Elusion y Evasion
Elusion y Evasion
Elusion y Evasion
Según lo dispuesto en el inciso 1º del nuevo Art. 4º bis del Código Tributario,
introducido por la Ley 20.780 -en el contexto de las medidas antielusión (abuso de
formas jurídicas y simulación), incorporadas a nuestro sistema tributario-, las
obligaciones tributarias establecidas en las leyes que fijen los hechos imponibles,
nacerán y se harán exigibles con arreglo a la naturaleza jurídica de los hechos, actos
o negocios realizados, cualquiera que sea la forma o denominación que los
interesados le hubieran dado, y prescindiendo de los vicios o defectos que pudieran
afectarles.
“No hay buena fe si, mediante dichos actos o negocios jurídicos o conjunto o
serie de ellos, se eluden los hechos imponibles establecidos en las disposiciones
legales tributarias correspondientes. Se entenderá que existe elusión de los hechos
imponibles en los casos de abuso o simulación establecidos en los artículos 4° ter
y 4° quáter, respectivamente.”
h) Se entiende que hay elusión de los hechos imponibles en los casos en que
el contribuyente ha incurrido en abuso de formas jurídicas o simulado negocios
jurídicos, en perjuicio del Fisco;
j) En todo caso, para que haya buena fe, no basta como motivo determinante
del acto o negocio jurídico el mero ahorro impositivo o beneficio tributario, sino que
es necesario, además, de un motivo o efecto jurídico o económico, relevantes;
En efecto, el SII, en dicha Circular 65 del 2015, dice que, en general, una de
las diferencias esenciales entre las normas legales destinadas a la sanción de
conductas evasivas, entendidas estas como aquellas constitutivas de delitos
tributarios, y las establecidas para el control de la elusión, sean éstas especiales o
generales, consiste en que la aplicación de estas últimas no depende de la
existencia o prueba del dolo o malicia. Así, por ejemplo, este Servicio puede tasar
precios o valores, controvertir la deducción de ciertos gastos, aplicar las normas
sobre precios de transferencia o incluso aplicar las facultades que le concede la
nueva NGA (Norma General Antielusión), sin consideración a la intención o dolo del
contribuyente que pactó o determinó los precios o valores, rebajó el gasto o llevó a
cabo los actos abusivos o simulados. Y agrega que el artículo 4° ter del Código
Tributario establece un criterio objetivo y no un análisis de las intenciones o fines
que pudieron tener los contribuyentes. El examen, en este caso, consistirá en
determinar si la naturaleza de los actos o negocios jurídicos, individualmente o en
su conjunto, utilizados por los contribuyentes se dejan explicar por razones distintas
de las meramente tributarias. De esta forma, se busca asegurar el cumplimiento del
principio de legalidad y la teoría del hecho imponible recogida en el artículo 4º bis.
Así, la mala fe, tratándose del abuso de las formas jurídicas y de la simulación
de negocios jurídicos, significa la realización de actos o negocios jurídicos que
eluden los hechos imponibles establecidos en las leyes tributarias, realizados con
dolo o malicia, es decir, de mala fe.
El “abuso” como concepto supone una actuación dolosa o de mala fe, ya que
se define, según el Diccionario de la RAE, como la acción y efecto de abusar. Este
verbo supone usar mal, excesiva, injusta, impropia o indebidamente algo o a
alguien.
En este sentido, cabe señalar que el inciso 1º del Art. 160 bis del Código
Tributario dispone que el Director del SI deberá solicitar la declaración de abuso o
simulación a que se refiere el artículo 4° quinquies y, en su caso, la aplicación de la
multa establecida en el artículo 100 bis ante el Tribunal Tributario y Aduanero
competente, de manera fundada, acompañando los antecedentes de hecho y de
derecho en que se sustenta y que permitan la determinación de los impuestos,
intereses penales y multas a que dé lugar la declaración judicial a que se refiere
este artículo.
Dicho con otros términos, los “impuestos eludidos” debe ser objeto de
determinación o liquidación provisional. Por el contrario, si no existe posibilidad de
liquidación de los impuestos eludidos, no puede configurarse el abuso de las formas
jurídicas.
Segundo elemento: Que la acción elusiva (de abuso de las normas jurídicas)
se ejecute mediante actos o negocios jurídicos o conjuntos de ellos.
En virtud de este elemento de la definición legal, para que haya abuso de las
formas jurídicas, los actos o negocios jurídicos ejecutados o celebrados no debe
producir resultados o efectos jurídicos o económicos relevantes, para el
contribuyente o un tercero, que sean distintos de los meramente tributarios.
Que los actos o negocios jurídicos elusivos sean ejecutados de mala fe,
o sea, con dolo o malicia, porque la buena fe del contribuyente se
presume, en conformidad a lo previsto en el Art. 4º bis del Código
Tributario;
Que el SII pruebe el abuso de las formas jurídicas, pues sobre él recae la
carga de la prueba;
Que sea posible liquidar o determinar los impuestos eludidos;
Que las diferencias de impuestos, determinadas provisoriamente por el
Servicio al contribuyente respectivo, exceda la cantidad equivalente a 250
unidades tributarias mensuales a la fecha de la presentación del
requerimiento;
Que, previo a la solicitud de declaración de abuso y para los efectos de
fundar el ejercicio de ésta, el Servicio cite al contribuyente en los términos
del artículo 63 del Código Tributario, pudiendo solicitarle los antecedentes
que considere necesarios y pertinentes, incluidos aquellos que sirvan
para el establecimiento de la multa del artículo 100 bis del Código
Tributario;
Que el SII efectúe el requerimiento judicial de la declaración de abuso,
fundadamente, dentro del plazo de prescripción y con las formalidades
legales;
Que el abuso sea declarado judicialmente por el Tribunal Tributario y
Aduanero competente, en un procedimiento especial establecido al efecto
en el Código Tributario (Art. 160 bis); y
Un requisito negativo, que no se trate de una conducta de economía de
opción o planificación tributaria, cuya licitud se reconoce expresamente
en el inciso 2º del Art. 4º ter del Código Tributario.
Dicho con otras palabras, la norma legal indicada hace aplicable el criterio de
especialidad o el principio de que ley especial prevalece sobre ley general, para
solucionar un posible problema de contradicción normativa respecto de las medidas
antielusión.
Por ejemplo, tratándose de la norma especial del Art. 64 del Código Tributario
que establece la facultad del SII para tasar, que tiene un supuesto especial (valor
de enajenación notoriamente inferior al valor corriente en plaza), y si no concurre el
supuesto especial indicado, no procede la aplicación de la medida antielusión
especial, porque este supuesto especial no está contenido en el supuesto general
del abuso de forma jurídica; pero, además, la norma antielusión general tiene
supuesto propios que no concurren en la norma especial, como la liquidación
provisional del impuesto que debe acompañar el SII para solicitar la aplicación de la
medida.
En consecuencia, si el hecho realizado por el contribuyente no puede
subsumirse en el supuesto de hecho diferencial (ANTINOMIA TOTAL-PARCIAL) de
la norma antielusiva especial, entonces es imposible, jurídicamente, que se pueda
subsumir en la norma que establece el abuso de las formas jurídicas, que es de
carácter general y que no contempla el supuesto diferencial.
Para Raúl Diez Duarte (La simulación de contrato en el Código Civil chileno,
Teoría Jurídica y Práctica Forense, Fallos del Mes, 1982, p. 60), hay simulación toda
vez que exista disconformidad consciente entre la voluntad y su declaración,
convenida entre las partes, con el fin de engañar a terceros.
Por lo tanto, la simulación ilícita, al ser ejecutada por las partes del negocio
simulado con la intención de perjudicar a terceros, es una actuación dolosa que
constituye delito civil, tal como expusimos en un boletín anterior.
“Se entenderá que existe simulación, para efectos tributarios, cuando los
actos y negocios jurídicos de que se trate disimulen la configuración del hecho
gravado del impuesto o la naturaleza de los elementos constitutivos de la obligación
tributaria, o su verdadero monto o data de nacimiento."