Jesus Historico y Jesus de La Fe
Jesus Historico y Jesus de La Fe
Jesus Historico y Jesus de La Fe
SEMINARIO: TEOLOGÍA II
CURSO: 2º AÑO
LA APORTACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA
Las excavaciones de la tumba de Jesús en Jerusalén permiten
reconstruir la evolución de este lugar desde la época de los reyes de
Judá (siglo VII a C) hasta la ocupación romana. Las de Cafarnaún han
sacado a la luz la casa de Pedro, transformada en lugar de culto
desde finales del siglo I y cuya configuración casa bien con la
descripción de la curación del paralítico descolgado desde el techo.
Y en Nazaret las excavaciones han descubierto, no sólo una basílica
bizantina del siglo IV sino también un lugar de culto judeocristiano
del siglo II. En estos tres casos no se puede negar que estamos en
presencia de huellas de la existencia de Jesús.
ALGUNOS REFERENTES HISTÓRICOS MUY FIRMES
Porque Dios mismo es su autor. Por ello enseñan sin error las verdades
que son necesarias para nuestra salvación. “Pues, como todo lo que los
autores inspirados o hagiógrafos afirman, debe tenerse como afirmado
por el Espíritu Santo, hay que confesar que los libros de la Escritura
enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso
consignar en las sagradas letras para nuestra salvación. Así, pues, “toda la
Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para
corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto y equipado para toda obra buena” (2 Tim., 3,16-17).”
- El Evangelio según Lucas: es una sola obra junto con los Hechos de los
Apóstoles. Escritos por el mismo autor, presente el mismo estilo y el
mismo destinatario, un cierto Teófilo, del cual no se tienen más noticias (el
nombre griego significa Amigo de Dios). Según la tradición, el autor es
Lucas, compañero de san Pablo en algunos de sus viajes. El corazón de la
obra es la actividad de Jesús en Jerusalén, la predicación del inicio de una
nueva era, la redención de los hombres y el amor por los pobres
· Tampoco estos fueron escritos para ofrecer una respuesta a los
problemas de historia o de ciencia: Todo lo relacionado a la verdad que
Jesús comunica es para ponernos en conocimiento que es Hijo de Dios,
de un reino que no es de este mundo y que vino a dar salvación a la
humanidad. Los Evangelios refieren hechos y dichos de Jesús
considerados importantes por su significado salvífico.
· La intención más bien, es de expresar y suscitar la fe en el Señor Jesús.
Siendo transmitida por los creyentes para suscitar y nutrir la fe, la
tradición evangélica pone la atención al significado que tienen tales
eventos para la fe. Por tanto, la verdad de una narración no está en el
informe exacto de un hecho, sino en el aferrar el sentido, el valor, la
lección contenida en el hecho mismo.
CRISTO DE LA FE
La fe en Cristo es la fe en un ser histórico, no en "algo" imperecedero, sino
en "alguien" que ha debido actuar y decidir humanamente.
La resurrección constituye el triunfo de la fe de Jesús. Dios, en ella,
rehabilita la justicia de su causa, honra su inocencia y evidencia la maldad
de los que lo condenaron a muerte. Jesús creyó en Dios. Dios no lo
defraudó. Jesús no pudo salvarse a sí mismo. Como un hombre verdadero
no pudo hacer más por el reino al que dedicó su vida. A lo más pudo morir
por él. Pero su reino prosperará por la acción gratuita de su Padre. No ha
sido el poder de un hombre, menos aún la fuerza bruta, sino el amor de
Dios, la fuerza del Espíritu, que lo resucitó. La fe de Jesús abrió una
historia que un día Dios mismo tendrá que cerrar. Jesús no solucionó el
problema del mal ni en la teoría ni en la práctica. Simplemente padeció los
males de su tiempo y apostó a que Dios se encargaría de ellos. Desde
entonces a Dios toca cumplir la apuesta. El grito de Jesús "Dios mío por
qué me has abandonado", es el grito de fe del representante de los
hombres y mujeres que se encomendaron a Dios y murieron sin que su
oración fuera escuchada. El grito de Jesús devuelve al mundo la
esperanza. Jesús apuesta a que algún día su Padre hará justicia, a que el
mundo tiene razón de ser y puede ser mejor. Porque Jesús rezó
confiadamente a su Padre, ha podido alentar a los que rezan. Él sabe y
enseña que "Dios dará cosas buenas a sus hijos". No serán las obras como
bien entendió San Pablo sino la fe que Cristo resucitado infundió a los
suyos mediante el Espíritu, la que obtendrá la respuesta favorable de Dios.
Es sorprendente que el Hijo, que es uno con el Padre, haya tenido fe en Él.
Sorprendente ha sido también que el Hijo haya creído en los demás. Bien
podemos imaginar que de la fe de Jesús en Dios, depende la recuperación
de la fe de Dios en los hombres. Jesús merece la confianza de Dios y
merece la confianza de los hombres. Jesús es el mediador de la salvación
por la fe. El don gratuito y reconciliador de Dios en Jesús a los hombres, ha
hecho posible la fe de los hombres "en" su Padre y "en" sí mismos, sin
confundir pero tampoco separar una y otra. El Espíritu que suscitó en
Jesús la confianza en el amor de Dios, guía a los cristianos a hacer las
mismas obras gratuitas de Jesús e incluso mayores. Porque las obras no
obtienen la salvación pero, cuando son gratuitas, verifican la fe en el amor
de Dios.
Al resucitar a Jesús, Dios recupera la confianza de los pobres de su pueblo
y, en principio, gana la confianza del resto sufriente de la humanidad. Al
hacerlo, Dios acredita a Jesús como el creyente por excelencia: el hombre
que creyó no fue defraudado. Pues bien, en este hombre creyente, en
Jesús, creyó la Iglesia. De aquí que la fe de la Iglesia "en" Cristo radica en
la fe "de" Jesús. Llevadas las cosas al plano de la interioridad, hemos
inferido que la fe de Jesús no habría sido posible sin la experiencia de ser
amado por su Padre. Y es en tal relación que descubrimos que el amor
auténtico, en vez de apoderarse de los demás, los libera, espera de ellos,
cree en ellos. Jesús ha creído en su Padre porque su Padre ha creído en él.
En el otro extremo de la relación descubrimos que es la fe de Jesús en
Dios la que hace también posible la fe de Dios en Jesús. Jesús merece la
confianza de Dios para sí y para sus hermanos. Jesús, como representante
de los que no tienen razones para creer y de los que sí las tienen, con su
fe, consigue que Dios crea en él y despeja el camino a que Dios crea
nuevamente en la humanidad.
✞ SEÑOR JESÚS, en este día que comienza dejo en Tus manos, mis
Proyectos y metas. Dame Tu sabiduría, Amor, Paz y Prosperidad. Amén.
✞ SEÑOR que hoy y siempre Tu gloria este sobre nuestra vida.