El Cuento
El Cuento
El Cuento
Evolución
Los cuentos atravesaron una evolución desde la literatura oral a la escrita. El
folclorista Vladímir Propp, en su libro Morfología del cuento maravilloso desmontó la
estructura del cuento oral en unidades estructurales constantes o funciones narrativas,
con sus variantes, sistemas, fuentes y asuntos, etc. Además de eso, este autor aventura
una posible cronología de este tipo de narraciones, cuya primera etapa estaría integrada
por el cuento de inspiración mítico-religiosa, mientras que una segunda etapa constituiría
el verdadero desarrollo del cuento.
La mayoría de los escritores y de los críticos literarios reconocen tres fases históricas en
el género cuento: la fase oral, la primera fase escrita y la segunda fase escrita.
Fase oral
La primera fase en surgir fue la oral, la cual no es posible precisar cuándo se inició. Es de
presumir que el cuento se desarrolló en una época en la que ni siquiera existía la
escritura, así que posiblemente las historias entonces eran narradas oralmente alrededor
de fogatas, en tiempos de los pueblos primitivos, generalmente en las tardes y por las
noches, al aire libre o en cuevas, para crear cohesión social mediante la narración de los
orígenes del pueblo común y sus funciones. Presumiblemente por ello, la suspensión, lo
mágico, lo maravilloso y fantástico fue lo que caracterizó a estas primeras creaciones de
rango mítico, que pretendían explicar el mundo de una forma primitiva, aún alejada de la
razón.
Fase escrita
La primera fase escrita probablemente se inició cuando los egipcios elaboraron el
llamado Libro de lo mágico13 o Textos de las Pirámides (cerca 3050 a. C.) y el
llamado Libro de los Muertos (hacia el 1550 a. C.). De allí pasamos a la Biblia —donde
por ejemplo se recoge la historia de Caín y Abel (circa 2000 a. C.)— la que tiene una
clásica estructura de cuento.
Obviamente tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, hay muchas
otras historias con estructura de cuento, como el episodio de José y sus hermanos, así
como las historias de Sansón, de Ruth, de Susana, de Judith, de Salomé. A los
mencionados obviamente también pueden agregarse las parábolas cristianas: El buen
samaritano; El hijo pródigo; La higuera estéril;14 El sembrador; entre otras.