Orgasmo
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Índice
La llegada al orgasmo[editar]
Se puede llegar al orgasmo con una gran variedad de actividades. En el caso de
los hombres, se puede alcanzar la suficiente estimulación en el pene mediante el
coito, el sexo anal, la felación o la masturbación. Las mujeres pueden alcanzarlo
mediante el coito, el cunnilingus o la masturbación. También pueden llegar al
orgasmo mediante el uso de juguetes sexuales, como vibradores. Una proporción
menor dice poder alcanzarlo con solo la estimulación de los pezones y otras zonas
erógenas.8910 Una persona puede experimentar orgasmos múltiples.311
Además de mediante la estimulación física, se puede alcanzar el orgasmo
mediante únicamente excitación psicológica, como por ejemplo durante
los sueños eróticos (polución nocturna de hombres o mujeres)1213 o el control del
orgasmo. Los orgasmos originados únicamente mediante estimulación psicológica
fueron reportados por primera vez entre personas con lesiones de médula
espinal.12 Aunque las lesiones de médula espinal suelen acarrear la pérdida de
ciertas sensaciones y altera la percepción de uno mismo, una persona con estas
alteraciones conserva la posibilidad de excitación sexual y los deseos eróticos.12
Un orgasmo involuntario, como en el caso de un contacto sexual forzado (durante
una violación o una agresión sexual), puede acarrear sentimientos
de vergüenza causados por la internalización de actitudes ajenas como culpar a la
víctima.1415 La incidencia de aquellos que han tenido una experiencia sexual no
solicitada y han experimentado un orgasmo es muy baja; posiblemente la mayoría
no se reporten por la vergüenza y la turbación. Estos casos se dan
indiferentemente del sexo de la víctima. 15
La literatura científica se centra en la psicología del orgasmo femenino más que en
el masculino, en la que «parece reflejar la suposición de que el orgasmo femenino
es psicológicamente más complejo que el orgasmo masculino», pero «la escasa
evidencia empírica disponible sugiere que el orgasmo masculino y femenino
pueden tener más similitudes que diferencias. En un estudio controlado de Vance
y Wagner (1976), los evaluadores independientes no podían diferenciar
descripciones escritas de las experiencias de orgasmo masculino versus
femenino».16
El orgasmo en el hombre[editar]
En los hombres, la forma más común de llegar al orgasmo es mediante la
estimulación física del pene.3 Suele estar acompañado de la eyaculación, pero es
posible tener orgasmos sin eyaculación, por eyaculación retardada, o eyacular sin
llegar al orgasmo, en caso de anorgasmia.31611
Modelo de dos estadios[editar]
El punto de vista tradicional es que hay dos estadios en los orgasmos masculinos:
eyaculación y orgasmo simultáneos, inmediatamente seguidos por un periodo
refractario que impide que el hombre tenga varios orgasmos seguidos. 11
En 1996, Masters y Johnson publicaron investigaciones esenciales sobre las fases
de la estimulación sexual.217 Su trabajo incluía hombres y mujeres, y de forma
diferente a la de Alfred Kinsey en 1948 y 1953,18 trataron de determinar los
estados fisiológicos antes y después del orgasmo. Masters y Johnson defendían
que, en el primer estadio, «los órganos accesorios se contraen y el hombre puede
notar la inminencia de la eyaculación, y dos o tres segundos después llega esta, la
cual el hombre no puede constreñir, retrasar o retraer de ninguna forma».
Reportaron que, contrariamente a las mujeres, «para los hombres, la fase de
resolución incluye un periodo refractario impuesto» y añaden que «algunos
hombres menores de 30 años, aunque no muchos, tienen la habilidad de eyacular
frecuentemente y tienen cortos periodos refractarios durante la fase de
resolución». Masters y Jonhson han equiparado el orgasmo masculino y la
eyaculación y mantienen la necesidad de un periodo refractario entre orgasmos. 11
Orgasmo retardado y orgasmo múltiple[editar]
En contraste con el modelo de dos estadios del orgasmo masculino, Kahn (1939)
igualó el orgasmo y la eyaculación y estableció que se pueden tener varios
orgasmos y que «de hecho, algunos hombres son capaces de continuar un
orgasmo con otro y un tercero y cuarto».11 Aunque es raro en hombres conseguir
orgasmos múltiples,3la afirmación de Kahn se apoya en hombres que han tenido
orgasmos múltiples y consecutivos reduciendo el periodo refractario. 1119 Algunos
hombres se pueden masturbar durante horas, llegando al orgasmo varias veces. 19
Muchos hombres que comienzan a masturbarse o su actividad sexual antes de la
adolescencia son capaces de conseguir múltiples orgasmos sin eyaculación.
Algunas pruebas indican que los orgasmos de los hombres antes de la pubertad
son cualitativamente similares a la experiencia normal del orgasmo femenino, ya
que no hay eyaculación ni periodo refractario, lo que sugiere que los cambios
hormonales que ocurren en la pubertad tienen una fuerte influencia en el orgasmo
masculino.20
Se cree que un aumento de la producción de la hormona oxitocina durante la
eyaculación es la principal responsable del periodo refractario, y la cantidad en la
que esta hormona se incrementa puede afectar a la duración del periodo
refractario.21 Otro compuesto químico considerado el responsable del periodo
refractario masculino es la prolactina,22 que antagoniza la dopamina, responsable
de la excitación sexual.22 Por eso existe un interés experimental en drogas que
inhiben la prolactina, como la cabergolina. Informes anecdóticos sobre la
cabergolina sugieren que puede eliminar el periodo refractario, permitiendo a los
hombres experimentar orgasmos múltiples eyaculatorios en una rápida sucesión.
Al menos un estudio científico apoya estas pruebas, 23 pese a que la cabergolina
tiene muchos efectos secundarios potenciales, por lo que no se ha aprobado para
tratar la disfunción eréctil.23 Otra razón para la falta o ausencia del periodo
refractario es un aumento en la producción de oxitocina. Se cree que la cantidad
en la que se produce afecta a la duración de cada periodo refractario.
En los últimos años, se han escrito libros en los que se afirma que el hombre
puede alcanzar orgasmos múltiples. En otras obras se asegura que refrenar la
eyaculación da como resultado un orgasmo más intenso y placentero y un estado
posorgásmico mucho más energético.24 Las técnicas incluyen control físico y
mental sobre las emisiones y la vasocongestión preeyaculatoria más que forzar la
retención o las contracciones eyaculatorias.25 Una técnica para retrasar la
eyaculación es ejercer presión en el perineo, a medio camino entre el escroto y el
ano, justo antes de la eyaculación. Sin embargo, esto puede llevar a eyaculación
retrógrada, por ejemplo, redirigiendo el semen a la vejiga urinaria en vez de salir
hacia el exterior por la uretra. También puede causar daños a largo plazo por la
presión que se ejerce en los nervios y vasos sanguíneos del perineo, semejante al
que tienen algunos hombres que andan en bicicleta con asientos estrechos
durante largos periodos de tiempo. 26 Los hombres que han sido operados de la
próstata o de la vejiga, pueden experimentar orgasmos secos causados por
eyaculación retrógrada.
El orgasmo femenino[editar]
Fases de la excitación y orgasmo femenino
Existen prácticas para experimentar placer sexual intenso sin que el objetivo
principal sea alcanzar el orgasmo. Están relacionadas con la capacidad
de autocontrol y en cierta medida con la autoestima. Esperar el orgasmo es
considerado como una presión y un obstáculo para la experimentación de placer.
Los hombres pueden aprender a controlar el orgasmo a través del entrenamiento.
Así pueden retrasarlo, lo que puede ayudar a aumentar la intensidad del placer,
tanto propio como de la pareja. También la pareja tiene posibilidad de ayudarle a
controlarlo a través del control en la intensidad de los estímulos.
La intensidad del orgasmo femenino puede aumentarse con algunas técnicas
como estimulaciones múltiples (por ejemplo, del clítoris y los pechos a la vez) y
una puesta en escena del acto sexual como juego, por ejemplo juegos de rol en
los cuales los amantes asumen papeles activos, pasivos o imaginarios.
Las prácticas se basan en el tantra hindú, en la interrupción del coito y de la
estimulación en general cuando los amantes ya han conseguido un nivel
de excitación avanzado combinado con técnicas de respiración para transformar la
vivencia del orgasmo, por ejemplo, en un estado de éxtasis perdurable.
Tanto en el hinduismo como en el budismo, el sexo es visto como un acto
espiritual, y el aumento del placer es solamente un producto colateral de este. El
tantra según la concepción tradicional quiere producir una cercanía a los dioses a
través del orgasmo, sobre todo relacionado con la deidad doble Shiva. El orgasmo
es visto como disolución de los límites del Yo, que a través de este proceso se
mezcla con la identidad de la deidad. El budismo tántrico Vajrayāna en cambio lo
relaciona con una experiencia de la unión entre felicidad y vaciedad. Algunos
tántricos creen que esta experiencia es un samādhi (estado) especial, que no
puede ser alcanzado por otras técnicas de meditación. Otras concepciones ven al
orgasmo como baño del cuerpo en Qì (la energía de la vida). En todas juega un
rol fundamental la capacidad de dejar atrás el Yo.
La colección de textos eróticos india Kamasutra prueba que ya en la Antigüedad el
ser humano se ha preocupado por técnicas para aumentar el placer sexual.
Paradójicamente, hoy en la India la moral en cuestiones sexuales es bastante
represora.
Disfunciones corporales[editar]
Anorgasmia[editar]
Con el término anorgasmia se denomina una disfunción que impide experimentar
el orgasmo de manera temporal o constante, con respuesta sexual normal en las
fases fuera del orgasmo.
Es más común en las mujeres que los hombres: solamente un tercio de las
mujeres sexualmente activas reporta que llegan al orgasmo con regularidad, y
entre 5 a 10% nunca lo han experimentado.[cita requerida] En el caso de los hombres,
hace falta diferenciar la anorgasmia de la disfunción eréctil y de problemas de
eyaculación.
Una de las causas de anorgasmia son los efectos secundarios de algunos
medicamentos, trastornos emocionales, enfermedades vasculares, o lesiones
neurológicas. En el caso de la mujer puede ser más difícil por el relativo
desconocimiento de la anatomía de sus órganos sexuales. La
organización International Society for the Study of Woman’s Sexual Health fue
fundada para combatir esta situación de desinformación, que frecuentemente
impide un tratamiento adecuado de la anorgasmia femenina.
Nuevos estudios han demostrado que las causas de la anorgasmia son similares
en mujeres y hombres.[cita requerida] Otros estudios han descubierto que una posible
causa de la anorgasmia femenina es una deficiencia en la producción de
testosterona.[cita requerida] Para compensar esto se utilizan geles con los que es
tratado el clítoris.
En 1951 Terman encontró que un 30 por ciento de las mujeres casadas
estudiadas nunca llegaban al orgasmo o lo conseguían ocasionalmente. 48 En
1953 Alfred C. Kinsey informó de un 50 por ciento de casos.49 Una teoría originada
en el psicoanálisis freudiano sostiene que la mujer que no puede llegar al orgasmo
mediante el coito es porque tiene problemas psicológicos de inhibición sexual y
está gravemente perturbada. A la mujer que utiliza la estimulación manual u oral
del clítoris se la considera inmadura, equiparando salud mental con capacidad
orgásmica. Otra teoría se basa en la ineptitud del compañero sexual masculino,
suponiendo que con un compañero sexual lo bastante hábil y experto para
estimularla de la manera adecuada lograría alcanzar el clímax. Ninguna de estas
teorías se apoya en estudios científicos, aunque la segunda puede parecer
correcta, en realidad debería referirse a la experiencia de ambos miembros de la
pareja sexual.50
El hecho de que las mujeres conserven su capacidad orgásmica hasta una edad
muy avanzada (Alfred C. Kinsey 1953,49 o Masters y Johnson 1966) hace pensar
que los factores hormonales son de una importancia relativa. 51
No debe equipararse orgasmo con respuesta sexual: capacidad orgásmica y
respuesta sexual son variables independientes. Según Cheser (1959) existen
mujeres que no logran un orgasmo pero que sin embargo disfrutan del coito. 52
Paraplejía[editar]
Aspectos históricos[editar]
Antigüedad[editar]
Los antiguos griegos le daban un alto valor al orgasmo, no importando si este se
alcanzaba a través de la masturbación o del sexo. Los romanos reservaban el
orgasmo al hombre; no era deseado que las mujeres tuvieran sentimientos
agradables en el acto sexual. Un hombre que ayudaba a su esposa a llegar al
orgasmo con técnicas como el cunnilingus era visto como impotente.[cita requerida] Sin
embargo, en varias culturas —entre ellas también la romana— se ha comprobado
la existencia de objetos que ayudaban a la mujer a llegar al orgasmo, la mayoría,
en forma de falo. Los primeros de ellos se encontraron en Pakistán y datan de
alrededor de 4000 a. C.57 En Egipto, el orgasmo femenino tuvo una gran
importancia ritual, por ejemplo, en la fiesta de Isis.
Medievo y Edad Moderna[editar]
Los tabúes sexuales que se difundieron en la moral del Medievo y en ciertos
grupos culturales que influyen hasta hoy, derivaron de las religiones que
asumieron el Neoplatonismo como criterio de interpretación. En esas ideologías lo
corpóreo, material y genital eran lo opuesto a lo bueno, celeste y espiritual dando
lugar a una idea del sexo como bajo. El orgasmo, sobre todo el femenino, no era
visto como algo "natural" sino como material, maligno, corpóreo y para
algunos diabólico. Hasta épocas recientes algunas conductas que son vistas hoy
como "normales" en sociedades tolerantes eran entonces prohibidas, así por
ejemplo, en Alemania, hasta 1994 era vigente el Artículo 175 que penaba
relaciones homosexuales.
A partir del siglo XV está documentado que los médicos europeos se valieron de la
ayuda manual para que las mujeres con enfermedades catalogadas como
«histeria» (por ejemplo, nerviosismo y dolor de cabeza) pudieran conseguir el
orgasmo. En el siglo XIX estas prácticas disminuyeron dado que se empezaron a
comercializar los primeros vibradores. En el mismo siglo, la literatura medicinal
mencionaba varias veces al orgasmo femenino y lo describía como necesario para
una concepción exitosa. En Francia ya era común la expresión la petite mort, la
pequeña muerte, para referirse al orgasmo femenino.
Siglo XX[editar]
Los cambios en las concepciones morales, la disminución de la influencia de la
Iglesia y mejores métodos científicos hicieron posible investigar el fenómeno de
manera más profunda y ayudaron a destabuizarlo.
Sigmund Freud y Wilhelm Reich[editar]
El psicoanalista Sigmund Freud, uno de los pioneros del psicoanálisis, jugó un rol
importante en el establecimiento de la sexualidad como objeto de estudio. Según
él, la tensión sexual (libido) insatisfecha era la responsable de las enfermedades
psicológicas, mientras que por la sublimación de aquella se alcanzaban los logros
culturales del hombre. Sin embargo, Freud no le concedió demasiada importancia
al orgasmo mismo.
A partir de mediados de la década del 1920, Wilhelm Reich, discípulo de Freud,
investigó la capacidad de alcanzar el orgasmo. En 1927 escribió la primera
monografía sobre el tema, La función del orgasmo. En este trabajo propuso utilizar
la potencia orgásmica como indicador para la salud mental, basándose en su
experiencia. Según Reich, las enfermedades neuróticas revelaban la imposibilidad
de vivir un orgasmo "completo", lo que bloqueaba a la libido. Como meta para
curar estas patologías, propuso lograr que el paciente aceptase el "reflejo" del
orgasmo. Estos estudios lo llevaron una década más tarde hacia la vegetoterapia,
que incluía mente y cuerpo.58
En los años 1950 otros psicólogos desarrollaron variantes de este tipo de terapia,
incluyendo técnicas como el yoga, el cual había sido desaprobado por Reich ya
que este según él iba dirigido hacia un mayor autocontrol, lo que precisamente
buscaba evitar.59 Un ejemplo es el neotantra de Margot Anand, una discípula
de Osho. Un discípulo de Reich, Alexander Lowen, modificó su vegetoterapia sin
incluir técnicas exóticas, llegando al análisis bioenergético. Ninguno de estos tipos
de psicoterapia tuvieron como meta la recuperación de la "potencia orgásmica" de
Reich.
Informe de Masters y Johnson[editar]
Según Masters y Johnson (1966) los procesos fisiológicos que intervienen en el
orgasmo femenino son análogos a los observables en el orgasmo masculino, pero
la capacidad de experimentar orgasmos múltiples en un lapso limitado es superior
en la mujer promedio que en el varón promedio.
Masters y Johnson investigaron el orgasmo humano en la década de 1960 y
crearon el término ciclo de la respuesta sexual humana. En la investigación se
recurrió a personas que aceptaron realizar el coito y otras estimulaciones sexuales
en condiciones de laboratorio. Por lo tanto es cuestionada la representatividad del
estudio, ya que se trataba de personas con un alto interés en la sexualidad y poco
pudor al respecto. Masters y Johnson concluyeron que existía en el humano una
permanente tensión sexual, que solamente debía ser estimulada para llegar al
orgasmo. Hoy la mayoría de los científicos ya no concuerda con esta tesis,
argumentando que la sexualidad humana no se puede reducir al hecho de
alcanzar el orgasmo.
Estudios recientes[editar]
Desde el conocido informe Kinsey en la década de 1950 han sido numerosas las
encuestas y los estudios empíricos sobre la conducta sexual en general y la
relación de las personas con el orgasmo en particular.