Antropologia y Racismo
Antropologia y Racismo
Antropologia y Racismo
Antropología cultural
ENSAYO
La antropología ha estado marcada por estigmas que la distinguen como una ciencia
relacionada con el poder y el racismo. En distintos sentidos, este supuesto parece tener
fundamento. Como ciencia, surge relacionada con la expansión de Occidente y su objeto de
estudio será el otro colonizado. Sus aportaciones a la teoría de la evolución, sus
clasificaciones y tipologías de los grupos humanos fueron las bases científicas del
pensamiento racista decimonónico para construir sus teorías sobre la desigualdad de las
razas y de las culturas. Es indudable que los vínculos de los antropólogos con las políticas
de control y dominación externa e interna de las naciones han determinado líneas de
análisis y desarrollados discursos que legitiman prácticas etnocéntricas y racistas, en
distintos contextos.
Durante este período, el racismo en México se ha expresado con sus distintas caras, y en
coyunturas históricas concretas ha victimizado a distintos sujetos, aunque el indio, el otro
interno ha sido objeto de su preferencia. Es una incursión sobre el pensamiento
antropológico acerca del Otro diferente en esta nación multiétnica y pluricultural, para
identificar el discurso académico y la realidad desde donde se estructura.
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Razas y racismos
Hasta la década de los años sesenta persiste la controversia sobre la pretendida validez
científica de las teorías racistas. Se trata de una polémica que, por demostrar la inexistencia
de razas y culturas superiores e inferiores, equivoca el rumbo para analizar el racismo. La
raza, se ha afirmado, es una construcción social y el discurso racista una de sus expresiones.
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entre los pueblos, más pronunciada entre anglosajones que entre latinos (hablantes de
lenguas romances), aunque la hostilidad hacia los de "afuera" es común en la historia.
El cambio en el contenido del discurso racista hacia determinados sujetos como los negros,
chinos y japoneses, le hace reconocer implícitamente su variabilidad en el tiempo y en el
espacio. Asimismo, constata que las jerarquías biológicas y psíquicas incluyen a grupos
diferenciados con base en el color y de la misma raza blanca, pero, sobre todo, a los grupos
minoritarios con lo cual implícitamente relaciona el fenómeno con la dominación.
Durante estos años, la controversia sobre las razas está lejos de alcanzar la intensidad que
tuvo entre los pensadores del porfirismo y los ideólogos del mestizaje a principios de siglo.
Esto a pesar de haberse producido el holocausto en Europa. Es posible que haya tenido que
ver el quehacer de una antropología comprometida con las políticas del Estado. El trabajo
de Gonzalo Aguirre Beltrán, Oposición de raza y cultura en el pensamiento antropológico
mexicano publicado a fines de los sesenta, resulta valioso por su posición frente al discurso
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acerca de las razas y del indio entre los positivistas del porfiriato y los pensadores y
antropólogos del nacionalismo revolucionario. Por ejemplo, pese a que José María Mora
asocia el "estado envilecido" de los indios con su constitución biológica, su rechazo a la
noción de la superioridad racial, reconociendo la "diversidad de facultades" de todas las
razas y la posibilidad de mejorarlas a través de la educación, lo aleja de los racistas porque
según Aguirre era una "posición avanzada" para su tiempo.
La defensa de la raza mestiza por Justo Sierra, en un momento en que algunos racistas
europeos difundían la idea de que el mestizaje daba como resultado poblaciones bastardas,
sin capacidad para hacer progresar la civilización, era una posición de avanzada que no lo
salva, como piensa Aguirre, "de caer en la trampa de un darwinismo social ortodoxo".
Recuérdese que coloca al mestizo en la cúspide de la jerarquía racial, luego al criollo y en
la escala inferior al indio, a quien no le atribuye incapacidades innatas, pero, al igual que
Mora, le concede el beneficio de redimirse en el mestizo a través de la educación y la
nutrición.
En cambio, José Vasconcelos y Molina Enríquez son identificados como los máximos
exponentes de la ideología del mestizaje de contenido racista porque, aunque rechazan la
superioridad del blanco y la unidad racial sin mezcla, exaltan la superioridad de la raza
mestiza y la unidad por el mestizaje. Su crítica a Comas por no resolver la oposición entre
raza y cultura evidencia que entonces no se comprendía que biología y cultura son dos
procesos que se compenetran de tal suerte que entre ellos existe una relación, no una
oposición. Hasta entonces, el concepto de racismo es biológico, fija las diferencias del Otro
y la superioridad de unas razas y la inferioridad de otras. El debate es teórico y se analiza el
discurso racista. Se argumenta sobre la unidad de la especie humana y de cierta manera la
existencia de variados racismos, el doctrinario y diferencialista, el latinoamericano sutil y
enmascarado. Comas y Genovés, como científicos, participan activamente en la lucha
contra el racismo suscribiendo y/o contribuyendo a la elaboración de la Declaración de
1950, y de Propositions sur les Aspects Biologiques de la Question Raciale de 1964, entre
otros. Mientras tanto, en las regiones étnicas prevalecen fuerzas que niegan el derecho a la
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diferencia bajo lógicas de distinta naturaleza, estructuras de dominación sostenidas por
ideologías e identidades excluyentes del indio y por la acción indigenista del Estado para
lograr su integración y contribuir a la "unidad de la nación".
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Conclusiones.
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Bibliografía
Beltran, G. A. (1970). Regiones de refugio. México: INI.
Benoist, A. (1986). Racisme: remarques autour d'une définition", en André Bejin y Julien
Freund, Racismes, Antiracimes, Méridiens Klincksieck. Paris.