Liderazgo Generacional
Liderazgo Generacional
Liderazgo Generacional
e625 2017
Dallas, Texas
e625 ©2017 por Lucas Leys
Todas las citas bíblicas son de la Nueva
Biblia Viva (NBV) a menos que se indique lo
contrario. Editado por: María Gallardo
Diseño Interior: Juan Shimabukuro Design
@juanshima RESERVADOS TODOS LOS
DERECHOS.
ISBN: 978-1-946707-04-8 IMPRESO EN
ESTADOS UNIDOS
Este libro tiene el potencial de convertirse en
una de las obras maestras de la literatura cristiana
en español. La propuesta de «Liderazgo
generacional» descubre cómo los padres, los
maestros y los pastores podríamos darnos la
mano para formar un cerco de respeto, amor,
protección y desarrollo para formar a las
siguientes generaciones.
Este es un manual de ministerio que todo
pastor necesita para desarrollar a su equipo. Es
una herramienta que todo maestro cristiano
necesita para ser efectivo en su labor académica,
y una perla para los padres que no se conforman
con dejar pasar la infancia y la adolescencia de
sus hijos sin ser intencionales en discipularlos.
Con un gran optimismo estas páginas nos
ayudarán a afrontar los grandes desafíos de
nuestra era, así como los paradigmas inservibles
que hasta el día de hoy prevalecen en algunos
círculos. En ocasiones haciendo eco de grandes
hombres de ciencia, teólogos, reformadores
sociales y artistas, el doctor Leys nos reconcilia
con tal conocimiento ofreciéndonos con ־sejos
increíblemente prácticos que harán de la lectura
de esta joya una de las experiencias más
enriquecedoras y valiosas que podamos tener.
Hector Hermosillo, Pastor fundador Semilla
de Mostaza
Quien quiera tener una iglesia vibrante, llena
de vida, y llena jóvenes, adolescentes y niños
debe leer este libro. Debe ser una prioridad para
los pastores del hoy.
¿Cuántas veces he oído a pastores en América
Latina preguntarse por qué no hay jóvenes en mi
iglesia? O confesar que sus hijos aman a Dios,
pero no a la iglesia... Si de verdad quieres una
iglesia que alcance a las nuevas generaciones
debes leer este libro, pero te hago una
advertencia: si no estás dispuesto a cambiar,
mejor no lo leas porque en cada capítulo su autor
propone cambios.
Yo creo que Dios se trae algo nuevo entre
manos y creo que tiene mucho que ver con lo que
mi amigo Lucas Leys escribió en este libro.
Robert Barriger, Pastor fundador de Camino
de Vida, Perú.
Lo que propone este libro es literalmente
«revolucionario» y leído con el espíritu correcto
no tengo dudas de que va a desatar una ola da
cambios mentales y prácticos en millares de
pastores y líderes en Iberoamérica. De hecho, lo
que propone es tan sólido e innovador que
anticipo que provocará una ola de cambios en la
iglesia del mundo.
Conozco a su autor hace muchos años y
nunca deja de sorprenderme. Cuando creo que su
innovación ha llegado a su máxima expresión, me
vuelve a sorprender. Su ministerio ha sido más
influyente de lo que se sabe porque no solamente
ha impactado la vida de miles de asistentes a sus
eventos o miles de lectores con sus libros,
también ha transformado la cabeza de
muchísimos líderes de opinión que literalmente
cambiaron de cultura a través de las
conversaciones con Lucas en los tiempos íntimos
del backstage de sus eventos.
En algunos círculos conocen a Lucas como
un predicador elocuente y alguien que tiene la
capacidad de ser un «showman,» pero no
conozco a ningún showman que tenga la capad-
dad de convertirse también en un científico que
pueda ir tan profundo en dilucidar las
necesidades y las estrategias de la iglesia y este
libro es otra prueba de eso.
Lucas es un gran innovador que va siempre a
mil kilómetros por hora buscando «algo más» y
sin embargo tiene un trato excelente con las
personas y sobre todo con su equipo de trabajo el
cual es probablemente el más competente que
conozco.
Gracias hermano por el tiempo que invertiste
para investigar este tema aún entre múltiples
viajes, conferencias, foros, retiros y multitudes
escuchándote. Que bueno que seas
latinoamericano.
Esteban R. Fernández, AED - President Latin
America La Sociedad Bíblica Internacional
Este libro del Dr. Lucas Leys no podría ser
más oportuno y necesario. Se está levantando en
todo el mundo una ola de renovado interés por la
infancia y la juventud, especialmente en términos
de su educación y promoción humana. Hasta la
Organización de Naciones Unidas para la
educación global está convocando a un gran
movimiento a favor de los derechos civiles de los
niños y adolescentes en todo el planeta y la
Iglesia no puede quedarse rezagada y menos
hacer oídos sordos a semejante necesidad.
Hoy hay 260 millones de niños que ya no van
a la escuela y hay 400 millones que interrumpirán
su educación en cierto momento y que nunca
volverán a terminarla. Hay 800 millones de niños
en total (la mitad de los que hay en el mundo),
que dejarán la escuela sin las calificaciones que
necesitan para el trabajo, mayormente debido a la
pobreza y ¿Qué haremos los cristianos frente a
esta realidad? ¿Cómo podremos formar con
valores cristianos a la generación 6-25 que hoy
está bajo nuestra responsabilidad? ¿Cómo les
daremos a conocer a estas personas que están
madurando el amor de Dios tal como se
manifestó en Cristo? Estos son los interrogantes
que Leys se propuso responder en estas páginas,
poniendo énfasis sobre la formación de los
líderes cristianos que emprenderán esta tarea. La
lectura de este libro es indispensable para el líder
de hoy e imperativa para el futuro inmediato.
Dr. Pablo A. Deiros
Vice-rector del Seminario Internacional
Teológico Bautista, Buenos Aires, Argentina
P1 P2 P3 P4
Bajo Moderado Cambiante Alto
No No Dispues
dispuesto Dispuesto Dispuesto to
No hábil No hábil Hábil Hábil
Preadolesce Adolescent
Niños Jóvenes
ntes es
PREDISPOSICIÓN 1: NIÑOS
Debemos convencer a los niños de que Jesús
es billones de veces mejor que nadie o nada en el
universo. Ellos pueden aprender historias acerca
del carácter de Cristo, conductas óptimas y no
deseables, y la importancia de las prioridades
cristianas, aunque en contraste con los propósitos
que evidencian la madurez espiritual tengan
mucha dificultad en terminar de abrazar el
corazón de los propósitos como hábitos del alma
y como motor interno de sus conductas. Y está
bien así. Aquí el nivel de disposición no se debe
confundir con repetir conductas, porque la
mayoría de los niños en esta fase no tiene
problema en imitar lo que ven. La disposición a
la que hacemos referencia es una realidad interna
hacia el corazón de lo que les enseñamos.
DEBEMOS CONVENCER A LOS NIÑOS
DE QUE JESÚS ES BILLONES DE VECES
MEJOR QUE NADIE O NADA EN EL
UNIVERSO
PREDISPOSICIÓN 2:
PREADOLESCENTES
Ahora hay un interés más personal. No solo
en la conducta sino en el «por qué» de la
conducta. Las tareas específicas y creativas
comienzan a generar mayor disposición, sobre
todo en los que reciben una afirmación positiva
de sus líderes. En cuanto a habilidad, en términos
generales -aunque pueden darnos algunas
sorpresas- todavía no estarán lo suficientemente
experimentados como para desarrollar alguna
tarea esperada que requiera iniciativa individual.
PREDISPOSICIÓN 3: ADOLESCENTES
Los adolescentes ya pueden considerarse
hábiles para comenzar a evidenciar los propósitos
en iniciativas propias. Han acumulado suficiente
experiencia y ya pueden visualizar las tareas
externas con una conexión interna en forma clara
e individual. Lo curioso de esta etapa es que suele
bajar su nivel de disposición, y esto por dos
razones: por un lado, ahora dependen muchísimo
de su grupo de pares, y por el otro, ahora son
ellos los que empiezan a estar a cargo de las
tareas, y ahora sí se espera que las ejecuten bien.
Desde la perspectiva de la iglesia, a esta edad
dejamos de ser receptores para convertirnos en
creadores de los procesos, y comenzamos a
demandar protagonismo. Su mayor cercanía con
los líderes les brinda a los adolescentes la
oportunidad de ser los nuevos encargados de
alcanzar los propósitos y ejecutar las tareas. Claro
que, al estar todavía inmaduros en lo que hace a
la resolución de sus necesidades fundamentales,
los adolescentes suelen encontrar dificultades en
sus relaciones interpersonales. Asomarán los
enamoramientos platónicos y las crisis familiares
relacionadas a con límites, y eso los interrumpirá
a la hora de ganarse la confianza para ganar más
responsabilidades.
PREDISPOSICIÓN 4: JÓVENES
Los propósitos ya pueden y deben
desarrollarse y evidenciarse de manera autónoma.
Los jóvenes toman decisiones ejecutivas con
normalidad, y pueden estar pendientes de la
productividad del ministerio si son lo
suficientemente estimulados. (Se requiere adultez
para permanecer productivos sin estímulos
externos continuos). Se hacen cargo de las tareas
por reconocimiento del grupo, o se excluyen a sí
mismos de la iglesia porque ahora tienen una
agenda personal que no depende de sus padres.
Desde la dimensión de la iglesia, pueden
tener disposición si encuentran sus intereses
personales atendidos, si tienen la habilidad, y si
sus necesidades fundamenta- les están lo
suficientemente resueltas como para ir
concentrándose en la productividad.
En resumen:
P1. Demanda un fuerte trabajo relacional y una
pedagogía lo suficientemente concreta que
aproveche la alta retención de datos que hay
en esta etapa. Necesita ver.
P2. Demanda involucramiento y necesita saber
qué hay detrás de la información. Necesita
entender.
P3. Demanda protagonismo y una expresión
externa y energizada de los compromisos
internos. Necesita creer.
P4. Demanda libertad. Es capaz de asimilar los
propósitos sin un fuerte comportamiento
relacional de parte de los líderes y sin depender
de la atracción del pro- grama. Necesita
confianza.
ESTILOS DE LIDERAZGO
Me gusta explorar los libros clásicos que
hicieron de base a teorías que luego encuentran
nuevos vocabularios, libros que, al fin al cabo,
son los fundamentos de lo que viene después. Así
es el caso de Robert R. Blake y Jane Mouton, y
su libro titulado «The Managerial Grid» (La
cuadrícula administrativa) que influenció a las
escuelas clásicas de administración e hizo de base
a la revolución mercadológica y relacionada con
el liderazgo, que vino luego. En este libro, Blake
y Mouton propusieron un estilo ideal de
liderazgo, lo cual terminó de cementar el viejo
mito de que había un superestilo a la hora de
liderar. Según su cuadrícula, hay dos variables
fundamenta- les en la ejecución de la influencia:
1. Interés por la producción
2. Interés por las personas
Recordemos el diagrama que describimos en
el capítulo
3. Estas variables cumplen la misma función
que las constantes de relaciones y programas, y
por eso es importante detenernos en lo que ellos
dijeron. La tesis de Blake y Mouton es que el
nivel de resultados de una organización depende
de que los líderes pongan un alto interés en
relaciones cercanas y un alto interés en la
producción (o en las actividades y programas).
Suena bien, ¿cierto?
A simple vista pareciera que sí, y claramente
su propuesta es la premisa estandarizada acerca
del liderazgo en la mayoría de las iglesias de
occidente, ya que es la posición tradicional de
aquellos que han estado involucrados en el
entrenamiento de líderes cristianos. Pero Blake y
Mouton se olvidaron de analizar la variable de la
madurez de los liderados, o el impacto del
liderazgo de escala cuando se trabaja en
organizaciones que sea han multiplicado en
muchas personas.
Por eso es tan vital lo que añadieron los
autores Hersey, Blanchard y Johnson, que
mencionamos antes. Estudiar sus ideas amplió mi
panorama. Estos autores propusieron que no hay
un estilo ideal para conseguir el desempeño
deseado. Lo que hay es distintos estilos que son
productivos en situaciones diferentes. En otras
palabras, el mejor liderazgo es el que «aprende» a
adaptar su estilo a distintas situaciones.
Hersey, Blanchard y Johnson identifican
cuatro estilos de liderazgo:
• Estilo 1 - Liderazgo altamente directivo. (El)
Alguien que ordena.
Pone mucho énfasis en los programas,
actividades y resultados.
Las relaciones cercanas no son su prioridad.
Toma la mayoría de las decisiones.
Da instrucciones precisas.
Alta supervisión de los resultados.
Establece metas para toda la organización.
Define los roles de los demás.
• Estilo 2 - Liderazgo altamente directivo a la
vez que altamente relacional. (E2)
Se lo percibe como alguien que inspira y
persuade.
Mucho énfasis en los programas, actividades y
resultados.
Mucho cuidado en las relaciones cercanas.
Persuade a los demás a seguir sus decisiones.
Da instrucciones abiertas dando la posibilidad a
los seguidores a sumar su criterio.
Inspira a los demás a seguir sus propias metas.
Explica los roles de los demás señalando su
importancia.
• Estilo 3 - Liderazgo altamente relacional.
(E3)
Da la prioridad a las relaciones y pone los
programas y actividades en un segundo plano.
Se lo percibe como alguien que comparte.
Bajo desempeño en los programas,
actividades y resultados.
Mucho cuidado en la armonía de un grupo.
Se esfuerza por conseguir consenso en las
decisiones.
Toma decisiones en conjunto.
Llega a un acuerdo en cuanto a las
instrucciones.
Pregunta a los demás cuáles son sus metas.
Los dirigidos establecen sus propios roles.
• Estilo 4 - Liderazgo mínimamente directivo y
relational. (E4)
En su faceta positiva se lo percibe como
alguien que delega y deja ser y hacer. Baja
participación en los programas y actividades.
Poca inversión en las relaciones cercanas.
Deja que todos tomen sus propias decisiones.
Se limita a indicar el resultado final esperado.
Los dirigidos establecen sus propios roles
Quizás esta imagen te ayude a entenderlo
mejor.
BAJO
ALÍC
PROGRAMAS
RELACIONES
ESTILOS, RELACIONES Y PROGRAMAS
La gran idea que surge de estos conceptos es
que hay distintos estilos que pueden ser efectivos
según las distintas edades y las distintas
situaciones ministeriales. Los líderes efectivos
tienen lo que en algunos deportes se llama
«cintura», y pueden cambiar de jugada mientras
corren en dirección a la anotación. Cada estilo
puede ser bien o mal empleado según las
necesidades situacionales requieran ordenar,
persuadir, compartir o delegar, tal como lo
muestra el siguiente cuadro:
POSITIVO NEGATIVO
Define Demanda
Guía Controla
E ו
Dirige Ataca
Establece Limita
Persuade Manipula
Vende Usa
E2
Inspira Engaña
Explica Justifica
Comparte Teme
Anima Compra
E3
Acompaña Sobreprotege
Respeta Queda bien con todos
Delega Abandona
Observa Esquiva
E4
Asigna No quiere trabajar
Da libertad No le importa
5. APLICACIÓN
EL CEREBRO NO ES UN GRAN MOTOR
DE PROCESAMIENTO INDIFERENCIADO,
SINO QUE ESTÁ ORGANIZADO POR
ÁREAS CONCRETAS RESPONSABLES
DE DETERMINADAS FUNCIONES
Estos son los elementos que, según hoy se
considera en pedagogía, siempre deben estar en
un aula creativa. Por eso me pareció importante
integrar aquí este pentágono, para facilitarnos ver
el proceso ideal por el que deberíamos llevar a
quienes tenemos el privilegio de discipular. Esta
secuencia representa el mapa de enseñanza al que
aspiran las más avanzadas universidades del
mundo. Y, para sorpresa de algunos, podemos ver
a Jesús usando cada una de estas instancias en el
discipulado de su «ministerio a la nueva
generación.»
¿No te parece que este pentágono debería
poder reflejarse en la pedagogía de la Iglesia?
Usualmente nos quedamos en el paso 1.
Proclamamos. Anunciamos. Inspiramos. Y, en el
mejor de los casos, explicamos lo que podemos
creer y debiéramos hacer. Pero la pregunta era
¿Por qué no llegamos al paso 5? Y la respuesta es
bastante simple. La razón obvia de por qué nos
cuesta tanto ver la aplicación de lo que
enseñamos es que salteamos los distintos
dispositivos necesarios para involucrar a todo el
cerebro en el aprendizaje.
Lo que hoy la ciencia deja en claro es que el
sistema nervioso, en su forma más simple, trabaja
en una especie de bucle de acción. El cerebro no
es un gran motor de procesamiento
indiferenciado, sino que está organizado por
áreas concretas responsables de determinadas
funciones. Es decir, distintos tipos de estímulos y
acciones son procesados y despiertan distintas
áreas neuronales que hacen su trabajo para
retener información y asociarla con otra, creando
conocimiento.
La posibilidad de leer las reacciones de los
hemisferios izquierdo y derecho y aún el tálamo y
el tronco cerebral a través de la tecnología ha
ilustrado a los científicos para poder afirmar que
escuchar apenas involucra algunas áreas del
cerebro y deja sin uso a otras que son vitales para
la creación de memorias y por ende de valores y
acciones.
NECESITAMOS UNA REFORMA DE
FORMA Y REDESCUBRIR QUE LA TAREA
DE LA IGLESIA NO SE LLEVA ADELANTE
SOLO CON PROGRAMAS
Mira en el pentágono las instancias 2, 3 y 4.
¿Creamos espacios para involucrar esos
procedimientos de alerta y participación del
cerebro con nuestros programas clásicos de
enseñanza? Deberíamos, pero quizás necesitemos
más que una pequeña actualización de
metodologías y de hecho, esa es la urgencia de lo
que estamos hablando en este libro y la visión
holística y completa del liderazgo generacional.
Esto no se reduce a hacer reuniones más creativas
o renovar la estética de nuestras actividades para
que venga más gente al lugar de reuniones.
Necesitamos una reforma de forma y redescubrir
que la tarea de la iglesia no se lleva adelante solo
con programas sino con relaciones intencionales
porque muchas de estas instancias no se pueden
dar en una actividad tradicional sino en el vínculo
de una conexión personal cara a cara.
Aunque en general se asume que dudar de
nuestra fe es algo malo e incluso pecaminoso, las
encuestas demuestran una perspectiva distinta. En
los estudios realizados a través de Fuller, los
estudiantes que sienten la libertad y tienen la
oportunidad de expresar sus dudas tienen una
mayor predisposición a conservar su fe en el
tiempo y eso ilustra lo que Lucas está explicando
en estas
Desafortunadamente, demasiados estudiantes
que experimentan dudas se quedan callados ya
que nuestros programas, pero también nuestra
manera de plantear las relaciones, no generan
espacios para ese tipo de intimidad. Menos de la
mitad de los estudiantes en nuestras
investigaciones se sienten con la oportunidad de
compartir sus dudas con adultos o aun otros
amigos cristianos.
- Kara -
MENTORES INTENCIONALES
Mi amigo Félix Ortiz, cuyos comentarios
enriquecen estas páginas, escribió un excelente
libro titulado «Cada joven necesita un mentor», el
cual te animo a leer. En él, Félix articula la
necesidad que cada joven tiene de contar con
adultos involucrados en su vida que modelen de
qué se trata la madurez y le ayuden a descubrir
cuáles son las decisiones correctas en distintas
circunstancias. Tal como estuve sugiriendo en
varios párrafos anteriores, en cada fase de nuestra
maduración necesitamos ver «qué sigue», y
cuantos más ejemplos veamos de cómo hacerlo
bien, más fácil será el camino.
QUIZÁS JAMÁS HAYAN EXISTIDO
MOMENTOS EN LA HISTORIA, CON LA
EXCEPCIÓN DE PERIODOS DE GUERRA,
EN LOS QUE TANTOS HIJOS SE CRÍEN
CON ALGÚN PADRE AUSENTE
La idea del «mentoreo» viene de la obra
clásica griega conocida como «La Odisea»,
escrita por Homero. En ella Ulises, el
protagonista principal, tiene un hijo
preadolescente llamado Telémaco. Ulises quiere
educar a Telémaco para ser el futuro rey mientras
él está ocupado con la guerra de Troya, así que
contrata a un amigo de la familia como tutor de
Telémaco... y ya te imaginarás el nombre de este
hombre: Mentor.
Todos necesitamos mentores, y los niños,
preadolescentes, adolescentes, y jóvenes de hoy,
creo que los necesitan más que nunca. Quizás
jamás hayan existido momentos en la historia,
con la excepción de periodos de guerra, en los
que tantos hijos se críen con algún padre ausente.
Ya sea por la epidemia de divorcios, por lo
frecuentes que son los hijos extramaritales en
algunas comunidades, o bien porque la sociedad
de consumo ha adiestrado al hombre y la mujer
de hoy a trabajar sin parar con tal de comprar más
cosas -en lugar de tener como prioridad el invertir
tiempo en sus hijos-, el hecho es que muchísimos
chicos casi no tienen la posibilidad de hacerle
preguntas personales a un adulto.
En Juan 15:13 Jesús afirmó: «Nadie tiene
mayor amor que este, que uno ponga su vida por
sus amigos». Hay pocas posibilidades de que
alguno de nosotros tenga que poner su vida por
otro. Sin embargo, si pensamos que la vida está
hecha de tiempo, entonces cambia notablemente
el sentido de ese pasaje, que se leería de la
siguiente manera: «Nadie tiene mayor amor que
este, que uno dé su tiempo por sus amigos». El
mentoreo es la mayor prueba de amor que
podemos darle a un joven o adolescente. Es
invertir nuestra vida en él para que llegue a ser la
persona que Dios tenía en mente cuando lo creo.
- Félix -
EL CEREBRO NO ES TAN SOLO UN
ALMACÉN DE MEMORIA, SINO QUE HAY
UNA VARIEDAD DE PRINCIPIOS
OPERATIVOS QUE DERIVAN EN EL
FUNCIONAMIENTO DE UNA PERSONA
Ahora bien, te recuerdo que todo el proceso
de transición hacia a la adultez es una sucesión de
etapas de búsqueda de la identidad personal.
Todos nacemos con una herencia genética,
familiar, y cultural, pero si bien llegamos con este
paquete, todos tenemos características
particulares que van a definir nuestra
individualidad. Por ejemplo, puede ser que en el
aspecto físico María tenga los ojos verdes de su
padre y la nariz de su madre, pero sus huellas
dactilares son únicas. Si a eso le sumamos que es
Dios quien da el espíritu, entonces podemos estar
seguros de que somos imposibles de clonar y que
cada persona aprende de manera diferente y ese
también es uno de los principales hallazgos de la
neurociencia.
El sentido de identidad supera por lejos a las
características físicas, y aun al coeficiente
intelectual porque hoy contamos con una
percepción más compleja en cuanto a que el
cerebro no es tan solo un almacén de memoria,
sino que hay una variedad de principios
operativos que derivan en el funcionamiento de
una persona. La identidad entonces es ni más ni
menos que una compleja obra de arte, y por eso
el «encontrarse a sí mismo» no es tan obvio para
nadie y ahí es donde las influencias cerca- ñas de
adultos que modelen madurez son tan cruciales.
En la búsqueda de identidad, además, se lleva
adelante un proceso de experimentación que
suele resultar muy conflictivo, sobre todo en la
adolescencia. Muchos de los problemones que
surgen en esta etapa se dan cuando, al no tener
una identidad definida, las nuevas generaciones
se buscan a sí mismas en el ejercicio de roles
antagónicos, o en una constante necesidad de
lograr aprobación por parte de los demás.
En ocasiones, la escena se ve así: En un
momento ella es la joven sexy de las redes
sociales, y al siguiente es la suave chica espiritual
del grupo de la iglesia. Un fin de semana cierto
muchacho ensaya ser el DJ rebelde de YouTube,
y el siguiente sábado es el líder de alabanza que
se conmueve al tocar su guitarra.
Mientras las nuevas generaciones
experimenten este tipo de dilemas, es lógico que
expresen disgusto y disconformidad con sí
mismos y con el resto del mundo y debido a eso
utilicen distintos mecanismos de adaptación, tales
como:
• Agresión
• Compensación
• Identificación
• Racionalización
• Egocentrismo
• Evasión
• Fuga en la enfermedad
Estos son solo algunos de los artilugios que lo
seres humanos usamos desde la preadolescencia
para intentar «encontrarnos a nosotros mismos»,
y que son muy difíciles de contrarrestar con un
gran sermón.
Por eso, aquí se hace evidente otra vez que las
nuevas generaciones necesitan personas mayores
involucradas en modelar las conductas y las
aspiraciones ideales.
LAS NUEVAS GENERACIONES
NECESITAN PERSONAS MAYORES
INVOLUCRADAS EN MODELAR LAS
CONDUCTAS Y LAS ASPIRACIONES
IDEALES
Alguien que no sabe quién es o a quiénes
quiere parecerse, puede ser tan inestable que
todos los días se encuentre al borde de un error
con consecuencias graves y por eso es tan urgente
para ellos encontrar mentores que les ayuden a
definir una identidad positiva a la luz del amor de
Dios.
Pero hay un problema. Los líderes sin
preparación suponen que las relaciones en el
ministerio simplemente «se dan». No trabajan
proactivamente para generar relaciones sanas,
fuertes, y que resistan el paso de las crisis propias
de la maduración. Estos líderes asumen que todo
se arregla con un pulpito fuerte y mejorando la
alabanza.
Por el contrario, los educadores sobresalientes
saben que sus estudiantes necesitan amigos en el
siguiente paso de madurez y no solamente
predicadores inspiracionales o teólogos o
músicos «cool.»
LOS EDUCADORES SOBRESALIENTES
SABEN QUE SUS ESTUDIANTES
NECESITAN AMIGOS EN EL SIGUIENTE
PASO DE MADUREZ
De eso se trata el ministerio relacional, que
no es otra cosa que un acercamiento al ministerio
desde la intencionalidad de las relaciones y a la
sombra de la gran meta de acompañar a las
nuevas generaciones hacia la madurez y los
propósitos de Dios, por la vía de la amistad.
Déjame resumirlo de la siguiente manera: La
visión generacional es intencionalmente
relacional.
Lo he visto en acción en cientos de contextos:
Si no logramos que las nuevas generaciones
hagan amistades fuertes en la iglesia, las harán
afuera. Y luego, ante las crisis o la tentación, las
posibilidades de perderlos o de que se lastimen en
el camino aumentan exponencialmente.
LA VISIÓN GENERACIONAL ES
INTENCIONALMENTE RELACIONAL
NO ES OTRO MODELO
El matiz relacional no es otro modelo de
ministerio. Es el colorido, y la naturaleza misma,
del discipulado efectivo. Va más allá de los
estilos que mencionamos antes, porque si bien
algunos de nosotros somos menos dados a las
relaciones que otros, si lo que pretendemos es la
formación y no solamente la información de
nuestros chicos y chicas, las relaciones no se
pueden descartar. Aun Pablo expresó su
perspectiva relacional diciendo: «Así nosotros,
por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en
compartir con ustedes no solo el evangelio de
Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos
a quererlos!» (1 Tesalonicenses 2:8).
EL MATIZ RELACIONAL NO ES OTRO
MODELO DE MINISTERIO. ES EL
COLORIDO, Y LA NATURALEZA MISMA,
DEL DISCIPULADO EFECTIVO
Cuando alguien conoce a otra persona de cerca,
lo externo se va esfumando, y el verdadero
corazón de esa persona comienza a ser el interés
principal al relacionarse con ella. El cerebro de
esta persona se expone a otros estímulos que son
frutos del ejemplo, la posibilidad de hacer
preguntas y de expresar dudas y temores.
Muchos pastores, maestros y líderes
cristianos tenemos que hacer algunos cambios en
la manera de mirar a quienes tenemos el
privilegio de influenciar. Por ejemplo:
1. En vez de solo verlos como asistentes a las
reuniones, debemos verlos como miembros:
Cuando alguien ha aceptado el compromiso
de seguir a Cristo y ha obedecido los
requerimientos de membresía de la iglesia,
como por ejemplo el bautismo,
independientemente de qué edad tenga,
debemos mirarlo como un miembro que
debemos activar para la obra del Reino. Ellos
no pueden ser considerados simplemente
espectadores por su corta edad. Si Dios los
llamó al cuerpo, Él les proveyó dones (1
Corintios 7:7), y por lo tanto es nuestra tarea
ayudarlos a encontrar su función dentro del
cuerpo.
Para hacer este cambio de perspectiva los
líderes debemos revestirnos de humildad.
2. De verlos como números a verlos como
individuos: Conozco las presiones que
muchos pastores y líderes enfrentan respecto
al crecimiento de la iglesia. Y conozco en
carne propia la tentación de solamente estar
pendientes de que venga una multitud a
nuestras actividades. También es un hecho
que las nuevas generaciones deambulan en
grupos, y a veces se dificulta distinguirlos
unos de otros más que por la pandilla o la
bandita. Pero si reconocemos la enorme
necesidad de relaciones significativas que
tienen, y la gran oportunidad de afectar sus
valores durante estas etapas, entonces nos
será más fácil acercarnos a ellos
individualmente.
Para hacer este cambio de perspectiva
debemos proteger con violencia el que nuestras
motivaciones sean las correctas.
3. De verlos problemáticos a verlos necesitados:
Compartir tiempo con personajes que pasan
de la euforia a la indiferencia, que critican lo
que sea y a quien sea, y a quienes cualquier
ruidito del aparato electrónico que llevan en
el bolsillo les puede robar la atención en el
momento más sublime de una clase, es un
gran desafío. Conozco a muchos
comunicadores exitosos que predican a
multitudes sin ningún problema, pero que se
morirían de nervios ti tuvieran que hacerlo
ante un grupo de niños o preadolescentes.
Muchas veces, en la iglesia, los jóvenes, los
niños, y en especial los adolescentes y los
pres, solo escuchan quejas acerca de su
presencia. El administrador se queja porque
cambian las cosas de lugar o porque las
rompen, los diáconos se quejan porque los
vecinos se quejan de los ruidos que hacen
hasta altas horas de la noche, los ancianos se
quejan porque les da vergüenza cómo se
visten, algunas señoras se quejan porque se
distraen con facilidad durante la reunión, y
encima de todo esto, otros niños, o
adolescentes, o jóvenes, los miran con recelo
porque no son justa- mente de su grupito de
amigos.
Para hacer este cambio de perspectiva
debemos revestirnos de compasión.
LAS RELACIONES SANAS LIMPIAN
EL ALMA
Muchos niños y adolescentes de hoy viven en
un mundo de relaciones quebradas y de un
individualismo sin precedentes. De los gobiernos
aprendieron egoísmo, y en la sociedad leen
pesimismo y desesperanza. El clima social de
muchas ciudades ha puesto a la gente de mal
humor, y ya se sabe que la violencia genera más
violencia.
Padres y madres, por su parte, viven
ocupados viendo la manera de rebuscárselas para
conseguir dinero, mientras los chicos asisten a
escuelas y colegios dónde demasiados profesores
tampoco quieren estar allí porque sus salarios no
les alcanzan. Las nuevas generaciones ya de por
sí deben atravesar las crisis naturales de cada
etapa en busca de forjar su identidad, y este clima
social de nervios no los ayuda para nada. El
impacto de toda esta realidad consigue que
millones de ellos sufran severas crisis de
autoestima y no encuentren dónde abastecer sus
corazones rotos. Las presiones sexuales
provenientes de una industria cada vez más
descarada y de una sociedad de consumo donde
las nuevas generaciones se encuentran en un
constante manoseo de relaciones de corto plazo
terminan por ensuciar el alma frágil de quienes
están descubriéndose a si mismos.
LA PRESENTE GENERACIÓN TIENE
HERIDAS QUE DEBEMOS AYUDAR A
CURAR Y HERIDAS QUE PODEMOS
PREVENIR CON BUENOS EJEMPLOS
Piensa en el impacto del divorcio. La simple
observación de años trabajando con adolescentes
junto a mi esposa, me permitió notar cómo los
hijos de matrimonios divorciados tienden a tener
mayor dificultad a la hora de tomar decisiones
para sus parejas. La atmósfera de traición y
mutuo socavamiento a la que estuvieron
expuestos por parte de sus padres, en muchos
casos lastimó las expectativas de los hijos. En
una de las congregaciones donde tuvimos el
privilegio de pastorear en California teníamos
una pareja de novios en el equipo de liderazgo en
la que tanto por el lado de él como el de ella,
todos sus familiares estaban divorciados. Cuando
me di cuenta de este detalle decidí hablarlo
directamente con ellos porque también estaba
notando que su noviazgo ya se había prolongado
demasiado. Recuerdo que luego de un rato de
conversación ella me dijo: «Ahora me doy
cuenta. Desde mi preadolescencia, he pensado
que si mis padres y mis hermanos se han
divorciado, nada me garantiza a mi que yo no voy
a fracasar también». Gracias a Dios, esta pareja
pudo superar esos miedos y ahora están
felizmente casados pero esa escena fue mi
desayuno a comprender la urgencia de que la
iglesia ofrezca modelos de noviazgo y sobre todo
modelos positivos de matrimonio, no perfectos,
pero sí sanos y creíbles.
¿Quién más lo va a hacer?
Las nuevas generaciones miran los medios y
allí cada vez hay menos modelos. Las nuevas
generaciones van a sus hogares, y demasiados se
encuentran con familias fragmentadas. El sistema
escolar no va a compensar esa necesidad y menos
lo puede hacer el gobierno. Solo la Iglesia tiene
esa capacidad y de nuevo, por eso necesitamos
revisar esos paradigmas heredados del siglo
pasado que instalaron la idea de que el ministerio
de nuevas generaciones es cosa de líderes
primerizos y solteros.
La presente generación tiene heridas que
debemos ayudar a curar y heridas que podemos
prevenir con buenos ejemplos. Estar ahí, junto a
ellos, hace una gran diferencia para sanar sus
golpes internos, reorientar valores alterados por
alguna experiencia de la infancia, o reconstruir
las imágenes rotas que necesitan para crecer de
manera saludable. Si no ayudamos a las nuevas
generaciones con sus emociones heridas por sus
relaciones íntimas, estaremos permitiendo que
Satanás paralice el potencial que ellos tienen
como personas útiles y valiosas. Estaremos
dejando puertas abiertas para que, con sus
artimañas, Satanás los impulse a sabotear sus pro-
pios sueños.
Relacionarse de manera cercana con personas
en proceso de maduración no siempre es una
misión fácil de cumplir y requiere todavía más
intencionalidad en el caso de ministerios que
están en una temporada de crecimiento y reciben
continuamente nuevos integrantes. El consuelo es
que las técnicas y habilidades de los mejores
líderes relaciónales son ideas simples, y casi
obvias, pero increíblemente eficaces.
Dispositivos tan simples como:
1. Grabarse los nombres
2. Afirmar continuamente
3. Escuchar con devoción
4. Ayudar a pensar
5. No fingir perfección Pensemos en ellos.
GRÁBATE LOS NOMBRES
El nombre es una de las propiedades más
importantes de cada persona. No saber el nombre
de alguien equivale a decirle que no es lo
suficientemente importante para tu vida. Por eso,
si queremos que los estudiantes sientan que son
importantes para nosotros, debemos hacer todo lo
posible por tener líderes que tengan bien
presentes sus nombres. ¿Por qué alguien de quien
no recordamos ni el nombre va a querer seguir
nuestros consejos? A mí todavía me resulta
increíble la cantidad de iglesias dónde la gente se
esconde detrás del «hermano/hermana» porque
nunca se aprenden los nombres de los demás. No
creo que haya ninguna familia en la cual entre
verdaderos hermanos se digan
«hermano/hermana», y definitivamente esta
costumbre evangélica suena extraterrestre a la
gente de afuera.
Algunas técnicas para retener nombres son:
1. Repetir el nombre rápidamente ni bien te lo
dicen.
2. Usar el nombre con frecuencia en la primera
y las siguientes conversaciones.
3. Usar el nombre antes de hacer una pregunta.
(«Carlos, ¿qué piensas de esto?»)
4. Relacionar el nombre con el de alguien que
ya conoces.
5. Reproducir mentalmente la imagen de la
persona y asignarle el nombre de manera
consciente luego de la primera vez que lo
aprendiste.
6. Escribir el nombre en tu teléfono cuando te
presenten a alguien al principio de una
reunión, y después menciónalo durante la
misma.
7. Mira a la persona a los ojos y luego y trata de
recordar algo especial de ellas.
8. Usar foto grupales para repasar nombres.
9. Personalizar los nombres con algún detalle
que lo haga sonar distinto, teniendo cuidado
de que no sea un apodo ofensivo y que la
persona esté de acuerdo. (Esta ha sido una de
las técnicas que más he usado y he notado
que tener un nombre cariñoso personal ayuda
a crear cercanía).
10. Que el equipo de maestros y líderes se
tome en serio esta tarea tan importante y en las
reuniones de equipo destinen un tiempo para
ayudarse a hacerlo.
AFIRMA CONTINUAMENTE
Nunca recibimos suficiente estímulo. No me
da pena confesar que aprecio cuando alguien se
da cuenta cuando he hecho algún esfuerzo
especial o simplemente escuchar palabras de
cariño cuando no hay alguna razón aparente.
¿Cuánto más lo apreciarán las nuevas
generaciones entonces?
Desde la niñez hasta la juventud las palabras
de aprecio y estimulo logran mucho más de lo
que imaginamos.
LAS PALABRAS DE APRECIO Y
ESTIMULO LOGRAN MUCHO MÁS DE LO
QUE IMAGINAMOS
La sociedad de hoy se la pasa esclavizando al
ser humano a través de una premisa muy simple
pero increíblemente peligrosa y es que para ser
aceptados, reconocidos y validados necesitamos
algún último producto que acaba de salir al
mercado. Los medios masivos de comunicación
hacen creer a las nuevas generaciones que no son
ni tienen lo suficiente hasta que adquieran
determinadas marcas o hasta que tengan
suficientes seguidores en sus redes sociales. El
sistema de oferta y demanda funciona con un
aceitado aparato de mercadeo que a diario intenta
convencernos de que necesitamos algo más para
sentirnos felices, seguros e importantes y para
alguien en proceso de madurez tratando de
definir su identidad se hace muy difícil no ser
presa del engaño. Sobre todo, considerando que
la treta no afecta solamente a individuos, sino que
se convierte en una cosmovisión social de la vida
que afecta el entorno de cada niño y cada joven.
Sus compañeros de clases tienen la burla a pedir
de boca ya que en un reino de inseguros reina el
más burlón y muchas veces hay padres cómplices
que con buenas intenciones les hacen sentir mal
respecto de sí mismos porque no son los hijos del
catálogo de la familia feliz del supermercado.
Considerando el peso de esta realidad es que
alguien que les muestre aprecio y los haga sentir
mejor respecto de sí mismos, es siempre
bienvenido y la iglesia puede ser ese lugar dónde
reciben el estímulo que necesitan para anhelar
tomar las mejores decisiones. Piensa en valores
como la integridad, la honestidad y el esfuerzo.
No en todas las esquinas de nuestras ciudades se
aplaude esas actitudes. Estas virtudes junto a
otras habilidades positivas deben ser aplaudidas y
afirmadas en ellos para que se conviertan en
hábitos del carácter.
Algunas de las aptitudes que siempre es
bueno reconocer y celebrar en la iglesia son:
• Disponibilidad
• Honestidad
• Obediencia
• Sentido del humor
• Fidelidad
• Puntualidad
• Compromiso
• Convicciones firmes
• Compasión
• Buenos modales y amabilidad
• Paciencia
• Ceder la ventaja
• Conocimiento general y bíblico
• Humildad
• Empatia
• Iniciativa de acercarse al nuevo o
diferente
• Un sentido de justicia que defiende al
desprotegido Y seguramente habrá más.
La sociedad ya celebra otras habilidades que
también nosotros podemos celebrar como belleza,
popularidad, rendimiento deportivo o académico,
pero si nosotros no celebramos estas otras
cualidades reducimos las posibilidades de
levantar generaciones contraculturales que
afecten el mundo en vez de ser afectados por él.
ESCUCHA CON DEVOCIÓN
En el inconsciente colectivo del liderazgo
hispanoamericano tenemos instalado que nuestra
tarea tiene más que ver con hablar que escuchar y
esta debilidad ha retrasado el avance de muchos y
ha retenido a demasiados ministerios por debajo
de su potencial considerando otras habilidades
que tienen.
Siendo personales, algunos líderes somos tan
propensos a hablar, que encontramos dificultad
para escuchar, pero ¿Qué tal preguntarse por qué
Dios nos regaló dos oídos y tan solo una boca?
En la Biblia encontramos a Santiago diciendo:
«Mis queridos hermanos, tengan presente esto:
Todos deben estar listos para escuchar, y ser
lentos para hablar y para enojarse...» (Santiago
1:19).
Algunos de nosotros incluso en situaciones de
discipulado en las que podemos dar un consejo,
preciso perdemos la oportunidad de darlo por no
escuchar mientras la otra persona habla y yo
medito, si no podemos escuchar a alguien en
necesidad, al cual vemos, ¿Cómo vamos a
escuchar a Dios, a quién no vemos?
Tienes toda la razón, Lucas. Debemos
escuchar con devoción. Los jóvenes y
adolescentes no necesitan más sermones,
necesitan ser escuchados. Precisan que alguien
les transmita valor, dignidad, e importancia,
haciendo algo tan simple como escucharlos de
forma concentrada, dedicada, y sin juicios ni
condenas. Mi esposa Sara tiene una frase que me
encanta: «La escucha es una forma de
hospitalidad». Hospitalidad para el alma, algo de
lo que están tan necesitadas las nuevas
generaciones. Sara y yo hemos comprobado con
increíble frecuencia que muchas personas solo
precisan ser escuchadas, y en ese proceso de
sentirse oídas y acogidas, ellas mismas reordenan
su mundo interior. Una buena escucha
acompañada de preguntas potentes es una
poderosísima herramienta para acompañar
espiritualmente a nuestros chicos.
Los niños, los jóvenes y en especial los
adolescentes están altamente necesitados de que
alguien los escuche, y la buena noticia es que,
solo escuchando un poquito más, podemos
mejorar muchísimo nuestro liderazgo.
Escuchar con devoción es una herramienta
super poderosa y debemos notar que escuchar
activamente no se limita solo a prestar oído a las
palabras, sino que también es necesario estar
atentos al lenguaje corporal. Las personas
siempre estamos comunicando, aun sin necesidad
de verbalizar lo que pensamos o sentimos y por
eso hacer preguntas abiertas, o remarcar
emociones con frases de empatía del estilo «Eso
sí debe haber sido terrible», siempre ayuda a la
otra persona a comunicarse con mayor claridad.
Algunas pistas para activar orejas en el
ministerio son:
• Evitar el complejo mesiánico. La función de
los líderes no es solucionar todos los
problemas de la gente. No somos el mesías de
nadie y en muchas situaciones la mejor ayuda
es solamente escuchar. En muchas situaciones
de consejería simplemente no hay una
solución y en otras, es mucho mejor que el
preadolescente o la joven aconsejada
encuentre soluciones propias.
• Comprometerse en la conversación. El
crecimiento espiritual no es matemático.
Demanda tiempo, intimidad y confianza y no
todos los tiempos de consejería intima
terminan en una sola sesión. Debemos estar
dispuestos al largo plazo y no intentar
arreglar sentimientos y acciones equivocadas
en unos minutos de consejos.
• Repetir lo que se escucha. Decir: «Entiendo
que estás diciendo que...» ayuda a que los
aconsejados sepan que los estás escuchando y
a la vez que puedan corregirse si
comunicaron algo de manera confusa.
• Esperar el turno para hablar y mirar a las
personas a la cara.
• Prestar atención al lenguaje no verbal. Las
posiciones y los gestos a veces hablan mejor
que las palabras.
• Seguir escuchando. Seamos sinceros, es
normal perder el hilo en ocasiones. Retoma
haciendo una pregunta, y vuelve a escuchar.
AYUDA A PENSAR
Uno de los valores del precioso ministerio del
que soy miembro dice que «las preguntas son tan
importantes como las respuestas» y esta es una
verdad poderosa, por- que nuestra misión no se
reduce a decirles a las nuevas generaciones lo que
deben pensar, hacer o creer.
La tarea de la iglesia e incluso la familia es
guiarlos a esas verdades que sabemos que deben
internalizar, pero no podemos hacerlo por ellos.
Deben descubrirlas solos. Los mejores maestros
son los que logran que sus estudiantes lleguen a
la conclusión correcta sin ellos nunca habérselas
dicho. Detente en esa idea por unos segundos...
LOS MEJORES MAESTROS SON LOS
QUE LOGRAN QUE SUS ESTUDIANTES
LLEGUEN A LA CONCLUSIÓN
CORRECTA SIN ELLOS NUNCA
HABÉRSELAS DICHO
Ayudar a pensar no solo se hace con
preguntas, sino también con afirmaciones que
digan algo al inconsciente de los estudiantes.
Incluso otras veces, se hace reorientando las
emociones de esas personas valiosas bajo nuestra
influencia, por ejemplo, levantándolos o
consolándolos luego de algún fracaso.
Estas son frases y preguntas muy útiles:
• ¿Qué crees que Dios te está enseñando con
esto?
• ¡Tú puedes hacerlo muy bien!
• ¡No te rindas!
• ¡Qué buena idea!
• Cuéntame más acerca de eso...
• Dime en tus palabras lo que me escuchaste
decir.
• ¿Qué piensan tus padres?
• ¿Cuáles son las consecuencias potenciales de
esto?
• ¿Qué es lo que te gusta de él/ella?
• Estamos seguros de que tomarás una buena
decisión.
• ¡Qué bueno hablar contigo!
• ¡Me gusta tenerte en la iglesia!
NO FINJAS PERFECCIÓN
Las nuevas generaciones se desaniman
mucho al ver adultos que dicen una cosa y hacen
otra, y en especial para los niños es enormemente
conflictivo encontrarse con esta realidad. Sus
mundos se desmoronan, sobre todo cuando de
alguna manera creyeron que nosotros éramos
superhéroes que nunca íbamos a hacer nada
equivocado. ¿Cómo evitarlo? Siendo honestos e
intencionales en enseñarles desde temprano que
no somos perfectos y que nosotros estamos en el
mismo camino que ellos, aunque estemos más
adelante.
Hace un tiempo vi un video de un predicador
muy famoso contando cómo el Espíritu Santo
vino un día a él e instantáneamente en ese
momento murieron todos los pecados en su
persona... Hummm... ¿Qué estaba diciendo este
predicador? Su tono sonaba muy emotivo, y
mientras lo contaba aparecían imágenes de sus
cruzadas
llenas de gente con las manos levantadas y
llorando detrás de él. (Y habían aparecido
también al principio del video, y cuando lo
presentaban...) Yo no quisiera dudar de lo que
estaba diciendo, pero... piensa en esas palabras.
¿Será cierto que «todos sus pecados murieron en
un instante»? ¿Cuáles? Y, sobre todo, ¿Qué
quiere decir eso para el oído común?
Sencillamente, para alguien inmaduro, eso quiere
decir que esa persona no peca, y yo sí. Quiere
decir que él ya no lucha con las tentaciones ni
tiene debilidades, y yo sí. Y con buena voluntad
puedo buscar que se me pegue algo de este
predicador por un tiempo, pero tarde o temprano
llegaré a una de dos convicciones: o él está
mintiendo, o yo soy un fracaso.
Quizás ese predicador solo confundió sus
palabras en esa oportunidad, pero definitivamente
los líderes tenemos que tener cuidado de
comunicar algo que no es real.
Es muy sano dejarles en claro a las nuevas
generaciones que nosotros tenemos la misma
necesidad de Dios y estamos en la misma
búsqueda de Cristo que ellos. Pensando en
nosotros, la hipocresía jamás es una buena idea; y
pensando en ellos, nuestra honestidad les va a
lastimar menos cuando temprano o tarde caigan
en cuenta que nosotros tampoco hemos alcanzado
la perfección.
NO TENGAMOS MIEDO DE ADMITIR A
LAS NUEVAS GENERACIONES QUE
NOSOTROS TAMBIÉN SEGUIMOS
CRECIENDO, APRENDIENDO E
INTENTANDO MADURAR
Además, hoy vivimos en un tiempo distinto
donde ni los héroes de las películas son perfectos
como antes y en medio de este nuevo clima social
se está levantando una generación de líderes más
honesta que las anteriores. De hecho, cuando
hace bastante más de una década comencé una
gira llamada «Generación Líderes» que me llevó
por 100 ciudades y más de 20 países y tenía todo
un bloque hablando de la autenticidad yo notaba
como si lo que estaba diciendo fuera revelación
extraterrestre. Pero hoy ya no es así y escucho
esta palabra en pulpitos donde antes hubiera sido
insospechado.
No tengamos miedo de admitir a las nuevas
generaciones que nosotros también seguimos
creciendo, aprendiendo e intentando madurar.
Estamos en el mismo camino del discipulado que
ellos presumiblemente más adelante, pero
seguimos siendo hijos volviendo al Padre.
Discípulos que necesitan ser discipulados
mientras discipulamos a otros para que todos
podamos seguir creciendo conforme a la estatura
de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13).
Capítulo 9
LA INTELIGENCIA CULTURAL
«La iglesia no puede llegar siete años después.»
Charles Spurgeon
Hace muchos años tuve la oportunidad de
traducir a John Stott, uno de los teólogos ingleses
del siglo pasado más respetados en el mundo, y
todavía hoy recuerdo una frase que dijo en esa
conferencia compartida al norte de la ciudad de
Buenos Aires. La frase, que todavía me hace eco,
fue: «Cada cristiano necesita dos conversiones:
una, desde el mundo a Cristo; y otra, de nuevo al
mundo, pero con Cristo».
El viejo John dio en el blanco. Cuando
entregamos cada centímetro de nuestro ser al
Señorío de Cristo, estamos abrazando su misión
de dejarlo todo por amor a los demás. Esto es lo
que destaca Pablo en el capítulo 2 de su carta a
los Filipenses. Cristo dejó su cultura para
sumergirse en la nuestra. Habló nuestro idioma,
caminó en nuestras calles, y tuvo que usar nuestra
ropa. Se limitó a si mismo, durmiendo en una
cama y comiendo nuestra comida, y hasta se gozó
y lloró con nuestras alegrías y tristezas.
Una clave que he visto funcionar en
organizaciones y aun en familias sanas, es que los
ministerios efectivos y los padres que tienen el
mejor dialogo con sus hijos hacen contacto
continuo con la cultura a la que pretenden
influenciar. Es decir, aprenden a «encarnarse»
empleando «inteligencia cultural». Estos papás, o
estos ministerios, tienen líderes con una idea
astuta de qué cosas consumen las nuevas
generaciones, y de qué cosas les interesan.
Utilizan los códigos contextúales sin alterar el
mensaje eterno, porque saben diferenciar qué es
lo central en el mensaje evangélico y qué es
cuestión de formas, tradiciones, gustos y cultura.
Traducir los mensajes eternos al tiempo
moderno con una comprensión de tiempos
pasados se hace extremadamente difícil, y por eso
una «encarnación» cultural inteligente es tan
sustancial.
LA HISTORIA DE UN CONTEXTO
Todo contexto social tiene una historia. El
antropólogo Charles Kraft, del Seminario Fuller,
solía destacar que la cultura «consiste en todas las
cosas que aprendemos en el mundo, después de
haber nacido, que nos permiten funcionar de la
manera esperada como seres biológicos con
relación a su ambiente». Tiempo y espacio
sientan diferencias determinantes a la hora de
definir a una generación, y describir ese
«ambiente» trae mucha luz a la hora de establecer
la mejor manera de influenciarla.
En muchas esquinas del cristianismo, la
costumbre es ponernos a la defensiva de
cualquier cosa nueva que dé vueltas por la
atmósfera. Si no sabemos de qué se trata por las
dudas estamos en contra. Pero hay apreciaciones
respecto a la cultura que deberíamos conocer. Y
sin asustarnos. No digo que lo más importante
para nosotros sea la discusión filosófica sobre
cada aspecto, pero si estos patrones modifican el
modo en que las nuevas generaciones entienden
el mundo, es una buena idea prestar atención y
conocer, al menos de manera introductoria,
algunas de estas tendencias.
Muchos estudiosos de los procesos de
evolución de la cultura coinciden en que la crítica
de la modernidad iniciada por el romanticismo en
el siglo XIX tuvo su punto álgido con el
surgimiento de un filósofo altamente corrosivo
llamado Federico Nietzsche. Mr. Nietzsche
criticó a la moral, definiéndola de «antinatural»
por provenir de la idea, según él, mística, de la
existencia de un Dios moral. Por eso su
declaración más conocida y recordada hasta el
día de hoy fue: «Dios ha muerto».
El antropocentrismo del renacimiento, el
racionalismo de Descartes, el poder del pueblo, y
el nuevo auge de la ciencia, intentarían hacer de
la afirmación de Nietzsche una hipótesis
confirmada, y de hecho, el siglo XIX vio tantos
cambios estructurales en la conformación de los
estados nacionales, que un evidente positivismo
se apoderó de la escena internacional. Para ese
entonces, ya se olía un descrédito generalizado
con respecto a la iglesia oficial, e incluso a
muchos movimientos de la reforma. La
modernidad erigió entonces nuevos ideales, y
atrás de los ideales surgieron ideologías sobre
cómo alcanzarlos que han permanecido hasta
hoy. Algunas de las ideas que daban vueltas en
ese «ambiente» eran:
• El avance tecnológico y científico
solucionaría los problemas humanos.
• La ausencia de monarquías, el orden liberal, o
el poder del pueblo, corregiría los problemas
políticos y sociales.
• Ya no haría falta la religión.
Sin embargo, ya entrado el siglo XX, los
supuestos de la modernidad se pusieron en duda.
A pesar de existir posibilidades de comunicación
antes impensables, el ser humano siguió
experimentando aislamiento y soledad.
Terminadas las grandes guerras se terminaron los
grandes ideales de paz obtenible por medio del
progreso, y con ellos el interés por participar en
proyectos o «utopías» cuya finalidad fuera
legitimar, dar unidad, y dar acción a movimientos
sociales. Las nuevas generaciones no tardarían en
descreer acerca de la posibilidad de un proyecto
de verdadero cambio o revolución social, y así
llegó lo que luego fue conocido como «la
posmodernidad», un tiempo en que el
individualismo consumista, la satisfacción
instantánea, y las posibilidades privadas,
fragmentaron la sociedad en un montón de
intereses personalistas que fluctúan entre la oferta
y la demanda.
LA PARADOJA DE UN MUNDO
GLOBALIZADO, PERO A LA VEZ
FRAGMENTADO EN MILES DE
MICROCULTURAS
Pero la historia tampoco terminó ahí. Sucedió
lo que siempre sucede con todas las etapas
culturales humanas. La posmodernidad también
comenzó a cambiar. En términos prácticos, el
«nuevo siglo» social inició con la colisión de dos
aviones contra unas torres en Nueva York. De
repente, occidente se hizo mucho más consciente
del enorme y creciente mundo musulmán.
Algunos años después, millones de refugiados
llegaron a Europa cambiando drásticamente la
demografía de muchas ciudades, y mientras tanto,
en algunas capitales de Iberoamérica se instaló un
marcado populismo, alentado por la frustración
social creada por una brecha entre los que tienen
y los que no que, recuperó los bríos de
revolución.
Entre medio de este panorama, surgió
también una nueva búsqueda de lo espiritual, solo
que ahora fuera de las religiones tradicionales y
con un fuerte arraigo en historias alternativas e
incluso algunas muy locales de cada región. Y...
cómo no nombrar los nuevos estándares de
igualdad, que ahora incluyen al género y la
sexualidad.
LOS CAMBIOS MÁS MARCADOS
La nueva selfie del planeta Tierra se encontró,
en primer plano, con la paradoja de un mundo
globalizado, pero a la vez fragmentado en miles
de microculturas que conviven interconectadas.
Los latinos comemos sushi, y los tailandeses
chimichangas. En Suecia se multiplican los
restaurantes peruanos, y en Montevideo los
armenios. Pero, a su vez, no podemos esquivar el
hecho de que en cada ciudad hay miles de tribus
con intereses y gustos completamente diferentes e
incluso intereses transversales que comparte
alguien de 8 de 18 de 28 y de 38. Por eso en
líneas generales no encuentro tan útil intentar
hacer una caracterización de generaciones
completas usando términos como X, mileniales o
Z, ya que fluctúan continuamente. Sin embargo,
hay algunas tendencias del pensamiento que
influencian las conductas de unos y otros, y que
afectan a todo el foco del liderazgo generacional,
así que conviene detenernos a analizarlas...
DE LO ABSOLUTO A LO RELATIVO:
Conductas que antes eran inadmisibles se han
convertido en una opción más. «¿Quién define
qué está bien y qué está mal dentro de los límites
de la legalidad?», te puede preguntar algún
universitario. Se empieza a escuchar más seguido
que ya no hay izquierdas ni derechas políticas
puras, y en el arte pop se insiste con que todas las
religiones son igual de válidas. «Las creencias no
son absolutas, sino relativas a las circunstancias y
a la conveniencia de cada uno», puede afirmar
cualquier adolescente, sin siquiera sospechar que
no siempre se pensó así. Utilizando la Internet
puedes obtener la más actualizada información, o
la peor pornografía de la violencia. Algunos
hablan de «tolerancia», y de que así es una
sociedad más justa. Otros ponen el grito en el
cielo preguntando hasta qué punto no se puede
ejercer ningún tipo de juicio de valor sobre la
conducta privada de los demás. ¿Será que todo
tiene que ser relativo? ¿O debería todo ser
absoluto? O... ¿No será que el problema radica en
incluir la palabra «todo» en la pregunta?
DE LA PRODUCTIVIDAD AL PLACER:
«Relax» era una mala palabra hace algunas
generaciones atrás, pero hoy es una aspiración.
En una era donde todo tiene que ser ya y ahora,
queda poco espacio para pensar en producir para
el futuro. A las últimas generaciones se las ha
intentado domesticar para que piensen solamente
en el ya y en la búsqueda de placer. En el polo
opuesto, nuestros abuelos y sus antepasados
tenían una fascinación con el trabajo y la utilidad.
En especial para los hombres, su trabajo se
relacionaba con su identidad. Ahora, el «debo
hacer» fue reemplazado por el «quiero sentir».
Nunca antes en la historia hubo tantas formas de
entretenimiento físico, tantos gustos, tantas
experiencias virtuales, tantos productos, ni tanta
ropa. La industria del placer se agigantó, y con
esto se alteró la escala de valores del ser humano.
La vida será cada vez más cómoda, pero este
cambio ira moldeando nuestra manera de pensar
y también de anhelar... Ya están lejos esos
inmigrantes europeos que llegaron a América a
sudar la gota gorda trabajando la tierra. Placer
inmediato y resultados sin esfuerzo parecen ser la
ecuación perfecta de hoy. Pero no siempre fue
así.
Como padres, es natural que lo último que
queramos es que nuestros hijos experimenten
dolor. Pero cómo Pablo escribe en Romanos 5:3-
4 «sabemos que el sufrimiento produce
perseverancia; la perseverando, entereza de
carácter; ία entereza de carácter,; esperanza.»
Claro que yo preferiría que no fuera de esta
manera, pero el dolor es una de las principales
avenidas de Dios para el crecí- miento y la
formación de la identidad.
Podemos ayudar a nuestros hijos e hijas
estando atentos a eventos particulares que inciten
crisis que les faciliten el crecimiento, así como
una perdida en la familia, una discusión con una
amistad cercana o algún desafío en los estudios.
Claro, no todas las dificultades serán grandes
problemas desde la perspectiva de los adultos y
muchas de ellas serán nuevas preguntas acerca de
la fe, o nuevos patrones de desobediencia en
detalles cotidianos o el estrés normal de algún
evento importante en sus calendarios. Cada una
de esas pequeñas dificultades presenta una
oportunidad va- liosa de ayudarles a crecer y
aprender a confiar en el Dios que los hizo.
־Kara -
DE LA INTIMIDAD A LA TECNOLOGÍA:
Seguramente te habrá pasado más de una vez
que estás en una conversación con alguien que te
responde con atención, hasta que suena su celular
y esa persona simplemente se toma un avión
mental hacia otro lugar. Hoy, al hablar de
amigos, se diferencia entre amigos de las redes y
amigos-amigos. El problema es que, con este
trueque, los últimos parecen ser más y más
escasos, y los contactos por redes sociales se
tornan omnipresentes. Lo malo tal vez no sea
tener amigos en las redes. Lo malo es reemplazar
relaciones de intimidad, suplantándolas
artificialmente por relaciones a distancia con
personas que me pueden hacer sentir todo tipo de
sensaciones creando realidades falsas o, al
menos, incompletas. Esto tampoco es nuevo, ni
tiene que ver exclusivamente con redes sociales,
ni es realmente culpa de las nuevas generaciones.
Los hijos aprenden de sus padres, y cuando los
padres no podemos sentarnos a comer sin una TV
prendida, y no podemos controlar el impulso de
aten- der el teléfono sin importar con quién
estemos o de qué estemos hablando, los chicos
ven en nosotros que la tecnología es el pez mayor
que se está comiendo al menor.
DE LA REBELDÍA A LA
INDIFERENCIA:
La última parte del siglo pasado fue un
tiempo de protestas escolares, rock, modas
estridentes, y rebeldía adolescente. Surgieron los
primeros movimientos ecologistas, y el estándar
era oponerse. De hecho, no importaba mucho
contra qué rebelarse, pero había que hacerlo.
Rebelarse era señal de status cultural.
DESDE SIEMPRE, LAS NUEVAS
GENERACIONES FUERON
CONSIDERADAS LA MAYOR FUERZA DE
CAMBIO SOCIAL
Desde siempre, las nuevas generaciones
fueron consideradas la mayor fuerza de cambio
social, y por décadas se encargaron de gritarlo a
los cuatro vientos. Pero pese a las
manifestaciones, los colores y los ritmos
cambiantes, la sociedad se siguió moviendo en
dirección a la corrupción y el materialismo
consumista, y el resultado fue que las nuevas
generaciones instalaron en su inconsciente
colectivo una filosofía del «qué me importa».
Hoy en día, cuando hablo con adolescentes y les
pregunto qué piensan de la sociedad y de la
política, son demasiados los que prefieren no
opinar. Pero he observado que si insisto en la
pregunta, pronto sale un: «Son todos unos
corruptos» o «No vale la pena involucrarse» o
«Los políticos dicen lo que la gente quiere
escuchar, pero solo se ocupan de ellos mismos».
Claro, hay «islas culturales» aquí y allá, donde
algo moviliza a las nuevas generaciones a actuar
o a manifestarse públicamente, pero el ímpetu
suele ser de corto plazo y no una vocación como
lo fue en décadas anteriores. Una generación que
vive sacándose selfies y postea videos personales
continuamente, se acostumbra con mucha más
facilidad a enfocarse en su propia historia en
lugar de pretender cambiar la foto de su contexto
social.
UNA GENERACIÓN QUE VIVE
SACÁNDOSE SELFIES Y POSTEA
VIDEOS PERSONALES
CONTINUAMENTE, SE ACOSTUMBRA
CON MUCHA MÁS FACILIDAD A
ENFOCARSE EN SU PROPIA HISTORIA
EN LUGAR DE PRETENDER CAMBIAR LA
FOTO DE SU CONTEXTO SOCIAL
DE LA FAMILIA A LA MULTI FAMILIA:
Distintas estadísticas señalan que un tercio de
los niños del mundo se van a la cama sin un
padre en la otra habitación. A la luz de lo que ya
hemos discutido, te puedes imaginar el tenebroso
impacto de esta realidad. Cuando con mi familia
vivíamos en la ciudad de Miami, observé que de
entre 10 amigos de mis hijos, solo 1 tenía en casa
a su padre y madre naturales. Sean cuales sean las
causas de cada ruptura familiar, Dios quiere que
compartamos su amor y su poder con esta
generación teniendo en cuenta la situación en que
se encuentran. Mucho material para estudios
bíblicos, y muchos sermones, olvidan tener en
consideración cuántos de los niños y jóvenes que
están en la iglesia viven esta realidad, y sin
querer pecamos de imprácticos, o agregamos
culpa sobre las espaldas de los que heredaron este
problema. Los hijos de estas familias tienen
hermanos compartidos con otros papás y mamás,
y son muchas veces criados por padrastros y
madrastras que no han asimilado que, al casarse
con sus nuevas parejas con hijos, esos hijos les
están evaluando como padres y están, consciente
o inconscientemente, internalizando muchos de
sus valores.
DEL LEGADO A LA FAMA:
Siempre hubo gente famosa, pero no siempre
la fama fue un objetivo, o incluso una obsesión,
para tanta cantidad de personas. Probablemente
hayas visto en la TV o en la web ese experimento
social en el que alguien -una persona cualquiera-
se pasea por una calle muy transitada rodeado de
personas -que en realidad son extras contratados-
que le sacan fotos y le piden autógrafos...
Invariablemente, unos pocos minutos más tarde
ya hay otras personas -gente común, que no sabe
que se trata de un experimento- que comienzan a
acercarse para pedirle autógrafos y sacarse fotos
con este alguien aunque, evidentemente, no sepan
de quién se trata (porque en realidad no era nadie
famoso). ¿No es algo para pensar?
¿Qué efecto tiene este «sensacionalismo» y
esta fascinación con «la fama» en nuestra visión
de la vida y nuestra escala de valores? La historia
registra que hasta hace algunas décadas la
mayoría de las personas anhelaban dejar un
legado y gozar una vida significativa, pero la
fama no aparecía en la agenda del grueso de la
población. Eso ha cambiado, y hoy le damos
tanto valor a la fama, que incluso hay casos de
gente que es famosa solamente por ser famosa,
como se puede notar en algunas «estrellas» de
reality shows a las que no les conocemos ningún
talento salvo el haber estado en la TV y ser...
¡famosos! Esta tendencia se ha metido también
por las venta- ñas de los templos, y en algunos
sectores se ha llegado a evaluar la espiritualidad
por la cantidad de seguidores de redes sociales. A
mí me ha entristecido escuchar a líderes
cristianos decir, como si nada, que ellos eligen a
sus invitados para distintos eventos según «quién
trae más gente», sin sospechar que eso desnuda
un criterio superficial que nada tiene que ver con
bendecir a la gente o lograr un objetivo que no
sea compartir la fama del famoso...
DE LA EDUCACIÓN A LA
ESPECIALIZACIÓN:
El lema de mi escuela secundaria era «saber es
poder». No se aclaraba qué era lo que había que
saber. Simplemente había que saber, y con esa
idea estaban armados los programas de estudio.
«Educación» era adquirir conocimientos
generales de todo tipo y materia. Y al progresar
en los estudios íbamos adquiriendo poco de
mucho, sin saber mucho de nada. Hoy el mercado
laboral requiere cosas específicas, y la educación
ha estado cambiando. ¿Tendrá esto algún impacto
en la Iglesia? Seguramente lo tiene para las
familias. Es significativo notar que en los países
donde se generan la mayoría de los avances
tecnológicos y aun teórico-científicos, los niños
podrán tener pocos conocimientos generales, pero
desde pequeños se hacen especialistas en algo.
Yo creo que esto también debe afectar la
educación ministerial, y por eso en e625
comenzamos un Instituto online de actualización
desde la perspectiva del liderazgo generacional
que te recomiendo conocer en
www.institutoe625.com
DE LA RELIGIÓN A LA
ESPIRITUALIDAD:
Prendes la TV y hasta los programas para
niños están llenos de mística. Hay semidioses,
demonios, ángeles, y espíritus, jugando como
héroes o villanos de incontables programas
infantiles y para adolescentes. También lo habrás
notado en los videojuegos y muchos artistas de
moda dicen que se consideran «espirituales», e
incluso hablan de «Dios» en premiaciones o en
sus canciones, pero su vida moral hace evidente
que ese «dios» no tiene mucha conexión con su
moralidad personal.
Hace poco les preguntaba acerca de esto a un
grupo de adolescentes que no asistían a la iglesia,
y me respondieron que creían que no estaba bien,
pero que lo entendían porque, según ellos, «nadie
podía juzgar qué es lo que Dios quiere».
Contradictorio, ¿cierto? Además, muchos de ellos
no creían en las iglesias, ni en los pastores, ni en
los sacerdotes, pero decían que sí tenían contacto
con Dios, y que iban a la iglesia, cuando querían
pedir algo o hacerle alguna promesa a Dios, en
ocasiones a cambio de algo...
El caso es que dar a entender que alguien es
espiritual está bien visto en la mayoría de los
medios. Sin embargo, decir que alguien tiene
mucha religión suena mal hasta en los rincones
de una iglesia. Y esto tampoco fue siempre así.
DE LAS CONVICCIONES A LAS
SENSACIONES:
La Iglesia de hace algunas décadas admiraba
a los teólogos. Luego las estrellas fueron los
evangelistas, y hoy las celebridades son los
artistas. ¿Qué hay detrás de este cambio? Sin
duda hay mucha influencia del mundo secular, y
el efecto de la fama que ya mencionamos, pero
también aquí entra en juego el trueque entre lo
absoluto y lo relativo ya que, si las verdades son
personales, lo que las define no viene de afuera
sino de adentro. Es decir, de nuestra propia
percepción sensorial. Y ¿tienen algo de malo las
sensaciones? Claro que no, no tienen nada de
malo en sí mismas, pero las sensaciones
dependen de estímulos cambiantes, y por eso para
desarrollar una voluntad firme no se puede
depender de ese tipo de estímulos, sino de
estímulos firmes, y obviamente sanos, como
deben ser las convicciones. Una persona de
convicciones firmes regula mejor sus emociones,
y entonces toma decisiones más confiables. Sobre
todo, cuando esas convicciones están ancladas en
la palabra de Dios.
UNA PERSONA DE CONVICCIONES
FIRMES REGULA MEJOR SUS
EMOCIONES, Y ENTONCES TOMA
DECISIONES MÁS CONFIABLES
EL PELIGRO DE LA MONOCULTU
RALI DAD
Creer que nuestra cultura y nuestro ambiente
social son la única referencia y el único marco de
interpretación de la realidad es una severa
desventaja. Te pone a la defensiva y me aleja del
dialogo.
La historia de las misiones está llena de
testimonios de mujeres y hombres de Dios que se
encontraron con la belleza de ver a Jesús actuar
en medio de una cultura diferente a la de ellos.
Estas personas se dieron cuenta de que muchas de
las cosas que creían importantes no lo eran tanto
desde la necesidad del otro, y entendieron la
multiculturalidad de un evangelio que responde a
todas las necesidades humanas.
Siendo específicamente personal, yo tengo
mucho que agradecer a Dios por haber estudiado
en dos países diferentes, haber servido en
congregaciones de distintos tamaños y
denominaciones, y por la oportunidad que sigo
teniendo de viajar continuamente. Viajar me ha
permitido ver con ojos internacionales y escuchar
con oídos regionales. Esto, a su vez, me permite
leer tendencias de pensamiento en las personas
que lidero, y con esto puedo hacer una aplicación
situacional de los distintos estilos de liderazgo
para poder realizarlo mejor. También me reviste
de misericordia, porque entiendo el por qué
determinada palabra o acción ofende en un
contexto, mientras en otro la misma palabra o
acción pasa totalmente desapercibida. Siempre
hay una historia contextual detrás, y saber leer
ese marco de referencia me permite decidir mejor
cómo debo hablar y conducirme en un contexto u
otro.
TODOS NECESITAMOS INTELIGENCIA
CULTURAL PARA CUMPLIR CON LA
MISIÓN QUE DIOS PUSO EN NUESTRAS
MANOS
Lo que quisiera dejar claro en este capítulo es
que todos necesitamos inteligencia cultural para
cumplir con la misión que Dios puso en nuestras
manos, en particular respecto a las nuevas
generaciones. La misión a las nuevas
generaciones no siempre requiere saltos
geográficos, pero sí demanda muchos saltos
intergeneracionales y culturales. Sin descuidar lo
micro, debemos tener una visión de lo macro, y
esto no se reduce a que nuestras reuniones sean
estéticamente más atractivas para las nuevas
generaciones. Debemos comprender el marco de
interpretación de nuestro público, y debemos
tener muy presente la invitación que hizo Jesús a
sus discípulos a ser la sal de la tierra y la luz que
echa fuera la oscuridad (Mateo 5:13-15).
El autor de la carta a los hebreos conecta la
encarnación de Cristo con una larga historia de
Dios tomando la iniciativa por contextualizarse
con la gente que ama, en formas culturalmente
inteligentes. La carta comienza diciendo: «Dios,
que muchas veces y de varias maneras habló a
nuestros antepasados en otras épocas por medio
de los profetas, en estos días finales nos ha
hablado por medio de su Hijo...» (Hebreos 1:1-2).
En otras palabras, el autor está destacando que la
manera de Dios ha respetado tiempos distintos
para comunicarse de manera distinta, y que en
Jesús ha encontrado su manera más relevante de
comunicarse. Como dice el evangelio de Juan,
Jesús es el verbo de Dios. ¡Su encarnación es la
máxima expresión de contextualización! El
compromiso de expresar amor de manera que el
otro pueda entender ese amor es uno de los
principales distintivos del cristianismo, y
diferencia nuestro acercamiento a la fe de
cualquier otro acercamiento del resto de
religiones planteadas por el hombre.
EL CRISTIANISMO ES MULTICULTURAL
PORQUE JESÚS HABLA EL IDIOMA DE
TODAS LAS CULTURAS
El cristianismo es multicultural porque Jesús
habla el idioma de todas las culturas, y porque Él
es la palabra que todos pueden entender, aun los
niños.
Sin dejar nunca de mirar a Jesús, tenemos que
mirar al mundo de las nuevas generaciones con
ojos de contextualización. Debemos acercarnos
con empatía y una mezcla dulce de compasión y
comprensión, respetando sus gustos y armonías, y
evitando el pecado de una monoculturalidad que
impone y avasalla con costumbres que no tienen
nada de sagradas.
EL IDIOMA DE DIOS
El idioma de Dios es siempre Jesús.
El gran filósofo y teólogo danés Soren
Kierkegaard decía que amar a otra persona es
ayudarla a amar a Dios y no puedo estar más de
acuerdo con esa idea tan sencilla y a la vez tan
profunda.
Es cierto que la cultura contemporánea ha
invitado a millones a vivir abandonados al
momento, e indiferentes a todo lo que requiera un
estilo de vida que conlleve el riesgo de sentir
dolor. Pero no todo es negativo. Las nuevas
generaciones tienen la sospecha de que una
experiencia espiritual genuina es posible, y
debemos agarrar- nos de esa sospecha con
devoción.
La evangelización de los próximos años
dependerá del testimonio amoroso mucho más
que de contar con una buena lista de doctrinas
azucarada con fórmulas evangelísticas.
Las nuevas generaciones quieren ver que yo
vivo lo que predico, en un marco de referencia
que ellos puedan interpretar. Que no se
conformen con una explicación argumentativa, y
quieran en cambio sentir algo especial, es una
ventaja, y no solo un desafío, porque el evangelio
es poder de Dios que pega en la mente y cautiva
el corazón.
ACTUAR CON INTELIGENCIA CULTURAL
ES UNA INVITACIÓN A VOLVER A VIVIR
EL EVANGELISMO DE LA IGLESIA DEL
PRIMER SIGLO
Los estudiosos de ία posmodernidad hablan
de un concepto muy importante: las estructuras
de credibilidad. Según ellos, en el mundo
posmoderno (caracterizado por tanta pluralidad
de opciones y estilos de vida) solo tienen la
posibilidad de sobrevivir aquellos que cuenten
con una estructura de credibilidad que los
soporte. Es decir, con una comunidad que viva y
encarne los principios y valores que un estilo de
vida en particular defiende y pregona. Dicho de
otro modo, a menos que la iglesia sea una
estructura de credibilidad para el evangelio, hay
pocas o nulas esperanzas de que las nuevas
generaciones lo abracen.
- Félix -
Actuar con inteligencia cultural es una
invitación a volver a vivir el evangelismo de la
Iglesia del primer siglo. Una vivencia cristiana de
relaciones y del poder de la misericordia, como
leemos en Hechos 2:44-47. Los tiempos que
vivimos invitan a las familias cristianas a ser
menos púlpito-céntricas y más abiertas y
relaciónales, para involucrar a las nuevas
generaciones en nuestros hogares cristianos. El
desafío que tenemos por delante es enamorar a
los niños, preadolescentes, adolescentes y
jóvenes de la posibilidad de ver, gustar y palpar
un evangelio que se traduce a lo cotidiano, un
evangelio del que puede hablar con sus amigos de
escuela y que responde a las necesidades de todas
las familias de una comunidad.
No estoy segura si somos suficientemente
conscientes de cuanto de nuestra teología y
cultura contribuye a las interacciones de la iglesia
con nuestros contextos seculares. Los
adolescentes y los adultos emergentes pueden
sentir nuestra teología, aunque nunca usemos ese
término.
Recluta a tu equipo de liderazgo y a algunos
jóvenes secundarios y universitarios a discutir
tres preguntas críticas:
¿Qué revelan explícita o implícitamente
nuestras acciones y comunicados (Web, videos,
mensaje, publicidades, horarios) al mundo
externo acerca de nuestra identidad?
¿Qué es lo que creemos con exactitud acerca
de cómo debemos interactuar con la cultura y el
mundo a nuestro alrededor?
Si al comparar lo que creemos y lo que
comunicamos notamos alguna inconsistencia
¿Qué podemos hacer para ser mejores vecinos
donde Dios nos puso?
- Kara -
Si te tomas el trabajo de releer las tendencias
de cambio que hemos estado analizando en
nuestra observación de la realidad, podrás
observar que hay varias características de este
tiempo que son simplemente neutras en términos
morales, y que representan una oportunidad de
mejoras para la Iglesia. Piensa por ejemplo en el
cambio de educados a especialistas, y en las
connotaciones prácticas que eso tiene para el
desarrollo de los individuos y para la
maximización de las posibilidades de tu
congregación. Piensa en la tecnología, e imagina
cómo puede ser una avenida para facilitar nuestra
tarea de enseñanza, a la vez que nos permite
conectar con el marco de referencia de las nuevas
generaciones y generarles espacios para ser parte
activa de la Iglesia.
La historia del pesebre y la cruz es el relato
más determinante de la historia humana. Es la
historia de Dios haciéndose hombre para hacerse
relevante a una humanidad que lo necesita. Al
mirar las parábolas, resulta evidente que Jesús
usó toda especie de códigos para resaltar su
verdad. Y Pablo hasta usó el altar a un dios de un
pueblo pagano para atraer la atención de una
comunidad a Cristo (Hechos 17:22-24). Ahora
nos toca a nosotros practicar esa inteligencia
cultural para transmitirle el mensaje a las nuevas
generaciones.
LA HISTORIA DEL PESEBRE Y LA CRUZ
ES EL RELATO MÁS DETERMINANTE DE
LA HISTORIA HUMANA
Así como una ciudad en lo alto de una colina
no se puede esconder, la luz del evangelio en
notros no puede quedar escondida en tradiciones
inconsistentes con el contexto cultural en el que
Dios decidió ponernos a brillar.
Capituló
LA BELLEZA DEL CAMBIO
«La fe hace lo imposible. El amor hace todas las
cosas más fáciles.»
Dwight L Moody.
Las claves de acción propuestas en este libro
son esenciales para encaminar los ministerios de
nuestras iglesias locales hacia los resultados que
podemos y debemos alcanzar; y para terminar de
ponerlas en marcha y resumir la interacción de
los factores constantes en nuestros ministerios,
hay cuatro cosmovisiones que juntos po- demos
convertir en el estándar:
• Pastoral pertinente
• Estrategia integrada
• Familia activa
• Discipulado intencional
Los enemigos que enfrentamos son enormes.
Padres ocupados, métodos arcaicos, visiones
enraizadas en tradiciones extranjeras,
presupuestos insuficientes, y la invasión de
valores culturales ajenos al evangelio en todos los
frentes de ataque. Pero no podemos quedarnos en
excusas. Instalar estas cosmovisiones en nuestras
comunidades de fe es urgente, y es posible.
¡Sin miedo al cambio! La creación entera
enseña que los seres vivos están en constante
cambio y, no lo olvidemos, la Iglesia es descrita
en la Biblia como un ser vivo, una familia, un
cuerpo... ¡incluso cuando es descrita como un
edificio, el mismo está compuesto por piedras
vivas!
La biología nos enseña que los seres vivos
cambian delante de dos grandes supuestos: la
oportunidad para crecer, o la amenaza a su
supervivencia. Además, para cambiar utilizan un
mecanismo que se denomina «autorreferencia».
Es decir, tienen muy claro cuál es su ADN, y por
tanto pueden cambiar total y absolutamente su
forma externa manteniendo intacta su identidad
interna. El exterior puede ser difícil de
identificar, pero el ADN sigue siendo
exactamente el mismo. Permanece inalterable.
Esto es de urgente aplicación para la Iglesia
de hoy. Debemos tener muy claro cuál es nuestro
ADN, para que podamos afrontar el cambio sin
ningún miedo a perder nuestra identidad. Si la
identidad viene definida por nuestros programas,
actividades, materiales, reglamentos, etc.,
entonces nos puede llegar a resultar imposible
cambiar. Sin embargo, si nuestra identidad viene
determinada por nuestra misión -ayudar a
desarrollar a Jesús en la vida de las personas, y
construir el Reino de Dios-, entonces podremos
cambiar con gran facilidad, porque solamente
deberemos responder a la pregunta «¿Cuál es la
forma más eficaz y eficiente de llevar a cabo
nuestra misión en este contexto en el que el Señor
nos ha colocado?»
- Félix -
En el primer apéndice que vas a encontrar al
final del libro, encontrarás una guía de
implementación considerando la perspectiva de
los pastores, la de los líderes de jóvenes y la de
encargados de niños. La guía incluye pasos
prácticos para encaminar una transición en la
arquitectura misional en nuestras congregaciones,
pero antes de eso lo más importante es detenernos
en el cambio de visión ya que los cambios de
métodos y estrategias primero se gestan en el
intelecto, el corazón y la imaginación de los
líderes.
LA VISIÓN DE UNA NUEVA REALIDAD
Volvamos al diagrama básico de las
dinámicas del liderazgo generacional:
PASTORAL PERTINENTE
Cada fase del desarrollo necesita una pastoral
pertinente. Podemos desarrollar programas y
acercamientos siendo sensibles al diseño de Dios
de cada etapa de la vida, y cuanto más
información científica y experimental tengamos
respecto a los públicos que servimos mejor lo
podremos hacer. Amado pastor, líder, mamá,
papá, o educador, camina por tu iglesia mirándola
con los ojos de las nuevas generaciones. ¿Qué
ven ellos en esas aulas, en esos pasillos, y en el
santuario principal? Imagina qué tipo de
ambiente y protagonismo anhelan, y piensa qué
puedes hacer al respecto para involucrarlos
tomando en cuenta la etapa en la que se
encuentran.
LOS CAMBIOS DE MÉTODOS Y
ESTRATEGIAS PRIMERO SE GESTAN EN
EL INTELECTO, EL CORAZÓN Y LA
IMAGINACIÓN DE LOS LÍDERES
En el diagrama no incluí la primera infancia
porque en términos de programas la iglesia como
institución no puede trabajar demasiado en
directo con esos niños, sobre todo los más
pequeños, aunque si lo puede hacer animando a
los padres a dedicar esa atención urgente que sus
hijos tan frágiles necesitan y comenzando a crear
espacios para que ellos se sientan seguros en un
ámbito cristiano ni bien llegan a la etapa
preescolar.
ESTRATEGIA INTEGRADA
Debemos dejar de plantear los esfuerzos de
manera aislada. Necesitamos buenas transiciones
entre una etapa y la siguiente y por eso no
podemos tener un divorcio entre el ministerio de
niños y el de jóvenes o no pensar en los
preadolescentes y su paso a la adolescencia.
Debemos incluirlos a ellos en los equipos de
servicio para brindarles protagonismo y generar
pertenencia, y a la vez, para permitir que los
menores tengan un modélo concreto y digno de
imitar de la siguiente etapa de madurez que les
toque vivir.
Quién hace esto muy bien es el Islam, sobre
todo en lo grupos de confrontación que son
considerados terroristas en occidente como el
Estado Islámico y otros subgrupos. ¿Te
preguntaste alguna vez cómo es que estos grupos
amenazan a los principales poderes militares de
la OTAN y resisten continuas contiendas sin que
pese la diferencia abismal de armamento? Esos
jóvenes que vemos en las noticias están
dispuestos a morir por su causa. La fortaleza de
estos grupos no está en las armas sino en cómo
adiestran y discipulan a sus nuevas generaciones.
En otras palabras, mientras en occidente hacemos
reuniones, ellos usan un modelo de orientación
gradual muy similar a lo que estamos llamando
liderazgo generacional dónde un niño de 12
adiestra a uno de 6 mientras otro de 18 comanda
al de 12.
HABLAR DE «JÓVENES» E INCLUIR EN
ESA DESCRIPCIÓN A LOS DE 12 Y A LOS
DE 30 DEBE QUEDAR ATRÁS
Hablar de «jóvenes» e incluir en esa
descripción a los de 12 y a los de 30 debe quedar
atrás. Lo que se hizo en el siglo pasado, se hizo
en el siglo pasado. Llegó la hora de planificar
mejores transiciones entre la niñez, la
preadolescencia, la adolescencia y la juventud, y
por eso es fundamental que quienes trabajen con
estas edades puedan trabajar interconectados y
con metas comunes supervisados por pastores
involucrados en la visión de su congregación
respecto al trabajo con las nuevas generaciones.
FAMILIA ACTIVA
La familia nunca puede estar en la periferia
de nuestros ministerios, sino que debe estar en el
centro de nuestra atención. Es imposible
conseguir los poderosos resultados que debemos
conseguir sin pensar en la relación entre las
nuevas generaciones y sus padres. Los padres
deben ganar protagonismo en nuestra visión
ministerial, y es posible que los padres y los
educadores hagamos el mejor equipo al
acompañar a las nuevas generaciones en su
formación espiritual.
LOS PADRES SON LA PRINCIPAL
INFLUENCIA EN LA VIDA DE LOS HIJOS,
PERO NO SON LA ÚNICA QUE ELLOS
NECESITAN
Los padres son la principal influencia en la
vida de los hijos, pero no son la única que ellos
necesitan y ahí es donde la iglesia puede jugar un
rol protagónico en la socialización de las nuevas
generaciones hacia una adultez madura. Los
educadores cristianos de todo nivel debemos
abrazar la atención prioritaria que deben tener las
nuevas generaciones. Una iglesia que no hace
eso, envejece sin recambio generacional y pone
en juego su futuro y el de las nuevas
generaciones que tenía la oportunidad de afectar.
DISCIPULADO INTENCIONAL
Repitámoslo por enésima vez: La meta de la
Iglesia no es hacer y llenar reuniones. Nuestra
misión es hacer discípulos, y los discípulos de
Jesús son buenos ciudadanos, buenos empleados,
buenos empleadores, buenos emprendedores que
generan mejoras sociales, y buenos padres.
Muchos de los estudiantes entrevistados para
las distintas encuestas del Instituto del Ministerio
juvenil de Fuller aceptaron que pusieron su fe en
«veremos» durante los años de universidad para
poder divertirse durante esta etapa pensando que
quizás cuando llegaran a su adultez estarían a
tiempo de recuperarla, lo que traducido significa
que su entorno cristiano les enseñó que la fe no es
compatible con una vida trascendente, diversión
ni una vida abundante y menos que menos con un
tiempo de cristianismo que tenga algún tipo de
consecuencia social positiva. Esto debe cambiar
porque un cristianismo que no sirve, «no sirve» y
por eso es tan crucial la tarea de la iglesia y los
cambios de paradigma que Lucas está
proponiendo.
- Kara -
Una iglesia que sepa impactar a las nuevas
generaciones con astucia y fidelidad no
solamente tendrá una congregación vibrante, sino
que también afectará su en- torno. ¡Nuestras
comunidades necesitan iglesias así! Las escuelas
y los colegios, los barrios y los gobiernos, ¡Todos
necesitan iglesias así! Congregaciones que
rescaten, nutran y alteren el curso de vida de las
nuevas generaciones, logrando que más y más
niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes
lleguen a una adultez madura en Cristo.
DIOS CREE EN EL DISCIPULADO DE LAS
NUEVAS GENERACIONES MÁS QUE
NOSOTROS
Dios cree en el discipulado de las nuevas
generaciones más que nosotros. Podemos
descansar en su gracia, pelear sus peleas con sus
fuerzas, y arrojarnos confiada- mente a la visión
audaz del liderazgo generacional.
EL CIELO ESTÁ ATENTO
Nada importante se hace de repente, e
inevitablemente vamos a pasar por dificultades y
conflictos, pero esta misión merece el sacrificio.
Elijamos bien nuestras batallas. Mi consejo es
que mires a tu entorno con ojos de compasión y
no pelees por cosas intrascendentes, aunque
definitivamente deberás confrontar los desafíos
con entereza.
Es imperativo eliminar cualquier posibilidad
de convertirnos en líderes que rendimos culto al
ídolo del miedo. Podemos y debemos enojar al
diablo y a una religión sin Jesús, violentando la
inercia.
Lo sabes. Siempre es mejor fracasar a los ojos
de los hombres, que fallar en cumplir la tarea
para la que Dios te convocó.
VAMOS A PASAR POR DIFICULTADES Y
CONFLICTOS, PERO ESTA MISIÓN
MERECE EL SACRIFICIO
Revisa la historia y podrás observar que la
cocción de una revolución comienza con una idea
a la que se le agrega una porción de pasión batida
con ciencia, y se sazona con la salsa de mucha
perseverancia, para que así llegue a gustar a los
paladares de incluso aquellas personas a las que
solo les gusta comer lo de siempre.
Así ha pasado con todos los cambios de
paradigma, y la implementación del liderazgo
generacional no va a ser la excepción.
En los cielos hay gran expectativa respecto a
lo que vas a hacer con tu ministerio a partir de
hoy. Los ángeles casi se caen de las nubes por ver
qué va a hacer la Iglesia ahora.
Jesús de Nazaret, gobernante absoluto del
universo, está sentado en su trono, atento a ver si
la Iglesia va a poner o no su atención en las
nuevas generaciones como la situación lo
demanda. Otros pensarán que lo verdaderamente
importante ocurre lejos de donde tú estás, pero el
cielo sabe que tu decisión de desarrollar una
visión de liderazgo generacional es vital.
La promesa de Dios sigue siendo la misma:
«¡Voy a hacer algo nuevo!
Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en
lugares desolados.»
(Isaías 43:19)
Confía en quien ama a las nuevas
generaciones más que nosotros. Sea cuál sea tu
rol: Él te llamo a ellos. NO TE DETENGAS.
Apéndice I
PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE
IMPLEMENTACIÓN
Las visiones no tienen pies. No caminan solas
y menos que menos pueden correr. A las visiones
hay que levantarlas, llevarlas en brazos y
ponerlas en lugares visibles bien iluminados para
que otros las vean y quieran llevarlas también...
Quienes caminamos somos nosotros y
quienes logran que una visión avance, también; y
por eso, creí importante llevar la practicidad de
este libro todavía más allá compartiendo algunas
ideas de implementación respondiendo preguntas
que anticipo que van a surgir al intentar llevar
esta visión a la realidad.
Sería una lástima leer este libro y pensar que
aquí hay buenas ideas, pero no hacer nada al
respecto. En un sentido bien práctico, las ideas,
los conceptos y las filoso- fías no hacen nada.
Los líderes somos quienes ejecutamos las ideas y
materializamos las filosofías y es increíblemente
decepcionante cuando las buenas ideas no ven la
luz porque algunos de nosotros somos buenos en
la teoría, pero débiles en el plan de acción.
La primera pregunta que debemos responder
es....
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
Probablemente tu iglesia local ya esté
practicando algo de lo que propusimos en este
libro. Yo no creo que quienes hablamos de
liderazgo generacional estamos reinventando la
pólvora sino tan solo planteando un mejor
ordenamiento de notas que ya todos conocemos.
Quienes saben de música, pueden explicar
mejor que yo que ordenando las mismas notas de
diferentes maneras uno puede producir armonías
y piezas musicales diferentes y el punto aquí es
cómo podemos producir la mejor armonía con las
mismas notas que ya tenemos antes de agregar
algunas nuevas.
Materializar la visión del liderazgo
generacional en el mundo real de tu congregación
debe comenzar en oración y compartiendo las
preguntas con que comenzó esta investigación
con otras personas claves de tu congregación.
Si eres el pastor, estás en ventaja porque te
será más fácil cambiar la arquitectura u orden de
las notas del trabajo de tu iglesia. Si eres un líder
de jóvenes o la encargada del ministerio de niños
comienza por asegurarte que tu pastor lea
también estas páginas.
De hecho, un buen principio para comenzar a
implementar lo que aquí describimos es que la
mayor cantidad de personas claves en el
liderazgo de tu congregación lean este material al
mismo tiempo. Ese ejercicio va a sincronizar las
ideas y les ayudará a plantear un plan de trabajo
más claro y preciso para implementar los
cambios que sean necesarios.
La segunda pregunta es
¿CUÁNDO EMPEZAR?
Y la respuesta NO es cuanto antes. Como
hablamos en el capítulo del plan estratégico, los
cambios se deben hacer con elegancia y los
cambios más importantes ser planteados en un
proceso.
Cuando como resultado de la investigación de
la neurociencia le anuncié a nuestro equipo de
trabajo que íbamos a cambiar el nombre de
nuestro ministerio de Especialidades Juveniles a
Especialidades 6-25 debido a la ventana de la
educación formal que va de los 6 a los 25 años,
planeamos una transición. En el plan primero
hubo meses de preparación dónde ambos
nombres y marcas convivieron y pusimos una
fecha para lanzar oficialmente el nuevo nombre
del ministerio y explicar en una conferencia de
prensa el cambio y dar el anuncio. Buscamos una
ocasión ideal y decidimos hacerlo con un primer
evento especial de dialogo con pastores genera-
les que dimos en llamar el Foro Hispano de
Liderazgo Generacional y movimos las piezas
para que sea en un lugar especial y por gracia de
Dios lo pudimos hacer nada más y nada menos
que en la Universidad de Princeton.
Mientras preparábamos el evento de
lanzamiento también trabajamos en la nueva
página web que presentamos el día del anuncio,
pero hasta que esto sucedió seguímos
manteniendo el servicio de la anterior que recién
desaparecimos ese día.
No cuento esto porque esté proponiendo
cambiar nombres o hacer un evento especial en
una institución académica, sino porque 1. Creo
que los cambios se deben planear en transiciones
y 2. Hay que ubicar las ocasiones ideales que en
el caso de una congregación local puede ser al
regreso de las vacaciones de verano o el
comienzo de clases o a partir de enero del año
entrante.
Louis Pasteur, el científico al que le debemos
el proceso de «pasteurización» lo dijo muy bien:
«La oportunidad favorece a la mente preparada».
Cuando preparamos un plan de transición con
tiempo y comenzamos cuando estamos listos, las
oportunidades se aprovechan mejor.
¿CÓMO DIVIDIR LAS EDADES?
En la mayoría de iglesias de Hispanoamérica
tenemos por un lado al ministerio de niños y por
el otro al de jóvenes que no distingue
preadolescentes, adolescentes, jóvenes o jóvenes
saurios...
En el libro explicamos la ciencia detrás de
marcar los 25 años y creo que ese debe ser el
comienzo más natural en la determinación de
edades, aunque no estoy seguro que a la mayoría
de iglesias le convendría hacer un cambio de
arquitectura de manera gradual.
Creo que es mejor plantear un cambio de
categorías o arquitectura con tiempo y lanzar
todos los cambios al mismo tiempo, pero si se
prefiere hacer en partes, sin dudas esa debe ser la
primera división y la siguiente puede ser separar
a los preadolescentes y adolescentes por un lado
y a los mayores de 18 por el otro.
En cuanto a dividir a los preadolescentes del
ministerio de niños o del ministerio de
adolescentes según sea la practica hasta ahora en
tu congregación, con esa etapa es que tenemos la
arena de más grises porque aunque en el libro
hablo de los de 11 y 12 aquí se nota mucho la
diferencia entre mujeres y hombres que es más
bien entre los 10 y los 12 en las mujeres y
éntrelos 11 y los 13 en los hombres. Admito esto
porque si bien creo que cada iglesia debe
establecer números claros para facilitar las
transiciones de un ministerio al otro, no es trágico
si unos deciden hacerlo a partir de los 10 y otros
a partir de los 11. En distintos países hay distintos
cambios de etapa escolar y ese puede ser un buen
parámetro para que hagan sentido las
categorizaciones que hagamos.
Lo importante es llegar al ideal de tener cada
fase bien marcada y que no haya una zona gris
cuando un estudiante debe pasar de un grupo al
siguiente. Esos grises suelen generar dudas y
competencias entre ministerio y por eso es mejor
evitar el conflicto con una división marcada
cuando se termina el ciclo escolar como hacen los
clubes de deportivos con los cambios de
categorías.
¿QUÉ HACEMOS CON LOS MAYORES
DE 26?
La propuesta del liderazgo generacional no es
descartarlos sino graduarlos para que abracen su
adultez. Y claro, ningún molde es perfecto para
todos y la iglesia tendrá que revestirse de
inteligencia también para seguir pastoreando a los
solteros de más de 26, pero una posibilidad es
involucrarlos ahora en el ministerio generacional
ya no como consumidores sino como líderes y
mentores (aunque hay que asegurarse que tienen
su espacio de interrelación pastoral con los de su
edad).
¿Y SI SOMOS UNA IGLESIA
PEQUEÑA?
La visión del liderazgo generacional no tiene
directamente que ver con el tamaño de una iglesia
sino con el correcto pastoreo de las nuevas
generaciones que tenemos a nuestro cargo.
Si el temor es que hay poquitos de cada uno
como para hacer ministerios separados, no
necesariamente hay que dividirlos en reuniones
distintas, sino que podemos dividirlos durante la
misma reunión. El ministerio de preadolescentes
y el de jóvenes pueden compartir la alabanza y
los juegos, pero separarse en grupos pequeños
para discutir el tema de la reunión según sus
propias necesidades en rincones distintos del
mismo templo. De esta manera optimizaremos
los recursos que tenemos disponibles y
generaremos los espacios cohesivos para trabajar
en la formación espiritual de cada uno acorde a
su nivel de madurez.
La buena noticia es que cuando las nuevas
generaciones se sienten bien contenidas, son
contagiosas así que haciendo esto tienes más
posibilidades de que tu minis- terio se
multiplique.
¿CÓMO EJECUTAR LAS MEJORES
TRANSICIONES?
Con bienvenidas y graduaciones. Cuando un
estudiante debe pasar de un ministerio al otro, no
puede ser algo que pase desapercibido. Debe
haber una despedida al fin de año y una
bienvenida cuando comience el siguiente ciclo de
reuniones.
Con esto también infiero que es una
oportunidad desaprovechada no tener vacaciones
de las reuniones y programas. Recordemos que
Dios no atiende en el templo los fines de semana
y alternar ciclos de reuniones no ofende a un
Dios que está más pendiente de nosotros y lo que
hacemos todos los días que de que algunas
semanas al año no tengamos reunión.
¿CÓMO RECLUTAR Y ORDENAR AL
MEJOR EQUIPO DE TRABAJO?
En los capítulos del libro repetimos varias
veces que debemos sumar adultos en el
ministerio de nuevas generaciones y también
destacamos la necesidad de exponer a las nuevas
generaciones a modelos matrimoniales.
También hablamos de sumar modelos del
siguiente nivel de madurez y por eso debemos
pensar en cómo sumar a algunos preadolescentes
como voluntarios en el ministerio de niños,
algunos adolescentes en el ministerio con los pres
y a jóvenes en el ministerio de adolescentes.
Claro que no todos pueden ser líderes, pero
debemos estar seguros que cuantos más lideres
tengas, mejor pastoreados estarán tus nuevas
generaciones.
Haz convocatorias abiertas e implementa
entrevistas de trabajo para elegirlos. Inspecciona
no solo habilidades sino motivaciones. ¿Por qué
alguien quiere estar en ese ministerio? Establece
plazos. Que ofrecer y aceptar una posición no sea
por tiempo indeterminado. Si hablamos de
encargados de arenas que el compromiso sea por
al menos 3 años para crear longevidad y
consistencia en los ministerios, pero si hablamos
de servidores y voluntarios que ayudan con tareas
más generales el compro- miso puede ser anual y
renovarse cada año de ser necesario.
Mi observación práctica de los equipos
ideales es que la arquitectura del liderazgo
generacional permite resumir la responsabilidad
del liderazgo infantil y a la juventud en un solo
matrimonio que supervise todo el trabajo
generacional y que este matrimonio será el que
reclute a líderes para las arenas.
Y hablemos claro... querido pastor, ésta
también puede ser una ventaja para el
presupuesto de la iglesia. Contar con una pareja
de pastores generacionales que vinculen a los
equipos de las cuatro arenas desde la niñez a la
juventud es más barato que intentar tener
encargados de niños y pastores de jóvenes a
sueldo en su congregación. Aunque claro, a
medida que el ministerio crece y si tiene
posibilidades de hacerlo, eventualmente puede
llegar a tener un staff completo pensando en las
arenas debajo de los pastores generacionales.
¿QUÉ ES LA NEUROCIENCIA?
Quizás esta no sea una pregunta de
implementación práctica, pero al comenzar a
hablar de estos cambios posiblemente algunos
adultos se interesen en indagar exactamente de
qué estamos hablando y por eso respondo que la
neurociencia es el estudio interdisciplinario del
sistema nervioso cuya meta principal es el
entendí- miento del cerebro en relación a la
conducta.
El entusiasmo en este campo surge del intento
de descubrir y explicar el órgano que define al ser
como individuo controlando sus acciones,
generando sus emociones y editando sus
memorias ya que hoy gracias a la tecnología se
pueden ver o leer los movimientos neuronales en
tiempo real lo que permite aprender como el
cerebro se comporta ante diferentes estímulos y
acciones.
¿COMO INVOLUCRAMOS A LOS
PADRES?
Convoca a una reunión especial de padres y
comienza explicándoles de qué se trata la visión
del liderazgo generacional. (Puedes Liderazgo
Generacional que se puede descargar en la zona
premium de e625.com).
En esa primera reunión enamóralos de la
alianza estratégica que van a poder hacer juntos
para la formación espiritual de las nr de acción y
cuándo comenzarán los cambios concretos en el
ministerio, pero asegúrales que fuera de toda
estructura, esto comienza.
Pregúntale a los padres cómo puedes
apoyarlos en el desarrollo espiritual de sus hijos.
El solo hecho de que les hagas esa pregunta.
Según sus criterios ¿Cuál es la mayor
necesidad de sus hijos y qué puedes hacer para
ayudarlos? ¿Cómo puedes orar por sus familias?
con las nuevas generaciones cuando los líderes de
la iglesia y los papás están orando por las mismas
necesidades.
Sé intencional en sumar a la iglesia como
recurso a los papás y ellos estarán mucho más
abiertos a apoyar las necesidades del p: mano con
su tiempo y recursos cuando se requiera.
Cuando todo comience a implementarse crea
actividades al menos anuales donde las nuevas
generaciones y sus padres puedar nuevas
generaciones sirven junto con sus padres, el
impacto es triple en sus vidas porque para ellos
servir es una aventura, los p hacen juntos, así que
ganamos todos.
¿CÓMO INVOLUCRAMOS A LOS
PADRES?
Convoca a una reunión especial de padres y
comienza explicándoles de qué se trata la visión
del liderazgo generacional. (Puedes usar el video
del diagrama básico del Liderazgo Generacional
que se puede descargar en la zona premium de
e625.com).
En esa primera reunión enamóralos de la
alianza estratégica que van a poder hacer juntos
para la formación espiritual de las nuevas
generaciones. Explícales el plan de acción y
cuándo comenzarán los cambios concretos en el
ministerio, pero asegúrales que fuera de toda
estructura, esto comienza con una sociedad
espiritual.
Pregúntale a los padres cómo puedes
apoyarlos en el desarrollo espiritual de sus hijos.
El solo hecho de que les hagas esa pregunta los
llamará a la reflexión.
Según sus criterios ¿Cuál es la mayor
necesidad de sus hijos y qué puedes hacer para
ayudarlos? ¿Cómo puedes orar por sus familias?
Tiene mucho más efecto el trabajo con las nuevas
generaciones cuando los líderes de la iglesia y los
papás están orando por las mismas necesidades.
Sé intencional en sumar a la iglesia como
recurso a los papás y ellos estarán mucho más
abiertos a apoyar las necesidades del programa de
la congregación y dar la mano con su tiempo y
recursos cuando se requiera.
Cuando todo comience a implementarse crea
actividades al menos anuales donde las nuevas
generaciones y sus padres puedan servir mano a
mano. Cuando las nuevas generaciones sirven
junto con sus padres, el impacto es triple en sus
vidas porque para ellos servir es una aventura, los
padres sirven también y además lo hacen juntos,
así que ganamos todos.
Apéndice II
LIDERAZGO GENERACIONAL Y
TEOLOGÍA
Hay verdades y doctrinas que deben ser
internalizadas por cada miembro de la Iglesia, y
no hay mejor ocasión para que eso ocurra que
durante el proceso de maduración que va de la
niñez a la juventud.
A mí me entristece cuando en algunos
escenarios escucho que se da entender que
teología es sinónimo de algo aburrido y sin
relevancia práctica. Definitivamente no lo es. La
teología condiciona la experiencia cristiana. Lo
que creemos acerca de Dios y de nuestra fe,
afecta de manera directa tanto nuestra manera de
escuchar su voz y si abrazamos o rechazamos sus
propuestas. Por eso, todos los cristianos debemos
darle importancia a edificar personalmente una
teología bíblica.
Más allá de los programas contemporáneos,
las relaciones de amistad, las técnicas
pedagógicas y las tácticas de liderazgo, hay algo
que no se puede descuidar, y esas son las
doctrinas básicas de nuestra fe.
El conocido pensador y escritor peruano
Samuel Escobar escribió hace muchos años que
«las iglesias evangélicas son en primer lugar una
realidad teológica. Se conciben a sí mismas como
expresiones del pueblo de Dios en la tierra y se
definen de acuerdo a términos bíblicos como
cuerpo de Cristo, familia de Dios, real
sacerdoció, pueblo adquirido».
A veces me asusta ver sectores de la Iglesia
que conocen más canciones cristianas que textos
bíblicos fundamentales. Ese es parte del desafío y
la oportunidad que nos presenta el liderazgo
generacional. Nuestros ministerios se hacen más
vibrantes espiritualmente cuando los maestros y
los estudiantes aprendemos juntos la pa- labra de
Dios, y edificamos una disciplinada estructura
teológica que podamos compartir con seguridad.
¿Quién es Dios? ¿Y cuáles son sus
intenciones? Son dos preguntas básicas que dan
origen a toda la teología judeocristiana, y también
a los fundamentos bíblicos del ministerio
generacional.
Entre las muchas cosas que la Biblia resalta
acerca de la personalidad de Dios, quizás la más
concisa sea la más clara: Dios es amor (1 Juan
4:8). Ese amor, en lo que a nosotros concierne,
alcanzó su clímax en el sacrificio de Cristo en la
cruz (Juan 3:16). ¿Por qué murió Cristo? Porque
quiere salvarnos de la paga del pegado, que es la
muerte (Romanos 6:23; 2 Pedro 3:9) y tal vez
pueda parecer innecesario mencionar estos
principios cómo apéndice de este libro, pero lo
cierto es, que en un tiempo donde la producción
de shows es una de las industrias más rentables
del planeta y los lideres empiezan a sentir cada
vez más fuerte la presión de la multiplicación
numérica, hace falta insistir en lo central del
evangelio.
Cada ministerio de niños, preadolescentes,
adolescentes y jóvenes debería transmitir
claramente las respuestas a esas primeras dos
preguntas, pero no podemos quedarnos allí.
LOS GRANDES TEMAS
Los siguientes grandes temas deben ser
revisados una y otra vez en nuestros ministerios
para edificar una teología bíblica bien
fundamentada.
1. DIOS
¿Quién dice Él que es? Lo primero que Dios
revela en su escritura es a Él mismo. Pronombres
personales, antropomorfismos y su carácter
revelado en su trato con los seres humanos nos
exponen a Dios mismo expresado en las tres
personas de su trinidad. Es vital escuchar lo que
Dios tiene que decir acerca de sí mismo, y por
eso los atributos de cada persona de la trinidad
deben de constituir fundamentos teológicos
fundamentales de nuestros ministerios. Una idea
interesante para seguir como programa de
enseñanza son los nombres de Dios y sus
significados.
2. CRISTO
La persona de Cristo es el eje central de
nuestra fe, y debe ser el marco doctrinal a través
del cual se interpretan todas las otras verdades.
Como explicaba en el capítulo sobre la
inteligencia cultural, Jesús es el lenguaje de Dios.
Él es el modelo, la brújula y el mapa de la
conducta cristiana, y las nuevas generaciones
deben aprender con claridad que Jesús es
inevitable, incluso más allá de nuestras
experiencias religiosas. Jesús está en el
calendario, en la génesis de la historia de Europa,
en la confluencia de religiones semitas, en las
carabelas que cruzaron el Atlántico para
descubrir el Nuevo Mundo, en los peregrinos que
fundaron América del Norte y en los Jesuítas que
acompañaban a los buscadores de oro en las
selvas del Cono Sur. Jesús sigue apareciendo en
los discursos políticos y en los de los artistas que
reciben un Oscar o un Grammy por sus películas
o canciones. Su persona da nombre a países y a
docenas de ciudades. Jesús sigue siendo película,
y obra de teatro de Broadway. Sigue siendo
canción, industria, literatura y pintura. Sigue
estando en una taza de leche que recibe un
huérfano, en la mano que toca a un leproso en
Calcuta, y en la persona que visita a un anciano
sin familia en un hospital público. Y como si todo
esto fuera poco, nuestras creencias acerca de su
deidad y su humanidad determinan no solo
nuestra ética en la tierra, sino nuestro destino
eterno.
3. ESCRITURAS
La Biblia es una carta de invitación para
conocer a Dios y su voluntad. Ella misma dice
«Así que la fe viene como resultado de oír el
mensaje, y el mensaje que se oye es palabra de
Cristo» (Romanos 10:17). Hay algo milagroso al
comunicar las escrituras bajo la unción del
Espíritu Santo.
La importancia de la Biblia debe ser
reconocida y enseñada a cada generación y una
de las mejores formas de hacerlo con una
generación que prefiere las relaciones y prefiere
lo experimental, es enfocarse en el uso de las
historias. Es muy probable que cuando Jesús
escogió comunicarse con parábolas lo haya hecho
para darle mayor atemporalidad a sus verdades, y
hacerlas relevantes a distintas culturas en
distintas épocas. Nuestra misión como lideres
generacionales es lograr mostrar que las es-
crituras son atractivas y relevantes para la vida
cotidiana.
4. HUMANIDAD
Una sana antropología bíblica debería ser otro
de los bloques donde apoyemos nuestros
ministerios. Muchas veces los cristianos estamos
tan enfocados en lo que la gente debería hacer,
que prestamos muy poca atención a qué es lo que
la gente está haciendo y por qué dicen que lo
hacen. «Los buenos antropólogos tratan de
descubrir lo que ya está ahí antes de teorizar
acerca de lo que la gente debería hacer»1L No
digo que debiéramos convertirnos en
«antropólogos» en todo el sentido de la palabra,
pero sí podemos aprender a definir, según la
Biblia y lo que vemos en nuestras comunidades,
cuál es la condición del ser humano y cuales sus
neecesidades.
Una antropología de este tipo no solo resulta
un buen fundamento, sino que la investigación
necesaria puede volverse muy emocionante para
cualquier grupo de nuevas generaciones si se
establecen métodos creativos de recolectar
información y si se les deja relfexionar
creativamente al respecto. ¿Qué es lo que ya dijo
Dios acerca de la condición del hombre y la
mujer? Esta es una pregunta muy importante en
medio de una sociedad cristiana pop donde
pareciera que solo queremos halagar a los
clientes evitando los standares de moralidad.
5. PECADO
De cada punto se va desprendiendo el
siguiente, y en este caso el pecado es parte de la
respuesta a la última pregunta. Con la base de la
búsqueda de la «Nueva Era» que se asentó en las
elites culturales hace ya varios años atrás o el ya
mencionado individualismo y relativismo
reinantes desde la posmodernidad, una definición
clara del pecado debe estar presente. En muchas
ocasiones, y debo decir en muchas
congregaciones, a los niños, y en especial a los
adolescentes, se les habla mucho de los pecados,
pero poco de «el pecado» como realidad esencial.
También, al hablar sobre cuáles son los pecados a
los que está expuesta la nueva generación, hay
que tener cuidado de ser bíblicos y de no tildar de
pecado cosas que simplemente no son atractivas a
nuestros propios ojos y costumbres. Otro de los
requisitos es no caer en condenar sin ofrecer
salida. Siempre debemos ser sensibles a la
condición actual en la que se encuentran las
personas, y enfocarnos en la restauración, aunque
dejemos claro que allí se llega a través del
arrepentimiento y por eso hay que llamar a lo
malo, malo sin atajos.
6. REDENCIÓN
¿Cómo librarse del dominio del pecado? La
nueva identidad en Cristo debe ser
substanciosamente explicada. ¿Cuáles son los
alcances de la salvación? ¿Cuáles sus conse-
cuencias inmediatas y mediatas? Me he topado
con demasiados hijos de creyentes nacidos en el
seno de la Iglesia que llegan a la adolescencia sin
una idea clara acerca de la salvación. Me gusta la
descripción de evangelismo que hace el profesor
Charles Van Engen en su libro «Mission on the
Way» (La misión en el camino). En él, este
profesor de teología de la misión dice que «la
evangelización debe ser fe-particularista,
culturalmente-pluralista y eclesiológicamente-
inclusivista»'2. La declaración: «Je- sucristo es el
Señor» no tiene competencia, y por eso nuestro
evangelismo no se parece al mensaje de ninguna
otra religión. Somos distintos, particulares. A la
vez, hay muchas maneras y formas de disfrutar
de las consecuencias de la redención y de
expresar esa fe. Por eso debemos ser
culturalmente pluralistas.
Por último, es un interés en el crecimiento del
reino de Dios en la tierra lo que debe perfumar
nuestra práctica evangélica, y por eso debemos
siempre recordar que las iglesias locales existen
para segur incluyendo gente en la Iglesia de
Cristo.
7. COMUNIDAD DE FE
¿Qué es la Iglesia? ¿Para qué sirve? ¿Qué
debe producir? John Stott también decía: «La
Biblia entera es rica en evidencia del propósito
misionero de Dios»12, y por eso en el libro
analizamos detalladamente los propósitos del
ministerio. Sin conocer la verdadera naturaleza
de la Iglesia es imposible disfrutarla y edificarla
según su diseño divino. Un ministerio a las
nuevas generaciones que no tenga un basamento
eclesiológico sólido carecerá de objetivos
trascendentes y cultivará una generación des-
orientada que terminará produciendo iglesias
desorientadas.
8. ESPÍRITU SANTO
¿Quién es el Espíritu Santo? ¿Cuál es su
función? ¿Cómo vivir en el Espíritu? Es
imposible vivir la vida cristiana sin el poder del
Espíritu Santo. El fruto del Espíritu (Gálatas
5:22-25) es la señal del verdadero cristianismo, y
sin su guía y ayuda es imposible cumplir con los
propósitos de Dios para la Iglesia. Sin una
doctrina sólida respecto del Espíritu Santo, la
Iglesia se tambalea entre el extremo de entender
al Espíritu como una energía mística que solo
poseen algunos con dones espectaculares, y el
extremo de verlo como un sello sin ninguna
connotación práctica.
9. MISIÓN
En Efesios 2:10 el apóstol Pablo deja en claro
que somos ingeniería de Dios, diseñada para
buenas obras. Todo cristiano tiene un llamado
que es una moneda con dos caras: por un lado,
parecerse más a Jesús (Romanos 8:29; Efesios
4:13), y por el otro, ser de bendición a los demás
(1 Pedro 2:9; Efesios 1:12-14). Son dos
realidades que van de la mano. Las nuevas
generaciones necesitan aprender y abrazar el
hecho de que ese llamado se experimenta de
diversas maneras y se manifiesta en distintas
formas, pero que es para todos aquellos que
reconocemos a Jesús como nuestro Salvador y
nuestro Señor. En palabras también de Pablo: «Y
todo lo que hagan, de pala- bra o de obra, háganlo
en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a
Dios el Padre por medio de él.» (Colosenses
3:17)
Por último, en este apéndice, estos nueve
temas no pueden quedarse en conocimientos
teóricos e imprácticos. Dos tipos de aplicación
deben acompañarlas:
A. Aplicaciones personales: ¿Qué significa cada
uno de estos temas para la vida de los líderes
(¿qué significa para ti?) y para la vida de las
nuevas generaciones?
B. Aplicaciones ministeriales: ¿Cómo se encarna
cada uno de estos puntos en la vida del
ministerio del cual formamos parte?
La teología personal de quienes enseñamos
tiene un fuerte efecto sobre quienes aprenden de
nosotros, ya que en todo lo que enseñamos y en
todo lo que hacemos estamos comunicando
nuestra teología. Es por esa razón que edificar
convicciones claras sobre estos nueve grandes
temas evitará que sumemos más confusión a una
generación que ya recibe demasiados mensajes
contradictorios.
Los capitanes de los barcos de la antigüedad
se ataban la brújula a su cuerpo cuando estaban
en medio de una tormenta. De igual manera, los
líderes generacionales debemos atarnos la Biblia
a nuestras vidas para discernir en cada momento
el camino de la voluntad de Dios y guiar a esta
generación a puerto seguro.
10 (Escobar 1977:44)
11 (Kraft 1996:4).
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13 (Stott 1979:10)
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(Entendiendo la identidad sexual). MI:
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