La Imputación Objetiva en El Delito de Lavado de Activos
La Imputación Objetiva en El Delito de Lavado de Activos
La Imputación Objetiva en El Delito de Lavado de Activos
TRAVÉS DE CRIPTOMONEDAS
Asesor
“Declaro que este trabajo de grado no ha sido presentado con anterioridad para optar a un
título, ya sea en igual forma o con variaciones, en ésta o en cualquiera otra universidad”.
Art. 92, parágrafo, Régimen Estudiantil de Formación Avanzada.
Resumen
Las criptomonedas o monedas virtuales son un nuevo fenómeno tecnológico que permite el
intercambio de bienes y servicios de una forma virtual, sin la intervención de un ente
regulador o banco central. De allí que las criptomonedas han logrado un alto grado de
penetración en los mercados nacionales e internacionales, interviniendo en casi todo tipo de
transacciones. Este fenómeno no se encuentra expresamente prohibido en la legislación penal
colombiana, de lo cual, como veremos, no puede decirse su completa permisión. En el
presente escrito se establece que las transacciones con monedas virtuales constituyen, para
efectos penales, un riesgo jurídicamente desaprobado en aquellos casos en los que el agente
comercial incumpla sus deberes de gestión y control. Esto es, su permisión o prohibición
dependerá de los modelos de autorregulación (compliance) del agente comercial. Así las
cosas, la existencia del riesgo jurídicamente desaprobado generado en las transacciones con
monedas virtuales, podría constituirse como la base de la imputación objetiva en el delito de
lavado de activos.
Palabras clave
Imputación, riesgo, criptomonedas, lavado de activos, derecho penal
Abstract
Cryptocurrencies or virtual currency is a new virtual phenomenon that allows the exchange
of goods and services virtually, without intervention of a regulatory entity or central banking.
Hence, the cryptocurrencies have achieved a greater penetration in the national and
international markets, intervening in almost all kind of transactions. This phenomenon is not
expressly prohibited in the Colombian criminal law, whereof, as we can see, this law cannot
decide its complete permission. The present writing set up that transactions with virtual
currencies, represent, for criminal porposes, a legally disapproved risk in those cases in which
marketing agent breaches with his duties to manage and control. That is, its permission or
prohibition will depend the marketing agent’s self-regulation models. So, the existence of the
legally disapproved risk generated in transactions with virtual currencies, it could be
established as the basis of objective imputation in the money laundering crime.
Key words
Imputation, risk, cryptocurrencies, money laundering, criminal law
Introducción
Es evidente que la globalización es un fenómeno que ha alcanzado esferas inimaginables. La
comunicación sin fronteras ha impactado, de esta manera, también al comercio. El uso de las
tecnologías de la información, de las redes de comunicación y de los datos personales, han
servido para fundamentar nuevas formas de comercialización de bienes y servicios. Es en
este panorama en el que aparecen las monedas virtuales. En estas, como en todo tipo de
dinero, su función es representativa de liberar obligaciones. Sin embargo, en comparación
con el dinero que emiten los bancos centrales y que, por ende, tiene una vinculación con una
institución del Estado; las monedas virtuales se expiden y circulan sin la intervención y
garantía de ningún banco central. Por ello, son transacciones que nacen y se soportan solo a
través de las redes de comunicación establecidas a través de medios virtuales.
Las legislaciones han optado por regular el tema de las monedas virtuales de distinta manera:
(i). algunas han optado por prohibir completamente su utilización, (ii). otras han preferido no
prohibirlas expresamente, de lo cual surge la pregunta sobre los ámbitos de permisión que de
ellas se deducen y (iii). otras han regulado expresamente los criterios necesarios para afirmar
su permisión. Con independencia de los criterios que se asuman en cada legislación, todas
son constantes en afirmar que el tráfico de monedas virtuales puede generar amplios
escenarios de riesgos para bienes jurídicos penalmente tutelados, como el caso del orden
económico y social.
En Colombia, no se afirma la expresa prohibición de las monedas virtuales; sin embargo,
tampoco son expresos los ámbitos de regulación de los que se puedan deducir sus fronteras
de permisión. Ello hace que le corresponda al operador jurídico, en cada caso, determinar los
escenarios de riesgo penalmente desaprobado para estas operaciones. Bajo este horizonte
justificativo este trabajo quiere encontrar aquellos criterios que fundamentan el riesgo
penalmente desaprobado en el delito de lavado de activos cometido a través de las
criptomonedas o monedas virtuales.
De allí surge la necesidad por la identificación de toda la normativa (interna y externa, directa
e indirecta) que podría vincular los espacios de autorregulación del agente comercial en lo
que tiene que ver con monedas virtuales. Desde esta identificación, el presente artículo
pretende construir una propuesta que, por un lado, reconozca la existencia del riesgo en las
transacciones con monedas virtuales y, por otro lado, establezca los procesos de verificación
que deberían implementarse con miras a especificar, de mejor modo, los criterios de
permisión o prohibición de estos comportamientos en Colombia. Para poder concretar el
estudio servirá como base el delito de lavado de activos. Esto, pues su estructura permitiría
concluir que, ante el incumplimiento de los criterios o procesos de autorregulación, se podría
generar responsabilidad, como autor o participe, en el delito de lavado de activos.
Este artículo se estructura en tres capítulos. En una primera parte, de un modo más general,
se describen los ámbitos de regulación, el qué y el cómo de las monedas virtuales. En un
segundo capítulo, de un modo más específico al derecho penal, se determina la relación entre
la imputación objetiva, a través del concepto de riesgo jurídicamente desaprobado, y el delito
de lavado activos que se puede generar a través de la utilización de monedas virtuales. En
una tercera parte, de tipo propositivo, se analizará todo lo estudiado para identificar los
procesos de autorregulación que deberían vincular la actividad del agente comercial que
realice su actividad en el terreno de las criptomonedas.
Para comprender que es una criptomoneda hay que conocer primero su génesis. La aparición
o primer antecedente conocido de las criptomonedas, también conocidas como criptodivisas
o criptoactivos, se remonta a los años 80. Surgen como una necesidad del uso de la
criptografía1 como elemento generador de un cambio social y político en el mundo, con lo
cual se buscaba la descentralización del dinero. En 1998, Wei Dai, importante científico
informático y criptógrafo, difundió un artículo llamado “B-Money” a través de una lista de
correo electrónico llamado “cypherpunks”. En dicho artículo hacía alusión al concepto de
moneda criptográfica y propuso la unión entre una moneda y la criptografía con el fin de
reemplazar el control que realizaba la autoridad monetaria en la creación y la ejecución de
las transacciones mediante la utilización de pruebas matemáticas que proporcionan elevados
niveles de seguridad. (Dai, 1998).
1
Criptografía, es la ciencia y arte de escribir mensajes en forma cifrada o en código (Venturini, 2020).
En el año 2008 estalla la última gran crisis económica de la historia reciente. Particularmente,
la llamada crisis de las hipotecas subprime2, lo cual trajo consigo la reducción de la confianza
en las instituciones financieras, gobiernos y en general todos los actores responsables de la
economía local y global. Las reacciones por parte de la población no se hicieron esperar,
surgiendo un pánico bursátil con carácter transnacional. Los bancos de inversión sufrieron
pérdidas en todo el mundo y las economías se vieron afectadas por la carencia de crédito.
(Shiller, 2009). En esta coyuntura surge, a través de internet, una propuesta para crear dinero
digital. La idea era crear un sistema monetario alterno, independiente de todo gobierno e
institución financiera. Así, esta fue la primera vez que se habló de criptomoneda o
criptodivisa.
La inicial y más popular criptomoneda en ser utilizada fue el Bitcoin, la cual aparece
mencionada en un artículo en el año 2008, publicación del paper de Satoshi Nakamoto3. Esta
criptomoneda sería implementada por primera vez en el año 2009, a través de un cliente
bitcoins. Desde entonces, han aparecido muchas otras criptomonedas con diferentes
características y protocolos: el Litecoin, Ethereum, Ripple, Dogecoin.
2
Crisis de las Hipotecas Subprime, es la denominación de la crisis financiera que tuvo su inicio en septiembre
de 2008, la cual se dio por desconfianza crediticia y la sobrevaloración de unos activos, en este caso
inmobiliarios, los precios de la vivienda en Estados Unidos (Domínguez, s.f.).
3
Satoshi Nakamoto, es el seudónimo adoptado por una persona o un grupo de programador(es) expertos en
criptografía, que creó el protocolo Bitcoin en el año 2008 y que hasta la fecha permanece en el anonimato.
4
Coinmarketcap.com, es un portal especializado en análisis y seguimiento del mercado de criptodivisas, que
proporciona datos sobre más de 2000 criptomonedas en tiempo real.
Para abordar las diferentes acepciones de criptomonedas o criptodivisas, es necesario precisar
que los diversos conceptos que se toman en este escrito están relacionados entre sí. Las
criptomonedas, el Bitcoin, Litecoin, Ethereum entre otras monedas virtuales, tienen un
mismo significado e interpretación. Así lo enuncia la primera licencia para el funcionamiento
de monedas virtuales emitida por el Estado de Nueva York, “Toda unidad digital, creada u
obtenida a través de cálculos matemáticos, cuyo sistema este basado en internet y sea
utilizado como un medio de cambio o una forma de valor digitalmente almacenado”.
(BitLicense, 2015).
Las Criptomonedas han sido definidas como dinero virtual no regulado, controlado por sus
usuarios, que utiliza la criptografía de clave asimétrica5 para suministrar seguridad al sistema
digital que les da vida (CID, 2016). Definiendo las criptomonedas de una forma más simple,
podríamos decir que son un nuevo medio de pago digital y descentralizado que no depende
de ningún gobierno o entidad financiera que las regule o administre. Ahora bien, a pesar de
la no intervención de ningún gobierno en su regulación, algunas autoridades gubernamentales
han emitido su propia definición de criptomonedas o criptodivisas, tal y como lo ha hecho la
Autoridad Bancaria Europea:
Las criptomonedas constituyen una representación digital de dinero no emitido por un banco
central, ni por una autoridad monetaria oficial además de estar desligada de cualquier tipo de
moneda fiduciaria, pero aceptada por personas naturales o jurídicas como medio de pago y
que puede transferirse, almacenarse o negociarse por medios electrónicos, y no tienen la
consideración legal de moneda o dinero. (EBA, 2014).
5
Criptografía de clave asimétrica, Es un tipo de criptografía computacional, la cual usa un algoritmo
matemático muy complejo para crear dos claves en cada extremo de la comunicación: una clave pública y una
clave privada. La clave pública es visible para todos los usuarios del sistema de comunicación y la clave
privada es secreta y resguardada por el propio usuario.
Inicialmente, las criptomonedas se utilizaban tan sólo como medio de inversión para obtener
rentabilidad en la actividad de trading6 o en la compra y venta de activos e inversiones en
otras divisas de curso legal. Sin embargo, los constantes avances tecnológicos y el desarrollo
de los negocios digitales han permitido la penetración de las criptodivisas en casi todo tipo
de transacciones virtuales y presenciales. Tanto así, que ya existen plataformas equivalentes
a PayPal para el pago con bitcoins como, por ejemplo, BitPay. Esto es, plataformas que
permiten que las monedas virtuales ya no sólo circunscriban su uso al comercio electrónico,
sino que también puedan ser utilizadas en los comercios tradicionales, como restaurantes,
mercados, etc.
6
El trading consiste en comprar o vender instrumentos financieros cotizados en bolsa, acciones, empresas,
divisas o materias primas, utilizando una plataforma que nos suministra un bróker, y con la intención de
obtener ganancias económicas (Economia de hoy.es, 2017).
por el mismo gobierno; las Argentinas JasperCoin (JAK), Voxels (VOX) Decentraland
(MANA), Inbest (INBST) y BitArs; la agrocoin (AGLT) de origen Mexicano; la Chaucha
(CHA) y la Luka (LUK) creadas por Chilenos; la Peruana Lekcoins (LEK); y La colombiana
creada por la compañía Fenix Line Premium en el año 2018, Triskel Coins (TSK). Todas
estas criptodivisas poseen diferentes características y protocolos, pero guardan la esencia
explicativa que ya hemos abordado.
Los bitcoins como medio de pago de bienes y servicios tienen un alto grado de aceptación en
el ciberespacio y en el comercio electrónico, pero la aceptación como moneda legal y de libre
circulación, se encuentra sujeta a la normatividad de cada país. Así, puede decirse que a nivel
jurídico se encuentra un vacío legal en casi todos los países del mundo por la poca o
7
Libro blanco, se refiere a un libro contable de libre acceso para todos los usuarios, el cual se encuentra
distribuido en todos los equipos, donde se registran todas las transacciones efectuadas entre los usuarios de la
red y adonde se guarda la información de una forma permanente y verificable.
8
Red P2P o red punto a punto, hace referencia a una conexión entre pares o iguales “par - par”.
inexistente regulación sobre este tipo de moneda virtual no regulada. En algunos países el
uso de los bitcoins se encuentra restringido para determinadas industrias y sectores
económicos. Por ejemplo, en China está prohibido transar con bitcoins en el sector energético
y minero. Por el contrario, existen países como Japón, donde se aprobaron las transacciones
con las criptomonedas y su aceptación como forma de pago legal, sometiéndolas al control y
vigilancia de las autoridades.
En igual sentido, Swan (2015), citado por (Corredor Higuera & Díaz Guzmán, 2018),
sostiene que el Blockchain es un libro mayor descentralizado y transparente con los registros
de transacciones una base de datos que es compartida por todos los nodos de la red,
actualizada por los mineros, monitoreada por todos, y de propiedad y controlada por nadie.
Se asemeja a una hoja de Excel que es asesada y actualizada en línea por todos los usuarios
de la red y que sirve para verificar que todas las transacciones anónimas sean verídicas y
fiables.
Grosso modo, el Blockchain o cadena de bloques es un método para registrar los datos de
forma prolongada y segura. Es una especie de sistema contable que almacena de forma
distribuida en varios ordenadores, ya que la información es acopiada y procesada en toda una
red de servidores y nodos situados por todo el mundo. Toda la red de servidores y nodos
verifican los registros digitales de las transacciones y movimientos a través de un método de
encriptación y verificación, llamado “hashing9”, que es lo mismo que una huella digital. Cabe
destacar que estos registros no se pueden modificar o eliminar, solo se pueden agregar nuevos
registros de las transacciones digitales, método que es virtualmente imposible de hackear o
“piratear”.
En el caso del bitcoin, la cantidad máxima y total de bitcoins que pueden existir es de 21
millones. Según BuyBitcoin Worldwide (2020), para el 27 de febrero de 2020,
9
Hashing es una función criptográfica que permite codificar datos para formar una cadena de caracteres única,
que permite asegurar la autenticidad de datos, almacenar de forma segura contraseñas y la firma de documento
electrónicos (Bitme Academy, s.f.).
hay 18.248.850 bitcoins en existencias. Este número cambia cada 10 minutos, cuando nuevos
bloques son minados. Así, quedan 2.751.150 bitcoins restantes por minar. Según
(BuyBitcoin Worldwide, 2020), al momento de escribir este artículo, hay un poco más de 57
millones de Litecoin (LTC) en stocks, al igual que 100 millones de Ether (ETH) en stocks.
Tabla 1
Regulación mundial de las criptomonedas
Normativas
Ambas normativas:
contra el
Prohibición absoluta Prohibición fiscales y contra el
Normativas blanqueo de
de las implícita de las blanqueo de dinero y
fiscales dinero y
criptomonedas criptomonedas financiación del
financiación del
terrorismo
terrorismo
Argelia Bahrein Argentina Islas Caimán Australia
10
Broker, es la persona que realiza la intermediación entre vendedores y compradores de monedas virtuales.
11
CFD, llamados contratos por diferencia, son instrumentos que no cotizan en mercados organizados y que
permiten invertir en mercados accionarios y de divisas sin tener que adquirir los activos subyacentes como las
criptomonedas.
Bolivia Bangladesh Austria Costa Rica Dinamarca
Egipto China Bulgaria República Checa Japón
Irak Colombia Finlandia Estonia Suiza
Argelia Bahrein Argentina Islas Caimán Australia
Bolivia Bangladesh Austria Costa Rica Dinamarca
Egipto China Bulgaria República Checa Japón
Irak Colombia12 Finlandia Estonia Suiza
Marruecos República Islandia Gibraltar
Dominicana
Nepal Indonesia Israel Hong Kong
Pakistán Irán Italia Isla de Man
Emiratos Árabes Kuwait Noruega Jersey
Unidos
Lesoto Polonia Letonia
Lituania Rumanía Liechtenstein
Macao Rusia Luxemburgo
Omán Eslovaquia Singapur
Qatar Sudáfrica
Arabia Saudí España
Taiwán Suecia
Reino Unido
Fuente: recuperado del portal IG España: https://www.ig.com/esp. Mayo de 2020.
12
Si bien Analista del portal IG España, sitúa a Colombia en la tabla 1, como un país con prohibición implícita
de las criptomonedas, ello no es del todo cierto. Lo que ocurre, como se demostrará en este artículo, es que no
hay permisión o soporte para este tipo de dinero virtual por parte del banco central, lo que hace que, como se
demostrará en la tesis, existan ámbitos de prohibición y ámbitos de permisión penal de los comportamientos.
respecto a las políticas monetarias, se estable que la única moneda de curso legal en el país
es el peso. Así, la circulación de esta moneda es controlada por el Banco de la República con
las denominaciones en monedas y billetes que actualmente se encuentren vigentes. (Torres
Largo , Verdugo Fernández , & Mosquera Palacios , 2019).
Por otro lado, la Ley de Financiamiento en su versión 2.0 (Ley 2010 de 2019), en su artículo
91, reglamentó de forma indirecta las criptomonedas, ya que incluyó a las empresas de
tecnología, como una forma de emprendimiento e innovación dentro de las empresas de
economía naranja involucradas con el desarrollo de industrias de valor agregado tecnológico,
y actividades creativas, por lo cual, tienen un incentivo tributario libre de renta por un término
de siete años. Por lo que las empresas que desarrollen actividades de minería de
criptomonedas, podrían cobijarse de este beneficio (Ley 2010 de 2019. Arti 91).
Explicado cómo está el concepto y contexto nacional regulatorio de las criptomonedas, nos
corresponde ahora relacionar las conclusiones que de aquí surgen con la teoría de la
imputación objetiva en materia penal. Es decir, en el capítulo que sigue demostraremos los
puntos de irrigación mutua entre algunos criterios que emanan de la teoría de la imputación
objetiva y los ámbitos de permisión y prohibición de transacciones y operaciones mediante
criptomonedas. Todo será estudiado de cara a la descripción penal propia para el lavado de
activos.
2. La imputación objetiva en materia penal: la aparición del criterio del riesgo en las
criptomonedas y su relación con el delito de lavado de activos
En la teoría de la imputación objetiva existen dos grandes posturas de necesario estudio. Por
un lado, a partir de los planteamientos de Claus Roxin y, por otro, desde los planteamientos
de Günther Jakobs. Ambos sistemas son conocidos, respectivamente, como “sistema
racional-final o normativismo moderado” y “funcionalismo sistémico o normativismo
radical” (Quispe, 2018).
Ahora, si quiere encontrarse el aspecto común entre ambas escuelas teóricas, podríamos
identificarlo en el concepto de riesgo permitido/prohibido. Esto es, digamos, desde ya, que
el aspecto central en toda teoría de la imputación objetiva viene dado por determinar cuál o
cuáles son los riesgos tolerados y prohibidos en una sociedad, y los criterios normativos con
los que así se califican. Solo puede imputarse objetivamente una conducta si, previamente,
ha generado un riesgo penalmente desaprobado.
Para Roxin (1997), la imputación al tipo objetivo se origina conforme a dos criterios
sucesivamente estructurados así:
Para Roxin, la imputación objetiva presupone la realización de un peligro creado por el autor
y no cubierto por un riesgo permitido dentro del alcance del tipo. Por ello es que esta teoría
imposibilita la imputación del resultado cuando el agente con su conducta aminora el riesgo,
o no lo ha aumentado de manera jurídicamente considerable o cuando se ha actuado dentro
del riesgo permitido. (Roxin, 1997).
Así mismo, este autor, dentro de la creación de un riesgo no permitido desarrolla varios
criterios y determina en qué casos procede la exclusión de la imputación al tipo: a) La
exclusión de la imputación en caso de disminución del riesgo; b) La exclusión de la
imputación si falta la creación de peligro; c). En igual sentido estipula dentro de la realización
del riesgo no permitido en qué casos se considera excluida la imputación: a) La exclusión de
la imputación si falta la realización del peligro; b) La exclusión de la imputación si falta la
realización del riesgo no permitido; c) La exclusión de la imputación en caso de resultados
que no están cubiertos por el fin de protección de la norma de cuidado. (Roxin, 1997).
Desde otra perspectiva, la imputación objetiva para Günther Jakobs parte del entendimiento
de la sociedad construida a partir de los roles y las expectativas que de ellos se generan. Por
tal razón, concibe a la imputación objetiva como la encargada de constatar cuando una
conducta tiene carácter objetivamente delictivo, para lo que divide su estudio en dos niveles.
Nivel de la acción (imputación objetiva del comportamiento como típico) y el nivel de
resultado (imputación objetiva del resultado) (Jakobs, 1997).
La teoría de la imputación objetiva es un elemento normativo del tipo, que además de servir
como vínculo entre la acción y el resultado típico, sirve para establecer cuándo estamos frente
a una acción penalmente relevante, ya que a través de los criterios del aumento del riesgo y
del quebrantamiento de los roles, se busca determinar el injusto y la atribución de un
resultado a la conducta del autor.
Como se ha visto, con independencia de las teorías que se asuman, el riesgo es el eje central
en el que gira la teoría de la imputación objetiva, donde se debe establecer si estamos frente
a un riesgo permitido o un riesgo jurídicamente desaprobado, ya que esta teoría exige
verificar que el comportamiento haya creado un riesgo jurídicamente desvalorado y éste se
haya realizado en el resultado típico.
Para responder este interrogante, debemos reiterar que el concepto de riesgo es una
construcción puramente normativa. No toda acción arriesgada comunicaría un sentido de
prohibición al sistema en que se incorpora (Posada Maya, 2018). De allí que le corresponde
al operador jurídico, en todos los casos, determinar los marcos concretos de prohibición de
ciertos comportamientos, aun cuando estos, vistos de forma abstracta no reporten ilicitud
penal. Es, en este sentido, donde aceptamos que los planteamientos del profesor Jakobs
pueden ser más ilustrativos para determinar los ámbitos de permisión o no de
comportamientos. Es decir, la valoración del riesgo penal requerirá, previamente, la
determinación del rol y las expectativas de quien realizó el comportamiento. Desde el rol es
posible identificar qué se espera y qué no se espera (ámbitos de competencia específicos) del
agente. En materia penal el concepto de rol es determinante a la hora de delimitar las
competencias del actor. Ya que solo se responde hasta donde el rol lo permite. Así las
cosas, el ostentar un determinado rol hace a un sujeto portador de derechos y deberes
(Duque Pedroza, 2018). El establecimiento del riesgo penalmente desaprobado es la
constatación de la defraudación de la competencia concreta del autor, vista desde un
particular ámbito situacional. Con este criterio se pueden resolver aquellos casos difíciles en
los que, pese a no existir prohibición del comportamiento, su realización supera el margen
de la permisión que otorga el derecho.
Son comunes, en este punto, los casos que desde el derecho económico surgen. Piénsese en
transacciones lícitas realizadas por los trader y agentes económicos, pero que, desde su
contexto situacional, pueden suponer actos de favorecimiento o ayuda en injustos delictivos
ajenos, aun cuando frente a estos últimos no exista acuerdo para su realización 13. En estos
casos, sería posible afirmar que es necesario institucionalizar ciertos deberes de los trader y
de los agentes económicos al momento de realizar operaciones económicas, pues en el fondo
de todo se encuentra la siguiente idea: de su solo rol como operador del tráfico económico
siempre hay riesgos inherentes que deben generar deberes de control o supervisión para todos
los intervinientes. Ahora, esta idea (la del riesgo basado en el rol social) requerirá de unos
limitantes para que la ampliación de la responsabilidad penal no se haga al máximo. Esto,
pues es evidente que en toda actuación humana hay riesgos. Los limitantes los establece la
delimitación concreta del rol frente al cual surgen dos deberes. No todos deben responder de
todo o, lo que es lo mismo, no todos tenemos posición de garante frente a todo. Por ej: el
comerciante de bienes raíces tiene el deber (por su rol) de evitar pagos en efectivo. Si bien
su incumplimiento no genera, per se, responsabilidad penal, su no cumplimiento sí puede ser
considerado un riesgo jurídicamente desaprobado.
13
Es el caso, por ejemplo, de las denominadas conductas neutrales en derecho, de modo que desde ellas se
puedan determinar espacios de prohibición penal a título de complicidad en injustos ajenos. Para un mayor
detalle de esta figura, pueden consultarse los textos del profesor Ricardo Robles Planas (2003; 2008).
Por ello, explicado como está, dedicaremos el tercer capítulo de este escrito a indagar por los
deberes de los trader de criptomonedas14 en las transacciones con monedas virtuales. A partir
de sus roles en el sistema económico y al margen de la no prohibición expresa, podríamos
determinar si el incumplimiento de ciertos deberes podría considerarse como una conducta
propia de un riesgo penalmente desaprobado.
Para llegar a este punto y continuando con los análisis desde la imputación objetiva, es
necesario ahora preguntarnos por el desarrollo e implementación de dicha teoría en la
jurisprudencia y legislación colombiana.
14
Trader de criptomonedas: Es todo aquel inversor o especulador que opera en los mercados financieros y se
especializa en el trading de criptodivisas. Lo hace en plataformas de trading para aprovechar las variaciones
de precios.
En sentencia con radicado 49680, de abril 25 de 2018, la Corte Suprema de Justicia, establece
en qué situaciones no hay lugar a la imputación como elemento integrante del tipo objetivo
y, por tanto, no habrá tipicidad como categoría dogmática de la entidad delictiva, puesto que
para que un resultado pueda ser imputado a un agente o sujeto “activo”, éste ha debido crear
un riesgo jurídicamente desaprobado a través de una actividad lesiva o circunstancia riesgosa,
cuyo final sea una consecuencia.
En sentencia con radicado 30126, de julio 31 de 2014, el Consejo de Estado, instaura como
postulado general que “….todas aquellas actividades desarrolladas dentro de lo que
socialmente se considera un riesgo permitido, no pueden dar lugar a un reproche jurídico de
ninguna naturaleza, aún en el caso de que generen lesiones a particulares; por el contrario,
son desaprobadas todas aquellas conductas que exceden el riesgo permitido, lo cual cobija
no sólo aquellas actividades que han sido desplegadas a pesar de ser socialmente prohibidas,
sino también toleradas pero que han sido ejecutadas sin observancia de las normas de cuidado
previamente establecidas para la minimización del riesgo”. A establecer que bajo el régimen
de la responsabilidad objetiva.
Para nadie es un secreto que la parte más difícil de actuar por fuera del marco de la ley es el
usufructo del producto del ilícito, para el delincuente y para las organizaciones criminales
esta parte termina siendo las más tortuosa del delito, ya que se trata de infractores de la ley
que buscan dar apariencia de legalidad a los recursos obtenidos a partir de sus actividades
ilícitas. Para esto, buscan utilizar los diferentes sectores de la economía y personas dispuestas
a ocultar tales recursos y a encubrir el origen de dichos dineros, los cuales deben ingresar a
la economía formal para que al delincuente se le facilite utilizarlos y así eludir la acción
estatal.
En Colombia, se ha estimado que, anualmente, pueden “lavarse” hasta siete billones de pesos.
Según la UIAF en el año 2017, se detectaron operaciones financieras con origen ilícito por
valor de $18.7 billones de pesos (Unidad De Información Y Análisis Financiero – UIAF,
2018). Según las autoridades estadounidenses, los fondos ilícitos en Colombia se lavan con
mayor frecuencia a través del contrabando de efectivo, transacciones de bienes raíces,
transferencias bancarias, remesas, casinos, juegos y loterías, ganado, minería ilegal, tarjetas
de débito prepagadas, y criptomonedas (Infolaft, 2019).
El delito de lavado de activos, como tipo penal autónomo, nace con la Ley 190 de 1995,
conocida, en su momento, como el Estatuto Anticorrupción, la cual modificó el delito de
encubrimiento por receptación en el Código Penal de 1980 (art. 177) para darle cabida al
lavado de activos como delito autónomo. Posteriormente, con la aprobación de la Ley 365
de 1997, se crea en el Código Penal de 1980, el capítulo tercero del título séptimo, que se
denomina “Del lavado de activos”. En él cual se adicionan los siguientes artículos: 247A.
Lavado de Activos; 247B. Omisión de Control; 247C. Circunstancias específicas de
agravación punitiva; 247D. Imposición de Penas Accesorias. Con la promulgación del
Código Penal vigente (Ley 599 de 2000), se han adicionado nuevos verbos rectores y se han
creado delitos subyacentes con las Leyes (747 de 2000; 1121 de 2006, 1453 de 2011 y 1762
de 2015), pero se mantiene en su mayoría la redacción de las normas sobre el lavado de
activos (Hernández Quintero, 2009).
Si bien son ya varios los años de la consagración legal del lavado de activos en Colombia,
puede decirse, tal y como lo afirman Renato Vargas y Carmen Ruiz, que aún hay ausencia
de un propósito político criminal en lo que tiene que ver con la consagración legal este delito
en Colombia, unido al déficit de técnica legislativa que ha acompañado a la regulación penal
(Vargas Lozano & Ruiz López, 2017). Esto, pues, lastimosamente, aún sigue siendo mucha
la indeterminación de los delitos base o fuente en el lavado de activos: aquellos de los que
surgen los productos delictivos sobre los que se realizan las conductas propias de blanqueo.
Esta situación sobresale al verificar que el tipo penal de lavado de activos permite, como
delito fuente, el delito de enriquecimiento ilícito de particulares. Esto, pues el
enriquecimiento ilícito criminaliza el incremento patrimonial no justificado producto de
cualquier tipo de actividad delictiva, lo que hace que, en últimas, cualquier delito podría ser
fuente o base del delito de lavado de activos. Esta afirmación tiene una importancia
transcendental en el presente trabajo investigativo pues reafirma la justificación de nuestra
hipótesis: incluso en actividades que no tengan expresa prohibición, pero de las que se
deduzca su realización la existencia de un riesgo jurídicamente desaprobado, podría
generarse responsabilidad penal a título de lavado de activos, como se explicará en el último
de los capítulos.
Desde esta perspectiva, puede decirse que son numerosos los conceptos que se conocen sobre
el lavado de activos o blanqueo de capitales, aunque todos comparten la misma idea: en el
comportamiento realizado con la intención de ocultar el origen ilícito de los recursos,
haciéndolos pasar por lícitos, sin serlo. En ese orden de ideas, y teniendo en cuenta que la
operación que queremos valorar es estrictamente económica/financiera, para este escrito solo
tendrán en cuenta los conceptos emitidos por la Corte Suprema de Justicia y, sobre todo, los
de la (UIAF) Unidad de Información y Análisis Financiero.
En sentencia con radicado 28300, de agosto 5 de 2009, La Corte Suprema de Justicia concretó
que el lavado de activos, o blanqueo de capitales como también se le denomina, consiste en
la operación realizada por el sujeto agente para ocultar dineros de origen ilegal en moneda
nacional o extranjera y su posterior vinculación a la economía, haciéndolos aparecer como
legítimos.
En sentencia con radicado 41427, de junio 8 de 2016, La Corte Suprema de Justicia sostuvo
que la jurisprudencia de la Sala ha sentado una línea jurisprudencial pacífica frente al
elemento normativo del tipo penal de lavado de activos, afirmando que “la imputación por
lavado de activos es autónoma e independiente de cualquier otra conducta punible bastando
para efectos de la existencia de la conducta punible subyacente, exigiéndose por tanto, una
mera inferencia por parte de los juzgadores acerca de su existencia”. Bajo la lógica de la línea
jurisprudencial antes citada, para tipificar el delito de lavado de activos basta con la
demostración de que el sujeto activo de la conducta ocultó o encubrió “la verdadera
naturaleza, origen, ubicación, destino, movimiento o derecho sobre los activos ”, incluso, sin
necesidad de acreditar con una decisión judicial en firme el delito de donde provenían los
recursos ilícitos, en tanto la actividad ilegal subyacente sólo requiere de una inferencia lógica
que la fundamente.
Por su parte, la Unidad de Información y Análisis Financiero indica que el lavado de activos
es:
La modalidad mediante la cual organizaciones criminales buscan dar apariencia de legalidad
a los recursos que obtienen de sus actividades ilícitas, mediante la incorporación de estos en
el circuito económico legal. A través de esta actividad, las bandas delincuenciales consiguen
hacer uso de estos activos sin poner en peligro su reinversión en nuevas actividades ilícitas o
lícitas. (UIAF, 2014, pág. 11).
La forma en la que se realizan las transacciones con monedas virtuales desconoce las normas
administrativas y penales, por medio de las que se pretende prevenir, detectar y sancionar el
lavado de activos en el mundo. No obstante, consideramos que no existe necesidad de crear
nuevas leyes o reformar las ya existentes, pese a lo novedoso que puedan resultar estos
activos para nuestra sociedad, en razón a que, al reconocerse la naturaleza de bienes
intangibles, estos se adecuan perfectamente a la descripción típica del Artículo 323 de la Ley
599 de 2000, que previene este tipo comportamientos (Nieto, 2020, pág. 131).
En Colombia el lavado de activos está tipificado en el Artículo 32315 del Código Penal del
año 2000 (Ley 599 de 2000), Título X “Delitos contra el orden económico y social”, en el
Capítulo V “Del lavado de activos”.
Con lo dicho hasta el momento podemos concluir, en este capítulo, la relación entre los
conceptos de riesgo jurídicamente desaprobado, imputación objetiva, lavado de activos y
transacciones con criptomonedas. Si bien las operaciones con criptomonedas no se
encuentran expresamente prohibidas en nuestro ordenamiento jurídico, su no regulación a
través de un banco central hace que se constituyan como fuertes escenarios de riesgo para el
derecho penal. Así las cosas, con independencia de la teoría de la imputación objetiva que se
asuma, puede concluirse que, en ellas, el elemento del riesgo es un elemento común y
necesario para afirmar los juicios de responsabilidad penal. En este panorama, el delito de
lavado de activos se muestra como un coherente ejemplo para sustentar la tesis que en este
artículo se ha propuesto: las transacciones virtuales podrían generar ganancias o productos
no reconocidos por la banca central, lo que, desde la perspectiva dogmática y a partir de la
teoría de la carga dinámica de la prueba que se acepta jurisprudencialmente para este delito,
15
Artículo 323. Lavado de activos. El que adquiera, resguarde, invierta, transporte, transforme, almacene,
conserve, custodie o administre bienes que tengan su origen mediato o inmediato en actividades de tráfico de
migrantes, trata de personas, extorsión, enriquecimiento ilícito, secuestro extorsivo, rebelión, tráfico de armas,
tráfico de menores de edad, financiación del terrorismo y administración de recursos relacionados con
actividades terroristas, tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, delitos contra el
sistema financiero, delitos contra la administración pública, o vinculados con el producto de delitos
ejecutados bajo concierto para delinquir, o les dé a los bienes provenientes de dichos actividades apariencia de
legalidad o los legalice, oculte o encubra la verdadera naturaleza, origen, ubicación, destino, movimiento o
derecho sobre tales bienes o realice cualquier otro acto para ocultar o encubrir su origen ilícito, incurrirá por
esa sola conducta, en prisión de 10 a 30 años y multa de 650 a 50.000 salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
podría generar responsabilidad penal para aquel que incumple ciertos deberes de gestión y
control de los riesgos que en todas estas transacciones subyacen.
Las criptomonedas o dinero virtual no regulado, son un nuevo fenómeno tecnológico que ha
ido ganando cada vez más atención, ya que se presentan como el futuro de los sistemas de
pago, que permiten el intercambio de bienes y servicios de una forma virtual y segura, sin la
intervención de un ente regulador. Pero su naturaleza descentralizada las convierte en una
poderosa herramienta para que criminales, financiadores del terrorismo y otros evasores de
la ley puedan mover y transar con capitales de procedencia ilícita. En este contexto, en este
capítulo expondremos la regulación técnica, nacional e internacional, en materia de riesgos
potenciales de lavado de activos a través de criptomonedas.
En la Guía para un enfoque basado en riesgo para las monedas virtuales, de junio de 2015, el
Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) determinó que las monedas virtuales que
pueden utilizarse para mover valor dentro y fuera de las monedas fíat 16 y en el sistema
financiero regulado, es probable que presenten riesgos de lavado de activos y financiación
del terrorismo a corto plazo. Por consiguiente, bajo el enfoque basado en riesgo (RBA), los
países deben centrar sus esfuerzos en identificar, entender y evaluar sus riesgos de lavado de
activos y financiación del terrorismo asociados a las monedas virtuales y tomar medidas para
mitigarlos mediante un enfoque basado en riesgos (GAFIC, 2014).
16
Monedas fíat, denominado dinero por decreto, el cual no cuenta con el respaldo de ningún tipo de metal
precioso como el oro o la plata, por lo que su valor es fiduciario o determinado por ley.
es imperativo que los entes de control y las fuerzas del orden comprendan, vigilen tales
activos y protejan los sistemas financieros contra los riesgos que plantea este tipo de activo
virtual (OCDE, 2019).
En general, los agentes comerciales (traders) y las empresas que realizan operaciones de
compra y venta de criptomonedas (broker), con el fin de protegerse contra el lavado de dinero
a través de las monedas virtuales deberán establecer medidas de autorregulación o debido
control que incluyan como mínimo:
Las transacciones con monedas virtuales son de dominio público y cualquier persona u
ordenador puede acceder a esta información. El registro de transacciones y el Hash o huella
digital de cada transacción se encuentra en la cadena de bloques (blockchain) de cada
criptomoneda, lo cual ha permitido que se puedan crear herramientas que permiten estudiar
la trazabilidad de estas, es decir, realizar el seguimiento de origen y destino de cada una de
las transacciones, cantidad, volumen y patrones de conductas sospechosas o susceptibles de
lavado de activos y financiación del terrorismo. Herramientas que almacenan información,
permiten rastrear el origen y destino, al mismo tiempo llevan un registro de cada criptoactivo
de forma distribuida, fiable y rápida. Además de servir de ayuda a las instituciones legales y
financieras para identificar y detener a los usuarios de criptomonedas que llevan a cabo un
uso ilícito de ellas.
2. El deber de generar un Log Transaccional de las Operaciones con Criptomonedas.
Generar políticas antilavado que permitan detectar y reportar ante las autoridades
competentes y superintendencias las operaciones sospechosas con criptomonedas.
Operaciones que por su volumen, cantidad o características no guardan correspondencia con
la actividad económica del cliente, se salen de los parámetros de normalidad vigente en el
mercado de monedas virtuales o no tienen un fundamento legal evidente, además, de no poder
ser razonablemente justificadas.
Conclusiones
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