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Unidad 1

PRINCIPIOS DE ECONOMÍA

1.1 Definición, campo, objeto, método y clasificación de la


economía.
¿Qué es economía?.

La economía (griego: οἰκονομία, 'administración de una casa o familia') es la disciplina


que estudia las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción,
intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como
medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual y colectivo de la
sociedad.

La economía se ocupa de los recursos al alcance del hombre, ya sean naturales o


artificiales, que le sirven para satisfacer sus necesidades y, a partir de esta premisa, de
su capacidad para hacer intercambiados o utilizados como bienes económicos. Los
recursos que son analizados por la economía deben ser escasos y tener más de un fin
posible, de forma que implique un dilema y, así, un costo.

Obvio es, que existen otras definiciones de “Economía”, a continuación se señalan


algunas:

• “…es el estudio de cómo utiliza la gente los recursos para satisfacer sus
necesidades…El problema básico que estudia la economía es el problema de la
escasez.”
• “…la economía política es la ciencia del desarrollo de las relaciones sociales de
producción, es decir, de las relaciones económicas entre los seres humanos.
Estudia las leyes que rigen la producción y la distribución de los bienes
materiales en la sociedad humana a todo lo largo de las diferentes fases del
desarrollo”
• “De acuerdo con Alfred Marshall, …Ciencia que examina la parte de la actividad
individual y social, especialmente consagrada a alcanzar y a utilizar las
condiciones del bienestar
o “De acuerdo con Raymond Barre…es la ciencia que tiene por objeto la
administración de los recursos escasos de que disponen las sociedades
humanas: estudia las formas del comportamiento del hombre ante la
difícil situación del mundo exterior ocasionada por la tensión existente
entre las necesidades ilimitadas y los medios limitados con que cuentan
los agentes de la actividad económica.”

En los últimos cincuenta años, el estudio de esta disciplina se ha expandido y abarca


una inmensa variedad de temas, los cuales se incluyen a continuación:

• Explora el comportamiento de los mercados financieros, incluidos los tipos de


interés y los precios de las acciones.
• Analiza las razones por las cuales algunas personas o países tienen ingresos
elevados mientras que otros son pobres y sugiere maneras para elevar los
ingresos de los pobres sin dañar la economía.
• Examina los ciclos económicos (las altas y bajas del desempleo y la inflación)
junto con las políticas para moderarlos.
o Estudia el comercio internacional, las finanzas y los efectos de la
globalización.
o Analiza el crecimiento en países en desarrollo y propone maneras de
estimular el uso eficiente de los recursos.
o Se pregunta cómo pueden implementarse políticas gubernamentales
para alcanzar metas importantes como un rápido crecimiento
económico, un uso eficiente de los recursos, el pleno empleo, la
estabilidad de precios y una distribución justa del ingreso.

Si consideramos los temas anteriores, éstos tienen un aspecto constante:

El estudio de cómo las sociedades utilizan recursos escasos para producir bienes
valiosos y distribuirlos entre diferentes personas.

Tras esta definición se esconden dos ideas clave de la economía: los bienes son escasos
y la sociedad debe utilizar sus recursos con eficiencia. De hecho, la economía es una
disciplina importante debido a la escasez y al deseo de ser eficientes.
Visualice un mundo sin escasez.. ¿Cuáles serían las consecuencias de poder producir
cantidades infinitas de todos los bienes o de satisfacer en su totalidad los deseos
humanos? La gente no se ocuparía por extender sus ingresos limitados porque tendría
todo lo que quisiera; las empresas no tendrían que preocuparse por los costes
laborales o por la atención de la salud; los gobiernos no necesitarían preocuparse por
los impuestos, el gasto o la contaminación porque nadie se preocuparía por ello.
Además como todos tendríamos cuanto quisiéramos, nadie tendría que preocuparse
por la distribución del ingreso entre distintas personas o clases de personas.

En tal paraíso de abundancia, todos los bienes serían gratuitos, como la arena en el
desierto o el agua de mar en la playa. Todos los precios serían iguales a cero y los
mercados resultarían innecesarios. De hecho, la economía ya no sería una disciplina
útil.

Sin embargo, no hay sociedad que haya llegado a tal utopía de posibilidades ilimitadas.
Nuestro mundo es uno de escasez, lleno de bienes económicos. Una situación de
escasez es aquella en la que los bienes son limitados en relación con los deseos.

Ante los deseos ilimitados, es importante que una economía haga el mejor uso de sus
recursos limitados. Este enfoque nos lleva al concepto fundamental de eficiencia.
Por eficiencia se entiende el uso más eficaz de los recursos de una sociedad para
satisfacer las necesidades y deseos de las personas.

Comparativamente, consideremos una economía en la que existan monopolios sin


control, o niveles de contaminación elevados o corrupción el Estado. Tal economía
generaría menos de lo que sería posible en ausencia de estos factores, o produciría un
conjunto distorsionado de bienes que dejaría a los consumidores peor de lo que
estarían en otra situación (cualquiera de las dos situaciones genera una asignación
ineficiente de los recursos).

La teoría económica afirma que una economía produce con eficiencia cuando no se
puede mejorar el bienestar económico de una persona sin perjudicar la otra.
La esencia de la teoría económica es reconocer la realidad de la escasez y luego
encontrar la manera de organizar a la sociedad de tal manera que logre el uso más
eficiente de sus recursos. Es ahí donde la economía hace su contribución exclusiva.

Campo de la economía
La economía deduce y aplica principios acerca del comportamiento económico en dos
grandes niveles o ramas:

1. La Microeconomía
2. La Macroeconomía
La microeconomía.

Hoy en día se considera a Adam Smith como el fundador de la microeconomía. Ésta


última es la rama de la economía que se ocupa hoy del comportamiento de entidades
individuales tales como mercados, empresas y hogares. En La riqueza de las naciones
(1776), Smith consideró la manera en que se fijan los precios individuales, estudió la
determinación de los precios de la tierra, el trabajo y el capital e investigó las fortalezas
y debilidades del mecanismo de mercado. Y lo que es más importante, identificó las
propiedades notables de eficiencia de los mercados y observó que el beneficio
económico resulta de las acciones interesadas de los individuos. Todo lo anterior sigue
siendo relevante en la actualidad y, si bien el estudio de la microeconomía ha
experimentado grandes adelantos desde la época de Smith, políticos y economistas
siguen citándolo por igual.

La Microeconomía, tiene por objeto es estudio del comportamiento económico de las


unidades específicas en forma individual (los consumidores, propietarios de los
recursos, la empresa, la familia, etc.), la preferencia de bienes y servicios, el mercado
en que operan, los gastos en que incurren, básicamente, en todo lo que tenga que
relacione con la toma de decisiones individuales. Por lo anterior, el gobierno NO ejerce
directamente el control sobre su actividad económica.

En microeconomía se refiere entonces, de una industria, al precio de un producto


específico, del número de trabajadores empleados por una sola empresa, de la renta o
ingreso de un solo negocio o familia en particular, de los gastos del gobierno, de una
entidad o una familia.

En resumen, la microeconomía (conocida como teoría de los precios y de las


empresas), estudia a los decisores económicos, entre ellos:

• Las familias: una familia es cualquier grupo de personas que viven juntas como
una unidad de toma de decisiones. Cada familia tiene necesidades ilimitadas y
recursos limitados.
• Las empresas: una empresa es una organización que utiliza recursos para
producir bienes y servicios.
• El gobierno: un gobierno es una organización que provee bienes y servicios, y
redistribuye ingreso y riqueza. Los servicios más importantes provistos por el
gobierno son las leyes y un mecanismo para su aplicación (tribunales y fuerzas
policiales). Pero los gobiernos también proporcionan servicios como defensa
nacional, salud pública, transporte, educación.
La macroeconomía

Macroeconomía es el estudio del comportamiento de la economía como un todo. La


macroeconomía examina las fuerzas que afectan simultáneamente a muchas
empresas, consumidores y trabajadores. Se diferencia de la microeconomía, la cual
estudia precios, cantidades y mercados individuales. Es la rama de la economía que
estudia el funcionamiento y los problemas de la economía como un todo y las
relaciones existentes entre las variables agregadas (ingreso, PIB, consumo, ahorro,
inversión, gasto fiscal, impuestos, saldo en la balanza comercial, oferta monetaria, tasa
de interés, nivel general de precios, nivel de sueldos y salarios, nivel de empleo,
inversiones –públicas y privadas-, importaciones y exportaciones de bienes y de
servicios).

Asimismo, estudia las subdivisiones o regados básicos como lo sectores económicos,


el gobierno, las familias, las empresas o negocios, las regiones, los consumidores,
tratando cada grupo como si fuera una unidad.

Su metodología consiste en definir y analizar las relaciones entre variables


macroeconómicas considerando simultáneamente todas las influencias que

pueden determinar el comportamiento económico global que no siempre coincide con


la suma de las actividades individuales, intenta explicar cómo se determinan éstas
variables agregadas, y sus cambios en el tiempo, investiga las causas y soluciones para
frenar el desempleo, la inflación, la balanza deficitaria de pagos de un país, el desarrollo
económico de los países y efectúa la comparación entre los diversos sistemas
económicos.

El desarrollo de la macroeconomía fue uno de los principales logros de la economía


del siglo XX; desarrollo que permitió una mejor comprensión de la forma de combatir
las crisis económicas periódicas y de cómo estimular el crecimiento económico en el
largo plazo. Gracias a John Maynard Keynes, a sus críticos y a sus sucesores, sabemos
hoy que de acuerdo con la elección de sus políticas macroeconómicas –aquellas que
afectan la oferta de dinero, los impuestos y el gasto público– un país puede acelerar o
detener su crecimiento económico, controlar el exceso de inflación o el desempleo del
ciclo económico o tomar medidas para ocuparse de desequilibrios que surgen en el
comercio exterior o en las finanzas internacionales.

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Objeto de la economía

El objeto de la economía evolucionó desde las primeras escuelas económicas del siglo
XVIII hasta la actualidad.

En un concepto general la economía se ocupa de:


• Los procesos sociales de producción (las relaciones que establecen los hombres
para transformar y utilizar la naturaleza).
• De las relaciones sociales de distribución (apropiación y consumo de los bienes
y medios de producción disponibles).
• Y de las necesidades y demandas de la sociedad, procesos definidos
históricamente y con relación al nivel de desarrollo técnico y tecnológico
alcanzado.

La economía define y establece las relaciones entre la trilogía:

Para lo cual cada sociedad debe realizar como mínimo tres elecciones básicas

1. Qué producir. Se refiere a los bienes y servicios y la cantidad de éstos que debe
producir la economía. Como los recursos son escasos y limitados no

hay economía que pueda producir tantos bienes y servicios como los que necesita la
sociedad. Por ello la sociedad se ve en la necesidad de elegir qué y cuántos bienes y
servicios habrá de producir.

1. Cómo producir. Se refiere a la elección de la combinación de los recursos y la


técnica que se debe aplicar para la producción de un bien o servicio buscando
emplear de la manera más eficiente los recursos.
2. Para quién producir. Se refiere a cuántas y cuáles de las necesidades de cada
consumidor se debe satisfacer, existiendo igualmente el problema de escoger
entre diversas alternativas, por la imposibilidad de satisfacer todas.

Además de responder lo anterior, se requiere que las sociedades procuren que todos
sus recursos se empleen plenamente, que se aplique la mejor tecnología disponible
para la conservación, crecimiento y desarrollo del sistema económico que depende del
aumento de los recursos y de las mejoras técnicas y tecnológicas, lo cual redunda en el
poder atender el mayor número de necesidades posibles y buscar siempre la mayor
justicia distributiva.

Método de la economía
El método de estudio de la economía puede reducirse a la realización de cuatro principios
básicos del método científico: observación, inducción, deducción y comprobación.

No obstante, desde el nacimiento de la disciplina, la dicotomía respecto a cuál método


de estudio emplear siempre ha estado presente.

Los principales métodos de estudio de la economía son:

• Método Inductivo
• Método deductivo
• Método hipotético deductivo
• Otros Métodos

Método inductivo.

También denominado empírico, fue uno de los primeros métodos propuestos por
Adam Smith para estudiar la economía. Dicho método consiste en establecer
proposiciones, teorías o análisis de carácter general obtenidas por la observación y
experimentación de casos particulares aislados. El objetivo es estudiar lo específico
para llegar a una conclusión general.

En primer lugar debe llevarse a cabo una etapa de observación y registro de los
diferentes hechos económicos que se están estudiando. Posteriormente analizar lo
observado estableciendo definiciones claras de los conceptos observados. Finalmente
formular proposiciones científicas y enunciados universales generales. Un ejemplo de
este método puede precisarse a través de la ley de oferta y demanda, donde el hecho
de que los precios de diferentes productos particulares hayan disminuido se deba a
una generalidad, a saber la existencia de mayor oferta.

Este método parte de la idea de que para llegar a las leyes que rigen la economía, es
necesario partir del estudio de casos particulares.

Método hipotético deductivo

Acogido desde los escritos de David Ricardo, se enfoca en establecer proposiciones,


teorías y análisis partiendo de un principio general, a saber una hipótesis, con el
objetivo de analizar y explicar diferentes casos particulares.
En primer lugar, debe plantearse la hipótesis que se utilizará, luego deben analizarse
los fenómenos económicos en base a dicha hipótesis para posteriormente, enunciar
leyes de carácter general.

Método deductivo

El método deductivo es opuesto al inductivo, ya que se busca estudiar una proposición


general para explicar lo particular. De igual forma puede tomarse la ley de la oferta y la
demanda como ejemplo.

Puede afirmarse que la existencia de una gran oferta de productos originara una
disminución en la demanda de éstos por lo que bajar los precios sea una acción
razonable a realizar.

Otros métodos de estudio empleados en la economía Método analítico-sintético

Al utilizar el método analítico se busca realizar un análisis profundo de las diversas


variables que conforman el fenómeno económico.

Tiene el objetivo de tomar en consideración la influencia e incidencia de diferentes


aspectos, como los sociales y políticos, en el caso de estudio. Así, de la generalidad, se
estudian las particularidades, descomponiendo el al hecho económico.

Mientras que al realizar un juicio sintético, el objetivo que se persigue es unificar


sistemáticamente los diferentes elementos heterogéneos y aislados que conforman al
caso de estudio para comprenderlo en su totalidad.

Método matemático y estadístico

Partiendo de la idea de que la economía es una ciencia y que es crucial verificar y


comprobar todas las teorías propuestas, es imprescindible el uso de las matemáticas y
los métodos estadísticos.

Éstos ayudan a comprobar si el fenómeno económico se ajusta bien o no a las


predicciones, teorías e hipótesis previamente elaboradas. Un claro ejemplo de ello es
la econometría, la rama de la economía que se dedica a la contrastación empírica de
teorías y modelos con datos económicos recogidos.

Método behaviorista

Tratándose de una ciencia social, es vital tomar métodos de


la sociología o psicología para estudiar cómo los comportamientos sociales influyen en
las economías locales y globales.
Si bien la economía debe analizar la conducta de los diferentes agentes económicos
que intervienen en los mercados y lo qué les motiva a formar parte de los diferentes
ciclos económicos, se hace necesario el estudio de disciplinas que ayuden a entender
la conducta humana.

Política económica

La política económica hace referencia a las diversas estrategias que los gobiernos y el
Estado ponen en práctica para conducir la economía de un país. De ahí que la economía
deba a su vez estudiar y conocer las políticas fiscales y comerciales que los gobiernos
ponen en práctica, con el objetivo de analizar el hecho o fenómeno económico en su
totalidad.

Clasificación de la economía

La economía tradicionalmente se divide en dos campos: Microeconomía y


Macroeconomía, los cuales están estrechamente relacionados entre sí, ya que para
entender los fenómenos macroeconómicos deben examinarse las decisiones
microeconómicas que correspondan (anteriormente comentados).

La economía además puede ser vista con dos enfoques distintos, la economía positiva
y la economía normativa.

La economía positiva describe los hechos de una economía, las relaciones


económicas, busca soluciones a preguntas en base a la evidencia empírica y análisis,
busca explicaciones objetivas del funcionamiento de los fenómenos económicos, en
general se refiere a lo que fue, lo que es y lo que podría ser. Busca explicar o dar
solución a un evento o predecir comportamientos. Es posible comprobar o refutar las
afirmaciones de la economía positiva examinando la evidencia, en ella no hay juicios de
valor. Un ejemplo es la oferta y la demanda.

La economía normativa utiliza un razonamiento inductivo basado en juicios de valor,


personales y subjetivos, normas o valores ético, la filosofía, la religión y justicia, o sobre
lo que considera deseable o no deseable. En resumen se basa en la teoría económica,
la cual se ocupa de cómo debería ser, lo que debe ser, y como debería ser el mundo.

Existen otros criterios para la economía y se mencionan a continuación: Según el tipo


de unidad económica cuya actividad se estudia

• Unidad económica de consumo


• Unidad económica de producción
• Unidad económica pública
• Unidad económica social
Según la finalidad perseguida por su conocimiento

• Economía pura o especulativa


• Economía aplicada o política económica

Según la modalidad de formación de los conceptos que emplea

• Dinámica económica (usa el tiempo como variable)


• Estática económica (estudia la economía en un momento dado)
• Estática comparativa

1.2 La Economía como ciencia.


¿Por qué la Economía es una ciencia?

Es una ciencia porque utiliza la metodología científica para poder así llegar a sus
resultados y conclusiones. La metodología es una palabra que designa la investigación
de los conceptos, teorías y principios básicos de razonamiento de una determinada
parcela del saber. La metodología de la Economía, es la aplicación a la Economía de la
filosofía de la ciencia en general. La Economía se dedica al estudio del comportamiento
humano y, por tanto, invoca como causas de las cosas las razones que mueven a los
agentes humanos.

La economía es la ciencia de la elección; La Ciencia Social que explica las elecciones que
hacemos, y cómo esas elecciones cambian conforme nos enfrentamos a la escasez
relativa de algún recurso, con rasgos diferenciadores, es similar a otras ciencias como,
por ejemplo, las de la naturaleza, ya que todas ellas utilizan la metodología científica
que consiste en la construcción de modelos teóricos basados en supuestos e hipótesis
con la ayuda de las reglas de la lógica deductiva, para deducir implicaciones o
conclusiones; éstas pueden ser contrastadas con los hechos del mundo real, y lo más
importante, pueden ser falseadas, y esto es lo que diferencia a las investigaciones
científicas de las que no lo son.

La Economía es una ciencia que utiliza el método científico. Para desarrollar éste
método, el economista comienza observando la realidad y planteando preguntas y
problemas. Pero la simple observación y el acopio de información no son suficientes
para lograr explicaciones. Los hechos no se explican por sí solos y se hace necesario
fijar unas reglas para ordenar los datos que se recogen y obtener, así, una visión
coherente de la realidad. La economía procede entonces a la formulación te teorías y
modelos a través del análisis económico. Que es la parte de la economía encargada de
ello. Una teoría es una proposición o un conjunto de proposiciones que ofrecen una
estructura para comprender o analizar los hechos y de esta teoría pueden deducirse,
de forma lógica, ciertas predicciones sobre lo que ocurrirá en la realidad. Un modelo es
una representación simplificada de la realidad basada en una teoría. Las
simplificaciones que se realizan para construir un modelo suelen ser explícitas y se
denominan “supuestos”. Como simplificaciones que son, los modelos incluyen una
serie de relaciones, que se consideran fundamentales, entre diversas partes de la
realidad y dejan de lado otras relaciones, que se consideran accesorias y dejan de lado
otras relaciones, que se consideran accesorias o secundarias.

Para ser aceptados, las teorías y modelos deben ser contrastados empíricamente, es
decir, puestos a prueba en la realidad. Por ello, las teorías deben estar formuladas de
tal modo que faciliten su verificación o refutación, esto es, deben indicar con claridad
qué hechos de la realidad resultan coherentes con sus predicciones y sobre todo, qué
hechos resultan incoherentes. Si sus predicciones se ajustan al comportamiento de la
realidad, las teorías y modelos son aceptados. Si no se ajustan, por aparecer en la
realidad hechos que resultan incoherentes con sus predicciones, serán abandonados y
se dirá que han sido refutados. Pero, aunque una teoría haya sido aceptada, esta
aceptación es provisional. Las teorías científicas no son inmutables; si aparecen otras
teorías o modelos que expliquen mejor la realidad, los anteriores serán apartados en
favor de los nuevos. La econometría es la parte de la economía que se dedica a la
contrastación empírica de teorías y modelos con los datos económicos recogidos. Para
ello, utiliza métodos estadísticos que permiten comprobar si el comportamiento de la
realidad se ajusta bien o no a las predicciones de las teorías y modelos. Para facilitar
esta tarea, la economía intenta que los conceptos que utiliza sean cuantificables (se
pueda expresar en unidades de algún tipo) y medibles (se pueda determinar su valor).
Así, por ejemplo, la cantidad de leche que consume puede medirse en litros y su precio
en unidad monetaria. En otros casos NO es tan sencilla y es necesario desarrollar
técnicas de medición-

La Economía como Ciencia Económica, utiliza dos tipos de proposiciones: positivas y


normativas. Únicamente las primeras tienen carácter estrictamente científico, positivo.
Se caracterizan por referirse a lo que es, a lo que ocurre, es decir, a lo que puede ser
confrontado con la realidad. Las proposiciones normativas se refieren a lo que debería
ser, llevan incorporadas juicios de valor y, por tanto, en principio no son contrastables
con los hechos, siendo su objetivo principal es establecer principios, teorías y modelos
de análisis que permitan explicar los fenómenos económicos que surgen tanto en el
ámbito doméstico y

particular, como en el general y global estudiando la dinámica de los mercados


financieros internacionales.

Pero, ¿qué tipo de ciencia es la economía?. Tradicionalmente, las ciencias se han


dividido en naturales y sociales. Las ciencias naturales se refieren al estudio de la
naturaleza y sus leyes; las ciencias sociales estudian al hombre en su ambiente social.
Las disciplinas que se consideran habitualmente como ciencias sociales, la
antropología, la economía, la historia, las ciencias políticas y la psicología, comprenden
un solo campo unificado de investigación. Si la sociedad cambia a través del tiempo y
la economía es una ciencia social, también es una ciencia histórica. Entonces se puede
afirmar que la economía es una ciencia histórica y social, porque estudia cómo se han
organizado las sociedades a través del tiempo para satisfacer sus necesidades.

1.3 Problemas fundamentales de la economía.


Los problemas fundamentales de la economía se relacionan con la determinación del
limitado conjunto de bienes y servicios que deben producirse, así como de sus
respectivas cantidades. Así pues,, están relaciones dos directamente con la escasez de
recursos y lo ilimitado de las necesidades. De ahí porque la solución de cada uno de
ellos conduce a la toma decisiones. Frente a todas las opiniones concebidas siempre
ha habido muchas alternativas. No se puede decir lo mismo de las posibilidades. Frente
a los escasos recursos optaron preferentemente por la subsistencia, por la seguridad y
por la guerra como medio de alcanzar el objetivo básico de supervivencia. Las
sociedades modernas, complejas y organizadas, no han conseguido superar las
limitaciones tecnológicas y mucho menos reprimir las necesidades humanas. Las
numerosas alternativas que hoy se ofrecen a las sociedades modernas, lejos de
eliminar el problema de las opciones, tal vez lo han complicado y hayan llevado a los
economistas contemporáneos a pronosticar que tales inconvenientes serán cada vez
más graves. Estos problemas se refieren a cosas conocidas, contenidas en preguntas
aparentemente simples:

1. ¿Qué y cuánto producir?. Dados unos recursos limitados, se debe decidir que
Bienes y Servicios producir y en qué cantidades. Es cuestión de elección y
decisión entre el destino final de los recursos en atención a sus usos
alternativos.
1. ¿Cómo producir? Desde el punto de vista técnico tiene que ver con los
recursos que se van a utilizar, qué tipo de tecnología utilizar, qué técnicas
administrativas, que intensidad y que ritmo de trabajo aplicar. Desde el
punto de vista político esta pregunta se refiere al tipo de sistema
económico bajo el cual se organiza la producción y quienes han de
dirigirla (Sistema Socialista, Sistema Capitalista, etc.)
2. ¿Para Quién producir? A quién va destinada la producción, a que sector
del mercado va destinada, cómo se distribuirá la producción de bienes y
servicios entre los miembros de la sociedad. El mercado destinatario de
la

producción retroalimenta la cuestión del Que producir, en lo que respecta a la calidad


deseada y la franja de precios correspondiente. Ej: Los productos hechos en China y
Hong Kong son de regular calidad, poco duraderos, de precios bajos y destinados
principalmente a países subdesarrollados. Los países Europeos exigen productos más
duraderos y de calidad superior.

Aunado a estos problemas, es posible incluir:


• Estabilidad Económica. El funcionamiento de la Producción debe ser confiable y
debe inspirar seguridad en productores y consumidores. Las crisis de otras
economías no deben influir sustancialmente en nuestra economía interna. Se
deben reducir al mínimo los altibajos en el Producto Interno Bruto. Y;
• Crecimiento Económico. La Producción de bienes y servicios debe aumentaren
proporción directa al crecimiento natural de la población y sus necesidades,
para garantizar su bienestar integral.

Decidir entre seguridad o bienestar, entre bienestar inmediato o producción básica


para el aumento del bienestar futuro, son hechos que constituyen dos dilemas
fundamentales de las sociedades siempre tendrán que afrontar. Pero, acabamos de
señalar, además de esos problemas fundamentales las sociedades tienen otras
interrogantes que contienen más específicamente toda la complejidad de la
organización económica. Esas otras interrogantes, que existen sea cual fue la decisión
básica adoptada, se clasifican en tres niveles diferentes. En el nivel económico se decide
qué y cuándo producir; en el tecnológico, sobre como producir; en el social, para quien
producir, o más claramente, como distribuir el producto.

1.4 Factores productivos.


La importancia de los factores de la producción radica en lo valiosos que son para el
desarrollo económico y social, favoreciendo a los ciudadanos de un país para lograr
satisfacer sus necesidades vitales de alimentación, vivienda y vestido.

Los factores de producción son los recursos que una empresa o una persona utiliza
para crear y producir bienes y servicios. Cada uno de estos factores tiene una
compensación o un retorno. Por ejemplo, el capital tiene como compensación los
beneficios o ganancias del mayor valor que le añade a los productos, el trabajo tiene
como compensación los salarios, y la tierra tiene como compensación la renta que se
obtiene de ella al utilizarla.

Desde finales del siglo XX, hasta la actualidad, con los grandes cambios a nivel de
producción, también se pueden considerar como factores de producción la capacidad
empresarial (capacidad de organizar y dirigir empresas) y el entorno tecnológico
(conjunto de procedimientos utilizados para producir bienes y servicios); sin embargo,
tradicionalmente, los economistas clásicos consideraban que para producir bienes y
servicios los tres factores definidos por Adam Smith (tierra, trabajo y capital) son los
que predominan en la teoría económica. Con la combinación de los factores de
producción, se busca eficiencia en la producción para, así, obtener mayores utilidades
en las empresas, aumentando la producción de bienes y servicios.

La economía política clásica considera como factores de producción: tierra, trabajo y


capital, cada uno corresponde una clase específica de ingresos: las rentas, los salarios
y las ganancias o beneficios, respectivamente. Actualmente la teoría económica ya no
exige una explicación separada para la comprensión de cada uno de estos factores y la
trata de un modo similar.

La diferencia entre los factores se utiliza especialmente como herramienta


clasificatoria para la presentación de ciertas estadísticas o para el estudio de algunos
problemas concretos. A diferencia de lo que ocurría en tiempos de los clásicos, hoy en
día el trabajo es un factor altamente diferenciado que engloba una cantidad de oficios
y profesiones de muy diversa naturaleza; también se han considerado otros factores,
como la capacidad empresarial, el entorno tecnológico o diversos servicios que,
contribuyendo decisivamente a la producción, no son tomados en cuenta en la
clasificación clásica.

Los factores productivos son todos aquellos elementos que constituyen a que la
producción se lleve a cabo. Tradicionalmente se ha agrupado en: tierra, trabajo, capital
y organización o habilidad empresarial.

Tierra. En el sentido más amplio se refiere a los recursos naturales que pueden ser
transformados en el proceso de producción: tierra, agua, minerales, vegetales,
animales, etc.
Trabajo. Es el desgaste físico y mental de los individuos que se incorporan en el
proceso productivo. El trabajo también se define como la actividad humana mediante
la cual se transforma y adapta la naturaleza para la satisfacción de sus necesidades.

Capital. Son todos aquellos bienes que nos sirven para producir otros bienes. Son
aquellos recursos económicos susceptibles de reproducirse y que ayudan en el proceso
productivo; está constituido por las inversiones en: maquinaria, equipo, mobiliario,
instalaciones, edificios, etc.

Organización. También llamada habilidad empresarial, es el conjunto de actividades


encaminadas a la dirección, organización, sistematización y conducción para llevar a
cabo el proceso productivo. La habilidad empresarial la desarrollan los
administradores, gerentes, economistas y contadores que se encuentran en puestos
directivos de la unidad productiva.

No debe confundirse la habilidad empresarial con el empresario ya que este


generalmente es el dueño de la empresa o negocio, en cambio la habilidad empresarial
debe desarrollarse y se puede adquirir a través del estudio sistematizado del proceso
productivo y de su organización, lo cual se puede hacer por medio de estudios
universitarios, cursillos, conferencias, etc.

Relaciones entre factores

Para realizar la producción es necesario combinar los factores económicos y es


precisamente la persona que desarrolla su habilidad empresarial la encargada de dicha
combinación, y puede ser el gerente, el administrador, etcétera.

Solo las actividades que utilizan recursos naturales provenientes de la tierra, como
minerales, petróleo o productos agrícolas, realizan una combinación de los cuatro
factores productivos, porque incluye la tierra.

Algunas actividades de producción como la producción industrial y el comercio utilizan


el trabajo, el capital y la habilidad empresarial en forma más intensiva; los recursos
naturales que provienen de la tierra se usan poco en estas actividades.
La forma en que se combinan los diferentes factores de la producción recibe el nombre
de relaciones técnicas de producción que dependen del grado de técnica alcanzado por
una sociedad en un momento determinado y de la habilidad empresarial que se
aplique en una unidad económica dada.

Las relaciones técnicas de producción se llevan a cabo durante el proceso de


producción que es el conjunto de procesos específicos de trabajo.

“…realizados conscientemente y con fines vinculados entre sí para producir un bien


determinado, o sea, un producto.”

Es el hombre el elemento cohesionado e integrador de todos los factores productivos,


porque él es el que posee toda la fuerza de trabajo que aplica en forma hábil para
obtener de la naturaleza todos aquellos elementos que combinados en forma
adecuada nos llevan a la obtención de bienes.

Es por ello en la combinación de factores de producción encontramos a las relaciones


sociales de producción como un elemento fundamental.

Las materias primas se utilizadas en la industria ya no se consideran parte de la


naturaleza porque ya han sido transformadas aunque no satisfagan necesidades
finales. A las materias primas se les considera parte del capital.

Las relaciones sociales de producción son aquellas que se establecen entre los
hombres durante el proceso productivo y que no dependen de su voluntad.

1.5 Flujo circular de la actividad económica a dos sectores: hogares


y empresas.
En el sistema económico de mercado actual, existen agentes económicos
especializados en la producción, empresas, y agentes que consumen los bienes que se
producen. Familias. Las empresas producen bienes y servicios y los venden a las
familias en los mercados de productos. Pero, para poder producir, las empresas deben
comprar recursos (trabajo, capital, etc.) en otros mercados denominados mercados de
factores productivos. Las familias son las que poseen estos factores y quieren los
venden a las empresas. Todo este proceso se conoce como el flujo circular de la
actividad económica o flujo circular de la renta, y se presenta en el siguiente
diagrama:

El lugar de encuentro entre los que ofrecen factores o bienes y servicios y los que los
demandan se denomina mercado. En las sociedades primitivas los mercados se
realizaban en un día y lugar determinados. Actualmente el concepto de mercado es
mucho más difuso ya que el mercado de divisas, por ejemplo, abarca tanto los patios
de operaciones de todas las entidades bancarias como los circuitos informáticos de sus
centros de cálculo.

La parte exterior del diagrama se muestra las relaciones entre las familias y las
empresas. Las familias envían los factores productivos al mercado de factores en donde
son adquiridos por las empresas. De las empresas salen los bienes y servicios hacia su
mercado para ser consumidos finalmente por las familias. Los flujos de factores y de
bienes y servicios se llaman flujos reales y en el diagrama están representados por los
canales externos. A sus contrapartidas en dinero, las rentas y el gasto de las familias,
se les llama flujos financieros y están representados por los canales internos.
En el centro del esquema se muestran las relaciones del Estado con los otros agentes.
El Estado envía y adquiere factores y bienes y servicios en los mercados pagando o
cobrando por ellos al igual que las familias o las empresas. Pero a la vez detrae los
impuestos y entrega las transferencias.

En los mercados de factores productivos se determinan los precios de estos factores a


través de la propia interacción de las voluntades de compradores y vendedores. Así,
por ejemplo, el precio del factor trabajo, que se denomina salario, se determina en el
mercado en el que se compra y se vende este factor productivo, que se denomina
el mercado del trabajo. Estos precios de las rentas o ingresos de las familias, que es
la remuneración que reciben por aportar los factores productivos a las empresas. Estas
rentas son utilizadas por las familias para adquirir productos: a mayores rentas, mayor
capacidad de adquirir bienes y servicios.

Las rentas determinan la distribución del producto: quien obtiene más rentas o
ingresos se lleva una parte más importante de la producción y viceversa. Este concepto
de renta o ingreso NO debe confundirse con el de la riqueza. Mientras que la renta de
una persona es lo que percibe cada año y que equivale a lo que le corresponde en el
reparto del producto de ese año, la riqueza es lo que se ha acumulado a través del
ahorro (suyo o de otros) en años anteriores.

Aprender la economía conlleva a estudiar en detalle cada uno de los componentes del
flujo. La microeconomía estudia las razones del comportamiento de las familias como
consumidoras (la utilidad y la demanda), las empresas como productoras (los costes),
los mercados de factores y de bienes y servicios. Cuando estudiemos la
macroeconomía, el esquema del flujo circular nos servirá para estudiar cómo se mide
la producción y la renta nacional y cómo puede influir el estado manipulando los flujos.
Ahora veremos de forma sucinta qué es lo que sucede en el "interior" de los mercados.

1.6 Escuelas del pensamiento económico.


Las escuelas de pensamiento económico describen la variedad de enfoques que a lo
largo de la historia de la teoría económica con los que se ha pretendido explicar el
comportamiento de los agentes económicos y la economía en general.

Mientras que los economistas no siempre se ajustan a escuelas concretas, sobre todo
en los tiempos modernos, es común clasificarlos en base a sus similitudes que suelen
encontrarse muchas veces dentro de su entorno histórico.

Escuela Mercantilista

Se denomina mercantilismo a un conjunto de ideas políticas o ideas económicas de


gran pragmatismo que se desarrollaron durante los siglos XVI, XVII y la primera mitad
del siglo XVIII en Europa. Se caracterizó por una fuerte intervención del Estado en
la economía, coincidente con el desarrollo del Absolutismo monárquico.

El mercantilismo considera que la prosperidad de una nación o estado depende del


capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable.
El capital, que está representado por los metales preciosos que el estado tiene en su
poder, se incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva con otras
naciones (o, lo que es lo mismo, que las exportaciones sean superiores a las
importaciones).

Los mercantilistas consideraban que la ganancia se crea en la esfera de la circulación


y que la riqueza de las naciones se cifra en el dinero. De ahí que la política mercantilista
tendiera a atraer al país la mayor cantidad posible de oro y plata.

El mercantilismo tuvo gran éxito al estimular el crecimiento de la industria, pero


también provocó fuertes reacciones en contra de sus postulados. La utilización de las
colonias como proveedoras de recursos y su exclusión de los circuitos comerciales
dieron lugar, entre otras razones, a acontecimientos como la guerra de la
independencia estadounidense, porque los colonos pretendían obtener con libertad su
propio bienestar económico. Su eje era encontrar la política económica capaz de
permitirle al Estado ser más rico y más poderoso.

Los mercantilistas fueron los que dieron origen al proteccionismo económico y a la


intervención del Estado en la economía.

Entre los representantes más importantes de esta escuela se consideran:

• Jean Colbert (1619 - 1683); su obra "Memorias sobre los asuntos financieros de
Francia".
• Thomas Mun (1571 - 1641); economista inglés autor del "Tesoro de Inglaterra
obtenido por el comercio exterior", defendió el capitalismo comercial y su
papel en el comercio exterior.

Las principales ideas del mercantilismo se indican a continuación:

• Que la riqueza de una nación se basa en acumular oro y plata.


• La mejor manera de conseguir oro y plata es a través del comercio exterior (con
otros países).
o Para que el comercio exterior de ganancias es necesario vender mucho -
exportar- y comprar poco -importar-.
o Para comprar poco en el exterior es necesario que el país produzca todo
lo que necesita para abastecer a su población.
o Para producir lo que la población necesita se debe favorecer a las
industrias y el comercio.
o De ser posible, se deben hacer más productos de los necesarios dentro
del país para poder vender los que sobren al exterior y así, al venderlos,
ingresa más dinero al país.

Fisiocracia

Escuela de pensamiento económico surgida en Francia en el siglo XVIII y la primera que


aplicó el método científico a la economía. Se basaba en la existencia de un "orden
natural", obra de la inteligencia divina, al cual debían someterse todas las normas
sociales. Solo así el progreso sería posible y los hombres hallarían el camino de la
felicidad. Este orden natural debe asegurar los principios de la libertad y de la
propiedad.

La fisiocracia concebía a la economía como extremadamente compleja, en la que una


modificación en alguna parte constituyente, con el tiempo tenía efectos en las demás
partes, lo que constituyó el primer análisis de equilibrio general.

Afirmaron que la agricultura era la única rama que originaba producto neto, por lo que
ésta era la actividad que debía ser fomentada. Con respecto a las instituciones
económicas, fueron los primeros en reclamar un régimen basado en la propiedad y en
la libertad. La fisiocracia también fue la primera escuela en concebir a la actividad
económica como un flujo continuo de rentas que circulaban de una clase a otra, que
podían representarse mediante un cuadro sintético, el "Cuadro Económico".

Los orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII en Francia y surgió como
una reacción ante las políticas restrictivas del mercantilismo.

Aportes teóricos

• Regularon el comercio internacional para evitar la salida del país de las reservas
de oro y plata.
• Según los fisiócratas, toda la riqueza era generada por la agricultura; gracias al
comercio, esta riqueza pasaba de los agricultores al resto de la sociedad.
• Sostenían que los ingresos del Estado tenían que provenir de un
único impuesto que debía gravar a la actividad primaria, la única fuente de
riqueza para ellos.

Los fisiócratas dividieron la sociedad en tres grandes grupos:

1. Los agricultores
2. Los artesanos y comerciantes.
3. Los propietarios

Escuela clásica

Es una de las escuelas de pensamiento más influyente en la ciencia económica, cuyos


principales exponentes son: Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, John Stuart
Mill, entre otros más reconocidos economistas. Considerada en el campo de la ciencia
económica como la primera escuela de pensamiento económico moderno. Su
comienzo se nota en 1776 con la publicación de la gran obra de Smith "Una
investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones".

Se funda en un contexto capitalista, en el cual la revolución industrial provoca enormes


cambios en una sociedad que aun asimilaba el cambio de un sistema feudal y entraba
a un sistema de capitalismo de mercado.

La escuela clásica desarrolla su propia teoría del valor, la cual argumenta que el valor
de todas las mercancías está dado por la cantidad trabajo empleado en la producción
de los mismas, "teoría valor trabajo". A través de esta teoría se pretende explicar la
dinámica de los precios en una economía, en la cual los precios de mercado a largo
plazo tienden a los precios naturales por el proceso de atracción gravitatoria del
mercado o en términos de Smith debido a la mano invisible. Esta teoría busca además
el establecimiento de ganancia, salario y renta natural como fundamento de los precios
naturales de las mercancías.

La teoría clásica crea supuestos fundamentados en la ética de mercado y a grandes


rasgos se pueden enumerar en los siguientes:

• Todas las mercancías se mueven en mercados de competencia perfecta.


• La teoría supone el laissez faire por lo tanto la única institución reguladora
valides el mercado.
• Hay mano invisible, es decir, en una sociedad cada individuo en búsqueda del
interés propio genere el beneficio de la sociedad.
o La única autoridad que lleva los precios al equilibrio es el mercado.
o Las economías funcionan en un estado de pleno empleo.
• Promulga el libre comercio, organizado por los agentes que interactúan en los
mercados "oferentes y consumidores" basados en la teoría del valor trabajo.

Escuela neoclásica

Se dice que esta economía sentó los principios para la economía que tenemos hoy en
día. Los economistas neoclásicos explicaron los precios relativos desde el lado de la
demanda agregada, mientras que los Clásicos explican los precios relativos desde el
punto de vista de los costes (oferta). Explican el valor de los bienes en función de la
utilidad marginal, es a decir de la última unidad consumida. Este cambio teórico se
llama la revolución marginalita, que fue el punto de partida del nacimiento del
pensamiento neoclásico.

La economía neoclásica sistematizo la oferta y la demanda como determinantes de la


participación de precio y cantidad en el equilibrio del mercado, que afectan tanto a la
asignación de la producción y la distribución de ingresos. Se prescindió de la teoría del
valor-trabajo de las economías marxista en favor de una teoría de la utilidad marginal
del valor de la demanda y una teoría general de los costes de oferta.

Se explican los precios de los productos, no teniendo en cuenta la intensidad para


producir los bienes si no en función de las preferencias de los consumidores así
pudiendo obtener unidades adicionales de determinados productos.

La segunda generación neoclásica: comienza a principios de 1890 En la segunda


generación neoclásica aparecen economistas como Alfred Marshall, que sostuvo que
"la economía no constituye un cuerpo de verdades, sino una máquina para el
descubrimiento de la verdad concreta".

Este explicaba la demanda a partir del principio de utilidad marginal, y la oferta a partir
del costo marginal. En los mercados competitivos las preferencias de los consumidores
hacia los bienes más baratos y la de los productores hacia los más caros, se ajustarían
para alcanzar un nivel de equilibrio, este equilibrio también se alcanzaría en los
mercados de dinero y de trabajo.
La teoría neoclásica dividida en tres grandes escuelas como fueron; la Lausana, la
Austriaca y la inglesa, también abordaron el trato al mercado. En sí, estas escuelas se
centraron en el tratamiento de la economía sobre la base microeconómica y con un
fuerte enfoque matemático, desplegando importantes esfuerzos en torno a las teorías
del productor y el consumidor, además del análisis marginalista.

Escuela keynesiana

Es una teoría económica que surgió gracias a las ideas de John Maynard Keynes.

Keynes fue un economista inglés que impuso una nueva forma de pensar la economía
capitalista instaurando un marco teórico que traería aparejadas renovadas políticas.

Su origen se remonta a 1936 cuando Keynes publica su libro "The General Theory of
Employment, Interest and Money" (Teoría General sobre el Empleo, el Interés y el
Dinero).

En la tercera década del siglo XX, los países desarrollados estaban sufriendo una
terrible crisis económica, "La Gran Depresión". Muchos economistas reconocían que su
ciencia estaba fracasando en explicar el fenómeno del desempleo y de las continuas
crisis económicas.

La nueva propuesta de Keynes se basaba en otro equilibrio, en el equilibrio entre


ingresos y gastos, entre renta y demanda agregada. Cuando la demanda agregada es
insuficiente, decía Keynes, las ventas disminuyen y se pierden puestos de trabajo;
cuando la demanda agregada es alta y crece, la economía prospera.

A partir de las afirmaciones de Keynes, surgió una poderosa teoría que permitía
explicar el comportamiento económico. Esta interpretación constituye la base de la
macroeconomía contemporánea.

Escuela marxista

Se conoce como marxismo al conjunto de ideas políticas, económicas y filosóficas


fundamentadas en las teorías de Karl Marx y, posteriormente en las de Federico.
Engels, que vieron posible su experimentación en el campo social, en la Rusia de inicios
del siglo XX.

El marxismo formó parte, desde su origen hasta la actualidad, de la carga ideológica


de la mayor parte de los movimientos obreros del mundo. Marx comenzó haciendo la
crítica a la filosofía que lo precedió y que se había limitado a intentar explicarse el
mundo cuando lo urgente era transformarlo.
Las bases del marxismo están en las corrientes filosóficas que nacieron en la Antigua
Grecia, concretamente en las doctrinas de Heráclito y Epicuro, que sostienen que la
materia es el único elemento de la naturaleza. A esta corriente se le llamó Materialismo
y se oponía a la doctrina del Idealismo, que veía en la materia reflejo de la realidad,
misma que era incognoscible para el hombre común y corriente.

Marx y Engels, a su vez, rescatan el materialismo de Feuerbach y junto con la dialéctica


de Hegel, reorientan la filosofía de su tiempo. Así, mientras Hegel afirmaba que el
pensamiento creaba a la realidad, Marx sostenía que el pensamiento era sólo lo
material traducido a la mente del hombre. Para Marx el pensamiento y la conciencia
son producto del ser humano que es también un

producto de la naturaleza. Engels redondeó la idea: No es posible la existencia de


materia sin movimiento ni viceversa.

El marxismo se disocia de la teología y la religión al reconocer que la materia precede


a la idea, por lo tanto, la idea de Dios es creación humana y la doctrina marxista no
reconoce su existencia y llama a la religión "opio de los pueblos".

La religión fue condenada por el marxismo por ser alienante, pero reconoció que hay
otras formas de alienación: dado que el hombre es materia, tiene necesidades y para
satisfacerlas tiene que trabajar. Cuando un hombre no disfruta del beneficio de su
trabajo directamente, recibiendo el justo pago sin intermediarios, se aliena porque su
trabajo no le pertenece a él, sino al dueño de la fábrica que compra su mano de obra y
la revende con ganancia en cada producto que el trabajador genera. El marxismo
señala que el trabajador debe emanciparse mediante la revolución.

Con la formulación de la dialéctica, el marxismo intenta abarcar todos los campos de


la ciencia, la vida, la historia y el mundo. Es tremendamente abstracta y profunda.
Mediante la dialéctica, Marx explica el desarrollo de los procesos sociales, históricos,
físicos, químicos, etc.

La dialéctica marxista sostiene que el mundo es un conjunto de realidades cambiantes,


inestables e inacabadas. Tanto lo material como el mundo de los conceptos se hallan
sometidos a un proceso de cambio continuo. Al marxismo se debe la teoría de la lucha
de clases, la definición económica de lo que es el valor de las mercancías y del trabajo,
el capital, la plusvalía.

El marxismo generó los más importantes cambios en las doctrinas económicas del
siglo XX y polarizó el pensamiento político y social de ese siglo, dividiéndose el mundo
en dos frentes: el capitalismo y el comunismo o socialismo de estado, que daría como
resultado la guerra fría.
Escuela monetarista

Es una teoría macroeconómica que se ocupa de analizar la oferta monetaria. Aunque


el monetarismo se identifica con una determinada interpretación de la forma en que la
oferta de dinero afecta a otras variables como los precios, la producción y el empleo,
existen, de hecho, varias escuelas de pensamiento que podrían definirse como
monetaristas.

También están de acuerdo en la creencia de que la oferta monetaria es un elemento


esencial para explicar la determinación del nivel general de precios. Lo que aceptan es
la idea de que la política monetaria puede tener efectos a corto plazo sobre la
producción, así como otros temas de menor relevancia, como puede ser la definición
de oferta monetaria. Por otra parte, si los monetaristas se limitaran a afirmar que existe
una relación proporcional entre la oferta monetaria y el nivel general de precios a largo
plazo.

Durante la década de 1970, sobre todo durante el periodo en que el pensamiento


económico estuvo dominado por las ideas de Milton Friedman y la Escuela de Chicago,
se analizaba la demanda de dinero de los individuos de igual forma que la de cualquier
otro bien —la demanda depende de la riqueza de cada individuo y del precio relativo
del bien en cuestión—. En concreto, se consideraba que la solicitud de dinero dependía
de una serie de variables, incluyendo la riqueza (que se puede estimar considerando el
nivel de ingresos).

Por tanto, la idea básica de la economía monetarista consiste en analizar en conjunto


la demanda total de dinero y la oferta monetaria. Las autoridades económicas tienen
capacidad y poder para fijar la oferta de dinero nominal (sin tener en cuenta los efectos
de los precios) ya que controlan la cantidad que se imprime o acuña así como la
creación de dinero bancario. Pero la gente toma decisiones sobre la cantidad de
efectivo real que desea obtener. Veamos cómo se produce el ajuste entre oferta y
demanda. Si, por ejemplo, se crea demasiado dinero, la gente intentará eliminar el
exceso comprando bienes o activos (ya sean reales o financieros).

Si la economía está en una situación de pleno empleo, el aumento del gasto o bien
incrementará los precios de los productos nacionales o bien provocará un déficit de
balanza de pagos que hará que el tipo de cambio se deprecie, aumentando así el precio
de los bienes importados. En ambos casos, esta subida provocará una reducción de la
cantidad de dinero real disponible.
1.7 Modos de producción.
Economía primitiva

Por comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, se


entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-
sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas
productivas, la propiedad colectiva de los medios de producción (la tierra y las
herramientas rudimentarias) y la distribución igualitaria de los productos. Es el primero
de los modos de producción que Marx definió como estados de la evolución de la
historia económica.

En el comunismo primitivo los seres humanos estaban organizados en grupos,


dedicados a la caza, pesca y recolección. La actividad productiva humana se basaba en
la cooperación simple. Para Marx, este tipo de asociación cooperativa era una
necesidad inexorable debido al desamparo en que se encontraba el individuo aislado
en la naturaleza. Como consecuencia de su modo de vida, el humano primitivo no
concebía la posibilidad de la propiedad privada de la tierra y de los demás medios de
producción; pero lo que sí concebía era lo que Marx describió en sus Manuscritos
Económico-filosóficos de 1844 como "propiedad privada general" que en el ejemplo de
la comunidad de mujeres era una especie de propiedad sexual de la comunidad hacia
el cuerpo de la mujer, con el capitalismo esta se transforma en la "propiedad privada
exclusiva" que en este caso se denominó "matrimonio". Tan sólo algunos instrumentos
y bienes les pertenecían en propiedad personal.

En el comunismo primitivo la producción estaba directamente definida por las


necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado no había
ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica.

Esta forma de vida corresponde al periodo que los prehistoriadores han denominado
Paleolítico, y no fue sino con el desarrollo de la agricultura y la ganadería, realizado
durante el Neolítico que permitió una primera especialización y división social del
trabajo, como describe el historiador Vere Gordon Childe con sus conceptos de
Revolución neolítica (en la que las aldeas campesinas aún conservaban buena parte del
igualitarismo social) y la posterior Revolución urbana (cuando ya aparecen claramente
las clases sociales y el poder político y religioso).

El desarrollo primitivo de las fuerzas productivas no creaba excedente alguno después


de cubrir las necesidades más perentorias, por lo tanto, era imposible la acumulación
de bienes. Como el desarrollo de las fuerzas productivas era insuficiente para que el
trabajo excedentario de unas personas liberara a otras personas de la necesidad de
trabajar, también era imposible la explotación.

Al ser una sociedad basada en el autoconsumo, todas sus relaciones sociales eran
comunitarias, y al no ser una sociedad dividida en clases sociales no era necesario
ninguna clase de Estado para su regulación.

Este modo de producción fue sustituido, dependiendo del lugar o la época, bien por el
modo de producción esclavista o bien por el modo de producción feudal, ya fuera por
desarrollo propio o como resultado de la conquista.
• La división del trabajo se hacía de acuerdo a la edad y al sexo, lo cual significa
que los niños y las mujeres realizaban trabajos que su estado físico les
permitiera.
• La teoría del matriarcado (hoy muy puesta en cuestión y matizada por la
antropología moderna) consideraba que en este tipo de sociedad la autoridad
del grupo la representaban las mujeres. Lo mismo ocurría con la práctica de la
poliandria (múltiples compañeros sexuales para cada mujer).
• Las herramientas de trabajo eran muy rudimentarias, pues estaban hechas de
piedra, madera o hueso

Modo de producción esclavista

El modo de producción esclavista es uno de los modos de producción que Marx definió
como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado
nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de
producción.

El modo de producción esclavista es propio de un nivel de desarrollo de las fuerzas


productivas netamente preindustrial. El capital es escaso, no habiendo incentivos para
la inversión aunque se amasen inmensas fortunas (se acumulan objetos de lujo,
propiedades inmuebles y esclavos, no interesando los bienes de producción como
maquinaria); las técnicas son muy rudimentarias y tradicionales, no habiendo incentivo
para mejora aunque pueda haber un espectacular desarrollo intelectual precientífico
(la filosofía clásica). Tierra y trabajo son las fuerzas productivas fundamentales.

En el modo de producción esclavista, la fuerza de trabajo está sometida a esclavitud,


es decir: no es propiedad de los trabajadores que por tanto no tienen que ser
retribuidos (los proletariados del modo de producción capitalista poseen al menos su
fuerza de trabajo y han de ser retribuidos con el salario). La reproducción de la fuerza
de trabajo queda así como responsabilidad del propietario del esclavo, que por su
propio interés alimenta e incluso incentiva a la reproducción biológica de sus esclavos
(a diferencia de los esclavos, los proletarios han de encargarse de ello por sí mismos
con la retribución salarial que reciben por su trabajo). En el modo de producción
esclavista, las relaciones sociales están basadas en la propiedad y el derecho, que
convierten a unas personas en libres y otras en esclavas (en el modo de producción
feudal, la propiedad y el derecho, más bien derechos y privilegios en plural, son
términos confusos que señores y siervos comparten). El interés en la mejora de la
producción corresponde únicamente al propietario, pues el esclavo no se beneficia ni
se perjudica directamente por una mejor o peor cosecha (en el modo de producción
feudal ese interés corresponde al siervo y en el capitalista al empresario capitalista).
Si eso parece estar en contradicción con la existencia de esclavos hasta el siglo XIX en
los Estados del sur de los EE. UU., por poner un ejemplo muy conocido, se debe dejar
claro, por un lado, que no hay que confundir modo de producción esclavista con
esclavitud, que es tan antigua como la historia y continuó existiendo en todo el mundo
después de que el esclavismo fuera el modo de producción dominante, sobreviviendo
hasta que el movimiento abolicionista la consideró una situación socialmente
inaceptable. Aún hoy en día reaparece en algunos lugares de África. Por otro lado, hay
que dejar claro que distintos modos de producción pueden (de hecho, suelen) coexistir
al mismo tiempo combinándose en una formación económico social concreta.

El modo de producción esclavista fue el componente esencial de la formación


económico-social de la civilización grecorromana y lo que le proporcionó la base tanto
de su éxito como de su crisis. La historiografía materialista insiste en la originalidad de
ese hecho y su trascendencia (Perry Anderson).

La esclavitud ya había existido en formas diferentes en las civilizaciones del antiguo


Oriente, pero siempre había sido una condición jurídicamente impura, que con
frecuencia tomaba la forma de servidumbre por deudas o de trabajo forzado, entre
otros tipos mixtos de servidumbre, y formando sólo una categoría muy reducida en un
continuo de dependencia y falta de libertad que llegaba hasta muy arriba en la escala
social. La esclavitud nunca fue el tipo predominante de extracción de excedente, sino
un fenómeno que existía al margen de la principal mano de obra rural. Los imperios
fluviales (Mesopotamia, Egipto), basados en una agricultura intensiva y de regadío que
contrasta con el cultivo de secano de la civilización mediterránea grecorromana, no
fueron economías esclavistas, y sus sistemas legales carecían de una concepción
estrictamente definida de la propiedad de bienes muebles.

Las grandes épocas clásicas: Grecia en los siglos V y IV a. C. y Roma desde el II

a. C. hasta el II d. C. fueron aquellas en las que la esclavitud fue masiva y general entre
los otros sistemas de trabajo. La decadencia de la esclavitud, en el Helenismo o en la
Roma de la crisis del siglo III, significó la decadencia de ambas culturas urbanas. El
predominio de la ciudad sobre el campo se invierte cuando el modo de producción
esclavista es sustituido por el modo de producción feudal.

Grecia: Las polis griegas fueron las primeras en hacer de la esclavitud algo dominante
en su forma y sobre todo dominante en su extensión, convirtiéndola un sistemático
modo de producción. Eso no quiere decir que el mundo griego clásico se basara de
forma exclusiva en la utilización del trabajo de esclavos: los campesinos libres,
arrendatarios y artesanos urbanos siempre coexistieron con los esclavos; pero el modo
de producción dominante, que rigió la articulación de cada economía local y definió la
civilización griega fue el esclavista.
Las estimaciones numéricas son poco fiables y varían enormemente. En la Atenas de
Pericles la proporción esclavos/ciudadanos libres era quizá de 3 a 2. En otras polis
(Quíos, Egina, Corinto) probablemente más. Aristóteles daba por supuesto la necesidad
de esclavos en abundancia y Jenofonte proponía como proporción ideal 3 a 1. Lo
verdaderamente importante es que por primera vez los esclavos fueron utilizados de
forma habitual en la artesanía, la industria y la agricultura en escala superior a la
utilización doméstica, propia de una concepción menos utilitaria y más de ostentación.

Al tiempo que la esclavitud se hacía general, la naturaleza de la esclavitud se hacía


absoluta: ya no consistía en una forma relativa de servidumbre entre otras muchas, a
lo largo de un continuo gradual, sino en una condición extrema de pérdida completa
de libertad, que se yuxtaponía a una libertad nueva y sin trabas. La libertad y la
esclavitud helénicas eran indivisibles: cada una de ellas era la condición estructural de
la otra, en un sistema diádico que no tuvo precedente ni equivalente en las jerarquías
sociales de los imperios del Oriente Próximo, que no conocieron ni la noción de
ciudadanía libre ni la de propiedad.

Roma: Las guerras interiores y exteriores a partir de finales del siglo III a. C. (Guerras
Púnicas, guerra social y guerra civil) pusieron bajo el control de la oligarquía senatorial
grandes territorios, de forma especial en el sur de Italia. Al mismo tiempo acentuaron
dramáticamente la decadencia del campesinado romano, que en otros tiempos había
constituido la sólida base de pequeños propietarios de la pirámide social de la ciudad.
La movilización sin fin agotó a los assidui, llamados año tras año a la legión. Los que no
morían eran incapaces de conservar sus tierras, absorbidas por la nobleza ecuestre y
senatorial. Del año 200 al 167 a. C., el 10% o más de todos los hombres libres y adultos
de Roma estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco
esfuerzo militar sólo era posible porque la economía civil en la que se apoyaba podía
funcionar hasta ese punto gracias al trabajo de los esclavos, que liberaba las
correspondientes reservas de mano de obra para los ejércitos de la República. A su vez
las guerras victoriosas proporcionaban más cautivos-esclavos para enviar a las
ciudades y las fincas de Italia.

El resultado final fue la aparición de unas propiedades agrarias, los latifundios


cultivadas por esclavos, de un tamaño hasta entonces desconocido. Los mayores
podían alanzar más de 80.000 hectáreas. Incluso siendo dispersos, sus fincas
individualizadas solían superar los 500 iugera (120 hectáreas) y no eran raros tamaños
diez veces superiores. Aumentó la combinación del cultivo de vid y olivo con el de los
cereales, y la superficie dedicada a la ganadería. La comercialización estaba asegurada
por las vías terrestres (calzada romana) y las rutas marítimas de un Mediterráneo
pacificado que llevaban la producción a las ciudades, la mayor la propia Roma. A larga
distancia las grandes metrópolis de Oriente proporcionaban un comercio de lujo.
A finales de la República quizá el 90% de los artesanos de Roma eran de origen esclavo.
Se calcula que en el 225 a.C. habría en Italia 4.400.000 personas libres frente a 600.000
esclavos. En el año 43 a.C. la población libre no habría crecido, mientras que los
esclavos serían 3.000.000 (cinco veces más que en la fecha anterior).

La pax romana de Augusto y el Imperio no podía significar el fin del expansionismo


militar, pues si se acababa el mecanismo antes descrito (conquistas que proporcionen
esclavos, que sustituyan a campesinos libres para que puedan convertirse en
ciudadanos con obligaciones militares que vayan a conquistar más esclavos) el sistema
entero caería. El siglo II, en que los emperadores de la

dinastía Antonina combaten eficazmente en una frontera cada vez mejor definida, ve
la última conquista de una provincia: la Dacia en tiempo de Trajano. La crisis del siglo
III, con su correlato de invasiones, anarquía militar y crisis ideológica que conlleva la
expansión y posterior triunfo del cristianismo es en lo económico la crisis del modo de
producción esclavista. Los latifundios empiezan a ser cultivados por colonos semilibres,
y los esclavos escasean. No se reproducen fácilmente, no se adquieren por conquista
(los bárbaros están pasando a ser la fuerza principal del ejército romano), e incluso son
liberados, a veces por motivos piadosos, lo que no oculta el interés que los propietarios
tienen de convertirse en algo parecido a lo que serán los señores feudales. Las
reformas de Diocleciano salvan el Imperio un siglo más, pero empujan el sistema en un
sentido definitivamente feudal (los cargos públicos y oficios deben heredarse, la
presión fiscal hace opresiva la vida urbana). La ciudad decae, al igual que la ciudadanía
romana se extiende y deja de ser atractiva (Caracalla la había concedido a todos los
hombres libres). Ciudadanía y libertad son conceptos que se han devaluado
definitivamente. Cuando ser libre ya no signifique nada, nada significará ser esclavo.
Son otras relaciones de producción.

Existe un intenso debate entre historiadores respecto a la cronología, las causas y las
formas en que se produjo la transición entre el modo de producción esclavista y el
modo de producción feudal, o transición entre esclavismo y feudalismo. La posición
más clásica del materialismo histórico, empezando por la del propio Karl Marx, es
situarlo en fechas tempranas, en la época de las invasiones bárbaras del siglo V; la
historiografía materialista de mediados del siglo XX, como Perry Anderson, realiza una
inclusión más sofisticada en un proceso de transición secular identificable con toda la
Antigüedad tardía en Europa Occidental (desde la crisis del siglo III hasta el periodo
post-carolingio -siglo IX-) y por otro lado autores vinculados a la francesa Escuela de
Annales como Georges Duby o Pierre Bonnassie, apoyados en una ingente
documentación, demuestran pervivencias fundamentales del esclavismo en la Alta
Edad Media, hasta el siglo XI, en medio de la llamada revolución feudal. Según este
último autor el auge del esclavismo se daría en el siglo VII.

Modo de producción asiática


El despotismo hidráulico es un término para un despotismo mantenido a través del
control de un recurso único y necesario. Fue creado por el teórico alemán Karl A.
Wittfogel en su obra Despotismo oriental en 1957. En su forma original, controlaba
literalmente el agua. En el antiguo Egipto y en Babilonia, y por extensión Wittfogel
agregaba la Unión Soviética y la República Popular China, el gobierno controlaba los
canales de irrigación. Las personas leales reciben una abundante cantidad de agua para
sus cultivos, mientras que los menos leales reciben muy poca o ninguna y, por lo tanto,
sus cultivos mueren.

En la actualidad se discuten las posibles aplicaciones del concepto, para las formas
monopólicas y casi monopólicas que caracterizan la circulación de diversas mercancías
bienes o servicios como el caso del petróleo, las tecnologías, o la

búsqueda de una reedición de sistemas despóticos en casos como la privatización del


agua potable, la circulación de la energía, la información, la educación, la biotecnología,
etc.

El concepto de despotismo oriental ya había sido expuesto por Karl Marx en su


cuaderno Formaciones económicas precapitalistas (1858), "resultado de 15 años de
investigaciones", en el cual establece las formas históricas diversas mediante las cuales,
la propiedad comunal original humana, en la cual no hay propiedad privada de la tierra,
pasó hasta la propiedad privada del suelo y finalmente hasta la separación entre el
productor y la tierra, distinguiendo de la forma antigua romana y de la germánica, una
forma asiática original.

Para el autor la comunidad misma representa la primera gran fuerza productiva. Las
condiciones objetivas impusieron la unidad de las comunidades para empresas
comunes como las canalizaciones de agua, las vías de comunicación e intercambio o la
guerra para asegurar un territorio para la subsistencia. Esta unidad en la medida que
se perpetuó y se hizo indispensable, apareció distinta y por encima de las muchas
comunidades, convirtiéndose como tal en el verdadero propietario de todo. La unidad
suprema terminó encarnada en el déspota (Faraón, Emperador, Zar, Inca, Rey, tlatoani),
gran padre de numerosas comunidades, al que se liga de una u otra manera a la
divinidad. Entonces la unidad suprema sistematiza la apropiación del plusproducto,
que toma la forma de tributo o de trabajos colectivos para el déspota y la élite.

Este sistema llegó a su "perfección" y expansión instaurado por centros soberanos tras
sucesivas guerras y conquistas, tanto en Asia, como en el antiguo Egipto, México o Perú.
John V. Murra (1955) estudio la organización económica del estado Inca, como un caso
desarrollado y eficiente de despotismo comunal, anotando no solamente la relación
con las formas asiáticas, sino con las economías y estructuras de poder africanas
ashanti, ruanda, dahomey o yoruba y aun con las hawaianas. Destaca por ejemplo el
descubrimiento del parecido entre la dopkwe dahomeiana y la mita incaica
(aprovechada luego por los conquistadores españoles).

Maurice Godelier (1966), Jean Chesneaux (1969) y Roger Bartra, se han encargado de
sistematizar los estudios de caso y la teoría al respecto, dentro del concepto de modo
de producción asiático, que para universalizar algunos han llamado despotismo
comunal. Hermes Tovar (1974) a partir del estudio de la sociedad Muisca desarrolló
para determinadas formaciones sociales indígenas americanas el concepto de modo
de producción precolombino.

Sistematizadamente, este sistema económico, contemporáneo del esclavismo


europeo, consistía en que un pueblo tenía que entregar un pago o tributo a su
soberano o a un pueblo conquistador, tributo que era comúnmente bienes agrícolas, y
en algunos casos menos comunes, materiales de construcción.

El trabajo y la responsabilidad eran colectivos. El laboreo se hacía en tierras comunales,


ya que la comunidad como un todo era la que entregaba el tributo.

En la película “Total Recall” del año 1990, el aire en Marte es controlado por una
autoridad central, la cual actúa como un déspota hidráulica.

Economía feudal

Las invasiones que sufre en Europa durante más de cien años (normandos,
musulmanes, eslavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del
Imperio carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.

Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, aun


existiendo anteriormente, habían quedado a escasos espacios territoriales. Este
proceso fue extraordinariamente lento, pero se intensificó a partir del siglo XII con la
mejora de las comunicaciones y en los intercambios.

Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como
fuerza motriz para el trigo y el aceite, que por una parte se extiende desde el norte de
Europa hacia la zona central, y por otra con las aportaciones de los musulmanes en
España desde el sur hasta Francia y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos
y liberando mano de obra que podía dedicarse a otras tareas más productivas. Además,
mejoran los métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey,
introduciendo la collera rígida y el yugo sobre los cuernos. La cría del ganado de tiro
aumenta de manera notable y permitirá disponer de animales en abundancia. También
se cría el caballo de combate, que cambiará las prácticas de la guerra en detrimento de
la infantería tradicional. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada,
generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro. Esto es especialmente
útil en el centro y norte de Europa, entre el Loira y el Rin, donde la tierra turbosa y muy
húmeda era difícil de trabajar. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con mayor
facilidad y permite la obtención de cosechas en espacios antes baldíos.

Además, desde el norte de la actual Francia y el sur de Alemania se extiende un sistema


de barbecho distinto que posibilita la rotación de suelos cada dos de tres años
mediante la quema de rastrojos, en vez de uno de cada dos, y se abandona la práctica
del cultivo itinerante. Al mismo tiempo, las canalizaciones de agua facilitan el riego en
zonas como la Lombardía y en el sur de Europa garantizan sacar adelante cosechas en
terrenos de clima mediterráneo seco.

El aumento de la producción como consecuencia de las innovaciones supone una


reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus Señores en cuanto a
horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie.
Se reducen las tierras del Señor y se extienden los arrendamientos. Al mismo tiempo
los campesinos, disponiendo de más tiempo para procurarse sus ingresos,
incrementan sus rentas y ganan en independencia. En algunos lugares, sólo son
convocados a trabajar para el Señor en los periodos de laboreo con gran necesidad de
mano de obra, como la siega. Todo ha sido consumado.

El Señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones en especie, que él


muchas veces elige, y oro o plata. Esto provoca una mayor acuñación de moneda y el
fluir del comercio. Aparecen las primeras grandes fortunas y los Señores hacen
ostentación de sus bienes, muchos de ellos traídos de Oriente (entre otras, a través de
la "ruta de la seda"). El Alto Clero comienza a disponer -a partir del siglo XI- de recursos
con los que edifica las iglesias, catedrales y palacios episcopales.

Aumenta el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los


bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, extensión de los terrenos
arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Aunque no
sea rápidamente, el tiempo va cambiando el paisaje y las costumbres. Las tierras de
pastos en las laderas más difíciles de arar y los terrenos de labranza en el resto se hacen
comunes en muchas zonas. Es el tiempo en el que se extiende el cultivo de la vid, poco
exigente con las tierras que han sido ganadas al bosque. Las mejores zonas atraen a
una mayor masa de población y se producen migraciones en todo el centro de Europa.
El crecimiento poblacional es notable a partir de 1050, llegándose a duplicar la
población de Inglaterra en 150 años y triplicándose hacia el final de la Edad Media. En
el siglo XI las hambrunas han desaparecido. Este incremento se realiza a costa de una
mayor tasa de natalidad, si bien la de mortalidad se mantendrá más estable.

El crecimiento de las tierras labradas es obra en su mayor parte de los campesinos y


no tanto de los Señores. Conforme éstos se habitúan a recibir las retribuciones en
moneda o especie, van abandonando el deseo de acrecentar los latifundios en
beneficio de cederlos en arriendo. El Señor controla muchas veces la venta de
materiales y aperos de labranza a sus campesinos, lo que le garantiza un control
importante sobre los siervos. Los campesinos exigirán, y obtendrán muchas veces, la
fijación de una retribución no arbitraria al Señor, que consistirá en una aportación fija
y otras variables en función de los resultados de las cosechas del año.

A partir del siglo IX los excedentes facilitan el comercio más allá de las fronteras del
señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los
mercaderes, que en su origen eran campesinos que aprovechaban los tiempos en los
que no era necesario el trabajo de la tierra para comerciar, y para reproducirse ya que
se sentían más excitados y así uno y otro día sin descansar, y que deberán realizar su
trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los
Señores. El lujo al que aspiran los Señores con el incremento de las rentas, favorece la
aparición cada vez más frecuente de artesanos. Las rutas de peregrinación son los
nuevos caminos por donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de
Compostela son los destinos, pero las comunidades situadas en sus vías de acceso
florecen

ofreciendo hospedaje, comida y ropa. La venta directa al consumidor permite a muchos


campesinos aportaciones extras a sus arcas. Se incrementan las tasas de tránsito, peaje
y mercados. Las ciudades, burgos, son al mismo tiempo espacios de defensa y de
comercio conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva sociedad que
despegará en los siglos XIII y XIV.

Modo de producción capitalista

El modo de producción capitalista es uno de los modos de producción que Marx definió
como estadios de la evolución de la historia económica definidos por un determinado
nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de
producción. Es el siguiente al modo de producción feudal y, en la predicción del futuro
que implica las tesis marxistas, su lógica interna le conducirá a su desaparición y
sustitución por un modo de producción socialista.

Mientras que en la bibliografía no estrictamente marxista el capitalismo suele definirse


como un sistema económico, para el materialismo histórico, el capitalismo es un modo
de producción.

Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto


Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la
economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía
idealista alemana (fundamentan la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la
primera mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas
utópicos).
La definición marxista del modo de producción capitalista se centra en el
establecimiento de unas relaciones de producción basadas socialmente en la existencia
de proletarios que no poseen medios de producción ya que pertenecen a los
capitalistas, con los que realizan un contrato de trabajo, mediante el cual venden su
fuerza de trabajo, que es la única propiedad que tienen, a cambio de un salario, como
única manera de conseguir los medios necesarios para sus subsistencia. Es el
capitalista el que organiza la producción, que en su aspecto técnico está determinada
por un nivel de desarrollo económico propio de la época industrial, en que el capital ha
adquirido el predominio sobre la tierra, que era la fuerza productiva dominante en los
modos de producción anteriores (esclavismo y feudalismo). La clave de la concepción
marxista del capitalismo está en los conceptos de alienación (el hecho de que el
proceso y el producto del trabajo devienen ajenos al trabajador); y de plusvalía, o sea,
el valor incorporado por el trabajador asalariado al producto que excede en al valor
que representa el salario (teoría del valor-trabajo). En esa diferencia de valor estriba
para Marx el beneficio del capitalista, puesto que es éste el que realiza el valor de lo
producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio que ha de ser
superior al costo de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa.

La apariencia libre del contrato entre capitalista y trabajador (que según la teoría liberal
habría de ser individual y sin interferencias de negociación colectiva de sindicatos o
legislación protectora del Estado) apenas enmascara la presión a la que está sometido
éste por la existencia de un ejército industrial de reserva, que es como Marx denomina
a los desempleados que están dispuestos a sustituirle. No es original de Marx, sino de
Ricardo y otros pensadores liberales (Ferdinand Lassalle), la idea de que el
funcionamiento libre del mercado somete a los salarios a una ley de bronce que impide
que asciendan más allá del límite de la subsistencia. Los proletarios deben de cuidar
ellos mismos de la reproducción de la fuerza de trabajo.

La crítica marxista al capitalismo sostiene que este modo de producción contiene


contradicciones inherentes que provocan las crisis cíclicas. Karl Marx, en su obra El
Capital, fundamenta esta opinión aduciendo que cada vez es más difícil para el
capitalista valorizar su capital. Las relaciones de competencia a las que está sujeto el
capitalista, obligan a éste a implementar de manera constante y creciente nueva y
mejor maquinaria para incrementar la productividad del trabajo y, de esta forma,
vender sus mercancías a precio más bajo que sus competidores directos. De este
modo, disminuye el componente "trabajo vivo" (la contratación de trabajadores) dando
lugar a lo que Marx denomina "ejercito industrial de reserva" es decir, una considerable
parte de la clase obrera que queda a la espera de un trabajo. Esta espera forzosa que
impone el capitalismo a la clase obrera, hace que este "ejercito industrial de reserva"
se convierta, por un lado, en una importante masa de pobres e indigentes, y, por otro
lado, en causa de la imposibilidad de que el salario ascienda rápidamente (debido al
excedente de oferta de fuerza de trabajo).
Modo de producción socialista

El socialismo es un régimen económico–social basado en la propiedad social de los


medios de producción, y que se caracteriza por su decidida lucha por dar satisfacción
a las crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad, y de cada uno
de sus miembros, sobre la base de desarrollar, de manera incesante y planificada, la
economía nacional, y de incrementar, ininterrumpidamente, la producción del trabajo
social.

El socialismo tiene su fundamente filosófico en los siguientes principios:

• Creencia en el progreso

El hombre es esencialmente un "HOMO SOCIUS" es decir un HOMBRE SOCIAL. El


hombre está en este planeta para poder vivir en sociedad. No puede concebirse al ser
humano en forma aislada. Por tanto, la colectividad tiene prioridad sobre el individuo,
los intereses sociales tienen mayor importancia que los personales.

La defensa de los auténticos intereses de la colectividad

El socialismo se basa esencialmente en la PRODUCCION SOCIAL de los medios de


producción

Para el socialismo la propiedad privada de los medios de producción es un robo

El desarrollo y el perfeccionamiento de la producción social sirven para satisfacer, de


manera cada vez más complot, las crecientes necesidades materiales y culturales de la
sociedad

"Pienso que la tierra pertenece, para su uso, una vasta familia de la cual muchos ya
han muerto, unos pocos viven, y son innumerables los que aún no han nacido"

-Un miembro de una tribu indígena-.

• Materialismo

Para el socialismo, los valores materiales privan sobre los valores espirituales.

En la vida social humana, el factor determinante en última instancia es el económico.


Es decir que las condiciones materiales de existencia determinan el accionar, el
pensamiento y la conciencia de los hombres.

• Humanismo
El socialismo es un humanismo que trata de crear una serie de valores cuyo centro es
el hombre. Existen leyes naturales y leyes específicas de la vida social. La razón deber
imponerse sobre la naturaleza. Por tanto la justicia debe imponerse sobre el egoísmo
y el bienestar individual.

Es un grave error considerar al hombre como un ente natural, separado de la sociedad,


olvidando su esencia social. Al ser humano es necesario concebirlo dentro de las leyes
objetivas del desarrollo de la sociedad que son en realidad las que crean la persona
humana.

El socialismo, al desvalorizar la propiedad privada y no aceptar la explotación del


hombre para el hombre, establece entre los individuos relaciones auténticamente
humanas, de tal manera que el hombre viene a ser EL AMIGO DEL HOMBRE

Por tanto el socialismo persigue una sociedad en la cual se debe eliminar toda
desigualdad, y debe quedar bien establecida la expresión de la justicia, formulada en
el principio que dice: "De cada uno, según sus capacidades, a cada uno, según sus
necesidades"

• Libertad consciente

Para el socialismo, la libertad es la necesidad de la que se ha tomado conciencia. Es


decir que acepta como libertad, LA VOLUNTAD determinada por las condiciones
exteriores al individuo

La necesidad existe en la naturaleza y en la sociedad en forma de leyes objetivas, la


necesidad objetiva es lo primario, la voluntad y conciencia del hombre es secundario y
derivado.

La libertad humana está condicionada por la dependencia en que los hombres se


encuentran, no solo respecto a la naturaleza, sino, además, respecto a las fuerzas
sociales que imperan sobre ellos

La libertad no consiste en una soñada independencia de las leyes naturales y sociales,


sino el reconocimiento de esas mismas leyes, y en la posibilidad de actuar según un
plan y reconocimiento de las mismas. La libertad, por tato, de encuentra
determinada…. aún más: PREDETERMINADA

• El estado = expresa la voluntad de toda la sociedad

Para el socialismo, el estado debe velar por los intereses de la sociedad. El trabajo no
tiene valor
Para el socialismo, el trabajo tiene un valor tan grande que no se le puede asignar
ningún valor. Por tanto, para el socialismo el trabajo es una acción gratuita y voluntaria
en bien de la sociedad sin poner condiciones sobre remuneración

• -La ética está determinada por el régimen económico social

Las características de la economía socialista son entre otras la aspiración hacia una
JUSTICIA SOCIAL, en lo referente a las relaciones sociales de producción, la propiedad
social de los medios de producción, la prioridad del bien común sobre el bien privado

El desarrollo de la economía nacional se basa en la productividad del trabajo social, el


cual garantiza el progreso, entendido este como la satisfacción de las necesidades
materiales y culturales de toda la sociedad

Ciertamente, los miembros de la sociedad socialista, además de necesidades


individuales, tiene necesidades sociales. La satisfacción de estas necesidades sociales
exige obligatoriamente un plus producto. Por tanto, el trabajo excedente, como trabajo
por encima de la medida de las necesidades inmediatas, tiene que existir siempre, pero
bajo el socialismo, el plus producto debe llegar a las manos de todos los trabajadores
de la sociedad socialista estén interesados no solo en crear plus producto, sino además
en el incremento sin cesar. El plus producto, bajo la sociedad socialista, expresa
relaciones de colaboración amistosa y de ayuda mutua entre los trabajadores de la
sociedad socialista.

Desarrollo y subdesarrollo

El concepto de subdesarrollo, y sobre todo el de país subdesarrollado, es un muy


moderno. Aparece durante la descolonización, en los años 50. Existe la tendencia a
enfocar el problema del subdesarrollo como un dato estadístico y comparativo, entre
los países ricos y los pobres, por su renta per cápita o su producto interior bruto. Sin
embargo, no es lo mismo una sociedad no desarrollada que una sociedad
subdesarrollada. Aquella es una sociedad no capitalista, sin los avances

tecnológicos propios de la sociedad occidental, pero perfectamente estructurada y que


responde a las necesidades de sus individuos y del medio. La sociedad subdesarrollada
tiene otros problemas, derivados de ser una sociedad capitalista con un bajo de nivel
tecnológico y una renta mal repartida. Pero, además, es una comunidad que no
responde a las necesidades de sus individuos, que sufren altos índices de paro,
subempleo, delincuencia y marginalidad, y que tampoco responde a las necesidades
del medio, ni está en sintonía con él.

El concepto de subdesarrollo se divulga durante los años 60 gracias a los medios de


comunicación de masas, que lanzan como problema el hambre en el Tercer Mundo, las
guerras, las dictaduras, etc. Durante los años 60 el subdesarrollo se entiende como una
consecuencia del bajo consumo. Por un lado está subdesarrollado, o es pobre, el que
no puede consumir; y por otro, la doctrina keynesiana vincula el desarrollo y el
crecimiento económico al consumo. Los niveles de consumo de los países capitalistas
desarrollados son un estadio de civilización al que todo el mundo está abocado.

La crisis económica de 1973 puso en duda que el desarrollo económico por el consumo
fuese ilimitado, ya que los niveles de consumo tenían un límite. Se hizo patente que las
posibilidades de supervivencia del sistema económico dependían de la buena
distribución de la renta.

Las desigualdades aparecen cuando existe gran diferencia entre el número de


consumidores y la capacidad del aparato productivo. Esto se traduce, a escala local, en
las diferentes formas de posesión y uso de los recursos, y de los medios de producción.

Los países subdesarrollados dependen industrial y económicamente de los


desarrollados. Son estos los únicos capaces de acumular capital a costa de los recursos
ajenos. La inversión en un país subdesarrollado tiene como objeto obtener unos
beneficios, y por lo tanto detraer capital de la zona. Los canales de comercialización de
los productos están en manos de los países desarrollados. Es aquí donde mayores
capitales se acumulan, ya que tienen la función de poner en el mercado los artículos.

Las características de los países subdesarrollados son, frecuentemente, explicaciones,


y excusas, de porqué un país está subdesarrollado.

En primer lugar, sus habitantes apenas disponen de lo necesario. El concepto de lo


necesario se amplía en la sociedad capitalista de consumo de masas. Es la vieja teoría
que vincula el desarrollo y el consumo con el crecimiento económico. Es un concepto
relativo que se amplía con el desarrollo económico.

Otra característica es la subproducción de tipo capitalista. Los recursos no están


aprovechados. Según esto, sólo es posible producir en fábricas al modo capitalista,
consumiendo los recursos de manera predadora. Pero el concepto de

recurso es algo que cambia con la tecnología, y las posibilidades que tiene una sociedad
para utilizarlo.

Otra, es su alto crecimiento demográfico, debido a causas endógenas. Existe la


creencia de que las altas tasas de incremento de la población impide el desarrollo
económico. Esto, que puede ser cierto a escala familiar o en el corto plazo, no lo es a
escala nacional, ya que una masa de población grande garantiza una mano de obra
abundante y barata, que, además, es consumidora. Si la población es mayoritariamente
dependiente, o está en el paro, se debe a los bajos niveles de inversión, y no a los altos
índices de población.

Otra, es la dependencia económica del mundo desarrollado, en un nuevo tipo de


colonialismo, neocolonialismo, según el cual la inversión industrial y los canales de
comercialización del producto están en manos de los países ricos, frecuentemente las
antiguas metrópolis. La reducida inversión implica unos bajos índices de
industrialización, que además depende del exterior, y que, en última instancia, se lleva
los beneficios del capital y las horas trabajadas.

Tras la crisis de 1973 los países del Tercer Mundo se industrializan gracias a la política
de desconcentración productiva de las grandes multinacionales; que buscan en los
países y los trabajadores del Tercer Mundo condiciones más ventajosas: para las
empresas, de contratación de la fuerza de trabajo, impuestos, etc. Esto implica la total
desarticulación de la economía tradicional, ya que las nuevas industrias atraen a parte
de la población activa y la convierte en proletariado industrial, ajeno y desvinculado de
la economía tradicional del país.

Otra, es el intercambio desigual de las mercancías. Ellos producen materias primas y


compran productos elaborados de alto valor añadido. Esta situación está cambiando
con la nueva industrialización de los países del Tercer Mundo, aunque no son ellos
quienes se llevan los beneficios.

Según esto, existen unas características tópicas de lo que es un país subdesarrollado:


insuficiencia alimentaria, déficit social, analfabetismo, recursos desatendidos o
derrochados, elevado porcentaje de agricultores, escasez de clase media consumista,
incompetencia industrial, hipertrofia del sector terciario, bajo PIB, desempleo,
subempleo y trabajo infantil, subordinación económica, desigualdades sociales
internas acusadas, crecimiento demográfico, persistencia de la miseria, etc. Todas estas
características son valoradas comparativamente con los países desarrollados. Pero
esta concepción de lo que es un país subdesarrollado ha quedado desfasada, ya que
se han desarrollado unos procesos de industrialización, alfabetización, caída del
crecimiento demográfico de la población, y de descenso de la producción y la
productividad agrícola, que hacen temblar estos criterios.

En realidad, estas características de los países subdesarrollados son los efectos que
una economía subdesarrollada produce en una población, no las causas. Son

fruto de la desigualdad intrínseca que introduce el sistema capitalista, que tiende a


acumular capital en unos países detrayéndolos de otros.

Si analizamos atentamente las sociedades de los países capitalistas podemos


encontrar grupos de población que tienen las mismas características que las de los
países subdesarrollados, es el llamado cuarto mundo, la única diferencia es que en los
países del Tercer Mundo esta población adquiere el carácter de endémica, ya que están
alejados del centro capitalista, y que tienen unos canales de distribución de la riqueza
malos y escasos.

Principales países subdesarrollados

Los principales países subdesarrollados se hallan localizados en su gran mayoría en


África, como Chad, Eritrea, Etiopía, Mauritania, Mali, Níger, Sudán, Somalia, Senegal,
Gambia, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Burkina
Faso, Ghana, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, República Centroafricana, Congo,
República Democrática del Congo, Uganda, Kenia, Ruanda, Burundi, Tanzania, Malawi,
Zambia, Angola, Zimbabue, Mozambique y Madagascar. También lo hay en otros
continentes. En América Central destacan Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador,
Nicaragua, Jamaica, Haití y República Dominicana; en Sudamérica, Bolivia, Paraguay y
las Guayanas; en Asia, Irak, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán,
Afganistán, Pakistán, India, Nepal, Mongolia, China, Bangladesh, Bhután, Myanmar
(antigua Birmania), Laos, Vietnam, Indonesia, Corea del Norte; así como en Oceanía,
Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón; entre algunos otros países.

Tras la crisis de 1929 aumentan las rentas familiares, ya que la forma de salir de la
crisis se hace aumentando el gasto, tanto público como privado. El aumento del gasto
hace crecer el mercado y el consumo de bienes, los cuales se diversifican cada vez más
y son más numerosos. Los productos deben aparecer y desaparecer rápidamente del
mercado, y ser perecederos. El consumo es el factor fundamental de crecimiento.

También se desarrollan espectacularmente las actividades de servicios. Es la forma que


tiene el sistema capitalista de repartir las rentas, y que la mayoría la población no se
dedique a la producción de artículos.

El transporte individual, la información, la comunicación y el ocio consumista son las


señas de identidad de esta etapa.

El gran impulsor de este tipo de economía de consumo de masas es la clase media,


con rentas que les permiten adquirir bienes, pero no acumular capital.

El Estado tiende a cubrir muchas necesidades que poco a poco se van haciendo básicas,
como la educación o la salud. Es lo que se conoce como Estado del bienestar.

Esto implica un cambio en el concepto de pobreza, que ya no se mide por las rentas
sino por la capacidad de consumo. Los pobres se recluyen en guetos, en un proceso de
segregación espacial y marginación. No obstante, en los países desarrollados todas las
personas se pueden alimentar y tener las necesidades básicas cubiertas, cosa que no
ocurre en el Tercer Mundo, donde el hambre es un mal endémico y las políticas
económicas aplicadas impiden la ayuda y la distribución de la riqueza.

Sin embargo, en la sociedad actual de los países ricos no basta tener las necesidades
básicas cubiertas; la sanidad, la educación y la cultura son necesidades que nadie, en
los países desarrollados, puede renunciar y a las que tienen derecho.

La vida urbana crea nuevas necesidades: de vivienda, equipamiento, transporte,


vestido, etc. creadas, en su mayor parte, por la publicidad. Muchas de estas
necesidades suponen un aumento del consumo de energía.

El crecimiento de la población agrava coyunturalmente los problemas, ya que amplía


el número de gente que debe cubrir esas exigencias.

En el Tercer Mundo no existen los mecanismos necesarios para que la población


acceda a los niveles de consumo que se les ofrece.

La publicidad es el gran creador de necesidades, las cuales aumentan en la medida que


esta es capaz de lanzar nuevos artículos al mercado.

El crecimiento demográfico

Con la revolución industrial, y el crecimiento de la productividad, aumenta, también, la


población, en el proceso de transición demográfica. Las tasas más altas se alcanzan
cuando desciende la mortalidad y se mantiene natalidad, alcanzando el máximo poco
antes de que comience a descender la natalidad.

A diferencia de lo que pasa en los países desarrollados, que la transición demográfica


dura entre 120 y 90 años y su crecimiento anual máximo nunca supera el 2%, en los
subdesarrollados la transición demográfica se supone que debe ser mucho más corta
y los crecimientos anuales máximos superan en 2%. Esto implica un exceso de
población en el momento crítico del desarrollo económico; y que además no tiene
alternativas, como las tuvo Europa con la emigración a los países nuevos y las colonias.

Los países desarrollados resolvieron este problema introduciendo prácticas de control


de natalidad, más eficaces cuanto mayor era el nivel cultural y el desarrollo económico,
además de recurrir a la emigración. No obstante, siempre estuvo presente el
desempleo y el subempleo, ya que el sector productivo siempre oferta menos empleos
de los que se demandan.

Agricultura y desarrollo

Desde los tiempos del sistema colonial data la dedicación de ciertas zonas del mundo
a la agricultura y a la extracción de materiales y materias primas, gracias a un sistema
de especialización productiva que buscaba ventajas comparativas. Este sistema
implicaba una red de interdependencias entre la metrópoli y la colonia.

Desde el comienzo de la revolución industrial, la técnica y la ciencia han proporcionado


a la agricultura métodos y técnicas de cultivo que aumentaban la productividad de la
tierra, pero será a partir de 1944 cuando este proceso adquiera dimensiones de
revolución. Este progreso era necesario para asegurar el aporte alimenticio a todo el
mundo, pero ha incurrido en muchos errores.

La introducción de la nueva economía colonial capitalista suponía la destrucción de la


economía tradicional de subsistencia y de los modos de producción de las civilizaciones
indígenas. El modelo agrícola que se establece es la economía de plantación
especulativa, que funciona como una empresa de producción, con trabajadores
asalariados y utilizando todas las ventajas de la tecnología y la ciencia. Se crea un
proletariado rural indígena desvinculado de las tradiciones de su civilización:
aculturado. Este tipo de economía es muy inestable, ya que el régimen de monocultivo
y, la dedicación de la producción al mercado internacional, hace depender su
prosperidad de los precios internacionales de los bienes.

La revolución verde permitió a los países desarrollados, tras la descolonización,


producir todo el alimento que era necesario para las demandas alimenticias de su
población. Esto supuso una caída de los precios internacionales, y una descapitalización
en los países con economía de plantación. La descapitalización de las plantaciones
significó la imposibilidad de introducir mejoras e insumos que permitieran aumentar
la productividad. En estos países se da una dualidad en el régimen de tenencias de
tierras; por un lado está la gran propiedad y el latifundio, dedicado al monocultivo de
plantación y desvinculado de la agricultura tradicional (aunque cada vez más está en
manos autóctonas, sin embargo, no son ellos los que ponen los productos en el
mercado); y por otro lado está la pequeña propiedad, en la agricultura tradicional de
subsistencia, donde predomina el minifundio y las tierras comunales, de las que
frecuentemente se ven privadas, por las plantaciones.

Las plantaciones son las grandes beneficiarias de las inversiones en el Tercer Mundo y
de los planes de desarrollo. Las infraestructuras de regadío, los abonos a precios bajos,
las subvenciones para la modernización de las explotaciones, etc., sólo pueden ser
aprovechadas con ventaja por las plantaciones que disponen de capital suficiente para
introducir mejoras, y no se pueden beneficiar de ellas los que viven de la agricultura
tradicional, que son los desfavorecidos del Tercer Mundo.

En estos países la reforma agraria es una cuestión permanente. Pero la reforma que se
plantea no afecta al régimen de tenencia de tierras, sino que es una reforma técnica y
tecnológica de tipo liberal, con lo que se consigue introducir la propiedad privada
donde existe, o donde predomina, la propiedad comunal. Este estado de cosas
beneficia, sobre todo, a los países ricos, ya que se crean latifundios, y se arriendan las
tierras en las peores condiciones para los más débiles.

Cuando un país se industrializa sus ciudades crece espectacularmente, y con ellas el


sector terciario y de servicios, que es indispensable para poder vivir en una ciudad.

El éxodo rural aparece con la industrialización para concentrar en un punto mano de


obra y trabajo, por un lado, población y mercado por otro. La desvinculación entre la
tierra y la población crea un proletariado industrial que sólo tiene para sobrevivir su
fuerza de trabajo. Sin embargo, una vez terminado el éxodo rural la ciudad se sigue
desarrollando por crecimiento vegetativo endógeno, debido a la transición
demográfica.

No todo el proletariado tiene la oportunidad de trabajar, puesto que la oferta de


puestos de trabajo siempre es menor que la demanda, creándose así desempleo,
subempleo y economía sumergida. Aparecen, también, los servicios personales en el
nivel más bajo.

Pero no sólo emigran a las ciudades trabajadores del campo, sino, también, los
terratenientes, que no tienen que vivir en el campo para mantener sus tierras en
producción. Además, emigran los pequeños propietarios que malviven con sus tierras.
Con este proceso se descapitaliza el campo en favor de la industria y los servicios. Los
capitales liberados son absorbidos por los servicios financieros y la búsqueda de
operaciones especulativas.

En la ciudad los símbolos de la modernidad son los rascacielos del centro comercial y
las viviendas en altura para las clases medias, así como las chavolas marginales en las
orillas de las ciudades, para los pobres recién llegados, muy visibles en los países
subdesarrollados.

El funcionamiento de una ciudad es imposible sin el sector servicios: los mercados, los
transportes, la cultura, la enseñanza, la salud y las finanzas, que en buena medida son
responsables del crecimiento de la ciudad.

El rápido desarrollo de una ciudad implica una rápida construcción de edificios en


altura, con los que se especula por el precio del suelo. Esta especulación satisface las
necesidades de la oligarquía, que gestiona las ayudas y los recursos que ofrecen las
multinacionales y los aparatos estatales.

Para mantener este estado de cosas, la burguesía acude al Estado, a través del ejército,
en caso de peligro, formando dictaduras militares de corte fascista.
El crecimiento de los servicios en el Tercer Mundo, al revés que en los países ricos, se
ha desarrollado antes que la industria. Además, está compuesto, mayoritariamente,
por servicios personales.

La industrialización de los países subdesarrollados

La industrialización del Tercer Mundo es un hecho reciente, que se debe a la política


de desconcentración productiva de las multinacionales, y que buscan en los países
pobres mejores condiciones de contratación de la mano de obra, incluso llegan a
emplear fuerza de trabajo infantil en condiciones de semiesclavitud; y otras ventajas
fiscales.

La producción de estas industrias no va dirigida al aumento del consumo interno, sino


a la exportación, con lo cual los beneficios de la fabricación también se exportan. La
OMC es la institución internacional que vela por la libertad de comercio, con lo que
permite a las grandes multinacionales esta búsqueda de fuerza de trabajo barata y esas
mejoras fiscales en los países del Tercer Mundo.

Las condiciones en las que trabaja un obrero del Tercer Mundo son mucho peores que
las de cualquier trabajador en el mundo desarrollado. Peor seguridad e higiene en el
trabajo, poco respeto al medio natural, menos controles de calidad, etc., son las
constantes en este tipo de producción. La llegada de las grandes multinacionales hace
desaparecer la industria autóctona en escasa medida, ya que esta no era capaz de
introducirse en los circuitos internacionales y continúa dedicándose al mercado
nacional. Además, fabrica productos de consumo interno, mientras que las
multinacionales obtienen mercancías que nada tienen que ver con la industria
autóctona. Sin embargo, algunas empresas comienzan a fabricar componentes para
las multinacionales y terminan dependiendo de ellas, en exclusiva. Son empresas
subsidiarias autóctonas.

Estos procesos han tenido lugar en todos los países del Tercer Mundo, pero ha sido
más espectacular en los países asiáticos, por el empuje de la economía japonesa, en
México y en Brasil, por su buena posición en las rutas del comercio internacional.

Los beneficios de esta industrialización terminan en manos extranjeras o en la


oligarquía autóctona, lo que explica por qué los países siguen subdesarrollados, a pesar
de sus altos índices del crecimiento. Faltan los canales de distribución de la riqueza, lo
que implica que existan grandes diferencias sociales.

La crisis de 1973 fue el detonante de esta industrialización del Tercer Mundo, ya que
en los países desarrollados la energía era muy cara y el proletariado había conseguido
unas condiciones de alquiler de la fuerza de trabajo más favorables. Además, la
tecnología permitía aumentar la productividad empleando poca mano de obra, aunque
muy especializada. Al Tercer Mundo se fueron aquellos procesos productivos que
necesitaban mucha mano de obra.

Perspectiva

La situación de los países del Tercer Mundo no es estática, ni está bloqueada, sino que
goza de un gran dinamismo, pero los cambios no suelen estar dirigidos, y por lo general
son negativos, ya que no hay mecanismos de protección ante los abusos del capital.

En todo el mundo crecen las necesidades que se consideran básicas, gracias a la


publicidad, sin embargo no aumenta en la misma proporción la renta ni los recursos
disponibles para hacerlas frente y satisfacer tales necesidades. El paro es un mal
endémico y estructural, que detrae rentas de los que ganan algo y alimenta el
subempleo o la delincuencia.

Las ayudas financieras al Tercer Mundo no sirven de mucho, porque no hay canales
adecuados de distribución de los capitales invertidos. De la obra pública se beneficia el
que dispone de capital para aprovecharla con ventaja, es un recurso utópico que
permite al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional controlar la política
económica de los países del Tercer Mundo a través de la deuda exterior, imponiendo
políticas liberales que aseguran el cobro del préstamo, pero que no garantizan el
desarrollo económico del país. Otra cosa es la ayuda solidaria, y la llegada de los
ahorros de los emigrantes, dirigida a comunidades muy concretas, aunque no es un
factor de desarrollo integral de un país.

Los países del Tercer Mundo dependen de la tecnología y de los capitales de los países
desarrollados, principalmente de las inversiones de las multinacionales que pueden
tomar la decisión de marcharse y dejar el país en la ruina y sin recursos.

Lo más característico de los países del Tercer Mundo son los diferentes grados de
desarrollo dentro de una misma región, que se manifiestan geográfica y socialmente
entre zonas ricas y pobres, y clases ricas y pobres.

Las rondas de los países más poderosos para tratar sobre la globalización han supuesto
la liberalización del comercio internacional de productos agrícolas, ya estaba
liberalizada la industria, lo que significa que la posibilidad de vender estos productos
en el mercado internacional está en manos de las compañías de transporte. Por otro
lado, los países desarrollados tienen excedentes de todo, y pueden colocar sus
productos en el mercado de los países subdesarrollados a precios más bajos que el
coste de los autóctonos, e incluso a menor precio que la producción de subsistencia,
con lo que saldría más caro producir que comprar.
El sistema capitalista es, por excelencia, depredador de materias primas y
contaminante. Cree en el crecimiento ilimitado, habrá crecimiento siempre que exista
consumo, indefinidamente.

Se hace imprescindible adecuar los ritmos de explotación y de recuperación de los


recursos, para evitar que se agoten. Esto supone que el desarrollo económico
capitalista, para un determinado nivel tecnológico, tiene un límite, que es aquel que le
impone la disponibilidad del factor tierra y las condiciones ecológicas que lo sustentan.
Se hace necesario el desarrollo sostenible.

La solución de los problemas de desarrollo de los países del Tercer Mundo pasa por el
desarrollo local, es decir, la creación de circuitos de producción y consumo en mercados
de ámbito local, que permitan la creación de capitales autóctonos, bien distribuidos
entre todas las clases sociales. Esto implica que la economía debe producir primero
para el consumo interno, y no para exportar los recursos que se pueden vender en el
mercado internacional de manera especulativa. Este es el modelo de crecimiento que
llevó a Japón a ser la segunda potencia del mundo capitalista, basada en el impulso del
crecimiento de la demanda interna, y sólo una vez satisfecha esta se dedica parte de la
producción a la exportación.

La alta tasa de emigración que han tenido los países del Tercer Mundo desde la década
de 1990 ha supuesto la llegada de importantes remesas de dinero a familias concretas
que han podido crear pequeños negocios y prosperar dentro de su comunidad
atendiendo a las necesidades de sus vecinos. Este proceso ha sido particularmente
importante en América Latina, lo que, unido a la estabilidad política, ha permitido un
desarrollo económico muy importante de la región, y alguno de los países, como Chile,
Argentina, Venezuela, Brasil o México, han conseguido niveles de desarrollo muy
cercanos a los de los países ricos. En otros, aunque aún no han alcanzado estos niveles,
el cambio ha sido realmente tan espectacular que apenas se reconocen a sí mismos.

1.8 Sistemas económicos.


Toda sociedad tiene una serie de necesidades (ilimitadas) que desea satisfacer, pero
solo dispone de unos recursos (limitados). Ésta es la base del problema económico: el
uso eficaz de los recursos limitados para satisfacer las necesidades de la sociedad.

Para superar este problema, los miembros de la sociedad se ven obligados a elegir:

• Qué bienes y servicios deben producir,


• Cómo producirlos y
• Para quién (cómo distribuirlos)
Según cómo la sociedad responda a estas tres cuestiones básicas, nos encontraremos
con diferentes sistemas económicos.

Puede definirse al Sistema económico como el conjunto de procedimientos


institucionalizados con el que una sociedad se organiza para resolver los problemas
económicos básicos de la economía. Las formas de organización económica, social y
política que adoptan las sociedades, para resolver los problemas de cómo atender las
necesidades de sus ciudadanos.

Existen diferentes mecanismos para responder a las tres cuestiones básicas del
problema económico, dando como consecuencia diferentes sistemas económicos.

Estas alternativas pueden ir desde un extremo, en el que se apuesta por la intervención


directa del estado en todas las actividades económicas (socialistas), al otro extremo, en
el que se defienden la plena libertad de mercado, limitando al mínimo la intervención
del estado (capitalistas).
El debate sobre el grado de intervención del estado frente a la actuación de las fuerzas
del mercado constituye uno de los asuntos claves en el definir de los sistemas
económicos y en la historia del pensamiento económico.

De esta forma, es generalmente aceptado adoptar como criterio para distinguir los
diferentes sistemas económicos el mecanismo por el cual se toman las decisiones
económicas y, primordialmente, qué institución, estado o mercado, va a asumir
la responsabilidad y la iniciativa de las funciones de la actividad económica de un país,
de una región, de una sociedad.

Evidentemente, entre estas dos propuestas extremas existen las intermedias. Fruto de
esta constante polémica sobre qué proporción entre estado y mercado es la más
conveniente, surgen las diferentes corrientes económicas (liberales, conservadores,
socialdemócratas, progresistas, comunistas, etc.) que presionan en una u otra dirección
con más o menos intensidad, en cada país y dependiendo de la coyuntura temporal, ya
que el grado de intervención del estado en la economía estará supeditado al partido
político que esté gobernando en ese momento.

Así, podemos afirmar, de forma general, que los partidos de centro-izquierda se


inclinan más por aplicar políticas keynesianas (mayor intervención del Estado),
mientras que los partidos de centro-derecha proponen políticas neoliberales (mayor
protagonismo del mercado).

Los distintos sistemas económicos se han inspirado en una serie de doctrinas


económicas concebidas por distintos autores del pensamiento económico y, de alguna
manera, reflejan la permanente tensión en la que conviven estado y mercado en su
afán por imponer sus procedimientos para resolver los problemas económicos de la
sociedad. Dependiendo del grado de intervención de cada uno de ellos, podemos
establecer tres sistemas económicos básicos:

• El Sistema Capitalista o Economía de mercado, siendo su principal característica


el escaso papel que tiene el estado en la actividad económica.
• El Sistema Socialista o Economía de Planificación central, en el que el estado es
el que organiza la actividad económica.
o El Sistema de Economía mixta, en el que estado y mercado interactúan.

Sistema Capitalista o de economía de mercado

Este sistema se caracteriza por el escaso papel que tiene el estado en la actividad
económica, siendo el mercado el protagonista mediante la Ley de la oferta y la
demanda.
En este tipo de sistema, las economías domésticas (familias), con sus decisiones de
compra orientan a las empresas sobre qué productos deben producir. Una vez
conocida la demanda, las empresas tendrán que decidir qué técnica y factores debe
aplicar a la producción de esos bienes para que les permitan obtener el máximo
beneficio posible.

Indudablemente, en las sociedades que se aplican este tipo de sistema la producción


irá dirigida a aquellos que puedan y estén dispuestos a pagar el precio de esos bienes.

De esta forma, las tres cuestiones a resolver (Qué, Cómo y para Quién producir), lo
determinará el sistema de precios; es decir, la ley de la oferta y la demanda:

Qué producir: lo que las unidades de Las empresas producen los bienes y servicios
consumo (familias) demanden en cada que los consumidores demandan en el
momento. mercado.
Cómo producir: seleccionando la Las empresas intentan producir con los
técnica y combinación de factores más medios de producción y la tecnología

eficaces y rentables. que les permita minimizar los costes.


Para quién producir: para aquellos que estén Las empresas producen para quienes tengan
dispuesto a pagar el precio fijado. la renta suficiente que le permita adquirir los
bienes al precio

que estos alcanzan en el mercado.

Su funcionamiento provoca la siguiente mecánica en el mercado de bienes y servicios:


si los consumidores demandan mayor cantidad de un bien o un servicio, los
productores elevarán su precio para así racionalizar la oferta e incrementarán su
producción. En el caso de que exista un excedente de producción, las empresas
intentarán deshacerse de estos productos bajando los precios, restableciéndose así el
equilibrio.

Igualmente, en el mercado de los factores de producción, la mecánica se repite. Si en


un momento determinado se solicitan muchos trabajadores expertos en una materia
en concreta, provocará mayores oportunidades de empleo para esa actividad y el
salario de estos profesionales tenderá a subir. Por el contrario, si para ese tipo de
trabajo existe un elevado número de profesionales, el salario tenderá a bajar.

Como consecuencia de este funcionamiento, en el sistema de economía de mercado,


si un consumidor está dispuesto a pagar un determinado precio por un producto y una
empresa es capaz de fabricarlo a ese precio, y además obtener beneficio, dicho
producto será fabricado.

Por el contrario, si el precio al que esté dispuesto a pagar el consumidor no coincide


con el precio al que es capaz de ponerlo en el mercado el productor, dicho producto
dejará de ser fabricado, siendo éste una de los inconvenientes de este sistema.

Como podemos ver, en el sistema capitalista la influencia del estado en la economía


es mínima. Se reduce a establecer las leyes necesarias que garanticen la seguridad de
los consumidores y permita un funcionamiento organizado del libre mercado.

El sistema de economía de mercado (capitalista) se basa en la doctrina conocida como


liberalismo económico, iniciada con Adam Smith con la publicación de su libro "La
riqueza de las naciones" en 1776.

En contra de lo que defendían los mercantilistas, los liberales propugnaban la mínima


intervención del Estado, ya que el mercado y su "mano invisible" son capaces de
resolver las cuestiones básicas de toda economía. Existe un orden establecido gracias
al juego de la oferta y la demanda.

El Liberalismo económico destaca la libertad de actuación de la iniciativa privada. Las


fuerzas del mercado son las que establecen los precios y los salarios y, por lo tanto, la
participación del Estado en la actividad económica debe ser mínima.

Características del Sistema Capitalista

• La propiedad de los medios de producción es privada.


• Existe libertad de empresa y de elección, basada principalmente en la
maximización del interés individual.
o Libre competencia. Existe concurrencia libre en el mercado de ofertantes
de bienes y servicios similares y, a su vez, consumidores que toman
decisiones libres sobre sus compras.
o El Estado no interviene en la actividad económica. Se limita a garantizar
la libertad económica mediante el establecimiento del ordenamiento
jurídico.

Ventajas:
• Los consumidores, al fijar sus decisiones de compra, consumirán según sus
preferencias.
• Normalmente este sistema permite responder rápidamente a los cambios en la
economía.
• La existencia de la competencia entre las empresas, además de permitir obtener
los bienes al mejor precio, fomenta la innovación y la mejora de los productos.
o Libertad económica. Permite elegir libremente qué producir o consumir
según las preferencias o disponibilidades.

Desventajas:

• Si sólo se produce aquellos bienes que son rentables, habrá escasez de bienes
no rentables. Por lo tanto, el suministro y gestión de ciertos bienes y servicios
deberá ser asumido por el sector público (infraestructuras, sanidad, seguridad,
justicia, etc.).
o Provoca desigualdad en la distribución de la riqueza.
o Implica inestabilidad económica. Generalmente, debido a su mecánica,
existirá alternancia de períodos de bonanza con períodos de crisis,
dando lugar a los denominados ciclos económicos.

Estos inconvenientes son conocidos como los fallos del sistema de mercado, dando
origen al reiterado debate sobre el dualismo Estado-mercado y el grado de intervención
de cada uno.
El Sistema Socialista o de planificación central

En este sistema, es el Estado el que decide cómo resolver los problemas económicos
fundamentales, ya que organiza la actividad económica y decide, mediante una
planificación, qué se va a producir, cómo se va a producir y cómo se va a repartir dicha
producción.

Tiene su base ideológica en el marxismo, surgido de las ideas de Karl Marx y recogidas
en su obra principal El capital en la que postula alcanzar una sociedad sin distinción de
clases donde tanto el proceso de producción como las fuerzas productivas y las
relaciones que surgen de la producción se conviertan en un bien social.

Mientras Adam Smith defendía el mercado, el capitalismo y la mínima intervención del


estado, Karl Marx propugnaba la creación de una sociedad socialista y exigía la
intervención del Estado en los asuntos económicos.

Marx critica el capitalismo porque se trata de un sistema caracterizado por la


explotación dentro de la economía, de la fuerza de trabajo del hombre al instituir el
trabajo como una mercancía más. El capitalismo es responsable de generar numerosas
desigualdades sociales.

El Sistema Socialista responde a las 3 cuestiones del problema económico de la


siguiente forma:

Qué producir: lo decide la agencia de El Estado, a través de la elaboración de planes


planificación central económicos plurianuales,

decide qué producir.


Cómo producir: seguimiento del plan ya Continua supervisión y control del plan
definido por la central. marcado con los ajustes
y

correcciones que procedan.


Para quién producir: la autoridad central es El criterio de distribución es decisión de la
la que decide los criterios de distribución, autoridad central.
según las necesidades de bienes y servicios.
De todo lo expuesto se desprende que en este sistema lo prioritario es el cumplimiento
de los objetivos y no la forma de conseguirlos. Es decir, no se considera primordial la
selección de los procesos productivos más eficientes que logren minimizar los costes.
Al contrario, con la finalidad de cumplir los objetivos fijados por el plan, se intenta
acumular la mayor cantidad posible de recursos, generalmente muy por encima de las
necesidades.
Características del Sistema Socialista

• La propiedad privada, prácticamente, no existe. Es el Estado el dueño de los


medios de producción y como tal, se apropia del excedente del proceso
productivo.
• Objetivo principal: Conseguir una distribución de la renta y de la riqueza más
justa.
o No existe la figura del empresario. Los funcionarios se limitan a cumplir
las instrucciones.
▪ El Estado asigna los recursos y fija los precios y los salarios.
▪ No existe libertad de actuación de los agentes económicos.

Ventajas:

• Propone una equitativa distribución de la riqueza y la desaparición de las


desigualdades sociales.
o Todas necesidades básicas de la sociedad están cubiertas por el Estado.
o Evita los períodos de crisis (no sufre los ciclos económicos).
o Está asegurado el pleno empleo.

Desventajas:

• Los miembros de la sociedad no participan en la toma de decisiones económicas


y políticas.
• Cualquier error en la planificación, unido a la poca flexibilidad ante posibles
cambios, provoca desajustes entre la oferta y la demanda, dando lugar a
situaciones de escasez de productos o bienes sin distribuir.
• No existen incentivos para los trabajadores en el caso de la que productividad
sea alta y tampoco para los productores, ya que toda la producción está vendida,
según lo planificado. Ello provoca actuaciones ineficaces y poco rentables en
términos económicos.
El Sistema de Economía Mixta

Se define a la Economía mixta como el sistema económico en el que el mercado se


encarga de asignar los recursos, pero el estado interviene, en mayor o menor medida,
para regular su funcionamiento.

Hemos visto los dos sistemas económicos "puros" que predominan desde el siglo XVIII:
el capitalismo (economía de mercado) y el socialismo (economía de planificación
central). Dos extremos que han ido evolucionando con el tiempo hacia un nuevo
sistema que combina ambos. Estamos hablando del Sistema de Economía Mixta.

Efectivamente, se trata de un sistema que incorpora elementos tanto de la economía


de mercado como de la economía planificada, en diferentes proporciones.

Se considera a John Maynard Keynes el ideólogo y mentor de este sistema económico,


ya que fue este economista inglés (1883-1946) el primero en proponer utilizar
conjuntamente las señales del mercado y las directrices del estado para resolver los
problemas económicos.

A raíz de la publicación de su libro Teoría general de la ocupación, el interés y el


dinero (1936), donde alentaba a una política de intervencionismo estatal para mitigar
los efectos de una recesión económica, varios países, a partir de la década de los años
30, pusieron en práctica su planteamiento para superar la crisis iniciada en 1929.

El Sistema de Economía Mixta afronta los problemas económicos básicos de la


siguiente forma:
Algunos lo definen como un sistema capitalista en el que el estado interviene para
intentar corregir las imperfecciones del mercado. Otros lo ven como el tipo de
economía en la que el estado y el mercado interactúan a la vez en la economía, en
mayor o menor medida, dependiendo del país y de las circunstancias políticas y
económicas de cada momento.

El escenario creado tras la Segunda Guerra Mundial obligó a la mayoría de los países
europeos, ante las limitaciones que presentaban la economía de mercado y la
planificación central, a buscar un sistema más eficaz, pero que mantuviera las
bondades de los otros dos.

Este nuevo sistema, denominado Economía Mixta, es actualmente el más extendido


en la mayoría de los países desarrollados, entre ellos España, con significativas
diferencias, dependiendo de su forma de aplicación y grado de la intervención estatal.

Se considera a John Maynard Keynes el ideólogo y mentor de este sistema económico,


ya que fue este economista inglés (1883-1946) el primero en proponer utilizar
conjuntamente las señales del mercado y las directrices del estado para resolver los
problemas económicos.

A raíz de la publicación de su libro Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero


(1936), donde alentaba a una política de intervencionismo estatal para mitigar los
efectos de una recesión económica, varios países, a partir de la década de los años 30,
pusieron en práctica su planteamiento para superar la crisis iniciada en 1929.
El Sistema de Economía Mixta afronta los problemas económicos básicos de la
siguiente forma:

Qué producir: lo que las unidades de Las empresas producen según la demanda y
consumo demanden y aquellos bienes y el estado cubre aquellos bienes y servicios
servicios esenciales no cubiertos por las considerados esenciales para la sociedad, no
empresas. aportados por las empresas.
Cómo producir: con la técnica y factores más Las empresas producen con la intención de
eficaces y rentables (empresas) y con el maximizar beneficios, mientras el estado lo
objetivo de alcanzar el mayor grado de hace con el objetivo de cubrir las necesidades
de
satisfacción (estado).
la sociedad.
Para quién producir: para aquellos cuya renta Las empresas producen para los que tengan
permita comprar con el precio fijado renta suficiente para pagar el precio fijado; el
(empresas) y aquellos con rentas estado proporciona
insuficientes (estado).
bienes y servicios para los que carezcan de
renta suficiente.

Como ocurre en el sistema de economía de mercado, los agentes económicos privados


son los encargados de asignar la mayoría de los recursos, pero el Estado participa
aportando bienes y servicios de interés social (educación, la sanidad, etc.)

Asimismo, como una economía de mercado, prima la eficiencia en la producción, pero


el estado colabora en la consecución de objetivos de interés social. y aunque el
mercado de factores determine para quién producir, el Estado, a través de impuestos,
transferencias sociales, prestaciones por desempleo, pensiones, etc., interviene en la
distribución de la renta .

Características del Sistema de Economía Mixta

• Aunque la mayoría de los medios de producción son de propiedad privada, para


determinados sectores, existe propiedad pública.
o Libertad de elección de los agentes económicos, solo limitada por el
Estado para corregir las deficiencias propias del sistema capitalista.
o En el ámbito privado, prima el interés individual de los consumidores y
los productores; en el ámbito estatal, el bienestar de la sociedad.
o La mayoría de los precios son establecidos por el mercado (ley de la
oferta y la demanda). Una minoría por el Estado.

Ventajas:

• Existe libertad de acción para productores y consumidores.


• Garantía de la intervención del estado ante la presencia de desajustes.
• Equilibra los precios de forma automática a través de la oferta y la demanda.

Desventajas:

• Presencia de mercados imperfectos (monopolios, oligopolios).


• Riesgo de inestabilidad económica.
• La renta no se distribuye por igual.
• No hay excesiva protección social.
• En general, si hay desequilibrio entre el funcionamiento del estado y el mercado,
presentará los mismos inconvenientes que los otros dos sistemas.

La intervención del Estado frente al funcionamiento del mercado no son opciones


contrapuestas. La reciente historia ha demostrado que los mecanismos del mercado
tienen grandes limitaciones para superar épocas de depresión económica. Tanto la
crisis de 1929, como la iniciada en 2007, evidenciaron la incapacidad de los mercados
para restaurar el equilibrio, necesitando forzosamente la intervención del Estado.

Actualmente, es el sistema económico más adoptado en la mayoría de los países,


aunque difieren en el grado de intervención del Estado.

Se puede concluir que el mercado debe funcionar con sus características, pero con la
necesitada regulación y control del Estado, evitando así los efectos negativos que
inevitablemente acompañan al libre mercado (Los fallos de la economía de mercado).
Como se ha podido comprobar, cada uno de los sistemas económicos analizados está
basado en una doctrina económica.

Una doctrina económica es un conjunto de ideas, opiniones y teorías sobre el


funcionamiento de una economía, enunciadas por economistas influyentes de un
período histórico determinado, que intentan presentar soluciones teóricas a los
problemas económicos.

Los sistemas económicos suelen fundamentarse en doctrinas surgidas en un contexto


social determinado, para desarrollar los procedimientos y mecanismos que se
necesitan para resolver los problemas económicos de un país.

Así, mientras que el liberalismo económico ha sido la doctrina que impulsó la


implantación del capitalismo como sistema, y el marxismo la base ideológica para el
desarrollo de la Planificación central (socialismo), el keynesianismo demostró que
aunque el estado y el mercado han sido instituciones permanentemente en conflicto,
pueden ser complementarios y coexistir dando origen a la Economía Mixta.
1.9 Relación de la economía, el Estado y la sociedad
A pesar de que hoy en día la mayoría de las decisiones económicas de las sociedades
se toman a través del mercado, NO existe lugar alguno en el que el mercado asigne
absolutamente todos los recursos. En la mayor parte de los países el Estado, actuando
a través del sistema de autoridad, se reserva algunas decisiones económicas
importantes. Por ejemplo, la construcción de carreteras, alumbrado público, seguridad
pública, la salud pública, la educación, entre otros, son generalmente acometidas por
el Estado. Por otro lado, las autoridades llevan a cabo acciones destinadas a modificar
el funcionamiento del mercado o sus resultados. Estas acciones se denominan en
forma general la política económica. El Estado interviene en la economía de muchas
maneras pero las más características son los impuestos y el gasto público. Por otro
lado, obliga a los particulares a entregar una parte de sus recursos en forma de
impuestos y los utiliza para comprar bienes y servicios (gasto público). De este modo,
el Estado decide la utilización de una parte de los recursos de la sociedad de una forma
probablemente muy diferente a la que habrían decidido el mecanismo de mercado.

En resumen, el sistema más generalizado hoy en día es una combinación del mercado
y la autoridad dando lugar algo que se conoce como economía mixta. Pero, ¿por qué
interviene el Estado en la economía y no deja siempre que todas las decisiones se
tomen a través del mercado? Son varias las causas que se aducen para ello:

1. En ocasiones el mercado funciona de manera imperfecta o no funciona en


absoluto, dando lugar a la asignación de los recursos que no coincide con los
deseos sociales. En estos casos se habla de los fallos del mercado que son
básicamente tres:
1. Existencia de mercados no competitivos (sin competencia perfecta). Si
alguno de los vendedores genera una producción lo suficientemente
importante como para poder manipular el precio del producto, este
precio dejará de reflejar los deseos de los consumidores y las condiciones
de la producción. Se diría entonces que este vendedor tiene poder de
mercado. Por ello las autoridades suelen intervenir mediante la
regulación de los precios o el fomento de la competencia.
2. Existencia de los efectos externos (o externalidades).Los agentes
económicos eligen tomando en cuenta las ganancias y costos que
reciben ellos con esa decisión y que estas ganancias y costos están
señalados y determinados por los precios. En ocasiones, no obstante,
ocurre que algunas ventajas o desventajas de la decisión no recaen sobre
compradores o vendedores sino sobre terceros que no han decidido
nada al respecto. Esto es así porque los precios son, en ese caso,
incapaces de transmitir la información relevante y, por tanto, no señalan
a los agentes que deciden todos los costos o las ganancias que la elección
comparta. Se habla entonces de efectos externos. El ejemplo más
conocido es el de la contaminación. Si una empresa, fabricante de
productos químicos, utiliza un río para realizar sus vertidos está
utilizando un recurso, el propio río, sin que le llegue la información a
través de los precios ni soporte costo alguno por la utilización. El costo
de la contaminación no recae mayoritariamente sobre la empresa o
sobre los compradores de sus productos sino sobre terceras personas
que no toman decisión alguna: los pescadores, los bañistas, las
poblaciones que utilizan su agua para beber. Esto ocurre porque el
mercado no es capaz de asignar, en este caso, un precio que transmita a
la empresa la información de lo que vale el río. De este modo, al faltar
esta información, los incentivos de la empresa conducirán
probablemente a una contaminación superior que la que sería deseable,
desde el punto de vista social. Un nivel menor de contaminación se
alcanzaría probablemente si la empresa incurriese en el costo
correspondiente al valor de lo contaminado. El Estado interviene en este
caso supliendo al mercado, imponiendo sanciones o impuestos a las
empresas de manera que aparezcan costos por contaminar que
desincentiven la contaminación.
3. Existencia de bienes públicos. En ocasiones, el mercado no es capaz de
suministrar ciertos bienes o servicios que se consideran necesarios.
Éstos se denominan bienes públicos y deben ser producidos por el
Estado. La característica de estos bienes consiste en que una vez que
alguien ha adquirido el bien, todos los demás se benefician de él, ¡aunque
no lo hayan pagado! Entre ellos puede destacarse la seguridad ciudadana
(policía), la defensa nacional, el mantenimiento de la vía pública y el
alumbrado, etc. ¿Por qué el alumbrado de la vía pública no puede ser
provisto por el mercado, esto es, como un acuerdo voluntario entre los
vecinos y una empresa? Porqué desde el punto de vista del individuo hay
un fuerte incentivo a no pagar por el servicio y esperar a que otros
vecinos lo contraten. Una vez que se instalan las farolas nadie puede
excluir a los NO PAGADORES de disfrutar de la iluminación de su calle. Es
muy probable, por tanto, que una buena parte de ellos prefieran no
pagar el servicio aunque lo deseen. Por ello interviene la autoridad
contratando la iluminación y obligando su pago a los vecinos a través de
los impuestos. Analizando con profundidad los bienes públicos puede
llegarse a la conclusión de que constituyen un caso particular y extremo
de efecto externo positivo: si alguien tomase la decisión de contratar un
bien público, las ventajas de esa acciones recaerían sobre sus
conciudadanos en igual medida

1. La sociedad puede considerar que la distribución del producto entre las


personas a la que da lugar el mercado es demasiado desigual, y por tanto, poco
deseable. En este caso, el Estado lleva a cabo políticas de redistribución, que
transfieren rentas de las personas con mayores ingresos a aquellas que reciben
ingresos bajos o carecen de ellos. Con estas actuaciones se persigue el objetivo
de la equidad. Los mecanismos suelen consistir en hacer pagar la mayor parte
de los impuestos a las personas con más ingresos o mediante ayudas directas
(transferencias) a que reciben menos. En estos casos, no obstante, los poderes
públicos toman en consideración que esta redistribución puede generar unos
efectos desincentivadores para la actividad productiva. Con ello, se palpa que la
distribución crea incentivos para que los individuos tomen sus decisiones. El
esfuerzo, la obtención de cualificación o la actividad innovadora son acciones
que se llevan a cabo cuando prometen un aumento de ingresos suficiente como
para acometerlos. La redistribución reduce la diferencia de ingresos entre la
opción de llevar a cabo actividades anteriores o no llevarlas a cabo, haciendo
que resulten menos atractivas. Existe, por tanto, cierta disyuntiva entre el
reparto más igualitario y la cantidad de producto que puede generarse; es lo
que se conoce como la disyuntiva entre la equidad y la eficiencia. Por ello, las
autoridades suelen buscar soluciones que consigan una mayor redistribución
pero que no desincentiven en exceso el esfuerzo de las personas, es decir,
buscan un equilibrio entre la equidad y la eficiencia.
2. Hay quien piensa que los mercados pueden actuar, en ocasiones, con excesiva
lentitud, tardando mucho tiempo en alcanzar el equilibrio, especialmente en el
mercado del factor trabajo. Tienen lugar, así, etapas de crisis en las que cae la
producción y se intensifica el desempleo de los recursos Dado que los mercados
son lentos, se tarda tiempo en salir de la crisis y en regresar al equilibrio anterior
en el que la utilización de los recursos es mayor, Por ello, los poderes públicos
pueden llevar a cabo medidas conducentes a acelerar la consecución del
equilibrio y conseguir, con ello, la estabilidad, esto es, una situación en la que la
utilización de los recursos (o el desempleo de los mismos) no tenga una
variabilidad excesiva. Estas medidas se conocen como políticas de
estabilización y consisten en ayudar al mercado a que alcance el equilibrio con
mayor celeridad.
A pesar de los argumentos anteriores, la intervención del Estado en la economía es
uno de los asuntos que más polémica ha suscitado entre los economistas desde hace
ya muchos años. Esta discusión puede encuadrarse en lo que ya ha sido definido
como Economía Normativa, esto es, aquella parte de la economía que se preocupa de
cómo deben ser las cosas, no de cómo son. Los partidarios de limitar la intervención
del Estado argumentan que a pesar de los fallos del mercado, no siempre la
intervención pública conduce a una situación mejor, esto es, la autoridad tampoco es
infalible y puede equivocarse: es lo que se conoce como fallos del Estado. Argumentan,
entre otras cosas, que la Administración no emplea los recursos de forma tan eficiente
como el sector privado, dando lugar al despilfarro. El motivo tendría explicación
económica: al contrario que en el sistema de mercado, los políticos y los funcionarios
deciden sobre la asignación de recursos ajenos para emplearlos en beneficio también
ajeno. Tendría, por tanto, menos incentivos que los agentes privados (que deciden
sobre sus recursos en beneficio de ellos mismos) para utilizárselos correctamente, ya
que a ellos no les benefician ni perjudican directamente esas decisiones. Ésta es una
discusión que, probablemente, seguirá abierta por muchos años más.

Bibliografía
Bibliografía

Samuelson, Paul A. Nordhaus, William D. Economía. 18° Edición. Ed. Mc Graw Hill.
2006

Méndez Morales, J. Silvestre. Fundamentos de Economía. 5ª. Edición. Ed. Mc Graw Hill.
2009.

Taylor, John B. Economía. 2ª Edición. Ed. ECASA

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