La Buena Dependencia Emocional Doc Final
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La Buena Dependencia Emocional Doc Final
No hay nada que pueda causarnos tal torbellino de emociones como un ser humano.
Piensa en el primer beso, en un reencuentro de años de separación, en un abrazo
que por fin te calma. Respira, respiro, respiramos.
La dependencia emocional:
Lo más rentable es que lo hicieran personas más fuertes que ella. Ana piensa en
sus hijos, pero resulta que ellos no pueden porque esa semana están de
vacaciones. Entonces pide ayuda a sus sobrinos y estos encantados le hacen el
favor. Pues bien, Ana es dependiente, pero no es dependiente de sus hijos. Si ellos
no pueden, es capaz de buscar la ayuda de otra persona. Pues bien, con la
independencia/dependencia emocional pasa lo mismo.
Esta se vuelve peligrosa cuando se fija en una sola persona y se carga sobre ella la
responsabilidad de nuestro estado emocional. Es peligrosa porque nos debilita y
porque a la larga termina con la relación. Sin embargo, lo peor es que, antes de que
termine esa relación, nos habremos destruido a nosotros mismos utilizando todo
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Además, los dos aluden a emociones primarias: uno al odio, otro al miedo. Ante
el temor a la indiferencia, la persona dependiente puede buscar que el otro la odie.
Es una forma de autoengaño con la que busca que existan sentimientos que
se mantengan, lazos de conexión, presencia en la vida del otro… aunque sea
levantando odio.
De una forma o de otra, para el dependiente su propia dependencia suele ser una
tortura. Si de algo es víctima es de haber confiado su destino y sus esperanzas a
alguien. Esto la obliga a inmolarse para que ese alguien no se vaya, porque siente
de verdad que, si se marcha, perderá su vida. Muchas de sus frases son una
manipulación, pero debajo de ellas hay un sufrimiento que es de verdad.
Dependencia Vertical y
Dependencia Horizontal:
Dependencia Vertical:
Es cuando una persona depende absolutamente de otra: es por ejemplo el tipo de
relación entre los padres y sus hijos pequeños. Los padres proveen, cuidan, y el
bebé depende de ellos para sobrevivir.
Dependencia Horizontal:
Se trata de una Inter-dependencia entre personas adultas. Todas dan y reciben, se
cuidan y se apoyan mutuamente. Entre parejas adultas esta interdependencia a
nivel horizontal sería característica de una relación sana y equilibrada.
Por otro lado hay muchas personas que en su edad adulta no buscan una relación
horizontal, sino vertical: alguien que les cuide, que les provea, o bien alguien a
quien cuidar, a quien “salvar” o incluso alguien a quien dominar.
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Relaciones Sanas:
Hay dos variables que condicionan nuestra capacidad para relacionarnos y
vincularnos de forma sana, están relacionada con los estilos de apego en los
primeros años de vida, estas variables son: la Regulación Emocional y la
Seguridad o Confianza Relacional.
1. Regulación Emocional:
Regulación de los estados de ánimo: es aquello que pongo en marcha para
intentar cambiar mi estado emocional, puede ser:
1. Auto- Regulación: lo que hago yo solo para intentar cambiar de estado. Por
ejemplo hacer deporte, meditar, leer un libro, escribir en mi diario, etc. La
capacidad de autorregulación se adquiere a lo largo del desarrollo. Los niños
pequeños no son capaces de autorregularse por lo que dependen de una co-
regulación por parte de sus padres o cuidadores.
2. Co-regulación: es lo que hago con ayuda de otros. Por ejemplo salir con
amigos, pedir consuelo o consejo, buscar contacto físico de los seres
queridos, etc.
Tiene que ver con cómo nos sentimos estando solos y estando en compañía
de los demás, normalmente está vinculado al tipo de apego en la infancia: un apego
seguro genera confianza, y uno inseguro (padres ausentes o ambivalentes,
maltrato...) desconfianza. También experiencias vividas en la edad adulta pueden
influir en nuestro nivel de confianza (frustraciones, engaños, coacciones, malos
tratos, bulling...)
Por otro lado hay personas que no se sienten seguras en sus relaciones con
los demás, desconfían, por ello tienden a aislarse o a intentar controlar las
relaciones para sentirse más seguros.
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Autonomía e Intimidad:
Autonomía:
En relación a lo anterior, cuando una persona tiene capacidad de auto-regularse
y sentirse segura estando sola, esta persona es capaz de sentirse autónoma.
Intimidad:
A la vez, cuando una persona es capaz de co-regularse (ayudar a regular a
personas cercanas y regularse con su ayuda) y se siente segura con los
demás tendrá capacidad de tener intimidad.
1. Dependiente Sumiso:
Es al que identificamos más con el término “dependencia emocional”. La emoción
predominante es la Ansiedad. Son personas que viven las
relaciones con miedo a ser abandonadas o no queridas en
un futuro próximo: Necesitan de los demás, buscan validarse
a través de la opinión o el amor de otros (utilizan la co-
regulación externa y a veces no saben auto-regularse). Los
dependientes sumisos pueden sentirse no merecedores de
amor o que no valen “lo suficiente” (esto puede generar el
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miedo a que cuando la pareja descubra que no merezco la pena, o vea que hay
muchas otras personas mejores que yo, me deje de querer). Suelen ser
complacientes y se esfuerzan en no dar problemas evitar el conflicto y caer bien,
para evitar el rechazo. Les puede costar decir que no, se sienten muy mal ante las
críticas (porque creen que han de ser perfectos para ser queridos o valorados), les
cuesta pedir y recibir, sólo se centran en dar. De hecho muchas veces ponen sus
necesidades en último lugar, sacrificándose por otros, esto puede hacer que sientan
que los demás no se preocupan por ellos lo suficiente, y que no les corresponden
todos los esfuerzos que ellos hacen. Incluso puede que en algunos casos ni siquiera
sepan distinguir sus propias necesidades y deseos. Son personas que tienen riesgo
de involucrarse en relaciones abusivas, sobre todo debido a la dificultad que tienen
para terminar una relación de este tipo una vez que se inicia, pues debido a su
miedo a rechazo, son capaces de tolerar y perdonar comportamientos abusivos,
faltas de respeto, y malos comportamientos por parte de otras personas, puede que
crean que podrán cambiar, curar o “salvar” a la otra persona y les cuesta muchísimo
poner límites, ceden con facilidad. A veces adoptan el papel de indefensión y
necesitar alguien que las cuide y haga todo por ellas, y otras el de cuidador y
salvador del otro. En estos casos hay un problema base de baja autoestima y
autoconfianza.
2. El Contra-Dependiente o Evitativo:
Estas son personas “frías” emocionalmente, tienden a aislarse de los demás
(tanto física como emocionalmente) La emoción predominante es la tristeza, y
una sensación de soledad, que aparece con frecuencia como apatía, desgana o
desinterés. La mayoría de las veces, sin embargo, estas personas no son
conscientes de su tristeza interna, debido a que también se distancian de sus
propias emociones y sensaciones y les cuesta reconocerlas.
Suelen desconfiar de los demás o infravalorarlos, aunque en ocasiones también
idealiza las relaciones. Su miedo es ser controlados, invadidos, o perder su
libertad. Su forma de regulación es la auto-regulación, sobre todo mediante la
supresión interna de las emociones. Esto les lleva a parecer huraños y
completamente independientes, pero en realidad sí necesitan a los demás. (De
hecho, si fuesen evitativos “absolutos” no mantendrían relaciones con nadie).
Mantienen relaciones con un bajo grado de implicación e intimidad. Sin
embargo, al inicio de una relación, mientras dura la fase de enamoramiento se
pueden mostrar implicados, incluso excesivamente, para después cambiar y
mostrarse cada vez más evitativos y emocionalmente distantes. Suelen vivir las
relaciones como una responsabilidad y una carga, les agobian los requerimientos o
búsqueda de intimidad de los demás y desean que se les “deje tranquilos”, puede
costarles disfrutar del contacto interpersonal.
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3. El Dependiente Dominante:
Sumisos:
Es difícil que un sumiso se sienta atraído por otro sumiso, sino que formarán pareja
con más facilidad con dominantes o evitativos.
Evitativos:
Dos personas evitativas, difícilmente serán pareja, y si lo son, casi siempre la menos
evitativa de las dos empezará a mostrarse más sumisa. Los evitativos y dominantes
también son poco usuales, cuando se dan estos casos el evitativo acaba adoptando
una posición sumisa. Normalmente suelen formar pareja con estilos sumisos.
Dominantes:
Difícilmente formarán relaciones entre sí, en caso de hacerlo suele ser una lucha
constante por dominar al otro. Los dominantes frecuentemente formarán pareja con
personas de estilo sumiso.
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Interdependientes:
Los interdependientes buscan relaciones horizontales, y evitan las verticales, por lo
que siempre acaban relacionándose entre sí. Si llegan a iniciar una relación con un
patrón de otro tipo, acaban por cortar la relación al poco tiempo, al notar el patrón
diferente, dado que no es lo que ellos buscan en una pareja. Las relaciones
interdependientes son el tipo de relación sana a la que todos debemos aspirar.
Como hemos comentado los patrones no son fijos, pueden
variar de una relación a otra, tener mayor o menor grado.. y
se puede cambiar y evolucionar a un patrón
Interdependiente (de hecho este suele ser el objetivo en las
terapias de pareja.)
Conclusiones:
4. DISFRUTAMOS gustando.
https://lamenteesmaravillosa.com/por-que-caemos-en-la-dependencia-emocional/
https://www.google.com/search?tbm=isch&q=la+buena+dependencia+patricia+ramirez&spell=1&sa
=X&ved=0ahUKEwinyrTEgYbmAhVM-qwKHRWICAUQBQg-
KAA&biw=856&bih=597&dpr=1.5#imgrc=Yi_DA2WIwysGjM:
Sugiero revisar este enlace, donde se da una amplia bibliografía del tema:
http://www.mitramiss.gob.es/es/publica/pub_electronicas/destacadas/revista/numeros/60/Biblio.pdf