El Proceso de Lectura
El Proceso de Lectura
El Proceso de Lectura
¿Qué es leer?
Tradicionalmente, se piensa que leer es una actividad mecánica que consiste en pasar
los ojos por una página y decodificar sus grafemas. Pero leer es mucho más que esto. La
lectura es un proceso recurrente y cíclico, es decir que se interrumpe o culmina para
volver a empezar todas las veces que sea necesario hasta lograr la comprensión total de
un texto. Por eso, leer es, en resumidas cuentas, asignarle el sentido a un texto.
Es el primer paso del proceso de lectura y consiste en recorrer rápidamente, a los saltos
o con movimientos libres de la vista, la superficie de un texto. Esta etapa de la lectura
tiene una función anticipadora ya que nos permite “adelantar” o conjeturar de qué se
trata un texto antes de “sentarnos a leer”.
Conviene tener en cuenta que hay elementos, llamados paratextuales, que rodean al
texto y que sirven para orientar la lectura. Los elementos paratextuales ayudan al lector
a comprender mejor un texto; es por esto que nunca se comienza a leer “desde cero”,
sino que los lectores pueden identificar los paratextos y reunir la información que éstos
dan y, a partir de eso, pueden elaborarse una hipótesis de lectura que luego se irá
reformulando o afirmando durante la lectura misma.
¿Qué es el paratexto?
El conjunto de paratextos constituye el primer contacto de los lectores con un texto. La
etimología de la palabra paratexto nos remite a todo lo que rodea o acompaña al texto
(para = junto, al lado de). Es decir, los paratextos son todos aquellos elementos que no
son parte del cuerpo de un texto pero que dan información a los lectores y los ayudan
a entender mejor lo escrito.
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Paratextos verbales:
Título: está caracterizado principalmente por ser el primer elemento paratextual
con el que se consigue el lector. Por su exterioridad y visibilidad se requiere que
sea lo más explícito y llamativo posible. En obras literarias como novelas o
cuentos, este elemento paratextual comúnmente está acompañado con
componentes de diseño gráfico.
Epígrafe: se trata de una frase corta que hace referencia al contenido del texto
en cuestión. Puede pertenecer a un autor reconocido o no, e incluso al mismo
escritor.
Prólogo: también llamado estudio preliminar o prefacio. Es un texto escrito por
el editor, el autor o alguna otra persona que conoce el texto. Aparece al principio
de un libro y se refiere a su contenido. Prepara al lector para la lectura y cumple
una función informativa y también persuasiva, en tanto intenta atraer al lector.
Epílogo: no siempre aparece en los libros pero se ubica al final del texto y suele
ser escrito por el autor. Tiene como fin informar o comentar algunos aspectos de
la escritura del libro.
Índice: es un listado de los títulos
contenidos en el texto según un orden de
aparición y con la indicación del número de
página correspondiente. Puede estar al
principio o al final de un libro y facilita la
búsqueda de los temas de interés. Además,
organiza la lectura.
Referencias bibliográficas: este paratexto,
muy propio de las obras investigativas,
permite mostrar a los lectores los textos que
sirvieron de soporte para elaborar una
investigación.
Notas al pie o notas al final: son advertencias, explicaciones, comentarios o
noticias que el autor, editor o traductor agregan al texto pero fuera de su cuerpo
principal. Pueden estar al pie de página, en un costado o bien al final del libro.
Se introduce colocando un número pequeño o subíndice sobre al palabra o frase
que quiere ser aclarada. La función es aclarar, ampliar, refutar, etc. Si las notas
son del autor se indican como “N. del A,”; del traductor, “N. del T.” y del editor
“N. del E..
Datos de la edición: sirven para ubicar el texto en el universo editorial y también
dan información del contexto de producción de una obra: año y lugar.
Dedicatorias y agradecimientos: este elemento paratextual permite al autor de
la obra brindar un reconocimiento a aquellas personas o instituciones que
facilitaron la elaboración de la obra, o están inmersas en esta. Generalmente se
ubica luego del título.
Glosarios: ofrece al lector una lista ordenada alfabéticamente de los términos
que, por ser técnicos o pertenecer a ciertos dialectos propios de algunas zonas,
requieren de una explicación para hacerse entender.
Anexos: su fin es reforzar y dar veracidad a lo expuesto con anterioridad en la
obra.
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Paratextos icónicos:
imágenes
mapas
gráficos y esquemas
fotografías
variaciones tipográficas
diagramación
tapas, contratapas
solapas
Bibliografía:
- www.educ.ar
- www.lifeder.com
- www. campus.belgrano.ort.edu.ar
- Andruskevicz, Carla Vanina: Prácticas clave para la lectoescritura académica.
Posadas : Universidad Nacional de Misiones, 2018.
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EL PROCESO DE LECTURA (segunda parte)1
La lectura
Leer se aleja sustancialmente de la mecánica actividad de pasar los ojos por una página
y decodificar sus grafemas. Lees es primordialmente el proceso por el cual adjudicamos
sentido a un texto en su contexto de enunciación y de recepción, a partir de los
elementos presentes en él. Leer implica necesariamente confrontar las propias
interpretaciones con las ajenas (de los compañeros, del docente, de la crítica literaria);
leer es aprender a usar las
herramientas que efectivamente están
en el texto y asociarlas a las propias
competencias culturales: establecer
relaciones entre diversos textos y entre
estos y el mundo. Por todo esto, es que
leer implica comenzar a andar las
sendas del desarrollo de un
pensamiento crítico del mundo y la
realidad circundante de cada persona.
Ahora bien, cada tipo de texto “nos
pide” ser leído de determinada
manera, con la actitud mental y la
disposición adecuadas. No leemos de la misma manera un mensaje de whatsapp, una
noticia, una novela o un texto de estudio. Cada una de estas tipologías textuales tiene
características y particularidades de deben ser tenidas en cuenta y respetadas por los
lectores.
En esta ocasión, nos interesa señalar las diferencias entre los textos de estudio y los
textos literarios:
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Autora: Prof. Cecilia Ibarra. Material de circulación interna exclusiva.
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época. La literatura también, nos hoy sirve como “vía de escape” o “salida de
emergencia” de la realidad en la que nos hallamos ya que nos permite zambullirnos en
nuevas realidades, paralelas o parecidas a las nuestras. La literatura, incluso muchas
veces juega con los límites entre la realidad y la ficción llevando a los lectores a
extrañarse de sus propias realidades.
La lectura de textos literarios debe ser acompañada también por una actitud corporal y
mental adecuada. Es conveniente estar calmos y dispuestos a sumergirnos en los
mundos que nos presentan los autores. También sugiero estar relajados, acostados en
una cama o descansando en algún sofá cómodo. Escuchando -o no- alguna música de
fondo que pueda potenciar la experiencia y alejarnos lo más posible de distracciones
externas.
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comprendamos o de cuyos significados no estamos seguros. Esto nos ayudará a despejar
las dudas que un uso especializado del lenguaje pueda conllevar.
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EL PROCESO DE LECTURA (tercera parte)1
La post-lectura
Tal y como lo adelanta el epígrafe de este texto, la post-lectura se trata justamente de
“masticar” y de “digerir” los textos, de apropiarnos de sus contenidos y de re-
significarlos. El prefijo pos- o post- significa “detrás de” o “después de”. Por lo que la
fase de post-lectura incluye a todas las actividades que se realizan una vez finalizada la
lectura de determinado texto.
Las actividades de la post-lectura variarán según el tipo de texto con el que se haya
trabajado. Por ejemplo, las actividades más apropiadas para realizar después de la
lectura de un texto de estudio son
aquellas que tienen que ver con dar
cuenta de determinada información en
cierto orden: resúmenes, síntesis, mapas
conceptuales, esquemas, cuadros
comparativos, líneas de tiempo, etc.
También es conveniente buscar más
información de esos temas en otras
fuentes confiables, por ejemplo: investigar
entrevistas en internet, buscar tutoriales,
leer artículos o comenzar a seguir alguna
página especializada en las redes.
Todas esas son actividades que ayudan a
fijar la información en la memoria y a
organizarla para aprehenderla.
Por otra parte, las actividades más
apropiadas para realizar después de la
lectura de un texto literario son aquellas relacionadas a la comprensión y a la
interpretación, por ejemplo: responder algún cuestionario guía, investigar acerca del
autor, hacer un compilado de las frases que más te llamaron la atención o te gustaron
del texto. También es muy común escribir pequeñas “conclusiones” al finalizar el texto.
Estos escritos pueden convertirse en reseñas o informes de lectura.
Resulta extremadamente productivo compartir con otras personas (grupo de amigos,
padres, docentes, club de lectura, etc.) las reflexiones a las que hayamos llegado luego
de nuestras lecturas.
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Material de circulación interna exclusiva.
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ETAPAS CARACTERÍSTICAS, ACTIVIDADES O TAREAS
PRE-LECTURA o lectura exploratoria • Identificación de elementos paratextuales
(portada, títulos, subtítulos, índices,
bibliografía, datos de edición, imágenes, ma-
pas, gráficos, otros elementos icónicos, etc.),
• Lectura globalizadora, rápida, cruzada,
salteada, vertical, etc.,
• Función contextualizadora y anticipadora
(para formulación de conjeturas o hipótesis
de lectura, relaciones con conocimientos
previos y con objetivos de estudio).
LECTURA • Lectura detenida, analítica, por secciones o
partes (con sentido completo).
• Trabajo de análisis y síntesis (lectura y
relectura).
• Verificación y/o ajuste de conjeturas
iniciales (hipótesis de lectura).
POST- LECTURA • Elaboración de formatos de síntesis
(esquemas, mapas o redes conceptuales,
sinopsis, resúmenes, etc.),
• interacción con docentes y/o especialistas
en el tema o la actividad,
• Interpretación y análisis.
• intercambios en grupos completos (en el
aula o en grupos de estudio),
• Elaboración de informes de lectura y
reseñas.