Antropologia y Racismo

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Preparatoria Progreso

Antropología cultural

ENSAYO

Rosa Isela Núñez Hernández

08 de octubre del 2021


Introducción.

La antropología ha estado marcada por estigmas que la distinguen como una ciencia
relacionada con el poder y el racismo. En distintos sentidos, este supuesto parece tener
fundamento. Como ciencia, surge relacionada con la expansión de Occidente y su objeto de
estudio será el otro colonizado. Sus aportaciones a la teoría de la evolución, sus
clasificaciones y tipologías de los grupos humanos fueron las bases científicas del
pensamiento racista decimonónico para construir sus teorías sobre la desigualdad de las
razas y de las culturas. Es indudable que los vínculos de los antropólogos con las políticas
de control y dominación externa e interna de las naciones han determinado líneas de
análisis y desarrollados discursos que legitiman prácticas etnocéntricas y racistas, en
distintos contextos.

Durante este período, el racismo en México se ha expresado con sus distintas caras, y en
coyunturas históricas concretas ha victimizado a distintos sujetos, aunque el indio, el otro
interno ha sido objeto de su preferencia. Es una incursión sobre el pensamiento
antropológico acerca del Otro diferente en esta nación multiétnica y pluricultural, para
identificar el discurso académico y la realidad desde donde se estructura.

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Razas y racismos

Hasta la década de los años sesenta persiste la controversia sobre la pretendida validez
científica de las teorías racistas. Se trata de una polémica que, por demostrar la inexistencia
de razas y culturas superiores e inferiores, equivoca el rumbo para analizar el racismo. La
raza, se ha afirmado, es una construcción social y el discurso racista una de sus expresiones.

La ideología racista en forma de doctrina tiene distintos contenidos en su historia, pero su


núcleo básico está fuertemente asociado con la creencia acerca de la
superioridad/inferioridad biológica de las razas, sustentada ésta en una jerarquización que
se manifiesta inexorablemente en una superioridad/inferioridad cultural y social. Con base
en la creencia acerca de las desigualdades entre las razas se legitima, en consecuencia, la
dominación de las razas consideradas superiores que reafirman su identidad y sus
privilegios aduciendo su pureza y rechazando el mestizaje, origen supuesto de la
degeneración de la humanidad (véase Benoist, 1986). Sin embargo, estas creencias son sólo
una expresión del pensamiento racista con pretensiones científicas. No todos los teóricos e
ideólogos racistas recurren a la biología para explicar la desigualdad de las razas, ni
consideran que la superioridad e inferioridad sean fijas, ni sustentan la existencia de razas
puras, ni se oponen al mestizaje, ni encuentra una inevitable relación entre racismo y
dominación. De tal suerte que las polémicas sustentadas por los antropólogos antirracistas
como Franz Boas y Juan Comas, contra los seudocientíficos que pretendían demostrar las
desigualdades entre las razas comprenden sólo ciertas perspectivas racistas.

No ignora el "antagonismo racial" existente en la sociedad norteamericana de los años


veinte, y los prejuicios o falsas generalizaciones entre grupos que compiten por el trabajo.
Tampoco considera que es éste un fenómeno universal. Prueba de ello es que la "conciencia
de raza" (relacionada con la creencia en la superioridad de su "propia raza") es diferente

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entre los pueblos, más pronunciada entre anglosajones que entre latinos (hablantes de
lenguas romances), aunque la hostilidad hacia los de "afuera" es común en la historia.

Después de la segunda guerra mundial, se profundiza el debate en contra de los mitos


raciales. Este discurso científico parece haber tenido una limitada resonancia entre los
antropólogos mexicanos. Es Juan Comas, antropólogo físico y refugiado español, quien,
por su especialización, origen y su experiencia vivida en los años de la preguerra en
Europa, se interesa por la problemática del racismo. Sus esfuerzos por desmontar el aparato
seudocientífico de las teorías racistas se concretan en sus diversos trabajos acerca de los
mitos de la pureza de sangre y la inferioridad de los mestizos, sosteniendo con base en los
avances de las ciencias duras de la época, la inexistencia de una unidad racial y la
universalidad del mestizaje y su relación con el desarrollo de las altas culturas, la
variabilidad morfológica y genética existente entre las distintas razas (Comas, 1952). No
obstante, parece admitir la inferioridad atribuida a los mestizos cuando arguye que obedece
a factores psicosociológicos derivados de las condiciones precarias en que viven y al
rechazo que sufren por parte de las razas de procedencia, posición ciertamente ambigua y
contradictoria.

El cambio en el contenido del discurso racista hacia determinados sujetos como los negros,
chinos y japoneses, le hace reconocer implícitamente su variabilidad en el tiempo y en el
espacio. Asimismo, constata que las jerarquías biológicas y psíquicas incluyen a grupos
diferenciados con base en el color y de la misma raza blanca, pero, sobre todo, a los grupos
minoritarios con lo cual implícitamente relaciona el fenómeno con la dominación.

Durante estos años, la controversia sobre las razas está lejos de alcanzar la intensidad que
tuvo entre los pensadores del porfirismo y los ideólogos del mestizaje a principios de siglo.
Esto a pesar de haberse producido el holocausto en Europa. Es posible que haya tenido que
ver el quehacer de una antropología comprometida con las políticas del Estado. El trabajo
de Gonzalo Aguirre Beltrán, Oposición de raza y cultura en el pensamiento antropológico
mexicano publicado a fines de los sesenta, resulta valioso por su posición frente al discurso

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acerca de las razas y del indio entre los positivistas del porfiriato y los pensadores y
antropólogos del nacionalismo revolucionario. Por ejemplo, pese a que José María Mora
asocia el "estado envilecido" de los indios con su constitución biológica, su rechazo a la
noción de la superioridad racial, reconociendo la "diversidad de facultades" de todas las
razas y la posibilidad de mejorarlas a través de la educación, lo aleja de los racistas porque
según Aguirre era una "posición avanzada" para su tiempo.

La defensa de la raza mestiza por Justo Sierra, en un momento en que algunos racistas
europeos difundían la idea de que el mestizaje daba como resultado poblaciones bastardas,
sin capacidad para hacer progresar la civilización, era una posición de avanzada que no lo
salva, como piensa Aguirre, "de caer en la trampa de un darwinismo social ortodoxo".
Recuérdese que coloca al mestizo en la cúspide de la jerarquía racial, luego al criollo y en
la escala inferior al indio, a quien no le atribuye incapacidades innatas, pero, al igual que
Mora, le concede el beneficio de redimirse en el mestizo a través de la educación y la
nutrición.

En cambio, José Vasconcelos y Molina Enríquez son identificados como los máximos
exponentes de la ideología del mestizaje de contenido racista porque, aunque rechazan la
superioridad del blanco y la unidad racial sin mezcla, exaltan la superioridad de la raza
mestiza y la unidad por el mestizaje. Su crítica a Comas por no resolver la oposición entre
raza y cultura evidencia que entonces no se comprendía que biología y cultura son dos
procesos que se compenetran de tal suerte que entre ellos existe una relación, no una
oposición. Hasta entonces, el concepto de racismo es biológico, fija las diferencias del Otro
y la superioridad de unas razas y la inferioridad de otras. El debate es teórico y se analiza el
discurso racista. Se argumenta sobre la unidad de la especie humana y de cierta manera la
existencia de variados racismos, el doctrinario y diferencialista, el latinoamericano sutil y
enmascarado. Comas y Genovés, como científicos, participan activamente en la lucha
contra el racismo suscribiendo y/o contribuyendo a la elaboración de la Declaración de
1950, y de Propositions sur les Aspects Biologiques de la Question Raciale de 1964, entre
otros. Mientras tanto, en las regiones étnicas prevalecen fuerzas que niegan el derecho a la

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diferencia bajo lógicas de distinta naturaleza, estructuras de dominación sostenidas por
ideologías e identidades excluyentes del indio y por la acción indigenista del Estado para
lograr su integración y contribuir a la "unidad de la nación".

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Conclusiones.

Este tema me pareció interesante, no en el sentido bruto de la definición, sino porque, en la


actualidad el racismo en México ha disminuido de manera considerable mas no ha sido
radicalizado, sin embargo, para que esto se lograra, debió ocurrir una serie de procesos en
la historia del país para que esto fuera sometido de una manera que pudiera ser de mayor.
Me sorprendió el como la historia del país tuvo acontecimientos de racismo a las
poblaciones extranjeras, e incluso entre el propio pueblo mexicano con los indígenas. Tal y
como lo comenté, el racismo ha ido en declive, pero la realidad es que esta siendo
remplazado por tipo de discriminación, que es el clasismo el cual se define como el acto
discriminatorio criticando desde la posición social como principal argumento, pero este
tema será para otra ocasión.

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Bibliografía
Beltran, G. A. (1970). Regiones de refugio. México: INI.

Benoist, A. (1986). Racisme: remarques autour d'une définition", en André Bejin y Julien
Freund, Racismes, Antiracimes, Méridiens Klincksieck. Paris.

Comas, J. (1952). Los mitos raciales. Belgica: UNESCO.

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