de la guerra civil junto a Pompeo, pero se reconcilió con César, que le encargó
organizar bibliotecas públicas. De su obra colosal (casi 650 libros) solamente tres libros
llegaron a nuestros días: un tratado de economía rural (Resrusticae), parte de un tratado
de gramática (De lingua latina), fragmentos de obras literarias, biográficas y religiosas
(Res divinas).
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Testamento) y de una compilación de libros del cristianismo primitivo (Nuevo
Testamento).
El cristianismo es tan importante para el mundo occidental que casi lo
confundimos con él. Miguel de Unamuno, en su obra La Agonía del Cristianismo,
insinúa que, si el cristianismo desaparece, la civilización occidental desaparece con él.
El cristianismo está en la base de toda la cultura e Historia del Occidente. Northrop
Frye, en la introducción de su libro Anatomía de la Crítica, afirma que, a pesar de que
la tipología bíblica és un lenguaje muerto y desconocido hasta por eruditos, hay una
íntima ligación/conección entre Teología y Literatura, una vez que para él la literatura
occidental ha sufrido más influencia de la Biblia que de cualquier otro libro.... Confirma
esta misma idea Jostein Gaarder, en su Libro de las Religiones, cuando afirma que el
cristianismo es un presupuesto para comprender la sociedad y la cultura en que
vivimos. Por eso, la obra literaria producida en el Occidente siempre hará referencia a
la cultura que de la cual se originó.
Estrechando todavía más estas consideraciones, podemos decir que no
existe Occidente sin la idea de Dios. Jack Miles, en su libro Dios, una biografía, afirma
también que el Dios de los judíos y de los cristianos constituye la realidad última del
Occidente y que toda la cultura occidental fue moldeada bajo la idea de Dios. Destaca
también que ningún personaje, sea en el palco, en las páginas o en la pantalla – jamás
logró el éxito que Dios siempre tuvo. Según Miles, en el Occidente, Dios es más que un
nombre familiar; concordemos o no, él es un miembro virtual de la familia occidental.
En otra de sus obras, dice todavía que el cristianismo es parte constituyente del DNA
de la civilización occidental.
Existe una diferencia básica entre el Cristo Histórico y el Cristo de la Fe. EL
Cristo de la Fe, el Cristo Teológico, el Cristo Mesías y Redentor es aquel que no
necesita ser legitimado por la pesquisa histórica. Se lo acepta por la fe y, como bien
define el Apóstol Pablo en su carta a los Hebreos, la fe es la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve (He. 11:1).
Ya el Cristo Histórico necesita datos históricos para tener su existencia
comprobada, es aquel que vivió y murió en Palestina antes del año 70 de nuestra era.
James H. Charlesworth, al final de su libro Jesus Within Judaism, enumera
nada menos que 151 (cento cincuenta y un) obras publicadas a partir de la década del
setenta sobre el Cristo Histórico. Citemos algunas de las principales: Truth and Fiction
in the Bible, de Robin Lane Fox (1992); Jesus the Jew, de Geza Vermes (1990); A
marginal Jew - Rethinking the Historical Jesus, de John Meier (1991); The Historical
Jesus de John Dominic Crossan (1991) Jesus - a life, de A. N. Wilson (1992); Christ: A
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Crisis in the Life of God de Jack Miles (2002). En medio a los más conocidos, hay
aproximadamente 80 mil libros publicados sobre Jesús y alrededor cerca de 1.000
cursos sobre religión y ciencia en todo el mundo, aparte de los 4.800 Scholars
pesquisando las Escrituras sólo en los Estados Unidos. Lo que pasa es que
historiadores de las más variadas creencias y visiones filosóficas, ateos, cristianos,
judíos, agnósticos, marxistas, todos han examinado abundante y cuidadosamente la
vida de un judío llamado Jesucristo, es decir, se tiene la impresión de que jamás, en
todo el tiempo, se inquirió, se discutió tanto sobre el Cristo Histórico como ahora.
En Brasil, Dios y Cristo han recibido destaques en las tapas de algunas de
las principales revistas en los últimos dos años: Veja, Super Interessante, Manchete,
Cult, Revista de las Religiones, etc.
Muchos son los episodios dramáticos relatados en la Biblia. Me gusta
específicamente el lirismo de los Salmos, Eclesiastés, de Cantares, Proverbios. Del
Eclesiastés, cito el capítulo 3 en la reinvención magnífica de Haroldo de Campos –
Qohélet / O-que-sabe:
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resuena, o címbalo que retiñe, verso que fue brillantemente remoldado por el grupo
musical Legião Urbana: Ainda que eu falasse a língua dos anjos, sem amor eu nada
seria.
Todavía tratándose de los episodios dramáticos, hay centenas: la muerte de
Abel, Abrahán sacrificando a su hijo Isaac, la historia de José, vendido como esclavo
por sus propios hermanos, la rivalidad entre Esaú y Jacob, Job haciendo esfuerzos para
entender los juicios de Dios y maldiciendo su nacimiento ("Maldito el día en que nací...
Maldito el que le dio la noticia a mi padre: 'Te ha nacido un hijo', dándole un alegrón...
¿Por qué no me mató en el vientre? Habría sido mi madre mi sepulcro; su vientre,
preñado por siempre), y el más trágico de todos: Cristo agonizando en la cruz (Padre,
si es posible aparta de mi este cáliz).
Camões, el grande poeta portugués, escribió varios de sus sonetos a partir
de temas bíblicos, uno de los cuales basado en la maldición de Job. Camões empieza
su soneto así: O dia em que nasci, moura y pereça (Que se muera y perezca el día en
que nací). Miles, en Dios, una Biografía, destaca que la Biblia es incuestionablemente
una extraordinaria obra de literatura, y el Señor Dios un personaje de los más
extraordinarios”.
Dos de los mejores romancistas brasileros fueron influenciados por la
Teología: Machado de Assis y Guimarães Rosa. En Memorias póstumas de Braz Cubas
y Esaú y Jacob, vemos un constante diálogo con la Biblia. El lector que desconozca el
texto bíblico perderá mucho del libro y de la ironía de Machado. En Esaú y Jacob, si el
lector ya conoce la historia de los gemelos Esaú y Jacob del Viejo Testamento y si
conoce también el confronto de ideas entre los apóstolos Pedro y Pablo en el Nuevo
Testamento, tendrá una comprensión del libro mucho más amplia. Guimarães Rosa, en
Gran Sertón: Veredas, elabora una teoría y simbología del demonio y del pacto con el
demonio. Que no se me olvide la magnífica biografía de Cristo escrita por el genial
Paulo Leminski.
En la Literatura Portuguesa varios fueron los poetas y escritores
influenciados por el texto bíblico, pero enfatizo especialmente Padre Vieira con su
Historia del Futuro, Gil Vicente con la Trilogía de las Barcas (Auto da Barca do Inferno,
Auto da Alma y Auto da Barca da Glória), Eça de Queirós, anticlericalita contumaz en El
crimen del Padre Amaro. En La Reliquia, Eça criticó el catolicismo y sus santos, su
hipocresía, sus reliquias, transformando el personaje Teodorico en una especie de
evangelista hereje, que de una forma prosaica e irónica desacraliza al Hijo de Dios en
una caracterización inclemente de este. Guerra Junqueiro, en La vejez del Padre
Eterno, destinó una sátira implacable a la Primera Persona de la Trinidad. Raúl Brandão
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mostró la faceta dolorida y pesimista del cristianismo en Humus y Fernando Pessoa, en
varios momentos de su obra poética, se dedicó a cuestionar lo sagrado, los dioses y la
propia Trinidad cristiana. Finalmente, llegamos a José Saramago, un ateo que se sirve
de Dios como tema predilecto de sus obras, de quien conviene citar dos clásicos: El
Evangelio según Jesucristo y Memorial del Convento.
En la Literatura Universal, docenas de escritores dialogaron creativa e
irónicamente con el texto bíblico. Dante con su Divina Comedia es un caso interesante
porque él mismo fue influenciado por la Biblia e influenció el pensamiento cristiano con
su representación de infierno y purgatorio. Seguimos con El Paraíso Perdido, de Milton,
sin olvidarnos de Kafka, Rainier Maria Rilke, Herman Hesse, Ernest Renan, Thomas
Mann. Charles Dickens y centenas de otros igualmente importantes.
Indudablemente, el principal recurso literario utilizado por los autores de la
Biblia fue la parábola, por excelencia el género preferido por los diversos narradores
bíblicos. Mis parábolas preferidas son: El Hijo Pródigo y la Oveja Perdida.
El apóstol Pablo, hombre de extraordinaria cultura, judío convertido al
cristianismo, e iniciador de la forma moderna de esta doctrina temía que la
imaginación de los hombres pudiese crear una interpretación distinta de Dios. Pablo
estaba en Atenas, la “Alfa” de la civilización griega y de toda la Filosofía. El apóstol
discursaba en el Areópago delante de la incredulidad de filósofos epicuristas y estoicos,
que eran hasta cierto punto la crema de la elite pagana. Benedito Nunes nos informa
que estos paganos cultos, [estaban] embebidos no de la religión popular de los
griegos, sino que de la Paideia – el tríplice aprendizaje de la gimnástica, de la música y
de la Filosofía. A estos señores Pablo expresó la siguiente alocución:
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con la mentalidad helenística del siglo, por eso temía que el arte instaurase una
interpretación literaria de Dios, o que los poetas sustituyesen a Dios por el arte. Pablo
sabía que el Dios Desconocido que él anunciaba era entendido como demencia por los
griegos que buscaban la Sabiduría (1 Corintios 1: 22 y 23) y, talvez, intuyese lo que
Heidegger casi dos mil años después enunció – la pesquisa filosófica es y permanece
ateística. O sea, parece que el cristianismo tenía y tiene reservas especiales con
respeto a los filósofos y escritores y la interpretación de Dios que ellos podrían
estimular.
La Teodicea es un campo de la Teología natural que defiende la
omnipotencia, la omnisciencia, la justicia y la bondad de Dios. Está contra la idea de
que la presencia del mal y del sufrimiento en el mundo reducen o minimizan los
atributos divinos. El vocablo fue creado por Leibnitz, en su obra Teodicea, publicada en
1710. En este ensayo el filósofo discutía la bondad de Dios, intentaba un tratado
racional sobre Dios, sobre la libertad del hombre y el origen del mal. Ante el problema
del mal, el filósofo asumió una posición optimista, concluyendo que el mundo creado
por Dios es todavía el mejor de los mundos posibles.
Saramago es un escritor contemporáneo obcecado por el tema Dios. A lo
largo de su obra, destruye progresivamente las varias facetas de Dios. En Tierra de
Pecado (1945), ataca el Dios de Eva y del pecado carnal; en Historia del cerco de
Lisboa (1989), condena Jehová / Allah por sus guerras In nomine Dei; en Memorial del
Convento (1982), inviste contra el Dios de la Iglesia Católica, sus santos, su
ritualismo, su corrupción; y en el Evangelio Según Jesucristo (1991), reescribe un
evangelio particular, concibiendo un Dios atroz que quiere ampliar sus dominios y
necesita de un mártir para impresionar a las personas. Dios, en la obra del escritor
portugués, es el verdadero antagonista de Cristo, humano por excelencia. El Diablo es
el grande héroe de este evangelio profano, el que intenta salvar a Cristo de la
crucifixión y salvar a todos los humanos de una religión que ya nace con el olor de la
sangre. Saramago escribe en su obra una antiteodicea, una antiteopoética, una
antiépica de Dios. Repito lo que ya dije anteriormente: si Nietzsche mató a Dios,
Saramago cremó sus cenizas. Nada más le quedó después del Evangelio Según
Jesucristo. Su obra es un verdadero locus theologicus. Si la Teología es la ciencia del
sagrado, la ciencia de Theos, la escritura de Saramago es la negación absoluta de los
atributos y del carácter divino, y por eso, Antiteodicea.
Mi colaboración para este ramo de estudios son mis dos libros intitulados O
Quinto Evangelista (El quinto evangelista), publicado por la Editora de la UNB, 1999,
en que trato del libro Evangelio Según Jesucristo de José Saramago (Nóbel de
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Literatura 1998) y As Faces de Deus na Obra de um Ateu (Las facetas de Dios en la
obra de un ateo) también sobre Saramago publicado por la EUFJF en 2004. También
alecciono, en el curso de Pos-Graduación en Literatura de UFSC, una disciplina
intitulada – Teopoética – Los Estudios Comparados entre Teología y Literatura,
en que abordo la influencia de la Teología en la obra de Saramago, Eça de Queirós,
Camões, Fernando Pessoa, Guerra Junqueiro, etc. Este año amplié la disciplina y
agregué autores de la Literatura contemporánea que trabajan con el tema teológico:
El Código Da Vinci, de Dan Brown, En vivo desde el Calvario, de Gore Vidal y
Cuarentena de Jim Crace.
Cuppit, en La religión después de Dios, afirma que desafiar a Dios y luchar
contra Dios es parte de la creencia en Dios. Menciona el propio Abrahán, conocido por
Padre de la Fe, desafiando a Dios. Es decir, un verdadero ateo tiene una mentalidad
teísta. Para Cuppit, Dios surgió cuando se elaboró un pensamiento crítico sobre Él. El
crítico todavía menciona que la crisis de la representación pos-moderna empezó con
Dios. Concluye su brillante argumentación aseverando que el Cristo humano
desalentado, sin familia, abandonado, dividido, herido, fue el pionero de la
modernidad.
La bibliografía acerca de la Teopoética ya es amplia. Por lo tanto, dejaré
una copia con los organizadores de las Segundas Jornadas: Diálogos entre
Literatura, Estética y Teologia.
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BIBLIOGRAFIA:
CUPITT, Don. Depois de Deus – o futuro da religião. Trad. Talita M. Rodrigues. Rio de
Janeiro: Rocco, 1999.
FERRAZ, Salma. As Faces de Deus na obra de um Ateu. Juiz de Fora; EUFJF, 2004
FRYE, Northrop. Anatomia da crítica. Trad. Péricles Eugênio Ramos. São Paulo: Cultrix,
1957.
MEIER, John P. Conceitos básicos: O Jesus real e o Jesus histórico e Raízes da pessoa.
In: Um judeu marginal / repensando o Jesus histórico. 2. ed. Trad. Laura Rumchinski. Rio
de Janeiro: Imago, p. 31-49, p. 205-312, l993.
MILES, Jack. Cristo – Uma crise na vida de Deus. São Paulo: Trad. Carlos Eduardo Lins
da Silva. São Paulo: Companhia das Letras, 2002.
__________. Deus – uma Biografia. 3ª reimp. Trad. José Rubens Siqueira. São Paulo:
Companhia das Letras, 1997.
NIETZSCHE. O anticristo. Trad. David Jardim Júnior. Rio de Janeiro: Tecnoprint, l985
(Universidade).
UNAMUNO, Miguel. A agonia do Cristianismo. Trad. Artur Guerra. Lisboa: Cotovia, 1991.