Unidad 3 Fruti

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

UNIDAD III FUNDAMENTOS ECOLOGICOS DE LA FRUTICULTURA

EL MEDIO ECOLOGICO
Puede definirse el medio ecológico como la presencia de una serie de factores ajenos al
individuo, que, por medio de acciones físicas, químicas y biológicas, intervienen en su
desarrollo y comportamiento. De esta manera cualquier animal, vegetal, mineral, sustancia
que directa o indirectamente tenga alguna influencia en la vida de un ser humano forman
su medio ecológico. Estas influencias pueden ser muy sutiles y aun no perceptibles, pero
existen y contribuyen a un ambiente, un todo que rodea al ser vivo y que constituye su
medio ecológico.
El medio ecológico es el ambiente, todo lo que rodea y que puede intervenir en el
comportamiento del individuo. Este ambiente puede en ocasiones ser favorable, lo que
determina la facilidad, para que el vegetal manifieste en la realidad el potencial productivo
que sus caracteres genéticos lo fijan. Otras veces el ambiente puede ser desfavorable, lo
que redundará en un desarrollo inapropiado, baja productividad, que son independientes
de las buenas cualidades que el vegetal pueda presentar, pero que el ambiente no le
permitió manifestar.
La selección de especies o variedades frutales, para ser cultivadas en un medio ecológico
determinado, o la búsqueda de un medio ecológico propio, para un buen desarrollo y
producción de una variedad deseada, constituyen aspectos de gran interés en la
planificación de la fruticultura, ya que de éstos dependerá la resultante de una buena
producción. De hecho la selección de especies y variedades frutales para ser sometidas a
un medio ecológico determinado está en función de los factores de éste, que determinan
sus posibilidades de éxito al margen del aspecto económico.
FACTORES DEL MEDIO ECOLOGICO
Algunos de estos factores son derivados del clima, es decir de las condiciones atmosféricas,
otros pertenecen a los aspectos del suelo, sustrato sobre el cual se encuentran las plantas,
otros corresponden a la influencia que puedan tener en el propio desarrollo la existencia de
otros seres vivos, sean también vegetales o animales, ya sean macroscópicos o
microscópicos, llamándolos a éstos últimos factores bióticos. Dada la gran importancia del
medio ecológico en la agricultura y particularmente en la fruticultura, es conveniente hacer
en forma breve un análisis de los factores más importantes que lo componen y señalar las
influencias que los mismos puedan tener sobre ésta actividad, de tal manera que las mismas
sean tomadas en cuenta por los fruticultores en el estudio, selección de ambientes y
variedades.
I.- FACTORES CLIMATICOS
Consideramos y estamos plenamente seguros que los factores del clima son de mayor
importancia en condiciones normales, que los factores del suelo y que los bióticos, ya que
el clima puede estimarse como no susceptible de ser cambiado en un lugar dado,
mientras que gran cantidad de condiciones de suelo o bióticas desfavorables, son
relativamente fáciles de ser corregidas o modificadas. Es sin duda el clima el primer aspecto
que se debe tomar en cuenta en una planificación para establecer una plantación frutal, la
cual posteriormente puede ser depurada al considerar la presencia de otros factores que
influyan negativamente en el desarrollo y producción de una buena calidad de fruta.
Es importante conocer y hacer una distinción, entre el significado que tienen dos términos
que muy frecuentemente son confundidos como es el tiempo y clima. Tiempo, es el estado
momentáneo de la atmosfera. Es decir, se refiere a la acción que los distintos elementos
del clima, ejercen en un momento dado en un corto periodo. Clima, es el estado más
frecuente de la atmosfera, en un lugar determinado a lo largo de todo el año. Se refiere al
tipo de tiempo que normalmente prevalece durante el año en un lugar de la superficie
terrestre.
En consecuencia, el clima, el aspecto más importante y el que debe considerarse en la
planificación de una plantación frutal, ya que será el que determine la respuesta de la
producción de la calidad y cantidad de frutos. El tiempo solamente tiene importancia para
la realización de ciertas labores culturales momentáneas.
El clima de un lugar está determinado por los llamados factores climáticos, la acción de
los cuales en conjunto lo fijan. Los principales son:

 Latitud ( distancia angular a la línea del Ecuador )


 Altitud ( altura sobre el nivel del mar )
 Relieve ( configuración superficial )
 Distribución de tierras y aguas
 Corrientes marinas
Estos factores del clima, se consideran invariables y permanentes para un lugar
determinado, resultando de la acción de ellos situaciones o variaciones de los elementos
del clima, los cuales en si determinan el propio del lugar.
Los principales elementos que originan el clima de un lugar, cuya variación está
determinado por los factores antes citados que son:
Temperatura, elemento del clima, es uno de los principales factores del medio ecológico,
siempre motivo de estudios y mediciones. Su presencia en intensidad a lo largo de todo
el año, determina el régimen de temperatura del lugar, el cual debe contemplar su estudio
desde varios puntos de vista como son temperatura máxima, mínima y media, referidas
éstas en forma diaria y mensual. No basta con conocer la temperatura de un lugar según
un dato frio y de temperatura media anua. Ello no quiere decir nada ni de él se puede
sacar ninguna conclusión
El régimen de temperatura de un lugar, con sus situaciones positivas o negativas
proporcionan un resultado que se traduce en el desarrollo y producción de los arboles
frutales. Cuando ese régimen es el optimo para el tipo de árbol cultivado los rendimientos
son buenos en cantidad y calidad. La presencia de temperatura en una distribución o en
una intensidad no conveniente, puede hacer reducir ambos conceptos de la cosecha,
siempre y cuando las desviaciones tengan lugar entre ciertos limites. Situaciones del
régimen de temperatura fuera de estos limites impiden el desarrollo de los frutales y su
cultivo en forma comercial.
De acuerdo a lo anteriormente dicho, el factor temperatura puede ser estudiado desde
varios puntos de vista en su relación con la fruticultura:
Temperaturas mínimas
Temperaturas máximas
Temperaturas medias mensuales
Duración del periodo favorable a la vegetación
Horas frio
Heladas
La helada, consiste en el descenso de temperatura por debajo de 0°C, puede ser muy
perjudicial a la mayor parte de los arboles frutales cuando estos se encuentran en plena
actividad fisiológica o en crecimiento vegetativo, siendo esto un aspecto muy particular de
la temperatura mínima. Se considera que las heladas constituyen uno de los principales
problemas que confronta la fruticultura de hoja caduca. Las pérdidas que la helada ocasiona
representa en promedio grandes porcentajes de la producción llegando a representar más
de un 50 % de la potencialidad productiva en los países productores a nivel mundial.
Precipitación pluvial, este elemento del clima contribuye junto con la temperatura, a
definirlo en mayor grado como determinantes en la producción frutícola. Al igual que la
temperatura se requiere conocer no solamente un dato global de precipitación anual, sino
la distribución pluvial durante el año, expresada en milímetros mensuales. Con esta
información de datos mensuales se puede llegar a tener un buen conocimiento de la
precipitación del lugar, ya que un dato anual no tendría ningún valor practico, pues podría
corresponder a situaciones muy diferentes de presentación de la lluvia en las regiones de
una plantación de árboles frutales. De acuerdo a esta situación, la época de ocurrencia de
lluvia representa un factor de variación sobre datos anuales totales. Sobre la necesidad
de precipitación pluvial y la distribución en el año deben considerarse por separado a la
fruticultura de hoja caduca y hoja perenne.
El granizo, es la precipitación pluvial que cae en forma de granos, constituye uno de los
meteoros más perjudiciales en la fruticultura. Suele ser frecuente en varias regiones
productoras de nuestro país, la presencia de granizadas, afectando a la parte de su
desarrollo vegetativo, cuando tienen frutos en formación, a los que tumba en grandes
cantidades o quedan lastimados por los golpes, sin que de ello se pueda recuperar nada. En
ocasiones el granizo se presenta acompañado de lluvia y de vientos fuertes, siendo el
meteoro de gran intensidad y pudiendo en una sola ves destruir completamente la cosecha
del año. En zonas productoras donde el granizo suele ser un peligro, cada año hay la
necesidad de efectuar la protección de los árboles frutales con las llamadas mallas
antigranizo, si es que se desea obtener la fruta, éstas mallas representan una fuerte
inversión en la plantación, siendo necesario en muchos de los casos, tomar en cuenta para
evitar pérdidas.
Humedad atmosférica, se considera en general que la alta humedad atmosférica, suele ser
inconveniente en la mayor parte de los estados fisiológicos de los frutales de hoja caduca,
salvo en la época de floración, en la cual la gran sequía ambiental puede interferir con la
polinización, al provocar el resecamiento de la mucosidad de los estigmas e impedir por lo
tanto la adherencia de los granos de polen. Igualmente durante el periodo de letargo, la
alta humedad atmosférica es muy de desear, ya que por medio de ella se puede regular en
mejor forma la presencia de las horas frio, al impedir la existencia de gran cantidad de vapor
de aire y el calentamiento diurno, que contrarresta el efecto de frio presentado durante la
noche. Algunas enfermedades fisiológicas de los árboles y de los frutos, aparte de las
parasitarias se deben a la presencia de altos grados de humedad ambiente o a oscilaciones
sensibles de ella. Así la gomosis de los árboles es un claro síntoma de daño o trastornos
producidos por exceso de humedad ambiente. También se debe a ella el agrietamiento o
ruptura de los frutos hasta partes muy internas del mesocarpio, fenómeno que se presenta
usualmente debido a diferencias de presiones de las capas de tejidos, principalmente
cuando la actual situación de alta humedad ha sido precedida de un estado de intensa
sequía. Este tipo de rajaduras se observa en todo tipo de frutos, tanto en árboles de hoja
perenne, como mango, cítricos y otros, también en los de hoja caduca como durazno, pera,
manzano.
La susceptibilidad al agrietado es diferente en las diversas variedades de frutos a iguales
condiciones ambientales. Parece ser que aquellas variedades cuyos frutos poseen una
reducida capacidad de absorción de agua y una considerable capacidad de expansión de sus
tejidos externos son resistentes al agrietamiento, mientras que son muy susceptibles,
frutos que pueden absorber gran cantidad de agua y sus tejidos exteriores carecen de la
facultad de expandirse con suficiente rapidez.
También es debido a la alta humedad ambiental la presencia de zonas rugosa en frutos de
manzano y pera, que llegan a cubrir considerables áreas del epicarpio. Estas rugosidades
tienen importancia en el aspecto comercial, ya que baja considerablemente el valor de la
fruta. Las zonas rugosas en el fruto suelen presentarse principalmente en las partes
cercanas al pedúnculo, en forma de manchas opacas, que contrastan con el resto de la piel
lisa y brillante. Las rugosidades se deben al rompimiento del epicarpio en numerosos
puntos , en los cuales posteriormente, tiene lugar un crecimiento de células con paredes
cubiertas de súber o corcho.
Radiación solar, independientemente de la temperatura, influye en muchos de los procesos
fisiológicos de los árboles frutales, siendo para algunos de ellos necesario un alto grado de
luminosidad. La velocidad de la fotosíntesis es directamente proporcional a la intensidad
luminosa, de tal manera que las hojas expuestas directamente a los rayos solares son mas
eficientes en la producción de materia orgánica que aquellas que se encuentran en el
interior del árbol frutal. Debido a ello las primeras tienen dimensiones normales, mientras
que las segundas tienden a ser de mayor tamaño, como en busca de una compensación de
su reducida efectividad por una mayor superficie total. Lo mismo sucede con los árboles
frutales que crecen sombreados por otros o por algún obstáculo, en los que es fácil observar
crecimientos mas largos y follaje mas exuberante compuesto de hojas de mayores
proporciones, pero con muy escasa o nula fructificación. En esas condiciones las plantas
frutales se encuentran en un estado de baja relación carbono-nitrógeno, siendo poco
productivos, por la falta de iluminación la inducción y la diferenciación floral. La alta
radiación es indispensable para la normal productividad de los arboles frutales, en los que
el motivo de la explotación es el fruto y que exige una inducción floral que se presenta
deficientemente si no existe suficiente luz. Si la finalidad perseguida fueran las hojas, como
es el caso de algunas hortalizas la existencia de fuerte radiación solar, quizás no fuera
necesaria, ya que las hojas pueden existir y de gran tamaño sin intensa luminosidad.
Algunos frutales son mas exigentes que otros en radiación solar para la producción de
frutos. Así el almendro, olivo, pistacho, durazno y chabacano, demandan gran cantidad
de radiaciones lumínicas y térmicas, sin las cuales no realizan una conveniente inducción y
diferenciación floral. Otros en cambio como el manzano, peral, cerezo y ciruelo, exigen
menos radiación y pueden incluso sufrir daños de consideración con excesos de ella. Los
frutales de hoja perenne no son exigentes en radiación solar, en tanto si lo son en elevadas
temperaturas.
Durante la maduración de frutos de algunas especies de frutales de hoja caduca, es
indispensable la presencia de luz en gran cantidad para que tengan lugar algunas reacciones
fotoquímicas que determinan la formación de colores. Si esta luz no está en contacto
directo con los frutos, estos quedan poco coloreados y de escaso valor comercial. Ello
sucede en las variedades de manzano de cascara de color rojo por ejemplo. Sin embargo
la excesiva radiación solar puede provocar accidentes vegetativos, incluyendo los frutos que
llegan en ocasiones a presentar manchas de tejido quemado.
Dirección y velocidad del viento, el viento es un elemento del clima que se considera en
general como factor negativo en la plantación frutal, no reportando ninguna ventaja de
consideración, incluso el papel que se le daba en la polinización, acabo en un grado muy
superior por los insectos. Si acaso algún beneficio reporta no pasará de ser un agente de
turbulencia que realice la mezcla de las capas de aire cuando se pudieran presentar
condiciones favorables a una helada, rompiendo el fenómeno natural en dichos casos de
inversión de temperatura. El viento suele ser nefasto y cuanto mayor sea su intensidad y su
consistencia de presentación, a él deben atribuirse los grandes porcentajes de
desprendimiento de frutos y de flores, así como el rompimiento de ramas y desarraigo de
los árboles frutales. Los vientos dominantes de persistente frecuencia causan
deformaciones en los árboles frutales, al determinar inclinaciones notorias de todo el
armazón en el mismo sentido de su movimiento y presentando en esas partes expuestas
zonas desnudas de toda vegetación o fructificación.
Las plantaciones frutales pueden ser protegidos contra la acción destructiva de los vientos,
mediante el uso de las cortinas rompe-vientos, logrando la desviación, dirección y
disminución de su intensidad. Estas cortinas deben ser especies vegetales arbóreas y
arbustivas que a manera de pantalla se deben establecer en sentido perpendicular a los
vientos dominantes o de mayor daño o incidencia, de manera que cuando el viento choque
con las cortinas, desvíen hacia arriba, y continúe su movimiento en estratos elevados donde
no perjudiquen. Para que una cortina rompe-viento cumpla eficientemente con su
cometido, debe ser en primer lugar, lo suficientemente espesa que no permita ser
atravesada y que ofrezca resistencia ocasionando la desviación de éste agente. En segundo
lugar, debe tener una altura conveniente para que la desviación causada, sea lo
suficientemente significativa, que determine la protección de una amplia zona de la
plantación. El establecimiento de las cortinas rompe-vientos, debe ser uno de los trabajos
iniciales antes de establecer la plantación frutal, hasta que éstos hayan alcanzado una
altura considerable y se hayan compactado entre sí.
Algunos aspectos a tomar en cuenta en la elección de especies para establecer las
cortinas rompe-vientos:
1.- que estén totalmente adaptadas a la región
2.- que sean de crecimiento rápido
3.- que su armazón en lugar de ser rígido sea flexible
4.- que el follaje sea abundante y resistente
5.- que sean de hoja perenne y rusticas
6.- que la atura y el follaje se complementen
7.- que las raíces laterales no requieran gran exploración
8.- que no sean hospederas de plagas o enfermedades
II.- FACTORES EDAFICOS
El suelo constituye un factor de enorme importancia del medio ecológico que determina
influencias de gran magnitud sobre los vegetales, al tener éstos gran parte de su estructura
en contacto directo con el suelo y depender casi totalmente del mismo para su nutrición
mineral y obtención de agua. A pesar de la influencia del suelo en sus distintas variables de
tipos y orígenes sobre el desarrollo del vegetal, debe decirse que el estudio del suelo es
susceptible de variación o mejoramiento por parte del hombre, mientras que el clima es
poco modificable y casi nada se puede hacer para corregir la presencia de sus elementos en
tiempo e intensidad.
Para el cultivo de árboles frutales el detallado y minucioso estudio de todo los factores del
suelo que pueden tener relación con su desarrollo es de una importancia vital, ya que los
árboles frutales al ser vegetales perennes permanecerán durante muchos años vegetando
sobre él, sufriendo las consecuencias en sentido positivo o negativo de sus características
que se manifestaran en las cosechas. Para la agricultura en general, el suelo es considerado
como una serie o conjunto de materiales sueltos, no consolidados, que constituyen una
capa filtrante sobre la cual se desarrollan los cultivos, y que lo sostiene mecánicamente y
proporciona a la vez agua y nutrientes orgánicos.
Componentes del suelo, en realidad es una mescla de materia orgánica, material mineral,
agua y aire. La materia mineral, puede ser el resultado de la desintegración de la roca madre
que se encuentra abajo del suelo , o puede ser acarreada de otros lugares en forma aluvial
o eólica, es decir por el agua o por el viento. En un suelo de buenas condiciones para el
desarrollo de especies frutales, los componentes pueden encontrarse en volumen en los
siguientes porcentajes: material mineral 45 %, agua 25 %, aire 25 % y materia orgánica 5 %.
El volumen ocupado por la materia orgánica puede variar a través del tiempo, como
resultado de la adición natural o artificial de restos vegetales o animales. La M.O., suele
ser mayor en los estratos superficiales del suelo y menor en las capas mas profundas.
Material mineral del suelo, la nutrición de un vegetal superior como los árboles frutales, se
realiza de acuerdo a dos fases distintas pero interdependientes entre sí. Una de ellas es la
entrada al vegetal, a través de la raíz principalmente de agua y sustancias inorgánicas,
provenientes del suelo. La otra consiste en la síntesis que en las hojas y partes verdes de la
planta se realiza la materia orgánica, por medio de la función clorofiliana, a partir de la cual
el vegetal crea una serie de productos orgánicos más complicados y necesarios para su
vida, utilizando los nutrientes inorgánicos que penetraron por la absorción radicular.
También en este caso se observa la propia capacidad de la planta interrelacionada con el
medio ecológico. Debe quedar totalmente descartada la idea falsa y errónea que ha sido
sustentada incluso por algunos organismos oficiales en el pasado, de que la fruticultura
constituye una actividad de utilización de suelos marginales que no pueden ser utilizados
en otros cultivos. Una fruticultura moderna, pujante y bien organizada, requiere el uso de
los mejores suelos y de los más apropiados climas, debiendo destinarse a ella los más
óptimos terrenos. Solo así ésta actividad será verdaderamente remunerada y cumplirá
con su misión de elevar el nivel de vida en el medio rural, al producir ingresos más elevados
que otros cultivos. La idea contraria no deja de ser una vulgaridad colonial originada en el
desconocimiento y en el empirismo
Agua del suelo, es el componente esencial para cualquier clase de vida y constituye la parte
fundamental para la existencia de los cultivos agrícolas, todos los procesos biológicos, están
forzosamente relacionados con el agua. Los vegetales toman el agua necesaria para su
existencia y para su desarrollo principalmente del suelo a través de los pelos absorbentes
de la raíz en su mayor parte, aun cuando a también de las hojas y de otros tejidos tiernos
pueden penetrar al organismo vegetal algunas cantidades de agua. El agua del suelo
representa el abastecimiento de las grandes cantidades que los árboles frutales necesitan.
Pero no solamente tienen esa función de aprovisionamiento , sino que la misma sirve de
vehículo indispensable para la entrada al vegetal de nutrientes inorgánicos, al encontrarse
éstos en solución y poder penetrar por fenómenos de difusión y ósmosis en un medio
acuático.
Existen diferentes tipos de agua en el suelo: a) se llama agua gravitante o gravitacional,
debido a que al no ser retenida por los espacios porosos ni pegada a las partículas de tierra,
desciende por gravedad hasta capas profundas o hasta el manto freático, donde se pierde
su utilización por las plantas: b) se llama agua capilar, por que llena los pequeños espacios
de tamaño capilar que existen entre las partículas del suelo, a la vez que forman una delgada
capa húmeda. Esta agua no desciende por gravedad ya que son mayores en esas reducidas
dimensiones las fuerzas de adhesión y de capilaridad, que determinan que se desplace hacia
todos los lados siguiendo los conductos capilares. De esta manera esta agua puede mojar
partes del suelo que se encuentran secas, no importando que las mismas se hallaran arriba.
El agua capilar es aprovechada por la planta en su totalidad porque rellena los espacios y
gran parte recubre las partículas: c) se llama agua higroscópica, porque es retenida y pegada
a las partículas del suelo y que la planta no puede disponer, aun cuando en sus condiciones
más criticas de marchitez. Esta agua es más renuente a ser cedida cuanta mayor sea su
escases en el suelo, de tal manera que se requeriría de una gran fuerza o tensión para
obtenerla.
Aire del suelo, es otro componente importante cuya existencia depende de la cantidad total
de espacios porosos que haya y del volumen de agua presente en el suelo. ésta debido a
lluvias intensas, riegos muy pesados y drenaje insuficiente puede llegar a desalojar
totalmente el aire, ocupando el 100 % de los espacios porosos. La relación de contenido
de agua y de aire, de un suelo es un factor que hace variar los rendimientos y que posiciones
extremas de ellas son perjudiciales determinando marchitez, ya sea por falta de agua
disponible o por exceso, así mismo ocasionando ataques de enfermedades principalmente
hongos.
Se llama aireación del suelo, a la existencia de espacios porosos no ocupados por agua, es
entonces una necesidad pero también lo es la renovación del aire, y muchas veces también
esto se efectúa debido a la invasión del agua y a su posterior retirada en su descenso por
percolación. En fruticultura solamente el drenaje y el rastreo superficial puede ser
permitido, no permitiéndose la labor de la arada, que al romper un gran número de raíces
causa más perjuicio que beneficio. Por ello en el manejo de una plantación frutales es de
importancia fundamental la aplicación de riegos en forma razonable, con base en un criterio
definido, así como la realización de drenajes en el suelo que sean necesario para el desalojo
de excesos de agua que puedan ser aportados por lluvias intensas o constantes.
Materia orgánica del suelo, es uno de los componentes que desempeña funciones de gran
importancia de tipo físico, químico, biológico y hace cambiar sus características en base a la
relación de porcentaje que de ella exista. Generalmente la materia orgánica se encuentra
en mayores cantidades en los estratos superiores del suelo como en el horizonte A, donde
puede llegar a contener un 25 % o más, donde esos suelos son llamados humíferos o
turbosos ,en un suelo normal el contenido es de 2 a 5 %.
El origen de la materia orgánica se deriva de la incorporación de deshechos vegetales tales
como rastrojo, raíces, tallos, hojas y de restos de animales ya sean macro o microscópicos.
Estos materiales orgánicos se van descomponiendo hasta llegar a formar humus que es el
ultimo grado de transformación de ella. La riqueza de materia orgánica en un suelo,
depende de la cantidad de material vegetal que sobre él exista y está influenciado por
una temperatura adecuada para obtener la descomposición de la misma. Así mismo tiene
influencia indirecta la precipitación y la retención de agua, favoreciendo el desarrollo de
especies vegetales que con el tiempo la proporcionan. En cuanto a la influencia de la
materia orgánica sobre el agua del suelo se puede resumir los siguientes aspectos
favorables:
1.- la perdida de agua por evaporación disminuye
2.- la infiltración de agua hacia las capas inferiores del suelo se reduce
3.- el drenaje de excesos de agua facilita en suelos compactos o de textura fina
4.- se regula la disponibilidad de agua para las plantas
5.- mejor aprovechamiento del agua al mojar capas mas profundas del suelo
6.- evita la erosión por fuertes lluvias e impide el escurrimiento del agua
7.- se aumenta la reserva de agua disponible para los vegetales
Perfil del suelo, varia notablemente en atención a su profundidad, teniendo características
y composición diferente en los distintos estratos o capas que lo forman. Estas capas o
estratos de particularidades mas o menos definidas se llaman horizontes, y el análisis de
ellas determina el estudio completo del suelo, que no puede estar basado únicamente en
la capa superficial. Generalmente en los suelos se consideran tres horizontes de
dimensiones muy variables para cada caso conocidos o nombrados por la letra A, B y C.
El horizonte A, representa la capa más superficial del suelo, generalmente sujeta a las
labores de cultivo, por lo que se le llama capa arable. Es una capa en la que existe una gran
proporción de materia orgánica, la cual puede encontrarse de manera natural en procesos
de descomposición, fermentación o bien formando humus que es resultado de éstos dos
procesos. Éste horizonte debido a su proximidad del medio ambiente externo y a la acción
directa de los elementos del clima, especialmente temperatura y humedad, ha sufrido con
el tiempo transformaciones químicas y físicas conocidas como intemperismo. En el
horizonte A, debido a la penetración de agua a capas mas profundas tiene lugar un proceso
de lavado que determina el acarreo de partículas o sustancias hacia ek siguiente horizonte
ya sea en forma de solución o suspensión. A este fenómeno de pérdida de materiales se le
da el nombre de eluviación.
El horizonte B, está constituido por una capa de materiales no intemperizados, de muy
escaso o nulo de materia orgánica y sin actividad biótica. Es sin embargo el estrato
enriquecido por la acumulación de partículas coloidales, de sustancias disueltas que le
llegaron del horizonte A por medio del agua. Este proceso de acumulación de materiales
que llega de otra capa se conoce con el nombre de iluviacion. El horizonte A, junto con el
horizonte B, forman en conjunto lo que se llama solum.
El horizonte C, está constituido por material originario de la roca madre, mas profundo con
muy reducida alteración y no compactado en su parte superior, en proceso de
desintegración en la parte media, y todavía en forma de lecho rocoso en la parte inferior.
Generalmente al horizonte A, se le da el nombre de suelo, mientras que al B, junto con con
el C, se lo denomina sub-suelo. los estudios tienden a ser efectuados sobre el suelo o capa
superficial debido a que es en él, donde se encuentra la mayor cantidad de raíces y
constituye la parte laborable. Sin embargo algunas características del sub-suelo, como es
la permeabilidad pueden tener una gran influencia sobre el aprovechamiento del suelo
superficial.
Textura del suelo, está dada por los porcentajes de partículas de diversos diámetros, que
han sido considerados y tipificados en vías de poder hacer conocer una clasificación. Se
refiere a las proporciones de partículas que en el suelo existan, menores en todos los casos
a 2mm, que por su diámetro queden comprendidas en lo que se conoce como arena, limo
y arcilla. No se toma en cuenta para la determinación de la textura del suelo, la existencia
de partículas de mayor diámetro, ya se trate de grava, o de piedras, partes que no tienen
acción sobre sus características. La clasificación de estas partículas de reducido tamaño que
constituyen el componente principal del suelo, se hace en función de su diámetro de la
siguiente manera.

PARTICULAS DIAMETRO ( mm )
Arena gruesa de 2.0 a 0.20
Arena fina de 0.20 a 0.02
Limo de 0.02 a 0.002
arcilla menores de 0.002

Estructura del suelo, es la forma de acomodamiento que las partículas tienen entre sí,
encontrándose bien ordenadas y arregladas de acuerdo a su estructura que lo forma.
Solamente en la parte superficial de un suelo que ha sido trabajado con implementos de
labranza la estructura ha sido rota, pero mas debajo del suelo, conserva su estructura propia
debido a la formación de agregados o grupos de partículas. Los agregados pueden tener
diferente forma y tamaño y ser de gran o baja estabilidad, dependiendo todo ello la
influencia que en ese ordenamiento o estructura tenga el comportamiento del suelo,
respecto a aireación, drenaje y facilidad en el movimiento del agua.
La estructura es llamada granular, cuando los agregados del suelo forman grumos pequeños
y redondeados y sueltos entre ellos. Se lo conoce como laminar, cuando los agregados
tienen forma de placas, que se sobreponen unas a otras dificultando la permeabilidad.
Puede ser columnar, cuando los agregados se encuentran agrupados en grandes conjuntos
de forma similar a columnas. La importancia de la estructura estriba en que la condición de
suelos sueltos de fácil trabajo o por el contrario compactos o adherentes, se deriva
conjuntamente de la relación textura-estructura. La acción de la materia orgánica, para
mejorar las condiciones fiscas del suelo, puede considerarse, que es en mayor grado sobre
la estructura, al hacerla más esponjosa y de características parecidas a la granular, que es
la que suele ser la mas conveniente.
Fertilización, el cultivo de arboles frutales en suelos normales, forzosamente implica el
concepto de fertilización, ya que por muy ricos que éstos sean en toda clase de nutrientes,
las grandes producciones que se obtienen a lo largo de muchos años y la salida de ellas del
terreno, representa fuertes acarreos de nutrientes de los que el suelo va perdiendo cada
vez. No es posible en la práctica obtener buenos rendimientos si no se ponen a disposición
de los árboles frutales cantidades de nutrientes, en forma suficiente para que ellos puedan
realizar un buen desarrollo y un metabolismo que repercutan en grandes producciones de
fruta. El mantenimiento de una plantación frutal, sin apoyo en la fertilización forzosamente
conduce a rendimientos cada vez más bajos y al agotamiento del suelo. Es lógico por lo
tanto fertilizar, basado en el conocimiento de un análisis de suelo y en el de las extracciones
que se realizan cada cosecha para cada una de las especies frutales.
Profundidad del suelo, es un aspecto que interesa particularmente a los árboles frutales y
no así al cultivo de plantas anuales. En el cultivo de árboles frutales la existencia de una
gran profundidad en el terreno, resulta de gran importancia sin importar que el mayor
porcentaje de raíces absorbentes se encuentren distribuidas en los primeros 70 cm del
suelo. Si bien en ese estrato de suelo puede haber una abundancia de raíces, no debe dejar
de pasar por alto que otro porcentaje de ellas llegue a profundizar notablemente y que el
resultado del desarrollo y de los rendimientos que se obtengan dependerá de la efectividad
que el conjunto del sistema radical posea. Las raíces superficiales pueden en un momento
representar el mayor porcentaje de absorción de agua y de nutrientes en condiciones
normales, pero siendo necesaria la actuación de partes del sistema radical que se
encuentran a mayor profundidad de determinaciones de sequía por ejemplo. La buena
profundidad del suelo es de gran importancia para los árboles frutales.
Topografía del suelo, el relieve del suelo puede tener diversos grados de ondulación, los
que pueden en muchos de los casos impedir el desarrollo de las actividades agrícolas muy
especialmente del riego. Por ello en lugar de tomar grandes extensiones de terrenos planos,
es preferible guiarse por la topografía y en función de ello dividir el terreno en tablones de
diferentes pendientes y diversos sentidos en la inclinación. Una nivelación de terreno
puede llegar a representar un trabajo muy costoso al tener que efectuar grandes
movimientos de tierra. Los terrenos totalmente planos con pendientes de 1 a 2 %, facilitan
el riego pausado, son convenientes para el desarrollo de la fruticultura en cualquier zona
donde haya riego. En ellos las labores culturales se facilitan y se puede realizar una buena
mecanización , a pesar de ello en regiones donde las heladas son de temerse, es siempre
preferible ubicar las plantaciones con mayor pendiente en laderas donde el aire frio no
tienda a acumularse o a encontrar un paso natural en su movimiento. En terrenos en que
la topografía sea demasiado accidentado debido a muy fuertes pendientes, del orden del
5 al 10 %, será necesario realizar la plantación en curvas de nivel o con otros procedimientos
mas eficientes en corregir el peligro de la erosión como son los tipos de terrazas.
III FACTORES BIOTICOS
Forman parte del medio ecológico en el aspecto biótico de los vegetales, animales, ya sean
microscópicos o macroscópicos que al existir en su vecindad tengan influencia en su
desarrollo y en su vida, aunque a primera vista pudiera parecer imperceptible. Así cualquier
tipo de ser vivo forma parte del medio ecológico de los otros seres que le rodean, estando
todos influenciados entre sí en múltiples interrelaciones.
Hombre, la competencia aguda entre árboles frutales cultivados, es el resultado de una
deficiencia en la planificación del establecimiento de una plantación frutal o en su
manejo, determina que las reducidas distancias entre plantas , exista una lucha de
supervivencia entre ellas ,de la cual es responsable el hombre, que de esta manera llega
también a constituir parte del medio ecológico de los árboles frutales.
Efectivamente el hombre es parte fundamental de los factores bióticos, ya que las
actividades que él realice, sus intervenciones afortunadas o desastrosas, sus labores bien
o mal hechas, su atención o descuido repercuten en la vida de los árboles frutales,
haciéndolos a +estos longevos y productivos o determinando su raquitismo o corta vida.
No resulta nunca igual en idénticas condiciones de suelo, clima y con los mismos tipos de
vegetales, el cultivo llevado a efecto por un individuo, que el realizado por otro. Hay siempre
una resultante desigual que debe atribuirse forzosamente al hombre. Éste, con su multitud
de variables de todo tipo inherentes a él, puede determinar un específico resultado sobre
un cultivo en particular. Esas variables son de órdenes muy diversas, que van desde la
capacidad, aptitud de trabajo, hasta la posesión de recursos económicos, pasando por el
criterio y la cantidad de conocimientos que en fruticultura puedan tener. El hombre, es
parte del medio ecológico, si sabe, puede y quiere, su intervención en la vida de los árboles
frutales llega a ser muy afortunada, mientras que será negativa si su desidia y su ignorancia,
determinaran la imposibilidad de acción, de un buen manejo en la producción de frutas.
Vegetación expontánea, la influencia que sobre un cultivo frutal ejercen las hierbas
adventicias que desarrollan en el mismo terreno o en cercana vecindad es muy grande,
siendo la misma de varios tipos como competencia nutritiva y agua. Debe considerarse la
competencia que entre los diferentes tipos de vegetación se establece por agua y
nutrientes. Aun cuando se llegue a pensar que la profundidad de los sistemas radicales de
las hierbas, no coincide con la de los árboles frutales, debe tenerse en cuenta que gran
porcentaje de éstas son bastantes superficiales y que está constituido precisamente por las
de gran acción absorbentes. Las malas hierbas compiten fuertemente con los árboles
frutales en el aprovisionamiento de agua y nutrientes orgánicos, dándose además la
circunstancia de que en esa competencia llevan ellas las de ganar al ser más rápidas en el
voraz aprovechamiento de tales sustancias. En regiones donde el agua es escasa la
existencia de hierbas al pie del árbol frutal, puede resultar en la obtención de rendimientos
sumamente bajos en frutas de reducido tamaño, al agudizar la presencia de las hierbas
las condiciones de sequía, que no serían tan graves sin ellas. Esto tiene gran importancia y
es muy notorio en plantas en sus primeras etapas de crecimiento, donde es frecuentemente
observar gran cantidad de malas hierbas desarrollando junto a los pequeños arbolitos,
aprovechando el agua, fertilizantes y obteniendo tal crecimiento, que incluso impiden una
buena iluminación para ellos, lo que se convierte en otro motivo de acción negativa.
Animales superiores, con frecuencia la rata de campo, pájaros, ardillas, vacas, cabras,
topos, tapití y otros animales superiores, causan grandes destrozos en las plantaciones
frutales. Los animales subterráneos como los topos, tapití, muestran una marcada
preferencia en alimentarse de las raíces de éstos árboles frutales recién plantados, cortando
su sistema radical , quedando solamente el eje principal de la raíz suelto, sin ninguna
posibilidad de seguir viviendo. En países donde se presenta este problema, los
fruticultores, toman diferentes medidas para su control revisando minuciosamente los
túneles o galerías que puedan existir en la zona de plantación, para de esta manera evitar
los graves daños que ocasiona este animal.
Organismos del suelo, el suelo no es un elemento neutro, permanente e inactivo, sino que
es muy cambiante y se transforma continuamente. Gran parte de las transformaciones son
derivadas de la gran cantidad de vida que encierra tanto animal como vegetal, macro o
microscópica. Los vegetales que en el suelo existen al igual que los animales, pueden
representar formas parásitas dañinas a los árboles frutales o inocuas y de gran provecho en
la transformación de la materia orgánica y en los procesos de nitrificación, así como en la
aireación del mismo. En condiciones normales la vida de éstos organismos es de gran
beneficio, siendo la actividad biótica, muy importante para la determinación de las
buenas características del suelo.
Las actividades de los organismos benéficos del suelo son los siguientes :
- Descomposición inicial de la materia orgánica
- Descomposición de la materia orgánica hasta formar humus
- Descomposición parcial del humus
- Aireación del suelo
- Fijación de nitrógeno atmosférico
- Enriquecimiento del suelo en materia orgánica
- Transformación del nitrógeno amoniacal en nitritos
- Transformación de los nitritos en nitratos
- Control biológico sobre formas parásitas
- Mejora el drenaje
Organismos vegetales, son los que tienen mayor importancia, los que actúan de manera
más rápida en los procesos de descomposición de la materia orgánica y realizan funciones
más decisivas. Las bacterias, son plantas unicelulares de muy reducidas dimensiones que
suelen multiplicarse por simple división y cuando el medio es favorable puede aumentar
con notable rapidez su población . su presencia es muy frecuente en grandes cantidades,
existiendo una gran variabilidad de tipos que desarrollan funciones específicas, siendo hasta
ahora los organismos del suelo que han sido sometidos a mayores estudios. Los hongos, en
suelos de reacción ácida, existe un predominio muy claro sobre las bacterias, siendo éstos
los responsables de la descomposición de la materia orgánica, debido a que son organismos
totalmente heterótrofos, incapaces de la síntesis de materia orgánica por ningún
procedimiento, requieren para vivir de la existencia de materia de este tipo ya formada, por
lo que son saprófitos o parásitos. Aun cuando su número por unidad de suelo es inferior al
de las bacterias, pueden en conjunto representar un peso mayor que ellas, debido a que los
individuos son de mayor tamaño, no siendo unicelulares, sino pluricelulares y muchos de
ellos, la mayoría macroscópicos filamentosos. Los actinomicetos, pueden desarrollar su
vida en condiciones de mayor sequía que los hongos y bacterias, juegan un papel muy
importante en el suelo, ya que son capaces de actuar en la descomposición del humus,
que no puede ser realizada por otros organismos. Por ello se consideran como elementos
fertilizantes complementarios del proceso total de descomposición y de abastecimiento de
nitrógeno. Son vegetales unicelulares filamentosos que se reproducen por medio de
esporas, que prosperan bien en suelos neutros ( ph de 6 a 8 ), con gran contenido de
materia orgánica, sin exceso de humedad, en los cuales pueden llegar a representar en una
capa de 30 cm sobre el suelo, un peso total de 1000 kg/ha. Se considera que su principal
cualidad es el ataque que pueden hacer del humus, lograr la transformación de la lignina,
producto orgánico prácticamente intransformable por medios biológicos. Las algas, son
vegetales generalmente microscópicas, autótrofas que poseen clorofila y pueden realizar
la fotosíntesis, por lo que deben vivir en el suelo en la parte más superficial, de modo que
puedan aprovechar la luz solar. algunos tipos de algas pueden vivir a mayores
profundidades del suelo, comportándose entonces como saprofitas al no disponer de luz y
tener que derivar su energía de materia orgánica ya formada en descomposición. Suelen
ser vegetales unicelulares, cuya actividad en el suelo se concreta en ayudar, en la
descomposición de la materia orgánica, a determinar acciones de transformaciones
químicas sobre algunas rocas, coopera en la fijación de nitrógeno atmosférico, solas o a
través de simbiosis con las bacterias del tipo Azotobacter.
Organismos animales, su importancia como agentes transformadores en el suelo es menor,
teniendo algunos de ellos gran significación, como agentes parásitos de las plantas
superiores. Los protozoarios, son animales muy rudimentarios que se encuentran en los
límites del reino animal y vegetal. Son sumamente simples unicelulares y microscópicos,
perteneciendo a tres clases: ciliados, flagelados y amibas. Se encuentran en el suelo en
cantidades abundantes, en una capa de 30 cm, pueden llegar a pesar de 300 a 400 kg/ha,
sin que se conozca su influencia en la descomposición de la materia orgánica, aunque si se
sabe que viven de ella. Nematodos, son animales microscópicos, generalmente parásitos de
las plantas cultivadas, a cuyas raíces penetran mediante perforaciones que realizan,
sirviendo estas heridas como foco de infecciones de otros parásitos hongos y bacterias.
Hoy en día se reconoce la gran importancia que tienen en la propagación de enfermedades
radicales, en las plantas frutales y sobre la determinación de bajos rendimientos. Algunos
géneros de nematodos no son parásitos y viven de materia orgánica en descomposición o
de otros organismos microscópicos. Los anélidos , es la lombriz de tierra en sus distintas
especies, desempeña en el suelo funciones altamente benéficas, al realizar gran cantidad
de excavaciones y galerías que permiten una mejor aireación, así como aumentar la riqueza
en humus, ya que se alimenta de partes vegetales frescas, que va transformando con gran
rapidez debido a su activo aparato digestivo. Las lombrices de tierra son más abundantes
en suelos de textura delgada, húmedos con gran cantidad de materia orgánica y de calcio,
que representan un peso vivo de 400 a 1200 kg/ha, en una capa de 30 cm de profundidad.

Insectos – hongos – bacterias, estos tipos de vida animal y vegetal ejercen una influencia
tal en el desarrollo y producción de los árboles frutales, cuando se presentan en sus formas
parasitarias, que su estudio constituye toda una ciencia, conocida como “ Parasitología
Agrícola”, dividida en muchas ramas, según el aspecto de atención. Los parásitos ya sean
animales o vegetales atacan a los arboles frutales, a sus órganos aéreos o en los
subterráneos, habiendo necesidad de combatir, prevenir y controlar en ambos sistemas.

También podría gustarte