Principios de Deuteronomio

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Deuteronomio 1.29-30 El Señor va delante de sus hijos.

Aun cuando tenemos al Señor en nuestras


vidas, habrá momentos en los cuales tendremos temor de lo que el hombre pueda hacer, sin
embargo, este pasaje nos motiva a confiar en que el Señor va delante, es nuestro escudo y
fortaleza ¡¿por qué habré de temer?!

Deuteronomio 3.2-3 el Señor nos da la victoria sobre nuestros enemigos. Cuando el temor invade
nuestras vidas es porque creemos que somos nosotros, que es nuestra capacidad la que tiene que
hacer frente a la situación, pero si creyéramos que es el Señor quien pelea por nosotros y nos
defiende, viviríamos confiados.

Deuteronomio 4.2 no debemos agregar nada a lo que Dios ha dicho. Es una advertencia a lo largo
de toda la escritura, en ocasiones nos podemos sentir tentados a agregar u “adornar” la biblia con
cosas que consideramos buenas, pero aun así el Señor nos advierte a no agregar ni quitar. Por una
razón, ¡la biblia es suficiente!

Deuteronomio 5.29 Dios anhela que tengamos un corazón temeroso. Sin duda este es el anhelo de
Dios, porque de aquí parte todo, si tenemos temor de Dios viviremos en rectitud, en santidad,
haciendo todas las cosas para la Gloria de Dios.

Deuteronomio 5.33 solo en el camino de Dios nos puede ir bien. El hombre siempre desea que las
cosas le salgan bien, la biblia es clara mostrándonos en el único camino en el cual eso puede
suceder, que, de hecho, no saldrán bien a nuestro modo de ver, sino bajo la perspectiva de Dios,
pero que es la promesa “todo nos ayudara para bien.”

Deuteronomio 6.21 recordemos de donde nos sacó el Señor. Esto es algo que nos debería llevar a
vivir vidas agradecidas y humildes ¿Qué sería de nosotros si el Señor no nos hubiera rescatado?
¿Dónde estaríamos? El recordar eso debería llenar nuestro corazón de gratitud y alabanza, que
fuimos rescatados no por obras, sino por gracia.

Deuteronomio 7.9 su misericordia es para siempre con los que le aman. En ocasiones creemos que
Dios esta obligado hacer misericordia, pero la biblia dice, tendré misericordia del que quiera
tenerla, pero en este pasaje nos afirma que su misericordia es para aquellos que le aman, que son
sus hijos, ¡que esperanza más grande podemos tener, que la misericordia es con nosotros, todos
los días de nuestra vida y con nuestras generaciones para siempre.!

Deuteronomio 8.11-14 en la abundancia no debemos olvidar quien nos llevó ahí. Creo que los
momentos de bendiciones son los tiempos mas peligrosos para apartarnos del Señor, de hecho,
nadie se aparta en la prueba, al contrario, la prueba nos acerca a Dios, pero cuando las aflicciones
no están, nuestro corazón se puede endurecer.

Deuteronomio 12.8 no debemos hacer lo que a nosotros nos parece. Quizá esa fue la frase que
identifico uno de los periodos mas oscuros de Israel, cada quien hacía lo que bien le parecía,
¿acaso nuestra sociedad no está igual? Peor aún ¿acaso la “iglesia” no está actuando igual? Debo
recordar que no soy libre para hacer lo que quiero, soy libre para hacer lo que debo. Y eso solo
está determinado por Dios.
Deuteronomio 14.1 los hijos de Dios son santos. Una vez más esta advertencia, pero no es una
imposición, es sencillamente que aquellos que viven para el Señor viven vidas santas, seria algo
contradictorio decir que somos hijos de Dios y vivir como hijos del diablo.

Josué 1.5 Él Señor esta con sus hijos. Es maravilloso que la ultima promesa del Señor Jesús fue “yo
estoy con ustedes todos los días…” hay veces que dudamos de eso, creemos que el Señor se ha
alejado, pero cuanto nos reconforta el saber que no importa lo que yo crea o sienta, importa lo
que Él ha dicho.

Josué 1.6 debemos hacer lo que podemos hacer. Hay cosas que solo el Señor hará, pero este
mandato es claro, debemos hacer algo, algo que el Señor no hará por nosotros, esforcemos y
cobremos ánimo, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

Josué 1.8 aquel que prospera, es aquel que medita en su palabra. Siempre el hombre ha deseado
prosperidad, sobre todo económica, pero ¿Quién es el hombre más próspero? Aquel que vive en
la ley del Señor, aunque no tenga dinero, tendrá una riqueza espiritual de incalculable valor, el
salmista lo dijo “aquel que en la ley de Jehová esta su delicia… todo lo que hace prosperará”

Josué 1.16-17 el pueblo se someterá a un hombre que se someta a Dios. Dice hebreos “someteos a
vuestros pastores” para algunos será fácil, para otros no tanto, pero aquí hay un principio
importante, si el líder, guía, pastor… se somete a Dios, sin duda el pueblo también lo hará con Él,
claro que habrá sus excepciones.

Josué 4.22 contaremos a nuestros hijos las maravillas que el Señor ha hecho. Siempre que el Señor
hablo a los padres acerca de enseñar a sus hijos, les dijo y “repetirás estas palabras” nuestros hijos
serán nuestras primeras ovejas, nuestro primer “público” nuestra primera iglesia, donde la palabra
debe ser predicada.

Josué 5.15 los caminos del Señor son santos. Se repite una lección que Dios la había enseñado a
Moisés, “estas en tierra santa” debemos transitar por un camino santo, recordando a quien
seguimos y servimos, El que dice que permanece en él, debe andar como él
anduvo.

Josué 7.11 el pecado siempre conduce a la derrota. Así como la santidad nos lleva a la bendición, el
pecado nos llevara a la ruina, dijo David cuando peco con Betsabé “mientras calle mis huesos
envejecieron” una ruina espiritual, física… que afectara no solo nuestras vidas, si a todos los que
nos rodean.

Josué 8.11 debemos hacer solo conforme Dios ha dicho. Quizá, este es uno de las mas grande
errores que ha cometido la iglesia, hacer cosas que parecen buenas, cuando Dios no ha mandado
hacerlas, Adoramos como nos parece correcto, cantamos lo que nos parece correcto… y el punto
aquí no es, que es correcto para mí, sino, que me ha mandado Dios hacer, la ilustración de esto es
Nadab y Abiu, hicieron lo que Dios no les mando y por eso fueron consumidos.

Josué 10.8 no debemos temer ante nuestros enemigos. Estamos como ovejas en medio de lobos,
sin duda, estamos rodeados de personas que buscan hacernos daño, pero ¿Por qué habré de
temer? El Señor es mi luz y mi salvación ¿Por qué habré de atemorizarme?
Josué 21.43-44 El señor cumple su palabra. Al final de todo, la única esperanza que tenemos es
confiar en lo que Dios ha dicho, aunque las cosas sean contrarias, aunque vayan de mal en peor,
solo podemos esperar confiadamente a que el Señor haga conforme a sus promesas, que son en Él
sí y en Él, amen, son verdaderas. El cielo y la tierra pasaran, pero sus palabras no pasaran.

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