Lectura Modelos de Infancia
Lectura Modelos de Infancia
Lectura Modelos de Infancia
La literatura infantil parte de unas bases prefijadas por los adultos, quienes, así, se
erigen en guías de los niños. De ahí que, en cada etapa histórica, se ofrezcan
unos temas, estructuras y estilos determinados según lo que piensen los adultos
sobre qué es un niño y cómo debe comportarse. Se trata de un círculo en el cual
el adulto, que fue niño transmite al niño, que será adulto, los valores que considera
necesarios para su formación y desarrollo como persona.
Para que el nido se identifique con la obra que consume, que lee, es preciso que
ésta ofrezca experiencias similares a las que vive el niño diariamente o a las que
quisiera vivir. Con demasiada frecuencia, sobre todo en las obras de finales del
siglo XIX y primeras décadas del XX, el modelo que se ofrece al niño es,
simplemente, el adulto en miniatura. Se muestra todo un mundo que el nido puede
identificar fácilmente porque reproduce su propio esquema familiar: madre e hijos;
maestros y amigos; niño y niñas.
Nuestro estudio se inscribe dentro de un marco mucho más amplio que nos es
posible desarrollar ahora puesto que este artículo no es más que un resumen de
uno de los capítulos de nuestra Tesis Doctoral, que, entre otros aspectos,
pretende ofrecer un modelo textual de la literatura infantil española de este siglo a
través de calas sincrónicas. En este momento nos limitaremos a sintetizar
la evolución de los modelos de socialización infantil que hemos ido aislando, por
medio de distintos análisis e investigaciones, en cada una de las siguientes etapas
cronológicas:
El modelo de Calleja
El modelo de niño que propone Calleja -pionero indiscutible de las labores
editoriales infantiles en España- es el de Niño ejemplar bueno con sus padres,
amable con os desconocidos, estudioso, aplicado y caritativo con los pobres. Es el
nido que se comporta bien, que se divierte haciendo lo que debe, y que no
ocasiona ningún problema a nadie porque sólo persigue un fin: ser bueno y llegar
al ciclo. Cabe añadir que esto ocurre en los cuentecitos protagonizados por niños,
no en los de ambiente exótico o maravilloso, en los que el equipo de Calleja supo
insuflar un aire fresco, jovial y jocoso que los niños agradecieron mucho.
Antoñita ya no es la niña modelo, buena sin más, sino una niña más compleja, de
carne y hueso, con aspectos positivos y negativos. Antoñita encarna el rol de Niña
Traviesa, no el de niña ejemplar, no el de niña sumisa o santa. El mundo de
Antoñita es un mudo real y su autora se vale de sus aventuras imaginativas para
denunciar aspectos y defectos de una sociedad adulta que aún no ha aprendido a
comprender a los niños.
Niño independiente
Y, por último, a finales de los años setenta y en la década de los ochenta, el
cambio operado en la sociedad aparece también en la literatura infantil. El modelo
de niño que se obtiene ahora, que se adapta bien al paso de los tiempos es el de
Niño Independiente, que tiene capacidad suficiente para hacerse oír entre los
demás, que lo exige. Es el niño que también quiere participar de su proceso
formador. El Prototipo que liemos estudiado aparece en La ciudad que tenía de
todo (1984), de Alfredo Gómez Cerdá.
Aquí los niños son los únicos que reaccionan frente a una masa social alienada,
son los únicos que advierten que los derechos del hombre están en peligro.
Desde principios de siglo hasta ahora, el cambio ha sido radical y drástico. Desde
el buen niño, incapaz de hacer nada por sí solo, hasta el niño autónomo, con voz
suficiente, con derechos fundamentales, pasando por toda una gama de nulos
sumisos, santos, traviesos, rebeldes y tolerantes.
REFLEXIÓN PERSONAL.
Hay dos cosas importantes; por un lado, el hecho tan claro que acabamos de
comentar acerca de cómo estos textos plasman, sin intención de hacerlo, el
momento social en el que se encuentran. Y por otro lado, la función tan
evidente de crear niños de una determinada manera, con unas determinadas
características, expectativas, intereses etc. Esto me impresiona, porque aquí
si veo la intención de muchos textos de crear al niño perfecto que se
esperaba en dicha etapa histórica. Es interesante ver como algo que parece
y que realmente se hace con una intención meramente artística, para
entretener y hacer disfrutar a los niños pueda suponer tantas otras cosas
esenciales que repercutan en la formación de una sociedad.
Es interesante el recorrido histórico que hace Anabel Sáiz Ripoll de la
literatura infantil, en el se ven muy claros los cambios que sufre la sociedad
a lo largo de la historia con respecto a su pensamiento acerca del niño
modelo que se tiene.