Cienciapolitica

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Dirección General de Cultura y Educación

Dirección de Educación de Adultos y Formación Profesional


Polimodal para Adultos a Distancia

CIENCIA POLÍTICA
Autor: Alejandro Bresler

INDICE
Presentación
Objetivos
Propuesta metodológica
Apartado Bibliográfico

TU UNIDAD 1: POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA

T1 Naturaleza de lo política
T2 ¿Por qué una Ciencia Política?

T1 Principales corrientes actuales de la Ciencia Política


T2 Positivismo
T2 Conductismo
T2 Teoría sistémica
T2 Hermenéutica
T2 Política comparada
T3 El método comparativo

TU UNIDAD 2: ESTADO Y GOBIERNO

T1 El concepto de Estado
T2 Estado absolutista
T2 Estado liberal
T3 Público y privado
T2 Estado de bienestar

T1: El gobierno
T2 Gobierno y actores políticos
T2Gobierno y funciones
T2Gobierno e instituciones

T1: Formas de gobierno


T2Constitucionalismo y autoritarismo
T2Unitarismo y federalismo
T2Presidencialismo y parlamentarismo

T1Partidos políticos

TU UNIDAD 3: TEORIA POLÍTICA

T1 Acerca del pensamiento político


T1 Pensamiento político clásico

T1 Pensamiento político moderno


T2 La ilustración

T1 Ideas y teorías políticas


T2 Absolutismo
T2Liberalismo
T2Marxismo
T2Socialdemocracia
T1 Presentación

Txt. ppal.
Este módulo tiene como propósito presentarle una ciencia social cuya
especificidad ha sido reconocida, en términos históricos, hace relativamente
poco tiempo.

La reflexión sobre lo político atravesó y atraviesa casi todas las disciplinas cuyo
objeto de estudio es lo social. Esto llevará, seguramente, en muchos pasajes
del módulo, a que usted se haga preguntas tales como: “¿Pero, este tema no
lo estudié ya en otro módulo...?”. Efectivamente, muchos de los temas que
abordaremos a lo largo del texto le resultarán familiares. Esto es así porque
toda ciencia social tiene, como centro de su reflexión, el mismo objeto: la
sociedad, o el hecho social. No obstante, ese hecho social puede ser
abordado desde diversas perspectivas, cada una de las cuales supone un
conjunto de preguntas específicas y propias de la disciplina que las hace.

Así, el derecho mira lo social y se pregunta: “¿Por qué hay ley?, ¿cómo es la
ley?”. La sociología, a su vez, se pregunta “¿Por qué hay sociedad?,¿cómo
es?”.

Si lo pensamos un poco, el derecho no puede responder su pregunta sin hablar


de la sociedad y la sociología no puede hacerlo sin referirse a la ley. Pero si
bien los caminos se cruzan en tanto el objeto es el mismo, mientras que para
el derecho la existencia de la sociedad como tal será una herramienta que le
permitirá explicar o comprender la existencia de la ley, para la sociología será
la ley una de las herramientas que le permitirán explicar o comprender la
existencia de lo social.

Pues bien, en el caso de la Ciencia Política, la pregunta de la que partiremos


será “¿Por qué hay orden?”, para interrogarnos, a partir de ella, acerca del
hecho social desde este punto de vista concreto.

Para andar este camino, hemos organizado los contenidos del módulo en tres
unidades, del siguiente modo:

Punteo
o En la Unidad 1 usted encontrará una presentación general de la Ciencia
Política como disciplina específica. Estudiará, en esta unidad, las diferentes
corrientes y problemas teóricos con que se enfrenta la Ciencia Política y sus
criterios metodológicos más relevantes.

o En la segunda unidad se abordará el análisis del Estado desde una


perspectiva conceptual precisa: el estudio de sus formas en lo relativo a la
legitimidad, organización y manejo del poder.
También se hablará del concepto de gobierno, tratando de delimitar el
alcance del mismo. Para ello, se tratará de responder la pregunta: ¿Qué
es el gobierno? se presentarán diversos puntos de vista y respuestas
posibles. Se analizarán, también, los diferentes sistemas y formas de
gobierno, histórica pero sobre todo conceptualmente. Para finalizar se
analizará el por qué de la existencia de partidos políticos y de diferentes
sistemas electorales.

o En la unidad final, el tema central será la teoría política. Se delimitará allí


el concepto de pensamiento político para referirlo a los diferentes modos en
que el problema político fue abordado en distintos momentos históricos.
También se hará un análisis de las ideas y teorías políticas más relevantes de
la actualidad.

T2 Objetivos

Txt. Ppal.
Esperamos que al concluir este módulo usted sea capaz de:

Punteo
 Comprender lo político como una dimensión específica de lo social.
 Identificar, diferenciar y comparar diferentes sistemas políticos.
 Reflexionar críticamente acerca de las diferentes formas de participación
política.
 Reconocer los distintos actores políticos y su rol dentro del Estado.
 Diferenciar y relacionar entre sí los conceptos de Estado,
institucionalidad y constitucionalidad.
 Identificar las ideas políticas contemporáneas más relevantes y
establecer criterios comparativos entre ellas.
 Tomar una posición fundamentada en relación con las teorías políticas
actuales.

T2 Propuesta metodológica

Txt. Ppal.
Usted encontrará, en su itinerario por las páginas de este módulo, cuatro
modos de abordar los temas propuestos en la presentación.

En primer lugar, un recorrido didáctico y conceptual, en el cual se desarrollarán


en forma ampliada los contenidos detallados en el índice.

En segundo lugar, fragmentos de textos de autor sobre los temas elegidos,


cuyo objetivo es acercarlo al análisis de los contenidos mediante el acceso
directo a las fuentes. Esto complementará lo que se diga de los temas en el
cuerpo principal del texto.

También hallará actividades que deberá resolver a medida que avance. Esto le
permitirá tener una noción del modo en que va entendiendo los temas
desarrollados, al tener que ponerlos en práctica.

Finalmente, y recorriendo todo el texto, encontrará recuadros ampliatorios de


algunos de los puntos tratados, que hemos implementado con el objeto de
hacer más amena y clara la exposición de la materia. En estos recuadros, se
encontrará con un politólogo hipotético (el lic. Domínguez), al cual le haremos
preguntas que nos parecen fundamentales para la comprensión de algunos
temas.

Le sugerimos que tenga frente al texto una actitud activa. Utilice su carpeta
para hacer anotaciones, realice las actividades, vuelque todas sus dudas en los
encuentros tutoriales y discuta los temas de estudio, tanto con su tutor como
con sus compañeros y conocidos.
TU UNIDAD 1: POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA

T1 Naturaleza de lo político

Txt. Ppal.
Es muy probable que a lo largo de su vida usted haya escuchado más de una
vez frases desaprobatorias de lo político: “yo no me meto en política”, o “esa
persona dice eso porque tiene intereses políticos”, o simplemente “en la
política todo está corrupto”, son solo algunos ejemplos de posiciones que, o
bien se nos dicen, o bien, muchas veces, repetimos sin reflexionar.

Este tipo de enunciados tiene un denominador común: todos suponen que la


política es un lugar en el cual uno se mete o no se mete. En otras palabras:
algunas personas hacen política y otras no.

A lo largo de este módulo tendremos que dejar a un lado este prejuicio,


construido por el sentido común, pero, poco útil para analizar en profundidad la
naturaleza de lo político, tal como nos interesa empezar a pensarla.

Actividad
Actividad 1
:I A partir de la lectura que ha realizado hasta el momento y teniendo en
cuenta sus ideas acerca del tema, elabore y escriba una definición de política.

Txt. Ppal.
Una primera observación acerca de la política, entendida como un tipo
específico de práctica, es que el origen del término y del concepto se remonta
veintiséis siglos.

Definición
La palabra política deriva de la palabra griega polis (podemos traducir la
palabra como “lo relativo a la polis”); una polis era una ciudad, un conjunto de
personas que vivía bajo normas y creencias similares. Si bien no es del todo
correcto hacer una comparación podemos decir que una polis se parecía
bastante a lo que hoy consideramos como una nación.

Consulte/relea
En la Unidad 2 del Módulo “Derecho y Sociedad”, encontrará una explicación
más detallada.

Txt. Ppal.
Tal vez usted haya escuchado hablar de los griegos como los padres de la
democracia. Pues bien: la democracia griega y la polis están estrechamente
ligadas. La una es incomprensible sin la otra.
Nota para diseño
Incluir imágenes de Grecia antigua

Consulte/relea
Será conveniente que para comprender bien todo lo que se diga acerca de la
política en este apartado, recurra a la Unidad 2 del módulo Derecho y Sociedad
y repase lo que se trata allí respecto del concepto de Estado.

Txt.Ppal.
Para un demócrata ateniense, considerar que el manejo de los asuntos
públicos no estuviera a cargo de la sociedad civil, en tanto sociedad civil, era
un absurdo, si se quería sostener que se vivía en un régimen democrático.
Un ateniense no tenía la posibilidad, sino la obligación de ser, en algún
momento, y por sorteo, funcionario al servicio de la Polis. Pero su actividad
como tal estaba permanentemente sometida a las decisiones de la Asamblea
de todos los ciudadanos (órgano encargado de legislar e impartir justicia).

El filósofo griego Aristóteles escribió numerosos libros dedicados a una gran


variedad de temas, entre ellos la política. Es a él a quién debemos el primer
tratado sistemático de las diferentes formas de gobierno.

La lectura de sus obras nos permite entender la importante diferencia de


concepto que existe entre nuestra forma de entender lo público, y la
concepción que de lo mismo tenían los atenienses.

Nota para diseño


Retrato de Aristóteles o alguna imagen que ilustre el texto.

Txt. para leer


Aristóteles nació en la ciudad de Estagira en el año 384 a.C. Fue uno de los
más importantes filósofos que conoció la humanidad. Escribió sobre temas muy
diversos, en su obra: Política, analiza entre otras cosas las diversas formas de
gobierno, tema al que dedica un lugar central. En este libro encontramos
expuesta, por primera vez, una división sistemática y rigurosa de los diferentes
modos de organización política.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
En efecto, en el libro III de Política, Aristóteles dice dos cosas que nos
interesan particularmente:

Punteo
a) En primer lugar, es llamativo (para nosotros) que
Aristóteles considere que la forma republicana de gobierno sea un sistema
mixto entre la democracia y la oligarquía, porque parece ser democrático
que los cargos se den por sorteo, y oligárquico que se den por
elección.

b) En segundo lugar (y en estrecha relación con lo


que acabamos de decir) es muy ilustrativo que Aristóteles defina como
ciudadano a aquel en cuyas manos están el gobierno y la justicia.
Ciudadano es, para él, quien puede ser juez. Si alguien no puede juzgar a
sus iguales, no es un igual y, por ende, no es un ciudadano.
Txt. Ppal.
Lo que queda claro en estas definiciones de Aristóteles es que:

Definición
la concepción griega de lo público (al menos ateniense) no concibe que los
asuntos de todos sean responsabilidad de unos pocos (aun si son
elegidos).
Txt. Ppal.

Si prestamos atención al primero de los puntos que destacamos, notaremos


que, al decir que solo puede considerarse democrática una práctica en la cual
los cargos se ocupen por sorteo, Aristóteles está afirmando que solo existe
democracia (en un sentido estricto) si cualquiera es capaz, en cualquier
momento en el que se lo requiera, de manejar los asuntos públicos, sin más
preparación que su calidad de ciudadano.

De lo afirmado, nos importa destacar que, si bien es cierto que el concepto de


democracia ha cambiado mucho, no sucede lo mismo con el de política, al
menos desde la perspectiva que nos interesa abordarlo.

Definición
Entenderemos como política a toda práctica humana cuyo sentido solo sea
visible en el contexto de un orden social determinado.

Txt. Ppal.
Si volvemos al primer párrafo de este apartado, entenderemos ahora, por qué
debemos abandonar la creencia que se puede entrar o salir de la política:

Definición
todas las prácticas humanas, en tanto los hombres viven en sociedad, son
prácticas políticas.

Txt. para leer


Como anticipamos en la presentación, nos acompañará a lo largo del módulo
un ficticio politólogo que hemos inventado para hacer más amenas ciertas
cuestiones que requieran de una explicación más detallada.

El licenciado Domínguez se encargará de responder algunas dudas que


puedan surgir durante la lectura y cuyo tratamiento dificulte la comprensión de
lo expuesto. Creemos que hemos llegado a una primera pregunta que puede
merecer nuestra atención.

Pregunta: No entiendo bien esto de que “toda práctica humana es una práctica
política”. ¿Quiere decir que cuando voy al cine con mis hijos estoy haciendo
política?, y cuando me reúno con mi familia o con mis amigos ¿siempre hago
política?

Lic. Domínguez: Desde la perspectiva que estamos tratando de tomar,


podemos decir que sí, que usted hace política en todos los casos.
Tenga en cuenta que afirmamos que todas las prácticas humanas son políticas,
pero no que sean solamente políticas. La política, en este enfoque amplio que
introdujimos hasta aquí, es una dimensión de sus prácticas, una perspectiva,
un punto de vista. Por lo tanto convive con otras dimensiones (psicológicas,
jurídicas, económicas, etcétera).

Piénselo con el siguiente ejemplo. Usted se reúne para tomar un café con
unos amigos. ¿Está haciendo derecho? Tal vez su primera respuesta sea “no”;
pero si lo analiza con cuidado, verá que hay muchísimos elementos en la
situación que son jurídicos, empezando por el hecho de que está vestido,
conforme a las normas que estipulan que no se puede andar desnudo por la
calle. Además, si está en un bar, va a pagar lo que tome, de acuerdo con las
normas que lo indican de ese modo. Podemos multiplicar los ejemplos, siempre
dejando en evidencia que su acto de “tomar un café con amigos” tiene una
dimensión jurídica, que no implica que esté hablando de leyes, ni de nada
relacionado con aspectos legales.

Ahora bien, cuando va al cine con sus hijos, se establecen entre ellos y usted
ciertas relaciones que tienen que ver con el orden: la decisión de salir, qué
película ver, cómo llegar, qué hacer en el lugar, cómo hacerlo. El modo en que
usted y los suyos se preparan para esa actividad es un reflejo de cierta
concepción del orden que organiza las relaciones familiares y cuyas
consecuencias trascienden las cuatro paredes de su casa, porque generan una
dinámica que es, entre otras cosas, un aprendizaje para sus hijos respecto del
modo en que deben organizarse las cosas.
Así, podemos pensar toda la situación de la salida al cine desde un punto de
vista político y decir, por ejemplo, que su familia está organizada democrática o
antidemocráticamente, en función del modo en que se decide qué hacer (lo
deciden todos, o lo decide uno y lo impone a los demás).

Nota para diseño


Se puede acompañar el relato con imágenes que ilustren alguno de los
ejemplos que pone Domínguez: el bar, la salida, etc.
Fin Txt. para leer

Mensaje
Es importante dejar claro que, cuando hablemos de política a lo largo del
módulo, no nos estaremos refiriendo a ninguna práctica profesional, sino a
prácticas cotidianas, puesto que hemos definido a la política como una
dimensión de la vida social.
En caso de que nos ocupemos de la dimensión específicamente profesional
de la política haremos las salvedades y aclaraciones correspondientes.

Esa dimensión específica de lo social es la que remite a nuestras prácticas en


tanto las miramos desde la perspectiva del orden, de la organización. Y este
punto de vista nos conducirá, inevitablemente, a hablar del poder y del modo
en que este se administra, se acumula, se instituye.

Actividad
Actividad 2
Punteo Actividad
• Relea su respuesta a la Actividad 1
• Compárela con las definiciones de política desarrolladas hasta el
momento.
• Reescriba la definición agregando lo que considere necesario a partir de
la lectura. Fundamente lo realizado.

Txt. Actividad
Recuerde compartir con su profesor tutor las respuestas de las actividades

T1 ¿Por qué una ciencia política?

Txt. Ppal.
Una vez que hemos identificado un objeto sobre el cual centrar nuestra
atención, que en el caso que nos ocupa es lo social como tal, podemos hacer
un recorte y dirigir nuestra mirada hacia alguno de sus aspectos específicos.
En nuestro caso, hemos identificado ese aspecto con el orden, o con la
organización social, o con el poder (siempre en relación con los conceptos
anteriores).

Definición
Habrá una Ciencia Política, entonces, en tanto exista la necesidad de realizar
sobre ese recorte del objeto una interrogación especial, sistemática, rigurosa.

Txt. Ppal.
La pregunta por los fundamentos y formas del orden político es parte de las
preocupaciones del hombre desde hace muchos siglos. Ya en los siglos V y IV
a.C., Platón, primero, y su discípulo Aristóteles después, tomaron como una
cuestión primordial en sus trabajos la investigación de los principios del poder.
De los dos fue Aristóteles quien más profundizó su análisis.

Es relevante tener en cuenta que el momento histórico en el cual Aristóteles


escribió sus obras fue un período de profunda crisis política. El planteo
aristotélico se caracterizó por tratar de dar un carácter científico a sus
reflexiones utilizando un método comparativo.

Nota para diseño


Incluir retratos de los filósofos

El trabajo de Aristóteles es ilustrativo de una característica peculiar de las


ciencias sociales, que es particularmente importante a la hora de pensar en la
ciencia política.
Toda nueva teoría política inaugura un paradigma. Como todo nuevo
paradigma, este intentará modificar el modo de interrogar a su objeto, lo cual
cambiará radicalmente las respuestas conocidas hasta el momento. Pero a
diferencia de lo que ocurre con otras ciencias, las nuevas teorías políticas (nos
referimos a aquellas que significan un cambio radical de paradigma) intentarán
también cambiar el objeto mismo (por ejemplo, las instituciones).
Encontraremos, entonces, que grandes teorías como las de Aristóteles,
Hobbes o Marx (por poner solo tres ejemplos muy diferentes entre sí), no serán
solo análisis nuevos sobre los fundamentos del orden político, sino auténticos
programas políticos cuya finalidad es producir un cambio concreto en las
relaciones sociales existentes.

Consulte/relea
En la pág. del Módulo de Filosofía (¿?) la definición de paradigma. Precisar el
dato

Txt. para leer


Recurriremos al licenciado Domínguez para hacerle algunas preguntas que nos
ayuden a entender estas diferencias.

Pregunta: ¿Pero, cuál es la diferencia entre la ciencia política y el derecho, o la


filosofía, que también intentan cambiar su objeto proponiendo sistemas y no
solo modelos explicativos?

Respuesta: Podríamos agregar a la lista, de hecho, otras ciencias, como la


historia y la psicología. Es cierto que entre el derecho y la filosofía política hay
muchos puntos en común con la ciencia política; tantos que durante mucho
tiempo no existió una ciencia política independiente de esos campos, que la
abarcaban. Fue recién a fines del siglo XIX que se empezó a pensar en la
ciencia política como en una disciplina aparte, específica. Dos factores
fundamentales para comprender esta separación fueron: la generalización de la
democracia y el auge del positivismo (del cual hablaremos con mayor
profundidad en los apartados que siguen).

El primero de estos factores implicaba una dificultad creciente para predecir,


legitimar y explicar el orden político; el segundo era, precisamente, una puerta
abierta a la posibilidad de solucionar ese inconveniente, debido a que,
aparentemente, al menos, ofrecía la perspectiva de tratar los asuntos relativos
al poder y las instituciones políticas con el mismo rigor con el que se explicaban
los fenómenos naturales.

No fue sino hasta bien entrado el siglo XX que existió una ciencia política
independiente de cualquier otra disciplina. Su peculiaridad quedó establecida,
entonces, en función de que abordaba lo social, desde la perspectiva del orden,
a partir de un punto de vista propositivo, lo cual implicaba (e implica) que la
ciencia política no solo teoriza sobre las instituciones, sino que intenta
modificarlas, constituyéndose en una ciencia práctica, sin dejar por ello de ser
sistemática y rigurosa.
Fin Txt. para leer

T1 Corrientes actuales principales de la ciencia política

Txt. Ppal.
Como en toda disciplina científica, convivieron y conviven en la ciencia política
diferentes corrientes o tradiciones de investigación. A continuación ofreceremos
un recorrido por las corrientes más relevantes, que no será exhaustivo, sino
simplemente ilustrativo de las posiciones más salientes.

Desde fines del siglo XIX y hasta fines de la Segunda Guerra Mundial
(mediados del siglo XX), la ciencia política dedicó sus investigaciones
principalmente a la elaboración de teorías sobre el Estado. Los análisis de la
disciplina, en ese período, abarcaron tanto los mecanismos de justificación del
poder del estado como el análisis comparativo entre estados y sus relaciones.

En esos primeros desarrollos, la separación entre la ciencia política y la


filosofía y el derecho era aún difusa. El estudio se centraba en un análisis
institucional cargado de juicios valorativos, lo cual redundaba, merced al
dominio de las escuelas anglosajonas, en una defensa del estado liberal
(mayormente el norteamericano y el inglés).

A mediados del siglo XX se producirá una verdadera revolución que impactará


con enorme fuerza en los desarrollos teóricos de las ciencias humanas y
sociales, incluida, desde ya, la ciencia política: la aparición del conductismo. A
partir de ese momento, tanto los fundamentos filosóficos como la metodología
de gran parte de las ciencias sociales habrán de transformarse radicalmente.

T2 Positivismo

Txt. Ppal.
Para comprender qué es el conductismo, es necesario hacer una breve
introducción a los preceptos de otra gran tradición de investigación anterior al
conductismo, de la cual esta última es deudora, que marcó el camino de una
enorme cantidad de investigadores. Se trata del positivismo.

Consulte/relea
Para comprender mejor todo lo que se diga en relación con el positivismo, le
será de gran ayuda tener a mano el módulo de Filosofía, puesto que en la
Unidad 1 se desarrollan los principios básicos del empirismo, corriente
filosófica de la cual el positivismo habrá de tomar gran parte sus fundamentos.

Txt. Ppal.
La tesis central del positivismo sostiene que la ciencia debe abandonar toda
especulación metafísica si pretende construir conocimiento. Para esta corriente
filosófica, que se funda en los postulados del empirismo, solo la observación
de los hechos puede conducir a la verdad, por medio de procedimientos
inductivos ajenos a toda valoración moral o ideológica.

Si se quiere arribar a la verdad, habrá que despojar, según la visión positivista,


al discurso científico de cualquier carga irracional o de todo aquello cuya
comprobación empírica sea imposible. Con la aparición del positivismo fue
discutido el carácter científico de una gran cantidad de discursos como el
materialismo histórico y el psicoanálisis, cuyos enunciados no cumplían con los
requisitos metodológicos que los positivistas reclamaban a cualquier disciplina
para aceptarla como ciencia.
Lo que el positivismo introdujo en forma exitosa, sobre todo en el mundo
anglosajón, fue un criterio de demarcación rigurosísimo para determinar el
carácter científico de cualquier discurso. Ese criterio no fue otro que la
instauración y exaltación de un único método científico válido: el de las
ciencias naturales.

Nota para diseño


Buscar una imagen de un laboratorio con gente trabajando o de una clase de
matemáticas, física o química en la que se vea un pizarrón con fórmulas y
acompañar con el epígrafe:”el método de las ciencias naturales es el único que
el positivismo considera válido”

Txt. para leer


Leamos un breve fragmento de un texto de Kart Popper, uno de los máximos
defensores del positivismo del siglo XX:

Nota para diseño


Incluir retrato del autor

“(…) El trabajo del científico consiste en proponer teorías y en contrastarlas.


(…) La cuestión acerca de cómo se le ocurre una idea nueva a una persona –
ya sea un tema musical, un conflicto dramático o una teoría científica- puede
ser de gran interés para la psicología empírica, pero carece de toda
importancia para el análisis lógico del conocimiento científico. Este no se
interesa por cuestiones de hecho sino únicamente por cuestiones de
justificación o validez; sus preguntas son del tipo siguiente: ¿puede justificarse
un enunciado?; en caso afirmativo, ¿de qué modo?; ¿es contrastable?;
¿depende lógicamente de otros enunciados?; ¿o los contradice quizá?

“(…) Sólo admitiré un sistema entre los científicos o empíricos si es susceptible


de ser contrastado con la experiencia. Estas consideraciones nos sugieren que
el criterio de demarcación que hemos de adoptar no es el de la verificabilidad,
sino el de la falsabilidad de los sistemas. Dicho de otro modo: no exigiré que un
sistema científico pueda ser seleccionado, de una vez para siempre, en un
sentido positivo; pero sí que sea susceptible de selección en un sentido
negativo por medio de contrastes: ha de ser posible refutar por la experiencia
un sistema científico empírico”.

Cita: Popper, K., La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, pp.


30-33, 39-42. 1971.

Fin Txt. para leer

Mensaje
Karl Popper (1902-1994) estudió filosofía en la Universidad de Viena. Su aporte
más conocido a la epistemología es la afirmación de que la ciencia operaba
por falsación y no por inducción. La base del control empírico de la ciencia es
la posibilidad de falsar las hipótesis, en un proceso abierto que conduciría
tendencialmente a la verdad científica. Popper desarrolló este principio en La
lógica de la investigación científica (1934), donde estableció también un criterio
para deslindar ,claramente la ciencia, de los demás discursos: para que una
hipótesis sea científica es necesario que se desprendan de ella enunciados
observables y, por tanto, falsables, de modo que si éstos no se verifican, la
hipótesis pueda ser refutada. Según este criterio, ninguna disciplina que no
fuera capaz de poner a consideración enunciados que pudieran ser observados
empíricamente, podía recibir el nombre de “ciencia”.

Actividad
Actividad 3
En el Módulo de Filosofía encontrará información acerca del método científico.
Consulte/relea en el mencionado Módulo el método hipotético deductivo y el
método inductivo y por escrito, explique con sus palabras el método de las
ciencias naturales.

Txt. Ppal.
A mediados del siglo XX, y en un contexto de rotundo éxito del positivismo, se
produjo la aparición del conductismo. En lo relativo a la ciencia política, esta
aparición fue decisiva (sobre todo en los Estados Unidos de América), puesto
que marcó la definitiva separación de la disciplina respecto de la filosofía, la
historia y el derecho.

T2 Conductismo

Txt. Ppal.
Como su nombre lo indica, el conductismo, cuyo origen se encuentra en la
psicología, tiene como objeto de estudio la conducta humana; pero, a diferencia
de los desarrollos anteriores a su aparición, el enfoque conductista abandona la
pretensión de explicar las acciones de los hombres en términos de
motivaciones subjetivas.
En otras palabras: a un conductista no le importa, por ejemplo, por qué razón
un niño es feliz cuando le regalan un juguete, y ni siquiera le importa
demasiado que el niño sea feliz; simplemente se limita a verificar que ante un
estímulo determinado , el regalo del juguete, el niño responde siempre de la
misma manera: sonríe. Sobre esta base, el psicólogo conductista formulará una
conclusión que permitirá controlar la conducta del niño: si se quiere lograr
cierto tipo de sonrisa, basta con hacer determinado regalo.

Nota para diseño


Imagen de un adiestramiento de animales con el epígrafe “no parece haber
para gran parte de la teoría conductista, diferencias sustanciales entre educar a
un ser humano y adiestrar a un perro”
¿Importa si a partir del experimento se puede formular una teoría
universalmente válida? No, y no es el objetivo. Simplemente se busca dominar
las conductas de los seres humanos, del mismo modo que se dominan el agua
y el fuego para producir la ebullición. No es importante, para el conductismo,
comprender las motivaciones de las conductas; lo que interesa es predecirlas y
controlarlas.

Definición
El postulado básico del conductismo, aplicado a la ciencia política, es sencillo y
terminante: la ciencia política debe ser tratada como una ciencia natural.

Txt. Ppal.
Para ello, habrá de producirse un profundo cambio en lo relativo al tipo de
investigaciones a realizar por los cientistas políticos

Hasta fines de la Segunda Guerra, el eje de las investigaciones eran las


instituciones; a partir de la década del 50, y de la mano del conductismo,
serán los individuos.

El conductismo pretende dejar de lado toda prescripción, postulando una


ciencia política meramente descriptiva. Ni los juicios de valor ni los procesos
históricos le importan, puesto que solo toma como objeto de estudio la
conducta del individuo, a fin de predecirla y controlarla en pos de una meta
específica. En conformidad con esto, su metodología será esencialmente
cuantitativa (se ocupará de medir, contar, hacer estadísticas, etcétera).

Txt. para leer


Los siguientes son algunos postulados del conductismo, escritos por uno de
sus más conocidos defensores:

“Necesitamos llegar a una teoría del comportamiento humano que no sólo sea
plausible, que no sólo sea lo suficientemente convincente para “vendérsela” a
un gran público, sino una teoría que haya probado su valor dentro de la
productividad científica. Debemos prepararnos, no sólo para hablar acerca de
los problemas del mundo, sino para hacer algo al respecto de ello, para lograr
la clase de control que es el objetivo de la investigación en la ciencia del
comportamiento. La superioridad de tal teoría será entonces clara y no
tendremos que preocuparnos por su aceptación”.

Cita Skinner, B. F. “Experimental psychology” In. Dennis (Ed.), Current trends


in psychology (p. 49). Pittsburgh, PA: University of Pittsburgh Press.1974.

“El criterio último para la validez de un concepto no es si dos personas están


de acuerdo en su significado, sino si los científicos que emplean el concepto
pueden operar exitosamente sobre su materia. Lo que importaba a Robinson
Crusoe no era si estaba de acuerdo consigo mismo, sino si estaba logrando
algo en el control sobre la naturaleza”.

Cita Skinner, B. F. “Rejoinders and second thoughts”. Psychological


Review,1945.
Fin Txt. para leer

Mensaje
Burrhus Skinner (1904 – 1990), fue un psicólogo norteamericano defensor del
conductismo. En sus obras propuso que la psicología debía tender al control
del comportamiento, para mejorar la sociedad. El principal rasgo de su
pensamiento es la indiferenciación entre los métodos para estudiar y controlar
las conductas humana y animal, basando la valoración de los estudios
científicos puramente en el éxito logrado en obtener un tipo de respuestas
esperado ante estímulos determinados
Nota para diseño
Retrato de Skinner

Txt. Ppal.
Es por las razones esgrimidas que la ciencia política conductista se acercará a
dos disciplinas, a las cuales reconocerá como disciplinas científicas útiles: la
economía y la sociología. De la segunda utilizará sus métodos de investigación;
de la primera, el concepto de equilibrio natural del mercado, conocido como la
“mano invisible”.

Mensaje
El concepto de “mano invisible” fue formulado por la economía clásica y es
relativamente sencillo. Se supone que los individuos, en sus interacciones
cotidianas, buscan siempre su propio interés, tratando de conseguir las
mayores ventajas para sí mismos. El freno natural a su ambición, que no tiene
por qué tener ninguna medida, son los demás, pero no por solidaridad o por
obligación moral, sino por conveniencia (no me conviene, por ejemplo, estafar a
los demás, a riesgo de ser yo mismo estafado, o de perder la confianza de los
otros).
La suma de todas las acciones individuales se equilibraría, así, naturalmente,
por lo cual la búsqueda egoísta del individuo redundaría en el bienestar
general.
Fin mensaje

Txt. Ppal.
El enfoque conductista busca, entonces, encontrar ciertas regularidades en los
comportamientos individuales, produciendo así generalizaciones y predicciones
que pueden ser verificadas empíricamente, sin necesidad de desarrollos
especulativos. Una conducta no será catalogada, entonces, como buena o
mala, sino como útil o inútil, en función de los objetivos que se quieran lograr.
No importa la justicia, sino la eficacia de una política determinada.

De este modo, la ciencia política, abordada desde una perspectiva conductista,


comenzó a considerarse a sí misma, más que como una disciplina explicativa,
como una ciencia útil, aplicable a casos concretos, capaz de proporcionar
herramientas para la implementación de medidas de gobierno eficaces. La
equidad de esas medidas, al no estar contemplada como una variable de
análisis, dejó de ser un problema.

El enfoque conductista recibió, merced a su ciega adhesión a un empirismo


desprovisto de valores, fuertes críticas, entre las cuales vale la pena mencionar
dos.
Punteo
En primer lugar, se observó que el carácter no prescriptivo de la ciencia política
era en realidad una fábula. Al declararse una ciencia meramente descriptiva, no
hacía más que legitimar el orden observado, por su silencio. Lo que aparecía
como meramente descriptivo era, en realidad, una prescripción: no se debe
discutir el modelo político existente. Nos ocuparemos más en detalle de
esta crítica cuando hablemos de la hermenéutica.

En segundo lugar, se le criticó al conductismo el relegar la teoría a la


inexistencia absoluta con lo cual la ciencia política podía predecir
acertadamente ciertos comportamientos e incluso controlarlos (al menos en
parte), pero de ninguna manera comprender o explicar adecuadamente su
inserción en una red de relaciones sociales, para lo que parecía necesitar otro
tipo de enfoque.

T2 Teorías sistémicas

Txt. Ppal.
Como contracara de la pobreza teórica del conductismo, las teorías sistémicas
son de un altísimo nivel de abstracción.

Mensaje
Su característica central es que el individuo deja de ser la unidad de análisis de
la ciencia política y es reemplazado por el sistema político. En términos muy
generales.

Definición
Un sistema político es un conjunto de relaciones, de interacciones relevantes
para la conformación del orden, entendido en un sentido muy amplio. Es
importante destacar que hemos dicho interacciones relevantes y no
meramente relaciones. La pregunta es; ¿cómo se decide qué interacciones son
relevantes y cuáles no?

La teoría sistémica sostiene que lo que interesa al análisis de la ciencia política,


y que constituirá su objeto de estudio, es el conjunto de relaciones que
permitan explicar cómo se asignan, en una sociedad, los valores comunes ante
los cuales todos se sienten obligados. El análisis del sistema incluye, entonces
varios elementos:

Punteo

• Por un lado, un grupo de personas vinculadas entre sí. La teoría


sistémica encontrará en la división del trabajo el vínculo central de análisis.
• En segundo término, un conjunto de valores y normas que
condicionan las interacciones entre los individuos.
• Finalmente, un conjunto de personas cuyo rol social es el de gestionar el
sistema político, constituyéndose en autoridad.
Nota para diseño
Imagen de gente trabajando con el epígrafe: “La división del trabajo es uno de
los ejes de análisis de las teorías sistémicas”

Txt. Ppal.
El cambio fundamental que introduce la teoría sistémica consiste en abandonar
la idea de que se puede partir de la conducta de un individuo para tener una
explicación aceptable de un sistema social. Desde la nueva perspectiva
aportada por este enfoque, es el sistema el que permite entender los actos
individuales y no al revés. O mejor:

Definición
solo si se acepta que un individuo está socialmente condicionado y, por ende,
en cierta forma producido por el sistema, se puede considerar que sus actos
son explicativos del funcionamiento del sistema como totalidad.

Txt. Ppal.
Esta última afirmación no alcanza, no obstante, a todos los desarrollos teóricos
sistémicos, tal como está planteada. La idea de que una totalidad determina el
sentido de cada una de las partes que la componen es de corte funcionalista y
supone algo así como una generación espontánea de las relaciones políticas.
Es por esto que esquemas sistémicos posteriores a las primeras formulaciones
prefirieron considerar que ni el individuo explica al sistema ni el sistema al
individuo, sino que son las relaciones entre individuos el verdadero objeto de
estudio. Esta nueva formulación toma nota de que al haber relaciones de
poder, existen individuos capaces de tomar decisiones relevantes que llevan al
sistema por uno u otro camino.

La suposición básica de la teoría sistémica es, sin embargo, que no todos los
actos humanos son actos políticos en sentido estricto. Como ya hemos visto,
solo un conjunto de características de las acciones de los hombres son
consideradas relevantes para el análisis del sistema.
Mensaje
La separación fundamental de la teoría sistémica se da entre sistema político y
lo que recibe el nombre de ambiente social.

Mensaje
Por otra parte y a pesar de las aclaraciones que se han hecho, la teoría
sistémica cambia su objeto de estudio pero no su método de análisis.
Txt. Ppal.
Más allá de que las observaciones no se hagan sobre individuos, sino sobre
sistemas Se observan estos como si fueran individuos más grandes, utilizando
criterios como los de “equilibrio”, o “necesidades”, o “respuesta”, en el mismo
sentido en uno y otro caso.
Finalmente, el planteo conductista fundamental acerca de la distancia del
científico respecto de su objeto será mantenido por los teóricos sistémicos.
Tanto en lo relativo a la observación (empírica) como en lo concerniente al
análisis de lo observado, un científico se abstendrá de hacer juicios morales
sobre su objeto y se limitará a describir lo que ve y predecir conductas futuras
(en este caso, conductas del sistema).

Tanto la separación entre sistema político y ambiente social, como la negación


del carácter prescriptivo de la ciencia política fueron discutidos por otros
teóricos, que tomaron distancia del positivismo en general y del conductismo en
particular Las corrientes teóricas que rechazaron estas suposiciones pueden
englobarse dentro de lo que se conoce como la tradición hermenéutica, de la
cual nos ocuparemos ahora.

T2 Hermenéutica

Txt. Ppal.
La modificación en el modo de abordar el estudio de los fenómenos políticos se
inscribe en un proceso de cambio mucho más radical y abarcativo, que se dio
en el seno de las ciencias sociales en general, a partir de la década de 1960.

Como hemos visto, los enfoques conductista y sistémico tienen como premisas
el análisis objetivo de los fenómenos. Esta concepción de la ciencia social
tiene, a su vez, origen en el pensamiento positivista, cuya máxima rectora es
que:
Definición
la ciencia, para ser caracterizada como tal, debe seguir un único método,
meramente descriptivo.

Txt. Ppal.
Este método es el de las ciencias naturales. Así, cualquier objeto debe ser
abordado desde una perspectiva en la cual los deseos y creencias del
investigador no pueden jugar ningún papel, puesto que distorsionan la realidad,
cargándola de valoraciones subjetivas y desviándose de los hechos, que son lo
único que importa.

A partir de 1960, este modelo entró en crisis, al menos en lo que a las ciencias
sociales se refiere, por el crecimiento y desarrollo de un nuevo enfoque
filosófico que se conoce como la tradición hermenéutica.

La hermenéutica no nació en el siglo XX. Puede decirse, incluso, que es aún


más antigua que el positivismo.

Definición
Una definición corriente del término hermenéutica es “arte de la interpretación
de textos”, y era la disciplina utilizada para la interpretación de los textos
bíblicos, desde mucho tiempo antes de la modernidad, a fin de lograr una
comprensión de las escrituras que permitiera prescribir normas de conducta a
los hombres, respetando la voluntad de Dios.

Nota para diseño


Imagen de un religioso leyendo un texto con el epígrafe “los orígenes de la
hermenéutica están ligados a la interpretación de la palabra de Dios”

Txt. Ppal.
A mediados del siglo XIX, un filósofo alemán llamado Wilhelm Dilthey se
enfrentó con las corrientes positivistas dominantes haciendo de esta
metodología una herramienta de análisis de los fenómenos sociales. Para ello,
desde ya, debió despojarla de sus componentes teológicos originales.
Nota para diseño
Retrato de Dilthey

Txt. para leer


Wilhelm Dilthey (1833 – 1911) fue un filósofo alemán que negó la dominación
del método de las ciencias naturales, aplicado al estudio de los fenómenos
sociales. El concepto de objetividad, propio de las primeras, debía ser
abandonado en las segundas, que debían hacer de la subjetividad de sus
observaciones un punto fuerte. El postulado básico de Dilthey era que todo
conocimiento solo adquiere sentido si se lo ubica en un contexto histórico y,
principalmente, si se asume que quien realiza un juicio sobre un hecho vive, él
también, en un contexto que condiciona sus observaciones.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Para Dilthey, una ciencia del hombre no podía (ni era bueno que lo
pretendiese) ser objetiva. Conocer el significado de un texto o hecho histórico
suponía, necesariamente, tratar de desentrañar las intenciones, deseos,
condicionamientos propios de la época en que esos textos o hechos se habían
producido. Esto implicaba que todo discurso acerca de un hecho protagonizado
por seres humanos necesitaba de una interpretación, que no podía sino ser
subjetiva, puesto que quien interpretaba esos hechos lo hacía, también él,
desde un contexto determinado y con los condicionamientos propios de su
época. Un hecho histórico necesitaba, más que ser explicado, ser
comprendido.

Txt. para leer


Veamos ahora los aportes del licenciado Domínguez:
Es necesario hacer una breve aclaración respecto de la utilización de los
términos explicación y comprensión. Como se trata de términos complejos,
daremos un ejemplo.

Supongamos que alguien quisiera entender por qué hubo, en 1976, un golpe
de estado en Argentina. Para explicárselo, deberíamos darle algunos datos
relacionados con ese acontecimiento. Podríamos, por ejemplo, explicarle la
historia de los golpes de estado, desde 1930, o cual los enmarcaría en una
tradición oscura. También podríamos hablarle del peronismo y de la resistencia
que provocaba en ciertas clases sociales y en los sectores militares. En suma:
una explicación del hecho, “golpe de estado de 1976”, requeriría la conexión
del mismo con otros sucesos anteriores, o su inclusión en una serie de hechos
más general. El acontecimiento quedaría explicado y sería entonces
entendido.

No obstante, y suponiendo que quien recibe la explicación es, por ejemplo, un


extranjero que no conoce en absoluto el hecho, ¿podemos decir que la persona
a la cual le damos la explicación comprende todas las significaciones políticas,
sociales, culturales, económicas, del golpe del 76, en el mismo sentido que
decimos que lo hace alguien que vivió los sucesos y sufrió sus consecuencias?
Desde ya que no. Y esa es la diferencia entre entender y comprender: la
comprensión implica que quien comprende forma parte de lo comprendido.

Actividad
Actividad 4
Relea la aclaración del Lic. Domínguez respecto de la utilización de los
términos explicación y comprensión y dé un ejemplo de ambos. Para hacerlo
seleccione un hecho de su interés.
Escriba su respuesta y consúltela con el profesor tutor.
Nota para diseño
Imagen del juicio a las Juntas con el epígrafe Las profundas implicancias del
juicio a la dictadura militar solo pueden ser comprendidas cabalmente en
función de las vivencias de la sociedad argentina en las décadas del 70 y el 80”
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
En la década del 60 y bajo la influencia del filósofo alemán Martin Heidegger,
una corriente importante de pensadores, entre los cuales se destacaron Hans
Gadamer y Paul Ricoeur, tomaron como propios los principios de la
hermenéutica, pero dándole un giro profundo. Para ellos, como para
Heidegger, la realidad misma debe ser entendida como un texto que es
necesario interpretar.

Consulte/relea en el Módulo de Filosofía los desarrollos teóricos de Martin


Heidegger. (Precisar dato)

Txt. para leer


Martin Heidegger nació en Baden, Alemania, en 1889. Murió en la ciudad de
Messkirch en 1976. Fue uno de los más influyentes filósofos de la historia,
cuyas ideas torcieron el rumbo de gran parte de los pensadores del siglo XX.
Fue el iniciador de la corriente filosófica conocida como fenomenología
existencial, cuya premisa fundante es que los hombres no tienen más esencia
que la que se dan ellos mismos, en tanto existentes que se constituyen en el
mundo y, a su vez, constituyen el mundo.
Mensaje
Mundo y hombre son, para Heidegger, inseparables, lo cual quiere decir que la
vida misma supone una interpretación.
Txt. para leer
A partir de la aparición del libro Ser y tiempo, su obra más importante, se hizo
para muchos filósofos imposible volver a pensar que es existe una mirada
objetiva o neutral del mundo, ya que todo discurso supone un hablante y, por lo
tanto, una perspectiva.
Fin Txt. para leer

Txt. para leer


Hans Gadamer nació en Marburgo, Alemania, en el año 1900. Murió en el año
2002, a los 102 años de edad. Es el creador de la denominada hermenéutica
filosófica, método que supone que el conocimiento solo es posible desde un
horizonte de interpretación en el cual el hombre comprende su entorno y se
comprende a sí mismo a la vez. Entre sus aportes más destacados a la
disciplina filosófica, se encuentra la revalorización del prejuicio, como
herramienta indispensable para todo acceso a una interpretación posible del
mundo.
Fin Txt. para leer

Txt. para leer


Paul Ricoeur fue uno de los más importantes filósofos franceses del siglo XX.
Vivió entre los años 1913 y 2005. Escribió numerosos textos en los cuales se
evidencia su preocupación por la problemática del conocimiento, entendido
como una constante reinterpretación. Para Ricoeur, la realidad tiene, para el
hombre, una estructura narrativa, lo cual implica que no hay separación clara
entre realidad y lenguaje.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
El postulado básico de lo que se conoce como la hermenéutica ontológica es
que sujeto y objeto se constituyen simultáneamente, y la realidad tiene un
carácter narrativo. Con este supuesto como base, es imposible seguir
sosteniendo que es factible acceder libre de interpretaciones a un hecho.

La oposición con las posturas sistémicas y conductistas es evidente: no hay un


acercamiento objetivo a los hechos políticos.
Lo que queda descartado, según el enfoque hermenéutico, es el carácter
descriptivo de cualquier ciencia social. Al suponer que toda descripción del
mundo implica una toma de posición y, por ende, una interpretación, las
ciencias son siempre prescriptivas, aun cuando nieguen ese carácter. De
hecho, declarar a la ciencia política como meramente descriptiva supone ,
desde este punto de vista, un abandono de la crítica y, por ende, una
prescripción: las cosas están bien así; no intente cambiarlas.

Los prejuicios políticos no son, para la corriente hermenéutica, un obstáculo,


sino un horizonte de interpretación que ubica al narrador en una perspectiva
desde la cual puede analizar los hechos.

Mensaje
Es absolutamente imposible imaginar un observador sin prejuicios, porque eso
supondría un observador sin contexto y sin historia.

Txt. Ppal.
Por otra parte, la existencia de una perspectiva permite conjeturar que existen
otras y no está dicho de antemano cuál es la preferible, si acaso la hubiera. Un
análisis de fenómenos políticos supone, entonces, que el investigador forma
parte de una tradición que no puede “sacarse de encima” o negar.

Txt. para leer


Le ofrecemos algunos fragmentos de la obra de Gadamer, en los cuales se ven
con claridad los postulados básicos de la hermenéutica:
“El que quiere comprender un texto realiza siempre un proyecto. Tan
pronto como aparece en el texto un primer sentido, el intérprete proyecta
enseguida un sentido del todo. Naturalmente que el sentido solo se manifiesta
porque ya uno lee el texto desde determinadas expectativas relacionadas a
su vez con algún sentido determinado. La comprensión de lo que pone en el
texto consiste precisamente en la elaboración de este proyecto previo.

“(…) La interpretación empieza siempre con conceptos previos que


tendrán que ser sustituidos progresivamente por otros más adecuados (...)
Elaborar los proyectos correctos y adecuados a las cosas, que como proyectos
son anticipaciones que deben confirmarse ‘en las cosas’, tal es la tarea
constante de la comprensión.

“(…) El que quiere comprender un texto tiene que estar en principio


dispuesto a dejarse decir algo por él. Una conciencia formada
hermenéuticamente tiene que mostrarse receptiva desde el principio para la
alteridad de los textos. Pero esta receptividad no presupone ni ‘neutralidad’
frente a las cosas ni tampoco autocancelación, sino que incluye una matizada
incorporación de las propias opiniones previas y prejuicios. Lo que importa es
hacerse cargo de las propias anticipaciones, con el fin de que el texto
mismo pueda presentarse en su alteridad y obtenga así la posibilidad de
confrontar su verdad objetiva con las propias opiniones previas.

“(…) Solo este reconocimiento del carácter esencialmente prejuicioso de


toda comprensión confiere al problema hermenéutico toda la agudeza de su
dimensión.”

Cita: Gadamer , H. G.; “Fundamentos para una teoría de la experiencia


hermenéutica” en “Verdad y método”, Vol. I Cap. II, Salamanca, SIGUEME,
1988.

Fin Txt. Para leer

Txt. Ppal.
La filosofía hermenéutica concibe el conocimiento como un proceso dialógico.
Se dialoga con otros, se dialoga con el pasado y se dialoga con la tradición
cultural. No hay observación neutral posible.

Una crítica que recibió la postura de Gadamer puede formularse del siguiente
modo: si solo hay conocimiento en una tradición, y si solo es posible basarse
en esa tradición y en los propios prejuicios para elaborar cualquier discurso;
¿cómo es posible cambiar la tradición?; ¿no estamos entonces condenados a
repetir la tradición una y otra vez, en tanto no somos capaces de una mirada
que rompa con ella?

Uno de los principales objetores de Gadamer fue otro integrante de la corriente


hermenéutica llamado Jurgen Habermas, quien vio en las formulaciones de
aquel un rasgo conservador y postuló la necesidad de una distancia crítica del
intérprete respecto de su objeto de estudio.
Nota para diseño
Incluir imágenes de los autores

Txt. para leer


Jurgen Habermas nació en Dusseldorf, Alemania, en 1929. Su obra está
guiada por la impugnación a la idea positivista de que es posible un
conocimiento objetivo de los hechos. Para él, la ciencia no se rige solamente
por la búsqueda de la verdad, sino por intereses y valores que se ocultan
detrás de su supuesta neutralidad, transformándola en una herramienta de
dominación.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Un científico social, para Habermas, debe reconocerse como inscripto en una
tradición, pero, para poder realizar un corte con ella y mirarla desde una
perspectiva crítica.

Gadamer, por su parte, no aceptará las críticas de Habermas, negará que


reconocerse como parte de una tradición sea sinónimo de aceptarla
acríticamente. Por su parte, criticará a Habermas .Sostendrá que la distancia
crítica postulada por este genera una imagen del científico social muy parecida
a la de un sabio iluminado.

En esta polémica interviene el discurso de Ricoeur, que no verá en las


posiciones de Gadamer y Habermas sino dos sistemas complementarios (y no
opuestos).

Para Ricoeur, Gadamer ha hecho un gran aporte a la historia de la ciencia, al


poner la conciencia histórica en el centro de la escena. Tal como Ricoeur lo
ve, Gadamer ha dado un paso adelante en su rehabilitación del prejuicio, ya
que ,si bien es cierto que afirmarse en la tradición supone el riesgo de caer en
la conservación del orden existente, Gadamer toma la autoridad de la tradición
como reconocimiento social, lo cual implica que lo tradicional está
permanentemente siendo sostenido por actos de razón que pueden cambiar.
Por otra parte, la existencia de tradiciones particulares supone que hay otras
tradiciones distintas. Esto último no se limita a distintas en el tiempo, sino que
incluye la existencia de distintas tradiciones simultáneas en diferentes
espacios; en otras palabras: diferentes culturas que conviven.

Es por esto último que Ricoeur rescata el aporte de Habermas. La ciencia


emite juicios universales. La misma noción de conocimiento carece de sentido
si, al menos desde una perspectiva teórica, este conocimiento no es pensado
como válido, no solo para quien emite el juicio, sino también para quien lo
escucha. Todo acto de interpretación requiere de una distancia o, más bien, la
supone, ya que no vivimos los hechos del mismo modo que nuestras vivencias,
sino como si fueran independientes de nuestro deseo. En este sentido, tan
fundamental como tener una perspectiva desde la cual observar, es reconocer
que hay “ algo más” que la propia perspectiva.

Nota para diseño


Imagen de dos personas dialogando con el epígrafe: “El diálogo racional es la
base del sistema ético de Habermas”

El concepto de interés cobra entonces una importancia capital, puesto que, por
un lado, hay diversas perspectivas y, por otro, juicios universales; ¿Cómo
elegir una perspectiva por sobre otras? Pues por medio del diálogo racional,
lo cual supone, por una parte, que los hombres deben ser considerados, sin
excepción, como dialogantes autorizados a proponer su visión y, por otra, que
la diversidad de interpretaciones es una ventaja y no un problema en la
búsqueda del conocimiento, pues amplía el horizonte de posibilidades.

T 2 Política comparada

Txt. Ppal.
Finalizaremos esta unidad con el estudio de una de las corrientes más
importantes de la ciencia política, en función de su peso como competidora
contra la corriente conductista: la corriente comparatista.

Esta corriente, que cobró una enorme importancia a partir de la segunda mitad
del siglo XX, se constituyó en la vertiente más fuerte de oposición al
conductismo, en tanto adoptó una posición que tomó de las críticas
hermenéuticas a dicha escuela.

Parte de su capacidad crítica, sin abandonar la pretensión de buscar un saber


objetivo y respaldado por técnicas de investigación metódicas. En este sentido,
si bien la comparación era una herramienta que las teorías conductistas
usaban para sus estudios, el comparatismo agregó a esta metodología
componentes ideológicos y teóricos, negando el carácter meramente
descriptivo de la ciencia política.

Nota para diseño


Foto de Mussolini ante la multitud, con el epígrafe “El fin de la Segunda Guerra
provocó un replanteo de la Ciencia Política, que en Italia contó con destacados
representantes, críticos del fascismo”

La escuela comparatista tomó distancia, así, del empirismo ateorético (es decir:
del empirismo pretendidamente falto de teoría), endilgándole una absoluta
incapacidad para dar cuenta de las decisiones que implica el hecho de medir.
Efectivamente, la pura medición es falsa, en tanto no se mide cualquier cosa,
sino solo lo que se considera relevante; pero la relevancia no es un dato de la
naturaleza, sino un criterio subjetivo. Por otra parte, se distanció de cierto
idealismo que hacía de la medición un elemento secundario, en tanto le parecía
tan absurdo suponer una medición sin teoría como una teoría sin ninguna clase
de correlato con la experiencia.

Txt. para leer


Es una buena muestra de los postulados de la escuela comparatista el
siguiente fragmento extraído de un libro de Norberto Bobbio:
“El desarrollo real de la ciencia política es guiado (…) por el ideal de una
política científica, esto es, de una acción política fundada sobre el conocimiento
lo más rigurosamente posible de las leyes objetivas del desarrollo de la
sociedad, no abandonado entonces al azar o a la intuición de los operadores
políticos. En la lucha contra la adulteración ideológica de los reales móviles de
la acción humana, la ciencia política nace ella misma en un contexto social e
ideológico individualizado, en el que va abriéndose camino el ideal de la política
como ciencia, es decir de una política no ideologizada. Consecuentemente, la
competencia más urgente y conjuntamente más comprometida que espera en
esta fase a la ciencia política es aquella de someter a análisis, y eventualmente
cuestionar, la misma ideología de la política científica, examinando su
significado histórico y actual”.

Cita: Bobbio, N., Matteucci, N. y otros; Diccionario de política, Buenos Aires


Siglo XXI, 1979.
Fin Ttx. Para leer

Txt. para leer


Norberto Bobbio (1909 – 2004) fue uno de los más importantes politólogos de
la historia de la ciencia política. Fue un defensor de los derechos humanos y la
democracia, a los cuales consideraba, junto con la paz, elementos necesarios
que se implicaban mutuamente. Su trabajo como politólogo estuvo signado por
un fuerte rechazo al conductismo desde una perspectiva positivista que, sin
embargo, no renegaba de la necesidad de incorporar al análisis científico de la
política un componente ideológico crítico.
Fin Txt. para leer

T 3 El método comparativo

Txt. Ppal
Como ya hemos dicho, la política comparada hace de la comparación de
sistemas políticos el eje de su estudio. Encontrar y explicar semejanzas,
diferencias, regularidades y patrones debe ser el camino para entender
cambios y explicar tendencias, tanto en los sistemas estudiados como en el
marco de una teoría general de la política.
Definición
Otro de los elementos centrales del comparatismo es su tesis, que sostiene
que la comprensión de sistemas diferentes del propio es una vía directa para el
conocimiento de este último.
Txt. Ppal.
En otras palabras: conocer los presupuestos que guían las propias prácticas
políticas solo es posible en tanto estas prácticas pueden ser relacionadas con
otras prácticas, haciendo del conocimiento del otro un camino para el
autoconocimiento.
Definición
La comparación es, así, mucho más que una metodología técnica: es una
forma de pensar que se inscribe en una práctica ética concreta.
Txt. Ppal.
Ahora bien, decir de la ciencia política que se trata de una práctica científica
implica, entonces, que toda explicación debe poder ser verificada
empíricamente (si se entiende la ciencia como lo hace el comparatismo es
decir, identificando ciencia con una actividad que debe seguir el método
prescrito por el positivismo). Esto supone, para la ciencia política, en tanto es
una ciencia social, una dificultad: la experimentación puede ser raramente
utilizada (si acaso es posible experimentar en un sentido clásico) en función de
que no parece muy sencillo aislar el objeto de estudio y someterlo a
observación y repetición. No es imposible lograr cierta clase de
experimentación repetitiva, lo cual se logra mediante la estadística; pero la
utilización de esta herramienta requiere, por un lado, una multiplicidad enorme
de casos y, por otro, la aceptación de que las conclusiones a las que se pueda
llegar a partir de la cuantificación conducen a razonamientos útiles.

La contracara del método estadístico es el método histórico. En este último,


se privilegia el análisis conceptual de los datos por sobre la cuantificación. El
método histórico aporta en profundidad lo que le falta de extensión (en función
de la escasez de casos, se hace necesario elevar al máximo la potencialidad
explicativa de cada uno de ellos). La ciencia política comparada usa, hoy,
ambos recursos. Y es en función de la dificultad para enfocar sus
investigaciones en la experimentación controlada que la comparación se vuelve
la herramienta por excelencia de la ciencia política, en tanto conjuga la
cuantificación (de casos, de datos, de perspectivas, etc.) con la calificación (en
tanto hay que seleccionar esos datos, esos casos, esas perspectivas).

Ahora bien; lo dicho hasta aquí responde a la pregunta acerca del por qué es
importante comparar. Debemos ahora saber si hay elementos para determinar
cómo y qué es lo que habrá de compararse, según criterios que sean
aceptables para la pretensión de constituir una política científica. Veamos
cuáles son, entonces, los elementos implicados en la constitución de un
método comparativo:

Punteo
1) En primer lugar, es imprescindible que el investigador cuente con una
estructura conceptual y teórica fuerte, en tanto un aparato teórico y
articulado es una rica fuente de hipótesis y las hipótesis son las llaves que
abren vías de investigación. Que la estructura teórica es fuente de hipótesis no
implica solo que es merced a ella que se tienen muchas hipótesis (aunque
también es cierto que a mayor complejidad teórica, mayor cantidad de
perspectivas investigativas se abren), sino que es gracias a la solidez
conceptual que se pueden definir “buenas” hipótesis, precisas, fructíferas.

Un politólogo que intentara, por ejemplo, analizar el surgimiento del peronismo


en Argentina, podría trabajar en función de una hipótesis que ligara el
peronismo con un discurso populista, y remontara sus análisis hasta ponerlos
en comparación con el nacionalismo rosista, en contraposición con los
discursos de Sarmiento y Alberdi. Para ello, debería contar con un marco
conceptual lo suficientemente fuerte como para incluir el conocimiento de la
disputa entre unitarios y federales y su inserción en el contexto de una lucha de
ideas que se remonta a la Revolución Francesa. Solo la posibilidad de contar,
entre otros, con todos estos elementos de análisis (teoría política moderna,
romanticismo, recepción argentina de los preceptos de la ilustración,
fundamentos teóricos del populismo, etcétera) haría posible formular una
hipótesis como la mencionada.

2) La fortaleza teórica del investigador le permite, además, contar con un


elemento esencial en su investigación, como lo son las variables a incluir en
sus comparaciones. En este caso, y siguiendo con nuestro ejemplo, podrían
ser variables relevantes: el tipo de políticas nacionalizadoras de Rosas y Perón,
o la extracción social y la inserción cultural de los seguidores de uno y otro y de
sus detractores.

3) Otro elemento central remite a los casos que habrán de tomarse en


consideración, lo cual abre diferentes perspectivas:

• Por un lado, es importante definir cuántos casos son necesarios para el


análisis. En este sentido, la investigación puede ser cuantitativa (muchos
casos, analizados desde una perspectiva más bien estadística) o cualitativa.
Puede, también, realizarse una investigación binaria, que implica la
comparación de dos casos. Sin abandonar el ejemplo que hemos elegido, un
investigador puede tomar como polos de comparación solo los gobiernos de
Rosas y Perón, o puede incluir en sus análisis, por ejemplo, otros procesos
políticos populistas latinoamericanos que resulten enriquecedores para el
análisis.

• Por otra parte, y en relación estrecha con lo anterior, se debe definir


cuáles son los casos relevantes. Esta elección se liga inmediatamente con la
hipótesis sustentada, en tanto es la misma hipótesis la que ayuda a despejar
aquello que no conduce a comprender lo que se estudia.

4) Finalmente, toda comparación requiere tomar en consideración dos


dimensiones temporales, a saber:

Punteo
• Una dimensión sincrónica, en función de la cual se estudian dos casos
diferentes en un mismo momento del tiempo.
• Una dimensión diacrónica, que implica el estudio del caso (o de todos
los casos a considerarse) en su variación a lo largo del tiempo.

Mensaje
Existe hoy una enorme diversidad dentro de lo que hemos denominado la
escuela comparatista de la ciencia política. Lo que hemos presentado al
estudio fue solo un repaso muy abarcador por sobre los conceptos centrales
que, en mayor o menor medida, están presentes en todas las investigaciones
comparatistas.

Actividad
Actividad 5
Escriba un texto comparando las diferentes corrientes desarrolladas entre sí.
Consulte con su profesor tutor la resolución de las actividades.
TU UNIDAD 2: ESTADO Y GOBIERNO

T1 El concepto de Estado

Txt. ppal.
El concepto de Estado es de capital importancia para la ciencia política. Dijimos
en la primera unidad de este módulo que el problema central del cual se ocupa
la ciencia política es el del orden o el del poder, pero en tanto concepto que
sirve para comprender el modo en que una sociedad organiza sus relaciones
políticas. Si, como trataremos de mostrar, el Estado es, desde hace ya varios
siglos, el factor ordenador por excelencia de las relaciones sociales, se
comprenderá la pertinencia de dedicar una unidad a su estudio.

En el módulo de Derecho y Sociedad usted ha visto que bajo el nombre Estado


se engloban distintos modos de organización política, muy diferentes entre sí.
Desde la polis griega hasta los estados modernos, pasando por el imperio
romano y los reinos europeos, el concepto de Estado parece aplicarse a casi
cualquier forma organizativa de los últimos veinticinco siglos. No obstante y
merced a que es más que discutible que el término esté siempre bien aplicado,
Definición
nos referiremos al Estado como a una forma particular de organización política
de aproximadamente siete siglos de antigüedad. Revisar esta información
Txt. Ppal.
En primer lugar, caracterizaremos al Estado haciendo un breve punteo de sus
aspectos más distintivos.

Mensaje
Para que un ordenamiento pueda ser identificado como Estado, será necesario
que:

Punteo
• ningún poder controle un determinado espacio físico del planeta y a la
población que allí vive (poco claro. Resolverlo más directamente) . Este poder
exclusivo sobre territorio y población es lo que se conoce como soberanía.
• el punto precedente implique que, para ser estado, es necesario el
dominio de un territorio.
• forme parte de un sistema interestatal (de estados) en el cual sea
reconocido como Estado soberano (sobre su territorio y población).
• posea una estructura jerárquica y burocrática en la cual los órganos
superiores controlen a los inferiores, en cuya cima debe encontrarse un
elemento no burocrático ni impersonal. Esta característica es conocida como
aparato burocrático.
• exista un poder centralizado (solo el Estado es un ente autorizado para
regular de derecho las relaciones políticas existentes).
• posea el monopolio de la coacción física legítima.

Nota para diseño


Foto de la ONU, con el epígrafe “Formar parte de un sistema interestatal es
requisito indispensable para ser reconocido como Estado”

Definición
El Estado es un tipo particular de asociación, que exterioriza ciertos lazos
sociales institucionalmente y monopoliza el uso de la fuerza.

Txt. Ppal.
Si bien su surgimiento no puede precisarse con claridad, es posible y aceptable
suponer que ¿en occidente? alrededor de los siglos XII y XIV, momento en que
diversos principados europeos comenzaron a reclamar libertades
(principalmente económicas) como primer paso hacia su autonomía, el
concepto de una administración central de los recursos de un determinado
territorio y población preparó y comenzó a configurar la concepción de un
aparato burocrático independiente y soberano.

No fue, sin embargo, sino hasta ya avanzado el proceso de acumulación de


capital en manos de una nueva clase (la burguesía) que la noción de Estado se
hizo más fuerte y necesaria. Los intereses de la nueva clase reclamaban
concentrar el poder y dirigirlo en función de los intereses económicos comunes,
para lo cual era necesario contar con políticas únicas y autónomas. Para lograr
este fin, era imprescindible que el órgano que centralizara las políticas públicas
tuviera a su disposición los medios materiales existentes, con lo cual el
ejercicio del poder no podía llevarse a cabo sino con el sometimiento de la
población a la ley del Estado.

Esto último es importante, puesto que muestra en qué sentido la aparición del
Estado fue revolucionaria y marcó un quiebre con los modos anteriores de
administración. De la obediencia a un gobernante se pasó al acatamiento a un
marco legal, del cual el gobernante era un representante.

Solo a partir de esta ruptura se hicieron escindibles algunos conceptos que


hasta entonces se confundían y hoy nos parecen claramente diferenciables y
hasta contrapuestos, como público - privado y legal - legítimo.

Algunos apartados más adelante haremos, al hablar del Estado Liberal, una
breve referencia solo al primer par de conceptos, puesto que usted encontrará
desarrollado el último (legalidad y legitimidad) en la última unidad del módulo
Derecho y Sociedad.

T2 Estado absolutista

Txt. Ppal.
Hasta el siglo XII, la forma de organización política europea fue feudal. Un
feudo era una porción de territorio dominada por un “señor”, cuyo poder se
extendía a los pobladores. La relación entre el señor feudal y sus vasallos se
concebía como un acuerdo: el primero brindaba a los segundos protección y
tierras para trabajar; estos, por su parte, sostenían económicamente a aquél,
además de obedecerle.

Entre los siglos XII y XIII esta forma de organización empezó a cambiar. Las
ciudades crecieron y se transformaron en centros económicos cada vez más
importantes. El comercio entre ciudades (poco habitual en épocas anteriores)
creció. Los comerciantes de las ciudades, a su vez, incrementaron sus
patrimonios en gran medida, sobre todo aquellos que dedicaban sus esfuerzos
al comercio con las ciudades vecinas.

Este crecimiento de las ciudades trajo aparejado una gran variedad de


consecuencias económicas y políticas novedosas, de las cuales nos interesa
resaltar dos. En primer lugar, algunos señores se hicieron más poderosos,
merced a los tributos recibidos de sus vasallos. En segundo lugar, comenzó a
hacerse imprescindible establecer alguna clase de protección para el comercio;
¿En quién buscar esta protección? En los señores poderosos, capaces de
establecer un dominio que llegara más allá de los límites de su ciudad.

Los comerciantes encontraron, entonces, un aliado natural en los monarcas y


un enemigo en los nobles, que recibían tributos a cambio de nada. De esta
disputa entre burgueses y reyes por un lado y nobles por otro, fueron los
últimos los que resultaron perdedores. Ya en el siglo XVI, la monarquía
reemplazó al feudalismo como modo de organización.

En ese momento al patrimonio territorial (esto es, el derecho sobre las tierras y
sus habitantes) era fundado por la voluntad de Dios. Los reyes eran divinos,
pues divino era su derecho a gobernar y decidir acerca de todas las cuestiones
públicas, Este primer modelo estatal era patrimonial o, en otras palabras,
el Estado era propiedad del monarca. El poder estaba absolutamente
concentrado en la persona del rey.

En el siglo XVII las cosas comenzarían a cambiar en función del permanente


crecimiento de la burguesía como clase económicamente poderosa.

El rey, antiguo aliado en la lucha contra la nobleza, pasó rápidamente a ser


visto como un obstáculo para el desarrollo de la economía y los intereses de
los comerciantes más ricos. Al igual que con los nobles en tiempos pasados,
comenzó a objetarse la existencia de una estructura que recibía más de lo que
daba, y cuyos fundamentos para exigir obediencia (la voluntad de Dios) ya no
resultaban convincentes.

Nota para diseño


Imagen de un rey, con el epígrafe “La monarquía: de aliada a enemiga de la
burguesía
En este marco, surgieron cuestionamientos al orden monárquico, que
alcanzaron, en primer lugar, al supuesto origen divino del poder del rey. Estos
Estas objeciones encontraron su primera formulación teórica en la obra de
Thomas Hobbes, quien con su obra Leviatán instauró una discusión que
acabaría por demoler los principios del sistema.
Si bien Hobbes no cuestionó el absolutismo (la concentración de poder en
manos de un solo hombre), postuló un nuevo fundamento para legitimarlo: la
voluntad de los hombres reemplazó a la voluntad de Dios. En otras palabras:
no era Dios quien daba derecho al monarca para gobernar, sino los hombres
mismos, que mediante un pacto o contrato depositaban en él la autoridad, a
cambio de protección.

Txt. para leer


Recurramos al licenciado Domínguez para que nos responda algunas
preguntas desde la perspectiva de la Ciencia Política:
Pregunta: Si Hobbes no objeta el poder absoluto del estado; ¿por qué se lo
menciona como parte del proceso que acabó con el concepto de Estado
Absolutista?

Respuesta: La propuesta de Hobbes es revolucionaria, más allá de los


poderes que deja en manos del monarca, porque dice que no existe ningún
hombre que tenga un derecho natural o divino a mandar sobre los demás. Si
bien es cierto que acepta el poder absoluto, lo hace surgir de un acuerdo entre
hombres, y de esto derivan importantes consecuencias. La primera de ellas es
que al mismo tiempo que el estado tiene un enorme poder, posee una
obligación hacia sus súbditos: protegerlos y garantizar su seguridad. La
segunda, crucial y fundamental para los desarrollos que veremos enseguida, es
que si el poder proviene de un pacto, el incumplimiento de este, por parte de
cualquiera de los contratantes, lo da por disuelto. Esta segunda consecuencia
abre la posibilidad de que el monarca pierda su condición de tal, no solo
cuando muere, sino por derecho de los súbditos, que dejan de serlo si el
soberano no cumple con su obligación.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
El Estado surge entonces cuando los hombres renuncian a sus derechos a
favor del monarca, pero con dos condiciones: que todos lo hagan y que el
poder emanado de esos derechos provoque una mejora con respecto al que
existía antes de entregarlos al rey.

Si bien en esta etapa el Estado sigue teniendo un poder absoluto y


discrecional, la aparición de condicionamientos relacionados con el origen
mismo del poder abrió la posibilidad de cuestionarlo, pasando así de un modelo
de Estado absolutista a uno nuevo, llamado Estado liberal.

T2 Estado liberal

Txt. Ppal.
El cuestionamiento de Hobbes al carácter divino del mandato del rey fue el
primer paso para el cambio en la concepción de las relaciones de poder. El
segundo paso fue, como puede imaginarse, discutir el carácter absoluto de la
autoridad que detentaba. Este segundo paso se dio en el siglo XVIII, al surgir el
liberalismo como teoría política dominante.
Mensaje
Llamaremos liberalismo al movimiento político que además de cuestionar el
origen divino del poder absoluto, lo restringe, estableciendo una serie de
derechos naturales que todo hombre tiene por el mero hecho de existir, y que
no pueden ser desconocidos por ningún poder, surja este de donde surgiera.
Para la teoría liberal, todos los hombres nacen libres e iguales y, asimismo,
tienen derecho a ser escuchados y a que se reconozca su propiedad privada
como parte indivisible de su persona. En el último apartado de este módulo
ampliaremos esta definición.

Txt. Ppal.
Sin ser estrictamente liberal, Hobbes había establecido que la libertad y la
igualdad eran conceptos clave para explicar las relaciones de poder en la
sociedad. A estos derechos a la libertad y la igualdad, la teoría liberal sumó el
derecho a la propiedad privada, lo cual trajo infinidad de consecuencias.

Durante un tiempo relativamente largo, los intereses de la monarquía y los de


la burguesía fueron parecidos. Los primeros reclamaban poder y los segundos
un marco legal para sus negocios. Todos tenían, aparentemente, lo que
querían.

El problema se presentó cuando el avance de los negocios originó un


importante incremento de las fortunas y la posibilidad de extenderlas
ilimitadamente. En ese punto, la existencia de un monarca que manejara los
recursos del Estado como un dinero personal empezó a ser un problema. La
discrecionalidad del rey fue pronto un obstáculo para el crecimiento de los
burgueses, que no vieron en él sino un nuevo tipo de parásito sin ninguna
función que sirviera de contrapeso.

Para Hobbes, al no existir antes del pacto social ningún poder que resguardara
la propiedad de los hombres, no podía hablarse, en sentido estricto, de que
alguien tuviese posesiones. Todo podía ser de cualquiera; bastaba con ser más
fuerte, para adueñarse de las cosas de los demás. En el caso de la monarquía,
una vez establecido el soberano todas las propiedades, de hecho, le
pertenecían, puesto que era gracias a él que los ciudadanos podían decir que
tenían alguna propiedad.

Los liberales (entre quienes John Locke fue sin duda el teórico más relevante
de la época) negaron este razonamiento, postulando que al momento del pacto
los hombres ya tenían derecho a sus propiedades, en tanto habían trabajado
ellos mismos para conseguirlas. Siendo así, y al no deberle al rey sus bienes,
este estaba obligado a respetarlos y no podía hacer uso de ellos como si se
tratara de su propio patrimonio.

Txt. para leer


John Locke (1632 – 1704) fue un filósofo inglés, padre de la escuela conocida
como empirismo. Entre sus muchas obras, se destaca el Segundo tratado
sobre el gobierno civil, en la cual expone los fundamentos de lo que configurará
la base del pensamiento liberal. Locke postulaba que la propiedad y el individuo
eran una y la misma cosa, por lo cual el máximo deber del Estado era defender
la propiedad, declarando “enemigo de la humanidad entera” a quien atentara
contra ella. Para Locke, el origen de la propiedad era el trabajo, lo cual suponía
que quien no tenía propiedades era, en cierto sentido, culpable de su pobreza,
al no haber trabajado lo suficiente como para obtenerlas. Desde esta
perspectiva, las desigualdades económicas entre los hombres quedaban
teóricamente justificadas.

Nota para diseño


Retrato de Locke

Txt. Ppal.
Surgió, así, la idea de la división de poderes dentro del estado, según la cual
debía existir una instancia productora de leyes (un poder legislativo),
independiente del poder ejecutivo (que podía estar en manos de un monarca),
cuyo fin sería, precisamente, limitar a este último, controlarlo mediante un
sistema legal que estaría obligado a respetar. Además, si hubiera que
jerarquizar ambos poderes, no sería el ejecutivo el superior, sino el legislativo,
en cuanto instancia ante la cual se habrían de rendir las cuentas por todos los
actos de gobierno. Este poder legislativo estaría, además, en manos de la
ciudadanía.
Nota para diseño
Imagen del congreso o de tribunales, con el epígrafe “La noción de separación
de poderes es esencial en un modelo republicano y liberal”

T3 “Público” y “privado”

Es solo con el nacimiento del Estado liberal que la separación entre Estado y
sociedad civil adquiere la significación que hoy le atribuimos. La declaración de
los derechos humanos, por ejemplo, solo adquiere sentido en el marco de esta
separación, y la usaremos como ejemplo.

Como usted ya ha visto en el módulo “Derechos Humanos y Ciudadanía”, tras


la Revolución Francesa se formuló la “Declaración de los Derechos del hombre
y del ciudadano”. La pregunta que debemos responder es: ¿Por qué la
separación? ¿Acaso los ciudadanos no son hombres? ¿Acaso no son, todos
los hombres, ciudadanos de algún Estado? ¿Por qué, entonces, no se habla
solo de los derechos del hombre o de los derechos del ciudadano?

Antes de que el estado fuera Estado liberal, como hemos visto, las relaciones
de poder eran discrecionales. El gobernante de turno, en cualquier Estado,
poseía un derecho absoluto sobre sus súbditos y decidía a su gusto sobre lo
prohibido y lo permitido, o incluso sobre la vida y la muerte de sus súbditos. En
ese marco, solo podía hablarse de derechos de los súbditos, y de ninguna
manera de derechos del hombre. Los hombres no tenían derechos, a menos
que mediara la gracia del gobernante, que era quien los otorgaba.

Con la aparición del Estado liberal, las cosas van a ser por completo diferentes.
Partiendo de la presuposición de que los hombres forman el estado por
consenso y en igualdad de condiciones, habrá una serie de derechos que no
caerán bajo la órbita de la discrecionalidad del Estado, puesto que no fueron
cedidos en el contrato original (todos los derechos humanos, por ejemplo). En
este sentido, surge una división entre lo político y lo civil, que empiezan a
considerarse como esferas autónomas la una de la otra. Las relaciones de
poder ya no están determinadas por la pertenencia o no a un estrato social.
Nace la separación entre lo público y lo privado.

Nota para diseño


Imagen de una situación familiar con el epígrafe: “La vida privada de los
ciudadanos debe ser respetada por el Estado, según la concepción liberal”

La pregunta ahora es: ¿Hasta dónde llega el poder del Estado? Si el poder no
es discrecional, esto significa que tiene límites, que no está abandonado a los
caprichos de quien lo detenta. El problema es que hay que ejercer ejercerlo y
eso implica que hay decisiones sobre la vida de los ciudadanos que no son
tomadas por ellos en forma directa. ¿Cuáles son esas decisiones? ¿Qué
ámbitos de su vida pueden ser determinados por el estado?

No hay, en relación con este punto, un acuerdo generalizado respecto de las


esferas que no pueden ser sometidas a control estatal. Más allá de los
derechos inalienables contenidos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, que marcan una línea divisoria entre los ámbitos de competencia del
Estado, nos importa aquí recalcar que, desde una perspectiva liberal, la
economía será el ámbito privado por excelencia.

Nota para diseño


Imagen que ilustre la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Txt. Ppal.
Esto es así porque para la teoría liberal el estado cumple un fin negativo Esto
que la única función del estado será, para los liberales, remover barreras que
impidan el libre desenvolvimiento de la actividad económica privada.

Txt. para leer


Licenciado Domínguez, ¿Cómo es posible pensar desde lo político en una
sociedad ordenada si cada uno puede hacer lo que le plazca con lo que tiene?
¿Qué pasaría si la gente decidiera vender a precios inaccesibles las cosas que
son necesarias para la vida?

Respuesta: El argumento teórico liberal para sostener la prescindencia del


Estado en relación con las actividades económicas privadas puede ser
ejemplificado de la siguiente manera:

Imagine una sociedad dividida en dos clases de propietarios: la mitad de ellos


es dueña de toda el agua y la otra mitad de la totalidad de la comida. Estos
individuos, para sobrevivir, se necesitan unos a otros. El Estado en el cual
viven no les dice a qué precio vender lo que tienen, ni a quién, ni en qué
condiciones; simplemente protege sus bienes y sus vidas, de modo tal que el
comercio no pueda verse afectado (por robos, por ejemplo).
En esta extraña sociedad, los individuos, al igual que cualquier persona buscan
la mayor felicidad para sí mismos. En ese sentido, intentarán sacar el mayor
provecho posible de sus relaciones con los demás.

Bien. Imagine ahora a dos de estos sujetos; uno de ellos es vendedor de agua
y el otro es vendedor de comida. Van a comerciar entre sí y saben que se
necesitan mutuamente. ¿Qué harán? La primera respuesta a esta pregunta es
obvia: “cobrar lo que les dé la gana”, sin importarle lo que le quieran pagar
(recordemos que si no logran comprar lo que el otro vende, morirán). Sin
embargo, se encontrarán con dos problemas.

Saben que no pueden esperar a su vez, ningún gesto de solidaridad (el Estado
no puede meterse); solo podrán confiar en que recibirán un trato igual al que
den. Si “cobran fortunas” por lo que poseen, tendrán, casi con seguridad, que
“pagar fortunas” por lo que les falta. Pero además existe un segundo
inconveniente: hay otros vendedores de agua y comida. Y si alguno de ellos
ofreciera mejores condiciones de venta, inmediatamente se quedarían sin
clientes. Como consecuencia, para alcanzar su fin egoísta (ser felices), tendrán
que acomodar sus exigencias de manera tal que los demás quieran comprarles
a ellos. Así, sin buscar más que su propio bienestar, provocarán, sin darse
cuenta, un bienestar generalizado (porque todos harán lo mismo que ellos).

Respondiendo a la pregunta, entonces, digamos que el mercado mismo, con


una especie de mano invisible, se encargaría de “bajarle el copete” a los
comerciantes demasiado codiciosos, provocando el bien común y la
satisfacción de los intereses de todos.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Esta visión del Estado como un simple custodio de los bienes privados de los
individuos tuvo serias consecuencias políticas, económicas, sociales y
jurídicas. Fue a partir de estas derivaciones que el modelo de Estado liberal
fue puesto en duda como una herramienta eficaz para la organización de las
relaciones sociales, dando paso a nuevas teorías que postulaban la necesidad
de una intervención activa del Estado en la economía. Estas nuevas teorías
configuraron un nuevo modelo de estado, conocido como el Estado de
bienestar.

T2 Estado de bienestar

Si seguimos con el ejemplo del licenciado Domínguez, podemos imaginar una


situación tal que uno de los individuos acumulara la suficiente cantidad de
dinero como para poder regalar lo que tiene, arruinando a los demás. ¿Qué
hacer en una situación como esa, si el Estado no puede intervenir? Pues bien:
eso fue lo que sucedió. El libre juego del mercado, lejos de amalgamar las
diferencias, las acentuó, acrecentando el poder de determinados grupos o
individuos por sobre los demás y generando tremendas desigualdades.
Nota para diseño
Imagen de una situación de pobreza con el epígrafe “El concepto liberal del
Estado tuvo como consecuencia la aparición de enormes injusticias sociales”.

Txt. para leer


Una vez más recurriremos al licenciado Domínguez.

La pregunta ahora es: ¿Pero, cómo haría alguien para acumular, en ese
modelo? Y si lo hiciera, ¿No lo debería a su esfuerzo personal?

Respuesta: Es una buena observación, que permite hacer una aclaración


sobre el ejemplo.

El postulado de la mano invisible requiere hacer una suposición, que fue la que
hicieron los teóricos liberales: según la cual todos los individuos parten de la
misma situación. Esta presunción, sin embargo, es por lo menos dudosa. En un
mundo ideal, en el cual todas las personas fueran iguales, no solo
teóricamente, el ejemplo podría funcionar. Pero, en el momento de la
constitución de los Estados liberales la situación no era en absoluto una
situación de igualdad. Los sujetos que intercambiaban en el mercado no tenían
las mismas posibilidades de negociar, lo cual era un requisito elemental para
que el sistema funcionara.

Para agravar aún más la situación, hay que señalar que, mientras el sistema
era feudal, los señores tenían poder sobre sus vasallos, pero también
responsabilidades sobre ellos. Al caer el feudalismo y postular la libertad de
todos los hombres, junto con los lazos de sumisión cayeron también las
responsabilidades de quienes más tenían respecto de los que solo tenían su
trabajo para entregar ,que quedaron a merced de los intereses de los más
poderosos .

El ejemplo sirve para ilustrar el modo de justificar la prescindencia del mercado,


por parte de la teoría liberal. Pero esta justificación teórica no puede ser
sostenida empíricamente. Es por esa razón que se hizo necesario, en algún
momento, revisar los presupuestos sobre los cuales se asentaba la constitución
del Estado.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Las desigualdades generadas por el abandono de controles estatales sobre la
economía eran contrarias a uno de los principios liberales básicos: el de la
igualdad. Pero no fue un problema teórico o filosófico lo que impulsó a tomar
medidas correctivas.

Junto con las diferencias llegaron los conflictos sociales, cada vez más graves.
Entre fines del siglo XIX y principios del XX, esos enfrentamientos se
acrecentaron. La creciente adhesión de los trabajadores a discursos de corte
netamente anti liberal (como el marxismo) ponían al sistema en serio riesgo de
desaparecer, por lo que el Estado debía mostrarse capaz de ofrecer alguna
clase de protección a quienes no tenían posibilidades de procurárselas por sí
solos.
Surgieron así herramientas como:

Punteo

• seguros sociales,
• legislación laboral,
• impuestos redistributivos,
• subsidios,
• políticas de salud,
• educación y
• vivienda.

Txt. Ppal.
La premisa fundamental del nuevo modelo sostenía que los beneficios
individuales debían estar acorde con el bien común y, por lo tanto, no podían
ser desproporcionados o generadores de desigualdades incorregibles. El
Estado ya no podía ser considerado un mero guardián de la propiedad privada
(lo cual lo convertía en un Estado útil solo para los propietarios), por la razón
que, al abandonar a una parte de la población, ponía en riesgo la misma
existencia del Estado. Por otra parte (y no por mencionarse en segundo lugar
es menos importante), la generación de pobreza traía aparejada una crisis de
demanda de los artículos que se producían en escalas cada vez mayores. No
solo el Estado corría el riesgo de desaparecer, también se vislumbraba un
horizonte de enormes pérdidas económicas para los productores.
Nota para diseño
Imagen de un barrio de viviendas económicas, o de un hospital público, o de
una escuela, con el epígrafe “Los defensores del estado de Bienestar sostienen
que el Estado debe hacerse responsable de brindar ciertos servicios básicos a
los ciudadanos”.

El Estado se transformó así en el impulsor de la economía, por medio del


aumento del gasto público y con el objetivo de llegar a una situación de pleno
empleo.
Actividad
Actividad 6
Lea nuevamente las características de los diferentes modelos de Estado y
realice un cuadro comparándolos.
Consulte con el profesor tutor la resolución de sus actividades

Alrededor de la década de 1970, el modelo del Estado de Bienestar entró en


crisis. El debate en torno a las causas de esta crisis está abierto. Algunos
sostienen que el Estado de Bienestar no fue capaz de soportar lo que se
conoció como la crisis del petróleo; pero esto funcionó, para muchos, como un
simple detonante de problemas internos del modelo, por ejemplo la política
impositiva no redistributiva, basada en impuestos a consumo. Otras visiones,
de corte claramente liberal, adjudicaron la crisis a que una excesiva protección
de los trabajadores no impulsaba a los obreros a trabajar ni a los empresarios a
invertir.
Este último argumento fue utilizado (y nuestro país es un buen ejemplo de ello)
para privatizar empresas estatales y precarizar el trabajo, anulando conquistas
obreras que protegían a los trabajadores y retrotrayendo al Estado a un rol de
espectador de la economía.

T1 El gobierno

Txt. Ppal.

En la primera unidad, dijimos que la Ciencia Política tenía como objeto


específico el orden. Trazamos, además, una línea de unión entre este
concepto con los de poder y organización.

La cuestión del orden es, por lo tanto, la cuestión central de la política.

Una vez aceptado esto, no podemos menos que reconocer, también, que el
concepto de gobierno aparece como la idea fundamental a considerar; en
tanto el gobierno es el centro alrededor del cual el poder se ejercita.

El término “gobierno” refiere, etimológicamente, a la idea de dirección. Si lo


pensamos con detenimiento, no solo usamos dicha palabra para referirnos a
los órganos implicados en la toma de decisiones políticas. Cuando hablamos
de “gobernar el auto”, o “gobernar nuestros impulsos”, no hacemos otra cosa
que equiparar el concepto de gobierno con la idea de llevar algo a buen puerto,
o por el camino correcto.

Definición
Aplicado, ahora sí, a la actividad política, podemos decir que el gobierno es la
práctica social que intenta “llevar a buen puerto” los asuntos comunes. Desde
esta perspectiva amplia, vemos que gobernar, ejercer el poder, o establecer
el orden son prácticamente sinónimos.

Txt. Ppal.
Para analizar el concepto de gobierno podemos tomar diferentes puntos de
vista:

Punteo
• El primero de ellos, al que llamaremos personal, es el que hace eje en
los individuos que ejercen el poder. Desde esta perspectiva, el gobierno será
considerado como un conjunto de actores políticos, que pueden ser
individuos o grupos de individuos, con autoridad política.
• En segundo lugar, podemos hacer un análisis funcional del concepto. El
gobierno, entonces, será pensado, no como un conjunto de actores, sino como
un conjunto de procedimientos y funciones que trascienden a los individuos
que las llevan a cabo.
• Finalmente, existe una perspectiva institucional, que toma al gobierno
como un conjunto de procesos e instituciones interdependientes.

Veremos por separado cada una de estas perspectivas.


T 2 Gobierno y “actores” políticos

Txt. Ppal.
Este primer eje de análisis del gobierno nos pone frente a uno de los problemas
elementales y fundantes de toda pregunta por el orden político: el de la
legitimidad.

Al considerar al gobierno desde la perspectiva del individuo (o individuos) que


ejercen el poder, una de las primeras preguntas que surgen refiere a las
razones por las cuales un grupo de personas consienten en obedecer a un
grupo, o a un individuo (en la última unidad de este módulo ampliaremos este
concepto de “consentimiento”, cuando abordemos el análisis del modelo
político moderno). Ante esta cuestión, surgen, inmediatamente, dos respuestas:

Punteo
• El manejo del poder político se encuentra en manos de individuos o
grupos carismáticos, o dotados de algún tipo de particularidad especial
(inteligencia, valor, habilidad, etcétera) que los hace resaltar del resto y los
coloca ,casi naturalmente, en una situación de poder.
• El manejo del poder político no es otra cosa que la capacidad de un
individuo o un grupo de individuos para acumular herramientas de coerción
que, bajo la permanente amenaza de castigo, les permiten decirles a los demás
qué hacer.

Txt. Ppal.
Estas respuestas, tomadas de un modo absoluto, no son satisfactorias.
Podemos encontrar en la historia ejemplos de gobernantes poco carismáticos
que no necesitaron recurrir a la coacción extrema, o de gobernantes muy
carismáticos que fundaron sus medidas de gobierno en un enorme aparato
coactivo. También es posible mostrar cómo, a lo largo de la historia, gobiernos
altamente represivos fracasaron en su empresa por falta de carisma o, por el
contrario, no pudieron gobernar individuos muy carismáticos, pero incapaces
de acumular la suficiente fuerza coercitiva.

Parece evidente, entonces, que debe haber un punto medio entre ambas
respuestas, ya que ambas explican parcialmente las relaciones de poder. El
concepto de legitimidad es apropiado para entender las cuestiones planteadas,
en tanto centra la atención, tanto en la capacidad de un individuo para emitir
órdenes, como en la aptitud para lograr que un grupo de personas esté
dispuesto a recibirlas.

Consulte/relea
Le sugerimos repasar lo estudiado acerca del concepto de legitimidad en la
última unidad del módulo Derecho y Sociedad, donde se hace un análisis del
concepto referido a la normatividad, que sirve de complemento para lo
estudiado aquí.

Txt. Ppal.
Para entender las relaciones entre gobernantes y gobernados desde una
perspectiva centrada en la legitimidad del mando, debemos hacernos tres
preguntas:

Punteo
1. ¿Cómo llegó el gobernante al poder?
2. ¿Cuáles son los resultados de las políticas de un gobernante?
3. ¿Respeta el gobernante alguna clase de ley superior a él?

Txt. Ppal.
Estas preguntas abren tres dimensiones de la legitimidad:

Punteo
la genética, la funcional y la legal. Haremos una breve mención a cada una de
ellas.

Txt. Ppal.
Preguntarse por la génesis del poder implica establecer que el modo en que un
gobernante accede a él determina, de algún modo, su legitimidad para
gobernar. Este aspecto parcial de la legitimidad permite comprender, por
ejemplo, ciertos quiebres en las concepciones del manejo del poder, en tanto
cambiaron, a lo largo de la historia, los imaginarios sociales en torno a los
mecanismos que conformes a la ley y la justicia permitían instaurar un
gobierno.
Una monarquía, por ejemplo, supone que el acceso al poder se debe al
nacimiento; si el imaginario social acepta este criterio como válido, entonces un
rey que hereda el trono gobierna tan legítimamente como, con otro imaginario
social, un presidente surgido de una votación.
La Revolución Francesa es uno entre muchos ejemplos de una circunstancia
histórica en la cual se ve un quiebre en ese imaginario colectivo, ya que en
ese momento pasó a ser ilegítimo un mecanismo de acceso al poder que era
considerado legítimo hasta entonces.

Nota para diseño


Imagen de un acto de traspaso del poder en el congreso o de gente votando,
con el epígrafe “El voto es, en la mayoría de los países, la única fuente de
legitimidad del gobierno”.

Txt. Ppal.
La segunda pregunta refiere a la capacidad del gobernante para sostener con
sus acciones de gobierno la creencia de que es él el más capacitado para
ejercerlo. La legitimidad queda, desde esta perspectiva, relacionada de forma
estrecha con la eficacia de las medidas de gobierno. Desde este punto de
vista, un gobernante puede asumir su cargo por medios absolutamente
legítimos y, sin embargo, perder esa legitimidad por sus actos de gobierno. El
final del gobierno de Fernando de la Rúa, en el año 2001, en Argentina, es un
ejemplo de legitimidad perdida en función de la creencia social de que las
medidas del gobierno no satisfacían las necesidades de la sociedad.

Nota para diseño


Imágenes que ilustren el hecho.

Txt. Ppal.
Finalmente, preguntar por la legalidad, en relación con la legitimidad, es
interrogar al gobernante acerca del carácter institucional de su tarea. En el
siglo XVII, El rey Luís XIV pronunció una frase que puede servir como ejemplo
de esta dimensión de la legitimidad: “La ley soy yo”. Si analiza la frase a la luz
de lo que se viene diciendo hasta aquí, descubrirá que encierra una concepción
absolutamente personal y desinstitucionalizada del gobierno. El rey no respeta
instituciones porque es su propio deseo el que crea las instituciones. Hoy, en
un Estado moderno, a ningún presidente se le ocurriría pronunciar (al menos
públicamente) una frase como esa. Eso se debe a que existe una relación
estrecha entre la legitimidad del gobernante y las instituciones que una
sociedad considera “sagradas”.

Nota para diseño


Imágenes que ilustren la descripción: El rey Luís XIV y “La ley soy yo”.

Actividad
Actividad 7
Elija un gobierno y analice su legitimidad teniendo en cuenta los criterios de
análisis desarrollados.

T2 Gobierno y funciones

Txt. Ppal.
La segunda perspectiva de análisis del gobierno no se centra en quién maneja
el poder, sino en qué hace (o qué debe hacer) quien maneja el poder. Para
ello, es necesario poder identificar funciones que se puedan asignar al
gobierno en general (esto es: funciones que se pueda decir que corresponden
a cualquier tipo de gobierno, por el hecho de ser gobierno, y no a tal o cual
gobierno en particular). Es verdaderamente difícil hacer una asignación de ese
tipo. Lo intentaremos.

Existen dos funciones que, tradicionalmente, se suelen asignar a cualquier


gobierno: por un lado, se afirma que debe mantener la unidad de la comunidad;
por otro, representarla frente a otras comunidades.
Hemos enunciado las dos funciones básicas de un modo muy general, para
hacer ahora algunas aclaraciones respecto de cada una de ellas. Acerca de la
primera de estas funciones, podemos decir que es la que se asocia
inmediatamente con los conceptos de orden y paz interior. Con relación a la
segunda, afirmaremos que se trata de la potestad que se confiere a un
gobierno de entablar relaciones diplomáticas con otros gobiernos,
manteniendo la paz exterior o declarando la guerra cuando sea necesario.

Estas características identificadas como comunes a todo gobierno deben, ante


todo, ser contextualizadas.

Cuando hablamos de la dificultad para encontrar funciones asignables a


cualquier gobierno, lo hicimos pensando en que aun estas dos funciones, que
parecen elementales, solo son realmente aplicables al concepto de gobierno
luego que surge el Estado como forma de organización política. En el
feudalismo, de hecho, numerosos factores externos a la voluntad y poder de
los gobernantes jugaban un rol decisivo en el mantenimiento de la paz, tanto
exterior como interior (la Iglesia, por ejemplo, era uno de esos factores).

Más allá de esta dificultad, importa destacar que el aspecto relativo a las
funciones del gobierno es una herramienta de análisis apropiada para
comprender la organización política de una sociedad en relación con otras
sociedades. El método comparativo, como ya hemos visto, supone la
posibilidad de establecer permanencias, caracterizarlas y contrastarlas. En el
caso de las funciones que hemos identificado ( aun haciendo la salvedad de
que su aplicación rigurosa solo es totalmente aceptable en lo que hace a los
estados nación), permite hacer un análisis comparativo con modos de
organización (como el feudal), en los cuales estas funciones aparecían más
difusas.

Existe, en el marco del abordaje de las funciones como criterio analítico del
gobierno, una distinción que puede ser, también, muy ilustrativa: la del gobierno
como órgano de dirección política o como órgano administrativo. Esta
distinción nos marca una pauta interesante: todo gobierno dirige y
administra. Respecto de esto haremos dos observaciones.

Punteo
La primera de ellas nos remite, nuevamente, al feudalismo; y lo que debemos
señalar es que, al igual que en el caso de las funciones organizativa y
diplomática, los gobiernos feudales solo dirigían y administraban parcialmente
sus territorios (el emperador o, nuevamente, la Iglesia, eran partícipes activos
en ambos aspectos de la vida de los señoríos). A la luz de esta observación,
podemos determinar que tanto la dirección como la administración son buenos
criterios de análisis en tanto permiten establecer grados de autonomía del
gobierno, en lo relativo a estas funciones específicas.

La segunda observación, tal vez más interesante y compleja, es que la


gradación establecida en cuanto al nivel de autonomía del gobierno, a la luz de
la independencia con que cumple estas funciones, puede establecerse también
en la relación de los mismos conceptos de “dirección política” y
“administración”, pero entre sí.
La pregunta a responder, ahora, es la siguiente: ¿Es el gobierno un cuerpo
político y directivo que administra a la vez los recursos para cumplir su función
de dirección, o es acaso un mero agente administrador al que se le han
otorgado algunas funciones policiales a fin de poder realizar su tarea gerencial
del mejor modo posible? La respuesta a esta pregunta tiene, desde la aparición
del Estado de Bienestar, consecuencias prácticas importantes

. para leer
Pregunta: Licenciado Domínguez, no entiendo muy bien las opciones de la
pregunta; ¿No es lo mismo, dicho de otra manera, ser un político que
administra que un administrador con poder político?

Respuesta: No, no es lo mismo. La primera de las formas de referirse al


gobierno supone que lo central de la actividad del gobernante es la decisión
política y, en un segundo plano, la toma de medidas administrativas acordes al
rumbo político que se le quiere dar a la marcha de los asuntos comunes; en
otras palabras: la marcha de la economía debe estar subordinada a las
decisiones políticas del gobierno. En el segundo caso, al centrar al gobierno en
la administración, se está suponiendo que el gobierno debe vigilar la marcha de
la economía, pero sin imponerle rumbos políticos, sino adaptándose a ellos; en
este caso, es la economía la que asume el rol de dominación de la política. La
diferencia en los modos de mencionar al gobierno refiere a la posibilidad de
pensarlo como un actor activo o pasivo en relación con los intereses privados
de los ciudadanos.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Como vimos al hablar del Estado Liberal, uno de los presupuestos básicos en
la formación del Estado Moderno era la separación entre la esfera pública y la
esfera privada. Esto fundaba la creencia de que era misión prioritaria del
Estado cuidar los bienes de los ciudadanos, pero no decidir acerca de ellos.
Esta concepción gerencial del gobierno tiene implicancias enormes, en lo
relativo a las funciones que sería deseable asignarle como propias. Un
gobierno administrativo tiene, como puede desprenderse de lo dicho hasta
aquí, funciones primordialmente policiales y extractivas (nos referimos, con el
término “funciones extractivas”, a la función del gobierno relativa al cobro de
impuestos). Aun en este último caso, la imposición de cargas impositivas debe
estar limitada a lo estrictamente necesario para cumplir la función policial.

El Estado de bienestar es una muestra de un cambio en esa concepción. A


partir de los problemas que trae aparejados el abandono de controles al
mercado (injusticia social, pobreza, acumulación excesiva, etcétera), el
gobierno es visto como mucho más que un mero gerente de recursos privados.
Por el contrario: todos los recursos disponibles (incluidos los de los
ciudadanos) deben cumplir, ante todo, una función social. En este caso, el
gobierno es visto como un órgano que diseña estrategias políticas y subordina
el manejo de la economía a esas estrategias. Las funciones del gobierno son,
en este marco, mucho más amplias y diversas, puesto que la educación, la
salud, la vivienda y cualquier actividad relacionada con la inclusión social, al ser
una función del Estado, implican un plan activo del gobierno. Por otra parte, la
función extractiva se vuelve caramente redistributiva.
Nota para diseño
Imágenes que ilustren ambos estados.

T2 Gobierno e instituciones

Txt. Ppal.
El tercer modo de abordar el análisis del gobierno es el que lo supone como un
conjunto de Instituciones. Si antes nos preguntamos quién gobernaba y qué
hacía, ahora nos preguntamos cómo se estructura la autoridad política, en un
sistema político determinado. Solo en este sentido, nos estamos preguntando
entonces cómo gobierna quien ejerce el poder. Como este último eje de
análisis es de una enorme complejidad teórica, lo abordaremos desde un
ejemplo concreto.

Argentina es un país presidencialista. Ya veremos, al final de esta unidad,


cuáles son las características válidas del presidencialismo como forma de
gobierno; nos basta ahora con saber que lo que llamamos “gobierno”, en tanto
órgano directivo del Estado, está depositado en una persona particular: el
presidente.

Apenas terminamos de decir esto, notamos que es insuficiente (o equivocado)


identificar gobierno con presidente, si entendemos con la palabra
“presidente” al individuo particular que ocupa el cargo. Dicho crudamente:

Mensaje
Presidente es cualquier persona que ocupe legítimamente una determinada
posición en una estructura de relaciones de poder. En este sentido, Presidente
no es una persona, sino una institución.
Nota para diseño
Imagen del sillón presidencial, con el epígrafe “La presidencia no es patrimonio
de una persona, sino una institución que, ocasionalmente, es ocupada por un
individuo en particular”

Txt. Ppal.
Pero así como existe la institución “Presidente”, hay otras, sin las cuales es
imposible entender claramente cuáles son sus reales atribuciones. Por citar
solo las más inmediatas
Sabemos que todo presidente designa ministros.

Mensaje
El ministro es otra institución (en tanto es un nombre que designa un cargo
que puede ser ocupado por cualquier persona que cumpla ciertos requisitos).
El presidente y los ministros configuran, juntos, a su vez, la institución que
conocemos como “Poder ejecutivo”.

Txt. Ppal.
Una vez que vemos las cosas desde esta perspectiva, se nos hace claro que el
análisis del gobierno supone que se debe conocer cuál es la dinámica de las
relaciones de poder que configuran a la institución a cuyo cargo se encuentra la
tarea de gobernar.

Mensaje
Decimos, ahora, que el gobierno no está en manos del presidente sino de un
“Poder ejecutivo” cuyo funcionamiento es necesario conocer.
Txt. Ppal.
Sin embargo, una vez abierta la perspectiva institucional, estamos obligados a
preguntarnos: ¿Alcanza con saber cómo funciona la institución “Poder
ejecutivo” para entender una medida de gobierno? ¿No hay acaso otras
instituciones (por ejemplo, la institución “Poder legislativo”) cuya existencia y
posición es imprescindible conocer para entenderla? ¿Y no existen también
creencias, o valores sociales, o ideologías que es necesario considerar como
instituciones, en tanto condicionan el ejercicio del gobierno?

La perspectiva institucional de análisis del gobierno es, como puede verse,


aquella que lo considera como: la capacidad de tomar decisiones, pero
concebida como resultante de la interacción de una enorme diversidad de
factores que, en tanto son condicionantes concretos de cualquier acción de
gobierno, se convierten en estructuras de existencia real.

Mensaje
Hemos visto, entonces, los rasgos más relevantes en lo que hace al análisis del
gobierno como concepto. Para ello, fue necesario pensar en un marco de
elevada abstracción, en tanto no identificamos gobierno con ningún
ordenamiento particular.
Nuestro siguiente paso será, entonces, empezar a analizar el gobierno en
función de las diferentes formas en que éste puede organizarse.

T1 Formas de gobierno

Probablemente la más famosa de las tipologías de formas de gobierno con las


que contamos sea la que realizó Aristóteles, hace ya veinticuatro siglos. En su
libro Política Aristóteles divide las formas de gobierno según quiénes (o mejor:
cuántos) son los que gobiernan y teniendo en cuenta el modo en que lo hacen
(esto último, en relación específica con la orientación de las políticas llevadas
adelante). A partir de estos dos criterios, se pueden realizar dos divisiones. La
primera de ellas considera que, el gobierno:

Punteo
• si es ejercido por una sola persona, será monárquico.

• Si está en manos de un grupo pequeño de individuos, considerados


como los únicos actores aptos para llevarlo adelante, entonces se estará ante
un gobierno aristocrático.
• Si recae en la mayoría, entonces será republicano.

Esta primera división responde al primero de los criterios mencionados más


arriba. La segunda división, que responde al segundo criterio, es la que sigue:

Punteo
• Una monarquía puede desviarse de su objetivo de buscar el bien común,
transformándose en una tiranía, que no es otra cosa que una monarquía
corrupta por el interés personal del gobernante.
• Si los que gobiernan son unos pocos y lo hacen en función de sus
intereses de grupo, entonces corrompen a la aristocracia, transformándola en
oligarquía.
• Finalmente, cuando la mayoría solo gobierna para sí misma, la república
“degenera” en democracia1.

Txt. Ppal.
Entre los siglos XV y XVIII la categorización de las formas de gobierno cambió,
aunque persistieron algunos de los conceptos aristotélicos.
Las discusiones de la modernidad en torno a las formas de gobierno giraron
alrededor de dos grandes polaridades conceptuales, puestas como
antagónicas:

• Por un lado, se hizo una división tajante en lo relativo a la acumulación


de poder en manos de uno o de varios. La tripartición aristotélica tomó la forma
de un antagonismo entre monarquía y república.

• Por otra parte, fuera monárquico o republicano, un gobierno habría de


ser clasificado como absoluto o como moderado, en función de los límites
que pudieran imponerse al ejercicio del poder.

De acuerdo con estas clasificaciones, la modernidad terminó por hacer una


nueva tripartición, pero que reunía en sí los aspectos cuantitativos y cualitativos
de las dos primeras divisiones aristotélicas. Así, un gobierno habría de ser
republicano o monárquico si se ajustaba a las leyes (y era ejercido por
muchos, en un caso o uno solo, en el otro), y despótico si no lo hacía.

Si atendemos a esta clasificación, vemos que el concepto central que permite


distinguir entre formas de gobierno aceptables e inaceptables, es el de control.

Mensaje
La ley, como herramienta que permite limitar la arbitrariedad en el ejercicio del
poder, se transforma, a partir de la modernidad, en la barrera contra la
discrecionalidad, este es el fundamento de uno de los conceptos elementales
que permiten entender el orden a partir del siglo XVII: la división de poderes.

Txt. Ppal.
Desde el momento en que se postula la existencia de poderes que se limitan
unos a otros, se puede establecer, claramente, una distinción entre los
gobiernos absolutistas y aquellos que no lo son. Esto permite, entonces, trazar
una primera línea de comparación entre formas de gobierno.

Mensaje

La identificación del gobierno de la mayoría como la mejor forma de gobierno es moderna y no responde
a las creencias políticas de Aristóteles, que postulaba a la aristocracia como la mejor forma de gobierno e
identificaba “mayoría” con “pobreza” y “pobreza” con “incapacidad”. Según él, una democracia era un
gobierno de iletrados, que por su propia esencia inculta gobernarían con rencor hacia los mejores,
configurando una forma de gobierno indeseable. Esto explica que “democracia” fuera, pare él, una
“degeneración”.
Se hablará de gobiernos constitucionales cuando el parámetro del poder sea
la ley, y de gobiernos autoritarios cuando el parámetro sea la simple voluntad
del gobernante de turno. Esta primera división vendría a responder la pregunta
acerca de cómo gobierna quien detenta el poder.

Txt. Ppal.
Pero se pueden hacer otras divisiones, en función de la búsqueda de
respuestas a otras preguntas importantes. La primera de ellas es: “¿quiénes
gobiernan?”. En este caso, lo que se intenta saber es el modo en que se
distribuyen y organizan los controles y los límites. La segunda pregunta es “¿a
quiénes gobierna?”; Lo que se busca aquí es saber cuál es el alcance efectivo
de las decisiones de un gobernante, en función del territorio y la población
comprendidos por sus decisiones. Atendiendo a la primera de estas preguntas,
haremos una división entre gobiernos parlamentarios y gobiernos
presidenciales. En torno de la segunda dividiremos entre gobiernos unitarios
y gobiernos federales.

Trataremos por separado de cada una de las divisiones que hemos


mencionado.

T2 Constitucionalismo y autoritarismo

Txt. Ppal.
Llamaremos gobierno constitucional a todo aquel en el cual el poder del
gobernante está acotado en dos sentidos. Por un lado, se limita la arbitrariedad
en el ejercicio del poder; por otro, se garantiza la existencia de esferas sobre
las cuales la voluntad del gobernante no tiene alcance.

Esta última garantía refiere específicamente a la división entre lo público y lo


privado a la cual hicimos referencia unos apartados más arriba. Es,
efectivamente, solo en la medida en que existe un ámbito de privacidad
garantizada constitucionalmente, que puede hablarse de un gobierno
constitucional. Se llama constitución garantista a aquella que preserva estas
garantías de un modo efectivo.

Nota para diseño


Tapa de la Constitución o Constituciones.

Txt. Ppal.
Es importante aclarar, a partir de este punto, que la existencia de una
constitución escrita no es condición suficiente para que un gobierno sea
considerado constitucional.

Punteo
En primer lugar, la constitucionalidad del gobierno refiere, como ya se dijo, a
las limitaciones que existan al poder y al respeto por esferas no sometidas a él;
esto no impide que un gobierno, basado en normas ancestrales y orales, sea
constitucional (si bien es difícil encontrar ejemplos actuales de gobiernos de
ese tipo). En segundo lugar (y esto es más importante aun), que casi todo
gobierno constitucional tenga una constitución escrita no implica,
necesariamente, que se atenga a los principios constitucionales.

Txt. Ppal.
Pueden existir, por ejemplo, constituciones que operen como meros
instrumentos de organización del poder, pero que no lo limiten en absoluto y
sean, por ello, funcionales a los intereses del gobierno. Una dictadura, por
ejemplo, puede sancionar y respetar una constitución sin que eso la transforme
en un gobierno constitucional. En casos como este, se dirá que existe un
gobierno con una constitución nominal, pero no un gobierno constitucional.

También puede suceder que exista una constitución que garantice, por escrito,
esferas de privacidad y límites al poder Pero, que esta garantía escrita sea
puramente declarativa y no fáctica. En este caso, se dirá que lo que existe es
una pseudoconstitución.

El gobierno autoritario puede, llegado este punto, ser definido, por oposición al
constitucional, como aquel en el cual no hay limitaciones (al menos lo
suficientemente precisas y bien establecidas) a la arbitrariedad del gobernante.

Mensaje
La mayoría de las dictaduras son, por ejemplo, gobiernos autoritarios, en tanto
uno de sus rasgos principales es la interrupción del orden constitucional y la
imposición de normas más identificables con reglamentos que con
constituciones.

Txt. Ppal.
Estos reglamentos, desde ya, requieren únicamente de la voluntad del
gobernante para ser aprobados (y lo que prescriben depende a la vez de su
capricho) y no hay, de antemano, ninguna posibilidad de restringir ese capricho
a ciertos ámbitos considerados “privados”, en tanto la misma definición de lo
público depende del gobierno.

Por lo dicho hasta aquí, puede parecer (al menos a simple vista) que un
gobierno constitucional es, necesariamente, un gobierno democrático. Sin
embargo, no es conveniente sacar esta conclusión de forma inmediata. De
hecho, se da la aparente paradoja de que si fuera posible establecer una
democracia no representativa que funcionara asambleariamente, esta tendería
más hacia lo que hemos descrito como autoritarismo (que no habrá que
entender como un término despectivo). Decimos que la paradoja es aparente
ya que, en una democracia asamblearia no representativa, el gobierno solo
puede actuar en función de las prerrogativas otorgadas a él en forma
permanente, por la totalidad de la población. En este caso, la definición o
delimitación de las esferas pública y privada es móvil, en tanto es difícil
concebir una ley “más allá” de la asamblea de todos los ciudadanos. Así, es
problemático decir que la Atenas del Siglo V a.C. era un gobierno
constitucional, no obstante podemos perfectamente calificarlo como
democrático.
Pero no hace falta ir tan lejos, ni en el tiempo ni en el grado de
representatividad, para comprobar que

Mensaje
no hay relación inmediata entre constitucionalismo y democracia, aunque es
imprescindible tener en cuenta que, en todos los casos, la relación depende del
modo en que se entienda el término democracia

Txt. Ppal.
Hemos visto que una de las condiciones para hacer de “constitucionalismo” un
sinónimo de democracia es pensar a esta última en términos representativos.
Pero una vez hecho esto (lo cual implica aceptar que la democracia pasa de
ser el gobierno del pueblo a ser el gobierno de los representantes del
pueblo), hay que establecer, por un lado, el grado de representatividad del
gobierno y, por otro, el modo que esa representatividad adquiere.

En función de lo segundo, se hace problemático ubicar en un esquema a los


gobiernos comunistas, que se dicen a sí mismos democráticos y, sin embargo,
no cuadran dentro del modelo constitucionalista, en tanto no hay una clara
separación entre lo privado y lo público, quedando lo primero subordinado en
todo caso a lo segundo. Está claro que desde una perspectiva liberal es
prácticamente imposible denominar como democrático a un sistema de partido
único (veremos en el último apartado de esta unidad que la existencia de
partidos políticos es indispensable para el funcionamiento de las democracias
occidentales). No obstante, en los regímenes comunistas existen sistemas de
representación que son complejos y conforman una estructura piramidal, en la
cual muchas decisiones se toman por medio de asambleas jerárquicamente
subordinadas.

De acuerdo con los grados de representación, puede decirse que han existido
en la historia gobiernos oligárquicos en los cuales el poder estaba limitado
constitucionalmente, verificándose en ellos una auténtica división de poderes y
el respeto de garantías constitucionales a los ciudadanos. El problema de estos
gobiernos era que el término “ciudadano” era restrictivo y no inclusivo, lo cual
implica que una parte de la población veía limitado su derecho a la
participación política, por lo cual es imposible calificarlos como “democráticos”.
Esto no impide que se los pueda llamar constitucionales.

T2 Unitarismo y Federalismo

Al señalar, al principio de esta unidad, las características básicas que debe


tener un ordenamiento político para poder caracterizarlo como Estado,
mencionamos al poder centralizado como una de ellas. Vimos, luego, que esta
centralización era comprensible a la luz del paso del sistema feudal al sistema
monárquico, puesto que fue sobre las bases del Estado patrimonial absolutista
que se construyeron los Estados modernos.

La concentración del poder, sin embargo, chocó con algunos obstáculos.

Punteo
Por un lado, los pequeños poderes territoriales propios del sistema feudal eran,
en muchos casos, demasiado fuertes como para suponer que podían
desaparecer. En algunas situaciones, fue estratégicamente más conveniente
dejar sobrevivir focos de poder relativamente autónomo y negociar la sumisión
a ciertos preceptos generales, que entablar una lucha directa contra ellos.
En segundo lugar, esta convivencia de pequeños poderes dentro del territorio
del Estado, por un lado, y la extensión territorial, por otro, obligaron al Estado a
establecer puestos de control, o crear centros de poder que permitieran al
gobierno ejercer vigilancia en todo el territorio.
Finalmente, la presencia de un Estado que pretendía acaparar el control
absoluto de las relaciones sociales implicó el nacimiento de centros de
resistencia dentro del mismo Estado lo suficientemente fuertes como para que
no fuera prudente gobernar sin atender a ciertas particularidades que exigían
su derecho a determinar algunos aspectos de su vida.

Txt. Ppal.
En todos los casos, se ve que el obstáculo del Estado fue, en tanto era una
potencia hegemonizadora, la diversidad.

Esta diversidad determinó que dentro de todo Estado funcionaran poderes


locales cuyas demandas no podían desconocerse; y es precisamente en
función de la relación que se estableció, en cada caso, entre el gobierno central
y esos poderes ,que se puede hablar de federalismo y unitarismo ya que estos
términos refieren, respectivamente, a la diseminación o la concentración del
poder del gobierno.

Nota para diseño


Imagen de Rosas y Alberdi o Sarmiento, con el epígrafe “En el siglo XIX, la
disputa entre unitarios y federales en Argentina fue encarnizada y tuvo
enormes consecuencias políticas”

Mensaje
Le sugerimos que repase los módulos de Historia y Derecho y Sociedad, en
tanto la división entre unitarismo y federalismo es esencial para comprender la
historia y la legalidad en Argentina. En ambos módulos se trata, desde
perspectivas distintas, el conflicto entre unitarios y federales, que tuvo lugar en
Argentina durante gran parte del siglo XIX.
Fin mensaje

Definición
Se llama gobierno unitario a aquel que hace de la concentración del poder el
ideal de la organización política. Un gobierno unitario no supone la inexistencia
de gobiernos locales, sino su subordinación al gobierno central. En este
sentido, los gobiernos locales son más administraciones que poderes, que
pueden ser más o menos autónomos, pero carecen de capacidad de decisión
en todo aquello que el poder centralizado no se lo otorgue.

Definición
Un gobierno federal, por el contrario, supone un poder fragmentado y
diseminado. El Estado está, en el caso de los gobiernos federales, formado por
unidades con relativa autonomía, tanto constitucional como legal.
Cada unidad, en este caso, crea su propia constitución y es gobernada por
funcionarios elegidos directamente por los ciudadanos empadronados en su
territorio (o designados por los gobernantes electos de ese modo). Tanto la
creación y aplicación de las leyes, como el manejo de recursos propios (por vía
de impuestos que la misma unidad establece), son patrimonio de cada unidad.

Txt. Ppal.
A simple vista, la concepción unitarista del poder requiere mecanismos menos
complejos que la concepción federalista.
Un gobierno unitario supone una estructura vertical, en la cual solo es
necesario establecer el modo en que se estructurará la cadena de mando, o si
esta estructura de mando funcionará alrededor de un sistema de delegaciones
o será controlada en forma directa por el poder central.

El gobierno federal, en cambio, supone que se debe encontrar un equilibrio


entre las diferencias regionales y la unidad del Estado (recordemos que la
unidad es una característica básica del estado moderno). Tanto la relación de
los gobiernos locales con el gobierno central, como la de los gobiernos locales
entre sí, deben estar claramente estipuladas, en tanto es necesario establecer
obligaciones y derechos para las partes y para el Estado (concebido como
unidad).

Es importante tener en cuenta que el federalismo no supone la absoluta


diseminación. Esto quiere decir que no existe ningún estado que pueda
renunciar a cierta centralidad y seguir llamándose “Estado”.

Definición
La diferencia sustancial entre un gobierno unitario y un gobierno federal es que
en este último caso, las atribuciones del poder central están muy claramente
delimitadas.

Txt. Ppal.
El federalismo es, de hecho, un punto medio entre la concentración absoluta
del poder y la dispersión. Los grados de centralización o descentralización del
poder dependerán, siempre, de las particularidades de cada Estado,
encontrándose modelos en apariencia unitarios en los cuales los poderes
regionales tiene un enorme peso en las decisiones del gobierno y gobiernos en
apariencia federales en los cuales el poder central es más asfixiante que en
muchos estados unitarios.

T2 Presidencialismo y Parlamentarismo

Txt. Ppal.

La última distinción en las formas de gobierno compete solamente a los


gobiernos democráticos, y se realiza tomando en consideración los siguientes
elementos de análisis:
Punteo
• Si la elección del gobierno es directa o indirecta.
• Si la función ejecutiva recae sobre una persona o sobre un cuerpo
colegiado.
• Si los poderes ejecutivo y legislativo están integrados o divididos.

Txt. Ppal.
A partir del estudio de estos elementos se establecieron dos formas básicas de
gobierno: el presidencialismo y el parlamentarismo.

Definición
Se llama parlamentarios a los gobiernos en los cuales el gobierno es un
cuerpo colegiado elegido indirectamente y en el cual los poderes legislativo y
ejecutivo están integrados. Haremos un punteo con los rasgos característicos
de esta forma de gobierno:

Punteo
• Se distinguen en el parlamentarismo los cargos de jefe de gobierno (o
primer ministro) y jefe de estado. El primero es el encargado de la dirección
política y administrativa, en tanto que el segundo es un cargo simbólico (que,
en las monarquías, por ejemplo, es ocupado por el rey).
• El poder ejecutivo es un cuerpo colegiado (consejo de ministros), entre
los cuales el Primer Ministro es un par, aunque con más atribuciones. Todos
los miembros del gabinete (incluido el Primer Ministro) deben ser miembros del
Parlamento y son responsables ante él.
• El Parlamento es elegido por el sufragio popular y cumple funciones
legislativas. El primer ministro es elegido en forma indirecta, ya que es el
Parlamento el encargado de elegirlo. El candidato a ser elegido es propuesto
por el jefe de estado o por el Parlamento mismo.
• La investidura del primer ministro se hace de dos maneras: o bien el
Parlamento emite un “voto de confianza” (es decir: se vota explícitamente por
el candidato), o lo acepta implícitamente, no vetando al candidato.
• El Parlamento, además de investir al jefe de gobierno, puede disolver el
gobierno, también de dos maneras: o bien propone un “voto de censura” y lo
aprueba por mayoría, o bien vota en contra de una “cuestión de confianza” que
el mismo jefe de gobierno plantea.
• El cargo de jefe de gobierno no tiene plazo prefijado (lo cual es
obvio, en función de las características de investidura y de la posibilidad
permanente de disolver un gobierno que no cumple con las expectativas
depositadas en él).
• El jefe de gobierno tiene, también, la facultad de pedir al jefe de estado
que convoque a elecciones para disolver el parlamento y constituir uno nuevo.

Txt. Ppal.
Como puede verse, en este sistema no existe separación entre los poderes
legislativo y ejecutivo, sino que están fusionados; pero esta unión se organiza
de modo tal que ambas instituciones están sometidas a un permanente y
mutuo control.
Las características descriptas en el punteo anterior configuran lo que se conoce
como parlamentarismo clásico y es, en términos generales, ilustrativo de todos
los sistemas parlamentarios. No obstante, de acuerdo con la mayor incidencia
que tengan en el manejo de los asuntos de Estado, o bien el Parlamento, o
bien el Gabinete, se puede hablar de gobiernos de asamblea o gobiernos de
parlamentarismo controlado. En el primero de ellos, el gabinete no es en
absoluto un poder diferenciable, sino que funciona como una comisión más del
parlamento; en el segundo, se establecen mecanismos de protección del cargo
de jefe de gobierno que limitan las posibilidades del Parlamento para
removerlo (poniendo como condición del voto de censura, por ejemplo, que
haya un sucesor electo).

Son gobiernos presidenciales, por oposición a los parlamentarios, aquellos en


los cuales los poderes ejecutivo y legislativo trabajan coordinada pero
independientemente, y el gobierno recae sobre una persona (el presidente),
elegida directamente por el pueblo. Punteemos ahora las características
centrales del presidencialismo:

Punteo
• No hay diferenciación entre jefe de estado y jefe de gobierno, sino un
presidente que asume la función de ser el responsable último de toda función
ejecutiva. Los ministros del gobierno son designados por el presidente y
responden ante él.
• Este presidente es elegido en forma directa por los ciudadanos,
mediante el sufragio popular, por un período fijo estipulado en la Constitución
Nacional
• El presidente es electo por simple mayoría de sufragios. En algunos
países (como Argentina), se requiere una mayoría absoluta, para lo cual, de no
existir, se realiza una segunda elección, o segunda vuelta entre los dos
candidatos más votados (en algunos casos, la ausencia de mayoría determina
que la decisión quede en manos del parlamento).
• Los cargos gubernamentales (presidente y ministros) son incompatibles
con la función parlamentaria: no se puede ser miembro del gobierno y del
parlamento a la vez.
• El Poder Legislativo es independiente del Ejecutivo y se elige también
mediante el sufragio popular.

Txt. Ppal.
Una salvedad que es importante hacer es la siguiente: existen países en los
cuales los votantes no eligen directamente al presidente, sino que eligen
electores que, quienes, a su vez, elegirán al presidente (eso sucedía en
Argentina hasta que se modificó la Constitución Nacional en el año 1994). Se
suele decir que en este caso la elección es también directa, ya que el cuerpo
elegido para designar el presidente tiene como única misión esa elección
particular, disolviéndose en el acto. Si bien esto es aceptable en términos
generales, es discutible, en tanto es posible y ha sucedido (en Estados Unidos
de América, por ejemplo) que sea designado un presidente que ha recibido
menos votos populares, pero más electores (en tanto recibió electores de
ciertos distritos clave). Es cierto, sin embargo, que se trata de casos
excepcionales.
Es destacable, en este sistema, la gran concentración de facultades en una
sola persona. Esta concentración, sin embargo, tiene una contracara: al haber
separación de poderes, en algunos casos un presidente puede quedar a
merced de un Parlamento opositor. Si el partido político del pesidente cuenta
con la mayoría de las bancas en el Congreso, esto no suele suceder; pero es
bastante frecuente que esto no suceda, lo cual obliga al presidente a establecer
alianzas políticas con partidos diferentes del suyo si quiere poder gobernar con
tranquilidad.

Para finalizar esta unidad, hablaremos ahora de un tema que solo hemos
mencionado, pero que merece un análisis un poco más profundo. Nos
referimos a los partidos políticos.

Actividad
Actividad 8
Analice las características de cada par de las formas de gobierno descriptas y
elabore un cuadro comparándolas.
Consulte con el Profesor Tutor su resolución de las actividades.

T1 Partidos políticos

Txt. Ppal.

La existencia de partidos políticos es una característica propia de los sistemas


de elección, que suponen la representación como forma de acceso a las
decisiones relativas al manejo de los asuntos públicos.

La representación implica un traspaso, un traslado de la capacidad de decisión


de un hombre o un conjunto de hombres (los representados) a otro u otros
(los representantes).

En la antigua Atenas, la idea misma de la existencia de un partido político era


condenada. Intentar acordar una estrategia de votación colectiva en una
asamblea era, de hecho, un delito que podía castigarse con la muerte.
Asociarse para inclinar el resultado de una votación era escandaloso. Esto no
es extraño, si se tiene en cuenta que la asamblea griega no era representativa:
todos los ciudadanos participaban y votaban en ella. Para ello, debían
deliberar, escuchar todo lo que se decía y decidir en función de los resultados
de esa deliberación. Si bien es posible pensar que había un componente
utópico en declarar delito la asociación (¿Había forma de saber a ciencia cierta
si un grupo de ciudadanos votaba por haber escuchado los argumentos en la
asamblea o por haberlo decidido de antemano?), la prohibición de la asociación
previa es un síntoma de que la idea de la existencia de un partido político era
despreciada, porque anteponía el interés de un grupo (el partido) por sobre el
interés general (la asamblea). Esto, desde ya, repetimos, era posible en tanto
todos los ciudadanos tenían el derecho efectivo de participar de la asamblea
y ser escuchados.
Nota para diseño
Ilustrar con imágenes de la Asamblea Griega

Txt. Ppal.
La representación supone, a diferencia de lo que ocurría en Atenas, que un
grupo de personas está ausente de la deliberación.

Definición
“Representar” es, etimológicamente, algo parecido a presentar lo que está
ausente, “como si” estuviera allí, corporizado en el representante.

Txt. Ppal.
Es comprensible, en función de la dinámica de los sistemas representativos,
que el concepto de partido político fuera ganando cada vez mayor importancia,
al punto de hacerse impensable un sistema democrático sin partidos. La
existencia de un interés común, previo a la asamblea, es, en el sistema
representativo, la regla necesaria (en tanto el representante es, precisamente,
el portavoz de un interés común). El partido político aparece, entonces,
como una forma de organizar el interés común.

En el análisis de los partidos políticos se han elaborado infinidad de tipologías.


Una muy habitual los divide según tres criterios. De acuerdo con esto los
partidos se distinguen por:

Punteo
1. Su base social; lo cual quiere decir que un partido político debe ser
comprendido en función de la identificación que provoca en las diferentes
clases sociales de una sociedad. La división más frecuente es entre partidos
obreros y partidos burgueses.
2. Su orientación ideológica; lo que, a diferencia de la división anterior,
centra el análisis en los objetivos del partido en relación con una visión
particular respecto del orden social más deseable, y las medidas a
implementarse para lograrlo. Según este criterio, los partidos se suelen dividir
en partidos de izquierda, centro o derecha, asociando habitualmente a la
izquierda con los intereses de los sectores postergados y al centro y la derecha
con los intereses de los grupos más beneficiados por el sistema.
3. Su estructura organizativa; que refiere a la organización interna de las
relaciones intrapartidarias y permite hacer una analogía directa con el modelo
de Estado al que aspira cada uno de ellos. Es habitual leer divisiones entre
partidos burocrático – verticalistas y partidos electoral – profesionales
como las dos caras contrastantes de esta taxonomía. El primero de ellos
supone un electorado fiel, decisiones verticales, fuerte identificación, lazos
durables y fuerte discurso ideológico; el segundo, por su parte, se dirige a un
electorado casual que se maneja por la opinión preponderante, importante
personificación de la dirección, escasa identificación ideológica y fuerte acento
en lo inmediato y en el líder.

Txt. Ppal.
Los partidos compiten entre sí dentro de un régimen político. Que haya
diferentes tipos de partido no implica, en absoluto, que los partidos en
competencia entre sí necesariamente tengan que ser de tipos distintos. Dos
partidos con una base social similar, estructuras similares y orientación
ideológica afín pueden, perfectamente, ser competidores, aunque es muy
frecuente que ,en función de evitar una excesiva atomización del electorado,
estos partidos tiendan a formar alianzas, que a veces son puramente
electorales pero, en otras oportunidades, forman lazos más duraderos e,
inclusive, partidos nuevos.

La competencia entre partidos tiene como objetivo captar el voto popular. Esta
competencia tiene límites tanto jurídicos como culturales, pero es claramente la
existencia de otros partidos lo que marca el límite más específico de su
accionar. En función de la existencia o no de diferentes partidos políticos se ha
realizado un ordenamiento de lo que se conoce como “Sistemas de partido”,
identificando siete tipos diferentes de sistemas:

Punteo

1. Unipartidista de partido único: Son los sistemas en los cuales solo


está permitida la existencia de un partido político.
2. Unipartidista de partido hegemónico: Son los sistemas en los cuales
se permite la existencia de más de un partido, pero existen trabas legales y
fácticas para que todos ellos, menos uno (el hegemónico) pueda alcanzar el
poder.
3. Unipartidista de partido predominante: A diferencia de los otros
sistemas unipartidistas, en este existe competencia, pero el mismo partido
gana sistemáticamente.
4. Bipartidista: Son sistemas en los cuales existen solo dos partidos
políticos capaces de acceder al poder. La competencia unicamente se entiende
como competencia entre esos dos partidos, haya o no otros partidos por los
cuales votar.
5. Multipartidista moderado: En este caso, los partidos con posibilidades
de hacer buenas elecciones y, eventualmente, ocupar el poder, son más de
dos y menos de seis.
6. Multipartidista polarizado: Es un sistema de competencia entre más
de cinco partidos en el cual, más allá de la predominancia que pueda o puedan
mostrar alguno o alguno de ellos, todos tienen posibilidades de hacer buenas
elecciones y ocupar espacios de poder real.
7. Multipartidista Atomizado: Es un sistema de partidos en el cual existen
más de diez partidos con chances de ocupar lugares de poder real.

Txt. Ppal.
Es importante destacar que el criterio para decir que un partido “tiene
posibilidades de ocupar lugares de poder real” es la representación
parlamentaria. En tanto un partido pueda ocupar un espacio desde el cual
modificar las estrategias de los demás partidos, será considerado en función de
la tipología de sistemas que se acaba de hacer.
TU UNIDAD 3: TEORIA POLÍTICA

T1 Acerca del pensamiento político

Txt. Ppal.
En esta última unidad haremos un resumen muy ajustado de las diferentes
formas históricas de concebir, fundamentar y justificar las relaciones de poder.
En función del carácter introductorio del módulo, este repaso solo podrá
presentar algunas corrientes relevantes y antagónicas, que se agruparán y
definirán enunciando aquellos rasgos que faciliten la comprensión de las
discusiones históricas más importantes en lo que a política se refiere.

Definición
Llamaremos, entonces, pensamiento político a toda teoría acerca del orden que
tome posición valorativa; es decir: que, lejos de ser meramente descriptiva,
intente prescribir modos de organización política, fundamentando sus
prescripciones.

Txt. Ppal.
Teniendo en cuenta que sería imposible de compendiar en un texto la cantidad
de teorías políticas que existen, presentaremos aquí unas muy pocas líneas
comparativas entre grandes bloques teóricos. La elección de estos es, como
toda elección, subjetiva, pero no arbitraria.
Hemos considerado la siguiente división:

Punteo
• En primer lugar, haremos una distinción entre un modo clásico y un
modo moderno de pensar las relaciones políticas. Si bien tanto en uno como
en otro modelo coexisten diversas posiciones, asumiremos que la modernidad
marcó una ruptura drástica en la visión que los hombres tenían acerca de la
legitimidad del poder.
• En segundo término, haremos una diferenciación interna dentro del
modelo moderno, señalando dos contraposiciones: por un lado, entre las
concepciones absolutistas y las ideas liberales; por otro, entre el modelo
liberal y el discurso marxista. Nuevamente, el criterio de selección es la
aparición de rupturas fuertes con importantes consecuencias prácticas.
• La última división será entre el modelo moderno y las corrientes de
pensamiento actuales, que en muchos casos se muestran como
continuadoras del modelo anterior, pero en muchos otros adquieren
características que no se pueden subsumir en ninguna de sus formulaciones.

T1 Pensamiento político clásico

Mensaje
Le recomendamos tener a mano, para el estudio de esta última unidad, el
módulo de Derecho y Sociedad, puesto que la división hecha aquí entre
modelo político clásico y modelo político moderno tiene muchos puntos en
común con la realizada para distinguir el derecho natural clásico y el derecho
natural moderno (ambos conceptos tratados en el módulo citado).
Fin Mensaje

Txt. Ppal.
Llamamos pensamiento político clásico al modo en que los hombres
concibieron la organización política hasta la ruptura moderna de los siglos XV a
XVIII. El período de tiempo abarcado en la caracterización es tan amplio que,
sin duda, comprende una gran diversidad de modelos. No obstante, podemos
hacer un breve punteo para establecer premisas comunes a casi la totalidad de
las diferentes concepciones.

Diremos, entonces, que antes de la modernidad los hombres se organizaban


políticamente dando por sentado que:

Punteo
• Existe un orden natural de las cosas y el hombre debe acomodar su vida
de acuerdo con una armonía cósmica que no depende de su voluntad.
• Las jerarquías entre los hombres son naturales.
• Todo modelo político se basa en la exclusión explícita de determinados
grupos.
• Los hombres nacen con deberes preestablecidos por, precisamente, el
carácter natural de las jerarquías y el orden del cosmos.
• La totalidad social es previa y más importante que las partes que la
componen.

Txt. Ppal.
El concepto griego de cosmos refiere a la totalidad de lo que existe. El hombre,
según esta idea, es tan solo una parte, un elemento más en el universo, que se
concibe como una totalidad ordenada y armónica. Bajo este supuesto, cada
elemento existente cumple un rol que le es propio. Se puede hacer, en el
contexto de esta visión de las cosas, una analogía que era (y en algunos casos
aun es) muy común en la antigüedad: el cosmos es como un gran cuerpo, en el
cual cada elemento cumple una función.

Nota para diseño


Sería interesante, de ser posible, una imagen que represente esa idea.

Una de las características del cuerpo es que está formado por una enorme
diversidad de células y órganos, cada uno de los cuales tiene una misión
específica, que no es intercambiable con la de otras células y órganos. Así, un
pulmón no puede aspirar a digerir comida, puesto que no es la tarea que le
corresponde. Si sostenemos la comparación, podemos imaginar a los hombres
como células u órganos especializados y tendremos un panorama bastante
explicativo de cómo se concebían las relaciones políticas.

Un sabio, por ejemplo, tenía como misión crear leyes. Un guerrero debía
luchar. Un esclavo, trabajar. Una mujer, parir.
Lo fundamental es que ninguno de estos elementos podía aspirar a ocupar el
lugar que no le correspondía.

Mensaje
La diferencia, por ejemplo, entre un hombre y un esclavo o entre un hombre y
una mujer, era tan determinante como la que existía entre un hombre y un
caballo o una piedra. Un esclavo o una mujer no podían participar en las
decisiones de la comunidad, simplemente porque no era su función.

Txt. Ppal.
Se ve, entonces, que si hay relaciones de poder o dominación, estas se fundan
en cierta disposición natural de las cosas, que coloca a cada uno en un sitio al
cual se debe resignar. Esto supone, finalmente, que si existen jerarquías entre
los seres humanos, estas son naturales.

En la antigua Grecia, esta visión justificaba, por ejemplo, las distinciones entre
griegos y bárbaros, o entre hombres y mujeres. En las obras de los más
importantes filósofos de la época encontramos, entonces, concepciones
políticas basadas en las diferencias de naturaleza.
Platón dividía su república de modo tal que los sabios mandaran, para lo cual
es necesario aceptar que existen sabios e ignorantes (los ignorantes serían
aquellos incapaces de conocer el verdadero orden y fundamento de las cosas).
Aristóteles, por su parte, defendía la esclavitud y postulaba la aristocracia como
el mejor sistema de gobierno.

En Roma las diferencias entre seres humanos eran también claras. Más allá
de las particularidades de un complicado sistema de gobierno, los ciudadanos
romanos estaban divididos en clases claramente diferenciadas, además de
sostener la esclavitud y marcar una profunda separación entre lo romano y lo
extranjero y entre derechos de hombres y mujeres.

Durante el feudalismo, las divisiones entre plebeyos y nobles se fundaban,


también, en distinciones naturales. Un rey no debía ganarse su lugar:
simplemente debía ser hijo de otro rey. Un noble debía su nobleza a su sangre
y no a algún tipo de mérito diferente al de haber nacido en una familia noble.

Como puede desprenderse de todo lo dicho, las relaciones de poder entre


hombres son naturales, en la medida que las jerarquías también lo son. Hay
quienes nacen para mandar y hay quienes nacen para obedecer. Cada uno
tiene de antemano fijadas sus obligaciones y, por lo tanto, tiene deberes
propios de la posición (natural) que le tocó ocupar.

Nota para diseño


Imagen de una situación de esclavitud, con el epígrafe “la existencia de
esclavos se funda en el supuesto de que existen hombres naturalmente
inferiores a otros”

Esta concepción de las relaciones políticas había tomado, con el transcurso de


los siglos y mediante el crecimiento del poder de la Iglesia, un rumbo definido:
el orden natural de las cosas había sido establecido por Dios. Era el papa, en
tanto representante máximo de la iglesia, quien conocía y dictaba los
parámetros de lo verdadero y lo falso, lo justo y lo injusto, lo aceptable y lo
inaceptable.

Fue ,precisamente, contra esta dominación ejercida por el discurso religioso


que habrían de levantarse todas las críticas que dieron origen a la ruptura que
hoy conocemos con el nombre de Modernidad.

T1 Pensamiento político moderno

Txt. Ppal.
Empezaremos a hacer un paralelo entre el modelo político clásico y el moderno
usando como referencia el punteo de características que atribuimos a los
sistemas clásicos.Veamos, entonces, las premisas fundamentales supuestas
en las formulaciones modernas, en relación con el problema del poder:

Punteo
• Existe un orden racional que funda las relaciones humanas; y el hombre,
como único ser racional, puede develarlo.
• Las jerarquías entre los hombres son artificiales, en tanto productos de
la voluntad de los hombres.
• Todo modelo político debe surgir a partir del libre consentimiento de
todos los hombres, lo cual supone que la exclusión es una excepción y la
inclusión es la regla.
• Los hombres no tienen deberes preestablecidos, sino derechos.
• La individualidad es previa a la totalidad.

Txt. Ppal.
Si leemos simultáneamente los postulados del modelo clásico y los del
moderno, notaremos inmediatamente que se oponen casi estrictamente (con
excepción de la primera premisa). Empezaremos, entonces, analizando el
segundo de los puntos, puesto que el primero puede presentar algunos
problemas si no se lo pone en relación con los demás.

Los principios sobre los cuales se asienta la idea moderna de lo que significa
establecer relaciones políticas son, como usted ya ha estudiado en el módulo
de Derechos Humanos y Ciudadanía, la libertad y la igualdad de los hombres.
La libertad y la igualdad, son consideradas (y esto es importante) naturales; es
decir: no hay por naturaleza hombres superiores a otros ni tiene nadie, por
naturaleza, razones para entregar su libertad a otros.

La postulación de la libertad y la igualdad de los hombres tiene como


consecuencia inmediata el abandono de la idea de que existen hombres que
tengan algún derecho divino o natural a mandar a los demás.

Mensaje
En otras palabras: si hay jerarquías entre los seres humanos, habrá que
explicarlas sin recurrir a la gracia divina; y he aquí lo que quiere decir que las
jerarquías son artificiales: que son creadas por los hombres.
Txt. Ppal.
Esto nos lleva al tercer postulado, puesto que hay, de hecho, jerarquías entre
los seres humanos y hay, también, hombres que mandan y hombres que
obedecen; la pregunta es: ¿Cómo es posible si todos los hombres son por
naturaleza iguales y libres?

La explicación que los modernos dan a esto es que los seres humanos, para
evitar los conflictos que necesariamente produciría la imposibilidad de reclamar
a otros cualquier clase de obediencia, realizan entre sí un pacto o contrato de
todos con todos, en el cual consienten libremente obedecer ciertas reglas a
condición de que los demás también las obedezcan. Es por esta razón que la
exclusión de alguien de un modelo político solo puede deberse a que el
excluido haya violado ese pacto originario (un delincuente, por ejemplo).

Mensaje
La regla es que todos los seres humanos tienen derecho a pertenecer a la
comunidad, en tanto tienen derecho a participar de su conformación.

Txt. Ppal.
El cuarto punto es también comprensible solo a la luz de lo dicho hasta aquí.
Que exista sociedad se debe a que todos los hombres han pactado, pero en
ese pacto han renunciado a su derecho ilimitado, en función del bien común
(que es su propio bien). Por lo tanto, lo primero que los hombres tienen son
derechos, pero renuncian voluntariamente a ellos para poder vivir seguros y
prosperar. Por otra parte, quienes pactan solo están obligados a cumplir
aquello con lo cual se han comprometido; pierden, por lo tanto, únicamente los
derechos que se han obligado a resignar y que todos los demás han resignado.

De toda la descripción del modelo hecha hasta aquí, surge, casi


espontáneamente, lo afirmado en el último punto con relación a la prioridad del
individuo respecto de la sociedad.

Los modernos consideran la posibilidad de que los hombres vivan en un estado


presocial, al que llaman estado de naturaleza Esto supone que si hay algo así
como un estado natural del hombre, en este no hay obligaciones ni comunidad,
sino solo individuos aislados. La sociedad surge como un acto de voluntad de
estos individuos aislados y, por lo tanto, de alguna manera le debe a esos
individuos aislados su existencia, por lo que tiene que proteger sus derechos
individuales.

Podemos, ahora, entender el primero de los postulados., que enuncia:

Existe un orden racional que funda las relaciones humanas; y el hombre, como
único ser racional, puede develarlo.

Mensaje
Si bien los modernos, como los clásicos, postulan un orden natural que no
depende de la voluntad humana, los primeros, a diferencia de los segundos, no
creen que el hombre simplemente deba resignarse a acomodar su existencia a
la naturaleza. De hecho, el orden es, para los modernos, la racionalidad misma,
a la cual la naturaleza está también sometida. Pero el hombre es la expresión
viva (la única expresión viva) de esa racionalidad y, por lo tanto, ocupa un lugar
privilegiado.

Txt. Ppal.
Esto quiere decir que el hombre no solo no tiene que resignarse a vivir según
una armonía natural, sino que puede, al ser el único ser racional, tomar a la
naturaleza como un objeto para su uso, utilizándola racionalmente.
Pondremos un ejemplo.

Conocer la ley de gravedad es, para un moderno, conocer una medida de la


naturaleza. El hombre ha develado, por medio de su razón, un secreto de la
naturaleza y lo ha matematizado (o, mejor, ha descubierto uno de los aspectos
del orden matemático de la naturaleza). Este descubrimiento es algo que, por
ejemplo, permite al hombre saber algo sobre una piedra (cómo caerá, a qué
velocidad, hacia dónde, etc.), que la piedra no sabe de sí misma. La piedra, por
su parte, no sabe nada del hombre. Esta relación asimétrica del hombre con la
naturaleza no solamente permite al hombre usarla, sino que lo obliga a
hacerlo. Efectivamente, que exista una piedra, y que exista el conocimiento del
hombre respecto de sus propiedades implica que el hombre tiene la obligación
de hacer de esa piedra un instrumento del cual debe sacar el mayor provecho
posible. La racionalidad es concebida, entonces, como la capacidad que el
hombre tiene de conocer el orden de las cosas y usarlo en función de lograr la
máxima eficiencia.

Políticamente el razonamiento es idéntico. No hay jerarquías naturales; pero no


cualquier acción humana es racional. Hay que construir un orden político
racional, no cualquier orden político. Aclararemos todo esto en los próximos
apartados, comenzando por el análisis de lo que se conoce como la
Ilustración.

T2 La ilustración

Antes de explicar en qué consistió la Ilustración, lo invitamos a leer fragmentos


de un texto de Immanuel Kant, en el cual se exponen con claridad muchos de
los preceptos básicos de la modernidad.

Txt. para leer


La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es
culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del
propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta
minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del
entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con
independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de
servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración.

La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde


tiempo atrás de conducción ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo largo
de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros
erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que
piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que
juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio
esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de pensar: otro tomará mi
puesto en tan fastidiosa tarea.

(…) Por tanto, a cada hombre individual le es difícil salir de la minoría de edad,
casi convertida en naturaleza suya; inclusive, le ha cobrado afición. Por el
momento es realmente incapaz de servirse del propio entendimiento, porque
jamás se le deja hacer dicho ensayo (…) Pero, en cambio, es posible que el
público se ilustre a sí mismo, siempre que se le deje en libertad; incluso, casi
es inevitable.

(…) Para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva
de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público
de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no
razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no razones y
paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo:
¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos
lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide
la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el
uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede
producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con
frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular
el progreso de la ilustración.

Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en
cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores. Llamo uso
privado al empleo de la razón que se le permite al hombre dentro de un puesto
civil o de una función que se le confía. Ahora bien, en muchas ocupaciones
concernientes al interés de la comunidad son necesarios ciertos mecanismos,
por medio de los cuales algunos de sus miembros se tienen que comportar de
modo meramente pasivo, para que, mediante cierta unanimidad artificial, el
gobierno los dirija hacia fines públicos, o al menos, para que se limite la
destrucción de los mismos. Como es natural, en este caso no es permitido
razonar, sino que se necesita obedecer. Pero en cuanto a esta parte de la
máquina, se la considera miembro de una comunidad íntegra o, incluso, de la
sociedad cosmopolita; en cuanto se la estima en su calidad de docto que,
mediante escritos, se dirige a un público en sentido propio, puede razonar
sobre todo, sin que por ello padezcan las ocupaciones que en parte le son
asignadas en cuanto miembro pasivo. Así, por ejemplo, sería muy peligroso si
un oficial, que debe obedecer al superior, se pusiera a argumentar en voz alta,
estando de servicio, acerca de la conveniencia o inutilidad de la orden recibida.
Tiene que obedecer (…) Pero no se le puede prohibir con justicia hacer
observaciones, en cuanto docto, acerca de los defectos del servicio militar y
presentarlas ante el juicio del público. El ciudadano no se puede negar a pagar
los impuestos que le son asignados, tanto que una censura impertinente a esa
carga, en el momento que deba pagarla, puede ser castigada por escandalosa
(pues podría ocasionar resistencias generales). Pero, sin embargo, no actuará
en contra del deber de un ciudadano si, como docto, manifiesta públicamente
sus ideas acerca de la inconveniencia o injusticia de tales impuestos.
(…) Luego, si se nos preguntara ¿vivimos ahora en una época ilustrada?
responderíamos que no, pero sí en una época de ilustración. Todavía falta
mucho para que la totalidad de los hombres, en su actual condición, sean
capaces o estén en posición de servirse bien y con seguridad del propio
entendimiento, sin acudir a extraña conducción. Sin embargo, ahora tienen el
campo abierto para trabajar libremente por el logro de esa meta, y los
obstáculos para una ilustración general, o para la salida de una culpable
minoría de edad, son cada vez menores. Ya tenemos claros indicios de ello.
Desde este punto de vista, nuestro tiempo es la época de la ilustración.

Cita: Kant, I.; ¿Qué es la Ilustración?, en “Filosofía de la historia”, México.


FCE.1981.
Nota para diseño
Retrato de Kant

Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Lo que se conoce hoy como la Ilustración es una corriente intelectual que
dominó el pensamiento europeo en los siglos XVII y XVIII. Se trató,
precisamente, del movimiento intelectual que protagonizó la ruptura con el
modelo clásico, en el cual tanto la verdad como el orden político estaban
íntimamente ligados con la revelación divina.

Si lee con atención al texto que hemos presentado para su análisis, casi todos
los elementos de esa ruptura están presentes, aludiendo al período anterior a
la modernidad como a un estado de “minoría de edad” de la humanidad, en el
cual la libertad de pensamiento era una utopía.

Lo que importa destacar de la Ilustración, en función de sus consecuencias


epistemológicas y políticas, es que el paso de un modelo a otro no es visto
solamente como un derecho, sino como un imperativo. En otras palabras, no es
que los hombres tengan el derecho a pensar por sí mismos: tienen la
obligación de hacerlo.

No obstante, como también se desprende del texto de Kant, hacer uso libre de
la capacidad de razonar no implica, en absoluto, desobediencia o anarquía.
Como dijimos en el apartado anterior, la ausencia de orden natural no supone
ausencia absoluta de orden. Lo que antes era ordenado por Dios, ahora
deberá ser ordenado por los hombres. O mejor: será la razón misma la que
indique el orden a los hombres, seres capacitados, por su condición de seres
racionales, para descubrirlo.

Es por ello que no hay, para los modernos, contradicción entre orden y libertad.
De hecho, una de las premisas básicas de la ilustración será que solo se puede
ser auténticamente libre cuando se acepta el orden racional de las relaciones
políticas. Lo contrario a la razón es la anarquía y, en ella, no hay libertad,
puesto que los seres humanos se convierten en animales esclavos de sus
propias pasiones.
Mensaje
Fue, entonces, en el marco del pensamiento ilustrado, que se crearon las
condiciones que nos hacen posible entender, hoy, las discusiones en torno de
la legitimidad del orden político, ya sea porque se asuma una posición
favorable a los preceptos de la ilustración, ya porque se los critique.

T1 Ideas y teorías políticas

Veamos, ahora, algunas de las posturas más relevantes en torno a la cuestión


del orden político.

T2 Absolutismo

Txt. Ppal.
Las teorías políticas absolutistas tienen como premisa básica que solo es
posible concebir una sociedad ordenada en tanto quien administra el poder no
encuentre su tarea limitada de ningún modo. Como el nombre de la corriente
lo indica, el absolutismo plantea que un soberano debe tener poder absoluto
sobre los súbditos, quienes están obligados a obedecer sus mandatos.

Tal como está enunciado, puede parecer contradictorio postular el absolutismo


y declararse moderno. El modelo clásico suponía, efectivamente, que el poder
era absoluto, en tanto su origen divino lo hacía indiscutible. Esto nos lleva a
preguntarnos, entonces, acerca de cómo fue posible que persistieran teorías
absolutistas tras la caída del modelo clásico.

Thomas Hobbes fue quizá el máximo exponente del pensamiento absolutista


moderno. El análisis de su pensamiento es muy ilustrativo, tanto del esquema
absolutista en su conjunto como de la diferencia entre el absolutismo moderno
y las teorías políticas clásicas, que postulaban un origen supra terrenal del
poder.

Hagamos un punteo con los preceptos básicos que le permitieron a Hobbes


afirmar el deseo de un modelo absolutista de gobierno:

Punteo
• Los hombres son por naturaleza iguales y tienen los mismos derechos.
• En tanto no existen límites, cada hombre busca su provecho sin pensar
en los demás, lo cual deriva en anarquía, ya que no hay modo de calificar como
injusta una acción.
• Tampoco existe propiedad en la anarquía, sino solo la ley del más fuerte
(es mío todo aquello que puedo conseguir, por los medios que sea).
• Solo existe justicia en tanto existen reglas; y solo existen reglas en tanto
existe orden. Lo mismo puede decirse de la propiedad.
• Pero solo existen reglas si es posible exigir su cumplimiento.
• Los hombres, al no poder vivir y prosperar en la anarquía, pactan
resignar su derecho sobre todas las cosas y obedecer a quien sea designado
por ellos mismos para guardar el orden.
• Desobedecer los mandatos del soberano será, por un lado, regresar a la
anarquía; por otro, implicará desobedecerse a uno mismo, en tanto fue uno
mismo quien aceptó someterse a ese soberano.
• El soberano puede, entonces, juzgar a los demás, pero no puede ser
juzgado, puesto que fue a él a quien se le encomendó la tarea de decidir lo
justo y lo injusto.
• Es, además, el soberano, el propietario último de todo, puesto que solo
gracias a él los hombres tienen propiedad.
• La única obligación del soberano es ofrecer seguridad a sus súbditos, a
cambio de obediencia irrestricta.

Txt. Ppal.
Muchos de los preceptos enumerados no son nuevos y corresponden a las
características que hemos asignado en esta misma unidad al modelo político
moderno.

Podríamos decir que el axioma elemental de toda teoría absolutista de


gobierno es que sólo existe orden si el poder es lo suficientemente fuerte como
para imponerlo.

La diferencia fundamental entre la concepción de Hobbes y el concepto


medieval es el consenso como fuente de legitimidad del poder. Por otra parte,
el manejo discrecional de los mecanismos de gobierno tiene como
contraprestación, por parte del soberano, el acceso a la propiedad legítima y la
defensa contra cualquier ataque a ella. Si el soberano reclamara la propiedad,
esto no podría ser considerado una violación del pacto o un ataque, puesto que
el beneficio del soberano no se diferencia del beneficio propio, en tanto es cada
uno de los ciudadanos quien ha elegido al soberano como representante del
bien común (y, en consecuencia , como su propio representante).

Otra diferencia entre el absolutismo moderno y el clásico estriba en que no se


puede, de antemano, decir que una forma de gobierno democrática es
inaceptable. Si se cumplieran todas las condiciones expresadas en el punteo,
un soberano compuesto por la totalidad de los ciudadanos (un soberano
democrático) o por los mejores de ellos (un soberano aristocrático), el gobierno
seguiría siendo absoluto.

Un pensador contemporáneo de Hobbes, Baruj Spinoza, es un ejemplo de


pensador que sostenía el absolutismo democrático como la mejor forma de
gobierno posible. Spinoza sostenía que el único modo en que el gobierno no
contrariase la voluntad de los ciudadanos consistía en que ellos mismos fueran
el gobierno, en acto.
Nota para diseño
Retrato de Spinoza

Para Hobbes, sin embargo, la mejor forma de gobierno posible era la


monarquía, en tanto la concentración de poder requería, a su juicio, un
gobierno unipersonal no deliberativo. La deliberación era vista, por Hobbes,
como un obstáculo para el ejercicio del poder por parte del soberano.

Txt. para leer


Dice Thomas Hobbes, en el libro Leviatán”:

Nota para diseño


Imagen de la Revolución Francesa, con el epígrafe “La Revolución Francesa
fue la más importante de las revoluciones liberales, postulando la igualdad y la
libertad de todos los seres humanos”

“El único camino para erigir semejante poder común, capaz de defenderlos
contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias ajenas, asegurándoles
de tal suerte que por su propia actividad y por los frutos de la tierra puedan
nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos, es conferir todo su poder y fortaleza a
un hombre o a una asamblea de hombres, todos los cuales, por pluralidad de
votos, puedan reducir sus voluntades a una voluntad. Esto equivale a decir:
elegir un hombre o una asamblea de hombres que represente su personalidad;
y que cada uno considere como propio y se reconozca a sí mismo como autor
de cualquier cosa que haga o promueva quien representa su persona, en
aquellas cosas que conciernen a la paz y a la seguridad comunes; que,
además, sometan sus voluntades cada uno a la voluntad de aquél, y sus juicios
a su juicio. Esto es algo más que consentimiento o concordia; es una unidad
real de todo ello en una y la misma persona instituida por pacto de cada
hombre con los demás, en forma tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y
transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a
mí mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y
autorizaréis todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud así
unida en una persona, se denomina ESTADO, en latín, CIVITAS. Ésta es la
generación de aquel gran LEVIATÁN, o más bien (hablando con más
reverencia), de aquel dios mortal, al cual debemos, bajo el Dios inmortal,
nuestra paz y nuestra defensa. Porque en virtud de esta autoridad que se le
confiere por cada hombre particular en el Estado, posee y utiliza tanto poder y
fortaleza, que por el terror que inspira es capaz de conformar las voluntades de
todos ellos para la paz, en su propio país, y para la mutua ayuda contra sus
enemigos, en el extranjero. Y en ello consiste la esencia del Estado, que
podemos definir así: una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos
mutuos, realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor al
objeto de que pueda utilizar la fortaleza y medios de todos, como lo juzgue
oportuno, para asegurar la paz y defensa común. El titular de esta persona se
denomina SOBERANO, y se dice que tiene poder soberano; cada uno de los
que le rodean es SÚBDITO suyo”.

Cita: Hobbes T., Leviatán, Buenos Aires, Losada, 2003.

Txt. Ppal.
Los modelos absolutistas plantearon numerosos interrogantes y fueron
sometidos a críticas que terminaron por desacreditarlos. De estas críticas nos
importan especialmente dos:
• Es evidente que la libertad es, en un régimen absolutista, limitada; esto
se debe, fundamentalmente, a que no hay una clara separación entre los
ámbitos público y privado, y cualquier aspecto de la vida está, merced a ello,
potencialmente sometido a la arbitrariedad del Estado (llamaremos, de aquí en
más, “Estado” al soberano).
• Como consecuencia de la arbitrariedad del Estado, tampoco se puede
hablar de propiedad en sentido estricto, ya que esta también está sometida a
sus decisiones.

Si bien hay más críticas (nos ocuparemos de una tercera cuando hablemos del
marxismo), nos bastan estas dos para entender cómo surgió, sobre qué bases
y con qué consecuencias, la teoría política liberal, que habrá de dominar casi
todo el pensamiento político occidental a partir del siglo XVIII.

T2 Liberalismo

Txt. Ppal.
El liberalismo solo puede ser cabalmente comprendido en función de su
contraste, no solo con el pensamiento político clásico, sino también con las
teorías absolutistas (especialmente las inspiradas en el discurso de Hobbes).

Los liberales comparten con Hobbes los presupuestos de libertad e igualdad de


los seres humanos, como así también la creencia de que la sociedad es
producto de un pacto o contrato en el cual algunos derechos son cedidos al
Estado en función de lograr protección contra la inseguridad del estado de
naturaleza. No obstante, ni la absoluta arbitrariedad del Estado, ni la
imposibilidad de proteger la propiedad de los caprichos de este son, como ya
hemos mostrado al hablar del “Estado liberal” en la Unidad 2, aceptadas como
consecuencias inevitables del pacto originario.

El presupuesto básico del liberalismo es, contrariamente a lo que sostiene el


absolutismo, que el Estado tiene que limitar su accionar a la defensa del
individuo y sus propiedades. Para el liberalismo, el Estado debe cumplir casi
exclusivamente una función policial, absteniéndose de intervenir en el mercado,
que debe auto regularse. Así, el ordenamiento de la sociedad debe efectuarse
de modo tal que garantice la actividad económica y comercial privada.

Txt. para leer


Leamos lo que dice John Locke en el Segundo tratado sobre el gobierno civil:

“El grande y principal fin que lleva a los hombres a unirse en Estados y a
ponerse bajo un gobierno, es la preservación de su propiedad.

“(…) Aunque el poder legislativo (…) ha de ser considerado como el poder


supremo dentro de cada Estado, (…) no puede ser ejercido absoluta y
arbitrariamente sobre las fortunas y las vidas del pueblo (…) porque nadie
puede transferir a otro más poder del que tiene (…) y nadie tiene (…) un poder
de destruir su propia vida ni el de quitar la vida y las propiedades a otro (…) El
poder supremo no puede apoderarse de parte alguna de la propiedad de u
hombre, sin el consentimiento de este; pues (…) el fin del gobierno es la
preservación de la propiedad.

“Ni siquiera el poder absoluto, allí donde es necesario, es arbitrario por el


hecho de ser absoluto (…) Un sargento, el cual podría ordenar a un soldado
marchar hacia la boca de un cañón enemigo, o ponerse de pie en lo alto de
una trinchera con el riesgo de perecer, no podría, sin embargo, ordenar a ese
soldado que le diera un centavo de su dinero (…) ni arrebatarle una pizca de
sus bienes”.

Cita:Locke , J., Segundo tratado sobre el gobierno civil, Barcelona, Altaya,


1995.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Por otra parte, al centrar su concepción del Estado en la limitación, el
liberalismo hace de las libertades individuales el eje sobre el cual debe girar
todo el andamiaje jurídico del orden social. El ciudadano pasa a ser, a partir de
las concepciones liberales, el único sujeto de derecho válido y, por lo tanto , el
auténtico protagonista de la política.

Esta concepción del ciudadano como protagonista político y a la vez libre, dará
origen a la necesidad de replantear algunos conceptos en relación con los
modos de participación. El más importante de ellos, ya visto al hablar de
democracia, es la aparición del concepto de representación. Sin embargo, la
aparición de este trae aparejadas dos consecuencias que vale la pena
mencionar como fundamentales y de enormes consecuencias:

Punteo
• Al abrir, no solo la posibilidad, sino la deseabilidad o inevitabilidad de la
representación como única forma válida de participación, el liberalismo
defiende la profesionalización de la política como una herramienta válida
para la organización social.
• Por otro lado, el Estado mismo será visto como un representante de
los intereses económicos de los ciudadanos; pero en tanto su función quedará
relegada a la protección jurídica de los bienes privados de estos, la visión de la
judicatura como un verdadero poder será inevitable.
Txt. Ppal.
Esta última consecuencia es importante, puesto que lo que nosotros
conocemos hoy como los poderes independientes del Estado no incluía, en
ninguna de las primeras formulaciones liberales, al poder judicial. Tanto para
Hobbes, como para Locke y Rousseau (por citar a tres de los más importantes
contractualistas), los poderes en los cuales el Estado podía descomponerse
eran el legislativo (que hacía las leyes), el ejecutivo (que las aplicaba y
controlaba) y el federativo (que tenía una función meramente de protectoria de
las amenazas externas).

Sin embargo, una vez proclamada la separación entre los ámbitos público y
privado y al garantizar a los ciudadanos la libertad de no participar en los
asuntos comunes si así no desean hacerlo, el liberalismo contiene en sí las
condiciones necesarias para que política y justicia se tornen actividades
separadas de la vida cotidiana, en tanto una y otra son existencias
permanentes que no pueden detenerse por ausencia de ciudadanos dispuestos
a asumir el compromiso de llevarlas adelante.

La pregunta es: ¿Quiénes llevarán adelante esas tareas, en forma profesional?


La obvia respuesta del liberalismo es que lo harán quienes sean elegidos a tal
efecto por los ciudadanos. Esto, en el marco de la teoría liberal ,tal como la
hemos expuesto, dará lugar a un problema de difícil solución

.Al propugnar, por un lado, la absoluta libertad de los ciudadanos para


desinteresarse de la política y, por otro, la necesidad de un Estado que
garantice los intereses privados de esos mismos ciudadanos, por medio de una
práctica profesional, se crean las condiciones para que el Estado se transforme
en la herramienta por excelencia que tendrán en su poder quienes más
intereses tengan que defender.

Mensaje
Podemos ver esto último con el siguiente ejemplo: si el Estado tiene como
función primordial proteger la propiedad de los ciudadanos:¿Cuál es la función
del Estado en relación con los ciudadanos que carecen de propiedades? O
aun; ¿Tiene el mismo peso en las decisiones del Estado quien posee solo su
vida como propiedad que quien es propietario, por ejemplo, de medios de
producción?

Txt. Ppal.
El liberalismo impugnará las preguntas que acabamos de hacer. Según la
teoría liberal no existe impedimento alguno para que cualquier ciudadano haga
valer sus derechos frente al Estado. Cualquier práctica profesional, incluidas la
política y la judicial, tienen como marco las limitaciones propias de un Estado
de Derecho. Si una práctica política concreta del estado es utilizada como
herramienta para favorecer intereses sectoriales, esto indica una desviación de
los fundamentos mismos del Estado, que debe ser corregida sin violar los
principios básicos del respeto a la libertad y la igualdad de todos los
ciudadanos ante la ley, tengan lo que tuvieren
No obstante, a partir de los interrogantes abiertos es posible abordar el análisis
de las tradiciones ideológicas que una ruptura con el liberalismo. De ellas, sin
duda la más importante y radical es el marxismo.

T2 Marxismo

Txt. Ppal.
El término “marxismo” hace referencia a toda una corriente de ideas
provenientes de la obra del filósofo alemán Kart Marx, quien no veía en el
Estado moderno sino una forma de organización destinada a proteger las
propiedades y los intereses de una clase social dominante: la burguesía. La
unión entre el Estado liberal y el capitalismo era, para Marx, inmediata. Un
modo de producción basado en la explotación (así consideraba Marx al
capitalismo) necesitaba de una herramienta de dominación que lo consolidara;
el Estado liberal no era sino esa herramienta y los conceptos de libertad e
igualdad adquirían, para él, en ese contexto, un rango legitimador de un orden
injusto.

Nota para diseño


Retrato de Marx

Mensaje
Kart Marx nació en Treveris, Prusia, en 1818 y murió en Londres en el año
1883. Su obra está marcada por un profundo rechazo al capitalismo, modo de
producción al que Marx considera como una expresión de la explotación de los
hombres en manos de otros hombres. En su obra más importante, El Capital,
Marx analiza las relaciones de producción capitalista desde una perspectiva
crítica, señalando que la libertad liberal es solo un concepto ideal que
enmascara la sumisión de los obreros a los intereses de los burgueses. Su
obra tuvo enormes repercusiones y dio origen a una enorme cantidad de
movimientos políticos que acabaron en revoluciones anticapitalistas en
muchísimos países, a lo largo del siglo XX.l
Txt. para leer
Recurriremos ahora a la ayuda del licenciado Domínguez para tratar de aclarar
algunas dudas.

Licenciado, podría decirnos ¿por qué se habla de “marxismo” y no de


“comunismo”, si los regímenes comunistas fueron expresiones concretas de la
puesta en práctica de las ideas de Marx?

Lic. Dominguez: La palabra “comunismo” remite, como bien se señala en la


pregunta, a regímenes políticos concretos y diversos con consecuencias
variadas. En función de que algunas de las experiencias comunistas
desembocaron en regímenes opresivos, y de que la ideología marxista fue la
única que se opuso a los preceptos liberales (dominantes en occidente), se
realizó un pareo entre los regímenes comunistas y la obra de Marx, dando al
término “comunismo” un carácter despectivo que, por extensión, hacía de Marx
un defensor del totalitarismo.

No obstante, los trabajos de Marx fueron mucho más complejos que algunas
caricaturas que se suelen hacer de ellos. El término “comunismo”, tal como era
usado por Marx, puede aplicarse muy dudosamente a muchos de los
regímenes surgidos alrededor de sus ideas. Por otra parte, tanto sus
detractores como sus partidarios más lúcidos coinciden en observar que su
obra, lejos de constituir un cuerpo único y acabado, es de una complejidad
enorme y a veces contradictoria (el mismo Marx señaló repetidas veces que su
obra principal, El Capital, estaba lejos de ser una obra terminada). La
profundidad de los análisis de Marx y sus diversas lecturas hacen posible, de
hecho, que se llamen a sí mismos “marxistas”, tanto quienes atacan a los
regímenes totalitarios que surgieron de su obra, como quienes los defienden.

Fue para evitar los prejuicios inevitablemente existentes en torno al término


“comunismo”, que hemos elegido la palabra “marxismo” para describir el
pensamiento de Marx.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Para entender el pensamiento de Marx, trataremos de reconstruir su
argumentación.

Podemos tomar como punto de partida ,para hablar de las ideas de Marx ,los
conceptos de libertad e igualdad burgueses, tal como él los considera. Como
dijimos, el supuesto básico del liberalismo es que todos los hombres son
iguales. Según este supuesto, una sociedad se constituye por el libre consenso
entre los hombres, esto da origen a un modo de organización basado en el
intercambio, que el Estado debe proteger.

Para que este sistema funcione, es necesario suponer que los hombres
cambian entre sí cosas iguales. De hecho, si los hombres se estafan unos a
otros el Estado está allí para poner orden y detener los abusos, protegiendo los
intereses de los damnificados. Ahora bien; ¿Qué es lo que los hombres
intercambian entre sí? Tanto Marx como la economía clásica liberal
concuerdan en que lo que los hombres intercambian son mercancías de igual
valor. Ya vimos, además, que los liberales aceptan que esas mercancías
pertenecen a sus propietarios merced al trabajo que han realizado para
obtenerlas.

La pregunta es: ¿Cómo saber cuál es el valor de esas mercancías, cuando es


obvio que no se intercambian mercancías iguales? Si cambio zapatos por
sombreros; ¿Cómo puedo saber cuántos sombreros corresponde dar a cambio
de un par de zapatos? Es importante saber esto, ya que dijimos que los
intercambios siempre deben ser entre mercancías que valen lo mismo.

Marx sigue concordando en este punto con los economistas liberales, quienes
tomaron el trabajo como medida del valor de las mercancías. En otras
palabras: es importante saber cuánto trabajo es socialmente necesario para
producir una mercancía, para cambiarla por otra mercancía que contenga la
misma cantidad de trabajo. Así, si hacer un par de zapatos lleva dos días y
hacer un sombrero lleva un día, entonces un par de zapatos vale dos
sombreros (es importante no perder de vista que,hasta aquí ,Marx no ha
inventado nada: tanto la igualdad en el valor de los intercambios como el
trabajo como medida de ese valor son presupuestos liberales, no inventados
por Marx).

Ahora bien. Si lo pensamos un poco, hay algo que no funciona. Si en el


mercado solo se pueden intercambiar mercancías que valgan lo mismo y
además está prohibido estafar a los demás, ¿Cómo es posible que alguien
acumule dinero?

Mensaje
La acumulación de capital es el punto de partida de la crítica de Marx al
liberalismo y al capitalismo como sistema. Si únicamente se intercambian
mercancías de valores iguales, entonces uno siempre recibe lo que da y no
puede acumular nada. Es necesario suponer, por lo tanto, que en el capitalismo
existe al menos un intercambio que no respeta el principio de igualdad. Ese
intercambio es el de fuerza de trabajo por salario.

Txt. Ppal.
El problema central de este razonamiento reside en que Marx ve que ese
intercambio es, en el capitalismo, el eje sobre el cual giran todos los
demás. Efectivamente, si las mercancías no son producidas, no hay
mercancías y, por ende, no hay intercambio. Pero un capitalista no puede
pagar a un obrero el valor total de lo que el obrero produce y acumular dinero a
la vez; por lo tanto, según Marx, la igualdad burguesa se basa en una estafa,
en un robo permanente de los propietarios de medios de producción a los
obreros que trabajan para él. En otras palabras: solo es posible postular la
igualdad de los hombres suponiendo que existe un hombre (el obrero) que
puede ser explotado a voluntad y, por lo tanto , no es igual a los demás. Marx
observa, de hecho, que la ideología liberal, que postula que el trabajo es la
única fuente legítima de la propiedad, genera un sistema de producción (el
capitalista) en el cual es precisamente quien trabaja el único que no puede
tener propiedades, puesto que es estafado constantemente por quien sí las
tiene.

Es importante recalcar que, para Marx, es falso que los burgueses sean
propietarios de los medios de producción porque hayan ganado su propiedad
con su trabajo. El paso del feudalismo al capitalismo supuso, para él, que un
sector de la sociedad (los capitalistas) se apropiaron por la fuerza de territorios
y medios de producción que eran, en el modelo anterior, propiedad común. Una
vez dueños de lo que no les pertenecía, proclamaron el derecho a la propiedad,
solo para defender lo que tenían, de aquellos a quienes no les había quedado
nada. Para Marx, entonces, al contrario que para los liberales, no es el trabajo
el que funda la propiedad privada, sino al revés: merced a haberse quedado
con lo que era propiedad común de todos los hombres, los burgueses
asumieron la capacidad de ordenar a otros hombres (que no tenían nada) que
trabajaran para ellos, en un intercambio absolutamente desigual.

Al negar que la igualdad burguesa sea real (en todo caso, solo serán realmente
iguales, para Marx, los propietarios burgueses) y denunciarla como un engaño,
Marx niega también que los hombres sean realmente libres. El liberalismo,
para Marx, puede proclamar la libertad únicamente en un plano ideal, porque
en los hechos existe un grupo de hombres (los obreros), que no son libres en
absoluto, porque están obligados a aceptar las condiciones de los burgueses
para poder sobrevivir, ya que si los burgueses no les dan trabajo, los obreros
morirán de hambre.

Llegado a este punto, le es posible a Marx afirmar que

Mensaje
la sociedad, lejos de originarse en el libre consenso entre los ciudadanos, se
origina en una lucha: la lucha de clases.

Txt. Ppal.
Por un lado, existe una clase burguesa, propietaria de medios de producción;
por otro, una clase obrera, propietaria solo de su cuerpo. Estas clases son,
para Marx, antagónicas, puesto que sus intereses se contraponen. El triunfo de
la clase burguesa implica la sumisión de la clase obrera; el triunfo de la clase
obrera implica la desaparición de la burguesía. Está claro que el capitalismo no
es, para Marx, sino el triunfo de la clase burguesa, siendo el Estado liberal
una mera herramienta de defensa de sus intereses de clase.

Txt. para leer


Puede leerse en el Manifiesto comunista, redactado por Kart Marx y Federico
Engels, lo dicho hasta aquí acerca del carácter antagónico de las clases y el rol
del Estado:

“La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la
historia de la lucha de clases.

“(…) Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue (…) por haber


simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose,
cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que
se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.

“(…) Cada etapa de la evolución recorrida por la burguesía ha ido acompañada


del correspondiente éxito político (…) La burguesía, después del
establecimiento de la gran industria y del mercado universal, conquistó
finalmente la hegemonía exclusiva del poder político en el Estado
representativo moderno. El gobierno del Estado moderno no es más que una
junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”.

Cita: Marx, K. Y Engels, F., Manifiesto comunista, Buenos Aires, Pluma, 1974.
Fin Txt. para leer

Txt. Ppal.
Es precisamente por esto que el pensamiento de Marx se vuelve un problema
para la ideología y el modelo liberales: en función de este antagonismo, Marx
sostiene que es necesaria una revolución de la clase obrera que instaure una
“dictadura del proletariado”, creando un sistema en el cual la propiedad privada
de los medios de producción quede abolida, terminando así con lo que Marx
considera la explotación del hombre por el hombre.

Nota para diseño


Imagen de la Revolución Rusa, con el epígrafe “En el año 1917 se produjo la
primera revolución anticapitalista, en Rusia”
En palabras de Marx: “La condición esencial de la existencia y de la
dominación de la clase burguesa es la acumulación de riqueza en manos de
particulares (…) La condición de existencia del capital es el trabajo asalariado
(…) El progreso de la industria, del que la burguesía, incapaz de oponérsele,
es agente involuntario, sustituye el aislamiento de los obreros, resultante de la
competencia, por su unión revolucionaria mediante la asociación. Así (…) la
burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la
victoria del proletariado son igualmente inevitables”.
Marx creía que el modelo capitalista liberal llevaba en sí el germen de su propia
caída, al empujar a los obreros a unirse en su contra. Una vez conscientes de
su propia fuerza, la clase obrera habría de revolucionar el orden burgués,
dando paso a una nueva sociedad en la cual la propiedad privada debía ser
abolida.

El marxismo es, en resumen, un discurso anticapitalista que pone en la


propiedad privada de los medios de producción el origen de las desigualdades
entre los hombres en el modelo liberal. Es por ello que Marx dice, en el
Manifiesto comunista, que “los comunistas pueden resumir su teoría en esta
fórmula única: abolición de la propiedad privada”.

T2 Socialdemocracia

Txt. Ppal.
Si bien es posible entender casi todas las posturas políticas surgidas luego de
la modernidad, en función de su contraste con el absolutismo, el liberalismo y el
marxismo (y del contraste entre absolutismo, liberalismo y marxismo entre sí),
vale la pena, por el modo en que se ha extendido en gran parte de los países
más importantes de Europa, hacer una referencia especial a un modo de
pensar la relación entre Estado y Sociedad que puede ubicarse en un punto
intermedio entre las ideas liberales y las ideas marxistas: nos referimos a la
socialdemocracia.

La socialdemocracia nació a fines del siglo XIX y su influencia inmediata es el


marxismo. A diferencia de los marxistas más radicalizados, los
socialdemócratas creían que era posible lograr condiciones de equidad y
justicia social sin necesidad de abandonar el estado representativo. En lugar de
promover una revolución violenta que acabara con el modelo capitalista, los
socialdemócratas imaginaban una evolución pacífica de las condiciones de
vida, utilizando la elección democrática como herramienta.

En rigor, los socialdemócratas pensaban que el objetivo de la evolución


democrática debía ser el cambio de modelo. De un régimen capitalista podía
pasarse a uno socialista sin que fuera necesario por ello recurrir a medios
revolucionarios drásticos. Esta postura dividió al marxismo europeo, de modo
que los marxistas tradicionales pasaron a ser identificados con el comunismo y
los socialdemócratas con el socialismo (aunque se diría de ellos,
despectivamente desde el comunismo, que eran “socialistas reformistas”).

El surgimiento y desarrollo de modelos de estado de bienestar, a lo largo del


siglo XX, pareció dar la razón a los socialdemócratas, en tanto parecía
demostrarse que ni estado ni capitalismo eran incompatibles en la búsqueda de
una sociedad más justa. Fue entre el fin de la Segunda Guerra y los años
setenta que los socialdemócratas se transformaron en la expresión más
importante de la izquierda, a nivel mundial.
Sin embargo, la caída del estado de bienestar puso en duda los postulados
socialdemócratas, que recibieron críticas tanto desde la doctrina liberal como
desde el marxismo ortodoxo.

Para los liberales, la socialdemocracia fomenta un estado excesivamente


burocrático y omnicomprensivo, que por medio de la presión tributaria a los
sectores con más ingresos crea una situación, no de justicia, sino de injusticia.
Si revisamos los principios liberales veremos que no hay contradicción en esta
crítica: según los liberales no se puede pedir a quien ha tenido éxito que pague
la irresponsabilidad de los pobres, que no se hacen de ese modo responsables
por sus actos. Un sector de la sociedad acaba, para los liberales, sosteniendo a
otro sector, ocioso, que no ha hecho méritos suficientes como para no
necesitar asistencia del estado. El liberalismo (en algunos países, tras la caída
del Estado de bienestar, se ha llamado despectivamente “neoliberalismo” a
este resurgimiento de los principios liberales que se opusieron a los avances de
la socialdemocracia) reclama a la socialdemocracia la retirada del Estado de
toda función que no esté referida exclusivamente a la seguridad y la protección
de la propiedad privada.

Desde el marxismo, desde ya, la crítica es opuesta. Ya sabemos que para los
marxistas las diferencias de fortuna no se deben al mérito o al trabajo, sino a la
explotación. Se reclama, entonces, a la socialdemocracia, que al no haber
puesto en tela de juicio el modelo y el Estado, simplemente permitió que el
avance salvaje del capitalismo siguiera su marcha, disfrazando como mejoras
lo que no eran sino estrategias de la burguesía para no perder el poder.

Más allá de estas críticas, la socialdemocracia subsiste hoy como ideología


política dominante en diversos países europeos.

Txt. para leer


Dice Eduard Bernstein, quien es considerado el padre de la socialdemocracia:

“Política de clase obrera no significa (…) un antagonismo absoluto con los


intereses de las otras clases, (…) significa libertad de los intereses particulares
y específicos de las otras clases.

“(…) La socialdemocracia se propone ante todo elevar continuamente al


trabajador de la condición de proletario a la de ciudadano y generalizar el
sistema civil o la condición de ciudadano. No trata de sustituir la sociedad
civil por una sociedad proletaria, sino el orden social capitalista por un orden
social socialista”.

Cita:BERNSTEIN, E., Las premisas del socialismo y las tareas de la


socialdemocracia. Problemas del socialismo. El revisionismo en la
socialdemocracia, México, Siglo XXI, 1982.

Nota para diseño


Retrato de E. Bernstein
T1 Conclusión
Txt. Ppal.
Hemos realizado un recorrido a través de una disciplina tan rica como
problemática. Toda su complejidad y su carácter controversial se nos hicieron
evidentes desde la delimitación de su objeto y el análisis de las diferentes
corrientes que la abordan.

Vimos, también, cómo las controversias en relación con el problema del orden
atañen tanto al modo de abordar el estudio del problema como a la definición
misma de la Ciencia Política como disciplina (en tanto no existe acuerdo
respecto de su carácter descriptivo o prescriptivo), en tanto el concepto mismo
de Estado (central en el moderno análisis del problema de orden político) está
lejos de ser transparente y libre de discusiones.

Finalmente, hicimos un breve análisis de las teorías políticas más relevantes


para comprender las discusiones ideológicas actuales y pasadas, a fin de dar
un marco lo suficientemente amplio como para brindarle herramientas que le
permitan realizar un análisis más profundo de los discursos en los cuales, en
tanto ciudadano y actor político, se ve constantemente inmerso.

La Ciencia Política es, a la vez, una disciplina antigua y reciente. En la medida


en que el hombre es un ser social, podemos decir que la antigüedad de la
ciencia política se remonta a la primera vez que algún hombre buscó
respuestas a la pregunta por la obediencia. Vista desde el punto de vista de su
reconocimiento como disciplina autónoma y rigurosa, se trata de una ciencia de
menos de un siglo de vida.

Tanto desde una perspectiva que la ubique como nacida en los albores de la
civilización, como pensándola en términos de su reciente incorporación al
campo científico, se hace patente que se trata de una ciencia abierta, en la cual
los juicios aparentemente definitivos encuentran siempre, afortunadamente,
una oposición posible, capaz de abrir nuevas discusiones.

Es por ello que nos despedimos invitándolo a tomar este módulo como la
apertura de un proceso de pensamiento que le permita considerar el problema
político desde una perspectiva propia y original. Las grandes teorías, por muy
acabadas y terminantes que parezcan, sólo son fructíferas por las posibilidades
que abren al pensamiento y a la discusión.

Esperamos, entonces, que la lectura de este módulo le sirva de ayuda para


elaborar sus propios razonamientos y ocupar posiciones que pueda asumir
como propias, defendiendo con argumentos más sólidos sus valores y
creencias políticas.

Actividad Falta una actividad de integración

TU Apartado Bibliográfico

Txt. Ppal.
A continuación le damos los nombres de algunos textos que seguramente
podrá encontrar en la biblioteca de su escuela o de su barrio. Le serán útiles a
lo largo de su trabajo con el Módulo para aclarar algunas dudas, realizar otras
lecturas, enriquecer las actividades propuestas, ampliar sus saberes en
relación con las ciencias sociales y la ciencia política en particular. Recurra a
su docente tutor o al bibliotecario para que lo ayude en la búsqueda del
material que le interese.

Punteo
• Discurso sobre el espíritu positivo, de Augusto Comte.
• Sobre el conductismo, de Burhus Skinner.
• Diccionario de Hermenéutica, de Hans Gadamer (Dir.)
• Teoría General de la Política, de Norberto Bobbio.
• Leviatán, de Thomas Hobbes.
• Segundo ensayo sobre el gobierno civil, de John Locke.
• El Manifiesto comunista, de Karl Marx.
• En medio de Spinoza, de Gilles Deleuze.

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