El Equilibrio de Poderes
El Equilibrio de Poderes
El Equilibrio de Poderes
INTRODUCCIÓN
EL EQUILIBRIO DE PODERES
I. PODER.
I.1. DEFINICIÓN.
I.2. FORMAS DE PODER.
I.3. PODER POLÍTICO.
I.4. JUSTIFICACIÓN DEL PODER.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
1
INTRODUCCIÓN
Donde existe equilibrio de poderes tiende a haber más bienestar general, como
una relación causal entre prosperidad y fragmentación del poder. Esta
propuesta está en contra de una inercia intelectual que va en sentido contrario
y que sostiene que la prosperidad se logra por el camino opuesto,
concentrando el poder. Aquí se sugiera la posición contraria. Es natural y
explicable que aún hoy subsistan las ideas tradicionales, contrarias al Equilibrio
del Poder, que en su esencia hablan de gobiernos de amplios poderes, fuertes
y concentradas. Las personas que así piensan tienen inclinaciones añejas,
aunque desde luego no hay duda de sus buenas intenciones.
2
EL EQUILIBRIO DE PODERES
I. PODER.
1.1. DEFINICIÓN.
Aristóteles diferencia entre dominio y poder. Dominio es una forma del poder en
la que hay roles fijos o funciones; en la que los amos mandan y los esclavos
obedecen; donde los roles no pueden intercambiarse: los mismos sujetos
desempeñan siempre las mismas funciones. El dominio es el poder despótico 1.
Su estructura es rígida y asimétrica. Para Aristóteles, la mejor o más perfecta
relación de poder es la política, en la que los que mandan y los que obedecen
no son siempre los mismos, sino que van rotando en el ejercicio de las
magistraturas. La política es la relación de poder propia de los hombres libres,
de la condición del ciudadano. Si la lógica de la comunidad doméstica se
traslada a la comunidad política, ésta se desnaturaliza. Pero no podría haber
una comunidad de hombres libres, es decir, una comunidad política, si no
hubiese unos hombres que dediquen sus vidas al trabajo, posibilitando el ocio
que requiere el ejercicio de la libertad de los otros. Para Aristóteles, el poder y
el dominio nunca podrían ser equivalentes, pero son, en cierto sentido,
complementarios: puede haber hombres que intercambian roles porque hay
otros que tienen roles fijos2.
1
Ricardo Etchegaray Dominación y política, La Plata, Ediciones Al Margen, 2000, p. 14
2
Ibidem
3
valoración negativa para Aristóteles es lo que es impedido en su desarrollo o
apartado de su curso natural. Lo negativo es que un ser no desarrolle todas sus
potencialidades por un impedimento exterior. Destacamos de la obra de
Aristóteles que una buena legislación no ha de entenderse como la
promulgación de leyes buenas, sino como la obediencia éstas. Las leyes
pueden ser buenas en absoluto, o las mejores para este pueblo y ésta
característica es la que realmente cuenta3.
De los tres poderes: En todas las constituciones hay tres elementos que el
legislador debe tener en cuenta y que si están bien concertados, lo estará así
también la república. El primero de estos elementos es el que delibera sobre
los asuntos comunes. El poder deliverativo es soberano en lo que tiene que ver
en cuanto a la guerra y la paz; las alianzas y su disolución; las leyes; las
imposiciones de la pena capital; destierro; confiscación y para tomarles cuenta
a los ciudadanos. En cuanto a los miembros, sería provechoso que fuesen
designados, por elección o por sorteo de entre las diferentes clases sociales y
en número proporcionalmente igual, también pude ser provechoso elegir
algunas personas de la clase popular. En cuanto al poder judicial, en tres
factores estriba la variedad que hay entre los tribunales.
4
de necesidad tiene que ser soberana la masa popular y estimarse como final y
justa la decisión de la mayoría, el otro carácter es que cada cual viva como le
agrade, por el simple hecho de que el esclavo no vive como quiere. De este
segundo elemento surge la pretensión de no ser gobernado por nadie, lo que
contribuye a la libertad igualitaria. Por otra parte Hobbes coloca como ejemplo
de una vida sin poder común al qué temer, a las sociedades que han coexistido
primero bajo el poder de un gobierno pacífico y luego han degenerado en una
guerra civil. Y es esta guerra “nada puede ser injusto. Las nociones de lo moral
y lo inmoral, de lo justo y de lo injusto no tienen allí cabida. Donde no hay un
poder común, no hay ley; y donde no hay ley, no hay injusticia 4”.
5
contrato a “la transferencia mutua de un derecho”) y transferir al Estado los
derechos que, de ser conservados, obstaculizarían la paz de la humanidad.
Las acciones del soberano no pueden ser, en justicia, acusadas por el súbdito,
Hobbes10 “tampoco deberá ser acusado de injusticia por ninguno de ellos. Pues
quien hace una cosa con autorización de otro, no causa injusticia a quien le dio
autoridad para actuar”. Nada de lo que haga el soberano puede ser castigado
por el súbdito. El soberano es juez de lo que es necesario para la paz y
defensa de sus súbditos y juez de qué doctrinas deben ser enseñadas.
El derecho de establecer reglas mediante las cuales los súbditos puedan hacer
saber a cada hombre lo que es suyo, de tal modo que ningún otro súbdito
pueda quitárselo sin cometer injusticia. Al soberano le pertenece el derecho de
judicatura y de la decisión de las controversias. Al soberano le pertenece el
derecho de hacer la guerra y la paz según le parezca oportuno. Al soberano le
pertenece el derecho de escoger a todos los consejeros y ministros, tanto para
funciones de paz como de guerra, de premiar y castigar y establecer honores y
jerarquías según le parezca. El soberano es según Hobbes quien posee un
poder soberano; y cada uno de los demás son sus súbditos. “Este poder
soberano se puede alcanzar de dos maneras: una, por fuerza natural, como
cuando un hombre hace que sus hijos se sometan a su gobierno, pudiendo
destruirlos si rehusan hacerlo, o sometiendo a sus enemigos por la fuerza de
las armas, y obligándolos a que acaten su voluntad, concediéndoles la vida con
esa condición. La otra es cuando los hombres acuerdan entre ellos mismos
9
Hobbes 1984, p. 147
10
Hobbes 1984, p. 149
6
someterse voluntariamente a algún hombre o a una asamblea de hombres,
confiando en que serán protegidos por ellos frente a todos los demás. A esta
segunda modalidad puede dársele el nombre de Estado político, o Estado por
institución; y a la primera, el Estado por adquisición”11.
Por su parte para Foucaul, El poder no tiene una única fuente ni una única
manifestación. "...por dominación no entiendo el hecho macizo de una
dominación global de uno sobre los otros, o de un grupo sobre otro, sino las
múltiples formas de dominación que pueden ejercerse en el interior de la
sociedad"12.
7
Guardini advierte que el sentido propio del término tiene que ver con el poder
político, con la facultad que tienen los gobernantes de obligamos a obedecer.
De este sentido vendrían por analogía los otros, tales como el poder de Dios, el
poder de la naturaleza, el poder del dinero etc. Para entender lo que es el
poder Guardini destaca aquellos rasgos esenciales que lo definen como tal y
que lo distinguen de los otros poderes. Su diferencia específica se destaca
clara-mente cuando se le opone al poder natural. Al respecto afirma éste: “Al
contemplar las fuerzas elementales de la naturaleza, ¿Podemos hablar de
poder?, ¿Podemos decir, por ejemplo, que una tormenta, o una epidemia o un
león tienen poder?15” Probablemente todos empleemos el término en estos
sentidos metafóricos, sin embargo, según el pensador italiano: “Es claro que no
(se debe emplear), a no ser en un sentido inexacto, análogo. Existe aquí sin
duda algo capaz de obrar, de producir efectos; pero falta aquello que sin
quererlo pensamos también cuando hablamos del poder: falta la iniciativa. Un
elemento natural tiene -o es- energía, pero no poder” 16.
Aragón17 nos dice que existen diferentes formas de poder del hombre sobre el
hombre. El poder político no es más que una de ellas. Según Aristóteles,
existen tres formas de poder, la distinción entre estas tres formas, estaba dada
en el "interés" de aquel a favor del cual es ejercido el poder".
Poder paterno: Es el que ejerce el padre con su hijo, donde dicho poder, es
ejercido a favor del hijo.
15
Guardini, ibid., p. 13.
16
Guardini, ibid., p. 13.
17
Aragón Reyes ob.cit.. P. 177.
8
cumple esta situación, para el caso de formas de gobierno correctas, en las
corruptas es sólo en el interés del gobernado.
Con respecto al poder paterno, no es aplicable para este caso, debido a que es
una clasificación básica o pura de poder, que de alguna manera, está
contenido en las dos siguientes. Max Weber, también fundamenta tres tipos de
poder, el fundamento de estas distinciones, según Weber, estaba dado por la
"Legitimidad", mientras que en el anterior (Aristóteles), en el interés.
La Fuente del Poder: "La Ley": obedecen los ciudadanos, o sea los que prestan
obediencia, y los que mandan.
La tipología moderna de las formas de poder según Bobbio, son Tres grandes
clasificaciones:
9
Para Aragón18 lo que caracteriza al poder político es la exclusividad en el uso
de la fuerza respecto a todos los demás grupos que actúan en un determinado
contexto social, exclusividad que es el resultado de un proceso que se
desarrolla en toda sociedad organizada para la monopolización de la posesión
y del uso de los medios con los que resulta posible ejercer coacción física. El
poder político es una consecuencia lógica del ejercicio de las funciones por
parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro de un
sistema de gobierno en un país.
18
Aragon Reyes, Ob Cit. P. 180
10
igual estatus o instituido por un dios diferente. A grandes rasgos este fue el
desarrollo esquemático hasta la Revolución francesa
11
describieran las regularidades de los patrones y procesos en la vida política en
general a través de la teoría de sistemas creando un enfoque de estudio de la
política como ente biopolítico. El resultado de su trabajo se convierte en la
primera definición del concepto efectivamente independiente del análisis
jurídico y constitucional dominante antes de los años cincuenta en
concordancia con la teoría organicista:
Modelo de Easton. Con esto quiere decir que lo que define a un sistema
político es su función de distribuir valores que la sociedad considera útiles
como el dinero, la educación, el poder, etc. Así, tomando un país como muestra
de estudio, éste se configura como un sistema complejo, dentro del cual los
elementos que lo integran, considerados como grupos o como individuos,
interactúan de manera muy intensa en función de ciertas pautas de
comportamiento.
12
sistema político acorde con la teoría funcionalista: Un sistema político es un
sistema de interacciones, existente en todas las sociedades independientes,
que realiza las funciones de integración y adaptación, tanto al interior de la
sociedad como en relación con las otras, mediante el uso o la amenaza del uso
de la violencia física más o menos legítima.
Señala Carlos Fayt que la justificación del poder implica el examen racional de
porque manda el que manda y porque obedece el que obedece, a fin de
determinar porque los seres humanos deben dedicar una parte de su actividad
y sujetar su conducta a la acción de poder en el estado. En conexión con este
problema se encuentra las cuestiones de la finalidad de la organización política
y la legitimidad de la autoridad como encarnación del poder del estado 21.
2.1.1. DEFINICIÓN.
13
como único e indivisible y perteneciente original y esencialmente al titular de la
soberanía (nación o pueblo), resultando imposible concebir que aquél pueda
ser dividido para su ejercicio.
a) Garantizar la libertad por medio del equilibrio de los órganos del Estado; y
14
Montesquieu dejó en claro su preocupación sobre la reunión en una misma
persona o un mismo cuerpo de funcionarios, de los poderes del Estado, trátese
de la combinación del poder ejecutivo y el legislativo, o de éstos junto con el
poder de juzgar; esto es, el Poder Judicial 23. Claro que el absolutismo de las
monarquías no pudo prescindir de aparatos jurisdiccionales, de jueces que se
encarguen de administrar justicia, conforme las sociedades iban dirigiéndose a
una mayor especialización en la división del trabajo. Por lo menos tal
“desprendimiento” de cuotas de omnímodo poder se restringió a la solución de
asuntos domésticos entre los particulares; es decir, en el marco de los
derechos privados. La división del trabajo en ese sentido estaría estrechamente
relacionada con la doctrina de la separación de poderes, por cuanto sin la
debida especialización en los modos de actuar de los órganos estatales no
habría una óptima conducción del Estado. Por otro lado, la independencia de
los poderes estatales no puede llegar a lo absoluto, bajo riesgo de detener la
misma marcha del Estado, ocasionando su propia fragmentación, tornando en
irreal su concepción como tal.
23
Ferrero Rebagliati, Raúl. Ciencia Política. Teoría del Estado y Derecho Constitucional General y
Comparado. Editora Jurídica Grijley. 8ª e. 1ª re. Lima –Perú. 2000. p 258
15
reglamentario del órgano ejecutivo, el cual no podría cumplir sus funciones de
administración sin la facultad de dictar normas secundarias que regulen la
aplicación de la ley, como norma primaria. Asimismo, otra excepción al
principio de separación sería la jurisdicción administrativa, la misma que
confiere al administrador la capacidad de un juzgador, a pesar de carecer de
imparcialidad, puesto que revisaría nada menos que su propio acto o el de un
funcionario de menor jerarquía, aunque se acepte que el poder judicial debe
revisar los actos administrativos impugnados, a través de la acción contencioso
administrativa. También se dan excepciones al principio de la separación
cuando hay circunstancias históricas que desaconsejan la práctica de la
separación y división de poderes, en casos de invasión extranjera o de
gobiernos de facto, en el caso que sean “llamados” a mantener rápidamente el
orden público y la continuidad de la vida del Estado, o a realizar cambios no
posibles o practicables dentro de las formas o cánones constitucionales. Y es
que, al decir de Raúl Ferrero Rebagliati, en tiempos anormales, el gobierno
también sería anormal24.
16
funcionarios administrativos, específicamente los ministros, cuando éstos se
pronuncian acerca de la aplicación de las leyes en una reclamación
administrativa, toda vez que su resolución constituiría un acto jurisdiccional,
puesto que “dirían el derecho”. En tal sentido, los jefes de reparticiones
administrativas, al resolver casos concretos que implican una cuestión de
derecho, ejercerían de modo subsidiario una función jurisdiccional. Sin
embargo, hay que tener muy en cuenta que sólo los Poderes Ejecutivo y
Legislativo son estrictamente políticos, dado que se originan y renuevan a
través del sufragio universal; esto es, dentro de los mecanismos propios de la
democracia representativa. Por tanto, el gobierno o la conducción del país
corresponderían a estos dos Poderes, en un necesario o inevitable contrapeso
y coordinación.
17
año de 1824, a partir del hecho de que aquella doctrina ha sido incorporada, de
algún modo, a esta idea. Cabría exponer el panorama al respecto: la idea del
Estado de Derecho (en el sentido de “Estado pleno de derecho”, no de “Estado
simple de derecho”) implica la doctrina de la separación de poderes; pero esta
doctrina no importa la idea de un Estado de Derecho, al menos en la
modulación característica o estricta de Estado pleno, según la cual suele ser
utilizada esta idea (la que se refiere al reconocimiento de los derechos
humanos individuales, eminentemente, aunque no exclusivamente, en el
sentido del liberalismo). En realidad, ni la doctrina de los tres poderes ni la idea
de Estado de Derecho son figuras exentas, susceptibles de alcanzar, en
filosofía política, un significado autónomo, como el que pueda corresponder, en
geometría, al tetraedro, por ejemplo. En cierto modo serían términos
sincategoremáticos, pese a las pretensiones con las que suele ser presentada
la idea del “Estado pleno” de derecho (por ejemplo, en el sentido de Kelsen,
para quien esta expresión es, ya en sí misma, redundante). Pero la idea de
Estado de Derecho, como su paralela, la idea de Estado de Cultura (formulada
por primera vez por Fichte), contiene implícitamente, o de modo escondido, la
referencia a una determinada sociedad política históricamente dada, como
pueda serlo el Estado prusiano, en cuanto buscaba ser la expresión del
Deutschum. Aquí cabe citar una frase histórica: “A partir de hoy [dice Federico
Guillermo IV el 21 de marzo de 1848] Prusia se confundirá con Alemania”. Así
también, el Kulturkampf, la lucha por la cultura que Bismarck inició en 1871,
había que entenderla como lucha por la cultura alemana. Sin duda, además, la
doctrina de los tres poderes y la idea de un Estado de derecho tienen en
común su oposición a la concepción que de la sociedad política nos había dado
el absolutismo del antiguo régimen; incluso tienen en común su reivindicación
de los “derechos humanos individuales”. Pero esta reivindicación no tendrá
necesariamente siempre el sentido del individualismo (es decir, del
nominalismo individualista, liberal, que suele invocar el contrato social) en
cuanto opuesto al realismo, exagerado o moderado, de los universales, en
nuestro caso, de la “sociedad”. Sin duda, las reivindicaciones individualistas o
personalistas pueden estar siempre actuando, incluso en un primer plano
aparente; empero ellas mismas actuarán envueltas en otras oposiciones más
complejas en las cuales se enfrentan, por ejemplo, los nacionalismos, entre sí y
18
con la idea de humanidad (implícita en la Declaración de los Derechos del
Hombre), o con la concepción monárquica de la sociedad política y la
concepción republicana.
2.3. FUNDAMENTO.
25
Nixon, Richard M., Líderes, Planeta, México, 1987, p. 145.
26
Hayek Friedrich A., The Road to Serfdom, The University of Chicago Press, Chicago, 1972, p. 145. En
García Gaspar Eduardo El Equilibrio del Poder. Santiago. 2000. p.12
19
reitera la idea natural de que la armonización de millones de iniciativas conduce
a un orden superior, logrado de manera espontánea 27.
20
a seguir todas los mismos lineamientos, lo que provoca que los riesgos de una
decisión errónea aumenten al igual que en el caso de un monopolio. Ese poder
independiente de decisión, que es el centro del mecanismo de autoprotección
pública contra malas decisiones, se pierde cuando la economía o la vida social
son planificadas centralmente. No nada más son estos principios aplicables a
asuntos económicos, también lo son a todos los aspectos de la sociedad. Por
ejemplo, si el gobierno de un país ha decretado el monopolio de la educación,
las probabilidades de error en toda la educación de ese país serían mayores a
las que se tendrían en otro en el que los particulares pudieran tener escuelas e
independencia de decisión en materias educativas 28.
28
García Gaspar Ob Cit. p.18
29
Ibidem.
21
ese caos aparente de actividades y quiebras y cierres y éxitos y errores,
existen mecanismos difíciles de ver, que operan para aprovechar los recursos
de la manera más productiva, y así hacer más probable una sociedad estable
en la que son más probables el bienestar general, el bien común y la felicidad
personal30.
Esto significa estabilidad para la sociedad que se rija por el Equilibrio del Poder
y vaivenes para la sociedad de poder concentrado.
22
realizar nuestras metas y proyectos sin limitantes innecesarias impuestas por
poderes desequilibrados.
32
García Gaspar Ob Cit. p.22
33
Montesquieu, Del Espíritu de las Leyes, Altaya, Grandes Obras del Pensamiento, Barcelona, 1993, pp.
34
García Gaspar Ob Cit. p.22
23
Este Equilibrio del Poder en la esfera política tiene un efecto vital para la
consecución de la felicidad personal, pues produce tranquilidad de ánimo y
seguridad en cada ciudadano. Mucha de nuestra desconfianza y de nuestro
desgano proviene en buena parte del no saber qué es lo que va a decidir el
gobierno, qué nuevos impuestos decretará, qué es lo que se le ocurrirá a la
autoridad. Al no tener una razonable seguridad sobre lo que sucederá en el
futuro, desaparecen las razones que mueven a los ciudadanos a ejecutar todo
lo que no dé un resultado inmediato y rápido. Las motivaciones de fondo para
estudiar, investigar, construir, plantar y fundar, están centradas en la esperanza
de una cierta seguridad futura, que es la confianza que en buena parte da la
limitación del poder gubernamental. Por tanto, hay una correlación positiva
entre un poder equilibrado y el bien común, pues así existirán menores
probabilidades de abusos de autoridad por parte del gobierno, lo que producirá
certeza razonable sobre el futuro en los ciudadanos y ellos usarán sus talentos
y habilidades motivados por el logro de su felicidad personal. Desde luego esto
se refiere a los abusos del gobierno, pero también deben mencionarse los
abusos por parte de otros ciudadanos, pues quien sabe que tiene un buen
gobierno confiará en que los delincuentes serán castigados, lo que también
produce tranquilidad. El ciudadano sosegado y calmado, sin miedos ni temores,
puede dedicarse con el esfuerzo del que es capaz a trabajar y producir así los
medios que le llevarán a elevar su felicidad personal, sabiendo que esos
mismos medios son causa de la felicidad en los demás. El Equilibrio del Poder
logra un arreglo social de tal naturaleza que hace posibles los máximos
razonables de esfuerzo y trabajo en nosotros, moviéndonos a emprender
tareas de largo plazo, grandes obras y proyectos, cuya realización será de
beneficio para todos35.
24
pueden ser mejor sustentadas señalando de nuevo que la probabilidad de
errores en los gobiernos centralistas es mayor que la de los gobiernos
limitados, lo que hace que con el tiempo sea seguro algún error grave de las
decisiones del gobierno, con sus consecuencias negativas para la sociedad.
25
El continuismo gubernamental evita que entre en operación la renovación del
poder político y hace que los errores cometidos no sean corregidos con la
rapidez que es conveniente. De seguro se preguntará sobre la inconsistencia
de un gobierno en constante cambio, donde hoy hay un gobernante con una
ideas y mañana otro con intenciones diferentes. Desde luego, la inconsistencia
de medidas gubernamentales, tomadas por diferentes partidos, dentro de un
régimen democrático no permite ver con facilidad el principio subyacente de la
operación del mecanismo de corrección de errores. Se perciben las diferencias
en las decisiones de varios gobiernos, pero no la corrección de las
equivocaciones. Y no sólo corrección de errores, también actualización de
decisiones y afinación de medidas. Debe considerarse que el nuevo gobierno
también cometa errores y tome malas decisiones, pero el hecho es que,
gracias a la posibilidad de elegir a diferentes partidos, en poderes divididos, se
presenta la oportunidad de corregir lo mal hecho y mejorar lo decidido.
Además, desde luego, un gobierno con poderes divididos impedirá el ejercicio
de un poder desmedido, por ejemplo, del Poder Ejecutivo, pues diputados y
jueces lo impedirán. Entonces, sucede que una democracia dará la impresión
de una sociedad que siempre está en movimiento. Será una visión de un
aparente caos de actividades en el que nadie parece ponerse de acuerdo.
36
García Gaspar Ob Cit. p.78
26
III. LA FALTA DE EQUILIBRIO DE PODER EN EL PERÚ.
En nuestro país el estado es visto, por muchos como un botín, como una
presa, donde el que ostenta el poder puede hacer un uso indebido de las arcas
del tesoro del país.
27
Es decir, la legitimidad del poder está dada por el consenso de los miembros
de la comunidad a someterse a ese poder; al ser el hombre libre por naturaleza
no puede suponerse que se someta a ningún poder terrenal si no es por su
propio consentimiento, el cual legitima y justifica el poder.
El hombre es libre solo cuando obedece a la ley que el mismo ha creado, por
tanto el único modo que el ciudadano sea libre es dictando sus propias leyes.
El poder político reside en la naturaleza general, la legitimidad se encuentra en
el consenso de cada particular de someterse a esa voluntad general.
Pero además, un Estado solo puede ser permanente si se admite una cierta
participación del pueblo en el gobierno y si el gobernante dirige los asuntos
ordinarios del estado de acuerdo con la ley y respetando debidamente la
propiedad y los derechos de los ciudadanos; en este sentido, el gobierno es
más estable cuando participa en él la mayoría. La legitimidad se basa, en
principio, en la fuerza; pero también es necesario que el gobernante no solo
sea respetado sino que cuente con el afecto de la gente, y que se encuentre
sometido a la ley.
Podemos señalar que el poder legítimo es aquel que cuenta con sustento moral
28
o legal, sin prevalencia de uno sobre el otro, lo que no significa que no sea
posible ejercer un poder legitimo legal y moralmente válido.
Porque la legitimidad puede ser legal o moral. La legitimidad legal está dada
por acciones objetivas, como es el caso de un proceso electoral en el cual se
ha respetado irrestrictamente la voluntad popular, que si bien tiene sustancial
relevancia; también la tiene la legitimidad moral, la que se pierde no por actos
de naturaleza electoral viciados o mediante revocatoria, vacancia u otros
mecanismos de control ciudadano, sino a través del rompimiento de aquel nivel
de confianza de la ciudadanía en los actos de gobierno que dicta el titular del
poder político, que nace de la voluntad popular, llámese presidente de la
nación, presidente regional, alcalde, consejero regional o regidor.
Por otro lado, debe distinguirse entre el poder político y la fuerza, esta última
entendida como violencia física. Nos estamos refiriendo a la violencia que se
ejerce a través de las fuerzas policiales o armadas, encarcelamiento, etc.
Cuando la violencia física se consolida a través de actos concretos, el poder
político abdica y da paso al poder policial, militar, etc.
38
García Gaspar Ob Cit. p.112
29
En este contexto la lucha por el poder político es universal y eso se puede
apreciar de la experiencia de las naciones; sin embargo para que un
gobernante, un dirigente político, un dirigente sindical, u otro, mantenga el
poder político, es imprescindible que se mantenga una fluida comunicación de
alimentación y retroalimentación, a fin de no caer en la ilegitimidad que
comúnmente lleva a la violencia como sustituta del poder político.
Luego de ello Fujimori hizo una nueva Constitución, fue reelecto e "interpretó"
la Constitución para reelegirse nuevamente.
30
En el año 2000 se hicieron evidentes las fraudulentas manipulaciones del
asesor presidencial Vladimiro Montesinos, el cual controlaba casi todas las
instituciones del Estado, sobre todo, las Fuerzas Armadas. Tras exhibirse un
vídeo donde Montesinos sobornaba a un congresista, Fujimori destituyó a
Montesinos y anunció que acortaría su tercer mandato.
Hay que destacar que en esta década del gobierno Fujimontesinista, hemos
sido testigos los peruanos que la temática de los derechos humanos en el
Perú ha sido maniobrada, durante mucho tiempo, por intereses políticos.
31
región latinoamericana. Más de 50 % de peruanos viviendo bajo los niveles de
pobreza y pobreza extrema, y más de 25 % de niñas y niños en estado de
desnutrición, aparte de la existencia de una legislación violatoria de la
Convención Americana de Derechos Humanos, así como la existencia de
grupos paramilitares creados para combatir al terrorismo criminal y genocida
sintetizan los rasgos definitorios de una etapa de la vida nacional que jamás
debe regresar. El Estado no puede ni debe descender a la barbarie para
combatir a la barbarie, con el pretexto de una política defensa nacional el
estado no puede vulnerar los derechos humanos de las personas.
Como señala Tanaka40 que la democracia peruana actual sufre de una muy
baja legitimidad de sus instituciones, debilidad de su sistema de partidos y la
continua irrupción de outsiders. El desempeño de la economía muestra mejores
39
Huerta Barrón Miguel y Campos Peralta, Gustavo La Tortura en el Perú y su regulación legal
COMISEDH. Comisión de Derecho Humanos.2005. P.11
40
Tanaka Martín La dinámica “Neodualista” de una democracia del sistema de partidos. Lima Revista
de Ciencia Política. 2000. p. 114.
32
indicadores a los promedios latinoamericanos y, al mismo tiempo, el país
enfrenta altos niveles de descontento ciudadano que se expresan en la
preferencia por opciones políticas con componentes antisistema y crecientes
niveles de conflicto social. Este artículo plantea que el legado de las reformas
estructurales del fujimorismo ha generado una situación “neodualista”, donde
convive un sector moderno y en crecimiento, que opta por opciones políticas
moderadas, con uno relativamente estancado y excluido que simpatiza con
retóricas antisistema.
CONCLUSIONES
33
La sociedad abierta, de poderes equilibrados, está en continuo
movimiento, siempre vive pequeñas crisis que jamás paran, siempre
enfrenta nuevas situaciones que nunca frenan. Casi puede entenderse
como entrenada y preparada para enfrentar pequeñas crisis continuas.
BIBLIOGRAFÍA
34
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y su regulación legal COMISEDH. Comisión de Derecho Humanos.2005.
Tanaka Martín La dinámica “Neodualista” de una democracia del
sistema de partidos. Lima Revista de Ciencia Política. 2000.
35