Dr. Manuel Barquín Calderón (1922-2008) : Ernesto Cordero Galindo

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Médicos mexicanos

Dr. Manuel Barquín Calderón (1922-2008)


Ernesto Cordero Galindo*

RESUMEN * Médico Gastroenterólogo.


Profesor de tiempo completo,
Este texto es un profundo homenaje al maestro y amigo, Manuel Barquín, fallecido el 8 de julio de 2008. Depto. de Historia y Filosofía
Se destaca su gran entusiasmo y sentido práctico para promover, organizar y llevar a la práctica sus grandes de la Medicina, UNAM.
obras, entre ellos: el Hospital General, el Centro Médico “La Raza” del IMSS; la Asociación Autónoma del
Personal Académico AAPAUNAM. El Dr. Barquín es autor de obras de su especialidad sobre Dirección de Palabras clave: Manuel Barquín
Hospitales, y de un libro de texto de Historia de la Medicina. Vale la pena mencionar su artículo “Óptimo Calderón, Administración de
Médico” que es revelador de su sentido humanístico. Semanas antes de su muerte, asistió de pie firme al Hospitales, Dirección de
homenaje que le rindió la Facultad de Medicina a iniciativa del Dr. José Narro Robles. Fueron los suyos Hospitales, Centro Médico
86 años de edad de vida intensa y combativa contra todo lo que fuera injusticia, ignorancia, perversidad, “La Raza” (IMSS), humanismo.
y aun una agresión patológica en su propio organismo por largo tiempo, situación que conocemos por
datos indirectos, ya que él nunca se quejó de la afección que lastimara su vida. Key words: Manuel Barquín
Calderón, Hospital Administration,
La Raza Medical Center (IMSS),
ABSTRACT
humanism.
This text pays homage to a teacher and friend, Manuel Barquín, who passed away on July 8 2008. Dr.
Barquín stood out for the great enthusiasm and practical sense with which he promoted, organized
and brought to fruition his grand works, including: the General Hospital, the “La Raza” Medical Center
(IMSS), and the Autonomous Association of Academic Personnel (AAPAUNAM). Dr. Barquín wrote
texts on his area of specialization, which was hospital administration, and a textbook on the history
of medicine. Also worthy of mention is his article “Óptimo Médico” because it reveals his humanist
spirit. Just weeks before his death, he attended an event organized by the Faculty of Medicine on the
initiative of Dr. José Narro Robles that recognized his life’s work. During 86 years of intense living he
battled against injustice, ignorance, perversity, and even the pathological aggression that affected his
own body for so long; a situation we were of aware only through indirect indications, as he never
complained of the ailment that afflicted him.

El joven Manuel Barquín llegó de la provincia a nuestra


Facultad de Medicina, se graduó como médico en 1945 y pronto
empezó a ejercer, logró una beca para estudiar en la Universidad
de Pittsburgh en los Estados Unidos las Maestrías de Salud Pública
y Dirección de Hospitales.
Regresa a México en 1952, ocupándose como director del
Hospital de Oncología del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) y pronto fue nombrado director del naciente Hospital de
la Raza del IMSS, de 1954 a 1962. Le tocó participar en su naci-
miento y organización como la primera unidad que construyó el
instituto ex profeso para la Seguridad Social, llevándolo en pocos
años a la altura que todavía tiene.
Organiza la primera residencia con jóvenes médicos con reco-
nocimiento universitario, jefaturado por el Dr. Guillermo Castilleja;
a partir de entonces fue un modelo para implantarse en todos los
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hospitales del país, iniciando el Programa de Residencias Médicas.
Cabe hacer notar que se preocupó por los aspectos artísticos
del propio Hospital de la Raza, y junto con los maestros de la
pintura mural mexicana, entre ellos el pintor, versado en medi-
cina tradicional mexicana, Diego Rivera, participa en la autoría
intelectual del gran mural en el que destaca “la lucha del pueblo
en busca de salud” en el pasado y el presente.
Pero esta etapa termina y pronto empieza otra tan trascendente
como la anterior. De 1981 a 1985, interviene en el nacimiento de Figura 1.

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lo que parecía imposible, un sindicato académico llamado: “Aso-


ciación Autónoma de Personal Académico”, (AAPAUNAM),
para dar el reconocimiento laboral y de justicia, que carecían Figura 3.
hasta entonces los maestros universitarios. Manuel Barquín lo
funda y lo echa a andar promoviéndolo incansablemente; no sobra
hacer notar que todo ese tiempo cuenta con la ayuda de su gran críticas que ha recibido, merecidas y no merecidas, a la fecha
amigo y compañero de generación, el Dr. Gerardo Loyo Gómez, sigue siendo un libro útil y además trasluce los conceptos de
quien recorre insistentemente las diversas unidades académicas, humanismo, que debe tener todo médico y todo maestro en su
solicitando el apoyo para su fundación. Actualmente nuestro ejercicio profesional.
sindicato cuenta con una flamante instalación propia y además Por otra parte al Dr. Manuel Barquín se le considera como el
con su cafetería restaurante la “Casa Club del Académico” en los cofundador de la Asociación Mexicana de Hospitales en la que
sólidos terrenos de nuestra Ciudad Universitaria. desempeñó varios cargos, como la jefatura del Departamento de
Pero estos logros, tanto en el terreno académico, como en el Medicina Preventiva y Salud Pública en la Facultad de Medici-
administrativo y sindical, no lo son todo, trasciende también en na; posteriormente el Dr. Juan Ramón de la Fuente lo nombró
su obra docente. Por muchos años impartió su clase de “Salud coordinador académico de “Programas Interdepartamentales”
Pública”, en pregrado de posgrado, “Dirección y Administración en nuestra Facultad. En este desempeño destaca su artículo “Del
de Hospitales” y “Administración de Atención Médica” dirigida Óptimo Médico”, publicado en la Revista de la propia Facultad de
a médicos y enfermeras. Además, en los intervalos de relativa Medicina, que de algún modo recuerda al venerable abuelo de la
calma, elaboró su libro sobre “Dirección de Hospitales” que medicina científica, y que es un pequeño tratado sobre la “relación
para algunos es su obra cumbre; sin embargo, sus inclinaciones médico-paciente”, que el maestro Fernando Martínez Cortés, glosa
y conocimientos en historia de la medicina, con fuerte inspira- como una “confianza frente a una conciencia”, en la que destaca
ción en nuestros legítimos antecesores como Francisco de Asís el nivel de excelencia que debe haber entre médicos y pacientes,
Flores y Troncoso, Nicolás León, Fernando Ocaranza, Ignacio y también entre maestros y alumnos, y la vieja prescripción que
Chávez, entre otros, lo llevan a impartir su clase de Historia de nos recuerda que el médico debe curar siempre que pueda; debe
la Medicina en el Departamento de Historia y Filosofía de la aliviar en la medida de su capacidad, pero siempre debe consolar
Medicina de la Facultad de Medicina de la UNAM, pero además al enfermo que sufre.
escribe el libro más comentado, traído y llevado en nuestro En este artículo, casi un epitafio, no se revela el hombre fuer-
medio, su “Historia de la Medicina”, que ya marcha en su 8a te y el médico enérgico que lo fue toda su vida, sino el médico
edición y 39 años de vida, revisado y corregido por su ayudante humanista poseedor de los más altos ideales de ayuda al prójimo
en la cátedra, el Dr. Gerardo Loyo Gómez, y que a pesar de las en desventaja: el paciente.

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