Corneille Pierre El EMBUSTERO
Corneille Pierre El EMBUSTERO
Corneille Pierre El EMBUSTERO
( LE MENTEURj
SEÑ OR:
AL LECTOR
ME:>OAX
EL E MBUSTERO
0 .11. Il"'NICNTls,,,",o I'OI:T" ra"Ncts
OOR.'\'EILLt:
EL E.MDUS'I\Eno
C01<STAI'T ~lI .
EL EMBUSTERO
COR"" :ILLI: ,
PERSO"'AH~
DOHA NTE .
He pod ido, por fin. cambiar la toga
por la espada. No ha transcurrido. pues,
en vano. la largu espera que me estaba
consumiendo. :¡"'Ii padre consiente (llIC
siga mi vocación y esto me permite
abandonar el fárrago de las leyes. Y
pueslO que estamos (,.'1l las Tullcrias, Ue-
rra propicia al galanteo y a la bellc)'.<l,
dime: ¿me e ncuentras apuesto cao'llIe·
ro? ¿No hay en mi nada que recuerde
al estudiante! En e\ reino del Código es
dificil componerse un gesto a la moda.
y temo ...
CLITÓS ,
[\ada temáis, puesto que en el espa-
cio de ·una hora habtis de dar envidia
PIEnm: consr. u.u:
a más (le mil. Vues tl'O porte y vuestros
modales en nada reeuerdan l a escuela.
Para pintar a Bartolo jamás hubierais
podido servir de modelo. Preveo ,la des.
gracia de muchos maridos. Pero d ecid ·
m e : ¿Qué os parece Parts?
DORASTE.
E ncuentro el airc suavü y ás pera la
ley quc bajo el pretex.to del estudio me
lo habfa hecho impos:ble. Tú. qu e estás
al tan to de diversiones 'e ntre las cuales
has vivido. dime cómo he (le hacer par a
conq uis tar a las muje res.
C UTÓS .
Ciertos espiritus refinados aseguran
Que este cuIdado es grato para las be·
lIas almas. Tenéis buen apetito. a JXlrtir
de una hOr3 temprana. H abéis llegado
a la cIudad aye r, y ya os abu rr ls de v("
ros ocioso ... No ))(XI~is pas..'l r un solo
dia soRegado, y tenéis. forzosamente,
que practica r el amor. SI estoy l'erca
de vos es para daros q ue hacer. pues
tengo talla d e m aestro ·en este noble
oficio. por ser nada menos que Inten·
dente del barrio ...
DORANTE.
~o te asustes, pues solamente busco
u. 1:~! BUSTr.RO. -AC1'O 1 37
CLITÓ:-;-.
Os comprendo. No ~üis ho m bre liber-
tino y consideráis i ndignas de vos a
todas aquellas que son :Jscquib les sólo
por el sonido de un escudo. llay sabias
coquetas que escuchan los f"CQuiebros.
pero qUl' luego practican el amor nada
más que con la s pnl nbras y el juego de
las miradas. Vos. no obs tante. queréis
algo mejor. Se pierde el tlempo al lado r
de ellas y la d ivers ;ón no v:Jle el. pre-
cio de las velas con sumidas. 'POdréis
gozar de dicha inigualada con una de
estas mujercs de bien que se gobier-
na'll ma l y que hacen la virtud compa-
tible con un p<>C'O de vicio. Aqui las. ha·
liaréis para todos los gustos. No me p i·
dáis consejo; crco, al VCr vuestro [(loS·
tro, que !JO sois pr:ncipiante en estos
asuntos. No es posible que las leyes
colme n vuestros anhelos, aunq ue ten-
gáis siempre la holsa entre las ma nos.
DOHA!'<TE.
Nada quiero ocultarte, Clilón, y te
38 PIERHE COf-lNULl.E
C Ll1'Ó S.
Puesto que m e hablá is de ello, he d e
advertiros que Paris es un lugar csp;lCio-
so, lleno de mercachifles de mu y dis-
tin tas CSj:)eCies. La realidad no roT,res·
pondc siempre a la apariencia. y puede
uno ser engañado 10 mismo q ue en cual·
quier otro rincón de Franeia. Entre muo
c has a lmas b ue nas, cr-eeen los mal.an·
drines con m ayo r profusión que en
otras partes. E n lllL"Clio <ie la confusión
que reina en el mundo, existen en él
gen te de l!.odas las calarlas. y no ha y
lugi\r donde. a l lado de 10 más selec to.
no se encuentre el desecho. Como nad :e
EL DUIUSTERO.- ACTO 1 39
DOIUNTt;.
No me tengo por avaro.
CL ITÓS" .
ES lO, ad cm á~ de ·r ara cualidad, es
una gran ventaja para el amor. :Mas ha-
ce faHa habilidad para ello. pues se
corre el riesgo de perder cn lugar de
ganar. Hay q uien nada consigue re-
partiendo a manos llenas: más vale
saber dar Que no r e pnrtir a ciegas. Se
puede disfra zar un preS€'nte fing:endo
una pérdida e n el juego: también es
fácil olvidar una joya Que de otro mo-
do hubiera sido rl'c h azada. Más de uno,
torpe a la par q ue generoso. pareL'(!
QUe da 1imosna a su amante, y siem-
pre, haga lo que haga y a unque procu·
re agradar. no consegulrá sino ofender.
DOHAK TL
Dejemos a esos necios de Quienes me
cstás hablando y dime s i por casuali-
dad conoces a esas damas.
40 PIEHln; COHSULL E
CLlTÓ:-;.
No. Es género demasido exquisito. y
no está al" alcance, de gentes como yo.
Creo, sin embargo, que no es difícil en-
terarse y pronto el cochero nos (lira
todo cuanto nec.'{'sitemos saber.
DOl\.u'TE.
¿ Cr~s tú q uc hablará?
CLITÓ:-,.
D irá lo suficiente, puesto que. ::omo
todos los oocher os . será aficionado a la
charla
ESCENA T1
DO liAl\TE.
Pensad, señora min. que jamás hu·
blera pretendido que por mis méritos
me hubierais olorgad<) un favo r lan
gra nde. Estimo s u valor. y m i corazón
enamorado e indigno de vos se siente
Inundado de fc[cldad. Esta dicha ha
pociido scrmc negada sin ofens:l. y 1'i
hoy, al recibirla . el corazón se qlle~a.
su lamen to es d ebido a que ha sido
e l ;Izar. y no vueStra voluntad. quien
la ha otorgado. Un amante se sntisfa co:>
poco con los fuvores recibidos s in in·
tención <te darlos y. como sólo eSin in-
tención les conc:ede valor. si falta. hc·
mos de esti marlos a des precio. Juzgad
del bien Que puede rcc:bi r mi pa!'::ón
de una mano que se ofrece al mismO
tiempo que niega su alma. La tengo
y en VD no la estrecho. si no puedo
estrechar con (,\la el corazón.
CLAIi ICIA .
Esta llama. cuya primera chispa aca-
b o de ve r surgir . resulta nueva par,}
mI. señor . Si vuestro oorazón se e n-
ciende en un momento. el mfo , en cam·
b lo. arde con mucha lenti.tud. !\o 00.<;·
tanteo estoy adve rtida. y el tiempo dará
lugar a una más vÍ\'a (.'()m pí'n et~aciÓn.
Con fesad q ue habéis hecho mal en 1a-
.:1. EMBUSTl:RO.-ACTO 1 43
ESCENA lIT
DOlU.:';TE. C'.ARH;IA. L tJC /l.EC' .... JSAIIEL
y CLlTÓ:,; .
DORANTE.
Desde Que abandoné la guerra en
Ale man :a la desgracia me a<.'Ompaña
por dondC<luicra Que voy. Un año en·
tero ya que reco,ro. de día y de noche,
vuestro barrio; os he buscado por to-
das partes, en bailes y paseos; os he
dado serenatas. y sólo en est3. ocaslón
he podido declararos mi amor.
CURIOA.
¿ De modo que habéis hecho la guc'
rru en Akmanla?
DORANT~: .
Por espacio de cuatro anos me he he·
cho temer como la tempestad.
CI.ITÓS.
i Qué irá a contarle ahora!
PII'RRE COH~[lLLE
DORANTI'.
En estos cuatro ailos no se han li·
brado combates ni aSl'tlios impor.tan ·
tes. :ni nues \.ras armas han ohtenido ja·
más una victoria en que estas manos
no h!lyan tomado parte. Incluso las ga·
cetas han divulgado más de una vez ...
CLITÓ:s. (Tirá ndole del fald 6n de l a ca·
sucn.)
¿Sabéis. señor , que estáis disp:1ra·
tando?
DORANTE.
Cállate.
CUTÓN.
¿Soñáis, o es que . .. ?
DOI<.\NTE.
¡Cállate, miserable!
CUTÓN.
O yo estoy loco, o habé:s venido de
Poi tiers ayer.
DOI1A NTE.
¿ Te callarás de una vez. tu nante?
(Dirigiéndose u Clari.da.) Mi nombre
en la victoria, habia sonado tan alto
que, con justicia, llegó a hacer mucho
EL E:\IBUSTEHO.-ACTO I -lj
CLAR ICIA.
Otro día, señor. seguiremos hablan·
do. Adiós.
DOII.\r\n;.
¡Cómo! ¿T an proru o he de verme
privado de mi b ien?
C I.ARlCIA.
No disponemos de tiempo para una
larga entrevista y, a pesar de lo duk~
que me es el sentirme adm iraca, ('5
46 PIERlU; CORSE ILI.E
•
' preciso que juntas demos unas vueltas
por la alameda,
DO II ANTE.
Os r uego que concedáIs a mi IlUmil·
de deseo la licencia de adorar vues·
tros encantos.
CURICIA.
Un cora7..6n que desea y sabe amar,
no ha menester pedir licencia ¡,¡á3 q Ul'
a si mismo.
ESCEN A IV
nORIINT ~ y C·UTÓN.
DORAS TE.
Slguelas. ClitÓn.
CLITÓ:<.
Me he enterado de todo, gracias a la
lengua del cochero. e La más bella de
las dos-me ha dichO--<!s mi seti.ora.
Vtve en la plaza y su nom bre es Lu·
erecta.'
EL E.,'HII,/STERO.-ACTO
DORASTE.
¿En qué p lazól ?
Curos.
En ]¡I Roya le. La otrCl habita alH
tamlJlén. No CQnoce su nombre. pero
yo me enteraré.
DORANTI;.
1\0 te molestes. Clitón. Aquella que
al hablarme me h" enamorndo es Lu·
crecia. No es poSible Ila duda; me lo
aseguran su belleza y mi corazón.
CUTÓN.
Aunque mi scn.t imlento deba respeto
al vuestro. he de deciros que, a mi pa·
recer. La más hella de las dos es la
ot.ra.
DORANTE.
i Imposible! ¿Esa que callaba y que
en nuestra conversación no ha tenido
el suficiente espiritu para intercalar
unas palabras?
C U TÓl'.
Sci1or: cuando una mujer posee el
don del snencio, sus cua lidades ('Slán
por cncima de 10 vulgar. Es un prt:sen·
te del Cielo difícil de ha1l3r, a no ser
48 PU;Il.RI; CQn:O;l;;l L I.E
ESCENA V
DoIl,....<T>: • ..ÁLCIPIO, FlL1STI: y C a.'TÓS,
AI.CIP IO.
De una aventur a ...
DORM'T ~:.
¿De amcr?
A t.cIPIO. .
Creo que si.
DO RAXTf:.
Os ruego Que contlnw:)ls y que, ante
esa p.'ltabra, m i cur iosidad exi ja su par-
lO.
ALC INO.
Se dice que han d ado scrcna ;a a
cierta dama.
DOItAlnr..
¿En el orlo?
EL F. MUUSTF. RO._ACTO 51
At..c¡PJO,
F-':n el 1'10.
DORASTJ::.
A veces las ondas avivan la llama.
FI Ll STE .
Si. a veces .. .
DORANTE.
~Fué ayer. por la noche?
AJ.eJI'IO.
Ay(."I', iX'r la nochl) ..
DORA!:TE.
E l fuego destaca entre las sombras de
la noche y la hor a no pudo estar mejor
escogida. ¿E ra hermosa la dama ?
ALCl I'JO.
Pasa por tal an¡e los ojos de la gente.
DORASTE.
~ y la múslcat
ALClrlO.
Lo baslante para no tener que des
dC'ÍÍar1a.
52 I'IE R Uf: COR SEll.L E
D OHA¡"TE.
¿Hubo refrigerio para acompañarla?
ALC¡P10.
E ~o d icen.
DonANT E.
¿ Bueno?
A LC¡I'IO.
y bien ordenado.
DORA:-;n;.
¿No srtbéis qUién ha sido?
A LCIP IO.
¿ IX! qué os refs?
D ORAN'·!:.
Rfo de veros asombrado por un rt di·
versión que yo mismo he compuesto.
ALCII'I O.
¿Vos?
DOnAN TF..
Si. yo mismo.
ALCIPIO.
¿ TenéL., ya una amante?
EL EMBUSTERO._ACTO I 53
DOKANrE.
S l no la lU\'!era, seria b:<'n torpe,
pues hace ya un mes (¡UC estoy aQuf
de vuelta. Es cierto que durante el d ia
S.1Jgo poco. pero por la <!loche, d e In'
('6gnlto. hago a lgunas ylsitas. Asi.
pues ...
C LlTÓ N". ( Bn voz baja, a Dora7Ite.)
No sabéis, seflor. lo que úS tá is (11·
ciendo.
DORANTE.
¡Cállate ! Si vuelv{'S a inter:rumpir·
me ...
CLl1Ó:-;.
¡ Me enfurece tener que callar cuan-
do no oigo más Que mentir!
FII.ISTF.. (A Alcipio, en voz muy baja.)
VeréIs que. felizmente. en este en·
cuentro. OS halláis delam .e de vucstro
rival . .
D onANTE. (Volvie1ldo hacia donde está n
sus amigos.)
Os lo contaré tO<lo. puesto que ools
mis mejores amigos. Habfa dispuesto
de cinco barcas. en cua.\.ro de las cua-
les se acomodaban otras tantas orques-
PIERR K CORSEILr,E
AI.CII'IO.
HacéL" bien en contar estas mar:l\'¡'
lIas. pues aunque P ar(s es grande. no
es f<"idl ver cos:!!'; parec idas a éstas.
DOR.\STE.
Yo estaba sol"prend ld o, pues el obje-
to de mis descos solamente me hobla
concedido una hora. o dos. a lo más.
FILISTE.
No obstante. la organ:zaclón es rara.
y cuantioso el dIspendio.
DOR.\S TE.
Era preciso servirse de esta bagate-
la, pues ('u ando el tiempo apremia 1a
elccc:ón se hace imposible.
A I.CIP1Q .
Adiós. Otra vez 'fl OS veremos con me·
nos prlsas.
56 PII;RHE CQRN EILLE
D OflANn:.
Estoy a vuestra d isposición.
AI.CI PlO. ( A .f<'i tiste . mientras ambos salen.)
i Me muero de celos!
FII.ISn:. (A A tcipio,)
Si~nnlzón le preocupas, pues los s igo
nos del fesUn no concuerdan del todo
bien .
A ¡'ClP10 . fA Filiste .)
F;I lugar y la hora
están acordes: lo
' demás no tiene importancia.
ESCENA VI
CuroS.
¡ Puedo. señor. hab!..1r ahora sin Incu·
rrlr en vuest-ras iras?
DonAsn:.
Puedes optar por la pa labra o por e l
silencio; pero mi deseo es (IUe a nte el
mundo no te muestres insolente.
r.r. r.MII\JSTLHO.-ACTO 1 57
CUTÓN .
¿Tenéis costum bre de soñlH" en voz
alta cuao(:\() habláis?
D ORA;\1"E.
¿ Dónde me ves soñar?
CL1TÓS.
Doy el nombre de sueños a 1.0 que
llamnr;a mentir as en otit"O hombre que
no fuera mi amo. Lo digo con ..odos
mis respetos ...
DORA~TF..
¡ Esplrltu mezquino .. !
CuroS.
Lo pierdo cuando os oigo háblar de
guerras y de conciertos. Con templáis
s:n peligro nuestras ú ltImas hatallas y
organizáis festines sin dispendio. ¿POI'
qué Ilngfs también que estáis aq u{ de
vuelta desde hace más de un año?
DoRA~TS.
Si muestro m i pasión llena de fuego.
pienso q ue hago mejor la cOrte.
58 !'1f:RUE CORN EIL LE
CI,ITÓ:-',
¿Creéis Que hablando de la guerra de-
jáis al descubierto vuestra pasión?
DORANTt;.
Seria un bello preludio para {'namo·
rar a una dama el decirle pl':mero:
.. 1'\raigo. para rendirlo ante vuestra ht;.r·
mosura, un corazón tierno recién sali o
do de la Universidad. Si sentís la ne-
t.'Csidad de lc:n's y de rúbricas, puedo
I'cc:taros el Código entero con las A u-
ténticas, el Digesto nuevo y el viejo
y todo 10 que han dicho Jasón , Bal·
de, Acurslo y Ak::a t L» ¿Piensas Que tan
cl~·tlentc discurso me cubrirla de con-
si<leraclón y Que me serf(l fácil ablnn-
dar con él un corazón Insensible? ¿Que
un hombre conoe<xlor de <tales párra-
fos puc<le ser un apuesto galán? Vale
má.s introducirse a tilulo de va1icn le;
porque el secrt'to reside en el gesto,
en la mentira, en jurar con aparle-ncla
de buenn fe y en pronunciar palabras
que las mujeres desconocen. Cila r a
Lamboy, a Ju an de Vert, a Galas, y
mentar caslillos con nombres bárbaros
y extraños que hieran sus oldos ; te·
ner siempre en los la bios ángu1os, li·
neas. fosos, ccnt:nelu.s. contraescarpas y
avan7..aons .. . De cualquier manera. ~;¡n
El.. E~H1 U S'l' U¡O.-ÁCTO ¡ 5U
CI .lTÓS.
Podréis haceros creer de ,la (¡ue esté
bien dis puesta a cscucharoo; pero temo
que esta vez llegue a eono{:crog vues·
tra hlstor :a .
D OItAl'n :.
E n todo caso habré OOllseguido acer o
carme a ella . y no temo 1a negativa .
SI alg ún impertinente me estorba c<>n
su presencin . siempre. con m is pala·
bras, podré hacer brillar mi inteligen-
cia . Piensa, CL!tón. <Iue n o hay m ejor
manera de tratar el amor.
CUTÓ~ .
A decir verdad, m i asom bro es gran-
de. l\"1as hablemos del fest!n. Jamás se
han esmerado' tanto en s us guisos Ur-
ganda y Melusilla. Vos estáis por en·
cima de esos deleites. y hubierais lle-
gado a ser 'un porten toso maestro en
el arte de escribir novelas. Manejando
tan bi en la di versión .y la guerra , 'lues-
60 P]!;IIRE COH!'OE.I!.U t
DOflA~'1TE.
Me guSta provoca r a ch \smosos y no·
ticieros. y en cuanto veo a alguien Que
croe asOmbrarme con sus dichos, le re·
galo con un cuento imag!.nario, que,
asombrándole a su vez, le obliga a ca·
llar, Si supierns el placer Que se sicn-
te m etiendo en la mollera CSUlS hlsto·
rlas ...
Curos.
Creo (¡ue. en efecto, ha de ser gran-
de; mas temo que estas práctIcas os
enreden en molestas intrigas.
D o liANTE .
Procuraré librarme de ellas. POI'
a hora SÓlo lemo que estos vanos dis'
cu rsos me impldan buscar al objeto de
mis amores. VayamoS en pos de ella.
y tú, ClItón, has de tener en cuenta
que si me sigues aprenderás a mi lado
muy diferentes modos de vivir.
ACfO SEG UN DO
ESCENA PR IMERA
CLAR1CIA.
SI provlcne de VOS, sé que encierra
un gran valor . mas comprended, señor,
que no es posible aceptar un esposo
s in verle, por buenas Que hayan sido
las palabras par a alabar le. ya que, en
lOdo caso, sólo demostrarla un ansia
grande en ver me casada. Si además
acepJo su visita y h:llagos y le perml·
to aCCl'cal"se en calidad de amante; po-
dr!u dar q ue decir al rnun(10. a menos
que vuestros proyectos no obtuvieran
un éxito Inmediato. Os fuego, pues.
que halléis un medio de que le vea sin
exponerme a la maledicencia y s ~n te-
ner que faltar a mi deber.
62 PI ERRE CORNE ILLE
GEUO.\'TE.
Te néis en todo r37.ón. bella y pruden-
te Claricla. TÁI que me pedís es j ust o,
y como vuestros deseos !iOn órdenes
para mí. vuelvo e n seguida acompa-
Iludo de Dorante. Le .tendré largo .rato
bajo vuestra ventana para Que podá is
conocerle y, con calma. exami nar su
taHe y su apariencia y ver. de este
modo. el esposo que os quiero dar. Ha
llegado ayer mIsmo de Poitiers; pero se
le no ta poco la escue la . y si habéis de
creer las pal abras de u n padre, a pesar
de ser colegial pocos cortesanos pueden
igua larle en prestancia. Es único, y le
busco porque desC<l ardientemente ver-
le bajo el Im per io de vuestra ley.
CLAIUClA.
:'Ilc honráis. scilor, con vuestra elec-
ción. l...e aguardo con Impaciencia y,
confiada, creo amarle ya.
ESCENA Ir
Cl-A I\ICI4 el lsABI:L.
ISAB~: L.
De esta manera, poch'éis verle sIn
comprometeros,
EL EM lIlISTE IlO.-Al-"TO 11 63
C LAlUCIA.
¿Cómo? ¿A sI he de poder juzgarle?
Veré su Dparlencla externa. mas del re!';-
to no he de tener conocimiento, EL e-;-
le dol' ilpcnas se vislumbra P 'l eso:; e.:;.
pcjos engai'losos, y el rostro puede ser
un dulce impostor. .\Iuchos defectos del
espír itu $(.' cubr'en con sus gracias, y
más de un bello semblante oculta un
alma b¡¡ja, Los ojos desempeilan un pD·
pel important!.', pero s i se confía dema·
s iado en ellos se COITe el peligro de
abandonarlo todo al azar, Quien preten-
da vivi r en paz no ha de enoj¡¡rlos, y ha
de creerse m ás en lo que niegan qu e
en ¡¡QueHo que con(.'<.'d.en, No obstante,
es buen consejo permItir que prend¡¡ e l
fu ego_ Esta cudena, que dura tamo co-
mo dura la v ida. más que ansia debe-
r la dar miedo, Si no se presta aten·
ción. ata con frecuencia el contrario
al COntrario, y aun el muer to al vivo,
Por mi pUedo decir que si es ele todo
p unto n€(!esario que tenga un amo, Qui·
siera, an tes de aceptar, eonoccr su
alma.
I SA BEL.
Lo mejor sería que vos hablara ls
con él.
PIER RE COR!'Ul.U:
CL\RI CIA.
Temo que Alcipio slenta c<>los al sa-
berlo.
ISABEL.
¿Qué importan sus ~Ios si tenéis a
Dorante?
CLAIlICIA.
La ~rdlda de Aleip!o no me es Indlfe·
rente, y s i su padre vlniC'ra se celebra·
rlan nuestras bodas. Desde hace más
de dos años tOdo se vuelven promesas
Q1Je IUE'gO no se cumplen , unas veces
))01' enfermedad y o.lr as con pretexto
de negocios. E l cam ino es insegu ro o
los ¡Jf<ls demasiado cortos, pero el caSO
es que el buen hombr e nunca puC<le
salir de Tours. Tomo por resistencia
estas demoras. y no me sIento de hu'
mol' para morir a fuerza de ser cons-
tanteo CadlJ minuto de espera nos Ires·
ta valor. y la mujer que envejece aca-
\ ba por ser despreciada. Es un nombre
glorioSo que EC eúnscrva con oprobIo,
y su d'i'rrota. de no ser rápida, resulta
enojosa. El tiempo no es un dios a
quien se pm>da provocaJ'. y el honor. si
se conserva de masiado. acaba perdién-
\ dose.
EL E:\IBUSTERO.- .\CTQ 11 65
ISABEL.
Asi . pues. ¿d('jar~is a Alcipio por
otro cuyo caracter S(' a venga mejor con
el vuestro?
CLAmCtA.
Si, le ubando naria: mas para decidir-
me a esto ha brill de te.ner a ma no otr o
amantc que me fuera convenieme y
con el cual pudiera unir mi des tlno_
De no ser como te digo. no he ele tO-
mar resolución. ya que, después de todo.
en tre te ner a Alciplo a no tener nada,
es preferi ble lo primero, y su p<1dre.
por mucho que tarde. p uede llegar en
cualquier momento.
I SABE l ..
Pa ra lograr lo que de.<;cá:s sin arries-
gar nada. vuestra am !ga l.,ucrecla pue-
de ayuda ros. Como 'no tien e aman tes
celosos. le es fácil escribir aDorante
anunciá ndole que desea verle esta no-
che desdc su ventana. S:endo joven
volará a la cita y podréis hablar cOn
él ocu ltándoos b3jO un .nom bre falso.
A ldpio no descubrIrá jamás la verdad
y Dor:mtc no pensará en otra que no
sea Lucrecia.
COR",· " U. L>:
•
66 PIERRE COHNt.:ll.LE
CLUUCIA.
Me pInce la idea y pienso Que Lucre.
cia, en mi obsequio, se d cc:dirá a escri·
bir. Admiro tu destreza para inventar
este ardid.
I SA1U::L.
¿ P crmitls que os diga {Jue, o mucho
m e equivoco, o este dC5{.'Onocido os
a grada?
CL.~RIC IA .
¡Dios mio! Si Dorante tuviera wntos
atracllvos, no le serIa d ificil ocupar el
puesto de Alclp io.
I s.UF.!..
No habléis más de AlciplQ, pues aq ui
llega ...
CL.~Rl CIA.
¡Cómo me estorba! Vete a ver aLu -
crecla .Y háblale de m! proyecto y de
todo Ctlllnto pueda decirse a es,t e r€S-
pedo.
EL EMBUSTEflO.-ACTO 11 67
ESCEN ,\ I'! 1
CLARlCIA y A LC l r lO.
AU:II'IO.
¡Ah Claricia! ¡Clnrlc'a ! ¡ F rivola !
¡ Inconst."lnte!
(¡.ARICIA. ( Aparte.)
¿ I labrá adivinado algo? (Diriuiénd ose
a Alcipw.) ¿Qué os sucef.le, AJ.clpio?
¿Qué os hace suspirar?
AU:I I'IO .
¿Puedes Ignorar. pér fida . lo Que me
sucede? Pregunta a tu conciencia y
ella te dirá ..
C LA IlI CIA .
Hoblad más bajo: mI padre está a l
llega!',
A LCIPIO .
¡T u padre viene, alma descreida y
llena de doblez! Confiesa Que solamen-
te para mi tienes un padre durante la
noche. en el río ...
68 PIERRE CORSIóILLE
CLARICIA.
¿Qué sucede en la noche, en el
do ... ?
ALCIPIQ.
SI. la noche cntera
CLA RI CIA .
¿y después~
A LCIPlO.
¿No te avergüenzas?
CLAHlCIA,
Avergünzarme .. ¿P or Qué?
ALC IPIO .
Deberías morir de vergÜc!:lza oy~lldo
estas palabras.
CLAiUCIA.
¿Qué tienen , pues, de fu ot'!s:as, CJl1e
he de morir al escucharlas?
A LCIPlO.
i Me oyes y aún tienes e l valor de
segu ir preguntando! ¡ Ko ha de encen·
derte el rubor hasta que no lo sepas
todo!
EL E:U¡:¡USTE HO.-ACTO JI 69
CLAnJ<:IA.
¿Qué significa todo esto?
A LCU'IO.
Tus d iversiones. desde el pr incipio
hasta e1 fin.
el,AmCIA .
¡Que me muera sI e ntiendo lo que
queréis decir!
AU;IPIO.
Cuando comIenzo a hablartc. te vle·
ne n la memoria la llegada de ,tu pa'
d re ... No es malo el pretexto para pa·
sar la n()('he jUnto a tu cnalll()rndo, ..
Ct.AIUCIA.
Os habéis vuelto loco. t\ lcipio.
AI.CIPIO.
No he de volverme y<l. puesto q ue el
Ciclo m e h a permitido conocerte. Em'
pero no tlenes padre para pasa r des·
de el oscu recer al ¿¡Iba e n danzas y
fes tlnes cerca de tu galán,
C I.U1I CIA.
Soñá is o pretendéIs burlaros de mI.
¿Qu6 significa este misterio?
70 PU;lIItE CQHSEILI.E
ALCIPlO .
El misterio es nuevo, mas no secre-
to. Escoge, para otra vez. un amante
menos hablador; él mismo me lo ha
contado todo.
CURICIA.
y ¿qu ién es él?
ALCJPIO.
¡Dorante!
CI.ARICIA.
¿Dorante?
A¡.cII'I O.
Puedes continuar fingiendo Iglloran-
[<mela . .
CLARlCII•.
Ni le conozco. ni le he V;SlO jamás.
ALCIP ro.
¿No estaba hace un momento SU pa-
dre contigo? i Infiel. alma ¡ngraJa y Ii·
gera! Pasas la noche con el hijo y el
dia <:on el padre ..
CLAR ICIA.
Desde hace mucho t:empo su padre
es gran amigo del mlo.
.;1. K\l.Bl1STt:RO.-ACTO 11 71
.'\1.cIPIQ.
¿E sta vicia amistad era. pues, el te-
ma de vuestras charlas? Te sientes ven-
cida y, rna obstante, aún te a treves a
oontestar. ¿Qué más he de argüir para
verte confundida?
CL.\lUCI.\.
DeSl'()nozco, A1cipio, el semblante
que p ueda \.('ncr el hijo ...
ALCIPIO .
Le v lslt: en la oscur:uad de la noche.
¿No te ha r ega!auo con cua tro orQues·
ta s de música un rdrlger io suculento
(.'011 seis servidos de l'tltcgorlll ~' doce
platos para cada invitado? Su campa-
fIla, entonces. no te resultaba inoportu-
na ... ¿No t e t ué posible contemplar su
rostro cuundo los fnegos a f1tifi clu les ilu-
minaban el do? ¿No dnnzasle l'On é l
has,a que desp untó el alba y no le v is-
te al rC'greso? CI'CO haber d icho lo ba so
tante pm'a que su ba el rubor a tu sem ·
blante y mueras de vcrgüelw..1.
CLARICIA.
No he de ruborizarme por el 're,ato
de un cuento ...
72 PIERRF. CORNt;I1,L E
ALCI P IO_
Piensas, pues, que soy un bribó n, un
loco o un envidioso?
CI.A!\!CU .
Creed me, A1cipio. Alguien se ha di·
vertido bur1ándose de vos.
AI.ClrlO.
No busques más excusas, pues conoz-
co tus recovecos y adivino tu falsedad.
CLARICIA .
Escuchadme tan s610 unas palabras ..
ALCIPIO.
Tu padre está al llegar., .
CLAIlICIA.
No ha de oírnos, pues.to que '110 ven-
drá. Así, dispondré del tiempo necesa-
rio para que os desengai'téis.
AI.C Il'lo.
)lo te escucharé. a menos que me des
palabra (le casamiento y que en la espe·
ra del día de nuestras hodas, me conce·
das, en prenda , dos besos.
1.1. D1BUSTERO.-ACTO H 73
CWRlCIA.
Para que pueda justificarme. ¿qué es
.
lo Que exigís d<:' mI. Aleipio?
AI.C1P10.
Dos lH~l;OS . tu mano y tu pa labra.
Cr...UllC1A.
¿Qué queréis decir?
ALCll'IO.
DecIde sin Qb1igarme a esperar.
Cl.AH1C IA.
l\·l e falta el tiempo: mi padre está al
llegar ...
ESCENA IV
.... LCIPTO. $Ola
ALC1I'IO.
Vc\.e ya y ríete de mi dolor ahora que
estoy a punto {le perderte. Rompe tó
misma mis cadenas con tu indignidad.
haz que mi pasión desengañada se con-
vierta en hielo y Que una justa cólera
lo reemplace. Ardo cm deseos ~ ven-
ganza, y sobre tu amante ha de caer
PIERHE COH~ [I['LE
ESCENA V
Cr.nO~T';, I)01UNT ~ y CLlTÓ" .
G ~:Ro:o;n:.
Es preciso. Dorante, que descanse·
mos, porque un paseo (lemasiadO \ar~o
me dejarla onfermo.Y sin aliento. ¡Qué
rara belleza encierran estas inmen.8as
construcciones!
DORMHF..
Pa rís cs. a mis ojos. una ciudad de en·
sueño. Esta mañana ere! "er una isla
enc.antada y desierta que ahora e ncUen·
tro habitada ; sin duda, algún nuevo An·
EL EMBUSTEnO. -A CTO 11 75
GUlOloiTE.
Yo mismo te he buscado una amante
honesta, rica y bella.
DORA~'1TE.
Con el fin de que la escojáis bien, pa ·
dre mio, t end réis que emplear un poco
más de ti<,mpo.
GEHONTL
Creo conocerla lo suficiente. Clarlcia
es hermosa y prudente y dudo Que en
todo Parls haya nin guna de su eclad Que
puecla Igualarla. Su padre es mi mejor
amigo y hemos acordarlo ya el asunto.
DOHA NTt;,
T iemblo. señor, ante la id ea de Que
abruméis mis pocos a ños con una carga
t..1n pesada.
GEROSIT..
Tendrás que obedecer m Is órdenes.
D ORANTE, (A parte.)
E s preciso mostrar hab ilidad, (En voz
alta. ) Dc modo, señ or , Que ahora que he
de adquirir renombre en las batallas y
señalar mi brazo .. .
El. .;)J III1STERO.-Aero 11 77
C.;ROXTE.
A mes que. a su vez, otro brazo te
inmole. quIero l<'ner en mi casa un ser
qUe me consuele y te reemplace; al·
gulen que sostenga mi vejez y perpetúe
mi sangre.
D OIIAX'rE.
¿Sois, pues, inflexible?
C EnosTE.
Haz aquello que te ordeno.
D OHAS'rE.
¿ y si fuera Imposible?
C .:1I0N TE.
¿Qué estás diciendo?
DORASTE.
Permitid que ,IlHe el mundo .. pa ra ob-
tener vuestro perdón , me pos.lre a vues.-
tros pIes. Yo. SeflOr. ... en PoiUers ...
C r.uosn;.
Habla y levántate.
DOR.~"TE .
Puesto que deseáis que acabf~ os d iré
que cm Poltiers contraje matr Imon Io.
78 ¡'¡ERRE COKI'EILLE
GLI10STE.
i Sin mi conscntlm:ento!
DO ftA ST Jo.:.
Fué en con,ua de mi volunlad. Ambos
nos vimos forzados al himeneo por una
imprevista fatalidad. ¡Ah, 51 vos supie-
rais!
GERQSTE.
Habla y no me ocultes nada.
Do nANTE.
Ella es de buena casa, padre mío, y,
para su bien, si no es todo lo grande
que vuestro capricho solicita ...
GE BO:-; T E.
Sepamos, puesto que la cosa no lieue
remedio. s u n ombre.
D ORANn;.
Se ll ama Orfisla. y su padre, Armedóu .
G EKOSl't:.
Rs la primera vez (fUe oigo 'tales
nombres. OJntinúa.
DoKANTE.
La 'fI nada más llegar. Un l"OralÓn de
roca '~ hubiera conmovido c.on sus e n·
El. EMBUgn :R O._ACTO 11 79
canto!;: sus ojo,.';. avasalladores, pren-
dieron con dulce fuer:>:a en mi alm3.
Procuré traba r conocimiento y mi per-
severa ncla logró que, a l cabo de seis
meses, pudiera s,er amante Y amado. Re·
cibi favores secretos, aunqu e honestos.
y llegue a extender lan !ejos mis pe-
quef13s conquisws. que pude. sin escán·
nalo, Introdue:rme en su calle para ha·
blar con ella durante parte de l a ,no·
che. Rec-uer do el dos de septiembre, ( c .
cha en que fuf descubierto. El padre
cenaba fuera d e su casa: yo h (lbfa su-
bido. como de costumhre, a la habita-
ción de mi :rmada. Sonó en la puerta
una llamada: Orfisi a. pálIda y transi-
da . intentó escondenne. Después abr ió,
y, con gran "Cspfr',tu y no menos arte,
arrojósc en los brazos del anciano ta-
pando. con ,los suyos, el desorden que
reinaba en la .alcoba. El padre tomó
nsiento y expuso a su hija los deseos
qUe tenfa de verla esta blcc:da. J rabIó de
un partido que acababan de ofrecerle;
Im aginad el sufrimiento que torturaba
mi corazón. Mi amada respondió con
tal habilidad Que. sin Inquietarme a mi,
pudo complacer a su padre. Este d ló
fin a su discurso y se dispon!a a partir
cuando mi 'reloj d ió en sonnr la hora.
El v:ejo, asombrado, volvlóse hacia su
80 I'IERltE CORN EILLJ::
E SCE)¡' A VI
DOR .. NT~ y C Ll T<'i".
DonAxn;.
¿Qué te parece mi historIa y mi arti-
ficio ? ¿Crees que h e salido airoso d el
trance y que el infeliz ha aceptac10 la
EL EMBU STElIO.-ACTO IJ l:l3
mentira? Un tonto, en mi lugar , se h u·
blera armad o un emurollo y hubiera
perd ~do el llempo en quejas y lamen·
tos. Para d(>jan;e com'(>nccr , ni el amor
le haurla valido. ¡ Oh el maravilloso ge..
creto que Concierra la mentira!
CUTÓ!\".
¡Cómo ! 1....0 que ctecls, ¿no es cier to?
DORANTE.
NI una sola p alabra ... Lo Que acabas
de oír no (>s s:no un rasgo de ingenio
para ofrecer mi corazón a Lucrccia.
C I.ITÓN.
De manera que el reloj, la {'.\;pada, la
pistola ...
DonANTE.
Pura invención.
CuTÓ"'.
Acordaos, señor, de vucstro servidor.
Cuando pretendáis d¡tr UllO de esos gol·
pes maestros, h aced u na sena par a Que
put.'(\u compl"ender. A pesar de esta r
prevenido, he caido en In trampa.
DoRANTE.
No temas caer de nuevo. De todos lOs
"IEIIRE COII SEILI.E
ESCEKA VII
DORA~·T~. CLlTÓ.~ y SAn!"A.
D OIIASTE.
¿ l.k Quién viene?
SMII SA.
De Lucrecla.
Don.\sn:. (Después de haberlo leído.)
Dile Que Ir(!. (Sab ino entra y Dora'n te
continúa.) Duda todavla. ClitÓn. a cuál
de las d os per tenece tan bello nomhr('.
Lucrecia participa de la pasión que ha.
ce concebir y desea hablar conmigo es·
ta noche d()S<:!e su ventana. Confiesa que
El.. EMBUSTEllO.-ACTO 11 85
eres tonto si Insistes en d ecir que se
trata de la otra. ¿Qué podría escribir-
me ésa, a la cua l no he dicho palabra?
CI.1TÓ N.
~o hem os de buscar Querell a ¡>or es·
te asunto. señor. Esta <noche, por la
voz, compl"endcréis que no es ella.
DOFtAS"TF..
Rtocura c-nterarte. con d isimulo, y
por alguno de los suy<ls. acerca de su
fam ilia y bienes.
ESCENA VII I
ESCE~A PRBIERA
DOIlA,.-n:. AU:II'IO y FII,ISTI: .
,," '¡LlSTE.
Si: hahéis dado amhos muestras de
valor y ni el uno ni el Olro hatJé:s te-
nido desventaja. Doy gracias il1 Cielo
Que ha permitido mi llC!gada para que
anude vuestra amistad . Asi, la cosa
arreglada, me alejo: h a llegnuo ya mi
hora, y la a ventura me parece extraña.
DOR"STE .
Más exlrail a ha de parecerme a mi
que le daba la razón sin saber por qué.
Quls!\:..'!'a. A J.c:plo. qUe me sacarais de
dudas. ¿Qué mo tivos os he dado de ro.
Jera y aborrecimiento? ¿Qué nviesa
hahladurla ha podido manclllannc ·an·
ss PIERRE CORSEILI .I:
At..CIPIO.
Me place. DOTante, lo pronto que esta
vez habéis acabado con nuestra des-
un ión.
DOIUNT~:.
Es preciso. Aldpio, que deis menos
re al primer impulso de vuestra des·
confianza. ) Iientras no sepáis todo. ha·
béls de reprimil'Os, para no dar ocasión
de comenzar por lo q ue debiera ser el
fin. Quedad con Dios.
ESCENA JI
ALCI PIO y FU. IST!:.
FILI $TIl:.
¡A ún susp:ra ese corazón!
90 I'IERRI; CORSEI L\.E
A LCIPIO.
¡ Ay de mi! Salgo de un ma l para
caer en otro ¡>CQf . ¿Qu!€n habrá afre-
eido ('S3 merienda? ¿A quién {~ulpa r y
qué es lo que puedo pensar de todo
esto?
1"ILI 51'1:.
El fu ego q Ue devora a Claricla corre
parcjo con vuestra llama. Esta galalll<;.
f ia Iba dedicada a otras señoras, y el
error de vuestro paje ha motivado
vuestro {'nojo: al c ngai'l.a r ~ él mbimo,
os ha engañado a vos. Todo lo he sab:-
do por él y p or las gentes de Lucrccla.
H a visto en tra r en su c a s<¡ a VUCSlI'¡¡
amada, mas no estaba enterado que.
por azar, ese dra cenaban con eHa Hi·
póllta y Dafnls. Las viÓ salir. tapadas.
y sin aproximarse, s iguió tras ellas a
Lravt>s de las caBes. A juzgar por los
{-olores y la carroza, no dudó Que 15e
trala bn de Lucrecia, y el muy wr pc.
creyendo que aquellas bellezas eran
ésta y su amiga Claricla, ha rendido a
vucstno amor un I!aco servicio. Vi ó
q ue llegaban hasta la orilla tlel agua,
QUe descend fan de la carro?a y penetra·
ban en una barcn; at isbó las bandejas
y oyó una música (según tengo en ten·
dido. muy melancól ica). Cese la lurh.'l·
F:I. EMBU¡¡TERO ._ACTO 111 91
AJ.cIPIO .
Dorante, en esta pe1ea no premed ita.
da, ha most rad!) un corazón demasiado
grande para Que pued<l ser cobarde.
E n la escuela d el valor no se enserIa la
bellaquerla, y todo hombre valeroso cs.
asimismo, hom bre de palabra y no pue.
de en tregarse a vicios tan bajos. Más
que de la muerte, huye de la vcrgüeon-
1.<1 de mentIr; por este motivo no m e
es posible creer esto Que me dE:Cis.
to~ILISTE.
Por lo que presumo, Dorante es Vil -
leroso por naturaleza y embus tero por
costumbre. Sobrc este asunto habé:s
de ser menos incrédulo y d~béis admi·
far nuestra simpllck1ad. En las artes
del engaño somos n ovicios. Una me-
rionda b lc.n servida, Cll<ltro orquestas,
ta ntas ba ndejas y fu egos artificia les ...
y todo eSIO preparado en una hora.
como si la prcpal'lleión hlJbicra descen.
dido del ciclo. Nadie, a no ser vos y
yo, hub:era creldo estas historias. y he·
mos de reeonocer Que, ral tos de sen ti·
do, nos sobra la fp.. En cua nto a mi . he
de decir os que bien me daba cuenta Que
tod<ls estas bromas no coneordaba n con
.. las palabras pro nunciadas por el paje ;
pero vos ...
EL DIBUsn:RO.-AC'I'O JI[ 93
A t.cIPIO.
Los reJos ciegan 'Siem pre a un cora-
zón her ido qu e, si n reflex ión, está dis·
puesto a creer aquello que más lerne.
Dejemos ahora a Dorante con sus em-
bustes y audacias y L'O rramOS en busca
de Claricla para pedi rle gracia. P ronLQ
tendrá que olrme sIn Que encienda ci
rubor a su ros~o.
flI.ISTE.
T ened paciencia y esperad a maña-
na. Si Os fiáis de mi, pUedo con mlrrcla-
LO preparar el camino, disipar su enfa·
do y devolver le su a legría . Es preferl.
ble que no os expongáis, e n vuestra
preci p itación, a las primcras embes1i·
das de su resentimiento.
A LC IP IO.
Si aú n resplandece un poro de luz
en e l dia que muere, pienso que he de
podcr verla aoom pañada de Isabel. Sc-
.guiré tus consejos y ¡'ehulré su cólera
hasta el momento en QUC pueda bur-
larse de haberme vis to L'€loso.
PIERRE COR.... EILJ..E
ESCENA TII
CLARIO ....
Ya es hora, IS<"lbel, de que vayamos
en bu sca de Luereda.
I SABEL.
E s temprano y ninguna prisa tenéis.
Grande ~s el poder que ejercéis sobre
su alma; apeonas he hablado y al mo-
mento ha escrito.
CI..\RICIA.
A mi vez también seria diligente si
a ella luv:cra Que servirla. Y ahora,
dime: ¿has visto a .través de su ven ta-
na a Geronte? ¿Sabes que ese hijo de
Quien tantas alabanzas ha hecho es el
mismo desconocido que tantas cosas me
ha contado?
I S.\BF,L.
Lucrccia. estando a mi lado, le ha re.
conocido, y tan pronto como Geronte
ha marchado y Dorante ha quedadO
F.L DIBUSTEliO.-ACTO 111 95
CLAI!ICIA.
Es un bellac.:o ..
I SABEL.
E stas costumbres no son del todo
·nuevas. ¿F~s. acamo I)or'an te <>1 único
escolar Que con obje.l<> de ser mejor re·
cibido .se hace pasa!" por caballero? Lo..
hay Que dicen haber estado en Alema'
nia, Y. de creerlOó', han tomado par'te en
yarias g uerras. S'cmpre Que tie les pre·
senta ocasión habla n de dcrrolas .v del
numero de cabajhs perdidos ... Otros
que al salir de P,u[s no van más allá
de SU villorrio. aprenden en las gacetas
un lenguaje especial que les ]xormi tC
dar testimonio de combates que ':Eola·
mente han leido o soilado. O mueho me
equ ivoco o ha crddo q ue las doncellas
de corazón gustan de las gentes que
manejan la espada. Al jU2;garos as!
piensa que os ¡)lace más la pluma eon el
sombrero QUC en la mano. y con obje·
to de conlplaceros pretende pNinr. no
por lo que cs, sino por aquello Que Qui.
siera ser. De este modo espera 'l'E'Cibir
un trato más piadoso.
PI ERRE COR:oa :IU,E
CL-\RICIA.
En trapacerfas puede considerarse
maestro, ya que, después de haberme
engañado a mi, pretende hacer lo m:s-
mo con A!clplo. E l infeli z, atormentado
!>or los ce los. enl oquece pensando e n el
festln q ue ayer noche preparó en el
rfo (juzgad si la Cillia pueae tener apa·
riencias de venlad). Alcipio me culpa
de inconstante y se ofende s:n q ~e yo
acierte a comprender la razón. :\fe r e-
pite que todas las noches ha tenielo que
oír contar sus historias; QL.:e habla 51n
C{'sar de baile. ele mús!ca, de opiparas
meriendas. hasta el punto de haber
turbado la paz de su cora zón.
T!';'\BEL.
En esto habéis de reconocer Que Do·
rante os ama y Que en cuestiOnes de
amor su habilidad es grande. Sin duda
ha sabido que Alci pio os corteja y para
alejarle de vos ha despertado sus celos.
Obligando a su padre a en trev;starsc
con el vucstro ha aiiadido 11 su esfuerzo
una estratagema más. ¿Qué o tra cosa
podría hacer si no es CCIIlvcncer a su
padre e Intentar alejar al otro aman-
te? Vuestro padre está de acuerdo y
el suyo os estima: el asun.to está con-
EL DUIUSTERO,-AL"TO 111 97
cluldo, puesto que os ama y él, a su vez,
os agrada.
CLARlCII. ,
Tengo m is dudas, Isabel...
ISAlIF.L.
¡Cómo! ¿Será POSible Que vuesU'o
cOO'azón se altere y desobedezca?
CLARICIA .
Vas a salir de vigl lanc'a lomando l US
medidas. ExpIJca ahora. 51 puedes, sus
embustes, Estaba casado sin Que nadie
lo supiera y su padre ha devuelto la
palabra al mro con la trisleza p:ntada
en el rostrO y el alma anegada en con·
fusión.
I SAI!I';L,
A mi vez, S(!flora, pienso que es un
trapacero, puesto que s610 encuentra
placer en el engaí'lo, Y cuantas más
vueltas le doy memos puedo compren-
der cuáles son los designios que le lle-
van a vos. ¿Qué pretendéis hacer?
¿Por Qué queréis hablarle? ¿Es con
ánimo de burla o de querella?
CLARICIA,
Me plnceria confundirle.
•
PIERRE CORNEILLE
TIMB&L..
Tal vez fuera mejor que se cansara
cn la espera.
CURIClA.
Sólo la curiosidad me empuja a ver·
le. Alguien se mueve en las tinieblas;
51 fuese 61 mismo, podrla eono(,-erme.
Entremos, pues, en casa de Lucrecia y
asomémonos a su ventana, puesto que
he de hablar~ en nombre suyo. Des-
pués de todo, ·10 peor para mí son los
celos de Aleip:o y si su mal humor per·
slste. sabiendo lo que sé, el asunto es
soncillo.
ESCENA IV
, OO .... NTE Y Cl.. LT'ÓS .
PORANl'E.
El billete indica este mismo lugar y
esta hora.
CLlT6~.
Un viejo lacayo me ha informado , al
detalle; es hija única y el padre vis te
la toga; y a os he dicho la edad, fortu-
na y famil Ia. Seria divertido que r .ucre-
EL EMBUS1'EltO.-ACTO III 99
ESCENA V
CLARIC I... LllclU:C", ~ 1 8"BK[~ a tom wdas 11 .:a
ventan,,: DonASTE y Ct. 'Tdl'l. en kl .,.,11e.
,
C URIC 1A. (A Isabel. )
Has de ejercer el oficio de centinela,
Isabel. durante el tiempo que dure
nuestro diálogo.
I SABEL.
Cuando muestro anclano se prepare
a salir, no dej aré de advertlros. (Isa bel
100 PIf:ltRF. CORNE ILI.E
Lucm:CIA. (A GlariciD.)
Ha contado exlensamente tu historia
a mi padre. Habla en mi nombre; a
mi me loca callar.
CU.RICIA .
¿Estáis ahl, Doranle?
DoRA.:"TE.
Aqui m(! tenéis, señora, dispuesto a
vlvlr y a morir, según lo que ordenéis.
LUCRI::CIA . (A GlaNeia.)
Su galantcr la no cambia de estilo.
Cu.RleIA. (A Luerecia.)
Dcberia ahorrase .1a inútH molestia.
¿Habrá ~onocido mi voz?
CLlT6N . (A Dorante.)
Es ella, señor, y 'POI' esta vez me so·
meto,
D ORAN T E, (A Claricia.)
SI, soy yo, y q uisiera borrar de mi
vida los dfas que he rc;;pirado sin ha·
EL EMBUSTERO.-AC'TO !lI 101
CLARICIA .
¿ Hasta contraer m atr:m onio, sabie n-
do que estáis casado?
DORANTE .
¿Casado yo? Os han contado histn·
r las con el solo prop6sito de haceros
burla.
CLARICIA .(A Lucrecia.)
i Habrá mayor bella<..'O!
LUCRECIA. (A Claru:ia.)
No sabe más que mentir.
DoaANTr..
No lo he csLado jamás, y si por este
camino . ..
CLARH:IA.
¿Os figuráis que creo vuestras pa la·
bras?
DORANTE .
i Que an te vuestra presencia me ful-
mine el rayo s i no es verdad lo que
digo!
CLARlCIA.
Los embusteros prodigan siempre
los juramentos.
EL DiBUST ER O.-ACTO 1Jl 103
DO RANTE .
Si habéis pensado en. mi alguna vez
y estas falsas n otic:as os han ' h echo
duda r, vuestra desconfianza puede des _
va necerse, ya que me es fáci1 justIfi-
carme.
CLAIUelA . (A L ucrccia.)
Se d ir ía que es cierto a ju zgar por la
Ingenua desvergüenza con Que miente.
C LA IIIC¡ .....
En un solo día la daríais a dos mil.
B ORANTE.
Vais a da r me tal fama en la ciudad,
q ue tiemblo por los celosos.
CLAlUCIA .
No merece otra cosa un hombre que
se dice rayo tem:ble de .la guerra y no
1a ha vislumbrado sino a golpes de plu·
ma a de cristal. Ha llegado aye r de
P oitiers y cuenta que desde hace un
aila t iene en París su eorte; q ue pasa
lO! PIEllll E COllNEILLE
DO H ANTE. (A Clitón.)
No te espantes, que .todo vendrá a su
debido tiempo. (A Claricw..) Cada una
de estas invenciones está justificada ,
y dia llegará e n Que podré daros satis-
facción de ellas. Pasemos ahora a la
más importa nte. He simu1ado este ca·
sorio. ¿ Por Qué negar aquello que vos
misma a laba réis un dla? S í: he mentido
y sé que mi embuste me cxppne a
vuestro desprec:o, l\Ias ¿y si fuerai s
la causa de todos estos :rOOe<ls?
CLARIClA .
¿Yo?
DORASTE.
Si; vos. Escuchadme. No pudiendo
consent:r ..
n J;:\IBUSTERO.-ACTO 111 10.')
eUTÓS . (A Dorante.)
Os ruego ·n o cmpccé!s con nuevas
mentiras.
CLMW.;I,\. lA LdlcreciaJ
Da comIenzo un lluevo acto. Escu·
chemos.
DOIIANTE.
Asi. pues. esta habilldad me permite
guardar mi corazón para la hermosa
I....ucrecla y. grac1as al matr imon:o por
pura :necesidad Inventado, he podido
llbrarme del otro. Culpadme de mis
graves fallas; llamadme bellaco y em·
bustero, mas tened e n cuenta mi amor
y comparad mis pecado~ con las (:lla·
Iid<ldes de vuestro aman.te. He ~"".{ltado
unas cadenas para poder mor ir onn l<ls
vuestras Y. libre ya ¡>tll'a entrar en tan
dulces lugares, paso. con exC'Cpclón de
vos, por casado ante el mundo.
106 PIERRE COI\:oIEILLE
CLAR1CiA.
Vuestra pasión, que acaba de nacer,
es con exceso violenta y me obliga a
desconfiar de ella. ¿Cómo es pos:ble
que mis ojos encierren tanto encanto
para quien tan poco me ha visto y apeo
nas me conoce?
DOIUNl'E.
¡Que no os conozco! No tenéis ma·
dre y Perlandro se llama el autor de
vuestros dlas: es hombre de toga, há·
bil Y comedido; disrruta de una renta
de diez mil escudos; habéis perdido un
hermano ~m las guerras de Italia y una
de vuestras hermanas se llamaba J ulia.
Atreveos ahora a decir que no os ro·
nct¿co ...
C¡.AIIICI .... (A Ducrecia.)
Te conoce y te qu ~ere. a pesar de
todo.
Lucru;cl.... (t:n V GZ baja.)
¡Válgamc el Cielo!
CLAmCIA. (A Lucrecia.)
Descubramos el fondo del artlficlo.
(A Do r arlte.) He querIdohace un rato
hahlllras de Claricia; uno de vuestros
am igos ha venido a pcdirmelo. Decid·
EL OIBUSTERO.-AC"rO JII 107
ESCENA VI
CuroS.
Ya habéis visto que l<t historia ha
sido descubierta.
DORANTE.
¡Ay Clltón! Tal vez mi perdición se
aproxima ...
C'L¡ro ....
S:n duda habéis te n ido éxito y gana·
do e n su favor. Soy e1 hombre fasti-
d ioso que enoja úC¡In su presencia y
aviva eon sus consejos el entendi-
miento.
DOIlANTi:.
Todo es posible. ¿Qué crees lúr
110 PlSRRE COltSE ILLE
CLrl'Ós.
A mi entender, el «todo es posible.
resulta festivo.
Do nANTE.
¿Piensas que he de abandonar la
partida y he de perderlo todo sólo por
un llgero contratiempo?
CLI TÓS.
Si con esto pudierais comerciar yen·
contrar comprador para este escondido
tesoro. os aconsejarla que lo vendierais
barato.
DO IIA!;TE.
y ¿por qué no creer en una pasión
verdadera?
CI.lTÓ~.
En todas las esquinas mentís como
un demonio.
DO RA~'TE.
Ahora decia la verdad.
Curos.
Las palabras. cuando salen de labios
de un embustero, pierden su valor.
EL EMBUSTERO. -ACTO 111 11 1
DORA)¡n:.
Probemos a que salgan de otros la·
blos, a lin de que obtengan una acogi·
da menos esquiva. y consultemos con
la almohada la manera de conseguir
de la incrédula una más dulce e ntre·
vis ta. Con frecuencia el humor sigue
las fases de la luna; hay quien finge
desdenes cuando qu iere ser importu-
nada Y. despul5s de tOdo, no Importan
demasiado los efectos que los suyos
puedan ocas:onar. Mañana será otro
dfa y la noche es buena consejera.
A C TO CUA RTO
ESCE:NA PRll\"lERA
C1.1mN ,
¿PensáIs, señor, que sen de día en
caga. de L-ucrcda? L¡¡ pereza ha de im-
pedirle salir tan de mañana.
D ORAN TE.
A veces se encuentra más de lo que
se esper a, y ese lugar es propicio para
soña r con mi pasión. Ante su ventana
mi corazón -se sentirá poseldo de aqueo
11 0 Que le atorm enta.
CU TÓS.
A propósIto de sueños, ¿no habéis
e ncontrado nada que pueda servir de
remedio para la confusión produ c:d a?
11< PIERIIE CORNEILU:
DORA NTE.
Recuerdo un seereto que, por eficaz
y supremo, tú mismo me has dado ayer.
Un amante, s i es generoSO, puede ob-
tenerlo todo.
eLlroS".
El secreto es bueno, peo 10 aplicáis
mal; solamente da resu ltado 51 la muo
jer es COQutóta.
DOIUNl'E.
i\l e consta que Lucreela es prudente
y discft:la; mis vrescntcs de nada han
de servir, porque su corazón es bonda-
doso. No obstanle. sus gent<,s no care-
ccm de manos, y aunque {'lIa lo des-
aprueba, con tal secreto las lenguas
se desatan que, a veces, se les eSCUcha.
Habrá, pues. que comprurlas. al precio
Que sea. Si volviera la que me ha (,raido
su carta, n,;" alrevcria a todo. y creo
que, sin esfuerzo, encontraría el medio
de pagarle el porté.
CLITÓS.
Deds verdad. Juzgo por m! mismo,
ya que mi humor no me lleva a recha-
zar aquello que me place, y si algu:en
me regala, pienso que es amor, en cuyo
EL E:.tllUSTEBO.-ACTO IV 115
DonANTE.
Hay muchos caracteres semejantes
al tuyo.
C LlTÓN.
Mientras esperamos a que llegue Sa-
bina y a que v uestro donativo ejen'..3
algún poder sobre su ánimo, corre el
rumor de Que Alcipio se ha batido.
DORANTf;.
¿Contra quién?
CLlTÓ:-l.
No se sabe; mas no es d ificil aclarar
este rumor confuso . Si no fuera porque
en todo el día no me -he separado de
vos. os crecría actor en este suceso.
DORA.."ITE.
¿No te has alejado para entrar en ca-
sa de Lucreda?
CLlTÓN.
¿Será posible. señor, que hayáis po-
dido burlarme con esta jugarreta?
Ilt.l I'IEHIU: COR';J:II .U:
DoKASTE.
Xos batimos ayer y habla jurado no
J"('feri rme jamás a este tranC(}o Mas a
ti, ún :co dcpos:tario de los secretos de
mi corazón , no he ele oculta.rte nada .
Eramos enemigos d esde hace ya cinco
o seis meses; él pasó p or Poitiers y
3111 nos Querellamos, F uimos obllgados
a hacer las paces; pero Nl secreto nos
juramentamos pa ra, en la primera oca'
5160, c.mcnzar de nuevo, Ayer nos en·
contra mos; el fu ror despert6 e hizo de
nuestro falso abrazo un llamamiento.
Procu ré a lejarte. volvf al lugar y alU,
en e l prado y sin testigos, resolvimos e l
asunto pend iente. Le atravesé con dos
estocadas y le dejé bañado en su pro·
pia S!lngre, en tal estado, que nunca
más volverá ti sentirse enfp.rmo.
CI.IT6s .
¿ MurIó?
DOHASTE .
Por muerto le dejé.
CUT6s.
Lnmen to su suerte; era hombre hon·
rado y el Ciclo no despliega ...
EL EMBUS'ERO. - ACTO IV 117
ESCE~A II
•
lJORA"'·~. A I.C 'p ,O y CLlTÓ" .
ALCl PIO.
Quiero. amigo mio. hacerte participe
de mi a \.eg ria. Soy d ichoso: mi pad re.
DO RA NTE .
Bue no. sí.
ALCIPIQ.
Aeaba de llega r.
CL ITÓ:-·.
Para vos. este lugar es p ropicio al en·
sueño.
DO RANT.t;.
T u dicha no es corrie nte ; los hom-
bres como ,n osot r os no se a legran de·
masiado por ver a un padre.
ALC1P10.
Un coraz ón inundado de gozo presu-
me que ha de COffiprendé-rsele a ,la pri-
mera palabra que diga. Has de saber
QUf' se aproxima el día feliz e n qu e he
!l8 P1EKUE CORNEILLE
DOKAS TE.
Lo celebro, aunque nada hubiera podi-
do adivinar. ¿Piensas entraren su casa?
ALCIPIO .
Sí; quiero ser portador de tan ven -
t urosa nueva· Al verte, pensé que tú
tam b ién te a legrarías.
DORANTE
Cuenta siempre con mi corazón agra-
decido. Así, pues, tu amor no teme ya
ninguna desgracia .
ALCINO.
!lI ient ras mi padre descansa. he creí-
do, por deber, visitar al suyo.
CI.ITÓN. (A Dorante. )
Observo que vuestros muertos go'
zan de una salud envidiable.
ALCI PIQ .
No desoonfio de ninguna de las dos
partes. Te ruego que excuses a un ena-
morado su j usta imtJadencia. Adió.<¡.
EL E),lBUSTEIIO .- M:TO IV 1 Hi
DOR.W TE.
i QUe el Cielo te depare -un f~liz hi·
me-neo!
ESCENA III
DORAST E Y CL1TÓN.
CLlTÓ:,.
¡Conque estaba muerto! ¿Es pos:lJk,
senor, que tra.téis en -esa forma al gra n
depositario de vuestros Seí'ret0s? Con
estas cualidades. esperaba , aun con di.
ficultad, saHr airoso de mi empresa.
D01\ANTE.
¿Piensas. acaso, que mi C<lmbate es
sólo un cuento?
CLln'i:-.: .
Todo lo creería, señor, con tal de como
placeros; mas traéis tanta h istoria a
cada hora y en cada lugar. Que es me·
nester. L'On vos. tone!" buen ánimo y
m ejores ojos. No dejáis en paz moro.
cristiano ni j udio,
DORANTE .
¡Te sorprende ver a ..Alcipio y te
asombra su curación ! Le dejé en un
120 PII:RRF COR~H;ILLE
CLlTÓ~.
No los imagino tan extraordinarios.
Todavia no he sabido que tuvieran efi·
cacia en el caso de un hombre a quien
se ha dejado por muerto y que. aU'a·
vesado de parte a parte por dos estoca·
das, se cneontrara al dla siguiente .tan
fresco y tan robusto.
DORANu..
Esos polvos que dices son de los co·
rrlentes, ya nad .e se sirve de ellos. Yo
sé de unos, Clitón. que arrancan a las
personas de las mismas garras de la
muel'te y que. en menos que canta un
gallo, desvanecen todo l'ecuerdo de la
memoria. Aquel que sepa componerlOS
adquirirá grandes ventajas.
CUTOS.
Dadme el secre.to y os serviré de
balde.
EL E.\lH USTEllO.-AcrO IV 121
DO R ASTE .
Te lo darla de buena gana y serías
dichoso; mas el secreto consiste en
una!; palabras- hebrellS tan diftcilcs de
pronuncl3r. Que constituirlan para ti
inútiles tesoros. .,
CUTÓS .
¿Conocéis el hebreo?
D onASTE.
Perfectamente. Hasta diez lenguas
poSC<l\ ClItón.
CUTÓN.
Necesitáis las d iez más expresi vas
para dar rienda suelta <1 todos vuestros
embustes. Los deshacéis como carne
en picadlllo y por más verdades QUi' en·
cierre vuestro cuerpo, no os sale una
ni por casualldad.
DORAl' n: .
¡Cuánta ignora·ncia encierra tu cere·
'bro! Veo que m i padre se aproxima ...
122 PTERI\V. CORNElL t.E
ESCENA IV
GEHOSTE.
Iba en t u busca, Dorante.
DORASTE. (Apart e.)
Por mi parte, yo no os buscaba. Su
inoportuna llegada no hace s:no .turbar
mi sosiego. ¡ Y pensar que un padre
tenga poder suficiente para molestar a
un hombre dc mi edad!
Gl::flOSTE.
Vista ·l a unión estrecha que lleva con·
sigo el matrimonio, estimo, en efecto,
que no se debe desunir a aquellos que
el Cielo ha ju n tado. La razón lo prohi-
be, y yo siento en mi corazón un gran
deseo de ver aqui a tu esposa. Escri-
bo a su padre y tú has de hacet19 tamo
bién. Le digo que. a juzgar por lo que
he oldo de tus labios, me com,lderaria
dlcho¡;o sI \lna doncella tan hermosa.
tan prudente y h:cn 'naclCla entrase a
formar parte de nuestra familia. Aña-
do que ardo en deseos de ver a aquella
EL ntBUSTERO .-ACTO IV 123
DORANTE.
y de más de seis meses.
GERONTE.
Me s~ento feHz al oirte ..
DORAK TE.
Pienso que no querréis expOnerla a
mil peligros.
GEHO ..... TE.
No: y he de tener ·tanta pacit!ncia co-
mo alegria, pues estEmo demasiado este
don pa.!"a exponerla a que corra el me-
nor riesgo. Mis plegarias han llegado
hasta el Cielo y temo morir de júbilo.
12-1: PIERRF. CO RNEllLt;
DonASTE. (Aparte.)
¿Cómo le QU:larfa esta Idea de la ca·
beza? (Dirigiendose a .~u padre.) Para
el cas •. es lo mismo vuestra mano que
la m[a.
GEIIONTE.
Es\..Os nobles provincianos son un
tanto fastidiosos.
DORASTE.
SIn embargo. el padre conoce los uSOs
de la cort e.
Gf;nOSTE.
No me hagas esperar y dime ...
DOnANTF.. ( Aparte.)
¿Qué le diría yo?
GERO NTE.
Se llama . pues ..
DORA~·TF..
P\!·andro.
GEROSTE.
¡Pirandro! No hace mucho me has
dado otro nombre que. sI mal no rc-
cucrdo, era Armedón .
12G PII:RRE CORNElLLE
DORA~T1: . .
En efecto. éste es el suyo, y e1 otro
el de una de sus .tierras. que adoptó
cuando marchó a pe.lear. Usa indistinta·
mcnte ambos nombres, y tan prOnto se
hace llamar Pirandro como Armedón.
C¡':ROXTK
Es u:n abuso corriente y que autori·
za la costumbre. Yo también. en mi ju·
ventud. hada lo propio. Adiós. Voy a
escribir mi mensaje.
ESCENA V
DORANTE y <:!LITÓ" .
DOHA...,..TE.
He salido, f)O!f fin, del paso.
CLITÓN .
Para mentir se precisa tener buena
memoria.
DOR ANTE .
A falta de ella, el ingenio hace sus
veces.
n. E:IlBIJSTF.RO. -ACTO IV 127
CLlTÓN.
Temo Que pronto se descubra toda la
historia. Después de este embrcllo en
el cual os habéis metido. es muy posi·
ble Que se descubra la verdad. Esta es
C{)nocld.1 en casa de Lucrccia y. en
euanto a Clarici a. tan justamente ofen ·
dlda por vuestro desprecio, no despcr·
dlc:ará ocasión, en su resentimiento, de
cubrIros de vergüenza.
DORASTE.
T us t emores son fundados Y. puesto
que el tiempo apremia, he de hacer lo
posible por compromc.ter a Lucrecia.
Precisa mente aqul llega ,la que me cs·
taba haciendo falta.
ESCENA VI
OO IUSTE.
Ayer tarde, amiga mltl, me senLla .tan
feliz, que mi dich3 no me permitió acor·
darme de ti' después de haber leido
aquella carta. ¡"las nada se ha perdido
con ello. He aquí el prem :o de lOS
servicios.
128 PIEttRF. COHNF.It:l.E
SABINA,
~fe OOI!J.fundís, senor. No soy de aQue-
Has ...
DOIIANTE.
Toma, ,,
SABINA.
¡ Ay señor!
DOHA.'ln:.
Te he dicho que 10 tomes. Soy agra-
decIdo con los que me sirven; as!.
pues, date prisa y extIende la mano,
CUTÓS.
¡Qué modo de hacer remilgos ! Voy.
por caridad, a darle una lección. Que-
rida am:ga : cnlre 'n osot ros tOdos eSOS
r espetos no son sino impertinenclas.
Si no te basta una mano. abre las dos.
que el oficio que ej(!rces no precisa
vergüenza, Hay que saber recibir sin
que se p ique el amor propio, y a la
espera es preferIble mil veces el te·
ner. Esta clase de llu via res ulta tan
grata. que yo abriría hasta mis entra-
ñas para recibirla. En el Siglo en que
vivimos se toma a m~nos llenas, y el
rehusar ya no es el VIcio de q ue ado-
EL ¡';MHUSTEHO.-ACJ'O IV 12'J
SAllINA.
Desde luego; mas no os prometo, por
muchos esfuerzos que hnga. que mi se·
ñora se rllgne leerla .
eUTÓS.
Ved. señor. cómo se vuelve más dul·
~ que una esposa y más fl ex Ible que
un guante.
DO fUSn:. (Bn voz baja, a CUlón.)
El secreto ha dado resultado. (A So'
/)ina.) De tOdos mO<.los. entrégasela.
pues pienso que no s iente por mi una
avers:ónexagerada. Volveré dentro de
una hora para saber el resultado.
,
130 Plum!:: CORNt;JI.LE
SABINA.
Entonces os diré si he ,logrado algo.
ESCENA VII
CLITÓN y S ..,U"A.
CLlTÓN.
Como verás, los hechos se anticipan
a las palabras. Mi amo es hombre que
dcsdei'ia el dinerQ y, como tengo in·
fluencia con él. puedo hacer a lgo por ti.
SA!:I1NA.
Deja que caiga la lluvia y que yo
me las arregle sola.
CLlTÓN.
Veo que empiezas a tomarle el gusto.
SABINA.
Con todos mis respetos, no soy ta:n
cándida como tú w imaginas. Conozco
b ien mi oficio y sé manejar mi simple-
za con la misma habilidad con Que tú
manejas tu avidez.
CLIroN,
Si tanto &1.bes, dime qué esperan .
EL IDIBUSTEnO.-ACTO IV 131
S.\B1."A.
;.F';stás seguro de que n o a ma ya
a Clarlda!
CL JTÓ ~.
:\0 In h a amado nunca .
S.HII!'A .
¿De \·crdad~
C U TO!'.
De verdad.
5,111(1".\.
Ko teme, pues, sus plm r en vano.
Tiln pron to como Lucrecia le ha re·
C()noc~(lo, me ha enviado a mi pa ra
ver s i. como por aZ<lr. me dice algo. Si
(;1, en efecto, la ama, todo irá a las
mi¡ maravl1las. Vete y , sin necesidad
de que me de-s consejos. •pienSa que
he de deci rle aquello que estime más
oportuno.
C LlTÓ!'.
Adiós. Si por tu parte cum ples con
tu d eber. puedes estar segu ra de la llu-
via ...
134 I'I¡;HR[ COH~'[Il-L[
ESCE NA VII I
LUCRECU. y S"BINA ,
SABINA .
¡Pronto he de vcr fe liz a una don-
cella! Aquí viene, devorada por la im-
paciencia. Es muy aguda y de todo se
ha dado cuenta.
LUCRECI A.
y bien ... ¿Qué es lo que te han con-
tado el amo y su escudero?
SABllI""A.
Uno y otro me han contado lo mis·
mo. E l seflOr os pe-rtenece, y he aquí
lo que os escribe.
SABINA.
A mi me sucede lo propio. No obs'
tan teo tengo fe en sus monedas.
EL E~I B U STERO .-.\CTO IV 135
LUCItECIA.
¿Te ha hecho algún regalo?
SAIIINA.
Aquí lo tengo.
LU Cfl.iCIA.
¿ y tú lo has aceptado?
SABINA.
Con objeto de desvanecer vuestros
temoN'S y poder demostral'OS su amol'
he aceptado un testimonio Que no ad·
mite dudas. Que todos juzguen s i es
verosímil regalar a vuestras gentes sin
estar enamorado de vos, y si este pro-
ceder es propio de un alma vulgar.
LUCRECIA .
N o me opongo a tu buena suerte ;
mas como al aceptar ese I"f'galo dejas
de cumplir con tu deber. preferiría
Que, para otra vez, te lo callaras ...
SABINA.
Y ¿Qué he de prometer a est.e hom·
bre generoso?
LUCRECIA.
Puedes decirle que he roto su esque·
la sin haberla leido.
l~\(j PIEUHE COW' ElU... E
SABl~ ,\ .
¿Qué más he de aií.adir?
Lucm:CIA.
Inventa unas cuantas palabr:1s dul·
ces. Háblak. con sencillez, de la .natu·
raleza de las mujeres. y di que. con el
tiempo. es posib!.e ablandar sus corazo·
nes. Adviénele, sobre .t(~:lo. de 1as hu·
ras y de los lu gares donde. como por
easui\l:dad. puede most rarse a mis ojos.
Por lo bellaco y embuste ro que es. pre·
ciso tomar mis m"Cd'da"
S.\BI~A.
Si s u pierais las penas que sufre. no
d udarías un momento de que su cora·
z(Ín se halla herido. Pasa la noche en
claro. gim iendo y susp:rando.
LU CR Eca.
Puedes apaciguar sus maJes dánf]ole
leves esperanzas, sin compr ometerme
a mi ni desesperarle a él.
.:L tMBUSTEIlO.-ACTO IV 137
ESCEXA IX
CI .. \IIICIA.
Te ama a ti y a mi me tiene olvida·
da. Por fortuna, no sien to demas'ado
su pérdida , porque A kiplo le sustltu·
ye. Su padre ha IIcgndo,
LUC I ( ~:CIA .
Así. pues. te ves libre de una gran
prcocu p:!d6n .
CLA RICIA .
Pronto he d e estarlo, y a ti, en cam'
b ~o.te veo favorecida con una extra·
ña conqu ista. Ya sabes lo Que me ha
dicho.
S\8 1 ~ A .
Si en tonces os mentla. ahora dice la
v·e rdad . Respondo de ello con to(\a mi
persona.
CLA!1IClA.
Puede Que haya dejado de mentir :
138 PlutRF. COllSEIL LE
LUCIl ECIA .
Dorante es un bellaco. y bien nos lo
ha demostrado, mas si continú a ha-
blando pudie ra ser que con el tiem po
me hiciera dudar.
CI.AH ICIA .
Si le am as, al menos, :-stando y a
advertida, m~a lo Que h aces y procu-
ra llevar ventaja en el juego.
LUCfiECIA.
Me parece excesivo. Deberlas presu-
mir Que no le amo, aunque me ITIerno
n creer en SUS palabras.
CI.,IIIICIA.
Entre \a fe y el amor media poca
distancia. y aquel que muestra vero-
simil su pasión hace creer también -en
otros méritos. Ambas cOSas se sigue n
WIl d e (.'f!fca. que el Que se cree lima-
<lo acaha por ¡¡mar a su ve;:.:.
L UC El ECIA.
En ctertas almas la curios idad pro-
duce los m ismos efec:tos que el fuego.
EL E:.tBUST¡¡RO.-ACTO IV 139
Cl.ARICIA.
Por complacerte estoy dispuesta a
creerlo.
S.l.BINA.
Una y otra estáis Impacientándome.
No es menester {anta broma, y seria
I?referible menos remilgos y un distin·
to proceder. De no ser como OS digo,
barrunto Que nada habéis de conse-
guir.
L UCREcrA.
Dejemos a esta lOCa y responde a
mis preguntas. Cuando ayer le encono
tramos en 1as Tullerlas, donde lan ga·
lanle se te mostró. ¿le escuchaste con
placer? ¿Era s6lo amor o simplemen·
le curIosidad?
CLAnrcrA.
Curiosidad pura, con ansia de reir·
me de todas sus gaLanterlas.
LUCHF.Cf..\..
Por mi parte he hecho lo mismo con
su eRquela: la he acepta<lo y la he
leido sin amor. Curiosidad pura y oc·
seo de burlarme de .todo cuanto me
ha escrito ...
140 j'n:tuu; CORS t:lI ....:
CUHlCIA.
~ o es 10 mism o leer que c~cuch<lr:
lo primer o es concc...>dcr un (1I\' o r . .Y lo
segunuo sólo cortesia . Mas si h"lIas
ven t aja en ello te felic~to .r puedes
(:Tet!r que, dado el cSl.a<.lo <le ánim o ~m
(\ue me encuentro, te hablo sin el nw·
nor asomo d e celos,
LUClI&CIA.
Sabina le dirá que he de;:truido su
billete.
CIJ"ll CIA.
Si es así. n:nguna ventaja sac,-\rás de
ell o. Sres. sencillanH.'n tc. llna cur i¡w;¡
Lucm:c!'\.
Puedes ailadir que s'ga tu ejcmplo.
CloAH1CIA.
Como quieras. :"-.las cr(!C) que h¡! lle-
gado el momento de q ue nos enca mi ·
nemos a l a Iglesia.
LU CHECIA. {.tI. G/aricia.)
Vamos. (A Sabina..) SI le encuentras.
haz 10 que ya sabes.
SAHISA.
""0 son nuevos para mf eslOs me-
¡'; L ¡';~IUUSTUIO.-ACTO 1\' 1-11
ESCE NA PRli\'IEnA
G ERONTE.
No he podido encontrar una ocaglón
más prop icia para satisfacer mi curio'
sidad. Habéis repasado el Digesto en
Polliers y conocido, al igual que mi hi.
jo, las gentes del lugar. Asi, pues, es-
pero que podáis informarme sobre la
famil la y los bienes de Pirandro?
FIl.(srF..
¿Quién es P :lI'andro?
G EROXTE.
Uno de los ci udadanos de alli, no-
ble, por lo q tle me han dicho. si bien
escaso de fortuna.
144 P1ER HE comO:1LLE
F U.1 STE.
~o conozco en Poitiers burgués ni
gentilhombre que de ese moJo se
llame.
GERONTE.
Es posIble Que le recordéis por su
Otro nombre. P irandro se llama tamo
bién Arme<!ón.
FU.1ST&.
Ignoro .tan to a l uno como al otro.
GETlO:o."TE.
¿No recordáis al padre de Orfisía.
rara belleza de aqueHos lugares? ¿Por
ven tura no habéis oklo el nombre de
ese ser encantador, ga la y ornamentO
de la ciudad?
F U.1STE.
Podéis creer que tanto Orrl5ia como
Armedón y Pirandro son gentes des·
conocidas en Poltler s. SI sobre este
asunto necesitáis a lgún fiador ...
GETlOSTE.
Veo que por favorecer a m i hijo fin·
gís ignorancia. Sé de sobra que ama a
Orfisia y que después de una pac!ente
y larga espera le sorprendieron a so-
las con ella en su a lcoba. El dispal"O,
no Intencionado, de un arma que Ile'
vaba, d:ó lugar a u na serIe de per ipe·
cias que le obligaron a con traer matrl·
monio en -el acto. De todo estoy ente·
raelo, y mi bondad paterna l me ha in·
cllnado a consentir. Asl, pues, vuestra
discrecIón queda dispensada de guaro
dar el secreto.
IF u.ISTE.
¡Qué decls! ¿Dorante ha contraido
matrImonio sin Que nadie lo sepa'!
G~: ROSTF..
MI indulgencia me lleva a perdo·
narle, en grada a su poca ~ad.
FU.ISTE.
¿Quié n os ha contado tooo eso?
GER ONn :.
El ml.;;mo.
FILlSTE.
¡Ah! Pueslo que él os lo ha ct-cho,
con seguridad su relalo no ha pecado
de infiel. Conoce m ejor que yo todas
las ciTcu nstandas y, por \.anto, n o de-
1-16 PIERRE CORNEIL U:
C¡;RO¡.¡T¡,;.
VuestraS pa labras me inclinan a la
duda .
,
FILlSTE.
Os aseguro que podéis creerle, au n·
que ayer' nos hablÓ de u na merienda
que, a mi juic:o. sólo exi"tla en su
imaginación. Si el matrimonio se le pa -
rece, la obra no deja de ser completa.
GEROSTE .
¿Sentls algú n placer en ¡neoma-
d¡u'me?
FILISTE.
A fe mla que he de habla ros c'On tu·
da franqueza. S: jamás tenéis por nue·
ra a otra persona que a Orlisia. vues·
tras parierlles están de enhorabuena.
Adiós; creo haberos (licho bas.ta'ntc.
EL ENBUSTE¡.¡().-AC1'O V H7
ESCENA "
Cr.~OST"'. &oj o.
GERQNTE.
¡Oh vejez crédula! ¡Juventud ¡m·
prudenle! ¡Vergüenza manifieSta pa ra
mis cabellos grises! ¿ Habrá bajo el
delo un padre más desdichado Que yo
y podrá herir a un corazón generoso
una afrenta más grande Que la mia?
Dorante es un bribón y este ingrato, a
QuIen tanto Quiero, después de h aber-
me engañado con sus cuentos, ha~
Que me engañe a mí mismo. Sin dar-
me cuenta he sido el ee<> Que ha re-
petido sus historias de impoSlOr. Co-
mo si no tuviera suficiente para lo Que
me Testa de vida con sentir la ver-
güenza de su Infamia, el muy bellaco,
~~~~~~~~~ol~r!oi~~U~~~~:is:~e h~r~
dulidad.
U8 PIERHE CORNEILLE
E SCENA 111
C ~ RO"TE, DUIIA"T~ y CL ITÓS.
GE[!ONn :.
¿ Eres caballero?
DO RASTE. ( Aparte.)
¡Oh, qué enojoso encuentro ! ( F.n ven
alta,) Siendo h ijo vuestro. la r espuesta
sólo puooe ser una.
GEJlOSTK
¿Creéis que Sl'l' hiJo mio es sufi·
ciente?
DOK"'!'."TE,
Toda Franc:a 10 crC()rá como YO ' lo
creo.
GF.l!OS TE.
¿ y no sabes, como lo sabe toda Fran·
cia, de dónde provIene ese título de
ho nor y Que s610 lit vIrtud ha elevado
a ta n alta calegoria a aquellos qUe hast<J
mi la han llevado en su sangz'e?
DOHASTE.
Ignoraré algo que nadie ignora. )'
EL E.\HIUSTF,RO.-ACTO V H9
G t:nO!'TE.
La v \r tuo logra cuan to f¡I!la la gan-
gre y lo que ésta concede ]med.e pero
d.crlo el vicio. Lo Que nace por un me·
dio puede perecer por el eontrar:o. y
10 Que uno hace. el otro puede desha-
cerlo. De este modo. hund:do en el opro·
blo. ya no eres caballero. aunque seas
mi hijo.
DORASTE.
¿Qué qu eréis decir?
G E ltO!l: T F,.
Déjame hablar. Tú manchas con tu
impostura este don <le la Na·turale7..a
y llamándote caballero mientes bellaca_
mente, ya que nunca 10 fu :ste. , Exis·
te un vicio más abyecto o una mancha
más negra y más Indigna de un hom·
hre criado para la gloria? ¿Hay algu·
na debllldad o acto por el que sienta
más aversión un alma noble? Un solo
ment[s 1.c cubr c de Infamia. qu c n o
puede borrar a no ser que ex ponga su
vlela y lave con sangre la afrenta pro·
duclda por tan vergonzoso uilr aje.
l.,)() !'IERRE COIl¡'¡EILLE
DORASTE.
¡Quién os ha dicho que miento?
GERONTE.
¿Que qU ién me lo ha dicho, infame?
Pronuncia, si es que puedes, el nomo
bre de tu mujer. Aquella histoTia que
ayer me obligaste a propa!ar ...
CLITÓN. (A Dorante.)
Decid que con e1 sueño la habéis al·
vidado.
GERON"TE .
Puedes con descaro añadir el nomo
bre de tu suegro y el de sus dominios
e inventar nuevos subterfugios con ob·
jeto de deslumbrarme.
CLlTÓN. (A DOTante.)
Para salir del ,trance habréis de re-
currir a la memoria o al Ingenio.
GEROt-'TE.
Con dolor he de confet>ar que tu .ies-
vergüenza ha sorprendido mi vejez.
;.Cómo es po~ible que ·un hombre d-:
mi edad haya podido creer ingenua-
mente lo que un joven como tú rela·
ta con toda desvergüenza? Me has he-
cho ser objeto de mofa y de escarnio;
EL EMBUSTEIl.O.-ACTO V 151
D~RANTF..
Os r uego Que me escuchéis, padre
mío . .
GI':RONTE.
¿ El Qué! ¿ Nuevas historias inventa·
das al momento?
DO RANTF-.
i\' o; la verdad, sencillamente.
GEIIONTE.
i. Es poSible que pueda salir de tuS
labios?
152 PIERRF. COIl.NEILLF.
C UTÓ:<l . ( A D oral!!e.)
Vuestras a rgucias han recibido u n
duro golpe.
DO Il.A ~TE.
Enamorado de una belleza a quh'o
apenas he v is to y que reina en m i
corazón con u n poder absolu to. creo
Que la d e béis conocer; su nombre es
Lucreda.
GUWNTE.
Es Cierto Q U~ la conozco y tamb ién
a aquellos que 13 engendraron . Su pa·
drees amigo mío.
DOHAN TE.
En el momenvo en que la v i m i alma
entera quedó prendid a en sus encano
tos. has ta el punto d e Que Cla ricia.
elegida por vu estra bondad, se me hi·
zo insoportable. Mas como no 'Sabía si
Lucrecia y su destino pudieran tener
alguna r elación C()n el vuestro. no me
atreví a dcscubr: ros la Bama que sus
encanto..<; encendían en mi corazón.
Hasta este m ismo día yo ignoraba. se·
ilor, que l<i agudeza de espíritu fuese
un cr im en en amor. Hoy me a trevo a
suplicaros i ndu~ge ncia, dado que ya co.
nozco sus bienes y fami1ia. Os rue·
El, E...'tIlI1STEIlO .-ACro l' 153
GE ROSTE.
Quédate aquí y no vayas tras de mIs
pasos. T engo mis dudas y no dejo dc
correr rlesgos ; mas con todo no me
es posible creel'te. Has de srI!)er que
sI por causa de Luerccia cometes la
menor plcardia o llgereza debes huir
de mi presencia, pues de no hacC'I"lo
serás v!ctima de! juramento que h oy
hago . .Juro por !{)s rayos del sol que
nos a~umbra que morIrás a mallOS de
tu padre, y que ·tu :sangre lnd:gna. de-
rramada a mis plantas, hará justic!a
a mI honra perdida.
ESCENA IV
lloRA""'", Y CUTÓ . . .
D OltASTF..
No temo los efectos de una tal ame-
naza.
CLlro".
Os rendIs pronto y de mal;j manera.
Vuestro ingenio, que le ha enganado
ya dos veces, dcbcrfa haberse arries-
gado a la tercera, y a qUe ésta, según
el dicho popular. puede traer la buena
o mala suerte,
El.. EMBUS'T'EfiO.-ACl'O V 155
DORA.'1n:.
No me enfades, ClItón, con tus bur·
las, Que ya tengo el espirltu turbado
con nuevas inqui<'tudes.
CUTÓN.
¿ Es que el d ecir la verdad p u~ ser
causa de ·remOl'd imle nto? A no ser que
queráis mostrar una vet: más vuestra
destreza ... Dudo ya de Que amé:s a
Lucrecia y, como os veo hábil en lOS
mancj()..<;. pienso que, cualesquiera que
sean vuestras palabras, yo las entien·
da al revés .
DORA~T¡¡.
Amo a Lucrecla. y sobre est~ punto
tu desconfianza es vana. Pero arriesgo
demasiado, y esto es lo qUe me pre-
ocupa. En el caso de que su padre y
el mio no lleguen a un acuerd o. las r e-
laciones Quedan rotas y yo n aufrago
a la vista del puerto. I\Iás aó n: si en-
tre e llos se arregla el asunto, ¿])ue<lo
estar, por m i parle. >seguro del con·
sentimiento de la hija? Hace poco h e
visto pasar a este ser encantador. ¡ Ella
o la muerte ! Hoy q ue mis ojos h an po.
dldo exam!.narla mejor. tengo el alma
preocupada por mi arecto primero. He
repartido mi corazón entre las dos y
156 PI ERRE COR~[!LLE
ESCEN A V
DOIt.\K TE.
¿Qué has hecho de mi cana? ¿H as
sabido ponerla entre sus manos be-
llas?
SAHISA.
Sí, señor; pero ...
DORA NTE.
¿ Pe r o qué?
158 PIERRE CORNEILLE
SABI!<o'A .
La ha roto en mil pedazos.
DORANTE.
¿Sin leerla?
SABINA.
Sin leer'la.
DORANTE • •
¿ y tú has podido sufrirlo con pa·
c iencia?
S.-I.BlNA.
¡Si supierais cómo me ha renido!
Piensa, incluso, despedirme.
DORANTE .
Ya ~ calmará; pero mientras tanto,
y para que te sirva de consuelo, ex-
tiende la mano.
SABINA .
¡Ay señor!
DORANTE.
Atrévete e Intenta de onuevo ha blar·
le. No me Tesigno a perder mis espe-
ranzas.
EL EMIIU!;'T[I{O.-ACTO \' 15!J
euroS".
Esta, <.'On todas sus reverencias, es
una buena pieza ... Como ya se ha con·
solado de sus disgustos. OS dirá muo
cho más de lo que deseéis olr.
DOJlAN1·E.
¿De modo que ha roto la esquela sin
leerla?
S ABINA .
Me habia encar gado que así os lo di·
je ra ; mas aqui, con !.Oda confi anza .. .
CUTh.
La muy bribona conoce bien su ofi·
cia.
SABINA,
La ha leído desde el princip io al fin.
No es posible continuar cnganando a
un hornbre tan valiente.
CLlT6N.
Si alguien lo comprende mejor, iré
a decirlo a Roma.
[)oRANTE,
¿De modo que no me aborrece?
160 PIEIUtl: COn SEILl.E
SABIS A.
¿Ella? De ll:nguna mnnQra ...
D ORASTE.
¿Me ama entonces?
SABiNA.
Tampoco.
DOlUNTE.
¿De veras?
SARINA.
De veras.
DO RASTE.
¿Ama a QUo?
SABISA.
No.
DOIUNTE .
¿Q ué puedo espera r?
SABI NA.
No lo sé.
DoIUNT .:.
En fin. dime algo ...
n . ib,hmsTERo_- -'AcrO v 161
SA BINA .
¿Qué Queréis que os d iga'
DOHA :-ITF..
~a verpad .
SMII'H .
La estoy diciendo.
1.
DOHA NT~ .
¿Me: amará algún dla?
S .HII:-I .~.
Es posible.
D OHA NT E.
¿ y cuándo'
S,\ II I :-.'A .
Cuando os crea. '
DOHANTF..
i.Cuan tlo me crca? ¡Q ué dic h :1 la
mía! 1
S ABINA.
E l día que crea po vos. pariré is p~ n·
S<lr que q-s ama.
DORM'TE.
r.o pienso ya y has ta me a trcHI ,1
CO""EILLE G
162 I'IERR E CORSEILU:
S AIIINA .
Aquí v iene, ¡joompañada de Clar:cia.
ESCENA VI
CI.AlUrl... L n ;Ko:e'... DoRAJ<TI:, S"'8''''''
y L'L1TÓN.
DoHA!nE. (A Clu.ricta.)
Cuando me hallo lejl')s de vos mi co·
razón cuenta los momentos. qUe S{' 1('
hacen e!.ennos. ConoZCQ. por haberlo
experImentado, el suplicio que p:lra un
amante supone una hora de ausC'nd¡I ..
C UIIlCIA.(A Lucrecia.)
Continúa siempre ..
Clarici<l.)
LUCRt:CU .. (.4.
Mira lo que a mi 'me escril)(-.
C1.AlUcu. (A Lllcrecia.)
¿Crees. ,todavla. Que ('stas palabras
\'3n d irlgidas ~ , P?
LUCttECl ,I,(A Clal'icia.)
Ya no se-Qué pensar ...
el.ARICa. (A L ucrccia.)
Oigamos la ¡rapacería sin perder una
sílaba.
Lucm:clA. (A Claricia.)
Después de lo que sahemos, la histO'
ria me parece demasiado grosera.
C I.AR IC IA. (A Luaecia.)
Oc este mo<lo reparte s u amor entre
l<ls dos: a ti le cor teja durante la no·
che)' a mí me l'<.'serva el (lía.
DoIIA:<ón:. ( A Gl(lricia.)
¡OS p onéis ambas de neucrdo! ¡Ah!
POI' muc ho que ella os diga. con m e-
jores consejos Que los suyos, podéis
disponer de mi. Las advcnenC'ias Que
os hace no pueden menos de $Crrnc fa-
tales. sin dlHÜl, por algún motivo qu e
ignoro. me aborrece.
LUCROC1A. (Pura ,~us adelltrc.s.)
¡ Ah! Esto es ya denwslado. y si no
lomo ' "cnganza ...
EL ¡':.\lIlUSTERO,- ACT O \' 16,;
C URlCIA, CA DOTante.)
Lo que me decís era, en verdad , ex·
' rano,
DoRAN TE,
Será alguna lnvenctón motivada por
sus celos,
C UIUCI A.
Es poslbJc, ¿:\1e rt.'COnocé1s, al fi n?
l)(lIlA~n:.
¡Que sI os reconozco! Dejad a un Ja·
do vuC's lras bur1as, Ayer mismo ',uve
el honor de conversar con vos c,n las
TuJler!as y , desde ese momento, os
h ice duena de mi desUno.
CURlC¡A.
Si he de creer lo Que me dice, vues-
tro corazón está ya tu rbado IJor otra ...
DonAS"".
¿ P ensá is que os he aba nrlcrr¡ado por
otra'! ¿Que mi alma no -está rendida a
vuestros pies?
CUlUC¡A.
Más a ún, Según se dice, sois casado,
166 PIF. RtU: CO n~F.1 L I.E
DORASTE •
.Jugáis conm igo, señora y. sin duda.
os burláis de mI. Veo, asim ismo, que
os complaC() oirme repetir que deseo
exhalar mi ú ltimo suspiro en tan dul-
ces lugares y que con fladie. si no es
con vos, he de casannc.
C LA1\lC IA.
Antes de que el lazo del h imeneo
os encadene a mi. estariais casado. si
os parece. en T urqufa.
DOR ANTE.
Antes Que otra me pueda encade-
nar, me casar la. si así lo deseáis, en
Argel.
CLARl CIA.
Terminemos de una ve?. ¿Es ciert o
que sólo sentls dcsprcelo por Claric\o'!
DORANl'E.
Conocéis de sobra el secreto del ar-
tlficlo, y Que por pertcncceros he he-
cho tooo cuanto ha estado a mi a l·
o canee.
Cl.AmelA.
Por mi parte, n o com prendo nada .
Lucreda, escúchame unas pal,' b,'as.
EL UIIiUSTEUQ. -_\CTO \' lti7
DonANTE. (A Clit6n.)
¡Lucrecia! ¿Qué qu iere deór"!
C LlTÓS . (A D oralltc.)
¿Os da is cuenta, $('i'lor? Lucreda es
la más bella: per o ,cuál de las dos es?
Yo he juzgado mejor que vos; de ha·
ber apostado, hubIerais perdido.
DOIU.STE. CA Clit6 n. )
E-sta noche he creído r e(:onocerla por
la voz.
CLlTÓN. ( A. DOTante.)
Claric;a habia usurpado su
nombre
para hablar desde la ventana. Sabina.
e n una entrevista secreta, me lo ha
confesado.
DORASTE.
¡Qué l.engu'l ! Com prendo , pero la
otra vale más y como d!$de hace un
momento me parece bien formada . m i
corazón se inclina ya del lado que su
error le coloca. NI> me d escuhra s, pues
en eSla :nueva conquista vas a verme.
Clitón. manejar un juego diferente.
Cambie mos, pu.e s, de táctica sin alteo
rar las palabras.
16" PIF.RlIE COIl.SF.Il .U :
.,
LUC REC lA. CA Cloricia. )
Veremos hasta donde llega ~u des.
vergüenza. Cuando se 10 hayas dicho
todo. su sorp~a será grande.
O.AHlelA. (A Dorante.)
Como SI;' tra,ta de una aml?,a , me ha
hablado con franqueza. Esta noche la
amahals. y a mi. en camblo, me ha-
béis despreciado. ¿A cuál de la!; dos
tratabais de engañar? Oulcls:mas pa-
-recian \' uestr~s palabras de amor.
DOHAsn:.
¡,Qué 'Queréis t!cqir? Desde m,I regl't.>-
so nu he hablado con nadie más Que
<.."O1l vos.
CLAnI e I A.
¿No habéis d irigido la pa 1ilhr¡J es: a
noche a Lucrecia? u
DORANTF..
¿No pn:tenderéls emplear una de
vuestrns ju garre t..'lS? Y ¡.no es cierto
Que os he r econocido por la \"oz?
CLARTeIA.
¿Será pos!ble que por u oa vez diga
la verdad?
EL I!:.\UJUST ERO.-ACTO V 169
DoRA..~n:,
Para vengarme de vos h e empleado
toda mi malicia, y habéis sufrido las ar-
timaf¡as de un complicado enredo. Al
permitIr que pasarals por quien os
quer!ais mosLrar os he eoncedido más
de 10 que' ¡l mí me dabais, Os estorba-
ba; no presum áis, 'p ues, de sutil. An-
tes de escoger una v íctima, mirad b ien
su scmblanite; pensabais divert:ros
conmigo y soy yo quien os ha burlado,
fingIendo un desdén que no sentía. Os
amo, y ~ ; Il i vida '1\0 cuentan ya Jos
d ias Iranscurr.idos sin haber estado a
vu()st ro servicio.
CuRlCU..
¿Por qué razón, si es c:erto que me
a máis, habéis fingido un falso matri·
monlo cuando un padre venra a ha·
blarme en vuestro nombre'!
LUCR .:CIA. (A Dorunte.)
¿,I~or qué razón. si es cierto que es
a ella a q uie n amáis. me habéis escri·
to a mí esta ca r la "!
DORANTE. (A lAtcrecia.)
1\-Ie place sentir las causaos ocultas de
eS(! cnfado, y pienso, asimi~"111o, que no
Os disgusto, puesto que 06 veo enoja-
170 PIEHtlE CORNE ILLE
CI.ARlC!A.(A L ucreci.a.)
En m! vida he tropezado con un brl·
bón scplejan tc . ¿Cómo es posible Que lo
escuches?
DOIIAsn. (A Lucrecia. )
Cuando me hayá is ofdo. ya no po.
dreis {judar más. Tomando vuest ro
nombre. '.lJcrccia. y asomada a vues·
tra ven lana, Clarida h a pretendido
burlarse de m í: mas yo la r econoe! en
el acto. Vuestr a complicidad rne ,na afli·
g ldo tanto, que, a mi vez. he Quer :do
vengarme incurriendo en vuest ro enójo.
LUC R~:C!A.
¿Qué dedais ayer en las Tu\1erías?
DottAS"F:.
Clar!cia fué el objeto de m is ga l~m ·
teoso
E SCE;.l'A V II
CLARICIA.
l\1 i padre t iene porlcr sobl·c todos m is
deseos.
LU CRECIA.
El deber de una hi ja consiste en la
obediencia.
GEIIO:-< TE. (A L ucrcci{/.)
V enid, pue;;. a recibir este dulce
ma ndato.
Claricia.)
A LC U' IO. ( A
V enid a dur vuestro dulce eons€nt!·
miento. (A/.cip i.o entra en casa d e G/a
ricia aconmallado de ésta IJ de TS(lhel.
Lo.~ demos se diriae n a ('asa de L 1v
cr ecia. )
5,0.111:-<.1.. (A Dorantc. )
Si os casáIs. C('Sará la lluvia.
li-! PU;RRt: COl\:,>' EILI.E
DonAST¡¡:.
La lluvia se tra nsformará ~n ríos
para 11.
SABINA.
No tendréis tiempo de pensarlo, Mi
oficio 'llada va le cuando se puede pws -
cindlr de él.
eUTÓS. (Para sus adentros.)
i Cómo se enreda un embustero en
sus prop:as mentiras! Pocos, al igual
Que mi amo, hubieran podido salir con
lanta desenvoltura, Vosotros, los que
dudabais de él , aprended a mentir con
gracia siguiendo su ejemplo.
',.
EXA MEN DE
EL EMBUSTE RO