Ensayo Trascendencia

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Trascendencia

Este trabajo obedece a algo que llevo cuestionando hace mucho. Estábamos en
un espacio llamado Utopía (grupo de discusión de textos, ensayos, documentales
etc.) cuando Nicolás (miembro de utopía) planteó un tema, que posteriormente fue
titulado “la lucha de clases a nivel espacial”, la idea es que la lucha de clases es la
lucha de cada clase por su existencia y reproducción. Estas clases tienen un
ordenamiento “jerárquico”, cada una luchando con las que tiene más próximas,
uno podría imaginar una estructura similar a una torta de novios, con muchos
bizcochos concéntricos, y en la cima de esta estructura se encuentran unas clases
que no tienen ninguna otra clase sobre ellas (el personaje de Johnny Depp quedó
en la cima del pastel).

Estas clases (las que están en la cima) tienen recursos ilimitados, la posibilidad de
extinguir naciones con armas de destrucción masiva, pero aun así su existencia se
ve amenazada: el planeta no es infinito, y lo saben, el equilibrio que sostiene la
vida en el planeta es un evento dinámico y sumado a todo esto está la inevitable
extinción de nuestro sol. Es muy probable que sea esto lo que haya motivado la
incursión de las dos súper potencias en la costosa industria espacial, y no sea solo
un proyecto “colateral” de la guerra fría.
Más allá que esto sea un mito, o una realidad irrefutable, lo importante es lo que
me género: una extraña sensación de hundimiento. Una sensación de
distanciamiento, pero hacia abajo, una sensación propia de pensar en el infinito…
o finito.

Descubrir esas verdades tan grandes, esas verdades en las que uno siente que
las neuronas deben acelerar la sinapsis y la consecuente expansión del cerebro
para lograr sostenerla sin quedar mareado, es muy difícil; es más fácil llegar a
sensaciones muy similares a esas “depresiones” adolescentes, que creo típicas.
Desolación, desorientación, incapacidad para organizar las ideas e incluso para
organizar las preguntas, “¿Qué más terrible que el no saber preguntar?” … Es eso
lo que este ensayo inicia de esta forma, y pretende escribir desde lo más básico,
describir los fundamentos, para luego intentar sintetizar una idea para construir
sobre ella.

Este trabajo es una invitación, que a su vez son dos, primero expongo parte de mí
y la invitación es a que los que se sientan identificados puedan cambiar todos los
“yo” por “nosotros” (esto lo hago porque desde mi postura la trascendencia de
construye a partir de la experiencia empírica, pero de forma compartida y
colectiva), y la segunda invitación es a trabajar, construir y asentar nuestros
deseos de trascendencia. Decidí evitar lo más posible analizar exhaustivamente la
película, ya que la encontré bastante ambigua, estereotipada e incompleta y no
respeta el poder, peso y complejidad de la palabra “trascendencia” por lo cual solo
la usaré para dar algún ejemplo. Trataré aspectos más personales abordando
principalmente desde la experiencia.

Si tenemos que hablar de nuestra experiencia podríamos pensar en los 3 años de


universidad, pero nuestra experiencia es mucho mayor, nuestras vidas confluyeron
para que nos encontráramos, cada uno ha vivido contextos distintos, pero
actualmente hablamos el mismo idioma, es por ello que al pensar en nuestra
experiencia podríamos partir incluso hablando de un libro escrito antes de que
naciéramos. Yo hablaré de mi experiencia más cercana.

Nací - recuerden la invitación, pueden cambiar el “naci” por un “nacimos”

“Uno es lo que hace con lo que hicieron de él”, o el más común “cría cuervos y te
sacarán los ojos” (esta frase es muy de mi papá, la usa cuando siente que mi
mamá o abuela están malcriando) si a uno lo criaron cuervo, entonces que no se
quejen.

A mí me criaron creando, utilizando las manos, pintando paredes con jeoglifos pre-
escolares, dibujando con tiza un mundo sobre el pavimento, buscando una religión
inexistente, donde el bienestar se sustentaba a base de buenas acciones y
creyendo en algo superior a nuestros seres; me criaron con el ejemplo de mi
madre que al regresar del colegio sin ningún lápiz contaba orgullosa que los había
repartido entre sus compañeritos más pobres que ella; el de mi abuela que salvo
muchos niños (el lucho que llegaba con los pies morados de frio en invierno;
Carlitos un “niño con déficit cognitivo” que vivía deambulando por las casas que lo
aceptaran; Sonia una huérfana que había sido abusada, y al segundo embarazo
producto de la violación fue acogida en la casa, ella y su hija, luego también crio a
su hija, Marisol; y otros como Daniel y David); o mi abuelo, un hombre de
esfuerzo, conocido por toda la comunidad deportiva y alcohólica, curtido por el
trabajo y anécdotas (supongo que muchas de ellas se las llevó) ,experiencias de
vida, conocimiento de mundo (parte de su filosofía trascendió a mí, en su visión de
vida, en su arte) intercediendo en toda su comunidad; o mi otro abuelo que
trabajaba de forma voluntaria (aparte de sus horas de trabajo) echando a andar
las plantas que la oposición a Allende había paralizado, tal como lo encontraron un
martes 11; y otros ejemplos más cercanos, de los niños que mi mamá despiojaba.

Rectifico “cría cuervos y te sacarán los ojos”, “Cría críticos y te harán dudar”, “Cría
creando y modifica tu entorno”, “Cría éticos y el peso de la humanidad caerá sobre
ti”, “Cría al filo de lo finito y cosecharás trascendencia” … (parte de esta frase
nació desde una vola’ de utopía)

No es de extrañar que teniendo esta experiencia acumulada sienta afinidad con la


corriente sociopolítica, que quiera que esta forma de relación trascienda mi núcleo
familiar y que sea incluida en el relato de la humanidad.

La trascendencia tiene una gran barrera, una impenetrable para un mortal, es una
maldición de la humanidad y a mi juicio la más grande de todas las conciencias, la
conciencia de la muerte, el hombre (las mujeres no se sientan excluidas. He aquí
un punto el cual la película pudo abordar de mejor manera y claramente no lo hizo.
Los personajes más que trascender querían culminar su investigación y el temor a
la muerte se evidencia más en el personaje de Rebecca Hall, pierde los ejes y
durante el último tercio donde prima la acción y la relación interpersonal de los
protagonistas) comió del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal y murió, trajo su
intrascendencia a la existencia, como un fenómeno.
Todos queremos trascender, uno de los úteros de la opresión es el miedo
mezquino a la intrascendencia, la lucha de clases es la búsqueda de la
trascendencia de cada cultura, la guerra entre potencias es la lucha por el
monopolio de la sobrevivencia humana.

Pero esa maldición es también una bendición, si somos sujetos con este nivel de
conciencia, entonces lo único que queda es organizarnos para que no seamos
solo un suspiro en la eternidad, no seamos solo polvo de estrellas.

Este no es un gran descubrimiento, muchas han llegado a esta idea (puede ser de
forma “consciente” las grandes potencias que luchan por sobrevivir, como también
de forma “instintiva” el alimentar a un hijo (dentro del film se evidencia al momento
en que el personaje interpretado por Johnny Depp arma esta especie de ejército
de personas las cuales previamente salva de sus malestares, alimentando este
mal interpretado deseo de trascendencia, digo malinterpretado por qué dentro del
film se hace una especie de semejanza entre trascendencia y un Dios).

Es entonces que entra a la cancha la ética, y entra de la mejor forma, como una
afirmación, ya no es la negación del mundo que no queremos, entra como una
afirmación que sirve de referente para trazar una ruta entre el sujeto empírico
(nuestra experiencia) y el sujeto histórico (nuestra proyección).

Ahora puedo desenredar las preguntas que me (nos) afligen, ¿Qué hacer?,
¿Cómo lograr que el sujeto empírico sea sujeto histórico manteniendo nuestros
valores?, ¿Cómo influir en la humanidad a nivel civilizatorio?

Teniendo claro este panorama podemos generar categorías como “organizaciones


trascendentes”, estas son las que logran captar la importancia de la experiencia,
que identifican la profundidad histórica de su afluente, las que encuentran
verdades que al ser escuchadas generan la sensación de conexión umbilical con
el útero de nuestras antepasadas, organizaciones que generan sinergia en los
procesos históricos, permitiendo conectar esta profundidad con una gran
proyección, braceando ideas en las inhóspitas aguas del futuro, pero por sobre
todo existiendo, persistiendo.
Los grupos o personas que pretenden o pretendemos trascender caminamos entre
tres abismos:

- Sumirnos en la cómoda experiencia que se logra en grupos reducidos,


fácilmente caricaturizados por los ejemplos de grupos anarquistas, o grupos
hippies “ermitaños”, pero que invisibilizan el peligro de ser organizaciones
urbanas incomunicadas y sin pretensiones universales, que pierden el
carácter social y solo son sextas elitistas con extremidades y sentidos
atrofiados, con piel que no siente, como si solo fuera una membrana
divisoria.

- Los lemas del siglo pasado asociado a grupos totalitarios, identifican de


forma explícita otra debilidad social y de grupo: “vencer o morir”, “patria o
muerte”, “ella es la verdad y por ella vamos a morir”. Cuando estos lemas
son aplicados a la totalidad de algún movimiento corre el riesgo de no lograr
transmitir su experiencia.

- El otro abismo es que por lo afanado que nos encontramos en la búsqueda


de la trascendencia como grupo o persona, perdemos de vista la
experiencia-significado que queremos que trascienda, arrancando todo
contenido del significante que es la organización.

La estructura del árbol, es una gran metáfora de lo que debemos hacer, el árbol se
expande hacia dos mundos, conecta dos realidades, dos hábitats, se alimenta de
suelo y de cielo, hacia la luz y desde las tinieblas (alguien dentro de la discusión
dijo esta metáfora que me gustó mucho y simplemente la incorporé). Podemos
entender la humanidad como un conjunto de árboles entrelazados, que se
expanden a través del tiempo, algunos están naciendo y otros muriendo, pero
todos tienen características en común, conectan la experiencia sensorial (la
experiencia apegada a la piel) con una proyección abstracta por medio de un nodo
catalizador y unificador de la idea.

Nosotros somos un árbol dentro de otro árbol, el árbol utópico pertenece al árbol
de la experiencia, pero un grupo o persona, puede llegar donde la experiencia
nunca ha llegado (ejemplos de errores que se cometen en reiteradas ocasiones
dentro de la historia hay muchos), ¿Cuántos de nuestra generación o con nuestra
edad están pensando en las próximas generaciones?... ¡Podemos ser el tronco
que une dos mundos!, nos podemos hacer cargo de la historia y podemos
proyectar nuestra experiencia. Que digan de nosotros que cansados de esperar la
utopía la crearon a la base de nuestro legado. Esa es la verdadera trascendencia
la que se forma desde un constructo empírico y colectivo, no como en el film ya
que se expresa un totalitarismo implícito demostrando la intrascendencia.

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