El Origen Del Antisimitismo
El Origen Del Antisimitismo
El Origen Del Antisimitismo
ANTI-SEMITISMO Y ANTI-SIONISMO
Los sicólogos nos dicen que los humanos tenemos dos niveles paralelos de existencia mental,
una consciente y otra subconsciente. Estos niveles continuamente interactúan y afectan el uno al
otro. Aunque son independientes, en realidad están muy integrados e interdependientes.
Utilizaré una ilustración para explicar la relación entre ambos niveles respecto al antisemitismo, a
los cuales denomino como nivel superior y nivel inferior.
El nivel inferior es como la planta baja de un edificio. Ese nivel es invisible, espiritual o
metafísico, y allí encontramos la caldera hirviente del odio, de donde emanan humo y gases
tóxicos, el que inicia las llamas mismas del antagonismo contra el pueblo judío. El segundo nivel
es el superior, la planta alta, que es la expresión manifiesta y tangible del antisemitismo. A ese
nivel encontramos lo que llamamos historia, el escenario donde los actores van y vienen, donde
actúan y pronuncian sus líneas.
Ese nivel exhibe una variedad de expresiones, pero el tema central es el mismo. Aunque el nivel
superior tiene un cambio frecuente de actores, escenarios y vestuario, el nivel inferior, la
naturaleza del mal que alimenta y propulsa al nivel superior, es idéntico a través de las edades.
Uno puede imaginarse que sólo existe un fino plafón entre ambas plantas o niveles de
antisemitismo. Por tal razón, los niveles interactúan y se refuerzan en su maldad.
El Nivel Inferior
En este nivel es donde encontramos el origen del odio. Podríamos decir que es la ignición de
todos los males del mundo. El antisemitismo es una idea, la percepción visual de Satanás. Uno
podría argumentar que es una de sus obsesiones. El centro de su pensamiento es la destrucción
total de los judíos. La Biblia define a los judíos como los descendientes naturales de Abraham,
Isaac y Jacob, o sea, los hijos de Israel. “Y el hombre dijo: Ya no será tu nombre Jacob, sino
Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has prevalecido” (Gén. 32:28). De
manera menos específica, pero igualmente importante, su deseo es destruir totalmente a
quienes se han adherido a esa herencia por la fe, por la poderosa mano de Dios, al ser injertado
en la ciudadanía de Israel por la gracia de Dios.
El propósito eterno de Dios es redimir al mundo, y Dios escogió el pueblo judío para hacer tres
cosas:
Fíjese que la Iglesia también fue llamada para llevar ese mensaje redentor al mundo:
“Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles en la carne, llamados incircuncisión
por la tal llamada circuncisión, hecha por manos en la carne, recordad que en ese tiempo
estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la
promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros,
que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo” (Ef. 2:11-13).
De la misma forma en que Dios, por medio del Espíritu Santo, está trabajando para redimir al
mundo de la muerte espiritual y el infierno, también Satanás está trabajando para frustrar los
propósitos de Dios. Ésta es la batalla espiritual que se ha estado librando desde el Jardín del
Edén. Como cualquiera otra batalla, el enemigo ha elaborado cadenas de decepción, mentiras y
muerte para tener cautiva las mentes y las almas de la humanidad.
TRES - Debido a que, tanto la salvación como la Torá, el conocimiento de Dios, el culto y la
gloria, todas pertenecen al pueblo judío (Rom. 9:4), su eliminación sería fundamental para el
éxito de Satanás. Sin embargo, la verdad es que no podrá hacerlo, y su destrucción está
asegurada. “Y gritaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido
aquí para atormentarnos antes del tiempo?” (Mat. 8:29).
Yo entiendo que Satanás se ha determinado destruir al pueblo a través del cual Dios ha otorgado
la salvación y el conocimiento de Sí al mundo. El judío está en primera fila para recibir la
redención de Dios. “Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la
salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego” (Rom. 1:16).
"Y se levantó Satanás contra Israel e incitó a David a hacer un censo de Israel” (1 Crón. 21:1)
“Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del SEÑOR; y
Satanás estaba a su derecha para acusarlo. Y el ángel del SEÑOR dijo a Satanás: El SEÑOR te
reprenda, Satanás. Repréndate el SEÑOR que ha escogido a Jerusalén. ¿No es éste un tizón
arrebatado del fuego?” (Zac. 3:1-2).
“Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida
desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla
mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira” (Jn. 8:44).
“Pero cuando los fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el
príncipe de los demonios” (Mat. 12:24).
“Tienen sobre ellos por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego
se llama Apolión” (Apoc. 9:11).
Claramente, la Biblia revela que exista la maldad, la que posee identidad e intención propia. Su
propósito es el de destruir o, en caso de que no pueda, interrumpir o neutralizar la obra de Dios
sobre la tierra. Los planes de Satanás también han sido los de destruir Su pueblo y Sus
propósitos. Lo intenta hacer por cualquier medio, utilizando cualquier agente que esté dispuesto
(sea una sociedad, un movimiento político, una religión o una causa) y pone todo empeño por
alcanzar esa meta. El antisemitismo, anti-judaísmo, anti-sionismo o simplemente ‘judeofobia’ son
las manifestaciones visibles del mal. Los nombres pueden variar, pero las intenciones son tan
funestas como siempre.
El Nivel Superior
A este nivel, el antisemitismo es muy evidente. Puede ser medido y observado. Es la maldad que
se manifiesta en la carne, la mente, o la política de una Iglesia, mezquita o estado. El primer
antisemitismo mencionado es el que mayormente ocupa la atención del intercesor, el predicador
y el maestro bíblico. El segundo interesa al historiador, al educador y al sociólogo.
Otro incidente reportado ocurrió en 410 a.C. en Egipto. El sacerdote de un dios pagano Chnum
dirigió un ataque contra los judíos de la localidad debido a que sacrificaban corderos, los cuales
eran sagrados para los egipcios. Ambos casos revelan dos de las razones más comunes por
atacar al pueblo judío: el incumplimiento de las leyes políticas locales de la nación “hospedadora”
y la conducta religiosa impropia, según era percibida por las religiones de su entorno. En fin, los
judíos siempre se han destacado por ser diferentes a la cultura y la vida cotidiana dondequiera
Dios los enviaba.
• En Egipto, el faraón dijo: “Ellos no caben en este lugar; son demasiados. Controlaremos el
nacimiento de los varones, y los castigaremos con trabajo forzoso.”
• En Persia, Amán dijo: “Ellos no pertenecen aquí; no son fieles súbditos. Los tenemos que
matar.”
• En la cristiandad2, se ha dicho: “Ellos mataron a Cristo y rehúsan ser bautizados. Deben
convertirse o irse.”
• En la Alemania nazi, se decía: “Ellos son untersmensch (infrahumanos) como raza y no
merecen vivir en un mundo donde domina la mejor raza de todas: la arriana.”
• En el islam se dice: Ellos no tienen derecho a la tierra en “Palestina”; son una afrenta para la
Casa de Paz (islam). Deben someterse o morir.”
En fin, Satanás no tiene preferencias cuando se trata de utilizar a alguien, ni el método que
practique, ni cómo implementa su plan para destruir al pueblo por el cual Dios nos trajo la
salvación. Nunca ha sido exigente cuando alguien se dispone a ser su instrumento, porque al fin
de cuentas, se deshace de él cuando deja de ser útil.
En ese ambiente “alumbrado,” los teólogos liberales rápidamente adaptaron sus pensamientos a
la nueva orden. Surgió una teología fría y cínica del nuevo conocimiento: Dios tenía explicación;
Dios estaba en un tubo de ensayo; Dios estaba en un ataúd. Ya no existían los misterios, no se
requería la fe, Dios era innecesario. ¿Qué le iba a suceder al judío en ese tipo de Europa?
El judío era percibido como el residuo de un mundo antiguo y una edad cada vez más
irrelevante. A pesar de todos los beneficios y adelantos del nuevo mundo, el odio hacia el judío
permaneció tan engranado como antes dentro de la psiquis colectiva de muchos católicos
romanos y protestantes europeos, el que también afectó poderosamente la sociedad y la política
de Estados Unidos, incluyendo su política exterior. Históricamente, ese odio fue nutrido a través
de los siglos por el prejuicio cristiano anti-judío. Pero en ese nuevo orden mundial, el cristianismo
también comenzó a ser criticado. Sus días estaban contados.
Muchos judíos europeos esperaban que al caer el cristianismo, juntamente con una nueva era de
secularismo, ciencia y conocimiento, pudiera también ser el fin del anti-judaísmo. Después de
todo, muchos judíos se encontraban entre los principales intelectuales y científicos del momento.
El antisemitismo era parte de un mundo cristiano que había desapareciendo, y no tenía lugar en
el mundo moderno. En esencia, las acusaciones antiguas de “asesinos de Cristo” y sus
calumnias de sangre4 ya no tenían sentido ni atractivo para una mente científica. Así ellos
razonaban. La esperanza era que podían vivir como unos respetados ciudadanos, franceses o
alemanes, con iguales derechos y protecciones del gobierno, ya no más como judíos inferiores
en una Europa cristiana. Aparentemente, tenían razón al creer que les había llegado un nuevo
día.
Sin embargo, la triste verdad era que, a pesar de la desaparición del cristianismo, aumentó la
hostilidad hacia los judíos. Los cristianos tradicionales tenían la idea de que los judíos siempre
podían “convertirse.” Pero el nuevo antisemitismo, basado en una teoría racial, era mucho más
peligroso para el judío. Uno podía escapar de la persecución al “convertirse” (por lo menos de
boca), pero uno no podía cambiar su raza. Una vez que el antisemitismo condenaba a un judío
simplemente por ser judío, sin importar su creencia, no tenía esperanza de escapar.
Además de los de una raza supuestamente inferior, también eran condenados todos o cualquiera
de los siguientes: marxistas, capitalistas, revolucionarios, socialistas, liberales, rígidos,
intolerantes, ajenos al mundo europeo, subversivos de la sociedad civilizada.
Para mediados del siglo 19, la ciencia proveyó suficiente “evidencia” para defender la noción de
superioridad racial, la que sería ampliamente aceptada como legítima. El antisemitismo nazi era
uno esencialmente racial, aunque estaba fundamentado sobre toda política y sentimiento anti-
judío de tiempos históricos, aún previos a la era cristiana. Los nazis no eran antisemitas porque
querían castigar a los judíos por “matar a Jesús.” A ellos no les importaba quién mató a Jesús.
Su prejuicio era racial. Para los nazis, los judíos (entre otros más) eran biológicamente inferiores
y tenían que ser exterminados. Fueron los nazis quienes tomaron las teorías raciales (basadas
en una supuesta ciencia) y las aplicaron a los judíos y demás quienes no eran de su agrado. La
superioridad del caucásico se convirtió en la superioridad del arriano. En muchas formas, la vieja
distinción entre cristiano y judío fue sustituida por arriano y judío.
El mundo cristiano tiene una gran deuda con el pueblo judío. Aún durante el primer siglo, Pablo
comprendió dicha verdad (Rom. 15:27). Hoy día, con la realidad de que estamos viendo la
restauración política, económica y agrícola de Israel, debemos aumentar nuestros esfuerzos por
alentar y apoyar la restauración plena de Sion. Aunque el antisemitismo tiene un origen, una
inspiración y un impulso diabólico, ha requerido la participación de seres humanos quienes
pongan en acción las aspiraciones de Satanás.
Los Hijos de Israel han vivido, durante la mayor parte de su existencia, como una minoría
fácilmente identificable entre las naciones. Desde tiempos pretéritos han experimentado intensa
oposición, ya sea desde el sencillo antagonismo hasta el asesinato masivo. Claro está, esa
oposición puede ser explicada en términos humanos. Los judíos han representado
frecuentemente todo lo que esa sociedad odia o teme. Si una sociedad es capitalista, dicen que
los judíos son comunistas; si es pobre, dicen que ellos son ricos; si está oprimida, dicen que son
los opresores. Han sido el chivo expiatorio de casi toda sociedad, incluyendo las que tienen un
número insignificante de judíos, como Japón y los países musulmanes.
Sin embargo, como cristianos, vemos otra realidad, una que ha resistido el mal desde tiempos
inmemorables. Es espiritual y eterna. Yeshúa dijo que Su Reino “…no es de este mundo.” Por tal
razón, nuestras responsabilidades son enormes. Debemos interceder por Israel, por la paz de
Jerusalén, y por el pueblo judío en la diáspora (dispersión). Debemos ofrecerles apoyo material
porque hemos recibido de ellos bendiciones espirituales, como la salvación por medio del Mesías
(Rom. 15:27).
Somos olivos silvestres injertados al buen olivo, entre algunas de las ramas naturales. Los
cristianos tenemos que mantener nuestros corazones libres de orgullo y arrogancia a
consecuencia de su caída temporal, porque han de ser nuevamente injertados a su propio olivo
(Romanos 11). Recuerde, la Iglesia no es el olivo. El árbol que nos sostiene a las ramas
silvestres representa los pactos y las promesas redentoras de Dios. Su raíz es la esperanza
mesiánica, y su savia es el Espíritu Santo de Dios, quien nutre tanto a las ramas naturales como
a las silvestres. Ambos estamos de pie gracias a la fe, y las ramas artificiales no tenemos
ninguna competencia con las naturales, el pueblo judío. Formamos parte de los mismos pactos y
las mismas promesas en el Mesías, y Dios desea cumplir Sus propósitos de redimir a Israel, a la
Iglesia, como al resto del mundo que aún no le conoce.
Notas al Calce:
1 Pogromo: un ataque organizado contra los judíos, frecuentemente fatal; original de Rusia.
2 Cristiandad: palabra que se refiere al cristianismo a nivel mundial, especialmente en términos políticos y temporales.
3 Según Robert Wistrich, el reportero alemán Wilhelm Marr fue acreditado por crear el término antisemitismo.
4 Calumnias de sangre: la creencia de que los judíos mataban a bebés cristianos para utilizar su sangre en la confección del pan
sin levadura (matza) durante la Pascua (Pésaj).
5 Dos de los comandantes de cuatro grupos de Einzatsgruppen (comandos asesinos) tenían grados doctorales. Eso contradice la
noción de que el antisemitismo existe solamente entre gente ignorante o ineducada. Se dice que esas unidades asesinas
(utilizando sus propios informes) mataron a 1.3 millones de judíos. Eso no incluye a los miles de prisioneros soviéticos
aprisionados que también asesinaron. El comandante más infame fue el anterior comerciante Karl Jager.
6 Petrus Camper (fallecido en 1789), profesor de anatomía en la Universidad de Groningen, Holanda, fue unos de los mayores
contribuidores al desarrollo del concepto de superioridad racial, especialmente en términos de ciudadanía. Su trabajo tuvo un
efecto profundo y duradero sobre la teoría racial de Europa y Estados Unidos.
7 Movimiento eugenésico: define las diferencias raciales en términos de rasgos superiores e inferiores, principalmente
encontrado en los Estados Unidos.
Ministerio Bar-Enosh.
Wilfredo Torres
904 collinswood dr west
Jacksonville, Florida 32225