Ensayo Administracion Publica

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Saber, racionalidad y poder burocrático

Irina Cera Cabrera

Lorena Barraza Villamizar

Natalia Guerrero Bayona

Rina Insignares Rodriguez

Rosa Varela Rodríguez

Administración de empresas

Facultad de ciencias económicas, universidad del Atlántico

Antonio Reales

Administración pública, grupo 11

Barranquilla

2021
Saber, racionalidad y poder burocrático

En los últimos tiempos, la Administración Pública se ha venido sometiendo a

presiones e influencias que la van ajustando en el tiempo, hasta llevarla a ser hoy algo más

allá de una vocación para llegar a tener la enorme responsabilidad de estar al servicio de un

país entero.

La administración burocrática y el modelo burocrático de Max Weber han sido

instrumentos poderosos y fundamentales para este saber administrativo ya que permite

controlar y direccionar sus actos a la racionalidad y legalidad. Estos conceptos burocráticos

han servido como defensa o armas de ataque a los gobiernos, pero cuando se examinan con

profundidad los términos mencionados, nos encontramos que sus verdaderos componentes

son comunes a toda organización y por supuesto que también lo es a las privadas, no solo a

las públicas.

La administración Burocrática como un tipo de dominación gracias al saber y su

forma de operar se ha convertido en los últimos años en el eje principal de la organización de

las empresas, esta se define como el uso de reglas, jerarquías establecidas sobre la división

del trabajo y procedimientos detallados de forma establecidas para la eficiencia de una

empresa. 

El modelo de Weber describe el funcionamiento de las grandes organizaciones y

examina la burocracia como un tipo de organización en las sociedades industriales modernas.

Este modelo, pertenece a las teorías clásicas de las organizaciones. Max veía en particular, el

funcionario oportuno y ordenado que obedientemente llevó a cabo su función para el Estado,

y, por lo tanto, contribuye a su sustento.

La teoría de la administración burocrática, se centra principalmente, en la división de

las organizaciones en jerarquías, y el establecimiento de fuertes líneas de autoridad y control.


Weber sugirió que las organizaciones deben desarrollar procedimientos completos con altos

estándares de operación y con un alto nivel de detalle de todas las tareas rutinarias.

Sin embargo, este nunca tuvo como propósito afectar la operatividad de la empresa,

por el contrario, fue planteado como un modelo óptimo de organización para obtener mayor

eficiencia, las distorsiones de aplicación del mismo llevaron a que el termino burocracia sea

normalmente asociados a influencia, según Weber, las burocracias son organizaciones

orientadas a metas diseñadas de acuerdo a los principios racionales, con el fin de alcanzar

eficientemente sus objetivos, las oficinas están clasificadas en un orden jerárquico, con la

información que fluye por la cadena de mando hacia abajo. Las oficinas son altamente

especializadas.

Weber hizo hincapié en dos problemas, la falta de responsabilidad de los funcionarios

públicos no elegidos, y la tendencia burocrática a la inflexibilidad en la aplicación de las

normas. Weber tenía interés en la naturaleza del poder y la autoridad, así como su

preocupación estaba generalizada con las tendencias modernas de racionalización, también se

preocupó por el funcionamiento de las empresas modernas a gran escala en el ámbito

político, administrativo y económico.

Weber define la burocracia como un “fenómeno social universal”, desligándolo en lo

absoluto de juicios estrictamente normativos. Dice que una vez ya establecida

completamente, la burocracia es, entre las estructuras sociales, la más difícil de destruir. La

burocracia desde esa agria óptica, es el medio para llevar a cabo la acción colectiva, dentro

del orden social.

Por lo tanto, como un instrumento de socialización de las relaciones públicas, la

burocracia es y ha sido un instrumento poderoso de primer orden, para quien controla ese

aparato burocrático. Basta con ver el bastión de cualquier sindicato.


El burócrata individual lucha por escapar de la trampa en que se ha metido, la mayoría

de las veces dando vueltas en círculos. El servidor público profesional está encadenado en

espíritu a su actividad por toda su existencia material e ideal, lo entiendo algo así como la

servidumbre voluntaria de La Boëtie, pero corregida y aumentada por un noble sueño de

servicio a la nación.

El ciudadano por su parte, no puede evitar o reemplazar el aparato burocrático de

autoridad, una vez establecido; pues esta burocracia descansa en el adiestramiento de

expertos en la especialización funcional del trabajo y en funciones metodológicamente

integradas, en una concepción ciudadana es triste pensar que hasta ahí se contemple.

El hecho de que la organización burocrática sea, técnicamente, el medio de poder más

desarrollado en manos del hombre que lo controla, no determina el peso que la burocracia

como tal es capaz de tener en una estructura social en particular.

El concepto de burocracia se usa generalmente como un arma de ataque a los

gobiernos; pero cuando se examina con profundidad el concepto, encontramos que sus

verdaderos componentes son comunes a toda organización y por supuesto que también lo es a

las privadas, no solo a las públicas.

La burocracia (el poder del escritorio) se ha entendido tradicionalmente como una distorsión

del quehacer político, como una deformación del quehacer institucional, o como un problema

de reorganización de las fuerzas productivas. Para las finalidades de este ensayo

entenderemos a la burocracia, no como una deformación del quehacer económico, político o

institucional, sino como una clase social emergente en el desarrollo de la transición

"capitalismo-socialismo.

La burocracia está íntimamente ligada al surgimiento y desarrollo del Estado

moderno. Para el padre de la Sociología Moderna la burocracia es central en su modelo de

dominación política, el proceso de concentración de los medios administrativos va de la mano


del proceso de burocratización del gobierno. De igual manera que el desarrollo del Estado

moderno avanza en paralelo a la evolución de una economía monetaria. Entender el concepto

burocracia en la obra de Weber es comprender los elementos centrales del aparato estatal de

dominación sobre los que sustenta el concierto mundial de países.

La racionalidad está muy ligada con la burocracia ya que Weber concibe a la primera

como el proceso por medio del cual las reglas, las leyes, las normas y los procedimientos

explícitos, abstractos, intelectuales y calculables sustituyen los pensamientos de las personas

en todos los entornos de sus vidas para que estas puedan ser responsables de sus acciones y

actúen acorde a todas las normatividades establecidas en cada entorno.

Según Freud (1985), la racionalización y la intelectualización crecientes

tiene al menos una consecuencia decisiva, sobre la que Weber hace mucho énfasis: han

revelado otra cara de los acontecimientos a través de numerosos cambios en las ciencias y sus

técnicas, el hombre deja creer en los poderes mágicos, en los espíritus y en los demonios,

pierde el sentido profético y sobre todo el de lo sagrado. Lo real se convierte en algo lúgubre,

soso y utilitario.

La burocracia es una forma de organización humana que se basa en la racionalidad, en

la adecuación de los medios a los objetivos marcados, a fin de garantizar la máxima eficacia

en la consecución de estos objetivos. El concepto de burocracia: es la organización eficiente

por excelencia. Para lograr esa eficiencia, la burocracia necesita describir anticipadamente y

con detalles la manera que deberán hacerse las cosas. Por lo tanto, la burocracia se caracteriza

por un carácter legal de las normas y reglamentos, además de carácter formal de las

comunicaciones y división del trabajo, es importante la impersonalidad en las relaciones, con

una jerarquía de autoridad y con rutinas y procedimientos estandarizados, con el

profesionalismo de los participantes. Además, la burocracia ofrece beneficios a los


participantes debido a la precisión en la definición del cargo y en la operación, la rapidez de

las decisiones, la uniformidad en las rutinas y procedimientos.

El problema de la eficiencia de las organizaciones públicas debería abordar los

conceptos de racionalidad funcional de Max Weber. En los cambios del sistema, el estado

moderno y la economía capitalista tiene en común que la conducta individual y la acción

social es motivada por fines lucrativos; de modo que, la economía del capital busca la

utilidad, mientras que el estado, funciona como rol que centraliza el dinero y hace posible la

ganancia. Y es de ahí donde se encuentra la burocratización, cuyo fin es la especialización del

trabajo. La "democracia" reacciona justamente contra el necesario sentido de "status" de la

burocracia. La democracia trata de reemplazar el nombramiento de funcionarios por su

elección por períodos breves; trata de reemplazar la destitución de los funcionarios elegidos

por un sistema disciplinario determinado. Por consiguiente, la democracia trata de sustituir la

atribución arbitraria del "jefe" jerárquicamente superior por la disposición, también arbitraria,

de los gobernados y los jefes de los partidos que los conducen. El prestigio social que resulta

de una educación e instrucción específicas no es de ningún modo propio de la burocracia. Al

contrario. Pero en otras estructuras de poder, el prestigio educativo se sustenta en bases

esencialmente distintas. Para decirlo a modo de consigna publicitaria, el "hombre cultivado"

y no el "especialista", ha sido el objetivo de la educación y ha constituido el sentido de la

consideración social en estructuras tan diversas como los estamentos de poder feudal,

teocrático y patrimonial: en la administración inglesa de notables, en la antigua burocracia

patrimonial china, y también en el dominio de los demagogos en la denominada democracia

griega. La expresión "hombre cultivado" se usa aquí con una significación enteramente

indiferente respecto de toda valoración; por ella se entiende que la finalidad de la educación

radica en el atributo que califica el modo de ser de un hombre en la vida consuterada

"cultivada", y no en una instrucción especialmente técnica. La personalidad "cultivada" era el


ideal educativo inculcado por la estructura de dominación y el atributo social requerido para

acceder al estrato gobernante. Esta educación estaba dirigida a producir un tipo caballeresco o

ascetíco;. o bien, un tipo literario, como en China; un tipo humanista-atlético, como en

Grecia; o un tipo convencional, como en el caso del gentleman inglés.

En conclusión, La burocracia tiene un carácter "racional": su actitud está determinada por normas,

medios, fines y situaciones de hecho. Por esta razón, su origen y expansión han tenido, por doquiera,

consecuencias "revolucionarias" en un sentido peculiar que todavía no hemos discutido. Son las

mismas consecuencias que, en general, ha provocado el avance del racionalismo. El progreso de la

burocracia ha destruido estructuras desprovistas de todo carácter "racional", en un sentido especial del

término. Queda como tarea determinar cuáles han sido esas estructuras.

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