Nutrición Infantil

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior Universitaria

Hospital “Dr. Francisco Urdaneta Delgado”

Universidad Nacional Experimental “Rómulo Gallegos”

Área; Ciencias de la Salud

Calabozo-Estado Guárico

Nutrición Infantil

Facilitadora: Bachilleres:

Dra. Carmen Correa Gledys González CI; 24.968.460

Daniel Gutiérrez CI; 24.236.097

Calabozo-2017
NUTRICIÓN INFANTIL.

Concepto de Nutrición:
La Nutrición es el mantenimiento y el desarrollo saludable del organismo, el cual
requiere una alimentación adecuada que aporte energía y nutrientes para diferentes
funciones que se realizan en nuestro cuerpo. Una alimentación saludable requiere la
ingesta de frutas y vegetales portadores de vitaminas y minerales, además de alimentos
que suministren proteínas.

Nutrición infantil

La alimentación de un ser humano durante los primeros años de vida es de gran


importancia, pues puede tener un efecto profundo en su salud ya que es la base de un
buen desarrollo físico, mental y social. En esta etapa se adquieren los hábitos que
habrán de marcar sus gustos, variedad, medida y mucho más. Además se crean las
defensas contra numerosas enfermedades que pueden dejar huella de por vida.
La nutrición en cada una de las diferentes etapas de la edad pediátrica tiene como
objetivo conseguir un crecimiento y desarrollo adecuados, evitar las deficiencias
nutricionales y prevenir enfermedades que se manifiestan en el adulto.

Necesidades nutricionales en pediatría

Nutrición para lactantes

 Necesidades calóricas y de líquidos:


La cantidad de líquido necesario para satisfacer las necesidades diarias cambia con
la edad del niño. Los recién nacidos a término necesitan cerca de 120 a 150 ml/kg/día y
los niños prematuros a menudo necesitan incluso más líquidos por el incremento en la
razón de la superficie corporal con el peso y por el aumento en las pérdidas insensibles.
Las necesidades de líquido disminuyen gradualmente a lo largo del siguiente año hasta
casi 100 ml/kg/día al año de edad. Después del período neonatal inmediato, las
necesidades de líquidos pueden calcularse con base en el peso del lactante.
Las necesidades calóricas también varían con la edad. Los recién nacidos a término
necesitan 80 a 120 Kcal/kg/día, las cuales permanecen sin cambio hasta alrededor de los
tres años de edad. Los recién nacidos prematuros y los recién nacidos con muy bajo
peso al nacimiento a menudo tienen necesidades de 120 a 150 Kcal/kg/día para
satisfacer el incremento en las necesidades metabólicas.
La mayoría de los lactantes pueden satisfacer sus necesidades de líquidos y calorías
con leche materna o con fórmulas lácteas estándar disponibles en el comercio, las cuales
contienen 20 Kcal/onza. En ocasiones se necesita una fórmula que tenga una densidad
calórica más elevada (p. ej., 24 Kcal/onza), en especial si el niño tiene dificultades para
beber la cantidad necesaria de líquidos. Las necesidades calóricas del lactante y el
consumo de líquidos pueden calcularse con facilidad.
El consumo de líquidos y de calorías en lactantes debe vigilarse cuidadosamente
para asegurar que el peso del niño aumente en forma adecuada. La mayoría de los recién
nacidos pierde hasta 10% de su peso corporal del nacimiento en los primeros días de
vida por el incremento en las demandas metabólicas. El peso por lo general se recupera
hacia la segunda semana de vida en lactantes alimentados con fórmula láctea y a las tres
semanas de edad en lactantes amamantados. Después de este período, el aumento
aceptable de peso para recién nacidos a término es de 20 a 30 g/día durante las primeras
semanas de vida. Siempre se gráfica el peso, talla y circunferencia cefálica del recién
nacido en un gráfico apropiado para el género con el fin de asegurar un crecimiento
apropiado, pero una regla muy general indica que la mayoría de los lactantes duplica su
peso del nacimiento hacia el cuarto a quinto mes de vida y lo triplican cerca del año de
edad. Para el segundo año de vida los niños necesitan aproximadamente 100
Kcal/kg/día.

Amamantamiento
La leche materna se considera el nutriente óptimo para recién nacidos y lactantes. El
pediatra desempeña una función importante en ayudar a las madres a tomar la decisión
de brindar amamantamiento y que esto se lleve a cabo en forma exitosa.
Durante los primeros meses de vida, la alimentación ideal es la lactancia materna,
sin embargo esta puede complementarse o sustituirse con formulas lácteas adaptadas
según la edad y necesidades del niño.

Fórmulas infantiles
Para las madres que no pueden alimentar o eligen no hacerlo al seno materno, las
fórmulas infantiles disponibles en el comercio son sustitutos aceptables. Éstas varían
sobre todo en cuanto a composición, y las fórmulas especializadas para lactantes con
necesidades nutricionales singulares a menudo son más costosas que las estándar.
Las fórmulas estándar proporcionan 20 kcal/onza, pero las fórmulas con densidad
calórica más elevada suelen comprarse mezcladas o mezclarse en el hogar con
concentraciones más elevadas. En general, las fórmulas infantiles pueden diferenciarse
con base en su composición de proteínas y carbohidratos: fórmulas de leche de vaca, de
soya, con hidrolizados de proteína y elementales. Estas fórmulas contienen una
combinación de grasas: aceites de soya, de coco, de flor de primavera y oleico de palma.
Algunos hidrolizados y fórmulas elementales también contienen un alto porcentaje de
triglicéridos de cadena mediana.
Cuando la madre decide no amamantar, por lo general las fórmulas elaboradas con
leche de vaca son las primeras en considerarse, principalmente porque su composición
es la más similar a la leche materna en términos de concentraciones de carbohidratos,
proteínas y grasas. Muchas fórmulas de leche de vaca están enriquecidas con ácido
araquidónico y ácido docosahexaenoico para lograr una similitud mayor con la leche
materna. Las fórmulas con leche de vaca pueden utilizarse en la mayoría de los recién
nacidos y lactantes. Muchos padres solicitan un cambio a la fórmula sin lactosa por la
percepción de posible intolerancia manifestada por flatos, distensión abdominal o
cólico, pero la intolerancia primaria a la lactosa es poco común en recién nacidos y
lactantes. La intolerancia secundaria a la lactosa ocurre en casi 20% de los lactantes
después de una enfermedad diarreica, sin embargo, puede intentarse el cambio con una
fórmula sin lactosa durante unos cuantos días después de la enfermedad con lo que se
resuelve el trastorno en esta pequeña minoría de niños. Cuando los padres soliciten una
fórmula sin lactosa debe considerarse que hay pocas indicaciones verdaderas para las
fórmulas exentas de lactosa y que las fórmulas especializadas pueden ser más costosas.
Alimentos sólidos
La transición para que el niño consuma alimentos sólidos depende de varios
factores. Debe tener un buen control de la cabeza, ser capaz de sentarse, y que el reflejo
de extrusión de la lengua haya desaparecido. Estos puntos de referencia en el desarrollo
ocurren en la mayoría de los lactantes entre los cuatro a seis meses de edad. Además es
necesario que los niños tengan deglución normal que los proteja contra la
broncoaspiración. La mayoría de los lactantes no necesita alimentos sólidos antes de los
cuatro a seis meses de edad, porque la leche materna o la fórmula láctea proporcionan
una nutrición adecuada. Una excepción es la adición de cereal de arroz a la fórmula
láctea o leche materna para incrementar la viscosidad en niños con reflujo
gastroesofágico grave. No deben añadirse otros alimentos al biberón del lactante.
Los cereales infantiles como el arroz y avena suelen ser la primera opción cuando se
inicia la administración de alimentos sólidos. El cereal se mezcla con un poco de leche
materna o fórmula láctea y se administra con una cuchara. Más tarde se inicia la
administración de puré de fruta, vegetales y carnes, pero no debe iniciarse más de un
alimento a la vez, con un período de al menos una semana antes de introducir uno
nuevo. Los alimentos infantiles en forma de puré se encuentran ampliamente
disponibles en el comercio. Tal vez los padres desean preparar los alimentos en el
hogar; esto es aceptable y es equivalente a los que están disponibles en el comercio en
tanto se preparen en forma apropiada y con material limpio. El puré enlatado no es un
método de nutrición aceptable para lactantes.
Después de los 10 a 12 meses de edad se puede ofrecer a los lactantes “alimentos para
adultos” finamente picados. Los padres deben asegurarse que en realidad estén
finamente picados y estar conscientes del riesgo de asfixia. Los alimentos que no deben
ofrecerse a niños menores de dos años de edad incluyen salchichas, cacahuates,
vegetales y frutas crudos, caramelos duros y rosetas de maíz.

Segundo año de vida


Se puede hacer la transición de la leche materna o fórmula láctea a leche de vaca
entera al año de edad. La leche entera debe administrarse hasta los tres años de edad,
tiempo en el cual se recomienda la leche descremada. La cantidad de leche debe
limitarse a 24 onzas por día para evitar la anemia ferropenica.
Durante el segundo año de vida se introducen alimentos nuevos a una velocidad mayor.
Los niños aprenden a alimentarse ellos mismos conforme avanza su desarrollo.
Muchos lactantes mayores pueden “comer mal” durante este período, y los padres deben
asegurarse de ofrecerles una amplia gama de alimentos nutritivos. Los lactantes
mayores deben comer aproximadamente cuatro a seis veces por día, lo que incluye
bocadillos. Muchos niños de esta edad disfrutan de los jugos de fruta, que son
aceptables en cantidades limitadas. Los niños que beben cantidades excesivas de jugo
de frutas se encuentran en riesgo de retraso en el crecimiento, que ocurre a causa de la
ingestión inadecuada de proteínas y grasa, y de la diarrea, que ocurre como
consecuencia del aumento de la carga osmótica al intestino. El riesgo de asfixia es
incluso mayor en lactantes mayores que en lactantes menores, y los padres deben
asegurarse de evitar los alimentos que conllevan alto riesgo.
NUTRICIÓN PARA NIÑOS EN EDAD PREESCOLAR, ESCOLAR Y
ADOLESCENTES

 Necesidades calóricas y de líquidos:


Las necesidades diarias para niños en edad escolar y para adolescentes son de
acuerdo al peso. Las necesidades calóricas disminuyen con el paso del tiempo; los niños
preescolares (tres a cinco años de edad) necesitan casi 90 a 100 Kcal/kg/día, los niños
en edad escolar (seis a 10 años de edad) requieren 70 a 90 Kcal/kg/día y los
adolescentes necesitan 40 a 55 Kcal/kg/ día. Para niños de más de tres años, los datos se
colocan en gráficos apropiados en los que se registran peso, talla e índice de masa
corporal.

Alimentación en el adolescente

Una alimentación pobre en la adolescencia puede tener consecuencias duraderas en


el desarrollo cognitivo, causando un disminución en la capacidad de aprender, peor
concentración y malos resultados académicos.
La adolescencia se caracteriza por un intenso crecimiento y desarrollo, hasta el
punto que se llega a alcanzar en un periodo relativamente corto de tiempo el 50% del
peso corporal adulto; se experimenta una velocidad de crecimiento mayor que en
cualquier otra edad a partir del 2º año de vida. A esto contribuye, también, la
maduración sexual, que va a desencadenar importantes cambios, no solo en la
composición corporal sino en su fisiología y en sus funciones orgánicas. Existe una
enorme variabilidad en el momento en el cual se produce este cambio. En la actualidad,
en los países occidentales, se fija la pubertad entre los 9 y 13 años, y la adolescencia
entre los 14 y 18 años.
La adolescencia es una etapa decisiva en el desarrollo humano por los importantes
cambios fisiológicos, psicológicos y sociales que en ella ocurren y que condicionan
tanto las necesidades nutricionales como los hábitos alimentarios y de comportamiento.
La mayoría de los adolescentes del medio urbano controlan su propia dieta y el nivel de
actividad física que practican. Por todo ello, la adolescencia está considerada como un
periodo de la vida especialmente vulnerable desde el punto de vista de la alimentación.

Necesidades dietéticas en pediatría

Una dieta saludable es aquella que tiene una proporción de alimentos que se ajusta a
la distribución contemplada en la dieta equilibrada en término de nutrientes. Además,
los alimentos que la integran son aptos para el consumo desde el punto de vista de la
higiene y la seguridad alimentaria y su forma de preparación y presentación es
respetuosa con la cultura, la tradición y otras características de quien la consume.
La mayoría de los niños deberían comer entre 4 y 6 veces al día. Los preescolares
hacen 3 comidas y varios pequeños tentempiés. Los escolares típicamente toman menor
número de comida y tentempiés que los más jóvenes. El desayuno es una de las comidas
más importantes del día; un desayuno inadecuado o inexistente se asocia a una
diminución de la atención y a un peor rendimiento escolar. También, se asocia a un
riesgo aumentado de sobrepeso en edades posteriores. Cerca de un 10% de niños no
desayuna y otro 20% lo hace de forma inadecuada. Un buen desayuno debe constar de
un lácteo, cereales y alguna pieza de fruta. Puede complementarse con la toma de fruta,
un bocadillo pequeño o un lácteo a media mañana. La comida de mediodía o almuerzo
es la comida principal, y debe incorporar alimentos de todos los grupos. Como bebida,
agua. La merienda es una buena oportunidad de completar el aporte energético del niño
y suele ser bien aceptada por estos. La denominada “merienda-cena” es una opción
nutricional aceptable si incluye alimentos suficientes y variados. La cena es la última
comida del día y debe estar constituida por preparaciones culinarias fáciles de consumir
y digerir.

El tamaño de la porción adecuada varía dependiendo de la edad del niño y de la


comida en particular. Sirviendo porciones mayores de las recomendadas se puede
contribuir a la sobrealimentación. Cuando se permite a los niños seleccionar su tamaño
de porción, consumen un 25% menos de entrada que cuando se les sirven porciones
mayores.

Periodos dietéticos de Nutrición Infantil

 De 1 a 6 meses, se recomienda lactancia materna exclusiva, esta puede


complementarse o sustituirse en caso necesario, con formulas de inicio tipo 1.
 De 6 a 7 meses, se pasa de la leche de inicio a la leche de continuación (tipo II).
Se introduce el puré de verduras. A la semana se puede añadir el puré de pollo
cocido y triturado.
 De 8 meses; introducir los cereales con gluten, aquí se incluyen los suplementos
alimenticios que contienen en su formulación trigo.
 De 9 a 11 meses, iniciar con yogurt y los lácteos, puede empezarse a alimentar
con pescado y yema de huevo cosida, ya pueden recomendarse suplementos
alimenticios que contengan trigo, huevo y leche en su formulación.
 De 12 meses; introducir el huevo entero cosido. No más de 2-3 veces por
semana.
 De 18 meses; introducir las legumbres (frijoles, por ejemplo).
 De 2 a 6 años. Después de los 2 años, la dieta de los niños debe estar compuesta
por todos los ingredientes que consume el resto de la familia; como frutas,
verduras, carne de res, pollo, pescado, legumbres, huevo entero, cereales, yogurt,
queso, etc.
 De 6 a 10 años (edad escolar). Es una de las etapas más importantes y en la cual
es muy frecuente la aparición de malos hábitos alimenticios como la comida
chatarra que hacen que los niños comiencen con obesidad, para que esto no
ocurra debe fomentarse que el almuerzo escolar incluya alimentos variados, con
proteínas, lácteos, frutas y verduras con baja cantidad de grasas, azúcar y sal.
Durante esta etapa de la vida, niños y niñas están aumentando de peso
incontrolablemente.

Necesidades nutricionales psicológicas en pediatría

La alimentación es uno de los principales condicionantes del crecimiento y


desarrollo durante la etapa evolutiva. De ahí su importancia, ya que una situación de
malnutrición prolongada es capaz de modificar las capacidades intelectuales del niño
Cada período del desarrollo tiene unas características específicas en cuanto al ritmo del
crecimiento somático y desde el punto de vista de la maduración psicológica y la
socialización. Todos estos aspectos influyen en la configuración de los hábitos
alimentarios y la actividad física, por lo que es importante tenerlo en cuenta para
potenciar un desarrollo óptimo y favorecer la adquisición de hábitos alimentarios y de
actividad física saludables que perdurarán en el tiempo e influirán sobre la salud.

Los niños se van haciendo adultos a través de lo que comen, por lo que la nutrición en
este período de la vida se convierte en un factor determinante. En cuanto a la actividad
física, es evidente que la inactividad se está extendiendo por los países desarrollados; en
España menos del 30% de los niños la practica en su tiempo libre. Por ello, es necesario
inculcar dicho hábito en edades tempranas debido a su potencial en el desarrollo de
actividades motoras del niño, siendo a su vez mejor orientar que forzar su práctica.
Finalmente, en cuanto al aspecto psicológico, diferentes estudios han destacado la
relación entre nutrición y procesos cognitivos, así como la interacción entre las
emociones y los hábitos de alimentación.
“Los niños con más preocupaciones y que presentan un nivel de ansiedad
elevado tienen peor nivel nutricional y tienen riesgo de presentar en la adolescencia
Trastornos de Conducta Alimentaria”. Asimismo, a pesar de que la mayoría de los niños
desayunan, hay un número significativo de ellos que no lo hacen, el 8%, los cuales
presentan sospechas de retraso en áreas tan importantes como la motricidad y la
socialización, siendo también su rendimiento físico menor. Es importante, además,
elegir un desayuno completo formado por cereales, lácteos y fruta que aporte el 25% de
la energía y de los nutrientes necesarios para toda la jornada. 

Factores de la Nutrición

Factores físicos.
 Geográficos: El hombre descubre los diferentes alimentos que le ofrece su
entorno geográfico y en función de dicho hábitat. Y de la filosofía de ese pueblo
consumen unos alimentos u otros. También existen diferencias entre zonas
rurales y zonas urbanas. En las zonas urbanas hay mayor consumo proteico y de
vitaminas, mientras que en las zonas rurales hay mayor consumo glucidico y
graso.
 Climatológicos. El medio geográfico y el clima están asociados estrechamente.
El clima es un factor influyente en la alimentación. Actúa condicionando la
alimentación  ya que en zonas frías  la población suele ingerir mayor cantidad de
productos cárnicos y grasas, mientras que en zonas cálidas hay mayor
inclinación a tomar vegetales. A parte el clima va a condicionar el cultivo de los
distintos alimentos y también la técnica culinaria.

Factores Sociales.

 Tradición e historia. La legitimidad de un alimento viene dada por la cultura de


donde proviene las que proceden de culturas superiores se aceptan mejor que las
procedentes de culturas inferiores. La historia del hombre está ligada en cierto
modo a una serie de ritos y tabúes que influyen en mayor y en menor medida en
el consumo de diferentes alimentos. Esto hace que población de a un
determinado alimento un valor nutritivo que no posee.
Las costumbres gastronómicas familiares en muchas ocasiones hacen que no se
consuman determinados alimentos porque no se saben cocinar.

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