ETEL KACERO-El Problema Con Los Psicólogos Forenses
ETEL KACERO-El Problema Con Los Psicólogos Forenses
ETEL KACERO-El Problema Con Los Psicólogos Forenses
Etel S. Kacero
El problema con los psiclogos forenses, es que estn inmersos en una situacin donde la violencia es casi la protagonista cotidiana. sta constituye el trabajo mismo que deben realizar los psiclogos en el mbito forense: desde la presin de la cantidad de casos que deben peritar hasta los lmites estrictos de los trminos que deben emplear en los informes, sufren una torsin forzada de sus posibilidades. As parece que la relacin victima- victimario se repite de una manera oscura, pero viva en la misma institucin. Por eso la autora propone discriminar cuales son los factores, las situaciones, las condiciones en que se ejerce la tarea para que pueda ser sentida como una carga tan pesada en lugar de dar ocasin a ejercer nuestros propsitos reparadores como psiclogos. Uno de los factores que imprime el clima opresivo es la comunicacin entre los distintos estamentos del rea judicial. El trabajo del psiclogo forense tiene la finalidad especfica de producir un informe. Tal informe se anexa al expediente. Solo tenemos noticias de nuestro trabajo cuando no coincide con la pericia del psiquiatra, cundo pretendimos extendernos ms en la problemtica psicolgica del sujeto sin atender explcitamente a la nomenclatura psiquitrica- jurdica o cuando se solicita una ampliacin por nuevos aspectos que surgieron en la causa. Muchas veces nos encontramos con la prohibicin de consignar determinadas palabras como psicosis (porque para el discurso jurdico adquiere la dimensin de demencia con todas las derivaciones de inimputabilidad y deterioro que ello implica) y organicidad (porque no estamos autorizados como psiclogos a detectar indicadores de organicidad ya que no pertenecemos a la medicina). La imputabilidad o inimputabilidad no pasa solo por si el sujeto esta alienado. Si nos manejamos con la dimensin conciente y suponemos consecuentemente que el sujeto es libre para elegir su conducta observaremos su ubicacin temporo- espacial, su posibilidad de conocer o entender. Pero aunque estas condiciones se den puede no comprender su accin porque est compulsado a realizar ciertas acciones bajo el efecto de ciertas drogas o presiones que vienen de estructuras primarias no desarrolladas y que pronto adquieren vigencia ante determinados estmulos externos o necesidades internas inconscientes. O sea que la comprensin de un sujeto en la dimensin de la tarea psicolgica exige el manejo o la consideracin de mltiples factores. Es indudable que desde nuestro rol de psiclogos apuntamos a evitar las soluciones antagnicas: crcel u hospital psiquitrico; tenencia otorgada a la madre o al padre; culpable o inocente. Nuestro enfoque es desde la salud o la prevencin o, por
Etel S. Kacero
lo menos la bsqueda del menor dolor, del menor aislamiento, de la resocializacin si ella es posible. Al hablar de verdad debemos tener en cuenta que ser el resultado de una produccin que se haya basado en todos los elementos de prueba que estn al alcance de ser conocidos. Como psiclogos somos agentes de salud, trabajamos en cualquier mbito que nos toque actuar con esa mira: crear las condiciones para que el hombre encuentre sus formas de equilibrio en relacin a la sociedad. Es por eso que los psiclogos no pueden seguir trabajando en forma aislada. Necesitamos mayor comunicacin con los otros segmentos del trabajo judicial. Si tenemos en cuenta de que estamos trabajando con personas, con seres humanos que tienen una historia y que sufren. Si integramos la trama familiar y social que intervino en la estructuracin de la personalidad podemos quizs abrir otras alternativas de solucin. Pero eso nicamente se puede hacer si se toma contacto real con los protagonistas y no se trabaja nicamente con la base de los expedientes ya que una persona no es un expediente a pesar de que su problema est planteado en los tribunales. Para realizar este trabajo no debemos conformarnos con trabajar nicamente sobre la base de los test, ya que son tcnicas que adquirirn valor solo en relacin al contexto total de la situacin. Detrs de todo pedido psicomtrico hay una visin mecanicista y positivista. Es importante que no dejemos de enfatizar que estamos trabajando sobre conflictos humanos, sobre vnculos rotos o inexistentes. Si nosotros no atendemos a tales vicisitudes, obviando aspectos de la problemtica o no explicndolos en los informes, el abandono se repetir reforzando el crculo de sufrimiento y actuacin exclusiva y sdica. Sabemos que muchos psiclogos se esfuerzan y realizan, en la medida de lo posible, informes que son el resultado de la consideracin de las mltiples determinaciones que pesan sobre el sujeto, pero la premura con que se le solicitan los resultados, la incomunicacin con los otros profesionales o a veces las condiciones ambientales de trabajo, limitan frecuentemente la eficacia de la tarea. El crculo victima- victimario se va a repetir en nosotros si no podemos tomar conciencia de estas ltimas situaciones, si no deshacemos los dobles mensajes, sino encontramos la forma de realizar una labor reparadora. Es cierto que en el mbito tribunalicio llegan los productos casi terminados de situaciones lmites, situaciones de dao extremo, de victimizacin y crueldad.
Etel S. Kacero
Es cierto que en muchas ocasiones es imposible restituir la salud o conducir hacia otros caminos que no sean el encierro y la condena social. Pero no siempre la labor judicial tiene los caminos truncos. La tarea de prevencin que podamos recomendar, en los casos que sea posible, tiene que ser una meta a alcanzar. Cmo hacemos para trabajar de otra manera?... una manera es romper con el estilo rutinario del conocimiento parcelado, territorial y autnomo. Es necesario crear espacios que permitan un intercambio de saberes por un lado, pero tambin una redistribucin y elaboracin del peso emocional que implica la tarea en este mbito. Es indispensable instrumentar encuentros en que se intercambien saberes y que posibilite el enriquecimiento. En ese sentido la tarea de supervisin debera implementarse como una prctica corriente dentro de la institucin. No como nico recurso para elevar el nivel de formacin, ya que el trabajo interdisciplinario, que permita cuestionamientos, revisiones o correcciones parece una va legtima y necesaria. Es necesario tambin cuidar la salud mental de los psiclogos creando espacios colectivos de reflexin para que se pueda hablar no solo de la problemtica de un acusado o vctima, sino poder explicitar la relacin entre los poderes y los saberes. Si consideramos a los tribunales como un lugar social por donde pasan personas en situaciones desestructurantes, no podemos permanecer indiferentes contentndonos con la realizacin del informe. Pero una tarea interdisciplinaria con los miembros de la justicia misma (jueces, asesores, secretarios, peritos asistentes, asistentes sociales, etc.) y hasta con miembros externos (abogados, maestros, etc.) podra hacer del Poder Judicial un lugar que administra Justicia pero que brinde una oportunidad de orientacin y prevencin. Quizs la creacin de un equipo auxiliar que apoye nuestra gestin y se ocupe de realizar las conexiones con instituciones, escuelas, familias, etc.; podra ser una alternativa. La idea de que el crimen, la violacin, la separacin vincular, la drogadiccin o el robo se conviertan en un punto de partida para un dialogo en el que se analice el funcionamiento de la institucin dando valor al contexto social en el que se desarrollan los hechos sometidos a nuestra mirada o a nuestro juicio. Para poder hallar vas de cambio.