Veinte Cuentos Jaliscienses PDF
Veinte Cuentos Jaliscienses PDF
Veinte Cuentos Jaliscienses PDF
DE
.
. UTERATO~ JAU~CIEN~E~.
GUADALAJARA.
IMP. DB JOSE C£BRERA, CABMEN y MAESTRANZA, F '
1895
C E
FRlJLM
FRE/883M 1049654
V44
V44 111111111111111111111111111111111111111111111
EJ.1 l LM .
FROLOGO.
El relato breve de un sucedido, el estudio 8.
gran des rasgos de un car8.cter, el apllnte ins-
tantaneo de una escena, la historia diminuta,
el cuento, en fin, en sus mUltiples variedades
cult{vase hoy, mas quo nunca, en Europa.
Los franceses, como los espaiio1es en pasa-
dOB siglos, marehan al frente de la innumera
tropa de privilegiados ingenios que 8. tarea tal
se dedican, y Daudet; Richepin, Henniq ue,
Silvestre, etc., 80n campeones de este ejerci-
. to, en el que se destaca, sobre todas, 180 figll-
ra del gran paladm de 180 novel a corta, 1a de
Maupassant, a quien puede aun considcrarse
astro de Ia pIeyade viva: Itan reciente es as{
su muerte y tan freseas estan aun las lagrimas
vertidas en eu tumba! Todo 10 invade eI cuen-
to frances; en el tiempo, ya se remonta con
Lemaitre a los dfaa de UliBes y N ausica, de
4 BIBLIOTRCA DE "EL HERALDO. "
a
Niso y EurialeR, y 1'esucita, merced los con-
jnl"os del mago Anatolio France, al Procura-
dOl" de Judea, PODcio Pilatos, ya, trasponien-
110 Jas frollteras de 10 pl'esente, rompe el velD
de ]0 futuro y nos dice al oldo /Sus secl'ctos;
en las ideas, abarca de!~de las mas puras y san-
tas, hasta las mas sensnales y groseras; del
misticisUlO a]a pornografia, todo 10 recorre
y a to do oaa.
Los mismos 1'udos forjadores de IaR grandes
obras consagran]e su pluma. Zola, el arqui-
tecto de la mole de los "Rougon Macqua1't,
ofrece a Ninon dOR cofree lIenOR de exquisi-
taR joyaR, dos libros que son dos teso1'os de
dulces fantaFleos. Y es que Zola no qui so
olvidar el ejemplo de su maestro, de Flaubert
que, artifice paciente de "Salambo, " supo de-
jarnos con "Mad Bovary" y "Las Tenta~io
nes de San Antonio," aquel "Corazon senci-
110" que no es mas que un bosquejo, una no-
nada; pero, i quo bosquejo y que nonada!
De igual manera proceden en otras naciones
lOR al'tistas. Siguiendo las huellaR de Gogol,
del Gogol padre a la vez de "Las Almas
Muertas" y de "Las Veladas de Ukrania,"
en Rusia Turgueneff y Tolstoi no se han de-
dicado s610 a RUS colo sales creaciones a au
"Guerra y Paz" .y a su "Humo," sino ami-
niaturas, para los inteligentes de tallta estima
como los enormes lienzos, que no vale menoS'
POLOGO. 5
Agosto, 1877
Pablo mfo:
,
Enero. 1878
Querido Pablo:
Tu CRISTINA..
20 CUENTOS. 27
Marzo, 1880.
Pablo:
CRISTINA .
Abril, 1887.
A prceiahle Pahlo :
I
MINNIE.
- - c;o
JOSE LOPEZ~PORTILLO Y ROJAS.
. .
nU~1 .nTr:t' AIn!: lAE:Vlf'c\
LA ISLA DEL PARA ISO.
J.JEYENDA.
I.
La marina portuguesa alcanz6 alto grado
de gloria y celebridad en los siglos ' XV Y
XVI. Al concluir el XV, Vasco de Gama
dobl6 el Oabo de las tempestades, l1amado hoy
de B uena Espe?·ct'nza. El siglo XVI conti-
nu6 siendo del mismo modo propicio a. las ex-
ploraciones de la marina lusitana. EI Ocea-
no Indico fue teatro de arriesgadD.1i empresas,
celebres aventuras y brill antes descubrimien-
tos, .
54 BIBLIOTECA DE "EL BERALDO. "
II.
III.
IV.
La conversaci6n habfa durado varias horas.
Mucho tiempo hacia ya que al sol se habia BU-
mergido en las aguas occidentales del mar.
La luna se habfa levantado en el horizonte.
Todo convidaba al reposo. .
1...108 marineros se mctieron en sus chosas;
D. Luis imiti6 su ejemplo y echandose flobre
nn lecho formado de armas, tl'at6 de dormir-
se. Imposible! Su cabeza estaba llena de ex-
tranas imagenes. Las historias maravilloaas
que acababa de oir, hablan hecho en su cere-
bl'o imprcsi6n indescriptible.
En vano trat6 de apartar d~ imagen mil
cuac1ros fantasticos que brillaban dentro de
;:: au cralleo, y se osclll'ecian, para volver poco
64 BIBLIOTEOA DE "EL HEBALDO.
a poco a ilnminarse.
Aqnello. historia de Adan y Eva 10 habian
impresionado sobre toda ponderaci6n. En
Ceylan habIa estado el paralso, para el no
cabia duda. Las maravillas que acababa de
vel' en el interior de la isla 10 convenc{an de
que aquella tradiei6n era verdadera, pues no
se podIa concebir naturaleza mas lozana ni es-
plCndida que la de la isla.
En cuanto at hundimiento del istmo, debIa
ser tambien cieno, porque la tradici6n era
una cindi visible; ademas de que, efectivamen-
te, el estrecho estaba sembrado de visibles ro-
cas e islotes, qne era sin duda alguna, fra.g-
m~ntos dispersos del antiguo aniquilado ca-
mmo.
Por consiguiente, por estos mares, muy eer-
ea tal vez del Iugar donde estaba Ia aldea,
deblan andar vagando las islas misteriosas de
que Ie habIa hablado su companero. 6C6mo
serfan? lquc deliciss desconocidas, que henno-
suras no imaginadas abrigarian en su seno?
j ellan bello habrfa de ser abordarlas, y gozar
sus encantos!
Esto pen saba D. Luis, y a medida que el
tiempo pasaba, y que se pr~longaba su insom-
nio, sus ideas se hacian mas imperiosas, se a-
tl'opeUaban las imagenes en su cerebro, y 8e
encendfan mas y mas sus deseos.
No pudiendo sufrir aqllcUa tortura, se Ie
20 CUBNT08. 65
vant6 al cabo del lecho, y se asom6 a. la pl1er-
ta de la choza, en busca de frescas brisas ql1~
soplasen sobre Sll frente abra8ada.
La noche estaba bermoslsima. El cielo
mostra,base despejado, trasparente, como in-
menso cristal Iavado con la mano de Di08.
Los picos de los altos montes, dibnjabanse a
10 Iejos como penacho de plata.
Las arboledas oscuras mecian su follaje, sa-
cudidas por la brisa, formando languido rumor
y vaga cadencia. Las olas se meolan blanda-
mente lamiendo Ia playa, y levantaban un 0011-
cierto indefinible que convidaba R. los Buenos.
En medio de las aguas blanqueadas por los
reflejos de la luna, vefase aca. y aculla algunas
moles oscuras, Ievanta1'8e sobre la superficie
del piegalo. Eran 108 islotes de que habia
hablado el interlocutor de D. J. .uis hacla aIgn-
nas horas, y eran la prueba palpable de que
en otro tiempo existi6 el istmo, y de que la
historia que referian lOB isleiios, era. verdade-
I"a. .
AlfoDZO puso la mano sobre su coraz6n pa-
ra contener sus latidos •
..Que Ie impedia bogar por el estreoho, y
explorarlo, par~ convencerse de la verdad 6
falsedad de aquella tradici6n ? No habia nin-
g6.n testigo importuno que Be mofase de su
credulidad. Todos sus compatriotas dormian ;
disfrutaban de la libertad mas perfecta. Iria
66 BmLIOTECA DE "EL HEBALDO."
v.
La mar estaba tl'anquila; los soplos de Llan-
da brisa l'izaban mansamente au superficie,
donde rielaba y se retrataba mil voces 131 astro
de la noche.
EI dulce ba.lanceo de las olas levantaba de-
bil rumor, que nacia pOl' todas partes, y se l'e-
prod uCla a 10 lejos. El viento fresco soplaba
con dulzura; su ala amorosa pasaba haciendo
cal'icias, y derramando ecos de lugares distan-
tes.
Espectaculo tan hermoso no tenia testigos
que 10 admiraran; desarrollaba su magnificen-
cia en medio del silencio de la soledad. Em-
pero 13 so~edad y el silencio Ie imprimian nue-
vo sella de hermosura, envolviendo 01 gran
cuadro en poetico misterio. EI mundo pare-
cia estar entregado al reposo. Los arbolet4 de
la orilla dormitaban con sns frondas inclinadas
20 CUENTOS. (j7
VI.
De este modo trascurri6 largo tiempo. AI-
honzo, embebido en BU contemplaci6n, habfa
olvidado el proyccto que Ie habra impulsado
20 CUENTOS.
CORO.
UNA VOZ.
Eterna jllventud;
La gloria se adivina,
Y bajan a est·e suell') ,
De los goces del cielo,
Torrentes de ondas mlst.icas
De armon1a y de luz.
CORO.
VII.
Al rayar el alba del siguieute dfa, los aven-
turerer08 portugueses encontraron en la playa
el cadaver del infeliz joven, y los restol!l de la
barca.
~Ha ido Ii buscar el parafso, dijo uno de
elIos, , fe que 10 ha encontrado.
EXPERIENCIA EN CABEZA AJENA·
I.
Era el noble Gateano Gbiberti uno de 1015 mas
rud08 condottieri de su epoca. Avezado des-
de edad temprana 8. e80S recios combatel que
presenci6 por tanto tiempo la infeliz Italia,
era para ella guerra indispensable ejercicio
y profesi6n forzosa. Partidario de uno de 10-
principel que mu combatfan al Santo Padre,
habfase acoltumbrado el viejo batallador a des
jar en el mAs completo olvido las practicas
religiosas, que, ademu, nunca fueron por el
88 BmLIOTEC.A. DE ,eEL BEB.A.LDO. "
tormentas de la vida.
Tienen las madres una especie fie ~diviDa
ci6n misteriosa que las haee presentir el des-
tino de sus hijos, y Laura moribunda temb16
por la suerte de la infortunada huerfana que
se quedaba en la vida sin que Ie sin-iese ya de
amparo el mas hondo de 108 afeetos que pue-
den caber en pecho humano. I .. aura era reli-
giosa hasta el extasis, tenia esa fe inmensa que
salva el abisJDo Que divide a la tierra del cie-
10 y esa esperanza infinita que enc1ulzao1 os mas
crlleles si08aboros y levanta el alma clesde las
miserias del mllnclo a los goces inefables de la
bienaventuranza. Mucho lloro porque Ill. muer-
te Ie impedfa sembrar eo el alma de sn hija
108 germenes de la verdad y del bien, y vol6
8. la. eternidad, augusta como llna san ta, y de-
Bolada como una martir. Sll "i'tltimo suspho
fue un sollozo, BU postrer pensamie nto una
plegaria.
90 BJBLIOTECA DE "EL BEBALDO. "
n.
EI Papa y algunos principales italian os
combatlan Ii la sazon con desesperado esfl1er-
zo, defendiendo aquel a la Santa Sede, y em-
penados catos en acrecer sns raqulticos domi-
nios a. costa de los Estados PontifidoB. Ene-
migo del Santo Padre era Gaetano, y a su
mismo partido pertenecl:l el pajc Ludovico,
siguiendo las hucllas de los Colonna, sus no-
bles senores. La victoria que hacia algun
tiempo sonrela a. cstos, volvi61es de pronto la
espalda, y en tremenda batalla cerca de los
muros de Terni, cedieron al recio empuje de
SUB encarnizados enemigos, que combatian a.
las 6rdencs del feroz Cesar Borgia, despues
de una lucha espantosa, sostenida con rabioso
heroismo. Del :florido ejercito que en la ma-
nana desplegaba ufano sus estandartes, mar-
chan do orgulloBo al son de las trompetas y
atabalcs, no quedeban a. la tarde mas que al-
gunos restos, ' rotos, desordenados, disper-
sos .... ... .
Mientl'as que en el campo de batalla se
amontonaban atropelladamel1te los mas gran-
des horrores, la vieja ciudad de Orbieto, ig-
noraDte de la catastrofe, se vestia su traje de
20 OUBNTOB. 95
TIr.
IV.
(WALB DE W ALDTEUFEL.)
A Manuel M. Gonv,alez.
[CUENTO FANTOSTICO].
II.
"Nsta noche, 8. la una, cuando vuestro es-
poso entre en su palacio por la puerta del jar-
din, como acostumbra al volver del circulo,
vuestra voluntad sera hecba. Momentos des-
pues llamare 8. vuestra puena para recibir el
precio de mi crimen. Nada temais, he toma-
do todas las medidas necesarias para que la
justicia no descubra jamb al criminal."
Este billete sin firma y escrito en ruao reci-
bi6 Olga al dia siguiente, al levantarse de la
mesa, despues de almorzar. EI general hs-
bia salido temprano anunciaodo que no volve-
20 CUENTOS. 137
ria basta en la noche, bastante tarde. No se
Ie esperaba ni 8. comer. Olga pas6 el resto
del dia en su alcoba; para nadie estaba visi-
ble. Al caer la tarde di6 8. su camarera la
orden de no Hamar a su puena por ningun
motivo.
-" Por ningun motivo ~entiendes? dijo con
UD tono imperiosisimo. Aunque se incendie .
el palacio, aiiadi6. .
Iom6vil como una estatua, recostada en la
chai8e longue de su alcoba, con la mirada :6.-
ja en el magnifico relox Luis XV que omaba
la chimenea, pas6 las horas de la noche, con-
tanJolas una a una. con impaciencia. N ada
. en el semblante de aquella mujer revelaba
arrepentimiento, ni dolor, ni inquietud siquie-
ra. Esperaba a su criminal amante con la
mism-a impaciencia serena con que una recien
casada esperaria a 8U esposo. A las once co--
menz6 i bacer su toilette: visti6 una bats de
seda blanca oro ada de blondas de Malines;
destrenz6 8US cabell os retenlendolos pOl' de-
tri.g con un gran broche de bril1antes; calz6
medias negras, de seda it jour, y:6.nisimos
chapines que dejaban casi libre su pie dimi-
nnto.
80n6 1a nna. Apenas si, durante el prim~r
minuto que tra6curri6 despues, el coraz6n de
Olga tuvo un latido mb que de ordinario.
Sin embargo, un rumor ins6lito se oy6 en el
138 BIBLIOTEOA. DK "EL BBBALDO.
to'
tristemente. Pero 6verdad que eso no es cier-
6Verdad que bien sabeis que, como dijo
e1 poets. Preteffi, e1 que ama tiene siempre
veinte anos, y tengo para voz todos los atrac-
tivolS de la ]Das gallarda juventud?
Tie:ffel se" habia acercado mas y mas a. 8U
espo88, y al pronuilciar las ultimas palabras
habia rodeado con el brazo su taUe y ]a estre-
chaba contra su seno.
-Otras vecel tambien, la oidea de que"el
~ielo no ha querido bendecir nues~ra uni6n
140 BIBLIOTECA DE "EL BEBALDO."
m.
.
A la manana siguiente, Olga busco en va-
no a su lado al general. jEstaba sola! Una
luz timida y rosada se deslizaba a traves de
los eristales. La n.urora dcspuntaha apenas.
Confusamente se atropellabau en]a memoria
de la princesa ideas disimbolas. Sin embar-
go, de pronto viuo 8. su memoria el reeuerdo
de aquel grito, de aquel gdto que haMa eR-
cuchado momentos antes de que su espo-
so penetrara en BU alcoba. Haciendo una
20 CUENTOS. 141
-~.-
- - - -- - --
LA PRUEBA.
1.
II
m
Un eambio bruseo del viE-nto salv6 ala
Casta .Dolinda del naufragio, y la barea vol- ·
vio, 8iguiendo su estela, marcada todavfa en
las ondas alborotadas, en busca do Pietro y
<leI grumete.
Durante largo tiempo todo fue inutil; pero
de pronto un marinero grit6:
-AMI aMI A baborI
~Pietro Angelo! exelam6" uno.
~Est6. s6101 dijo otro.
-No, .contest6 el primel'o; trae al grumete
'. en lUll brazos.
20 CUE NTOS. 149
IV
•••
"Cllatro anos dur6 apenasla vida tranquila
y Bosegada que con tanto anbelo habfa busca-
do despues de mi matrimonio.
Mi e~posa misma, luego que vi6,.-y las mu-
jeres tienen Riempre ojos de !ince para ver
esas cosas--.que la vida de provincia no cua-
draba a mi caracter inquieto y vehemente,
me aconsej6 que volvieseruol 8. Parfs y que
me entregara a mis antiguas ocupaciones.
-vuelve 8. Iser periodista, me dijo; aun-
que soy celosa por naturaleza, procurare do-
minanne y acabare por dormir bien aunque
sepa que t6. pase8 las nocbes entre los bastido-
res de los teatros, ofreciendo ramilletes 8. las
divas y tuteando a las coristas.
Y volvf a Paris, volvf 6. reanudar aquella
vida de eslabone8 de fuego que todo 10 calci-
na, 10 mismo en 10 ffsico los p6.rpad08 y el ca-
bello, que en 10 moral las ilusiones y las vir-
tudes.
Fue precisamente en los primeros meBeS de
mi reentrada en el periodiRmo, y ya mi nom-
bre habfa vuelto , adquirir cierta Dotoriedad,
cuando pas6 10 que voy a relatarte.
20 CUENTOS. 155
-
RAFAEL DE ALBA.
"MARIAH DE JORGE ISAACS.
G6mez, .te
noces, 6 hacfa que se las dictara. el maestro
acuerdasl aquel viejecito que lea
enseiiaba musica y dibujn; llor6 cuando te
fuiste, mas, persuadida, porque era voz gene- "
ral en el pueblo, de que no habfas de volver,
me correspondi6 a m{, sf, 8. mt, y perd6name'
10 brusoo de la oonfesi6n, 8. rof tu -amigo, tu
.~f) CU)nrA't'.6. 1'73
--------
tocayo. De~ ~uG8 tuvo ('1 rOiJ novios, de suer-
te que si la ol'\'idaste, tit 0lvid6, y en 10 de
que &1 agoni",...r pronunoi~.ra tu nombre, caBO
de ser cierto, qne 10 dud." pues Be que muri6
cri8ti~nament··\, confesaC'.:,. y con viatico, co-
mo tu Y yo bt)t! llamamoR 10 mismo, queda por
averiguar 8. c-.u;.: de los Of'~ se :referia.
-A no ser-exclamo b !os6ficamente el ter-
cer cumenssl, mudo h~i;a entonccs-que se
acordara de "lgfm otro h~m6nimo de ustedes.
CAVALLERIA RUSTICANA.
--- .
I.
E1 C&IIO que quiero narrar abora grav6aeme
bondamente porqne tuve de el noticia, en cir-
onnstanoias para mi inolvidables. Elsuoedi-
do eae di6 margen' un prooeso en el qu~ yo
iutemne como defensor. Foe, pues, caUY [.
de mi primer negocio e inspir6me mi prb:ner
esorito jurfdico, aquellol 8eis pHegoallenOl por
I.. onatro caras. .
JOb, el primer esorito! 1Con que timidez
176 BIBLIOTBO.A. DB uBI. IIBBALDO.
oj , . . ... . .~ .
n
, I •
m
Hu bo de ausentane del pals el nifio :Cal'lol,
el compadre de mis b6roes, que giraba"1&"~a
Cienda, y 8U mama, que no tenia "m y"hombres,
confi6 la "administraci6n , un amigo "de "I ll" hi-
jo. De este administrador no hioe aiTiba bOl-
quejo ninguno porque no hubiera aabido "que
decir de 61. Un tipo de los que .b4Ddan aquf
un Tenorio zafio y r6.ltieo, "ni muy malo, ni
muy bueno, brutal para con sus litViente.,
borraoh6n y perdido. La dab. de "' graciOIo,
Y sus gracias, festejadas por los' pollutrea 'del
" pueblo cercano y. por las ranoheri~. 'd e: 108
contomos, hubi~r&nle valido, "en pall .nil 'oul-
to que el nuestro, 'algunos meses at;' ~I..:a~6n;
a.9u~ producfale ~Io notori~ y, ~~ma~. CQ"u{,
cludades tenemoe en que haita -]&1 mM' «elica-
"das seiioritaa; taft niftas tomutieaa qUt; 'let;h ,
P6rez Eacrich y iaben de "memoria """'Fldr:'de
un dia," os relatan "regoCijacIal'"JAB aventura.
de uno de 'e80S salvajes, 'y 'os diosn -por ej';m-
. plo con 1& mayor ttailql1ilidad,. que' tal 6 'dual
, anijeto que veis c01'tejado h~ pOl' IJ8fi~ron..
debe ya tantss muertes. ".' ',: t ':
De estos' ,e ra J uanito Torrei, auilqtJe 'hUta
, la de Gabriel, preciso el confeaarlo, no deMa
muerte alguns.
182 BIBLIOTBC.A. DB "EL BBBALDO."
IV.
Por desgracia para todos, J uanito Torres, 6
bien porque no encontrase ya en su trato con
Marfa los placeres de antaiio, 6 porque creye-
se, en vista de la dulzura de su esposo, que de
este 88 podia abusar impunem.ente, dej6 de
~agar IU debito de atencio~es " la pobre fami-
lla. . . ...
, : Mala. ~Ieoguu murDiuraliJ!i que los Virgina-
'Ies hechizol de Gregoria, Ia lobrioilla' aquella
., ~e DdefoolO, mujer ya bec~ y :deteo~' en'·IU8
.' tteee aliol, anduvieron eil'la' danA; 'i que 'por
ell~8 0lvid6 Juan 101 ya m~atO. · de Ia : tiema
. Ma·~.~ Lc) bierto '06 qiie' por .elt88'.. 6 lu 0-
...,-tr&s," nl , Celipe voIyi6aele:" dar fiado e~ Ia
'. tienda; ' ni' Gabriel ni IU ' padre- obtuneroo ,
medial '101' mejoN temifiol; ni Marfa.hici6 ya
vestidol'nueVOI yamead.. de oro. . lOb inl-
'tabilidad de las, cosas' humanall ', I y .'que in-
il·oyen en laomUera criatura b.gat.... Ype~n
deDg~e.I · Con trapos 'y didivu- huyeron del
.' tebho de Gabriel,' i qui6n' 10' ~ubiera' ~refdol . el
. amOr ebnyugal, la dulCe paz~ las conlideracio-
nes motU&8.
.,
Toro61e el viejo' regaft6n,· recelolG .el. .marl-
do, reapondona y colerica: la . m~er• . Empaz6
aquello de que, "til tieoel 1a culpa" de que
"euaodo me cu6 cootigo eral eato 610 de mil
alii. " Cual talismm' de map, el infortanio
di6 memoria al delmemoriado y ojol al mego.
y 'coo esta memoria acord61e ,el peon de que
eI .nHio Carlitos ·habfa qaerido mucho ,' Marfa
y·libre.ya de su caguera vi6 olaru 0011&1 " &0-
te8 turbiu, Be coouder6 ofendido .., tuvo a-
ITJlDquel d.e dignidad que nadie bubiera en
- ,tiempo algDDo ,801peohadO en, el..
No 1610 108 hidalgos ..ben lavar laa ' maD-
20 CUBNT.OB. 185
- . .~ .
'.!....:~; vi~jo~ ya .e ~ue por ahf te la ~~.'
bre ,.6
eo~~~~ ~e .~ol "~9, qu, ~~ .e~ ~u'y, J1~~~ ; .
~' a~ pepr y q1il~n ~be q1;1.6, ~. ,
Muoho" oUid~~~ ,':Yo soy ~. pal'ej~~ ~~' ,~':
amigos, pero cuando Ie me .Jibe 16 'ToiTei'' --lii.·· ,
cabUa ·-.Ie Dieto ' ~D plolDU() , . ~ualquier 'iije.
COIl';que vete '..con tieoto -1 ya· 10' ubei, ,f 'pa
1011 lIorol : aell Copal lal ' cabiillol, de '
mo.'" , I · 1"'" .• :
m":'
'~", .. •
all,
v
H~~. ' poco en eloercaDo rancho de "La
Lo_~' ,.nn . - h9doroQ que ,.f1J6 1,·f • .t .m. elf! v
nd~~<l~. , " "'" . :: ' ,,' ;':..
186 BIBLIOTECA DB "BL BDALDO. "
VI
VII
- .-
VICTORIANO SALADO ALVAREZ.
LA BATALLA DE PAVIA.
A Ma.nuel Cahallero.
---~;:;:;;;;;:;;;=.=:;;~----
O'~iO
UN CANONIGO CUMPLIDO. (*)
LA ULTIMA TENTATIVA.
" .
228 BIBLiOTBCA DB "BL BEBALDO·"
•
••
Asuotos de familia. me to. vieron alejado de
.)a ciudad 'por mucho tiem,PO. En )01 tnl
20 CUDTOB. 239
***
En tal postura sorprendi61a. un dia Don
Pinfilo, el cochero de la casa de enfrente, que
Be perecfa por la muchacha, no recibiendo de
ella m4s que desprecios, i cambio de sus fra- '
ses amarteladas, sus petulantes promesas y
sus reticencias que, pensando ser maliciosal,
resultaban estupidas. Era el automedonte
caHado de anos atria; pern Be juzgaba capaz
de sostener uua querida, merced i 101 doce-
pesos que ganaba, aparte de vestido 1. atis-
tenci.. Que la habia de encontrar bien 'proD':
252 BIBLlOTBCA DB un BEBALDO. "
•••
EI padre de la Gliera, viejo holgaz8.n y re-
pugnante se embriagaba 8. diario; y tamba-
leandose, estampadas en los p6mulos las ro-
200UBXTOS. 253
"
254 BIBLIOTECA. DE "BL BEBALDO."
•••
La GUera seguia vivi('ndo en la casa de ve-
cindad, en una pieza que Don Panfilo pagaba;
pero la existencia de )a. desvcntnrada se arras-
traba con la misma monotonia desesperante.
Su padre haMa visto en aquellss relaciones
un aumento de illgres08 para el alcohol, y se
introducia en la habitaci6n de Ia muchacha,
en ausencias de Don Panfilo. Pedia dinero
qne ella muchas veces Ie uegaba, y entonces
eI viejo, entre ahogos de 06lera, la golpeaba
20 CUENTOB. 255
FINAL DE DRAMA .
•••
·
SALVADOR QUEVEDO y ZUBIETA,
SEPULTADOSI
Se habl. de inbumaeiones.
-I Sf aeabaremoB eon ellas I exolam6 un O1'e-
maoioniata. Haee algunos dlas, en el eemen-
terio de mi pueblo, han enterrado vivo a un
pobre cataMptico. La inhumaoi6n Be hiso por
180 manana. Al caer 180 tarde, el sepulturero que
pasaba eerca de ]a fosa recientemente cer1'ada,
sinti6 ruidos y vi6 removerse 180 tierra floja ..•.
cuando se hubo extraldo y abierto el' ataud
el sepultado se ineorpor6, Uvido, banado en su-
dor.-~Puede darse mayor tormentol ....••
-Sl; interrumfJi6 alguien viva mente. Ma-
yor torment.<> es el del desconoeido cuyo esq ae-
leto, desenterrado el otro dia en el oementeri 0
Q,el Padre Lachaise, atestiguaba hasta 180 evi-
268 BIBLIOTEQA. DE "EL B.BllALDO.
II.
Exputtim08 el cadaver en medio de la pieza,
acompanlmdole cinco 6 seis estudiantes: los
que estuvimos mas ligados al desgl'aciado Pe-
dro por los estrecbos viDculos de la sincel'a
amistad y 108 no menos fnertes de la pobreza.
A las tres de la tarde, el anciano jefe de la
familia que vivfa en la habitaci6n principal
cld 1a casa, sali6 0. la azotehuela que domina-
ba el segundo patio-donde yo moraba-y se
puso , contemplar el cuadro que , su vista se
ofrecta : nuestra muda escena de duelo. EI
estruendo de sus regl1eldos me bizo levautar
los ojos y fijarme en el. Acababa de comer,
sin duda, y fumaba negro puro, despidiendo
espesas boeanadas con la satisfacci6n de quien
de nada carece. Le cubrfa la cabeza entrecana,
rOjo gorro de terciopelo con borlas de dora-
dos eordones: y en su aire manifestaba e8tar
contento por su buena gordura, por el tierno
color de las mejillas ya un tanto rugada& y
por el blanco mate de la8 delieadas manos.
Nos miraba desde su altura, de tal manera,
que p.areoia estarae diciendo: "i Infeliees
gentesl"
Debe de habene conmovido mueho al oon·
290 BmLIOTEOA DE "EL HEBALDO."
III
N uestl'a lavandera, que de seguro iba a co-
bl'arnos, qued6 sorpl'endida dolorosaroente al
vel' el cadaver: no 10 sabia. Estuvo un mo-
mento contemplandolo estupefaota, y empe~6
a sol107.ar en uno de los rinoones de la pieza,
oubriendose el rostro con ambas man os. Des-
pues enjug6 las higrimas con un extremo del
rebozo; se arrodill6 ante el inanimado cuerpo;
rezo algo que no entendia tal vez, pero que
sin duda brotaba de 10 intimo de su ooraz6n
sensible; se par6, pOI' fin, acercandose ami, y
dijome casi en secreto: . "Ya vengo; DO me
tardo, ~eh?"
20 OtTBN'l'OI. 291
A las seis volvi6.
-Mire: todo csto est' todavfa. tibieoito por
el calor de la plancha. Me &corde de que a-
. bora les faltaba ropa limpia.; Y i c6mo Be ha-
bia de ir el nino sin llevar siquiera oamiaa
blanca! .
-Gracias, Antonia. ,Que buena as vdl
-Nada de eso. Oiga. vd; Ie voy 6. pedir
Ull favor; pero DO me dice que n6.
-~Cuo.l vamos i ver.
-La traje .... /si me desaira! .••. Pilei Ie
traje est OR veinte reales que be ido jUDtando
m~dio a m~dio. Es tan poquito, que ~ ver-
da., me dO. vergl1enza o:Creoorselo ; pero para
algo Ie han de servir. 6Que n6? ... 1Ande
vdl .... i por 10 que mas quiera! .... ~Aoaso DO
comprendo 10 que son penas! I Qllel ,por que
es uno pobre no tiene coraz6n?
Recibalo, n1no, y no Be apure por 10 dema.;
ya veremos: mi Juan, que es cargador, y ~
compaiieros suyos llevaIin la caja 6. DoloreIL
Recibalo, y hai me 10 pagan alg!m dfa.
jQlle buena era esta mujer; y me CODa.
que no daba esplendor al ollito divino I
IV
v
,De que arbitrios nos valimos Mis compa-
nero! y yo para- comprar una 8encilla caja
mortuoria y ha~r otros gastos indispensables!
8610 recnerdo bien que fueron 6. parar Ii Laa
OadenaIJ libros ' necesarios para mis estudios.
Llevamos 'Dolores el cnerpo de Pedro.
AlU reposa en sepulcro de 108 de Ultima clase.
Mis no nos fue posible conseguil'.
De regretlo en la ciudad, dispuse convenien-
temente los objeto8 de la pertenencia de mi
amigo, para que los recogiese la familia, cuan-
do quisiera. Igualmente ordene los papeles;
294 BIBLIOTECA DK "EL BERALDO. "
VI
VII
VIII.
- i C uand01 •••.
~Cuando estudie.
- tY 0 1 (yaqui suspendi6 su respue8ta para
reflexionar) . . . . Pues .... yo quielo que seas
mi papa .... pala que me des muchos 1!"edio8~
-..IN0 hables tonterias-dijo mi madre-
Ponte por aM 8. jugar.
j Con que tristeza veia a mis hermanas, pen-
sativas Hevar y traer la aguja por el borde
dellienzo blanco qne sobre las rodillas exten-
dian; y 8. Ia inocente Luz que, sentada sobre
la Uana estera, cruzadas una sobre otra sus
redendas piernecitas, 8. Ia manera de los ba-
bes, abrazaba tiernamente 8. su muneca defor-
me y desgarrada Ia apoyaba en su mejilla de
geranio y Ie decfa las dulces . palabras de sus
desvarios in fan tiles, con torpe lengua y melo-
dioso acento!
Ent6nces senti en toda su intensidad el a-
mor de familia. El pasado en el hogar
revivi6 de subito en mi exitada imaginaci6n,
reflejado en ella como clarisimo espejo. Re-
corda cuando renia a mis herman as por celos
que motivaron las preferencias paternas; cuan-
do un justo c8stigo me habia h~cho llorar, re-
tirado 8. un rinc6n de la casa huyendo de la ri-
S8 de Isabel, del "me alegro" de Maria; o.uan-
do enganaba , mi bondadosa madre y la ba-
cia sufrir por algunas faltas cuyo conocimien-
~o ella misma ~rocuraba evitar 6. mi fadrel ~ .
300 BIBLIOTBCA DB" BLBBBALDO."
IX
.1
308
,
x
"Era la vispera de la partida. A las doce,
como invariablemente se bacia, nos sentamos
6. la mesa: mi padre 6. la cabecera; a su dere-
cba mi madre y luego Marfa; a. su izquierda
yo y en seguida I..uz e Isabe1. N adie babla-
ba y s610 interrumpfa el silencio, el cbocar de.
1(\9 platoB y cubiertos.
Basta nuestros oidos llegaban apagados el
bullicio en las calles, el tortear de las molen-
deras en las casas cercanas y el caoareo de las
gallinas ponedoras. Ondulaba el humo co- .
mo culebra azul sobre los tejados de algunas
casas, si el aire 10 tumbaba; 6 ascend fa espeso
en toroida columna. En el hu,erto, bajo la
fresoa sombra de tupidos ramajes, ooultos en
los nidos y buyendo .del oalor de medio dfa,
1&8 torc.azas oantaban con melanc6lica dulzu-
rae
Luz, bullioiosa y parlera como siempre, no
8Oport6 el mutismo: .
-Oye, papa.: ,a. donde Be van tu y PedIo?
}Ii padre no reapondi6.
-lAnda papasitot .•.. dfme no seas malo,
,..-A Menco, 6)"&. no lq fJ&~s?
304 BIBLIOTECA DE "EL REB,U4DO. "
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- y qu~ iMexico es muy glaude, glaude,
glandotototote?
~Come y calla, nina, y ponte en juicio.
No te est~8 meneando tanto en Ia silla: parc-
ces danzante.
-iVes? ya se enoj6 mi mama contigo por
preguntona.
-No Ie digas ast, Isabel. Pobrecita . . .. f
Que pregunte 10 que quiera.
-Eso e8~ Pedro! Con raz6n esto. tan mal
educada 1a muy const'ntida.
--Sf. . .. sf.... soy may nina todav!a,
tvelda, papa.'
-Has comido' muy poco, hijo,-decra rni
madre-~Por que? iJ'Te sirvo mas dulce? ...
~Sf!. . .. Es del que tanto te agrada ... . !
XI
XII
.XIII
XIV
xv
XVI
xvn
"Mi vida: