San Juan Bautista de La Salle
San Juan Bautista de La Salle
San Juan Bautista de La Salle
En esta casa
nació y vivió
durante toda
su niñez.
El padre era abogado y
administrador de
diversos organismos
locales y también
consejero real en la
Audiencia, y supo
inculcar a su hijo la
austeridad, la rectitud
moral, el sentido del
orden y fortaleza en las
dificultades. La madre le
inculcó una admirable
piedad, un corazón
compasivo y una gran
bondad.
Durante sus estudios
escolares se fue
gestando su vocación al
sacerdocio. Sus
piadosos padres vieron
con agrado la llamada
divina. Por eso, según la
costumbre de la época,
recibió la tonsura
eclesiástica al cumplir
los once años. Antes de
los dieciséis años fue
nombrado canónigo de
la catedral de Reims.
Por entonces
comenzaba una
metódica vida de
plegaria, de estudio y
de responsabilidades
sociales.
Empezó a
dudar de su
trabajo. ¿Era
una obra de
Dios o quizá
buscaba su
propia gloria y
fama?
Pero Dios no le
abandona: empiezan
a llegar jóvenes
generosos y sinceros
que quieren ser
maestros. Con éstos
comenzará La Salle a
vivir y trabajar de un
modo nuevo. En
adelante vivirán
juntos en serio y se
comprometerán a ser
seguidores de Jesús.
En Agosto de 1683,
San Juan Bautista
De la Salle renunció
a ser canónigo de la
Catedral de Reims
para dedicarse
plenamente a la
dirección de las
Escuelas Cristianas
y la formación de su
comunidad de
maestros.
En 1684 daba el paso decisivo haciendo profesión
religiosa con doce de sus discípulos más fervorosos. Se
forma una comunidad religiosa, con hábito formado de
sotana negra con un cuello o rabat blanco, llamada
“Hermanos de las Escuelas Cristianas”, asociados por
votos para el servicio educativo de los pobres.
Es la primera
congregación
de varones
que
renuncian a
ser
sacerdotes.
Las
preocupaciones
sociales del
santo no
terminan en la
escuela.
Dedicarán toda su
vida a ayudar a los
jóvenes a
descubrir la cultura
y el Reino de Dios,
por sí mismos.
Los hermanos van
abriendo escuelas a
lo largo y ancho de
toda Francia,
respondiendo a las
llamadas de
diferentes personas
en distintos
lugares.
En unos sitios serán escuelas gratuitas para niños pobres;
en otros, escuelas de oficios para que los jóvenes
aprendan un trabajo y puedan encontrar empleo; en otros,
escuelas de maestros para que, aquellos jóvenes que
quieran serlo salgan bien preparados antes de dar clase; y
hasta escuelas para delincuentes, ya que estando en la
cárcel no hacían nada y, por lo menos, en la escuela
aprendían algo.
Pero también fueron Los maestros calígrafos,
viniendo los problemas. que enseñaban a escribir
cobrando por ello,
empiezan a quedarse sin
alumnos porque los
Hermanos no cobraban y
enseñaban mejor. Esta
persecución hasta violenta
y en juicios sería mayor
más tarde en París. Algunos
de aquellos jóvenes
generosos y sinceros, que
se han hecho Hermanos y a
los que La Salle quiere
mucho, lo abandonan e
incluso traicionan.
Al principio algunos le fallaron porque el santo era tan
bondadoso que no podía imaginar mala voluntad en
ninguno de sus discípulos. Para él todo el mundo era
bueno, y por mucho que lo hubieran ofendido estaba
siempre dispuesto a perdonar y a volver a recibir al que
había faltado. Y tuvo la prueba dolorosísima de ver que
algunos lo engañaron y se dejaron contagiar por el
espíritu del mundo.
Las dificultades e
incomprensiones que
hallaba en Reims le
animaron a aceptar la
invitación del párroco de
San Sulpicio de París para
trasladarse a la capital y
dirigir la escuela parroquial.
Traicionado por
éste, el santo fue
condenado sin que
hiciera nada por
defenderse.
El santo De La Salle
pensó que su
presencia era
obstáculo para las
escuelas y decidió
marchar a trabajar en
obras del Sur. Juan
Bautista decidió
retirarse al santuario
del Santo Bálsamo,
luego a un convento
dominicano y por fin a
la Gran Cartuja de
Grenoble.
El Santo, en medio de sus
achaques de enfermedad,
seguía dando clase, como
aquí en la escuela de la
Parroquia de San Lorenzo,
en Grenoble.
Juan Bautista
obedece y vuelve,
pero a medida que
pasa el tiempo su
salud empeora.
En 1717, después de haber trabajado incansablemente y
de haber sufrido enormemente, sin haber pretendido
nunca en lo más mínimo gloria humana, renunció a su
cargo de superior, para el que fue elegido el hermano
Bartolomé, director en París. Una vez elegido, se
sometió al nuevo superior en completa obediencia.
Juan Bautista se retiró
a San Yon, cerca de
Ruán. Allí redactó la
Regla definitiva de los
Hermanos y retocó
diversos libros de los
que tenía preparados.
La enfermedad
reumática y urémica
se apoderó de él a
principios de 1719.
Estando en Saint-Yon
recibe la visita del
arzobispo de Rouen,
hijo del ministro
Colbert, en compañía
de Pontcarré,
Presidente local del
Parlamento.
San Juan Bautista de La
Salle estaba moribundo
sin casi haberse
enterado de la última
persecución que le
acechaba: se le habían
retirado las licencias
eclesiásticas ante
nuevas calumnias de que
se le acusaba en la curia
diocesana. Se sentía en
paz con Dios y bendecía
a sus hermanos.
Falleció el 7 de abril de 1979, pronunciando unas palabras
que resumían la actitud fundamental de su vida: “Adoro
en todo la voluntad de Dios para conmigo”. Era viernes
santo. Le faltaban pocos días para cumplir 68 años.
En su entierro
muchos tenían
motivos para
llorarle; pero
también para
recordar un
camino en
búsqueda de la
voluntad de Dios.
Juan Bautista
de La Salle fue
beatificado
en 1888 y
canonizado, o
declarado santo,
el 24 de
mayo de 1900
por el papa
León XIII.
El 15 de Mayo de
1950, a causa de su
vida y sus escritos
inspirados, de parte
del papa Pío XII
recibió el título de
Santo Patrono de los
que trabajan en el
ámbito de la
educación.
Decía Juan Pablo II
el año 2000:
Automático
transmitir los
valores del
Señor Jesús
enseñando
a vivir y a
ser fiel ,
ser ejemplo
y modelo de
Santidad
infundiendo
los ideales
de Dios.
La semilla de Cristo en el
corazón de los niños sembrar
con amor .
San Juan
Bautista de la
Salle, maestro ,
pastor y
embajador,
La obra que
Dios en ti
comenzó
siga dando
abundante
fruto.
San Juan
Bautista
de la Salle,
sacerdote de
Cristo el
Señor.
Para dar los
frutos que
Dios quiere,
hoy
pedimos tu
intercesión.
Que la Virgen de la
Estrella, patrona de
los hermanos de las
Escuelas Cristianas de
La Salle, interceda
para que todos
podamos seguir las
huellas de amor de
san Juan Bautista de
La Salle.
AMÉN