Orar Sin Desmayar
Orar Sin Desmayar
Orar Sin Desmayar
Texto central: Lucas 18:1“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de
orar siempre, y no desmayar,”
Lectura complementaria: Lucas 18:1-7
Introducción:
¿Has conocido alguna persona insistente? ¿Te consideras una persona insistente en tu
vida? ¿Te consideras una persona insistente con Dios?
Insistir sin desmayar; la gran mayoría de nosotros por nuestra idiosincrasia y nuestra
personalidad comparada con las personas de otros países, evitamos “molestar” o “insistir”.
Son muy pocas las personas que logran objetivos por la insistencia.
Contextualizando el relato bíblico: una viuda que no lograba volver a contraer matrimonio
estaba destinada a la pobreza y miserias hasta que sus hijos pudieran ayudarle. Esta
condición estaba directamente relacionada con no tener ninguna influencia en la sociedad.
Según Jesús esta mujer se caracterizaba por ser “insistente”. Jesús menciona esta
parábola, para enseñarnos cómo debemos orar.
Desarrollo:
1. Pide y no dejes de insistir, conociendo la voluntad de Dios.
El conocer su voluntad, te permite pedir según el deseo del corazón de Dios. El libro
de Santiago nos da una razón, por la que pedimos y no recibimos, porque pedimos
para nuestros deleites, y no ponemos nuestros ojos en el reino de Dios (Santiago
4:3). ¿Como conocer la voluntad de Dios? conociendo su Palabra.
2. Pide y no dejes de insistir, con una actitud de humildad.
El libro de Isaías, menciona que; El Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo
nombre es Santo, también habita, con el quebrantado y humilde de espíritu. (Isaías
57:15). Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Santiago 4:6).
3. Pide y no dejes de insistir, sin ocultar nada a Dios.
Tener la actitud del salmista, cuando dice el salmo 139:23 “Examíname, oh Dios, y
conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos.”
No ocultes tus molestias y cuéntale al Señor si te sientes ofendido por alguien.
Mateo 5:44 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen;”
Conclusión:
Si has dejado de pedir, si por algún motivo te desanimaste creyendo que Dios se olvidó de
ti, recuerda a la viuda y al juez injusto, retoma la oración, retoma tus sueños y sé insistente,
El Señor te dice; “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y
noche? ¿Se tardará en responderles?” (Lucas 18:7)