Como Llevar Una Vida en El Espiritu
Como Llevar Una Vida en El Espiritu
Como Llevar Una Vida en El Espiritu
Nuestra vida moral es una respuesta al don de Dios que nos ha elevado a la
dignidad de hijos suyos. La vida moral es respuesta a la llamada divina que
dirige al hombre, aunque no seamos consciente de ello, a través del
conocimiento natural y de su natural tendencia al bien.
Así pues, la vida moral es tener conciencia de haber recibido un don que
necesita correspondencia, actuación. Se trata de nuestro esfuerzo por
identificar el modo de conseguir la unión con Cristo a través de la propia
vida y de las propias actividades.
Queda claro que para llevar vida moral y vida en el Espíritu es necesario
tanto el esfuerzo de luchar contra el pecado y el vicio, cuanto la práctica de
las virtudes y el uso de los medios de santificación.
La máxima entre nosotros debería ser los que siguen a Cristo no pecan,
viven santamente. Pecar supone rechazar la filiación divina y herir el amor
de Dios que la otorga como un don.
¿Qué debe hacer entonces quien lleva vida en el Espíritu y por tanto vida
moral?
El amor y la unión con el Señor, que conllevan el cumplimiento de su
voluntad, se alimentan, en primer lugar, a través de un conjunto de
comportamientos en relación con Dios, entre los que resaltan:
la oración;
la aceptación de la cruz de Cristo;
la docilidad;
la conducta propia de un hijo de Dios que lleva a un confiado
abandono en la divina providencia;
la humildad;
la penitencia por los pecados;
el cumplimiento de las propias obligaciones terrenas: esforzarse por
hacer bien;
santificar la vida cotidiana;
dominar el mundo con justicia y santidad para la gloria de Dios;
realizar todas las actividades con perfección humana;
aprovechar el tiempo;
ser responsable en los propios quehaceres;
vivir la laboriosidad;
cumplir acabadamente los deberes familiares, sociales, cívicos y
profesionales;
desarrollar todas las tareas con plenitud y perfección incluso en los
detalles;
no adaptarse a una mentalidad mundana;
trabajar sin pensar solo en la propia ganancia o en la propia gloria
terrena.
Creemos que el Espíritu es Señor y dador de vida, esto es, creemos que:
el Espíritu renueva nuestra frágil humanidad,
nos guía hacia la verdad,
nos hace seguir el camino de la vida cristiana,
nos hace tener hambre y sed de Dios,
nos capacita para entender la presencia de Cristo en nuestras vidas y
para el discernimiento para que podamos percibir la bondad o la
malicia, el bien o el mal en cada circunstancia de nuestra vida.
El Evangelio de San Juan 16, 7 Espíritu Santo es presentado como aquel
que convencerá al mundo de un pecado, de una justicia y de un juicio. –
preferimos lo fácil y placentero.