Insolvencia Empresarial Deudor Solidario Trabajo

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PROCESOS MERCANTILES – DEUDOR SOLIDARIO EN REGIMEN

DE INSOLVENCIA EMPRESARIAL

BOLAÑOS OLIVARES JOEL

FLOREZ CHARRY DANIELA

SUAREZ JOSÉ

JORNADA VESPERTINA

DOCENTE
RAMÓN BETANCOURT

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

DERECHO

CARTAGENA

2019
El Régimen de insolvencia empresarial
Finalidad y Características
El régimen judicial de insolvencia regulado en la presente ley, tiene por objeto
la protección del crédito y la recuperación y conservación de la empresa como
unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo, a través de
los procesos de reorganización y de liquidación judicial, siempre bajo el criterio
de agregación de valor.

El proceso de reorganización pretende a través de un acuerdo, preservar


empresas viables y normalizar sus relaciones comerciales y crediticias,
mediante su reestructuración operacional, administrativa, de activos o pasivos.

El proceso de liquidación judicial persigue la liquidación pronta y


ordenada, buscando el aprovechamiento del patrimonio del deudor.

El régimen de insolvencia, además, propicia y protege la buena fe en las


relaciones comerciales y patrimoniales en general y sanciona las conductas
que le sean contrarias.
El régimen de insolvencia está orientado por los siguientes principios:
1. Universalidad: La totalidad de los bienes del deudor y todos sus
acreedores quedan vinculados al proceso de insolvencia a partir de su
iniciación.
2. Igualdad: Tratamiento equitativo a todos los acreedores que
concurran al proceso de insolvencia, sin perjuicio de la aplicación de las reglas
sobre prelación de créditos y preferencias.
3. Eficiencia: Aprovechamiento de los recursos existentes y la mejor
administración de los mismos, basados en la información disponible.
4. Información: En virtud del cual, deudor y acreedores deben
proporcionar la información de manera oportuna, transparente y comparable,
permitiendo el acceso a ella en cualquier oportunidad del proceso.
5. Negociabilidad: Las actuaciones en el curso del proceso deben
propiciar entre los interesados la negociación no litigiosa, proactiva, informada
y de buena fe, en relación con las deudas y bienes del deudor.
6. Reciprocidad: Reconocimiento, colaboración y coordinación
mutua con las autoridades extranjeras, en los casos de insolvencia
transfronteriza.
7. Gobernabilidad económica: Obtener a través del proceso de
insolvencia, una dirección gerencial definida, para el manejo y destinación de
los activos, con miras a lograr propósitos de pago y de reactivación
empresarial.

A quien aplica el régimen y quienes están excluidos


 las personas naturales comerciantes y las jurídicas no excluidas de la
aplicación del mismo, que realicen negocios permanentes en el territorio
nacional, de carácter privado o mixto. Así mismo, estarán sometidos al régimen
de insolvencia las sucursales de sociedades extranjeras y los patrimonios
autónomos afectos a la realización de actividades empresariales.
No están sujetas al régimen de insolvencia previsto en la presente ley:

1. Las Entidades Promotoras de Salud, las Administradoras del


Régimen Subsidiado del Sistema General de Seguridad Social en Salud y las
Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud.
2. Las Bolsas de Valores y Agropecuarias.
3. Las entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera de
Colombia. Lo anterior no incluye a los emisores de valores, sometidos
únicamente a control de la referida entidad.
4. Las entidades vigiladas por la Superintendencia de Economía
Solidaria que desarrollen actividades financieras, de ahorro y crédito.
5. Las sociedades de capital público, y las empresas industriales y
comerciales del Estado nacionales y de cualquier nivel territorial.
6. Las entidades de derecho público, entidades territoriales y
descentralizadas.
7. Las empresas de servicios públicos domiciliarios.
8. Las personas naturales no comerciantes.
9. Las demás personas jurídicas que estén sujetas a un régimen
especial de recuperación de negocios, liquidación o intervención administrativa
para administrar o liquidar.
Las empresas desarrolladas mediante contratos que no tengan como
efecto la personificación jurídica, salvo en los patrimonios autónomos que
desarrollen actividades empresariales, no pueden ser objeto del proceso de
insolvencia en forma separada o independiente del respectivo o respectivos
deudores.

Requisitos
El inicio del proceso de reorganización de un deudor supone la existencia de
una situación de cesación de pagos o de incapacidad de pago inminente.
1. Cesación de pagos. El deudor estará en cesación de pagos cuando:

Incumpla el pago por más de noventa (90) días de dos (2) o más
obligaciones a favor de dos (2) o más acreedores, contraídas en
desarrollo de su actividad, o tenga por lo menos dos (2) demandas de
ejecución presentadas por dos (2) o más acreedores para el pago de
obligaciones. En cualquier caso, el valor acumulado de las obligaciones
en cuestión deberá representar no menos del diez por ciento (10%) del
pasivo total a cargo del deudor a la fecha de los estados financieros de
la solicitud, de conformidad con lo establecido para el efecto en la
presente ley.
2. Incapacidad de pago inminente. El deudor estará en situación de
incapacidad de pago inminente, cuando acredite la existencia de circunstancias
en el respectivo mercado o al interior de su organización o estructura, que
afecten o razonablemente puedan afectar en forma grave, el cumplimiento
normal de sus obligaciones, con un vencimiento igual o inferior a un año.

En el caso de las personas naturales comerciantes, no procederá la


causal de incapacidad de pago inminente. Para efectos de la cesación de
pagos no contarán las obligaciones alimentarias, ni los procesos ejecutivos
correspondientes a las mismas.

La solicitud de inicio del proceso de reorganización deberá presentarse


acompañada de los documentos que acrediten, además de los supuestos de
cesación de pagos o de incapacidad de pago inminente, el cumplimiento de los
siguientes requisitos:

1. No haberse vencido el plazo establecido en la ley para enervar las


causales de disolución, sin haber adoptado las medidas tendientes a
subsanarlas.
2. Llevar contabilidad regular de sus negocios conforme a las
prescripciones legales.
3. Si el deudor tiene pasivos pensionales a cargo, tener aprobado el
cálculo actuarial y estar al día en el pago de las mesadas pensionales, bonos y
títulos pensionales exigibles.

Las obligaciones que por estos conceptos se causen durante el proceso, así
como las facilidades de pago convenidas con antelación al inicio del proceso de
reorganización serán pagadas de preferencia, inclusive sobre los demás gastos
de administración.

Solicitud de admisión.
La solicitud de inicio del proceso de reorganización por parte del deudor
o de este y sus acreedores deberá venir acompañada de tos siguientes
documentos:
1. Los cinco (5) estados financieros básicos correspondientes a los tres (3)
últimos ejercicios y los dictámenes respectivos, si existieren, suscritos por
Contador Público o Revisor Fiscal, según sea el caso, salvo que el deudor, con
anterioridad, hubiere remitido a la Superintendencia tales estados financieros
en las condiciones indicadas, en cuyo caso, la Superintendencia los allegará al
proceso para los fines pertinentes.

2. Los cinco (5) estados financieros básicos, con corte al último día
calendario del mes inmediatamente anterior a la fecha de la solicitud, suscrito
por Contador Público o Revisor Fiscal, según sea el caso.

3. Un estado de inventario de activos y pasivos con corte a la misma fecha


indicada en el numeral anterior, debidamente certificado, suscrito por contador
público o revisor fiscal, según sea el caso.

4. Memoria explicativa de las causas que lo llevaron a la situación de


insolvencia.

5. Un flujo de caja para atender el pago de las obligaciones.


6. Un plan de negocios de reorganización del deudor que contemple no
solo la reestructuración financiera, sino también organizacional, operativa o de
competitividad, conducentes a solucionar las razones por las cuales es
solicitado el proceso, cuando sea del caso.
7. Un proyecto de calificación y graduación de acreencias del deudor, en
los términos previstos en el Título XL del Libro Cuarto del Código Civil y demás
normas legales que lo modifiquen y adicionen, así como el proyecto de
determinación de los derechos de voto correspondientes a cada acreedor

Cuando la solicitud se presente por los acreedores se deberá acreditar


mediante prueba siquiera sumaria la existencia, cuantía y fecha desde la cual
están vencidas las obligaciones a cargo del deudor, o la existencia de los
supuestos que configuran la incapacidad de pago inminente.

Tratamiento al deudor solidario

Respecto a las obligaciones solidarias el Código de comercio no hace una


manifestación extensiva a estas, en su artículo 825 que nos habla sobre la
presunción de solidaridad dice que “En los negocios mercantiles, cuando
fueren varios los deudores se presumirá que se han obligado solidariamente”.
Entonces, para precisar la definición de este debemos remitirnos a la
legislación del código civil, en su artículo 1568 dice que estas son aquellas
obligaciones que se han contraído por muchas personas o para con muchas la
obligación de una cosa divisible, en los que primeramente se está obligado en
deuda o en exigir su cuota en el crédito, sin embargo por una convención,
porque así expresamente se declara o por la ley, la deuda se puede exigir en
su totalidad a cada uno de los deudores.
En casos donde se da la solidaridad pasiva (artículo 1571 del código
civil), se torna como un medio beneficioso para el acreedor de una deuda, ya
que este puede dirigirse contra todos los deudores de manera solidaria o contra
cualquiera de ellos para hacer efectivo su pago, contando entonces este con la
opción de tener dos patrimonios para hacer efectivo el pago, debido a que este
deber del deudor solidario, se da precisamente porque este acepta y se obliga
a atender una deuda o un pago en las mismas condiciones en las que un
deudor principal hubiere acordado con su acreedor, quedando su patrimonio
finalmente afectado.
La solidaridad, es entonces la garantía del acreedor, en la que todos los
obligados se encontrarían en la parte pasiva, y de esta forma no tenga que ser
divida, al menos que este (el acreedor) permita la renuncia de la solidaridad
respecto a uno, en donde no se extingue la acción contra los otros, o
solidaridad respecto a todos, donde es posible realizar la división de la deuda
(artículo 1573 código civil).
En materia del régimen de insolvencia económica el pago de los créditos
o la deuda por parte del deudor solidario se hacen de acuerdo a la posibilidad o
disponibilidad económica de este, como los expresa la ley 1116 en su artículo
40 “Las estipulaciones del acuerdo deberán tener carácter general, en forma
que no quede excluido ningún crédito reconocido o admitido, y respetarán para
efectos del pago, la prelación, los privilegios y preferencias establecidas en la
ley”.
En los procesos de insolvencia empresarial se da la particularidad de
que la apertura de este no quebranta la solidaridad existente entre el deudor
principal y el deudor solidario, pues el acreedor tiene la facultad de realizar un
cobro a los deudores solidarios en un proceso ejecutivo y pueda cobrar su
crédito en un proceso de insolencia. Sin embargo, de acuerdo a lo planteado
en cuando a las obligaciones solidarias en las que uno puede pagar la totalidad
de toda la deuda, se diere un pago por parte la sociedad o alguno de los
deudores, el acreedor no podría iniciar un proceso de ejecución contra el
deudor solidario, pues esto implicaría realizar un doble pago.
El acreedor en todo caso debe conocer de la apertura del proceso
concursar para poder decidir si hace valer su crédito respecto a los deudores o
no.
En cuanto a la oportunidad legal para la inclusión o llamamiento a los
denominados deudores solidarios se establecen limitantes al momento de la
apertura del proceso de liquidación judicial tal como lo expone el artículo 50, en
su numeral 9 de la ley 1116 de 2006 “ARTÍCULO 50. EFECTOS DE LA
APERTURA DEL PROCESO DE LIQUIDACIÓN JUDICIAL. La declaración
judicial del proceso de liquidación judicial produce: 9. La exigibilidad de todas
las obligaciones a plazo del deudor. La apertura del proceso de liquidación
judicial del deudor solidario no conllevará la exigibilidad de las obligaciones
solidarias respecto de los otros codeudores”
Pero así mismo es pertinente citar el artículo 70 de la misma ley en
referencia, que expone: “ARTÍCULO 70. CONTINUACIÓN DE LOS
PROCESOS EJECUTIVOS EN DONDE EXISTEN OTROS DEMANDADOS.
En los procesos de ejecución en que sean demandados el deudor y los
garantes o deudores solidarios, o cualquier otra persona que deba cumplir la
obligación, el juez de la ejecución, dentro de los tres (3) días siguientes al
recibo de la comunicación que le informe del inicio del proceso de insolvencia,
mediante auto pondrá tal circunstancia en conocimiento del demandante, a fin
que en el término de su ejecutoria, manifieste si prescinde de cobrar su crédito
al garante o deudor solidario. Si guarda silencio, continuará la ejecución contra
los garantes o deudores solidarios.
Estando decretadas medidas cautelares sobre bienes de los garantes,
deudores solidarios o cualquier persona que deba cumplir la obligación del
deudor, serán liberadas si el acreedor manifiesta que prescinde de cobrar el
crédito a aquellos.
Satisfecha la acreencia total o parcialmente, quien efectúe el pago
deberá denunciar dicha circunstancia al promotor o liquidador y al juez del
concurso para que sea tenida en cuenta en la calificación y graduación de
créditos y derechos de voto.
De continuar el proceso ejecutivo, no habrá lugar a practicar medidas
cautelares sobre bienes del deudor en reorganización, y las practicadas
respecto de sus bienes quedarán a órdenes del juez del concurso, aplicando
las disposiciones sobre medidas cautelares contenidas en esta ley”.
De tal concepto es relevante resaltar que nos presenta la oportunidad y
la libertad de escogencia en las distintas actuaciones como puede ser
vincularlo o prescindir de ello, de hacer el llamamiento o bien informarse al juez
que está conociendo de procesos ejecutivos únicamente contra el deudor
acerca de la apertura del proceso, para que ordene su remisión para su
incorporación al respectivo proceso concursal, y de otra, que si el proceso
ejecutivo se adelanta contra el deudor concursado y codeudores solidarios o
garantes, el juez, dentro de los tres (3) siguientes al recibo de la comunicación
que da cuenta de la apertura del proceso concursal, deberá́ poner en
conocimiento de la parte actora dicha circunstancia, a fin de que dentro del
término de ejecutoria de la providencia exprese si prescinde de hacer valer su
crédito respecto de los codeudores solidarios o garantes, situación que
podemos asimilarla con el Litisconsorcio facultativo, en el que no es necesario
para la exigencia de la obligación, pero si está legitimado para participar y
compartir la responsabilidad derivada del proceso en referencia.
Acto del cual se pueden desprender múltiples hipótesis de actuaciones
frente la situación fáctica antes planteada, como podría ser que el acreedor
manifieste que prescinde de hacer valer su crédito contra los codeudores o
garantes, en cuyo caso, el proceso ejecutivo termina frente a los mismos y
frente al deudor concursado, y por ende, deberá́ ser remitido al juez que
conoce del proceso concursal, previo el levantamiento de medidas cautelares
de los bienes de propiedad de aquellos.
Que el acreedor exprese que continua la ejecución contra los
codeudores o garantes, en este evento, el proceso ejecutivo continuará su
trámite frente a los mismos y no contra concursal, y las medidas cautelares allí́
decretadas quedaran a órdenes del juez del concurso.
Que el acreedor guarde silencio, tal proceder no altera los derechos del
acreedor, y en consecuencia, el juez que conoce del proceso ejecutivo deberá́
continuar el mismo en la forma indicada anteriormente.
Como también puede suceder puede suceder que a pesar de que se le
haya solicitado al juez la remisión del proceso ejecutivo que allí́ se adelanta
contra los codeudores solidarios o garantes, para su incorporación dentro del
proceso concursal, aquel haga caso omiso de dicho requerimiento, en cuyo
caso el interesado deberá́ pedir al juez que está conociendo del proceso que
proceda de conformidad, la que de no ser atendida, podrá́ solicitar la
intervención de la Superintendencia de Sociedades para que se cumpla con lo
dispuesto en la norma en mención, en lo pertinente, la cual por tratarse de una
disposición de carácter procesal es de orden público, y por consiguiente, de
obligatorio cumplimiento.
Por otra parte, la ley cobija o protege a los acreedores al proveer el
beneficio de que mientras se celebre un acuerdo e reorganización entre la
sociedad deudora y sus acreedores, ello no es impedimento para que se
continúe los procesos ejecutivos que se adelanten contra los deudores
solidarios hasta su culminación, excepto si se tiene en cuenta el evento de que
el demandante prescindiere de hacer valer su crédito contra los deudores
solidarios, el proceso ejecutivo termina frente a los mismos y al deudor
concursado, en cuyo caso, el expediente deberá́ , se repite, ser remitido al juez
que conoce del proceso concursal, previo el levantamiento de las medidas
cautelares, a efectos de que dentro de este se tenga el crédito que allí́ se
cobraba contra la concursada.
Cuando quiera que los codeudores o la sociedad concursada extingan
total o parcialmente la obligación, deberá́ el acreedor informar de tal hecho al
promotor y al juez que conoce del proceso concursal. Esta posibilidad puede
darse mientras se tramita el proceso de reorganización o durante la ejecución
del acuerdo.
Por último es menester recordar que al ser la obligación solidaria, el
codeudor responde con todo su patrimonio para el cumplimiento de la misma,
impartiendo así un gran alcance en pro de aquellos acreedores, pero haciendo
la anotación de que la obligación será pagada hasta donde así pueda cubrir el
mismo patrimonio en mención.

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