Albañil

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Albañil

[KookV]
By @Young_foreverV

- ¿Sucia boca? -sollozo, incrédulo- ¡Entonces deja de besarla!

Con el permiso de la autora original: Monnyca16, para adaptar está historia.


Capítulo 1
-¿Húmeda tan temprano? -Su voz suena como un susurro, pero puedo
escucharlo a pesar de eso. Él cree que duermo, pero cómo hacerlo cuando
son las cinco de la mañana luego de una noche de cervezas heladas y
mujerzuelas en la casa.2

¿Quién puede dormir cuando a un lado otro sujeto folla duro?


249

Ahora vivo en la casa de mi jefe. Jeon Jungkook comanda más de dos


docenas de albañiles para trabajos en hogares de gente de alto nivel social.
Y yo prácticamente sigo órdenes y regreso a su casa para dormir.1

No tengo una casa que me pertenezca y Jungkook me dió asilo en la suya


para ganar el dinero suficiente. Lo conocí en un bar el año pasado. Aquella
vez estaba seguro de que moriría golpeado por dos sujetos musculosos que
pensaron que me les estaba insinuando.

Mis conocidos dicen que soy bastante expresivo y que eso puede ser
peligroso, que puede malinterpretarse. Y sufro por ese aspecto en especial.
Las personas piensan, generalmente, que soy muy manejable y que sonrío
a todos de una manera que puede tomarse como coqueteo. Hasta ahora no
comprendo por qué ser amable puede ser perjudicial.161

Jungkook es reservado y autoritario, demasiado. Es extremadamente


limpio y no suele compartir sus pertenencias ni siquiera a sus amantes.
Suele acostarse con mujeres bastante experimentadas que sepan
montarlo, eso sacado de sus palabras, literal. Y sí, no se fija en hombres
porque lo excitan demasiado los cuerpos curvilíneos.241

Yo soy todo lo opuesto a lo que a él le pone duro. Tengo apenas músculos


en los brazos pero tengo piernas acolchaditas. Y bueno sí, no tengo
absolutamente nada de curvilíneo, soy muy angosto y mi piel
probablemente ya esté áspera por el desgastante trabajo. El sol me ha
bronceado de más y mi nariz se ha descarapelado.21

No tengo remedio.51

-Jungkook, el mocoso está aquí -menciona la mujer.

Trato de no moverme, moriría de vergüenza si me llegan a encontrar


despierto. Jungkook chasquea la lengua, gruñe y la recuesta a un lado de
mí. Sí. De nuevo va a follar sin importarle que esté presente. He perdido la
cuenta de las veces que folla teniéndome a menos de dos metros.309

La garganta me arde. Estoy molesto. No debería estarlo. Él jamás me ha


dado alas para fantasear con él, pero lo he hecho. SeokJin cree que
Jungkook me gusta porque soy demasiado joven y estúpido, soñador, y
que a Jungkook lo admiro demasiado por todo lo que ha logrado hasta
ahora. Y en parte así es, pero él es agresivo y mandón, humilla todo lo que
se mueva y nunca se hace responsable de los sentimientos de los demás.68

En la secundaria también me enamoré de un sujeto malo, Yoongi, incluso


llegué a vender droga porque me lo pidió como un favor y a cambio yo le
pedí sexo. Lo único que puedo conseguir de ese tipo de hombres es sexo,
eso y nada más.162

Y tengo la mala suerte de no llamar su atención ni con eso. Yoongi me dijo


que soy una mierda teniendo sexo y de cierta manera eso me ha causado
un conflicto enorme.101

-Entonces no gimas como una perra en celo -le propone Jungkook, sin
importarle su tono ni sus duras palabras. Él es así, grosero y ruin.

Por lo general me fijo en hombres con carácter fuerte y musculosos. Ese


tipo de hombres me parecen atractivos, pero a veces no es tan sensual
como parece. Muchos de esos hombres no tienen respeto por los otros y
son egoístas, como Jungkook.86
Ese es mi problema.

-Abre las piernas y cierra esa asquerosa boca -le dice al oído, de lado de mi
rostro. No sé si lo hace a propósito o qué, pero me pone furioso.29

[...]

Entonces así fue. Esperé a que terminaran de follar para dormir, aunque no
tanto porque a las ocho de la mañana tengo que estar alzado y con ánimos
para trabajar.

He comprado la despensa esta semana y no tengo idea de qué desayunar.


Cereal con leche y fresas es una opción, pero no sé qué le gusta a
Jungkook. Nunca me lo confiesa cuando le pregunto.15

Jungkook en estos momentos habla por teléfono, de negocios por


supuesto. Es muy trabajador, de eso no hay queja, pero a veces no quiere
mandar a sus hombres a algunas partes porque no le agrada el nombre de
las colonias.13

Me mira de reojo, dándose cuenta de que lo estoy viendo. Me quedo


paralizado, pero logro sonreírle y darle la espalda para continuar pensando
sobre el desayuno. Odio cuando chocamos miradas porque no despisto
nada.

Saco jugo de naranja de la nevera, el pollo que dejé desmenuzado el día de


ayer, tortillas, una salsa verde que hice días pasados, cebolla y huevos.
Haré chilaquiles en salsa verde con pollo y huevos estrellados. Eso siempre
funciona al día siguiente de haber tomado en exceso. Jungkook jamás
pone peros cuando hago eso por las mañanas.284

-Hoy trabajarás medio turno, te quiero aquí para la cena -lo oigo decir -.
¿Me escuchaste?17

Volteo hacia atrás y asiento, relamiéndome los labios.

-¿Tienes ganas de algo en especial?


-Coger -responde sincero, soltando un resoplido.79

-Hablo de la cena -replico, sacando una sonrisa.

Jungkook siempre pone en primer plano el sexo, por eso ya ni siquiera me


asombro cuando cambia de tema tan radicalmente.3

-Me siento insatisfecho -concluye, dubitativo.

-¿No hubo suficiente sexo en la madrugada?

Alza una ceja y tensa los brazos.

-Su vagina estaba demasiado dilatada. No me apretó como debería -


explica, sirviéndose un vaso de jugo de naranja.241

No sé qué decir a eso. Jungkook es tan explícito que me deja estupefacto.


Supongo que la experiencia que tiene follando le da la libertad de
categorizar vaginas e incluso fluidos.

-¿Has intentado el sexo anal? -pregunto, en parte curioso y en parte con un


pensamiento estúpido en la cabeza.

-No estoy interesado.

Su despectiva voz hace que me desanime. Y justo ahora siento que debo
hablar, mandar una señal de que me excita y...

-¿Por qué? ¿Vas a poner tu culo acaso? -añade irónico, burlesco.38

Un calorcito brota de mi entrepierna y sube hasta mi pecho.70

-¿Por qué no?9

Su mirada busca la mía y al conectarnos, veo a la perfección la hiriente


carcajada que saca. Me cohíbo de repente, pero no puedo dejar que me vea
como un aburrido. Quiero meterme en sus pantalones y permitirle que me
folle. Es ahora o nunca. Estoy cachondo y soy capaz de todo en este
momento.261
-Hazlo. -Me reta, desabrochándose los pantalones inmediatamente. Se los
baja, sujeta su gorda erección con la mano derecha y se masturba de
camino al sillón de la sala. Su espalda se tensa y sus músculos sobresalen al
igual que sus venas.75

Es muy pronto tal vez, pero parece que no tengo control de mi


racionalidad. No puedo evitarlo y parece que Jungkook tampoco puede
hacerlo.38

Camino decidido hacia la sala, me desabrocho de igual manera los


pantalones y los piso para quitármelos de una patada. Sé que es
demasiado, pero Jungkook me ha retado y no soy un hipócrita como para
rechazar lo que me está dando permiso de hacer.174

Desnudo de la cadera hacia abajo, me hinco entre sus piernas, agarro con
decisión su miembro endurecido y lo lamo para de una estocada
metérmelo a la boca. Sé que a Jungkook le encantan las mamadas, y no
soy un experto, pero puedo intentarlo.134

Muevo la lengua en todo su glande. Es rosado y caliente, sabe a sudor y


semen. Delineo las venas que remarcan la longitud y atrapo el prepucio con
los labios. Jungkook gruñe, sujetándome de la cabellera con fuerzas, todo
aún sin verme.232

Engullo su pene, masturbándolo al mismo tiempo. Levanto la mirada para


verlo, pero él no me ve; ha echado la cabeza hacia atrás. Tampoco gime,
pero su polla sigue dura, brillante por el líquido preseminal y se agranda
cada vez más. Es enorme. No me cabe en la boca, pero quiero
impresionarlo, así que hago todo mi esfuerzo.50

Inmediatamente me chupo dos dedos y los llevo a mi trasero. Me


introduzco uno en la entrada, jadeando. Cada que puedo me acaricio ese
pequeño lugar con los dedos y eso ayuda a que el dolor de las
intromisiones ya no se haga tan presente. Ahora es placer puro hacerlo
espontáneamente.74

Con el falo en toda la boca, hundo la nariz en los rizados vellos púbicos que
acobijan la carne, acaricio los testículos con la mano libre y al dejar
empapado todo el pene, lo saco de mi boca, haciendo un sonido húmedo,
de degustación.330

Jungkook se incorpora, me mira esta vez. Y no sé cómo lo logro, pero me


siento en su regazo, con las piernas abiertas y la cadera alzada. Nuestros
rostros están tan próximos que me intimida, pero aun así tomo su polla con
una mano y la guío a mi entrada, que palpita de gusto.75

He estado esperando ese momento por tanto tiempo. Me muerdo los


labios, desciendo para meter todo el falo dentro y descanso ahí por un
momento, soportando el dolor y la fija mirada de Jungkook.8

Su pene es tan grande que me ha costado trabajo introducirlo, y temo


partirme del dolor, pero lo quiero. Quiero sentirlo todo dentro, que
Jungkook me disfrute y que esta vez quede satisfecho.83

Abro los ojos y al conectarlos con los contrarios, me asombro al ver que
Jungkook no intenta nada. Me aterra el hecho de que me evalúe para ver si
sé montar un buen pene. Sé que espera por eso.174

Me impulso hacia arriba, logrando que su pene saliera casi por completo de
mi entrada, para después descender con lentitud. Es mucha la presión que
hago en el abdomen y las piernas, por tal motivo me sostengo de los
hombros de Jungkook y me meso de atrás hacia adelante, arqueando la
espalda.

Jungkook gruñe, todavía sin ponerme una mano encima, pero penetra
desde su sitio con fuerza, clavando su glande hasta el fondo. Gimo
ahogado, me inclino un poco más hacia su rostro y continúo moviéndome
de atrás hacia adelante, cada vez más rápido y profundo, deleitándome
con el calor y el grosor de aquello que se introduce en mí.50

Cierro los ojos, sabiendo que Jungkook sigue viéndome, y eso me motiva
para aumentar la velocidad, esta vez haciendo un movimiento circular y
comenzando a saltar sobre su pubis, con fuerza.

Tomándome por sorpresa, sus bruscas manos me tocan los muslos y


ascienden hasta mi cintura. Vuelve a penetrar con fuerza, sujeta mi trasero,
lo aprieta y emprende a embestir constantemente desde abajo. Sus
embestidas son precisas, fuertes, brutales, pero no me detengo y sigo
meneándome con descaro sobre su pene, montándolo.81

Me siento sexy, es la primera vez que me siento así. Me da una nalgada y


vuelve a gruñir, siendo más salvaje con sus embates. Siento que voy a caer
sobre él, rendido, pero no puedo hacerlo. Quiero durar más, contonearme
sobre su cuerpo, bailar una danza erótica y mecer su pene en mis entrañas.
Lo deseo tanto. Tanto.175

Toca mi próstata con pasión una vez más y pierdo el equilibrio. Jungkook
todavía tiene energía, pero yo estoy exhausto y convulsionándome del
placer. Mi cadera se mueve de inmediato, cuando el orgasmo atenaza mi
sexo. Gimo fuertemente y me estremezco, apretando con todas mis fuerzas
el pene de Jungkook. Oigo un gemido de su parte y sonrío en mis
adentros.114

Jungkook embiste más profundo, más fuerte, importándole un bledo mi


extraña contorción y termina eyaculando dentro, sacando sus gruñidos
característicos. Su orgasmo suena varonil e incomparable.15

Respiro profundamente y ambos esperamos a que nuestros orgasmos


pasen por completo y nuestras respiraciones se normalicen.
Sé ahora que tengo las armas necesarias para lograr que Jungkook se
quede conmigo y no con otra persona. No está en mis planes perder.
Jungkook tiene que ser completamente mío.
Capítulo 2
Luego de haber tenido sexo, Jungkook se ha comportado más distante, el
doble de hosco que antes. Sé que es normal, y confieso que lo esperaba.
Después de bajar de sus piernas, fui por mis calzoncillos y me cambié. Él
hizo lo mismo y posteriormente preparé el desayuno y comimos en
silencio, yo de vez en cuando mirándolo de re ojo. Él desayunó más rápido
y se fue.167

Ahora son las seis de la tarde y estoy de camino a su casa. Me ha encargado


la cena y voy tarde. He trabajado más duro de lo que creí. Hacer mezclas,
picar paredes y zarpear no es fácil. Necesito ejercitarme para resistir como
los otros.67

Llego a la casa, me saco la ropa sucia y me doy una ducha rápida. No puedo
cocinar estando lleno de polvo. Pongo la ropa sucia en el cesto y la meto a
la lavadora. He pensado mucho en qué hacer de cenar y en la despensa hay
lo necesario para hacer pastel de carne.57

Jungkook de vez en cuando cocina, aunque realmente es un idiota para


eso, y se ha colgado de su poca habilidad para cederme su cocina
completa, contando utensilios y hasta mandil. Y en ese sentido puedo
confesar que le gusta mi comida, por ello me deja hacer y deshacer tanto
como quiero. Y mi madre desde siempre me dijo que se le conquista a un
hombre por el estómago.211

Y no se equivoca. A todos los hombres nos encanta comer, que alguien nos
haga, incluso a mí, por eso aprovecho cuando Jungkook cocina para
ambos una vez cada cuatro meses más o menos. El apetito de Jungkook es
inmenso, en todos los sentidos, así que sus porciones son elevadas. Pero
no es ningún problema, se siente bien consentir a los demás.42
En todo caso no pago renta en su casa y es lo mínimo que puedo hacer
como paga.2

De acuerdo a mis experiencias he trazado un plan para conseguir lo que


quiero de Jungkook. El primer paso lo dimos. He sido atrevido y calmado,
sin exigirle nada. Él me ha probado por completo y por lo visto ha quedado
satisfecho. Ahora reaccionará más indiferente, incluso es capaz de traer al
doble de mujerzuelas para reafirmar su virilidad y todas esas mierdas. Sé
que buscará humillarme y es posible que sea morboso y le dé curiosidad.
Yo ya tengo un comportamiento definido para cualquier respuesta. Solo
tengo que esperar.226

Resoplo. Verifico que el pastel de carne se haga bien en el horno y me


siento en el sofá.12

[...]

El programa de televisión que están pasando ahora mismo es aburrido. No


sé por qué todo trata de burlarse de los otros y ponerlos en ridículo. Y toda
esa gente que va y participa...en serio que yo ya me hubiera indignado. O
quizá lo están, pero no dicen nada.96

Suspiro, me acabo el último bocado del pastel de carne que me serví por
individual y apago la televisión. Necesito una ducha y descansar. El día ha
sido realmente agotador.

Al salir de la regadera, superviso que la casa esté en orden. Hay silencio y


eso solo me hace marearme por las enormes ganas que tengo de
descansar.

Hoy toca dormir en mi habitación, sobre la suave cama y entre las


almohadas y sábanas limpias. Ayer no fue así porque cuando hay
mujerzuelas y alcohol el suelo de la sala es lo recomendable; Jungkook
puso esa regla porque cuando se está ebrio alguno puede vomitar en el
colchón y es malditamente limpio en todos los aspectos y siempre cuida
que sus pertenencias estén lo mayormente intactas.2

Me dirijo a la cocina, bebo un vaso con agua y me tallo los ojos. Tengo
mucho sueño. Me voy esta vez a la habitación y me meto entre las
sábanas.1

Esta noche Jungkook no llegó a casa, son más de la media noche e incluso
ya guardé la cena. Nunca me ha dejado con la cena servida mucho menos
después de haberme dado la orden de trabajar medio turno para alcanzar a
hacerle una cena deliciosa.65

Me doy una idea de dónde pueda estar y también de por qué no ha llegado.
Una, o se quedó follando divertidamente en la casa de alguna de sus
mujerzuelas preferidas; o dos, le ha tocado la virilidad lo que tuvimos por la
mañana y fue a follar para reafirmarse. Porque sinceramente, no creo que
huya de mí como para no llegar a cenar.

Únicamente me queda dormir.

[...]

A la mañana siguiente ruedo sobre la cama, alzo la cabeza y las tripas me


gruñen. Abro un ojo y veo el reloj del celular. Son las seis de la mañana. Me
levanto de la cama y voy al baño a orinar. Por suerte no tengo erección
matutina.91

Camino hacia la cocina, pasando por los pasillos y la sala. No hay rastros de
Jungkook, al parecer no llegó a dormir. Me muerdo el labio y al escuchar
que las tripas me vuelven a gruñir, sacudo la cabeza de un lado a otro y
abro la nevera.

Se me antoja un cereal, un...

—Prepara el desayuno.154
La voz de Jungkook resuena, posteriormente se va de la cocina. Bien, ha
llegado. Saco la leche, fruta y de la alacena la caja de cereal. Cojo dos
tazones, dos cucharas, vierto cereal en cada uno, parto cuadros pequeños
de fresas en un plato pequeño y llevo el cartón de leche al centro de la
mesa.18

Me siento y sobre el cereal esparzo los trozos de fresa y pongo la leche.


Comienzo a desayunar. A los pocos segundos Jungkook llega, se sienta
frente a mí y escruta lo que le he servido.4

—¿Cereal? —cuestiona, mirándome fijamente —. Levántate y guisa algo,


tengo mucha hambre.345

Mastico más lentamente lo que me he metido a la boca, meneo la cuchara


pensativamente y al haber tragado por completo, le respondo:

—No se me ocurre nada para guisar —confieso—. Puedes sacar la cena de


ayer y calentarla, si quieres —ofrezco, metiéndome otra cucharada de
cereal a la boca.57

Jungkook no contesta, simplemente se me queda viendo y yo únicamente


sigo revolviendo mi cereal y desayunando.

Al terminar, alzo la vista y encuentro todavía los ojos de Jungkook sobre


algún punto de mi rostro. Creo que me está evaluando, pero no me pone
nervioso. Agarro mi bol, me levanto de la silla y dejo todo en el fregadero.54

Necesito una ducha.


Capítulo 3
Difícilmente ha pasado una semana desde que follé con Jungkook.
Comemos juntos, trabajamos juntos, vemos la televisión juntos, pero no
hablamos como antes, eso añadiendo que casi nunca hablamos.
Únicamente me dirige la palabra cuando tiene hambre y cuando me manda
a trabajar a una casa en específico. Aunque debo aceptar que no he tenido
trabajo pesado, con todo y eso me sigue pagando lo mismo.5

Es extraño.

Sigo dándole de desayunar, comer y cenar. No hay nada nuevo.24

Hoy han venido todos nuestros amigos, colegas del trabajo. Uno de sus
trabajadores, Jimin, cumple años y estamos bebiendo cerveza y mientras
hablan de mujeres y porno, me dedico a hacer la cena.102

A Jimin le encanta el pollo horneado, las alitas picantes y las costillas de


cerdo en adobe. Así que eso es lo que hago. He marinado todo con
anticipación y el horno hará todo el trabajo.39

-Alguien que cocine bien y que sea así de servicial... ¿no será tu puta
preferida? -NamJoon le comenta a Jungkook. No estoy seguro de si lo hace
a propósito, porque es obvio que puedo escucharlo a la perfección y no
solo yo, sino todos los demás.151

Lo que odio de mis colegas es que son muy buenos bebedores de cerveza y
siempre recuerdan lo que dicen y hacen. Esa es mi maldición.1

-¿Por qué? ¿Te lo quieres follar? -responde Jungkook, siempre a la


defensiva.81

La boca se me seca. ¿En serio ha dicho eso? Nunca responde con un sí o un


no, siempre evade todo, por eso ignora todo lo que ha pasado. Me
pregunto cuánto tiempo va a resistir no cuestionarme sobre lo sucedido.
-No sería mala idea...124

El corazón se me detiene por un momento. No le tengo miedo a NamJoon,


es decir...él es muy irónico, aunque lo diga seriamente. Ni siquiera le hablo,
pero es nuevo que hable de mí con Jungkook.

-¿Me permitirías follarlo? -añade NamJoon.205

No soy propiedad de nadie para que le pida permiso a Jungkook, en primer


lugar. Me siento indignado y un poco decepcionado por ese aspecto. Yo no
sé qué es lo que ha hablado Jungkook de mí o mejor dicho, de lo que
hicimos. Aunque por lo que sé, Jungkook no cuenta sus intimidades por
más vistosas que sean.1

-¿Y por qué me pides permiso? No es de mi propiedad.123

Sonrío de alivio, pero también de amargura. Quiero y no quiero escuchar


algo como eso.

-Mientes... -dijo NamJoon, seguro de sus palabras -. ¿Te lo cogiste, no?104

-Que te lo quieras coger no significa que yo lo haya hecho.

Ruedo los ojos. Sí, ese es Jungkook. Él nunca va a aceptarlo.

-¡Por favor! Si llevas horas mirándole el culo que no tiene...594

Gracias, NamJoon. Gracias por recordarme que no tengo trasero. Pero a


pesar de que su comentario me enoja, me gusta que haya mencionado que
Jungkook mira mi trasero. Por el momento no importa mucho qué piense
cuando lo mira, pero lo mira, y eso es importante.81

-No tiene nada que pueda verle -comenta Jungkook, con voz seca,
déspota.162

Sonrío con ironía. Todo lo que sale de su grosera boca me lo espero por
alguna razón. Es tan obvio suponer que responderá de esa manera o tal vez
de otras mucho más hirientes. Y sé que estoy mal de alguna forma, estoy
consciente, pero es el inicio y eso no significa que voy a soportar todo lo
que diga.22

Voy a poder imponer respeto cuando esta extraña relación se convierta en


una más fuerte, cuando pueda sentir que le agrada del todo estar conmigo
en aspectos básicos; armas para defenderme cuando me lo eche en cara.
Ahora no tengo nada con qué defenderme, porque he actuado como un
puto, una presa fácil...58

Jungkook es un verdadero reto.

Levanto las manos hasta lograr estirarme por completo. Un suspiro me sale
de entre los labios. Aparezco en la sala donde todos se encuentran, los veo
bebiendo y riéndose, hablando de aspectos que no comprendo.

-¡La cena está lista!

Al oírme, Jimin se levanta del sillón y me abraza con fuerzas. Trato de


separarlo un poco para que me deje respirar, pero se ha aferrado con
fuerzas. Parece estar mareado y muy contento. Lo entiendo, es su
cumpleaños y además es un tipo cariñoso. Jimin y yo somos los más unidos
durante el trabajo, los que más bromeamos y hacemos buen equipo. Él,
SeokJin y yo somos como los tres mosqueteros.129

-Mi dulce princesita -canturrea en alto. Le doy unas palmaditas en la


espalda y lo separo por completo de mí. Lo inspecciono, viendo de re ojo
que los otros pasan por nuestro lado para sentarse a cenar. Son muy
imprudentes, la mayoría, y eso me desespera. El festejado debería sentarse
primero.28

-¿Quién te hizo esto? -acaricio su ceja, tocando la sangre seca. Volteo hacia
todos lados para hallar a un culpable.

Llevo a Jimin a la cocina, lo siento en la silla que había separado para él


con anterioridad y voy al baño por un curita, alcohol y algodón. La herida
no es tan profunda, pero su hermana no querrá ver que lo golpearon sus
propios amigos.20

Con todo en mano, me dirijo hacia él y escucho los gruñidos de todos los
demás.

-Reina, ¿no vas a servirnos? Minie está bien, es solo un rasponcito -


NamJoon dice, golpeando las manos en la mesa para que le ponga
atención.143

-¿Y quién le hizo el rasponcito? -pregunto algo resentido -. Su hermana les


va a patear las pelotas si ve que está herido.1

-No creo que a Jungkook le patee las pelotas. Elisa se las chuparía, princesa
-añade graciosamente Daehyun.119

Me quedo callado ante eso.

NamJoon carraspea y todos le siguen el juego. No sé de qué se sorprenden.


Jimin es de los tipos que nalguean siempre, a todo momento, sean
hombres o mujeres. Es un gesto que hasta el momento no lo hace de mala
fe y del cual nadie se había quejado, hasta ahora.4

Los ignoro y le limpio la herida para luego pegarle una curita. Al parecer
todos los demás platican a mis espaldas, esperan la comida porque son
muy perezosos como para servirse solos...57

Me doy la media vuelta y en platos de plástico grandes sirvo las alitas, la


costilla de cerdo y el pollo para situarlo al centro y que todos agarren lo
que plazcan. Llevo vasos y refrescos, también servilletas y salsas. Destapo
las tortillas que ya tenía calientes en la tortillera y todos comienzan a tomar
lo que quieren.87

Miro hacia todos lados y no hay sillas.

-Aprovechando que es su cumpleaños, ¿por qué no te sientas en sus


piernas, princesa? -Daehyun dice con tono juguetón. Siempre sucede que
molestan con lo mismo, de alguna u otra forma, y la mejor manera de
callarles la boca es disfrutando de sus consejos, más ahora que no tengo
silla.61

Jimin parece entender, porque me jala por la cintura y me sienta en una de


sus piernas. Nadie dice nada y es entonces que cenamos muy silenciosos,
algo bastante anormal. Ellos nunca se quedan callados.118

Busco relajarme y cenar tranquilo, aunque de vez en cuando siento la


mirada de Jungkook. Me mira fijamente, sin temor y bebiendo de su
cerveza. Ha bebido demasiado el día de hoy, pero estoy seguro que sabe lo
que hace, más o menos en un 98%.

-¿Pesa mucho, Minie?

El cuestionamiento de NamJoon aparece de la nada.

-No pesa nada.

-¿Te cala mi hueso? -me interroga al oído. La verdad era que no. Él tiene las
piernas fibrosas y sus huesos no tallan mucho cuando permanezco sentado
por mucho tiempo.19

-¡Su hueso! -canturrea Daehyun -. Si sigues meciéndote como lo haces


sobre sus piernas, entonces le darás sentones a su polla -aconseja.72

Me encojo de hombros.

-Espera... yo en ningún momento me he estado meciendo en sus piernas. -


Arrugo el entrecejo, furioso.

Jimin me da ánimos, palmeándome las piernas. Minie tiene algo que


decirme, estoy seguro. Ese golpe en su ojo que le partió la ceja no fue
porque sí. Y viniendo de Jungkook... hay algo extraño.

Los demás bromean sobre lo mismo y me contengo y no digo nada. Jimin


inclusive se añade a la plática y comienza a cambiarla. Ahora ya no hablan
de mi trasero sobre el regazo de Jimin, sino de lo delicioso que se ve el
trasero de la hija de la dueña de la casa donde todos trabajamos.89

Tengo que reconocer que tiene un grandísimo trasero y una cintura


pequeña. Es muy guapa, una chica de unos veinte años y bastante coqueta.
Todos los días que voy a trabajar se pasea por su casa con diminutos
vestidos que parecen ser para dormir. Ayer de hecho andaba sin sostén por
toda la casa y sus pezones se notaban.175

Ella es muy hermosa y hasta Jungkook lo ha notado. Tendría que estar


ciego para no hacerlo. Y en esos instantes hablaban sobre eso...que
Jungkook la quiere follar cuanto antes, que lo ha estado tentando por una
semana completa.

Admito que su plática me molesta...mucho. Sin embargo, no tengo que


quejarme de nada. Yo también he estado viendo al hijo mayor de la dueña
pasearse sin camiseta por esa casa y no le he quitado los ojos de encima.
También es bastante atractivo.128

Entre risas escandalosas y más cerveza, me paro para sacar el pastel que le
he preparado a Jimin esta mañana. Es su favorito, de chocolate.2

Prendo una vela grande y al cantarle las mañanitas, todos, de una forma
obscena, él apaga la vela y comienza a partir la torta. Es así como todo
termina. Todos se levantan inmediatamente y no puedo despedirlos a
todos, mi celular comienza a sonar. Es SeokJin.23

—¿Ha pasado algo entre ese monstruo y tú esta noche?

—¿Qué? Ah. No, no.

—Ni siquiera le des de cenar...

—Demasiado tarde, ya todos cenaron con Minie.

—¡Joder, maldito monstruo! Bueno, como sea, enciérrate en tu habitación


y no dejes que te toque ni un poco.
—No pensaba dejarlo hacer eso, pero... ¿por qué?

—Hoy por la mañana se folló a la puta.46

—¿A la puta?

—A la hija de la dueña, la culona... —murmura con astucia, recordándome a


esa joven.37

—De todos modos, no es mi problema —le digo, tranquilizándolo. Apenas


esta noche hablaron de ella y de los futuros planes que Jungkook tenía de
follarla, pero ahora sé que hoy esos planes comenzaron.14

Pensar que eso no me afecta, es mentira. Jungkook me gusta, y sé que en


algún momento haría algo como eso, porque así es su vida. No debería
molestarme, al fin y al cabo ya ha pasado una semana de que él no toca el
tema que tanto nos une...9

—Bueno, te dejo, iré a dormir —me dice, bostezando. Asiento, me despido y


cuelgo.

Suspiro y me quedo parado, luego inmediatamente me pongo a lavar las


vasijas.

Todos estaban muy felices hablando de esa mujer y Jungkook parecía


complacido; sus ojos brillaban y ese estado era tan peculiar en él. Los ojos
de Jungkook nunca brillan al menos que algo le guste tanto...65

Al enjuagarme las manos, siento cómo mi cuerpo es manipulado de tal


manera que me doy la media vuelta. Frente a mí se encuentra Jungkook,
no parece muy contento... Me sujeta la cara con una mano y me besa con
rudeza, por primera vez en los labios. Ese, sin lugar a duda, ha sido el beso
más grosero que alguien me ha dado.181

Me estremezco, lo separo rápidamente y me limpio la boca con la mano.


Jungkook apesta a alcohol y está vuelto un energúmeno. No sé por qué,
pero no pienso permitirle que me trate como a una de sus mujerzuelas.108
Jala de mi brazo y me besa de nuevo, demandante. Mi corazón se acelera
aún más, estoy enfadado. Jungkook se ha follado a una mujer esta
mañana, una mujer que logró hacer que sus ojos brillaran, y es
desagradable compartir a Jungkook luego de semejante mirada.

Siento celos, no quiero que me toque ni que me bese. No quiero que lo


haga nunca más.72

—Abre esa sucia boca —me ordena, pero no lo obedezco. Lo empujo de


nuevo, tardando para alejarlo.19

—¿Sucia boca? —sollozo, incrédulo —. ¡Entonces deja de besarla! —Le lanzo


un vaso de cristal que lo golpea en el pecho y salgo corriendo de la cocina
para luego meterme en mi habitación y encerrarme.130

Hubiera salido de su casa, pero no tengo a dónde ir.25

Tener todo planeado desde un principio, no funciona como se espera...


Capítulo 4
Huele mucho a polvo, mi padre era alérgico al polvo pero yo, con el tiempo,
he aprendido a soportar todo tipo de olores y sensaciones. A menos de un
metro, Daehyun se encuentra cargando dos costales de arena, uno en cada
hombro mientras NamJoon echa un suspiro y bebe un poco de agua.72

Son las cuatro de la tarde y por suerte no hace mucho calor. El día de hoy la
meta es dejar terminadas tres columnas para dejar reforzado el primer
piso. Desde ayer comenzamos a hacer los pozos para adecuarlas y las
llenaremos en unos minutos más.9

Respiro hondo y las tripas me gruñen. Las botas de casquillo me tienen


muerto y el sudor ácido que me corre por todo el cuerpo es insoportable.
Me seco la grasa de la cara con una pequeña toalla que siempre llevo para
casos como esos y me acerco a la llave más cercana. Necesito lavarme un
poco.8

-¿Necesitas una toalla más grande? -una voz resuena a mis espaldas. No la
reconozco, así que volteo de golpe, con un ojo cerrado por el agua y el otro
apenas entreabierto.

-¿Disculpe, yo? -pregunto, todavía sin creer que el guapísimo hermano


mayor de la culona me está hablando. Digo, no es como si no tuviera la
esperanza de que lo hiciera, pero por lo general ningún dueño de la casa se
acerca para ofrecer algo a sus trabajadores.129

-Sí, ¿necesitas una toalla más grande -Quiero negar con la cabeza, pero una
toalla más grande y seguramente limpia, me vendría bien, por lo que
asiento.21

Él me mira por un momento y camina lejos. Me quedo estático, pero luego


de unos segundos me acerco cuando lo veo cerca. Lleva en su mano dos
toallas y una botella de agua. Es ahí cuando por fin lo veo de pies a cabeza.
Un buen tipo, unas 3 cabezas más alto que yo, cabello castaño corto,
Grandes ojos verdes, y finos labios, Su rostro se parece de cierta manera al
de su hermana, pero más largo. Tiene músculos y ropa deportiva puesta, de
fútbol. Es gratamente fornido, como me gustan.120

-¿Te gusta el fútbol? -Me saca de mi ensimismamiento. Sí. Me ha


encontrado viendo su ropa.19

-Nunca lo he jugado, pero me entretiene verlo por la televisión -cuento,


haciendo una mueca cuando Daehyun pasa por mi lado algo agresivo,
golpeándome un hombro -. A usted supongo que sí.8

-Hoseok -se nombra -. Llámame Hoseok. ¿Tú eres Taehyung, cierto?519

-Yo, bueno sí, Taehyung...

Supongo que no hay problema si platico con ese guapísimo muchacho, de


todos modos estamos en tiempo de descanso.1

Observo a mí alrededor, dándome cuenta de que los demás ya comenzaron


a comer de sus loncheras, y que Jungkook acaba de llegar para verificar
nuestro trabajo. Ese día precisamente me ha tocado hacerles a todos tacos
de carne picada con mucho chile en tortillas de harina hechas en casa.82

-Sus esposas seguramente los consienten mucho -menciona algo


despistado, viéndome de re ojo.7

-¿Por qué lo dices?

-Todos traen comida

-Ah... sí, nosotros siempre venimos preparados -repongo, soltando un


suspiro -. Y ninguno tiene esposa, todos somos solteros. Ellos no saben ni
cómo se prende la mecha, yo les preparo la comida.84
Hoseok voltea dramáticamente hacia mi cara, con la boca abierta.
Contengo una risa y me dejo llevar cuando me agarra de los hombros,
como si nos conociéramos de años, y me zarandea.

-¿Es en serio?27

-Sí, en serio.

-No te creo

-Entonces no lo hagas, pero no tengo por qué mentir.

-Aquí en la casa nadie cocina, y yo soy una completa mierda en eso. Por eso
no te creo.

-Cuando quieras te lo demuestro. No me subestimes -ofrezco, a lo que


Hoseok alza una ceja y niega con la cabeza, pero responde con un "sí"58

Nuestra plática parece decaer, así que antes de que todos terminen de
comer, me despido de Hoseok y camino hacia los otros. Busco mi lonchera
en la mochila del grupo y asiento cuando Hoseok se despide con la mano,
alejándose del lugar de trabajo.

El silencio parece eterno, más aun cuando Jungkook llega hasta nosotros y
se sienta, comenzando a mencionar los pequeños imperfectos y a
recordarnos la meta del día. Su voz suena mucho más áspera, parece que
algo anda mal con él. Sin embargo, dejo de pensar en eso y sigo
comiendo.38

Hoy ha sido un día diferente. El trabajo parece fluir más rápido y he


hablado con Hoseok a pesar de que pensé que nunca sería posible. Sacudo
la cabeza de un lado a otro y sonrío de lado. Se siente bien cuando
converso con alguien más, eso me saca de mi vida tan cotidiana.23

Me gusta escuchar las tonterías que dicen cuando Jungkook llega. Es como
si Jungkook los motivara a charlar aunque no diga mucho y yo me
entretengo con todo lo que sucede, por ello no replico nada.1
-¿Te quedaron? -Daehyun se fija en la vasija cuadrada que hay sobre mis
piernas. Me han quedado tres tacos que ya no me caben por más que
quiera comérmelos.36

-Sí, ¿los quieres?

Él asiente, agarrando dos. Levanto la cabeza, para ofrecer el último y al


encontrarme con Jungkook, levanto el refractario y se lo ofrezco. No le
hablo, de pronto las palabras no me salen, pero él parece entender y lo
toma.

Es así como se come mi último taco. Es así como pasamos los días de
trabajo...
Capítulo 5
No hay mucha ropa limpia. Sacudo la cabeza, calmando mi frustración.
Agarro el cesto de la ropa sucia y voy directo al patio, donde se encuentra la
lavadora. Separo las prendas blancas de las de color y comienzo el lavado.
Junto horquillas e inmediatamente voy al refrigerador.5

Hace falta comida también. Es domingo y no hay trabajo, por lo que hoy
Jungkook y yo descansamos. Pero eso no significa que no desayunemos
nada, así que saco mantequilla, mermelada y busco la barra de pan de la
alacena. Prendo el comal y a flama baja tuesto los panes. Bien, pan con
mantequilla y mermelada acompañado de café.73

Jungkook aparece de repente en la cocina y se sienta en la mesa. Como


todos los días, espera su desayuno. Preparo dos tazas de café, le pongo la
suya en frente de la mano que tiene sobre la mesa y en un plato sirvo los
panes tostados. Acerco la mantequilla y la mermelada al escuchar que la
lavadora hace un sonido de que el lavado ha terminado. Antes de moverme
para ir por la ropa, Jungkook se pone de pie y cierra con una patada la
puerta que dirige al patio.160

Entrecierro los ojos, confuso, pero no me alarmo y entiendo que lo que


quiere es que desayune con él. Al igual que yo, a Jungkook no le gusta
comer solo. Ambos nos acercamos hacia la mesa y nos sentamos, sin
dirigirnos la palabra.127

-Desde mañana vas a trabajar únicamente por las mañanas. No vas a cargar
tierra ni a mezclar arena -espeta, sereno, sin verme a los ojos.134

Todas las mañanas me da reglas que debo cumplir, ya que de eso depende
mi paga, pero siento que las últimas semanas estoy trabajando muy poco y
eso no me agrada.
-¿Por qué solo por las mañanas? Por las tardes hay más trabajo y
acabaríamos mucho más rápido -dije sin estar de acuerdo con sus órdenes.

-NamJoon, Jimin, Jackson y Daehyun se encargarán -responde, como si ya


no fuera a hablar.56

Me muerdo el labio.2

-Esa no es la respuesta que te estoy pidiendo. ¿Por qué estás disminuyendo


mi trabajo? -Jungkook no responde, así que prosigo -: ¿Acaso no trabajo
bien? ¿No soy rápido? ¿No estoy siendo eficiente?21

-Exacto -contesta, apretando los labios -. No puedes ser eficiente cuando te


la pasas dándole el culo a uno de los dueños de la casa donde trabajas, ¿o
qué? -Me mira esta vez, fijamente -. ¿Es posible trabajar y dar el culo? -No
respondo. No sé de qué habla y no quiero discutir -. ¡Responde! ¿O es que
te deja tan adolorido que ni siquiera puedes moverte?.210

-No sé de lo que hablas -digo sinceramente, volteando hacia otro lado.

-Sabes perfectamente de lo que hablo. -Esta vez su voz me da miedo. Por


instinto me hago hacia atrás, haciendo que mi espalda toque con el
respaldo de la silla.2

-No -murmuro, encogiéndome de hombros -. No lo sé.

Me levanto de la mesa y salgo de la cocina. No soporto cuando me mira


como si yo le ocultara algo.

Escucho sus pasos tras los míos y su mano jalándome.

-¡Suéltame, me tocas como un bruto!47

-No te quejabas antes -soltó, hosco, llevándome a la fuerza hasta la pared


más cercana, hasta acorralarme.

-¡Qué me sueltes, maldición!18


-¿Desde cuándo te le estás ofreciendo?

-¿Qué? -Mi voz parece quebrarse. Razono un poco, hasta estar


completamente seguro de que en verdad me hizo una pregunta como esa.
Lo único que puedo suponer es que Jungkook habla de Hoseok y eso aún
no me queda claro, así que me arriesgo a seguirle la corriente -: ¿Y a ti qué
te importa?29

-No es tu asunto.

-¡¿Desde cuándo?!

-¡No te importa, Jungkook! ¡Maldición, si me acuesto o me dejo de acostar


con alguien...ese no es tu asunto!128

Un silencio se hace presente y no puedo soportarlo. Es Jungkook, mierda...


Es Jungkook, el jodido Jungkook...7

-Me duele, así que por favor deja de tocarme con tanta agresividad -espeto
seriamente, tragando saliva. Jungkook me suelta, pero no se aleja. Ladeo el
rostro -. Salvaje... -susurro, empujándolo para que se aparte. Golpeo uno de
sus anchos hombros con el pecho y retrocedo ante el impacto.

-De qué te quejas si te gusta así -lo miro, anonadado- salvaje.117

El asqueroso comportamiento de Jungkook me sacude por completo.


Siento que voy a perder los estribos, pero de pronto se me ocurre algo
mejor.

-Sí -acepto, sonriendo con ironía y goce. Llevo una mano a sus pantalones y
tiento acariciarlo por sobre la ropa. Jungkook respira ruidosamente, está
excitado, por lo que rozo los nudillos contra el cierre de su pantalón -, me
encanta así: salvaje. -Al percibir que impulsa sus caderas abro la boca y
respiro el aroma de su cuello, que está a menos de dos centímetros de mi
boca. Su manzana de adán se mueve de arriba abajo y las venas de su
cuello se sobresaltan -. Pero también puede gustarme suave, muy muy
suave...-murmuro, apretando la ya evidente forma de su pene erecto
dentro de su ropa.147

Gruñe, a la espera de que haga todo el trabajo, como antes. Sin embargo,
no será así. Deposito un casto beso en su mejilla y logro salir con calma
antes de que me sujete de nuevo. Para mi sorpresa, no me retiene.77

Lo siento Jungkook, pero si vas a querer volver a acostarte conmigo, tienes


que ganártelo. Castigado; excitado y dejarlo con las ganas... Esa táctica
podría dar resultado tal vez.
Capítulo 6
Al ver que pronto darán las seis de la tarde, me levanto del sofá y me dirijo
a la habitación. Es necesario ir de compras, por lo que saco dinero del que
guardo para la comida y los objetos básicos.9

Al salir me encuentro con Jungkook, desafiante. Sigue molesto y no sé lo


que espere, pero parece desesperado, angustiado.

-¿A dónde vas? -pregunta al ver que me pongo una chaqueta.32

Lo miro de re ojo, sin timidez y le contesto:

-De compras, no quedan muchas cosas en el refrigerador y mañana vas a


llegar hasta tarde, ¿o te vas a comprar comida hecha?7

Mueve la cabeza de izquierda a derecha. Suspiro y paso por su lado. Él me


sigue.3

-¿Me vas a acompañar? -inquiero al ver que trae las llaves y está a punto de
cerrar la puerta.10

-No tengo nada mejor que hacer -responde.54

Analizo lo que trae puesto y le señalo la camiseta.

—Hace fresco, ve por un suéter o algo.36

Me giro y salgo de la casa, viendo con el rabillo del ojo que me ha


obedecido y ha ido por un suéter.91

¿Jungkook obedeciendo? Me muerdo el labio. Él nunca sigue una orden por


más gentil que se escuche. Es Jungkook...62

Al salir, caminamos hasta su Ford, una camioneta de cabina y media que


usamos para salir comúnmente. A Jungkook le encanta su camioneta y la
cuida como un hijo, incluso más que a sus putas.90
Durante el camino no hablamos, nos mantenemos tranquilos y también al
momento de elegir lo que vamos a comprar. Como siempre, me deja echar
al carro todo lo que tenga oferta, porque gracias a eso gastamos menos y
disfrutamos inclusive más.23

Al pagar la cuenta, Jungkook se adelanta y cubre todos los gastos. A él


nunca le ha gustado que paguen lo que come y sinceramente, es el que
más come en la casa, así que...

—¿Qué vas a hacer para cenar?

Lo miro de repente. No tengo idea, no había pensado en eso.

—No lo sé, ¿qué quieres cenar?

—Pasta —dice, metiendo las bolsas de mandado en algún lugar de la


cabina.70

No respondo nada. Sé que a él le encanta la pasta con albóndigas y eso


será su cena.24

Al llegar a casa pongo manos a la obra, situándome primero el mandil y


luego prendiendo las mechas para poner a cocer la pasta.

Vierto en una vasija la carne picada y comienzo a marinarla con ajo,


cebolla, pimienta, sal...45

—¿Jungkook? —pregunto al sentir un cuerpo tibio contra mi trasero y unas


manos apretándome los muslos, por debajo del mandil. Muevo la cabeza,
encontrándome con su cara excitada y sus fuertes brazos rodeándome —.
¿Qué se supone que haces?138

—¿No querías que diera el primer paso? —responde, apretando su


endurecida entrepierna contra mi trasero. Me estremezco.62

—Después de cómo me hablaste, no gracias. —Busco salir de ahí, pero me


retiene y hunde la cabeza entre mi cuello y hombro.35
—No me gusta ser el otro —confiesa, besándome el cuello.331

—A mí tampoco me gusta ser el otro —digo de igual manera, meneando la


cadera circularmente contra su pene cubierto. Lo siento palpitar con cada
roce que hago y me pone mucho, demasiado.41

Jungkook gruñe, lo escucho desabrochar sus pantalones al mismo tiempo


que me aprieta una nalga con fuerzas. Miro de soslayo que tengo las manos
dentro de la vasija con la carne y me pongo ansioso. Trato de sacarlas, pero
Jungkook lo impide, respira ruidosamente cerca de mi oído y el cuerpo
entero se me estremece.30

Está caliente, deseoso de tenerme. Sonrío de lado y giro la cabeza para


verlo. Necesito verlo una vez más. Él se relame los labios, me desabrocha
los pantalones, baja mi bóxer y me inclino, restregándome con su carne. El
prepucio cubre y descubre su pene con el movimiento de mi trasero, a
consecuencia gimo. Su piel es tan caliente y húmeda.78

Lo escucho jadear y dejar escurrir de su saliva hasta el intermedio de mi


trasero. Lleva un dedo a mi entrada y lo fricciona para luego meterlo. Abro
las piernas de golpe. La sensación me parece insuficiente; necesito su pene
dentro, por lo que murmuro la petición que seguramente él tanto espera.

Me sujeta de las caderas, sitúa la goteante punta de su pene en el esfínter y


penetra lentamente, consiguiendo que todo entre de una sola estocada.60

La respiración se me entrecorta, las piernas me tiemblan, pero aún así


resisto a la intromisión, al roce de su carne en el interior de mi trasero, de
sus besos en el cuello y sus gemidos feroces.16

Trato de incorporarme un poco y al hacerlo, Jungkook sitúa los brazos en la


encimera, alrededor de mi cintura, regalándome equilibrio. Hago chocar la
espalda con su pecho y meneo la cadera en pausa, apretando su falo, con el
único objetivo de impacientarlo.
Al percibir que penetra fuertemente y que mantiene el ritmo, echo un
respingo. Ladeo la cara, acaricio su mandíbula con la punta de la nariz y
nuestras bocas se fusionan al vaivén de las embestidas.50

Hago puños las manos que tengo aún dentro de la vasija, la carne entre mis
dedos se ha puesto caliente y un desespero inmenso me recorre el cuerpo.
Quiero tocar a Jungkook, ir más rápido, hacerlo delirar, pero al mismo
tiempo mi cuerpo no resiste sus implacables besos y su pene moviéndose
en mis entrañas.31

La respiración se me acelera imposiblemente más, Jungkook me sujeta el


pene con una de sus manos y me masturba a la misma velocidad con la que
muevo la cadera de adelante hacia atrás. Los dedos de las manos y pies se
me retuercen, un sublime calor brota de mi abdomen y el pene me tiembla
cuando líquido seminal brota furiosamente de la punta.46

Contraigo con todas mis fuerzas la entrada, y Jungkook gime cansado justo
en mi oído. Su boca tiembla mientras siento su semen entrar por completo
en mi interior. Las sienes me punzan; ese ha sido el orgasmo más fuerte
que he tenido en toda mi vida, y junto a Jungkook.10

Dejo descansar la cabeza en los pectorales de Jungkook, feliz de que pese a


ya haber terminado, no se haya ido de inmediato. Y al igual que yo,
Jungkook también se toma su tiempo para sacar su pene y subirse los
pantalones.8

Luego de unos minutos aguardando, escucho que se cambia y que


inmediatamente me sube el bóxer y los pantalones, vistiéndome también.
Roza su nariz por todo el largo de mi cuello, me muerde el lóbulo de la
oreja y susurra:+

—Maldita sea, eres tan erótico.


Capítulo 7
Ha pasado una semana desde que Jungkook y yo convivimos como si
fuéramos pareja. Nuestro apetito sexual ha aumentado y a ninguno de los
dos le da vergüenza admitirlo.76

Aquella vez que lo hicimos en la cocina, Jungkook se comportó sereno y no


se le ocurrió decir ninguna cosa fuera de lugar, más bien cenamos
tranquilos e incluso platicamos de asuntos triviales. Algo realmente inusual
en él.

Durante el trabajo nos miramos de re ojo, algunas ocasiones yo


coqueteándole y él, como siempre, impaciente al apretarme el trasero al
pasar demasiado cerca. Todos nuestros amigos se han dado cuenta de que
entre los dos hay algo, pero se han mantenido callados y simplemente
observando. De hecho me beneficia, porque ahora me respetan más.140

Jungkook por su parte sigue rindiendo bien en su trabajo y pagándome. No


ha vuelto a referirse a Hoseok, y tampoco ha vuelto a traer a mujerzuelas a
la casa. Y por lo que sé, tampoco ha mantenido relaciones sexuales con
nadie más que conmigo. Yo no se lo he preguntado, porque se me hace
muy pronto y no quiero arruinar el progreso que llevamos.3

Esta mañana lo acabamos de hacer. Él se ha portado realmente bien a lo


que se refiere al sexo; me cuida, procura que no me duela y no piensa en su
propio placer como siempre creí. Jungkook es un buen compañero de
cama, de eso no tengo duda alguna.12

Se ha ido a trabajar y me he quedado en casa porque me lo ha pedido. Lo


único que no me gusta es que siempre trata de retenerme, como si temiera
que me fuera a algún lugar. Y por no querer discutir, hice lo que me pidió.79

No sé qué cocinar esta tarde y a decir verdad, no tengo hambre. Prefiero


esperar a la cena, cuando Jungkook llegue. Quiero salir un rato para
despejarme, aprovechando que Jungkook no está, por lo que me cambio y
cierro la casa.33

Al primer lugar al que me dirijo es a un mercado que suele ponerse cerca de


la casa. Es un mercado de calle donde venden desde comidas hasta ropa
usada. Hay mucha gente y por lo general muchas jovencitas en busca de un
novio.82

Será un largo recorrido...4

[...]

Una anciana se agacha, con el único propósito de cargar una caja de


vitropiso, porcelanato por lo que se ve. Son cajas abundantes que le ha
dejado un camión de carga. Por desgracia, cuando se hacen entregas de
piso, no lo dejan dentro de casa.1

La mujer me mira sorprendida y sonríe, tímida. No he traído ropa


desgastada ni botas de casquillo, pero aun así me acerco. Me ofrezco a
ayudarle y gustosa me deja movilizar su material.

De hecho, creo que Jungkook no quiso trabajar en su casa hace meses y la


remodelación no va por un buen camino, lo he notado. Después de todo,
estafan a las personas mayores. Supongo que por eso Jungkook no quiso
trabajar para ella, porque prefiere ver culos y tetas...

Para mi sorpresa, son demasiadas cajas, tantas, que me ha hecho perder


un poco el tiempo. No tengo condición física pese a trabajar de albañil y
eso me frustra. Miro el reloj y al ver que me he demorado mucho, frunzo el
ceño. Pero al mismo tiempo no quiero dejar a la mujer con toda la carga.2

Son más de las ocho de la noche y sé que debo estar en casa, pero la señora
me ha ofrecido de cenar y no me he negado. Se ve tan adorable, me hace
recordar a mi madre de alguna forma.1
—Mi esposo era amante del color café —me cuenta—, por eso el piso es de
ese color. A él le hubiera gustado ver la casa remodelada, pero se fue antes
de tiempo.105

No sé qué decir. La remodelación tiene una gran carga emocional.

—Supongo que ha sido muy difícil pero al mismo tiempo satisfactorio


poder remodelar como él siempre quiso —comento, mordiéndome el labio.
Ella sonríe y asiente.

—Pero no hay momento en que los trabajadores terminen. Llevan 3 meses


trabajando y no se ha visto ninguna mejora.

—¿En serio?

Ella mueve la cabeza, diciendo que sí.

Maldito Jungkook, hubiera tomado el trabajo y ya para estas fechas


estuviera terminado. Cuando vaya a la casa le contaré sobre esto y espero
me dé una buena explicación al respecto.

Frustrado, miro el reloj y al notar que son casi las 10, me levanto de un
brinco. Es súper tarde. Rápido, me despido de la señora y salgo corriendo
directo a la casa. De todos modos no queda muy lejos, así que no me
preocupa demasiado.

Al llegar, veo que la camioneta de Jungkook está estacionada y que la luz


de la sala está encendida. El corazón se me acelera, el cuerpo me pide no
avanzar. Algo está mal, lo siento.85

Me siento ansioso, destruido de repente. Me acerco a la puerta y trato de oír


cualquier sonido que provenga. No escucho nada, así que me asomo por la
ventana y lo veo.

Jungkook sentado en el sofá. Una chica sobre sus piernas, abierta y


desnuda. Jungkook chupándole un pezón. Jungkook excitado. Jungkook
disfrutando. Jungkook follando como siempre.327
Un escalofrío me recorre. El suelo se mueve bajo mis pies, las rodillas me
tiemblan. Duele.

Jungkook nunca va a cambiar.96

Parpadeo, me giro y camino fuera de ahí. Quisiera entrar, hacer acto de


presencia, pero me siento estúpido como para lograr darle esa percepción.
No puedo simplemente entrar, caminar hacia mi habitación como si no me
importara lo que esté haciendo en la sala. No soy tan frío como él.18

No estoy tampoco seguro de llegar a casa luego de haberlo visto, de todos


modos es su casa y puede hacer en ella lo que le plazca, porque lo que
tenemos él y yo es simple sexo.

Soy el único que piensa que Jungkook va a cambiar, pero alguien como él
nunca lo hará, menos por mí. El estómago me duele, tengo náuseas y
quiero dormir. Necesito eso en verdad. Ha sido un día cansado.
Capítulo 8
—¿Reina, no vas a venir a ver el fútbol? —NamJoon me pregunta,
haciéndome un espacio en el sillón.20

Arrugo la frente. Él nunca me hace un lugar ni tampoco se comporta tan


amable. Saco las palomitas de maíz del microondas y llevo también una
bolsa enorme de palomitas con caramelo que compré recientemente.

NamJoon me arrebata las palomitas de maíz con extra mantequilla y ahora


es cuando comprendo por qué tanta amabilidad de su parte.58

Han pasado cuatro días desde que encontré a Jungkook follando en el


sillón, en el mismo que estoy sentado ahora. Aquella noche llegué tarde,
por suerte no me encontré con la mujer, hice de cenar y me fui a dormir.
Hablé con Jungkook sobre asuntos de trabajo y todo resultó normal.13

No hemos tenido sexo ni tampoco nos hemos besado. No quiero que lo


haga ni tampoco quiero corresponderle. Quiero que al menos se salve
nuestra convivencia en casa hasta que encuentre un lugar donde
quedarme. Por lo menos hablamos del trabajo, de las comidas, la ropa
sucia y todo lo relacionado con la casa.4

Daehyun me mira fijamente y noto que también a Jungkook. Todos nos


miran. ¿Se nota tanto que estamos distanciados? No nos han tirado
indirectas, pero son tan evidentes que nos analizan.

Es correcto que no le he dedicado una mirada a Jungkook durante todo el


día o tal vez desde aquella vez que lo encontré con una linda y culona
chica, pero tampoco es para dramatizar. De todos modos no tenemos que
dar explicaciones de algo que nunca comenzó entre nosotros. Ni siquiera se
las pido a Jungkook ni él a mí.

Demonios. ¿Entonces por qué tanto alboroto?


El partido de fútbol es muy entretenido, recuerdo que Hoseok es muy
fanático y si él estuviera aquí nos emocionaríamos, porque solo por este
día quiero sonreír mucho y destruir la cara seria y pensativa que traigo
desde ese día; ha sido inevitable ponerla.

—Debía ser tarjeta amarilla —Jimin murmura, yo asiento rápido, estando


de acuerdo con él.

—Exacto, ese árbitro es una completa mierda —digo, metiéndome otra


palomita a la boca.62

Jimin se cambia de lugar y se pone a mi lado. Al parecer somos los únicos


concentrados en el juego.

—Pensé que no te interesaba el fútbol, princesa —NamJoon menciona,


codeándome. Olvidaba que estaba a un lado de mí. Joder.22

—Me gusta de vez en cuando. —Lo miro—. Es entretenido.

—Desde que habla con Hoseok, nuestra princesita conoce más sobre fútbol
—Daehyun canturrea.144

No muevo ni un dedo ante su afirmación, porque de cierta manera es


cierta. Hoseok me ha enseñado a ver el lado interesante del fútbol desde
que hablamos, y eso que lo hacemos en poco tiempo.

—¿Está en un equipo, no? —Jimin me cuestiona, dudoso.

—¿Hoseok? —inquiero. Jimin asiente—. Sí, es capitán de un equipo. Quiere


ser entrenador algún día, ese es su gran sueño.1

—¿En serio? ¿Y cuánto tiempo lleva entrenando? Tenía un amigo que


estaba obsesionado con el fútbol —cuenta, sacando una sonrisa de
recuerdo.2

Alzo las cejas, pensativo.


—Ni idea, le voy a preguntar a la próxima que lo vea. Únicamente sé que lo
ama con toda su alma. ¿Un amigo? ¿De la adolescencia?

—Sí.

—¿Y siguen siendo amigos?

—No lo creo, dejamos de vernos desde hace mucho. En aquellos tiempos


era un tipazo —murmura—, supongo que ahora también lo es. Pero la gente
cambia con el tiempo, así que...7

—Entiendo. Todos cambiamos, de alguna manera cambiamos... —digo,


reconfortándolo. Jimin saca una sonrisa de medio lado y la borra apenas
una manzana revota en su frente.3

Jimin se cubre la cara y se arrincona en el sillón, retorciéndose del dolor. La


manzana se ha partido en dos, aquello me hizo salir de ensimismamiento.
No se escuchan risas, simplemente el quejido de dolor que Jimin saca.
Volteo dramáticamente la cabeza, buscando detectar al culpable.93

Y entonces lo veo. Jungkook. Él ha lanzado la manzana con fuerzas y su


rostro no muestra culpabilidad. Alzo una ceja, él ni se inmuta.37

—¿Qué mierda? —le pregunto, enfrentándole.

—No me dejabas ver ni oír el partido.4

Jungkook me ignora olímpicamente y señala a Jimin, espetándole:

La piel se me estremece. Sí. Ese es Jungkook. El déspota. El hosco. El


grosero Jungkook. Tan imbécil. Un absoluto idiota.15

La indignación aumenta en todo mí ser. Quiero decirle, gritarle, pegarle. No


solo por lo de Jimin sino por...3

Agarro el cenicero de cristal más cercano, con dos colillas de cigarrillo


dentro, y se lo lanzo con saña, pegándole en el hombro. El cenicero se
quiebra al caer al suelo. Jungkook abre los ojos en grande y su boca se
tuerce. Está molesto. Lo he agredido frente a los colegas de trabajo y en su
casa.147

Pero me vale una absoluta mierda. Volteo hacia Jimin y al verle el


grandísimo chipote trato de llevarlo a mi recámara para curarle, pero los
pasos de Jungkook y su brazo, me retienen con fuerzas.1

—¿Qué mierda, Jungkook? ¡Déjame en paz!

Me oye, me ve, sus ojos me lo dicen todo, pero no me obedece. Soy yo el


que tengo que empujarle fuerte para alejarme. NamJoon se para del sillón
rápidamente en compañía de todos los demás. La situación se torna
incómoda.3

—¿En mi casa? —espeta, irónico. Entorno los ojos—. Estás en mi casa,


comes en mi mesa, de mi comida —enumera—, ¿y todavía te crees el que
puede dar órdenes? No tienes a dónde ir y si no fuera por mí, estarías de...79

—¿Después de todo lo que he hecho por ti? —le interrumpo, gritándole —.


¡He seguido todas tus putas reglas, Jungkook. Y todo por imbécil. Estoy en
tu casa, sí, como en tu mesa y de tu comida, sí, pero si no fuera por mí no
tendrías ni la ropa limpia, no tendrías desayuno, comida y cena, ni mucho
menos tendrías a alguien que te atienda todo el día completo los siete días
a la semana, soportando tus caprichos y tus groserías!78

—¡Si piensas que eres necesario en esta casa, estás muy equivocado! ¡Todo
lo que haces hasta el momento lo puede hacer cualquier otra persona. No
te necesito y si estás es porque quieres y porque te gusta!107

Siento las miradas de todos los presentes, por lo cual miro hacia la pared.
Escucho a Jimin hablarme, pero no quiero seguir ahí. Sin mirar a nadie,
camino hacia la puerta de salida y me salgo. Cierro la puerta de un fuerte
azote y camino sin rumbo fijo por las calles.48

No quiero regresar.
Capítulo 9
La diferencia es que pienso en él y me cuesta. Es un poco difícil afrontar un
duelo, el final de una "relación" que realmente nunca existió.
Anteriormente hice duelo con el primer desgraciado con el que me crucé.
Así que ya estoy más que acostumbrado. Este tipo de superación requiere
de lágrimas, pláticas extensas y de mantener todo el tiempo ocupado.6

—Entonces... ¡Quédate en mi casa! —ofrece, gustosa. Abro los ojos como


platos. Esperaba todo de ella, menos...asilo en su casa, en su bella casa —.
Hay muchas habitaciones limpias y vacías, por eso...quédate. Será bueno
tenerte aquí; todo el tiempo me la paso a solas.180

Su comentario golpea mi pecho. Lo que más me entristece es escuchar algo


como eso. Siempre me lo he imaginado, las personas de edad avanzadas
odian estar solos. Es horrible estar solo.19

Esbozo una sonrisa y ella ensancha más la suya. Tengo una idea.

—No sé por cuánto tiempo esté aquí, pero...por favor, déjeme avanzar en el
trabajo de remodelación. Es la única manera que tengo de pagarle la
hospitalidad.15

Ella salta de su silla y asiente. Se ve contenta. Sí. Ese trato nos beneficiará a
los dos. Bebo un poco de chocolate y escucho atentamente lo que me
platica.1

Serán días duros.

[...]

—¿Una semana? ¿Una maldita semana? ¿Siete días? —SeokJin estalla por
la otra línea. Asiento, sabiendo que él no está para verme.1

—Sí.
—Todos pensamos que ya habías vuelto con Jungkook. Él no ha
mencionado nada y no parece angustiado ni nada. De hecho él está muy
cerca ahora.

—Síp, eso lo sé. Él es así y nunca va a cambiar. Lamento no haberte hablado


antes, es que mi teléfono móvil lo dejé en la casa de Jungkook, bueno,
todas mis pertenencias, ropa incluida —suspiro—. Y apenas ahora me
siento más relajado para hablar con alguien. Estoy trabajando y tengo
dónde dormir, no te preocupes.

—¿SeokJin? ¿Estás ahí? ¿SeokJin?

—¡¿Qué demonios?! —Lo escucho gritar y su voz se pierde de repente.

—¿Dónde estás? —cuestiona una voz diferente. Los engranajes de mi


cerebro no se mueven por un momento, hasta que escucho unos gritos
característicos —. ¡Contesta!131

Jungkook. Esos gritos solo pueden salir de la boca de Jungkook. Tan


grosero...

El corazón se me acelera y no puedo hablar. No sé qué decir. No...no puedo.


Había olvidado inclusive cómo suena su voz. Una semana sin hablar con él.
Una semana de no verlo.

—No voy a volver, Jungkook —le digo de repente, defendiéndome. No


encuentro razón fuerte para decirlo, pero se me ha salido y estoy nervioso.
La he cagado, no debí...porque quedaré como un estúpido que cree que le
ruegan. Y Jungkook es un...

—Nadie te está pidiendo que vuelvas.135

Maldito. Es un maldito.

—Tus porquerías me estorban, así que a ver cuándo vas a la casa para sacar
todo —añade.187
Un gemido de sorpresa me sale de la boca. Debí haberlo esperado. La he
cagado. Bien, Taehyung. La has cagado y mucho. Apestas. Joder.

—Voy a ir cuando pueda.

Entonces cuelgo el teléfono y suspiro. Eres un estúpido, sí...eres un


estúpido, Taehyung.
Capítulo 10
Estoy justo afuera de su casa. He pensado mucho si venir o no. Al final me
decidí y sí. Jungkook no me intimida, no debe hacerlo. Me sacudo las ropas
antes de entrar a su casa. Está abierta y las luces prendidas pese a que a
estas horas nunca se encuentra.

Al entrar me encuentro automáticamente con él y una chica, una muy


guapa. Como a él le gustan. Tiene un culo lindísimo, porque esos
pantalones le quedan espectaculares. Por suerte ellos solo hablaban. Miro
a Jungkook y él a mí. Es extraño. No digo nada y me adentro, dirigiéndome
a la habitación.9

La chica murmura algo que no entiendo, pero no le presto demasiada


atención, simplemente voy a mi cuarto, saco la maleta del closet y
comienzo a empacar. Por suerte está todo como lo dejé, menos la cama,
esa se encuentra destendida. Jungkook seguramente se folló a alguien ahí
o dejó dormir a una de sus putas en lo que era mi cama.91

De pronto escucho unos pasos por el pasillo y huelo su perfume. Jungkook


se ha parado en la puerta a sus anchas y me observa por un largo
momento. Las manos me tiemblan, pero por alguna razón logro
concentrarme en la ropa, la maleta, y en que ya pronto me voy a marchar y
no lo voy a seguir viendo.

—Ella ha estado preparándome las comidas del día —dice con un tono de
voz muy propio.419

Me rasco una ceja y sin mirarlo, le contesto:1

—No te pedí ninguna explicación.

—Tu cara dice todo lo contrario.55


Me dirijo al pequeño tocador y recojo todos los perfumes, las cremas, los
desodorantes, mis pequeñas pertenencias. Jungkook no me ha quitado los
ojos de encima.4

—Te estoy hablando. ¡Contesta! ¡Cuando te hablo, contestas! —ordena,


acercándose. Se ha enfurecido y lo único que puedo hacer es mirarlo y
retroceder para evitar que estemos cerca.91

Jungkook se detiene y me observa. Sus ojos muestran la rabia contenida.


No le gusta que lo dejen hablando solo y de alguna manera lo utilizo para
molestarlo. No puedo evitarlo.

Él da un paso y yo retrocedo uno de igual manera. Jungkook alza la ceja


derecha y arruga toda la frente. Avanza nuevamente, desafiante y yo
retrocedo, evitándolo. Sé que a pocos pasos estaré contra la pared y por
ello cierro la maleta y la bajo de la cama. Pienso irme antes de que ocurra
algo de lo que me pueda arrepentir.

—¿Qué mierda se supone que haces? —cuestiona, avanzando todo lo


posible. No retrocedo y lo enfrento. No debería, pero me he quedado
congelado y huir no es bueno la mayoría del tiempo —. ¡Contesta!38

Miro hacia otra dirección que no sea su rostro y pienso en qué responderle.
De repente los nervios me han borrado todo el discurso que tenía para
gritarle por si acaso.3

—No me grites. No seas un idiota.. —le pido, interponiendo la mano cuando


siento su cuerpo ya bastante pegado al mío —. ¿Quién demonios te crees
para hablarme así? ¡Imbécil! —Lo empujo para alejarlo y él
sorpresivamente se echa hacia atrás—. No eres nadie para ordenarme
nada, maldita sea. ¿¡Me escuchaste!? ¡Nadie! ¡No eres nadie!20

—Con el que follas —murmura. No estoy seguro de si murmura por temor o


porque ha pensado en voz alta —. El que te abre las piernas, ¿no es
suficiente derecho?208
Un gélido escalofrío me recorre por completo. Sonrío, irónico.

—Con el que follabas...—corrijo para volver sus palabras a pasado—, el que


me abría las piernas. Y no, no es suficiente derecho. No tienes derecho a
exigirme nada porque no somos nada.15

—¿Ese es el problema? —Me interrumpe de repente, retador —. ¿Estás


molesto porque no eres nada más que un simple agujero?116

Los ojos me arden de rabia.

—Sí —respondo en alto—. Para culos que quieras utilizar algunas veces
mejor búscate a una puta de cabecera, una puta que esté de acuerdo con
que folles con ella y con otras personas.

—Me gusta follar contigo —expone seriamente. Trago saliva. Lo sé. A


Jungkook le gusta follar conmigo, eso era obvio, pero que me lo diga tan
directamente suena como un sueño hecho realidad.91

—El problema es que a mí no me gusta estar con una persona que folla con
otros y conmigo al mismo tiempo —digo sincero, ya más tranquilo. Suspiro,
calmándome un poco más —. No me gusta compartir lo que es mío. Por eso
—muevo las manos, para explicarme—, por eso nosotros nunca vamos a
encajar.2

—¿Y crees que lo vales? —Su cuestión me confunde—. ¿Crees que vale la
pena que yo deje todos esos cuerpos por el tuyo?148

—Lo valgo —entorno los ojos. Sus cuestionamientos me han humillado de


algún modo. Es tan frío y grosero. Nunca piensa antes de hablar, siempre
habla como un bruto—. En cambio, tú no vales lo suficiente para que yo te
entregue todo —añado, enojado por todo lo ocurrido. Jungkook se queda
callado, mirándome.258

—¿Estás enamorado de mí?21

—No.
—Mientes.46

Jalo la maleta y le paso por un lado, sin embargo, Jungkook cierra la puerta
antes de que salga, impidiéndome la huida.

—Intentémoslo. —Ladeo la cabeza para verle—.Vamos a intentarlo —


continúa, sin dejar de verme a los ojos—, quédate. Vamos a hacer las cosas
a tu manera.
Capítulo 11
—¿A mi manera? —inquiero luego de haber tragado saliva duramente
frente a los fríos y oscuros ojos de Jungkook. Él no desvía la mirada, se ve
seguro como siempre —. ¿A qué te refieres?76

Él alza una ceja, como si lo dicho anteriormente no hubiera quedado del


todo claro.

—¿Cómo se le llama a eso? ¿Pareja? —responde, tomándose su propio


cuestionamiento como si fuera gracioso. Yo no le miraba nada de gracioso
—. Ser lo que tanto quieres.7

—¿Y con qué objetivo? —insisto, esperando que no siga hablando como un
bruto.

—Lo he aclarado hace un momento. —Como siempre, no responde


directamente y evade.

—Recuérdamelo entonces —lo animo. No me muevo de donde estoy, pero


evito a toda costa que me toque.

Él parece pensar si contestarme o no. Se debate, lo sé porque él siempre


evade todo y le gusta hacer las cosas a su manera. Es un egoísta y un
imbécil de primera.

—Follarte. Hablábamos de eso, ¿o quieres que te siga recordando?68

Frunzo el entrecejo.

—Hace un momento dudabas de si valía lo suficiente como para dejar tu


vida de follador egoísta. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Él sonríe de lado como un atisbo de respuesta.

—No dudaba. Simplemente quería escuchar tu respuesta.


—¿Y te gustó mi respuesta? —suelto de repente, encabritado. Cada vez que
Jungkook responde a algo noto que nunca va a cambiar. Es muy difícil que
lo haga y arriesgarme no está en mis planes.

—Sí. ¿Por qué no iba a gustarme? ¿O quieres que te recuerde quién


comenzó con todo esto?15

—¿"Esto"? ¡Habla claro, no somos simples desconocidos!

—Follar cotidianamente, eso. Lo comenzaste tú, ¿no lo recuerdas?

—Oh sí, y yo te obligué, te amenacé con una pistola para que lo hiciéramos.
¿O qué? Parece que te agradó bastante.53

—No digo lo contrario —dijo seriamente, con un volumen más ronco de lo


habitual —. Lo único fuera de lugar es que te hayas encaprichado conmigo
—continúa—, por ello te digo que te quedes y lo hagamos a tu manera, al
menos así tendré tu culo cada que quiera.154

—¿Yo encaprichado contigo? ¿Solamente yo? —refuto con ironía. Jungkook


parece percibir mi molestia —. Si yo fuera el único encaprichado no estarías
ofreciendo hacer las cosas a mi manera.36

—Quizá sí lo estoy: encaprichado con tus insinuaciones y ese carácter tan


peculiar que te vuelve erótico. ¿De dónde lo sacaste, eh? No lo tenías
cuando te conocí.76

Me quedo callado. Desvío la mirada y me encojo de hombros. Jungkook es


un animal, un estúpido. Hablar con él es desgastante, siempre atacará y
buscará dejar en claro que el único interesado y culpable soy yo. Él jamás
se hace responsable de nada en lo que corresponde a relaciones sexuales y
amorosas. Quisiera entenderlo...pero ya lo he entendido por suficiente
tiempo. Me he cansado de la situación, por más que quiera escucharlo y
volver a lo que éramos, no puedo, porque cada vez que abre la boca me
doy cuenta de que su forma de pensar posiblemente nunca cambiará.31
—Lo piensas demasiado. No tiene sentido cuando sé que quieres quedarte
—añade él, haciéndome buscarlo con la mirada—. No pienso rogarte, así
que no pongas esa cara para hacerme cambiar de opinión.

Sus ojos recorren todo mi rostro. Me evalúa, me mira como si estuviera en


sus manos, pero no.

—Que me guste acostarme contigo no te da el derecho de hablarme así. Si


pensaste que me quedaría luego de que me dijeras que ibas a hacer las
cosas a mi manera, estás muy equivocado.153

—No voy a rogarte, si piensas que...—me interrumpe con prepotencia, pero


levanto la mano para hacerlo callar y prosigo:

—Si algún día llegaras a estar totalmente interesado en estar conmigo y no


solo sexualmente, cuando dejes de ser un egoísta, un hosco y un bruto,
búscame. No te prometo que siga interesado en ti para ese entonces, y
tampoco estoy seguro de que busques algo serio conmigo algún día, pero
es lo único que quiero hacer ahora. Y no, no quiero que me ruegues nada,
de todos modos, por todo lo que me dijiste no creo que estés interesado en
mí de otra manera que no sea sexual —echo un suspiro, sonriendo de
lado—, por eso no necesitas rogar por algo que puedes tener en cualquier
momento y de la manera que gustes con otras personas. De igual modo no
eres el único hombre con el que pueda divertirme en la cama un rato, así
que estamos a mano.527

Jungkook no ha dejado de verme, pero se nota también que no va a


cambiar su forma de pensar, así como yo no voy a someterme a él cada que
quiera. Sujeto la maleta, la llevo conmigo y cruzo la puerta de la
habitación.50

Sé que no me detendrá y tampoco quiero que lo haga.


Capítulo 12
Han pasado cuatro días desde aquella vez que hablé con Jungkook. En
esos cuatro días he estado ocupado al cien por ciento que apenas el día de
hoy lo recuerdo. Es un alivio después de todo no gastarme la vida
pensando en él.1

He estado comunicado con SeokJin y con Jimin. A veces salimos a comer o


a beber y luego vuelvo a dormir. Ahora que lo pienso bien, Jimin me
comentó apenas ayer que Jungkook le estuvo preguntando por mí. Jimin
no me dió gran detalle porque cambiamos de tema, pero al parecer se le
escapó un "Jungkook ha estado trabajando en su impulsividad y su forma
de hablar"107

Sinceramente, espero que lo haga por él mismo principalmente.32

Suspiro. Camino más rápido para llegar a casa de Doña Cata y es entonces
que percibo que una mano fuerte me retiene, tomándome por sorpresa.
Suelto un gemido de dolor y me alejo automáticamente para poner
distancia entre dicha persona y yo.13

Levanto la mirada y es cuando lo encuentro a él. A Jungkook. Al estúpido y


bruto de Jungkook. Alzo una ceja y él frunce el entrecejo. Está molesto y al
parecer, ebrio.21

¿Jungkook ebrio? Entorno los ojos. Jungkook está acostumbrado a beber y


que esté ebrio es algo nuevo, bastante fuera de lo común, de hecho.

-¿Quién es? -Pregunta, su aliento a alcohol choca contra toda mi cara, sin
embargo, su voz suena firme, un poco más molesta que normalmente, pero
pese a su estado, fluye bien.122

-¡Me asustaste, Jungkook! -Me alejo un poco y trato de controlar el susto.


Realmente me había tomado por sorpresa. Por un instante pensé que era
un ladrón.8
-¡¿Quién demonios es?! -Se acerca tan furioso que retrocedo y el pie se me
falsea. Jungkook no se inmuta. No sé a lo que se refiere. Quizá está fuera de
sí por su estado, aunque no estoy seguro. No parece tan perdido, porque ni
ebrio se le quita lo grosero y tosco -. ¡Contesta, joder! -Me jala del brazo,
hasta que ambos terminamos uno frente a otro -. ¡Que contestes! ¡¿Es él,
no es así?! -insiste, apretando con más fortaleza su mano contra mi
brazo.118

Lo empujo y me alejo nuevamente de él. Jungkook es incapaz de


golpearme, lo sé, lo conozco, pero a él le encanta agarrarme con fuerzas de
cualquier extremidad para dejar claro quién manda. Pero de nuevo está
equivocado.36

En ese momento que Jungkook vuelve a acercarse para jalarme con él,
NamJoon aparece, deteniéndolo. Veo cómo lo deja tras su cuerpo,
evitándome el contacto con Jungkook, y camina hacia mí con decisión.

-Vuelve a casa, Jungkook se está volviendo loco sin ti -me espeta,


llevándose a Jungkook consigo a base de agarres fuertes.222

Mi corazón ha aumentado su celeridad.

Jungkook.40

Jungkook ebrio.57

Jungkook ebrio ¿por mí?61

Jungkook ebrio buscándome.34

Jungkook ebrio ¿celoso?40

Jungkook ebrio desesperado24

Jungkook ¿volviéndose loco porque no estoy cerca?70

¿Jungkook ebrio cuando siempre soporta grandes cantidades de alcohol


en su organismo?54
Me pregunto desde qué hora ha estado bebiendo y también si estará bien
luego de esta vez. ¿Estará comiendo bien y sanamente? ¿Su ropa estará
lista? ¿Dormirá bien? Me muerdo el labio. Jungkook me puede, pero
también me enoja. De todos modos él puede cuidarse por sí mismo. Porque
seguramente lo único que busca de mí es que sea su sirviente.75

Niego con la cabeza y entro a la casa, todavía escuchando cómo Jungkook


refunfuña con NamJoon.

Se lo dije, le dije que me buscara cuando dejara de ser un bruto, pero


prefiere emborracharse y venir a darme órdenes...Demonios. Jungkook es
un tontito después de todo.147

Sonrío de lado, a pesar de todo fue bonito volverlo a ver. Fue demasiado
lindo saber que Jungkook ha estado tratando de cambiar su
comportamiento impulsivo aunque todavía no haya buenos resultados.
Capítulo 13
El día de hoy he terminado la remodelación de la casa de Doña Cata. Todo
ha salido bien y los días sin descanso han concluido, lo que significa que
me voy a ver con SeokJin y Jimin para beber un poco. Doña Cata se ha
puesto feliz porque todo está hecho y quiere que me divierta, así que le he
tomado la palabra.4

Han pasado cinco días desde que Jungkook fue a buscarme en estado de
ebriedad. No he sabido nada de él y lo pienso ahora porque ya no tengo
nada qué hacer. De ahora en adelante seguramente voy a pensar en lo que
estará haciendo...1

—NamJoon ha invitado a Jungkook —Jimin me dice al oído—.


Seguramente se comportará como una mierda contigo, pero lo que en
realidad significa es que te extraña. Aceptarlo no está en su orgullo —
comenta, apretándome el muslo cuando se abre la puerta del bar,
dándome ánimos. Es entonces que Jungkook entra junto a NamJoon y
otros tres tipos más. Parece gruñón y tiene ojeras... ¿Jungkook con
ojeras?148

Aprieto los labios y niego mentalmente. No puedo preocuparme tanto por


él. Desvío la mirada y me centro en la cerveza que tengo en la mano. Una
corona, una deliciosa corona extra, heladísima, aunque afuera esté
haciendo un frío del demonio.192

NamJoon se sienta en nuestra mesa, seguido Jungkook y por último los


otros tipos. Jimin los saluda y para no verme intimidado, levanto la cara,
los observo y los saludo también. La mesa donde estamos sentados es
grande, de hecho algunas veces la hemos usado para jugar cartas o hacer
apuestas.
—La princesa está aquí —canturrea alguien tras mi espalda. Siento un
apretón en el hombro y me giro para ver de quién se trata. Daehyun
también está aquí —. Por un momento pensé que ya no vendrías por estos
rumbos...8

No sé si su comentario sea bueno o malo, pero sonrío y asiento, pensando


en qué responderle.

—¿Y por qué dejaría de venir aquí? —lo reto.

Entonces no responde y cambia de tema drásticamente. Bebo un trago de


mi tarro de cerveza y entonces mis ojos se conectan con los de Jungkook.

Él mantiene su mirada fija en mí, en toda mi cara. Era tan penetrante que
no puedo evitar que los colores se me suban al rostro. Me sonrojo, lo sé,
pero trato de restarle importancia.4

De repente todos comienzan a charlar de trabajo, de chicas, de groserías.


Se ríen... como siempre. Nada ha cambiado. Inclusive Jungkook se unió a la
plática, se ríe en momentos y parece estarlo disfrutando.4

El mesero trae otro tarro de cerveza para todos y sigo bebiendo. Me siento
incómodo. Jungkook en momentos me ve fijamente y en otros me ignora.
Parece estar jugando conmigo. Incluso durante toda la plática salió a la luz
una chica que probablemente sería su nueva "aventura".24

Aun así, no quise sentirme excluido. Jimin y SeokJin platicaban conmigo de


otras cosas. Todos en esa mesa teníamos conversaciones totalmente
diferentes y eso hizo que ya no me sintiera tan patético.

Jungkook de verdad parece estarse burlando de mí... Se ve...feliz.5

¿Ya no recuerda aquella vez que fue a buscarme? Incluso estando ebrio
nada se le olvida...

¿Y si Jungkook ya me ha olvidado, y si ya se ha cansado de cambiar su


actitud hosca? Sonrío de lado, bebiendo otro trago de mi cerveza. Levanto
la mirada y vuelvo a encontrarme con sus ojos, con aquellos ojos que se
clavan en los míos con fuerza. No sé si está molesto, si está burlándose. Su
rostro es ilegible.

Sin apartar sus ojos de los míos, levanta su cerveza y la bebe por completo,
sin respirar si quiera. Aparto la mirada de la suya y me dedico a ver y
escuchar a los otros.

[...]

Diez minutos han cursado entonces.

Ya quiero irme. Me siento nervioso, ansioso e inclusive asustado; Jungkook


no ha dejado de verme durante esos diez minutos. Y mientras me ve, bebe
litros y litros de cerveza. Incluso de re ojo miro cómo los nudillos se le
ponen blancos al sujetar el mango del tarro fuertemente.105

Puedo jurarlo: Jungkook está furioso. Y no sé por qué ni con quién. Quiero
irme ya. La situación está asustándome demasiado.26

De vez en cuando miro el reloj de mi celular. Son las 11 de la noche.


Necesito irme ahora mismo.

—¿Ya te vas, Tae? —SeokJin me pregunta. Asiento. Me despido con la mano


de todos y nervioso, me pongo la chaqueta, me dirijo a la barra para pagar
lo que he consumido. De repente no escucho ningún sonido, pero sí a
alguien acercándose. Me estremezco, aunque me controlo
inmediatamente.

Recibo el cambio y me giro, encontrándome con Jungkook. El corazón se


me detiene.

—Jungkook, mesa tres, cóbrate —le espeta Jungkook al joven que atiende,
sin apartar su mirada de la mía.7

Me muevo hacia la derecha y paso por su lado, dirigiéndome a la salida.


Joder. ¡Va a seguirme! Camino rápido por la acera, temblando de frío. Debí
haberme vestido con algo más caliente y no sólo con unos jeans, una
camiseta de manga larga y una chaqueta simple.15

Me espero a que un auto me deje cruzar la calle y en ese instante, siento


que algo tibio me cae sobre los hombros. Me estremezco y me giro,
encontrándome con Jungkook. Él está...poniéndome su gran chaqueta
mientras él se queda con un suéter simple únicamente.227

—No...—murmuro, callándome al ver cómo me mueve para ponerme bien


la chaqueta. Me está vistiendo, parezco un infante —. Está helando y tú sólo
te quedarás con ese suéter. —Señalo su ropa y él me ignora. Sube el cierre
de la chaqueta que me acaba de poner y me agarra de la mano para
comenzar a caminar.39

No tengo idea de lo que hace.

—Te llevaré al lugar donde te estás quedando —repone, caminando más


lentamente. Su mano está tan caliente a pesar del frío. Jungkook siempre
se mantiene caliente y me gusta.162

Jamás me ha tomado de la mano, menos en público, por eso mi cara de


sorprendido no desaparece. ¿Qué demonios le pasa a Jungkook?

—¿Así que te has estado acostando con Hoseok? —Habla luego de unos
minutos de estar en silencio —. ¿Desde cuándo te volviste tan
cualquiera?.479

Ahí va de nuevo. Me detengo, zafó mi mano de la suya, me la meto en los


bolsos de la chaqueta y respiro para controlarme. No me quiero quitar su
chaqueta porque me muero de frío y sé que de los nervios posiblemente
vaya a tartamudear.

Jungkook es tan imbécil para hablar. Su comentario no me lo tomo tan


personal, es decir... Jungkook cuando se siente herido siempre es un
grosero de lo peor. Seguramente le han contado un chisme y ahora se está
desquitando conmigo porque se siente traicionado.

Las mañas de Jungkook no me agradan y no las voy a soportar, pero lo


conozco y sé que en estos momentos tiene poca confianza por todo lo que
está pasando. Lo comprendo, pero sigo sin aceptarlo.

—¿Para eso me tomas de la mano? —cuestiono, desviando la mirada de él.


Sé que me mira fijamente y que está molesto, mucho —. ¿Quieres llevarme
a donde me estoy quedando para humillarme en todo el camino, pensando
que yo no abriría la boca para defenderme?35

Jungkook no contesta. Me decido a verlo y no se arrepiente ni un poco.


Parece estar pensando, pero su enojo y su orgullo es tan grande que no
piensa pedir disculpas.

—¿Por qué te pones tan celoso si nosotros no somos nada? —reprocho esta
vez, cara a cara —. Tengo todo el derecho de acostarme con quien quiera.
Incluso tú lo estás haciendo, ¿entonces qué te molesta?

—No me he acostado con nadie desde la primera vez que te fuiste —se
defiende, feroz.213

—Te dije que cuando me buscaras no siguieras siendo un egoísta, que...

—Lo sé —me corta, acercándose. Retrocedo. Él frunce el entrecejo —. ¿Me


tienes miedo? —Lo miro, sorprendido. Niego con la cabeza —. ¿Entonces
por qué retrocedes cada vez que me acerco? ¡No lo soporto!98

Da un paso y yo vuelvo a retroceder.13

—Porque no te quiero tener cerca cada vez que te comportas como un


imbécil.

—Estoy tratando de cambiar —comenta. Parece que ha hecho un esfuerzo


para decirlo porque no me mira —. Así que deja que te tome de la mano y te
lleve a donde te estás quedando.140
—No. —Me niego. Su forma de pedírmelo es una orden, él sigue siendo
dominante, es tan orgulloso. Sin verlo, me decido a caminar, pasando por
su lado. Jungkook me jala fuertemente, rudo, y me retiene frente a él.32

—Por favor. —Me busca con la mirada, reflejando su lucha interna. Sus ojos
parecen advertirme que su orgullo está en el suelo y que odia sentirse así.
Jungkook nunca ha accedido con nadie. Supongo que le cuesta mucho
trabajo salir de su zona de confort —. Sólo...déjame relajarme.168

En ese instante, cierra los ojos y respira profundo. Al verlo, los ojos se me
llenan de lágrimas. Jungkook parece contar mentalmente. Él realmente
está contando... está... buscando relajarse.
Capítulo 14
Luego de varios segundos, él abre los ojos y me mira. Me he quedado
mudo.15

—Lamento ser tan impulsivo —dice sincero. Lo veo en sus ojos —.


Quedémonos en silencio y permíteme tomarte de la mano para
acompañarte a donde te estás quedando, ¿por favor?.318

Su nueva forma de hablarme me estremece. No es común en él y no parece


forzado a decirlo, eso me dice que a pesar de todo no lo hace por
obligación.2

Tomo su mano y comienzo a caminar a su lado. Él aprieta mi palma y


ambos caminamos en silencio.

Jungkook sigue tenso, tal vez nervioso, pero al paso de los segundos siento
que se tranquiliza y me aprieta más la mano, cuidando de no lastimarme,
pero firmemente. No quiere soltarme...y se siente bien.

No decimos nada, simplemente caminamos y miro de re ojo su expresión.


Parece pensante, impaciente. Sin embargo, ambos seguimos respetando
ese silencio que es tranquilizador ya cuando vamos a mitad de camino.

El corazón no ha dejado de palpitar fuertemente contra mis costillas, pero


todavía así busco respirar normalmente, pensar y pensar...

Jungkook nunca ha sido una mala persona. Él sólo...es alguien que no se ha


abierto sentimentalmente con alguien. Pero conmigo se esfuerza. Le gusto.
Yo le gusto.130

Miro de re ojo nuestras manos entrelazadas, nuestros dedos encajan


perfectamente y mi mano está sudando. La suya es tan caliente que siento
que nuestro agarre hace que nuestros dedos se resbalen. Jungkook parece
notarlo, porque sonríe de lado y abre más su mano para volver a afianzar el
amarre.91

Entonces veo que nuestro momento está a punto de terminar. Estamos


muy cerca de la casa de Doña Cata.

—Sé sincero —dice sin rodeos. Nos detenemos frente a la casa de Doña
Cata y me mira, todavía sin soltarme de la mano —. ¿Has tenido algo que
ver con él?103

No hay necesidad de preguntar a quién se refiere con "él". Sé que no quiere


repetir su nombre y que lo tiene hasta de nervios con solo referirlo.

—No —contesto seriamente. Jungkook me mira y no pestañea. ¿Cree que le


miento? Jungkook se ha de sentir bastante traicionado —. No he estado
con nadie más que contigo.72

Su tensión parece disminuir e incluso veo un brillo en sus ojos a pesar de


que no sonríe.1

—¿Es muy pronto si te pido que regreses a casa, conmigo?.394

El corazón se me detiene por un momento. Trago saliva duramente y sé


que me he sonrojado hasta las orejas pese a que el viento helado me ha
congelado el rostro.

No me ha soltado la mano y espera raramente paciente a que le responda.

—Eso significa que...

—Significa que lo he pensado bien. Me gustas, he estado preocupado, te


he...—Se detuvo. Me estremezco. Aprieta la quijada sin apartar sus ojos de
los míos y por un momento pienso que no va a completar lo que iba a
decirme. Él sabe, está al tanto de que espero pacientemente para que
complete todo lo que tenga que decir, pero parece estar procesándolo,
quizá aceptándolo —. Te he extrañado todo este tiempo. Te necesito, y te
quiero de vuelta.
Capítulo 15
Aprieto su mano y él la aprieta al mismo tiempo. ¿Cómo puede ser tan
malditamente adorable a pesar de tener esa cara de querer asesinar a
alguien? Se ha esforzado y siento que debo premiarlo, pero antes...65

—Lo que sucede es que tengo una cuenta pendiente con Doña Cata —Miro
de re ojo la casa de ella. Jungkook asiente, sin estar totalmente de acuerdo.
Veo que las venas de sus brazos se hinchan y sé que está molesto. Quizá
molesto consigo mismo por haberme dicho algo tan difícil para él y que yo
no le respondiera como esperaba. Me acerco totalmente hacia él y sonrío
de lado, suavemente —. Soy su albañil, me ha recibido en su casa, ha sido
una buena persona.

—¿Has trabajado tú solo? —Asiento. Él frunce el entrecejo —. ¡¿Tú solo? ¿A


pesar de que esa casa es grandísima?! ¡¿Y te pagó bien?! —Ruedo los ojos.
Me conoce.66

—Es una persona mayor, Jungkook.

—¡¿No le cobraste?!.11

—Cállate —Pongo un dedo en sus labios. No quería que ella escuchara.


Doña Cata me había estado consintiendo mucho. Y para qué mentir, sí me
pagó, pero no le cobré lo que Jungkook le cobraría —. Me pagó —lo
tranquilizo—, está bien. Lo que me pagó está bien...

—¿Es una broma, verdad? —Gruñe, soltándome la mano bruscamente.30

Ahí vamos...de nuevo. El Jungkook bruto ha salido. Ya se me hacía tan


extraño que se mantuviera tranquilo todo el camino...64

—¿Cómo puedes ser tan idiota? La última vez te dolía la espalda y no


debiste trabajar. ¡Se supone que ibas a cuidarte!133
Es ahora cuando entiendo el doble sentido de que me disminuyera el
trabajo el mes pasado. Eso y lo de Hoseok fueron la causa de que me
tuviera en casa todo el tiempo...

—Eso fue hace un mes...—quise intervenir y decirle que ya no me dolía,


pero él no me escucha y sigue con lo que le causa conflicto.

—¡No porque sea una anciana y te de lástima va a explotarte como un


burro!97

Entonces la sangre me hierve. Jungkook ni siquiera tiene respeto por las


personas mayores. Le suelto una cachetada y él alza una ceja. Está
enfurecido, pero yo también.108

¿Cómo llegamos a esto? Sólo Jungkook y yo podemos pelearnos todo el


maldito tiempo.32

—¡Cálmate! —le ordeno esta vez yo, retrocediendo —. ¡Tú no sabes nada,
ella fue la única que me consoló luego de haberte visto follando con una
mujerzuela en el sillón de tu sala. Así que no te permito que le hables así!28

—¡No me levantes la voz! —ordena esta vez él. Avanza y de nuevo


retrocedo. Aprieta la mano derecha hasta empuñarla por completo.89

—¡Cállate! —gruño esta vez, enfrentándolo. Si piensa que es el único que


tiene un carácter fuerte, entonces está equivocado —. ¡Estoy harto,
Jungkook! ¡Creí que estabas esforzándote!2

—¡No me levantes la puta voz! —Grita, haciéndome temblar. Sus ojos


brillan de furia reprimida. Quiere darme un puñetazo, su mano empuñada
tiembla, pero no la alza. Se contiene.125

—¡Vete al demonio, Jungkook! —Me desabrocho su chaqueta y siento que


voy a llorar en cualquier momento, pero no quiero llorar frente a él —. ¡Vete
a la puta mierda! —Le grito más fuerte, le aviento su chaqueta y me doy la
media vuelta. Siento que me agarra del brazo, tosco, como siempre y busca
arrastrarme con él, pero me zafo a como puedo y lo miro. Los ojos se me
han llenado de lágrimas, llanto de desesperación, de impotencia. Estoy tan
sensible. Una vez más las ilusiones de que podamos funcionar como pareja
se han roto. Nada sale bien, una vez más nada sale bien y Jungkook nunca
va a abrazarme en momentos de crisis, jamás dará su brazo a torcer. Y,
justo ahora, puedo notarlo. Jungkook, incluso al verme a punto de llorar no
hace nada. No se acerca, no quita su rostro enojado a pesar de que estoy
sin moverme, a la esperada de que venga por mí, pero no tiene iniciativa. Él
no piensa hacer nada, me lo dicen sus ojos. Sigue siendo un egoísta.
Después de todo Jungkook simplemente busca su estabilidad y no la de
ambos —. No te quiero volver a ver —espeto con seguridad, metiéndome a
casa de Doña Cata.145

Jungkook no me detiene. No grita. No está en contra de mis palabras.


Parece estar de acuerdo.3

Lo único que necesito es que me abrace fuerte y no me deje marchar, pero


no lo hará, porque no me conoce tan bien como yo lo conozco a él. Él no
me entiende como yo lo he entendido todo este tiempo.+

Tal vez no debemos estar juntos.


Capítulo 16
Llevo veinte minutos hablando con Doña Cata de Jungkook, de lo que
acaba de suceder. He llorado un poco, pero ya me siento mejor. He
entendido que me sobrepasé un poco y que me alteré. Sigo sensible, pero
ya menos. Quiero darme una ducha bien caliente, pero por desgracia al
momento de quitarme la playera para comenzar a desvestirme, escucho un
grito.2

—¡Sal ahora mismo, Taehyung!214

Niego muchas veces con la cabeza, creyendo que estoy alucinando. ¿Cómo
puedo escuchar los gritos de Jungkook luego de 30 minutos que discutí con
él afuera?77

Me tapo los oídos, pero escucho que alguien toca la puerta del baño,
seguramente Doña Cata. Me pongo la playera y el suéter, entonces salgo
del baño.

—El muchacho está afuera.

Abro mucho los ojos. —¿El muchacho?5

—Con el que discutiste hace menos de una hora —cuenta, llevándome


hasta la ventana del segundo piso. Al mirar hacia abajo, lo veo. A Jungkook,
a su camioneta mal estacionada y a él gritando como un loco,
ordenándome que baje. ¡Qué ridículo! Pero qué, ¿trajo su camioneta?161

Me muerdo el labio y una sonrisa tonta se me escapa. Es tan tontito, pero


eso significa que sigue intentando arreglar las cosas. Le acabo de decir que
no quiero verlo y él se pone a gritar, despertando a todo el vecindario. ¡Oh,
los vecinos!93

—¿No vas a bajar a ver qué necesita?

—No—le contesto—. Al rato se irá, no es paciente.6


—El vecino de al lado me ha hablado y me dijo que ya lo reportó por
desorden público —añade ella. El simple recuerdo de que Jungkook ya ha
tenido un encuentro con la policía, me altera. Además, estaba tomado y es
un animal. Seguro golpeará a todo el que se acerque ahora. Maldita sea, es
tan impulsivo.47

Niego con la cabeza una y otra vez, pero al mirar por la ventana que el
vecino ha salido y se ha puesto frente a frente con Jungkook, me
estremezco, más al escuchar que se gritan y que Jungkook le ha metido un
puñetazo en la cara hasta tumbarlo. El corazón se me acelera. ¡Es un
imbécil!136

Veo que dos hombres muy robustos han salido a ayudar al vecino recién
golpeado y se lanzan contra Jungkook.

—Son boxeadores, Taehyung. Es mejor que vayas con él y lo saques de aquí


mientras yo me encargo de los vecinos —me dice, llevándome escaleras
abajo.124

Corro todo lo que puedo, salgo de la casa y avanzo hacia aquellos tres.
Jungkook tiene sangre en la nariz y el rostro golpeado. Lo veo toser y cómo
uno de los vecinos le da un golpe en las costillas. Doña Cata se dirige hacia
los vecinos y en eso, Jungkook agrede al que recién lo golpeó,
reventándole la nariz. Veo sangre en sus nudillos, sangre en su boca, nariz y
cuello. ¡Es un monstruo!39

Llego hasta Jungkook y lo jalo cuando Doña Cata se pone frente a los
grandotes y les pide que se tranquilicen. Los vecinos escuchan con
atención a Doña Cata y yo llevo a Jungkook a su camioneta. Él me agarra de
la mano, dominante y me lleva al asiento del copiloto.4

—¡Nos vamos! —Espeta, abrochándome el cinturón. No hago fuerza. Me


pone de nervios verlo sangrar. Necesito curarlo lo antes posible. Es un
bruto...Maldita sea.11
De repente he olvidado que le he dicho que no quería verlo. Ahora detener
su sangrado es lo primordial. Enciende el motor y arranca, manejando
veloz. No quiero hablarle a pesar de que tengo miedo por la velocidad con
la que conduce.50

Está molesto y es muy agresivo, así que es mejor aferrarme al cinturón de


seguridad y pedir a los Dioses que lleguemos bien a su casa. Y para suerte,
no hubo tráfico y llegamos en 5 minutos. Durante el camino no dijimos
nada, simplemente él me miraba de re ojo y yo a él para verificar si seguía
sangrando o no.2

Al ver que se estaciona, abro la puerta y me dirijo a su casa, la que antes


compartimos juntos. Me hormiguea el estómago solo de recordarlo. Está
cerrado con llave, por lo que Jungkook abre por mí y espera a que me
adentre primero.

Entro a la sala e inmediatamente me dirijo al baño por unas gasas, alcohol,


curitas, algodones y por agua tibia. Ya con todo en la mano, voy hasta la
sala, donde Jungkook no se ha movido.21

Sigue enojado.31

Es como un monstruo que solo yo puedo calmar. Se siente tan bien ver eso.
Me le paro al frente, lo miro a los ojos. Él tiene las manos empuñadas, pero
me vale un comino y lo agarro de la mano, como los niños chiquitos y lo
llevo al sofá más próximo. Lo siento y él gruñe, pero agarro su rostro, estiro
sus mejillas, pese al dolor que siente y luego lo acaricio con los dedos.102

—No te muevas —le pido, besándolo en la frente. Él frunce el ceño, pero se


relaja luego. Se ha calmado un poco. He tranquilizado a la fiera.200

Sonrío por dentro. Agarro su barbilla y comienzo a limpiarle la sangre y a


limpiarle los raspones, todos los golpes que tiene en la cara. Seguramente
van a estar morados dentro de una hora.
—¿Te lastimaron en las costillas? —pregunto. Jungkook gruñe, respirando
rápido y ruidoso. Parece un verdadero animal. No sé si está acelerado por
los nervios o por indignación.54

—No —dice, apretando los labios. Para borrar esa línea recta que ha
formado, paso el dedo sobre sus resecos labios. Él abre la boca y suelta su
aliento caliente en la yema de mi dedo.

Me agarra la muñeca rápidamente, con fuerza para evitar que yo aparte el


dedo de sus labios. Entonces sube toda mi mano a su boca y me besa los
nudillos. Le agarro el cabello con la mano contraria y levanta la vista para
verme. Me jala con fuerzas y me inclino, quedando a pocos centímetros de
su boca.54

Entorno los ojos y me agito rápido. Mi entrepierna se ha endurecido y he


notado que la suya también. Me siento en su regazo, con las piernas
abiertas, asentadas en los costados de sus muslos, y él me abraza de la
cintura, atrayéndome.119

No sé lo que está sucediendo, pero tenemos química. Estamos envueltos,


hemos reaccionado como si fuéramos imanes que se unen. Siento el
magnetismo, esa fuerza, su excitación y la mía. No tengo control de mi
cuerpo. Quiero hacer el amor con él. Quiero hacer todo con él esta noche y
las próximas. No me importa nada más.81

—Nunca más vuelvas a decir que no quieres volverme a ver. —Susurra,


apretándome la cintura —. Me volvería completamente loco si lo haces —
añade, besándome la boca con desesperación, hambre reprimida que me
vuelve frágil. Abro los labios para recibirlo, abrazándolo por el cuello. El
vientre se me retuerce ante la sensación.272

Su lengua acaricia astutamente la mía y sus labios presionan los míos con
dominancia. Hacía bastante tiempo que no lo besaba y no quiero
despegarme, por lo que abro más la boca y lo beso lentamente,
mordiéndole los labios.

Gimo bajito y él gruñe cuando mi entrepierna se roza con la suya.

Incluso peleando en todo momento, también podemos reconciliarnos de


esta forma. De tan solo recordarlo la excitación sube y él lo nota, pues
jadea y me aprieta el trasero.27

Jungkook y yo podemos ser la mejor pareja cuando estamos así, a punto de


hacer el amor. Tal vez lo único que necesitamos es calmar la frustración
sexual y volver a comenzar.
Capítulo 17
—Sabes a sangre. ¿Estás bien? —cuestiono, separándome casi por
completo. Me mira, hace cara de pocos amigos y desvía la mirada.

Jungkook odia que interrumpa cuando estamos a punto de hacerlo, pero


en verdad me preocupa su estado. Acaba de ser golpeado, sabe a sangre y
no puedo saber si está bien o realmente adolorido.

—¿De nuevo te vas a enojar? Mierda, esto es tan difícil, en serio que...

Me acerca a su cuerpo y responde:

—Estoy bien.

—Pero estás sangrando —refuto. Él de nuevo pone cara de pocos amigos.


Ahí vamos de nuevo...48

Creo que vamos a comenzar a discutir de nuevo. Entorno los ojos y trato de
bajarme de sus piernas, no obstante, me lo impide y me examina, sin
parpadear.

—No te muevas —ordena—, no quiero volver a discutir.

En algo coincidimos.

—Yo tampoco quiero discutir —espeto, encogiéndome de hombros.

—Cuando te alejas así de mí, siento que no quieres hacerlo conmigo. Y me


enoja que actúes así —dice, sincero. Su cara gesticula de tal forma que
refleja molestia. Jungkook no es bueno ocultando cuando algo lo pone de
mal humor, sin en cambio, la mayoría de las veces no logro darme cuenta
de cuál es la causa de sus estados emocionales.63

Suspiro y sin apartar la mirada de la suya, respondo:

—No es eso. Lo que sucede es que te ves mal y eres un cabezota que
siempre dice que no duele, pero que en fondo muere de dolor —digo
aquello casi en doble sentido, por lo que Jungkook me ve, serio, frunciendo
el entrecejo.13

Vuelve a desviar la mirada, piensa un poco en qué responder o


simplemente lo ignora. No puedo saber qué va a responder, es tan
imprescindible.

—Me duele —confianza—, pero no tiene sentido que lo diga.

—Tiene sentido —regaño. Me agarro el puente de la nariz y él lo capta—.


Simplemente di todo lo que sientas, porque si no dices nada no sabré cómo
actuar. Sé que estás enojado —añado al ver que quiere dejarlo nuevamente
en claro—, pero quiero saber todo de ti. ¿Dónde te duele?26

Como siempre, piensa si responderme o no. Últimamente razona mucho y


luego habla, señal de que está dejando de ser un poco impulsivo, pero
ahora que lo veo bien, se ha vuelto demasiado lento, quizá desconfiado.

—La espalda —susurra, mirándome de re ojo. Sonrío y masajeo sus anchos


hombros. Parece agradarle, pues se relaja y entorna los ojos —, la cabeza y
las costillas —añade, ya tomando confianza.129

Me inclino un poco, él se tensa, pero me escucha con atención:

—Espérame aquí. Voy a traer unas pastillas y un gel para el dolor.3

Me bajo de su regazo y camino a paso rápido hasta el cuarto de baño para


buscar lo que necesito. Al hallar todo, vuelvo con Jungkook, pero no está
donde lo he dejado. Dejo lo que he traído en el sillón más cercano y sigo un
sonido de arcadas.6

En la cocina, inclinado en el fregadero. Un vaso de agua en su mano y él


escupiendo agua con hilillos de sangre de la boca.58

Se enjuaga la boca y espero a que termine. Por suerte su nariz ya no gotea y


se puede sostener en pie.
Me mira, se seca la boca con una servilleta grande y deja que lo tome de la
mano. Esta vez lo llevo a su habitación, retiro la ropa que está desordenada
en toda la cama y él se sienta. Me posiciono frente a él, parado, y agarro el
borde de su ropa para quitársela. Él me ayuda y se desnuda por la parte de
arriba.

Sus pectorales y su abdomen apretado lucen con manchas moradas. A


decir verdad, está muy lastimado. Entonces le unto el gel en las partes que
le duelen y al concluir le doy una pastilla que él se toma sin siquiera beber
de la botella de agua que le he dado a la mano.91

—Es mejor que bebas agua. —Le ofrezco una vez más el botellín y él lo
toma. Bebe sin apartar su mirada de la mía, y cuando estoy a punto de ir a
buscar un vendaje más grande, me detiene.6

—Te dije que no te fueras.

—Sólo voy por más vendas.

—Estoy mejor —afirma muy seguro.

Algo me dice que no habla con la verdad...

—Llevo más de quince minutos soportando la jodida erección. ¿Ya vas a


dejar que te folle o no?.178

Ruedo los ojos. Francamente, se me han ido las ganas con sus
vulgaridades. Se supone que estamos en un momento romántico, pero él
todo lo hace mierda. Respiro hondo, le miro fijamente y me muerdo el
labio. Ya no quiero discutir más. No puedo permitir que retrocedamos
cuando ya hemos avanzado muchos pasos.

—¿Piensas que voy a calentarme si me hablas así? —Lo reto. Él sonríe de


medio lado, eso me hace pensar que podemos empezar de nuevo —. Tienes
que esforzarte más. ¿No crees?
Me sujeta el brazo derecho, sin jalarme fuerte me acerca y sitúo la rodilla en
el colchón.

—¿En qué nos quedamos? —inquiere casi dulcemente, provocativo,


hundiendo la nariz en el hueco entre mi cuello y hombro.77

Bien. Volveremos a empezar...


Capítulo 18
—¿Tanto te gusta cómo huelo? —Murmuro, encogiéndome ante los besos
que me deposita en el cuello. He sentido cómo me olfatea al mismo tiempo
que me muerde con suavidad.13

Me he sentado sobre sus piernas, como antes, frente a frente, ahora no


traigo puesta toda la ropa que antes me cubría el torso. Estoy medio
desnudo y me ha parecido divertido platicar brevemente con Jungkook
mientras nos besamos. Nunca lo hacemos y creo que es importante que lo
hagamos, al menos en el preludio. Ya luego, durante la penetración, a
ambos no nos gusta hablar.17

Jungkook juguetea con el lóbulo de mi oreja y tiemblo

—Y también me gusta cuando gimes —responde, sacándome un gemido


ahogado—, justo así.94

Sonrío, lo beso en la boca y me ayuda a deshacerme del pantalón.


Totalmente desnudo, me tumba boca arriba en la cama, se separa y se
deshace de sus pantalones. Me llevo un dedo a los labios y me lo meto a la
boca, alzo la pelvis, abriendo las piernas para él y llevo un pie a su pecho
desnudo.11

Veo su pene erecto y bajo lentamente el pie, palpando su abdomen hasta


llegar a su vello púbico y rozar su falo con la punta de los dedos. Lo aparto
rápido, jugueteando, pero me agarra el tobillo y él mismo acerca mi pie a
su gruesa longitud. Atrapo su glande con el intermedio de dos de mis dedos
y cuando Jungkook acerca mi otro pie para acariciarse, chupo más el dedo
que me he metido a la boca.180

Lo veo morderse el labio y alzarme un pie, buscando lamerme los dedos y


la planta. Muevo el pie, inquieto, zarandeo la pelvis, bajo una mano hasta
mi pene y me masturbo sin dejar de chuparme el dedo de la mano
contraria.214

Cierro los ojos, apretando fuertemente los párpados, dándome cuenta que
no puedo controlar los gemidos que me salen de la boca. Jungkook,
entretanto, prosigue humedeciéndome los dedos del pie mientras lo
masturbo con el pie contrario.132

Su carne caliente, endurecida y palpitante me provoca un cosquilleo en el


vientre, que asciende lentamente, logrando que el pecho y el cuello se me
tornen rojos, tanto como el rostro.1

Nuestras miradas se conectan, él lleva esta vez el pie que ha ensalivado a


su falo, junta ambos, rodeando la dureza y emprendo a mover de adelante
hacia atrás ambos pies, masturbándolo. La fricción de las plantas de mis
pies al contacto con su pene, me excitan de sobremanera, llegando
inclusive a causarme innumerables espasmos continuos.105

Miro la manera con la que lo masturbo, aumento el movimiento de la mano


sobre mi propio pene y me adhiero un segundo dedo a la boca. Jungkook
gruñe, mueve la cadera, entrando en el hueco perfecto que forman las dos
plantas de mis pies juntas. Arqueo la espalda, jadeante y entorno los ojos.
De pronto un torrente de placer me consume y me pierdo, rogando
internamente por ese pene que no he podido dejar de masajear y que se ha
convertido en una adicción.

Un sonido del empapado frotamiento se hace presente. Jungkook ha


soltado líquido pre seminal como loco y en uno de los espasmos que me
llenan, aprieto con fuerza su carne, detengo la mano con la que me toco y
la subo desesperadamente hasta mi rostro enrojecido.

Lo necesito tanto.1

Nuestras miradas se conectan, lo veo acercarse y un gemido se me escapa.


Sé lo que viene y de tan solo imaginarlo cierro las piernas y junto casi
dolorosamente los muslos, ansioso. La entrada me palpita, se abre y cierra,
y a Jungkook le encanta; me levanta la cadera, deposita un casto beso en
alguna parte de mi trasero y al hallar el agujero que tanto ansía, lo chupa,
consiguiendo que al ardiente contacto el cuerpo se me contraiga por
completo.169

Deja de pasear su lengua en la hendidura y se hace paso entre mis piernas.


Estiro los brazos, dejándolos extendidos sobre la cabeza, envuelvo su
cadera con las piernas y levanto el estómago, sintiendo demasiado
profunda la primera embestida.4

Jungkook sale lentamente, por completo, dejándome tomar aire para


nuevamente penetrar, esta vez con el doble de fuerza que antes. Me
sostiene de la cintura y aumenta la velocidad de las estocadas. Me muerdo
el dedo índice y él de inmediato me agarra la mano y se lleva mi dedo
húmedo a la boca para chupetearlo. El roce de sus dientes con mi dedo me
obliga a retorcerme, llevándome al orgasmo casi de inmediato.75

Jungkook gruñe, siente la presión que hace mi entrada a su miembro, pero


no se detiene y logra tocarme la próstata con su glande; por inercia cierro
las piernas, me llevo una mano a la cara y, me oculto ante Jungkook, gimo
alto. Escucho sus jadeos desesperados y me destapa el rostro.4

Nos vemos a los ojos, penetra con salvajismo y se inclina para besarme. Le
correspondo con vehemencia. Lamo su labio inferior y embiste un poco
más profundo, aumentando imposiblemente la celeridad. Me siento
mareado, el sudor me escurre y el estómago me hormiguea.5

Entre cada estocada, nuestros ojos se funden en el otro y en una de tantas


penetraciones, Jungkook se pone rígido y su pene expulsa potentemente
chorros de semen, llenándome las entrañas. La calidez de su leche
apacigua la sensibilidad que por tortuosos minutos no lograba déjarme
respirar con normalidad, oprimo su pene con mi interior e inhalo,
necesitado de oxígeno.57
Jungkook saca su todavía erecto pene y me mira. Sonrío y alzo una ceja. De
nuevo somos cómplices. Se acuesta a un lado y tras unos segundos de
tranquilidad, entre respiraciones todavía agitadas, ladeo la cabeza y le
beso en la mejilla. Él voltea, y aunque su gesto sea frío, se inclina y me besa
también, lento, me delinea uno de los pezones con la punta de su dedo y se
separa. +

Podemos mirarnos por horas...y no nos cansaríamos.


Capítulo 19
Abro los ojos ante el cuarto gruñido que mi estómago hace, y es el mío
porque el de Jungkook no ha rugido para nada. Frunzo el entrecejo y me
paro de la cama. Me visto con cualquier cosa, una playera grande y un
bóxer, y me salgo de la habitación.

Me duele horrores la cadera, pero por suerte puedo caminar bien. Sirvo dos
vasos de agua fresca y bebo despacio, sintiendo amarga la boca. Necesito
cepillarme los dientes, pero antes debo agarrar al menos una manzana.7

Busco entre los cajones del refrigerador y al hallar una, la lavo y comienzo a
comerla, asomándome por la ventanilla que dirige al patio trasero. Suspiro,
bebo más agua y casi a punto de darme la media vuelta, el cuerpo se me
tensa ante el rudo abrazo de un cuerpo tibio.2

Mierda. Jungkook me ha tomado por sorpresa.

-Me asustaste, no lo vuelvas a hacer a menos que quieras que se me salga el


alma -le riño, dándole un codazo. No me muevo, él me olfatea la nuca, me
agarra el trasero con una mano y empujo hacia atrás.124

-¿Por qué no me das de desayunar, eh? -susurra, restregándome su gran


erección matutina.22

-Entonces...-volteo hacia atrás, moviendo la cadera de izquierda a derecha,


sintiendo un poco más su dureza. Está completamente desnudo y caliente,
tan excitado que sus manos me acarician los muslos -,...llévame a la mesa -
sugiero.68

Él obedece, me empotra contra la mesa, dejo la manzana mordida a un


lado, su pecho choca contra mi espalda y, sin demorar, me baja el bóxer,
pero no por completo, inclusive me deja el pene ya endurecido envuelto
entre la tela.
Me sostengo del borde de la mesa, recargo la cabeza en su pecho y gimo de
inmediato cuando su pene entra fácilmente. Extiende la mano sobre mi
vientre y me pierdo nuevamente en el placer.82

Oh...todo esto me encanta.

[...]

-¡Hoy se les paga! -Jungkook espeta al recibir a sus compañeros y amigos


de trabajo. NamJoon, Jimin, Daehyun y otros dos más entraron a la casa,
con mucha hambre.

Por suerte ya tengo la comida lista y, sabiendo que ellos llegarían de visita,
hice bastantes porciones para que alcanzaran.

-A joder a otra parte -sigue rugiendo Jungkook antes de que les sirviera a
los chicos-. Te lo advertí, NamJoon.

-Disculpen si interrumpimos su luna de miel y todo, pero la reina nos tiene


que alimentar. Pasamos demasiadas semanas sin su comida -Daehyun dijo,
dándome una nalgada.171

Jungkook se queda viendo, está muy molesto, pero sonrío y los invito a
sentarse. Cuando Daehyun se sienta, Jungkook le tira un zape en la
cabeza.62

-Mi culo nadie lo toca -le advierte.209

Daehyun asiente y me ve. Alza una ceja y me manda un beso. Jungkook lo


golpea de nueva cuenta y niego con la cabeza.58

¿Qué demonios le pasa a Jungkook? Esta bastante lindo el día de hoy.117

[...]

He hablado con Doña Cata desde temprano y ella está bien. Por otra parte,
Jungkook y yo no hemos hablado sobre nuestros conflictos anteriores y no
creo muy necesario tocarlos ahora. Vamos demasiado bien y no hemos
discutido. Estoy comenzando a pensar que si le doy sexo es más
flexible...Es bueno y malo a la vez.76

Luego de unas charlas sobre trabajo, comemos juntos. El celular me suena


y contesto, levantándome de la mesa para escuchar bien a la persona de la
otra línea.

-¿Hola?

-Taehyung, soy Hoseok -lo escucho y asiento -. Hey, ¿cómo estás? Tengo un
partido mañana por la noche. Te llamaba para invitarte.80

-¿Con quién estás hablando? -Jungkook aparece a un lado. No tengo por


qué estar nervioso, pero es Hoseok. Jungkook odia a Hoseok; Jungkook
quiere golpear a Hoseok; Jungkook quiere matar a Hoseok.49

Gran problema.

-Claro que sí voy, te llamo más tarde para que me des la dirección -
Entonces le cuelgo a Hoseok.

Jungkook me mira sin parpadear y le sonrío.

-Con mi amigo Hoseok. Nos ha invitado a uno de sus partidos de fútbol.

-No vas a ir -espeta, luego se va a la cocina de nuevo.155

Creo que...ahí vamos otra vez.


Capítulo 20 (Final)
Es de noche. Jungkook y yo no hemos cruzado palabra. NamJoon y Jimin
se acaban de ir. Se han quedado viendo películas hasta tarde y mientras
ellos y Jungkook beben cerveza, yo pienso en cómo sobrellevar la
situación.

—¿En qué piensas? —Me pregunta, situándose a un lado mientras friego los
platos. Él se hace un espacio y me ayuda a lavarlos.

Pocas veces me ayuda. Eso podría ser una buena señal.

—Pienso en...qué debo hacer para que vayas conmigo al partido de Hoseok
mañana por la noche.

—Ya hablamos sobre eso y no. No va...no vamos a ir —reitera, mirándome


de re ojo.

No digo nada. Me quedo en silencio e ignoro su presencia. Si respondo algo


brusco comenzaremos una pelea y como sé que a él no le gusta que lo
dejen hablando solo, dejaré de hablarle para que decline su orden y se
anime a ir.

Sí. Probablemente esa es la mejor opción.4

Termino de levar los platos faltantes y me dirijo a la regadera. Necesito una


ducha caliente. Jungkook me sigue a paso lento y se mete a la regadera
también.36

Bien. Ambos estamos desnudos en una misma regadera. Una muy


pequeña. Nuestros cuerpos se rozan. Sé que Jungkook lo hace a propósito
para que lo note, pero finjo no notarlo.2

—¿Le hablaste a la señora?.

Habla de Doña Cata.


—Sí. Ella está bien, aunque debes ir a pedirle disculpas —sonrío de medio
lado y lo miro, sintiendo el agua tibia mojarme por completo. Jungkook se
acerca al chorro, entorna los ojos y a diferencia de mí, no sonríe.

Entonces pasan dos minutos en completo silencio y veo que Jungkook está
tenso. Algo trama hacer, quizá discutir como siempre...ya estoy temiendo a
una nueva pelea. Estoy imaginándome de todo. Joder, odio esa cara de
Jungkook...5

—Comencé a sentir algo por ti desde antes de hacerlo por primera vez —
murmura.300

Volteo rápido y lo miro. Él me ve y como siempre, se comporta indolente,


como si lo que me estuviera contando no tuviera relevancia, pero si lo dice
es por algo, así que dibujo una sonrisa en los labios y él la aprecia. Me
sonríe de vuelta.

—Luego me ofreciste sexo, pensé que bromeabas —continúa—, se te da


bien bromear...5

—Yo también, por algún segundo pensé que estaba bromeando, pero no —
confieso—, mi objetivo era tenerte para mí, así que...8

Jungkook sonríe, quizá burlándose un poco de la situación.

—Lo conseguiste —comenta de la nada.81

Oh...29

¿Qué demonios está sucediendo? Jungkook está siendo sincero y no


discute. Aún no ha explotado.

—Antes de que me propusieras tener sexo, ya había fantaseado contigo


antes, por eso...12

—¿Por eso dijiste eso aquella mañana?

Jungkook piensa un poco.


—Si te refieres a aquella vez que te dije que estaba insatisfecho
sexualmente,...sí. Quería escuchar lo que dirías.38

—Entonces lo hicimos —le recuerdo. Jungkook alza una ceja y asiente con
lentitud.

—Sí, me embrujaste, supongo.

—Claro...te embrujé, pero con mis encantos. —Le guiño un ojo y no dice
nada. No me riñe, no nada, simplemente me observa. Sé que no ha
apartado su mirada de mí, y me está poniendo nervioso.19

Jungkook es una mezcla extraña de pervertido romántico insaciable.34

—¿Qué tanto me ves? —Inquiero, aunque siento que ha sonado rudo.5

—¿Qué? —Frunce el entrecejo, retador—. ¿No puedo verte?3

—No es...

—¿Estás enojado?.3

Vaya... las cosas están bastante raras. El que debería enojarse


inmediatamente es Jungkook y ahora piensa que yo puedo estarlo, y con
justa razón, pero más que enojado, estoy inquieto.

—¿Estás enojado porque no quiero que vayas a ese partidito de mierda?

—¿Y debería no estarlo?

—No sé por qué te importa tanto.

—Es mi amigo.

—Te quiere follar —espeta.111

Lo miro de re ojo y niego con la cabeza varias veces.

—No es verdad. Somos amigos, sólo...tú sólo te encargas de decir tonterías.

Jungkook sale de la regadera y se seca con una toalla.


—Él me lo dijo. —Me busca la mirada y la piel se me eriza —. Quiere llevarte
a la cama. No lo conoces tanto como piensas. ¿Y ahora que nosotros
estamos juntos te llama para invitarte a un partido? Busca burlarse de mí,
¿qué no lo entiendes?127

Confiar en Jungkook es lo principal en una relación, pero me cuesta trabajo


pensar que Hoseok quiere algo más conmigo. Es decir, hemos salido como
amigos. Nunca he visto nada raro en él.14

—A Hoseok no le gustan los hombres —digo, estando casi seguro.

—Yo también decía eso, créeme, reinita. Ese bastardo puede hacerte creer
lo que quiera, pero la verdad es otra. Pregúntale a NamJoon y a Daehyun,
ellos también escucharon decir que te quería tener en la cama.14

—Jungkook...

—Si quieres ir a su partido de mierda, ve. Haz lo que quieras, sólo no dejes
que se te acerque mucho —dicho eso, sale del cuarto de baño.2

[...]

Hoy es el partido y aunque la plática con Jungkook no estuvo muy bien que
digamos, al final de cuentas dormimos juntos, desayunamos y él se vistió
para acompañarme al partido. Pese a que me dio a entender que iría solo
con Hoseok, ahora veo que lo ha pensado mejor.20

Jungkook sabe que a pesar de todo Hoseok es mi amigo, además ya le


había prometido ir. Ahora sé que probablemente le gusto sexualmente,
pero también es una buena oportunidad para que al verme con Jungkook
desista de querer algo más conmigo.2

Jungkook no me ha dejado solo ni un segundo. Me tiene agarrado de la


mano, como si estuviéramos en una cita y no ha hecho ningún comentario
ofensivo. Parece pasársela bien. Me ha comprado un café, dulces y me
acurruco en su brazo cada que puedo sin importar que la gente de las
gradas se nos quede viendo.61

Hoseok nos ha visto, ha metido dos goles y su cara parece un poco


desconcertada cada vez que Jungkook me besa en la boca.30

—¿Qué piensas que haces besándome así cada vez que Hoseok nos voltea a
ver?

—Que lo jodo —dice seguro de sí mismo, jugando con mi cabello.97

—¿Para eso viniste aquí? ¿Para joderlo? —Alzo una ceja, pero quiero
reírme.9

—Claro. Para pasar un buen rato contigo y para joderlo. De alguna manera
tengo que hacerle saber que eres mío y que no tendrá ni el camino para
cortejarte.39

Esto está mal. No debería reírme, pero Jungkook me está besando el cuello
y me da cosquillas. Quiero que Jungkook deje de jugar como un niño
territorial, pero al mismo tiempo no deseo que deje de hacerme mimos.80

He notado que se la está pasando bien porque me sonríe todo el tiempo. Él


se lo está tomando como una cita, supongo.45

En medio del partido hemos hablado de asuntos extraños solo para tener
una conversación. Jungkook ha prometido enseñarme bien sus tatuajes y
decirme sus significados. Y con eso me ha muerto de la emoción.15

¡Jungkook va a decirme el significado de sus tatuajes! ¡Va a explicarme de


su vida...!26

Creo que después de todo ha sido buena idea salir juntos. Tenemos la
confianza para hacerlo y no quiero que se pierda.

Comimos algo rápido que vendían los del lugar y jugamos con nuestras
manos. Jungkook sabe que me sudan mucho las manos porque las suyas
son muy calientes y discutimos ridículamente sobre eso, terminamos
entrelazando nuestros dedos y platicamos de nuestras familias, algunos
secretos, y coqueteamos un poco.31

Jungkook dice que coquetear se me da sin pensarlo y no sé a qué se refiere,


pero según él, coqueteo mucho. No parece molesto porque dice que
coqueteo solo con él, así que está bien.50

—Hace un frío de los mil demonios y estás temblando, debemos irnos a


casa —gruñe y se estremece cuando le toco con los dedos helados el rostro.

—¿Y qué? ¿Vas a calentarme?

—Primero hablamos sobre los tatuajes y luego...si quieres te ayudo a


calentarte —me susurra.

Me han comenzado a doler los huesos que antes me esguince. Es lo que no


me gusta de cuando hace frío. El partido ya ha terminado y Hoseok se ha
alejado, así que supongo que no podré despedirme de él.

Me separo de Jungkook y ambos salimos de las gradas. Jungkook me sigue


y siento que me aprieta el trasero con fuerzas. Estoy entumido y no se
apiada de eso. Le pellizco la mejilla y buscando venganza, me da una
nalgada que suena fuerte.17

Veo discretamente a todas las personas que nos rodean y al notar que me
miran, interrogantes, trato de desaparecer. No es bonito recibir nalgadas
en vía pública.134

No hemos traído la camioneta porque el lugar no queda tan lejos de casa y


ambos estuvimos de acuerdo con andar a pie. Camino con Jungkook a un
lado. Sabe que estoy un poco avergonzado, pero no le importa y me
acaricia suavemente la nalga que me azotó con la mano segundos antes.

—Jungkook...—lo reprendo. Él no gesticula.


—¿Qué? Tienes heladísimo el trasero, sabes que lo puedo calentar con una
mano. —Se acerca, sugerente. Desvío la mirada a sus pantalones.16

—¿Cómo puedes tener una erección en medio del frío?23

—Es que no tengo frío, estoy caliente. —Le doy un codazo y avanzo más
rápido para salir de ahí.59

—Eres un bruto —espeto, haciendo un mohín. Jungkook me sigue,


abrazándome por la espalda, de la cintura. Entonces comenzamos a
caminar como dos perros pegados. Creo que Jungkook está más caliente
de lo normal o tal vez es su forma de ser amoroso, qué sé yo, pero estamos
en la calle y todos nos miran como verdaderos dementes.36

No se supone que las parejas hagan eso en la calle. ¿O sí?23

Quiero alejarme un poco, y me tambaleo, casi tropezándome. Jungkook


me agarra de la cintura y me jala, evitando que caiga.

—Ve con cuidado —murmura en uno de mis oídos, tan cálido que descanso
la cabeza cerca de la suya. Su boca me roza una mejilla y siento calor en el
vientre.

—Estás demasiado nervioso —me susurra. Me despego rápido de él y me


veo los zapatos, buscando evitarlo

—No es cierto.

—Sí es cierto.

—¡Jungkook!

—Bueno si, ¿y qué? Tú te estás poniendo muy raro también.

—¿Raro cómo? —Cuestiona pronto, hundiendo la boca en mi cuello. Me


lame un poco y de repente siento mucho calor. Agarro sus brazos y le
aprieto las manos, evitando que me suelte.2
Estoy desesperado, mucho.

—Vayamos a casa pronto —propone. Se separa un poco, me toma de la


mano y seguimos andando a paso rápido.

Aprieto su palma, sintiendo que la mano me está comenzando a sudar de


nuevo. Meneo su mano energéticamente con la mía, y Jungkook me sujeta
con más fuerzas, con firmeza. Me mira brevemente, sonríe y se voltea hacia
otro lado.3

Lleva nuestras manos unidas a sus labios y deja que su aliento caliente
choque contra la frialdad que me recorre.3

Definitivamente no puedo esperar un minuto más para llegar a casa.


.
.
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Fin 😊
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💖🌸🌼🌻🌺🌹

Gracias a Monnyca16 por dar la oportunidad de adaptar esta historia...8

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