Microrrelato
Microrrelato
Microrrelato
Microrrelato
El microrrelato es una construcción literaria narrativa distinta de la novela
o el cuento. Es la denominación más usada para un conjunto de obras
diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido. El
microrrelato también es llamado microcuento, minificción, microficción,
cuento brevísimo, minicuento, etcétera.
En la segunda mitad del siglo XX, proliferan estos textos que David
Lagmanovich llama "cuentos concentrados al máximo, bellos como
teoremas [...] que ponen a prueba nuestras maneras rutinarias de leer". Se
presenta como una auténtica propuesta literaria, al grado de que es raro el
escritor que no lo haya intentado.
Juan Armando Epple ha definido así este tipo de composiciones: "Lo que
distingue a estos textos como relatos es la existencia de una situación
narrativa única, formulada en un espacio imaginario y en su decurso
temporal, aunque algunos elementos de esta tríada (acción, espacio,
tiempo), estén simplemente sugeridos."
Aun así, hay análisis que se centran en este método de contar palabras para
la clasificación, y distinguen: "hiperbreve", "microrrelato", "cuento breve",
"cuento", "novela breve" o "novela", etc.
La temática
Como otras obras literarias, los microcuentos abarcan las más diversas
temáticas que van desde la ficción pura, la inclusión de otros discursos
(políticos, sociales, etcétera), hasta el uso de la intertextualidad.
Cruce de géneros
La economía de palabras es notoria, pero a medida que el microrrelato se
va haciendo popular, también la variedad de la forma va aumentando. Esto
provoca la destrucción de los géneros, hasta el punto de que resulte
imposible -e inútil- tratar de definirlo, distinguirlo o clasificarlo. Se postula
entonces un género híbrido que con sus recursos estilísticos entremezcla
narración, ensayo, poesía, etcétera.
Autores y textos
Augusto Monterroso
"El dinosaurio"
"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"
"Hoy me siento bien, un Balzac: estoy terminando esta línea"
Gabriel Jiménez Eman
"Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello"
Franz Kafka
“La verdad sobre Sancho Panza”
Sancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró, con el correr
de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de
caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a
tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de Don Quijote,
que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras, las cuales
empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiese
debido ser Sancho Panza, no hicieron daño a nadie. Sancho Panza, hombre
libre, siguió impasible, quizás en razón de un cierto sentido de la
responsabilidad, a Don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un
grande y útil esparcimiento hasta su fin
Juan José Arreola
"Teoría de Dulcinea"
En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se
pasó la vida eludiendo a la mujer concreta.
Prefirió el goce manual de la lectura, y se congratulaba eficazmente cada
vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos
fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que
aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de hazañas, embustes y
despropósitos.
En el umbral de la vejez, una mujer de carne y hueso puso sitio al anacoreta
en su cueva. Con cualquier pretexto entraba al aposento y lo invadía con un
fuerte aroma de sudor y de lana, de joven mujer campesina recalentada por
el sol.
El caballero perdió la cabeza, pero lejos de atrapar a la que tenía enfrente,
se echó en pos a través de páginas y páginas, de un pomposo engendro de
fantasía. Caminó muchas leguas, alanceó corderos y molinos, desbarbó
unas cuantas encinas y dio tres o cuatro zapatetas en el aire. Al volver de la
búsqueda infructuosa, la muerte le aguardaba en la puerta de su casa. Sólo
tuvo tiempo para dictar un testamento cavernoso, desde el fondo de su alma
reseca.
Pero un rostro polvoriento de pastora se lavó con lágrimas verdaderas, y
tuvo un destello inútil ante la tumba del caballero demente
"Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco"
Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta el
fondo de mí para encontrarte
César Vallejo
Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza
a nevar, sino para que empiece a nevar
William Ospina
"Amenazas"
-Te devoraré –dijo la pantera.
-Peor para ti –dijo la espada
Carmen Peire
"Incógnita"
Una persona es lo que cree ser, lo que los demás opinan
que es y lo que realmente es. Desde esta perspectiva, no
se pudo averiguar quién cometió el asesinato
Integrantes:
Araoz, Débora
Cáceres, Ana Carolina
Lobo, Guadalupe Romina
Sulaiman, Romina
Toledo, María José
Villafañe, Rosana