Casos Psicopatologia Percepcion

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FACULTAD: CIENCIAS DE LA SALUD

ASIGNATURA: PSICOPATOLOGÍA I
DOCENTE: PSIC. HERMINIA DE LOS RIOS SOSA
FECHA: 19/02/2021
CASOS DE PICOPATOLOGÍA DE CONCIENCIA Y PERCEPCIÓN
CASO CLÍNICO
La paciente es una mujer de 75 años. Es viuda y vive sola. Ingresó a un servicio
de traumatología después de quebrarse una pierna.
Motivo de Consulta: La paciente estaba tan confusa e inquieta que merodeaba por
la sala de traumatología durante la noche, molestando a los otros pacientes. Se la
derivó para una evaluación psiquiátrica debido a que presentaba obnubilación de
conciencia y comportamiento hiperactivo. Dos
días antes se había caído en el baño y fracturado el fémur. Se la internó y se le
practicó una operación de osteosíntesis. Después de la operación comenzó su
confusión. Su conciencia se obnubiló y redujo su capacidad de atención y notación.
No recordaba qué le había sucedido o porqué estaba internada. Durante el día
mostraba una leve agitación sin objetivo. No podía leer ni mirar televisión y no
siempre reconocía a los parientes que la visitaban. Sacaba al personal del hospital
a empujones cuando querían lavarla o cuidarla. Se la vio conversando con
personas imaginarias y mirar fijamente a un punto en el techo. Se mostraba irritable
y solía tener explosiones de enojo.
Entre estas crisis, la paciente se calmaba y podía dormir durante media hora, pero
de noche no podía hacerlo y su agitación aumentaba. Cuando los otros pacientes
se dormían, vagaba por la sala y los despertaba. Iba a las habitaciones de otros
pacientes y trataba de meterse en sus camas.
Varias veces intentó salir del hospital en camisón, pero fue detenida y traída
nuevamente a su habitación. Antes de la operación, la paciente se había
comportado normalmente y sus hijos no habían notado deterioro en su memoria o
en su concentración.
Antecedentes: La paciente había vivido sola durante 20 años después de la muerte
de su esposo, quien había sido contador en una compañía de publicidad. Tenía dos
hijas mayores de edad, que vivían en el mismo distrito. Habitaba un departamento
alquilado y había podido vivir sola sin ayuda hasta este episodio.
Siempre había sido una mujer callada e introvertida, pero aparte de eso, no había
habido nunca nada inusual con respecto a su persona. Aparte de una diabetes no
insulino dependiente durante los últimos cinco años, había estado bien desde el
punto de vista somático. Nunca había estado internada antes de este incidente. No
había recibido ninguna medicación regularmente y no tomaba alcohol.
Datos actuales: Durante el examen, la paciente se mostraba perpleja y no prestaba
atención. Estaba totalmente desorientada y no cooperaba. Se encontraba sentada,
musitando, y casi no percibía la presencia del examinador. No se la notaba
deprimida ni ansiosa. Tampoco podía cooperar en ninguna prueba mental. El
examen físico, que incluyó la evaluación neurológica, no detectó anormalidades,
aunque fue incompleto por la falta de cooperación de la paciente. Las pruebas de
laboratorio dieron una moderada desviación en los electrolitos del suero el primer
día después de la operación, pero al momento de realizarle la evaluación
psiquiátrica se habían normalizado. El hemograma y los parámetros hepáticos eran
normales. El electrocardiograma mostró un infarto menor antiguo y supresión
arterial era normal en límites inferiores.

CASO CLÍNICO
SOBREDOSIS
Varón de 19 años que es traído a la consulta por su familia a causa de un
comportamiento anormal desde hacía tres o cuatro días. La familia había acudido
dos días antes a pedir ayuda sobre cómo convencer al paciente para que acudiera
a la consulta. Cuando acude, el paciente tiene una conciencia parcial de
enfermedad, al ser consciente de que algo extraño le ocurre: refiere que, desde el
pasado fin de semana, donde había consumido entre 10 y 15 consumos de cannabis
al día, siente que la gente de su alrededor le mira de manera distinta, como si le
estuvieran vigilando. En su trabajo habitual (es camarero de un bar) interpreta los
gestos de la gente hacia él como de disgusto, “como si le censuraran lo que hace”.
En casa se muestra enfadado y distante, “como aislado, en su mundo”, y en algún
momento, al mostrar interés por lo que le sucede, ha respondido de forma agresiva.
Como esta situación se iba agravando, acuden a consulta. La familia lo describe
como “un buen chico”, algo apocado y con cierta dificultad en las relaciones
sociales. Había dejado los estudios hacía un año y había comenzado a trabajar en
un bar de un conocido, sin problemas. La familia está desestructurada, con
separación de los padres hacía 4 años, con mala relación entre ambos. Es el tercero
de 5 hermanos, con mala relación entre todos al haber tomado partido distinto tras
la separación de los padres. No antecedentes familiares de patología mental. Es
consumidor de cannabis desde los 13 años, con consumo inicial de fin de semana
con los amigos de dos-tres consumos al día. Posteriormente, tras la separación de
los padres (él tenía 15 años) aumenta el consumo hasta hacerlo diario, en cantidad
de 5-6 veces/día. No consumo de otros tóxicos (alcohol esporádico).
Recientemente el consumo era de 10 canutos al día. La familia refiere que lo había
pasado muy mal tras la separación de los padres. También citan dos o tres episodios
previos similares al actual, tras un elevado consumo de cannabis en el fin de
semana, que cedieron sin tratamiento tras mantenerse abstinente. El paciente
admite tomar medicación durante un mes (se le administra risperidona, hasta 3
mg/día): en citas posteriores se observa una remisión completa de la
sintomatología e intolerancia a los efectos secundarios del tratamiento (sedación),
motivo por el que abandona el tratamiento y las consultas. En controles telefónicos
la familia informa que el paciente está bien y no ha reanudado el consumo. Dos
años más tarde, acude con la familia al servicio de Urgencias del Hospital
Provincial por presentar un episodio similar, con mayores trastornos de conducta
(agresividad verbal en casa y el trabajo), de una semana de duración. Los síntomas
eran similares, si bien presentaba pseudoalucinaciones auditivas (voces que le
increpaban). No había accedido a acudir a consulta y tras romper un mueble en
casa, la familia lo fuerza a acompañarlos a Urgencias. Se le plantea un ingreso de
corta duración para lograr la abstinencia de cannabis (había vuelto a consumir
hacía 6 meses, incrementando el consumo hasta 4-5 veces/día en la actualidad) e
iniciar un tratamiento, lo cual admite. Durante el ingreso se le administra el mismo
tratamiento a dosis de 2 mg/día y se observa una rápida remisión de los síntomas,
pidiendo el paciente la alta voluntaria a los 5 días del ingreso. Antes de irse se le
administra risperidona en presentación depot por los antecedentes de abandono del
tratamiento (25 mg/14 días). En controles posteriores el paciente se mantiene
abstinente de cannabis y no presenta síntomas psicóticos; sí un cuadro depresivo
leve reactivo a la vivencia de los problemas causados a la familia. Posteriormente
abandona el tratamiento y las consultas de nuevo se establecen cada tres meses. A
los seis meses reaparece el cuadro psicótico tras consumo de cannabis (que había
reiniciado tres meses antes, con consumo de 8-10 veces/día), en esta ocasión con
alucinaciones auditivas en 2ª y 3ª persona, que le increpan hasta tal punto que había
presentado ideas de suicidio severas, motivo por el que la familia lo lleva de nuevo
a Urgencias. En este caso el ingreso es involuntario (dado el alto riesgo de suicidio
y la nula conciencia de enfermedad). El ingreso se prolonga dos meses, siendo
dado de alta con neurolépticos depot y remisión parcial de los síntomas

Diagnóstico: Trastorno esquizofreniforme


CASO CLÍNICO

ESTUPOR DISOCIATIVO

Paciente de 19 años, soltera, reside con su familia en un ámbito rural, acude


a urgencias para valoración por psiquiatría por cuadro de estupor, mutismo
y trastornos del comportamiento, después de haber sido descartada patología
orgánica. El episodio comienza cuando la paciente se dispone a ir a To rrot a
sellar la cartilla del paro; con su hermano la paciente presenta trastornos de
conducta sospechosos. Comienza con un cuadro de progresivo aislamiento
y mutismo que motiva varias consultas hospitalarias, hasta que, después de
ser valorada por Neurología, es valorada por Psiquiatría, donde ingresa
presentando igual sintomatología, asociándose un cuadro de disminución de
conciencia que llega al grado de estupor. Cuenta la familia que, unos días
antes del cuadro, la paciente venía presentando trastornos del
comportamiento, tales como bañar a los hermanos junto con los animales.
Además, decía que veía cómo los cuadros se movían y una muñeca hablaba.
Presenta alerta, sin respuesta a estímulos verbales ni nociceptivos. No obedece
órdenes sencillas. Mirada perdida. Rigidez espástica en cuello. Imposibilidad
a la deglución y la deambulación.

Diagnóstico: Amnesia, fuga y estupor disociativo


CASO CLÍNICO

TRASTORNO DE PERSONALIDAD MÚLTIPLE (O TRASTORNO


DISOCIATIVO DE IDENTIDAD)

Joan, una mujer casada madre, de dos hijos, fue presentada para tratamiento
de una disfunción sexual recientemente reportada, que afectaba su
matrimonio. Aunque Joan también reportó haber tenido problemas de
depresión en la infancia, negó otros problemas. Debido al problema
presentado, el terapeuta pidió al esposo de Joan que asistiera a las sesiones.
Durante la primera discusión con el esposo de Joan, quedó claro que Joan tenía
una variedad de problemas que ella no había mencionado durante la sesión
inicial. Su esposo describió problemas de memoria, también cómo a veces la
encontraba aterrorizada, escondiéndose en el closet o bajo la cama, actuando
como si no lo reconociera por esos momentos, y reportó que ella había crecido
en un ambiente de violencia y abuso. Joan describió frecuentes episodios de
despersonalización y desrealización, pesadillas, y flash backs; también reveló
que frecuentemente escuchaba voces desde dentro de su cabeza. Ella percibía
las voces como viniendo de otras personas dentro de su cabeza expresando la
creencia de que eran personas distintas. Se hizo claro que aquellas voces eran
las personalidades alternas que a veces tomaban control de Joan.

Diagnóstico:

Trastorno disociativo. Pérdida de la integración

NOTA: Estos casos serán revisados y analizados, en la próxima clase (19-02-


2021). Por favor, descargar y tener el archivo disponible.

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