Albañil
Albañil
Albañil
[KookV]
By @Young_foreverV
Mis conocidos dicen que soy bastante expresivo y que eso puede ser
peligroso, que puede malinterpretarse. Y sufro por ese aspecto en especial.
Las personas piensan, generalmente, que soy muy manejable y que sonrío
a todos de una manera que puede tomarse como coqueteo. Hasta ahora no
comprendo por qué ser amable puede ser perjudicial.161
No tengo remedio.51
-Entonces no gimas como una perra en celo -le propone Jungkook, sin
importarle su tono ni sus duras palabras. Él es así, grosero y ruin.
-Abre las piernas y cierra esa asquerosa boca -le dice al oído, de lado de mi
rostro. No sé si lo hace a propósito o qué, pero me pone furioso.29
[...]
Entonces así fue. Esperé a que terminaran de follar para dormir, aunque no
tanto porque a las ocho de la mañana tengo que estar alzado y con ánimos
para trabajar.
-Hoy trabajarás medio turno, te quiero aquí para la cena -lo oigo decir -.
¿Me escuchaste?17
Su despectiva voz hace que me desanime. Y justo ahora siento que debo
hablar, mandar una señal de que me excita y...
Desnudo de la cadera hacia abajo, me hinco entre sus piernas, agarro con
decisión su miembro endurecido y lo lamo para de una estocada
metérmelo a la boca. Sé que a Jungkook le encantan las mamadas, y no
soy un experto, pero puedo intentarlo.134
Con el falo en toda la boca, hundo la nariz en los rizados vellos púbicos que
acobijan la carne, acaricio los testículos con la mano libre y al dejar
empapado todo el pene, lo saco de mi boca, haciendo un sonido húmedo,
de degustación.330
Abro los ojos y al conectarlos con los contrarios, me asombro al ver que
Jungkook no intenta nada. Me aterra el hecho de que me evalúe para ver si
sé montar un buen pene. Sé que espera por eso.174
Me impulso hacia arriba, logrando que su pene saliera casi por completo de
mi entrada, para después descender con lentitud. Es mucha la presión que
hago en el abdomen y las piernas, por tal motivo me sostengo de los
hombros de Jungkook y me meso de atrás hacia adelante, arqueando la
espalda.
Jungkook gruñe, todavía sin ponerme una mano encima, pero penetra
desde su sitio con fuerza, clavando su glande hasta el fondo. Gimo
ahogado, me inclino un poco más hacia su rostro y continúo moviéndome
de atrás hacia adelante, cada vez más rápido y profundo, deleitándome
con el calor y el grosor de aquello que se introduce en mí.50
Cierro los ojos, sabiendo que Jungkook sigue viéndome, y eso me motiva
para aumentar la velocidad, esta vez haciendo un movimiento circular y
comenzando a saltar sobre su pubis, con fuerza.
Toca mi próstata con pasión una vez más y pierdo el equilibrio. Jungkook
todavía tiene energía, pero yo estoy exhausto y convulsionándome del
placer. Mi cadera se mueve de inmediato, cuando el orgasmo atenaza mi
sexo. Gimo fuertemente y me estremezco, apretando con todas mis fuerzas
el pene de Jungkook. Oigo un gemido de su parte y sonrío en mis
adentros.114
Llego a la casa, me saco la ropa sucia y me doy una ducha rápida. No puedo
cocinar estando lleno de polvo. Pongo la ropa sucia en el cesto y la meto a
la lavadora. He pensado mucho en qué hacer de cenar y en la despensa hay
lo necesario para hacer pastel de carne.57
Y no se equivoca. A todos los hombres nos encanta comer, que alguien nos
haga, incluso a mí, por eso aprovecho cuando Jungkook cocina para
ambos una vez cada cuatro meses más o menos. El apetito de Jungkook es
inmenso, en todos los sentidos, así que sus porciones son elevadas. Pero
no es ningún problema, se siente bien consentir a los demás.42
En todo caso no pago renta en su casa y es lo mínimo que puedo hacer
como paga.2
[...]
Suspiro, me acabo el último bocado del pastel de carne que me serví por
individual y apago la televisión. Necesito una ducha y descansar. El día ha
sido realmente agotador.
Me dirijo a la cocina, bebo un vaso con agua y me tallo los ojos. Tengo
mucho sueño. Me voy esta vez a la habitación y me meto entre las
sábanas.1
Esta noche Jungkook no llegó a casa, son más de la media noche e incluso
ya guardé la cena. Nunca me ha dejado con la cena servida mucho menos
después de haberme dado la orden de trabajar medio turno para alcanzar a
hacerle una cena deliciosa.65
Me doy una idea de dónde pueda estar y también de por qué no ha llegado.
Una, o se quedó follando divertidamente en la casa de alguna de sus
mujerzuelas preferidas; o dos, le ha tocado la virilidad lo que tuvimos por la
mañana y fue a follar para reafirmarse. Porque sinceramente, no creo que
huya de mí como para no llegar a cenar.
[...]
Camino hacia la cocina, pasando por los pasillos y la sala. No hay rastros de
Jungkook, al parecer no llegó a dormir. Me muerdo el labio y al escuchar
que las tripas me vuelven a gruñir, sacudo la cabeza de un lado a otro y
abro la nevera.
—Prepara el desayuno.154
La voz de Jungkook resuena, posteriormente se va de la cocina. Bien, ha
llegado. Saco la leche, fruta y de la alacena la caja de cereal. Cojo dos
tazones, dos cucharas, vierto cereal en cada uno, parto cuadros pequeños
de fresas en un plato pequeño y llevo el cartón de leche al centro de la
mesa.18
Es extraño.
Hoy han venido todos nuestros amigos, colegas del trabajo. Uno de sus
trabajadores, Jimin, cumple años y estamos bebiendo cerveza y mientras
hablan de mujeres y porno, me dedico a hacer la cena.102
-Alguien que cocine bien y que sea así de servicial... ¿no será tu puta
preferida? -NamJoon le comenta a Jungkook. No estoy seguro de si lo hace
a propósito, porque es obvio que puedo escucharlo a la perfección y no
solo yo, sino todos los demás.151
Lo que odio de mis colegas es que son muy buenos bebedores de cerveza y
siempre recuerdan lo que dicen y hacen. Esa es mi maldición.1
-No tiene nada que pueda verle -comenta Jungkook, con voz seca,
déspota.162
Sonrío con ironía. Todo lo que sale de su grosera boca me lo espero por
alguna razón. Es tan obvio suponer que responderá de esa manera o tal vez
de otras mucho más hirientes. Y sé que estoy mal de alguna forma, estoy
consciente, pero es el inicio y eso no significa que voy a soportar todo lo
que diga.22
Levanto las manos hasta lograr estirarme por completo. Un suspiro me sale
de entre los labios. Aparezco en la sala donde todos se encuentran, los veo
bebiendo y riéndose, hablando de aspectos que no comprendo.
-¿Quién te hizo esto? -acaricio su ceja, tocando la sangre seca. Volteo hacia
todos lados para hallar a un culpable.
Con todo en mano, me dirijo hacia él y escucho los gruñidos de todos los
demás.
-No creo que a Jungkook le patee las pelotas. Elisa se las chuparía, princesa
-añade graciosamente Daehyun.119
Los ignoro y le limpio la herida para luego pegarle una curita. Al parecer
todos los demás platican a mis espaldas, esperan la comida porque son
muy perezosos como para servirse solos...57
-¿Te cala mi hueso? -me interroga al oído. La verdad era que no. Él tiene las
piernas fibrosas y sus huesos no tallan mucho cuando permanezco sentado
por mucho tiempo.19
Me encojo de hombros.
Entre risas escandalosas y más cerveza, me paro para sacar el pastel que le
he preparado a Jimin esta mañana. Es su favorito, de chocolate.2
Prendo una vela grande y al cantarle las mañanitas, todos, de una forma
obscena, él apaga la vela y comienza a partir la torta. Es así como todo
termina. Todos se levantan inmediatamente y no puedo despedirlos a
todos, mi celular comienza a sonar. Es SeokJin.23
—¿A la puta?
Son las cuatro de la tarde y por suerte no hace mucho calor. El día de hoy la
meta es dejar terminadas tres columnas para dejar reforzado el primer
piso. Desde ayer comenzamos a hacer los pozos para adecuarlas y las
llenaremos en unos minutos más.9
-¿Necesitas una toalla más grande? -una voz resuena a mis espaldas. No la
reconozco, así que volteo de golpe, con un ojo cerrado por el agua y el otro
apenas entreabierto.
-Sí, ¿necesitas una toalla más grande -Quiero negar con la cabeza, pero una
toalla más grande y seguramente limpia, me vendría bien, por lo que
asiento.21
-¿Es en serio?27
-Sí, en serio.
-No te creo
-Aquí en la casa nadie cocina, y yo soy una completa mierda en eso. Por eso
no te creo.
Nuestra plática parece decaer, así que antes de que todos terminen de
comer, me despido de Hoseok y camino hacia los otros. Busco mi lonchera
en la mochila del grupo y asiento cuando Hoseok se despide con la mano,
alejándose del lugar de trabajo.
El silencio parece eterno, más aun cuando Jungkook llega hasta nosotros y
se sienta, comenzando a mencionar los pequeños imperfectos y a
recordarnos la meta del día. Su voz suena mucho más áspera, parece que
algo anda mal con él. Sin embargo, dejo de pensar en eso y sigo
comiendo.38
Me gusta escuchar las tonterías que dicen cuando Jungkook llega. Es como
si Jungkook los motivara a charlar aunque no diga mucho y yo me
entretengo con todo lo que sucede, por ello no replico nada.1
-¿Te quedaron? -Daehyun se fija en la vasija cuadrada que hay sobre mis
piernas. Me han quedado tres tacos que ya no me caben por más que
quiera comérmelos.36
Es así como se come mi último taco. Es así como pasamos los días de
trabajo...
Capítulo 5
No hay mucha ropa limpia. Sacudo la cabeza, calmando mi frustración.
Agarro el cesto de la ropa sucia y voy directo al patio, donde se encuentra la
lavadora. Separo las prendas blancas de las de color y comienzo el lavado.
Junto horquillas e inmediatamente voy al refrigerador.5
Hace falta comida también. Es domingo y no hay trabajo, por lo que hoy
Jungkook y yo descansamos. Pero eso no significa que no desayunemos
nada, así que saco mantequilla, mermelada y busco la barra de pan de la
alacena. Prendo el comal y a flama baja tuesto los panes. Bien, pan con
mantequilla y mermelada acompañado de café.73
-Desde mañana vas a trabajar únicamente por las mañanas. No vas a cargar
tierra ni a mezclar arena -espeta, sereno, sin verme a los ojos.134
Todas las mañanas me da reglas que debo cumplir, ya que de eso depende
mi paga, pero siento que las últimas semanas estoy trabajando muy poco y
eso no me agrada.
-¿Por qué solo por las mañanas? Por las tardes hay más trabajo y
acabaríamos mucho más rápido -dije sin estar de acuerdo con sus órdenes.
Me muerdo el labio.2
-No es tu asunto.
-¡¿Desde cuándo?!
-Me duele, así que por favor deja de tocarme con tanta agresividad -espeto
seriamente, tragando saliva. Jungkook me suelta, pero no se aleja. Ladeo el
rostro -. Salvaje... -susurro, empujándolo para que se aparte. Golpeo uno de
sus anchos hombros con el pecho y retrocedo ante el impacto.
-Sí -acepto, sonriendo con ironía y goce. Llevo una mano a sus pantalones y
tiento acariciarlo por sobre la ropa. Jungkook respira ruidosamente, está
excitado, por lo que rozo los nudillos contra el cierre de su pantalón -, me
encanta así: salvaje. -Al percibir que impulsa sus caderas abro la boca y
respiro el aroma de su cuello, que está a menos de dos centímetros de mi
boca. Su manzana de adán se mueve de arriba abajo y las venas de su
cuello se sobresaltan -. Pero también puede gustarme suave, muy muy
suave...-murmuro, apretando la ya evidente forma de su pene erecto
dentro de su ropa.147
Gruñe, a la espera de que haga todo el trabajo, como antes. Sin embargo,
no será así. Deposito un casto beso en su mejilla y logro salir con calma
antes de que me sujete de nuevo. Para mi sorpresa, no me retiene.77
-¿Me vas a acompañar? -inquiero al ver que trae las llaves y está a punto de
cerrar la puerta.10
Hago puños las manos que tengo aún dentro de la vasija, la carne entre mis
dedos se ha puesto caliente y un desespero inmenso me recorre el cuerpo.
Quiero tocar a Jungkook, ir más rápido, hacerlo delirar, pero al mismo
tiempo mi cuerpo no resiste sus implacables besos y su pene moviéndose
en mis entrañas.31
Contraigo con todas mis fuerzas la entrada, y Jungkook gime cansado justo
en mi oído. Su boca tiembla mientras siento su semen entrar por completo
en mi interior. Las sienes me punzan; ese ha sido el orgasmo más fuerte
que he tenido en toda mi vida, y junto a Jungkook.10
[...]
Son más de las ocho de la noche y sé que debo estar en casa, pero la señora
me ha ofrecido de cenar y no me he negado. Se ve tan adorable, me hace
recordar a mi madre de alguna forma.1
—Mi esposo era amante del color café —me cuenta—, por eso el piso es de
ese color. A él le hubiera gustado ver la casa remodelada, pero se fue antes
de tiempo.105
—¿En serio?
Frustrado, miro el reloj y al notar que son casi las 10, me levanto de un
brinco. Es súper tarde. Rápido, me despido de la señora y salgo corriendo
directo a la casa. De todos modos no queda muy lejos, así que no me
preocupa demasiado.
Soy el único que piensa que Jungkook va a cambiar, pero alguien como él
nunca lo hará, menos por mí. El estómago me duele, tengo náuseas y
quiero dormir. Necesito eso en verdad. Ha sido un día cansado.
Capítulo 8
—¿Reina, no vas a venir a ver el fútbol? —NamJoon me pregunta,
haciéndome un espacio en el sillón.20
—Desde que habla con Hoseok, nuestra princesita conoce más sobre fútbol
—Daehyun canturrea.144
—Sí.
—¡Si piensas que eres necesario en esta casa, estás muy equivocado! ¡Todo
lo que haces hasta el momento lo puede hacer cualquier otra persona. No
te necesito y si estás es porque quieres y porque te gusta!107
Siento las miradas de todos los presentes, por lo cual miro hacia la pared.
Escucho a Jimin hablarme, pero no quiero seguir ahí. Sin mirar a nadie,
camino hacia la puerta de salida y me salgo. Cierro la puerta de un fuerte
azote y camino sin rumbo fijo por las calles.48
No quiero regresar.
Capítulo 9
La diferencia es que pienso en él y me cuesta. Es un poco difícil afrontar un
duelo, el final de una "relación" que realmente nunca existió.
Anteriormente hice duelo con el primer desgraciado con el que me crucé.
Así que ya estoy más que acostumbrado. Este tipo de superación requiere
de lágrimas, pláticas extensas y de mantener todo el tiempo ocupado.6
Esbozo una sonrisa y ella ensancha más la suya. Tengo una idea.
—No sé por cuánto tiempo esté aquí, pero...por favor, déjeme avanzar en el
trabajo de remodelación. Es la única manera que tengo de pagarle la
hospitalidad.15
Ella salta de su silla y asiente. Se ve contenta. Sí. Ese trato nos beneficiará a
los dos. Bebo un poco de chocolate y escucho atentamente lo que me
platica.1
[...]
—¿Una semana? ¿Una maldita semana? ¿Siete días? —SeokJin estalla por
la otra línea. Asiento, sabiendo que él no está para verme.1
—Sí.
—Todos pensamos que ya habías vuelto con Jungkook. Él no ha
mencionado nada y no parece angustiado ni nada. De hecho él está muy
cerca ahora.
Maldito. Es un maldito.
—Tus porquerías me estorban, así que a ver cuándo vas a la casa para sacar
todo —añade.187
Un gemido de sorpresa me sale de la boca. Debí haberlo esperado. La he
cagado. Bien, Taehyung. La has cagado y mucho. Apestas. Joder.
—Ella ha estado preparándome las comidas del día —dice con un tono de
voz muy propio.419
Miro hacia otra dirección que no sea su rostro y pienso en qué responderle.
De repente los nervios me han borrado todo el discurso que tenía para
gritarle por si acaso.3
—Sí —respondo en alto—. Para culos que quieras utilizar algunas veces
mejor búscate a una puta de cabecera, una puta que esté de acuerdo con
que folles con ella y con otras personas.
—El problema es que a mí no me gusta estar con una persona que folla con
otros y conmigo al mismo tiempo —digo sincero, ya más tranquilo. Suspiro,
calmándome un poco más —. No me gusta compartir lo que es mío. Por eso
—muevo las manos, para explicarme—, por eso nosotros nunca vamos a
encajar.2
—¿Y crees que lo vales? —Su cuestión me confunde—. ¿Crees que vale la
pena que yo deje todos esos cuerpos por el tuyo?148
—No.
—Mientes.46
Jalo la maleta y le paso por un lado, sin embargo, Jungkook cierra la puerta
antes de que salga, impidiéndome la huida.
—¿Y con qué objetivo? —insisto, esperando que no siga hablando como un
bruto.
Frunzo el entrecejo.
—Oh sí, y yo te obligué, te amenacé con una pistola para que lo hiciéramos.
¿O qué? Parece que te agradó bastante.53
Suspiro. Camino más rápido para llegar a casa de Doña Cata y es entonces
que percibo que una mano fuerte me retiene, tomándome por sorpresa.
Suelto un gemido de dolor y me alejo automáticamente para poner
distancia entre dicha persona y yo.13
-¿Quién es? -Pregunta, su aliento a alcohol choca contra toda mi cara, sin
embargo, su voz suena firme, un poco más molesta que normalmente, pero
pese a su estado, fluye bien.122
En ese momento que Jungkook vuelve a acercarse para jalarme con él,
NamJoon aparece, deteniéndolo. Veo cómo lo deja tras su cuerpo,
evitándome el contacto con Jungkook, y camina hacia mí con decisión.
Jungkook.40
Jungkook ebrio.57
Sonrío de lado, a pesar de todo fue bonito volverlo a ver. Fue demasiado
lindo saber que Jungkook ha estado tratando de cambiar su
comportamiento impulsivo aunque todavía no haya buenos resultados.
Capítulo 13
El día de hoy he terminado la remodelación de la casa de Doña Cata. Todo
ha salido bien y los días sin descanso han concluido, lo que significa que
me voy a ver con SeokJin y Jimin para beber un poco. Doña Cata se ha
puesto feliz porque todo está hecho y quiere que me divierta, así que le he
tomado la palabra.4
Han pasado cinco días desde que Jungkook fue a buscarme en estado de
ebriedad. No he sabido nada de él y lo pienso ahora porque ya no tengo
nada qué hacer. De ahora en adelante seguramente voy a pensar en lo que
estará haciendo...1
Él mantiene su mirada fija en mí, en toda mi cara. Era tan penetrante que
no puedo evitar que los colores se me suban al rostro. Me sonrojo, lo sé,
pero trato de restarle importancia.4
El mesero trae otro tarro de cerveza para todos y sigo bebiendo. Me siento
incómodo. Jungkook en momentos me ve fijamente y en otros me ignora.
Parece estar jugando conmigo. Incluso durante toda la plática salió a la luz
una chica que probablemente sería su nueva "aventura".24
¿Ya no recuerda aquella vez que fue a buscarme? Incluso estando ebrio
nada se le olvida...
Sin apartar sus ojos de los míos, levanta su cerveza y la bebe por completo,
sin respirar si quiera. Aparto la mirada de la suya y me dedico a ver y
escuchar a los otros.
[...]
Puedo jurarlo: Jungkook está furioso. Y no sé por qué ni con quién. Quiero
irme ya. La situación está asustándome demasiado.26
—Jungkook, mesa tres, cóbrate —le espeta Jungkook al joven que atiende,
sin apartar su mirada de la mía.7
—¿Así que te has estado acostando con Hoseok? —Habla luego de unos
minutos de estar en silencio —. ¿Desde cuándo te volviste tan
cualquiera?.479
—¿Por qué te pones tan celoso si nosotros no somos nada? —reprocho esta
vez, cara a cara —. Tengo todo el derecho de acostarme con quien quiera.
Incluso tú lo estás haciendo, ¿entonces qué te molesta?
—No me he acostado con nadie desde la primera vez que te fuiste —se
defiende, feroz.213
—Por favor. —Me busca con la mirada, reflejando su lucha interna. Sus ojos
parecen advertirme que su orgullo está en el suelo y que odia sentirse así.
Jungkook nunca ha accedido con nadie. Supongo que le cuesta mucho
trabajo salir de su zona de confort —. Sólo...déjame relajarme.168
En ese instante, cierra los ojos y respira profundo. Al verlo, los ojos se me
llenan de lágrimas. Jungkook parece contar mentalmente. Él realmente
está contando... está... buscando relajarse.
Capítulo 14
Luego de varios segundos, él abre los ojos y me mira. Me he quedado
mudo.15
Jungkook sigue tenso, tal vez nervioso, pero al paso de los segundos siento
que se tranquiliza y me aprieta más la mano, cuidando de no lastimarme,
pero firmemente. No quiere soltarme...y se siente bien.
—Sé sincero —dice sin rodeos. Nos detenemos frente a la casa de Doña
Cata y me mira, todavía sin soltarme de la mano —. ¿Has tenido algo que
ver con él?103
—Lo que sucede es que tengo una cuenta pendiente con Doña Cata —Miro
de re ojo la casa de ella. Jungkook asiente, sin estar totalmente de acuerdo.
Veo que las venas de sus brazos se hinchan y sé que está molesto. Quizá
molesto consigo mismo por haberme dicho algo tan difícil para él y que yo
no le respondiera como esperaba. Me acerco totalmente hacia él y sonrío
de lado, suavemente —. Soy su albañil, me ha recibido en su casa, ha sido
una buena persona.
—¡¿No le cobraste?!.11
—¡Cálmate! —le ordeno esta vez yo, retrocediendo —. ¡Tú no sabes nada,
ella fue la única que me consoló luego de haberte visto follando con una
mujerzuela en el sillón de tu sala. Así que no te permito que le hables así!28
Niego muchas veces con la cabeza, creyendo que estoy alucinando. ¿Cómo
puedo escuchar los gritos de Jungkook luego de 30 minutos que discutí con
él afuera?77
Me tapo los oídos, pero escucho que alguien toca la puerta del baño,
seguramente Doña Cata. Me pongo la playera y el suéter, entonces salgo
del baño.
Niego con la cabeza una y otra vez, pero al mirar por la ventana que el
vecino ha salido y se ha puesto frente a frente con Jungkook, me
estremezco, más al escuchar que se gritan y que Jungkook le ha metido un
puñetazo en la cara hasta tumbarlo. El corazón se me acelera. ¡Es un
imbécil!136
Veo que dos hombres muy robustos han salido a ayudar al vecino recién
golpeado y se lanzan contra Jungkook.
Corro todo lo que puedo, salgo de la casa y avanzo hacia aquellos tres.
Jungkook tiene sangre en la nariz y el rostro golpeado. Lo veo toser y cómo
uno de los vecinos le da un golpe en las costillas. Doña Cata se dirige hacia
los vecinos y en eso, Jungkook agrede al que recién lo golpeó,
reventándole la nariz. Veo sangre en sus nudillos, sangre en su boca, nariz y
cuello. ¡Es un monstruo!39
Llego hasta Jungkook y lo jalo cuando Doña Cata se pone frente a los
grandotes y les pide que se tranquilicen. Los vecinos escuchan con
atención a Doña Cata y yo llevo a Jungkook a su camioneta. Él me agarra de
la mano, dominante y me lleva al asiento del copiloto.4
Sigue enojado.31
Es como un monstruo que solo yo puedo calmar. Se siente tan bien ver eso.
Me le paro al frente, lo miro a los ojos. Él tiene las manos empuñadas, pero
me vale un comino y lo agarro de la mano, como los niños chiquitos y lo
llevo al sofá más próximo. Lo siento y él gruñe, pero agarro su rostro, estiro
sus mejillas, pese al dolor que siente y luego lo acaricio con los dedos.102
—No —dice, apretando los labios. Para borrar esa línea recta que ha
formado, paso el dedo sobre sus resecos labios. Él abre la boca y suelta su
aliento caliente en la yema de mi dedo.
Su lengua acaricia astutamente la mía y sus labios presionan los míos con
dominancia. Hacía bastante tiempo que no lo besaba y no quiero
despegarme, por lo que abro más la boca y lo beso lentamente,
mordiéndole los labios.
—¿De nuevo te vas a enojar? Mierda, esto es tan difícil, en serio que...
—Estoy bien.
Creo que vamos a comenzar a discutir de nuevo. Entorno los ojos y trato de
bajarme de sus piernas, no obstante, me lo impide y me examina, sin
parpadear.
En algo coincidimos.
—No es eso. Lo que sucede es que te ves mal y eres un cabezota que
siempre dice que no duele, pero que en fondo muere de dolor —digo
aquello casi en doble sentido, por lo que Jungkook me ve, serio, frunciendo
el entrecejo.13
—Es mejor que bebas agua. —Le ofrezco una vez más el botellín y él lo
toma. Bebe sin apartar su mirada de la mía, y cuando estoy a punto de ir a
buscar un vendaje más grande, me detiene.6
Ruedo los ojos. Francamente, se me han ido las ganas con sus
vulgaridades. Se supone que estamos en un momento romántico, pero él
todo lo hace mierda. Respiro hondo, le miro fijamente y me muerdo el
labio. Ya no quiero discutir más. No puedo permitir que retrocedamos
cuando ya hemos avanzado muchos pasos.
Cierro los ojos, apretando fuertemente los párpados, dándome cuenta que
no puedo controlar los gemidos que me salen de la boca. Jungkook,
entretanto, prosigue humedeciéndome los dedos del pie mientras lo
masturbo con el pie contrario.132
Lo necesito tanto.1
Nos vemos a los ojos, penetra con salvajismo y se inclina para besarme. Le
correspondo con vehemencia. Lamo su labio inferior y embiste un poco
más profundo, aumentando imposiblemente la celeridad. Me siento
mareado, el sudor me escurre y el estómago me hormiguea.5
Me duele horrores la cadera, pero por suerte puedo caminar bien. Sirvo dos
vasos de agua fresca y bebo despacio, sintiendo amarga la boca. Necesito
cepillarme los dientes, pero antes debo agarrar al menos una manzana.7
Busco entre los cajones del refrigerador y al hallar una, la lavo y comienzo a
comerla, asomándome por la ventanilla que dirige al patio trasero. Suspiro,
bebo más agua y casi a punto de darme la media vuelta, el cuerpo se me
tensa ante el rudo abrazo de un cuerpo tibio.2
[...]
Por suerte ya tengo la comida lista y, sabiendo que ellos llegarían de visita,
hice bastantes porciones para que alcanzaran.
-A joder a otra parte -sigue rugiendo Jungkook antes de que les sirviera a
los chicos-. Te lo advertí, NamJoon.
Jungkook se queda viendo, está muy molesto, pero sonrío y los invito a
sentarse. Cuando Daehyun se sienta, Jungkook le tira un zape en la
cabeza.62
[...]
He hablado con Doña Cata desde temprano y ella está bien. Por otra parte,
Jungkook y yo no hemos hablado sobre nuestros conflictos anteriores y no
creo muy necesario tocarlos ahora. Vamos demasiado bien y no hemos
discutido. Estoy comenzando a pensar que si le doy sexo es más
flexible...Es bueno y malo a la vez.76
-¿Hola?
-Taehyung, soy Hoseok -lo escucho y asiento -. Hey, ¿cómo estás? Tengo un
partido mañana por la noche. Te llamaba para invitarte.80
Gran problema.
-Claro que sí voy, te llamo más tarde para que me des la dirección -
Entonces le cuelgo a Hoseok.
—¿En qué piensas? —Me pregunta, situándose a un lado mientras friego los
platos. Él se hace un espacio y me ayuda a lavarlos.
—Pienso en...qué debo hacer para que vayas conmigo al partido de Hoseok
mañana por la noche.
Entonces pasan dos minutos en completo silencio y veo que Jungkook está
tenso. Algo trama hacer, quizá discutir como siempre...ya estoy temiendo a
una nueva pelea. Estoy imaginándome de todo. Joder, odio esa cara de
Jungkook...5
—Comencé a sentir algo por ti desde antes de hacerlo por primera vez —
murmura.300
—Yo también, por algún segundo pensé que estaba bromeando, pero no —
confieso—, mi objetivo era tenerte para mí, así que...8
Oh...29
—Entonces lo hicimos —le recuerdo. Jungkook alza una ceja y asiente con
lentitud.
—Claro...te embrujé, pero con mis encantos. —Le guiño un ojo y no dice
nada. No me riñe, no nada, simplemente me observa. Sé que no ha
apartado su mirada de mí, y me está poniendo nervioso.19
—No es...
—¿Estás enojado?.3
—Es mi amigo.
—Yo también decía eso, créeme, reinita. Ese bastardo puede hacerte creer
lo que quiera, pero la verdad es otra. Pregúntale a NamJoon y a Daehyun,
ellos también escucharon decir que te quería tener en la cama.14
—Jungkook...
—Si quieres ir a su partido de mierda, ve. Haz lo que quieras, sólo no dejes
que se te acerque mucho —dicho eso, sale del cuarto de baño.2
[...]
Hoy es el partido y aunque la plática con Jungkook no estuvo muy bien que
digamos, al final de cuentas dormimos juntos, desayunamos y él se vistió
para acompañarme al partido. Pese a que me dio a entender que iría solo
con Hoseok, ahora veo que lo ha pensado mejor.20
—¿Qué piensas que haces besándome así cada vez que Hoseok nos voltea a
ver?
—¿Para eso viniste aquí? ¿Para joderlo? —Alzo una ceja, pero quiero
reírme.9
—Claro. Para pasar un buen rato contigo y para joderlo. De alguna manera
tengo que hacerle saber que eres mío y que no tendrá ni el camino para
cortejarte.39
Esto está mal. No debería reírme, pero Jungkook me está besando el cuello
y me da cosquillas. Quiero que Jungkook deje de jugar como un niño
territorial, pero al mismo tiempo no deseo que deje de hacerme mimos.80
En medio del partido hemos hablado de asuntos extraños solo para tener
una conversación. Jungkook ha prometido enseñarme bien sus tatuajes y
decirme sus significados. Y con eso me ha muerto de la emoción.15
Creo que después de todo ha sido buena idea salir juntos. Tenemos la
confianza para hacerlo y no quiero que se pierda.
Comimos algo rápido que vendían los del lugar y jugamos con nuestras
manos. Jungkook sabe que me sudan mucho las manos porque las suyas
son muy calientes y discutimos ridículamente sobre eso, terminamos
entrelazando nuestros dedos y platicamos de nuestras familias, algunos
secretos, y coqueteamos un poco.31
Veo discretamente a todas las personas que nos rodean y al notar que me
miran, interrogantes, trato de desaparecer. No es bonito recibir nalgadas
en vía pública.134
—Es que no tengo frío, estoy caliente. —Le doy un codazo y avanzo más
rápido para salir de ahí.59
—Ve con cuidado —murmura en uno de mis oídos, tan cálido que descanso
la cabeza cerca de la suya. Su boca me roza una mejilla y siento calor en el
vientre.
—No es cierto.
—Sí es cierto.
—¡Jungkook!
Lleva nuestras manos unidas a sus labios y deja que su aliento caliente
choque contra la frialdad que me recorre.3
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