Vírgenes
Vírgenes
Vírgenes
DE SAN CYPRIANO
OBISPO Y MÁRTIR:
TRADUCIDAS AL CASTELLANO,
^ PARTE SEGUNDÉ
EN VALLADOL1D 161CC7
TRATADO PRIMERO.
r . "4. TRATADO I.
(b) De estas palabras saca Pamelio que el santo aun no sería obis
po quando escribió el presente tratado,ó haria muy poco que lo era;
pero es debil la conjetura; pues tal modo de hablar no se opone á la
dignidad de un obispo; antes bien recomienda su humiidad. Lo pro
pio sintieron Lombert y Marand.
DE SAN, CYPRIANO. 5
reyno de los cielos *. Vemos en fin manifesado el don de la 1 Mat. 19.
continencia , y engrandecida la virginidad por aquellas
voces que salieron de la boca de un ángel : Estos son los
que no se ensuciaron con mugeres, porque se conservaron vír
genes: Estos son los que siguen al cordero á donde quiera que
vaya °. Ni por eso promete el señor á solos los hombres 2. Apoe»,
J4
el dón de la continencia, como si de ella excluyese á las -
(a) Pudicitie christianae satis non est esse, verium et videri. Allí
mismo, cap. 13- -• . .
DE SAN, CYPRIANO. y
vez nos podemos gloriar de la carne, entonces solamente
quando es atormentada por confesar el nombre de Jesu
Christo; quando una muger se mantiene mas fuerte que los
hombres que la martirizan; quando sufre el fuego, cruces,
hierro, ó la rabia de las fieras, para ser coronada. ¡Estas
sí que son laspiedras preciosas, los verdaderos dixes que
adornan al cuerpo!
Pero hay algunas que, á título de ser ricas y poderosas,
quieren mostrarsu opulencla, y pretenden deber usar de sus
riquezas. Mas sepan ante todo que si hay alguna muger ri
ca, solo lo es aquella que es rica en Dios, y en Jesu Chris
to; que si hay bienes, que realmente merezcan el nombre
de tales, ningunos mas que los espirituales, que nos enca
minan á Dios, y con él mismo poseemos por toda una eter
nidad. Al contrario todo lo que es terrenal, hemos recibi
do en este mundo,y ha de quedar en el mismo mundo, tan
digno es de despreciarse, como lo es el mundo mismo, á
cuyas pompas y delicias ya habiamos renunciado desde que
venimos á Dios por el bautismo. San Juan nos exhorta con
estas celestiales y divinas palabras: No querais, dice, amar
al mundo, ni quanto hay en el mundo. Si alguno amare al mun
do, la caridad del padre no está en él;porque todo lo que hay
en el mundo, es concupiscencia de la carne, ó concupiscencia de
los ojos, ó ambicion del siglo,que no viene del padre, sino de
la concupiscencia del siglo. El mundo pasa, y lo mismo su con
cupiscencia ;pero el que hace la voluntad de Dios, queda eter
namente, como eternamente queda el mismo Dios ". Así lo que 1.Joan.
únicamente se ha de apetecer, es lo eternal y divino, hacien 2.
do-en todo la voluntad de Dios, á fin de seguir los pasos
del señor, y la soberana instruccion, que nos dexó quando
dixo: No baxé del cielo para hacer mi voluntad; sino la de aquel
que me ha enviado º. Y si el siervo no es superior á su señor, 2 Joan6.
y el ahorrado debe prestar obsequio á quien le ahorró, y le
dió libertad , nosotros que deseamos ser verdaderos chris
tianos, ¿quánto más deberemos obedecerá Jesu-Christo, li
bertador nuestro, haciendo lo que él mismo hizo? Escri
to está, se lee, y oye cada dia, y nos lo propone la iglesia
pa
3 TRATADO I,
para nuestra edificacion: Quien dice que está en Christo, de
1.Joan be andar como anduvo el mismo ". Andemospues con los pa
2.
sos que él anduvo, y sigámos á porfia el camino que siguió
él mismo. Entonces corresponderá nuestra conducta á la fé
que profesamos. Entoncesserán remunerados los creyentes,
quando lo que creen, al instante lo executen. Dices que eres
rica y poderosa; pero san Pablo sale al encuentro á tus ri
quezas, y te prescribe el modo con que debes vestirte y ali
farte segun la justa moderacion, y sin exceso (a). Las mu
geres, dice, eompónganse con modestia y honestidad, sin en
rizarse los cabellos; sin adornarse con oro, piedras preciosas,
ó con trages exquisitos; antes bien con aquel decoro que corres
ponde á las que profesan la continencia, y lo acreditan por una
2 1.Tim.
2.
arreglada conductaº. San Pedro vá de acuerdo con san Pablo
sobre estas máximas, quando dice: En la muger no haya or-,
nato exterior de oro, y de vestidos preciosos; sino ornato inte
3 Pet.3. rior del corazon 3. Ysi uno y otro apóstol tiran á contener
el luxo de aquellas mugeres que suelen excusarse á título de
agradará sus maridos, y las persuaden á seguir la mode
racion que dicta el espíriu de la iglesia, ¡quánto mas debe
rán observarlo así las vírgenes, que no tienen que alegar
para adornarse, ni pueden echará otro la culpa de que se
vistan con profanidad, siendo delinqüentes ellas solas! Di
ces que eres rica y poderosa, pero no todo lo que se puede
hacer, debe hacerse tambien; ni los deseos inmoderados y
ambiciosos del siglo han de prevalecer sobre el decoro y pu
dor de una doncella, porque eserito está: Todo es lícito;
41.Cor.6. pero no conviene todo. Todo es lícito; pero no todo edifica 4.
Mas si túte peynas costosamente; si andas en público con
fausto; si arrebatas hacia tí los ojosy suspiros de todos lo
jóvenes (); sidas pábulo á la incontinencia, y entra la
3.
* (a) ..... Tum siquas divitiarum, vel natalium, vel retro digni
tatum ratio compellat, ita pompaticas progredi, ut sapientiannon
videantur consecutae, temperare mallum bajusmodi curate, ne totis
babenis licentiam usurpetis practextu necessitatis. Ibid.cap. 9.
(b) Suspiria adolescentium post te trabas. Casi las mismas pala
bras en Tertuliano,lugar citado, cap. 3. ---
DE SAN CYPRIANO. 9
llama del amor impuro; ypuesto que no te pierdas á tí
misma; pero echas á perderá otros, y hieresó atosigas á los
que te miran, qual si fueses una espada, ó un mortal vene
no, ¿podrás acaso excusarte con decir que eres casta y lim
pia de corazon?Tu mismo luxo, tus adornos provocativos
desmienten de lo que te jactas, ni mereces ya ser contada
entre las vírgenes de Jesu-Christo, pues vives en carrera
de ser amada. Diees que eres rica y poderosa; pero á una
vírgen no le está bien hacer ostentacion de las riquezas, cla
mando la Escritura: ¿De qué nos aprovechó la soberbia, ó
qué fruto sacamos de haber hecho alarde de nuestras riquezas,
pues todo se desvaneció como una sombra * ? y aconsejándonos 1 Sap. 5.
tambien el apóstol: Los que compran, háyanse como si no po
seyesen, y los que usan de este mundo, lo mismo que si no usa
sen de él, porque la figura de este mundo pasa °. San Pedro, a 1.Cor.
á quien el señor encomendó sus ovejaspara apacentarlas, y 7.
tener cuidado de ellas, y sobre el qual estableció y fundó
su iglesia, niega que poseyese oro ni plata; pero asegura
se hallaba rico de la gracia de Jesu-Christo, rico de fé,
y de poderío para obrar maravillas y prodigios,y abun
dante de grandes y espirituales tesoros. Tamañas riquezas
nunca podrágozar la que mas apetece serrica para el mun
do que para Jesu. Christo. Dices que eres rica y poderosa,
y pretendes poder usar de lo que te concedió Dios para que
lo poseyeses. Usalonorabuena, pero en fines honestos; úsa
lo, pero como Dioste manda y encarga. Los pobres sean
los que conozcan que eres rica: los necesitados los que ex
perimenten tu opulencia. Dá tu patrimonio á Dios en usu
ras; alimenta á Jesu. Christo para que puedas conseguir
la palma de la virginidad; agencia con limosnas las ora
ciones de muchos menesterosos, socorriéndolos, á fin de
que te remunere el señor con las recompensas que te tiene
prometidas. Deposita tus tesoros en sitio donde no pueda
cavar el ladron; donde no pueda desenterrarlos ningun
maligno salteador. Compra heredades; pero unas hereda
des celestiales, cuyas cosechas estén á cubierto de todas
lasinclemencias del siglo, y que ni el rubin las gaste, ni
Tom. II. B la
O TRATADO I.
la piedra las derribe, ni el ardor del sol las queme, ni la
lluvia las pudra é inutilice. Eres delinqüente , y delin
qüente contra el mismo Dios, si piensas haberte dado las
riquezas para que hagas un uso profano de ellas. Tambien
dió la voz al hombre; mas no por eso debe emplearla en
canciones amatorias y torpes. Quiso que el hierro fuese
instrumento de la labranza, pero no cuchillo de homici
das; ni porque él mismo crió el incienso, el vino y el
fuego, han de servir para sacrificios de los ídolos; ni.
porque inunden tus campos grandes rebaños, debes ofre
cer víctimas á los dioses falsos. De lo contrario la mu
cha abundancia de bienes acarrea tambien muchos peligros,
si no se invierten en usos piadosos; por manera que qual
quiera persona opulenta mas debe valerse de sus cau
dales para ahorrar, que para aumentar pecados. El arreo
de trages exquisitos y ostentosos que realzan la hermosura,
conviene mas á mugeres desvergonzadas y prostitutas;
pues ninguna se adorna con mayor luxo y fausto que
aquellas cuyo pudor ha dado en tierra. Así es que en la
sagrada Escritura, de donde quiso el señor sacásemos
nuestra enseñanza, se describe aquella ciudad (a) meretriz
vestida con gallardía ypompa,pero que habia de pere
cer en medio de todas sus galas, ó por mejor decir , en
castigo de estas mismas galas. T” vino, dice, el uno de los
siete ángeles, que tenian las siete copas, y habiéndome
agarrado, me dixo así: Vén, y te mostraré la condenacion
de la grande meretriz que está sentada sobre muchas aguas,
con la qual fornicaron los reyes de la tierra. T” luego me lle
vó en espíritu, y ví una muger que estaba sentada sobre la
bestia, y la tal muger estaba cubierta de una capa de púr
pura y grana, y adornada de oro, perlas y piedras precio
sas, y tenia en su mano una copa de oro llena de abomina
(a) El Apocalipsis no le llama ciudad, sino solo meretriz; pero en
esto siguió tambien áTertuliano, que le cita con el mismo nombre.
IIla civitas valida, que super septem montes, et plurimas aquas pre
sidet, aludiendo á Roma fundada sobre siete colinas ó montes, como
observó bien Lacerda, en las notas á este lugar.
*
DE SAN CYPRIANO. "I,
DE SAN CYPRIANO 13
míá del rostro, y la cabeza con mentirosos afeytes y em
belecos. Instigado aquí del santo temor de Dios, que me
inspira la religion, y del amor que debo á mis hermanos,
no puedo dexar de advertir no solo á las doncellas, sino
tambien á las viudas, y aun á las casadas, y en general
á todas las mugeres, que se guarden de profanar las obras ".
de Dios, y alterar lo que ha formado la naturaleza, con
falsos coloridos. Dice el señor: Hagamos al hombre á imá
gen y semejanza nuestra" ; y ¿habrá quien se atreva á 1 Gen.
desbaratar y trastornar lo que ha hecho Dios? Contra él
se rebelan los que pretenden variar y retocar lo que
crió él mismo, sin reflexionar que quanto nace en este
mundo todo ha salido de sus manos; y del demonio qual
quiera mudanza que se haya intentado. Si un pintor re
tratase con gallarda expresion á un personage sacando al
vivo las facciones de su rostro, y las actitudes de todo el
cuerpo ; y despues de acabado el quadro, viniese otro
presumido á corregirlo, ¿no se daria por agraviado el
primero, y no sería justa su indignacion (a)? Y ¿piensas
tú quedará sin castigo tu loco atrevimiento en querer
retocar unas obras, de que solo Dios es artífice ? Doy de
barato que semejantes afeytes no te hagan deshonesta en
la opinion de los hombres;¿no serás peor que una adúltera
en haber corrompido y violado la hechura de sus manos?
Todo esto que reputas por adorno y compostura de tu
cuerpo, ¿es mas que una contradicion declarada á las mis
mas obras del señor ; un trastorno de la natural hermo
sura? El apóstol amonestaba así: Expurgad el antiguo
fermento, para que seais nueva masa, como sois ázimos; pues
tambien jesu-Christo fué inmolado como nuestro cordero
pascual. Así celebremos estas fiestas, no en el antiguo fer
mento, ni en el fermento de malicia y de iniquidad, sino en
ázimes de sinceridad y de verdad *. ¿Por ventura se con- , , cor,
servarán la verdad y sinceridad, quando lo que es sincéro g.
Se
DE SAN CYPRIANO. 15
que alegan de haber de agradará sus maridos, á quienes
quando citan para abonar su luxo, los hacen cómplices,
de su culpa por el consentimiento. Lo cierto es que las
vírgenes, á las quales se endereza este tratado, no deben
contarse en el número de las verdaderamente tales, si,
por parecer mejor, se valen de semejantes artificios; antes
bien se las ha de separar como á ovejas dañadas y ro
ñosas del cándido y puro rebaño de las vírgenes legíti
mas y castizas, no sea que con su mal pegajoso inficio
nen á las demás, dexándolas estar juntas; y que las unas
echen á perderá las otras.
Pues que buscamos el bien de la continencia, lejos de
no todo quanto pueda ofenderla y perjudicarla: lejos
qualesquiera abusos que á título de una inveterada, aunque
mal introducida costumbre, pretenden prescribir contra la
modestia, ysobriedad. Hay algunas vírgenes que no tie
nen vergüenza de concurrir á bodas (a), ni de mezclarse
en conversaciones obscenas que allí se tratan con una der
ramada disolucion, escuchando cosas que no sufre el pu
dor decirlas ni oirlas, y autorizando con su presencia unos
convites en que rebosa el vino, se profieren indecentes pa-,
labras; se enciende el fuego de la lascivia; se provoca á los
esposos con lo que debiera estar oculto baxo del tálamo.
¿Qué tendrá que hacer en los desposorios una persona que
se halla con ánimos de no contraerlos nunca? ¿Qué gozo,
y que alegría podrá haber donde el modo de pensar, y la
profesion de los concurrentes son enteramente opuestos?
¿Qué se aprende allí? ¿Qué es lo que se vé? ¡Quánto se
aparta una vírgen en semejantes funciones del estado que
sigue, quando habiendo venido á ellas honesta, vuelve des.
honesta! Aunque permanezca vírgen seguniel cuerpo, y el
corazon, ¿cómo no echaráá perder todo este mérito con el
, de
(a) San Gerónimo allí mismo: Non intersit nuptiis servulorum,
nec familiae perstrepentis lusibus misceatur. De ahí tambien el can.
39. del concilio agathense, que prohibe á todo clérigo como profeso
res de la continencia asistir á bodas: prohibicion renovada en otros
muchos cánones. ... - -
16 TRATADO I.
desenfreno de los ojos, de los oídos, y de la boca? Pues ¿qué
diré de las quevan á lavarse en losbaños públicos,prostitu
yendo á la curiosidad lasciva de los ojos un cuerpo consa
grado al pudór, y á la castidad? ¿Por ventura, quando
allí se dexanver desnudas por los hombres, y miran á estos
en igual manera, no fomentan el ardor de la luxuria? ¿No
estimularán y provocarán á los que se hallan presentes,
para que abusen de ellas? Pero me dirás: allá se las haya
cada una con que intentos viene al baño; por lo que á mí
toca, solo vengo á lavar y recrear mi cuerpo. No te salva
este pretexto, nite justifica de la nota de incontinente y des
vergonzada. Semejante lavadura en lugar de lavar, en
sucia mas:en vez de limpiar los miembros,los mancha, y ha
ce mas asquerosos. Norabuena que á ninguno mires con ojos
deshonestos; ¿qué importa, si otros te miraná tí? No afeas
tu vista con el deleyte de objetos torpes; pero deleytando
á otros, tú misma quedas afeada. Del baño has hecho un
espectáculo; bien que un espectáculo aun mucho peor que
los mismos teatros en que se representan. Aquí es donde se
echa á rodar toda vergüenza; aquí, donde á una con los
vestidos se desnuda el cuerpo de toda modestia y pudór;
aquí unos miembros virginales se exponen á ser presa de
miradas impudicas. Contempla ahora, si quando estás ves
tida, te creerán los hombres honesta, despues de haber te
nido el arrojo de desnudarte á vista de ellos y cara á ca
ra (a). Así es que la iglesia llora á cada paso á sus vírgenes;
así se lamenta de sus infames devaneos; así se marchita la
flor de la virginidad; vá por tierra el decóro de la conti
nencia,se profana la dignidad del recato. Así embiste el
enemigo con sus estratagemas; así acomete el demonio con
ardidosas y ocultas asechanzas. Asílas vírgenes, queriendo
. ", " - * ata
•s,
DEsAN CYPRIANO. 19
hijos de este siglo engendran , y son engendrados ; mas los
que tuvieren parte en aquel otro siglo, y en la resurreccion
de los muertos, no casarán, ni otros se casarán con ellos,
pues que no llegarán á morir, porque serán iguales á los
ángeles de Dios por ser hijos de la resurreccion ". Lo que 1 Lucae.
todos hemos de ser en adelante, ya vosotras habeis em
pezado á serlo: ya habeis comenzado á gozar la gloria
de la resurreccion desde este mundo (a): pasais por el si
glo sin que se ospegue el contagio del siglo. Perseveran
do vírgenes y castas, os habeis hecho iguales á los án
geles del señor. Manteneos pues firmés é incontrastables
en vuestra virginidad, y acabad con constancia lo que
habeis emprendido con tanto teson. No busqueis el or
nato de aderezos y vestidos, sino el de las costumbres.
Contemplad en Dios, y en el reyno de los cielos. Los
ojos que habeis levantado á lo alto, no baxeis á lo terre .
nal y mundano. El primer mandamiento de Dios fué de
crecer y engendrarº; el segundo de guardar la continen 2 Gen. 1.
cia. Quando el mundo estaba informe, y todavía como en
embrion, fué preciso propagar y extender el género hu
mano por una fecunda generacion. Mas despues que se
llenó y henchió de hombres, los que pueden guardar la
continencia, viven á manera de eunucos, que se castran
por el reyno de los cielos. Es verdad que el señor no
manda esto con rigor, y solamente lo aconseja: no nos
impone ninguna necesidad, pues nos dexa libres para ha
cer nuestra voluntad. Pero como añade que hay muchas
moradas en la casa de su Padre 3, con esto nos dáá 3 Joan.
14e
entender hay algunas mas aventajadas y principales que
otras. Estas son las que están destinadas para vuestra
habitacion; : cortando los apetitos de la carne, os
haceis acreedores á mayores premios. Todos los que se
- no es s san
(a) San Leandro, de Institut. virg. Pitae coelestis beatitudinem
bic incipiunt que generare in doloribus filios nesciverunt, er que
contagia libidinis, et feda conjugum figmenta respuunt, recte Cristi
nuptias impetirarunt.
so TRATADO T.
santifican con la soberana gracia del bautismo, se desnu
dan y limpian de las inmundicias del hombre viejo por
las vitales aguas del saludable baño,y renovados en el
Espíritu Santo se purifican por un segundo nacimiento
de las manchas que contraxeron en el primero. Siempre
empero es mas abundante la santidad que á vosotras os
resulta por la regeneracion, habiendo renunciado entera
mente á todos los deseos de la carne , y quedado solo
con los del espíritu, y de la virtud, que os encaminan
á la gloria. Sentencia es del apóstol, á quien el señor
llamó vaso de eleccion , y envió á publicar su santa ley:
El primer hombre fué sacado del barrro de la tíerra ; del
cielo el segundo. Qual aquel, tales los hombres terrestres.
Qual éste, así los hombres celestiales. Como llevamos la imá
gen del que fué formado de la tierra; llevemos tambien la
s 1. Cor. de aquel que vino del cielo". La virginidad es la que lleva
• esta imágen (a); la lleva la pureza; llévanla la santidad
y la verdad; llévanla en fin los que observan la disciplina
del señor; los que con la justicia guardan la religion;
los que perseveran firmes en la fé; los que se humillan
con el temor de Dios ; los que se endurecen á toda
prueba contra qualesquiera adversidades ; los que con
mansedumbre perdonan las injurias; los que se prestan
fáciles á toda obra de misericordia ; los que viven en paz
y concordia con los hermanos. Todas" son cosas que de
beis observar, amar y cumplir vosotras, óvírgenes santas,
que empleadas en servirá Dios, y áJesu-Christo, cami
nais delante de todos como la porcion mas escogida de
la iglesia hácía el señor, á quien os habeis consagrado.
Las que sois mayores en edad, instruid á las jóvenes:
las que todavía os hallais en la flor de vuestros años, asistid
á las mas ancianas; edificad con el buen exemplo ávues
tras contemporaneas. Animaos las unas á las otras con mu
tuos exhortos: estimulaos recíprocamente con la poderosa
emul
(a) Lugar citado tambien por san Agustin, lib.4. de Doctr, sbrist.
cap. 21. como un exemplo de locucion moderada.
DE SAN CYPRIANO. ser”
emulacion de las virtudes para llegar á la gloria. Perse.
verad firmes; andad con resolucion, y arribad á vuestro
destino con felicidad. Solo os pido que os acordeis de mi
quando vuestra virginidad fuese premiada con la justa
retribucion. -