El Fruto Del Espíritu
El Fruto Del Espíritu
El Fruto Del Espíritu
Juan 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Toda rama que en mí no está llevando
fruto, la quita; y toda rama que está llevando fruto, la limpia para que lleve más fruto. (RVA)
En pasajes como este, podemos ver cuán importante es para Dios, que su pueblo lleve fruto,
por eso, en el libro de los Salmos, podemos encontrar que hablando del “justo” dice: “será como
árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da fruto a su tiempo” (Salmos 1:3), entonces
notemos, uno de los propósitos que como hijos de Dios tenemos, al ser plantados en el reino,
es que podamos llevar fruto.
En el texto base, se nos muestra una figura, en la que el Señor Jesús es representado como “la
Vid verdadera”, usted sabe que, una vid, es aquella planta cuyo fruto son las uvas, y también
aparece el Padre, representado como “el Labrador” y si usted lee el versículo de Juan 15:5, se
podrá dar cuenta que nosotros los justos, los hijos de Dios, somos representados por “las
ramas” de esta Vid verdadera. Pero es importante que podamos ver que, aunque ya hemos
sido justificados por el sacrificio de Cristo, en otras palabras, aunque ya somos ramas de la Vid
verdadera, es necesario que podamos producir fruto, por esto es que el pasaje base dice: “Toda
rama que en mí no está llevando fruto, la quita; y toda rama que está llevando fruto, la limpia para que
lleve más fruto”. Por tanto, como hijos, debemos llevar mucho fruto, eso es lo que el Labrador,
nuestro Padre celestial, desea encontrar en nosotros, al visitarnos.
Otra figura que hace referencia a esto, es la que podemos ver en:
Romanos 11
17 Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado entre ellas
y has sido hecho copartícipe de la raíz, es decir, de la abundante savia del olivo,
20 Está bien; por su incredulidad fueron desgajadas. Pero tú por tu fe estás firme. No te ensoberbezcas,
sino teme; (RVA)
Los gentiles son todas las naciones y pueblos que no son parte de Israel, todos aquellos que
son foráneos, que no son judíos, por ejemplo, nosotros somos vistos como gentiles por el
pueblo de Israel, es importante que podamos conocer esto, para poder entender bien la figura
que aparece en este pasaje. Romanos 11, viene hablando de que, a causa de la transgresión de
Israel, la salvación llegó a nosotros los gentiles, pero no porque ellos hayan tropezado, sino
más bien para provocarlos a celos (Romanos 11:11). Israel falló a causa de su incredulidad,
por eso, encontramos que la Escritura dice:
Juan 1
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. (RV1960)
2. La Importancia de Permanecer
Los dos pasajes que hemos estudiado hasta ahora, en esta doctrina, hablan de permanecer,
Juan 15:5 dice: “el que permanece en Mi” y Romanos 11:22 dice: “si permaneces en esa
bondad”, notemos entonces que hay una importancia en el permanecer, esa es la única manera
en la que podemos llevar mucho fruto:
Juan 15
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como la rama no puede llevar fruto por sí sola, si no permanece en
la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece
en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero separados de mí, nada podéis hacer. (RVA)
Recordemos que nuestro propósito como ramas, es que llevemos mucho fruto, pero debemos
saber que, es imposible que podamos producirlo, si no permanecemos en el Señor, si no
permanecemos pegados a la Vid verdadera. Cuando hablamos de la palabra “permanecer” y la
estudiamos en los originales (G3306), encontramos que esta significa: “quedarse (en un lugar,
estado o relación): esperar, perseverar”. Entonces, nosotros ya hemos sido injertados en
Cristo, por lo tanto, debemos “quedarnos” allí, ya tenemos una “relación” con Él, debemos
“perseverar” en esa relación, y debemos aprender a “esperar” en el Señor, todo esto, es
“permanecer”.
Si no permanecemos en la oración, en la comunión, congregándonos, sino que nos apartamos
de la iglesia y dejamos de nutrirnos de la savia de la Palabra y de la unción del Espíritu Santo
que viene de la raíz del buen olivo, llegamos a sentirnos separados y secos espiritualmente y
cuando llega el fuego de la prueba, nos quemamos (Juan 15:6).
Lucas 13
6 Entonces dijo esta parábola: "Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar
fruto en ella y no lo halló. 7 Entonces dijo al viñador: “He aquí, ya son tres años que vengo buscando
fruto en esta higuera y no lo hallo. Por tanto, córtala. ¿Por qué ha de inutilizar también la tierra?” 8
Entonces él le respondió diciendo: “Señor, déjala aún este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la
abone. 9 Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la cortarás”. (RVA)
En Mateo 21:19, hay una higuera que no tenía fruto, llegó el Señor donde estaba esta higuera,
para buscar fruto en ella y al no encontrar, la maldijo y esta higuera al instante se secó. Una
característica que tenía esta higuera, es que estaba “junto al camino”, no “en el camino”, la
Biblia dice que Cristo es el camino, quiere decir que, al no estar en el camino, sino junto al
camino, estaba separada, y recuerde lo que dice: “separados de mí, nada podéis hacer”, si nos
separamos de Cristo, es imposible que llevemos fruto bueno y abundante.
En este pasaje de Lucas 13, también aparece otra higuera que tampoco tenía fruto, muchas
cosas importantes podemos extraer de este pasaje, pero lo primero que debemos resaltar, es
que Dios vendrá a nosotros a buscar fruto (ver versículo 6). También podemos ver en este
ejemplo, la manifestación de la misericordia de Dios, y la intercesión de Cristo por nosotros,
delante del Padre, veamos el porqué de esto, en la parábola, se habla de un hombre dueño de
una viña, este dueño es figura de Dios Padre, también hay un viñador, quien es tipo de Cristo
Jesús, y la higuera, somos nosotros. El Padre, nos visita para buscar fruto en nosotros, si no
hay fruto, se corre el riesgo de ser cortado, por eso dice el pasaje que el dueño da la ordenanza:
“córtala”, pero antes de cortar la higuera, viene el Señor Jesucristo, nuestro abogado (1 de
Juan 2:1), a interceder por ella, diciendo: “Yo la voy a abonar, la voy a podar, para ver si da
fruto”. Y esto sucede, porque Dios quiere que produzcamos fruto, Él viene a buscar fruto.
Entonces, vea usted cuán importante es para Dios que podamos llevar mucho fruto.
El pasaje dice que la higuera, estaba “plantada”, y esta palabra, nos enriquece la enseñanza,
porque esta palabra, quiere decir: “fijar” en la tierra, “instilar doctrina” (fateuo, G5452), esto
significa que, a través de la enseñanza de la doctrina es que somos plantados para no ser
movidos, por eso es tan importante que nuestro corazón sea buena tierra para que la semilla
de la doctrina encuentre un lugar donde desarrollar y fructificar. Si retomáramos el pasaje de
Lucas 13, es como que el Señor viniera a buscar fruto en un hermano y dijera: “ya lleva tres
años recibiendo doctrina y ¿aun no produce fruto?” todos los hijos de Dios debemos dar fruto, esa
es la única forma en la que podemos ser reconocidos. Hay una parábola en la Biblia que habla
del trigo y la cizaña, esta parábola podemos encontrarla en Mateo 13:24 en adelante, dice allí
que un hombre sembró buena semilla en un campo, sembró semilla de trigo, pero en la noche,
vino el enemigo y sembró cizaña entre el trigo. Cuando el trigo creció, comenzó a producir
grano, y la cizaña también creció, pero había una diferencia, la cizaña, produjo un fruto
diferente (Mateo 13:26 y 30), algunos expertos apuntalan que el grano de la cizaña es tóxico,
entonces ¿cómo podemos diferenciarnos los hijos de Dios, de aquellos que no lo son? al igual
que el trigo y la cizaña, solamente podemos ser identificados por los frutos, por eso también
dice:
Mateo 7:16 Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso
puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos? (NTV)
Hay frutos que todo hijo de Dios debe dar, pero también hay otros tipos de frutos, por
ejemplo, hay frutos que llegan a nuestra vida por el hecho de haber sido plantados en la viña
del Señor y permanecer en ella, estos frutos, son bendiciones que recibimos, por vivir
realidades en Cristo:
4.1 Fruto de la Obediencia
Deuteronomio 28
2 Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios. (LBLA)
Obedecer, viene del hebreo “shamá” (H8085) y significa: “oír para obedecer, es recibir, es oír
inteligentemente, es entender”, obedecer es ser dócil a la voz de Dios, es prestarle atención,
para cumplir Su voluntad.
Entonces, cuando obedecemos la voluntad de Dios, Él se encarga de que no nos falte nada en
la vida, Él se encarga de darnos la victoria en todos los aspectos de nuestra vida, no solamente
en lo espiritual, sino también en lo familiar, secular, etc.
Si continuamos leyendo el contexto de Deuteronomio 2, encontramos un listado de
bendiciones que trae consigo la obediencia, a estas bendiciones las podemos llamar: “los frutos
de la obediencia”, a continuación, los detallaremos:
• Bendito en la ciudad y en el campo (Deuteronomio 28:3)
La palabra ciudad significa “campamento”, que es una palabra que se relaciona con la
congregación (Génesis 32:2), entonces, podemos darle un ángulo ministerial,
entonces, podemos entender que, en el desarrollo de nuestro servicio a Dios, vamos a
ser bendecidos. Con relación al campo, la Biblia dice que, el campo es “el mundo”
(Mateo 13:38), esto nos habla de lo secular, es nuestro trabajo, nuestras empresas, lo
que desarrollemos secularmente, será bendecido, si permanecemos en la obediencia.
• Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu tierra y el fruto de tu
ganado (Deuteronomio 28:4)
Este versículo, nos habla de multiplicación, todo lo que nuestras manos toquen va a
prosperar. Primero comenzaremos hablando del fruto del vientre, que son los hijos,
esto significa que, si obedecemos a Dios, la bendición alcanzará a nuestros hijos, ellos
verán también las promesas de Dios, en sus vidas. Por ejemplo, dice el Salmo 128:2
“tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa”, del olivo se extrae aceite, y el
aceite en las Escrituras representa la unción, entonces nuestros hijos serán ungidos,
serán benditos, serán sacerdotes habilitados por Dios.
También hay una bendición para el producto de nuestra tierra, y nuestro ganado, esto
habla de nuestro trabajo secular, de nuestras empresas, cuando obedecemos la voluntad
del Señor, la tierra nos vuelve a dar su fuerza, viene multiplicación, como sucedió con
las ovejas de Jacob (Génesis 30:43). Hace algunos años, el Señor nos dio una palabra
profética, nos dio la promesa de dar a nuestra congregación una unción, pero no
cualquier unción, sino que era una unción con aceite dorado, una unción de
multiplicación, es una bendición tan grande que, con poco, podremos hacer mucho,
eso es multiplicación, será una bendición como la descrita en Lucas 6:38, donde dice:
“medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo”.
• Benditas serán tu canasta y tu artesa (Deuteronomio 28:3)
Dice el Salmo 23: “Jehová es mi pastor, nada me faltara” y en otro lugar dice: “la oveja
oye la voz de su pastor y le sigue”, al unir estos dos pasajes encontramos una gran
verdad, nosotros somos ovejas, el Señor es nuestro pastor, pero las ovejas tienen una
característica, que al oír la voz de su pastor, le siguen, en otras palabras, le obedecen,
esto quiere decir, que nosotros, como ovejas, debemos escuchar la voz del Señor, y
obedecerla, si así hacemos, se cumplirá lo que dice el Salmo 23, “nada nos faltara”,
nuestra canasta y nuestra artesa, serán benditas, la provisión no faltará.
• Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas
(Deuteronomio 28:6)
Esto es protección, donde quiera que usted vaya, ángeles del Señor, estarán con usted
y le protegerán (Salmos 91:11).
• Tus enemigos serán derrotados (Deuteronomio 28:7)
Dios le dará la victoria frente a sus enemigos, aunque su enemigo salga contra usted
por un camino y huirá delante de usted, por siete caminos, su enemigo, será
confundido por el Señor.
Ser justo (H6662) es ser derecho, es ser recto. Ser justo habla de uno que ha sido absuelto,
que ha sido justificado y purificado, y como sabemos, nosotros los que hemos recibido a Cristo
Jesús como nuestro Señor y Salvador, ya hemos sido justificados (Romanos 8:30), tenemos en
Cristo una posición de santos, y hemos sido absueltos de toda culpa que era sobre nosotros
por causa del pecado, todo esto quiere decir que somos “justos” (1 de Corintios 6:11).
Entonces, el texto viene hablando de aquel que es justo, viene hablando de nosotros, y dice
que, por causa de serlo, va a crecer y va a florecer, quiere decir que, al llevar una vida de
“justicia”, esta trae frutos manifiestos en nuestra vida, y cuando seguimos leyendo el contexto
inmediato, podemos encontrar cuales son estas bendiciones:
Jeremías 17
7 Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, cuya confianza es el SEÑOR. (LBLA)
Aquel que confía en el Señor, también es bendecido, y puede ver materializado en su vida, el
fruto de esta confianza, el fruto de refugiarse en Dios:
Gálatas 5
22 Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre y
dominio propio. Contra tales cosas no hay ley, (RVA)
¿Quiénes son los que manifiestan el fruto del Espíritu? la Biblia dice: “por sus frutos los
conoceréis”, pero ¿quiénes son conocidos por su fruto? según Mateo 7:16, los que son
comparados con pámpanos; ahora bien, de aquí debe surgir otra pregunta, ¿qué debe hacer un
pámpano o rama, para producir fruto? debe permanecer unido a la vid, y la vid verdadera es
Cristo, solamente así, puede un pámpano, llevar fruto abundante (Juan 15:4-5). Todo aquel
que permanece en Cristo, hace evidente la manifestación del fruto del Espíritu Santo en su
vida.
Qué cosa más hermosa esta, porque también dice que, contra el fruto del Espíritu, no hay ley,
es que debemos saber que la ley no fue dada para el justo, la ley no fue dada para aquellos que
hemos alcanzado la justificación que es en Cristo Jesús nuestro Señor, la ley no fue dada para
los que estamos unidos y permanecemos en el Señor, sino que fue dada para los pecadores,
para los transgresores e impíos y para todo aquel que se oponga a la sana doctrina (1 de
Timoteo 1:8-10).
5.1 AMOR
La palabra amor, viene del griego “agape” (G26), y significa: buena voluntad, espíritu
afectuoso, "es la habilidad, el poder y la determinación de amar a la gente que nos hace daño".
Algo que es necesario que podamos notar, es que Gálatas 5:22, “no” dice: “los frutos”, sino
que dice: “el fruto”, en singular, e inmediatamente dice: “amor”, esto lo que nos enseña es
que, todo los demás frutos, tienen su punto de partida en el amor, la plataforma para que
todos los frutos se hagan manifiestos, es el amor, y esto es fácil de poder explicar, porque la
esencia misma de Dios es el amor, por eso dice el apóstol Juan: “todo el que ama, es nacido
de Dios y conoce a Dios, porque Dios es amor” (1 de Juan 4:7-8), y la expresión más grande
de amor la encontramos en Dios Padre:
1 Juan 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó
a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. (RV1960)
Debido a este tan grande amor que Dios ha mostrado para con nosotros, es que debemos
amarnos los unos a los otros (1 de Juan 4:11).
Las Escrituras dicen: “porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo
unigénito…” el amor que Dios ha mostrado al mundo es tan grande, que dio lo más amado
por Él, entregó a Su Hijo, para morir por aquellos que estábamos lejos de Él, los que le
habíamos dado la espalda, y además de esto, la muerte que tuvo, no fue cualquier muerte,
sino que fue muerte de cruz, y en los tiempos en los que sucedió, esta era considerada la peor
forma de muerte, solo los peores criminales morían de esa manera, y si lo vemos desde el
punto de vista de Dios, solamente los que eran malditos morían de esa forma (Deuteronomio
21:23, Gálatas 3:13) y todo esto lo hizo por amor a nosotros.
Por eso, este amor entre los unos y los otros, no puede limitarse únicamente, a aquellos que
nos aman, porque si no, ¿qué mérito tendríamos en el Señor? seguramente ninguno, nuestro
amor debe alcanzar también a aquellos que son nuestros enemigos:
Mateo 5
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen;
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen lo mismo también los
publicanos? (RVA)
1 Corintios 13
1 Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que
resuena o un címbalo que retiñe.
2 Si tengo profecía y entiendo todos los misterios y todo conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera
que traslade los montes, pero no tengo amor, nada soy.
3 Si reparto todos mis bienes, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me
sirve. (RVA)
Como menciona el apóstol, podemos ser ricos en dones espirituales, podemos tener los
mejores dones, hacer milagros, tener revelación de los secretos de Dios, pero si no tenemos
amor, somos nada, porque la mayor de las virtudes, es el amor:
1 Corintios 13
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (RVA)
Es muy importante que conozcamos, cuáles son las características del amor, estas las podemos
encontrar en 1 de Corintios 13:4-8:
Es
Nunca deja sufrido
de ser Es Benigno
No es injusto No se irrita
No es
rencoroso
En estas 16 características, encontramos la esencia del amor, si hay amor en nosotros, estas
características serán manifiestas en las diferentes áreas de nuestra vida, y será la plataforma
perfecta para que el resto de los frutos sean evidentes.
Un aspecto más, que es importante que resaltemos al hablar del amor, es que es el vínculo de
la unidad:
Colosenses 3:14 Pero sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. (RVA)
Nuestro Señor, es un Dios de unidad, todo lo hace en unidad y tiene como destino para Su
Iglesia, que lleguemos a ser una unidad con Él (Juan 17:21), pero para que esto se concrete,
debe haber amor en nosotros.
5.2 GOZO
El amor, produce gozo. La palabra “gozo”, viene del griego “jará” (G5479) significa: “alegría,
deleite, salud”.
La Biblia dice que todo lo que hagamos, lo hagamos como para el Señor (Colosenses 3:23), y
si es para el Señor, debemos hacerlo con alegría, porque el Dios que adoramos y alabamos, no
es un Dios triste, sino por el contrario, es alegre, danza (Sofonías 3:17), es un Dios gozoso y
ese gozo, es de donde procede nuestra fuerza (Nehemías 8:10).
Note usted, que una de las acepciones de la palabra “gozo” es “salud”, y esto es importante,
porque muchas veces padecemos enfermedades y viene la debilidad, pero si en medio de una
situación como esas, hay gozo, seguramente, la recuperación será más rápida, vendrá la
sanidad, mire lo que dice Salomón:
Proverbios 17:22 El corazón alegre es una buena medicina; más el espíritu quebrantado reseca los
huesos. (VM)
Entonces, el gozo, trae sanidad, tanto al cuerpo, como también al alma e incluso, al espíritu
del hombre. Pero donde no hay gozo, los huesos se secan; hay un pasaje que se encuentra en
el libro de Ezequiel, capítulo 37, que habla de un valle que estaba lleno de huesos muy secos,
y el Señor le pregunta a Ezequiel: “¿vivirán estos huesos?”, aquellos huesos secos, estaban
muertos, el valle era como una especie de cementerio; quiere decir que donde hay huesos
secos, allí hay muerte, pero el gozo que viene del Espíritu Santo, ministra vida, ministra
sanidad.
Alégrese y anímese en todo tiempo, todo lo que desarrolle, hágalo con gozo, por ejemplo:
Siempre tenga en su mente y en su corazón, que el privilegio que usted tiene, Dios se lo ha
dado, no importa si usted es servidor, si le toca servir a Dios en los baños, si está en alabanza,
en las puertas, en Bernabé, o predica, no importa cuál es su privilegio, siempre hágalo con
alegría, lleno de gozo, ¿sabe qué? que nunca falte una sonrisa en su rostro. Talvez en el área
secular no le ha ido bien, talvez tiene una situación difícil en su trabajo, pero
independientemente de eso, cuando sirva al Señor hágalo con gozo, despójese de toda carga,
de todo peso que venga a tratar de estorbar su servicio.
Mire lo que dice el Salmo, si van a servir a Dios, háganlo con gozo, si vamos a entrar en la
presencia de Dios a través de nuestro servicio, que sea con exultación, es decir con júbilo, con
alegría.
En el tiempo de la reina Ester, había un protocolo para poder entrar en la presencia del rey,
no se podía llegar ante él, vestido de cilicio; el cilicio representa el dolor, la tristeza causada
por el sufrimiento, y en ese tiempo, habían situaciones contrarias para el pueblo de Israel,
había sido emitido un decreto de muerte (Ester 3:13), por lo que muchos permanecían
vestidos de cilicio (Ester 4:1), y lo tremendo es que el único que podía dar un decreto
diferente, para anular el de muerte, era el rey, pero nadie podía entrar a su presencia, con
cilicio, nadie podía entrar con tristeza, con dolor, por eso es que este Salmo 100:2 dice: “si
van a entrar en la presencia del Rey, vayan con alegría”, entremos con gozo, aunque la
situación sea adversa, vamos y presentémonos al Rey, creyendo que Él es poderoso para
librarnos de toda adversidad.
Es que hermano, el servir a Dios sin gozo, tiene también sus repercusiones, por ejemplo:
Deuteronomio 28
47 "Por no haber servido a Jehovah tu Dios con alegría y gozo de corazón por la abundancia de todo, 48
servirás a tus enemigos que Jehovah enviará contra ti, en medio del hambre, de la sed, de la desnudez y
de la falta de todas las cosas. El pondrá sobre tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte. (RVA)
Este pasaje es terrible, imagine servir a nuestros enemigos, y no solo eso, sino que tener que
hacerlo con la falta de todas las cosas, en miseria, en necesidad, y todo esto por no servir al
Señor con gozo. Nosotros debemos ser determinados, debemos tomar decisiones, así como
en su momento lo hizo Josué, al decir:
Josué 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya
tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. (RV1960)
Salmos 95
1 Venid, cantemos con gozo al SEÑOR, aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. (RVA)
Muy similar es cuando alabamos y adoramos a Dios, debemos hacerlo con gozo.
Recuerda aquel corito que dice: “no puede estar triste un corazón que alaba a Cristo”, nosotros
estamos del lado correcto, el Dios de la gloria nos ha escogido y nos ha llamado para ser parte
integral de la Vid verdadera que es Cristo Jesús.
En Habacuc capítulo 3, encontramos a este profeta en medio de una terrible situación, pero a
pesar de esto, él ora al Señor y lo hace por medio de un poema, un canto, que es una notación
musical que probablemente indica que este cántico, debe ser entonado con emoción y
sensación de victoria (según el Comentario de la Biblia Plenitud), a este tipo de canto, la Biblia
le llama “sigionot o sigaión” (Habacuc 3:1). Pero es necesario que podamos entender bien el
contexto de este canto de emoción y victoria, que entona el profeta, veamos lo que dice en
uno de sus pasajes:
Habacuc 3:17 Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, aunque falle el producto del
olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los
establos; 18 con todo, yo me alegraré en Jehovah y me gozaré en el Dios de mi salvación.
(RVA)
El profeta decía: “aunque no haya flores anunciando los frutos en la higuera, aunque no haya fruto de
uvas, aunque no haya alimento en los campos, aunque no haya ganado, aunque me falte todo, aun con
todo esto, yo me voy a “gozar” en Jehová, Él es mi salvación, solo por el hecho de que Dios es mi salvación,
yo estoy lleno de gozo”. Esto es alabanza con gozo, esto es alabar de la forma correcta al Señor,
con gozo en todo tiempo.
• Evangelio de Gozo
Isaías 52
7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que
trae las buenas nuevas de gozo, del que anuncia la salvación, y dice a Sion: Tu Dios reina! (LBLA)
Este es parte también de nuestro llamamiento en Dios, poder llevar y anunciar las buenas
nuevas de salvación a toda criatura, en todas las naciones y hasta lo último de la tierra, pero
también debemos hacerlo con gozo.
La palabra “evangelio” significa “buenas noticias, son buenas nuevas”, hay un diccionario que
dice que evangelio son las “alegres noticias del reino de Dios”. Entonces, cuando llevamos la
Palabra del evangelio a otras personas, debe ser con gozo, no es posible que llevemos buenas
noticias con un rostro triste, ¡no!, debe de estar manifiesto en nuestro rostro el gozo de la
salvación que por gracia nos ha alcanzado.
Por eso cuando predicamos, cuando llevamos el mensaje, este no debe conllevar una palabra
que conduzca al miedo, por ejemplo, hay quienes no leen el libro de Apocalipsis, otros no
predican acerca de ese libro, pero ¿por qué? porque les han infundido miedo, y realmente lo
que encontramos en ese libro, no son más que buenas noticas, por ejemplo, inicia hablando
de lo que a Dios le agrada y lo que no le agrada de la Iglesia, ¿para qué? para que nos revisemos
y que busquemos en Él, el arrepentimiento y el crecimiento, todo con el fin de que estemos
listos y preparados para el día del Señor Jesucristo. Otro ejemplo, muchas personas temen al
libro de Apocalipsis porque allí se describen proféticamente, los acontecimientos que están
determinados para que pasen, pero solamente son la antesala a algo nuevo en Dios, por eso
Apocalipsis 21:5 dice: “he aquí Yo hago nuevas todas las cosas”, lo que se confirma en el contexto
de este versículo, donde dice: “vi un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apocalipsis 21:1). Entonces
el libro de las Revelaciones, son también buenas noticias, y nosotros que somos parte de la
Iglesia, no debemos tener miedo de las cosas que allí están profetizadas.
El mensaje de la Palabra de Dios, debe transmitir:
Salmos 19:8 Los mandamientos del SEÑOR son rectos, traen alegría al corazón. Los mandatos del
SEÑOR son claros, dan buena percepción para vivir. (NTV)
La Palabra de Dios, debe causar alegría a nuestro corazón, y ese mismo gozo, será manifiesto
al momento de llevar el mensaje del evangelio, por eso es que dice: “de la abundancia del
corazón, habla la boca” (Lucas 6:45), si el evangelio del Señor trae gozo a nuestro corazón,
eso mismo trasmitiremos al llevar el mensaje de la buena noticia.
5.3 PAZ
La palabra “paz” viene del hebreo "shalom" (H7965), y esta significa: un bienestar total,
tranquilidad, serenidad del espíritu.
El fruto del amor, produce paz, y esta funciona como una cadena, es como una cascada, donde
el énfasis, está en la paz con Dios en primer lugar, y esto trae como resultado una tremenda
bendición, basada en la relación con Dios, después de esto, estará presente también la paz con
las circunstancias, con las demás personas y con uno mismo.
Cada uno de estos frutos, conlleva algo hermoso, por ejemplo, nosotros en otro tiempo
éramos enemigos de Dios (Romanos 5:10), pero a través del sacrificio de Cristo, hemos sido
reconciliados y tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1), y esta paz la hemos alcanzado por
medio de la salvación que solo es en Cristo Jesús, pero esta paz, no solo era necesaria para
acabar con la enemistad que existía entre nosotros y Dios, sino que también es necesaria para
la culminación de la obra maestra del Señor que es Su Iglesia amada, en el día del
arrebatamiento:
1 Tesalonicenses 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (RV1960)
Es indispensable que estemos llenos de paz, para cuando llegue ese día, por eso dice: “buscad
la paz con todos y la santidad, sin la cual, nadie vera al Señor” (Hebreos 12:4).
Un punto importante es que, la paz interior es un don o un regalo de Cristo, dado a nosotros
(Juan 14:27 y Juan 20:19), y la paz exterior es la relación que Dios desea que tengamos con
nuestro prójimo, que vivamos con ellos en armonía.
5.4 PACIENCIA
Paciencia, viene del griego "makrothumia" (G3115): longanimidad, perseverancia.
Lo primero que debemos mencionar, al igual que en los puntos anteriores, es que el fruto del
amor, produce paciencia, porque es importante que recordemos que, todos los frutos tienen
su punto de partida en el amor.
Un aspecto interesante de resaltar de esta palabra “makrothumia”, es que, según los estudiosos
y expertos, es un sustantivo característicamente bíblico, en el griego clásico, esta palabra no
se encuentra, no existe, por lo que han concluido que es una palabra específicamente cristiana,
lo que quiere decir que, describe una virtud que pertenece solamente a aquellos que tienen al
Espíritu Santo.
Hebreos 6
12 a fin de que no seáis perezosos, sino imitadores de los que mediante la fe y la paciencia heredan las
promesas. (RVA)
Muchas son las promesas que como pueblo de Dios tenemos, y todas ellas, en el Señor son “sí”
y son “amén”, pero para alcanzarlas, es necesario que el fruto del Espíritu Santo, sea manifiesto
en nosotros, tal y como dice Hebreos, “para poder heredar las promesas de Dios, es necesario
que haya en nosotros fe y paciencia”, y ambos son fruto del Espíritu Santo en los hijos de Dios,
a través de la expresión del amor.
En la Biblia hay ejemplos de cómo la paciencia conduce a heredar promesas, veamos algunos:
- Abraham, recibió la promesa de que llegaría a ser padre de una gran nación, y
esta comenzó a hacerse realidad 25 años después, con el nacimiento de Isaac
(Génesis 12:2 y Génesis 21:5).
- Caleb, vio materializada la promesa, 45 años después de haberla recibido
(Josue14:10).
- La Iglesia, desde tiempos muy antiguos está esperando una promesa que dice: “he
aquí vengo pronto” (Apocalipsis 3:11, 22:7 y 12), y debido al paso del tiempo,
muchos dicen: “¿dónde está la promesa de su advenimiento? porque desde el día en
que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio
de la creación” (2 de Pedro 3:4), muchos dicen, “el Señor ya no vendrá”, otros
dicen “el Señor se tardará”, pero el Señor, no es que se tarde, como algunos dicen,
sino que es paciente con nosotros, Él quiere que todos procedamos al
arrepentimiento (2 de Pedro 3:9), y además, la promesa que Él nos dio es “he aquí
vengo pronto”, y esto es lo que debemos retener en nuestros corazones, pero para
poder esperar el cumplimiento de la promesa, necesitamos tener “paciencia”,
debemos ser “perseverantes”.
Cuando hay paciencia, hay constancia, firmeza y perseverancia, el que es paciente es tolerante,
resiste con paciencia.
5.5 BENIGNIDAD
Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo. (RV1960)
Que nuestra vestidura espiritual, exponga lo que realmente somos, escogidos de Dios,
conociendo que el ser “escogido”, quiere decir “favorito de Dios”:
Colosenses 3
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia; (RV1960)
Los favoritos de Dios, son aquellos que son íntegros, los que son benignos.
5.6 BONDAD
Cuando el amor de Dios está en nosotros, este se expresa a través de la bondad. Entonces,
podemos decir que la bondad, es mostrar nuestro amor cristiano con hechos a los demás, a
nuestro prójimo.
La palabra “bondad” viene del griego "agathosune" (G19), y entre sus acepciones esta: rectitud
de corazón y de vida, generosidad.
La máxima manifestación de la bondad se encuentra en Dios, por eso el Salmista escribió,
¡Cuán grande es tu bondad! (Salmo31:19).
Las personas que tienen el fruto de la bondad, lo demuestran de varias maneras, por ejemplo:
Salmos 141:5 Que el justo me hiera con bondad y me reprenda; es aceite sobre la cabeza; no
lo rechace mi cabeza, pues todavía mi oración es contra las obras impías. (LBLA)
Hay un pasaje en la Biblia que dice: “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”, si
nosotros sembramos bondad, vamos a cosechar bondad:
- Rahab, sembró bondad al esconder a los espías de Israel, y cosechó bondad, pues
ni ella ni su casa fueron destruidas (Josué 2:12).
- Jonatán, por la bondad mostrada a su amigo David, cosechó bondad, la cual fue
dada a su hijo Mefiboset, al recibir toda la tierra de su abuelo Saúl, y al comer en la
mesa del rey David (2 de Samuel 9:7).
- Los hijos de Barzilai, sembraron bondad al ayudar a David, mientras huía de
Absalón, y cosecharon bondad de parte de Salomón, hijo de David (1 de Reyes
2:7).
5.7 FE O FIDELIDAD
Cuando amamos a Dios, una de las formas en que lo demostramos es creyendo en Él, y
creyendo a lo que dice Su Palabra, y eso nos ubica en una posición de fidelidad a Él, y eso se
llama fe.
En Gálatas 5:22, algunas versiones traducen esta palabra como “fe”, otras versiones, como
“fidelidad”, pero ambas se refieren a un mismo fruto.
La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). Es
una palabra que se origina del griego "pistis" (G4102), y significa: fidelidad, confiar,
credibilidad, fe.
Esta manifestación del amor, es también, como todas las demás, una característica de la esencia
misma de Dios, y toda la Biblia lo enseña, por ejemplo, 2 de Timoteo 2:13, dice que: “aunque
nosotros seamos infieles, Él permanece fiel”, es que Dios no puede negarse a sí mismo, por eso es
fiel, esa es parte de Su esencia.
Y nosotros, como tenemos la naturaleza de Dios, estamos llamados a ser fieles, no importando
la situación en la que estemos, ya sea en tiempos de abundancia, o de escasez, tiempos de
libertad o de persecución, nuestro llamamiento es a permanecer fieles a Dios, es de
permanecer firmes en fe:
Lucas 19:17 Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad
sobre diez ciudades. (RV1960)
Notemos que cosa más hermosa, considerando que el número 10, es número de
“responsabilidad”, podemos decir que, a uno que es fiel, se le puede dar la responsabilidad de
ejercer autoridad. ¿Usted desea tener autoridad en lo espiritual y en lo natural? sea fiel.
Por otro lado, el ser fieles, trae consigo bendiciones, por ejemplo:
• En Lucas 19:17, dice que, si somos fieles, nos será dada autoridad.
• A Moisés por ser fiel, Dios le hablaba cara a cara (Números 12:7-8).
• Cuando somos fieles, venimos a ser testimonio de Dios (Hebreos 3:5).
• Dios honra al que es fiel (Hebreos 3:1-3).
Además de todas estas bendiciones, ¿para qué más es necesario que seamos fructíferos en la
fidelidad?
La fidelidad como fruto, no solamente debe ser dirigida hacia Dios, sino también hacia todo
lo demás que tenemos o hacemos, por ejemplo: debemos ser fieles en nuestro matrimonio
(Efesios 5:25, Colosenses 3:18), en nuestra familia (1 de Timoteo 5:8), en nuestro trabajo,
con nuestros jefes (Efesios 6:5, Colosenses 3:22) y con los que trabajan en nuestras empresas
(Efesios 6:9), a las autoridades seculares (Romanos 13:1) y espirituales (Hebreos 13:17), etc.
5.8 MANSEDUMBRE
El Señor Jesús dijo: “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29).
La mansedumbre, viene del griego "praótes" (G4236), y quiere decir: gentileza, humildad,
amistad dulce, suavidad.
La mansedumbre está directamente ligada a la bondad, veamos porque:
Gálatas 6:1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
(RV1960)
Cuando estudiamos el fruto de la “bondad”, decíamos que la bondad amonesta y corrige con
conocimiento, y en este caso, la “mansedumbre” se une al conocimiento, para cumplir el
mismo propósito, por eso dice que, si alguno es indisciplinado, y cometió alguna falta y fue
sorprendido en ella, debemos restaurarle, con un espíritu de “mansedumbre”, no señalando,
no juzgando, ni sentenciando y mucho menos difamando al que cometió la falta (Tito 3:2),
sino que, con suavidad le ayudemos a ser restaurado. Entonces cuando vamos a amonestar y
restaurar a un hermano, es necesario que el conocimiento de la Palabra vaya de la mano con
la mansedumbre, y al estar presentes ambas, se manifestará la “bondad” en el proceso de
restauración del hermano. Si solo fuese conocimiento, se puede caer en el error de ser
legalista, por eso es que la Biblia dice: “la mucha letra mata”, se han dado casos en los que a
través de la Palabra se golpea y se azota a los hermanos, por eso, este es un punto muy
delicado. Pero si además de conocimiento, tenemos mansedumbre, la corrección será hecha
con amor, y definitivamente habrá restauración.
2 Timoteo 2:24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto
para enseñar, sufrido; 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda
que se arrepientan para conocer la verdad, 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a
voluntad de él. (RV1960)
La manera en la que un siervo de Dios va a ser apto para enseñar a otros, y apto también para
corregir, es a través de la amabilidad y la mansedumbre, no contendiendo, y con más razón,
al estar ante aquellos que se oponen, al estar frente a personas que no han nacido de nuevo, o
ante los que contradicen la doctrina, porque no sabemos si quizá Dios, tenga misericordia de
ellos y se arrepientan de su camino.
Por todo esto, es que el apóstol Pablo decía: “sopórtense con paciencia, los unos a los otros
en amor, con humildad y mansedumbre” (Efesios 4:2), entonces, cuando el fruto del Espíritu,
se manifiesta en nosotros por medio de la mansedumbre, vamos a soportar al hermano, vamos
a ser mansos con los opositores, no vamos a tolerar al pecado, pero si vamos a ser pacientes
con el que ha fallado, para que sea restaurado.
Proverbios 15:1 La respuesta suave quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor. (OSO)
5.9 TEMPLANZA O DOMINIO PROPIO
Finalmente tenemos al “dominio propio”, que viene del griego "egkrateia" (G1466) y su
significado es: control de uno mismo, continencia.
2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio. (RV1960)
El dominio propio o templanza, esta relacionado con la capacidad de controlar los deseos de
la carne y la consumación del pecado. Por ejemplo:
Génesis 4:6 Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu
semblante? 7 Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia,
pero tú debes dominarlo. 8 Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo. Y aconteció que cuando
estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. (LBLA)
Caín fue instruido por Dios en el dominio propio, pero Caín, no pudo entender, por eso, en
lugar de dominar sus impulsos carnales, en su enojo, mató a su hermano.
Otro ejemplo que nos ilustra la importancia del dominio propio, es el que aparece en Números
20, donde se nos narra aquel momento en el que el pueblo de Israel, estando en el desierto,
tenía sed, y Dios manda a Moisés a “hablarle a la peña” (Números 20:8), pero Moisés no le
habla, sino que la golpea (Números 20:11), y debido a la reacción sin dominio de Moisés, Dios
le dice que él, no será quien introduzca al pueblo en la tierra prometida.
Lo que sucede es que el pecado, tratará de seducirnos, para hacernos caer, pero si tenemos
dominio propio, aunque la tentación llegue, podremos dominarla.
Finalmente, es importante que sepamos que, el dominio propio se demuestra a través de:
CONCLUSIÓN
Existe en la Biblia una clave para dar los frutos que Dios espera de nosotros:
2 Pedro 1:5 Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la
virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la
perseverancia, piedad, 7 a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor. 8 Pues estas virtudes, al estar
en vosotros y al abundar, no os dejarán ociosos ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo. (LBLA)
La clave es, obrar diligentemente, es decir, anhelar, actuar con solicitud, ¿para qué? para
añadir virtudes a nuestra vida, pues al tenerlas, no seremos estériles, sino que daremos fruto
y fruto abundante, para el Señor nuestro Dios.
Amén y amén.