Cuadernillo Tec3b3rico Ilea Argumentacic3b3n
Cuadernillo Tec3b3rico Ilea Argumentacic3b3n
Cuadernillo Tec3b3rico Ilea Argumentacic3b3n
Cuadernillo teórico Nº 3
- La secuencia argumentativa
- La argumentación como práctica social
- Los componentes básicos de la secuencia argumentativa
- Dimensión enunciativa de la argumentación
- Recursos para la modalización
- Entre la demostración y la persuasión
- La legitimidad y validez argumentativa en dependencia contextual
- La construcción de argumentos: algunos recursos
- Ejemplo
- Comparación
- Metáfora
- Definición
- Pregunta retórica
- Planteo hipotético
- Argumento por autoridad
- Generalización
- Alusión
- Concesión
- Ironía
- La polifonía y la intertextualidad en la argumentación
- Estilo directo
- Estilo indirecto
- Los conectores opositivos en función polémica
1
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
LA SECUENCIA ARGUMENTATIVA
2
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Las condiciones previas a la argumentación: el contacto intelectual
Para argumentar, es preciso, atribuir un valor a la adhesión del interlocutor, a su
consentimiento, a su concurso mental. Por tanto, una distinción apreciada a veces es la de
ser una persona con la que se llega a discutir. El racionalismo y el humanismo de los
últimos siglos hacen que parezca extraña la idea de que sea una cualidad el ser alguien
cuya opinión cuenta, y, en muchas sociedades, no se les dirige la palabra a cualquiera,
igual que no se batían a duelo con cualquiera. Además, cabe señalar que el querer
convencer a alguien siempre implica cierta modestia por parte de la persona que
argumenta: lo que dice no constituye un “dogma de fe”, no dispone de la autoridad que
hace que lo que se dice sea indiscutible y lleve inmediatamente a la convicción. El orador
admite que debe persuadir al interlocutor, pensar en los argumentos que pueden influir en
él, preocuparse por él, interesarse por su estado de ánimo.
[…] No basta con hablar ni escribir, también es preciso [para el orador] que escuchen sus
palabras, que lean sus textos. […] no olvidemos que escuchar a alguien es mostrarse
dispuesto a admitir eventualmente su punto de vista. Cuando Churchill les prohibió a los
diplomáticos ingleses incluso que escucharan las proposiciones de paz que pudieran
hacerles los emisarios alemanes, o cuando un partido político comunica que está dispuesto
a oír las proposiciones que pudiera presentarle la persona encargada de formar gobierno,
estamos ante dos actitudes significativas, porque impiden el establecimiento o reconocen
la existencia de las condiciones previas a una argumentación eventual.
Extraído de Perelman, Chaïm y Lucie Olbrechts‐Tyteca (1994) El tratado de la Argumentación.
La Nueva Retórica. Madrid: Gredos, pp. 50‐52.
3
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Por otra parte, para expresar adecuadamente la tesis es necesario tener en cuenta
que ésta debe ser una afirmación o una negación, pero no la simple mención del tema de
debate. Por ejemplo, la tesis de un texto se puede formular de este modo: “la lectura sigue
siendo la base de la cultura occidental” o “la lectura perdura a través de los cambios
tecnológicos”, pero no son válidos enunciados como “la importancia de la lectura”, “una
crítica a los medios audiovisuales” o “a favor de la lectura”. Es útil, entonces, pensar que
la tesis siempre debe articularse como una oración completa con sujeto y verbo
conjugado.
Los argumentos, es decir las razones con las cuales se defiende una postura. Al
igual que la tesis, no suelen aparecer formulados explícitamente. Así, a partir del siguiente
fragmento:
Como puede verse, para enumerar los argumentos que encontramos en un texto,
debemos realizar un trabajo de síntesis a partir de los enunciados que efectivamente se
presentan en él. Por ello, en general, los argumentos no podrán ser formulados copiando
literalmente un segmento del texto. En la reelaboración debe ponerse en evidencia una
clara relación de causa-consecuencia de los argumentos con la tesis.
4
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
La calidad del orador, sin la cual no lo escucharían, y, muy a menudo, ni siquiera lo
autorizarían a tomar la palabra, puede variar según las circunstancias: unas veces, bastará
con presentarse como un ser humano, decentemente vestido; otras, será preciso ser adulto;
otras, miembro de un grupo constituido; otras, portavoz de un grupo. Hay funciones que,
solas, autorizan a tomar la palabra en ciertos casos o ante ciertos auditorios; existen campo
en los que se reglamentan con minuciosidad estos problemas de habilitación.
Perelman y Olbrechts‐Tyteca, citado en Reale, Analía y Alejandra Vitale, La argumentación;
una aproximación retórico‐discursiva. (1995) Buenos Aires: Ars, p. 12.
Como la argumentación pretende obtener la adhesión de aquellos a quienes se dirige,
alude por completo al auditorio en el que trata de influir.
¿Cómo definir semejante auditorio? ¿Es la persona a quien el orador interpela por su
nombre? No siempre: el diputado que, en el Parlamento, debe dirigirse al presidente,
puede intentar convencer, no sólo a quienes lo escuchan, sino también a la opinión pública
de su país. ¿Es el conjunto de personas que el orador ve ante sí cuando toma la palabra?
5
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
No necesariamente. El orador puede ignorar, perfectamente, una parte de dicho conjunto:
un presidente de gobierno, en un discurso al Congreso, puede renunciar de antemano a
convencer a los miembros de la oposición y contentarse con la adhesión de su grupo
mayoritario. Por lo demás, quien concede una entrevista a un periodista considera que el
auditorio lo constituyen los lectores del periódico más que la persona que se encuentra
adelante de él. […] Con estos ejemplos, se ve de inmediato cuán difícil resulta determinar,
con ayuda de criterios puramente materiales, el auditorio de aquel que habla. Esta
dificultad es mucho mayor aun cuando se trata del auditorio de un escritor, pues, en la
mayoría de los casos, no se puede localizar con certeza a los lectores.
Por esta razón, nos parece preferible definir el auditorio como el conjunto de aquellos en
quienes el orador quiere influir con su argumentación. Cada orador piensa más o menos
conscientemente, en aquellos a los que intenta persuadir y que constituyen el auditorio al
que se dirigen los discursos.
Adaptado de Perelman y Olbrechts‐Tyteca, op. cit, pp. 54‐55.
6
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Es muy poco probable que pueda dejar de expresarse la subjetividad del enunciador
de un texto. No es lo mismo escribir: “Los estudios sobre microeconomía confirman la
importancia creciente del uso de las tarjetas de crédito” que “Es posible que las tarjetas de
crédito sean crecientemente utilizadas, según indican los estudios sobre microeconomía”.
En el primer caso, el enunciador -por medio del verbo “confirman”- posiciona su
enunciación como una aserción incuestionable; en cambio en el segundo caso la
matización mediante “es posible que” no induce al destinatario a creer sin más en sus
palabras, sino más bien a ponerlas en duda.
Los estudios del discurso identifican cómo en cada lengua se expresan el grado de
certeza que el productor asigna a su enunciado o la forma en que ha adquirido la
información que comunica. Esto se da mediante formas gramaticales - verbos,
sustantivos, adjetivos y adverbios como los señalados en el cuadro- que intensifican o
atenúan lo enunciado en el texto.
Extraído y adaptado de López Ferrero, Carmen (2005) “Funciones retóricas en la
comunicación académica: formas léxicas de modalidad y evidencialidad”, Signo y Seña, Buenos
Aires, 14: 115‐139.
Por último, el productor puede acudir a otros comentarios a fin de destacar cierta
mirada que da a alguna de sus afirmaciones. Estos se denominan comentarios de
relevancia y comprenden expresiones como “es interesante señalar…”, “llama la atención
que…”, “nadie pone en duda que…” u otras de sentido similar.
El discurso polémico
Dentro de la variedad de géneros que componen el universo del discurso argumentativo,
la polémica ocupa un lugar de gran importancia. El término polémico tiene su origen en el
adjetivo griego “polemikós”, ‘relativo a la guerra’. Una polémica es una “guerra verbal”,
una confrontación discursiva, de ahí su carácter eminentemente dialógico. Toda polémica
7
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
involucra el compromiso de, por lo menos, dos “contendientes”, es decir, dos
enunciadores que elaboran posiciones antagónicas en torno de un objeto común. Estas dos
voces se enfrentan en el enunciado polémico que se constituye, entonces, como un
contradiscurso cuya finalidad es falsificar, refutar el discurso del adversario. […]
En cuanto a sus características enunciativas, el discurso polémico presenta una serie de
constantes. Por tratarse de un discurso “agónico” o de combate, la posición de enunciación
aparece explícitamente marcada en el enunciado a través de distintas clases de índices:
deícticos, moralizadores, elementos que vehiculizan todo tipo de evaluaciones (lógicas,
axiológicas, etc.)
Su finalidad persuasiva, asimismo, determina una fuerte orientación hacia el destinatario
que se manifiesta en apelaciones directas o a través de distintas formas de comentario que
buscan establecer una suerte de connivencia entre enunciador y destinatario (en el caso en
que éste no coincide con el antagonista).
Todo discurso polémico apunta a un blanco que puede identificarse con el discurso de un
sujeto individual o bien con el discurso de un grupo, un sector o una institución. El blanco
puede aparecer en el discurso polémico como uno de los destinatarios o aun como su
destinatario privilegiado (cuando la distancia ideológica que existe entre polemista y
adversario no es máxima) o bien, en el caso contrario, puede ser excluido del campo de
destinación. En este sentido, la relación entre polemista y blanco puede adoptar formas
diversas que van desde la interpelación violenta –que a menudo recurre a distintas figuras
de agresión‐ hasta otras más próximas al diálogo […].
Cualquiera sea la modalidad de la relación entre el polemista y su blanco, la polémica
presupone siempre un terreno común compartido por los interlocutores ya que, de otro
modo, la refutación se vuelve impracticable.
Adaptado de Reale y Vitale, op. cit., pp. 67‐68.
8
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Demostración Persuasión
Teóricos de la argumentación
Aristóteles Retórica. Grecia, S. IV AC
9
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
10
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
economía, política, religión, justicia, etc. En este sentido, Toulmin señala cómo, a pesar
de que el contexto de producción-recepción condiciona la selección de los datos, las
garantías y las conclusiones, los tres elementos estructurales están presentes y operan
de la misma forma en toda argumentación, otorgándole "coherencia interna" y
"racionalidad".
Finalmente, el modelo de Toulmin añade tres elementos secundarios que operan en
la estructura: el calificador o modalizador, el soporte o “respaldo” y la restricción. El
calificador remite a la posibilidad de limitar el grado de generalización con el que se
presenta la conclusión (con frases como “probablemente”, “en casi todos los casos”,
“seguramente”, "normalmente"). El respaldo está compuesto por argumentaciones
secundarias que sostienen la garantía como verdadera en un campo de práctica
específico; y la restricción remite a los casos excepcionales en los que la conclusión no
puede derivarse de los datos. Estos tres elementos se añaden en el modelo de Toulmin a
los tres básicos (dato, conclusión y garantía) completando la estructura lógica del discurso
argumentativo y resaltando su fuerza de convicción. Si bien no siempre en una
argumentación se encuentran las seis partes explícitas, los tres pilares primarios de la
estructura (datos, conclusión y garantía) operan indefectiblemente.
Toulmin, Stephen, Richard Rieke y Allan Kanik (1979) Introduction to Reasoning. Londres:
Macmillan Publishing Company. Traducción parcial de N. Pinkus para la Cátedra de Semiología
(CBC‐UBA), pp. 3‐6.
Ejemplo: se trata de un caso concreto que sirve como ilustración de un concepto más
general. Si bien este recurso tiene una función clarificadora (tal como se usa en las
11
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Ciudades, edificios, calles y parques, el medio físico en general que, muchas veces se
muestra excluyente y agresivo, “discapacitante” (por ejemplo, una escalera a la entrada
impide entrar a todas las personas que utilizan ruedas para desplazarse sillas de ruedas,
carritos de bebé o las que tienen dificultades de ascender escalones, personas mayores
o con lesiones…).
Actualmente, nada se considera real si no ha sido registrado por los medios. Si lo real se
construye y manifiesta a través de los medios, no es extraño entonces que los sujetos
formados de esa manera mediaticen todo. Incluso su deseo. No hay ceremonias sin
videos, no hay turismo sin cámara, no hay alumnos sin grabador, no hay empresa, por
pequeña que sea, que no esté (o aspire a estar) informatizada. Por supuesto, no hay
hogar sin televisión.
Lo real nos desafía desde su lugar de posible desencanto, sufrimiento y muerte. El sujeto
contemporáneo, ante el peligro, se vuelve clásico. Imita a los héroes fundantes de
nuestra tradición cultural. Como Ulises, se ata al mástil de las relaciones mediatizadas y
no consumadas. Pero sigue manteniendo viva la fascinación por el cada vez más distante
objeto de deseo.
Ese tipo de “búsquedas” son posibles en la red de redes, Internet. Es la clase de piedras
lanzadas al vacío que forman parte de las modalidades de comunicación que en la red se
desarrollan.
12
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
la definición tiene aquí una función persuasiva. En los siguientes ejemplos, dos
definiciones diferentes de cultura permiten sostener tesis opuestas:
Es importante no confundir la definición con una descripción (no todas las oraciones que
utilizan el verbo ser son definiciones). Mientras que la descripción es una repuesta a la
pregunta ¿cómo es?, la definición responde a ¿qué es?:
Pregunta retórica: se trata de una pregunta cuya respuesta queda respondida de manera
implícita. Podría considerarse que detrás de toda pregunta retórica hay una afirmación o
negación que el lector debe reponer. La eficacia argumentativa de este recurso consiste
en que las afirmaciones y negaciones presentadas a través de una pregunta son más
difíciles de refutar por un eventual adversario.
¿Qué más barato, hoy en día, que acceder a la red? Muchos son los proveedores que
otorgan direcciones electrónicas gratuitas, uno de los primeros pasos para la
comunicación. [= Hoy en día, acceder a la red es muy barato]
El único peligro por estos lares es no querer volver. ¿Quién no ha pensado en quedarse
al conocer Bombinhas? Esta tierra con forma de península y emplazada por encima de
Florianópolis ha ido convirtiéndose poco a poco en una meca del ecoturismo. [=Todos
piensan en quedarse allí al conocer Bombinhas]
13
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Argumento por autoridad: tiene la función de otorgar mayor legitimidad al planteo propio
a partir de la mención de otros enunciadores prestigiosos que sostienen posturas
similares. Es importante que las fuentes citadas sean adecuadas al ámbito de circulación
(por ejemplo, en una monografía académica no resultará apropiado incluir citas de textos
muy generales, como los diarios, revistas no especializadas o libros de autoayuda). Por
otra parte, siempre es necesario orientar la interpretación de la cita en el sentido que se le
desea dar en el texto, de modo que se relacione claramente con la tesis que se quiere
sostener:
El término polifonía (que tomamos de Bajtin) refiere las variadas formas que adopta
la interacción de múltiples voces dentro de una secuencia discursiva o un enunciado.
Además del enunciador y el destinatario, en el discurso argumentativo participan y
se hacen presentes de múltiples maneras, numerosos “otros” cuyas voces sociales avalan
o refutan las ideas, opiniones o creencias expresadas en el texto. Como una marca más
del despliegue de su subjetividad, el locutor suele manipular esas voces, incorporándolas
a través de formas de cita directas, indirectas, fragmentarias o de reformulaciones libres.
De esta manera, no sólo se actualiza -incluso en el texto escrito- la situación dialógica de
toda comunicación, sino que se habilita la incorporación de expresiones ajenas, el
distanciamiento irónico frente a ideas expresadas por otros, la parodia o el guiño cómplice
o censurador en relación con las opciones ideológicas del productor.
Existen diferentes estrategias para incluir otras voces en nuestro texto. La tensión
entre “lo propio” y “lo ajeno” en el discurso se manifiesta a través de distintas formas que
permiten delimitar lo que dice el enunciador principal de lo que dicen los demás, tales
como: las citas, las alusiones (o “citas encubiertas”) y las referencias, que pueden darse
en el texto principal o en las notas al pie.
Así, la polifonía enunciativa se manifiesta a través de dos estilos:
Así, en 1942, Lebendeff reflexionaba “me permito indicar... que el aspecto forestal del
Parque Nahuel Huapi quedó en gran retardo, especialmente con lo hecho en el aspecto
turístico. En todo caso el balance de la economía forestal no era hasta ahora a favor de
los bosques” (:210).
14
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Cuando se usan para demarcar una sola palabra (o una frase nominal), pueden
tener distintos sentidos. Entre ellos, indicar que se trata de palabras que el locutor se ve
obligado a usar, pero no comparte, o incluir términos “aproximados”, menos rigurosos,
pero más accesibles al destinatario.
La herida aún abierta [por el atentado a la AMIA] es una de las marcas que
“distinguen” a nuestro país en el fin del siglo.
El “precio” de los niños es toda la gama de costos en que tienen que incurrir los
padres para criar un niño.
Como ha señalado Briscoe (1991), cada año miles de profesores asisten a cursos o
participan en encuentros con la intención de perfeccionarse profesionalmente y poder
utilizar nuevas técnicas, nuevos materiales curriculares, nuevas formas de favorecer el
aprendizaje de sus alumnos y alumnas.
15
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Algunas de las formas más indirectas en las que puede citarse la palabra de otros
enunciadores son:
Cualquiera puede obtener un número de identificación en la red (ICQ). Cada vez que
uno ingrese, ya sea a contestar mensajes o a realizar alguna búsqueda en la web, el
programa anuncia a todos los amigos del conectado que el usuario tal y cual está “on-
line”. Quien tenga muchos amigos en la red será inmediatamente saludado por todos
ellos (siempre que estén suficientemente desocupados).
Alusión: referencia a una cosa que no se nombra explícitamente y sin embargo se deja
entender.
Quienes hoy se oponen a la ley de matrimonio igualitario son los mismos que
antes se oponían a la unión civil, a las campañas de prevención de VIH y al voto
femenino.
Ironía: voz que proviene del griego=locución disimulada. Se utiliza cuando se dice lo
contrario de lo que se piensa y se quiere dar a entender:
Definiciones extraídas de Palleiro, María Inés (coord.) (2008) Formas del discurso. De la teoría de
los signos a las prácticas comunicativas. Buenos Aires: Miño y Dávila, pp.115‐117.
16
Introducción a la Lectura y Escritura Académica (ILEA)
Universidad Nacional de Río Negro – Sede Andina
Muchas veces, ofreciendo la entrada a todos, los espacios pueden ser amigables e
integradores. Es bien cierto que existen muchas limitaciones que dificultan la
integración en el medio de una forma plena e igualitaria.
Esta idea resulta hasta cierto punto contradictoria con la postura de la autora (es
posible crear un entorno inclusivo). Sin embargo, en el texto se demuestra que el
argumento contrario no llega a invalidar su postura:
Pero todo intento de eliminación de barreras e integración social de las personas con
algún tipo de discapacidad debe ser recibido como un paso más en la difícil lucha por
conseguir una vida mejor y de mayor calidad.
17