El Llamado Al Ministerio Pastoral

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I.

EL LLAMADO AL MINISTERIO PASTORAL

1. Definición.

2. La Pastoral en la Biblia.

3. Bases teológicas del ministerio pastoral.

4. El marco de la pastoral.

II. PASTORAL PERSONAL

1. La tarea pastoral hacia los demás y hacia uno mismo.

2. La comunicación en la pastoral.

3. El encuentro cara a cara.

4. El aporte del Pastor(a) en la entrevista.

III. PSICOLOGÍA PASTORAL

1. Análisis de la Iglesia como institución.

2. Psicoterapia y fe cristiana.

3. La salud del encargado(a) de la pastoral.

4. La tarea pastoral de Jesús.

IV. PASTORAL Y SALUD

1. La psicopatología y la pastoral.

2. Concepto de enfermedad y salud.

3. Tipos de enfermedades.

4. Curación por la fe.

5. Visitación y contactos.

6. La pastoral ante la muerte.


V. PASTORAL A DIVERSAS EDADES

1. Niñez

2. Adolescencia.

3. Juventud.

4. Adultez.

5. Tercera edad.

6. La tarea con parejas.

I FUNDAMENTACIÓN DE LA PASTORAL

1. Definición.

La pastoral es un ministerio, servicio o área de trabajo en la iglesia. Es un


servicio fraternal hecho en y por Jesucristo a favor de nuestro prójimo.
Tiene como propósito generar la conversión de la persona o personas a
Jesucristo, buscando lograr en ella o ellas una vida nueva, una nueva
dimensión de su humanidad con respecto al reino de Dios, para que
puedan alcanzar y gozar la plenitud de la vida.

Para ejercer la pastoral se requiere las siguientes condiciones:

 Capacidad para el cuidado personal, interés, preocupación,


seguimiento.

 Capacidad de asesorar, dirigir, estimular, impulsar, discernir dónde


está el otro.

 Tener en cuenta que la relación debe ser interpersonal,


humanizante.

 Considerar que el centro de la pastoral es la personalidad humana,


y que ésta es íntegra, global, e inagotable.

Todos los que estamos en el quehacer pastoral somos "siervos del


Señor". En la Biblia encontramos esta condición de ser siervos:
- Mateo 12:15-21: Jesús siervo del Señor.

- Mateo 23:11: el mayor es siervo de todos.

- Mateo 24:4-46, 25:21: el siervo fiel.

- Lucas 1:38: María sierva del Señor.

- Hechos 2:17-21 (cf. Joel 2:28-32): los siervos y siervas del Señor.

- Hechos 16:17: los siervos del Dios Altísimo.

- Romanos 1:1: Pablo siervo de Jesucristo.

En Jesucristo tenemos el prototipo claro del pastor y en Él tenemos el


modelo de la vocación (Juan 10:11.14). El ministerio de Jesucristo nos
describe los elementos básicos de la tarea pastoral en el ejercicio de su
pastorado:

 La disposición de servicio a los humildes.

 El afán redentor.

 La entrega personal.

 La plegaria de intercesión.

 La tarea educadora del grupo de discípulos.

 La proclamación al pueblo.

 La dimensión profética.

 El juicio sobre los acontecimientos actuales (pecado).

Todos los que ejercemos la tarea pastoral tenemos que mostrar estas
actitudes fundamentales que nos dejó el Maestro Jesucristo.

Por lo tanto el núcleo de la pastoral es el Amor de Dios.

2. La Pastoral en la Biblia.
Analizaremos algunos textos bíblicos que nos refieren este quehacer:

 1 Samuel 3: Dios llama a Samuel para castigar el pecado de Elí.

 2 Samuel 12: Natán amonesta a David.

 Ezequiel 34: Profecía contra los malos pastores.

 Mateo 9:9-13: Jesús llama a Mateo.

 Mateo 19:16-30: Jesús y el joven rico.

 Mateo 22:15-22: La cuestión del tributo.

 Marcos 5:1-20: Jesús echa fuera espíritus inmundos.

 Marcos 9:14-29: Jesús y el espíritu inmundo.

 Lucas 10:25-37: El buen samaritano.

 Juan 3:1-21: Jesús y Nicodemo.

 Juan 4: Jesús y la mujer samaritana.

 Juan 8:1-12: Jesús y la mujer adúltera.

 Juan 20:20-29: Incredulidad de Tomás.

 Juan 21:1-19: Aparición de Jesús a sus discípulos y el encargo de


la tarea.

En estas citas bíblicas, ¿Qué tipo de pastoral podemos obtener?

3. Bases teológicas del ministerio pastoral.

3.1 Finalidad.

La pastoral tiene una finalidad que es exactamente a la misión que dio


Jesucristo a Su Iglesia (Mateo 28:19-20). Esta finalidad está dada en la
existencia de un proyecto de Jesucristo que es el reino de Dios y ese
proyecto es extensivo, dilatado, global y total. Esta pastoral abarca la
personalidad humana y todas sus esferas.
3.2 Componentes teológicos básicos.

a. Respuesta de Jesucristo a las necesidades humanas.

 Vocación de servicio (diakonía), (Juan 13:1-17; Lucas 22:27;


Marcos 10:45).

 Enfrenta al pecado en toda su dimensión que trate de obstaculizar


o impedir el propósito de Dios: la redención plena del ser humano
(Lucas 4:16-21).

b. Respuesta crítica, transformación por el Evangelio.

El Señor Jesucristo hace juicio sobre las situaciones de pecado


existentes (Juan 8:39-47)

Para transformar la persona humana es necesario el siguiente proceso:


arrepentimiento - perdón - redención = conversión (vida nueva).

El Evangelio debe transformar a la persona y a la sociedad, por lo que


hace que la pastoral no puede ser individualista, ni proselitista, sino que
es una tarea de toda la comunidad de fe, la iglesia.

c. Ejercicio de los dones recibidos por Dios (Romanos 12 y 1ª Corintios


12).

La tarea pastoral ha de ser ejercida por la totalidad de la comunidad de


fe, la iglesia; cada uno de sus integrantes debe hacer su aporte a esa
Gran Tarea mediante el ejercicio de los dones que le haya dado Dios. No
todo creyente puede hacer cualquier cosa en la iglesia, sino aquellas
para las cuales haya sido capacitado. Todo creyente tiene algún don o
carisma, que puede y debe ponerlo al servicio del ministerio total de la
comunidad cristiana. Ningún derecho a disfrutar para sí de los dones de
que haya sido investido, le asiste a quien se reconozca siervo de Cristo;
pues sabe que sobre él reposa la sagrada responsabilidad de usarlo para
el bien de toda la iglesia.

d. Contenido de la predicación.

 La misericordia de Dios.- Los evangelios nos dicen que en Cristo el móvil


de Su obra fue la compasión (Mateo 9:36). Esta compasión fue la expresión
de la misericordia de Dios y la revelación de la naturaleza de su amor (1ª
Juan 4:9-10). La predicación de los apóstoles estaba basada en el amor
(Filipenses 1:8), lo que hacía posible la comunión fraternal (koinonía). En
nuestra predicación debe estar presente este gran amor de Dios, que
proviene como un don (Romanos 5:5). El móvil básico de la predicación y
del servicio, era el amor a Dios y el amor al prójimo (Mateo 22:37-40), que a
su vez, era la respuesta agradecida por haber sido hecho, primeramente,
objetos del amor de Dios. Este amor generó en los apóstoles una actitud de
obediencia. Recibieron la orden (la tarea) y la cumplieron (Marcos 16:15;
Hechos 10:42; 1ª Corintios 9:16).

 La resurrección de Cristo.- Pablo en su carta a los Corintios (1ª Corintios


15:3-4.17) declara que el fundamento de la predicación es la resurrección
de Cristo, sin la cual nuestra fe sería vana. La resurrección es el tema
central de la predicación. Cristocéntrica ha de ser la predicación bíblica. En
consecuencia, la Iglesia y el ministerio pastoral existen para la
proclamación del Evangelio, para anunciar la palabra de Dios al mundo, dar
a conocer al mundo y exaltar a Cristo, proclamar su Señorío y anunciar Su
reino.

e. Hay un ministerio separado.

Dentro del ministerio general hay ministerios representativos del mismo,


ejercidos por personas llamadas por Dios, apartadas y ordenadas o
consagradas por la Iglesia para funciones específicas dentro de la misma
y en su nombre. Un pastor o pastora es un miembro de la Iglesia
apartado por ella para cumplir las siguientes funciones (Cf. Art. 706 de la
Const. y Reg. De la IMP):

1. El ministerio del Culto.

2. El ministerio Docente.

3. El ministerio del Cuidado Pastoral.

4. El ministerio de la Administración.

5. El ministerio del Servicio.

En el Antiguo Testamento tenemos los antecedentes del ministerio


separado en los levitas (Números 3:3.6-12; 8:10-11; Deuteronomio 12:9;
18:1-8;) y en los sacerdotes (Génesis 14:18; Éxodo 19:6; 28:1; Levítico
4:3).
En el Nuevo Testamento desaparecen las funciones del levita y del
sacerdote, únicamente se mantienen el profeta y en forma genérica el
ministro. Jesucristo es el Ministro por excelencia de la Iglesia, es el
Supremo Pastor (1ª Pedro 5:2-4; 2:25). Vinculada al ministerio apartado,
aparece la noción de autoridad y obediencia (2ª Corintios 10:8; 13:10;
Hebreos 13:17; 1ª Pedro 5:5).

En conclusión diríamos que el ministerio separado se da por razones


prácticas, ante la necesidad de contar con personas especialmente
preparadas para realizarlas; por otro lado, es Dios quien llama a esta
tarea especial, y la Iglesia reconoce este llamado (Hechos 13:2-3;
Hebreos 5:4; Efesios 3:7-9; 4:7.11-13).

4. El marco de la pastoral.

El ámbito de la pastoral es concreto; terrestre; en medio de las alegrías y


el dolor; personal y comunitario.

Si hiciéramos una radiografía del ámbito pastoral encontraremos lo


siguiente:

 La complejidad y dinamizidad del medio;

 El universalismo y la aldea global;

 Las comunicaciones masivas;

 La secularización;

 La escatología vigente;

 La carencia de valores;

 El relativismo de las cosas;

 Lo empresarial antes que el servicio;

 El profesionalismo del servicio;

 El conformismo en la tarea;

 Lo estructural antes que la persona;


 El racionalismo antes que la fe.

Estos son algunos aspectos que nos pueden dar una idea del marco en
el que se desarrolla la pastoral. Para ello debemos estar preparados a
enfrentar cualquier situación y saber dar una respuesta adecuada y no
evasiva. Recordemos que la palabra de Dios es para todo tiempo y lugar;
es viva y eficaz (Hebreos 4:12).

II. PASTORAL PERSONAL

1. La pastoral hacia los demás y hacia uno mismo.

La responsabilidad hacia el otro deviene desde la Creación. A Adán se le


encargó la vida de su compañera Eva y viceversa (Gen. 2:18.24-25), a
Caín la vida de su hermano Abel (Génesis 4:9-10). En los diez
mandamientos está planteada la responsabilidad hacia el otro (Éxodo
20:12-17). Jesucristo nos recuerda esta responsabilidad (Mateo 22:39-
40; Juan 13:35; Lucas 10: 25-37).

La tarea pastoral tiene como meta principal que toda persona, cualquiera
sea su condición, alcance la plenitud de vida a través de la persona de
Jesucristo. Todos tenemos que alcanzar esa meta (Efesios 4:13).

Para que nuestro asesoramiento pastoral sea eficiente es necesario que


conozcamos con exactitud la situación de la persona hacia la cual se
dirige nuestra acción pastoral. Ahora bien, este conocimiento resulta
complicado por dos razones: primero, por la complejidad de la
personalidad humana; segundo, porque el ser humano es tan dinámico
que jamás llegamos a conocer a una persona en su real dimensión. Sin
embargo, es posible alcanzar un mínimo de conocimiento que nos
permita ejercer el ministerio pastoral con eficacia. Por otro lado, en esta
tarea no estamos solos, trabajamos en el nombre de Dios y Él nos asiste
con su gracia. Esto debemos tenerlo siempre en cuenta.

Todo lo anterior es muy importante para poder realizar una tarea eficaz y
de calidad hacia el otro. Sin embargo, ésta no se podrá realizar de esa
manera si es que no nos colocamos nosotros mismos como sujetos de la
pastoral. Difícilmente podemos comprender a otras personas si nosotros
no hemos alcanzado una exacta comprensión de nosotros mismos. El
refrán griego: "conócete a ti mismo" refleja el interés del hombre por
llegar a alcanzar un conocimiento pleno de si mismo.
Conocernos a sí mismos, requiere de una serie de mecanismos
conscientes e inconscientes que nos permitan autoanalizarnos y llegar a
saber quiénes somos realmente. Para ello es necesario controlar
nuestras emociones, tales como: el temor, la ira, el sentimiento de culpa,
los conflictos, los complejos, etc. Asimismo, experimentar en nuestras
vidas el amor de Dios, el amor cristiano, el amor al prójimo y la
reconciliación. De esa manera, nuestra autoestima estará al tope, la que
nos permitirá ejercer la tarea pastoral con gozo y alegría, con eficiencia y
calidad (Colosenses 3:23-24).

2. La comunicación pastoral.

En la pastoral, la comunicación del mensaje se realiza a través de


palabras, gestos y símbolos. No hay evangelización eficaz si la
comunicación del mensaje no llega a lo profundo del ser y motiva un
cambio de actitud de quien escucha el Evangelio. Hoy en día las técnicas
de la comunicación han evolucionado rápidamente y debemos adecuar
nuestro trabajo pastoral acorde a nuestros tiempos y costumbres.

Por ejemplo, ¿qué de nuestro lenguaje?. En muchos casos nuestro


hablar con gente no creyente está en otra onda; es repetitivo, monótono,
puras citas bíblicas, carece de una secuencia lógica, es improvisado
muchas veces. Mejor dicho, no es el tan deseado bálsamo para una vida
agitada y angustiada. Generalmente nuestro lenguaje no es actualizado,
pareciéramos que hablamos con una generación de la década del 50. La
mayoría de la población es joven y debemos llegar a ellos con el
Evangelio de acuerdo a su manera de vivir y de expresarse. Nuestra
comunicación con el mundo debe ser de tal manera que el que nos
escucha, se quede con las ganas de querer seguir oyendo la palabra de
Dios.

Otro aspecto en nuestra comunicación son los gestos, muchas personas


no entienden por qué y para qué hacemos ciertos movimientos o gestos,
que antes que invitar a quedarse a escuchar, ahuyenta al no creyente;
ese tipo de comunicación está bien para nuestra feligresía.

Por último, los símbolos que usemos deben ser fáciles de identificarse,
que de un simple vistazo comunique un aspecto de nuestra fe viva en
Jesucristo. Es bueno tener en cuenta las formas, los colores y la
variedad.
En conclusión, diríamos que, toda comunicación es un mensaje y tiene
dos direcciones: Yo-El y El-Yo.

3. El encuentro cara a cara.

Este aspecto en la entrevista pastoral es muy importante ya que nos


permite estar en contacto con la persona quien viene en busca de una
atención pastoral o en su defecto con la persona a quien hemos ido en
su búsqueda. Es en esa circunstancia en que podemos detectar la
situación real de la persona, sus angustias, tristezas, sufrimientos,
enfermedades, alegrías y aspiraciones. Podemos observar sus gestos,
su manera de sentarse y conversar, sus lágrimas sus contradicciones;
sus balbuceos; sus debilidades; sus pecados; sus necesidades; así como
sus fuerzas y talentos. No es un sujeto imaginario, es un ser real. No lo
hemos extraído de algún libro de consulta, ni es alguien de quien nos han
contado.

Jesucristo realizó su ministerio hablando cara a cara con las personas;


caminaba de aldea en aldea, de pozo en pozo, de ciudad en ciudad, de
sinagoga en sinagoga, de campo en campo, de barca en barca, de
monte en monte. Es así como Jesús podía ver y comprobar la verdadera
realidad de quien se le acercaba. El no se imaginaba un sujeto sufriente
o alegre, con problemas o sin ellos, enfermo o lleno de salud, angustiado
por su vida espiritual o satisfecho de ella.

El peligro de la modernidad es usar todos los medios técnicos de la


comunicación para nuestras atenciones pastorales, dejando de lado el
contacto personal, la visita personal de casa en casa, en los hospitales u
otro lugar. El teléfono, el correo electrónico, el Internet, el satélite, no
podrán nunca reemplazar el calor humano de una entrevista pastoral. No
hay pastoral a distancia. Nosotros tenemos que ejercer una pastoral
personal. Sólo así nuestra tarea pastoral será enriquecida y con olor a
humano.

4. El aporte del Pastor(a) en la entrevista.

He aquí algunos rasgos generales de la contribución del Pastor(a) en la


entrevista:

 Contacto-empático-manifiesto.- Posibilidad de ponerse en lugar del otro y


tratar de comprenderlo desde su perspectiva.
 La calidez.- El que entrevista demuestra que el otro no le resulta indiferente
y siente por él un afecto no de lástima, sino de amor.

 Clima de espontaneidad.- El pastor(a) contribuye a crear un clímax de


libertad, de creatividad y de permisividad. No significa que el que entrevista
es un cómplice.

 Iniciativa.- El rol del pastor(a) es un rol esencialmente activo, que estimula


la tarea y a la persona. No significa hablar todo el momento. Hay que saber
escuchar.

 Actitud docente.- Significa encuadrar la actividad de la entrevista en un


marco pedagógico, lo que implica movilizar todos los recursos didácticos
para facilitar el aprendizaje. Se debe clarificar los objetivos: ¿qué es lo que
la persona necesita modificar?. No tener actitudes paternalistas. Claridad
de expresión. Claridad de métodos. Tener en cuenta otros recursos.

En todas las entrevistas pastorales debemos tener en claro lo que


esperamos obtener al estar en contacto con la persona, de lo contrario
estaremos divagando y perdiendo el verdadero objetivo de la entrevista.
Toda acción pastoral debe procurar lo siguiente:

 Mayor ajuste de la persona con el medio que lo rodea.

 Incremento de la autoestima y el bienestar personal.

 Tomar conciencia del significado de sus problemas y dificultades


personales.

 La ampliación de perspectivas personales.

 Reemplazo de defensas más regresivas por otras más adaptativas.

 Ayudar a tener un encuentro personal con Jesucristo a través de un


proceso de fe más genuino, que conlleve a una conversión.

Hagamos una comparación entre la visita social y la visita pastoral:

La conversación social enfoca... La conversación pastoral enfoca...

 Situaciones "externas" (tiempos,  Involucra a las personas mismas y


acontecimientos "ajenos", un escamoteo envuelve en una interrelación e
mutuo). interdependencia.
 Procura una atmósfera "congenial"  Acepta y asume zonas de tensión o no
evitando desacuerdos o disidencias. resueltas, o conflictivas.

 Un bienestar o facilidad donde cada uno  Ayuda a afrontar la vida para una mayor
se evade mutuamente de sus propias responsabilidad (sin cobardías,
responsabilidades. egoísmos, soberbias, miedos).

 Un montón de superficialidades (más o  Ayudarse a compartir y compenetrarse


menos jocosas) donde nada compartimos en profundidad, auténticamente, con
en profundidad, ni nos "tocamos" todos los riesgos y aventuras que
verdaderamente. implique.

 Apariencias y conductas "agradables" sin  Comunicación "cara a cara",


encuentros frente a frente, comprensiva, abierta, donde nos
soslayándonos, yendo por las hallamos auténticamente, una
"tangentes". compenetración profunda,
transformadora.
 Partiendo de lo que "debiera ser",
anhelos o sueños, sin vernos en lo que  Un encontrarnos y vernos en lo que
somos o estamos. somos para avanzar hacia lo que podría
o podrá ser.
 Abordando generalizaciones, vagas, que
no nos conciernen directamente.  Aborda y especifica lo que hacemos,
pensamos, decimos, concerniéndonos.
 Busca afabilidad, entretenimiento "a flor
de piel", al costo de...  Recrea auténticamente con un compartir
y participar en profundidad.
 Concentrarnos en incoherencias o
deficiencias que no nos conciernen  Coloca a Jesucristo como el centro de
(ajenas). nuestra vida, aún en las fallas y
deficiencias que nos conciernen.
 Hablar de la "gente" en forma genérica,
no ahondando ni creciendo en relación  Estableciendo relaciones significativas,
humana. valiosas, profundamente humanas (cf.
Juan 3 y 4).

Como pastores(as) tengamos siempre en cuenta las siguientes excusas


de las personas a entrevistar:

 Ir al templo no me hace mejor: los que van son peores.

 Oigo cultos por radio, TV, Internet y me satisfacen.


 Entre los que van al Culto hay hipócritas y deshonestos.

 Estamos muy ocupados: no tenemos tiempo para nada.

 Tengo mi propia vida religiosa, sin necesidad de asambleas, que


nada me aporta.

 Puedo ser un cristiano auténtico, servicial, decente, sin necesidad


de ir al Culto.

 El domingo se hizo para descansar, recrearse o divertirse.

 La vida se hizo para "vivirla", gozarla, divertirse, "ser hombres".

 Si Dios existiese...no habría tantas crisis y catástrofes...o no me


hubiese pasado tal... o cual circunstancia...no me sentiría tan solo
o aislado...no padecería tanto...no habría tantas tensiones-
conflictos-crímenes-despojos-violencias...

Para todas esas excusas, recordemos que el Señor no necesita


"abogados" defensores (que terminan siendo abogados del diablo): a lo
sumo bastaría con que fuésemos testigos de lo que el Señor Jesucristo
está diciendo y haciendo...poniéndole la menor cantidad de obstáculos.

III. PSICOLOGÍA PASTORAL

1. Análisis de la iglesia como institución.

Para empezar diremos que la iglesia como institución realiza una


psicología pastoral grupal, cuyo fin es la proclamación del Evangelio de
Jesucristo y como resultado de ello: la conversión de las personas y el
crecimiento de los creyentes. De ahí que la iglesia deba favorecer el
proceso de ese crecimiento. Procurar en todo momento la conversión
permanente.

Sin embargo, hoy en día la iglesia como toda institución social se ha


burocratizado y como consecuencia de ello, quienes ejercen la pastoral
también. El peligro de ello es que las personas llamadas a realizar la
tarea pastoral hacen a la institución depositaria de muchos problemas o
elementos enfermantes, y todos los que integran la institución son
afectados. La tarea depende de estructuras, jerarquías, planes,
presupuestos y personal especializado.
La iglesia que propicia el cambio de las personas debe a su vez propiciar
el cambio estructural de la misma. La evangelización debe ser una tarea
personal y social de la iglesia. Una persona restituida o sanada por el
Evangelio debe congregarse en una institución sana, de lo contrario la
persona llegará a enfermarse nuevamente. Muchas iglesias siguen con
sus problemas y estructuras obsoletas, no se han abierto a la nueva
realidad. Por lo tanto, no hay credibilidad en su proclamación, ni menos
es un espacio de restauración espiritual y social.

Debe tenerse en cuenta que todo cambio de una institución a otra afecta
la identidad de la persona que la integra. Este proceso de transición
algunos no lo tienen claro y la iglesia lo suple, bloqueando su desarrollo.

De ahí que se deba tener en cuenta para el proceso de desarrollo de los


creyentes lo siguiente:

 El Culto dominical.- Este debe ser un encuentro comunitario de los


creyentes y apuntar a su crecimiento espiritual.

 Relación entre sí.- Preguntarse ¿cómo se relacionan entre semana?,


¿Conocen sus problemas?, ¿Oran por el uno por el otro?, ¿Se pueden
alegrar por el otro?.

 Actitud frente a los nuevos creyentes.- ¿Cuál es la actitud de los hermanos


y hermanas frente a los nuevos creyentes?, ¿Son integrados plenamente
los nuevos creyentes?, ¿Se reciben con buena disposición y alegría a las
visitas?.

 Liderazgo en la Iglesia.- ¿Qué tipo de liderazgo tenemos?, ¿Está lo


suficientemente preparado?, ¿Saben resolver sus propios problemas
personales?.

 Relación entre los medios y los fines.- Saber clarificar los medios para
realizar la tarea y no dejar que los fines se confundan.

 Objetivos y responsabilidad asumida.- ¿Hemos establecido cuál es la


relación entre ambos?, ¿Hacia dónde vamos o que queremos hacer?,
¿Quiénes lo harán?.

 Proyección hacia la comunidad.- ¿Cómo se proyecta la persona hacia la


comunidad?, ¿Qué responsabilidad tiene en su comunidad?, ¿Cómo nos ve
la comunidad?.
Es bueno que la iglesia se tome un tiempo y haga un alto en el camino
para examinarse a sí misma y corregir los errores que generan malestar
y enferman a los que la integran. El proceso terapéutico pastoral debe
ser una constante, para lograr una salud interior y contagiar a quienes
vienen en busca de sanidad.

2. Psicoterapia y fe cristiana.

Para abordar este tema es necesario contestar la siguiente pregunta: ¿es


posible una colaboración entre la Psicoterapia y la fe cristiana?.
Aparentemente son dos campos diferentes, sin embargo, apuntan a un
mismo fin: la restauración de la persona. Ante un mismo problema, los
lenguajes se bifurcan, difieren, se separan. Enfrentando a condiciones y
situaciones humanas variadas, extraen significados diferentes. Entre lo
que la Psicología califica de trauma o dificultad psicológica, mantiene una
diferencia profunda con el término pecado acuñado por la Teología. Una
realidad es la catarsis y otra la conversión (metanoia). Hay diferencia
entre una liberación psicológica y una salvación o liberación del
Evangelio. De igual manera entre una reconciliación consigo mismo y
una reconciliación con Dios.

La Psicología y la Psicoterapia componen una disciplina y una técnica de


investigación científicas reconocidas. El objeto de la investigación así
como de la terapia correspondiente, es lanaturaleza psicológica del
hombre. Procuran restablecerlo y sanarlo de sus desequilibrios,
sacudidas y "complejos" psíquicos. También para afrontar positiva y
exitosamente los traumas, dificultades, bloqueos e impedimentos que
obstaculizan vivir de un modo libre, realizado, plena y gozosamente.

El ministerio evangélico de la PASTORAL -en un intento y esfuerzo


científico y humanizador- ofrece un servicio basado en la autoridad y
poder de Jesucristo. Se fundamenta en el Evangelio liberador,
transformador y renovador de la humanidad y de la sociedad. El
Evangelio es el anuncio positivo a hombres y
mujeres pecadores, rebeldes, oprimidos, alienados. Involucra un juicio
profundo y radicalmente crítico y positivamente transformador en
Jesucristo. Simultáneamente se trata del anuncio de
un perdón asombrosamente activo, efectivo y eficaz, que oferta (don,
regalo, carisma) Jesucristo, un compartir una nueva vida, un nuevo
nacimiento, una humanidad nueva, un mundo nuevo, una libertad y un
poder nuevos.
¿Es acaso posible conciliar estas posiciones teológicas de la fe cristiana
con las técnicas y teorías científicas de la Psicoterapia?
Los contactos entre Psicoterapia y fe cristiana son inevitables.

Es necesario reconocer casos de hombres y mujeres que padeciendo


psicológicamente y espiritualmente han recurrido a los servicios de un
psicoanalista. Más aún, debieron, algunos, después de frustraciones que
les hicieron comprender que la PASTORAL nada podía hacer por ellos ni
ayudarles. Existen numerosos casos de pacientes que fueron humillados,
juzgados o anulados por una apatía indiferente o por una inhumana
hipocresía. Es cierto, sin embargo, que ese paciente pueda ser que halle
soluciones superficiales en la Psicoterapia, diferente a lo que el
Evangelio nos desafía y provoca. En estos casos el anuncio del
Evangelio apunta a una penetrante reprobación, una aguda crítica y una
profunda corrección del hombre y de la mujer en su totalidad. Por lo
tanto, la PASTORAL no puede aceptar cualquier tipo de Psicología que
pretenda construir una humanidad partiendo de presupuestos que
ignoren, amortigüen o neutralicen al Evangelio.

La PASTORAL debe estar abierta a un uso de la Psicología y su preciso


instrumental científico, buscando un constante diálogo y colaboración. En
un mundo donde todo es relativo, la verdad y una fe genuina basadas en
el Evangelio, es aún una alternativa vigente para la transformación de la
persona y de la sociedad. El Evangelio irrumpe en esa realidad.
Llamapecado (imposibilidad de ser persona) a todas las desesperadas
resistencias psicológicas. Llama idolatría (profundamente
deshumanizante) a todas las imágenes absolutas que el ser humano
construye de Dios y la religión. Califica como falsas cualquier tipo de
justificación o autoafirmación como absoluciones autónomas. Anuncia
por todos los medios, instrumentos o canales, la noticia gozosa-
liberadora-transformadora del amor de Jesucristo a través del perdón.

Por último, el Evangelio es el anuncio y la oferta concreta de una


reconciliación con Dios, con el ser humano y extendida a toda la
Creación. Es el genuino generador de la paz (Shalom), del verdadero
amor (ágape) entre los que creen: y creer es comprometerse, es
fidelidad, es trabajar, es dedicación (santificación). En ese ámbito la
PASTORAL desarrolla su servicio. Servicio a todo hombre y mujer. En
ese terreno ningún tipo de Psicología podrá substituirla.

3. La salud del encargado de la pastoral.


Este punto es importante tenerlo en cuenta, especialmente quienes
ejercen la tarea pastoral. Es necesario haber alcanzado la madurez
espiritual como la emocional e intelectual. Es decir, debe ser
considerado sano (espiritual y corporalmente). Los conflictos son muy
comunes en la vida cotidiana y por lo tanto determinan en gran parte
nuestra conducta. Debemos saber llevar una vida en paz, armoniosa,
dominar nuestros impulsos y llegar a controlar los conflictos. De lo
contrario se producirán las tensiones y el descrédito de nuestra labor.

Para lograr ese estado de salud es necesario tener momentos de relax


personal, de reflexión personal, de oración, de convivencia familiar. Por lo
menos, una vez al año, hacerse un chequeo médico y psicológico. Tener
una dieta balanceada, no estaría de más. Realizar una evaluación al final
de la jornada. Procurar hacer un autoanálisis de uno mismo. Mirarse ante
el espejo al comenzar el día y al final del mismo.

Llegar a un estado de madurez y mantener una buena salud es lo que


permitirá realizar la tarea de una manera eficaz. Tal vez una pregunta que
se hace todo encargado de la pastoral: ¿Cómo estar en paz con Dios,
conmigo mismo y con mi prójimo, en medio de un mundo tan
convulsionado y materialista?. En la Biblia encontramos muchas maneras
de resolver este asunto y para lograr un crecimiento espiritual y el ajuste
mental de la persona. En ella se nos describe una serie de conflictos
humanos y los medios para resolverlos (Josué 1: 6-9; 1ª Samuel 17;
Daniel 7; Mateo 11:28; Juan 8:32; Hechos 26 y 27; Romanos 8: 28.31-39;
Filipenses 4:13).

Siempre debemos contagiar alegría y vitalidad en nuestras entrevistas


pastorales, evitar contagiar situaciones enfermizas. Una vida en paz sirve
mucho como testimonio. Nosotros somos instrumentos del Señor y
debemos reflejar en nuestras vidas la verdadera plenitud de la vida, que
es en Cristo Jesús.

4. La tarea pastoral de Jesús.

Todo el ministerio de Jesús podría ser dividido en dos tareas


fundamentales: Una kerigmática, la proclamación del Evangelio y la
otra terapéutica. Jesús, por un lado es el predicador y por el otro el
pastor, el que cuida y cura las ovejas. Al enviar a sus discípulos, la misión
es idéntica a la suya: "Predicar el Reino y sanar a los enfermos" (cf.
Mateo 10: 7-8; Marcos 3: 14-16; Lucas 9:2). Después de la resurrección,
Jesús recuerda a sus discípulos que tiene que cumplir con la doble
misión de predicar y pastorear: "Paz a vosotros. Como me envió el
Padre, así también yo os envío" (Juan 20:21). Este encargo de Cristo a
sus discípulos no es diferente hoy en día. No todos podemos predicar
desde el púlpito, pero todos podemos predicar el Evangelio con nuestras
vidas y todos podemos asumir una actitud pastoral con nuestro prójimo.
Todos podemos dar frutos, de lo contrario somos como un árbol seco.

A lo largo del ministerio de Jesús se podrá observar que Él manejaba el


psicodiagnóstico, la psicodinámica y la psicoterapia. Él podía descubrir la
condición de la mente humana, podía comprender las causas internas o
motivos de la persona y al mismo tiempo lograba sanar los conflictos
psíquicos. Pero bien sabemos que Jesús fue mucho más que un
psicólogo, fue un pastor: "Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida
da por las ovejas" (Juan 10:11).

Brevemente veremos la actitud pastoral de Jesús que nos sugiere el Dr.


Jorge A. León en su libro "Psicología pastoral para todos los cristianos",
la cual nos puede servir de ejemplo para nuestra tarea pastoral:

 Dominio propio.- Este tipo de valor es practicado por Jesús en muchas


oportunidades. Él sabía en qué momento debía frenar la agresividad de sus
enemigos. No respondía con violencia a quienes pretendían sacarlo de sus
casillas. Una blanda respuesta desbarataba toda mala intención. El libro de
los Proverbios nos dice: "la blanda respuesta quita la ira; la palabra áspera
hace subir el furor" (Proverbios 15:1). Si Él se hubiese propuesto usar la
violencia, recursos no le faltaban. Jesús era el pastor de todos (amigos y
enemigos). No en vano había enseñado: "Amad a vuestros enemigos"
(Mateo 5:44). Guardar silencio es muchas veces una actitud blanda,
permite calmar los ánimos airados, para dar lugar a la reflexión. Para Jesús
era muy importante ganar al que quería discutir con él, que ganar la
discusión. Para lograr este tipo de dominio propio es necesario conocernos
a nosotros mismos y que realmente amemos al prójimo. El ejemplo dado
ante la mujer adúltera, dice mucho del carácter de Jesús (Juan 8:1-11).

 El perdón.- Tomando el ejemplo del texto anterior, Jesús le dice: "¿Dónde


están los que te acusaban?. Ni yo te condeno; vete y no peques más". Ante
los ojos de Jesús esta mujer necesita ayuda, consuelo, comprensión, está
arrepentida y quiere oír al Señor. Habría algo más para obtener el perdón
divino?. En muchas ocasiones nos falta aprender de Jesús, el Maestro. Si
Dios perdona, ¿por qué no nosotros?. Nos dejamos dominar por los
prejuicios, del que dirán. De esa manera arruinamos nuestro ministerio
pastoral, haciéndonos incapaces de ayudar a las personas que buscan
solución a sus problemas cotidianos.
 Amar sin prejuicio.- El amor de Jesús por el prójimo se da en su máxima
expresión a lo largo de todo su ministerio pastoral. Él supo romper los
prejuicios que se mantenían durante siglos. Un ejemplo real lo constituye el
diálogo en el pozo con una mujer samaritana (Juan 4:1-42). Él se liberó de
todo prejuicio, sea éste social o cultural, para recibir a la gente tal como
eran, con el propósito de ayudarles a ser mejores. ¿Cuánto de ello
practicamos diariamente?.

 Dinamicidad de la vida.- La vida como tal tiene un proceso dinámico: lo que


hoy es nuevo, mañana ya es viejo. La vida sigue su curso, no se detiene en
el tiempo ni en el espacio. Después de la muerte, la vida continúa
inexorablemente hacia un destino trascendente, va al encuentro con su
Creador. Jesús entendía la vida como un proceso dinámico, nada la
detiene. Si se detiene, no tiene sentido, pierde su valor y su razón de ser.
En este proceso los cambios son señales de la dinamicidad de la vida, son
necesarios para una renovación plena. La iglesia debe estar preparada
para ello. En nuestra tarea pastoral debemos tener esta actitud pastoral de
Jesús. Él es el agua viva del manantial que ha de correr en nuestro ser
(Juan 7:38). Bebamos de esa agua ahora.

 Fe y conducta.- Jesús se caracterizó por orientar la fe de la gente hacia un


Dios único y verdadero. Esta fe genuina genera un tipo de conducta
ejemplar. Él fue el ejemplo viviente para todas las personas. El mensaje de
Jesús tenía como propósito llegar a las raíces del mal y modificar la
conducta de la persona. Ante diversas situaciones no le importó las
diferencias individuales o sociales, ni el tipo de pecado cometido, sino la
persona como tal y su situación real, para acercarla a Dios, a Su reino,
como la nueva noticia teológica. No basta afirmar que somos cristianos
porque observamos buena conducta. Tenemos buena conducta porque
somos cristianos. Somos fieles a la persona de Jesucristo y eso nos hace
verdaderos cristianos. Este asunto es importante tenerlo en cuenta, ya que
el hombre contemporáneo no es que haya dejado de creer en Dios, sino
que ha dejado de creer en la Iglesia como institución. Nuestra tarea
fundamental es comunicar el Evangelio al hombre y a la mujer, cualquiera
que sea su situación. El mandato de Cristo no es moralizar, sino predicar el
Reino con nuestras vidas y palabras. En esto consiste el ministerio pastoral.

 Reconocimiento de la realidad de Satanás.- Jesús se encargó de demostrar


que el Mal existe y está personificado en Satanás. En ningún momento Él
soslayó esta realidad. Enseñó que este Mal se mantiene activo en el mundo
y pretende esclavizar a la humanidad entera. En nuestra tarea pastoral nos
vamos a encontrar con personas que niegan la existencia del mal y de
Satanás. Ante esta situación debemos salir al frente y desenmascarar la
patraña del maligno.

IV. PASTORAL Y SALUD


1. La Psicopatología y la Pastoral.

La Psicopatología es el estudio descriptivo, etiológico y sistematizador de


los cuadros de patología mental. Un estudio realizado sobre la
enfermedad mental, ha demostrado que ésta constituye uno de los
mayores problemas de América en lo referente a la salud. No tener en
cuenta esta realidad en nuestra tarea pastoral es dejar que las personas
afectadas opten por el abandono o finalmente por el suicidio.

Debemos recordar que los trastornos mentales atacan igualmente a los


cristianos y a los que no lo son. Nadie es inmune: ni pastores, ni laicos;
niños ni adultos; ni casados, ni solteros; ni muy piadosos ni los tibios en
la fe.

La Psicopatología nos ha de dar pautas para orientarnos ante diversos


casos que se nos presente en el ejercicio de nuestra labor pastoral.

2. Concepto de enfermedad y salud.

La salud es el estado armonioso en que se encuentra nuestro organismo,


nuestro ser. Mientras que la enfermedad es la ruptura, el desequilibrio de
ese estado armonioso.

Todos de alguna manera pasamos de un estado de salud a una situación


de enfermedad y viceversa. En todos los casos hay que saber distinguir
el límite entre lo sano y lo enfermo. Cuando nuestro organismo está sano
expresamos vitalidad, alegría, sentimientos positivos; mientras que en
una situación de enfermedad expresamos dolor, tristeza, angustia. Jesús
sabía cuál era la condición humana, las causas de la enfermedad, los
límites entre la salud y la enfermedad. Nuestro trabajo pastoral debe
también conocer los márgenes o fronteras, frágiles y flexibles entre la
salud y la enfermedad, la existencia y la muerte, la humanización y la
deshumanización.

Por último, debemos precisar que toda enfermedad se debe a tres


posibles causas:

es una consecuencia natural de un proceso bio-psico-somático; es


resultado de un desarreglo que hemos originado en nuestro organismo; o
finalmente es una prueba que Dios nos da para mostrar su gloria y poder
en nuestras vidas.
3. Tipos de enfermedades.

Analizaremos las enfermedades psicopatológicas de la personalidad más


comunes en forma general: psicosis, neurosis, psicopatías, perversiones,
toxicomanías y enfermedades psicosomáticas.

3.1 Psicosis.- Trastornos psiquiátricos más generales, afecta los modos


de conducirse y funciones mentales en general e impiden la sociabilidad.
Se caracteriza por la desorganización y regresión del yo a niveles
inferiores. No se compromete toda la personalidad. Además de la pérdida
del sentido de la realidad, se vive un mundo propio cargado de delirios a
autoreferencia. Brevemente describiremos los siguientes cuadros de esta
enfermedad:

a) Esquizofrenia.- Es la más frecuente de las enfermedades (3 al 8 o/oo),


es una enfermedad del adulto joven (15 a 35 años de edad), muy
difícilmente antes de los 15 y después de los 45 años de edad. La
recuperación es variable entre el 50% (clínica y social). Se da más en los
solteros y en clases más bajas, en ambos sexos. Los síntomas de esta
enfermedad son:

- Sonorización del pensamiento;

- Oír diálogos de voces autoreferentes;

- Comentarios desfavorables;

- Vivencia de influencia física;

- Robo y difusión del pensamiento;

- Percepción y ocurrencia delirante;

- Alucinaciones olfativas y visuales;

- Trastornos del pensamiento.

El cuadro general es un clímax persecutivo con vivencias paradisíacas.

b) Psicosis-maniaco-depresiva.- Se manifiesta entre los 30 a 40 años de


edad, más en la mujer que el hombre. Se caracteriza esta enfermedad
por la exaltación de las funciones psíquicas; agresividad manifiesta;
disminución de los valores morales; pérdida de las facultades centrales;
sensación de auto reproche, desvalorización muy grande, disminución de
la actividad sexual; tendencia al suicidio. Existen tres tipos de grupos en
los que se clasifican a las personas enfermas:

1er. Grupo: enfermos con marcado cambio depresivo (25%);

2do. Grupo: melancólicos (94% del 75% del total)

3er. Grupo: maníacos (6% del 75% del total).

c) Delirios crónicos.- Este tipo de enfermedad puede presentar dos


formas: paranoia, que es un tipo de "locura razonante" y se caracteriza
por: delirio lógico, coherente, monotemático. No se advierte un deterioro
del yo intelectual, está bien constituido y es difícil detectar. Los síntomas
de esta enfermedad son: deseo de reivindicación, conducta agresiva,
marcado sentimiento pasional; parafrenia, es un delirio encapsulado,
viven normalmente pero tienen un delirio disociado del resto de la
personalidad.

d) Demencia.- Deterioro progresivo, generalmente irreversible de las


funciones intelectuales y regresión de la conducta. Conductas extrañas.

3.2 Neurosis.- Comparada con la psicosis, los trastornos negativos son


menos marcados, la regresión es menor, menos masiva. No tiene
alucinaciones, pero puede llegar a deformar la realidad. Son un conjunto
heterogéneo de trastornos centrados por la angustia. El juicio de la
realidad no está perturbado. Se manifiestan en las relaciones
interpersonales, incluso sexuales. Los cuadros que presenta esta
enfermedad son los siguientes:

a) Obsesivas.- Se da más en los hombres. Ideas y actos compulsivos


(ideas que surgen y gradualmente se repiten. Ejemplo: fracaso en el
estudio, etc.). Súper yo muy fuerte, muchos prejuicios, escrupulosos de
ciertas cosas, gran necesidad de exactitud, pulcritud, necesidad de no
ser interrumpido, rígido en su apariencia.

b) Histéricas.- Se da más en las mujeres. Tendencia a la teatralidad;


exhibicionismo; capacidad para las relaciones sociales; saben atrapar al
público; gran capacidad para seducir; hipersexualidad, como máscara de
inhibiciones sexuales. Problema para aceptar su feminidad. Gran ligazón
con la madre.
c) Fobia.- Forma parte de un síntoma dentro de otro cuadro o puede
constituirse en un cuadro clínico. Es una protección dentro de una
situación temida. Generalmente tienen que ver con el espacio
(agorafobia/claustrofobia). La persona se angustia y se protege de esa
situación (ejemplo: el ascensor). Se teme a cualquier cosa.

3.3 Psicopatías.- Tienen un sentido moral bastante débil y su conducta


está constantemente dominada por tendencias perversas y malignas. En
general ausencia de, déficit intelectual, de angustia o delirio; debilidad de
reacciones frente a los imperativos sociales generalmente recibidos;
cierta rebeldía a los medios de educación o represión social; gran
impulsividad; inestabilidad afectiva. Tiende a actuar, a teatralizar;
cleptomanía; piromanía; estafas; juegos y acciones homicidas.

3.4. Perversiones.- Son comportamientos regresivos que sustituyen con


predilección y a veces exclusivisan las condiciones normales del
orgasmo o en las conductas relacionadas con él.

3.5. Toxicomanías.- Satisface una necesidad por medio de la absorción


habitual específica de una droga. El hábito puede ser adquirido en forma
voluntaria. A veces el origen se produce por la búsqueda, o por
ofrecimientos, o a veces por mediaciones (morfina), que se transfiere en
hábito.

3.6 Enfermedades psicozomáticas.- Son trastornos clásicamente


estudiados por la medicina, donde los aspectos psicológicos conscientes
e inconscientes tienen predominancia y cuya importancia tiene que ver
con un cuadro. Algunos de estos cuadros son: úlcera; asma; hipertensión
arterial. En todos estos casos, los síntomas físicos simbolizan lo
psíquico. Generalmente son originados por situaciones transitorias.

4. Curación por la fe.

Este tema ha sido tratado en todas las épocas y en cada caso ha habido
personas que han intentado curar las enfermedades, desde sacerdotes,
pastores, exorcistas, brujos, curanderos y médicos. Todos apelando a un
tipo de fe. En la Biblia encontramos relatos de casos en los que muchas
personas enfermas fueron sanadas por su fe en el Señor, el Dios de la
Vida. Jesucristo restauró la salud de muchos que venían a Él, algunos
estaban enfermos por causa de su desobediencia a Dios y habían caído
en pecado (cf. Marcos 2:1-12); otros por enfermedad natural (cf. Lucas
8:43-48); y aún a los que iban a ser sujetos de la gracia y gloria de Dios
(cf. Juan 9:1-31). En todos esos casos la fe en el Señor hizo posible la
curación total del enfermo.

Jesucristo al dar la Comisión a sus discípulos les dio poder para sanar a
los enfermos a través de la fe (cf. Marcos 16:18b). Asimismo, Él era
ejemplo de ese poder divino para restaurar vidas enfermas; cada
curación era el resultado de su fe y oración con su Padre. Por otro lado,
las curaciones practicadas por Él eran las señales evidentes del reino de
Dios, es decir, la prueba contundente de la nueva realidad salvífica de
Dios.

Hoy en día muchos cristianos aún no están muy convencidos de las


curaciones por la fe. No aceptan que la medicina u otra disciplina que se
relacione con la salud, tengan que apelar a la sola fe en Jesucristo.
¡Cuántos casos existen en que la ciencia médica ha desahuciado a un
enfermo, y éste ha sanado por la acción misericordiosa y milagrosa del
Señor de la Vida!.

La pastoral necesita recurrir a esta experiencia milenaria, llevar un


mensaje de sanidad al enfermo en su lecho de dolor y orar con él
(Santiago 5:14); llevarlo a un encuentro personal con Jesucristo o
reafirmar su fe en Él (cf. Hechos 8:3-38; Filipenses 4:13.19). Mucha
gente sufre enfermedades y necesita ser restaurada. Como ciegos van
de un lado a otro, buscando sanidad; acuden a cualquier persona para
ser "sanados". No hay quien les dé una mano y los cure por la acción de
la fe en Jesucristo. Nosotros estamos llamados a brindar esa ayuda por
medio del Evangelio de Jesucristo; a lograr que las personas enfermas
confíen en Dios y en su poder restaurador. Creando de esa manera
condiciones de espíritu y de mente que favorezcan la sanidad. Y todo
esto sin ningún costo monetario alguno. ¡Sólo por la fe el justo vivirá!
(Habacuc 2:4b). Ante esta buena noticia, miles acudirán a Jesucristo para
ser restaurados plenamente y vivir en adelante las promesas del Señor
(cf. Juan 6:47; 7:38; 10:10b; 11:25-26).

5. Visitación y contactos.

La visita del Pastor(a) a la persona que se encuentra enferma, ya sea en


el hogar o en el centro de salud, genera gran expectativa no sólo en el
enfermo, sino en la familia y en el médico de cabecera también. Esta
actitud permite abrir oportunidades inesperadas para compartir la fe en
Jesucristo. Muchas personas enfermas se encuentran en una situación
de abandono espiritual, con miedo a la muerte, angustiadas al no sentir
mejoría en su salud. De igual manera la familia es contagiada por esta
situación. De ahí que una visita pastoral al enfermo debe tener como
objetivo: generar alegría fecunda y auténtica para vivir a través de la fe
en Jesucristo. Para lograr este objetivo el Pastor(a) debe establecer una
relación de amistad a través de un contacto fácil y ágil (actitudes y gestos
que provocan confianza-confiabilidad). En el proceso de la visita es
necesario mantener serenidad en la conversación cuando se trate el
tema de la enfermedad y no dejarse envolver o manipular por la persona
enferma. Unos momentos de silencio permite establecer un clima de
reflexión. Tener un momento para orar y pedir sanidad divina. Que
nuestra presencia sea una ayuda, una bendición, una oportunidad para
generar el deseo de vivir a la persona enferma. Finalmente, seamos un
instrumento del Señor para que la persona enferma y la familia
encuentren en Jesucristo la sanidad divina. Él es el Señor de la Vida.

6. La pastoral ante la muerte.

Este aspecto de la pastoral es delicado, áspero, complejo, que requiere


mucha fineza, delicadeza, fortaleza y tacto. Hoy la muerte es rechazada
por todos lados y esferas: desde un hospital aséptico (inmunizado), como
los cementerios (embellecidos) y hasta los ritos funerarios que se
vuelven insignificantes. Es decir, nadie quiere pensar en la muerte. Hay
una pérdida de sentido, de símbolo en su profundidad. ¿Pero qué hacer
ante una persona que agoniza o muere?. En primer lugar, recordar que
Dios no nos promete que vamos a estar exentos del sufrimiento, pero sí
nos promete que estará con nosotros en nuestro sufrimiento. Al confiar
en esta promesa, se nos capacita para reconocer la presencia
sostenedora de Dios en el dolor, la enfermedad y la separación. La
muerte es una realidad inevitable. En un segundo lugar, Dios no nos
promete que seremos curados de todas las enfermedades. Todos
tenemos que enfrentarnos inevitablemente a la muerte.

La PASTORAL en estos casos debe plantear el problema de la muerte


como un proceso natural que todo ser viviente debe experimentar, como
parte del deterioro del organismo. Es necesario tener en cuenta que
fuimos creados por Dios del polvo de la tierra (Génesis 2:) y al polvo de
la tierra volveremos fruto del pecado (Génesis 3:19). Pero no todo se
termina aquí en la tierra, nuestro espíritu vuelve a Dios para vivir en una
nueva situación: la vida eterna (Juan 11:25-26; 3:16; 14:1-4).

Por último, un detalle que no debemos descuidar es el hecho de que la


mera presencia del Pastor(a) en una situación de agonía o muerte, crea
un clima propicio, tanto para la familia como para los amigos, para la
reflexión, el arrepentimiento, el valorar la vida como un don de Dios y la
oportunidad de acercarse a los pies de Cristo. En estos casos será
oportuno tener a la mano los textos bíblicos apropiados así como los
momentos de oración.

V. LA PASTORAL A DIVERSAS EDADES

1. Niñez.- El niño desde el período de gestación en el seno de la madre,


va asimilando todos los procesos de cambios que experimenta (huevo,
embrión y feto) y también la madre (alegría, tristeza, dolor, cambios
físicos y psicológicos). Cuando nace ya tiene internalizado en su ser una
serie de factores positivos y negativos que van a formar parte de su
personalidad. Todo niño es el reflejo de lo que su hogar y la sociedad
son. Los valores que se le inculca a un niño han de ser el tesoro más
precioso que los padres pueden dejar como herencia a sus hijos.

Desde pequeño el niño necesita experimentar el amor de la madre y del


padre; ser educado con el ejemplo; tener un ambiente positivo;
Motivarles hacia cosas positivas y trascendentes; enseñarles los caminos
de Dios y practicar siempre lo bueno. Sólo así los niños tendrán un
carácter positivo y un alto valor de la vida. Pero la realidad es otra, la
mayoría de niños no viven esta experiencia y sus conductas, por lo tanto,
son negativas. Muchos de ellos no tienen familia completa (falta papá o
mamá, en otros casos los dos); viven en un ambiente hostil,
familiarizados con el lenguaje soez; asimilan actitudes negativas por
medio de la TV; sufren agresión verbal, psíquica y física; abandono a
temprana edad; son obligados a trabajar desde muy temprana edad. Los
resultados están a la vista todos los días.

La PASTORAL tiene una tarea muy importante con los padres y la familia
del niño. Debe procurar generar espacios de amor y de alegría, es decir,
un ambiente positivo. Es urgente y necesario orientar a la familia y a la
sociedad sobre el rol que les toca en la educación del niño.

La Iglesia no puede estar ajena a esta problemática; es en este campo


que puede ejercer una pastoral infantil a través de diversos programas:
kindergarten, educación inicial, escuela dominical, colegios, escuela para
padres, etc. El futuro de un país y de la humanidad entera está en la
buena formación moral y espiritual de los niños. Ellos necesitan desde
muy pequeños ser orientados y educados en la Palabra de Dios. La
Biblia tiene muchos testimonios de niños al servicio de Dios.
2. Adolescencia.- Esta etapa de la vida es una edad difícil ya que es el
período de los grandes cambios físicos, sexuales, emocionales,
ideológicos y vocacionales. Es la transición entre la niñez y la juventud.
El adolescente busca ubicarse en el mundo. No es un niño pero tampoco
es un joven. El centro del problema es la identidad. Esta situación genera
crisis en su vida. La gran preocupación del adolescente es saber cómo
soluciona dicha crisis. Lamentablemente muchos adolescentes recurren
a diversas maneras para resolverla. Desde las maneras adecuadas hasta
las más peligrosas. La mayoría de adolescentes no saben qué hacer y no
tienen la confianza necesaria para conversar con sus padres o
consejeros de aula; lo más cercano que tienen a la mano son sus
amigos. Ellos son lo que son sus amigos.

El adolescente necesita ser amado y ser comprendido; necesita un


ambiente estable y seguro; necesita ejemplos de valores positivos;
necesita ser parte de un proyecto de vida que lo desafíe a un
compromiso concreto pero a la vez le dé la seguridad necesaria para
realizarse plenamente.

La Iglesia tiene aquí una tarea inmensa, debe brindar a los adolescentes
ese espacio que no le da el hogar, menos la sociedad. El evangelio debe
ser para cada adolescente el fundamento y razón de ser de su vida.
Jesucristo es el modelo a seguir, el paradigma de valores positivos, guía
espiritual para los momentos de crisis, el amigo fiel.

Hoy en día hay muchas maneras de desarrollar programas con


adolescentes. Todo está en tomar la decisión de ejercer una influencia
más agresiva en la familia y en la sociedad. Es un tipo de pastoral que
necesita el apoyo de otras disciplinas que tienen que ver con la conducta
humana. No hacerlo ya, es dejar que la TV, el cine, las drogas, los vicios
y las malas amistades hagan su parte a vista y paciencia de todos.

3. Juventud.- Comprender y orientar a las diversas generaciones no ha


sido siempre fácil. Los cambios sociales son tan rápidos que producen un
desequilibrio en las relaciones de padres e hijos. Esta situación genera
un desencuentro generacional que conlleva a la crisis. Los jóvenes son
capaces de atreverse a dar saltos existenciales sin calcular las
consecuencias: tienden a ser activistas, sostenedores de una causa.
Rara vez averiguan con seriedad si esa causa es un fin digno de
preocuparse o si su acción es el mejor medio para lograrlo. La juventud
es intrépida, ávida a los cambios, necesita ubicarse en el mundo y ser
protagonista del mismo. Las causas que generan esta crisis generacional
son: a) La juventud es consciente de ser un sector importante en la
sociedad actual, y se siente responsable como para participar más
activamente en el mundo de hoy. b) Los jóvenes son muy críticos de su
sociedad y de sus valores morales, y por estar un poco "fuera de ella" se
sienten capaces de juzgarla. c) La tecnología de punta y el conocimiento
acumulado producen distanciamiento entre los jóvenes y los adultos,
debido a que los jóvenes de hoy disponen de mayor información que los
adultos.

Muchos jóvenes al no poder superar esta crisis existencial se abandonan


rápidamente, recurriendo a los vicios, a las drogas y otras actividades
negativas: queriendo buscar una puerta de escape y lo único que logran
es mayor frustración, dolor y muerte.

Una pastoral con jóvenes tiene que tener en cuenta esta realidad de la
juventud de hoy. La Iglesia debe involucrar en su misión éste aspecto,
que es urgente. Se debe buscar nuevas formas para dar lugar a la
participación de los jóvenes en la vida de la Iglesia. Hay que aperturar
charlas de orientación hacia la juventud: festivales de música: campañas
de evangelización juvenil: momentos deportivos: campamentos juveniles:
visitación a los hogares de los jóvenes.

La juventud es un gran potencial que no podemos dejar de lado en la


tarea pastoral, ellos necesitan conocer a Jesucristo como el Amigo leal
que nunca los abandona y que tiene un plan para cada joven.

4. Adultez.- La adultez es una etapa de la vida que representa madurez


y experiencia. Es un período estable, de reflexión, de toma de decisiones
bien pensadas: es un tiempo de pausas, avances y retrocesos. Para
algunos estudiosos esta etapa es una especie de segunda adolescencia.
Por ejemplo, el psicoanalista Edmundo Berler en su libro "The Revolt of
the Middle-Aged Mad" describe "la segunda adolescencia emocional" de
la siguiente manera: una rebelión por la cual pasan todos los hombres en
los últimos años de la década de los cuarenta, y que afecta todos los
aspectos de sus vidas, incluyendo sus trabajos, y compromisos sociales.

A pesar de ser esta etapa de la vida una situación privilegiada con


respecto a las edades anteriores, sin embargo, es la más descuidada por
los sicólogos y sociólogos, debido a que no hay acceso a grupos de la
sociedad adulta que puedan ser investigados con mayor facilidad;
tampoco hay ritmos de crecimiento tan claros en los adultos que dejen
huellas perceptibles.
Este período de vida no está exento de vivir su propia crisis de desarrollo
(física, sexual, emocional e intelectual). La crisis pasa por la tensión,
preocupación, angustia, soledad, la incomprensión y el temor del avance
de los años. Sin duda que es una etapa de vida que necesita de atención
pastoral, en donde el evangelio pueda dar esa paz y tranquilidad
deseada en un mundo que vive en forma apresurada y llena de violencia.

La Iglesia tiene un ministerio que realizar con adultos y para ello debe
buscar formas de evangelizar a esta edad. No es fácil cambiar moldes de
vida y maneras de pensar de la noche a la mañana, pero sabemos que
para Dios no haya nada imposible (Lucas 1:37). La labor es lenta, pero
necesita perseverancia y mucho amor.

5. Tercera edad.- Es un período existencial en el cual se tiene terror,


nadie quiere imaginarse "viejo". Más aún, sí la sociedad presta su mayor
atención a la niñez que a la vejez. Hay una sensación de decadencia,
enfermedad, ruina, pérdida, separación, rechazo, abandono, martirio,
suicidio, asesinato y genocidio. Nadie quiere aceptar que se envejece,
que el cabello comienza a cambiar de color gris o que se han caído. En
esta situación muchos recurren a una serie de recursos artificiales para
aparentar ser joven: el yoga, el yogur, dietas de moda, lociones,
lámparas de sol, cremas antiarrugas, vitaminas, cirugía plástica,
preparados de belleza, planchado del cutis, salones de gimnasia,
máquinas rejuvenecedoras que devuelvan la elasticidad juvenil a piel y a
los músculos, curas para impotencia, técnicas sexuales, etc. El tiempo es
el mayor enemigo. Esta es la crisis de la tercera edad.

En realidad la vejez debería ser una etapa de tranquilidad, sosiego,


reflexión madura, experiencia al servicio, de la juventud, preparación
para la etapa final. La sociedad debería explotar la experiencia de las
personas de este período de vida y brindar lugares propicios para su
descanso y recreación.

La Iglesia debería retomar la experiencia de Israel, en el cual los


ancianos representaban sabiduría, experiencia y autoridad. No eran
relegados a tareas secundarias, sino que asumían roles protagónicos. En
una sociedad que ha desvalorizado el aporte de las personas de la
tercera edad, la Iglesia tiene la oportunidad de alzar su voz y propiciar
espacios de amor, alegría y descanso para estas personas. Esta labor es
también la tarea pastoral.
6. La tarea con parejas.- La Iglesia es una comunidad terapéutica que
procura generar espacios que promuevan el desarrollo y felicidad de las
personas, sea cual fuere la edad, el género y la raza. Entre esas
personas se encuentran las parejas. Para desarrollar una pastoral con
parejas tenemos que reconocer tres momentos:

a) Pastoral con los novios.- El noviazgo es el comienzo de la aventura de


compañerismo que debe llegar a su plena realización en el matrimonio.
Es por eso importantísimo que el noviazgo provea la oportunidad del
encuentro y conocimiento mutuo, no sólo en situaciones románticas.
Habría menos divorcios y matrimonios infelices si el noviazgo fuera
encarado con más madurez y responsabilidad por parte de las parejas. El
amor y la fe deben ser una práctica constante en las parejas.

La preocupación pastoral de la Iglesia no puede esperar a que la pareja


se acerque para pedir la ceremonia nupcial. Debe proveer entrevistas,
reuniones de jóvenes, de parejas, material bibliográfico, que ofrezcan
información, asesoramiento y reflexión sobre el noviazgo y una decisión
responsable frente al matrimonio, desde una perspectiva de la fe
cristiana.

b) Pastoral prematrimonial.- La orientación pastoral habrá de estar


dirigida a ayudar a la pareja a comprender el momento que están
atravesando y la nueva etapa que están por comenzar, de un modo tal
que sean sabiamente considerados todos los aspectos que hacen a la
salud total de la pareja y al sentido cristiano del matrimonio.

Ningún pastor debería celebrar una ceremonia nupcial sin ofrecer una
preparación previa. Es necesario procurar que en el momento de la
ceremonia en que se afirma que "lo que Dios unió, nadie lo separe", no
sea tomado en vano.

c) Hacia una pastoral permanente del matrimonio.- La pastoral


matrimonial no termina con el casamiento sino que es permanente,
continúa a través del tiempo. Por eso, la unión debe ser alimentada por la
Palabra de Dios a lo largo del matrimonio y se debe preparar para los
momentos críticos que debe recorrer. La unión de por vida de dos seres
supone un riesgo que los cónyuges cristianos aceptan correr en la fe,
que los hace verdaderamente libres, capaces de perdonarse
mutuamente, dar un renovado sentido a la relación y guardarse una
lealtad que esté alimentada por el amor y no por el acostumbramiento y
el miedo. Este es el propósito de Dios para todo matrimonio.
Conclusión
El ministerio pastoral es muy complejo y difícil, no se puede realizar sin la
ayuda del Señor.

El ministerio nunca es fácil, y tiene su alto precio. Vivir en la esfera del


ministerio de Dios significa experimentar dolor. Un pastor no se mantiene
firme en medio de su dolor por alguna fabricada animación emocional y
espiritual que niega los problemas a los que se enfrenta. Lo sostiene la
completa seguridad del carácter de Dios y del llamado que le ha hecho al
ministerio

Un estudio realizado en los Estados Unidos de América evidencia


inestabilidad es el ministerio. Jim Fuller compiló estadísticas acerca la
situación de los pastores del Instituto Fuller, George Barna Research
Institute y el sitio de Pastoral Care Inc. Los resultados son:
• 90% dijo que el ministerio es completamente diferente de lo que
pensaban que harían.
• 85% dijo que su mayor problema es que están cansados de tratar con
personas problemáticas y / o infelices.
• 40% dijo que ha pensado dejar el pastorado en los últimos tres meses.
• 70% no tienen a alguien que ellos consideran un amigo cercano.
• 50% cree que su ministerio no va a durar otros 5 años.
• 50% de los pastores se sienten tan desalentados que quisieran dejar el
ministerio, si pudieran pero no tienen otra forma de ganarse la vida.
• 45,5% de los pastores dicen que están deprimidos o tienen un
"desgaste".

• Más de 1.700 pastores dejaron el ministerio el año pasado (EE.UU.)

Bibliografía
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Biblia de estudio esquematizada, Sociedades Bíblicas unidas, Brasil


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