Consumo de Drogas en El Perú 127
Consumo de Drogas en El Perú 127
Consumo de Drogas en El Perú 127
E
DEBATE AGRARIO / 39
n el Perú, como ha ocurrido en todo el mundo, las drogas se han
venido usando desde el poblamiento de su territorio. Así, los arqueólogos
han encontrado en yacimientos de la época precerámica
restos de hojas y de adminículos usados para el consumo del tabaco,
fumado
y en polvo. El alcohol utilizado como chicha era muy apreciado no solo
como bebida sino que constituía un elemento muy importante en las
ceremonias
religiosas. No hay que olvidar los alucinógenos usados sobre todo
en la región de la costa.
La coca tiene una historia muy rica, ya que de ella se han ocupado viajeros,
exploradores, cronistas e historiadores desde la llegada de los españoles
al continente. La bibliografía ha sido recogida y comentada hace poco.1
La planta alcanzó difusión amplia durante los horizontes culturales Chavín-
Paracas, Huari-Tiahuanaco e Inca, pero en los periodos intermedios la
difusión
fue limitada a las zonas de producción de valles andinos y algunos de
la costa donde prosperó la especie novogranatense, como en la zona de
Lima
por ejemplo.
A la llegada de los españoles había coca en el Caribe continental y hasta
en Nicaragua. Por ese tiempo en el Perú era cultivada y conocida, pero su
Ramiro Castro de la Mata*
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ
* Han colaborado en la elaboración de este documento Jorge Arnao, Milton Rojas y
Alfonso Zavaleta.
1 Castro de la Mata, R.: “La coca en la historia y la leyenda”, en revista Histórica n.º
60, 2001, pp. 41-58; del mismo autor, Inventario de la coca. Lima: Cedro/Academia de la
Historia, 2003.
128 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
uso estaba limitado por el monopolio estatal. De las historias y relaciones
virreinales, se puede apreciar cómo a la llegada de los españoles a América
las grandes epidemias que precedieron a su arribo al Perú diezmaron la
población.
A ello se sumaron la guerra civil, las revueltas y los maltratos, que
condujeron a que la población indígena se redujese de por lo menos 7 u 8
millones a menos de un millón de habitantes. Pese a ello, los cultivos de
coca, que se habían convertido en una importante fuente de riqueza para
los
españoles, se ampliaron considerablemente hasta “mil veces”, como
exagera
el licenciado Falcón.2
Autores como Bernabé Cobo3 han descrito lo ocurrido con una concisión
muy difícil de imitar, por lo que es mejor transcribirlo a la letra:
[…] era de tanta estimación su hoja que sólo la comían los reyes y nobles y la
ofrecían en los sacrificios que de ordinario hacían a los falsos dioses. A los plebeyos
les era prohibido el uso de la hoja sin licencia de los gobernadores. Mas después
que se acabó el señorío de los reyes Incas y con él la prohibición, con el deseo
que la gente común tenía de comer la fruta vedada, se entregó a ella con tanto
exceso, que viendo los españoles el gran consumo que había de esta mercadería,
plantaron otras muchas más chácaras de las que antes había, especialmente en la
comarca de la de la ciudad del Cuzco, cuyos vecinos tuvieron en un tiempo su
mayor riqueza en estas heredades; porque solía rentar cada año una buena chácara
de coca más de veinte mil pesos.
Como señala Cobo, entre otros, la difusión de los cultivos trajo como
consecuencia que los españoles obligaran a los indios a bajar a los valles
húmedos y calientes con la consiguiente gran mortalidad y difusión de
enfermedades
como, por lo menos, la leishmaniasis. Esto dio lugar a que los
funcionarios virreinales como Polo de Ondegardo y Matienzo propusieran
medidas para regular los cultivos y evitar el traslado forzoso de los indios a
las zonas de cultivo; medidas que fueron recogidas por los virreyes y por la
Corona española.
La legislación sobre la coca comienza con el propio Pizarro, que, en
vista de que no había suficiente moneda acuñada, ordenó que se pague a
los
indios con coca y ají. Posteriormente se prohíbe el uso de la coca como
medio de pago y se dan diversas disposiciones para evitar la extensión de
2 “Representación hecha por el Licenciado Falcón en el Concilio Provincial sobre
los daños y molestias que se hacen a los indios”, en Colección de libros y documentos
referentes a la historia del Perú, tomo 11, 1918, p. 165.
3 Cobo, Bernabé: Historia del Nuevo Mundo. Lima: Biblioteca de Autores españoles,
tomo 91, 1956 [1623], p. 214.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 129
los cultivos y para proteger el trabajo de los indios. En el Segundo Concilio
Limense los obispos se ocuparon de los daños que aquejaban a los indios
obligados al cultivo y acarreo de la coca hacia las minas y exhortaron a las
autoridades a que pusiesen fin a estos males.4
Pese a los antecedentes de autores como Falcón o Guaman Poma de
Ayala, es en el siglo XX cuando cobra importancia el movimiento de defensa
del indígena, que considera a la coca como un elemento decisivo de la
mala salud y retraso del indio y un medio de explotación por el gamonal.
Condenan el uso pensadores y políticos. Baste recordar a José Carlos
Mariátegui
y Haya de la Torre. Algunos médicos como Pesce, primero, y Sáenz,
luego, llaman la atención sobre sus efectos dañinos para la salud. La
situación
se aclara a partir de la observación cuidadosa y el enfoque experimental
por la escuela de Gutiérrez Noriega y Zapata Ortiz. La Comisión de Naciones
Unidas, que publica su informe en 1950, confirma los hallazgos y
propone la erradicación, pero gradual, en un plazo no menor de veinticinco
años, en consideración a su arraigo cultural y su importancia para la
economía
campesina.
El movimiento de liberalización del uso de drogas de la década de 1960
se extendió a la coca, y es así como se pretendió encontrar usos médicos
legítimos
a la marihuana y se rescató el carácter religioso del uso de alucinógenos.
Para la coca se planteó que tiene un gran significado cultural y
mágicoreligioso
para una minoría no occidental (lo que es cierto), que no es dañina
en absoluto (lo que no es cierto) y que es indispensable para una buena
adaptación
a la vida en la altura (lo que nunca ha podido ser confirmado).
Ahora el consumo de coca, como ‘coqueo’, ha pasado a segundo plano.
La producción ilícita, no controlada, no destinada al ‘coqueo’, representa el
81 por ciento del total.
Con la cocaína ocurrió un fenómeno idéntico al de la quinina. Los
cultivos asiáticos dominaron el mercado y el Perú quedó a la zaga de la
producción. Cuando, hace apenas unas pocas décadas, se produjo la
expansión
del uso de drogas, resultó más fácil, cómodo y barato producirla
en el Perú, y en pocos años la producción alcanzó cifras alucinantes hasta
hoy, en que la coca mantiene una influencia decisiva en la vida nacional:
el uso extendido del alcaloide fumado con un número considerable de casos
de toxicomanías casi incurables y de terrible severidad, corrupción de
los poderes del Estado y del sistema judicial, deforestación y destrucción
4Castro de la Mata, R. y colaboradores: Los campesinos cocaleros peruanos y el
problema de las drogas. Monografías de Investigación n.º 21. Lima: Centro de Información
y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro), 2002.
130 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
del ecosistema de la selva alta y descrédito nacional principalmente en el
ámbito geopolítico.
El área cultivada de coca, que para 1990 alcanzó unas 121.300 hectáreas,
descendió a 34.200 en el año 2000 (CNC). Para el 2003 y el 2004 la
Oficina para Drogas y Crimen de la ONU da las cifras de 44.200 y 50.300
hectáreas respectivamente, con una producción de hoja que llega a los
3.627
kg/ha en el Valle del Río Apurímac y Ene, estimándose una producción
potencial
de cocaína de 190 toneladas. La producción de adormidera es mucho
menor, pero ya alcanzó las 1.447 hectáreas en el año 2004.5
La venta legal estimada para el 2005, según la información de Enaco,6
alcanzará las 2.800 toneladas de hoja de coca en el país y 115 en el
extranjero
con una compra de 2.600 toneladas. Dicha empresa espera también vender
500 kilos de extractos en el país y 450 kilos de cocaína en el extranjero.
Igualmente, espera vender 25 millones de bolsitas filtrantes que, con el
peso
de 1 g cada una, representan 25 toneladas.
EL CONSUMO DE DROGAS EN LA ACTUALIDAD
En el Perú se han realizado diferentes estudios epidemiológicos para tratar
de conocer los cambios que ha sufrido el consumo de drogas a lo largo de
las últimas décadas. A partir de ellos puede afirmarse que el consumo de
drogas ha seguido en términos generales el patrón observado en otros
países,
donde se ha limitado a grupos minoritarios durante mucho tiempo y,
luego, con una expansión explosiva desde fines de la década de 1960.
En el caso de las drogas, el enfoque más empleado para determinar la
magnitud del consumo es la encuesta de hogares, que permite establecer
las
tendencias en poblaciones específicas. Otras metodologías que tratan de
determinar el número de adictos tropiezan con numerosas dificultades que
van desde la definición operativa de lo que es la adicción hasta los
problemas
derivados de la confidencialidad del diagnóstico. Por ello, a continuación
vamos a presentar algunos de los resultados obtenidos por Cedro en
diversos estudios acerca de la magnitud del consumo de drogas.
Las drogas se pueden clasificar de muy diversas maneras: por sus efectos,
por su composición química y por varios otros criterios; pero de acuerdo
con su accesibilidad y significado en la sociedad, se consideran cinco
grupos.
Un primer grupo está constituido por las drogas sociales, aquellas cuyo
consumo es libre para los adultos y que forman parte importante de los
5 UNODC: “2005 World Drug Report”. En: <www.unodc.org>, 2005.
6 ENACO S.A.: “Plan Estratégico 2001-2005”. En: <www.enaco.com.pe/plan.htm>, 2005.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 131
usos y costumbres de la sociedad. En esta categoría se incluyen el alcohol
y el tabaco (aunque este último esté perdiendo poco a poco ese carácter).
El hecho de ser droga social, de venta libre y de consumo muy extendido
no implica, de ninguna manera, que sean inocuas. Al revés: el alcohol es
la droga más implicada en casos delictivos y accidentes, además de ser la
principal causa de adicción. El tabaco, por su parte, es la principal causa
de enfermedades cardiacas y del cáncer sobre todo pulmonar, y se lo
considera
como la causa más frecuente de muerte en relación con las enfermedades
prevenibles. Alcohol y tabaco también están involucrados en un
muy activo e importante contrabando, y en el caso del alcohol se asocia
también con una producción clandestina a menudo contaminada con
productos
tóxicos tales como el alcohol metílico, causante de numerosas
muertes.
Los productos industriales, que forman el segundo grupo, son sustancias
usadas en la industria, pero, además, tienen efectos psicoactivos
importantes.
Entre ellos se encuentran solventes de pinturas como la acetona y, en
general, muchos derivados del petróleo usados como combustibles o
solventes
de pegamentos. Es conocido que esta adicción es frecuente y casi
característica de los niños que viven en la calle.
En tercer lugar están los medicamentos, que constituyen un grupo especial
pero cuya incidencia es muy difícil de estimar por la dificultad de decidir
si su uso es como automedicación o como sustancia recreativa o de abuso.
El cuarto grupo, muy importante, está constituido por las drogas cuyo
uso se limita a minorías étnicas en las que tienen las características de las
drogas sociales debido a su consumo habitual, y forman parte de los usos y
costumbres de tales sociedades en particular. Para el caso del Perú se
pueden
considerar como drogas folclóricas la hoja de coca —consumida como
‘coqueo’ por sectores poblacionales andinos y grupos de trabajadores como
mineros y pescadores—, y ciertos alucinógenos derivados de plantas como
el ayahuasca, brebaje que tiene como componente importante la
Banisteriopsis
caapi usado en la zona de la selva y el San Pedro (Trichocereus
pachanoi), que se consume en la costa peruana.
El quinto y último grupo está constituido por las drogas cuya venta libre
está prohibida y penalizada, al que llamamos grupo de las drogas ilegales,
de alta toxicidad y elevada potencialidad adictiva. Tienen importancia
entre nosotros la marihuana, la cocaína (en sus formas habituales pasta
básica
y clorhidrato) y, más recientemente, las drogas sintéticas como el éxtasis,
aunque también se ha observado algunos casos de consumo de heroína.
Esta no es aparentemente producida en el Perú, lo que indicaría que son
viajeros procedentes de otros países los que transportan la droga para su
propio uso.
132 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
A continuación se presentan los resultados, muy resumidos, de los últimos
estudios llevados a cabo por Cedro mediante encuestas de hogares en
todo el país. Solo vamos a incluir como variables el género, la edad y el
lugar de residencia; como drogas sociales, el alcohol y el tabaco; y como
drogas ilícitas, la marihuana, la pasta básica (PBC) y el clorhidrato de
cocaína.
No incluimos las drogas folclóricas, cuyo consumo tiene importancia
fundamentalmente en las zonas rurales. Tampoco consideramos aquellas
que
tienen incidencia muy baja, como las drogas sintéticas, los opiáceos o los
solventes de mayor uso en grupos minoritarios específicos.
Cuadro 1
Prevalencia de vida de consumo de drogas en el Perú urbano
(12-64 años)
Alcohol Tabaco Marihuana PBC Cocaína
Total 87,9 63,4 10,3 4,1 3,9
Sexo Hombre 90,6 74,4 19,5 7,7 7,5
Mujer 85,5 53,6 2,2 0,9 0,6
Edad 12-18 61,6 31,4 4,7 1,5 1,1
19-24 94,1 81,1 17,4 1,6 7,4
25-29 96,7 70,0 13,3 6,3 4,0
30-39 95,0 71,1 10,9 6,2 3,3
40-49 95,9 74,3 10,9 6,5 2,6
50-64 94,4 60,7 5,9 4,7 4,8
Residencia Lima 89,6 65,9 11,5 4,3 4,6
Provincias 82,0 54,1 6,2 3,4 1,2
Fuente: Castro de la Mata, R., A. Zavaleta y colaboradores: Epidemiología de las drogas en la población
urbana peruana. Encuesta de hogares 2001. Monografías de Investigación n.º 20. Lima: Centro
de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro), 2002.
Al estudiar la prevalencia de vida (véase el cuadro 1) se evalúa si la
persona ha consumido o probado cada sustancia por lo menos en una
oportunidad.
Con este indicador se encuentra que las drogas más usadas son
las sociales, y que la más consumida de entre las ilícitas es la marihuana.
A diferencia de años previos, las prevalencias de pasta básica y clorhidrato
de cocaína son bastante próximas entre sí, ya que ha habido un
desplazamiento
de la preferencia de los consumidores hacia esta última. Para
todas las drogas el consumo en Lima es más elevado que en las ciudades
de provincias.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 133
El ofrecimiento de drogas por otra persona es un factor decisivo en el
inicio del consumo. El estudio de este factor (véase el cuadro 2) permite
apreciar de un lado la disponibilidad y, cuando se compara con la
prevalencia,
la aceptación del consumo. Puede notarse que las drogas sociales
son ofrecidas en muy alta proporción y que la aceptación es similar a la
prevalencia de vida. Para las drogas ilícitas, en cambio, el ofrecimiento
alcanza un nivel mayor en tres y hasta cuatro veces el de aceptación, y
para la marihuana llega al doble. Esto es consistente con los hallazgos de
los estudios de opinión en relación con las creencias acerca de la
peligrosidad
de las drogas.
Cuadro 3
Edad promedio de inicio en el consumo de drogas
(12-64 años)
Alcohol Tabaco Marihuana PBC Cocaína
Total 17 18 18 20 19
Sexo Hombre 16 16 17 20 19
Mujer 18 19 20 21 21
Residencia Lima 17 17 18 20 19
Provincias 18 18 18 22 20
Fuente: Castro de la Mata, R., A. Zavaleta y colaboradores, op. cit.
Cuadro 2
Oportunidad de ofrecimiento en el Perú urbano
(12-64 años)
Alcohol Tabaco Marihuana PBC Cocaína
Total 82,9 66,5 26,3 15,4 10,2
Sexo Hombre 82,5 78,0 41,8 27,1 17,0
Mujer 83,2 46,3 12,6 5,9 3,4
Residencia Lima 83,2 67,3 28,2 16,8 11,5
Provincias 81,7 63,6 12,5 10,1 5,6
Fuente: Castro de la Mata, R., A. Zavaleta y colaboradores, op. cit.
134 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
La edad de inicio en el consumo de drogas (véase el cuadro 3) es variable,
con tendencia a disminuir en los últimos años. Si se registran los promedios
puede apreciarse una edad menor para las drogas sociales y algo
mayor para las cocaínicas; la marihuana ocupa un lugar intermedio.
La prevalencia de vida es un indicador de la exposición de la población
frente a las drogas, y el uso actual uno relativo de la intensidad y
frecuencia del consumo. En el cuadro 4 puede apreciarse que el tabaco
ocupa el primer lugar, ya que si bien más personas han probado alcohol,
el tabaco se consume de manera mucho más frecuente, y las drogas ilícitas
en menor proporción.
La incidencia (véase el cuadro 5) refleja la proporción de no consumidores
que han empezado a consumir en el último año. En este caso el indicador
sigue la misma tendencia que la prevalencia de vida: mayor en las drogas
sociales y menor en las drogas ilícitas. En casi todos los casos la incidencia
en
los hombres es mayor que en las mujeres, y lo mismo ocurre, aunque con
menor diferencia, entre los habitantes de la capital y los de otras ciudades.
Para interpretar los resultados referidos al consumo tradicional de la
hoja de coca hay que tener en cuenta que su uso difundido en la cultura
andina y la facilidad de su obtención han llevado a muchos a probarla pero
sin llegar a tener un consumo regular y continuado. Cuando hay un
consumo
regular fuera del contexto cultural, se podría hablar de personas que ya
han adquirido niveles de habitualidad. La prevalencia de vida del ‘coqueo’
para el total de la población encuestada llega a cerca de la tercera parte
(31,2 por ciento), pero con un uso actual de apenas 1,7 por ciento, un uso
Cuadro 4
Uso actual de drogas en población urbana peruana
(12-64 años)
Alcohol Tabaco Marihuana PBC Cocaína
Total 43,7 27,3 0,5 0,1 0,3
Sexo Hombre 23,6 39,5 0,7 0,2 0,3
Mujer 14,6 16,5 0,2 0,0 0,2
Residencia Lima 19,2 65,9 11,5 0,1 0,3
Provincias 16,1 54,1 6,2 0,0 0,0
Fuente: Castro de la Mata, R., A. Zavaleta y colaboradores, op. cit.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 135
reciente de 4,4 por ciento y de no más de un año de 25,1 por ciento. La
encuesta propiciada por Devida en el 2003 sobre el consumo tradicional de
la hoja de coca, realizada con una metodología diferente, de enfoque
antropológico,
arroja una prevalencia de 20 por ciento.
Hace poco se ha reportado un consumo creciente de éxtasis, que ya
aparece en la última encuesta de hogares realizada y en proporción
apreciable
en encuestas de escolares donde está en rápido aumento.7 La heroína
todavía ocupa una posición marginal, aunque ya es importante el cultivo
local de adormidera y los decomisos del látex del opio, y a pesar de que aún
no se ha encontrado producción de heroína en el Perú.8
En la más reciente monografía sobre consumo de drogas en la población
urbana que ha publicado Cedro se presentan los resultados comparativos
de las siete encuestas de hogares realizadas desde 1986 (véase el cuadro
6). Allí se puede observar la evolución del consumo a lo largo del tiempo.9
Como puede observarse, ha habido un aumento del consumo de cocaína
en los últimos años. Las razones que se han aludido en diversas publica-
Cuadro 5
Incidencia de drogas en población urbana peruana
(12-64 años)
Alcohol Tabaco Marihuana PBC Cocaína
Total 42,2 9,1 0,5 0,1 0,6
Sexo Hombre 44,3 13,0 0,5 0,1 1,0
Mujer 41,0 7,0 0,4 0,2 0,2
Residencia Lima 42,6 8,0 0,4 0,1 0,7
Provincias 41,4 11,8 0,5 0,3 0,2
Fuente: Castro de la Mata, R., A. Zavaleta y colaboradores, op. cit.
7 Ministerio de Educación/Devida/ONUDD/Cedro: Estudio epidemiológico sobre el consumo
de drogas en la población escolar de secundaria de menores 2002. Lima: Devida, 2004.
8 Zavaleta, A. y R. Castro de la Mata, editores: El problema de las drogas en el Perú.
Lima: Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro),
2005.
9 Castro de la Mata, R. y A. Zavaleta: Epidemiología de las drogas en la población
urbana peruana 2003. Encuesta de hogares. Monografías de Investigación n.º 23. Lima:
Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro), 2004.
136 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
Cuadro 6
Evolución de la prevalencia de vida de drogas sociales e ilegales
(1986-2003)
1986 1988 1992 1995 1997 1998 2001 2002 2003
Total Indicadores (Cedro) (Cedro) (Cedro) (Cedro) (Cedro) (Contradrogas) (Cedro)
(Devida) (Cedro)
Alcohol Total 87,2 83,5 92,0 84,6 87,2 93,5 85,7 94,2 87,0
Hombres 90,3 88,0 94,8 87,9 89,0 —- 86,4 —- 89,1
Mujeres 84,0 79,5 89,6 81,5 85,7 —- 85,1 —- 85,2
Tabaco Total 67,4 57,2 66,0 62,1 60,5 71,0 62,8 68,0 63,4
Hombres 79,9 73,5 81,8 75,2 71,5 —- 73,8 —- 72,5
Mujeres 54,7 42,4 53,8 50 51,6 —- 53,6 —- 55,5
Marihuana Total 8,0 5,3 7,8 6,4 8,0 5,2 6,6 5,8 10,9
Hombres 14,1 9,7 16,6 12,1 14,6 —- 12,0 —- 20,8
Mujeres 1,8 1,3 1,1 1,1 2,7 —- 2,2 —- 2,4
PBC Total 3,9 2,8 5,6 3,1 4,7 3,4 2,7 2,1 3,9
Hombres 7,3 5,7 10,4 5,7 9,4 —- 4,9 —- 7,4
Mujeres 0,4 0,1 1,5 0,7 0,6 —- 1,0 —- 1,0
Cocaína Total 2,5 1,3 2,0 1,9 3,2 1,4 2,0 1,8 3,6
Hombres 4,2 2,5 4,1 2,9 6,6 —- 3,9 —- 6,8
Mujeres 0,8 0,1 0,2 0,9 0,5 —- 0,4 —- 0,7
Fuentes: Cedro: Uso y abuso de drogas en el Perú: Una investigación epidemiológica de drogas en el
Perú urbano 1986-2003. Lima: Cedro, 2004. Contradrogas:
Encuesta Nacional sobre Prevención y Uso de Drogas 1998 (Informe general). Lima: Contradrogas, 1999.
Devida: II Encuesta Nacional sobre Prevención y Consumo
de Drogas 2002. Resumen ejecutivo. Lima: Devida, 2003.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 137
ciones incluyen la gran disponibilidad de la droga en el mercado local y los
bajos precios en la calle, la alta potencialidad adictiva de estas drogas, con
tasas de mortalidad aguda bajas y tratamientos difíciles.
OFERTA Y DISPONIBILIDAD LOCAL DE LAS DROGAS
PRODUCCIÓN Y TRÁFICO
El Perú es un importante productor de cocaína; es necesario diferenciar dos
mercados: el interno (consumo en el propio país) y el externo (relacionado
con la exportación ilegal de drogas). En el caso del mercado interno no
puede hablarse de la existencia de “empresas” sino de multitud de grupos
informales unidos laxamente. Cuando se trata, en cambio, de la gran
producción
y tráfico destinados a la exportación, se ha identificado la existencia
de organizaciones bien definidas que se caracterizan por una estructura
jerárquica que usa la violencia para el mantenimiento de su negocio y la
defensa de sus “territorios” y “clientes”.
Los traficantes de drogas se organizan en el ámbito nacional como
entidades
llamadas “firmas”, que entregan sus productos a las organizaciones
que trafican en el ámbito internacional y que son conocidas como
“carteles”.
Las organizaciones se componen de grupos o equipos debidamente
especializados para desarrollar cada una de las actividades que demanda la
empresa delictiva. Los jefes de las organizaciones, llamados “capos”,
aportan
o controlan directamente el capital o la mayor parte de los medios
logísticos.
Usualmente llegan a este nivel después de haber efectuado un tráfico
exitoso durante varios años con audacia, falta de escrúpulos y uso de la
violencia. Entre los carteles más importantes figura el de Tijuana y, hasta
hace pocos años, el de Cali.
Las organizaciones menos poderosas apoyan a los grandes carteles y
cubren las actividades locales, incentivan los cultivos, intermedian la
financiación
para la producción y trabajan por encargo de algún cartel, convirtiéndose
en proveedores y, por lo tanto, en dependientes para el refinado y
procesamiento final de la droga, así como para el comercio exterior. Las
organizaciones menos poderosas pueden transformarse eventualmente en
proveedores internos para la microcomercialización.
La relación entre las organizaciones más poderosas y las pequeñas y
locales se basa en la prontitud y seguridad en el cumplimiento de los
encargos.
La relación comercial se respeta escrupulosamente como garantía de la
solvencia de la organización y es asegurada por el equipo de asesinos a
sueldo, “sicarios”, dispuestos a intervenir ante cualquier desvío de lo que se
considera una conducta correcta.
138 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
Cuadro 7
Epidemiología de drogas en la población urbana peruana, 2003: Uso de
drogas en el último año
(Estimación de la demanda y valor de drogas cocaínicas)
Drogas Prevalencia _Población _Volumen promedio de uso Venta al menudeo
último año consumidora ––––––––––––––––––––––––––––––––––
––––––––––––––––––––––––––––––––––
Gr diario Kg diario T anual Gr (S/.) Anual (S/.) Anual ($)
Total PBC _ _ _ _ _10,5 53,4 19,5 _0,5 9’746.463 2’784.704
PBC % 0,2 _Adictos (15%) 4.161 10,0 41,6 15,2 0,5 7’594.646 2’169.899
_ N.º 27.743 Usuarios (85%) 23.582 _0,5 11,8 4,3 0,5 2’151.816 614.805
Total cocaína 2,0 45,1 16,5 _12,5 205’774.978 58’792.851
Cocaína % 0,8 _Adictos (15%) 16.646 1,9 31,6 11,5 12,5 144’295.678 41’227.337
N.º 110.970 _Usuarios (85%) 94.325 _0,1 13,5 4,9_ 12,5 61’479.300 17’565.514
Total 98,5 36,0 __ 215’521.441 61’577.555
Fuente: Castro de la Mata, R. y A. Zavaleta: Epidemiología de drogas en la población urbana peruana
2003, op. cit.
Elaboración: Área de Investigaciones y Lugar de Escucha de Cedro.
Notas:
1 Se estima que de 1 kg de PBC comprada en zona de producción se obtienen 3 kg de PBC que se
comercializa al menudeo.
2 Se considera que de 1 kg de cocaína comprada en zona de producción se obtienen 2 kg de cocaína que
se comercializa al menudeo.
3 Inversión en la compra de drogas cocaínicas en zonas de producción, que posteriormente se
adulterarán y comercializarán al menudeo en el mercado local.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 139
Cuadro 8
Personal involucrado en la cadena de las drogas
Áreas de cultivo Zonas de refinado Exportación Microcomercialización
local****
Los campesinos
cultivadores*
El acopiador de la
pasta básica
El jefe, llamado
‘‘capo’’
El proveedor
minorista
Los recolectores
de hoja**
El almacenador El o los financistas Los transportistas
Los acopiadores
de hoja**
El “químico” que
dirige y opera el
laboratorio rústico
El contador Los almacenadores
Los
maceradores***
El proveedor de
los componentes
químicos
El responsable del
apoyo legal
Los preparadores
El abastecedor de
los insumos
químicos
El embarcador Los distribuidores
mayoristas
Los ‘paqueteros’
El transportador de
la pasta a los
lugares de
embarque
El operador de
radio
Los transportistas
locales
_
Los encargados de
la vigilancia y
protección
Los encargados de
vigilancia y
seguridad.
El transportista
Los protectores y
la seguridad
_
_
_
* Por lo general propietarios o migrantes invasores del predio y como personal con ocupación temporal.
** Usualmente migrantes que son explotados y mantenidos con salarios muy bajos; involucra a escolares
de las ciudades vecinas que acuden al campo en épocas de cosecha.
*** Que procesan las hojas en las pozas de maceración donde se extrae la pasta básica de cocaína.
**** La organización es informal, muy laxa y participan muchos adictos.
PERSONAL INVOLUCRADO
El cuadro 8 muestra las tareas del personal involucrado en las diferentes
etapas del cultivo de hoja de coca: producción, procesamiento, transporte y
comercialización de drogas cocaínicas.
140 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
Las condiciones del cultivo, recolección y tratamiento de la hoja de coca,
si bien tienen características comunes, no son iguales en todo el territorio
debido a la variedad de climas, alturas y ecosistemas. Lo que es válido para
un distrito puede no serlo para el vecino. Las variedades de coca existentes
en el Perú (lambran, mollecoca, fusiforme, ovoide e ipadú) se cultivan en la
vertiente oriental de los Andes, a diversas alturas por encima de los 2.500
metros. El uso de tierras situadas a alturas moderadas se debe, aparte de
otras consideraciones, al hecho de que el contenido de alcaloides es en
general
más bajo mientras menor sea la altitud del cultivo, con variaciones
desde 1,2 por ciento en las zonas altas hasta 0,25 por ciento, presente en la
variedad ipadú del Bajo Amazonas.
Por cultivo y primer procesamiento, en los estudios de opinión realizados
por Cedro en el 2001 los campesinos cocaleros manifiestan reiteradamente
que cultivan la coca impulsados por motivos económicos y que al
hacerlo pueden obtener ingresos de dinero en efectivo en forma periódica y
casi continua, ya que consiguen hasta cinco cosechas por año. Esto
diferencia
el cultivo de coca de otros productos tradicionales y alternativos que
pueden producir más dinero al año, pero que llega a manos de los
campesinos
al término de una única cosecha anual.
Los estimados sobre la cantidad de personas que dependen directamente
del cultivo de coca son bastante imprecisos. Según los datos proporcionados
por UNODC10 sobre el cultivo de coca, se puede estimar que en el
2000 hubo 160.000 personas que dependían directamente de esta
actividad,
de las cuales 29.000 eran campesinos cocaleros; cifra que se incrementaría
en 15 por ciento para el 2004, cuando se estimó que 184.000 personas
dependían
directamente del cultivo de coca, incluyendo 34.000 campesinos
cocaleros.
En lo que se refiere al mercado local, los agentes que en él intervienen se
organizan de diferente manera. La droga que se vende en la ciudad de Lima
y
en el resto de la costa —principalmente la cocaína en pasta— proviene
directamente
de las zonas de cultivo. El procesamiento inicial es realizado por los
grupos familiares involucrados, que cultivan y procesan la hoja de coca a
pequeña escala. Se ha detectado también algunos casos en que la droga
que se
comercia es aquella que no ha podido ser vendida a las grandes firmas por
motivos de calidad, sobreoferta o pérdida de los contactos.
La vía terrestre es la más usada para el transporte hacia las zonas urbanas
como Lima. La cocaína se esconde entre una gran variedad de productos,
pues casi cualquier embarque puede ocultarla: llantas, frutas, verduras,
10 UNODC, op. cit., 2005.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 141
juguetes, madera, ropa, etcétera. En la mayoría de los casos los
transportistas
están involucrados o conocen que en su vehículo viajan drogas. También
es posible usar el servicio postal o el sistema de encomiendas para
transportar pequeñas cantidades.
Una vez en el ámbito urbano, la droga es manejada por intermediarios
llamados “proveedores” o “abastecedores”, cada uno de los cuales
abastece
de drogas a un grupo de microcomercializadores de algún sector de la
ciudad.
Sin embargo, no puede asegurarse que ellos controlen el negocio en
ese sector, pues pueden existir dos o más proveedores que abastecen sin
ningún inconveniente al mismo microcomercializador. En general, puede
afirmarse que en Lima, por ejemplo, existe una economía de libre mercado
para las drogas. No hay grupos organizados que controlen la oferta de
drogas
y existe un sinnúmero de “negociantes” que interactúan dentro de la
más absoluta libertad económica.
El mercado final está abastecido por una multitud de
microcomercializadores
o ‘paqueteros’ que manejan cantidades poco significativas, abastecidos
por los “mayoristas” que trafican en el orden del par de kilogramos.
Los microcomercializadores podrían estar ganando entre 100 y 200 dólares
estadounidenses al mes por su participación. No existen firmas, ni mafias ni
carteles. Hay, sí, infinidad de pequeños negocios. Al no haber un grupo o
unos pocos grupos que regulen la venta de drogas en las ciudades, salir del
negocio sin temor a las represalias es tan fácil como entrar en él.
Se ha identificado casos en los que el microcomercializador tiene varios
distribuidores. Aquí el negocio es unipersonal o familiar, y en él se
suelen involucrar adictos que encuentran en el microcomercio un medio
para cubrir el costo de su adicción y una subsistencia precaria. Los
distribuidores
frecuentan a los microcomercializadores entre una a tres veces por
semana. Así, se puede calcular que semanalmente cada
microcomercializador
adquiere para su posterior venta entre 200 y 500 g de PBC.
LA CONCENTRACIÓN DEL MERCADO DE DROGAS ILEGALES
La droga es ofrecida en todos los sectores geográficos y sociales. Las
diferencias
se encuentran al nivel de la demanda, es decir, se refieren al tipo de
droga requerida por el consumidor. Las drogas “económicas” provienen del
interior del país (Huallaga, Cusco, Ayacucho, etcétera). Algunas se fabrican
en Lima, en las llamadas “cocinas”, ubicadas en algunas zonas marginales
(Cerro El Pino, San Juan de Lurigancho, Carabayllo, etcétera). Se sabe que
las drogas sintéticas, consumidas por un grupo minoritario y de mayor
capacidad
adquisitiva, son traídas desde el extranjero por vía área, camufladas
entre el equipaje pues son productos de difícil detección.
142 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
Cuadro 9
Puntos de venta y consumo de cocaína en Lima y Callao (2002-2004)
(n = 314)
2002 2003 2004
PBC 254 252 264
Clorhidrato de cocaína 38 38 50
Fuente: “Lugar de Escucha” de Cedro.
En la ciudad de Lima, drogas como la pasta básica de cocaína y la
marihuana
se venden de preferencia en lugares donde la vigilancia policial es
menor; por ejemplo, en los barrios marginales y zonas tugurizadas, sin que
falten en las zonas más elegantes y exclusivas. Los lugares de venta no
están
concentrados en un punto o zona específica, sino dispersos por toda la
ciudad. Las intervenciones de lugares de venta, cuando se realizan, se
basan
en denuncias vecinales o periodísticas que generan interés de las
autoridades
distritales y policiales.
Las modalidades de venta más conocidas son la venta callejera, el delivery
o venta por teléfono a través de un dealer o vendedor, la utilización de
niños o niñas, mujeres embarazadas y otras mujeres (burriers o “mulas”)
para el tráfico nacional e internacional. En el servicio de consejería “Lugar
de Escucha” de Cedro se han identificado los sitios de venta más conocidos
de Lima tomando como base el reporte coincidente de al menos 35
pacientes
(véase el cuadro 9).
Hace poco, en un estudio de campo que recurrió a otro método de
recolección
de información, Cedro detectó que en el mes de junio del 2005 había
hasta 842 puntos de venta y consumo de drogas en Lima Metropolitana.
11 Por otro lado, se supone que a través del sistema de delivery podrían
estarse cubriendo muchas más zonas de la capital.
FINANCIACIÓN
En la zona de producción la compra de droga es siempre al contado, dado
que el riesgo del traslado impide el crédito, pues al perderlo todo no habría
posibilidad de cancelar la deuda. Es posible que entre el distribuidor y el
11 Zavaleta y Castro de la Mata, op. cit., 2005.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 143
microcomercializador sí existan ventas al crédito con plazos de pago de
entre siete y diez días, en función del nivel de confianza que se haya
generado
entre tales agentes.
Entre el microcomercializador y el consumidor final también pueden
existir créditos, dependiendo de la habitualidad de las transacciones. En
algunos
casos se exigen prendas (documentos de identidad, artefactos eléctricos,
prendas de vestir, etcétera) para garantizar el pago. Existe también la
costumbre de proveer con algunas dosis de pasta básica a los clientes
habituales
que eventualmente no tienen dinero.
Los permanentes operativos que desarrolla la Policía Nacional del Perú
(PNP) para prevenir y combatir el negocio de las drogas obligan a los
traficantes
a un constante cambio de puntos de producción y rutas de traslado de
la droga, aprovechando para ello la cubierta que le ofrece nuestra selva y lo
extenso del territorio. Por otra parte, han logrado modificar los laboratorios
para hacerlos transportables con mayor velocidad.
La PNP, por intermedio de la Dirección Nacional Antidrogas (Dinandro),
combate el tráfico de drogas con acciones múltiples. Sin embargo, no
obstante el esfuerzo desplegado es probable que no logre incautar más de
10 por ciento de la producción total debido principalmente a la falta de
medios,
las múltiples modalidades que emplean los delincuentes y la coyuntura
que confronta nuestro país.
LA ACTITUD DE LA POBLACIÓN
Las actitudes de la población frente a los problemas asociados a las drogas
han sido estudiadas en diversas oportunidades en grupos diferentes: a)
encuestas
de hogares a personas de 12 a 50 años; y, b) líderes de la población,
definidos como tales los miembros con cargos elevados en el Poder
Ejecutivo,
Congreso, gobiernos locales, Poder Judicial, Fuerzas Armadas,
organizaciones
y empresas públicas y privadas, incluyendo los medios de comunicación,
universidades, colegios profesionales, iglesias y dirigentes sindicales,
políticos, estudiantiles, comunales y deportivos.
Las diversas encuestas de hogares señalan que la mayor parte de la
población
reconoce que las drogas constituyen un problema importante para
el país. Se otorga un primer lugar a los problemas económicos y sociales,
pero un grupo muy importante (38 por ciento) menciona que el de las
drogas
es uno de los problemas más graves del país. En los últimos años ha
habido un cambio significativo en la percepción de los problemas asociados
a las drogas; así, el reconocimiento ha subido de 18 por ciento en 1988
a 56 por ciento en 1995. Esto puede interpretarse, de un lado, por la
disminución
de la importancia relativa del terrorismo, que prácticamente ha des144
RAMIRO CASTRO DE LA MATA
aparecido; y, de otro, por las campañas preventivas y de sensibilización de
la opinión pública iniciadas a mediados de la década de 1980.
En general, el considerar que una droga es más consumida y accesible
lleva a percibirla como inocua o, por lo menos, que solo es peligrosa cuando
se consume “en exceso”, como ocurre con la percepción del uso de las
drogas sociales. En términos generales, las drogas de venta ilícita en el país
son reconocidas como fuentes de un peligro inmediato por su capacidad de
generar daños a la salud. Es mayoritaria la opinión (87 por ciento) de que
las drogas deben ser prohibidas aun cuando se reconozca que son de uso
extendido. Igualmente, hay consenso respecto de que debe mantenerse la
prohibición de su comercio. Así, en la última encuesta de hogares se
evidenció
que 14,8 por ciento y 19,5 por ciento de la población pensaba que el
alcohol y el tabaco, respectivamente, deberían ser prohibidos, mientras
87,8
por ciento opinó lo mismo respecto de la marihuana, 90,8 por ciento sobre
la pasta básica y 90,0 por ciento sobre el clorhidrato de cocaína.
El de la marihuana constituye un caso especial, pues frente a ella hay
opiniones contrapuestas. Algunos la consideran peligrosa, pero otros (9,1
por ciento) creen que se debe permitir su uso en forma moderada. Hay
también,
respecto de esta droga, la concepción de que tiene poco potencial adictivo
y que sus usuarios no se convierten en adictos.
Los estudios con líderes indican que es mayoritaria (más de 85 por ciento)
la opinión de que el consumo de drogas debe prohibirse. Sin embargo, la
permisividad varía entre una y otra. Se pronunció en este sentido el 5 por
ciento para la marihuana, el 3 por ciento para la pasta básica de cocaína y
el
3 por ciento para el clorhidrato de cocaína. En el caso de los inhalantes, 2
por ciento se pronunció sobre su uso sin restricciones.
Existe como opinión más generalizada que el consumo de drogas ha
aumentado en el país en los últimos años, situación que es atribuida a
medidas
inadecuadas de control. Así, 37,7 por ciento de los líderes entrevistados
en 1999 por Cedro opinaron a favor de la manera como la PNP enfrenta el
problema de las drogas ilícitas, 25,6 por ciento estuvieron parcialmente de
acuerdo y 34,6 por ciento opinaron en contra; mientras que la percepción
de
los líderes cambió significativamente en el 2005, cuando solo 18,4 por
ciento
estuvo a favor de la actuación de la PNP en el enfrentamiento del problema
de las drogas, el 41 por ciento estuvo parcialmente de acuerdo y una
proporción
similar se manifestó en contra (40,6 por ciento).
La mayoría de la población considera que el cultivo de la coca no ha
producido beneficios para el país, aunque algunos piensan que la hoja de
coca tiene importancia por su uso como medicamento. Alrededor de 17 por
ciento cree que beneficia al campesino y un 15 por ciento que deja dinero al
país o crea puestos de trabajo.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 145
La mayoría de la población considera también que el cultivo de la coca
causa perjuicios al país, sea por el narcotráfico que genera (40 por ciento),
por
los daños para la salud (21 por ciento), por el daño social o ecológico (10
por
ciento), o, en proporciones menores, porque daña la imagen del país. Solo 4
por ciento cree que no causa ningún daño, pero 18 por ciento no se
pronuncia.
A diferencia de lo que se reporta que ocurre en otros países, los grandes
narcotraficantes no han hecho inversiones importantes en infraestructura
social ni en empresas que proporcionen trabajo honesto, por lo que no hay
reconocimiento ni simpatía hacia sus actividades, salvo las de aquellos que
aprecian como beneficio el ingreso de divisas procedentes del narcotráfico.
DEMANDA DE DROGAS
Entre las razones que explican la demanda se incluyen una población que
empieza a consumir drogas en la adolescencia, preferentemente los
varones;
la existencia de una población adicta consumidora de proporciones
crecientes
debido a la alta potencialidad adictiva de estas drogas, con tasas de
mortalidad aguda bajas, tratamientos caros y poco eficaces (no más de 30
por ciento de adictos se recuperan); los factores de riesgo y protección para
la iniciación del consumo de drogas; y, finalmente, las influencias culturales
permisivas de nuestra sociedad. Todos estos factores favorecen la demanda
de drogas en nuestro medio.
La estimación del número de adictos es bastante compleja, y los resultados
obtenidos no resultan exactos y solo son indicativos de tendencias. En
el cuadro 10 se muestra el número de adictos a las principales drogas ilega-
Cuadro 10
Estimación de la población y consumidores dependientes de drogas
ilegales
(Población entre 12 y 64 años)
2001 2003 2005 (estimado)
Drogas ilegales –––––––––––––––––––––– –––––––––––––––––––––– ––––––––––––––––––––––
Población Dependientes Población Dependientes Población Dependientes
Cocaínicas1
(PBC y cocaína) 507.104 86.208 832.277 141.487 1’184.303 201.332
Marihuana1 814.036 73.263 1’428.743 128.587 2’094.194 188.477
Éxtasis 0 0 13.871 0 0 0
Heroína 0 0 13.871 0 0 0
1El estimado de dependientes de drogas ilegales (cocaínicas 17 por ciento y marihuana 9 por ciento)
se ha elaborado a partir de los datos proporcionados por el Institute of Medicine of the National Academy
of Science de los Estados Unidos de América.
Fuente: Cedro: El problema de las drogas en el Perú. Lima: Cedro, junio del 2005.
146 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
les usadas en el Perú, en una estimación recientemente efectuada por
Cedro
en un ejercicio que sería deseable poder confirmar.
La población de adictos comparte una serie de características que, de
alguna manera, permiten entender algunas facetas de la demanda. Así, por
ejemplo, en relación con el género, se encuentra que, en general, el
consumo
de drogas ilícitas es mucho menor en las mujeres, aunque se aprecia
una clara tendencia a que la diferencia se vaya acortando con el paso del
tiempo. La droga que causa el mayor número de problemas a las mujeres,
como en el caso de los varones, es el alcohol, pero dentro del consumo de
sustancias de libre disponibilidad hay un elevado porcentaje de problemas
asociados a los derivados de las anfetaminas, sobre todo los utilizados
en curas de adelgazamiento, y a los psicofármacos que se siguen vendiendo
sin necesidad de receta médica en nuestro país, pese a lo que señala
la legislación. En este caso, la automedicación es la regla.
Entre las mujeres, la droga ilícita que causa el mayor número de problemas
es la pasta básica de cocaína, para la cual se describe un perfil
característico: mujeres solteras de nivel socioeconómico medio-bajo y bajo,
desempleadas, con antecedentes de bajo rendimiento escolar. Las
patologías
asociadas más frecuentemente son la desnutrición, caries dental,
enfermedades
de transmisión sexual y anemia. En el área psicológica, agresividad
y depresión con algún intento de suicidio. El consumo es usualmente
compulsivo, generalmente interdiario y con un promedio de 65 “tabacazos”,
lo que equivale a unos 65 gramos de PBC. Más de la mitad
ejercen la prostitución, ocasional o habitualmente, conducta que se instala
por lo general después de establecido el consumo.
También es frecuente la mitomanía y el involucramiento en la
comercialización.
La mayoría proviene de familias incompletas, desintegradas
o disfuncionales, con el padre alcohólico o adicto. Es frecuente también
que sea adicto un hermano o la pareja. Por lo general, hay antecedentes de
incesto y de violaciones, y no tienen hijos. La iniciación en el consumo
suele darse a invitación o exigencia de la pareja. A diferencia de lo que
ocurre en los varones, no hay una fuerte asociación con el consumo de
alcohol y el de pasta básica de cocaína.
Los adictos con problemas que acuden a los tratamientos usualmente
atribuyen su situación a factores externos, sociales y familiares: falta o
dificultad en el trabajo o los estudios, imposición de amigos o de la pareja,
etcétera. Las series estudiadas sobre varios miles de usuarios en el
programa
“Lugar de Escucha” de Cedro han determinado que las personas
pueden decidir o ser inducidas al consumo de múltiples maneras y
obedeciendo,
en general, a más de un factor. No obstante, se han identificado
que participan en mayor o menor grado los siguientes factores:
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 147
• Curiosidad, como factor muy importante, alimentado por relatos de
personas
del entorno o lo que aparece en los medios de comunicación.
• Imitación, factor solo o asociado a la existencia de consumidores amigos
personales o de la pareja.
• La invitación por un amigo o la pareja resulta ser mucho más importante
que el ofrecimiento por vendedores.
• Identificación con los modelos del grupo al que se pertenece o se quiere
ingresar.
• Alta disponibilidad de la droga.
• Factores del ambiente: desempleo, crisis familiar, etcétera.
• Búsqueda de sensaciones y emociones nuevas, generalmente impulsados
por lo que aprenden de los medios de comunicación.
• Inadecuado uso del tiempo libre.
En no pocos casos, la oportunidad de ganar dinero lleva a los jóvenes a
incursionar en la microcomercialización o a actuar como correos en el
transporte.
En este caso la fácil accesibilidad lleva al consumo. Por otro lado, se
observa con frecuencia que entre los jóvenes hay una elevada correlación
entre
el consumo de drogas y la deserción escolar. En las series reportadas en
Lima, tanto la deserción cuanto el bajo rendimiento escolar están
fuertemente
asociados al consumo, pero no hay datos suficientes que permitan
determinar
cuál es la causa y cuál el efecto, o si ambas tienen como causa un tercer
factor.
Como tendencia general, se aprecia que el inicio del consumo de drogas
ocurre a edades cada vez más tempranas. Los factores de riesgo asociados
se han estudiado en grupos comparables.
TRATAMIENTO
Un buen sector de adictos sigue tratamiento en comunidades terapéuticas
que son de muy diversas calidades, muchas de ellas organizadas y
atendidas
por ex adictos. La legislación peruana señala algunos requisitos mínimos de
infraestructura y calificaciones del personal, así como la necesidad de
trabajar
dentro de los principios éticos y de respeto a los pacientes. Pero es
frecuente que algunas sigan trabajando al margen de la reglamentación de
salud vigente, con métodos y resultados cuestionables.
No se conoce el número de adictos que requieran tratamiento en el Perú.
Los estimados son muy variables y poco confiables, y van desde los que
consideran 50.000 hasta los que creen que llegan a 300.000 en la ciudad de
Lima.
Existe en el país un número creciente de entidades que trabajan en el
tratamiento y la rehabilitación desde una perspectiva profesionalizada. Se
148 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
trata de hospitales de salud mental con unidades de drogodependencias,
clínicas psiquiátricas, clínicas de día, consultorios privados, comunidades
terapéuticas y centros de consejería. También hay establecimientos de
atención
que de una manera significativa han incorporado en sus metodologías
la autoayuda dentro de un afronte integral, así como comunidades
terapéuticas con enfoque vivencial y de autoayuda, algunas muy reticentes
al ingreso de profesionales de la salud mental. La mayoría de estos
centros atiende informalmente, con los riesgos inherentes a la adicción a
la cocaína. Uno de los factores que ha coadyuvado al estado de informalidad
parece ser la escasa oferta terapéutica profesionalizada existente en
las ciudades.
COSTOS DEL TRATAMIENTO
Los costos del tratamiento pueden variar enormemente. Por ejemplo, el
Centro de Rehabilitación de Ñaña, del Ministerio de Salud (Minsa), ofrece
varias categorías desde 1.000 dólares a 2.000 dólares anuales. En otra
institución
estatal, el pabellón de drogodependencias del Hospital Hermilio Valdizán
tiene costos más reducidos que podrían bordear los 227 dólares al año
por paciente.
El sector privado ofrece tratamiento y rehabilitación a costos mucho
más altos. En una clínica típica el tratamiento puede costar 3.200 dólares
por mes y 38.400 dólares por año. Un día de internamiento cuesta 80
dólares,
incluyendo alimentación y evaluación psicológica mas no la terapia de
grupo, honorarios profesionales ni medicamentos. Una de las clínicas más
económicas cuesta 1.450 nuevos soles por mes, equivalentes a 5.150
dólares
por año incluyendo alimentación y honorarios profesionales. El tratamiento
promedio para la rehabilitación de un adicto es de ocho meses, por
lo que el costo estimado del tratamiento es de alrededor de 12.000 nuevos
soles por dependiente como mínimo.
DEMANDA DE DROGAS
Considerando las características de nuestro medio, y dado el gran número
de
variables que influyen en la etiología y en la continuación del consumo de
cocaína y otras drogas, es pertinente plantear una etiología multifactorial.
En
este sentido, el gráfico 1 presenta un modelo que integra los principales
factores
que contribuyen al consumo de drogas en la adolescencia, agrupados en
tres categorías: a) los factores contextuales, que incluyen variables
sociodemográficas,
biológicas, culturales y ambientales; b) los factores sociales, que
se refieren tanto al entorno próximo del adolescente (familia, escuela, grupo
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 149
de amigos) cuanto a la influencia mediática de la publicidad y los medios de
comunicación; y, c) los factores personales, que comprenden cogniciones,
habilidades y otras variables personales relevantes.
Gráfico 1
Modelo integrador de influencias en el consumo de alcohol y otras drogas
CONSUMO DE DROGAS
Beber, fumar, consumir drogas ilegales
Factores sociales
Familia
• Estructura familiar
• Dinámica familiar
• Comunicación y disciplina
• Supervisión paterna
• Consumo de sustancias
por el padre
• Vinculación familiar
• Actitudes familiares hacia
el consumo
Escuela
• Fracaso escolar
• Autoconcepto académico
• Vinculación con el centro
• Clima escolar
Compañeros y amigos
• Consumo en el grupo de
amigos
• Actitud de los amigos
hacia el consumo
Publicidad y medios de
comunicación
• Modelado del consumo de
drogas
• Imagen positiva del
consumo
• Anuncios de bebidas
alcohólicas y tabaco
Aspectos
sociodemográficos
• Edad
• Género
• Clase social
• Raza
Variables psicobiológicas
• Predisposición a buscar
sensaciones
• Disposición,
temperamento
• Estado de salud
Identidad cultural
• Socialización cultural
• Identidad étnica
• Creencias religiosas
Ambiente físico y entorno
social
• Estresores ambientales y
psicosociales
• Apoyo social
• Anemia
• Desestructuración/
conflictividad social
• Disponibilidad
Factores psicológicos
Creencias, expectativas y
actitudes
• Repercusiones negativas
del consumo
• Percepción normativa
• Actitudes hacia la salud y
las drogas
Habilidades de
afrontamiento y
autocontrol
• Resolución de problemas
• Manejo de ansiedad
• Control de la ira
• Autocontrol
• Resolución de conflictos
• Establecimientos de metas
Habilidades sociales
• Habilidades de comunicación
• Habilidades de aserción
• Habilidades para agradar a
otros
• Habilidades de búsqueda
de apoyo
• Habilidades de rechazo de
la droga
Variables personales
• Autoeficacia
• Autoestima / autoconcepto
• Asunción de riesgo
• Impulsividad
• Ajuste psicológico
• Estado de estrés
• Oportunidades vitales
percibidas
↔↔ ↔
↔↔ ↔
↔↔ ↔
→
Factores contextuales
150 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
En el Perú12 se ha identificado algunos factores de riesgo del consumo
de drogas en la pubertad y adolescencia, así como factores protectores que
reducen la probabilidad del consumo problemático de psicoactivos.
FACTORES MACROSOCIALES
Disponibilidad y accesibilidad de las drogas
El carácter de droga legal convierte a las bebidas alcohólicas en un
producto
de fácil acceso, por los múltiples establecimientos donde se pueden
adquirir,
los amplios horarios de venta, su costo y el casi nulo control de la
venta a menores. Por otro lado, la sobresaturación de cocaína en el país, así
como la importante caída de los precios, se han convertido en potentes
factores
de riesgo para la aparición de nuevos usuarios y para la continuación
del uso en los adictos.13
Institucionalización y aprobación social de las drogas legales
La televisión, el cine y la prensa suelen mostrar imágenes de personajes
famosos y personas con prestigio social consumiendo bebidas alcohólicas.
Publicidad
Se ha consolidado como una importante fuente de presión social del
consumo
de alcohol. Los anuncios asocian el alcohol con valores y estímulos
atractivos para los adolescentes, como la amistad, el carácter y la
personalidad,
la transición a la adultez, el sexo, el deporte, el riesgo y la aventura,
etcétera.
Asociación del alcohol y las drogas sintéticas con la desocupación
juvenil
Existe una asociación entre el consumo juvenil de drogas y el uso del
tiempo
libre; por ejemplo, el empleo del fin de semana para frecuentar ciertos
12 Rojas, M.: “Factores de riesgo y protectores identificados en adolescentes consumidores
de sustancias psicoactivas. Revisión y análisis del estado actual”, en A. Zavaleta,
editor: Factores de riesgo y protección en el consumo de drogas en la juventud. Lima:
Cedro, 2002.
13 Ministerio de Educación/Devida/ONUDD/Cedro, op. cit., 2004. Rojas, op. cit., 2002.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 151
lugares de oferta como bares, discotecas, fiestas electrónicas, y la
búsqueda
de la novedad y de nuevas sensaciones. El uso inadecuado del tiempo libre
se relaciona con el riesgo del uso de drogas; con la asistencia a lugares de
oferta y con la búsqueda inmediata de sensaciones nuevas y placenteras
producidas por las drogas.
FACTORES MICROSOCIALES
Influencia del grupo de amigos
El grupo de referencia es el marco que ayuda a afianzar la identidad
adolescente
frente al mundo adulto y satisface el sentimiento de afiliación o pertenencia
a un grupo de iguales.14 La probabilidad de la ingesta de bebidas
alcohólicas aumenta si el adolescente se integra en un grupo que consume
alcohol, por influencia indirecta del modelado de los compañeros o directa
a través de invitaciones explícitas.
Uso y abuso familiar de bebidas alcohólicas
Numerosos estudios revelan la asociación significativa del consumo de
alcohol
de los padres de familia con los de los hijos.
Ausencia o débil comunicación y clima familiar conflictivo
La incomunicación y el ambiente familiar enrarecido contribuyen a generar
y mantener el déficit y carencias personales, que el púber o adolescente
pueden intentar compensar recurriendo a las drogas.
FACTORES PERSONALES
Déficit y problemas del adolescente
El déficit y problemas personales constituyen factores de riesgo porque el
adolescente puede intentar compensarlos o aliviarlos recurriendo al alcohol
u otras drogas. El consumo se relaciona estrechamente con déficit de
autoeficacia,
autoconcepto, autoestima y locus de control externo, y con transtornos
de ansiedad y del estado de ánimo.
14 Rojas, op. cit., 2002.
152 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
Actitudes favorables hacia el alcohol y otras drogas
Las actitudes favorables al uso de drogas son importantes predictores del
inicio del consumo del alcohol y otras drogas.
Desinformación y prejuicios
La falta de conocimiento o la información errónea sobre la naturaleza de las
drogas, extensión del consumo adolescente, repercusiones negativas a
corto
y largo plazo, etcétera, alientan la curiosidad o impiden valorar
acertadamente
los riesgos de las drogas. Así, una elevada proporción de adolescentes
considera que el alcohol no es una droga.
FACTORES DE RIESGO
Factor de riesgo viene a ser la característica o cualidad de un sujeto o
comunidad
que, se sabe, va unida a una mayor probabilidad de daño a la salud.
En todo caso, viene a ser la probabilidad de que acontezca un hecho
indeseado
que afecta a la salud de un individuo o de un grupo social. Las relaciones
entre los factores de riesgo entre sí y los factores de riesgo con el
daño son complejas, ya que dichos factores actúan en forma distinta en
diferentes
individuos y bajo diversas circunstancias.
De hecho, la adolescencia es el periodo en el que hay más exposición a
la diversidad de comportamientos riesgosos, que pueden comprometer la
salud, la supervivencia y el proyecto de vida del adolescente o joven. Esta
situación a menudo es la resultante de una organización parcial de la
identidad
o de una identidad difusa que incorpora los riesgos como expresiones
de autoafirmación o búsqueda de un bienestar transitorio que compense el
empobrecimiento de los mecanismos de respuesta a las demandas y
necesidades
que se debe enfrentar. Los factores de riesgo identificados en nuestro
medio se presentan en el cuadro 10.
FACTORES PROTECTORES
Rutter,15 entre otros, define como factores protectores a las circunstancias,
características de la estructura de la personalidad, condiciones y atributos
que
facilitan el logro de la salud integral del púber y adolescente y sus
relaciones
15Rutter, M.: “A Conceptual Model of Intervention Based on an Understanding of
Risk and Protective Factors”, en WHO/OPS: Supporting Youth in a Time of Social Change.
Ginebra: WHO, 1992.
CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ 153
con la calidad de vida y el desarrollo de este como individuo y como grupo.
Los niños, adolescentes y jóvenes que son resistentes al abuso y a la
dependencia
del alcohol y otras drogas tienen algunas características en común (véase
el cuadro 11).
Cuadro 11
Factores de riesgo y protectores identificados en ciudades
urbanas peruanas
Factores de riesgo
(incrementan el riesgo del abuso de drogas)
Factores protectores
(minimizan las posibilidades del abuso de drogas)
Bajo rendimiento y deserción escolar. Buen rendimiento escolar o académico.
Desocupación. Adecuado uso del tiempo libre; práctica sistemática
de algún deporte como un modo de vida.
Disponibilidad, fácil acceso de las drogas y los
precios de ellas (alcohol y drogas cocaínicas)
Inicio temprano del consumo de alcohol, tabaco
y marihuana.
Edades: 16-19 años.
Ser adolescente varón. Ser adolescente mujer.
Actitud favorable del consumo de drogas. Actitud negativa frente al consumo de drogas.
Rechazo.
Rasgos de personalidad: influenciable, manipulable,
poco asertivo, déficit de autoconcepto y
autoestima. Por otro lado, aquellos que tienden
a involucrarse constantemente con el riesgo y el
peligro, en la medida en que experimentan un
gran refuerzo con esas experiencias.
Rasgos de personalidad: autónomo en sus actos,
asertivo, adecuada autoestima y autoconcepto.
Sistema familiar: Patrones negativos de crianza,
incomunicación, ausencia de normas y reglas,
sobreprotección; abuso o dependencia del alcohol
y otras drogas en miembros de la familia.
Sistema familiar: Pautas de crianza y educación
congruentes, adecuada integración del sistema,
existencia de reglas y normas, comunicación:
diálogo abierto. Buena percepción de los padres,
no abuso de alcohol y otras drogas.
Pertenencia a grupos de pares con objetivos comunes
(religiosos, deportivos, culturales, artísticos,
etcétera).
Adaptado de: Ministerio de Educación/Devida/ONUDD/Cedro, op. cit., 2004. Rojas, op. cit., 2002.
154 RAMIRO CASTRO DE LA MATA
Un elemento preponderante que se ha corroborado como factor protector
en los escolares adolescentes es la influencia de la familia y particularmente
la importancia de los padres involucrados en las actividades de sus
hijos. Otro factor protector de gran importancia es el ambiente escolar, el
rendimiento escolar y la actitud de los profesores. Así, colegios que se
perciben
como exigentes y disciplinados, así como ambientes escolares de mayor
respeto y orden, presentan menores niveles de consumo de drogas.
Es indudable que la investigación en el campo preventivo del consumo
de drogas ha aportado significativamente en la identificación de algunos
factores protectores. En este contexto, en el cuadro 11 se ha logrado
sistematizar
los principales factores protectores del consumo de drogas: deserción
escolar, fugas del hogar, violencia callejera y otras conductas adictivas
no tóxicas.