No Se Trata de Mi - Cap 4
No Se Trata de Mi - Cap 4
No Se Trata de Mi - Cap 4
Semana 4
Julio 19 al 25
CAPÍTULO 4
SANTAMENTE DÍSTÍNTO
John Hanning Speke está parado a la orilla del río mirando fijamente la pared de agua.
Ha dedicado la mejor parte del año 1858 a llegar hasta allí. Él y su grupo pasaron
semanas abriéndose paso con sus machetes a través de la maleza africana y vadeando
profundos ríos. Indígenas con lanzas con puntas de hierro los persiguieron; cocodrilos
y golondrinas de mar los vigilaron. Pero finalmente, después de kilómetros y kilómetros
de marcha por la jungla y de pesada hierba, encontraron las cataratas.
Solamente un británico podría quitar importancia a aquella vista de manera tan clara.
“Fuimos bien recompensados”, escribió en su diario.
El rugido de las aguas, los miles de peces pasajeros saltando a las cataratas con toda
su fuerza, los pescadores de las tribus wasoga y waganda saliendo en botes y
ocupando sus puestos en todas las rocas con cañas y anzuelos, hipopótamos y
cocodrilos tendidos soñolientos sobre el agua... hacía de todo ello un cuadro tan
interesante como el que uno querría ver.
Speke no pudo irse. Esbozó aquel espectáculo una y otra vez; dedicó un día entero
simplemente a quedarse mirando fijamente la majestad de las cataratas situadas en el
alto Nilo. No es difícil comprender el por qué. Ninguna región de Inglaterra alardeaba
de tener unas vistas como esas. Rara vez unos ojos se posaron sobre una imagen
desconocida hasta entonces; los de Speke lo hicieron, y él quedó asombrado por lo que
vio.
Catorce años más tarde, en la otra mitad del planeta, Frederick Dellenbaugh quedó
igualmente impresionado. Tenía solamente dieciocho años cuando se unió al Mayor
Powell en sus viajes pioneros por el río a través del Gran Cañón. Dirigidos por el manco
Powell, los exploradores flotaban sobre barcas que hacían agua y se enfrentaban al
crecido río.
Contempla
1. El primer canto de la Biblia y también el último magnifican la santidad de Dios.
A. ¿Qué significa para usted “santidad”?
¿Cómo la describiría a alguien que no conociera nada de la Biblia?
B. ¿Por qué cree usted que el primer canto de la Biblia y también el último
magnifican la santidad de Dios?
¿Qué es tan importante acerca de su santidad?
Refleja
1. Lea Éxodo 15:1-18 y Apocalipsis 15:3-4.
A. Si fuera usted a volver a escribir el canto de Éxodo para que reflejase un
acontecimiento de su propia vida, ¿qué diría?
B. ¿Cuál es la relación, en el canto de Apocalipsis, entre el temor, la gloria y la
santidad? ¿Cómo refleja su propia vida esta relación?
2. Lea Isaías 6:1-8.
A. ¿Cómo reacciona Isaías a esta revelación de la gloria de Dios (v.5)? ¿Cómo
cree que hubiera reaccionado usted? Explíquelo.
B. ¿Qué resultó de la limpieza de Isaías (v. 8)? ¿Cómo cree usted que Dios
quiere usar la experiencia de Isaías en su propia vida?