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la Maratón
Nacional de
Lectura!

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Encontrá aquí juegos y propuestas

para disfrutar con los chicos.

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Mi nombre es…

Nuestro nombre, los sobrenombres y los apellidos son las palabras con
la que los demás nos llaman y hablan de nosotros. Pero también los
nombres traen recuerdos y anécdotas.

¡No te imaginás todas las historias que hay detrás de los nombres! ¿Querés
saber cómo le decían a tu mamá o a tu papá o a tus abuelos de chiquitos?
¿Por qué a tu tío le dicen así si no se llama de verdad como le dicen?

¡Vamos a averiguarlo!

Pedile a tu familia que te cuente

cómo era cada uno cuando eran
chicos como vos. ¿A qué jugaban?
¿Cómo se llamaba la mamá de tu
mamá? ¿Dónde vivían?

¡Cuánto más chiquitos, mejor!

Seguí investigando y
preguntales cómo los
llamaban en esa época y
por qué.
Ahora que sabés,
¡Te vas a sorprender! pediles que te cuenten
historias divertidas de
Si tenían sobrenombres
esas que nunca se van
o les decían de alguna
a olvidar.
manera especial, podés
anotarlo así siempre lo
recordás.

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VEO-VEO, ¿qué ves?

Este es un juego de todos los tiempos. Seguro te vas divertir mientras

aprendés a observar y a nombrar lo que encontrás a tu alrededor.
¡A jugar!

VEO-VEO, ¿qué ves?

Una cosa, ¿de qué color?

En este juego un integrante de la familia elige un objeto
y los demás lo tienen que adivinar. Solo sabiendo el color,
debemos adivinar qué cosa es. Juguemos en algún espacio
en el que haya muchos objetos.

Si estamos muy perdidos, podemos dar alguna pista como

“Sirve para cocinar” o “Lo uso para bañarme”.

¿Lo hacemos más difícil?

Ponemos en una caja muchos objetos: pueden ser cosas que
usamos en la cocina, herramientas (no peligrosas), algún
juguete, lo que encontremos.
—VEO-VEO
Hacemos el VEO-VEO pero sin ver: con un pañuelo que nos
—¿Qué ves?
tape los ojos, vamos a sacar de la caja un objeto al azar y solo
tocándolo deberemos adivinar qué es, ¿se animan? En lugar —Una cosa, ¿con
de decir el color como pista, diremos la primera letra de la qué letra empieza?
palabra, por ejemplo: —Empieza con “C”.

¡Es hora de divertirnos con objetos

y colores que encontremos en casa!

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Adivina, adivinador
Busquen con tu familia algún objeto que tengan en casa, que pueda sonar
como un tambor o una maraca. ¡No te olvides que la música también está
en los objetos que usamos todos los días!

Todos podemos crear instrumentos sonoros hechos con objetos de uso

cotidiano y distintos materiales que encontremos. Aquí van algunas ideas:

Rellená un Colocá semillas en Poné más porotos

envase vacío un tubo de rollo u otras semillas
con porotos y de cocina, tapa los en una lata vacía
tendrás una bordes y tendrás y tendrás otro
maraca. un palo de lluvia. instrumento más.

Con todos estos instrumento

s,
¿ ca nt amos con María Elena
Walsh esta canción?

La señora Nube Blanca Le dijo: -Andate, viejito,

se encontró con un señor. porque ya es tarde para vos.
Le dijo: -Sos un cochino, Don Sol, muy avergonzado,
vas todo sucio de carbón. ¿saben que le contestó?
Don Humo, muy ofendido,
¿saben qué le contesto? La señora doña Lluvia
se encontró con un señor.
Adivinador, adivina. Le dijo: -No me despeines
Adivina, adivinador. la peluquita, por favor.
Don Viento, muy prepotente,
La señora doña Luna ¿saben qué le contestó?
se encontró con un señor. {…}

¿Qué otras canciones tienen ganas

de cantar con tus instrumentos?
Importante: Siempre un adulto debe supervisar que los más chicos de
la familia no se lleven objetos pequeños a la boca.

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Adiviná y dibujá

Aquí va una adivinanza detrás de la otra. Adivinar, decir, dibujar y

animarse a más.

Siempre quietas,
siempre inquietas,
durmiendo de día,
de noche, despiertas.
Las estrellas

Podés dibujar acá la respuesta

Cuatro patas tiene,

así como un asiento.
De ella me levanto
y en ella me siento.
La silla

Podés dibujar acá la respuesta

Por dentro carbón,

por fuera madera.
En tu estuche
voy a la escuela.
El lápiz

Podés dibujar acá la respuesta

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Adivina y escribe
Si te damos un poquito de ayuda, ¿te animás a adivinar y a escribir?

Salgo todas las mañanas,

por la tarde me escondo. Tengo agujas pero no sé coser,
Solo tres letras tengo
Doy siempre luz y calor, tengo números pero no sé leer,
pero tu peso yo sostengo.
y soy… redondo, redondo. las horas te doy, ¿sabés quién
Si me tratas con cuidado
soy?
te llevaré a cualquier lado.

O
P E R L J

Adiviná cuentos
Estas también son adivinanzas, pero las respuestas las encontrarás
en los libros de cuentos. Prestá atención y pensá de qué personajes
se podrían tratar.

Calzado con unas botas, Cama, camota y camita;

De rojo me cubro un gato muy avispado, Me pinché con una plato, platito y platote;
sin ser amapola, dijo unas cuantas rueca y cien años me aunque soy solo una
mi abuela y el mentiras para ayudar dormí, niña, me dieron un
lobo completan la a su amo. hasta que un beso buen sustote.
historia. del príncipe hizo que
volviese en mí.
El gato con botas. Ricitos de oro.
Caperucita roja.
La bella durmiente.

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Color, color…

Grupos de frutas y verduras que tienen un rasgo en común: el color. Con

ayuda de tu familia, ¿podés decir y escribir el color que va en cada caso?

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Picnic literario

A la hora de la merienda, podés armar en algún lugarcito que tu guste un

picnic literario. Vas a necesitar una manta o algo para sentarse en el piso
y acá hay una canasta con opciones para leer.

“Gallo dormilón”

Mi gallo Tobías
es un dormilón;
todo el santo día
anda en camisón.
La cigarra y la hormiga
Si deja su cuna
me hace divertir:
bosteza, se aluna Era un caluroso verano. Una cigarra, protegida del sol
Y vuelve a dormir. por la sombra de un árbol y disfrutando el momento
sin ninguna intención de ponerse a trabajar, cantaba y
En sueños, se mece cantaba continuamente. Mientras vio cómo su vecina,
de allá para aquí... una trabajadora hormiga, se encontraba trabajando
y canta –tres veces– arduamente para ir llevando comida a su hogar.
su kikiriquí. La cigarra le ofreció cantar y descansar, a lo que
la hormiga le respondió que debería dejar de estar
ociosa y ponerse a recoger alimentos. La cigarra
Elsa Bornemann, Canciones
y cuentos de cuna para cantar
ignoró su consejo.
y contar antes de ir a dormir Meses después llegó un invierno frío, que sorprendió
(Loqueleo) a la cigarra sin nada para comer ni un sitio al que ir.
Desesperada acudió a su vecina la hormiga pidiéndole
ayuda. Sin embargo, la hormiga contestó preguntando
qué había hecho durante el verano. La cigarra le
dijo que cantar, a lo que la hormiga le respondió que
bailara ahora ya que cuando pudo no hizo nada para
evitar esa situación, y cerró la puerta dejando fuera a
la cigarra.

(Fábula de Esopo)

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Picnic literario

Y ahora, si tienen muchas ganas de escuchar un cuento, les dejamos uno

un poquito más largo… aquí va uno más:

Los músicos de Brema

Tenía un hombre un asno que durante largos años otros dos. Más tarde llegaron los tres fugitivos a un
había transportado incansablemente los sacos al cortijo donde, encaramado en lo alto del portal, un
molino; pero al cabo vinieron a faltarle las fuerzas, y gallo gritaba con todos sus pulmones. “Tu voz se
cada día se iba haciendo más inútil para el trabajo. nos mete en los sesos,” dijo el asno. “¿Qué te pasa?”
El amo pensó en deshacerse de él; pero el burro, – “He estado profetizando buen tiempo,” respondió
dándose cuenta de que soplaban malos vientos, el gallo, “porque es el día en que la Virgen María ha
escapó y tomó el camino de la ciudad de Brema, lavado la camisita del Niño Jesús y quiere ponerla a
pensando que tal vez podría encontrar trabajo secar. Pero como resulta que mañana es domingo y
como músico municipal. Después de andar un vienen invitados, mi ama, que no tiene compasión,
buen trecho, se encontró con un perro cazador que, ha mandado a la cocinera que me eche al puchero; y
echado en el camino, jadeaba, al parecer, cansado así, esta noche va a cortarme el cuello. Por eso grito
de una larga carrera. “Pareces muy fatigado, amigo,” ahora con toda la fuerza de mis pulmones, mientras
le dijo el asno. “¡Ay!” exclamó el perro, “como ya soy me quedan aún algunas horas.” – “¡Bah, cresta roja!”
viejo y estoy más débil cada día que pasa y ya no dijo el asno. “Mejor harás viniéndote con nosotros.
sirvo para cazar, mi amo quiso matarme, y yo he Mira, nos vamos a Brema; algo mejor que la muerte
puesto tierra por medio. Pero, ¿cómo voy a ganarme en cualquier parte lo encontrarás. Tienes buena voz,
el pan?” - “¿Sabes qué?” dijo el asno. “Yo voy a Brema, y si todos juntos armamos una banda, ya saldremos
a ver si puedo encontrar trabajo como músico de la del apuro.” El gallo le pareció interesante la oferta, y
ciudad. Vente conmigo y entra también en la banda. los cuatro emprendieron el camino de Brema.
Yo tocaré el laúd, y tú puedes tocar los timbales.”
Parecióle bien al can la proposición, y prosiguieron Pero no pudieron llegar a la ciudad aquel mismo
juntos la ruta. No había transcurrido mucho rato día, y al anochecer resolvieron pasar la noche en
cuando encontraron un gato con cara de tres días un bosque que encontraron. El asno y el perro
sin pan: “Y, pues, ¿qué contratiempo has sufrido, se tendieron bajo un alto árbol; el gato y el gallo
bigotazos?” preguntóle el asno. “No está uno para subiéronse a las ramas, aunque el gallo se encaramó
poner cara de Pascua cuando le va la piel,” respondió de un vuelo hasta la cima, creyéndose allí más
el gato. “Porque me hago viejo, se me embotan los seguro. Antes de dormirse, echó una mirada a los
dientes y me siento más a gusto al lado del fuego cuatro vientos, y en la lejanía divisó una chispa de
que corriendo tras los ratones, mi ama ha tratado de luz, por lo que gritó a sus compañeros que no muy
ahogarme. Cierto que he logrado escapar, pero mi lejos debía de haber una casa. Dijo entonces el asno:
situación es apurada: ¿adónde iré ahora?” - “Vente “Mejor será que levantemos el campo y vayamos
a Brema con nosotros. Eres un perito en música a verlo, pues aquí estamos muy mal alojados.”
nocturna y podrás entrar también en la banda.” Pensó el perro que unos huesos y un poquitín de
El gato estimó bueno el consejo y se agregó a los carne no vendrían mal, y, así se pusieron todos en

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camino en dirección de la luz; ésta iba aumentando hogar, y el gallo se posó en una viga; y como todos
en claridad a medida que se acercaban, hasta que estaban rendidos de su larga caminata, no tardaron
llegaron a una guarida de ladrones, profusamente en dormirse. A media noche, observando desde lejos
iluminada. El asno, que era el mayor, acercóse a la los ladrones que no había luz en la casa y que todo
ventana, para echar un vistazo al interior. “¿Qué parecía tranquilo, dijo el capitán: “No debíamos
ves, rucio?” preguntó el gallo. “¿Qué veo?” replicó habernos asustado tan fácilmente,” y envió a
el asno. “Pues una mesa puesta con comida y uno de los de la cuadrilla a explorar el terreno. El
bebida, y unos bandidos que se están dando el gran mensajero lo encontró todo quieto y silencioso,
atracón.” - “¡Tan bien como nos vendría a nosotros!” y entró en la cocina para encender luz. Tomando
dijo el gallo. “¡Y tú que lo digas!” añadió el asno. los brillantes ojos del gato por brasas encendidas,
“¡Quién pudiera estar allí!” Los animales deliberaron aplicó a ellos un fósforo, para que prendiese. Pero el
entonces acerca de la manera de expulsar a los gato no estaba para bromas y, saltándole al rostro,
bandoleros, y, al fin, dieron con una solución. El asno se puso a soplarle y arañarle. Asustado el hombre,
se colocó con las patas delanteras sobre la ventana; echó a correr hacia la puerta trasera; pero el perro,
el perro montó sobre la espalda del asno, el gato que dormía allí, se levantó de un brinco y le hincó
trepó sobre el perro, y, finalmente, el gallo se subió los dientes en la pierna; y cuando el bandolero, en
de un vuelo sobre la cabeza del gato. Colocados ya, su huida, atravesó la era por encima del estercolero,
a una señal convenida prorrumpieron a la una en el asno le propinó una recia coz, mientras el gallo,
su horrísono música: el asno, rebuznando; el perro, despertado por todo aquel alboroto y, ya muy
ladrando; el gato, maullando, y cantando el gallo. animado, gritaba desde su viga: “¡Kikirikí!” El ladrón,
Y acto seguido se precipitaron por la ventana en el corriendo como alma que lleva el diablo, llegó
interior de la sala, con gran estrépito de cristales. hasta donde estaba el capitán, y le dijo: “¡Uf!, en la
Levantáronse de un salto los bandidos ante aquel casa hay una horrible bruja que me ha soplado y
estruendo, pensando que tal vez se trataría de arañado la cara con sus largas uñas. Y en la puerta
algún fantasma, y, presa de espanto, tomaron las hay un hombre armado de un cuchillo y me lo ha
de Villadiego en dirección al bosque. Los cuatro clavado en la pierna. En la era, un monstruo negro
socios se sentaron a la mesa y, con las sobras de me ha aporreado con un enorme mazo, y en la cima
sus antecesores, se hartaron como si los esperasen del tejado, el juez venga gritar: ‘¡Traedme el bribón
cuatro semanas de ayuno. aquí!’ Menos mal que pude escapar.” Los bandoleros
ya no se atrevieron a volver a la casa, y los músicos
Cuando los cuatro músicos hubieron terminado de Brema se encontraron en ella tan a gusto, que ya
el banquete, apagaron la luz y se buscaron cada no la abandonaron. Y quien no quiera creerlo, que
uno una yacija apropiada a su naturaleza y gusto. vaya a verlo.
El asno se echó sobre el estiércol; el perro, detrás
de la puerta; el gato, sobre las cenizas calientes del Hermanos Grimm

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¡Agregá cuentos a tu canasta!

Si quieren, podés agregar más cuentos y poesías a la canasta. ¡Cuánto
más, mejor! Y, después de leer, ¿se animan a elegir uno para recomendar
a amigos y familiares? Pueden armar una invitación con un dibujo para
que ellos también los lean.

Título del
cuento o poema
que te gustó

Autor

Podés contar
Me gustó porque...
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gusto

También podés
acompañar tu
recomendación
con un dibujo de
algún personaje
que te haya
gustado.

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