Como Ardían Los Muertos, 1914 Julio Sesto
Como Ardían Los Muertos, 1914 Julio Sesto
Como Ardían Los Muertos, 1914 Julio Sesto
NOVELA ~EXICANA
1914.
Qu e dan reservados los
derechos de propIedad
J OLIO SESTO.
Agosto de 1914.
1
Pido la Palabra.
-Pido la palabra.
-La tiene el señor Salinas.
Con la venia del presidente de la Cámara, el di·
putado Salinas aborda, con cierto aplomo, la tribu·
na, y, una v~z en ella, llevándose la mano derecha
al corazón, habla:
Señores:
Algunas veces, cuando en la soledad de mis medio
taciones cierro los ojos para lamentar en las tinie·
bIas de la congoja el presente de nuestra Patria, se
me representa México en la imaginación como una
tierra desolada, por la que cruza un rio de sangre
que se despeña en cataratas de las montañas pobla.
das de guerrilleros, y que arrastra en su cauce, a
manera de guijarros, los millares de cráneos de las
víctimas de las revoluciones, que ruedan y ruedan
a impulso de la corriente fatídica, entrechocándose
y produciendo un sonido lúgubre que "me duele" en
mi visión interna ...
Percibo a las márgenes de este río encarnado, la
exi>:tencia de algunos cráneos que todavía con ser·
COMO ARDíAN LOS MUERTOS 15
LA CÁMARA CONSCIENTE
*
L08 diputados, al salir de la sesión secreta en que
habia hablado de esa manera el compañero Sali-
nas, se desparramaban a pie y en anto por las ca-
lles del I<~actor, la Cauoa, San Andrés y Vergara,
comentando vivamente lo dicho y pensando por aquel
hombre "cbapul"rilo," modesto, siempre callado en
las sesiones, !o:iempr·e receloso y pensativo; aquel
Salinas que no e¡'a licenciado, ni ingeniero, ni do&-
tor; que no prometía, al parecer, nada, y que aho-
ra se erguía enarbolando la bandera recamada de
oro de su sinceridad.
Todos tenían presente aquella cabeza joven y ai-
rada; aquellos labios violados que se movían con
gesto convincente bajo el bigote negro, en abando-
no; aquellos puños que precisaban las expresiones
en el aire, 'Crispándose para mostrar cómo se crispa-
bau en el fuego lOR puño!:! de los muertos. La ima-
gen de Salinas, del sencillo ~alinas, se había grao
bado en la mente de todos.
¿ Seria Salinas una revelación? ¿ Sería solamente
un impresionista e impresionador del momento?
30 JULIO SESTO
"T orreon.
' . .. . e t ce' t era . ...
Los prisioneros federales , probaLlemell te serán
pasados por las armas.
No se conoce todavia la lista de nornl)l'es.
El cabecilla Francisco del Pozo ha decla rado que
atacará Torreón dentro de tres o cuatro días.
Se esperan los refuerzos del coronel Hernálldez,
que está con sus tropas cerca de Ciudad Lel'rlo. Los
rebeldes se proponen batidos antes de que ¡;e
aproximen. La llegada rIel coronel Hel'llández será
inútil, si no fatal.
Los revolucionarios tOlllar'on poses ión de todas
las oficinas públicas.
El C() r,.e8 prm.~(tl. "
COMO ARDíAN LOS MUERTO!;! 35
-
Pero la notIcia del día era la protesta del Gobler
no de CoahUlla contra el GobIerno centi'al, por los
asesmatos del Presidente y el VIcepreSIdente de la
RepúblIca
Esa noticIa no la dló la prensa, pero el públl co
la conocía
Habia muchas peI'Sonas que estaban enteradas de
que en CoahUlla se preparaba un levantamIento que
encabezaría el propio Gobernador, en nombre de la
ConstItucIóu ultraJada.
Apenas si algún perIódlco deslIzó algunas Unea~
dando a entender lo que pasaba en SaltIllo.
¡ Cómo leía la gente perIódIcos y más perIódICOS,
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • ••• •• • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
v
•
'~Ellas"
-¿ qué, madrecita?
-Que las mujeres vamos a dar un "meeting" en
el teatro Arbeu.
-¿ Yeso?
-Pues es un mitin en pro de la paz.
-Si los hombres no podemos hacer la paz ....
-Yo te digo una cosa: si México estuviera go-
bernado por las mexicanas, en vez de estarlo por
los .mexicanos, no habria revolución.
-<Quizá te equivoqu es, Esperanza ....
-No, papacito ... .
-Mira: las Ca rrillo son más conspiradoras que
el mismo Carrillo. Ellas son las que lo azuzan. ¿ Tú
sabes lo que darian la "vieja" y las hijas, por habi-
tar el castillo de Chapultepec?
-Eso son las Carrillo; pero no todas las mexica-
nas pensamos así.
- Rueno. . .. Hueno.... En cuanto sus maridos
"suban," ya serán malas todas ....
-Mira, escucha: vamos a reunir en el foro del
teatro Arbeu a todas las viudas y huérfanos de la
revolución ....
-No cabrán ....
- j Escu elta !. .. Los que quepan.
-¿Y luego?
-L . uego vamos a dar una velada. Hablaremos.
Expondremos nuestras ideas.... Después visitare-
mos al Presidente de la República, y enviaremos
una comisión a conferenciar con los revoluciona-
•
r108.
.,
- j J a... Ja ....
•
•
. i Oh 1. .. No te burles .. .
-Sigue, mujer, sigue, . . .
- .No me negarás que ustedes son los que se mue·
ren; pero nosotras somos las que portamos el luto,
las que tenemos que bregar por sostener a los huér-
fanos, las que lloramos, las que !'lufl'imos ....
-En eso estoy de acuerdo.
-Bueno; pues por eso, precisamente por eso, es
urgente que la mujer mexicana "haga algo" ....
-La idea es buena; pero oye, Esperanza: hay muo
chas ideas buenas entre personas que no pueden lle-
varlas adelante; en cambio, entre los que pueden,
no las hay.
-Tú verás cómo "da chispa'" nuesÍI'o "meeting"
tie Arbeu.
-Les van a negar ·el teatro.
-Lo damos en la Plaza de ArmaR.
-Las "corren" de allí. •
62 JULIO SESTO
les Remedios
EXPOSICIÓN.
CONOZCÁMONOS.
SUGERIR.
MISERIAS Y JORNALES
•
Vayamos enumerando factores fatales y echanuo
de menos factores benéficos. No se necesita un es-
fuerzo volitivo para hallarlos.
Sentado el exordio de los antecedentes que guían.
pasemos a las causas presentes que rigen y detel'-
minan resultados.
La Economía Política, como la religión, tiene sus
70 JULIO SES'ro
TIERRAS.
, .
INMIGRACIÓN,
EL HABITO GUERRERO
lo en la degeneración.
Los romanos de la decadencia abusaron de la có·
pula, que los enervó y mató. Las orgías denotan en
todas partes la degenera ción. El (mIto a Venus e:,
sano: la relajación de ese .cu lto es.... relajación.
¿ Os habéis fijado en que en México hay Ulla por·
ción de salones y "a'caderuia~ d(· haile," en que se
reúnen, públicamente, lH~ taiJ'as .v truhanes para
danzar de manera deshonesta y provocativa?
j Ay de los pueblos donde se llega a exhibir y a dis·
frutar públicamente el más JIl'ivado de los placeres!
En esos centros suelen exhibirse I:l.s belleza,; pro
•
COMO ARDíAN LOS MUERTOS 75
fesionales. Y se exhiben mucha:; miserias: mujerci-
llas raquíticas y hombrecillos tuberculoso>! que pre·
cipitan a una sociedad, porque la corriente arras-
tra ..... .
Por poseer las bellezas profesionales, se cometen
malas acciones. El truhán sin caud.ales, se proda-
•
mente.
No me digúis que ha.'" expansiones, prostituciúl~.
"algo podrido" rTl todas partes. Lo S(~. Hay eso: pe-
76 .J ULIO SESTO
DINERO.
Amado sobrino:
"Me ha satisfecho la lectura de t.8 trabajos pri·
vados en pro de las soluciones de nuestros proble·
mas nacionales. Yo no debiera inmiscuirme en esto,
porque tú sabes que a los sacerdotes ya no se nos
consulta para nada. Te escribo, sin embargo, para
darte un abrazo espiritual permiteme la frase y
para abrazar tus ideas, también espÍl'itualmente,
con las mi as.
Desde luego, te felicito p0IT{ue no has abusado del
fárrago filosófico de las escuelas modernas, para fun·
dar tus conclusiones.
Haces bien. Nuestros asuntos, nuestra sociología
y RUS cojeras. no se resuelven con citas abrumadora~
de filósofos eminentes, muchos de los cuales, o, me
jt9r dicho, sus sentencias, van fracasando en este
caos universal que no se rige por nada, que nos da
sorpresas diarias.
Pablito: yo encuentro bien cuanto piensas; lo en-
cuentro bien; no lo encuentro completo. ASÍ, pues,
vas a permitirme que intente completa¡'lo:
Vosotros tenéis un defecto: os olvidáis de nosotros.
Pensáis que a "los curas" no se nos OC'Arre nada. Es-
táis en un error. Yo podria demostrarte que, dados
,
JULIO SESTO
•
•
MALES Y REMEDIOS. APLICACION
"El Chícharo"
' Ahora dijo 'el diputado Salina:> a 'Sus visitantes,
con familiaridad ' vlm ustedes a conocer un curioso
tipo y una curiosa historia, que no agregué a mi
discurso del otro día en la Cámara, para no hacer
el discurso demasiado "llorón." ,
- i Ohendo!. . . gritó el diputado, al mismo ti~m
po que tocaba un timbre.
-'''Mand'iusté'' .. _.. señor respondió unruucha-
cbo humilde, apareciendo en la puerta de la biblio-
teca.
-Ven acá ....
El rapaz ,se acercó.
-Este muchacho dijo el señor Salinas 10 saca-
mos de la hoguera de cadáveres de Valbuena.
'l'odos se puSieron en pie para reconocer al mu-
chacho. Todos se asombraron.
Salinas acabó de explicar el caso:
- j . Notan ustedes que este muchacho tiene las
cejas y las pestañas quemadas? Pues es por eso.
COMO ARDíAN · LOS MUERTOS 93
LA COBIJA .
• •
ENSALADA.
Madrecita eelestiaI.
hoy que está el cielo nublado,
tengo que dormir tapado
con "est'iúltimo" "Imparcial."
El gendarme de la ellquina
tiene un pito
del Gobierno del Distrito,
.
COMO ARDiAN LOS MUER'ros 99
y la indina •
Sinforosa,
•
su mUJer,
que es celosa,
le dice: i ten cuidadito
Cuitlacoche,
con el silbato el'; ta noche:
•
(Cantando: )
*
Dos diputados (Iue 's alie'rO'Il de la casa de Salinas,
comenta:ban 'p or ],a caUe.
- .E stoy conforme con t,odo, menos c()n la carta
del tío de SalinalS.
-¿Por qué?
- .P orque -esa carta es el asomo d!:' una reacción
clerical. Ef fraile que firma la carta, sugiere que
vayan algunos clérigos a. la Cámara, y <eso no ...
eso no es .p-osible.
-Pero 1,a; ca.I'ta contiene observaciones l'azona-
bIes .... .
-¡Sí. ... algllua6 ... mas debemoscuid'a r que la
hidra. clerical no 'lev8Iute ,l a cu'beza. La carta que oí-
mos -lcer .esta noche, es un síntoma de reacción. Este-
mosa.lerta para. reprimi r esa rea CCiÓll.
•• •• •• •• • • •• •• •• • • • • • • •• •• •• •• •• •• ••
VIII
•
IX
La Batalla
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
XI
urora Florida
dado. ·
Te besa y bendice
Tu Padre. '
." .'
•
,
XII
"Rara vis"
"Bleriot"
10
XIV
U n Artículo de "El Piruli"
•
CHARAMUSCAS.
• •
cia catalana?
Porque en las tiendas de raya les vendían cata-
lán por barriles. Hoy se les subió el catalán a la ca-
beza.
Algunos tomaban "catalán con prisco." De ahí
Que su justicia ('ata lana sea sangrienta.
COMO AROiAN LOS MUIIRTOS 149
j Cualquiera
, -los mete en cintura! Ellos se aeuer-
dan de que esas tierras eran de los indios, Reg(¡n
•
El Chat·amusquero.
. . . . . . . . . . . ... . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
-
xv
Vísperas
•
***
E1/,ea·sll de ,l/areno. El diputado MOI'eno 1legó
a eontar a su esposa los pr'eparativos paN! la misión
156 .1 ULIO SESTO
** *
En "Las Palomas," Lolita Patiño había recibido
un telegrama oe "Lulú," avisándole que el doctor,
Salinas y Moreno, se disponían a ir a Morelos par¡l
conferenciar con los zapatistas, y que ella veía un
peligro en esta aventura; que se viniera inmediata·
mente a la Capital y que pl'ocurara disuadir a su
padre de aquel viaje. •
,
XVI
La Casa de Cortés •
•
UN BRINDIS "RAMPLON"
XVII
La Trágica Nueva
j El cuervo! ....
-Valor, señorita la consoló el repórter yo croo
que encontraremos a su papá. Yo no pude buscarlo
por atender a los demás heridos.
-Lo encontraremos, vivo o muerto ' dijo con fir-
meza Lolita.
En seguida preguntó:
-¿ Ustedes me acompañan?
-Sí, fueron respondiendo todos, incluso "Lulú,"
que deseaba bacer algún sacrificio que lavara SUí'!
culpas.
Acordaron llamar a un médico que hiCiera la pri·
mera curación a1 S'eñor Moreno y lo tras'l adaron des·
pués a casa de su esposa, que lo recibió silenciosa-
mente, besándolo, mimándolo, alentándolo ....
,Lolita y "Lulú" se pusieron un chal y ropas sen-
cillas y fueron a la casa del diputado Salinas, a Me·
sones, acompañadas de L encho y "Bleriot."
. El padre Manuel y la señora de Salinas recibie·
ron ' a los cuatro visitantes. Vieron al señor Sali-
nas: no estaba herido de tanta gravedad como '
reno: también los acompañaría; tenía remordimien-
to por haber dejado al doctor... Pero en aquella
confusiÓ'll. " Luego el doctor habia tomado otra di-
rección. . .. se alejó del grupo ....
El Padre Manuel también los acompañaria, pero
siempre que fueran sin esc01ta militar. El llevarla
la escolta: y mostróles una estola que sacó del pe.
cho .
.La ' cara de la señorita Patiño era amenaz.adora:
era resuelta: era heroica..
COMO ARDÍAN LOS HUERTOS 167
,
•
,
XVIII
El Descendimiento
¡Lejos de la Patria!
1101'1.
Monterrey. . .. etcétel'a.
Señorita
Dolores Patiño.
México.
Compañeros de Viaje
LA HABANA PECADORA
•
XXII
ndalucía!
-
Fue un milagro la salvación de Carmen. Fue otro
milagro la mejoría de Esther, que ya hablaba con
bastante cordura. Quiénes atribuían esto a la luna,
quiénes a que habia pasado el mareo. Pero Esther
no había perdid9 su miedo a los zapa ti stas, ni •
cindía de aquella manía de clavar la vista extravia-
da en el horizonte eternamente interrogable del
mal'.
El tiempo era bueno. Hacía calor. Era que el "An-
tonio López" se acercaba al Mediterráneo. La per-
sistencia del piloto viendo hacia adelante con un an-
teojo, hizo que los pasajeros se fijaran. •
Una semana
* * *
empleal'on laseñorita Patiño y el
Padre Manuel en las gestiones para que la hermosa
mexicana entrara al convento de las Ursulinas que
habia en 'la ciudad del Guadalquivir.
El Cónsul les prestó poca ayuda. Pero estaba
arreglado el dote; los documentos, listos, y fijada
la fecha en que Lolita debía pI'ofesar.
-¿Tú aquí?
-Sí. . .. Vine a ver tO['ear a Gaona ...
-Pero. . .. (Lolita bajó los ojos. No se atrevía
a ver a Alfonso. Temía rompel' su voto. Compren-
día que el pobre enamorado sufría.)
-No te aflijas,Lolita. Vine a tu compañia, no
en tu seguimiento. Estoy entei'ado de cuanto hicis-
te y nada me parece maL Sólo que, no queriendo
estar "solo" en México, pOi'que sin tí estaba "solo,"
tomé un vapor detrás de ti y vine a Sevilla, donde
viviré, para que mi alma esté cerca de la tuya. j Pel'-
dóname! Eso de que se puede olvida!' es mentira.
Lolita se ruborizú. Levantó la vista, vió cara a
cara al noble muchacho y le dijo. extendiendo la
diestra:
-Adiós, Alfonso ....
. .. ... '" ... .. • .... o. ... '" ... ... ... O"
• MURQS SAGRADOS .
diéndole: "¡ Gran Dios ... haz algo por los que aqui
a baJo
· su f reu .....
' "
Aquel mármol ilusionaba a Lolita como la atraia
el crucifijo atribuido a Montanés.
Lolita pasaba en el jardin largas horas, ya junto
al Jesús de la túnica divinizada por Querol, ya sen-
tada en la fuente antigua de piedra con grifos la-
bl'ados y azulejos de ingenuo dibujo y viejo tolor
firme. La fuente, por la boca de un grifo que echa.ba
agua, contaba a la cándida virgen mexicana Cllen
tos de misterio ....
•
. '. ... ... ... o.. .." ... ... o.. ... ... .. .
•
xxm
y la Patria
Crisis en el gabinete. Caida de ciudades en poder
de los rebeldes. Confusión. Caos. Incertidumbre.
Juntas poUticas. Delaciones. Fórmulas presideu-
ciales. Palabras "huecas" de politicos ventrndos.
Crugir de derrumbes. Ruido de grúas que desc¡lr¡;a-
ban cañones en los muelles. Zozobra. soria 1. Terror.
Mundos de telegramas. Desorientación. ¿En qué
acabará esto?
Tal era lo que pasaba en México en aquel ~nton·
tes. Pancho del Pozo, Sóstenes Vidal y otro jefes
sometidos, salian a batir a lo.s revolucionario!;, .v
moría.n, vencidos. Se habían equivocado. ¡Es tan fácil
equivocarse en política! Las fnenas leales al Gobier-
no llegaban fuera de oportunidad. La anarquía lanza-
ba sus carcajadas de prostituta ebria en lo más cén-
trico de las ciudades y en lo más recóndito de l., .~
bosques. 1,os ricos se retraian . y se encogian de
hombros. Los pobres eran sujetados por los caci-
ques y enviados al servicio de las armas, por COl'-
dillera, vertiendo, de noche, por las calles solitarias,
amargo llanto de protesta , en un contenido anhelo
de libertad.
•
•
XXIV
Oración
16
•
224 JULIO SESTO
•
•
xxv
"Los hombres del Norte"
•
COMO ARDíAN LOS MUBRTOS
•
229
* * 4
"Bleriot" no habia podido continuar en su reti-
ro de Mixcoac. El buen "repórter" sintió pronto
la ingrata nostalgia del ajetreo profesional, y, para
eurarse de ella, se fue de corresponsal a la campaña,
y así pudo ver cómo la República empezó ,
a enros-
carse en Naco como si fuese un mapa; la República,
•
A los hechos. ,
"Bleriot" pensaba en esto, serena y desapasiona-
damente. Los hombres del Norte, evidentemente,-
· cavilaba el periodista han consumado las grandes
irrupciones históricas; han poseído siempre avasa-
· lladoras cualidades guerreras, habiéndose llamado
a los de Europa, por eso, los bárbaros del Norte.
¿Pero poseerán nuestros hombres del Norte cua-
lidades de mando, cualidades de gobierno? se de-
cía "Bleriot" porque en México, los hombres de
gobierno, vinieron del Sur y del Centro.
Ahora bien: si los Estados Unidos lindaran con
el Sur, ¿ no serian los hombres del Sur los que se
levan taran?
Los hombres del Norte, más altos, más fornidos,
· más sobrios, más fuertes que los del Centro y los
del Sur, daban a "Bleriot" la respuesta. Cuando
menos, la superioridad étnica existia.
La superioridad moral estaba en que los hom-
.bres del Norte lanzaban un grito de protesta con-
tra la inmoralidad administrativa, contra la con- .
culcación constitucional, y, después del grito, lan-
zaban mortiferos chorros de metralla. Coahuila
aparecía como la cuna de la moralidad pública. y
a Coahuila respondian todas las provincias fron -
terizas: Chihuahua, Sonora, Nuevo León ...
Es que los Estados de la frontera pensaba
"Bleriot" quizá estén influenciados por la cerca-
•
nia .de la moral constitucional de los Estados Uni-
• •
•
XXVI
•••
4.frentas, humillaciones, restricciones... . .. ¡qué
sensible era todo eso para los prisioneros mexiea-
nos! i Qué sensible, qué amargamente llevadero era,
sobre todo, para Garrido, para aquel capitán me-
Iicano, tan mexicano, tan amante de su I-ierra. "1 de
su raza!
El capitán Garrido pasaba amargos días en el
cautiverio. Pero cuando más sufria, era al caer la
tarde. Tenia el capitán Garrido la costumbre de .
despedirse de los montes de Anáhuac al anochecer,
cuando vivia en la capital, y, ahora, cuando llega-
ba la noche en "Fort BIiss," el capitán Garrido no
Teía, ya para entrar a su encierro, aquellas cum-
bres que le eran familiares: el Ajusco, el Popoca-
tepetl, el Ixtaccihuatl ....
¡Cómo sufria por esto el capitán Garrido!
Y cómo sufria cuando, ahsorto en la contempla-
..ción del crepúsculo, pasaban ante sus , ojos banda-
das de golondrinas, que solían detenerse posándose
en los hilos del telégrafo, tal vez esperando que
los prisioneros de "Fort Bliss" mandaran para
México algún recado, del que las golondrinas fue-
•
ran mensaJeras. •
COMO ARDíAN LOS MUERTOS 235
. .. .. .... ... .,. ... o.. ... ... ... ... ...
... ,
En el Palacio de Moctezuma,
en una jaula, vivía un gorrión
que no comia, que no cantaba,
por la tristeza de la prisión.
Hasta que un dia, el Rey azteca,
del gorrioncito tuvo piedad,
y abrió la jaula, que era de oro,
y al ave triste dió libertad.
Cuando el monarca fue prisionero
del castellano Conquistador,
el gorrioncito iba a cantarle
al melancólico Emperador.
El gorrioncito de Moctezuma
al R~y cantaba por gratitud,
porque sabia lo que sufría
el que sentía la esclavitud ... !
El gorrioncito de Moctezuma
al Rey cantaba por caridad,
porque sabia lo que sufria
el que perdia la libertad ... !
•••
"Bleriot," el buen "repórter" mexicano, fue a los
quince días a visitar a los prisioneros de "Fort
B1iss," tomando fotografías y apuntando una bue-
na información para llll periódico, intercalando en
•
238 JULIO S ES'l'O
•
la información algunos párrafos en que abogaba
porque se diera mejor trato a los expatriados, que
:se quejaban de los alimentos y amenazaban amoti-
narse si ~o se les daban frijoles, frijoles mexicanos,
en vez de la detestable comida a la americana.
El bueno de "Bleriot" pasó tres días y dos no-
ches en el fuerte, ofreciendo a todos los prisione-
¡·os cumplÍl' los encargos que le hacían .
.La multitud de desterrados acudió en masa a des-
pedir a "Bleriot"en el rincón favorito de la cerca,
donde hahía una cancela. AlU, el capitán Garrido
y Bleriot se abrazaron, al caer la tarde, a la hora
en I}ue lo!'! prisioneros sufrían más evocando las tar-
des y las noches de México, iluminadas por los cohe-
tes de las "Posadas," la época de posadas, que tal
cm la época en I}ue se desarrollaban las escenaofl
que aquí se describen.
Después de unos "hurras" y otras aclamaciones
a México; después de cantarse El Gorrión de Moc-
tezuma, ya para irse el "repórter," "Bleriot" pre-
guntó al capitán Garrido:
-.Ma'Tllito, ;, mandas algo .para Méxi:co? ..
El capitán Garrido se desabrochó la guerrera; sa-
có del pecho un pliego, y leyó, al que se iba, estos
-
versos, I}ue todos los prisioneros escucharon con
atención, emocionándose hasta las lágrimas:
Alegres, dolorosa!'!,
yo tengo que encargarte muchas cosas
ya que al terruño vas.
Es esta la primera:
Cuando llegues a ver nuestra bandera
con el bravío escudo
del águila altanera
en un mástil flotar,
dila que a ella es el primer saludo
que envía del destierro el Capitán!
le
•
,240 JULIO BESTO
La Fuerza
-
COMO ARDíAN I,OS MUElR'l'OS 247
•
:l48 JULIO SESTO
fepeor. .. ... ... ... . .. ... ... ... ... ... ...
¡Como un Perro!
El Sabor de España.
baladí.
-Nunca podéis estar en paz dijo terciando la
huena madre,
-- Eso, intervino Alfonso parecéis las Repú-
blicas Hispanoamericanas, y vuestra madre, doña
Mercedes, parece España.
I,a buena señora sonrió con esa ' dulzura con que
sonrien las ancianas. Alfonso Aguirre pensó que
habia acertado en el simil.
***
En las tardes daba .\lfonso una vuelta por el
convento en que estaba J.Jolita Patiño. El sensible
enamorado se a'cercaba a los muros y aplicaba el
oíilo: j si la oyera!.. Luego palpaba las paredes
agrietadas y musgosas, porque le parecía que rezu-
maba.n las lágrimas de ella, que "destilaban" la
oración de ella ...
y no se equivocaba: ella estaba a pocos pasos
de él, del otro lado de la barda carcomida.: ella
•
266 JULIO SESTO
•••
--,JezÚ, Arfonzo. _. paece que ejtá 'ujté p et1'iji-
cao pOI' eza. monjilla _'__ 1,arnoj... que ce va u.jté a
cecá_ .. venga con 1/.0zot1-a a vé a una; amiga so-
lia decirle Rosario.
Alfonso aceptaba. Iba con RozarilJo y su herma-
na a hacer algunas visitas, y, de repente, daban en
algún -patio sevillano en que habia juerga familiar,
guitarreo, cante y baile. Alfonso se volvia esplén-
djdo, y, por unas pocas pesetas, veía ba.ilar, oia
cantal', se recreaba con la charla caracteristica de
la gente sevillana, bebía bueno, con moderación ... ;
le tomaba el sabor a España.
Observaba Alfonso con agudeza, con facultad de
(Jfljcólogo, la vida de la fámilia Montero; veía a
Rosario en su audar ritmico de la cocina a la mesa;
la veía cosiendo, tejiendo, barriendo, trabajando
como una desesperada, pero cantando, siempre
cantando, y rematando sus movimientos de labor
con un paso de baile, con una gracejada. Le daba
,
***
Málaga, Jerez, Córdoba, Granada, Barcelona, Va·
lencia, San SebastUm, Bilbao, Burgos, Santander,
Santiago, Oviedo, Vigo, Pontevedra, León, Sala-
man(~a, Valladolid, Toledo, Madrid .. _ todo... to-
do lo visitú Alfonso Aguirre, en un constante ir y
venir por las Provincias, de aldeas a capitales, de
(·upitales a "ventas," de ventas a molinos. _.
Los molinos eran el espectáculo predilecto de
Alfonso, fueran de Tiento o de agua. Se detenía
•
frente a los primitivos molinos de Galicia y de As-
tnrias, viéndolos funcionar; estudiaba su mecanis-
mo; los paraba; los echaba a andar; pedia expli-
caciones; tomaba medidas; entablaba conversación
con las molineras polveadas de ' flor de harina; co-
mia en algún molino, obsequiando cántaros de vino
a los aldeanos; lo revolvia todo, se convenda de
•
MADRID
ti
•
272 JULIO SESTO
•
***
•
,
La España grave, la España profunda, la halh:-
•
b¡~ Alfonso Aguirre en sus visitas a las Universi·
di!des y a los Institutos; en sus vi~iitas a 108 auto·
276 JULIO SESTO
* * *
MAI..AS NOTICIAS
•••
En el tren, viniendo de Madrid a Sevilla, oyó Al-
fonso hablar de México a unos pasajeros. Puso
atención en oir. Era gente que conocia México, in-
dudablemen1e, porque se hablaba con conocimien-
to de causa. Alfonso trabó conversación con aque-
llos viajeros, que eran don Benito García, sus hi-
jas Carmen y Esther y el dependiente ,
Indalecio,
que la se habia casado con Carmen, a la cual do-
tú don Benito con cien mil pesetas.
Esther ya estaba curada de su locura; Carmen
estaba robusta. Don Benito parecía rejuvenecido.
Sólo Jndalecio estaba un poco desmejorado y tris·
tón, como arrepentido del casamiento.
Contó don Benito Gal'cia a Alfonso, en el tra-
yecto de Valdepeñas a Baeza, Jal'n, la interesante
historia de aquella familia, su viaje en compañia
de la señorita Patiño, y Alfonso, a su vez, contó a
don Benito, a sus hijas y a su yerno, su propia vida
y la de Lolita.
IJa familia Gal'cía f'ucargó mucho a Alfonso que
saludara a la monja, como le fuera posible, y que
•
la dijera que Esther ya estaha buena.
Hablaron don Benito y AJf~nso, después. de las
revoluciones, del zapatismo, y, cosa rara, don Be-
nito convino en que el zapatismo tenía su razón de
ser ... Bl, don Benito, quizá volviera a Ml'xico, por-
282 JULIO SESTO
,
,
que se sentia "extranjero" en España, después de
treinta años de ausencia, y, por lo que hacia a las
muchachas, también deseaban volver, puesto que
aquel bribón que deshonrara a Carmen, habia sido
colgado, y don .Benito había tenido el gusto de re-
cibir una postal en que estaba Eulalio retratado,
pendiente de un árbol. Un amigo de don Benito le
habia mandado a España aquella fotografia ven-
gadora,
En la estación de Espeluy se separaron los via-
jeros; la familia Garcia se apeó liara tomar el tren
a, Granada, y AlfonsQ siguió su viaje a Sevilla,
adonde iba a recoger parte de su equipaje a casa
de la familia Montero.
••• -
i ADIOS, MADRE!
..
•
xxx
Torreón
* **
A los dos meses de haber entrado 11 la lucha, Al-
fonso Aguirre -era capitán, grado del que no que-
ría pasar, por modestia, y porque repudiaba los
ascensos rápidos.
Alfonso Aguirre gastó gran parte de su fortuna
en equipar a alguna de su gente, y en obsequiarla.
286 ,1 ULIO SI!lSTO
***
De Torreón siguió Zacatecas; de Zacatecas si-
guió Guadalajara ... ; el fuego andaba cerca." ; la
lumbre llegaba a los aparejos ...
Pues no se iba. Todo el mundo ten ia más miedo
que él.
-¡-Qué valor infunde el cognac . .. ! pensaba la
_generalidad de los mexicanos.
El mismo cognac, tal vez, determinó un día el
gran hecho:
A las puertas de "El Imparcial" se detuvo el
"popular" -automóvil presidencial, retemblando. En
la redacción de "El Imparcial" se produjo una eon-
fusión cómico-dramática, cuando una telefonista en-
tró a avisar:
- j El señor Presidente!... j Jesús. .. el se-
ñoooor. .. Preeesideeente!. ..
-¿ Qué pasa? (un redactor).
-El señor Presidente ... que bajen ... que baje
un redactor ... ¡ Jesús ... quién sabe qué pasará!. - .
Todos palidecieron. La cosa ~o era para menos.
"Rleriot," que había regresado de la campaña, y
que se encontraba en "El Imparcial" conferencian-
do con un "repórter" para hacer el intercambio de
noticias, asomó al "hall," y desde allí vió, escalera
' abajo, a todos los empleados• del periódico asidos
·del pasamano, unos en un escalón más abajo, otros
COMO ARDÍAN LOS MUERTOS 295
o
XXXII •
Discusión
***
-¿A qué hora entrarán? dijo Moreno levan-
tándose del sofá y asomando a un balcón, a las
once.
-Ya deb1an estar aqu1contestó Aguirre sacan-
do el reloj y viéndolo.
-Tal vez la organización se dificultó algo ob-
jetó "Bleriot" son m'Udlos miles de hombres.
-,¿ Usted los vió? interrogó el Padre Manuel a
"Bleriot."
--"Si, Padre Manuel; fui a "reportear" a Teolo-
yucan, y alli los vi en las llanuras, hormigueando,
ondulando; me acordé de aquel océano de cabezas
de que habla Bernal D1az al describir los primeros
combates de Oortés con los indios en Tabasco ...
-¡o Y usted qué opina de esta revolución, señor
,
como ARDÍAN L08 MUERT08 301
coronel? preguntó el abogado prominente a Al-
fonso Aguirre.
-Yo. . . dijo Alfonso que está justificada: por
eso fui a ella. Y porque era preciso acabar de una
vez. Y a mi me pareció mejor adherirme a este
movimiento .que no al Gobierno que México tenia.
- .F alta que veamós ahora el Gobierno que nos
espera. . . terció el anciano constituyente.
-El Gobierno ~erá constitucional (Aguirre).
- ' j Cómo se vé que es usted demasiado joven, se-
flor Aguirrél observó 'el señor Camacho.
-,¿ Usted no cree?
-No, joven; yo no creo más que en una cosa, y
es &ta: "Le Matin," de Parls, publicó este año un
artículo, en el que, hablando de las cuestiones poli-
ticas de Méxko, dice: que si prevaleciera el impe-
rio de Maximiliano, ya seriamos un pueblo fuel'-
te ...
-Esas ideas ya "no pegan"... señor... con-
testó Alfonso Aguirre viendo con descon1ianza al
viejo imperialista.
-Bueno replicó el viejo ne pegan, pero cada
uno Itiene sus ideas. Y yo, si emito las mias, es por-
que estamos entre amigos ... en la casa de mi hija.
Todos callaron, por respeto.
- .No vienen dijo el abogado científico asoman-
do a un balcón.
-'.No tardarán respondióle Alfonso Aguirre aso-
mando también.
Luego se puso en pie el constituyente caduco;
lo siguió el señor Camacho. Moreno colocó dos si·
302 J U LIO SES~'O
bres, a "calmarlos."
-Mejor que no discutan insinuó la viuda de Sa-
linas, llorando.
Un movimiento de la multitud denunció la proxi-
midad de las fuerzas revolucionarias. Se oyeron le-
janos toques de corneta.
-i. Ah~" menen....
I se oyo.
'
A1fonso Aguirre estaba enrojecido.
El Padre también se mostraba irritado.
La discusión siguió.
- .No sabia yo que hubiese hecho llIal con ir a la
revolución. .. (Aguirre).
308 J U LIO SESTO
* **
Habían hablado todos. Habían opinado todl)s.
Habian hablado aquellas dos momias hist(>ricas, el
imperialista y el constituyente. Había . hablado el
Padre Manuel, un tanto reaccionario. Habia habla ·
do aquel abogado "eieutifico." Había hablado Mor·e·
no, que era la cordura de la revolución. Había ha·
blado Aguirre, que era la revolueión misma.
Sólo el mozo y la criada, que eran el pueblo, y
"Rleriot," que era la Prensa, no hablaban: oían.
. La discusión, que había sido acalorada, se en-
cauzaba. Tomaba la forma de diálogo, de un diálo-
logo reflejo, tranquilo.
312 .JULIO SESTO
EX-LlBR1S