Asepsia y Antisepsia.
Asepsia y Antisepsia.
Asepsia y Antisepsia.
En el siglo XVI se empleó un método eficaz para detener una hemorragia, utilizando
ligaduras para atar los vasos sanguíneos en vez de la cauterización, práctica introducida por
el cirujano militar francés Ambrosio Paré (1510-1590). Otra de las innovaciones de Paré,
fue un descubrimiento casual: en cierta ocasión, después de una batalla hubo tal cantidad de
heridos que Paré agotó su provisión de aceite de sauco que utilizaba para cauterizar las
heridas y tuvo que improvisar desesperadamente una pomada a base de yema de huevo,
aceite de rosas y trementina; pensó que muchos de los heridos morirían durante la noche
pero inesperadamente, los pacientes tratados con este remedio estaban al día siguiente sin
fiebre ni inflamación y con poco dolor, mientras que aquellos que habían sido cauterizados,
los encontró con “gran dolor, tumor e inflamación en torno a sus heridas”. Nunca más
volvió Paré a quemar a sus pacientes utilizando métodos mucho más suaves para
desinfectar las heridas.
Otro avance fue introducido por William Budd (1811-1880), epidemiólogo de la época
victoriana, tomando como base los trabajos sobre las epidemias y su difusión de su colega
contemporáneo John Snow. Budd estudió como la leche y el agua eran los principales
difusores del contagio de enfermedades tan graves como el cólera y el tifus, que causaban
auténticas epidemias y miles de muertes al año.
El trabajo de Budd no sólo supuso un gran avance en la medicina sino que sirvió como
revulsivo para que las autoridades se preocuparan más de las condiciones higiénicas de las
ciudades en general y del sistema de aguas en particular, como principal difusor de los
contagios. La primera ciudad en la que se llevó a cabo este saneamiento de aguas fue en
Bristol.
La historia de la asepsia no se puede contar sin incluir a elIgnacio Semmelweis (1818-
1865), quien demostró en 1846 en Viena la asociación entre la infección puerperal, en el
pabellón de maternidad y las manos de los médicos contaminadas después de practicar
necropsias; él comparó la mortalidad hospitalaria de las pacientes atendidas por los médicos
con la mortalidad de las mujeres atendidas por parteras en el mismo hospital y observó que
las pacientes atendidas por los médicos tenían una frecuencia mayor de muerte, para
sustentar este hallazgo, obligó a los médicos a lavarse las manos, desde entonces, la
mortalidad cayó hasta un nivel inferior a la del pabellón de las parteras.
En 1880 Charle Chamberland (1851-1908), bacteriólogo francés que trabajó con Louis
Pasteur (1822-1895) (figura 2) desarrollo la primera esterilización médica mediante el uso
del “Chamberland autoclave”. En principio era similar a la olla que servía para hervir todos
los instrumentos del cirujano y la eliminación de todo rastro de bacterias, la técnica fue
desarrollada por Robert Koch (1843-1910).
Otro de los avances se produce con Joseph Lister (1827-1912), cirujano inglés, uno de los
primeros investigadores que usaron el microscopio como principal instrumento de estudio
médico. En su trabajo como cirujano en la Royal Glasgow Infirmary desarrolló un método
de asepsia y antisepsia mediante el sometimiento del instrumental quirúrgico al calor, como
método de desinfección, tras estudiar las conclusiones de Louis Pasteur sobre los
microorganismos bacterianos. Llegó a la conclusión de que la mayor parte de las
infecciones contraídas en las heridas eran de origen bacteriano, por lo que una perfecta
higiene y desinfección tanto del instrumental como de las manos del médico eran
fundamentales. Para erradicar las infecciones probó con increíble éxito el uso del fenol
como antiséptico, no sólo para desinfectar los instrumentos de operación, sino para lavar las
manos de los cirujanos y para aplicarlo a las heridas abiertas como bactericida. Después del
uso habitual de este método en los hospitales, las muertes por infección de heridas
disminuyeron en un número muy considerable. Lister fue también el inventor del
pulverizador de gas carbólico como método antiséptico.
En el cuadro se puede observar la ausencia de guantes en los cirujanos, fue en 1889 cuando
William Halsted(1852-1922) introdujo la práctica de usar guantes durante las
intervenciones.
Con estos avances el quirófano se había convertido en un medio libre de gérmenes y las
tasas de mortalidad se desplomaron en todo el mundo.
Actualmente en nuestra práctica diaria tenemos asimiladas unas rutinas cuyo fin es el de
mantener una asepsia y antisepsia correctas, son fruto del conocimiento transmitido durante
muchos años y del esfuerzo de grandes profesionales pero es importante reconocer que aún
nos queda mucho camino que recorrer.
ANTISÉPTICOS.
Mecanismos de acción:
Desnaturalización de proteínas
Alteraciones de la membrana celular (permeabilidad, alteraciones enzimáticas, etc.)
Oxidación celular.
ALCOHOLES:
Es de rápida acción, incluso desde los 15 segundos. Aunque no tiene efecto químico de
persistencia, sus efectos biológicos de daño microbiano permanecen por varias horas.
Limitaciones: alcoholes son volátiles e inflamables por lo que deben ser almacenados en
condiciones apropiadas.
TINTURA DE YODO
Este producto tiene como principal desventaja la irritación de la piel y quemaduras de tipo
química, especialmente cuando se deja por muchas horas en la piel sin retirar el producto.
Su uso masivo responde a la facilidad de su preparación y bajo costo. Se utiliza por muchos
años para la preparación de la piel antes de la cirugía y en menor frecuencia previo a las
punciones.
POVIDONA YODADA.
Su actividad puede verse disminuida por la presencia de sangre u otra materia orgánica.
Su acción antiséptica se clasifica entre nivel alto y nivel intermedio. Son letales en minutos
para las bacterias, hongos, virus, protozoos, quistes amebas y esporas. Sin embargo, frente
a esporas secas requiere de un mayor tiempo de exposición (horas).
CLORHEXIDINA:
Su acción está determinada por daño a la membrana celular y precipitación del citoplasma.
Posee un amplio espectro de acción, actúa sobre bacterias, gram + y gram -, no tiene acción
sobre el bacilo tuberculoso y débil en hongos. Su acción antiviral incluye VIH, herpes
simplex, citomegalovirus e influenza.
Las ventajas que justifican el uso de Clorhexidina son la acción germicida rápida y su
duración prolongada gracias a que esta sustancia tiene gran adhesividad a la piel, tiene un
buen índice terapéutico.
Su uso es seguro incluso en la piel de los recién nacidos y la absorción a través de la piel es
mínima. Solamente se ha reportado toxicidad en instilaciones de oído medio y ojos.
La rapidez de su acción es intermedia y posee alto nivel de persistencia de su acción debido
a una fuerte afinidad con la piel, por lo que sus efectos antimicrobianos permanecen hasta 6
horas después de su uso, el mayor efecto que cualquiera de los agentes utilizados para el
lavado de manos. Presenta un importante efecto acumulativo de modo que su acción
antimicrobiana aumenta con su uso periódico.
TRICLOSÁN:
Se indica principalmente para el lavado de manos de tipo clínico donde se utiliza en panes
al 1% y en preparaciones líquidas al 0,5%.
LAVADO DE MANOS
BIBLIOGRAFÍA