Resumen Practicos

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RESUMEN PRACTICOS.

MODULO 1

Desarrollo Histórico y Formación Profesional Universitaria de la


Psicología Jurídica en la República Argentina – Aportes desde la
subjetividad.

En 1967 se pone en vigencia de la Ley 17.132 (de facto) conocida como la Ley de los
profesionales del arte de curar y profesiones auxiliares afines: la psicología ocupaba
un lugar en esas ultimas, viéndose limitado su accionar a la aplicación de test
psicológicos para diagnósticos (art 9°), prohibiendo la aplicación de cualquier método
terapéutico, especialmente el psicoanálisis (art 91°), el cual quedaba reservado para
los médicos.
A partir de los ´70, si bien ya existían en los ámbitos de tribunales (cárceles y
establecimientos de menores) psicólogos trabajando en temas inherentes a la
especialidad, estos no lo hacían a partir de una formación sistematizada, sino
formados en la clínica, intentaban explicar los fenómenos jurídicos desde la óptica
psicológica.
1985. Resolución sobre incumbencias: enunciaba los ámbitos en los cuales el
psicólogo podía realizar sus prácticas, entre ellas el jurídico. Esto sentó el primer paso
para implementar la especialidad y luego la Ley Nacional del Ejercicio Profesional
de la Psicología (sancionada en 1987), en ella también se mencionaba la práctica en
el ámbito jurídico. Además las Leyes Provinciales permitían a los Colegios
Profesionales emitir certificados de especialistas. Todo esto alentó a que en las
facultades de psicología se incorporara la formación específica en el ámbito jurídico y
forense (se la incluyó entre 1985 y 1992). A partir de este momento comienza a
incluirse en la formación específica la tarea psicológica en otros fueros además del
penal, de tal forma que en el fuero civil el profesional psicólogo comenzó a ser
convocado para peritar en casos de adopción, tenencia de hijos, insanias, entre otras,
y en el fuero laboral, en la “determinación del daño psíquico”. Además, se continuó
ampliando su campo, pasando a ser consultados en caso de violencia familiar,
maltrato de menores y de ancianos, prostitución y comercio infantil.
La Psicología Jurídica es más abarcativa que la Psicología Forense, ya que en ésta
última está limitada su práctica al ámbito de los Foros o Fueros, mientras que el
término jurídica, es contemplativo de la otra y, además, se extiende para incorporar la
práctica psicológica que se desarrolla en Instituciones del quehacer psicológico-
jurídico (Unidades carcelarias, Institutos de menores, etc.). Por lo que decir “Psicología
Forense” sería acotar el campo de actuación del psicólogo que trabaja en esta
especialidad, ya que la palabra forense hace referencia a un cargo que implica trabajar
en relación de dependencia de la Justicia, ser un empleado de ella. En cambio, la
denominación “Psicología Jurídica” nombra la actividad que, como psicólogos,
llevamos a cabo en ámbitos que no son jurídicos, pero que están atravesados por el
discurso.
La práctica profesional en esta especialidad demanda de conocimientos específicos
del discurso jurídico que lo habilita a actuar en los diferentes ámbitos de inserción
laboral. El sujeto inserto en la sociedad es atravesado por el discurso jurídico, y el
psicólogo en su tarea profesional ocupa un rol a partir del cual debe dar respuesta a
problemáticas psicosociales. Es así como el trabajo del psicólogo jurídico, en el
abordaje de estas problemáticas, se desarrolla en diferentes ámbitos:

1. En el Ámbito Tribunalicio: Nuestra práctica en los distintos fueros, surge a


partir del desempeño de la función de testistas de acuerdo a la ley 17.132
(psicólogo como auxiliar de la medicina y solo podía aplicar su saber en el
diagnóstico de trastornos mentales y la aplicación de test, la evaluación era
firmada por un médico para ser validada). Con la Ley del Ejercicio Profesional,
quedo regulada nuestra práctica, en lo atinente a la realización de peritajes (art
2) y esto permitió que el psicólogo pudiera actuar como perito en los diferentes
fueros y pudiera firmar los informes que realizaba. De esta manera se
jerarquizo el saber psicológico a los fines de impartir justicia.

En la Justicia Civil, el perito interviene en los juicios sobre: Daños y Perjuicios,


Insania, Inhabilitación, Protección de personas, Divorcios, Régimen de visitas,
Tenencia de hijos, Violencia familiar, Adopción, Nulidad de matrimonio, Testamento,
etc.

En la Justicia Laboral y de Seguridad Social: Litigios referidos a las relaciones entre


empleados y empleadores y causas previsionales. Acá los reclamos están basados en
patologías que el empleado sufre, las que se consideran consecuencias del trabajo
realizado o el haber sido despedido del mismo o consecuencias que devienen a partir
de cuestiones previsionales; por lo cual se solicita una compensación económica.

La Justicia Penal: interviene ante la comisión de un delito. Acá el perito podrá ser
llamado para realizar la evaluación del autor, de la víctima y las circunstancias en que
dicho hecho aconteció. El informe que realice el perito será una prueba más dentro del
proceso. Este elemento tiene como finalidad asesorar al magistrado a los efectos de
dictaminar la veracidad de los dichos de los sujetos involucrados en el hecho, como
también del estado mental de los mismos.
 En caso de personas Imputabilidad: pueden existir atenuantes como la
emoción violenta, o agravantes, para lo cual se evaluaran los mecanismos
conductuales predominantes y el tipo de vínculo que el sujeto entabla de acuerdo
a su base de personalidad.
 En casos en que se deba evaluar la posible existencia de causales de
Inimputabilidad (art 34 inc 1°) se reunirán los elementos necesarios para inferir si
pudo comprender la criminalidad del acto y dirigir las acciones conforme a esa
comprensión o no.
 También pueden solicitar a los peritos sobre el concepto jurídico de
Peligrosidad: probabilidad de que un individuo pueda cometer o vuelva a cometer
un delito).
 Además, intervendremos en casos de: delitos sexuales (evaluación de
víctimas y victimarios). En el caso de que la víctima sea menor de edad, a partir
de la ley 25.852, solo podrán tomar entrevistas los psicólogos especializados en
niños y/o adolescentes.
 Dependen de la justicia penal las causas en que los involucrados sean
menores de 18 años que han transgredido la ley penal, tramitándose estas en los
tribunales orales de menores. El estado deberá tutelarlos cuando se encuentren
en situación de abandono material o moral y/o peligro moral o material
2. En el Ámbito Penitenciario: Inclusión del psicólogo en dos áreas:
criminológica y tratamiento. Acá hay que tener en cuenta la Ley Penitenciaria
Nacional (24.660), ya que en ella se establecen las etapas del tratamiento
penitenciario del reo. Esto hace referencia a la Progresividad del Régimen
Penitenciario que consta de:
a. un periodo de observación,
b. un periodo de tratamiento
c. un periodo de prueba.

Esta Progresividad es aplicable en los casos en que se trata de condenados con


sentencia firme, los que no tienen sentencia firme tienen la posibilidad de optar por
acogerse al régimen.

 Dentro del equipo criminológico, la tarea es: realización del


diagnóstico, sugerencia y supervisión del tratamiento aplicado. El informe
criminológico debe dar cuenta de:
a. la motivación de la conducta punible
b. perfil psicológico
c. tratamientos psiquiátricos o psicológico aplicados y su
resultado
d. resumen de la historia criminológica
e. pronóstico sobre las posibilidades de reinserción social.

 En el área de tratamiento psicológico: el problema que se presenta es


que en general se trabaja con sujetos que no poseen demanda de tratamiento ni
conciencia de enfermedad, sino que deben cumplir con un requisito que marca la
ley. El psicólogo deberá crear tal demanda para poder lograr que más tarde surja
en él algún interrogante sobre la conducta delictiva.

3. En el Ámbito de la Salud Mental: Si se trabaja en hospital general, pueden


aparecer casos de: violación, intentos de suicidios, violencia familiar, abuso
sexual infantil. La función del psicólogo sería la de evaluar, diagnosticar,
contener y brindar tratamiento, siempre sujeto a los requerimientos que se le
presentaran desde la justicia.

4. En el Ámbito Policial: Se realiza la evaluación y seguimiento del personal de


seguridad, formación y capacitación del mismo, para intervenir conjuntamente
en casos de toma de rehenes y secuestros

5. En el Ámbito Minoril: acá se habla de niños y jóvenes en situación de


vulnerabilidad social, menores que han sido judicializados por causas penales.
La función tutelar del Estado, será ejercida a través de un juez: ante un menor
en situación de riesgo, el estado en su rol tuitivo y preventivo, debe brindar una
protección que asegure su desarrollo físico, psíquico, educativo y moral. La
medida tutelar podrá ser institucional o no. En este ámbito, el psicólogo tiene
dos funciones posibles:
o El diagnóstico: tiene como objetivos asesorar al juez sobre la
personalidad del menor, sus vínculos sociofamiliares, pronóstico y
las estrategias a seguir para la adecuada atención del mismo. Hay
que dilucidar indicadores clínicos que den cuenta de patología y sus
posibilidades de abordaje terapéutico.
o En el tratamiento: acá su rol consistirá en acompañar al menor y a su
familia, en la elaboración de su conflictiva, favoreciendo un proceso
tendiente a reconstruir y revitalizar los vínculos familiares y a
encontrar nuevos proyectos de vida.

El Pseudo-Ámbito de la Drogadependencia: la problemática de la


drogadependencia es abarcada por la justicia desde la legislación civil y penal. Se
habla de un pseudo-ámbito, dado que es el único que encuentra su nombre en la
mención de la patología o síntoma, además de tratarse de una problemática con la
cual nos podemos encontrar en cualquiera de los ámbitos de inserción profesional
Instituciones Cerradas. En psicología Forense.

Definimos como “institución” a toda organización conformada en función de un objetivo


común, que se maneja por pautas y normas adecuadas para alcanzar ese objetivo.
Utilizando el esquema de Ulloa, encontramos varios tipos de Instituciones, de acuerdo
a la actividad que el hombre desarrolla dentro de ellas, a saber:

a) para aprender;
b) para producir;
c) para la salud;
d) para el tiempo libre.

La definición acerca de instituciones Totales con características “cerradas”. Este tipo


de instituciones son cerradas para la comunidad, con el objetivo de aislar sus
productos “enfermos” que no se adaptan al estilo de vida elaborado por esa sociedad.

En sí, las instituciones de este tipo son de una reciente creación, dado que antes los
productos inadaptados eran eliminados, ya fuera suprimiéndolos físicamente, o
expulsándolos de su seno. Es evidente que al ir creciendo las sociedades y
haciéndose más rápidas y fluidas las comunicaciones, lo cual tiende a que las mismas
se vayan agrupando en una sola, fundiendo sus intereses objetivos, la alternativa de
expulsión de los inadaptados se va tornando imposible.

Aparece la primera elección: ¿estos establecimientos se edifican para intentar adaptar


a los sujetos a los intereses de esa sociedad?, ¿o simplemente para el aislamiento de
los individuos nocivos a la comunidad?

Es evidente que en un primer momento, a no dudar, el encierro era utilizado como


protección para quienes quedaban afuera. Lo único que interesaba era mantener
aislados a los “malos” de los “buenos”. Esta postura, que tal vez en los primeros
tiempos fue útil, e incluso más humanitaria, pues evitaba el recurso de la supresión
física del trasgresor como solución, en la actualidad ha quedado descartada y sin
metodología de aplicación.

Según Ulloa, debemos pensar a estas instituciones dentro de los cuatro órdenes
explicitados, pues en la institución total el hombre aprende, trabaja, estudia, y
necesariamente posee espacios de tiempo libre, pues se trata de organizaciones
“para-sociales” o “meta-sociales”.

A la vez, también cumplen un doble objetivo social: por un lado el ya descripto, y por
otro, edificar como “controladores sociales” a sujetos de una extracción social similar a
la de aquellos a los que pretende aislar, separados sólo por el delgado límite de la
transgresión.

Para ejemplificar esto, tomemos las construcciones de las ciudades, en las cuales en
su centro y con mayor protección se elaboran las edificaciones de los poderosos A
medida que este círculo se va agrandando, comienzan a aparecer construcciones
medias correspondientes a las clases intermedias o clases de producción y el exterior
es ocupado por las clases periféricas o de menores recursos. Así pues, en un
principio, las cárceles también ocupaban territorios aislados de las comunidades.

Por supuesto que en la actualidad sería muy difícil continuar sustentando estos
recursos, por lo tanto hubo que edificar construcciones lo más seguras posibles,
comprendiendo que el tema de “seguras” pasa por la imposibilidad de fugas, no
importando mucho qué es lo que sucede con los internados dentro de ellas. Solamente
se tenía en cuenta el objetivo primario: “evitar que los marginales continúen lesionando
a la sociedad, mediante su aislamiento de ella”. Así se fue pasando de sótanos o
catacumbas en viejos castillos, por sistemas “panópticos”, luego “auburnianos”, hasta
llegar a sistemas de colonias aisladas.

¿Quiénes cumplen el papel de custodios de estos marginales?, por supuesto que no


los sujetos de las clases dominantes, sino los extraídos de la misma clase social que
los transgresores.

He aquí una forma de doble control, encerrando a los delincuentes, juntamente con
aquellos que puedan representar un potencial peligro social, una manera de “socializar
la marginalidad”. Llegados a este punto podemos ver que la institución cumple varios
propósitos:

a) marginar elementos nocivos;


b) controlar elementos potencialmente nocivos convirtiéndolos en “celadores”
(Cuidadores o guardianes) de los elementos nocivos.
c) ejemplificar a través de ellos, lo que les sucede a aquellos que infringen la ley.

Aquí, en este último propósito, encontramos una amenaza que postula la clase de
poder, y es que esta institución funciona como ejemplificadora de las conductas que
no deben realizarse.

Ahora bien, se denominan Totales porque: Toda institución aparece creada en la


sociedad para cumplir un rol definido, y a la vez que esté vinculada a un
funcionamiento general con otras instituciones, es lo que llamamos comunicación
inter-institucional. Aquí vemos pues que la institución carcelaria aparece solitaria, sin
estar vinculada específicamente a ningún actuar del hombre “sano” (léase: no-
delincuente), y por ello debe procurarse tener todas las funciones de las instituciones
descriptas en una sola, así deben poder proteger a la sociedad en base a la
“seguridad”, y poder procurar educación, trabajo y producción, propender a la salud, y
además poseer espacios para el tiempo libre de los allí alojados, siendo de esta
manera que las definimos como instituciones cerradas o totales.

Todo tipo de organización está fundada sobre la base de áreas internas que se
correlacionan e intercomunican entre sí como articulaciones del cuerpo humano.
Cuando la comunicación intra-institucional falla, la articulación se convierte en fractura,
y aquí se depositan las ansiedades paranoides de los miembros más débiles de la
institución, y comienza a aparecer otro tipo de comunicación (fracturada) como puede
ser el “chiste” o el “rumor”, o las inscripciones en las paredes.
Tomando a la institución cerrada y total, podemos ver que en la mayoría de los casos,
éstas son de tipo militarizadas, más aún cuando hablamos de instituciones encargadas
de la custodia y seguridad de la comunidad, como si esta seguridad tuviese que ser
sustentada sólo por la fuerza y sometimiento de aquellos a los que se piensa como
nocivos o peligrosos sociales.

La institución carcelaria es la encargada de velar por el cuidado, la guarda y la tutela


del trasgresor, lo cual también, si no es manejado con prudencia, puede llevar a creer
a la institución que el sujeto allí alojado es un “desperdicio social”, y por ende a esa
sociedad no le preocupa mayormente lo que pueda ocurrirle a ese individuo; por lo
tanto, en lugar de cumplir el rol para el cual fue pensada, se erige en el encargado de
“materializar el castigo” del marginado.

Una vez que el individuo es encontrado culpable y condenado a la privación de libertad


por un tiempo determinado, pues aquí la institución carcelaria pasa a ocupar un rol
activo: no sólo se encargará de “brindarle el alojamiento forzado al sujeto”, sino que
además deberá arbitrar los medios para que el mismo se pueda insertar en el
momento que la justicia lo indique, de una manera socializada, a la comunidad, a
través de tratamientos biofísicos, psíquicos y sociales adecuados de “resocialización”.

No sólo se puede pensar a la institución carcelaria como cerrada y total, opinando que
aquí también deben ser incluidos los establecimientos minoriles, las clínicas
neuropsiquiátricas y los hogares geriátricos, es decir, todas las instituciones que
trabajan con los marginados sociales y por ende quedan para ser pensadas ellas
también como marginadas. Quizás por esto producen tanta alarma social los motines o
fugas de establecimientos de reclusión o los incendios, tal vez porque a veces éstos
pueden ser leídos como “manifestaciones de salud” de los sujetos allí internados y una
forma de llamar la atención de una sociedad insensible que sólo se ve alarmada
cuando hechos de esta naturaleza ocurren-
MODULO 2

Basaglia. La criminalización de las necesidades.

Para el hombre moralmente extraviado: la cárcel; para el hombre enfermo del espíritu:
el manicomio; ésta es la gran conquista de la ciencia. Locura y delincuencia
representaban juntas la parte del hombre que debía ser eliminada, circunscrita y
escondida, hasta que la ciencia no estableció claramente la división a través de la
individualización de los diversos caracteres específicos.

Racionalismo iluminista: separa cárcel y manicomio. Cárcel y manicomio continuaron


conservando, sin embargo, la misma función de tutela y de defensa de la "norma",
donde la anormalidad se convertía en norma en el momento en el cual era circunscrita
y definida por lo muros que establecían las diferencias y la distancia. Estructura
económica y organización institucional coinciden siempre a cada nivel de desarrollo y
no es casual que los manicomios se estructuren en el sentido técnico-institucional con
el inicio de la revolución industrial.

La ciencia ha separado entonces la delincuencia de la locura, reconociendo a las dos


una nueva dignidad: a la locura la de ser traducida en una abstracción (enfermedad) y
a la delincuencia la de convertirse en objeto de investigación de parte de criminólogos
y científicos. 

La violencia o la amenaza de violencia es aún un instrumento suficiente para


garantizar el orden público. La ideología de la punición sobre la cual se funda la cárcel
y la ideología médica sobre la que se funda el manicomio, son hechos totalmente
extraños al problema del hombre delincuente o del hombre enfermo; es decir, son
totalmente extrañas tanto al problema de la delincuencia como al de la enfermedad.
Su función es la de una simple contención de las desviaciones y por lo tanto de su
control. La ideología encubre la represión simplemente justificándola y legitimándola.
Pero la violencia legitimada sigue siendo violencia.

La delincuencia y la enfermedad son contradicciones del hombre: Estos organismos


llamados rehabilitativos tienen entonces una doble función: la violencia como sistema
concreto de eliminación y destrucción y la violencia como amenaza simbólica de esta
exterminación y destrucción. Es sobre esta lógica destructiva que se mantiene la
eficiencia de la organización institucional, porque la institución en cuanto organización
no puede permitirse riesgos.

Hasta que nuestro sistema económico no considere funcional para su progresivo


desarrollo un tipo de control institucional distinto del violento y segregante hoy en
vigor, cárcel, manicomio y tortura continuará siendo lo que son. Es una confirmación el
hecho de que si a nivel teórico se habla siempre de la necesidad de su transformación,
en el plano práctico cada intento de transformación es obstaculizado y reprimido
violentamente.

El Estado burgués se funda en una división artificial asumida como natural: la división
en clases. Aparentemente destinadas a resolver las contradicciones naturales, sirven
de hecho para mantener la división originaria sobre la cual se erige la estructura
económica social. Lo que es determinante en este proceso es un elemento. Pareciera
que las formas de delincuencia y locura irrecuperables fueran patrimonio de una sola
clase.

Si manicomio y cárceles son organismos instituidos para responder a las necesidades


de la sociedad libre, los internados no pueden reconocerse en esta sociedad que los
castiga, los segrega, los destruye sin ofrecerles una alternativa posible. No pueden
aceptar identificarse con reglas que no responden a sus necesidades. No pueden vivir
la internación como una experiencia que los ayuda en su proceso de rehabilitación. El
problema está precisamente en la incorporación de este concepto: la necesidad de
eliminar al diferente como si la vida no lo contuviese y por lo tanto romper la falsa no
contrariedad de este aspecto exterior pulido y limpio, donde todo sería perfecto si no
fuera por las ovejas negras. El diferente de la clase dominante es aceptado, pero no el
de la clase oprimida.

Este análisis nos permite comprender cómo todas las instituciones de nuestro sistema
social tienen la función de responder a las necesidades una vez que ellas han sido
criminalizadas, reducido lo que no es o aquello de que no es síntoma o expresión. La
criminalización de la necesidad es en realidad la naturaleza artificialmente construida,
de manera que se encuentran frente a frente dos formas de violencia y de
criminalidad, la una en respuesta a la otra. La desviación, el comportamiento anormal
son crímenes porque podrían ser peligrosos; la institución delegada para la cura y la
rehabilitación de la desviación y del comportamiento anómalo es crimen, en nombre de
la prevención de esta peligrosidad. No existen necesidades ni respuestas a las
necesidades.
Antropología Estructural – Levi-Strauss
Capítulo IX: El hechicero y su magia: La integridad física no resiste a la disolución de
la personalidad social. La eficacia de la magia implica su creencia, la cual se presenta
en tres aspectos complementarios (la del hechicero por su técnica, la del enfermo a su
cuidado en su poder y las exigencias de la opinión colectiva).

Los jueces no esperan que el acusado impugne una tesis, y menos aún, que refute los
hechos; le solicitan que corrobore un sistema del cual solamente poseen un
fragmento, y cuya totalidad quieren que el acusado reconstruya de una manera
apropiada.

Nuestro héroe se encuentra preso de un problema que tal vez no carece de


equivalente en el desarrollo de la ciencia moderna: dos sistemas, de los cuales se
sabe que son ambos igualmente inadecuados, ofrecen sin embargo, uno con respecto
al otro, un valor diferencial y esto a la vez desde un punto de vista lógica y desde un
punto de vista experimental. ¿Con respecto a qué sistema de referencias se lo juzgará
entonces? ¿El de los hechos, donde ambos se confunden, o el que les es propio,
donde adquieren valores desiguales, teórica y prácticamente?

Triple experiencia: la del shamán mismo que, si su vocación es real, experimenta


ciertos estados específicos, de naturaleza psicosomática; la del enfermo, que logra o
no una mejoría, la del público, en fin, que también participa de la curación, y para
quien el entusiasmo que experimenta la satisfacción intelectual y afectiva que obtiene
determinan una adhesión colectiva que inaugura a su vez un nuevo ciclo.
  Tres elementos indisociables del complejo shamanístico. Se organiza en torno de dos
polos, uno formado por la experiencia íntima del shamán y el otro por el consenso
colectivo.

Capítulo X: La Eficacia Simbólica: La cura consistiría en volver pensable una situación


dada al comienzo en términos afectivos, y hacer aceptables para el espíritu los dolores
que el cuerpo se rehúsa a tolerar. Que la mitología del shamán no corresponde a una
realidad colectiva carece de importancia: la enferma cree en esa realidad y es
miembro de una sociedad que también cree en ella. Lo que no acepta son dolores
incoherentes y arbitrarios que sí constituyen un elemento extraño a su sistema, pero
que gracias al mito el shamán se va a reubicar en un conjunto donde todo tiene
sustentación.

La eficacia simbólica consistiría precisamente en esta propiedad inductora que


poseerían, unas con respecto a otras, ciertas estructuras formalmente homólogas
capaces de constituirse, con materiales diferentes en diferentes niveles del ser vivo;
procesos orgánicos, psiquismo inconsciente, pensamiento reflexivo. El poder
traumatizante de una situación cualquiera no puede resultar de sus caracteres
intrínsecos, sino de la capacidad que poseen ciertos acontecimientos que surgen en
un contexto psicológico, histórico y social apropiado, de inducir una cristalización
afectiva que tiene lugar en el molde de una estructura preexistente. Inconsciente: la
función simbólica, que en todos los hombres se rige por el conjunto de estas leyes.        
El malestar en la cultura.

El programa del principio de placer fija su fin a la vida. Lo que en sentido estricto se
llama "felicidad" corresponde a la satisfacción más bien repentina de necesidades
retenidas, con alto grado de éxtasis y, por su propia naturaleza, sólo es posible como
un fenómeno episódico. Es así que el sufrimiento adviene amenazador desde tres
lados distintos: desde el propio cuerpo que, destinado a la ruina y a la disolución, no
puede prescindir del dolor y la angustia como señales de alarma; desde el mundo
exterior, que puede abatir sus furias sobre nosotros con fuerzas hiperpotentes,
despiadadas, destructoras; y desde los vínculos con otros seres humanos.

No es asombroso que bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento los seres


humanos suelan atemperar sus exigencias de dicha, tal como el propio principio de
placer se transformó, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio de realidad, más
modesto. El programa que nos impone el principio de placer, el de ser felices, es
irrealizable; empero, no es lícito, no es posible, resignar los empeños por acercarse de
algún modo a su cumplimiento. Para esto pueden emprenderse muy diversos caminos,
anteponer el contenido positivo de la meta, la ganancia de placer, o su contenido
negativo, la evitación de displacer. Por ninguno de ellos podemos alcanzar todo lo que
anhelamos.

Nos negamos a admitir el sufrimiento social. No podemos entender la razón por la cual
las normas que nosotros mismos hemos creado no habrían más bien de protegernos y
beneficiarnos a todos. Enuncia que gran parte de la culpa por nuestra miseria la tiene
lo que se llama nuestra cultura; seríamos mucho más felices si la resignaríamos y
volviéramos a encontrarnos en condiciones primitivas. El ser humano se vuelve
neurótico porque no puede soportar la medida de frustración que la sociedad le
impone en aras de sus ideales culturales, y de ahí se concluyó que suprimir esas
exigencias o disminuirlas en mucho significaría un regreso a posibilidades de dicha.

La palabra cultura designa toda la suma de operaciones y normas que distancian


nuestra vida de la de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la
protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los vínculos
recíprocos entre los hombres. Reconocemos como culturales todas las actividades y
valores que son útiles para el ser humano en tanto ponen la tierra a su servicio, lo
protegen contra la violencia de las fuerzas naturales. El poder de esta comunidad se
contrapone como derecho, al poder del individuo, que es condenado como violencia
bruta. Esta sustitución del poder del individuo por el de la comunidad es el paso
cultural decisivo. Su esencia consiste en que los miembros de la comunidad se limitan
en sus posibilidades de satisfacción, en tanto que el individuo no conocía tal limitación.
El siguiente requisito cultural es, entonces, la justicia, o sea, la seguridad de que el
orden jurídico ya establecido no se quebrantará para favorecer a un individuo. El
resultado último debe ser un derecho al que todos hayan contribuido con el sacrificio
de sus pulsiones y en el cual nadie puede resultar víctima de la violencia bruta.

Semejanza del proceso de cultura con el del desarrollo libidinal del individuo. Otras
pulsiones son movidas a desplazar las condiciones de su satisfacción, a dirigirse por
otros caminos, lo cual en la mayoría de los casos coincide con la sublimación. La
sublimación de las pulsiones es un rasgo particularmente destacado del desarrollo
cultural; posibilita que actividades psíquicas superiores desempeñen un papel tan
sustantivo en la vida cultural. 
No puede soslayarse la medida en que la cultura se edifica sobre la renuncia de lo
pulsional, el alto grado en que se basa, precisamente, en la no satisfacción de
poderosas pulsiones. Los preceptos del tabú fueron el primer derecho. Por
consiguiente la convivencia de los seres humanos tuvo un fundamento doble: la
compulsión al trabajo, creada por el apremio exterior, y el poder del amor. El prójimo
no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer
en él la agresión, explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su
consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo
y asesinarlo. La existencia de esta inclinación agresiva es el factor que perturba
nuestros vínculos con el prójimo y que compele a la cultura a realizar su gasto. A raíz
de esta hostilidad primaria y recíproca de los seres humanos, la sociedad culta se
encuentra bajo una permanente amenaza de disolución.

La cultura es un proceso particular que abarca a la humanidad toda en su transcurrir, y


seguimos cautivados por esa idea. Ahora agregamos que sería un proceso al servicio
del Eros, que quiere reunir a los individuos aislados, luego a las familias, después a las
etnias, pueblos, naciones, en una gran unidad: la humanidad. A este programa se
opone la pulsión agresiva: pulsión de agresión que es el subrogado de la pulsión de
muerte. El superyó de una época cultural tiene un origen semejante al de un individuo:
reposa en la impresión que han dejado tras sí grandes personalidades conductas.
MODULO 3

El posicionamiento ético del perito psicólogo;

La responsabilidad profesional en el campo de la salud es la obligación que tiene el


profesional de dar cuenta de su accionar y de los resultados que estos actos
ocasionen pudiendo adquirir relevancia jurídica y consecuencias dañosas de la
persona bajo su asistencia. Se instituyen en términos de pautas deontológicas y
jurídicas que generan obligaciones, regulan el accionar profesional, estableciendo
modos correctos e incorrectos del actuar profesional.

Los códigos de ética orientan al perito psicólogo en dos aspectos, por un lado,
contribuyen a construir una identidad propia y por otro determinan las exigencias y las
formas de comportamiento más adecuada a si profesión y al desempeño del rol
pericial.

Cobra relevancia en las intervenciones periciales lo dispuesto en los códigos de ética


en cuanto al compromiso de hacer propios los principios establecidos por la
declaración de los derechos humanos, respetando el derecho de los sujetos objetos de
peritación a la privacidad, confidencialidad, autonomía, sin importar el fuero en donde
debamos intervenir.

Encuadre jurídico de la responsabilidad profesional de los peritos psicológicos.

En términos generales la responsabilidad profesional de los psicólogos en tanto


profesionales de la salud mental se encuentra sujeta a los principios de la profesión y
a las obligaciones ligadas a su práctica, especialmente la responsabilidad civil. El
ejercicio profesional del perito psicológico le impone responsabilidades de índole civil,
administrativa y penal.

Los peritos psicológicos están obligados a actuar responsablemente y a evitar que, a


causa de nuestro actuar negligente, imprudente, con impericia o con falta de formación
adecuada los evaluados puedan sufrir daños injustos.

El deber del perito al evaluar, elaborar y emitir su informe pericial es proceder


conforme a los principios que la profesión le impone y los requisitos del ámbito jurídico.
Tiene como obligación ineludible la de decir verdad y actuar con objetividad e
imparcialidad.

El faltar a la verdad maliciosamente o la alteración de esta se dirimen en términos de


responsabilidad penal puesto que incurriría en su accionar con conductas constitutivas
de una infracción penal.

Desde un sentido legal para que haya responsabilidad profesional debe probarse un
daño el cual debe tener relación directa con el accionar profesional y la necesaria
reparación de este.
Los elementos necesarios que hacen a la responsabilidad profesional son: el autor –el
profesional-, el acto profesional, el elemento subjetivo –impericia, imprudencia,
negligencia, inobservancia de los deberes a su cargo-, el elemento objetivo – perjuicio
causado al evaluado-, y la relación causal –el perjuicio es causado por el acto
profesional-

En conclusión para que se configure responsabilidad debe existir la necesaria


provocación de un daño, por cuanto sin ese perjuicio objetivable, el mero
incumplimiento obligacional resulta jurídicamente irrelevante. Justamente, la existencia
de la relación causal esta necesariamente vinculada a la imputación que se hace al
autor de las consecuencias de su hecho.

El secreto profesional en el hacer del perito psicólogo.

El perito psicológico tiene el deber de incorporar conocimientos del campo disciplinar


del derecho que le permitan discernir los requerimientos que son propios del sistema
judicial y comprender los alcances de su intervención en calidad de experto y asesor
del juez. No obstante, debe conservar su identidad profesional y recordad que tiene un
compromiso ético en tanto profesional de la salud mental.

La ley nos impone como obligatorio a proteger a los examinados asegurándoles que
las pruebas y resultados que obtenga se usaran de acuerdo a normas éticas y
profesionales y guardar el secreto profesional sobre cualquier acto que realizare en
cumplimiento de tareas específicas.

Por esta razón al momento de realizar una evaluación pericial tenemos que tener en
consideración los requerimientos que la justicia nos hace sin descuidar nuestra
obligación legal y ética de resguardar al periciado.

La obligación de guardar secreto profesional tiene fundamentos en función de la


actividad pero que el motivo común a todas las profesiones es la defensa del derecho
a la intimidad y que ese sería el bien jurídico protegido.

Parma realiza una diferenciación entre intimidad y confidencialidad refiriendo a que la


intimidad es un ámbito reservado en la vida de una persona, de carácter irrenunciable,
inalienable e imprescindible. En tanto la confidencialidad es una cualidad de lo
confidencial, acto que se realiza en confianza en donde el depositario de la
información íntima y privada adquiere el compromiso de no propagarla o de hacerlo
será e en un marco preestablecido.

Entonces ¿Cómo debe proceder el perito psicólogo para cumplir con la obligación de
guardar el más riguroso secreto profesional?

El código de ética de la federación de psicólogos de la argentina provee principios


generales como normativas deontológicas orientadas a las situaciones que pueden
encontrarse los psicólogos en el ejercicio de su profesión. En la práctica el psicólogo
se enfrenta frente a situaciones dilemáticas en donde debe tomar decisiones relativas
a su conducta profesional, donde deberán considerar el código de ética y las leyes que
regulan la práctica profesional.
El código instituye la obligación de los profesionales de respetar los derechos y la
dignidad de las personas, respetando la confidencialidad, autodeterminación y
autonomía.

Del mismo modo la asociación de psicólogos forenses ha redactado el código de ética


que establece el bienestar psíquico como uno de los derechos humanos
fundamentales y se debe proveerlo a todos por igual.

Por su parte el código de ética del colegio de psicólogos señala que el secreto
profesional es la obligación y derecho permanente de silencio que contrae el psicólogo
en el transcurso del ejercicio de su profesión cualquiera sea el ámbito. Así mismo el
informe solo debe brindar la información relevante al propósito de la evaluación que se
solicita.

A partir de estos postulados se plantea que el perito psicólogo se debe regir por
principios comunes a toda deontología profesional: respeto a la persona, protección de
los derechos humanos, sentido de la responsabilidad, honestidad, producencia en la
aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de
fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones.

El perito psicólogo es designado en un proceso judicial con el fin de asesorar sobre


aspectos vinculados a los conocimientos que posee, su función es imperativa tanto
para cumplir a la convocatoria cuando es nombrado como para decir la verdad,
estando eximido parcialmente del secreto profesional. No obstante esta extensión no
es de carácter absoluto, esta vinculada al contenido concreto que se plasmará.

Su contacto de intervención se produce dentro de un procesamiento judicial siendo


obligación del profesional conocer con profundidad las características del sistema
jurídico para actuar con idoneidad y posicionamiento ético.
Aspectos procesales y psicológicos de la práctica pericial;

El proceso pericial comienza con la aceptación del cargo para el cual el perito es
designado y termina con la contestación de la última requisitoria que haya planteado
cualquiera de los litigantes en el procesos y el juez que interviene hubiere corrido
traslado, es decir, que el juez ordenó que se avisara al perito de la presentación
efectuada. Todo traslado –aviso- que se le dé al perito, este debe contestar.

El proceso psicodiagnostico que se efectúa con la finalidad de producir el informe


pericial solicitado es una parte del proceso pericial. Por ello es necesario conocer el
contexto –encuadre- particular que jurídicamente atiene al mismo.

La presencia de terceros “parte” en el litigio debe ser admitida por el perito de oficio
durante la administración del psicodiagnostico. La pericia estará a cargo del perito
designado por el juez. Los consultores técnicos, las partes y sus letrados podrán
presenciar las operaciones técnicas que se realicen y formular observaciones.

En el caso de que la norma no se cumpla, no sea respetada por el perito de oficio, la


pericia podrá ser declarada nula porque se ha violado el derecho de defensa en juicio.

Pericia psicológica.

El peritaje psicológico obliga al psicólogo a realizar las siguientes operaciones dentro


del proceso, debe tener en cuenta los siguientes elementos para el informe final:

a) Descripción de la persona objeto de la evaluación pericial.


b) Una relación detallada de todas las operaciones practicadas por el
perito y sus resultados
c) Las conclusiones que formula, conforme a los principios y reglas de su
ciencia.

Una pericia es un pedido de carácter científico que el juez hace a un psicólogo para
que valore científicamente un hecho en controversia entre las partes. Deberá ajustarse
a los principios de la lógica, el sentido común y redactar con un lenguaje común, libre
de tecnicismos. Sin embargo, no debe realizar juicios de valor, expresar aspectos
irrelevantes a la causa, emitir datos injuriosos o faltos de versomilidad.

La peritación psicológico forense se realiza administrando un psicodiagnostico, usando


distintas tácticas, no solo psicométricas y proyectivas. A ello se le debe sumar la
lectura del expediente. La realización de entrevistas para recolectar información. Es
decir una peritación psicológica brinda elementos para determinar el funcionamiento
del psiquismo de una persona, y esto es lo que se informa en el informe a fines de
responder a la demanda judicial.

Ackermann plantea que la recolección y el análisis de datos es la responsabilidad


principal del psicólogo forense. En la misma línea Gacono plantean que los psicólogos
forenses están éticamente obligados a usar una batería de instrumentos y múltiples
métodos para formarse una opinión sobre el evaluado. Estas deben mostrar validez y
confiabilidad. Asimismo ningún puntaje, indicie o variable podría ser interpretada de
forma aislada de la historia del evaluado.
Es importante tener en claro que la evaluación psicológica forense la comunicación
efectiva de los resultados es un punto crucial del proceso. En este sentido, weiner
realizo una serie de recomendaciones prácticas para el escrito de informes en el
campo forense:

a) Una vez que se realiza la evaluación, se debe tener en claro que todo lo que
incluya en su reporte va a ser sometido a evaluación o cuestionamiento por
parte de otros profesionales involucrados en el caso.
b) Es importante que su reporte se centre solo en aspectos de importancia para el
propósito legar que se busca. No todo se debe incluir.

El actuar del perito psicológico.

Existen tramites primordiales que el perito psicólogo deberá llevar a cabo para que su
actuar sea ajustado a derecho y por tanto idóneo, siendo el primer de ellos, la
compulsa (chequeada) del expediente judicial.

Cuando toma contacto con el expediente debe buscar los nombres de todos los
intervinientes en el caso, para ver si existen o no causales que obliguen a su
excusación. Seguramente el perito buscara en el expediente los puntos periciales que
han propuesto las partes y el juez y a los que debe contestar si o sí.

Para dar respuesta a los puntos de pericia deberá recabar información sobre la
persona, atravesó de entrevistas semidirigidas y dirigidas, y la aplicación de técnicas
de exploración psicológica. Finalmente, el análisis de la información obtenida a través
de las técnicas psicodiagnosticas conduce a la elaboración de conclusiones
diagnósticas.

Los puntos de pericia

El perito psicólogo es convocado a los fines de dar respuesta a los requerimientos que
la justicia le haga para que con su aporte científico colabore en la comprensión de los
hechos que se ventilan en el expediente y así lograr una mejor administración de
justicia. Dentro del expediente constan los puntos periciales que el perito debe
responder. Son plasmados de diversas formas. Pueden ser preguntas, afirmaciones
y/o negaciones que deben ser confirmadas o no por el experto.

Debe entenderse que las partes que intervienen en el litigio son quienes proponen la
prueba pericial psicológica y consecuentemente los puntos de pericia que desean se le
respondan. No obstante, es facultad exclusiva del magistrado determinar la
procedencia o no de tales propuestas o incluir las propias, lo que en definitiva implica
que el experto deberá responder solo aquellos puntos periciales que el juez considere
pertinente.

Cuando los puntos periciales son formulados en forma de pregunta, suelen


consignarse del siguiente modo:

 Si hay disminución de las actividades psíquicas superiores


 Si hay trastornos derivados de fobia, pesadilla, angustia, trauma e inhibición.
 Si es necesario tratamiento psicoterapéutico y su costo, frecuencia, duración
 Grado de incapacidad psicológica
 Diagnóstico y pronostico psíquico
 Grado de incapacidad laboral derivada de la afección.
 Como influencio el hecho traumático en su vida afectiva, laboral, social
 Si como consecuencia del accidente el sujeto tiene angustia, depresión etc.
 Ver actitud hacia plano familiar, social, cultural, intelectual

El perito debe responder única y exclusivamente la pregunta planteada, basado en el


secreto profesional. Sin embargo, esta debe ser detallada y fundamentada.

En cambio cuando se expresan afirmaciones y negaciones que pretenden que el perito


convalide, se realizan manifestaciones como:

 Tratamiento psicoterapéutico por un mínimo de 2 años, costo.


 Incapacidad psicológica.
 Importancia de las lesiones psíquicas.
 Indicar que aspectos ha afectado la lesión psicológica.
 Tipo de afección psíquica sufrida
 Fundamentación de las conclusiones.
 Incidencia del daño antedicho en las esferas afectivas, sociales, laborales.
 Grado de incapacidad.

Existe un punto pericial que es usado como clise en todas las convocatorias de
peritos. Que es que el perito se explaye ampliamente en lo que considere necesario y
pertinente. Es fundamental cuando se responda este pinto que el experto considere si
realmente tiene o no otros aportes relevantes a los hechos que se ventilan en los
actuando, ya que no puede volcar en su respuesta datos que no han sido solicitados o
que no se correspondan con los hechos.

El perito es el que decide, en base a lo que tiene que evaluar, que técnicas utilizar, ya
que él tiene el conocimiento técnico-científico necesarios. Si el profesional decide no
aplicar alguna de las técnicas que le fueron planteadas deberá, al momento de hacer
la respuesta al punto pericial, especificar las razones que motivaron a la desestimación
de la misma.

El perito se encuentra en el dilema de que se debe informar y que no. Para responder
este dilema debe analizar el expediente, se valora solo cual es el derecho que se está
debatiendo en ese juicio, es decir, la temática del litigio, que marcara el camino sobre
lo que es necesario informar.

Causales de excusación

Son aquellas que permiten que un perito se autoexcluya para intervenir en un proceso.
Tanto las excusaciones como las recusaciones, en nuestro derecho positivo se
pueden realizar de dos modos distintos:

a) Sin expresión de causa: quien se excusa o recusa no explicita las causas que
motivan su conducta.
b) Con la expresión de causa: quien se excusa o recusa explicita de modo
expreso las causas que motivan su conducta.
Alguna de las expresiones de causas son, amistad, enemistad, parentesco, acreedor o
deudor, tener interés en el litigio.

Evaluación en psicología forense;

La realización de la pericia psicológica tiene como base el psicodiagnostico


relacionado a una circunstancia puntual y concreta, que es el hecho investigado por la
justicia. Se produce así el entrecruzamiento de dos discursos: el psicológico y el
jurídico.

Las peritaciones psicológicas son en realidad psicodiagnosticos aplicado al ámbito


judicial. Como todo proceso tiene diferentes momentos que se deben cumplir para
alcanzar el objetivo, siendo ellos, la entrevista y la administración de las técnicas.

Por lo tanto, las evaluaciones psicológicas forenses difieren significativamente de las


evaluaciones clínicas tradicionales, entre ellas los objetivos, los alcances y los
resultados de la evaluación, así como el papel de evaluador y la naturaleza de la
relación entre el evaluador y el evaluado.

Se rige por los mismos principios que cualquier actividad científica, debe ser un
proceso estructurado que permita su replicabilidad. Lo que requiere de la formulación y
contraste de hipótesis e implica un proceso de toma de decisiones para llegar a la
solución de un problema evaluativo.

Se encuentra con dificultades específicas como la involuntariedad del sujeto, los


intentos de manipulación de la información aportada –simulación o disimulación o la
influencia del propio proceso legal en el estado mental del sujeto.

Las características del contexto de la exploración forense y el objeto de la intervención


del psicólogo en este ámbito, delimitaran las particularidades propias y diferenciales
del proceso de evaluación pericial que son:

a) La persona evaluada está inmersa en un proceso judicial, no existiendo la


voluntariedad por parte de la persona sujeta a la exploración.
b) El paso por un proceso judicial es un estresor, lo que supone un factor
distorsionador de los datos. El psicólogo forense no debe cae en el error de
atribución donde se le atribuyen a factores de personalidad la explicación del
déficit conductual o pobres de rendimiento durante la exploración,
subestimando el factor situacional y su incidencia
c) El psicólogo forense debe estar atento a la formulación de preguntas y no
sugerir respuestas. Se debe contrastar la evaluación con los datos expuestos
en el expediente.
d) El objetivo de la exploración es dar respuesta a lo requerido desde el derecho.

Ningún paso va primero, no es mecánico, fijo e invariable este proceso. La evaluación


psicológica es un proceso de toma de decisiones, que responde a objetivos con la
finalidad de realizar un diagnóstico, pronóstico e intervención. Por lo tanto, no se
reduce a la simple aplicación de pruebas psicológicas, sino que comprende una
variedad de procedimientos que se usan para propósitos diversos. Al entender la
evaluación psicológica como una actividad compleja que requiere:
a) Una comprensión de la personalidad y de la psicopatología y como los
trastornos neurológicos se ven en la cognición y en el comportamiento.
b) El conocimiento de la medición en psicología, estadística y metodología.
c) Saber que diferentes métodos de evaluación produce tipos de información
diferente.
d) Saber fortalezas y limitaciones de cada método.

En encuadre del proceso pericial.

El encuadre del proceso pericial resulta muy particular, toda vez que el experto tiene el
deber de guardar el más riguroso secreto en el cumplimiento del ejercicio de su
profesión de todos aquellos conocimiento que obtenga a través de esta, pero al mismo
tiempo se encuentra con que cuando es llamado por la justicia para intervenir en un
proceso, su función esta signada justamente en informar de la persona evaluada todos
aquellos datos que obtenga dentro de la pericia.

Previo a comenzar la primera entrevista, el profesional debe informar al periciado


como se desarrollara el proceso de evaluación, su finalidad y modalidad de trabajo.
Aclarando que todo lo que sea comunicado por el serán informados en el dictamen
pericial, haciéndole saber que los datos que no resulten relevantes en el litigio por no
encontrar correspondencia alguna con el mismo, serán resguardados por el secreto
profesional.

Existe la posibilidad de aceptar o negarse a someterse a la misma, y solo la persona


pude brindar su consentimiento para ello.

Es importante destacar que el encuadre no solo encuentra estas particularidades sino


que se constituye en un espacio peculiar dada la cantidad de personas que podrían
estar presentes en el proceso pericial. Asimismo, no es sino después de la primera
entrevista donde se termina de confeccionar el diseño de la evaluación y la batería
psicodiagnostica a emplear en cada caso particular.

Cuando el perito desestime el uso de una técnica propuesta en un punto pericial, se


debe especificar los fundamentos que avalen tal decisión. Siempre las áreas de la
personalidad a ser investigadas serán la directriz que le indique al perito el tipo de
técnicas que habrá de usar. Tener en cuenta también, la edad, la etapa vital y nivel
socio-cultural.

Al determinar el perito la batería de técnicas para usar, deberá pintar probablemente el


orden que seguirá en la administración de estas, siendo ello de suma importancia, ya
que debe implementarse de técnicas estructuradas a desestructuradas en ese orden.

Entrevista pericial.

La técnica fundamental de todo proceso de evaluación psicológica forense será la


entrevista pericial que adopta un formato semiestructurado con un estilo indirecto de
recogida de información. Orientara al perito sobre que contenidos deben ser evaluados
mediante otros instrumentos. Dicha técnica permite abordar de una manera
sistematizada, pero flexible, la exploración psicobiografica, el examen del estado
actual y los aspectos relevantes en relación con el objetivo del dictamen pericial.
La entrevista da información potencial valiosa, que no sería accesible de otra forma, tal
como la observación conductual, aspectos idiosincráticos del evaluado. Sirve de lista
de chequeo en relación con el significado y la validez de los resultados de pruebas
psicológicas.

Debe cumplir si o si con metas específicas tales como la evaluación de fortalezas, su


nivel de ajuste, la naturaleza e historia del problema, un diagnóstico, historia personal
y familia relevante.

Las técnicas proyectivas

Evocan cuestiones de orden subjetivo en la persona. Son instrumentos sensibles para


revelar aspectos icc de la conducta ya que permiten provocar una amplia variedad de
respuestas subjetivas. Proporcionan una visión de la personalidad y un sustrato de icc
en el que residen impulsos, tendencias, conflictos, necesidades, todas inferidas del
comportamiento de sujetos. Se provoca la proyección de su mundo interno.

En la evaluación pericial le aportan un beneficio extra puesto que al dar su respuesta


el sujeto no es consciente de la misma, no hay registro de la conexión de su respuesta
con su mundo interno y características de la personalidad por lo que son difícil de
fingir.

Pueden ser:

a) Estructuradas: material visual de poca estructuración. El sujeto debe


organizarlo y significarlo. TRO.
b) Temáticas: material con distintos grados de estructuración formal no son
neutrales, tienen contenido humano.
c) Expresivas: consigna verbal para dibujar
d) Constructivas.
e) Asociativas.

Técnicas psicométricas.

Herederas de las ciencias duras, cuantitativas y positivas. Es una medida objetiva y


estandarizada de una muestra de conducta, por lo que las respuestas se evalúan
según normas cuantitativas. Se refieren a características psicológicas concebidas
como más o menos independientes, es decir a rasgos o atributos siempre que sean
cuantificables. Su objetivo es la medición.

Técnicas de evaluación neuropsicológicas.

Herramienta que permite identificar y objetivar cambios conductuales y cognitivos


resultados de una disfunción cerebral conocida o sospechada. Las principales tareas
de la evaluación en contexto forense son:

a) Determinar la disfunción
b) Establecer el efecto de esta sobre la persona evaluada
c) Establecer pronostico
d) Establecer una relación entre la disfunción y el hecho que motiva la evaluación

Evaluación clínica y evaluación psicoforense: similitudes y diferencias.


Coinciden en el interés por valorar lo que podríamos denominar el estado mental del
evaluado. Para el clínico esta valoración es el núcleo de su intervención a diferencia
del forense en donde esta será un área más de exploración que tomara mayor
protagonismo dependiendo el objeto pericial. Hay diferencias también en virtud del
contexto y el objeto final de dicha evaluación.

En el caso de la evaluación clínica la misma tiene como objetivo arribar al finalizar el


proceso evaluativo a un diagnóstico y una intervención terapéutica o valorar la
evolución de un tratamiento.

La evaluación psicoforense esta enlazada a los motivos que dieron inicio a la demanda
judicial en virtud del fuero donde se haga la intervención. El objetivo es realizar una
valoración psicóloga dentro de un contexto judicial. Y se desarrolla dentro de los
tiempos judiciales, cuando finaliza no se vuelve a tener contacto con el evaluado.
Informe Pericial en el fuero civil y comercial y del Trabajo.

La práctica pericial se desarrolla a partir de diferentes diligencias del profesional


designado a tal efecto, iniciándose con la realización de la evaluación del sujeto a
perecear a través ele entrevistas y técnicas de exploración, pata luego emitir el
informe. En el cual, el experto expresa sus conclusiones sobre el asunto que le ha
sido encomendado

El informe Psicológico es una exposición escrita, minuciosa e histórica de los


hechos referidos a una evaluación pericial psicológica, con el objetivo de trasmitir
al magistrado y las partes intervinientes los resultados y conclusione0s en base a
los datos obtenidos y analizados a la luz de técnicas científicos.

 Aspectos generales

El perito presentará su dictamen por escrito, con copias para las partes

 Partes del informe Pericial Psicológico

Todo escrito debe encabezarse con la expresión de su objeto, el nombre de quien lo


presenta, su domicilio constituido y la enunciación precisa de la carátula del
expediente.

- Aspectos jurídico-psicológicos obligatorios contendrá la explicación detallada de las


operaciones técnicas realizadas y de los principios científicos en que se funde.

- De carácter optativo puede incluir explicación teórico conceptual sobre las directrices
consideradas para la elaboración de las conclusiones. Debe ser sencillo y
comprensible.

- Descripción situacional, de carácter optativo: construcción que se realiza a partir del


discurso del examinado y siempre en relación al mismo, que refleja una reseña
histórica de los hechos, siguiendo una cronología desde el acontecimiento que movió
el litigio hasta el momento que evaluamos la pericia.

- Aspectos psicológicos de carácter obligatorio:

a) identificación del objeto –sujeto- de estudio

 Datos personales, nombre y apellido


 Número de DNI
 Edad
 Fecha de nacimiento
 Estado civil
 Nivel de instrucción
 Domicilio

b) Especificación de los aspectos fenomenológicos observados durante el examen:


Actitud general del examinado

 Colaboración-reticencia
 Verborragia-pobreza discursiva
 Cambios en el tono de voz
 Lenguaje pre-verbal
 Ansiedad-angustia
 Estados emocionales.

c) detalle del estado psicológico del examinado:


 Aspecto semiológico: orientación temporo-espacial, estado de las funciones
psíquicas superiores.
 Características generales de la personalidad: fortalezas yoicas, mecanismos de
defensa, rasgos prevalentes, modalidad vincular
 Sintomatología actual

d) conclusiones, respuesta a los puntos periciales de carácter obligatorio.


Confección del informe pericial.
El informe pericial se adjunta al expediente pasando a ser parte integrante del mismo,
ya que la pericia es un medio de prueba en el proceso judicial. Debe cumplir con los
siguientes requisitos indispensables.
el perito deberá titular su informe, usando títulos como “perito psicólogo eleva informe
pericial” “informe pericial, se eleva informe perito” el título es apropiado en tanto
identifique el contenido del escrito que se está presentado. Luego, el encabezamiento
del informe debe estar dirigido al funcionario que lo requirió.
Luego deberá redactarse el exordio o presentación, en el cual se consignan los
siguientes datos y en el orden que aquí se enuncia: nombre y apellido completos del
perito, profesión del mismo, tipo y número de matrícula profesional, domicilio legal
constituido, designación de su función, número de expediente del caso, y caratula del
expediente.
Debe detallarse pormenorizadamente la modalidad y técnicas científicas que
condujeron a las conclusiones arribadas. En todos los casos deberá dejarse
constancia en el informe pericial que el proceso psicodiagnostico fue presenciado por
terceros. Si no incluye todo esto, el informe será desestimado por no ajustarse a las
normas legales.
Siempre es conveniente realizar, previo a consideraciones científicas que se deberá
informar, una breve reseña del caso, donde se relaten los hechos que han dado lugar
al litigio y por tanto a la prueba pericial. No debe contener apreciaciones e hipótesis
del perito respecto de lo evaluado, sino solo transmitir en forma descriptiva los hechos.
En caso que se encuentren antecedentes que se relacionen con el litigio deberá
incluirse en un apartado específico. La actitud del examinado durante el proceso
psicodiagnostico debe ser comunicado en el informe, es decir, los aspectos
conductuales, como se presentó a las entrevistas, cuál fue su actitud frente al proceso
de evaluación. El estado general del examinado al momento de la evaluación,
consignando la semiología correspondiente, es decir, el estado de la funciones
psíquicas, detallándose todo lo relacionado con la esfera afectiva, volitiva e intelectual,
con las áreas social, familiar, laboral, características de personalidad, sintomatología.
Finalmente se volcaran en el informe las conclusiones, las respuestas a los puntos de
pericia. Es conveniente que previo a responder, el perito transcriba en forma textual el
punto pericial al que hace referencia su respuesta y a continuación explicite la misma,
para de este modo evitar interpretaciones o suposiciones erróneas respecto a la
temática que se ha respondido o no, siendo de fundamental importancia que el informe
pericial sea fundado, pormenorizado y categórico en relación a las preguntas que
contienen los puntos periciales.
Cuando se responden puntos periciales, se debe aquilatar la información obtenida en
el proceso psicodiagnostico, a fin de salvaguardar los aspectos personales del sujeto
evaluado. Es por ello que las conclusiones no pueden exceder el límite que marcan los
aspectos sobre los que se está interrogando. La síntesis de las conclusiones del
informe constituye la respuesta a los puntos periciales, debe responder a todos los
puntos propuestos, objetivando de este modo los resultados hallados en las
respuestas dadas.
Un aspecto particular es el vocabulario que en él debe ser usado, el mismo debe ser
preciso y desprovisto de tecnicismos psicológicos. La integridad de los contenidos
vertidos en el informe pericial deviene de indicadores objetivos que el perito obtiene
durante el proceso psicodiagnostico y las conclusiones volcadas en el mismo deben
ser arribadas a través del exhaustivo análisis e interpretación de los test
administrados, la correlación de las características de la personalidad de la persona
evaluada, la sintomatología, sus causas y los hechos ventilados en el expediente.
La impugnación del informe pericial. Explicación e impugnación: procedencia.
El juez podrá ordenar que el perito de las explicaciones convenientes, en audiencia o
por escrito. El perito que no concurriere a la audiencia y no presente el informe
ampliatorio o complementario en el plazo establecido, perderá su derecho a cobrar
honorarios.
De los tiempos de la impugnación:
a) Para impugnar: 5 días hábiles a partir del momento de la notificación
b) Para contestar impugnaciones: 5 días hábiles a partir del momento de la
notificación.
c) Otros plazos que disponga el juez

Espectro de posibilidades que comprende la impugnación:

 Pedido de explicación o aclaración: solicitud dirigida al experto para que ilustre


sobre terminología y/o concepto usado en el informe.
 Pedido de ampliación: puede ser que el experto no se ha explayado lo
suficiente en las conclusiones, brindando datos aislados sin correlato.
 Pedido de impugnación: lo que cuestiona es la idoneidad de la pericia en todo
o en parte de su contenido.

Contestación a los pedidos de aclaración o de impugnación de la pericia.


Cuando es presentado el informe pericial en todos los casos el juez que interviene en
la causa dará traslado del mismo, es decir, ordenara su aviso, a las partes
intervinientes en el litigio. Cuando las partes tomen conocimiento de lo informado,
tendrán 5 días para proceder en consecuencia. Es decir, podrán decidir si: guardan
silencio, formulan un pedido de explicación y/o ampliación y/o impugnación.
Las impugnaciones solo pueden ser analizadas por el juez al tiempo de dictar
sentencia, todo ello sin perjuicio de que frente a los términos de la impugnación o aun
de oficio, el juez disponga la realización de otra pericia o el perfeccionamiento de la
producida.
Distinto es cuando se insta al experto a realizar una ampliación de su informe pericial.
En este marco, la labor del psicólogo requerirá de un trabajo más exhaustivo de su
parte para la contestación de aquellos requerimientos que se le hagan.
En cambio, la existencia de la impugnación al dictamen pericial, reviste mayor análisis
en el proceso judicial, puesto que se cuestiona la idoneidad de la pericia, y a veces del
perito mismo.
En estos casos, debe el experto brindar fundamentos psico-juridicos tanto de sus
conclusiones como de su actuar. Ello es, no solo expresar los motivos que dieron lugar
a las conclusiones arribadas, es necesario realizar una amplia fundamentación de
estas.
Por otro lado, existe la posibilidad de que el juez ordenen que se practique una nueva
pericia por otro experto, ello, sucede cuando se declara la nulidad de la pericia llevada
a cabo. El pedido de nulidad de una pericia, pone en tela de juicio la calidad suficiente
que la prueba presenta, es decir que procede cuando queda comprobado que la
prueba presentada no alcanzo el fin al que estaba destinado.

Nuevas pericias periciales.

Es frecuente que en las instancias mencionadas se propongan nuevos puntos


periciales a ser respondidos por el perito. En todos los casos resulta improcedente
responder nuevos puntos periciales, ya uqe los puntos de pericia deben ser fijados en
la etapa de ofrecimiento de la prueba. Si el perito contesta los mismos, incurre en un
error procesal, que da lugar a la anulación jurídica de su contestación, sino que
además estaría violando el secreto profesional.
UNIDAD 4 – Hostigamiento psicológico moral/laboral: Caracterización.

Introducción.

El origen del hostigamiento psicológico/moral Laboral está en el conflicto generado


dentro del trabajo. Específicamente se hace referencia a que una mala resolución del
conflicto es lo que ocasionaría el hostigamiento, pero su desencadenamiento está
relacionado con una fuerte voluntad previa del hostigador en eliminar a una persona
elegida como víctima.

El conflicto en el contexto laboral podría ser enriquecedor, ya que propicia el


cuestionamiento de una determinada situación y diferentes alternativas de solución,
sin embargo, en el hostigamiento las soluciones estarían anuladas, ya que hay una
clara intencionalidad de quitar del circuito laboral a la persona elegida como víctima,
valiéndose de todo lo que este a su alcance para conseguir su objetivo.

Otro de los factores que se menciona como Los causantes del origen del fenómeno es
al propio trabajador. Se lo suele considerar como el responsable de generar conflictos,
ya sea por su personalidad, por su incapacidad de cumplir con las expectativas o
metas irreales propuestas por el hostigador o por tener una elevada moral, como si
fuera correcto categorizar en grados la moral.

Las victimas de hostigamiento frecuentemente suelen ser incomprendidas por su


círculo más íntimo (familiares, amigos, compañeros de trabajo). Se genera así un
círculo vicioso que produce una degradación creciente de los vínculos y contextos en
que se encuentra inmerso.

Otro elemento facilitador para el desencadenamiento del hostigamiento es el entorno;


la despreocupación por parte de la empresa y del entorno podría mostrarse como el
motivo más importante como el origen del acoso, ya que la organización no realiza
acciones de evaluación y prevención de riesgos psicosociales o cuando tiene intereses
creados.

Esquema conceptual de las variables intervinientes en la configuración del


hostigamiento psicológico-moral laboral.

Cada variable del esquema tendría una participación determinante en el proceso


secuencial del fenómeno de hostigamiento.
Las relaciones entre las variables del esquema conceptual explican que: cuando un
individuo padece situaciones de violencia psicológica de manera reiterada, durante un
periodo largo de tiempo, siendo estas acciones accionadas con la intencionalidad de
perjudicar al trabajador y las organizaciones no resuelven el conflicto, se configura el
fenómeno de hostigamiento.

Las variables son:

 Conductas de violencia psicológica: cualquier acto u omisión que dañe la


estabilidad psicológica, que puede consistir en negligencia, abandono,
descuido, celopatía, insulto, humillaciones, marginación, indiferencia, rechazo y
amenazas. Las cuales conllevan a la víctima a la depresión, aislamiento,
devaluación de su autoestima e incluso al suicidio.
 Rol de la organización laboral: en tanto las conductas de violencia psicológica
se desencadenan y realizan dentro del contexto laboral, y suceden por fallas o
ausencia de recursos que podrían mitigar el desarrollo de los mismos, como
así también por la incapacidad de dar respuestas positivas a la resolución de
conflictos.
 Recursos espirituales: entendidos como un marco de valores organizacionales,
evidenciados en una cultura que promueven una experiencia de trascendencia
en el empleado a través de los procesos de trabajo, facilitando su sentido de
conexión con otros de una manera que provoca sentimientos de regocijo.
 Estrés ocupacional: es la consecuencia de una interacción desfavorable entre
las características del trabajador, las condiciones de trabajo y la organización
en la que se desempeña, dicha interacción conduce a perturbaciones
psicológicas, comportamientos no saludables y a la enfermedad.
 Afrontamiento: definido como aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales
constantemente cambiantes y situacionalmente dependientes, que se
desarrollan para manejar las demandas específicas externas y-o internas que
son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo.
 Recursos: remite a los dominios personales, sociales, contextuales que posee
el sujeto y a los cuales puede acudir para amortiguar los efectos del malestar.
 Trastorno por estrés postraumático: surge como respuesta tardía a un
acontecimiento estresante o a una situación de naturaleza amenazante, que
causan malestar.
 Hostigamiento psicológico-moral laboral: acciones de violencia psicológica, de
manera reiterada y durante un periodo prolongado de tiempo. Es ejercido por
una o varias personas hacia otra. El objetivo es causar malestar, incomodar.

Consecuencias del hostigamiento psicológico-moral Laboral

Pueden ser físicas, cognitivas, psicológicas, morales e interpersonales.

a) Consecuencias para la organización: baja productividad, deterioro de la calidad


de vida laboral e incremento del ausentismo.
b) Las consecuencias para la sociedad: económicas y éticas-morales

Fases del hostigamiento psicológico-moral laboral


Implica un proceso progresivo, en el que intervienen muchas variables. Cada caso
presenta particularidades y características propias, dependiendo de diferentes
factores, como la personalidad de los involucrados, el tipo de organización, el tipo de
actividad, pero la finalidad siempre es la misma.

a) Fase de conflictos o de incidentes críticos: situaciones confusas, disparadoras


de conflictos reales o irreales, diferencias de criterios, amenazas.
b) Fase de hostigamiento y estigmatización: situaciones de violencia psicológica,
sistemática y reiterada, durante un periodo prolongado de tiempo, para lograr
estigmatizar a la víctima y eliminarla de su puesto de trabajo. Aquí se
incorporan los testigos y los cómplices de dichas situaciones.
c) Fase de intervención desde la organización: actuaciones que realiza la
organización, mostrando incapacidad de dar respuesta efectiva a la situación.
d) Fase de solicitud de ayuda o diagnostico incorrecto: son las consultas o
derivaciones a servicio de tratamiento psicológico, realizadas por iniciativa de
la persona víctima o por la organización, sin lograr la recuperación, y
potenciando las consecuencias negativas para la víctima.
e) Fase de marginación, salida de la organización y exclusión laboral: eliminación
de la víctima del circuito laboral.

Durante este proceso también se puede establecer distintos estadio por las que pasa
la persona:

 Estadio de autoafirmación: la persona se defiende y confronta al agresor.


Empiezan los síntomas pero no son relevantes.
 Estadio de desconcierto: incredulidad. Se agudizan los síntomas, comienza la
desconfianza hacia uno mismo. Mecanismos de negación.
 Estadio depresivo: aparición de cansancio emocional, aislamiento y conductas
evitativas. Disminuye el autoestima.
 Estadio traumático o de estrés-ansiedad: se dan pensamientos intrusivos y
obsesivos siendo difícil desvincularse de ellos. Se vive como una tortura.
 Estadio de estabilización crónica: se extrapola el malestar a otras áreas de su
vida. El pensamiento está focalizado. Se teme el lugar del trabajo.

Modalidades del hostigamiento psicológico-moral

Existencia de tres tipos de modalidad en cuanto a la ejecución de hostigamiento


laboral:

 Hostigamiento psicológico-moral laboral descendente: el individuo se encuentra


en una cierta situación de poder dentro de la escala jerárquica hostiga a uno o
varios individuos que se encuentran subordinados a él. Es la más frecuente,
donde una persona ejerce una conducta agresiva a otra que se encuentra en
inferioridad jerárquica. Abuso de poder
 Hostigamiento psicológico-moral laboral ascendente: se trata de una situación
en la situación en la cual una persona que ocupa una posición de determinada
jerarquía dentro de la estructura de la organización es hostigada por uno o
varios subordinados. Los motivos pueden ser porque este rol jerárquico es
ocupado por alguien ajeno a la empresa que trae ideas y cambios que no son
aceptados por el grupo laboral. Otros motivos pueden ser que la persona
ingrese por alguna recomendación, que sea familiar de alguien jerárquico o que
tenga un cv brillante que despierte envidia, o cuando una persona de ese grupo
laboral se vuelve jefe.
 Hostigamiento psicológico-moral laboral horizontal: uno o más trabajadores son
hostigados por uno o varios compañeros de su trabajo, que ocupan un puesto
similar. Los motivos pueden ser: intolerancia a la diferencia por no compartir
códigos o normas generales del grupo de trabajo. Problemas fuera del contexto
laboral.

Los actores necesariamente implicados en el hostigamiento psicológico-moral


laboral.

Para que ocurra este fenómeno es necesaria la participación de tres piezas


fundamentales: un agresor, una víctima y una organización laboral.

Características del agresor, hostigador o victimario:

Algunos plantean la figura del acosador con la de una personalidad psicopática que
necesita hacer daño, de manera consciente, a su víctima, usando para ello las
oportunidades que le da la organización.

Como características recurrentes, sin que encuadren en una personalidad psicopática:


ausencia de empatía, remordimientos, comprensión ni compasión, como tampoco
culpabilidad, arrepentimiento, vergüenza, ni responsabilidad por el daño.

Suelen ser personas con inseguridades personales y profesionales, presentan cierta


rigidez intelectual, alteraciones de la norma moral y frecuentemente realizan abusos
de poder. Puede presentar sentimientos de envidia, mediocridad, inseguridad, celos,
inadecuación e incompetencia.

De acuerdo al manual diagnostico seria compatibles con distintos trastornos de


personalidad:

a) Personalidad psicopática
b) Personalidad paranoide.
c) Personalidad narcisista.

Características de la victima

Resulta ser amenazante para la percepción de los agresores, y por lo tanto debe ser
eliminada de su puesto de trabajo. Suelen despertar en ellos, sentimientos de
inadecuación, complejos de inferioridad, celos y envidia, desprecio, discriminación y
rechazo.

Se observa que la víctima tiene grandes expectativas de progreso, persistencia en el


puesto de trabajo, rectitud, honradez, adecuada capacidad intelectual y de trabajo.
Iniciativa, autonomía y creatividad. Suelen denunciar las incompetencias e
irregularidades, siendo a la vez incorruptibles e insobornables.

Características del entorno u organización.

El escenario en que se desarrolla el hostigamiento suele caracterizarse por una mala


organización del trabajo y por la inexistencia de los métodos eficaces en la resolución
de conflictos. Presentan estructuras rígidas, deficientes de liderazgo, cultura
organizacional con valores de competición, excesiva burocracia, ausencia de
cobertura de salud laboral y trasgresión de las normas institucionales.

Funcionamiento de los participantes del hostigamiento psicológico-moral


laboral.

Con independencia del origen o de la modalidad, los actores del fenómeno de


hostigamiento se distribuyen de una forma determinada, a la que se denomina: los
círculos del mobbing.

Se coloca en el centro del mismo a la víctima, cerca de ella el hostigador, que es quien
eligió a una persona determinada para que lo sea.

El hostigador será el principal investigador para que se desencadene y se sostenga el


fenómeno. El instigador-hostigador es quien planifica la eliminación de la víctima. Se
observa el dominio o influencia que ejerce este actor en los aliados, para que se
cumpla el objetivo, que es destruir a la víctima. Estos participan en la producción de
los daños ocasionados a la víctima.

Luego se encuentran los colaboradores tácitos, más alejados a la víctima, ayudan al


hostigamiento mediante la difusión de rumores, la indiferencia y la negación de brindar
ayuda.

En el último círculo están los complicar o testigos mudos, denominados así porque
saben y ven lo que pasa, pero no hacen nada y miran a otro lado.

Por último, aparecen amigos incondicionales o testigos no mudos, hacen evidente lo


oculto, develando lo que sucede.
Daño psíquico: En Psicología Jurídica y Practica Pericial.

El daño psíquico, puede ser entendido como un constructo que no surge del discurso
psicológico, sino que tiene origen mixto; psicológico y jurídico.

Se define como toda perturbación, trastorno, enfermedad, síndrome, o disfunción que


a consecuencia de un hecho traumático acarrea una disminución en la capacidad de
goce que afecta las relaciones con el otro, las acciones, no importando la intensidad
del hecho sino el umbral de tolerancia del sujeto. Hay daño psíquico cuando un sujeto
presenta un deterioro, disfunción o trastorno que afecta sus esferas afectiva o volitiva
o intelectual, a consecuencia del cual se disminuye su capacidad goce individual y-o
familiar y-o social y-o recreativa. El sujeto cuenta con sintomatología que da cuenta de
la existencia de una afección psíquica.

El perito psicólogo tendrá que evaluar los síntomas resultantes del hecho vivenciado
como traumático y a partir de esto llegar a la conclusión si hubo conformación
patológica, y por lo tanto, daño psíquico. La noción jurídica de daño psicológico
plantea una relación de causalidad-con causalidad entre el evento dañoso y su
consecuencia psíquica patológica, donde el perito es convocado para dilucidar su
existencia.

Castex estableció un modo diagnostico convergente psiquiátrico, agregando a los


procedimientos de análisis semiológicos de la psiquiatría, la utilización de técnicas
proyectivas y psicométricas. El diagnostico queda sujeto a la variabilidad del juicio
clínico.

El daño psíquico puede adoptar dos formas en terminología jurídica: lesión psíquica,
que hace referencia a una alteración clínicamente significativa que afecta la
adaptación de la persona a distintos ámbitos de su vida y secuela psíquica que se
refiere a la estabilización y consolidación de esos desajustes psicológicos. Para
delimitar la secuela psíquica debemos introducir un elemento cronológico (2 años
después del evento) y valorar la intervención clínica realizada. La cristalización de la
lesión psíquica –secuela- suele expresarse mediante la aparición de rasgos
desajustados en la personalidad de base que dificultan la adaptación del sujeto.

Tkaczuk definió al daño psíquico como la consecuencia de un acontecimiento que


afecta la estructura vital y acarrea trastornos y afectos patógenos en la organización
psíquica. Zabala de González explica que es una perturbación psicológica de la
personalidad de la víctima que altera su equilibrio.

El daño psíquico implica entre otras cosas:

a) Alteración del psiquismo de una persona con menoscabo de su salud


b) Disminución o deterioro de las aptitudes del sujeto imputable a un evento
c) Tal alteración del psiquismo conlleva la necesidad de un tratamiento.

Llamamos situación traumática a una experiencia vivida que aporta un aumento tan
grande de excitación en la vida psíquica, que fracasa su liquidación o su elaboración
por los medios normales y habituales, lo que da lugar a trastornos duraderos en el
funcionamiento energético.

Se debe tener presente que existen factores mediadores o con causas que influyen
de manera decisiva en la aparición del trastorno como son las situaciones traumáticas
previas o las enfermedades mentales preexistentes que nos ayudan a dilucidar si
estamos ante un caso real. Esta tarea ha resultado particularmente compleja y de
difícil solución, en primer lugar porque los simuladores buscan activamente no ser
detectados, lo que dificulta o imposibilita de facto llegar a conocer su incidencia real
y, en segundo lugar, porque solo de forma re}ativan1ente recientemente se han
establecido criterios diagnósticos claros que definen operativamente qué es la
simulación

El DSM-5 sugiere que debe sospecharse de simulación si existe alguna de las


combinaciones presentes:

 presentación en un contexto legal;


 discrepancia acusada entre el estrés o la alteración explicados por la
persona y los datos objetivos de la exploración médica;
 falta de cooperación durante la valoración diagnóstica e incumplimiento del
régimen de tratamiento prescrito
 presencia de trastorno antisocial de la personalidad.

Una indicación que se puede tener en cuenta para considerar una posible simulación
de daño psíquico es si la persona minimiza otras posibles causas de sus síntomas y
exagera como causa de éstos el accidente por el que solicita una compensación.
Siempre ha de sospecharse de simulación. Esta tarea no se puede llevar a cabo
mediante la evaluación clínica tradicional, basada en la entrevista clínica estándar e
instrun1entaclón psicométrica, debido a que ésta nunca ha informado ele simulación

Además, los instrumentos usuales de la evaluación clínica 110 son totalmente


efectivos en la detección de la simulación ya que proporcionan información que la
facilita. De modo que, cada vez se insiste más en la utilización de procedimientos
específicos que evalúen la alteración psíquica y al mismo tiempo detecten la
simulación.

Simón plantea las cuestiones que a priori debe responder un evaluador a la hora de
evaluar un daño psíquico donde se argumente un TEPT:
 ¿Cumple el trastorno referido por el reclamante los criterios diagnósticos
específicos?·
 El acontecimiento traumático que, presuntamente, ha causado el supuesto.
Trastorno ¿tiene la suficiente intensidad como pata producir este trastorno?
 ¿Cuáles son los antecedentes psiquiátricos del demandante anteriores al
incidente?;
 ¿Está basado el diagnóstico de trastorno únicamente en la descripción
subjetiva del reclamante?;
 ¿Cuál es el nivel real de deterioro en el funcionamiento mental del reclamante?

Se aconseja que para establecer el TEP, debido a que su diagnóstico se basa en


los síntomas subjetivos informados por el individuo, se debe comparar la actividad
que tenía la persona supuestamente afectada una semana antes de la ocurrencia
del evento que se evalúa traumático, con la actividad que mantiene en el momento
de la evaluación; y examinar si existe relación entre los síntomas y dicho evento,
el tiempo transcurrido entre el evento y los síntÓmas, y la relación entre un
trastorno previo y los síntomas actuales. Por tanto, es necesario ser muy meticuloso
en la obtención de la sintomatología y no proporcionar información alguna a la persona
sobre cuáles son los síntomas claves de este trastorno

Existe consenso en que una forma eficaz para detectar la simulación y valorar si
existe huella es necesario el e111pleo de múltiples medidas que permitan contrastar la
información y que controlen el engaño, tales como las entrevistas, las pruebas
psicométricas y la observación conductual.

Sobre el "trauma", la "vivencia traumática y el "vivenciar traumático.

Freud Introduce el concepto de trauma al comienzo de sus exploraciones ligado al


descubrimiento de la importancia de experiencias traumáticas pasadas en la etiología
de las neurosis comprendido como hechos de la realidad externa.

Para Freud, la noción de trauma remite a una concepción económica: el aflujo de


excitaciones es excesivo en relación con la tolerancia del aparato psíquico. La noción
de trauma en dos tiempos se vincula al concepto de re significación, Es solamente
como recuerdo que la primera escena deviene traumática por la re significación en la
medida que esto provoca un aflujo de excitaciones internas. La noción de vivencia
traumática se presenta como no perteneciente al orden de lo reprimido, sino de lo no
articularle.

El trauma no es el residuo irrecordable o inolvidable, sino que es una ausencia de


articulación entre afecto y representación, que no puede ser ubicada ni significada. La
"vivencia traumática" refiere a un psiquismo cuyas características son la integración,
continuidad, que es lo que nos permite ese especial contacto entre el mundo interno y
la realidad. Cuando un evento disruptivo invade el psiquismo de tal manera que no
permite establecer ningún tipo de relación, se produce ese colapso, modo en el cual la
vivencia traumática se inscribe en el psiquismo. Como lo definiría Freud, el trauma
psíquico, en un intento de constituirlo dentro de una historización nueva y hacerlo
comprensible

En el primer tiempo el trauma aparecería mudo y a través de la historización, le daría


un lugar para que nos hablara este tiempo pre traumático, es tan irrepresentable, y no
se puede nombrar, como la misma pulsión de muerte. Los síntomas que este
engendra son intentos fallidos de ligar haciéndola hablara la pulsión de muerte, a esa
parte de la misma que no pudo transformarse en discurso.

Por consiguiente, el trauma como sustantivo expresaría el daño al aparato como algo
interior a él, y lo traumático, como adjetivo describiría algo que se ubicaría primero, por
fuera al aparato y se referiría a la colisión entre un exceso y una insuficiencia que
puede terminar borrando esta diferencia entre lo exterior y lo interior. La explosión de
una bomba, un accidente de tránsito, o cualquier evento disruptivo que incida en un
psiquismo constituido, con defensas adecuadas, podrá provocar una "vivencia
traumática". En estos casos no hablamos de fenómeno producto de un evento fáctico
singular, circunscrito en el tiempo y el espacio, como lo hacemos al referin1os a la
"Vivencia traumática", sino a un proceso continuo en la temprana infancia. El "vivenciar
traumático" nos remite a la forma en que se desarrolla el proceso de constitución del
vacío.

Freud en "Inhibición, Síntoma y Angustia", explica que el trauma se relaciona con la


angustia automática. La situación traumática deja al yo sin ligaduras. La angustia
señal, definida como amenaza de situación traumática, se liga a situaciones que
funcionan como señal posibilitando al yo poner en marcha sus defensas.

Abraham no considera al trauma como un factor principal en la etiología de las


neurosis sino, más bien, como un factor contingente. Así el hecho que una
"vivencia traumática" está relacionada a un evento fáctico ceñido en el tiempo y en
el espacio. A diferencia de esto el "vivenciar traumático' remite a un proceso en el
cual el displacer y la frustración se transforn1an en constantes procesos de un
psiquismo que tiende a estructurarse, con un afecto que carece de
representación.

Klein le dada importancia al lugar tan central que tiene la ansiedad en relación al
apronte angustioso y la angustia señal para enfrentar una situación que pueda ser
traumática. La autora introduce un aporte planteando que para que esa ansiedad
pueda operar, es fundamental que sea tolerada. Sostiene que la capacidad para
tolerar la ansiedad es otro factor importante interviniente en la dialéctica entre
realidad externa e interna, ya que la capacidad para tolerar la ansiedad es
constitucional, y que varía altamente en un individuo u otro y en distintos
momentos del funcionamiento interno del sujeto. Los pacientes guardan para sí un
monto de horror imposible de simbolizar, que nunca llega a tener palabras, que
pertenece a la categoría de lo impensable, de lo no cognoscible.

Keilson afirma que las consecuencias del trauma se mantienen en el tiempo más
allá del fin de la guerra, de los estados dictatoriales o del término de la represión
política. En consecuencia, sí las expectativas de reparación, de reconocimiento y
validación social del daño, se ven frustradas por el silencio y la falta de justicia,
estaríamos frente a una secuencia traumática más, pero de mayor intensidad
porque profundiza la sensación de impotencia, de desprotección y de marginalidad
en términos de la pertenencia social.

Ferenczi, Winnicott y Stolorow dentro del modelo intersubjetiva, postulan que el


trauma se produce cuando falta la respuesta esperada del medio, que refleje y
reconozca la conmoción. La frustración de esta expectativa de contención produce
el encapsulamiento de sensaciones dolorosas, que se convierten en una especial
vulnerabilidad a los estados traumáticos.

Tanto Ferenczi como Winnicott distinguen entre una vivencia traumática, intrusión
o conmoción que puede ser reconocida, elaborada por medio del sostén afectivo,
donde esta reacción del ambiente no tiene lugar, la reparación no es posible y
entonces el trauma queda inscrito en la subjetividad del niño. Sin embargo,
aunque parte de la experiencia traumática se transforme en palabras, una parte de
ella nunca podrá ser simbolizada, los pacientes guardan para sí un monto de
horror imposible de simbolizar, que nunca llega a tener palabras, que pertenece a
la categoría de lo impensable, de lo no cognoscible.

Stolorow plantea que el trauma se constituye en dos fases: la primera se


relaciona con el rechazo de la satisfacción de una necesidad primaria por parte del
adulto a cargo del cuidado del niño. En la segunda fase el niño experimenta el
anhelo secundario de una actitud que pueda sostener la conmoción emocional

Laplanche y Pontalls definen el trauma como un acontecimiento de la vida de un


sujeto caracterizado por su intensidad, (evento} la incapacidad del sujeto de
responderá él adecuadamente (experiencia subjetiva) y el trastorno y los efectos
patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica (efectos).

Un hecho se constituye en suceso traumático cuando impacta en el psiquismo de


tal modo que genera una la sensación de peligro, de riesgo para la integridad
física o psicológica; y quien lo vivencia no puede afrontado

La American Psychologícal Association plantea que la conmoción y la negación


son respuestas típicas a los eventos traumáticos y desastres, especialmente en
los primeros días posteriores. La conmoción es una perturbación súbita y a
menudo intense que afecta su estado emocional, y puede hacerle sentir
aturdimiento o confusión. La negación consiste en no reconocer que ha ocurrido
algo muy estresante, o en no reconocer totalmente la intensidad del
acontecimiento incluso podría sentirse temporalmente paralizado o desconectado
de la vida

El trauma afecta los patrones de pensamiento y comporta· miento. Se pueden tener


recuerdos repetidos y vívidos del acontecimiento. Esas visiones retrospectivas
pueden producirse sin razón aparente, y pueden provocar reacciones físicas como
taquicardia y sudoración. También se puede confrontar dificultades para concentrarse
o tomar decisiones, o sentir confusión con mayor facilidad. Además, se pueden
alterar los patrones de sueño y alimentación.

El daño psíquico se constituye como una reacción, un traumatismo o una lesión


con entidad suficiente que reviste características de excepción en la vida del
sujeto.

 Dentro de las notas constitutivas el daño psíquico, tenemos:


 Exigencia de un hecho traumático significativo en la historia vital del sujeto;
 Constatación pericial de un síndrome claro y preciso (cuadro esencialmente
des adaptativo y, por ende, psicopatológico
 Causal de limitación real del psiquismo;
 Nexo causal o con causal debidamente acreditado; cronificado o
jurídicamente consolidado.

El daño se trata del menoscabo de las funciones cognitivas, afectivas y volitivas


propiciado por vivencias psicotraumatizantes, de evolución variada, que puede
ser reversible o no y que ocasiona disminución de las aptitudes mentales de que
disponía, evaluables en incapacidad para la disposición humana

El daño psíquico es una lesión, una perturbación patológica de la personalidad de la


víctima que altera su equilibrio básico o agrava algún desequilibrio preexistente.
Comprende tanto las enfermedades mentales como los desequilibrios pasajeros

Puede ser conceptualizado como el trastorno mental y/o psicológico consecuente


a un evento disvalioso que actúa como un agente exógeno agresor de la
integridad psicofísica del individuo. Su resarcimiento tiene por objeto reparar ese
detrimento producido por el ilícito en los procesos mentales conscientes y/o
inconscientes, con alteración de la conducta y de la voluntad, es decir, un daño a
la salud psíquica

Se caracteriza por ser:

a) Una vivencia amenazadora, que atenta contra la integridad del sujeto, que
le enfrenta a la muerte, que le genera miedo, terror, etc.;
b) Una vivencia inevitable, que se experimenta como si
c) No existiera posibilidad de escapar de ella;
d) Una vivencia desbordante, en la que se sobrepasa la tolerancia del sujeto a
conflictos o dificultades
e) Una vivencia injusta, vivida como no merecida
f) Una vivencia degradante o humillante, que impacta directamente contra la
autoesti1na de la vícti1na.

Daño Psíquico Y Daño Moral

Los prejuicios indemnizables por daño psíquico tienen diferencias respecto al daño
moral, las que van desde su origen (una es de tipo patológico y la otra no) hasta la
entidad del mal sufrido (material uno, inmaterial el otro) con la consecuente
proyección de efectos dentro del ámbito jurídico procesal en materia probatoria (el
daño psíquico requiere de prueba pericial probatoria). Para valorar la afectación
psíquica se tendrá en cuenta el menoscabo a una disfunción que afecta
peyorativamente su integridad, provocando un prejuicio susceptible de una
apreciación pecuniaria.

Daray distingue el daño psicológico del daño moral, en la gravedad que el primero
ejerce en la capacidad de la víctima, dado que el perjuicio en la psiquis de un
individuo desde el momento que produce perturbaciones en toda el área de su
comportamiento se traduce en una disminución en las aptitudes para el trabajo y
para la vida de relación, ello al margen de las consecuencias que el daño
psicológico puede tener respecto del equilibrio espiritual del sujeto y de la
correspondiente configuración de un daño moral.

Lesiones y secuelas psíquicas.

El impacto de la vivencia sobre el individuo vendrá, a su vez, condicionado por


múltiples factores. Unos pertenecerán a la naturaleza íntima del sujeto, a los
factores endógenos dependientes, sobre todo, de su percepción del hecho
amenazante y de su personalidad previa. Otros formarán parte del propio
acontecimiento, factores exógenos o circunstanciales. Y otros, los derivados del
acontecimiento en sí y los de las circunstancias que rodean al sujeto (apoyo
social).

Ello traerá aparejado consecuencias psíquicas identificables a saber:

 Se registrará una inscripción a nivel inconsciente del daño; aunque el sujeto


puede que sea totalmente consciente del padecimiento que presenta.
 Puede haber alteraciones a nivel conductual.
 Se evidencian consecuencias a nivel sistémico del individuo.
 Se presentan repercusiones en la esfera afectiva.
 Se genera afectación de las interrelaciones del sujeto con su medio.

Concepto de estado residual

El estado residual, es aquél estado que se alcanza de no existir curación y tras


estabilización del curso evolutivo de la lesión, una vez que:

 El sujeto se haya sometido a tratamiento;


 El tratamiento haya sido efectuado por un profesional idóneo, con
prescripción correcta y que haya cumplido con la prescripción.
 el sujeto no haya realizado tratamiento, pero que el hecho vivenciado al
momento de la evaluación no interfiera en su cotidianeidad.
Diagnostico diferencial Del Daño Psiquico.
 Si se trata de una reacción vivencia} normal. Si se trata de una
reacción vivencial anormal.
 Lesión psíquica tras vivencia traumática.
 Lesión psíquica secundaria, resultado de una reactivación, agravamiento o
puesta en marcha de otra patología de etiología no traumática.

La sintomatología que el Perito deberá pesquisar para arribar al diagnóstico de daño


psíquico es la existencia de:

a) Temor intenso; Recuerdos recurrentes; Sueños desagradables;


b) Otras alteraciones del sueño;
c) re vivencia del suceso;
d) Malestar ante la exposición a estímulos;
e) Respuestas fisiológicas;
f) Evitación de pensamientos y de actividades;
g) Alteraciones de la memoria; disminución del interés; Distanciamiento de los
demás; Alteraciones de la afectividad;
h) Dificultades o imposibilidad de proyección;
i) Estados de hipervigilancia alterado
j) Malestar clínico significativo;
k) Deterioro de la actividad en los ámbitos laboral, social, familiar, de pareja.

Son criterios de exclusión para el diagnóstico del daño psíquico:

a) Los síntomas psíquicos aislados que no constituyen una enfermedad.


b) Aquellas enfermedades que no han aparecido ni se han agravado a causa
del evento de autos.
c) Aquellos cuadros que aunque constituyan una verdadera enfermedad, no
tengan relación ni causal con el acontecimiento de la causa.
d) Los cuadros que no hayan ocasionado desmedro de las aptitudes mentales
previas.
e) Aquellas modificaciones en el curso de la vida del sujeto que no constituyan
un significativo padecimiento mental.

Por otra parte, existen otros conceptos que necesariamente deben ser
identificados por el Perito para poder determinar el daño psíquico en sí mismo:

 La ansiedad: es un estado emocional subjetivo, que puede evidenciarse


bajo la forma de aprensión, hiperactividad, verborragia, etc.
 La angustia: temor opresivo sin causa precisa. En ella predomina el
componente psíquico.
 El miedo: terror a una amenaza concreta
 El pánico: vivencia de intensa angustia en crisis recortadas, que
frecuentemente paraliza al sujeto.
 Estrés: ansiedad asociada a desencadenante exógeno cuando la amenaza
supera la capacidad de adaptación

Evaluación de la gravedad del daño psíquico

La estimación de la gravedad del daño implica la consideración y evaluación de:

 Las actividades de la vida diaria.


 El funcionamiento social.
 La realización de tareas.
 El deterioro laboral o similar.

Los parámetros que hay que contemplar al momento de estimar la gravedad del
daño psíquico serán:

 El grado de deterioro varía según las personas.


 La gravedad es el resultado de las consecuencias personales y en la vida
de relación.
 La gravedad de un trastorno mental no equivale necesariamente a
incapacidad de trabajar.

La relación de causalidad y la con causalidad

La evaluación de la relación de causalidad refiere a la relación lineal entre causa y


efecto; y requiere para su determinación la consideración de los siguientes
criterios:

 Etiológico Topográfico Cronológico Cuantitativo


 De continuidad sintomática

Puede definirse a la concausa como cualquier factor que altere a la evolución


normal de un cuadro.

Indicaciones para la evaluación de la relación de causalidad:

a) Estado anterior: para establecer la relación de causalidad se debe intentar


conocer la existencia anterior de rasgos, anomalías de la personalidad o
trastornos psíquicos que sean facilitadores de la aparición de síntomas y
que condicionen una evolución anormal en cuanto al tiempo e intensidad
del padecimiento.
b) Causas concurrentes: las características del acontecimiento agresor y el
hecho son factores que actúan de forma simultánea y aumenta la entidad
del resultado final. Supone considerar la naturaleza del hecho en sí. La
intensidad de la vivencia traumática y el tipo de reacción psíquica.
c) Causas consecutivas: constituyen complicaciones ajenas a la voluntad del
lesionado que pueden surgir durante el proceso de curación y evolución
normal del cuadro.

El daño moral.

El daño moral es encuadrado jurídicamente como un daño extra patrimonial. Este


daño tiene que ver con la actitud consciente del sujeto e implica percepción
personal de prejuicio y sufrimiento. Es la lesión en los sentimientos que determina
inquietud espiritual.

Se trata de un sufrimiento o dolor independiente de repercusión en el orden


patrímonial. Hay lesión a los sentimientos, a la libertad individual, agravio a la paz,
etc. Es una afección en el orden moral. El agravio moral no implica conformación
patológica, es la lesión a los sentimientos o principio éticos o morales. Al no haber
un estado psicopatológico es de libre apreciación judicial, y la comprobación
psicológica pericial no se requiere para determinar su existencia.

No obstante ello, considerando que la función del Perito es evaluar, valorar y


aportar elementos para la comprensión de los hechos y contribuir de ese modo a
la función judicial de impartir justicia; cabe señalar que, si bien el daño moral es un
daño IN RE lPSA, no es menos cierto que la psicología es la ciencia que se
especializa en el estudio de la personalidad de los sujetos y por lo tanto está
altamente calificada para brindar elementos de juicio en relación a la lesión de los
sentimientos que una persona padece.
Si bien más allá de las entrevistas diagnósticas no existen otras técnicas de
exploración psicológica que permitan comprobar la existencia de un daño moral; el
Perito en muchas ocasiones, encuentra en el discurso del sujeto un malestar
anímico intenso que no puede ser traducido en sintomatología alguna, En esas
situaciones, seguramente se encuentre frente a un caso donde existe daño moral.
MODULO 5 Análisis DEL COMPORTAMIENTO Y FUNCIONES
PSIQUICAS SUPERIORES

La exploración semiológica de las funciones psíquicas del evaluado, (entendida como


el estudio de los signos y síntomas) durante la entrevista se compone de la
observación del comportamiento y de la escucha del discurso y su posterior análisis,
elaboración e integración. Dicha exploración la efectúa el perito a través de la
entrevista y del proceso de evaluación pericial psicológico.

La información que se recoge en la entrevista puede ser de índole verbal (lo que
expresa, de qué manera, etc.) no verbal (lo que omite, el lenguaje no verbal, la
gesticulación)

Dentro de los factores que favorecen la realización de la entrevista, debemos citar:

 El conocimiento exhaustivo del entrevistador del expediente.


 La adaptación del entrevistador al nivel del entrevistado.
 Que el sujeto sea consciente de su papel y sepa darnos bien la información,
así corno nosotros sepamos motivarle.
 Crear un ambiente apropiado para que el sujeto se comunique sin esfuerzo y
de forma veraz.
 Si alguna respuesta es ambigua, que nos la vuelva a explicar.

A modo de orientación general proponemos el siguiente esquema para una


exploración ordenada:

En primer Jugar abordaremos las cuestiones inherentes al aspecto, la actitud y el


comportamiento

Modo de presentación

La impresión visual provee muchos datos por eso es importante observar y describir el
aspecto general del evaluado desde el momento en que ingresa a la sala en la
espera para ser entrevistado. Dentro del aspecto corresponde referirnos a la
vestimenta, el cuidado personal, el orden, el porte y la fisonomía.

Luego, evaluaremos la actitud del entrevistado entendiéndola como: actividad y


colaboración. Determinar si la misma es activa, pasiva, cooperativa, defensiva,
suspicaz, reticente, negativista u oposicionista. Examinaremos la capacidad que tiene
la persona de ponerse en contacto con el evaluador, lo que se denomina la
abordabilidad. La abordabilidad implica la intención del sujeto de contestar. En los
casos en que el evaluado se muestra hiperreactivo, reticente o escasamente
abordable se requerirá de un mayor esfuerzo por parte del entrevistado y poder
diferenciar que causas responde a estas conductas (psicopatología, simulación
etc)

Finalmente se apunta a la singularidad del sujeto que llame la atención del


entrevistador.
Conducta durante la Evaluación

Sabemos que en una evaluación pericial la voluntariedad de asistir para ser


evaluado se encuentra condicionada debido a que nos encontrarnos dentro de un
proceso judicial. Es por ello que una vez que el perito haya dado el encuadre es
importante observar si se muestra colaborador, hostil, reticente y los matices y grados
en que dicha actitud se manifiesta.

Se tomará nota además del nivel de actividad motora, si la persona permanece


sentada tranquila, si presenta cierta inquietud física, y aquellos movimientos anómalos,
tics o gestos.

La comunicación no verbal puede expresarse a tres niveles diferentes: nivel motor


(gestos, etc.), nivel paralingüístico (velocidad de habla, tartamudeo, cambios de tono,
de volumen, etc.) y nivel de las relaciones espaciales (distancia o proximidad del
sujeto). Estos tres niveles no son excluyentes, ya que tanto el sujeto como nosotros
usamos los tres continuamente.

Dentro de los comportamientos a observar durante todo el proceso de evaluación


psicoforense podemos mencionar:

 Contacto ocular: Juega un papel esencial porque es la parte de comunicación


no verbal que expresa las emociones y sentimientos.
 Expresión facial: si el evaluado se muestra serio, preocupado, despreocupado,
triste, acongojado, etc.
 Postura: Observar si el evaluado se encuentra relajado, apoyado, ver si su
postura denota nerviosismo.
 Expresión oral: observar la velocidad en el Lenguaje, así como en la realización
de las técnicas. Si realiza pausas o silencios, si se producen cambios bruscos
en la velocidad o el tono en qué momento las realiza y en relación a que tema

Ansiedad es esperable que al iniciar el proceso evaluativo se incrementen los


montos de ansiedad por parte del evaluado. Este incremento responde en
principio a dos elementos, por un lado, el peritado se enfrenta a una situación
nueva y en muchas ocasiones es la primera vez que se encuentra frente a un
psicólogo. Por otro lado, la evaluación se realiza dentro de un proceso judicial, en
donde el evaluado expondrá aspectos de su personalidad que serán luego
vertidos en un informe pericial.

Primera impresión: es importante observar cual es la primera impresión que nos


produce el entrevistado al primer contacto. Reparar si esta se mantiene hasta el final
de todo el proceso evaluativo o si se modifica.

Forma de contacto interpersonal: evaluaremos en este punto la calidad de vínculo


que establece con el entrevistador y con los otros. Se advertirá si establece relaciones
interpersonales rígidas o si por el contrario manifiesta fluidez.

Asimismo, es importante realizar una evaluación de las funciones psíquicas:

1) Conciencia:
La conciencia no es una función sino la síntesis de funciones, resultado efecto del
ejercicio de todos los procesos que comporta la actividad mental. El estado normal de
conciencia es la vigilia o estado alerta, y resulta necesaria para el funcionamiento de
otras funciones como la memoria, la atención y el juicio. Se puede definir la conciencia
como el pleno conocimiento que tiene el individuo de sí mismo y del mundo que lo
rodea. Es la aptitud para comprender, capacidad de darse cuenta de sí mismo y del
entorno

Delay y Pichot describen siete estados de conciencia;

a) nivel de vigilancia excesiva originada por la activación el sujeto ante


emociones intensas,
b) nivel de vigilancia atenta caracterizada por la atención selectiva
c) nivel de vigilancia relajada, la atención es flotante con descenso de la
conciencia del mundo exterior
d) nivel de ensoñación donde la percepción del mundo externo está debilitado, los
estímulos son percibidos atenuados,
e) nivel de sueño donde se produce una ligera pérdida de la conciencia del
mundo externo,
f) nivel de sueño profundo donde se produce una pérdida completa de la
conciencia, existiendo una respuesta motora moderada a los estímulos
g) Nivel de estado de coma donde no existen respuesta motoras o de existir son
muy débiles

Alteraciones de la Conciencia

Los trastornos de la conciencia corresponden a un déficit del estado de alerta o de


vigilia y se pueden describir clínicamente como:

 Obnubilación: Enturbiamiento de la lucidez de la conciencia caracterizada por


falta de interés, espontaneidad y de iniciativa. Se observa alteración en la
atención y en la sensopercepción, se pierde la cla1idad de percepción,
comprensión y elaboración
 Letargia: Consiste en un compromiso incompleto de conocimiento y vigilia El
paciente está desorientado y somnoliento, pero se mantiene despierto.
 Confusión: Se caracteriza por alteraciones del sensorio manifestándose con
dificultad para captar la información, alteración de la conciencia en la que las
reacciones a los estímulos ambientales son inadecuadas. La persona no está
lúcida, esta vigil.
 Delirium: El curso como el desarrollo habitualmente es agudo. Se produce una
alteración de las funciones mentales superiores corticales. La persona se
encuentra vigil. Se observa desorientación temporo espacial, disminución de la
atención tanto para focalizar, sostener o cambiar el foco atencional. Manifiesto
déficit de memoria, desorientación obnubilación, inquietud, confusión,
pensamiento incoherente, ilusiones y alucinaciones.
 Estupor: Es un estado de depresión completa de la vigilia, del que el sujeto
puede ser despertado, pero sólo con estímulos intensos. Los estímulos son
generalmente de tipo doloroso
 Coma: Alteración global de la conciencia, estado de inconciencia, ausencia de
contenido y reactividad d la conciencia.

Cuando hablamos de orientación nos referinmos a que la persona sepa situarse en el


espacio, el tiempo y la situación, es la expresión del conocimiento que tiene el
evaluado de sí misma y del medio ambiente inmediato en un momento determinado.
La orientación puede ser autopsíquica o de persona, da cuenta de la identidad del
sujeto, alopsíquica o temporoespacial nos informa de la ubicación en el tiempo y en el
espacio.

Alteraciones dela Orientación

Las alteraciones de la orientación se denominan desorientación y se clasifican según


el tipo de orientación que se encuentre comprometida. Se entiende por
desorientación a la pérdida de la capacidad de emplazarse a uno mismo en el
espacio y/o el tiempo de forma correcta.

 Desorientación Auto psíquica: Se considera cuando el sujeto no identifica su


nombre, apellido, nacionalidad, edad, su situación entre otros.
 Desorientación Alopsiquica: Es la que se presenta cuando el sujeto no puede
dar cuenta del tiempo y lugar en que se encuentra.
 Desorientación Global: cuando se encuentran alteradas las dos anteriores al
mismo tiempo

2) Atención

Sistema que nos permite filtrar los estímulos, asignando prioridades, manteniendo el
foco interés y monitoreando potenciales cambios y modulando los recursos de todas
las demás funciones cognitivas. Esta selección está influenciada por la importancia
que tiene el estímulo para el sujeto, la intensidad del estímulo, la experiencia previa y
la motivación. Se diferencian tres componentes; selección, vigilancia y control.

Existen dos tipos de atención involuntaria producido por un estímulo intenso, nuevo o
interesante, relacionado con nuestro sistema de alerta y atención voluntaria implica
concentración y control, somos conscientes del esfuerzo que realizamos.

La atención se compone de los siguientes elementos: arousal, atención focal, atención


sostenida, atención selectiva atención alternante (cambio de foco atencional en
función de la información que requiere ser: procesada en Cada momento) y atención
dividida (capacidad para atender a dos tipos de estimulación de forma simultánea). El
normal funcionamiento de la atención se denomina euprosexia.

Alteraciones de la atención.

 Hipoprosexia: Son estados de disminución de la capacidad atencional de


menor intensidad que la aprosexia y se dividen en subgrupos:
a) Distractíbilídad: presente en el TDAH un trastorno del estrechamiento del
campo de la conciencia.
b) Labilidad atentiva emocional: ligada a sintomatología ansiógena.
c) Inhibición de la atención: atribuida a estados depresivos y esquizofrénicos.
d) Negligencia: una incapacidad para orientarse tras un accidente cerebral de tipo
focal.
e) Fatigabilidad de la atención: un estado caracterizado por el agotamiento de la
atención y la apatía asociada a determinados trastornos de la personalidad.
 Hiperprosexia: Consiste en un estado atencion al aumentado Y transitorio
presente en momentos de alteración de la conciencia como la hiperlucidez o la
vigilancia extrema.
 La atención como concentración o atención sostenida: se define como el
mantenimiento de la atención durante un tiempo prolongado

La atención como selección: Consiste en la habilidad de discriminación de la


información relevante inhibiendo otros elementos estimulares no principales. Es decir,
la capacidad para separar los estímulos determinantes para la tarea en cuestión de
aquellos secundarios o irrelevantes. La alteración de esta función también se conoce
como "distractibilidad"

La atención como activación o arousal: Es el estado de activación general del


organismo que permite estar en alerta y se I relaciona con la focalización atencional en
cuando a grado o intensidad. Esta capacidad se ve comprometida en estado de
elevado estrés o ansiedad, donde se produce una mayor orientación de la atención a
estímulos amenazantes.

La atención como vigilancia: Se define como el estado de hipersensibilidad o alta


receptividad al entorno, así como un tipo de dedicación atencional en tareas de larga
duración en las que el sujeto debe detectar un estímulo de baja frecuencia. En este
tipo de capacidad tienen especial relevancia los errores de comisión (detección de un
estímulo cuando no está presente) y omisión (procesamiento inadecuado de no
detección de una información presente).

La atención como expectativa: La capacidad de anticipación es una característica


basada en la experiencia previa que permite al sujeto una mayor eficacia a la hora de
realizar una tarea con creta.

Paraprosexia: Es un desequilibrio en el cual, hay aumento de la atención espontánea


y con disminución de la atención voluntaria.

Aprosexia: Ausencia total de atención se encuentra usualmente asociado a


sintomatologia de agitación intensa o en el estupor, una alteración grave del nivel de
conciencia en el cual la capacidad de alerta está muy comprometida.

3) Concentración

Se entiende que la concentración es el mantenimiento de la atención por lapsos


temporales prolongados. La concentración, como función cognitiva, ayuda a la
fijación de la atención y su principal alteración es la fatiga extrema.

4) Lenguaje

Entendemos como lenguaje a el intercambio comprensible de ideas, siendo éste el


vehículo de expresión del pensamiento. Es la capacidad de codificar ideas en señales
que hacen posible la comunicación.
Alteraciones del Lenguaje

Las alteraciones o trastornos del lenguaje verbal se pueden agrupar en: ausencia de
lenguaje, trastornos del ritmo, estereotipias verbales, trastornos del significado y
alteraciones de origen neurológico, Mutismo o ausencia total de lenguaje sin que se
encuentre afectada la capacidad instrumental.

 Trastornos del ritmo:


a) Bradifemia o Bradifasia: Enlentecimiento en la emisión del lenguaje. El
lenguaje es normal, pero el tiempo que pasa desde la pregunta hasta la
respuesta es más prolongado que lo habitual. (ej. Depresión).
b) Taquifemia o taquifasia: Aceleración en la emisión del lenguaje. La persona
habla muy deprisa y habitualmente asociado a un habla excesivo (logorrea
o verborrea).
c) Tartamudeo: Se produce una alteración en la fluidez del habla debido a la
interrupción del flujo del habla. Puede aumentar en situaciones de
ansiedad.
d) Aprosodia: Alteración en la utilización del lenguaje afectivo, más
concretamente en la prosodia (tono, ritmo, acento, entonación y modulación
emocional.
e) Alexitimia: Se produce una alteración en el lenguaje emocional, aunque
referido a los aspectos proposicionales del lenguaje. Es decir, la persona es
incapaz de encontrar una palabra que exprese su estado afectivo.

Estereotipias verbales:

a) Palilalia: Repetición involuntaria le una palabra varias veces seguidas y de


forma espasmódica.
b) Ecolalia: Repetición persistente e intrascendente de las últimas palabras o
frases que han sido dirigidas a la persona, la misma responde a modo de eco.
c) Verbigeración: Repetición continua, falta de sentido, automatizada y
estereotipada de las mismas palabras o frases.
d) Coprolalia: Empleo de manera estereotipada de palabras vulgares, obscenas y
sucias.

Trastornos dela significación del lenguaje

a) Neologismos: Creación de nuevas palabras incomprensibles para el resto, sin


un significado aceptado al que la persona le da un significado concreto. (ej.
Esquizofrenia, afasias sensoriales}
b) Paralogismos: Uso de palabras existentes, pero dándoles una acepción propia,
a una palabra existente se le da un significado diferente al que en realidad
tiene.
c) Ensalada de palabras: conexiones incomprensibles y sin coherencia de
palabras, que no reconocen ninguna regla gramatical.
d) Descarrilamiento: hay una Interrupción de la conexión lógica entre las ideas y
el sentido general de la dirección del pensamiento. El lenguaje puede presentar
cohesión debido al deslizamiento de un tema a otro llegando al final del
discurso con un contenido que no guarda relación con lo que sé le ha
preguntado.

Alteraciones neurológicas

a) Afasias: Alteración de la comprensión y de la expresión del lenguaje producido


por la lesión de ciertas regiones cerebrales.

5) Memoria

Conjunto de habilidades mentales a través las cuales el cerebro almacena


información para su utilización posterior. La organización de la información en la
memoria se produce según un desarrollo temporal de tres fases; codificación,
almacenamiento, recuperación. Este proceso se da de manera diferente para los
distintos tipos de recuerdos por lo cual se concibe a la memoria no como una habilidad
unitaria sino como un conjunto de sistemas.

Podemos clasificar la memoria de acuerdo a parámetros temporales distinguiendo


memoria a corto plazo y memoria a largo plazo. La memoria a corto plazo (MCP)
recibe la información del sistema sensorial, su almacenamiento es breve y de
capacidad limitada. La memoria de largo plazo recibe la información de la MCP,
permite la conservación duradera de la información.

Dentro del contexto de los procesos de memoria a largo plazo podemos dividirla a
partir del contenido de la información almacenada. Así encontramos:

a) La memoria declarativa o explicita es el "saber algo", podemos explicar acerca


del conocimiento que tenemos del mundo, sobre lo que son las cosas, los
lugares o las personas. Esta memoria incluye la memoria episódica y la
memoria semántica
b) La memoria procedural o implícita es el "saber hacer algo", es el recuerdo de
como hacer los procedimientos.

Alteraciones De La Memoria

Amnesia: Pérdida total como parcial de la función mnésica. Las amnesias pueden
clasificarse siguiendo distintos criterios: causal (postraumática, alcohólica, afectiva),
modalidad (visual, táctil, auditiva), anatómica ( hipocámpica, diencefálica) o
cronológico; anterógrada o retrógrada.

a) Amnesia anterógrada: Se define como la incapacidad de aprender o retener los


nuevos hechos que tengan lugar tras el acontecimiento o lesión causal de la
amnesia.
b) Amnesia retrógrada: incapacidad de recuperar información que había sido
almacenada previamente al inicio del trastorno (traumatismos, shock físico o
psíquico o enfermedad), no se pierden la capacidad para fijar nuevos
recuerdos.
c) Amnesia lacunar: Pérdida de memoria parcial que abarca un período de tiempo
concreto
d) Amnesia psicógena: Producida por factores de tipo emocional o psicológico
relacionada con situaciones de alto impacto emocional.
e) Hiper Amnesia: Aumento anormal de la capacidad de memorizar.
f) Paranmesías: Distorsión o falsificación de la memoria por alteración del
recuerdo o del reconocimiento. DEJA VU
g) Hípomnesia: Disminución de la capacidad de retener o evocar recuerdos
h) Dismnesia: Dificultad para evocar un recuerdo en un determinado momento
que luego puede ser evocado de manera espontanea

6) Afectividad

Conjunto de experiencias que definen y delimitan la vida emocional del sujeto. Está
constituida por los sentimientos, las emociones, los deseos y otros estados que
constituyen la vida emocional total del individuo. Definiremos a la emoción como la
respuesta afectiva brusca y aguda, con gran correlato somáticos, desencadenada a
partir de un estímulo o percepción interno y/o externo. Por su parte los sentimientos
son estados anímicos más difusos, experimentados de forma paulatina o progresiva y
que son más duraderos, sin acompañarse de síntomas somáticos, constituyen la
experiencia subjetiva de la emoción.

Los tipos de estado de ánimo más significativos que podemos mencionar son;

a) Deprimido : Estado de ánimo bajo (ej. tristeza)


b) Disforico : Estado de ánimo desagradable con predominio de la sensación de
malestar
c) Elevado: sentimiento exagerado de bienestar
d) Eutímico: estado de animo normal,
e) expansivo: dificultad en el control de la expresión de los propios sentimientos
con tendencia a Ia desinhibición Irritable.

Alteraciones del afecto:

a) Afecto aplanado: Ausencia o casi ausencia de cualquier signo de expresión


afectiva.
b) Afecto embotado: Reducción significativa de la intensidad de la expresión
emocional.
c) Afecto lábil: Variabilidad anormal en el afecto, con cambios repetidos, bruscos
y rápidos de la expresión afectiva.
d) Afecto restringido: Reducción de la intensidad de expresión emocional.
e) Afecto inapropiado: discordancia entre la expresión afectiva y el contenido del
habla.
f) alegria patológica: Se refiere a un estado extremo de euforia e hiperactidad y
se relaciona con la presencia de un episodio
g) Tristeza patológica: Conjunto de sintomatología basada en un sentimiento
intenso de pena, tristeza y aflicción.
h) Angustia patológica: Manifestación relativa a un incremento notable del estado
de tensión fisiológica acompañada de una sensación permanente de temor
intenso, como un estado de alerta continua.
i) Indiferencia afectiva: Se refiere a un estado de ausencia de experimentar
sensaciones afectivas y suele ir vinculada a la apatía.
j) Anhedonia: Se define por la incapacidad para experimentar placer y es
frecuente en la esquizofrenia y la depresión.
k) paratimia o Inadecuación afectiva: En esta alteración se produce una
incongruencia entre la afectividad expresada por la persona y la situación
contextual en la que se manifiesta.
l) Labilidad emocional o afectiva: Esta patología se caracteriza por cambios
repentinos del afecto combinado con la incapacidad para contenerse
emocionalmente.
m) Distimia: Este estado se define por la manifestación de un ánimo permanente
bajo, con escasas fluctuaciones
n) Disforia: Se entiende como una sensación de malestar emocional general, con
un ánimo depresivo y presencia de ansiedad e inquietud cognitiva, más que
fisiológica.
o) Rigidez afectiva: En esta afectación se pierde la habilidad para modular y
modificar las emociones experimentadas
p) Ambivalencia: Se da simultáneamente la expresión de emociones contrarias
sobre un mismo objeto o fenómeno.
q) Neotimia: Se define como un sentimiento de nueva aparición, ante el cual el
sujeto afirma no poder reconocerlo en sí mismo o haberlo experimentado
anteriormente.
r) Apatía: Falta de motivación, ausencia de «ganas para hacer cualquier cosa» e
indiferencia hacia la estimulación
s) Abulía: Se define como la incapacidad para realizar cualquier acción de forma
voluntaria, falta de energía para responder conductualmente.

7) Pensamiento

Es toda aquella actividad, acción o recreación que realiza la mente o sea todo lo que
se trae a la existencia por medio del intelecto. El pensamiento lógico consiste en el
flujo de ideas, símbolos y/o asociaciones dirigidas hacia una meta. Lo podemos
definir como un proceso mental que nos permite reflexionar, juzgar, realizar
abstracciones, análisis y síntesis. El pensamiento es normal cuando se da una
secuencia lógica, el mismo tiene un curso, un contenido y una finalidad.

El pensamiento normal se caracteriza por ser organizado, coherente, elástico, versátil,


tiene plasticidad, potencialidad ideopráxica y ritmo.

Los trastornos del pensamiento se han dividido en trastornos del curso y trastornos
del contenido. El curso del pensamiento es la manera en que se unen o asociación las
ideas, como la persona formula, organiza y expresa el pensamiento. Por su parte el
contenido del pensamiento sería aquello sobre lo que pensamos, serían las ideas,
creencias, preocupaciones, obsesiones, etc. Por lo cual cuando hablamos de
trastornos del curso del pensamiento hacemos alusión a las diferentes disonancias al
escuchar un discurso y trastornos del contenido se refiere a la temática del discurso.

Trastornos del curso del pensamiento

a) Taquipsiquia: el pensamiento es más rápido de lo normal,: hay disminución del


período de latencia por lo cual se responde en menor tiempo a lo que se
pregunta
b) Fuga de ideas: verbalizaciones rápidas y constantes donde la persona pasa de
una idea a otra.
c) Bradipsiquia: el pensamiento aparece inhibido, con un desarrollo escaso, se
observa dificultad en la asociación de ideas, el discurso aparece lento y hay
aumento en el tiempo de latencia de respuesta
d) Bloqueo del pensamiento: es la interrupción brusca del curso del pensamiento
antes de completar una idea perdiéndose la idea directriz.
e) Pensamiento tangencial: se escucha en el discurso falta de relación entre la
pregunta y la respuesta, respondiendo de manera parcial e irrelevante debido a
la incapacidad para asociar adecuadamente el pensamiento.
f) Pensamiento perseverante: repetición de la misma respuesta ante diferentes
preguntas, la persona manifiesta poca capacidad para cambiar las respuestas.
g) Disgregación: existe una pérdida progresiva de la idea directriz, la estructura
del pensamiento se pierde como consecuencia de la rotura de las asociaciones
normales.
h) Incoherencia: pérdida definitiva, irreversible de la idea directriz, el pensamiento
presenta una alteración extrema en la construcción de frases que hacen que el
lenguaje sea incomprensible.

Trastornos del Contenido

a) Ideas fijas: o ideas parásitas, la persona las aceptas, no las siente como
extrañas y tienden a orientar la conducta
b) Ideas sobrevaloradas: el aspecto afectivo predomina sobre lo racional y con un
significado propio ocupando un lugar fundamental en la vida de la persona.
c) Ideas obsesivas: son ideas que se le imponen
d) Ideas delirantes: juicios o creencias falsas, donde el sujeto las mantiene con
gran convicción.

8) Sensopercepción

Es un proceso realizado por los órganos de los sentidos que captan lo que nos rodea a
través de los receptores sensoriales y el sistema nervioso central que interpreta la
información y actúa en consecuencia. La sensopercepción de produce en tres fases;
detección, en donde el estímulo es captado por los órganos sensoriales, transmisión
de la información como impulso nervioso al cerebro y procesamiento del estímulo que
llega al cerebro donde es interpretado.

Los trastornos en la sensopercepción pueden ser cuantitativos y cualitativos. Los


cuantitativos están sujetos a la intensidad de los estímulos, del umbral de excitabilidad
del receptor y del funcionamiento cerebral. Los trastornos cualitativos se relacionan
con las cualidades sensoriales y a errores en la localización de los estímulos.

Trastornos en la sensopercepción

a) Agnosia: Incapacidad para identificar un objeto debido a alteración de áreas del


cerebro donde se realiza el reconocimiento con conservación de los órganos
de los sentidos.
b) Error de percepción: Percepción irreal la cual puede ser corregida cuando se lo
confronta al sujeto.
c) Ilusión: Percepción deformada de un objeto, falla en la identificación facilitada
por la expectativa, el contexto, el entorno, la falta de nitidez en donde lo
observado está presente sensorial
d) Alucinación: Percepción de una imagen, un objeto o un estimulo exterior
inexistentes que son considerados como reales. Las alucinaciones pueden
clasificarse en: Visuales, auditivas, olfativas táctiles

Características generales de personalidad Estructura yoica

El yo es la parte de la personalidad que se organiza como consecuencia de la


influencia del ambiente. Por su capacidad para evaluar y comprender la realidad, el yo
le permite al sujeto superar las amenazas externas e internas.

Las funciones del yo se organizan en base a estos 3 ejes: funciones básicas,


funciones defensivas, funciones de integración.

 Funciones básicas: Están sostenidas desde las funciones cognitivas


principales, y si bien poseen en general cierto nivel de autonomía, muchas
veces pueden ser influidas por los impulsos. Todos estos recursos cognitivos,
se unifican y canalizan a través de los procesos del aparato cognitivo. Así
entonces uno de los indicadores de fortaleza yoica, es que estos mecanismos
puedan ser utilizados cuando se los requiera, sin que puedan ser interferidos
por 1necanismos de defensa que lo debiliten. También influirá su ajuste ante
situaciones de angustia.
 Funciones defensivas: Las funciones de defensa que el yo utiliza no son
siempre ante procesos patológicos, sino que normalmente, se utilizan en la
adaptación cotidiana del sujeto. Otra finalidad de los mecanismos defensivos
es neutraliza las ansiedades restableciendo el equilibrio psíquico, eliminando o
neutralizando la fuente de peligro y tensión
 Funciones integradoras {o de sintesis): S refieren a la capacidad
del Yo de unir, ligar y crear totalidades; y a la posibilidad de
reconciliar incongruencias dentro del Yo. Estas funciones tienden
constantemente a un centramiento de la persona, en contraposición a
todo aquello que tiende a disociarla y a desorganizarla.
LA PERICIA PSICOLÓGICA EN EL FUERO PENAL

Perito es la persona que, sin ser parte del proceso, emite declaraciones sobre la
apreciación desde su ciencia de los hechos que tienen carácter procesal. Es un
tercero llamado al juicio para suministrar esclarecimiento sobre hechos cuya
verificación o interpretación requieren conocimientos especiales en alguna ciencia.

Actualmente la función de la pericia psicológica en el ámbito penal se ha transformado,


ya que en sus orígenes, el derecho penal moderno, le solicitaba a los Peritos
psiquiatras y psicólogos que se expiden sobre el estado mental de un sujeto en el
momento de cometer un hecho delictuoso, es decir, la función de la pericia psicológico
psiquiátrica forense giraba en torno al concepto de imputabilidad e inimputabilidad.

Hoy en día, la demanda que le hace el derecho penal a la psicología, es mas


abarcativa, ya que mediante la realización de un estudio completo y profundo de la
personalidad del sujeto, el profesional Psi deberá dictaminar si existe en el peritado
un perfil de personalidad compatible con el hecho que se le imputa

Sin dudas, estos planteos surgen del positivismo criminológico basados en la


necesidad de mostrar objetivamente, a partir de la posibilidad de encontrar signos y
síntomas psicológicos que revelen el estado del procesado, y a partir de allí, se
desprenderá la posibilidad de imputársele ciertamente el hecho delictuoso. Es en este
punto, donde las pericias psicológicas en materia penal se transforman en un discurso
del poder formando, así parte del engranaje de la maquinaria punitiva.

La pericia como elemento de prueba

En cuanto a la pericia como elemento de prueba, aun hoy surgen posturas divergente.
El juez podrá ordenar pericias siempre que sea para conocer o aprender algún hecho
o circunstancia pertinente a la causa, sean necesarios o convenientes conocimientos
especiales en alguna ciencia

Devís Echandía define: "prueba judicial, en particular, es todo motivo o razón aportado
al proceso por los medios y procedimientos aceptados por la ley para llevarle al juez él
convencimiento o la certeza sobre los hechos".

Así, uno de esos medios de prueba, es la prueba pericial. Witthaus la define como 'la
opinión fundada de una persona especializada o informada en una rama del
conocimiento que el juez no está obligado a dominar. La persona dotada de tales
conocimientos es el Perito y su opinión fundada es el dictamen

Podemos definir la prueba pericial como el conjunto de conocimientos técnicos


especializado proporcionados al Juez pro los Peritos, poseedores de dichos
conocimientos, para facilitarle la apreciación y valoración probatoria de conocimientos
de carácter técnico que excedan los conocimientos genéricos del derecho.

La prueba pericial esta compuesta por tres requisitos:

 el primero referido a la existencia jurídica del dictamen pericial, es decir, debe


ser un acto procesal, si o si debe ser consecuencia de un encargo de las partes
del proceso judicial. El dictamen debe ser realizado por un tercero; y debe
contener las conclusiones personales del Perito.
 El segundo de los requisitos se refiere a la validez del dictamen y por tal
motivo dice que la ordenación de la prueba debe haber sido hecha en forma
legal, o sea de acuerdo a lo especificado en el Código de Procedimientos, o
sea que el Perito tenga debida posesión del cargo, que la presentación o
exposición del dictamen sea realiza da en forma legal, que sea una acto
consciente, libre de coacción que no exista prohibición legal de practicar esta
clase de prueba y que el Perito haya realizado personalmente su trabajo.
 Por último el requisito es el de la eficacia probatoria del dictamen, esto es, que
sea un medio conducente respecto del hecho a probar; que el Perito sea
competente, es decir, un verdadero experto para el desempeño de su cargo,

La pericia es un medio de prueba que se caracteriza por dos datos esenciales: el


profesional que la realiza debe ser un experto en alguna rama del saber (ajena al
discurso jurídico) y la pericia se realiza sobre datos procesales, esto es, los Peritos
entran en contacto con esos datos durante el proceso (no antes, como los testigos).

Esta doble cualidad del Perito ha permitido muchas veces discutir si más que un medio
personal de prueba es un auxiliar o asesor del Juez. La polémica es quizá más
lingüística que otra cosa en cuanto que el Juez debe valerse de todos los medios de
que dispone para alcanzar la verdad hasta donde le sea posible y siempre en la forma
legalmente permitida.

A partir de la inclusión de la mirada de la psicología en las causas judiciales, los


actores del derecho, ya no hablan de casos, sino de verdaderas historias de seres
humanos en las que muchas veces, el hecho delictivo ha terminado teniendo una
gravitación decisiva en sus vidas.

Es dable resaltar que la inserción del psicólogo en este área de trabajo requiere Que
una formación especifica, ya que son muchas las veces, en que se atraviesan largos
procedimientos porque un informe puede ser criticado técnicamente por la partes
intervinientes en las audiencias orales, en las cuales se suele exigir a los Peritos que
brinden información que esta resguardada por el secreto profesional. Por tal razón es
imprescindible que, quien tenga la responsabilidad de realizar esta actividad no
debería desconocer cuales son los alcances de su práctica y cuales las leyes que
regulan la misma..

Dos hechos que reflejan la tendencia actual en los aportes del psicólogo son, por una
parte, que cada vez es más frecuente su intervención en funciones que van mas allá
de la pericia como prueba pidiéndosele, además, que realice pronósticos y propuestas

Al respecto no puede olvidarse que en las leyes más modernas -legislación sobre
procesos de familia, legislación de menores, legislación en materia penitenciaria, cada
vez es más frecuente, la llamada o la intervención del psicólogo en funciones que van
más allá de la pericia como prueba y pasan al marco de lo que es asesoría, en cuanto
que del psicólogo no se pretende la fijación de datos fácticos, sino también, y con
renovada frecuencia, un pronóstico, una propuesta o incluso la indicación de
tratamiento. Y otra característica de la legislación moderna es la tendencia a
integrar a los expertos en equipos que, con diversos nombres -equipos técnicos,
equipos psicosociales, equipos especializados buscan el estudio multidisciplinar de los
problemas o conflictos y la resolución de los mismos.
El peritaje psicológico al ser una herraamienta técnica al servicio de la justicia, obliga
al psicólogo a realizar las siguientes operaciones dentro del proceso, sea cual fuere la
temática en la que este inmerso, es necesario que este tenga en cuenta los siguientes
elementos para el informe final:

 Descripción ele la persona objeto de la evaluación pericial psicológica.


 Una relación detallada de todas las operaciones practicadas por el Perito y de
su resultado.
 Las conclusiones que en vista de tales datos formulen los Peritos, conforme a
los principios y reglas de su ciencia o arte deba formular.

El lenguaje de las mismas debe ser el propio del científico, lo que no quiere decir que
esto, no sea explicado en un lenguaje claro, inteligible y acompañado si es necesario
de ejemplos. Debiendo en todo momento transmitir sus conclusiones sobre el caso
concreto y tener en claro que llega con la mayor nitidez a los demás. Siempre el Perito
se deberá expedir con imparcialidad no ocultando nada en sus conclusiones. El Perito
en general, en cualquier función que ejerza debe ser absolutamente independiente.

Una pericia es entonces un pedido de carácter científico que el Juez hace a un


psicólogo para que valore científicamente un hecho en controversia entre las partes.
Esto implica que es necesario primero ponderar si el psicólogo tiene conocimientos
científicos útiles provechosos en relación al hecho, porque de lo contrario llevará a
confusiones semánticas o lo informado no será útil al proceso.

Por otro lado como plantea Vásquez Mezquita, la redacción del informe es la parte
más delicada dentro de la elaboración pericial. Este es el momento en que el Perito
debe tomar una decisión sobre el contenido y forma que dará a su informe.

A su vez un dictamen pericial deberá ajustarse los siguientes principios de lógica,


sentido común y estar redactado con un lenguaje libre de tecnicismos que lo hicieran
incomprensible para los letrados intervinientes en el proceso. El Perito no deberá
realizar juicios de valor, expresar aspectos irrelevantes a la causa, emitir datos
injuriosos o faltos de verosimilitud.

Por otra parte, el Dictamen Pericial es un acto procesal que culminara con una
imprescindible deliberación secreta, en el caso de la inclusión de Pelitos de parte. Si
entendemos que la inclusión de expertos a pedido de las partes está previsto a los
fines ele impartir mejor justicia, es condición el aporte de todos los intervinientes en el
proceso pericial a los fines de llegar a conclusiones más acabadas que las que puede
aportar una sola persona.

Siendo que los elementos obtenidos en el proceso pericial es de su incumbencia y


por lo tanto tienen que ser de interés de todos los Peritos; este interés se manifiesta en
la capacidad de los profesionales para debatir sobre ello. Más que debatir, el término
correcto es "deliberar", que incluye el debate y la argumentación.

La deliberación por lo tanto implicara trabajar en función de los protocolos de los test y
su análisis por parte de todos los Peritos y la correlación con el material obtenido a
través de las entrevistas a las que hubieron de concurrir. Cuando esto no suceda, el
Perito de parte debería denunciar la anomalía pidiendo la inmediata presencia del
Juez en el recinto pericial o planteando la nulidad de la pericia. Esto es importante,
dado que muchas veces, las pericias que no han reunido estos criterios, son nulas
de hecho por carecer de debate

En relación a las diferentes posturas, la doctrina está dividida entre aquellos que
opinan que la pericia psicológica es en sí misma una prueba y otros que consideran
que el Perito es un mero auxiliar del juez.

El peritaje se desliza indebidamente al terreno de la prueba cuando el Perito se arroga


el derecho de verificar si existió abuso o violencia. En este caso parecería que el
psicólogo tiene conocimientos específicos que le permitirían comprobar hechos para
después informar al juez si ocurrieron o no.

Sabemos que, la Psicología es muy limitada especialmente a la hora de poder verificar


hechos y en particular en poder determinar si son ciertos o no. La Psicología no
determina hechos físicos, ni acontecimientos, si puede determinar el estado
psicológico de las personas o su realidad psíquica. El psicólogo diagnostica síntomas,
signos, síndromes no delitos como el abuso sexual o la sinceridad o la mendacidad.
Justamente en el campo donde los psicólogos tenemos mas limitaciones es donde
más somos llamados a intervenir: los delitos sexuales y la credibilidad de los testigos.

Cuando las partes acuden a los Peritos para adquirir certeza sobre el hecho que se
investiga deben saber que el mejor de los estudios periciales, se configura como una
evaluación objetiva de todos los elementos involucrados en el caso con relación a la
memoria, el testimonio, etc. El Juez a través del mismo podrá valorar y apreciar
técnicamente hechos que ya han sido aportados al proceso por otros medios
probatorios.

Por lo tanto, podemos decir que la tarea profesional del psicólogo forense comienza
con una serie de premisas obrantes en una causa judicial y consideradas verdaderas
como autoridad competente, a las que por medio de un razonamiento válido
(aplicación de técnicas psicodiagnósticas judicialmente aprobadas), finalmente arriba a
las conclusiones que le fueron previamente solicitadas.

Los Peritos no comunican al juez su decisión sobre la cuestión de fondo del proceso,
la materia sobre la cual versa el juicio, sino que ejercen una función de asesoramiento
en el área de su especialidad y por eso es que muchos expertos terminan afirmando
que el juez es el Perito de Peritos, ya que a él le corresponde analizar en última
instancia la validez o las falencias que tiene la actuación del experto. La postura del
magistrado se basara en todos los elementos que surgieran en la investigación,
llegando tal vez a conclusiones distintas que las de los Peritos.

No es necesario que el Perito haya arribado a una "conclusión ilógica, absurda o


contradictoria", simplemente el Juez puede desestimar el Dictamen a la luz de que se
contradice con otras pruebas de la causa o porque la teoria es obsoleta o
intelectualmente deficiente.

En los informes psicológicos el equívoco surge cuando algunos conceptos como por
ejemplo el de disociación, tienen diferentes acepciones de acuerdo a las distintas
teorías, por ello los Peritos que intervienen pueden estar refiriéndose á cuestiones muy
distintas y en forma muy diferente en la causa. En tales casos es necesario determinar
lo mejor posible la acepción con la que se está empleando la palabra que se utiliza en
el informe para evitar la ambigüedad, anfibologías o vaguedades.
En todo informe psicológico jurídico ha de cuidarse el uso del lenguaje. Por ello es que
el Perito debe redactar su dictamen en lenguaje entendible para el lego. El lenguaje
con el que se exprese ha de ser científico y técnico pero comprensible para los
magistrados. En el caso de que se use un término psicológico ha de explicitarse
mediante una definición operativa del término empleado.

Los Códigos de Procedimiento, imponen a los Peritos que se expidan sobre


cuestiones científicas, pero además que realicen un análisis detallado de todas las
operaciones efectuadas, que permita el propio examen de las partes y de los
magistrados. Por otra parte, indica que el Perito deberá fundamentar sus conclusiones.

De esta manera, se obtendrán conclusiones secuenciales, que dentro de las


limitaciones de la Psicología y según el caso, permitirán sostener una hipótesis
diagnóstica en un grado probable. Entonces la argumentación del informe descansa
principalmente en el razonamiento, en el discernimiento y por eso es principalmente
una operación mental: Es importante entonces, poder detectar los errores de
razonamiento que se deslizan en el informe, base de la sana crítica.

La Ley prescribe que antes de dar comienzo al acto, los Peritos deberán prestar
juramento de proceder ética, imparcial y fielmente en sus operaciones, y de no
proponerse otro fin más que el de descubrir y declarar la verdad. Aquí comienzan las
dificultades discursivas, ya que para el derecho la verdad es la que puede probarse y
la psicología plantea que la verdad será, la del inconsciente. Confrontando, de esta
manera, verdad objetiva con verdad subjetiva.

Es importante contextualizar la pericia y el ejercicio del psicólogo como Perito dentro


del proceso penal, para esto se definirán los conceptos y procedimientos relacionados.

La pericia es un dictamen vertido por un tercero ajeno al juicio, al que ha podido


arribar en mérito de sus conocimientos especializados de una ciencia o arte, ilustrando
al juez respecto de una materia determinada, cuyo conocimiento es ajeno a la
formación profesional de quien debe juzgar, permitiendo al juez, considerando las
máximas de experiencias especializadas, resolver una materia relacionada con los
hechos que forman parte de la acusación.

El Perito por su parte es un tercero ajeno al juicio, quien colabora imparcialmente con
la justicia, conforme a los principios de su ciencia arte u oficio, formando el
convencimiento del tribunal acerca de la efectividad de los relatos de las proposiciones
fácticas contenidas en la acusación; aporte que será evaluado por el tribunal al
momento de dictar sentencia.

Entonces puede decirse que el poder penal le solicita a los expertos "psi" que realice
un estudio completo y profundo ele la personalidad del sujeto imputado.

Hay que reconocer al discurso jurídico penal como aquel discurso del poder punitivo,
que en el caso en particular interpela al Perito en busca de explicaciones a las que no
puede acceder, por características propias del discurso psi que le son ajenas. Este
reconocimiento, le permitiría al Perito operar desde un lugar independiente, ajeno al
poder punitivo, diferenciando ambos discursos y sobre todo reconociendo las
limitaciones de su ciencia. En otras palabras, el experto se transforma en un
especialista en develar la identidad social real del sujeto evaluado y lo realiza a través
su examen pe1icial.
Como hemos visto la pericia psicológica, en la actualidad, tiene por función realizar
una descripción y comprensión profunda y compleja de la personalidad de un sujeto
vinculado a un proceso judicial.
Módulo 6 - “La práctica profesional del psicólogo en el ámbito penitenciario”

Los ejes que atraviesan la práctica profesional del psicólogo en el campo penal: el rol
del psicólogo en el ámbito penitenciario tanto en el área correspondiente a la
criminología como en la asistencial; los tipos de tratamientos en instituciones penales;
y el abordaje psicológico en el régimen a prueba.
Antes de comenzar con el desarrollo del tema vale recordar que se sostiene que la
Psicología Jurídica es un campo que surge de la intersección teórico-práctica entre el
discurso de la Psicología y el del Derecho, mediatizada por la acción del Estado, a
través del TODO LEGAL. El discurso de la Psicología se va a centrar en el desarrollo
de la práctica específica del psicólogo, de su modalidad de trabajo en la institución
penitenciaria y las postpenitenciarias, como, por ejemplo, el patronato de liberados.
Desde ya el trabajo del psicólogo en este campo específico, como en cualquier otro
ámbito –hospitalario, tribunalicio, minoril, etc.- se encuentra regulado por la Ley del
Ejercicio Profesional de la Psicología, Ley 23.277
A modo general, se puede afirmar que las tareas que efectúan los psicólogos en el
trabajo en unidades penitenciarias y en los patronatos de liberados comprenden:
 La evaluación, el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la personalidad, y la
recuperación, conservación y prevención de la salud mental de las personas.
 La emisión, evaluación, expedición, presentación de certificaciones, consultas,
asesoramiento, estudios, consejos, informes y dictámenes.
Trabajan interdisciplinariamente integrando equipos en instituciones públicas y/o en
instituciones de bien público. En todos los casos, el psicólogo debe, de ser necesario:
 Aconsejar la internación hospitalaria de aquellas personas que por los
trastornos de su conducta debido a patología signifiquen un riesgo para sí o
para terceros.
 Proteger a los examinados asegurándoles que las pruebas y resultados que
obtengamos se utilizarán de acuerdo a normas éticas y profesionales.
 Guardar el secreto profesional sobre cualquier prescripción o acto que realizare
en cumplimiento de nuestras tareas específicas, así como de los datos o
hechos que se nos comunicaren en razón de la actividad profesional sobre
aspectos físicos, psicológicos o ideológicos de las personas.
Respecto de la práctica, en el campo penal, la ley señala muy especialmente la
necesidad de que los profesionales que trabajen en los programas psico-educativos
y/o psico-sociales y/o sanitarios, tanto en relación a las penas como a las medidas,
Las medidas se tratan de tener conocimiento en profundidad desde una perspectiva
biopsicosocial de las personas que han cometido delitos con el objeto específico de
facilitar el desarrollo de las capacidades reflexivas respecto de las conductas delictivas
que han tenido y el daño que han causado –a sí mismos, a las víctimas, familias y
sociedad- y a partir de allí posibilitar un proceso de cambio y modificación de sus
tendencias y conductas antisociales a fin de que no se produzca reincidencia.
El objetivo de trabajo del psicólogo se sostendría en la posibilidad de que las personas
que han delinquido asuman su responsabilidad subjetiva respecto a su proceder
delictivo y desde allí puedan efectuar una proyección y desarrollo de sus vidas dentro
de los cánones de nuestra sociedad.
El fin de la pena privativa de la libertad
El fin de la pena consiste en lograr que el interno adquiera la capacidad de respetar y
comprender la ley, procurando la reinserción social, promoviendo el apoyo y la
comprensión de la sociedad. De esta manera, se advierte un eje individual y uno
social.
Respecto al primero, llama la atención que la idea de adquirir algo que no se tiene,
cuando este algo no es sino la capacidad de comprender la ley. No obstante, juzgados
de ejecución penal advierten que, en este caso, se apela a una actitud frente a la ley y
no a una aptitud.
Por otra parte, se muestra tibio al postular “procurar” algo. Mas, es dable precisar que
lo que se procura es la reinserción social. Esto difiere del objetivo de readaptar al
interno De esta manera, se advierte un claro deslizamiento hacia lo social, pues la
inserción no solo depende del actor sino del tejido social que aloje a aquel. Este
deslizamiento queda confirmado con el último punto: la promoción de la comprensión
de la sociedad, objeto que no se agota ni se acota en la ejecución de la pena privativa
de la libertad pero que en su enunciad0 marca una distancia de las intenciones
legislativas previas.
A modo de síntesis entonces, el objetivo de la pena interpela a un actor en su posición
respecto a la ley, y a la sociedad, en tanto deba acompañar la reinserción social del
interno tras la adquisición de este de la capacidad de respetar y comprender la ley.
El psicólogo intervendrá tanto en la asistencia para el logro de la mentada capacidad,
como en la coordinación de recursos que habiliten al interno a lograr la reinserción
social. A partir del diseño y aplicación del programa de tratamiento individual que no es
sino el medio para lograr el fin ya enunciado.
El programa de tratamiento individual
El psicólogo es un profesional que interviene en el marco del llamado tratamiento
penitenciario. Este, es el medio para lograr el fin de la pena privativa de la libertad.
Responde a determinadas características: es individual; interdisciplinario; obligatorio
respecto a las normas que regulan la disciplina, la convivencia y el trabajo, y voluntario
respecto a todo lo demás y progresivo.
Esto significa, por un lado, que el tratamiento se diseñará solo después de una
evaluación interdisciplinaria personalizada que derive en un programa de tratamiento
individual. Por otro lado, que debido a que el objeto es la reinserción social, el
tratamiento deberá incluir ejes que contemplen la promoción, gestión y fortalecimiento
de recursos pertinentes para esto. De esta manera, serán pilares destacados del
tratamiento el trabajo, la educación, la relación con el medio social y vincular, la salud.
El tratamiento comprenderá al conjunto de actividades terapéutico-asistenciales
dirigidas directamente a colaborar en el proceso de reinserción social de los internos,
contemplando aspectos voluntarios y obligatorios. Es individualizado y programado de
acuerdo a las características personales de cada interno, e integrado por un conjunto
de acciones que le brinden oportunidades de cambios observables en la evaluación de
su evolución.
En el diseño, desarrollo y concreción, así como en el seguimiento, control y evaluación
del Programa de Tratamiento Individual intervienen distintas áreas:
 Sanidad o salud psicofísica: No sólo se considera lo atinente a cumplir con las
medidas higiénico-dietéticas, sino también lo que respecta a la atención médica
específica, de acuerdo a enfermedades, medidas de tratamiento y control que
deberán llevarse a cabo. Se recomienda el tipo de psicoterapia aconsejable –
individual, grupal, familiar- de acuerdo a las características y al diagnóstico de
cada uno en particular. En este eje del tratamiento, interviene el psicólogo del
área asistencial.
 Educación: De acuerdo al nivel de instrucción alcanzado, a los conocimientos
que pueda haber adquirido durante su detención, y al tipo de actividad
educativa que cada quién desea recibir. Se evalúa y aconseja el nivel de
instrucción al que esa persona debe incorporarse.
 Trabajo: Teniendo en cuenta la capacitación laboral que posee el interno, y la
que él desea recibir, se aconsejará la actividad laboral más conveniente,
considerando si existieran restricciones específicas por sus características
psicofísicas.
 Asistencia religiosa: Responderá a las necesidades y al credo de ese individuo
en particular.
 Relaciones familiares y/o sociales: Se aconsejará de acuerdo a la evaluación
de los vínculos intra y extrafamiliares si es necesario realizar algún tipo de
intervención, promoviendo el acercamiento de ciertos vínculos, así como el
trabajo de otros que presenten alguna conflictiva particular. Se intenta mejorar
los sistemas comunicativos familiares.
Los diferentes Programas Asistenciales buscan responder a las necesidades
generales, a las individuales, a la idiosincrasia de la población alojada y a las
características de la unidad que va a alojarlos. Las distintas problemáticas que se van
observando responden no solo al tipo de delitos cometidos sino, además, a otras
variables, como, por ejemplo, las zonas donde ocurren.
En otros casos, los Programas Asistenciales responden a factores ligados a
problemáticas específicas que pueden poner el acento en distintas motivaciones que
llevan a una persona al delito, apareciendo, por ejemplo, el tema del alcoholismo, el
consumo de drogas, la violencia intra y extrafamiliar, etc. A estas situaciones se
intenta dar respuesta y, en muchos casos, surgen Programas, Proyectos y/o
Experiencias Piloto propuestos por el equipo de trabajo de una determinada Unidad
que atiende a las necesidades que emergen con mayor fuerza en esa zona, y que, por
ende, comienza a implementarse en ese ámbito específico, sin incluirlos
necesariamente en otras unidades.
En la actualidad y desde el 2010 por ejemplo se están desarrollando los siguientes
programas:
 Programa para Internos Primarios
 Programa de Asistencia Grupal para Adictos.
 Programa de Prevención de Suicidios (tanto para internos como para el
personal)
 Programa para internos condenados por agresión sexual.
De manera preliminar, se puede enunciar que, dentro de esta última, encuentra un
lugar la asistencia psicológica que dará lugar al psicólogo miembro del área
Asistencial. Asimismo, el diseño y coordinación de este tratamiento es trabajo del
psicólogo del área de Criminología
En lo que hace al diseño de tratamiento vale destacar:
a) Un punto significativo es el relevamiento del pasado criminológico y en relación
a aquellos que son reincidentes poder pensar, analizar y reflexionar acerca de
las fallas de los tratamientos anteriores.
b) Otro punto significativo es considerar la influencia del Sistema Penitenciario y
su efectos en el aquí y ahora de la persona con la que estamos trabajando. Es
decir los efectos de la institución total sobre la personalidad de la persona en
cuestión.
El consejo correccional
El consejo correccional es un organismo colegiado que integra las distintas áreas que
intervienen en el tratamiento penitenciario. En entre ellas, las dos en las que trabajan
los psicólogos: las áreas asistencial y criminológica.
Este organismo irá evaluando de manera trimestral la adherencia al tratamiento. Esta
adherencia se encuentra objetivada en dos aspectos: la calificación de conducta y la
de concepto. La primera refleja la observancia al marco normativo que permite la
adecuada convivencia. La segunda, el grado de cumplimiento de los distintos objetivos
conforme el cumplimiento de objetivos derivados del programa de tratamiento
individual.
El psicólogo y la tarea criminológica en el marco de la ejecución de la pena
La tarea de los psicólogos del área criminológica se encuentra centralizada a nivel
nacional por el Instituto de Criminología. Su misión consiste en:
Fijar políticas de tratamiento, realizar estudios científicos, técnicos y criminológicos,
diagramando e implementando su aplicación
Para ello desarrollará actividades de gerenciamiento y de organización, planificación,
ejecución, verificación y actualización del tratamiento individualizado aplicable a los
internos alojados en sus establecimientos, llevando a cabo los estudios científicos de
investigación y capacitación.
El Organismo Técnico-Criminológico o Gabinete Criminológico está integrado,
conforme lo establece el marco normativo correspondiente, por médicos, psicólogos,
psiquiatras, trabajadores sociales, odontólogos, abogados, maestros y profesores
encargados de efectuar, en principio, un estudio exhaustivo de cada interno que llega
al penal, realizar un diagnóstico integral que brinde la base para diseñar el Programa
de Tratamiento Individual. Este tratamiento se ajusta a la necesidad de cada interno y
responderá a sus capacidades y necesidades particulares. Esta individualización es en
pos de posibilitar un proceso progresivo de reinserción social.
La Progresividad del Régimen Penitenciario
El régimen carcelario se asienta en un régimen signado por la progresividad, lo cual
implica atravesar diferentes períodos o fases sucesivos, cada uno de las cuales tienen
sus propios objetivos. La progresividad del régimen consiste en un proceso gradual y
flexible que posibilite al interno, por su propio esfuerzo, avanzar paulatinamente hacia
la recuperación de su libertad. Su base imprescindible es un programa de tratamiento
interdisciplinario individualizado.
Los períodos de progresividad van a estar en íntima relación con la participación activa
y la implicación de cada interno en relación a su propio tratamiento. Dichos períodos
son cuatro:
a) De observación. Este período va a implicar la evaluación psicológica,
psiquiátrica, médica, social y legal en profundidad a fin de llegar al diagnóstico
criminológico, el cual es un diagnóstico dinámico y evolutivo. Este diagnóstico
comporta una hipótesis etiológica de la conducta delictiva, va a marcar el
destino y las estrategias del tratamiento, y va a permitir inferir un pronóstico de
reinserción social. El soporte de este diagnóstico, pronóstico y diseño de
tratamiento se sustancia en la Historia Criminológica, cuya confección justifica
este período de observación y no debe superar los 30 días.
Una vez delimitado el tratamiento entramos en la segunda etapa, que es el período de
tratamiento propiamente dicho.
b) El período de tratamiento, implica una verificación y actualización semestral
por parte del organismo técnico criminológico, y está fraccionado en fases que
importen al condenado una paulatina atenuación de las restricciones
inherentes a la pena: Socialización, Consolidación, Confianza. De manera
solidaria con el avance por estas fases se promueve el abandono de sectores
cerrados y la inclusión del causante en secciones semiabiertas, abiertas o
secciones separadas.-
c) El período de prueba implica la posibilidad de que los internos sean
trasladados a establecimientos con bases autodisciplinarias. Durante el período
de prueba comienzan las salidas transitorias de los internos y la incorporación
al régimen de semilibertad. Los traslados e incorporaciones al régimen de
semilibertad necesitan del aval del Organismo Técnico-Criminológico y del
Consejo Correccional, aunque la determinación siempre la toma el Juez ya que
lo que informen sendos organismos no porta carácter vinculante.
d) Período de la libertad condicional. Éste se inicia también por orden del Juez,
pero debe contar con informes fundados del Organismo Técnico-Criminológico,
los que deben incluir los dictámenes criminológicos desde el inicio de la pena.
Se destaca al respecto, que en la actualidad se discute acerca del estatuto de
la libertad condicional en tanto período. En efecto, aquella puede montarse a lo
largo de todas las etapas de la progresividad del régimen penitenciario, por lo
que no es sucesivo de la serie expuesta. Por lo mismo, se tiende a considerar
que la palabra período, en este caso, tiene un contenido semántico vacío y que
su estatuto real es el de instituto.
Los psicólogos trabajan también en este devenir con aquellas personas que han
delinquido y se encuentran privadas de la libertad, en los casos de solicitud de prisión
domiciliaria, es decir para aquellos mayores de 70 años y en casos de los últimos
períodos de enfermedades terminales. En los casos de semidetenciones, prisión
diurna, prisión nocturna y también en los casos de libertad condicional y libertad
asistida, se requiere la evaluación del psicólogo. La libertad asistida, en cambio,
habilita el egreso seis meses antes de dicho agotamiento. En este caso, la evaluación
del psicólogo requiere una vital importancia dado que el instituto en cuestión requiere
la ponderación del riesgo para sí o para terceros, información que el derecho exige a
nuestra disciplina.
En todos los casos señalados la evaluación e informe del Organismo Técnico-
Criminológico es fundamental mas no vinculante. En efecto, los egresos temporarios o
anticipados se desprenden del poder decisor del juez en el marco de la sana crítica e
íntima convicción.
Historia criminológica
Es el documento donde van a constar todas y cada una de las evaluaciones,
diagnóstico, estudios e informes realizados por el Organismo Técnico-Criminológico o
Gabinete Criminológico. En esta Historia Criminológica encontraremos:
 Las observaciones, evaluación, diagnóstico y terapéutica en lo que respecta a
la personalidad de cada interno y antecedentes. Se incluirán las indicaciones
para tratamientos individuales y/o familiares, así como lo referente a su
evolución. En el trabajo del psicólogo se deberá considerar muy especialmente
no solo la estructuración de base del interno sino en qué medida y de qué
manera la dinámica institucional –institución total- va afectando al interno en lo
que hace a su subjetividad, vínculos, modalidad de comunicación, afectividad.
 Las observaciones, evaluación, diagnóstico y terapéuticas en lo que respecta a
la salud de cada interno y antecedentes.
 Las observaciones, evaluación, diagnóstico y terapéutica en lo que respecta a
la familia de cada interno y los antecedentes familiares
 El recorrido vital del interno, considerando sus relaciones con el mundo
circundante, continente de diversas unidades de análisis
 Antecedentes educacionales, su nivel de estudio, si presenta o no dificultad
para el aprendizaje, así como las referencias a la capacitación educativa que
reciba estando privada de la libertad la persona.
 Referencias culturales y deportivas. Así como toda actividad que el interno
realice en tal sentido como la constitución de grupo, equipos y participaciones,
por ejemplo, interinstitucionales.
 Un estudio del o de los delitos que haya cometido, y en este sentido es
importantela versión del protagonista.
 Historia laboral y actividad laborativa en la unidad penitenciaria. El trabajo es
parte fundamental del tratamiento, constituyendo un derecho y un deber del
interno con positiva incidencia en su formación
Estudio victimológico.
Una síntesis e integración que permita arribar a una hipótesis de la conducta delictiva
al mismo tiempo que ofrezca un pronóstico de reinserción social. Este documento lleva
el nombre de génesis de la conducta delictiva.
También la historia incluye lo que se conoce como Programa de Tratamiento
Individual. Cada una de las medidas tomadas respecto de un interno en lo que
respecta a su pasado, presente y futuro quedan registradas en la Historia
Criminológica o Legajo Criminológico Personal.
El Régimen de Ejecución Anticipada Voluntaria de la Pena
Dado que la criminología es una transdisciplina que soporta el interrogante acerca de
por qué alguien delinquió y qué tratamiento aplicar al respecto, la población pertinente
de intervención comprende a internos condenados. Esto es, internos que hayan sido
declarados culpables y cuenten con un cómputo de pena. Ahora bien, en las unidades
carcelarias también se encuentran alojados internos procesados. Estos requieren la
evaluación del psicólogo a los efectos de asistir en la decisión que se adopte respecto
al alojamiento de cada interno.
Por otra parte, es derecho de todo interno procesado adherir al régimen de internos
condenados a los efectos de inscribirse en el Régimen de Ejecución Anticipada
Voluntaria de la Pena. Una vez que establece esta incorporación, el psicólogo del área
criminológica procederá de manera interdisciplinaria a elaborar la historia
criminológica, diseñar el tratamiento y evaluar la adherencia a este, tal como lo hace
con la población de internos condenados.
Área asistencial
Por un lado, la tarea del psicólogo en el área asistencial está enmarcada
normativamente, contextuada, situada dentro de la lógica del ámbito penitenciario, es
decir, del ámbito encargado de hacer cumplir la pena. Por otro lado, la tarea en el área
asistencial del ámbito penitenciario no debiera diferir de otras intervenciones en otros
ámbitos en lo que hace a la posición del psicólogo en su estatuto ético.
La brújula de cualquier intervención es el padecimiento subjetivo –con el tinte afectivo
con que este se presente (angustia, tristeza, culpa, ira…).
el padecimiento sobre el que el sujeto testimonia en este campo no tiene siempre el
modo de presentación habitual que es frecuente encontrar en otros ámbitos tales
como el hospitalario ni mucho menos el de la consulta privada, lo que suele ocurrir en
este campo es que el padecimiento subjetivo se presenta de un modo mudo,
desarticulado del campo de la palabra, por fuera incluso del registro del yo, sin que
éste tenga respecto del dolor y sus variaciones ninguna noticia que le permita
interrogarse por su padecer o bien, por las consecuencias de viejos dolores que
conducen a lugares inhóspitos, a veces, demasiado crueles.
En tal sentido, la consulta inicial en el área asistencial del ámbito penitenciario suele
no estar motivada por el propio interno. La lógica no es la de la demanda espontánea,
el espacio de entrevistas es un espacio que debe ser ofertado desde el profesional, y
sostenido con su apuesta y su deseo a fin de que, en los primeros encuentros (y
subsiguientes) algo del padecimiento ignorado por el interno empiece a encontrar la
posibilidad de desplegarse y alojarse en el lazo con el profesional tratante.
Respecto de la cuestión ética, convendrá destacar un punto. Tal como su nombre lo
indica, el ámbito carcelario es el espacio de la penitencia, es decir, del castigo. La
transferencia como motor del tratamiento y marco del dispositivo estará signada por
este elemento. Convendrá al profesional estar muy advertido de esto a fin de no
incurrir en posiciones que dupliquen la escena de la aflicción o bien que pongan en
juego su propio goce. En los términos en los que lo plantea Basaglia, el psicólogo es
un agente de cambio y su función no puede operar al servicio del control social.
Abordaje del Régimen a Prueba.
Este régimen es una medida alternativa a la privación de la libertad.
Esta medida se puede implementar en dos casos: presentencia y postsentencia.
Siempre seguida la solicitud de la misma un informe médico-psicológico que acredite y
funde la medida.
En el caso de presentencia, van a poder solicitar la medida aquellos que han sido
imputados de un delito de acción pública por primera vez, y cuya pena no supere los
tres años de privación de la libertad.
Los que no pueden solicitar esta medida, bajo ningún punto de vista son, los
funcionarios públicos en ejercicio de su función y aquellos sobre los que se estén
considerando penas de inhabilitación.
En el caso postsentencia, pueden solicitar la medida aquellos que se encuentren
cumpliendo una pena por primera vez, siempre y cuando la mismo no supere los tres
años, o cuando mediaran ocho años entre una primera medida y la solicitud de una
segunda medida sin que en medio se registrara la comisión de delito alguno.
Estas medidas intentan brindar una opción diversa a la de la pena privativa de la
libertad a fin de:
 Reducir la aplicación de las penas
 Racionalizar las políticas de justicia penal
El régimen de suspensión de Juicio a Prueba, una vez que el Juez lo otorga, queda
bajo la órbita del Patronato de Liberados. El mismo diseña un modelo de tratamiento
social para cada probado teniendo en cuenta su historia, personalidad, estructurara
familiar, educación, intereses y capacidades. Dicho tratamiento deberá contar con dos
ítems significativos:
 La participación activa del probado.
 La guía del oficial de prueba.
El rol del oficial de prueba se ha ido profesionalizando y actualmente es desempeñado
por profesionales universitarios con conocimientos de técnicas específicas para su
labor. Este oficial de prueba puede ser un psicólogo, un trabajador social, un abogado,
pero debe contar con unaacabada formación en temáticas sociales y debe acompañar
al probando en el devenir del tratamiento.
Tratamiento
El desarrollo de este tratamiento debe ser esencialmente individualizado. Para su
aplicación debe tenerse en consideración más que la esencia del delito imputado y/o
cometido las condiciones personales de cada persona.
Generalmente, aquéllos que recién han egresado de la cárcel deben ir armando
lentamente su nueva identidad de hombres libres, mientras tanto podemos
encontrarnos con individuos desorientados, que hasta pueden manejarse con
hostilidad en las primeras entrevistas y con resentimiento por su situación ya que en
muchos casos el futuro se les aparece incierto y oscuro.
Requieren imperiosamente demandas concretas, ya que muchos carecen de lo
elemental (alojamiento, alimento, vestimenta, elementos de higiene, medicamentos)
los que antes en mayor o menor medida le eran provistos por el Servicio Penitenciario,
pero al recuperar su libertad quedan librados a sus propias posibilidades para generar
recursos, que por lo general son escasas. Es estas condiciones encontramos al
liberado con bajo nivel de instrucción y económico surgido de los sectores más
vulnerables y postergados de la sociedad.
Tal situación se agrava por el rechazo social que suele generar quien tiene
antecedentes penales. La estigmatización no es una mera abstracción, es una marca
concreta que surge desde lo social y que se prolonga más allá del encierro.
Sintetizando, están a un paso de ingresar en un proceso de circularidad constituido por
diversos momentos:abandono, marginalidad, droga, violencia, delito, cárcel. De aquí la
importancia de que la persona no quede sola, y no porque se la controle físicamente,
sino para que encuentre un semejante que confía en él y que está dispuesto a
ayudarlo, el oficial de prueba que lo acompañará en este verdadero proceso
reeducativo.
Los que se encuentran bajo un régimen de prueba sin haber pasado por el
encarcelamiento poseen una distinta caracterización. Con variaciones individuales, se
trata de personas más organizadas, dispuestas al diálogo y al intercambio relacional
ya desde las primeras entrevistas. Puede explicarse, sin dejar de lado otras
consideraciones, que son personas que permanecen, generalmente, integradas a su
medio y a los distintos grupos con los que interactúan, ya sean laborales, familiares o
recreativos entre otros
El objetivo principal que encarna el oficial de prueba es trabajar por medio de un
tratamiento social y educativo, mediante una intervención no invasora y respetuosa de
la intimidad, pero a la vez oportuna, a fin de que la persona advierta las consecuencias
de la conducta delictiva y que, consecuentemente, bajo la guía y orientación de los
equipos profesionales pueda revertirla merced a la internalización de las pautas que
rigen la convivencia social
MODULO 7 – La intervención familiar en procesos de familia. HACER MAÑANA

FAMILIAS EN SITUACIÓN DE VIOLENCIA Oteyza.

INTRODUCCIÓN

La conducta violenta y específicamente la violencia familiar no es una problemática de


las sociedades actuales ya que a lo largo de la historia ha estado presente. Sin
embargo, conductas que hoy son significadas como de violencia familiar, tal como el
caso de la violencia hacia los niños o hacia las mujeres, en otros momentos
sociohistóricos si bien ocurrían no se las significaba de este modo y no eran
reconocidas como un problema social y de salud pública.

En este sentido toda conducta violenta se va a presentar en un contexto social


específico por lo cual cada modalidad de violencia intrafamiliar como fenómeno
psicosocial no puede ser comprendido sino es dentro del marco histórico- social y
cultural en el cual se produce

ENCUADRE JURÍDICO DE LA VIOLENCIA FAMILIAR

Los principales instrumentos jurídicos que debemos conocer como profesionales de la


salud al momento de realizar intervenciones desde el campo de la prevención, el
diagnóstico y/o tratamiento, tanto en el ámbito público o privado.

a) Constitución de la Nación Argentina

La Constitución Nacional es la norma legal de mayor jerarquía que organiza el Estado


Argentino y reconoce los derechos y garantías fundamentales de sus habitantes

Dentro de los instrumentos internacionales mencionaremos aquellos que resultan


pertinentes al tema del presente capítulo

 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre

 Declaración Universal de Derechos Humanos: se establece en un documento


que todos los seres humanos son libres e iguales sin importar su sexo, color,
creencias, religión u otras características.

 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación


contra la Mujer.

 Convención sobre los Derechos del Niño: mediante el cual se establece que los
niños y niñas son portadores de los mismos derechos que los adultos y se
destaca que requieren de cuidado y protección especial debido a que los
mismos no han alcanzado aún el pleno desarrollo y madurez física y mental.

 Ley 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar: La normativa faculta de


denunciar a cualquier persona que está siendo víctima de una situación de
maltrato físico y/o psíquico por parte de algún integrante de la familia

 Ley de Protección Integral a las Mujeres: Ley de protección integral para


prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en
que desarrollen sus relaciones interpersonales.
 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer. Convención de Belem Do Pará: En su definición claramente
establece la violencia contra las mujeres como una violación de sus Derechos
Humanos.

 Ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes


(Ley 26061/05): Tal como se describe en las disposiciones generales la ley
tiene como objetivo proteger de manera integral los derechos de NNA de
nuestro país para garantizar el ejercicio pleno de los mismos

 Código Penal de la Nación, aquí debemos atender a las lesiones y/o secuelas
que pueden producirse como resultado de la violencia ejercida sobre algún
integrante de la familia.

AGRESIÓN Y VIOLENCIA

Desde la perspectiva etológica la agresión es considerada un recurso de adaptación


esencial para la supervivencia que refuerza la eficacia biológica, por tanto, la conducta
agresiva se expresa como autodefensa, cuando se encuentra ante una amenaza para
la vida o para la satisfacción de una necesidad básica.

Valzelli (1983) califica la agresión como un elemento de la conducta normal orientada


a la conservación del individuo, que se manifiesta para eliminar o superar una
amenaza física y/o psicológica o para satisfacer alguna necesidad vital.

Por el contrario, la violencia es una respuesta aprendida, intencionalmente ejercida


para controlar o dañar. No es una conducta producto de la evolución biológica, no
posee utilidad adaptativa en el proceso evolutivo, siendo por lo tanto determinada por
factores culturales, ambientales y sociales consecuencia de la (in)evolución cultural.

Por lo tanto los factores culturales, sociales y ambientales influyen y modelan la


manera de expresar la conducta violenta y debe ser tenido en cuenta al momento de
analizar y/o realizar intervenciones terapéuticas o psicojurídicas.

Si bien la conducta violenta es una conducta compleja, no existen discrepancias al


considerarla como una violación a los derechos humanos y un problema de salud
pública en todo el mundo

La OMS propone una clasificación de la violencia dividiéndola es tres categorías


generales que se subdividen a su vez en tipologías de violencia más específicas:

a) Violencia autoinfligida, comprende el suicidio, intento de suicidio o las


autolesiones.

b) Violencia interpersonal impuesta por otra persona o un número pequeño de


personas. Aquí vamos a encontrar

i) violencia familiar y/o de pareja, aquella ejercida habitualmente dentro del


hogar por algún miembro de la familia,

ii) violencia comunitaria, la cual se produce entre personas, fuera del hogar y
entre los cuales no existe relación de parentesco.

En el primer grupo la violencia incluye las formas de violencia hacia los niños y
niñas, hacia la pareja, los ancianos, mientras que en el segundo grupo
encontraremos los actos casuales de violencia, violencia laboral, violencia en
instituciones carcelaria, etc.

c) Violencia colectiva que es aquella ejercida por un grupo o por el Estado,


organizaciones terroristas, etc. La misma se subdivide en violencia social,
política y económica.

Finalmente (OMS1996) hay que sumar a esta clasificación la naturaleza de los actos
violentos los cuales pueden ser: a) física, b) sexual, c) psíquica/ emocional.

MODELO ECOLÓGICO EN VIOLENCIA FAMILIAR

Señalábamos anteriormente que la conducta violenta es una conducta aprendida y


determinada por factores culturales, ambientales y sociales no existiendo un único
factor que por sí mismo pueda explicarla siendo el modelo ecológico una herramienta
conceptual que permite analizar la naturaleza heterogénea de la violencia.

La perspectiva ecológica del desarrollo de la conducta humana planteando la


existencia de interconexiones entre los diferentes niveles a los que denomina;
microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema.

El principal interés para utilizar este modelo radica en que concibe al ambiente
ecológico como un conjunto de estructuras de diferentes niveles en donde cada uno
contiene e interactúa con el permitiéndonos diferenciar los diferentes elementos que
tienen injerencia en la conducta violenta.

Identificar los factores de riesgo que pueden aumentar el cometer o padecer un acto
violento en cada uno de los cuatro niveles nos posibilita intervenir preventivamente.

El nivel más inmediato en el que la persona se desarrolla es el microsistema, siendo


en este nivel la familia el agentesocializador prioritario influyendo las características de
sus miembros, como está conformada, entre otros factores. Dentro del microsistema
se encuentra el nivel individual, que está constituidopor 4 dimensiones
interdependientes: La dimensión cognitiva(comprende los esquemas cognitivos, que
estructuran las formas de percibir y conceptualizar el mundo y las personas), la
dimensión conductual (repertorio de comportamientos que desarrolla la persona para
relacionarse con el mundo), la dimensión psicodinámica (se refiere a la dinámica
intrapsíquica en sus distintos niveles de profundidad) y la dimensión interaccional.

El otro nivel, el mesosistema incluye dos o más ambientes en donde la persona


participa e interactúa. Es un sistema de microsistema que se constituye o se desarrolla
cuando la persona al crecer se incluye en nuevos entornos

Por su parte el exosistema está formado por la comunidad más próxima a la persona y
media entre el individuo y la cultura. El exosistema rodea al sistema familiar (escuela,
trabajo, vecindario, amistades, etc.) cuyos valores y creencias limitan o enriquecen sus
propias vivencias y configuran un mundo relacional. En este nivel vamos a encontrar la
justificación de la violencia institucional y la victimización secundaria. Al mismo tiempo
podemos identificarse en el exosistema los factores de riesgo vinculados al estrés
económico, a los niveles altos de desempleo, consumo abusivo de sustancia, el
alcoholismo, la existencia de narcomenudeo, la escasez de apoyo institucional a la
víctima y la impunidad para los victimarios

Finalmente, el macrosistema se refiere a la correspondencia en forma y contenido del


microsistema, del mesosistema y del exosistema al nivel de la cultura o subcultura en
su totalidad. Comprende las formas de organización social, los sistemas de creencias
e ideas que prevalecen en una determinada cultura y que alcanza a todas las clases
sociales.

CONCEPTUALIZANDO LA VIOLENCIA FAMILIAR

En efecto, la violencia familiar es una problemática social de origen multifactorial que


afecta a todos los estratos sociales y culturas. En la etiología de la conducta violenta
debemos considerar como factores intervinientes la personalidad de base de los
sujetos, la historia individual y familiar, la modalidad vincular y los elementos
contextuales. La misma es consecuencia de factores sociales, culturales, individuales
y relacionales que actúan de manera compleja y articulada.

Anterior a la década de los 80 se conceptualizaba que los temas de familia debían ser
resueltas en el marco de la privacidad familiar y por ende el Estado no debería
intervenir en su resolución. Es a partir de la década de los 80 que la violencia familiar
sale del encierro de los hogares para pasar a ser un tema de interés y de intervención
psicojurídico.

Definimos la violencia familiar como “toda relación de abuso que tiene lugar entre los
miembros de una familia, entendiendo por relación de abuso a toda conducta que por
acción u omisión provoque daño físico y/o psicológico a un miembro de la familia”.
Esta conducta sea por acción u omisión tiene como intención dominar, someter o
controlar a cualquier integrante de la familia y tiene por efecto causar daño.

No obstante, los miembros más afectados dentro del núcleo familiar son aquéllos que
por su condición física, madurativa y/o mental se encuentran en una situación de
mayor vulnerabilidad en relación con los otros integrantes del grupo familiar.

La familia más allá de su funcionalidad está expuesta a lo largo de la vida a distintos


tipos de crisis que según Pittman (1991) se pueden agrupar en cuatro categorías:

a) Desgracias inesperadas como pueden ser las enfermedades físicas, muertes


inesperadas, crisis económica, etc. Son crisis para las cuales la familia no está
preparada, tienen la característica de emergencia pues amenaza el bienestar
psicofísico del grupo familiar.

b) Crisis de desarrollo, son universales y por lo tanto previsibles y se relacionan


con el ciclo evolutivo de la familia que si bien existen diferentes modelos
podemos resumirlos en; noviazgo, matrimonio, nacimiento de los hijos,
escolaridad, adolescencia de los hijos, independencia de los hijos, jubilación,
vejez, muerte de los padres.

c) Crisis estructurales, son aquellas crisis concurrentes en las que se agravan de


manera regular determinadas pautas disfuncionales de interacción familiar. Son
crisis recurrentes que tiene que ver con el funcionamiento de ese sistema
familiar.

d) Crisis de desvalimiento, son aquellas que se producen cuando algún integrante


de la familia es dependiente o presenta una disfuncionalidad que requieren de
un cuidado y atención especial.

Son los momentos de crisis los que obligan a la familia a modificar las respuestas
frecuentes debiendo apelar a recursos internos y externos que le permitan resolver y
adaptarse a la nueva situación.
Es en estos períodos de crisis donde la familia va a transitar por una etapa de
inestabilidad que afecta a la organización vincular y al ejercicio de sus funciones
principales. Es en estas instancias donde el acto violento da cuenta de un modo de
respuesta inadecuada en consecuencia si la respuesta es predominantemente violenta
podemos hablar de una problemática de violencia familiar o como algunos autores
señalan el tópico de las familias en situación de violencia.

La proposición “en” nos posibilita aproximarnos para la intervención con una mirada
integradora de la multiplicidad de elementos que componen la situación de violencia,
articulando conceptos psicológicos, comunicacionales psicosociales y jurídicos.

Al momento de realizar un diagnóstico de la situación familiar debemos valorar que


para definir una situación como de maltrato hay que reconocer algunos elemento a
saber; * es una conducta recurrente, no se da en un solo acto de manera aislada,
caracterizándose por la cronicidad, * es una conducta intencional, quien comete el acto
violento es consciente de la misma, * es una conducta de ejercicio de poder o de
búsqueda de sometimiento, como modo de controlar a aquel a quien se violenta, * es
una conducta que incrementa su intensidad, al ser conductas recurrentes y no
buscarse otros mecanismos de resolución se produce niveles de agresión en
escalada.

TIPO DE VIOLENCIA CONFORME LA NATURALEZA DEL ACTO

Anteriormente definíamos a la violencia como una relación de abuso la cual se puede


expresar a través de una conducta por acción u omisión por lo cual no solo nos vamos
a encontrar con el maltrato físico, sexual, emocional, económico sino también con
conductas de características omisivas como la negligencia, el abandono físico,
emocional y económico.

i) Violencia física Es cualquier acción no accidental que inflige daño físico o


ubica en una situación de riesgo de padecerlo a quien es víctima de esta.
Es la forma más fácilmente identificable, se manifiesta a través del uso de
la fuerza física, de golpes y castigos corporales.

ii) Abandono físico: En una conducta por omisión que implica la no atención y
la falta de respuestas de manera temporal o permanente a las necesidades
físicas de alimentación, vestimenta, higiene, protección y/o vigilancia.

iii) Violencia psicológica El maltrato psicológico o abuso emocional se


exterioriza como hostilidad verbal crónica en forma de gritos, insultos,
críticas, comentarios despectivos y manipulación por parte del agresor.

iv) Abandono emocional Se da de manera más frecuente en relación con los


niños, los ancianos o hacia algún miembro que presenta alguna
discapacidad y consiste en la falta de respuesta a las necesidades
emocionales de interacción y contacto.

v) Violencia sexual La Organización Mundial de la Salud define la violencia


sexual como: “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual,
los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para
comercializar o utilizar de cualquier otro modo lasexualidad de una persona
mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de
esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de
trabajo”
vi) Violencia obstétrica: La misma se encuentra definida en la ley 26485 de
Protección Integral y se la define como aquella violencia que el personal de
salud practica sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres.
Esta violencia se expresa en un trato deshumanizado, un abuso de
medicalización, y patologización de los procesos naturales.

vii) Violencia patrimonial: Truffello define a la violencia patrimonial como


cualquier conducta que por acción u omisión que mediante la usurpación, el
quebranto o la retención de bienes o valores destinados a la satisfacción
económica de la víctima afectando por lo tanto la supervivencia de esta.
Mouradian (2010) destaca que la violencia patrimonial es una forma de
violencia psicológica y emocional puesto que las consecuencias para la
víctima son las mismas, agregando, no obstante, que el control patrimonial
lleva a la víctima a una situación de dependencia económica que en
muchas ocasiones produce como consecuencia adicional el aislamiento de
esta.

viii) Violencia económica: Son acciones u omisiones que afectan la economía


de la persona violentada y se manifiesta por medio de restricciones
enfocadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas y puede
consistir en la restricción o limitación de los recursos económicos.

ix) Negligencia parental: Es aquella que ocurre ante la falta de atención y en la


dificultad de los adultos responsables de los niños en satisfacer las
necesidades básicas de los mismo

VÍNCULOS EN LOS QUE PUEDE PRESENTARSE LA VIOLENCIA FAMILIAR

 Violencia hacia los hijos

Maltrato hacia la infancia incluye varias de las formas de violencia que ya hemos
enumerado; abuso y abandono físico y emocional, abuso sexual y negligencia, así
como la explotación comercial. Todas estas formas de violencia se dan en un contexto
de confianza y en una relación de responsabilidad y poder que tienen la capacidad de
producir daños en la salud y desarrollo de los niños y niñas sea de manera real y
concreta o de manera potencial.

 Violencia de hijos/as a padres

Aquellas conductas reiteradas de violencia física y/o verbal, dirigda hacia los padres o
adultos cuidadores. La violencia filio parental la encontramos en todos los tipos de
estructuras familiares y contextos socio económicos, no obstante, suele prevalecer en
familias monoparentales y en mayor medida en donde se encuentran a cargo las
madres. Es una violencia que suele ir en aumento, comenzando por insultos y
agresiones de tipo verbal, seguido en esta escalada por las amenazas, finalizando con
la violencia física.

 Violencia conyugal/pareja

La denominación de violencia conyugal si bien es correcta quedaría


terminológicamente circunscripta a las relaciones de dos personas dentro del
matrimonio. La misma es una de las formas de violencia hacia las mujeres más
habitual y comprende el maltrato físico, sexual, emocional, patrimonial, económico y
los comportamientos de control por parte de un compañero íntimo.
Entre los factores individuales de que un hombre cometa actos de violencia contra su
pareja podemos señalar como los más relevantes: a) bajo nivel de instrucción, b)
haber sido testigo o víctima de violencia en la niñez; c) consumo nocivo de alcohol o
drogas, d) trastornos de la personalidad; e) aceptación de la violencia f) antecedentes
de maltrato infligido a sus parejas anteriores.

 Violencia hacia los ancianos

Esta modalidad de maltrato se puede dar por una conducta activa u omisiva de
características físicas, emocionales y/o económicas.
ABUSO SEXUAL INFANTIL Pulh.

INTRODUCCIÓN

Los delitos sexuales, y más específicamente el abuso sexual infantil (ASI), son un
problema mundial, presente de una u otra forma en todas las culturas y sociedades,
constituyendo un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores
individuales, familiares y sociales

En el caso concreto del estudio del abuso sexual infantil, Finkelhor identifica cuatro
etapas: la inicial de ―primeras alusiones, la de ―reconocimiento y catalogación, la
fase de ―estudios descriptivos y la fase de construcción de ―modelos explicativos.

La fase de las primeras alusiones corresponde al comienzo de las investigaciones al


final del siglo antepasado, en esta etapa, se incluyen los mencionados trabajos de
Freud.

Posteriormente, en la fase del reconocimiento y catalogación, a mediados del siglo


pasado, los expertos dedicaron su tiempo a clasificar los efectos a partir del análisis de
pacientes concretos.

Estos análisis clínicos, demostraron la alta frecuencia de los abusos sexuales en


personas que solicitaban ayuda clínica y el carácter traumático de estos.

Así, se inició la etapa de estudios descriptivos y la fase actual de la construcción de


modelos explicativos respecto de las causas que motivan la generación de dichas
conductas, situados respectivamente, en la década de los setenta y desde los ochenta
a la actualidad.

A partir de la creación de los modelos se procedió a generar abordajes


resocializadores, que evitaran la reincidencia de estas conductas en los agresores
sexuales.

Si se centra la mirada en la trasgresión a la ley penal, los delitos contra la integridad


sexual abarcan una serie de conductas por parte del sujeto que van desde la
utilización de la violencia hasta la manipulación o seducción en el caso del abuso de
niños y niñas, hasta los accesos sexuales violentos, lo que genera una importante
heterogeneidad en la población condenada por agresión sexual a la que el sistema
debe contener y resocializar durante el cumplimiento de la pena privativa de la libertad

Las políticas meramente punitivas no garantizaran que el sujeto agresor sexual, esté
reinsertado en la sociedad al momento del cumplimiento de la condena.

ABUSO SEXUAL INFANTIL

Se refiere a cualquier conducta mantenida entre dos personas (al menos, una de ellas
debe ser menor), entre las cuales existe una situación de desigualdad, siendo que el
niño es utilizado para estimulación sexual de quien ejerce dicha conducta.

Martínez (1993) señala que el abuso sexual es un proceso relacional en donde el


abusador saca provecho de la dependencia emocional del niño y manipula la
confianza depositada en él. En la misma línea,

Barudy (1999) señala que el abuso sexual infantil es una relación caracterizada por la
explotación y el abuso de poder, en donde el adulto busca su propia gratificación, sin
considerar el bienestar de su víctima.
Gross y Apfelbaum (1996) consideran al abuso sexual como el mayor y el más
profundo de los hechos violentos que se puede cometer contra una persona, y es más
grave aun cuando se trata de un menor, ya que afecta su persona y dignidad y
produce un trauma profundo que lo acompaña en todo su desarrollo y vida.

Save the Children toma la definición de National Center of Child Abuse and Neglect y
plantea que se trata de: Contactos e interacciones entre un niño y un adulto cuando el
adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra
persona.

Dicha concepción de abuso sexual incluye las categorías que a continuación se


detallan:

 Abuso sexual, considerado como cualquier forma de contacto físico con o sin
acceso carnal, con contacto y sin contacto físico realizado sin violencia o
intimidación y sin consentimiento. Se incluyen la penetración vaginal, oral y
anal, penetración digital, caricias o proposiciones verbales explicitas.

 Agresión sexual, como cualquier forma de contacto físico con o sin intimidación
y sin consentimiento.

 Exhibicionismo, es una categoría de abuso sexual sin contacto físico.

 Explotación sexual infantil, como una categoría de abuso sexual infantil en la


que el abusador persigue un beneficio económico y que engloba la prostitución
y la pornografía infantil. A su vez, existen modalidades diferentes en las que se
desarrolla. Tales como: Tráfico sexual infantil, Turismo sexual infantil,
prostitución infantil, Pornografía infantil

Todo abuso sexual, por más que no medie la violencia física, es una forma de maltrato
psicológico que conlleva una elevada probabilidad de producir daños en la salud
mental y en el desarrollo del niño o adolescente que lo padecen

López define el Abuso Sexual Infantil como cualquier actividad sexual con un niño en
la que se utilice la fuerza o la amenaza de utilizarla, independientemente de la edad de
las personas que participen, así como cualquier contacto sexual entre un adulto y un
niño más allá de que haya o no engaño o de que el niño comprenda la naturaleza
sexual de la actividad.

De Paul plantea que los abusos sexuales son cualquier clase decontacto sexual a un
niño por parte de un familiar adulto desde una posición de poder o autoridad sobre
éste. También debe considerarse abusivo el contacto sexual entre un adolescente y un
niño más pequeño cuando exista una disparidad significativa de edad entre ambos

Gallardo sostiene que el Abuso Sexual Infantil se refiere a la actividad sexual


destinada a brindar estimulación, o gratificación sexual a un adulto, en donde este
pone en juego a un niño/a, aprovechando su situación de inferioridad. Se considera
abuso sexual cuando se dan una serie de asimetrías entre víctima y agresor

El Abuso Sexual Infantil puede incluir distintas formas de acercamiento sexuales


inadecuados: manoseos, caricias inapropiadas, exhibiciones obscenas, manipulación
de los genitales del niño, inducción a que el niño manipule sus genitales o los genitales
del agresor, penetración vaginal o anal, sexo oral, corrupción, obligar al niño a
contactos sexuales con animales, inducción y/o presión para el ejercicio de la
prostitución, participación de niños en videos o fotografías pornográficas.
El abuso sexual constituye una experiencia traumática siendo vivido por la víctima
como un atentado contra su integridad física y psicológica, una forma más de
victimización en la infancia, dejando graves secuelas.

Fernández Lameiras plantea que el Abuso Sexual Infantil refleja un paso de límite
sobre el niño en el que éste, por su edad, inmadurez psicofísica y diferencia de poder
no puede controlar su propia sexualidad, ya que la misma queda a merced de la de un
adulto con entero control de la situación. Contrariamente, el no control del menor
habilita al abusador a traspasar un límite que torna a su accionar como delictivo. En
este sentido, un abuso sexual se constituye un acto sexual instado sobre un/a menor
que por su carencia madurativa, cognoscitiva y emocional no puede consentir tal
actividad.

Dentro de la comunidad científica existen diferencias entre los especialistas, al


momento de conceptualizar el Abuso Sexual Infantil,en cuanto a aspectos tales como:

 La edad: el abusador debe ser mayor que la víctima, con una diferencia de 5
años cuando sea éste menor de doce años y de diez años si supera esta edad.
Para otros autores, la edad no debe encubrir situaciones abusivas.

 Las maniobras para llevar a cabo la conducta abusiva, ya que, para algunos
autores, la simple relación sexual entre un adulto y un niño, siempre es
inadecuda. Mientras que para otros debe existir coacción o sorpresa.

 Las conductas consideradas abusivas, ya que algunos autores excluyen de la


categoría de abuso sexual a las conductas que no impliquen un contacto físico
directo.

Si bien no existe un criterio inequívoco y consensuado, que sea aceptado por toda la
comunidad científica, sobre lo que debe o no debe determinarse como Abuso Sexual
Infantil, puede considerarse lo siguiente:

1. Relación de desigualdad entre el agresor y la víctima. La cual estará dada en edad,


madurez o poder. Ello por cuanto existen abusos sexuales cometidos por
adolescentes sobre otros/as menores.

2. La coerción que despliega el agresor/a para someter a la víctima, ya que implica la


utilización de presión o engaño, la sorpresa e incluso la seducción, y en un menor
número de casos la fuerza física.

3. La utilización del menor como objeto sexual, incluyéndose el contacto físico (genital,
bucal o anal) o como objeto de estimulación sexual (exhibicionismo, voyeurismo,
pornografía)

CARACTERIZACIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL

El abuso sexual de niños ha sido diferenciado en base a diferentes enfoques,


dependiendo de las variables en juego.

a) Si se toma en cuenta el vínculo entre el agresor y la víctima, se diferencia entre el


abuso sexual infantil intrafamiliar y el abuso sexual infantil extrafamiliar

b) Si nos centramos en el acto abusivo, podemos separar el abuso sexual infantil sin
contacto, con contacto sexual genital, vejación sexual. Siempre teniendo presente que
el coito es poco frecuente
c) Si tomamos en cuenta la relación entre la víctima y el ofensor, debemos considerar
el incesto

d) Lopez Sanchez (1995) realiza un trabajo en el cual divide los abusos sexuales en
categorías, explicitando que las mismas pueden aparecer en un mismo suceso:
proposiciones de realizar un encuentro sexual; exhibicionismo; caricias por encima de
la cintura; caricias por encima de la cintura; intento de penetración anal; intento de
penetración vaginal; masturbación; sexo oral; penetración vaginal; Penetración anal.

e) Gravedad: en función de la gravedad, se debe considerar, si no hubo agresión física


ni penetración; si hubo agresión física sin penetración; si hubo penetración sin
agresión física; si hubo penetración con agresión física

f) López (1995) divide los abusos sexuales en categorías que no se excluyen entre
ellas, ya que un suceso puede incluir a varias de ellas: proposiciones de actividad
sexual, exhibicionismo, caricias por encima de la cintura o por debajo de la cintura,
intento de coito vaginal, intento de coito anal, masturbación, sexo oral, coito vaginal y
coito anal.

ABUSO SEXUAL INFANTIL INTRAFAMILIAR

El abuso sexual intrafamiliar se refiere al contacto sexual entre miembros de la misma


familia. Incluye no solo el coito sino también la masturbación mutua, el contacto
manual-genital, oral-genital, el exhibicionismo y las proposiciones sexuales. El adulto
se aprovecha de un ambiente de confianza y de un vínculo cercano con la víctima para
abusar de ella. En general, estamos frente a un abuso de carácter reiterado en el
tiempo y de muy difícil detección. El incesto es uno de los abusos sexuales que
presenta las consecuencias más graves en las víctimas

Flores y Caminha describen a las familias en las que el incesto ocurre como
disfuncionales, ya que presentan, algunas características familiares que son
indicadores de abuso en el seno familiar, tales como: violencia doméstica; padre y/o
madre abusados sexualmente o descuidados por sus familias de origen; padre
alcohólico; padre autoritario o excesivamente moralista; madre demasiado pasiva o
ausente; parejas con una relación sexual inadecuada; familias reestructuradas (la
presencia de padrastro o madrastra); padres que acarician a sus niños o les exigen
cierto tipo de caricias a los mismos, violando la privacidad sexual.

PROCESO DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL

El abuso sexual infantil, en gran medida, es perpetrado por personas muy cercanas al
niño, las cuales pueden ser convivientes con el mismo o, de no ser asi, son muy
allegados al pequeño.

El abuso sexual de un niño es un proceso que se va desarrollando progresivamente, lo


que da cuenta que no consta de un solo acto por parte del adulto para alcanzar la
gratificación sexual, sino que tal proceso consta de fases, cuya duración es variable y
obviamente no resulta taxativa.

Ellas son: la fase de seducción, la fase de interacción sexual abusiva y la imposición


del secreto. Luego se sucede otro periodo, que corresponde a la desestabilización del
sistema familiar, el cual se desencadena por la divulgación de los hechos abusivos. En
este segundo periodo se distinguen dos fases: la fase de divulgación o revelación y la
fase de represión del discurso de la víctima.
Fase de seducción. Tomando en cuenta que los abusadores en mayor parte son
sujetos cercanos al niño/a. Es así que comparten muchas horas con los niños o
espacios, lo que les posibilita oportunidades potenciales para el abuso sexual. Esta
relación cercana con la víctima le otorga poder al abusador. Es así que tiene cabal
conocimiento del niño y a su vez es respetado o temido por este, lo cual le permite
ingresar en un juego de manipulación afectando los valores y percepciones de él.

La preparación de los contactos no es casual, sino que suele ser cuidadosamente


planificada y gradual. Es así que, el agresor trata de ir introduciendo elementos
sexualizados en la relación, a su vez ira aumentando la confianza que siente la victima
hacia él. Esto lo va logrando a través de la seducción, o de comprarla con regalos,
también puede presionarla cuando existe dependencia económica entre el abusador y
la familia de la víctima.

Fase de interacción sexual. El abusador es en esta fase donde comienza a mantener


una interacciòn física con el niño. La cual se da a través de juegos sexuales, tales
como cosquillas, caricias, tocamientos, ect. En estos juegos casi nunca recurre a la
violencia física, ya que usa su autoridad o seducción para persuadir y engañar,
iniciando una serie de conductas sexuales que involucran progresivamente a la víctima
logrando su cooperación, o por lo menos el asentimiento pasivo del niño.

Fase de imposición del Secreto. Es necesario que el adulto inocule en el niño la idea
de que lo que está ocurriendo es un secreto, ya sea por medio de amenazas o
promesas de cuidados. El secreto es una de las precondiciones del abuso, sin él no se
podría sostener la situación, para lo cual debe darse la desprotección. De este modo
se impone el silencio en el niño, a quien no le queda otra alternativa que adaptarse a
la situación. Es relevante destacar que en general un niño que es abusado dentro de
la familia se ha visto expuesto a una situación de riesgo generada por una situación de
abandono, de otra manera el abusador no encontraría oportunidad para llevar adelante
el proceso.

La Fase de la divulgación. La cuarta fase es la de revelación. A pesar de los intentos


del abusador por mantener el secreto, muchas veces la conducta abusiva es
descubierta por un tercero (bien por haber detectado alguna enfermedad en la víctima
o por el solo hecho de haber observado lo ocurrido). La divulgación puede ocurrir a
causa del dolor causado a los niños pequeños (en los casos en que hay penetración) o
por pensar que si rompe el secreto puede encontrar ayuda, como también en los
casos de adolescentes, al observar a hermanos o hermanas menores pasando por la
misma situación. Es válido señalar que como esta etapa requiere que la víctima
divulgue lo sucedido (ya sea accidentalmente o de forma premeditada), dicha fase
puede llegar o no, ya que muchos abusos quedan por siempre silenciados debido a
cuestiones sociales, y, en el caso del incesto, se mantienen a menudo ocultos por el
quiebre del sistema familiar que implica develar el secreto (sistema familiar que hasta
ese momento estaba en equilibrio).

La Fase represiva. En esta fase se debe situar que en el caso de que la víctima logre
divulgar lo sucedido, muchas veces, las madres, o el entorno próximo, buscan
desesperadamente un reequilibrio para mantener a cualquier costo la cohesión familiar
que ve se ve en peligro, por lo tanto, puede tender a negar, o a restarle importancia o
a justificar el abuso, en un intento por seguir como si nada hubiese sucedido. Muchas
veces, el fondo de esta negación suele ser el miedo a perder la pareja.

SINDROME DE ACOMODACIÓN AL ABUSO SEXUAL INFANTIL


El mismo incluye cinco categorías, dos de las cuales son precondiciones para que
suceda el abuso sexual y las tres categorías restantes son contingencias necesarias
que hacen a la complejidad de la situación. Cada categoría refleja una realidad
apremiante para la víctima, y representa también una contradicción para las más
comunes suposiciones de los adultos. Las cinco categorías del síndrome son:

1. Secreto

2. Desamparo

3. Entrampamiento y acomodación

4. Revelación tardía, conflictiva y no convincente

5. Retractación

1. Secreto De acuerdo a la teoría de Summiit, la iniciación, la intimidación, la


estigmatización, el aislamiento, el desamparo y la auto-culpa dependen de una
realidad aterradora del abuso sexual infantil: Este ocurre sólo cuando el niño está solo
con el adulto ofensor, y jamás debe ser compartido con nadie más. El niño por lo tanto,
queda enteramente dependiente del agresor ante cualquier realidad que sea asignada
a la experiencia. Ya sea que la intimidación pueda ser gentil o amenazante, el secreto
le deja claro al niño que esto es algo malo y peligroso. El secreto es la fuente tanto del
temor como de la promesa de seguridad: “Todo va a ir bien, sólo si tú no lo cuentas”

Cuando el niño no se queja inmediatamente, es dolorosamente aparente para todo


niño que ya no hay una segunda oportunidad. “¿Por qué no me lo dijiste?” a menos
que la víctima pueda contar con alguna autorización y poder para compartir el secreto
y a menos que exista la posibilidad de una respuesta de compromiso, no castigadora
para revelar, es muy probable que el niño se gaste toda una vida en lo que viene a ser
un exilio auto-impuesto para la intimidad, la confianza y la autovalidación.

2. Desamparo, la expectativa adulta de la auto-protección del niño y la revelación


inmediata ignora la subordinación y el desamparo básico de los niños dentro de
relaciones autoritarias. Los niños pueden ser autorizados para evitar las atenciones de
extraños, pero se les requiere que sean obedientes y cariñosos con cualquier adulto
de confianza que los tenga a cargo. Los extraños, los “raros”, los raptores y otros
monstruos proporcionan un conveniente contraste tanto para el niño como para los
padres contra un riesgo mucho más espantoso e inmediato: la traición de las
relaciones vitales, el abandono por parte de los cuidadores confiables y la aniquilación
de la seguridad familiar básica. El hecho que el perpetrador es a menudo alguien en
una posición de confianza y aparentemente cariñosa sólo aumenta el desequilibrio de
poder y subraya el desamparo del niño.

3. Entrampamiento y Acomodación: Para el niño que está dentro de una relación de


dependencia en la relación sexual, el acoso no es típicamente de una sola ocurrencia.

El adulto puede estar atormentado por los remordimientos, la culpa, el temor y las
resoluciones de detenerse, pero la cualidad prohibida de la experiencia y la inesperada
facilidad de realización parecen invitar a la repetición. Tiende a desarrollase un patrón
compulsivo, adictivo el cual continúa ya sea hasta que el niño alcanza autonomía o
hasta que el descubrimiento o la prohibición forzada se impone sobre el secreto. El
niño saludable, normal, emocionalmente resiliente aprenderá a acomodarse a la
realidad de abuso sexual que continúa. Existe el desafío de acomodación no sólo ante
las demandas sexuales que van escalando, sino ante una creciente consciencia del
engaño y la objetificación por parte de alguien quien es ordinariamente idealizado
como una figura parental querida, protectiva, altruísta. La dependencia patológica, el
auto-castigo, la auto-mutilación, la reestructuración selectiva de la realidad y las
personalidades múltiples para nombrar unos pocos, representan los vestigios
habituales de las habilidades de sobrevivencia dolorosamente aprendidas durante la
infancia. Al tratar con los mecanismos de acomodación del niño o con las cicatrices
vestigiales del sobreviviente adulto, el terapeuta debe tener cuidado en evitar el
reforzamiento de un sentimiento de maldad, inadecuación o de locura al condenar o
estigmatizar los síntomas.

Si el mismo padre es quien abusa y es experienciado como malo debe ser


transformado para aliviar la desdicha que el ha ocasionado, entonces la niña debe,
como una necesidad desesperada, registrar al padre –ilusoriamente- como bueno.
Solo la imagen mental de un buen padre puede ayudar a la niña a tratar con la
intensidad aterradora de temor y rabia, el efecto de las experiencias atormentantes.

4. Revelación Tardía, Conflictiva y No Convincente Si logran revelar el secreto, la


norma suele indicar que tal develación ocurre de forma tardía (Summit, 1983). Es muy
probable que aquello que la víctima relate, sea desacreditado por parte de los adultos
y del agresor, motivo por el cual las víctimas tienden a permanecer en silencio hasta
que entran a la adolescencia, cuando se tornan capaces de demandar una vida
separada a la de sus padres y de desafiar la autoridad de éstos (Summit, 1983). La
revelación es una consecuencia ya sea de un conflicto familiar arrollador, el
descubrimiento incidental por una tercera parte, o el resultado de la educación de la
comunidad por parte de las agencias de protección.

5. Retractación

Es importante desde el planteo que realiza Summit que sea lo que fuere que diga la
niña, ella es probable que cambie su relato totalmente. Ello puede deberse por falta de
apoyo de su entorno familiar o por la ambivalencia de culpa en virtud de la separación
y conflictiva denro de la familia. A su vez, comienza a descubrir que todo aquello que
le fuera dicho por el agresor para que no develara lo que sucedia ha sido cierto. Todo
ella le generara la obligación martirizada de preservar la familia.

A menos de que la víctima se encuentre con un sistema de apoyo al momento de


develar, seguirá el camino normal y se retractará “como un intento de deshacer el
daño y restaurar el equilibrio”. Esto, implica mayor credibilidad por parte de los adultos
y confirma las expectativas que estos tienen, acerca de que no se puede confiar en los
niños (Summit, 1983).
Modulo 10 - ACTUALIZACIONES EN EL ABORDAJE PSICOLÓGICO DE LOS
ADOLESCENTES INFRACTORES A LA LEY PENAL Laursen

El ejercicio profesional llevado a cabo por psicólogos realizando una intervención


clínica trabaja con sujetos atravesados por lo establecido en las siguientes normativas:
en primer término, y dado que el inicio de la intervención tiene lugar antes de que el
adolescente cumpla 18 años1, resulta imprescindible mencionar la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño convención que establece en su artículo 37
que “ningún niño será privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La detención, el
encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y
se utilizará sólo como medida de último recurso3 y durante el período más breve que
proceda.

Avanzando en la línea de marcos regulatorios, es dable hacer alusión a la Ley 26061


“Protección integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes”4, norma que
consagra una serie de derechos que los organismos del Estado deben garantizar,
como el Derecho a la Salud

Asimismo, otro parámetro legal específico lo constituye el Régimen Penal de la


Minoridad -Ley 22278 y sus modificatorias. Esta norma, establece cuál es el rol de la
autoridad judicial toda vez que existiere imputación de delito llevado a cabo por sujetos
que no han alcanzado su mayoría de edad. En algunos casos se tratará de
adolescentes que al momento de haber -presuntamente- cometido una infracción a la
ley penal son considerados no punibles (sujetos que no han cumplido los 16 años6) y
otros, en la franja etárea que los hace relativamente punibles: entre 16 y 18 años de
edad

Asimismo, cabe aclarar que en algunos casos la intervención puede extenderse más
allá de los 18 años del sujeto, pero siempre teniendo en cuenta que el hecho que
motiva la intervención judicial -y consecuentemente la institucional- haya acaecido
previamente a la asunción de responsabilidad penal plena del sujeto, es decir antes de
que éste haya cumplido 18 años.

La dependencia del juzgado nacional de menores o del tribunal oral de menores y el


ingreso del sujeto a uno de los dispositivos institucionales del Poder Ejecutivo
habilitará -entre otras- la intervención específica del mencionado equipo de psicólogos,
intervención que requiere -en principio- de una derivación efectuada por integrantes
del Equipo de Intervención de la institución que brinda alojamiento al sujeto.

El primer encuentro entre el profesional y el/la joven se orienta al ofrecimiento, a una


propuesta que le realiza uno de los profesionales y a lo que de ella se desprende: la
posible apertura de un espacio terapéutico para el sostén de entrevistas psicológicas
con el/la adolescente. Es decir, se trata de un espacio que no reviste carácter
obligatorio.

Una particularidad de este abordaje psicológico es que el mismo no finaliza


necesariamente una vez que el/la adolescente egresa o es derivado a otra institución
perteneciente al mismo organismo nacional, sino que será el mismo profesional el que
continúa a cargo del abordaje, siempre y cuando el/la joven siga contando con una
dependencia judicial. Sin embargo, no se realizan informes dirigidos a la instancia
judicial, Esto último promueve de modo paulatino la configuración de un contrato
terapéutico en el que se pone en juego otra posibilidad de vínculo transferencial,
distinta a aquella que tiende a generarse en torno a la figura de un psicólogo que
realice evaluaciones a los fines de elaborar un escrito que tendrá por destinatario al
Juez/Tribunal actuante.

Una intervención específica es la que se efectúa en el caso de las urgencias, en las


cuales -a partir de una convocatoria realizada generalmente por las autoridades a
cargo de los dispositivos en los que están alojados los adolescentes- el equipo es
convocado para intervenir en una situación de crisis, habilitándose de este modo una
escucha diferenciada y los aportes que de la misma puedan desprenderse, tanto para
el/la joven, como para la institución.

El equipo de Psicólogos, el mismo cuenta con un coordinador técnico, dos


supervisoras clínicas y una serie de profesionales dedicados al trabajo de campo.
Trabajo este último que se lleva a cabo concurriendo a los dispositivos institucionales
en los que se encuentran alojados los jóvenes por disposición judicial; o -en su
defecto- a sedes del organismo nacional que funcionan a modo de consultorios
externos. Esta modalidad es para aquellos adolescentes que hubieran recuperado su
derecho a la libertad ambulatoria luego de permanecer en un establecimiento en el
que tuvo inicio el abordaje psicológico, accediendo ellos a continuar con el mismo una
vez producida su reinserción familiar y socio comunitaria.

Por otra parte, en lo relativo a la supervisión de cada uno de los abordajes


psicológicos, la misma delimita una revisión de la práctica. Todos los casos abordados
son supervisados con una u otra de las profesionales que desempeñan dicha función
en el equipo referido, estableciéndose de esta manera un lugar de terceridad para la
elaboración de cada experiencia de abordaje clínico en su singularidad.

Las reuniones del Equipo de Psicólogos están orientadas a la posibilidad de compartir


experiencias de trabajo entre colegas; además de instaurarse como espacios
privilegiados para diseñar estrategias de abordaje y acordar criterios que otorguen
sentido al accionar cotidiano en un doble movimiento: en principio hacia el interior del
mismo equipo, y complementariamente en la articulación llevada a cabo con referentes
de diversas instituciones.

Uno de los objetivos principales del organismo nacional del que este equipo forma
parte es instaurar y sostener buenas prácticas que garanticen, para los adolescentes
que transitan por los dispositivos institucionales, la accesibilidad a derechos8 y la
asunción de responsabilidades.

LOS DISPOSITIVOS INSTITUCIONALES

El Equipo de Psicólogos aborda a jóvenes que aceptan dicha intervención clínica en


instituciones de diferentes características. Estas pueden ser Centros Socioeducativos
de Régimen Cerrado (dispositivos penales de privación de libertad) o Residencias
Socioeducativas (dispositivos penales de restricción de libertad). Asimismo puede
tratarse de un/a joven para quien la instancia judicial haya dispuesto en principio un
alojamiento en esta/s institución/es, con el que el/la profesional a cargo del caso podrá
continuar un abordaje en el medio socio-comunitario.

Cabe señalar, además, que el lugar en el cual el/la joven se encuentre alojado va a
depender de la evaluación y decisión del juez o los jueces actuante/s, considerando
para ello tanto aspectos inherentes a la causa penal como al proceso institucional de
cada sujeto.

Los jóvenes alojados en Centros Socioeducativos de Régimen Cerrado permanecen


en situación de encierro; es decir, privados de su libertad ambulatoria en instituciones
totales: todas las necesidades, derechos y obligaciones del adolescente transcurren y
son mediatizadas a través de dicha institución. Los jóvenes no pueden salir de los
mencionados establecimientos si no es a partir de la orden del juzgado o tribunal de
menores interviniente. Los adolescentes cursan allí la escolaridad acorde al trayecto
educativo que hayan alcanzado, realizan talleres, actividades deportivas y recreativas
y tienen visitas de sus familiares. Lo mismo sucede con el área de salud (clínica,
psiquiátrica, odontológica, psicológica), todas estas intervenciones se dan intramuros.

Por otra parte, la intervención psicológica puede llevarse a cabo en Residencias


Socioeducativas que también sirven de alojamiento únicamente a jóvenes infractores a
la ley penal. Dichos dispositivos tienen un sistema de libertad restringida; esto quiere
decir que los adolescentes allí alojados si bien tienen actividades en la residencia
socioeducativa, pueden realizar otros intercambios con el medio externo.

Los jóvenes cursan su escolaridad y otras actividades de formación y recreación en el


contexto comunitario. Algunos de ellos trabajan. La vinculación con sus familiares y/o
referentes significativos puede darse en la institución o por fuera de la misma.

En cuanto a la intervención psicológica, la misma se lleva a cabo en el contexto de la


residencia. Téngase en cuenta aquí lo distintivo del contexto y la posibilidad para el
sujeto de interactuar de otro modo con el medio externo lo cual probablemente incidirá
en el devenir de aquello que se trabaje en las entrevistas psicológicas.

EL ABORDAJE PSICOLÓGICO Y SUS NIVELES DE INTERVENCIÓN

Un profesional del equipo se dirigirá al encuentro con el sujeto para mantener una
primera entrevista psicológica. En principio, se intentará establecer un vínculo o
rapport con el/la joven, preguntarle si sabe de qué se trata el espacio y comenzar a
escucharlo en su discurso, en su realidad psíquica, atendiendo también a los indicios
que surjan de su lenguaje gestual y corporal. Se dialogará acerca del encuadre de
trabajo, todo encuadre marca alcances y límites, siendo estos últimos uno de los
aspectos en los que los jóvenes transgresores a la ley penal presentan déficits.

En el mencionado marco se pautan días para los encuentros, aclarando en todos los
casos que este equipo no elabora informes para ser elevados al juzgado, pero que en
ocasiones es probable que el/la profesional sea citado/a por dicha autoridad; esto
último da lugar además a explicarle el secreto profesional que se mantiene. Otro punto
importante a ser presentado en dichos momentos de apertura lo constituye la
posibilidad de entrevista psicológica con integrantes de su núcleo familiar y/o con
referentes significativos, a lo que se sumarán las eventuales entrevistas vinculares

El primer nivel de intervención lo constituye aquel que se lleva a cabo con los sujetos
privados de libertad, intervención dirigida -desde los parámetros y el marco teórico con
el que se interviene- a que el sujeto pueda comenzar a poner en palabras aquello que
le viene sucediendo. En una lectura del caso por caso se toma al acto no como algo
vacío de sentido sino como algo que alberga un sentido a ser decodificado, abriendo
un espacio para la palabra.

Los y las adolescentes con características transgresoras11 -y que con dicho accionar
infringen la ley penal- tienen como particularidad que les suele resultar complejo
expresar con palabras las emociones o los acontecimientos que en su devenir
subjetivo los han hecho padecer; en algunas oportunidades pueden presentar
dificultades para relatar su historia de vida, aunque este relato sea solo una mera
descripción. Es en este punto donde suele observarse escasez de palabras para
vehiculizar las emociones inherentes a su proceso de constitución subjetiva, no
logrando entonces una adecuada tramitación psíquica de sus afectos. La posibilidad
de comenzar a poner palabras allí donde primó inicialmente la acción requiere de un
tiempo singular para que el/la joven logre conectarse con lo que le viene sucediendo.
Dicha puesta en palabras conlleva distintos efectos: una historización, la posibilidad de
subjetivarse, de asociar su propio devenir con aquello que haya generado su actual
ingreso al sistema penal juvenil y de preguntarse por un hipotético proceso de cambio.

En convergencia con el primero de los niveles de intervención ya descripto, cabe


destacar que todo adolescente -aunque se haya encontrado en situación de calle,
aunque sus padres hayan fallecido o lo hayan abandonado- tiene o tuvo alguna vez un
grupo familiar o algún referente adulto significativo. Este grupo al que alguna vez
perteneció o pertenece el sujeto, entabló un lazo afectivo con el/la joven, estuvo en un
entramado, en un grupo familiar; por lo tanto, en algún momento del proceso con el/la
joven (lo cual será evaluado en el caso por caso) se realizará otro nivel de
intervención: con la familia y/o con algún referente adulto significativo para el/la joven.

Por lo tanto será necesario escuchar también a estos adultos e intentar abordar las
singularidades y las disfuncionalidades que hayan sido oportunamente observadas
para trabajarlas desde este nivel de intervención. Grupo familiar implica generalmente
su núcleo de origen, con una amplia gama de posibilidades respecto a quiénes lo
componen.

Los objetivos de la presente intervención están ligados a la posibilidad de lograr un


cambio en la modalidad vincular, promoviendo algunos virajes en la forma de dialogar,
estableciéndose códigos y normas que favorezcan que el/la adolescente se sienta
contenido/a y que el o los referentes adultos ofrezcan un marco de referencia y
pertenencia para el sujeto.

Otra herramienta para el abordaje familiar, según esté planteada la problemática


singular, la constituyen las entrevistas vinculares. Si éstas se llevan a cabo, será
siempre a posteriori de la entrevista a padres /familiares/referente y con el
consentimiento, tanto de éstos como del adolescente. Esto implica la posibilidad de
generar un espacio diferenciado en el que se instaure una nueva interacción en los
integrantes de la familia cuya modalidad vincular amerita un cambio.

En caso de que dicho grupo de origen no tome conciencia de la problemática y de los


riesgos que la misma implica, podrían arbitrarse los medios para que otro familiar -o
algún referente adulto que desee hacerse cargo de acompañar al joven en este
tránsito- colabore en el trabajo a realizar; si estas opciones fueran infructuosas, en
términos de falta de compromiso o por distintos tipos de disfuncionalidad en dichos
actores, es probable que el adolescente continúe en situación de vulnerabilidad,
exponiéndose en el futuro a situaciones de riesgo, con un amplio margen para que se
presenten nuevas conductas transgresoras de parte del joven, generándose un circuito
de repetición. Conductas aquellas que pueden implicar infracciones a la ley penal y, en
consecuencia, un reingreso al circuito penal juvenil.

La propuesta entonces es que dicho encuentro funcione a modo de un espacio


intermedio; un espacio que brinde la experiencia de expresarse con palabras y
también de escuchar, que comience a generarse un discurso unívoco, que logren
clarificarse cuestiones pasadas; como así también intentar resolver la conflictiva grupal
que subyace a través de la herramienta de la palabra y de su circularidad.

En cuanto a lo distintivo de la intervención psi-jurídica, es sumamente importante


mantener un posicionamiento ético en torno a la labor desempeñada, considerando el
complejo entramado de variables que atraviesa a cada joven en su singularidad.
Algunos de los objetivos que orientan la intervención específica en este equipo son lo
que se enumeran a continuación: que el sujeto se muestre predispuesto al marco de
trabajo que se le propone, que comience a escuchar y sentirse escuchado, que ponga
palabras allí donde predominó el acto, que alcance a generarse una pregunta, que
pueda eventualmente plantearse que quiere para sí mismo, para su entorno y
descubra otras posibilidades o potencialidades.

Desde ya que no se tratará de corregir el síntoma ni de dar consejos, como así


tampoco de adoptar actitudes sentimentales o de venganza social ante un/a joven
infractor/a. Resulta necesario sostener una ética con el sujeto como eje de la
mencionada intervención: escucharlo/a desde un lugar diferenciado y atender a los
indicios a través de los cuales se filtra el sujeto del inconsciente.

Asimismo, es dable establecer que el acto transgresor protagonizado por un/a


adolescente, además de configurar una infracción a la ley penal -pasible de un
reproche jurídico-, constituye una acción que tiene un lugar en la economía psíquica
de ese sujeto y permite situar algo de la lógica de dicha subjetividad. En este sentido
debe ser abordado por el psicólogo: lo que cuenta para el profesional que interviene
desde un marco teórico psicoanalítico es la verdad del transgresor, procurando leer el
“texto” que subyace a aquella infracción, la causalidad psíquica que allí opera.
CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DEL DOLESCENTE INFRACTOR A LA LEY
PENAL PROF. LIC. GUSTAVO M. LAURSEN

Para llevar a cabo un acercamiento progresivo al tema delimitado, sintetizar algunas


consideraciones en torno a los llamados procesos adolescentes. Estos remiten a lo
que metafóricamente puede ser nombrado como una encrucijada en la vida de un
sujeto. Una encrucijada que implica cambios, un reposicionamiento subjetivo, trabajos
de duelo y construcción de nuevas identificaciones. Asimismo, varios especialistas han
expuesto que una de las características principales de la adolescencia es el hecho de
ser transgresora.

La transgresión “esperable” será aquella que se juegue en el marco doméstico y en


relación con las figuras del núcleo familiar y/o convivencial. Es por ello que el
adolescente actúa una serie de transgresiones que implican el ensayo de roles
adultos: provoca y desafía, pone a prueba a su entorno y se pone a prueba. El
adolescente apela inconscientemente -y a través de su actuación- a su entorno más
próximo. Vuelca de forma masiva aquella tensión que no logra resolver en la
dimensión intrapsíquica, en busca de un marco que lo regule. Esto último requerirá de
un posicionamiento acorde de quienes compongan ese contexto, quienes quizás
acompañen y contengan, tanto en términos afectivos como normativos.

Por otra parte, se ubica la transgresión que desorganiza el orden social establecido y
da cuenta de la ley como organizador cultural, esto es, la infracción a la ley penal.
Dicha conducta no constituye el nombre del sujeto, sino que habla de él. Habla de un
modo particular, dado que se trata de un decir sin palabras, algo que se viabiliza
mediante la acción a veces compulsiva y, a veces, repetitiva. Y en los casos
trabajados aquí, dicha acción ubica al sujeto en conflicto con la ley penal.

En cuanto al rol del psicólogo -en su labor institucional con adolescentes judicializados
y privados de libertad-, se tendrá en cuenta, como uno de los ejes de la intervención
específica, la decodificación de aquello que subyace a la (presunta) comisión de la
infracción a la ley penal.

Observables recurrentes

Adquieren relevancia las historias infantiles traumáticas, las frustraciones y los


abandonos tempranos. Adultos que en el seno familiar han claudicado en su
capacidad de contención afectiva y normativa. Otros adultos que nunca han llegado a
instituirse en el ejercicio de dichas funciones. Arbitrariedad y despotismo en la fijación
de las normas hogareñas, vínculos desdibujados. Desfondamiento subjetivo, faltas y
excesos que convergen en la emergencia de un observable -el acto infractor a la ley
penal- que es, sin lugar a dudas, la expresión de una historia estructurante y una
mostración a ser decodificada.

La infracción a la ley penal protagonizada por un adolescente, además de configurar


un hecho antisocial que es pasible en muchos casos de un reproche jurídico,
constituye una acción que tiene un lugar en la economía psíquica de ese sujeto y
permite situar algo de la lógica de dicha subjetividad. Y es en este último sentido que
debe ser abordado por el profesional. Lo que cuenta para el psicólogo es la verdad del
sujeto; será necesario singularizar las “generalidades” de las adolescencias,
procurando leer el texto subyacente a cada infracción a la ley penal.

Por otra parte, y en cuanto a las características más recurrentes de los contextos
familiares de proveniencia de estos sujetos, el espectro es amplio.
 Episodios de violencia intrafamiliar en todas sus modalidades: adolescentes
que han sido (y/o son) víctimas de formas activas de maltrato (físico,
psicológico, sexual), de abandono en sus múltiples facetas. Sujetos que
provienen de contextos en los cuales han sido testigos de vínculos violentos
entre los miembros de su entorno más cercano. Indiferencia y falta de registro
del hijo en tanto tal.
 Normas arbitrarias: Adultos referentes cuyas actitudes oscilan entre la
permisividad y el castigo indiscriminado. De la negligencia a las formas más
extremas de violencia, en un marco en el que la ley surge como algo lábil y
pasible de ser reformulado sobre la base de una serie de factores, tales como
el clima afectivo al interior del núcleo en ese momento, el estado anímico de
uno de sus integrantes, entre otros.
 Legalidades coexistentes y mensajes que generan confusión: Pactos que uno
de los adultos del grupo realiza con el adolescente, a espaldas del otro
referente adulto. Se generan espacios de doble legalidad, en los cuales el
secreto constituye uno de los componentes principales.
 Consumo de sustancias psicoactivas: Adultos del entorno más cercano que
han fallecido debido a situaciones ligadas al consumo problemático de drogas.
Familiares cuyo nivel de dependencia psíquica de la droga legal y/o ilegal se
halla asociado al consumo como hábito exclusivo, excluyente de otros.
 Déficit en las vías de comunicación al interior del grupo y primacía del lenguaje
de acción: La palabra no surge al interior del núcleo de procedencia como un
elemento privilegiado para la resolución de conflictos o el alivio de tensiones.
La acción es el canal privilegiado para la comunicación, en detrimento de la
palabra.
 Encuadres de origen en los que la infracción a la ley penal opera como norma:
Entornos familiares cuyos integrantes se encuentran y/o se han encontrado en
conflicto con la ley penal. Referentes privados de libertad, sujetos portadores
de patrones y emblemas asociados a la cultura carcelaria.
 Sucesos traumáticos: De pérdidas y abandonos de figuras significativas a otras
situaciones cuya intensidad ha superado la tolerancia del sujeto y sus
posibilidades de elaboración.

LA EXPERIENCIA INSTITUCIONAL

En algunas ocasiones se tratará de un sujeto con escasa conciencia de la situación


por la que atraviesa. Con un adolescente en el que la actuación opera como vía
privilegiada y repetitiva de procesamiento psíquico. Se hallará -a veces- un entorno
familiar con pocas posibilidades para contener y regular la cotidianidad del
adolescente; para vérselas con los embates que el sujeto plantea, en términos de
desafíos y puestas a prueba.

En varios casos también se advierte que el consumo de sustancias psicoactivas


ocupaba un lugar central en el devenir del adolescente, derivando a su vez en francas
situaciones de deterioro físico y psíquico.

Pero también puede suceder que el joven -al abordarlo desde un contexto de
entrevista psicológica, por ejemplo- presente cierta disposición para la puesta en
palabras de lo que le viene sucediendo. Y esto no es algo menor. De presentarse esta
inicial recurrencia a la palabra como elemento mediatizador de aquello que habita su
mundo interno, será éste un elemento privilegiado al momento de abrir un espacio de
escucha activa.

En cualquiera de las opciones aquí expuestas, es probable que el dispositivo de


intervención psicológica constituya un espacio en el que el adolescente logre
aproximarse a la inicial formulación, tanto de algunos de sus afectos, como de aquello
que quizás no fue cuestionado hasta el momento.

Habrá situaciones en las que el adolescente alojado en la institución presente


actitudes resistenciales en torno al espacio de entrevistas psicológicas. Puede no
querer concurrir o acercarse al profesional para decir que no tiene nada de que hablar
o que se encuentra en otra actividad. Estas situaciones requieren de parte del
psicólogo una actitud de espera y lectura del caso singular. En algunos casos, se
observarán conductas regresivas y dependientes de parte del adolescente, ante las
cuales será necesario proceder con cautela. El desafío en estas situaciones consiste
en cómo alojar, ofreciendo también cierto marco de regulación ante aquello que se
presenta de modo masivo.

Los espacios de entrevista pueden funcionar como espacios de contención, sostén y


acompañamiento. Tal vez el dispositivo, ofreciendo lo novedoso de la palabra como
eje del encuentro y una escucha diferenciada de parte del profesional, se inscriba
como una experiencia distinta en ese proceso de constitución subjetiva.

También habrá que considerar momentos de elaboración, como un horizonte posible


en el espacio de entrevistas psicológicas.

LAS DENOMINADAS CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS

Características psicológicas que surgen de manera más recurrente en el abordaje


institucional de adolescentes infractores a la ley penal:

a) Compulsividad a la acción: pasaje directo del impulso al acto, sin mediatización


del pensamiento. El adolescente se encuentra compelido a la acción como
forma privilegiada de tramitación psíquica, en detrimento de la palabra.
b) Baja tolerancia a las tensiones intrapsíquicas: asociada a una permanente e
impostergable urgencia, todo debe ser en el acto. La infracción puede en este
caso vincularse a un intento de evasión o de distanciamiento de diversos
sentimientos displacenteros.
c) Visión tergiversada de la realidad: el sujeto dimensiona las situaciones que
transita de acuerdo a sus necesidades, con tendencias egocéntricas.
d) Manejo del mundo como objeto: primacía de la cosificación de los sujetos, en
tanto objetos a ser utilizados con un determinado fin. Inclusive el propio cuerpo
puede operar desde este registro, como una herramienta de carácter utilitario.
Esto último puede ser ejemplificado con el caso de algunos episodios
autolíticas (cortes auto-provocados).
e) Fallas en el proceso de simbolización: en algunos casos se observa una
primacía del pensamiento de nivel concreto.
f) Noción del tiempo como presente absoluto: focalización de parte del
adolescente en el aquí y ahora, lo único que cuenta es el presente, en
detrimento de un pasado (en tanto experiencia) y de un futuro que pueda dar
sentido a alguna espera o postergación.

Como se verá, las recurrencias aquí expuestas son presentadas a modo de esquema
organizador inicial. Se trata de un conjunto de características que encuentran estrecha
vinculación entre sí y que ameritan ser evaluadas en el caso a caso.

CRUZAMIENTOS DISCURSIVOS: ESCRITURA Y ESTRATEGIA


Resta señalar algunos lineamientos en torno al modo en el que los mencionados
aspectos psicológicos encuentren un lugar y una forma específica en el cuerpo del
informe dirigido a la instancia judicial.

Es dable recordar que con todos los adolescentes con los que se trabaja en el
entrecruzamiento discursivo Psicología-Ley, será necesario plasmar -por escrito-
observables, inferencias y/o conclusiones. Y hay que considerar que el destinatario del
informe es un Juzgado o un Tribunal.

Una modalidad a evitar al momento de escribir será aquella que limite su despliegue a
la simple enumeración de características subjetivas predominantes en el infractor a
modo de radiografía.

Asimismo, habrá que tener en cuenta que si no se considera quién es el destinatario


del informe, se incurre en el error de expresarse como si nuestro lector fuera un
colega. Y este lineamiento no implica utilizar un lenguaje coloquial, sino expresarse de
la manera más clara posible, sin términos encriptados o sólo recomendables para el
intercambio entre colegas o en ámbitos académicos.

Las preguntas emitidas desde el Juzgado convocan a pensar y a no responder


ciegamente, sin considerar cuáles pueden llegar a ser los efectos de cada respuesta.

Planteo entonces lo siguiente: si en un informe un profesional escribe “El joven alberga


tendencias impulsivas” como mero dato descriptivo, el mismo carece de
contextualización. Y está asociado -aunque tal vez no esté explicitado en el informe- a
la concepción de impulsividad como trastorno meramente individual.

A diferencia de lo precedente, si el profesional es capaz de efectuar una lectura de esa


impulsividad como expresión de una singularidad subjetiva, otra será la perspectiva
desde la que se opere.

MOMENTO DE CONCLUSIONES Y REAPERTURAS

Conocer las características psicológicas del sujeto con el que se trabaja es


fundamental; se trata de ordenadores conceptuales que guían el abordaje profesional
en cada uno de los casos. Y hay principios éticos que son comunes al trabajo con
todos los sujetos.

Se tratará a veces de un sujeto que tiene algunas posibilidades para hacer uso de
palabras y otras, de alguno más propenso a la actuación. Habrá un adolescente que
muestra disposición manifiesta para el acercamiento mediante palabras a lo que le
viene sucediendo; y habrá otro que rechaza esta posibilidad o se muestra indiferente a
la misma por lapsos variables.

Para adentrarse en cada situación singular, propongo escuchar al sujeto,


humanizándolo en tanto ser parlante y responsable de sus actos. Tener paciencia,
prestar atención a los tiempos subjetivos e integrarlos a la singularidad del caso.

Para el adolescente, reconocer su propio acto y reconocerse en el mismo constituye


una vía para que le otorgue una eventual significación a la sanción. En cambio, si el
infractor no lograra implicarse subjetivamente con su acto, la sanción será concebida
por él como un castigo ligado a una decisión arbitraria. Existirá en este último caso, un
alto margen para que tenga lugar la compulsión a la repetición.
A modo de conclusión, sugiero sostener una perspectiva que integre las denominadas
características psicológicas del adolescente infractor a la ley penal con otros factores
(socio-históricos, familiares, institucionales, etcétera) que se retroalimentan con
aquellas. Se trata de un interjuego de variables, de una dinámica singular en el marco
de cada proceso adolescente.
Depravación y delincuencia. Winnicott. ALGUNOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS
DE LA DELINCUENCIA JUVENIL

Deseo ofrecer una descripción simple, pero no falsa, de un aspecto de la delincuencia,


una descripción que vincula la delincuencia con la falta de vida hogareña.

En primer lugar, sugiero considerar la palabra inconsciente. El inconsciente puede ser


un estorbo para quienes gustan de las cosas claras y simples, pero decididamente
resulta imposible que quienes planean y meditan no lo tengan en cuenta.

El hombre que siente, el hombre que intuye, lejos de excluir el inconsciente, siempre
ha estado sometido a su influencia. Pero el hombre que piensa no ha comprendido
aún que puede pensar y, al mismo tiempo, incluir en su pensamiento lo inconsciente.

Todo magistrado tiene plena conciencia de que los ladrones tienen motivos
inconscientes. Quiero sugerir que se considere el inconsciente en su relación con la
tarea judicial, que consiste en aplicar la ley.

Es precisamente porque anhelo conseguir que los métodos psicológicos se utilicen en


la investigación de los casos criminales y en el manejo de los niños antisociales. Que
deseo atacar una de las más graves amenazas para un progreso en esa dirección;
dicha amenaza surge de la adopción de una actitud sentimental para con el crimen. Si
parece haber progresos, pero están basados en el sentimentalismo, carecen de valor;
se producirá sin duda una reacción y entonces sería preferible que no hubiera habido
progresos. En el sentimentalismo existe un odio reprimido o inconsciente, y esa
represión es malsana. Tarde o temprano el odio hace su aparición.

El delito provoca sentimientos públicos de venganza. La venganza pública podría


significar algo muy peligroso si no existieran la ley y quienes la aplican.

Particularmente cuando actúan en los tribunales, los jueces dan expresión a los
sentimientos públicos de venganza, y sólo en esa forma es posible sentar las bases
para un tratamiento humanitario del delincuente.

Una de las funciones de la ley consiste en proteger al delincuente contra esa


venganza inconsciente y, por ende, ciega. La sociedad se siente frustrada, pero
permite que el trasgresor sea juzgado en los tribunales, después de un cierto tiempo y
una vez que las pasiones se han calmado; cuando se hace justicia se proporciona una
cierta satisfacción.

Existe el peligro, bien real, de que quienes desean ver a los delincuentes tratados
como enfermos (como realmente son) vean frustrados sus propósitos, justo cuando
parecen lograrlos, por no tener en cuenta el potencial inconsciente de venganza. Sería
peligroso adoptar una finalidad puramente terapéutica en los tribunales.

La comprensión del delito como una enfermedad psicológica. En una familia corriente,
un hombre y una mujer asumen una responsabilidad conjunta por sus hijos. Nacen
niños, la madre (apoyada por el padre) cría a cada uno de ellos estudiando su
personalidad, manejando el problema personal de cada uno en la medida en que
afecta a la sociedad en su unidad más pequeña, la familia y el hogar.

¿Cómo es el niño normal? ¿Simplemente come, crece y sonríe dulcemente? No, no es


así. Un niño normal, si tiene confianza en el padre y en la madre, actúa sin ningún
freno. Con el correr del tiempo, pone a prueba su poder para desintegrar, destruir,
atemorizar, agotar, desperdiciar, trampear y apoderarse de lo que le interesa. Todo lo
que lleva a la gente a los tribunales (o a los manicomios) tiene su equivalente norma
en la infancia y la niñez, y en la relación del niño con su propio hogar. Si el hogar es
capaz de soportar todo lo que el niño hace por desbaratarlo, éste puede ponerse a
jugar, no sin haber hecho antes toda suerte de verificaciones, sobre todo si tiene
alguna duda en cuanto a la estabilidad de la relación entre los padres y del hogar
(entendiendo por hogar mucho más que la casa). Al principio el niño necesita tener
conciencia de un marco para sentirse libre, y para poder jugar, hacer sus propios
dibujos, ser un niño irresponsable.

El hecho es que las primeras etapas del desarrollo emocional están llenas de conflicto
y desintegración potenciales. La relación con la realidad externa todavía no está
firmemente arraigada; la personalidad aún no está del todo integrada; el amor primitivo
tiene un fin destructivo, y el niño pequeño no ha aprendido todavía a tolerar y manejar
los instintos. Puede llegar a manejar estas cosas, y muchas más, si lo que lo rodea es
estable y personal. Al comienzo, necesita indispensablemente vivir en un círculo de
amor y fortaleza (con la consiguiente tolerancia) para que no experimente demasiado
temor frente a sus propios sentimientos y sus fantasías y pueda progresar en su
desarrollo emocional.

Ahora bien, ¿qué ocurre si el hogar no proporciona todo esto a un niño antes de que
haya establecido la idea de un marco como parte de su propia naturaleza? Al ver
destruido el marco de su vida, ya no siente libre. Se torna ansioso, y si tiene
esperanzas, comienza a buscar un marco fuera del hogar. El niño cuyo hogar no logra
darle un sentimiento de seguridad busca las cuatro paredes fuera de su hogar; todavía
abriga esperanzas, y apela a los abuelos, tíos y tías, amigos de la familia, la escuela.
Busca una estabilidad externa sin la cual puede perder la razón. Si alguien se la
proporciona en el momento adecuado, esa estabilidad puede crecer en el niño como
los huesos de su cuerpo, de modo que gradualmente, en el curso de los primeros
meses y años de su vida, pueda pasar de la dependencia y de la necesidad de ser
manejado a la independencia. A menudo, el niño obtiene de sus parientes y de la
escuela lo que no ha conseguido en su propio hogar.

El niño antisocial simplemente busca un poco más lejos, apela a la sociedad en lugar
de recurrir a su familia o a la escuela, para que le proporcione la estabilidad que
necesita a fin de superar las primeras y muy esenciales etapas de su crecimiento
emocional.

Cuando un niño roba fuera de su hogar, también busca a su madre, pero entonces con
un mayor sentimiento de frustración, y con una necesidad cada vez mayor de
encontrar, al mismo tiempo, la autoridad paterna que ponga un límite al efecto
concreto de su conducta impulsiva, y a la actuación de las ideas que surgen en su
mente cuando está excitado.

La delincuencia indica que todavía queda alguna esperanza. Como verán, no es


necesariamente una enfermedad que el niño se comporte en forma antisocial, y a
veces la conducta antisocial no es otra cosa que un S.O.S. en busca del control
ejercido por personas fuertes, cariñosas y seguras. La mayoría de los delincuentes
son en cierta medida enfermos, y la palabra enfermedad se torna adecuada por el
hecho de que, en muchos casos, el sentimiento de seguridad no se estableció
suficientemente en los primeros años de vida del niño como para que éste lo incorpore
a sus creencias. Un niño antisocial puede mejorar aparentemente bajo un manejo
firme, pero si se le otorga libertad no tarda en sentir la amenaza de la locura. De modo
que vuelve a atacar a la sociedad (sin saber qué está haciendo) a fin de restablecer el
control exterior. El niño antisocial, enfermo, que no ha tenido la oportunidad de
desarrollar un buen "ambiente interno" necesita absolutamente un control exterior para
sentirse feliz, para poder jugar o trabajar.

Aparte del descuido (en cuyo caso llegan a los tribunales de menores como
delincuentes), es posible manejarlos en dos formas. Se les puede hacer psicoterapia
personal, o bien proporcionarles un ambiente firme y estable con cuidado y amor
personales, y aumentar gradualmente la dosis de libertad. En realidad, sin esto último,
no es probable que la psicoterapia personal tenga éxito. La psicoterapia personal
apunta a capacitar al niño para completar su desarrollo emocional. Esto significa
muchas cosas, incluyendo el establecimiento de una buena capacidad para sentir la
realidad de las cosas reales, tanto externas como internas, y para lograr la integración
de la personalidad individual. El pleno desarrollo emocional significa esto y mucho
más. Después de estas etapas primitivas, aparecen los primeros sentimientos de
preocupación y culpa, y los primeros impulsos de reparación. Y en la familia misma
surgen las primeras situaciones triangulares, y todas las complejas relaciones
interpersonales inherentes a la vida en el hogar.

Además, si todo anda bien, y si el niño se torna capaz de manejarse a sí mismo y a su


relación con los adultos y con otros niños, aun así comenzará a enfrentar
complicaciones, como una madre deprimida, un padre con episodios maníacos, un
hermano algo cruel, una hermana con pataletas.

LA TENDENCIA ANTISOCIAL

He optado por referirme a la tendencia antisocial, y no a la delincuencia, porque la


defensa antisocial organizada está recargada de beneficios secundarios y reacciones
sociales que dificultan su investigación a fondo hasta llegar al meollo de la cuestión.
En cambio, la tendencia antisocial se puede estudiar tal como aparece en el niño
normal o casi normal, en quien se relaciona con las dificultades inherentes al
desarrollo emocional.

NATURALEZA DE LA TENDENCIA ANTISOCIAL

Esta tendencia no es un diagnostico ni admite una comparación directa con otros


términos de diagnóstico tales como neurosis y psicosis. Se la puede encontrar en un
individuo normal o en una persona neurótica o psicótica. Aparece a cualquier edad, si
bien, para mayor simplicidad, me referiré únicamente a los niños antisociales.

Una criatura se convierte en niño deprivado cuando se lo depriva de ciertas


características esenciales de la vida hogareña. Emerge hasta cierto punto lo que
podría llamarse el "complejo de deprivación". El niño manifiesta entonces una
conducta antisocial en el hogar o en un ámbito más amplio. La tendencia antisocial del
niño puede imponer, con el tiempo, la necesidad de considerarlo un inadaptado social
y ponerlo bajo tratamiento en un albergue para niños inadaptados o llevarlo ante la
justicia como un menor ingobernable. El niño, convertido ahora en delincuente,
quedará en libertad condicional por orden judicial o será enviado a una escuela de
readaptación social. En lo posible se buscará para él un hogar adoptivo. Si estas
medidas no dan resultado, puede decirse que el joven adulto se ha convertido en
psicópata; quizá la justicia lo envíe a un correccional o a la cárcel, según
correspondiere por su edad. El término reincidencia designa la tendencia establecida a
repetir los actos delictivos.

Mediante impulsos inconscientes, el paciente compele a alguien a ocuparse de su


manejo. Incumbe al terapeuta comprometerse en este impulso inconsciente del
paciente y tratarlo, valiéndose de su manejo, tolerancia y comprensión.
La tendencia antisocial implica una esperanza. La falta de esperanza es la
característica básica del niño deprivado que, por supuesto, no se comporta
constantemente en forma antisocial, sino que manifiesta dicha tendencia en sus
períodos esperanzados. Esto podrá ocasionar inconvenientes a la sociedad.
Comprender que el acto antisocial es una expresión de esperanza constituye un
requisito vital para tratar a los niños con tendencia antisocial manifiesta. Es otro modo
de decir que el tratamiento adecuado para la tendencia antisocial no es el
psicoanálisis, sino el manejo: debemos ir al encuentro de ese momento de esperanza
y estar a la altura de él.

Cuando existe una tendencia antisocial habido una verdadera deprivación y no una
simple privación. En otras palabras, el niño ha perdido algo bueno que, hasta una
fecha determinada, ejerció un efecto positivo sobre su experiencia9 y que le ha sido
quitado; el despojo ha persistido por un lapso tan prolongado, que el niño ya no puede
mantener vivo el recuerdo de la experiencia vivida. Una definición completa de la
deprivación incluye los sucesos tempranos y tardíos, el trauma en sí y el estado
traumático sostenido, lo casi normal y lo evidentemente anormal.

Dicha tendencia siempre dos orientaciones, si bien a veces el acento recae más en
una de ellas. Una de esas orientaciones está representada típicamente por el robo y la
otra por la destructividad. Mediante el primero, el niño busca algo en alguna parte y, al
no encontrarlo, lo busca por otro lado si aún tiene esperanzas de hallarlo. Mediante la
segunda, el niño busca el grado de estabilidad ambiental capaz de resistir la tensión
provocada por su conducta impulsiva; busca un suministro ambiental perdido, una
actitud humana en la que el individuo pueda confiar y que, por ende, lo deje en libertad
para moverse, actuar y entusiasmarse.

El niño provoca reacciones ambientales totales valiéndose en particular de la


destructividad, como si buscara un marco en constante expansión, un círculo cuyo
ejemplo inicial fue el cuerpo o los brazos de la madre.

EL ROBO

El robo va asociado a la mentira y ambos ocupan el centro de la tendencia antisocial.

El niño que roba un objeto no busca el objeto robado, sino a la madre, sobre la que
tiene ciertos derechos. Estos derivan de que (desde el punto de vista del niño) la
madre fue creada por él. Al responder a la creatividad primaria del hijo, la madre se
convirtió en el objeto que el niño estaba dispuesto a encontrar. (Aquí conviene aclarar
dos puntos: el niño no pudo haber creado a su madre; además, el significado que ella
tenga para el niño depende de la creatividad de éste.)

Cabe preguntarse si es posible acoplar las dos orientaciones: el robo y la destrucción,


la búsqueda de objeto y la conducta provocante, las compulsiones libidinales y las
agresivas. A mi juicio, ambas se unen dentro del niño y esa unión representa una
tendencia a la autocuración, entendiéndose por tal la cura de una defusión de los
instintos.

Cuando en el momento de la deprivación original hay cierta fusión de las raíces


agresivas (o de la motilidad) con las libidinales, el niño reclama a la madre valiéndose
de un comportamiento mixto -roba, hace daño, arma líos- que varía conforme a los
detalles específicos de su estado de desarrollo emocional. A menor fusión
corresponde una mayor separación entre la búsqueda de objeto y la agresión, así
como un mayor grado de disociación en el niño. De esto se infiere que la capacidad de
causar fastidio observada en el niño antisocial es una característica esencial y, en el
mejor de los casos, favorable, por cuanto indica una vez mas la posibilidad de recobrar
la perdida fusión de las mociones libidinales y motilidad.

Esta tendencia se manifiesta en el robo, la mentira, la incontinencia y, en general, en


las conductas barulleras o que arman líos. Aunque cada síntoma posee un significado
y valor específicos, el factor común en que se basa la intención con que procuro
describir la tendencia antisocial es la capacidad que tienen los síntomas de causar
fastidio. El niño explota dicha capacidad... y no lo hace por casualidad; su motivación
es inconsciente en gran parte, pero no necesariamente en su totalidad

PRIMERAS SEÑALES DE LA TENDENCIA ANTISOCIAL

Las primeras señales de deprivación son tan comunes que pasan por normales.

La voracidad es un síntoma antisocial muy común, estrechamente ligado a la inhibición


del apetito. Si estudiamos la voracidad encontraremos el complejo de deprivación. En
otras palabras, si un bebé se muestra voraz es porque experimenta cierto grado de
deprivación y cierta compulsión a buscarle una terapia por intermedio del ambiente.

La voracidad del niño forma parte de su búsqueda compulsiva de una cura que
provenga de la misma persona (la madre) que causó su deprivación. Esta voracidad
es antisocial y precursora del robo; la madre puede atenderla y curarla mediante su
adaptación terapéutica, tan fácilmente confundida con la indulgencia excesiva.

Así como la voracidad puede ser una manifestación de la reacción ante la deprivación
y de una tendencia antisocial, lo mismo puede decirse de la enuresis, la destructividad
compulsiva y la tendencia a fastidiar o armar líos. Todas estas manifestaciones están
estrechamente relacionadas entre sí. En la enuresis (una afección muy común) se
pone énfasis en la regresión en el momento del sueño, o bien en la compulsión
antisocial a reclamar el derecho a orinar sobre el cuerpo de la madre.

Para estudiar más a fondo el robo tendría que referirme al deseo compulsivo de salir a
comprar algo, una manifestación común en la tendencia antisocial que encontramos
en nuestros pacientes psicoanalíticos. El terapeuta puede hacer un análisis
prolongado e interesante de un paciente sin alterar este tipo de síntoma, que no
pertenece a las defensas neuróticas o psicóticas del paciente, sino a una tendencia
antisocial originada como reacción ante una deprivación específica, ocurrida en un
momento determinado.

De esto se infiere con claridad que los regalos de cumpleaños, así como el dinero que
se da a los niños o adolescentes para sus gastos personales, absorben parte de la
tendencia antisocial normalmente previsible.

LA PÉRDIDA ORIGINAL

Deseo señalar un punto en especial: en la base de la tendencia antisocial hay una


buena experiencia temprana que se ha perdido. El bebé ha adquirido la capacidad de
percibir que la causa del desastre radica en una falla ambiental; ésta es, sin duda, una
característica fundamental de la tendencia antisocial. El conocimiento correcto de que
la depresión o desintegración obedece a una causa externa, y no interna, provoca la
distorsión de la personalidad y el afán de buscar una cura por medio de una nueva
provisión ambiental. El grado de madurez del yo que este tipo de percepción posibilita
hace que se desarrolle una tendencia antisocial, en vez de una enfermedad psicótica.
Los niños presentan muchas compulsiones antisociales que sus padres logran tratar
con éxito en sus etapas tempranas. Empero, los niños antisociales presionan
constantemente para obtener esta cura mediante una provisión ambiental, pero son
incapaces de aprovecharla.

Parecería que la deprivación original acontece durante el período en que el yo del


infante o niño de corta edad está en vías de fusionar las raíces libidinales y agresivas
(o de la motilidad) del ello. En el momento de esperanza el niño hace lo siguiente:

Percibe un nuevo medio, dotado de algunos elementos confiables.

Experimenta un impulso que podríamos llamar de búsqueda de objeto.

Reconoce que la incompasión está a punto de convertirse en una característica.

Por consiguiente, agita el ambiente que lo rodea, en un esfuerzo por inducirlo a


mantenerse alerta frente al peligro y organizarse para tolerar el fastidio que él le
cause.

Si la situación persiste, debe poner a prueba una y otra vez la capacidad de ese
ambiente inmediato de soportar la agresión, prevenir o reparar la destrucción, tolerar el
fastidio, reconocer el elemento positivo contenido en la tendencia antisocial, y
suministrar y preservar el objeto que ha de ser buscado y encontrado.

En circunstancias favorables- o sea, cuando no hay un exceso de locura, compulsión


inconsciente, organización paranoide, etc.- es posible que con el tiempo, y gracias a
esas circunstancias, el niño pueda encontrar a alguien a quien amar, en vez de
continuar su búsqueda presentando reclamos sobre objetos sustitutos que han perdido
su valor simbólico.

En la etapa siguiente el niño tiene que ser capaz de experienciar la desesperación


dentro de una relación, en vez de limitarse exclusivamente al sentimiento de
esperanza. Más allá de esto se extiende para él la posibilidad real de tener una vida
propia.

TRATAMIENTO

En suma, el psicoanálisis no es el tratamiento indicado para la tendencia antisocial.

El método terapéutico adecuado consiste en proveer al niño de un cuidado que él


pueda redescubrir y poner a prueba, y dentro del cual pueda volver a experimentar con
los impulsos del ello. La terapia es proporcionada por la estabilidad del nuevo
suministro ambiental. Los impulsos del ello sólo cobran sentido si el individuo la
experiencia dentro del marco de las relaciones del yo; cuando el paciente es un niño
deprivado, las relaciones del yo debe obtener el soporte de la relación con el
terapeuta. Según la teoría aquí expuesta, el ambiente es el que debe proporcionar una
nueva oportunidad para las relaciones del yo, por cuanto el niño ha percibido que su
tendencia antisocial se originó en una falla ambiental en el soporte del yo. Si el niño es
un paciente psicoanalítico, el analista tiene dos alternativas: 1) hacer posible que la
transferencia cobre peso fuera del marco analítico; 2) prever que la tendencia
antisocial alcanzará su máxima potencia dentro de la situación analítica y estar
preparado para soportar el impacto.
Módulo 11- Reflexiones para una intervención científica y ética con pacientes
con discapacidad mental. Izcurdia, M.

De las personas con discapacidad mental

La discapacidad es el reflejo de la deficiencia desde el punto de vista del rendimiento


funcional de la actividad del individuo.

La discapacidad hace referencia de manera holística la situación etiológica, orgánica,


psicológica, social y cultural de las personas que soportan una realidad de vida
dominada por reducidas capacidades intelectuales y de adaptación social y extensas
limitaciones en estos mismos aspectos debe ser entendida como caracterizada por
limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa
que se manifiesta en habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas.

No obstante, debe señalarse que cualquier definición o acepción posibles, deja por
fuera al sujeto que la porta, el cual habitualmente, queda identificado por el rótulo que
la misma le asigna. Así es como las personas con discapacidad mental, pasan a ser
nombradas y reconocidas como “discapacitados mentales”. El ser de las personas con
discapacidad mental suele quedar vedado por ésta. De esta manera, la discapacidad
mental se constituye en un “estigma”

Como afirma Goffman “Son bien conocidas las actitudes que nosotros, los normales,
adoptamos hacia una persona que posee un estigma, y las medidas que tomamos
respecto de ella, ya que son precisamente estas respuestas las que la benevolente
acción social intenta suavizar y mejorar”

Portadores de una cualidad especial, la de ser “locos”, consideradas como incapaces


de pensar o de valerse por sí mismos, las personas con discapacidad mental han sido
a lo largo de la historia, y aún son, motivo de extrañamiento, aislamiento y temor para
los otros.

La creencia de que dicha cualidad-estigma, define en sí mismo al sujeto que la/o


detenta/o, impide en mucho su reconocimiento como ser social.

Pero, el hombre desde una visión existencialista es una persona, sujeto activo en su
vida y capaz de un sinfín de posibilidades de realización y de modos de ser. Dueño y
creador de un mundo propio y particular, además de actor en un mundo objetivo y
común a todos, y por sobre todo, capaz de trascender y superarse.

Las personas con discapacidad mental y la integración familiar y social

La relación que se establece entre los discursos del reconocimiento cultural y los
discursos de la integración tiene una naturaleza más bien compleja, cuyas reglas y
lógica pueden resultar hasta contradictorias según el momento. En tanto por un lado
se intenta promover la diferencia de grupo, por el otro se tiende a socavarla. Ello
visualiza un conflicto que puede interferir con los fines del grupo social. En otras
palabras, la integración tiende a establecer igualdades al extremo de obviar toda
posible diferencia cultural, mientras que la diversidad reconocería las diferencias de
cada identidad, pero ello acarrea como consecuencia un debilitamiento del vínculo que
hace a todas esas identidades formar parte de un mismo imaginario.

Se piensa a la familia como una sistema de relaciones humanas que constituye un


conjunto integrado e integrador, en donde la comunicación se concibe como una
proceso dinámico y continuo, que permite expresar necesidades, deseos y
sentimientos, en donde se camina hacia un objetivo común: el bienestar familiar.

En la mayoría de los casos, la presencia de un hijo con discapacidad genera en la


familia una serie de desajustes. La primer reacción de los padres sea no creer, ocultar
y ocultarse ante los demás, pensar y desear que haya una equivocación en el
diagnóstico. Perciben su realidad como violenta y dolorosa y tratan de evadirla, pues
su imagen de padres era disfrutar al hijo, verlo crecer y verse reflejados en él.

A partir de esto, la familia transitará un proceso de duelo. De acuerdo a cómo


transcurra el mismo estará determinado por las variables mencionadas; dependiendo
de ello el nivel de su elaboración, aceptación e integración del familiar que posee una
discapacidad mental. En tanto la familia es la célula de la sociedad, determinará los
procesos de integración social de la persona con discapacidad.

En efecto, la resistencia o la falta de recursos internos para aceptar al otro como una
totalidad que trasciende en mucho un simple rasgo o característica, se convierten en
obstáculos primordiales para la integración familiar y por lo tanto, social.

Las personas con discapacidad mental afrentan a su familia y a la sociedad, pues son
portadoras de una de las enfermedades que a lo largo de la historia de la humanidad
no han encontrado cura para su cronicidad. Dicho de otra manera, ellas resultan ser la
voz de los fenómenos de exclusión que la propia sociedad genera.

Se torna sumamente dificultoso a las familias que tienen un miembro con discapacidad
mental, considerarlo en principio como sujetos, y en consecuencia como sujetos de
derecho. Ello afecta directamente el proceso de integración familiar y social, puesto
que se corre el riesgo de cosificar al ser humano, y de este modo impedir su
incorporación física y emocional dentro de la sociedad.

Hay que tener en cuenta que si la familia constituye un ambiente favorecedor o


limitante del desarrollo para cualquier persona, más aún lo es para las personas con
discapacidad mental, cuyas estructuras psíquicas de base son precarias y requieren
de un núcleo familiar contenedor a nivel emocional; y que a su vez delimite objetivos
claros a nivel operacional, para poder desenvolverse exitosamente en el medio social.

Reflexiones sobre la integración sociociocultural

En los albores del siglo XXI el hombre continua pensándose como un ser individual,
evitando de este modo reconocerse como parte y participante de una gran trama
social, que a la vez lo incluye en diferentes sistemas (familia, grupos de trabajo,
estudio, clubes, asociaciones, etc..).

Las personas con discapacidad mental, pueden y deberían realizar actividades que les
permitan incorporar y desarrollar valores positivos socialmente. La participación y
promoción inclusiva de personas con discapacidad en actividades artísticas,
deportivas, expresivas, y recreativas, propende el desarrollo de
potencialidades/capacidades y conjuntamente la integración sociocultural. Explorar,
pertenecer, reconocer, criticar, construir, contribuir, son situaciones que forman parte
del proceso de integración sociocultural.

La comunidad, entendida como un grupo de personas o agregación social, debe


habilitar un espacio (geográfico delimitado y delimitable) para que operen redes de
comunicación que posibiliten desarrollar sentimientos de pertenencia e identificación
Durante el Catorceavo Congreso Mundial de rehabilitación de Winnipeg, un grupo de
expertos presentó una planificación de rehabilitación “social” internacional, debido a la
necesidad de implementar campañas de concientización u esclarecimiento comunitario
sobre la participación e igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
Los propósitos que plantearon fueron plasmados en cuatro objetivos que establecían
las prioridades de acción, a saber:

1. Impulsar programas específicos que prevengan tantos casos de deficiencia como


sea posible y asegurar que los servicios preventivos estén al alcance de cada familia y
cada persona.

2. Asegurar que toda persona discapacitada y toda familia que tenga un miembro
discapacitado disfrute de todos los servicios de rehabilitación, apoyo y asistencia que
necesitan para reducir los efectos minusvalidantes que puede aparejar la discapacidad
y para propiciar una viva plena en un contexto social que propenda su construcción.

3. Ejecutar las acciones necesarias para asegurar la mayor integración posible y la


participación igualitaria de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la
vida en sociedad.

4. Difundir información sobre las diferentes discapacidades, las personas que las
padecen y su potencial, su prevención y tratamiento; para asegurar el conocimiento y
la concientización pública de dichas problemáticas y su importancia social.

Las variables que se presentan a nivel social son disimiles, aunque constantes a nivel
individual, personal y profesional, como institucional. Lo instituido los atraviesa al igual
que la “ideología” “ideológicamente”, favoreciendo la reproducción de mecanismos de
marginación y/o indiferencia; evidenciándose la necesidad de identificar y reflexionar
sobre tales variables, a los fines de su modificación.

Es primordial patentizar la necesidad de rehabilitar a la sociedad creando redes


solidarias y espacios integradores, preparando a la comunidad entera para ser
agentes multiplicadores del cambio, dando el puntapié inicial en la prevención a partir
de la intervención teniendo presente la realidad psicosocial actual.

La sociedad y la familia como transmisoras de pautas culturales, son pilares


fundamentales sobre los que debe sostenerse el cambio necesario para que “soportar
la diferencia posibilite la convivencia”.

La intervención ético científica

El mayor impedimento para la integración sociocultural de personas con discapacidad


mental, es que los profesionales tratantes consideran, al diagnóstico del sujeto al que
asisten y al contexto, como factores condicionantes del proceso de integración
sociocultural, sin implementar acciones concretas que propicien el mismo.

Un número importante de veces es la mirada limitada a la patología y al sujeto que la


porta como objeto de estudio científico, lo que dificulta las posibilidades de integración
social, ya que a menudo no se realiza intento alguno para que la persona se integre en
razón de su patología.

La posición científica que rotula a los sujetos bajo el diagnóstico de la patología mental
es, históricamente, estigmatizante. Como así también incompleta respecto del ser
humano y por lo tanto, ineficaz para su adecuado tratamiento.
Las intervenciones parcializadas que no tienen en cuenta al hombre en relación con su
historia y la interrelación condicionante entre las esferas biológica, psíquica, social, no
pueden tener otro destino que el fracaso para los profesionales cuya actitud descansa
en la manera que tienen de percibir a los sujetos asistidos, con la consecuente
frustración para estos.

Notorio es que el aspecto biológico es el que suele primar en la asistencia institucional;


el cual va de la mano con la atención de psiquiatras que intentan –no siempre
favorablemente- asistir el aspecto psíquico. Pero tales intervenciones institucionales
dejan, con frecuencia olvidado el aspecto social en la asistencia brindada, no dando
lugar a pensarse la posibilidad de un potencial abordaje de la faz socio-cultural.

Si no se reflexiona sobre las variables que influyen en el tratamiento de la temática,


toda asistencia que se intenta brindar a las personas con discapacidad mental, se
traduce en intentos aislados e infructuosos de “adaptar” a ideales establecidos a esos
sujetos-objetos de intervención; borrándose así la calidad de ser humano.

El ser humano como ser biopsicosocial, tiene necesidades inherentes a su esencia.


Una de las cualidades que lo definen es el vínculo con otros seres humanos. Por
consiguiente, una adecuada visión de las personas con discapacidad mental, debe
contemplar el tejido relacional de las personas en lo familiar, lo laboral, lo social, lo
recreativo y lo cultural. De ello resulta que la persona como tal, no puede definirse a
partir de un simple diagnóstico.

Puede afirmarse que los profesionales que abordan la problemática de la discapacidad


mental, aunque asequibles y casi siempre bien intencionados, a menudo son asimismo
condicionantes negativos para la posibilidad de integración sociocultural de la
población que asisten. Ello afecta no solo a las personas con discapacidad mental,
sino también a la efectividad de las instituciones de abordaje y en consecuencia, a la
toda sociedad que no ofrece ni encuentra “per se” vías facilitadoras en tal sentido.

Por lo general, las acciones terapéuticas que propenden a la integración sociocultural


de personas con discapacidad mental están fragmentadas o escasamente
contempladas, y por lo tanto, resultan menos eficaces de lo que podrían ser; y como
las intervenciones están centradas en la patología y no en los sujetos que las portan,
se pierden de vista los recursos psíquicos y capacidades preservadas que el sujeto
posee y que podrían ser estimulados a través de actividades de integración
sociocultural con la implementación de programas específicos.

Las acciones que deben evitarse para una eficaz intervención

Del estudio realizado, se desprende la necesidad de señalar, de modo imperante,


algunas contingencias que podrían presentarse en la implementación de la propuesta
planteada; y que siendo visualizadas a priori, evitarían muchas dificultades e incluso el
fracaso del mismo.

Por lo tanto, a la luz del tratamiento propuesto, se deben evitar acciones que bajo un
discurso “proteccionista” encubran una tendencia al encierro en pos del bienestar del
sujeto, lo cual trae aparejado consecuencias tan nefastas como lo son la segregación
y la indiferencia (Schorn, 2013).

Incluso, en la vehemencia de abordar la problemática multidimensionalmente, habrá


que soslayar la posibilidad de que el trabajo interdisciplinario se convierta en un mero
cumulo de intervenciones yuxtapuestas, sin objetivo común que actúe a modo de
directriz y unifique conocimientos y saberes.
Se hace notar que existe una predisposición a tratar y valorar a las personas con
discapacidad mental como si fueran niños. “Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de
niño” (I Corintios 13:11). Ello ilustra con claridad, el reduccionismo en el puede caerse
si no se impide que tal predisposición haga suyo el accionar de quienes intervienen en
el tratamiento de las personas con discapacidad mental.

Las acciones terapéuticas deben mostrar y abrir caminos para que éstos sean
elegidos y descubiertos por los sujetos asistidos, y de ningún modo signar con una
única posibilidad (en este caso la de la niñez) las potencialidades, gustos e intereses
que posean.

Tampoco puede intentarse integrar socioculturalmente a las personas con


discapacidad mental, respondiendo a las demandas del imaginario social; y de ese
modo generar situaciones de hiperadaptación que respondan a criterios de
normalización, “produciéndose efectos de asimilación y normativizacion”

Otra cosa que debe evitarse, es sustitución que suele hacer el diagnóstico o cualidad
de discapacitado mental, al nombre “propio” del sujeto asistido. Resulta una variable
frecuente que a nivel institucional se visualiza de modo cotidiano. Ello objetiviza a la
persona, por lo que la asistencia pierde toda efectividad posible, en tanto no se dirigirá
a nadie en particular, sino a una mera denominación científica o constructo teórico. De
esta manera, se convierte en una acción francamente iatrogénica en tanto se
deshumaniza al ser humano que se intenta asistir.

El proceso de integración sociocultural de personas con discapacidad mentales


complejo. Implica un arduo trabajo por parte del profesional que asiste tanto a nivel
personal como científico, desatendiendo egoísmos y competencias y avocándose a la
mera acción continua y fundada en los principios de la ciencia que lo convoque.

Hacia una propuesta integradora

Debe considerarse de fundamental importancia en la prestación de la asistencia a los


pacientes con discapacidad mental, un espacio que propenda el proceso de
integración sociocultural.

La participación y el compromiso de los profesionales que asisten a dichos pacientes ,


se constituyen en un eje más que relevante, ya que puede actuar como elemento
positivo o negativo/facilitador u obstaculizador –según el caso- en la evolución de
quienes se asisten. Por lo tanto, las acciones integradoras que en el marco del
tratamiento terapéutico sean realizadas, serán determinantes de las relaciones
intersubjetivas en el contexto social.

Para que un eficaz proceso de integración sociocultural de personas con discapacidad


mental sea efectuado en el marco de la asistencia profesional que se le brinde, las
intervenciones de la prestación deberán ser individualizadas según lo observado en
cada sujeto. La individualización debe ser interpretada como un mecanismo de ajuste
de criterios generales a casos particulares. Para ello se tomará en cuenta las
capacidades de cada paciente, su estado de salud en general, su edad, su sexo, sus
intereses y la relación con sus aptitudes, y el contexto socio-económico-cultural.

El abordaje y las intervenciones que se realicen, deberán ser dirigidos a que el


paciente logre participar de modo habitual de actividades socioculturales que
evidencien un nivel satisfactorio de integración sociocultural, entendiendo por tal el
funcionar/relacionarse con otras personas y/o grupos y/o desenvolverse en
instituciones socioculturales de modo adecuado y que ello además le resulte
gratificante.

A los efectos de que se logre alcanzar un nivel satisfactorio de integración


sociocultural de las personas con discapacidad mental, se propone que los
profesionales que las asisten hagan efectivas acciones tales como:

 Explorar las potencialidades y conocer las limitaciones de los pacientes, con la


finalidad de estimular y favorecer el desarrollo de potencialidades y
capacidades.
 Favorecer la ubicación y diferenciación temporo-espacial en los pacientes.
 Crear espacios que faciliten la convivencia y el conocimiento mutuo.
 Transmitir pautas de comportamientos sociales, a los efectos de mejorar la
calidad de vida dentro de las posibilidades que ofrece el contexto socio-cultural
de la población.
 Propiciar la modificación de estructuras y dinámicas vinculares disfuncionales.
 Generar y promover situaciones recreativas, lúdicas, expresivas y
socializadoras y de autovalimiento, con las cuales se ofrezca a los pacientes
condiciones para el desarrollo de sus capacidades.
 Propender el establecimiento de vínculos positivos extrainstitucionales, que
apunte al desarrollo del proceso de socialización e integración sociocultural.
 Propiciar la expresión de gustos de intereses socioculturales.
 Desarrollar actividades que faciliten la autorregulación y la independencia
personal.
 Proponer actividades que brinden un espacio a través del cual, se incorporen
valores positivos.
 Lograr la integración a un proyecto expresivo grupal de acuerdo a sus
posibilidades.
 Enriquecer las experiencias y conocimientos de los pacientes, favoreciendo el
proceso de socialización a través de la asistencia a lugares donde se efectúen
actividades socioculturales.
 Asimismo, para que las personas con discapacidad mental puedan alcanzar un
nivel de integración sociocultural acorde a sus capacidades, es necesario que
las acciones enunciadas se sostengan en un tratamiento integral que apunte a:
 Fomentar el compromiso personal en las actividades elegidas y/o asignadas.
 Propender a la adopción de actitudes responsables.
 Facilitar y acompañar la propuesta de iniciativas nuevas.
 Facilitar y acompañar el desarrollo de actividades.
 Estimular la utilización de todos los recursos aprendidos y aplicarlos en
actividades.
 Participar en actividades específicas.
 Favorecer el desarrollo de actividades expresivas grupales respetando normas,
pautas y consignas correspondientes a la dinámica.
 Ejercitar todas las nociones de autovalimiento trabajadas
intrainstitucionalmente,
 Propender el desarrollo de aptitudes responsables.
 Favorecer el desarrollo de acciones que tengan que ver con hábitos-
 Promover normas de convivencia (la cooperación, la colaboración, la justicia, la
igualdad, la tolerancia, el respeto, el reconocimiento de la autoridad, los
permisos, las restricciones, etc).
 Estimular la preocupación por el cuidado de objetos y valorarlos.
Se considera que una institución es una unidad social coordinada de forma consciente,
conformada por personas, y que funciona con una base de relativa continuidad para
llegar a sus metas delineadas. Debe señalarse que para que exista una institución no
basta con el conjunto de personas; ni siquiera es suficiente que todas ellas posean un
propósito en común. Lo efectivamente determinante es que dichas personas se
organicen y coordinen sus actividades, ordenando un trabajo conjunto hacia el alcance
de los resultados que -aunque sea por diversas razones- todas ellas se proponen
lograr. Así, todo el equipo de profesionales que intervengan, debe tener una
proximidad común que brinde consistencia al abordaje. La propuesta planteada,
implica un equipo terapéutico interdisciplinario que la sostenga. En efecto, el amplio
enfoque adoptado para el abordaje de las diferentes áreas de actividades planteadas,
requiere del aporte de profesionales de distintas disciplinas que a través de sus
conocimientos y experiencia, conformen una realidad común a los fines que se
exponen.

En el abordaje interdisciplinario, se genera un proceso de divergencias y


convergencias, de intersecciones y disyunciones. Encuentros y desencuentros en el
acto de la reflexión conjunta, con movimiento intercambios que confluyen en nuevas
síntesis. Es un trabajo constante de construcción de un equipo de profesionales que
aplica una metodología a la vez que se renueva ante la singularidad de cada caso.

Así pues, los profesionales que integren dicho equipo terapéutico, deben contar con un
perfil que les permita establecer y desarrollar relaciones con otras personas; ya que
existe una correlación muy estrecha entre la capacidad de establecer una red amplia y
efectiva de relaciones, con la posibilidad de favorecer el proceso de socialización e
integración sociocultural de personas a cargo. Todos los aspectos deben ser
considerados si se quiere lograr una efectiva intervención terapéutica. Pensar los
tratamientos en equipo desafía modelos preexistentes, donde se escinde el saber de
la verdadera cura. Es por ello que el abordaje interdisciplinario conlleva un nuevo
modelo integrador de profesionales de diversas áreas, a la vez que su trabajo integra
(Schorn, 2013).

De este modo, un programa terapéutico que favorezca el proceso de integración


sociocultural de personas con discapacidad mental, detenta en su esencia el
paradigma de la inclusión social.

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